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‘’Año de la Unidad, la Paz y el Desarrollo’’.

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS.

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO.

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN:
Tercería de Propiedad.

AUTOR (ES):
Pinedo Silva, Mara Rossy.
Romero Risco, Claudia Isabel.
Sánchez Pérez, Sharon Esmeralda.

ASESOR:
Abg. Gesell Edinson Leihgton Mendez Ibañez.

ASIGNATURA:
Derecho Civil V

TARAPOTO – PERÚ
2023

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 DEDICATORIA

El presente trabajo es dedicado a

nuestra familia,

y a Dios,

quienes han sido parte fundamental

y pieza clave de apoyo

para la construcción de

este informe académico.

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 ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN ................................................................................................... 5
2. DESARROLLO ...................................................................................................... 7
2.1. BASES CONCEPTUALES .................................................................................. 7
2.2. ANTECEDENTES ............................................................................................... 10
2.3. JURISPRUDENCIA ............................................................................................ 11
2.4. NORMATIVA........................................................................................................ 12
2.5. PROBLEMÁTICAS SOBRE TERCERÍA DE PROPIEDAD O DOMINIO ...... 13
3. CONCLUSIONES ................................................................................................ 18
4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .................................................................... 20

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 1. INTRODUCCIÓN

Las personas, todas por igual, somos sujetos de derecho. Desde hace mucho
tiempo atrás, el acceso a la justicia como derecho de toda persona, da lugar a la
tutela judicial que el Estado brinda a sus habitantes. En base a esto, se puede
comprender que su acceso, es un derecho que posee toda persona para obtener
un mandato judicial que sea acorde a nuestro ordenamiento jurídico vigente y,
sobre todo, a una sentencia. Existe una definición fundamental en torno a esta
temática, y es que la Organización Internacional de las Naciones Unidas, la
considera como regla básica de un estado de derecho, pero, ¿Por qué detallar
sobre ello? ¿Es acaso el acceso a la justicia, el tema de esta investigación? La
respuesta es un no en parte, y esto en razón que puede ser considerado como
base para el presente trabajo de indagación junto al derecho de propiedad. En
contraste con lo anterior, el contenido a desarrollar radica en uno de los asuntos
contenciosos que el proceso abreviado tramita: Tercería. (Art. 486°, inc 5.). El
proceso, como su mismo nombre lo menciona, es de carácter abreviado, pero
esto es aparentemente teórico, ya que en la práctica o en la realidad, no se
ejecuta de la misma forma o existen cuestiones que no han llegado a un acuerdo
como tal. Además, es crucial resaltar lo que se abordará, y es que debemos
iniciar explicando sobre la procedencia de la tercería, específicamente de su
primer tipo, el cual es la ‘’tercería de propiedad o de dominio’’, asunto que se va
a detallar con mayor énfasis en el presente trabajo para su máximo
entendimiento.

De manera análoga, es importante entender la realidad problemática que este

proceso contencioso conlleva, y es que tiene distintas cuestiones que se
debaten, algunas ya resueltas por precedentes vinculantes, claro ejemplo es la
Sentencia de Casación 3671 - 2014 - Lima, sobre ‘’la preferencia del embargo
inscrito y la propiedad no inscrita’’; pero hay otros que siguen teniendo diferentes
posiciones sin llegar a un acuerdo en común por una única respuesta. En pocas
palabras, la problemática que se va a desglosar gira en torno a la competencia
del juez en la tercería de propiedad y a los efectos que produce.

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En las dos situaciones antes expuestas, la formulación del problema de este
trabajo es: ¿Ante qué juez se debe interponer la demanda de tercería o es
suficiente con responder ‘’el Juez del proceso en el que se interviene’’?;
asimismo, en segundo lugar, sobre la controversia de los efectos, ¿se originan
con la sola interposición de la demanda o se necesita que el Juez lo admita a
trámite?

Con lo planteado, podemos desde ya, direccionarnos directamente al propósito

de este trabajo, el cual es detallar, describir y desglosar todo lo concerniente la
tercería, en su tipo: tercería de propiedad. Esto abarca desde su concepto más
general hasta el más específico, así como aspectos y características
fundamentales, doctrina y jurisprudencia que nos ayuden a dilucidar dudas, así
como a ampliar nuestros conocimientos, el marco normativo desde su ubicación
en el código respectivo hasta la forma de interponer la demanda. Solo así, se
logrará identificar los alcances y las limitaciones que poseen. Por ello, es
necesario analizar e inferir las problemáticas planteadas en la formulación del
conflicto mencionado, para así poder tener una respuesta idónea sobre el tema
en cuestión. Entendiendo esto, podemos puntualizar cuál es la forma más ideal
de aplicar y seguir este proceso contencioso.

En consecuencia de lo narrado hasta este momento, nos hemos propuesto

objetivos que van a dar respuesta a la formulación del problema previsto. El
objetivo general radica en encontrar una posible respuesta a la competencia del
Juez y a los efectos que produce la tercería de propiedad en nuestro país. Por
consiguiente, nuestros objetivos específicos para ambos son: (1) Analizar la
problemática fijada e identificar cuáles son las posiciones distintas que las
abarcan; (2) Establecer lo que falta subsanar en el tratamiento legal de nuestro
país para solucionar el problema proyectado.

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 2. DESARROLLO

2.1. BASES CONCEPTUALES

2.1.1. Embargo:
El embargo desde su parte conceptual, viene a ser una medida que está
destinada a asegurar un bien mueble o inmueble que se encuentra en
propiedad de un ‘’deudor’’. El objetivo fundamental es garantizar el pago de la
deuda que le corresponde al sujeto que se denomina ‘’acreedor’’. Es decir, en
términos más específicos, se pretende inmovilizar los bienes que posee el
deudor para asegurar que lo obtenido sea utilizado para satisfacer la deuda.

2.1.2. Propiedad:
La propiedad debido a su alcance y estimación, ha logrado hacerse presente
a lo largo de los años, logrando ser estudiada no sólo por conocedores del
derecho, si no por diversos profesionales. El hombre, de manera constante ha
buscado a través del tiempo mostrar poder frente a sus semejantes siendo el
dominio de tierras su principal arma para conseguirlo. Posee carácter
constitucional, por lo que es definida como la facultad que dispone una
persona, titular, de poder ejercitar distintas facultades sobre un bien
específico, de carácter económico y con proyección social, permitiendo su
disposición libremente de acuerdo a su voluntad y dentro de los confines de
la ley.

Ahora bien, este derecho real posee dos posiciones. Desde una posición
subjetiva, este derecho reconocido constitucionalmente, presume el amparo
de todas aquellas facultades, cargas, deberes y obligaciones que consienten
al titular el goce de sus bienes conforme a su libre albedrío y a las restricciones
establecidas por ley. Desde una posición objetiva, como precepto de rango
constitucional establece junto a otros, nuestro modelo de economía social de
mercado, el cual encuentra sus bases en el reconocimiento de las distintas
formas de propiedad.

Dentro de las facultades mencionadas con anterioridad encontramos:

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 ➢ Uso: Entendido como la facultad de poder utilizar el bien de
acuerdo a su naturaleza, es decir para lo cual existe, pero sin llegar a
afectar su esencia.
➢ Goce o disfrute: Dentro de esta facultad, la propiedad logra
obtener contenido económico y el titular obtiene el aprovechamiento de
los frutos y productos del bien.
➢ Disposición: Esta facultad se encuentra relacionada con la libre
enajenación del bien o el daño o extinción del mismo.
➢ Reivindicación: Facultad por la cual el titular podrá acudir a la
justicia con el fin de proteger su bien de la irrupción de terceros ajenos a
derecho.

2.1.3. Documento de fecha cierta:

Un documento de fecha cierta, se entiende como una certificación real que
comprueba la ejecución de un acto jurídico en una oportunidad precisa. Nace
para solucionar la coincidencia o afluencia de más de un solo derecho y así
eludir las secuelas que podría promoverse dentro de nuestro ordenamiento.

2.1.4. Competencia:
Con respecto a la competencia, esta es entendida como una especie de
división o repartición de la jurisdicción entre las diferentes autoridades de
característica judicial. En palabras más específicas, es una especie de
facultad que un funcionario del Estado posee, sin embargo, también lo limita
a determinadas acciones o funciones. En este sentido, es necesario
relacionarlo con el tema, y es que, al concentrarnos en la competencia de un
juez como tal, tenemos que entender que todos los jueces mantienen su
jurisdicción, ya que ejecutan de manera directa la función jurisdiccional, pero
no deben salirse de la competencia que se les ha sido asignada por nuestro
ordenamiento legal. Otro rasgo de este subtema, radica en que es vista desde
dos aspectos, el objetivo y subjetivo. Con base al primero, se debe a lo que
dicta la ley en relación al juez y su ejercicio jurisdiccional; el segundo, en la
simple facultad o capacidad que es conferida a este magistrado para el
ejercicio de su competencia dentro del margen legal.

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2.1.5. Efectos jurídicos:
El principal efecto jurídico que causa la admisión a trámite de la tercería de
propiedad radica en la interrupción de un posible proceso de ejecución, aun
cuando exista una resolución que ordenara la transacción de los bienes,
objeto de la pretensión.

2.1.6. Tercería:
La tercería desde su descripción simple, se da cuando un tercero inicia un
proceso en contra de quienes participan de otro proceso anterior. A esta
figura, le corresponden dos tipos:

➢ Tercería de Propiedad: Conocida también como tercería de

dominio. Este tipo destaca como un incidente en un proceso de embargo,
ya que se va a decidir si este último procede o no. Aquí, el tercerista va
a realizar una solicitud para levantar el embargo sobre su bien afectado
por el cumplimiento de una obligación ajena. Es decir, protege su
derecho de propiedad.
➢ Tercería de Derecho Preferente: Conocida también como tercería
de mejor derecho o de prelación. En este tipo, la persona denominada
‘’tercerista’’, encontrándose en un proceso de ejecución como
‘’acreedor’’, va realizar una solicitud para que su crédito sea pagado
antes que otros acreedores que posee el mismo deudor.

2.1.6.1. Intervinientes o sujetos de la tercería de propiedad:

➢ El tercerista: Persona que interpone una demanda de tercería,
quien no es parte del conflicto, pero su bien ha sido afectado en el
proceso, o en este caso, por un embargo, y puede y cuenta con los
recursos para poder oponerse a dicha acción sobre el bien en litigio. Este
pretende salvar su patrimonio del proceso de embargo que ha sido
solicitado por derecho a una persona llamada el acreedor ejecutante,
sobre el bien de alguien más en nombre del deudor.

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 ➢ Acreedor ejecutante: Sujeto que ha realizado un proceso judicial,
en contra de una persona que ha realizado una deuda con esta, y
mediante la solicitud de un embargo, pretende solventar la deuda que ha
adquirido con este.

➢ Deudor: Sujeto que ha adquirido una deuda con la garantía de los

bienes de un tercero, y se ha iniciado un proceso de embargo a nombre
de éste.

2.2. ANTECEDENTES

2.2.1. Nacional:
Como antecedente nacional se consideró al trabajo académico de (Lama
More, 2007: 119), el cual, concluyó lo siguiente: Alrededor de los años 1997 y
1998, debido a una gran cantidad de interposición de demandas de tercerías
de propiedad contra garantías reales inscritas, que tenían como objetivo lograr
detener la masiva ejecución de actos de subasta de bienes gravados; se
originó un debate entre los distintos funcionarios de los órganos judiciales,
donde se buscaba determinar si efectivamente debían o no ser admitidas,
decisión que resultaba significativa, ya que su admisión interrumpe su
subasta.

La tercería de propiedad fue introducida como punto de agenda al IV Pleno

Jurisdiccional civil en el año 2000, específicamente los días 23 y 26 de agosto,
llevado a cabo en la ciudad de Tacna, donde se acordó por mayoría que la
tercería de propiedad no sería admitida en casos contra garantías reales
inscritas. La posición asumida, se fue adoptando de manera gradual dentro
de los diferentes órganos jurisdiccionales, convirtiéndose en una inclinación
dentro de las sentencias de casación remitidas por las Salas Civiles de la
Corte suprema de la República, declarando la improcedencia a trámite de las
tercerías de propiedad. Sin embargo, esto daría un giro inesperado, cuando
alrededor de los años 2001 a 2003, se remitieron casaciones, donde si bien
es cierto se declaran infundadas las demandas de tercería; de una forma tácita
se reconocería que estas si contendrían un petitorio jurídicamente posible,

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 entendido dentro de dicha lógica, una posible admisión, contradiciendo por
completo la posición que se había adoptado hasta el momento.

La falta de una posición homogénea en relación a este tema, demuestra lo

complicado de su naturaleza, solicitando de manera inevitable deliberar sobre
él y fomentar la discusión sobre todos aquellos puntos relacionados a la
incertidumbre planteada, de tal manera que se pueda acceder a una posición
uniforme y competente.

2.3. JURISPRUDENCIA
Una de las formas más recurrentes de conocer un tema es con la jurisprudencia,
la cual, nos brinda alcances reales de sucesos que han dado lugar a ejemplificar
lo tipificado en la ley. Esto nos brinda una idea más clara de cómo podemos
resolver un caso, aclarando lo que se estaría poniendo en duda para este tipo
de casos, tal y como es en el nuestro, la tercería. Para ello, las casaciones son
una fuente muy importante de solución de conflictos. Por este motivo, tenemos
como ejemplo a la Casación 3671 - 2014 - LIMA, siendo el séptimo pleno
casatorio de la Corte Suprema de Justicia de la República.

Este texto aborda la siguiente pregunta: ¿Qué debe prevalecer en caso de

conflicto, el embargo inscrito o la propiedad no inscrita? También sostienen
que, en mayoría, sobre los hechos de fondo de los procesos de tercería no sería
el de probar el derecho no inscrito que menciona el demandante, sino, más bien,
de existir tal derecho, resultaría oponible al acreedor ejecutante, quien sí tiene
un embargo inscrito a su favor, con esto, se estaría hablando de una oponibilidad
de derechos. Plantea también que la discusión a estos problemas, es tarea del
derecho sustantivo, más que del derecho procesal.

La jurisprudencia establece un importante requisito para que la demanda de

tercería sea admitida, y es que, el documento sea de fecha cierta, no obstante,
para que esta demanda pueda ser fundada, se debe garantizar que la fecha del
documento sea anterior a la inscripción del embargo, para así probar la buena
fe, de lo contrario, se podría entender que este ha adquirido el bien a sabiendas
que, sobre este, recae una inscripción de embargo. Asimismo, otro aspecto que

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podemos señalar de esta jurisprudencia es que, cuando se trata de resolver
estos conflictos, es importante revisar el derecho registral, pero también, según
el artículo 2022° de nuestro código, la oponibilidad de dos derechos de carácter
real de diferente naturaleza, deben resolverse por medio del derecho común, lo
cual, deja entrever una frase bastante general, y deja pie a dudas, pero al mismo
tiempo, no cierra las posibilidades de solución.

2.4. NORMATIVA
En nuestra legislación (CPC), tenemos al Título II que hace referencia al Proceso
Abreviado; en dicho título, en su capítulo II, se encuentran divisiones por
subcapítulos, y es justo en esa división, que encontramos al subcapítulo 5, el
cual nos describe todo lo concerniente a la normativa de la Tercería.

Por esta razón y acorde al artículo 533°, el fundamento de la tercería halla su

base con el demandante y demandado, fundándose en la propiedad de los
bienes que han sido afectados de manera judicial debido a una medida cautelar
o para la ejecución misma; o en el derecho preferente de pago de acuerdo al
precio de los bienes. De la misma forma, en su segundo párrafo, señala también
que puede fundarse en la propiedad de bienes afectados con una característica
especial, que posea garantías reales, al estar el derecho del tercerista inscrito
con anterioridad a la afectación.

El artículo analizado, da paso al siguiente, que manifiesta sobre la oportunidad

– art. 534° del mismo cuerpo normativo– en donde se detalla la tercería de
propiedad como tal, la cual puede interponerse antes de iniciarse el remate del
bien, resaltando que puede ser en cualquier momento. A su vez, en su párrafo
posterior, nos brinda un dato muy importante que nos abre a la primera
problemática de este trabajo de investigación, y es justamente sobre la
competencia. Aquí, se menciona que la competencia es para el Juez del proceso
en el que se interviene.

El siguiente artículo desarrollado en este subcapítulo, es el 535°, el cual hace

referencia a la inadmisibilidad, punto que es importante, ya que nos menciona

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que la demanda no será admitida cuando no se reúna los requisitos del art. 424°
– Requisitos de la demanda–, y, además, el demandante no logre probar el
derecho que tiene mediante un documento público o privado de fecha cierta.
Motivo claro que demuestra que no se estaría dando la garantía requerida por el
Juez para responder por los daños que se pudiera ocasionar mediante este
proceso.

Por consiguiente, el artículo 536° referente a los efectos de la tercería de

propiedad, tiene su pilar fundamental en que, admitido este proceso contencioso,
se tiene que suspender el proceso anterior si es que se encontrara en la etapa
ejecutoria, esté consentida o ejecutoriada la resolución que tiene la orden de
venta de los bienes, salvo que se encuentren sujetos a deterioro, desaparición,
corrupción o que la conservación de estos resulte en un costo excesivo. De igual
manera, en el párrafo siguiente, detalla que la figura del tercerista puede llegar
a obtener la suspensión de esta medida o de la misma ejecución, sólo si la
garantía es suficiente a criterio del Juez, en caso de no probar que los bienes en
cuestión son de su propiedad.

Finalmente, en el artículo 538° –Connivencia y malicia–, refiere que, si se

encuentra pruebas sobre la connivencia entre el demandado del primer proceso
y el tercerista, se deberá imponer a ambos y a sus abogados, una multa
respectiva no menor de cinco ni mayor de veinte (URP), agregando la
indemnización por daños y perjuicios, costos y costas del proceso. Asimismo, el
Juez va a remitir al Ministerio Público la copia de los actuados, la cual debe estar
certificada. Esta misma sanción, se aplicará para los que hayan solicitado y
ejecutado de manera maliciosa una medida cautelar.

2.5. PROBLEMÁTICAS SOBRE TERCERÍA DE PROPIEDAD O DOMINIO

La tercería como muchos otros procesos civiles, no están exentos de carencias

con respecto a la claridad normativa y situacional, la cual, llega a generar
conflictos inminentes en un proceso civil. En esta ocasión, vamos a indagar dos
de ellas, y ver cuáles son los hechos conflictivos de este proceso de tercería.

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2.5.1. ¿Ante qué juez se debe interponer la demanda de tercería o es
suficiente con responder ‘’el Juez del proceso en el que se
interviene’’?
Nuestro código civil no señala específicamente esta función, lo que
deja al aire la pregunta de: ¿Frente a quién se debe presentar una
tercería?
Siguiendo la lógica que menciona Ariano Deho sobre el tema, estaría
claro que este proceso se presenta frente al Juez que ha inscrito el
embargo, de lo contrario, podría ser puesto a disposición de
cualquier otro juez competente en los procesos abreviados en el
ámbito civil. Y, citando al artículo 534° del CPC, sobre la oportunidad,
en su segundo párrafo menciona que, el Juez competente es el del
proceso en el que se interviene, cosa que deja mucho a la
imaginación, ya que no aclara cuál Juez es específicamente el que
debe conocer los procesos de tercería. La ambigüedad de esta
norma, genera un conflicto para los litigantes, causando que la
competencia de los jueces se vea cuestionada.

Es menester que tal incógnita procesal sea respondida con otras

preguntas, ya que, la verdadera causa del proceso debe basarse en
lo siguiente: Al contestar un embargo inscrito sobre el bien en litis,
¿Debería realizarse un nuevo proceso con la tercería? o ¿Debe
continuar el hilo del proceso que dio por inscrito un embargo en la
misma instancia, y con el mismo juez? ¿Es el proceso de tercería
una especie de contestación al embargo inscrito?

La cuestión es clara; recapitulando lo que sucede en el cobro de la

garantía de una deuda adquirida por una persona, que claramente
ha inscrito el bien de un tercero para tomar para sí un préstamo, y
viendo que no se ha satisfecho, se procede a cobrar la deuda del
bien que resulta en garante, por lo tanto, el acreedor, procede a
realizar un proceso de embargo, que, luego de una evaluación por
el juez competente, se inscribe y posteriormente, valga la
redundancia, se notifica que hay un embargo con el objetivo de

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 ejecutarse en el lugar, y pues, al enterarse de esto, el verdadero
dueño del bien realiza una demanda de tercería en contra del
embargo inscrito; por lo tanto, al recabar todo esto, con esta acción
¿no se estaría realizando la contestación de la misma? y con esto,
¿siguiendo el hilo de un mismo proceso donde el que va a conocer
las pretensiones es el mismo juez que ha inscrito el bien?
La respuesta es fácil de responder, pero pongamos sobre la mesa
que los procesos de tercería son parte de los procesos abreviados,
donde los jueces competentes para conocer los casos son los
Jueces de Paz Letrado y los Jueces Civiles, cosa que también
depende del monto de Unidades de Referencia Procesal, y por lo
mismo, son un caso independiente que busca el levantamiento de
un embargo sobre su bien que se ha visto afectado por una
obligación ajena, siendo que se pretende proteger sus bienes de la
responsabilidad de alguien más ajeno a su derecho de excluir como
propietario, y no es simplemente un mero trámite dentro del proceso
de embargo.

Estas posiciones se contraponen, por lo que su determinación viene

a depender del contexto en el que se susciten las cosas. Y la
solución para esta problemática es la redirección de la demanda de
tercería al juez que esté más capacitado para conocer el proceso,
hasta que algún pleno aclare tal situación. Ahora mismo, la solución
no es clara, sino que es circunstancial, a criterio propio.

2.5.2. Efectos jurídicos que produce la admisión a trámite de

la Tercería de Propiedad en nuestro país.
Siguiendo a conformidad con lo mencionado en párrafos anteriores,
la tercería de propiedad se establece como un proceso por el cual
una tercera persona afirma ser el titular del derecho de propiedad de
un bien que ha sido embargado en otro proceso o se encuentra en
transcurso de serlo; siendo su derecho disputable al derecho del
acreedor. El objeto de este proceso, reside en que el magistrado
ordene desafectar el bien que asegura le pertenece. La realización

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del objeto de este proceso, supone la aparición de efectos jurídicos
relacionados con el auto de admisión de la demanda de tercería,
donde nuestra normativa dispone dos posturas:
➢ La primera postura, nos explica que una vez admitida la
demanda y acreditada con documento público o privado de fecha
cierta, el derecho de propiedad por parte del tercerista, se
ordenará levantar el acta de resolución que autorice la
transacción de los bienes objeto de la pretensión. Siguiendo a
Hinostroza, el consentimiento a trámite de una demanda de
tercería de propiedad, suspenderá la transacción de los bienes,
siempre y cuando, el proceso se encuentre en ejecución y antes
de producirse la liquidación. De ninguna forma, tendrá
oportunidad antes ni después de dicho instante procesal. Esto
se comprende debido a que su objetivo primordial está en
prevenir la enajenación forzada de bienes y la imposición de
medidas cautelares incorrectamente impuestas.

➢ En relación a la segunda postura, de ser admitida la demanda y

el tercerista no haya logrado acreditar la propiedad del bien con
ningún tipo de documentación, podrá conseguir la interrupción
de la medida cautelar o su posible ejecución, ofreciendo un
respaldo que deberá ser suficiente a punto de vista del
magistrado.

Dentro de esta coyuntura, la interrupción de la medida cautelar,

no se encuentra ligada tanto al fin de la tercería, si no al respaldo
que este otorga, siempre que sea capaz de abarcar con la
obligación, por lo cual, su finalidad será garantizar la
compensación de los perjuicios que podría causar la
interrupción.

Ambas posturas presentadas por nuestra normativa, nos

mencionan que los efectos jurídicos de una demanda de tercería
sólo se generarán siempre y cuando la demanda haya sido

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admitida, puesto que la remisión de dicho auto suspenderá
cualquier otro tipo de proceso de ejecución; el cual no admitirá
ningún tipo de recurso de impugnación o la puesta en duda de
ningún órgano jurisdiccional.

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 3. CONCLUSIONES

Con este trabajo, hemos podido desarrollar las pautas y generalidades acerca
de la tercería propiedad o de dominio, siendo que también existe otro tipo –
tercería de derecho preferente—, sin embargo, el trabajo se ha centrado en
conceptualizar e indagar lo que concierne al tipo de tercería antes mencionado.
Por tal motivo, concluimos que, la tercería de dominio es un medio que permite
ponderar derechos, y no es una posibilidad cerrada, sino, que al ser de normativa
abierta, puede resolverse por diferentes caminos, tal y como hemos visto en el
ejemplo desarrollado y en el segundo párrafo del art. 2022° del cuerpo normativo
trabajado, donde se menciona que para la solución de dichas oposiciones de
derechos reales de naturaleza distinta, es menester usar el derecho común,
dejando una duda, la cual se aclara según el contexto en el que se vaya a aplicar.
Gracias a esto, el juez no se parcializa por ninguna de las partes, como son la
persona que ha impuesto una tercería y la persona que ha inscrito un embargo
sobre el bien de este, ya que, si existe una sola salida para solucionarlo, este
proceso sería totalmente innecesario, por lo que podría ser fácilmente resuelto
por el derecho registral.

Por otro lado, para que la demanda sea fundada, la posesión de un documento
debe ser de fecha cierta, que, como ya hemos analizado en las bases
conceptuales, esto hace referencia a una certificación real que comprueba la
ejecución de un acto jurídico en una oportunidad precisa, naciendo así, para
solucionar la coincidencia o afluencia de más de un solo derecho y así eludir las
secuelas que podría promoverse dentro de nuestro ordenamiento.

En relación a los efectos jurídicos originados por la admisión a trámite de una

demanda de tercería, a lo largo del desarrollo del trabajo, logramos determinar
la existencia de dos posturas mostradas por nuestra normativa, ambas teniendo
como consecuencia la suspensión de un futuro proceso de ejecución, y el
objetivo de prevenir la enajenación forzada de bienes y la imposición de medidas
cautelares incorrectamente impuestas.

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Asimismo, es fundamental concluir que la tercería propiedad podrá ser
presentada en cualquier momento que se considere oportuno, siempre y cuando
no haya iniciado el proceso de la transacción del bien, ya que al realizarse en
circunstancias diferentes se estaría desnaturalizando su objetivo principal.

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 4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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