Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EN LOS EVANGELHOS
L 0 QUE S,E DEBE BUSCAR EN LOS EVANGELIOS *
40 12: "Tened ánimo, tened ánimo, ,mi querido pueblo, dice vuestro
seiior Dios. Hablad a1 corazón de Jerusalén, anunciadle que su pecado
esta perdonado; que su iniquidad ha terminado; que ha recibido de
la mano de1 Seiior un doble beneficio por todos sus pecados, etc."
Estos dos beneficios se refieren a Ias dos dimensiones de Cristo, e1
cual es don y dechado a Ia vez, 10 cual también queda sefialado por
la doble herencia que Ia ley de Moisés adjudica a1 hijo primogénito 13.
A ello se refieren también muchas otras metáforas.
Es realmente vergonzoso que nosotros, 10s cristianos, hayamos lle-
gado a1 extremo de ser negligentes respecto a1 evangelio. No 9610 no
10 entendemos, sino que es necesario qu'e mediante otros libros y exd-
gesis se nos indique que
-
podemos
-
buscar en é1 y esperar de 61.
Pues precisamente para eso se han escrito 10s evangelios y Ias
cartas de 10s apóstoles, para que ellos mismos sean tales indicadores,
orientándonos en la Escritura de 10s profetas y de Moisés, es decir en
e1 Antiguo Testamento, e instruyéndonos para que leamos alli mismo
y veamos cómo Cristo está en ella envuelto en pafíales y puesto en
e1 pesebre, es decir, cómo está contenido en Ia Escritura de los profe-
tas. De este modo deberíamos ejercitarnos en e1 estudio y Ia lectura
para ver quién es Cristo; para qué nos ha sido dado; para qué ha
sido prometido y c&mose refiere a 61 toda la Escritura, tal como 61 mis-
mo dice en Juan 5 14: "Si Ie creyesels a Moisks, también me creeriais a
mí; porque de mí escribió 61". Asimismo: "Escudrifiad t investigad las
Escrituras; puesto que ellas son Ias que dan testimonío d e mí" 16.
A esto se refiere Pablo en e1 primer capítulo de la epístola a 10s
romanos, cuando en e1 mismo comienzo dice, en e1 saludo 18, que e1
evangelio ha sido prometido por Dios por medio de 10s profetas en
Ia Sagrada Escritura. A esto se debe que 10s evangelistas y apóstoles
nos remiten siempre a las Escrituras, diciendo: "escrito está", y asi-
mismo: "esto aconteció para que se cumplieran Ias Escrituras de los
profetas", etc. En Hechos 17 17, cuando 10s tesalonicenses escucharon
Ia palabra con todo agrado, dice Lucas que estudiaron y escudriiía-
ron día y noche Ias Escrituras para ver si estas cosas eran así. Igual-
mente en la introducción de su carta dice San Pedro: "En busca
de esta salvación vuestra han averiguado 10s profetas. 10s cuales pro-
fetizaron acerca de la gracia que había de venir a vosotros, investi-
gando a qué tiempo y circunstancia apuntaba el Espíritu de Cristo
12 1s. &:I-2.
Véase Dt. 21:17.
14 Jn. 5:M.
15 Jn. 5:39.
' 6 Ro. 1 2 .
7' Hch. 17:ll. En realidad se refiere a 10s bereanos.
1s 1 P. 1:lO-12.
que estaba eii ellos, e1 cual preanunciaba 10s sufiirnientos que hay ea
Cristo y la gloria que !e sobrevendría; !o cual también les frie reve-
lado, pues no !ian expiiesto para elios ~nismos, sino para nosotros,
estas cosas que ahora se predican entre nosotros por e1 Espíritu Santo,
enviado de1 cielo, cosas qize también 10s ángeles qiiisierari ver".
;@é se propone Pedi-o con todo esto sino introducimos en la
Escritura? Es como si quisiera decir: "Os predicamos y os abrimos
la Escritura por e1 Espiritu Santo, para que vosotros mismos podáis
leer y ver lo que liay en ella y de qué iiempo escribieron 10s profe-
tas". Lo inisiiio clire é1 tamlaién en Hechos 4 1" '"De estos días liabla-
ron todos 10s profetas que I?aii profetizaclo, tlescle Sainuel y rn ade-
lante. Por eso niismo dice tambiéil Lucas, en e1 último capítuloa0,
que Cristo ies ahrió a 10s apóstoles e1 sentido, para que enteiirliesen
las Escrituras. Y Cristo clice, en Juari 10 "', que é1 es la puerta; que
por é1 hay que entrar, y a1 que entra por é,' le abre e1 portero (el
Espíritit Santo), para qite encrrenti-e pastos y Ia bienaventuranza. Re-
sulta, pues, evidente, a! iin y al cabo, que eX evangelio mismo es
indicador e instructor eii cuanto a la Esc:-itiira, cle la mismo manera
que yo, con este prólogo, iie qiiei-ido hacer ver e1 evangelib y ensefiai-10.
Pero mira, jqu6 nifios biienos, delicacios y piadosos somos! Con
e1 objeto de rio tener que estritliar la Escritura y aprender a concccr
a Cristo eri ella, cfesechanios todo e1 Antiguo Testamento, como si ya
liubiera caducaclo y no tiiviera ningíiri ~lalor.Y , sin embargo, sóío é1
Ileva e1 nombre de "Sagrada E~critura", no siendo e1 evançelio pro-
piamente ninguna "Escritura", sino "palabra oral", qiie expone la
Escritura, como lo hicieron Cristo y 10s apóstoles. Por tanto, Cristo
mismo no escribió nada, sino solamente hablaba. No llamó "Escritura"
a su enseiíanza, sino "evangelio", to que es "buena noticia" o "un
I~iienanuncio", que no Iia de propagarse por Ia plilma, sino por la
boca. Nosotros, empero, nos apresuramos a hacer de1 evangelio un
código de leyes; un manual c1e manclarnientos, convirtiendo a Cristo
en u n lifoises, y a1 que vino a auxiliarnos 10 convertimos en u n sim-
ple maestro. Lo j,usto es que nos haya dejado sucumbir a Ia doc-
trina del papa y a mentiras de hombres, época en la que desecha-
inos su Escritura, y, en lugar tle la Escritiira Sagrada, tuvimos que
aprender las decretales de rin insensato mentiroso y farsante malicioso.
iOjalá se coiiociera entre 10s crisiianos e1 evangelio genuino, y ini
trabajo careciera de toda utilidad y f~xerasuperfluo! E n ese caso, se
podría esperar que ta,mbién la Sagrada Escritura resurgiese en s z dig-
riidad. Basta esto para u n prcilogo de instrucción en muy pocas pa-
[abras. Nos proponemos expiayarnos más e n la exégesis. .4mén.
19 Hch. 3:Z.t.
20 Lc. 24:45.
21 Jn. 10:2 y sigs.