La legalización de la prostitución

Rodrigo Fierro (00327570)

Universidad San Francisco de Quito

ESP – 1001 Escritura Académica

Profesor: Alberto Gordillo

15 de diciembre de 2022
 En los últimos tiempos, la prostitución se ha convertido en un negocio ligado al

narcotráfico y esencialmente al tráfico de hombres y mujeres. De manera que, nace la pregunta,

¿la prostitución debe ser legalizada? La prostitución debería ser legalizada principalmente

porque con la legalización, habría un control por parte del Estado lo que no solo permitiría que

haya una mejor sanidad que garantice la seguridad de las personas que ejercen de esta profesión,

sino que también, se acabaría en gran parte con el tráfico de hombres y mujeres. En este ensayo

se verá que la prostitución es un trabajo como cualquier otro, para enseguida entender que, con la

legalización, el tráfico de hombres y mujeres puede desaparecer. Finalmente, se verá que, con la

legalización, la sanidad y la seguridad vital de las mujeres mejoraría.

Los primeros rastros que se encuentran de la prostitución como un oficio o una profesión

son en Mesopotamia, en el siglo XVIII a. C (Escuer, 2021) Por otro lado, hay rastros sumerios

que datan del año 2.400 a. C., en donde se menciona a la prostitución como una ocupación. De

igual manera, en la época griega, la prostitución era una profesión, legal y común que era

practicada por hombres jóvenes y mujeres de todas las edades (Escuer, 2021). La trata de

personas es un delito grave y una violación de los derechos humanos. De hecho, a lo largo de los

últimos años, ha pasado a ocupar un lugar prioritario en la agenda política internacional como

consecuencia del aparente aumento de la trata o la grave violación de los derechos humano

donde se involucran organizaciones criminales (Lansink, 2006)

En un primer lugar, para entender la legalización de la prostitución hay que ver a la

prostitución como un trabajo más. Sin embargo, muchas personas no ven a la prostitución como

un trabajo o como una ocupación. De hecho, hay personas que piensan que la prostitución es una

actividad inmoral que debería ser ilegal. Dentro de esta corriente de pensamiento se encuentran,

por un lado, el moralismo conservador que trata de injuria a todo acto de prostitución. Por otro
lado, se encuentra el movimiento feminista, un movimiento que ha encargado de ya no solo

argumentar a favor de la penalización de la prostitución sino también de eliminarla pues según el

movimiento feminista, la prostitución es una manifestación de las desigualdades de género

producidas por el patriarcado (Westwood y Hernández, 2020).

Sin embargo, otros pensamos que la prostitución no es solo una profesión noble como

cualquier otra. En los últimos años la reflexión sobre este tema –la prostitución– ha hecho que en

vez de ser vista como una profesión inmoral o hasta ilegal, se vea cada vez como otra profesión

cualquiera siempre y cuando no haya una violencia extrema en contra de las mujeres y no haya

un tráfico ilegal (Westwood y Hernández, 2020). De igual manera, la prostitución no solo está

presente en mujeres, sino que también en hombres, por lo que, la postura feminista está sesgada

completamente al quitar a los hombres de la ecuación. En efecto, hay datos que demuestran que

de entre el total de víctimas que sufren de trata de personas, el 66% son mujeres y el 38% son

hombres (Anderson, 2001). Esto demuestra que, también, un porcentaje alto de personas que

sufren de trata son hombres.

Se acaba de ver no solo que la prostitución no es solo un trabajo como otro, sino que

también, que, dentro del cuadro de la prostitución, el tráfico ilegal de personas también concierne

a un gran porcentaje de hombres. Sin embargo, se tiene que analizar que, con la legalización de

la prostitución, el tráfico ilegal de personas desaparecería o disminuiría considerablemente.

Para empezar, algunos afirman que la penalizando la prostitución, la tasa de personas que

sufren de trata disminuiría. En efecto en Australia, donde la prostitución es ilegal o parcialmente

controlada, se estima que hay entre 800 y 1000 personas que sufren de la trata (Weitzer, 2009).

Se podría decir que, en efecto, con la penalización de la prostitución, el número de víctimas de la

trata disminuiría. Sin embargo, al legalizar la prostitución se está permitiendo que el Estado la
controle. Es el caso de Países Bajos donde la prostitución es legal y hoy en día tiene una de las

menores tasas de trata de personas en el mundo (Plaza, 2011). De manera que, legalizado la

prostitución, el Estado encontraría una forma de regular las actividades ilícitas que pueden estar

ligadas a la prostitución, reduciendo así el número de víctimas que ha dejado el tráfico ilegal de

personas.

Se acaba de ver que, si bien la prostitución es penalizada y con esto hay una reducción de

víctimas del tráfico, legalizando la prostitución los resultados son todavía mejores, en donde

puede haber una intervención del Estado. De manera que, queda por ver como con la

legalización de la prostitución, habría una mejor sanidad para las personas que ejercen en esta

profesión.

En un inicio, se tiene que saber que, algunos consideran que la prostitución es la base de

la transmisión de enfermedades de transmisión sexual como el HIV. En efecto, el riesgo de

contraer estas enfermedades es muy altas en la prostitución dado que es muy difícil de tener

buena asistencia médica o simplemente porque el sexo sin protección es mucho más lucrativo

(Hepburn, 1993). De hecho, en los años ochenta, el virus del HIV estaba ligado, o se transmitía

dentro de la comunidad homosexual o dentro de la comunidad de la prostitución (Satz, 1995).

De forma que para ellos – los que piensan que el HIV se transmite dentro de la comunidad de la

prostitución–, se tiene que penalizar la prostitución.

En contraste, Al legalizar la prostitución conlleva a evitar que las mujeres

no solo contraigan enfermedades de transmisión sexual (ETS) sino que también que no

transmitan. En efecto, con un mejor control de la prostitución, el Estado se puede asegurar de

brindar una mejor prevención de ETS a todas estas personas que venden o compran. De igual
manera, cuando la prostitución es ilegal, las personas que la ejercen no pueden tener acceso a un

buen seguro médico (Hepburn, 1993).

En conclusión, la prostitución debería ser legal en cualquier lado porque es una profesión

como cualquier otra, de hecho, es una de las profesiones más antiguas. Por otro lado, se ha visto

que en los países en los que la prostitución es ilegal, el tráfico de hombres y mujeres se ha

mantenido e inclusive hasta ha aumentado. Sin embargo, con la legalización de la prostitución se

ha visto que no solo el tráfico de personas ha disminuido, sino que se ha convertido en un

negocio en el que el Estado interviene. De igual manera, con la legalización de la prostitución, el

Estado puede intervenir. Con esta intervención del Estado, las personas que se ocupan de esta

profesión pueden estar no solo aseguradas con un seguro médico público, sino que el Estado se

puede asegurar no contraer enfermedades de transmisión sexual con lo que la calidad de vida de

esta personas aumentaría exponencialmente.

Referencias:

Anderson , S. A. (2002). Prostitution and sexual autonomy: Making sense of the prohibition

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Hepburn , M. (1993). Prostitution: Would Legalisation Help? Social And Moral Attitudes,

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Plaza , E. (2011). Prostitución y trata de mujeres con fines de Explotación Sexual. Universidad

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Satz , D. (1995). Markets in Women's Sexual Labor. Ethics . https://www-jstor-

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Westwood, P. A., & Hernández, M. J. C. (2020). ¿Qué hay de malo en la prostitución? Veritas.

https://www.redalyc.org/journal/2911/291166073002/html/