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SEMIOLOGIA
La notación precisa de los signos que componen los cuadros clínicos de las enfermedades mentales y permiten su
diagnóstico y su pronóstico es particularmente difícil de enseñar y exponer.
Los grandes clínicos clásicos dieron un fuerte impulso al análisis de los síntomas y mostraron muy bien cómo los
grandes síndromes mentales constituyen una especie de mosaico de síntomas, cuyo conjunto característico importa
tener presente para conocer y analizar los cuadros clínicos de manera correcta.
Desde hace algunos años, se ha insistido mucho sobre una particularidad de la semiología y del método clínico en
Psiquiatría. Se ha pensado que la observación psiquiátrica no puede ser ni puramente objetiva, ni puramente
subjetiva, sino que lo esencial del conocimiento clínico de las enfermedades mentales está constituido por el
"encuentro" de médico y el enfermo. → todo examen psiquiátrico debe ser no sólo una estrategia diagnóstica, sino
también un encuentro psicoterapéutico desde el comienzo.
EXAMEN SOMÁTICO
- El psiquiatra debe examinar y observar minuciosamente a su paciente tanto en lo que concierne a su hábito, su
biotipología, sus déficit somáticos generales (adelgazamiento, obesidad, edemas, etc.). sus malformaciones y
deficiencias sensoriales, motrices o morfológicas, como en lo que respecta a sus diversos sistemas funcionales.
-El examen somático debe ser completo y metódico, y adaptado a cada problema clínico en particular.
EXAMEN NEUROLÓGICO
- El examen neurológico aparece pues como una dimensión importante de la clínica psiquiátrica, por tratarse de una
investigación de la posibilidad de un diagnóstico positivo de enfermedad mental de etiopatogenia cerebral, y no tan
sólo por el interés de un diagnóstico diferencial, por suponer que una alteración menta] no tiene relación alguna con
la patología cerebral.
- Es necesario practicar un examen neurológico metódico que implique la exploración de las diversas funciones
sensoriales y sensorio motrices de los diversos pares craneales: del equilibrio y de la marcha -del tono estático y
kinético-, de la motilidad refleja y voluntaria y de las diversas modalidades de la sensibilidad.
- Se concederá particular interés → 1) a los trastornos motores y psicomotores de tipo piramidal y extra piramidal
- La finalidad de este examen sistemático de las funciones nerviosas es poner en evidencia el proceso cerebral
(tumor cerebral, reblandecimiento, aneurisma, encefalitis, etc.) que puede estar en relación más o menos
directamente con la enfermedad mental que presenta el paciente.
- A este respecto querríamos ilustrar la importancia de algunos trastornos o síndromes neurológicos para el
diagnóstico etiológico de ciertos síndromes mentales:
En los estados oligofrénicos, se intentará de manera sistemática establecer la naturaleza del proceso
cerebral por un balance hormonal
En los estados demenciales, el objeto principal será el de relacionar este síndrome a uno de los cuatro
grandes procesos que, estadísticamente, son los más importantes: atrofia cerebral, síndromes vasculares
cerebrales, tumores cerebrales y más excepcionalmente meningoencefalitis sifilítica
- Por lo tanto, resulta evidente que los exámenes físicos repetidos deben constituir, no tan sólo un prefacio, sino una
especie de telón de fondo de toda la semiología psiquiátrica.
-El diagnóstico de enfermedad mental no excluye, sino que implica la investigación de las alteraciones biológicas y
sobretodo neurobiológicas.
EXAMEN PSIQUIÁTRICO
-El examen clínico apunta al establecimiento de un diagnostico por la observación de signos precisos y por el examen
completo de los síntomas referidos al conjunto de la situación del sujeto. Sin embargo, difiere de otros exámenes
clínicos en dos puntos que constituyen una originalidad fundamental:
a) La elaboración del diagnóstico no es separable de la toma de contacto terapéutica. Puede decirse que
diagnóstico, pronóstico y prescripción de la terapéutica forman parte de un mismo movimiento.
b) Correlativamente, el examen psiquiátrico impone la interferencia de las actitudes objetiva y subjetiva en la
conducta del médico. Este examen no puede limitarse a1 interrogatorio y a la observación de un enfermo en
situación de objeto. Existe, mucho más que en cua1quier otro, un "encuentro" que utiliza la "relación
médico-enfermo" de la que se habla mucho hoy día de una manera sistemática y elaborada.
-En su movimiento de investigación→ el examen clínico debe ser prolongado, repetido, a solas con el enfermo.
→ 1. En el medio familiar, el médico no debe aceptar jamás el ver a un enfermo sin informarle de que él es un
médico y un médico especialista. De lo contrario serán de temer las reacciones de angustia que puede desencadenar
la visita o la consulta, cuando la misma no ha sido solicitada por el interesado o cuando le hace temer la posibilidad
del ingreso en un sanatorio.
→ 2. Cuando se trate de un enfermo agitado o reacio, es necesario ingeniárselas para ganar su confianza, para
hacerle aceptar cuidados inmediatos bajo la cobertura de la autoridad médica y sobre la base de un buen contacto
afectivo, y no recurrir sino excepcionalmente a medidas coercitivas, las cuales, en la mayoría de los casos, resultan
inútiles.
→ 3. En el medio hospitalario, el examen deberá ser practicado con la intención constante de su interés terapéutico
y haciendo comprender al enfermo que no es objeto de una desagradable atención.
-En su movimiento de encuentro comprensivo→ el examen psiquiátrico no puede limitarse a estas observaciones
sistemáticas. El relato del sujeto, o de sus parientes, las observaciones sobre el carácter, la apreciación de las
tendencias o de las virtualidades que se ocultan o se manifiestan detrás o por los síntomas no son observaciones
puras y simples. Todos los cambios tienen lugar en la relación del enfermo con el psiquiatra.
OBSERVACIÓN CLÍNICA
Se trata de una documentación difícil de establecer. Debe comprender:
1) Anamnesis muy detallada. Una hoja de información obtenida a través de una tercera persona (familia, servicio
social, jefes de empleo, etc.) que debe incluir la biografía detallada del enfermo, sus antecedentes patológicos
hereditarios y personales y la evolución de la enfermedad mental con todas sus circunstancias.
2) Hoja de observación cronológica. Un diario metódicamente llevado al día en el que, después de un primer
inventario completo de la semiología del enfermo, deben ser descritas las modificaciones y la evolución del cuadro
clínico en su orden cronológico según las observaciones de los médicos, de sus auxiliares o de los enfermeros.
3) El resultado de los exámenes psicométricos que el clínico haya creído preciso solicitar (tests, cuestionarios,
inventario de síntomas para ampliar el “campo de su mirada").
5) Una hoja de tratamiento, en la que deben ser cuidadosamente consignados todos los actos terapéuticos
(biológicos, medicamentosos, psicoterápicos).
- Para ser todo lo claro posible., la exposición de la semiología en psiquiatría debe ser tan sistemática como el mismo
examen. Este análisis comprende tres planos:
Semiología ‘’macroscópica’’ de las conductas→ la semiología se limita a describir, sin penetrar demasiado en la
estructura profunda de los trastornos. Así, hacer observar la tendencia al suicidio, las alteraciones de la mímica o del
lenguaje, el rechazo de alimentos o la presencia de impulsiones. es tan sólo quedarse en la superficie de estas
conductas, dejando de lado el conjunto de la desorganización psíquica de la cual forman parte. Se trata, pues, de una
especie de semiología de urgencia.
Semiología ‘’microscópica’’ de la vida psíquica actual→ la semiología realiza una especie de corte transversal a
través de las experiencias morbosas. Pero este análisis estructural de los trastornos deja fatalmente a un lado las
alteraciones durables de la personalidad, que estos trastornos actuales pueden enmascarar o deformar.
Semiología ‘’dinámica’’ de los trastornos de la personalidad→ la semiología realiza, por el contrario, una especie de
corte longitudinal que interesa al sistema dinámico de la organización permanente del Yo. Esta semiología, la más
profunda, no es posible, evidentemente, sino en la medida en que los trastornos de la vida psíquica actual son nulos
o poco importantes; éste es el caso, en especial, de la mayoría de las enfermedades mentales crónicas.
LA VIDA FAMILIAR. El paciente debe ser estudiado en lo que respecta a sus relaciones de
dependencia o de oposición dentro del grupo familiar. Sucede que ciertos neuróticos o
esquizofrénicos manifiestan una excesiva fijación al grupo familiar, al punto de vivir en las "faldas de
su madre", o presentan una atemorizada sumisión a la autoridad paterna. Con frecuencia los
primeros trastornos de los preesquizofrénicos se manifiestan en forma de una actitud conflictiva
con uno de los padres o hermanos (celos, odio familiar).
b) Puede ser el resultado de una impulsión violenta (robos de alimentos, robos en escaparates); por
ejemplo, en los parkinsonianos postencefalíticos.
c) Puede obedecer a una obsesión-impulsión, irresistible tentación a la cual el sujeto no quiere
sucumbir.
INCENDIO. se manifiestan con bastante frecuencia en el comportamiento de los enfermos
mentales. Se trata en este caso de una manifestación antisocial que tiene lugar casi exclusivamente
en el medio rural. En efecto, casi todos los días, en los pueblos, aldeas o alquerías, hay casos de
enfermos que prenden fuego.
HOMICIDIO. Los actos de agresividad homicida no son muy frecuentes, pero su carácter a veces
súbito, paradójico o sanguinario, hace temer particularmente esta suprema reacción antisocial.
Podemos describir toda una serie de actos homicidas patológicos avanzando desde el más
automático al más consciente.
a) Ciertos homicidios son cumplidos en una especie de ciego y violento frenesí y en un estado de
inconsciencia total o casi total. En este caso, es habitual la amnesia posterior.
b) En un nivel de trastornos menos profundos, deben señalarse los actos homicidas perpetrados
por enfermos demenciales o confusos, cuyas impulsiones agresivas escapan al control de su
debilitada inteligencia o de su oscurecida conciencia.
c) El homicidio puede estar también determinado por una motivación delirante: depende entonces
de sentimientos o ideas de persecución, de celos o de envenenamiento.
d) Al igual que el suicidio o que las otras reacciones de las que hemos hablado, el homicidio puede
presentarse en clínica como una obsesión-impulsión a la cual el sujeto resiste hasta el límite de lo
posible.
En el enfermo mental como en todos los hombres, la organización de la vida psíquica actual corresponde a la
experiencia presentemente vivida Y esta experiencia esta constituida por el conjunto de fenómenos psíquicos
(percepción, imaginación, lenguaje, sentimientos, necesidades, humor) que componen el campo de la conciencia en
cada instante de la existencia.
Puede decirse con Jaspers, que la conciencia es "la vida psíquica en un momento dado", puesto que a cada momento
del tiempo (ya sea que nosotros actuemos, pensemos, reflexionemos o incluso soñemos) corresponde una
experiencia vivenciada en correlación con un cierto orden o un Cierto desorden, una Cierta diferenciación activa o un
relajamiento de la conciencia. Es precisamente este "estado actual" de la vida psíquica el que debe ser, ante todo,
minuciosamente analizado y revisado.
→Afectos depresivos: dolor y angustia. Expresan la insatisfacción y la tensión de las pulsiones. Tres
niveles de regresión de los afectos: primero, el nivel más profundo, se trata de trastornos del humor.
Segundo, menos profundo, sentimientos vitales y emociones que están en relación con situaciones
imaginarias. Tercero, el menos profundo, los afectos son reactivos a las situaciones reales.
→Afectos expansivos: alegría y placer. Expresan la satisfacción de las necesidades vitales y de los
complejos pulsionales. Su tonalidad afectiva es la del placer, la esperanza y la dicha.
Fenómenos afectivos patológicos:
1- regresión hacia formas arcaicas, primarias de placer infantil.
2- afectos en relación a experiencias imaginarias.
3- afectos en relación a situaciones reales, pero las reacciones estallan con intensidad anormal.
→Trastornos en el curso del pensamiento: se trata del curso de las ideas en la espontaneidad de su flujo
ideo verbal
a) Crisis nerviosa y los accesos de agitación en psiquiatría: se caracterizan por su corta duración y por
otra parte variable; y por el desorden de las funciones psicomotoras (movimientos de los miembros,
expresiones mímicas y gestos, convulsiones, espasmos, agitación mas o menos difusa, etc.)
- Crisis epilépticas
- Crisis neuropatícas e histéricas.
- Crisis catatónicas
- Crisis de agitación onírica
- Crisis de manía
- Crisis de ansiedad.
7. SEMIOLOGIA DE LA PERCEPCION. El acto perceptivo tiene una patología: es la percepción sin objeto. La
alucinación hace aparecer un objeto que escapa al control de la conciencia. La ilusión, en cambio, es una
falsificación de la percepción de un objeto real.
-Alucinación psicosensoriales: es una percepción sin objeto. Tiene los atributos de sensorialidad y
objetividad. La percepción se desencadena sin estímulos: - visuales –acústicas –olfativas y gustativas –
táctiles – cenestésicas – motrices – seudoalucinacion
-Alucinaciones psíquicas visuales: imágenes mentales involuntarias, imaginaciones vivas.
-Seudoalucinacion acusticoverbales: el pensamiento del sujeto toma un carácter alucinatorio y ese
pensamiento es ideoverbal. Se trata de voces interiores que el sujeto escucha en el espacio imaginario de
su conciencia como si vinieran de otro.
-Alucinaciones psicomotoras verbales: seudoalucinacion del lenguaje interior que se forman en el habla
del alucinado.
-Síndrome de automatismo mental: engloba todas las alucinaciones o seudoalucinaciones.
-los trastornos de la personalidad no son, por lo general, estudiados aparte de la semiología del comportamiento y
del análisis de la actividad psíquica actual, tales como se ofrecen al examen clínico que acabamos de exponer.
-Corte longitudinal: interesa al sistema dinámico de la organización del yo. Es la semiología más profunda y es en el
caso de la mayoría de las enfermedades mentales crónicas.
2) SEMIOLOGIA DE LOS CONFLICTOS INTRAPSIQUICOS DE LA PERSONA (EL YO NEUROTICO) Ser uno mismo
constituye un problema cuyas dificultades se encuentran en la base misma de nuestra existencia y de la
organización interna de nuestra persona. Yo no soy "Yo" sino por una identificación a "un personaje" que
constituye el ideal de mi Yo. Esta búsqueda de si, esta dialéctica del ser y del parecer implicada en la idea de
que la persona es una "máscara" (persona), puede ser profundamente trastornada.
- Ya sea que la identificación a alguien (y particularmente a la imagen parental del mismo sexo) no pueda
operarse (trastornos de las relaciones "objetales" de los psicoanalistas);
- ya sea que la misma genere una angustia profunda, una existencia desgraciada;
- ya sea que el problema se resuelve por mecanismos de defensa o de compensación imaginarios, se
comprende que la patología de un Yo que no alcanza a resolver el conflicto interno de su identificación
perturbe las relaciones del Yo con los otros. Esta perturbación es característica del conflicto neurótico.
3) SEMIOLOGIA DE LA ALIENACION DE LA PERSONA (EL YO DELIRANTE) Estos trastornos afectan
esencialmente a la concepción del mundo implicada, como hemos visto, en la noción del Yo.
En efecto, el Yo está vinculado a su Mundo, y esta ligazón "existencial" es constitutiva de la "Realidad" del
ser-en-su-mundo, en tanto que representa el orden en el cual se desarrolla su existencia. Naturalmente, por
realidad debe entenderse no tan sólo el mundo físico, sino también el mundo humano que nos rodea y el
mundo psíquico o interior del sujeto. Es así que el Yo aparece a este respecto como el Sujeto que elabora
sistemáticamente los valores de realidad que le ligan a su Mundo. Esta ligazón está esencialmente
constituida por las creencias, que asignan a todos los fenómenos del Mundo su significación y su grado de
realidad para el Yo.
La alienación del Yo consiste en una inversión de las relaciones de realidad del Yo con su Mundo. Dicho de
otra manera, esta alienación es el Delirio. No el delirio de la experiencia delirante, delirio vivido sobre el
registro de la actividad percibida, sino el Delirio de la creencia delirante, de la idea delirante.
La alienación de la Persona, lo que los psicoanalistas denominan el Yo psicótico, se manifiesta clínicamente
por síntomas (convicciones y juicios dogmáticos, formulaciones ideoverbales, comportamientos y actitudes
gobernadas por creencias irreductibles, que constituyen para el sujeto una especie de verdad y de ideal que
no están de acuerdo con la realidad ni se adaptan a la coexistencia con los demás)
4) PATOLOGIA DEL SISTEMA INTELECTUAL DE LA PERSONA (EL YO DEMENCIAL) Hemos expuesto, al estudiar la
estructura de la personalidad, que esta se edifica como el Sujeto de su conocimiento. A lo largo del
desarrollo de la personalidad se constituye un capital de valores lógicos, un "fondo" mental. Este debe estar
de acuerdo con el Sistema lógico que asume las leyes del pensamiento común, pero es incorporado al Sujeto
del cual constituye el "estatuto" personal, el ser razonable. Es decir, que este Sistema de valores es un
sistema de referencias al cual se atiene el sujeto en el ejercicio de su propio juicio. Es precisamente la
profunda alteración de su ser razonable, lo que, al privar al demente de su juicio, le reduce a no ser persona.
5) LAS AGENECIAS DE LA PERSONALIDAD OLIGOFRENIA: retraso. Designa las detenciones del desarrollo
intelectual. Es un trastorno más global que afecta a la totalidad de la persona. La debilidad mental se
caracteriza por un bajo coeficiente intelectual, y por la inferioridad de todo el conjunto de la personalidad.
6) DIAGNÓSTICO E INFORMÁTICA. Desde hace algunos años se ingenian métodos para extraer de la semiología
elementos de información mensurables. Este método de "análisis factorial" se inspira necesariamente, sin
llegar a coincidir exactamente con ella, en la "semiología atomística" de finales de siglo pasado que
desmenuzaba el cuadro clínico.