“Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios” - Romanos 1:1
Bienvenidos esta tarde[1] amigos quienes no pertenecen a esta iglesia
en particular, que quizá están entre nosotros esta tarde y que se proponen continuar con nosotros en estos estudios de la Epístola a los Romanos. Por ellos, en gran medida, quizá he indicado mejor como este servicio es normalmente conducido. Primero y principalmente, enfatizaría que este es un servicio. Esta es una ocasión para adorar. Soy uno de esos que no reconocen ninguna consideración de la Palabra de Dios que no esté acompañada de adoración. La Biblia no es un libro ordinario - es el Libro de Dios, y es un Libro acerca de Dios y de la relación del hombre con Él. Y por lo tanto, cada vez que consideramos o estudiamos la Biblia deberíamos por necesidad estar adorando. En otras palabras, no me propongo considerar esta gran epístola en una manera meramente intelectual o académica. Esta fue escrita como una carta por un gran pastor, no es un tratado teológico escrito para expertos y profesores. Es una carta escrita a una iglesia, y como todo otro libro del Nuevo Testamento tiene un muy particular objetivo y fin en vista. El Apóstol se preocupó de ayudar a estos cristianos en Roma, edificarlos y establecerlos en su más santa fe y, Dios mediante, y mientras esté capacitado para hacerlo también, ciertamente estaré tratando de hacer lo mismo. Es una ocasión, entonces, para adorar, y no solo dar un sermón. Entonces, trataré, en cuanto me sea posible, de terminar tan cerca como pueda de las 19:30. Comprendo que muchos vienen de lejos, tenemos eso en mente, y hay muchos que vienen de oficinas y que no han estado en casa. Me esforzaré, digo, y haré mi mejor esfuerzo por terminar alrededor de las 19:30. No anuncio un programa, y es por esta razón, que cuando estamos estudiando la Palabra de Dios nunca sabes con exactitud cuándo terminarás, ni donde estaremos al final. Más aún, tengo un profundo sentimiento que tal cosa debería ser el caso, creyendo, como lo hacemos en la presencia y el poder del Espíritu Santo. Sabemos por experiencia que Él súbitamente viene sobre nosotros -Él ilumina la mente y mueve el corazón- y creo que cualquier hombre que expone las Escrituras debería siempre estar abierto; abierto a las influencias del Espíritu Santo. De ahí por qué algunos de nosotros quizá no retransmitimos, porque encontramos difícil reconciliarnos al límite temporal en estos asuntos. Me pregunto qué pasaría en un servicio ocasional retransmitido, si el Espíritu Santo súbitamente tomara posesión del predicador. Bueno, es exactamente lo mismo en una ocasión como esta. Puedo haber planeado trazar una cierta porción y decir ciertas cosas y podría, por lo tanto, dibujar el programa pero, como digo, es mi profunda esperanza que el Espíritu Santo me gobierne y mis ideas, y cualquier pequeño programa que pueda haber hecho. Así que de este modo iré semana a semana confiando en esa dirección y guía, y no prometiendo hacer alguna determinada cantidad cada viernes. Así que generalmente digo que me esforzaré en acabar cerca de las 19:30. El señor Marshall ya les contó acerca de la oportunidad al término para compartir juntos y de los refrigerios en el hall atrás de la iglesia, y estoy seguro que la biblioteca se encontrará disponible para muchos de los que están presentes. Bueno, ahora vamos al asunto que nos reúne. Estamos proponiéndonos examinar, considerar y estudiar, en la forma que hemos indicado, la Epístola a los Romanos del Apóstol Pablo. Y obviamente, al venir a hacer eso, debemos empezar con ciertas consideraciones generales. La Epístola misma nos llama a hacerlo y, en un sentido, nos fuerza a hacerlo. Y de hecho, cualquier estudio prolongado de las Escrituras nos debe haber enseñado que siempre es una buena idea detenerse al inicio de cualquiera de estas epístolas del Nuevo Testamento. Hay mucho que aprender al inicio, en las palabras de apertura en la introducción. Es un gran error pasar rápidamente por las introducciones de estas grandes epístolas. Si tú las observas, y si te haces algunas preguntas, encontrarás que tienen gran cantidad de conocimiento y de información espiritual que entregarte. Por ejemplo, al llegar a esta Epístola, la primera cosa que notamos es que: es la primera epístola en el Nuevo Testamento. Viene inmediatamente después del libro de los Hechos de los Apóstoles. Es la primera de varias cartas que son recogidas en el Canon del Nuevo Testamento. Y esto, por supuesto, levanta una pregunta, ¿por qué se encuentra aquí en la primera posición? La respuesta no es porque esta sea la primera epístola que el Apóstol escribió, de eso estamos absolutamente seguros. La primera epístola escrita por el Apóstol Pablo fue la Primera Epístola a los Tesalonisenses. Así que la Epístola a los Romanos no es la primera epístola en el Canon porque sea la primera en orden cronológico. Bueno, entonces ¿por qué es la primera? Bueno, hay algunos que dicen que está primera porque es la más larga y ciertamente lo es, pero en lo personal estoy de acuerdo con quienes rechazan esa explicación. Y les sugeriría que está aquí, en la primera posición, porque la iglesia recibió la sabiduría del Espíritu Santo para comprender que es la primera en importancia. Se le ha dado siempre la primera posición, en el mismo comienzo, y todos están de acuerdo con está posición. Ha sido reconocida como la Epístola en la cual nos encontramos cara a cara con todas las verdades fundamentales de la Escritura. Así que después que hemos tenido un relato (en Hechos) de como la iglesia fue constituida y establecida y esparcida, qué es más natural, que a la iglesia, en todo lugar, se le recuerde las verdades básicas fundamentales en las que debemos siempre permanecer y en las que solo nos podemos fundamentar. "Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto" (1Co 3:11) dice este mismo Apóstol escribiendo a la iglesia en Corinto, y aquí de nuevo establece todas estas grandes verdades fundamentales. Ahora, esto es algo que bien podemos enfatizar. Esta ha sido, digo, una opinión universal en la iglesia Cristiana a través de los siglos, que esta es una epístola fundamental, trata con los fundamentos, y si miras a la historia de la iglesia pienso que verás que eso ha sido confirmado una y otra vez. En cierto sentido podemos decir muy sinceramente que la Epístola a los Romanos ha jugado el papel más importante y crucial, en la historia de la iglesia, que posiblemente cualquier otro libro en toda la Biblia. Y para mí, ese es un asunto de mucha importancia. Debemos leer y estudiar toda la Biblia, ¡sí! Pero si ves a la historia de la iglesia, un libro en particular parece pues haber sido utilizado en una forma excepcional, y ciertamente nos corresponde darle una excepcional atención. Déjame recordarte, por tanto, algunas cosas que han sido archivadas en la historia de la iglesia por este libro en particular. Podría hablarles largamente de eso, pero simplemente estoy escogiendo algunos de los que hoy se llaman "los grandes destacados". Bueno, tomaré por ejemplo, la conversión de ese gran hombre, San Agustín. Supongo que en muchas maneras es correcto decir que entre el fin del Canon del Nuevo Testamento y la reforma Protestante, no apareció ninguna persona más grande en la iglesia Cristiana que ese gran hombre Agustín de Hippo. Recordarás su historia. Él era un libertino e inmoral profesor, un hombre brillante y aun un gran filósofo que vivía una vida inmoral. ¿Recuerdas cómo fue convertido? Cómo en su angustia y agonía del alma, se sentó en un jardín una tarde y escuchó a los niños diciendo, "Toma y lee", "Tolle, lege". Y se levantó, entró en su casa y abrió un libro, y esto es lo que él leyó, del capítulo 13 de la Epístola a los Romanos, "La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne." (Ro 13:12-14) Y allí la verdad de Dios en Cristo brilló sobre él y fue convertido y salvado, y se volvió un poderoso doctor en la iglesia Cristiana. Y no sólo eso, la iglesia tuvo que pasar por un terrible periodo de pelea, disputa y lucha justo después de la conversión de este gran hombre. Había un maestro en la iglesia cuyo nombre era Pelagio, y él empezó a propagar la que ha sido conocida como la herejía Pelagiana. Y no hay duda alguna que si su enseñanza hubiera sido aceptada por la iglesia Cristiana, hubiera significado la ruina de la iglesia. Y la iglesia fue salvada de esta herejía Pelagiana, en ese tiempo, por San Agustín. Y él refutó y finalmente demolió la enseñanza de Pelagio simplemente exponiendo la Epístola a los Romanos. Fue esa roca de fundamento en la cual la fe de la iglesia fue sostenida y establecida, y capacitada para continuar. Así que tú ves que jugó un papel muy importante en ese tiempo. La mayoría de la gente, pienso, saben y comprenden que este fue ciertamente un documento crucial con respecto a la conversión de Martín Lutero y por lo tanto, condujo al verdadero inicio de la reforma Protestante. Mientras aún estaba en la iglesia Católica Romana Martín Lutero, que era una especie de profesor de teología, decidió dar clases en la Epístola a los Romanos a sus estudiantes. Él hizo esto en 1515 y fue cuando estaba estudiando esta misma Epístola que la gran verdad de la justificación solo por fe amaneció en su mente y en su corazón, y en todo su ser. Esto provocó un gran cambio en su vida que, como dije, realmente introdujo la reforma Protestante. Esta gran doctrina mencionada en el primer capítulo de esta Epístola fue la razón de ese gran cambio en la vida de ese hombre y también es la doctrina que encontró en la Epístola a los Gálatas. Así que, puedes ver otra vez que fue usada por Dios en un gran punto de la historia de la iglesia Cristiana. Todos recuerdan como en la vida de John Bunyan y en su conversión, esta misma Epístola otra vez junto a la Epístola a los Gálatas y los comentarios de Lutero, fueron usados por Dios en su conversión. Y seguidamente, es un hecho muy conocido que John Wesley fue convertido en 1738, el 24 de Mayo en Aldersgate Street aquí en Londres. Y recordarás como aconteció. El Espíritu de Dios había estado tratando con él, los hermanos Moravos habían estado enseñándole acerca de esta doctrina de la justificación solo por fe, él la entendió en su mente pero dijo: “no la he sentido”. Y allí estaba, en un gran estado de inquietud del alma, mente y corazón. Y entró, en su cansancio, a esa reunión en Aldersgate Street. Allí, en esa reunión, uno de estos hermanos Cristianos estaba leyendo el prefacio e introducción al comentario de Lutero de la Epístola a los Romanos. Y Wesley se sentó a escucharlo, y allí sentado y escuchando él cuenta que su corazón estaba extrañamente encendido. Y supo que Dios había perdonado sus pecados, "incluso los míos", dijo. Él recibió esa gran certeza que lo convirtió, de un predicador que era un fracaso absoluto, en un gran y poderoso evangelista. Bien, esto fue en relación, como ves, a esta misma Epístola, y en relación con los comentarios de Lutero sobre esta. Déjenme darles solo una ilustración más. Hubo un importante mover Evangélico en Europa en el inicio del pasado siglo 19. Empezó especialmente en Suiza, y después se propagó a Francia y también tuvo cierta influencia en Holanda. La vida Protestante en el continente había estado muerta y muy formal pero súbitamente esta nueva luz vino, este avivamiento tomó lugar, y dio lugar a un gran movimiento. Creo que muchos de ustedes saben qué ocurrió. Bueno, ocurrió de esta manera. Habían dos Escoceses de apellido Haldane, Robert Haldane y James Alexander Haldane. Ambos fueron laicos, pero ambos fueron grandemente usados por Dios en Escocia y en otros lugares en ese tiempo. Ahora, Robert Haldane se fue a vivir a Suiza, se quedó en Ginebra y un día estaba sentado y empezó a escuchar la conversación de algunos jóvenes que estaban sentados en el mismo asiento. Él se dio cuenta que eran estudiantes de teología. Se dio cuenta, además, que eran ignorantes de la verdad en un sentido evangélico y por lo tanto ignorantes de su poder. Y esto pesó en su corazón. Se reunió con ellos varias veces y al final decidió que debía hacer algo para ayudarlos. Así que invitó a estos estudiantes, y ellos llevaron a otros, a venir a su habitación, y lo que hizo en esa pequeña habitación fue solo tomar esta Epístola a los Romanos y exponérselas versículo por versículo y llevarlos a través de estas poderosas y gloriosas verdades. El Espíritu Santo, que le había guiado a hacerlo, le honró al mismo tiempo, y estas simples reuniones produjeron la conversión de algunos grandes hombres, como Merle d'Aubigné, el cual fue famoso por su libro de la historia de la reforma Protestante, que es en muchas formas el estándar de la historia de la reforma Protestante. Hubo otro hombre llamado Louis Gaussen, que escribió un maravilloso libro acerca de la inspiración de las Escrituras, ambos hombres fueron convertidos en estas reuniones. Otro hombre llamado Malan fue también convertido y has oído de hombres de apellido Monod en Francia, y Vinet. Todos estos, en última instancia, llegaron a ser los poderosos hombres de Dios y los grandes maestros que fueron, como resultado de la exposición de la Epístola a los Romanos por Robert Haldane. Bueno, esas son algunas, solo algunas ilustraciones de la manera en que Dios ha usado esta notable Epístola en la extensión de Su reino. Pero déjame darte también algunos testimonios, entregados por hombres de Dios, de la grandeza y el valor de esta Epístola. Uno de los más grandes predicadores de la historia de la iglesia Cristiana, ciertamente uno de los más elocuentes predicadores que la iglesia ha conocido fue un hombre llamado Juan Crisóstomo. Él dijo acerca de esta Epístola que era incomparable, tanto así, que la había leído dos veces cada semana. Él quería escucharla, quería captar el mensaje, así que tenía a alguien que se la leía dos veces cada semana. Pero escucha lo que el mismo Martín Lutero dice acerca de esto, él dice: “Esta Epístola es la parte principal del Nuevo Testamento” por lo que quiere decir que es el principal, el más grande libro en el Nuevo Testamento, “y el más puro evangelio, por lo que merece que un Cristiano, no solo la conozca palabra por palabra de memoria, sino que trate con ella como el pan diario del alma, nunca puede ser leída o considerada demasiado o muy bien, y mientras más es manejada más maravillosa se vuelve y mejor sabe.” Me pregunto, cuántos de los muchos presentes en este momento podrían recitármela palabra por palabra. Tú notaste que Lutero dice que deberíamos aprenderla de memoria palabra por palabra, compromete a tu mente a aprenderla de memoria, leerla constantemente porque, él dice, después que lo haces “más maravillosa se vuelve y mejor sabe.” Y entonces déjame darte otra opinión. Supongo que una de las mentes más agudas que la historia de la literatura Inglesa ha conocido fue la de Samuel Taylor Coleridge, un hombre notable. Lo que Coleridge dijo acerca de lo que este libro era, dijo, "es la más profunda pieza de escritura en la existencia." Ahora, era un gran hombre de literatura, el autor de un libro como Biographia Literaria, él está familiarizado con esto, es un estudiante de la literatura. No solo conoció la literatura Inglesa, él era igualmente versado la literatura Alemana. Él conoció los clásicos. Sin embargo, este hombre dice que la Epístola a los Romanos es "la más profunda pieza de escritura en la existencia." Estoy diciendo estas cosas no solo para justificar nuestra enseñanza de esta gran Epístola, confío que, como lo estoy haciendo, todos estemos examinándonos a nosotros mismos y haciéndonos esta pregunta: ¿He comprendido todo acerca de la Epístola a los Romanos? Cuando he ido a través de mi Biblia, ¿la he comprendido? ¿alguna vez me detuve en ella? ¿he hecho una pausa en ella? ¿he invertido mi tiempo en ella? ¿he comprendido su profundidad? Bien, ahora, habiendo dicho estas cosas preliminares acerquémonos y observemos la Epístola misma. Y la primera palabra en la Epístola es la palabra "Pablo", esta es una epístola escrita por un hombre llamado Pablo. Ahora, estoy obligado a parar aquí, no puedo avanzar más. Porque, como dije, si te detienes y observas estas cosas en el mismo inicio, encontrarás muy ricas verdades. Ahora, tomemos esta primera palabra "Pablo". Él es el hombre que está escribiendo, y está escribiendo una carta a estos Cristianos en la gran ciudad de Roma, la metrópolis del mundo de ese entonces. Él está escribiendo a Cristianos, la mayoría de ellos Gentiles. ¡Qué cosa tan asombrosa e increíble! Qué cosa tan asombrosa que este hombre estuviera escribiendo un carta como esta a una iglesia que era principalmente Gentil. ¿Por qué digo eso? Bueno, digo eso a la luz de la historia de este hombre. Tenemos una pequeña sinopsis de esto en el tercer capítulo de la Epístola a los Filipenses. Esta es una de las cosas más asombrosas que ha sucedido. Más asombroso que la Epístola a los Romanos, es el hecho que Pablo la escribiera a ellos. Porque, tú recuerdas los hechos, recuerdas la historia. Aquí está este hombre un duro, fanático, nacionalista judío, odiando a Cristo y cualquier cosa relacionada a Él, mirándolo como un blasfemo, tratando de exterminar la iglesia Cristiana, descendiendo a Damasco, respirando amenazas y muerte, para poder exterminar esa pequeña iglesia. Entonces, recuerdas la visión, como él vio al Señor resucitado, y como toda su vida fue transformada y se convirtió en el más poderoso defensor de la fe, y el Apóstol a los Gentiles. Ahora, hay algo , pienso, que debe ser analizado solo un poco, porque no puedo sino estar impresionado por la maravillosa forma en que Dios preparó a este hombre en particular para su particular tarea. Esta es una epístola de Pablo, bueno, ¿qué clase de hombre es este? Bueno, ya te he hablado de su conversión pero observemos un poco más a este hombre, ¿qué encontramos? Bueno, encontramos que era un hombre que estaba dotado con una inusual y excepcional habilidad natural. No hay cuestionamiento alguno acerca de esto. Es algo que viene de cada lugar en todas sus epístolas, y lo que se nos dice de él en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Este hombre, sin lugar a dudas, fue uno de los más grandes cerebros que, no solo en la iglesia sino, el mundo jamás ha conocido. Eso es algo reconocido por personas que no son Cristianas en lo absoluto. Recuerdo que hacia el final de la guerra, una serie de conferencias fueron dadas aquí en Londres, de "Las mentes maestras de los siglos." Esta fue un sociedad secular que las clasificó, pero en la lista de los hombres expuesta, salió este poderoso hombre, el Apóstol Pablo, porque tenían que reconocer y admitir que él es una de las mentes maestras de los siglos. Y eso es algo que surge claramente en cualquier cosa que él hace. No puedes evitar notar su tremendo poder de razonamiento, su lógica, sus argumentos, la manera en la que reúne su evidencia y sus pruebas y las presenta a nosotros. Esto es algo que no podemos sino notar siempre que consideramos algo hecho por él. Él fue un hombre asombroso si lo observas meramente desde una perspectiva natural y consideras la inusual habilidad que tenía. Pero sumado a eso, observa su nacimiento y su crianza y su formación. Estoy intentando mostrarte como Dios estaba preparando a este hombre para la gran tarea que tenía destinada para él, y su mismo nombre nos lo sugiere todo. Primero, y más importante, él era un Judío. Él nos ha contado todo acerca de eso - un Hebreo de Hebreos, de la tribu de Benjamín, etc. Sí, pero no solo eso; él fue formado también como Fariseo, él tuvo el privilegio de ser entrenado y sentarse a los pies del más grande maestro entre los Fariseos, un hombre cuyo nombre era Gamaliel, y allí bajo esa enseñanza experta, él mismo se convirtió en un gran experto en la ley Judía, por lo menos como fue enseñada e interpretada por los Fariseos. Él nos cuenta que aventajaba a muchos otros. Obviamente salió primero en todas las pruebas. Él podía simplemente beber el conocimiento y la información, y aquí está, por tanto, "un Fariseo de Fariseos", experto en el entendimiento e interpretación Judía de la ley de Dios. Sí, pero otra cosa acerca de él es esta; él también nació como un ciudadano Romano. Recuerdas en el libro de los Hechos de los Apóstoles cuando él tenía que hacer su defensa después de ser arrestado, él señaló que era un ciudadano de "una ciudad no insignificante", y que había nacido libre. Él fue un hombre Romano libre. Ahora, esta es una gran cosa, es un gran honor. Leemos acerca de personas que reciben la libertad o son hechas libres de la ciudad de Londres o cualquier otra ciudad, y es un honor muy preciado. Bueno, era una gran cosa muy preciada ser un ciudadano Romano nacido libre. Roma era un grande y noble imperio y este hombre nacido en Tarso era un ciudadano Romano libre, recordarás como él hizo uso de esto en más de una ocasión y entonces, indudablemente usó esto muchas, muchas otras veces que no conocemos, haciendo su obra como evangelista. Eso es otra cosa acerca de Él. Y la tercera cosa que es importante en relación a esto, es que casualmente había sido criado en un lugar llamado Tarso. Ahora, Tarso fue uno de los tres principales centros de la cultura Griega, los otros dos fueron por supuesto Atenas y Alejandría en Egipto, pero Tarso de acuerdo a las autoridades era extrañamente igual a Atenas y Alejandría en este asunto de la cultura Griega y cuando lees el libro de los Hechos de los Apóstoles de nuevo descubres que el Apóstol había sido bien entrenado en este aspecto. Él era un hombre de cultura, conocía los poetas Griegos y podía citarlos, conocía sus filósofos y podía citarlos. Él tenía este asombroso trasfondo de la cultura Griega en su máxima expresión, sumado a su ciudadanía Romana y su nacimiento, en un sentido natural, como Judío. ¿Por qué estoy deteniéndome en todo esto? Bien, por esta razón. Esta epístola nos mostrará que este poderoso hombre de Dios fue levantado por Dios para hacer dos cosas especiales, estas dos cosas fueron, primero, la defensa de la fe contra los Judíos y el Judaísmo. Él lidió con eso en casi cada una de sus epístolas, de todos los hombres él fue uno que tuvo que contender por esto. Él nos habla en el segundo capítulo de la Epístola a los Gálatas que incluso tuvo que resistir al Apóstol Pedro a la cara en este mismo asunto. Pedro estaba empezando a fingir, Pedro estaba empezando a extraviarse en este mismo asunto, estaba asustado de los Judíos, estaba asustado ante el Judaísmo. Y quién puede decirnos que hubiese pasado con la iglesia Cristiana de no ser por el Apóstol Pablo que fue capaz de soportarlo y refutarlo y recuperarlo de nuevo a un verdadero entendimiento del evangelio. Bueno, no hay cuestionamientos alguno de que el conocimiento del Apóstol de la posición Judía que obtuvo en su crecimiento y formación como Fariseo a los pies de Gamaliel fue de inestimable valor para él. Conocía el caso desde la otra vereda mejor que ellos mismos, y así como Cristiano estaba preparado para tratar con esto y mostrarles sus falacias y finalmente refutarlos. Oh, déjame poner eso de otra forma. La dificultad que muchas personas tuvieron, muy honesta y sinceramente, fue esta: “¿cómo reconciliar las Escrituras del Antiguo Testamento en su enseñanza con este nuevo evangelio, con esta nueva fe?” Ves, el cargo que los Judíos presentaron en cada lugar contra esto fue, que era algo falso, que esto no era de Dios en absoluto, que era una plena contradicción a cualquier cosa que fue enseñada en el Antiguo Testamento, que era una innovación y por lo tanto, ellos advirtieron a la gente contra esto y una de las más grandes tareas que fue llevada a cabo por este poderoso hombre Dios fue la de ser capaz de reconciliar la enseñanza del Antiguo Testamento con el Nuevo. Él se fue, como recordarás, después de su conversión a Arabia y allí invirtió su tiempo indudablemente haciendo esta misma cosa. Él fue iluminado por el Espíritu, fue directamente a través de las Escrituras que conocía tan bien. Él encontró a Cristo en ellas en todas partes, y así cuando llegó a escribir estas epístolas, él podía poner sus citas, podía usarlas en la forma correcta, él conoce el asunto desde dentro, porque de su crianza y su trasfondo todo esto es de inestimable valor para él. Ves en ese primer respecto que su habilidad natural, su crianza y su formación fue de inestimable valor. La segunda gran cosa a la que este hombre fue llamado por Dios, fue a ser el Apóstol a los Gentiles. Él nos cuenta de eso en esta Epístola en el capítulo 15. Él magnifica su oficio como el Apóstol a los Gentiles. Bueno, no necesito convencerte. Es obvio que el hecho de ser ciudadano Romano fue de gran importancia en ese punto. Y es obvio que su conocimiento de literatura y cultura Griega fue igualmente importante. Aquí está un hombre que no solo tiene el evangelio sino que entiende a las personas a las cuales predica. Toma la forma en que él lo expresa escribiendo a los Corintios en la primera Epístola en el capítulo 9, él dice, “a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos"…“a los que están sujetos a la ley como sujeto a la ley, a los que están sin ley, para ganar a los que están sin ley."(1Co 9:20,21) Él puede hablar como Judío y puede hablar como Gentil. Él sabe de los dos, conoce su evangelio y sabe como presentarlo y predicarlo a todos los hombres. De hecho, él nos habla en el primer capítulo de esta Epístola a los Romanos, él dice, “a griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma."(vv.14,15) Ahora, pienso que esta es una de las cosas más asombrosas que uno puede contemplar, ves aquí la maravillosa manera en que Dios lleva a cabo sus grandes propósitos, como Él ha estado preparando a este hombre para todas estas grandes cosas que había preparado para él. Pero ciertamente aquí enfrentamos un muy importante principio que es de gran valor práctico para nosotros en este tiempo. Déjame ponerlo de esta forma: ¿cuál es la relación entre el Espíritu Santo y Su obra por un lado, y los dones naturales y el trasfondo por otro? Ahora, estoy seguro que muchas veces esa pregunta ha venido a ti como un problema y personas han discutido a menudo sobre esto y ha llevado a una gran confusión. Y pienso que está conduciendo a bastante confusión en este tiempo. Algunas personas parecen tener la idea que nada importa en absoluto excepto que un hombre esté convertido y que reciba el don del Espíritu. Ellos dicen, “eso es todo lo necesario y los dones naturales no importan en absoluto. Si un hombre está lleno del Espíritu, ¿por qué algo más importaría? El Espíritu es tan poderoso. Ciertamente todo este énfasis en Pablo siendo Judío y que conocía algo de la cultura Griega, y que era un ciudadano Romano no tiene nada que ver en esto. Nada más importa excepto que un hombre nazca de nuevo, se convierta y que tenga el Espíritu Santo en él.” Y déjame decirte qué hay ciertas cosas en los escritos de este hombre que parecieron dar un poco de color a esa idea. En la Primera Epístola a los Corintios en el primer capítulo, el Apóstol señala con su magnífica elocuencia que “…lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios…”(1Co 1:27) Y así recuerdas el argumento en el segundo capítulo de la misma Epístola, él dice, “…el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios … porque se han de discernir espiritualmente”(1Co 2:14) y otra vez en la Segunda Epístola a los Corintios en el décimo capítulo él dice, “porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas" (2Co 10:4). Entonces las personas dicen, en base a esto, por lo tanto no importa los dones naturales de un hombre, no importa si es inteligente o no, si es instruido o ignorante, nada importa sino este poder del Espíritu. Ahora, ¿qué pasa con esto? Pienso que estarás de acuerdo conmigo en qué hay una sugerencia de esa idea en la actualidad. Por alguna increíble razón parece ser reconocido casi como una virtud que un hombre no sea capaz en relación a los asuntos del evangelio, y que no debe tener grandes poderes naturales y que no debe tener mucho entendimiento, conocimiento y formación. ¿No hay una tendencia a decir eso? Tú sabes, esta es una tendencia que hemos visto en otros ámbitos. ¿No fue esto parte de nuestro gran problema antes que estallara la guerra en 1939? ¿No había una tendencia a confiar en el hombre que decía, “No soy inteligente, solo soy honesto”? Como si no pudieras ser inteligente y honesto al mismo tiempo. “Soy solo un simple hombre, no aspiro a un gran entendimiento y no soy un gran orador, solo soy un honesto hombre común.” Y nosotros le creímos. Había otro hombre que nos advirtió a todos, y dijimos, “no puedes confiar en este hombre, es inteligente, es un militarista no lo escuchen; es un arribista, es demasiado capaz, no puedes confiar es estos hombres. Debes tener al hombre simple y sencillo.” Bueno, recuerdas lo que ocurrió, casi condujo al desastre y a la ruina de este país. Ahora, digo que hay un peligro que podemos aplicar como una clase de argumento en relación con la expansión del evangelio, pero es una terrible falacia, déjame mostrarte por qué lo es. La Biblia misma contradice eso. Ve a través de la Biblia y advierte los hombres que Dios usó en la manera más notable, y encontrarás en cada caso que ellos fueron hombres excepcionales y con sobresaliente habilidad a quienes Dios había preparado en una inusual manera. Mira a Moisés, por ejemplo, con su habilidad natural. El aprendizaje que obtuvo en allí en la casa de Faraón y todo lo que significó para él en su preparación y la habilidad que siempre desplegó. Observa a un hombre como David por ejemplo. Lee sus Salmos. ¡Qué notable persona era! ¡Qué excepcionalmente capacitado! Mira a Isaías. Lee sus grandes momentos, observa su brillante y conmovedor lenguaje. Él fue un gran poeta entre otras cosas. Observa a un hombre como Jeremías, quien había sido formado como un sacerdote. Observa su método de argumentación. Y así sucesivamente. Y cuando llegas al Nuevo Testamento, esto no sólo es verdad de este hombre, Saulo de tarso quien se convirtió en Pablo. Es igualmente claro en otros hombres como el Apóstol Juan quien, aunque no fue grandemente preparado, fue claramente un hombre de sobresaliente habilidad. Bueno, esto no es solo enseñado en la Biblia, lo tienes en la historia de la iglesia a través de los siglos. Ya he mencionado a Agustín. He mencionado a Martín Lutero. Podría mencionar a Juan Calvino, podría mencionar a Jonathan Edwards, podría mencionar a Juan Wesley. Hombres de una notable habilidad, quienes en un sentido natural fueron inusualmente dotados. Estos eran los hombres que Dios parece haber usado de la manera más notable en llevar sus grandes propósitos a cabo en la extensión de Su Reino y dando forma a la iglesia. Es perfectamente claro que Dios ha usado hombres de habilidad natural y cuyas circunstancias en relación con sus vidas habían sido excepcionales. Muy bien, entonces deduciría los principios que siguen en relación con este asunto. Déjame señalártelas. No hay nada de malo en los dones mismos. Tenemos dones naturales, es Dios quien da a todo hombre sus dones naturales, el hombre no crea sus propios dones. Shakespeare no es responsable de su propia habilidad, todos los dones son dados por Dios. Por lo tanto, es contrario a las Escrituras y anti cristiano, censurar los dones naturales. La fe Cristiana no premia la ignorancia o la torpeza. No hay beneficio en la vida Cristiana en caer en esa categoría. Pero déjame ir más allá. Los dones naturales, en segundo lugar, no deben hacernos dependientes, y no debemos gloriarnos en ellos. Y eso es lo que al Apóstol Pablo le preocupaba escribiéndole a los Corintios. El problema con estos Cristianos Corintios no era que tenían dones, sino que confiaban en ellos, se jactaban de ellos y se gloriaban en ellos. Ahora, eso es algo que es denunciado en cada parte de las Escrituras. No hay nada de malo en los dones mismos pero si me glorío en ellos y digo que porque los tengo no necesito el Espíritu Santo, bueno, entonces estoy totalmente equivocado. Pero, en tercer lugar, los dones naturales no son eliminados o puestos a un lado por el Espíritu Santo. Lo que el Espíritu Santo hace es controlarlos y usarlos. Ahora, así es como entendemos cómo Dios usó a estos hombres que he mencionado en las Escrituras. Tú ves, cada uno de estos hombres tenía su propio estilo, si alguien lee una porción de la profecía de Isaías, tú lo reconocerías, ¿acaso no? Serías capaz de decir, ¡Ese es Isaías! Seguramente si leo una porción de una de las epístolas de Pablo, nadie, que ha conocido algo sus Escrituras, sugeriría que ese es Pedro o Juan. No, no, cada uno de estos hombres tenía su estilo, ellos no se parecen en nada. No son mecánicos. El Espíritu Santo no les dicta. Lo que el Espíritu Santo hace, por su puesto, es tomar a estos hombres con todos sus dones y capacidades, y usarlos y emplearlos. Ahora, veremos todo eso cuando vayamos a través de esta Epístola a los Romanos. Estará impreso aquí, por el orden, por la lógica, por los argumentos, por la profundidad, por la gran emoción, por la urgencia de espíritu, por la energía con que él escribe. Todas sus características naturales, estos atributos que Saulo de Tarso tenía, han sido tomados por el Espíritu y son desplegados en toda su magnificencia en esta poderosa Epístola. ¡Oh, cuan importante es esto que deberíamos entender! Nuestra doctrina Bíblica de la inspiración de la Escrituras no es un dictado mecánico. El Espíritu Santo, digo, toma a los hombres que se han rendido a Él y usa todos los dones con los que están dotados. Fue Dios quien entregó a este hombre estos dones, fue Dios quien se encargó que Pablo naciera en Tarso. Fue la forma de Dios de prepararlo. Tenía una tarea para él. ¿No ves la gloria de Dios brillando en todo esto? El hombre preciso en el preciso momento, para una particular tarea. Observa esto en el caso de Martín Lutero. Este es el hombre, digo, que trajo la reforma Protestante. El hombre que ha sido entrenado como monje, el hombre que sabe todo acerca de Roma desde dentro. Ese es el hombre que Dios usó. Él no toma a un hombre que no sabe nada acerca de estas cosas y lo llena con el Espíritu y lo usa. No, no, Él ha preparado sus hombres, y así ha continuado haciéndolo a través de los siglos, y siempre. Y mis queridos amigos, digo qué hay una lección personal para ti y para mí en esto. ¿Has sido recientemente convertido? Bueno, no dejes que el diablo te tiente pensando que todos tus dones naturales no tienen valor y son inútiles. Has usado tu personalidad en tu antigua vida, Dios quiere usarla en esta nueva vida. Has usado tus dones en tu antigua vida, en tus negocios, en tu pecado. Los mismos dones pueden ser usados cuando testifiques, en tu conducta cristiana. Esa es la lección que encuentro aquí. Todos tenemos nuestros dones, traigámoslos, por tanto, de vuelta a Él, que Él pueda usarlos. No intentemos ser igual a los demás. No estamos destinados a serlo. Dejemos a Dios usar los dones que Él nos ha dado. Así que, yo a mi modo y tú a tu modo, y otros en los suyos, que todos juntos seamos como un gran coro, cantando un potente himno para Dios. Eso es lo que Dios hace en la naturaleza y en la creación. No hay dos flores iguales, ninguna es idéntica. No hay dos aves idénticas. Cada uno tiene algo diferente y de este modo Dios despliega Su gloria en la variedad y el encanto de la naturaleza. Pablo - ¡sí! El hombre que fue necesario para establecer los fundamentos, para proteger la verdad contra el Judaísmo, para presentarla en toda su gloria a los Gentiles. Pablo, como veremos, un siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios. Oremos. Oh Señor nuestro Dios, nos humillamos ante ti cuando comprendemos lo asombroso y lo maravilloso de tus caminos. Admitimos oh Dios, que son inescrutables. Oh, profundidad de las riquezas de la sabiduría y el conocimiento de Dios. Sus caminos son insondables. Oh Señor, te agradecemos por haber tenido un vistazo de esto en esta tarde, aunque solo hemos considerado el nombre de tu gran siervo, el Apóstol. Oh, ayúdanos, oramos a ti, a comprender esta verdad. Que podamos pensar como deberíamos de cada don natural y poder que tú nos has dado. Por todo lo que tú has dispuesto y llevado a cabo en nuestras vidas en el pasado. Ayúdanos a ver que todas estas cosas son destinadas para traernos a donde estamos en este momento y que tú puedes usarlas todas para el avance de tu Reino y tu propio honor y gloria. Señor bendice eso. Y ahora que la gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo, habite y continue con nosotros esta noche y durante el resto de esta corta e incierta vida y peregrinación terrenal, y por siempre, Amén. [1] Este sermón es el primero de la serie, fue predicado el 7 de Octubre de 1955.