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FACULTAD DE DERECHO
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IX
Asi mismo describiremos cuales son la Función del registro, que nos permitirá
entender la aplicación y desarrollo de cada acto jurídico que tiene a bien el
registro realizar, en que consiste los principios registrales son de aplicación
restringida y excepcional.
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INDICE
RESUMEN..................................................................................................................................1
1. INTRODUCCIÓN..................................................................................................................3
2. DESARROLLO DEL TEMA.................................................................................................5
2.1. EN QUE CONSISTE EL DERECHO REGISTRAL.......................................................5
2.2. ELEMENTOS CONFIGURADORES DEL REGISTRO................................................7
2.3. FUNCIÓN DEL REGISTRO.............................................................................................8
La publicidad registral y su función.........................................................................................8
2.3.1. PRUEBA Y CONSERVACIÓN DE LOS DERECHOS...............................................9
2.3.2. PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS.......................................................................11
MODOS DE ADQUISICIÓN DE LA PROPIEDAD..............................................................11
2.3.3. MODOS DERIVADOS DE ADQUISICIÓN DE LA PROPIEDAD SUFREN
EXCEPCIONES POR LA TUTELA DE LA APARIENCIA..................................................13
2.4. LOS PRINCIPIOS REGISTRALES SON DE APLICACIÓN ESTRINGIDA Y
EXCEPCIONAL.......................................................................................................................14
2.5. EN QUE CONSISTE LA FE PÚBLICA REGISTRAL..................................................14
2.6. LOS PRINCIPIOS REGISTRALES...............................................................................17
Principio de Rogación.............................................................................................................19
Principio de Titulación Autentica...........................................................................................19
Principio de tracto sucesivo...................................................................................................19
Principio de especialidad........................................................................................................19
Principio de legalidad..............................................................................................................20
Principio de legitimación.........................................................................................................20
Principio de publicidad............................................................................................................20
Principio de fe pública registral..............................................................................................21
Principio de prioridad..............................................................................................................21
Principio de impenetrabilidad.................................................................................................21
Principio de oponibilidad.........................................................................................................21
3. CONCLUSIONES...............................................................................................................23
4. RECOMENDACIONES......................................................................................................24
5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.................................................................................25
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1. INTRODUCCIÓN.
Cuando una persona está en proceso de adquirir un bien en el mercado y se
encuentra negociando con la persona que, en el Registro, figura como
propietaria, hay dos preguntas que suele hacerse: 1) ¿Cómo sé yo que la
persona con la que estoy negociando no ha vendido antes el bien o no ha
constituido algún derecho menor (usufructo, uso, habitación, superficie,
servidumbre) sobre el mismo en favor de algún tercero?; y 2) ¿Cómo sé yo que
esta persona es realmente el propietario? Es decir, ¿no es posible, acaso, que
el contrato que le ha permitido figurar en el Registro como "propietario", haya
sido declarado nulo o haya quedado resuelto como consecuencia de algún
incumplimiento o patología contractual?
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bien en favor de ninguna otra persona), entonces la transferencia que realice a
nuestro favor resultará perfectamente válida y eficaz. Y si resultara que dicho
sujeto no tiene facultades para disponer del bien, ya sea porque el contrato que
le permitió llegar al Registro nació nulo o, sobre la marcha, devino en ineficaz,
o ya sea porque previamente transfirió el dominio en favor de un tercero,
también en estos casos la adquisición que realicemos con este falso (aparente)
propietario, resultará inatacable.
En tal sentido las instituciones jurídicas, como actos del hombre, solo se
justifican por su finalidad; por tanto, el análisis del registro exige distinguir dos
planos:
- Razón del ser del registro: El registro cumple una función específicamente,
servir de prueba y conservación de los derechos, asi como proteger a los
terceros.
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Por otro lado, respecto a las denominaciones del Derecho Registral ha tenido
varias denominaciones, “En el transcurrir del tiempo, ya que las legislaciones
del derecho comparado también se han pronunciado al respecto, por lo que en
la doctrina no hay unanimidad sobre la terminología o una denominación
exacta” (García, 2005, p. 39).
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publicidad, organizada en forma institucional, que produce diversos y
determinados efectos jurídicos sustantivos de derecho privado (tales como el
nacimiento, preferencia y oponibilidad de dichas situaciones jurídicas), con los
fines de certeza y protección.
Por ello, la buena teoría es aquella que considera el Derecho registral como
una parte del Derecho civil, dedicada al estudio sistemático de la tutela de los
derechos por medio del fenómeno publicitario.
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por lo cual utilizaremos esta idea para lograr una definición adecuada, pero
siempre perfectible, de la institución objeto de estudio.
El registro busca proteger los derechos y asegurar las adquisiciones,
basándose en la publicidad de los actos7, por tanto, la seguridad jurídica es
una sola, incardinada con el valor justicia, por lo que comprende tanto el
aspecto de la certeza en la prueba y conservación de los derechos, así como el
de protección de los terceros, en caso que fuese necesario.
inscripciones;
ii. Archivo público que permite el acceso de todos aquellos que tienen interés
en conocer la información que contiene;
iii. Archivo que otorga efectos jurídicos de derecho privado, por lo cual se pone
en situación de ventaja al sujeto que inscribe su derecho; y se perjudica a quien
no lo hace. Este es el caso, por ejemplo, de los principios de inscripción
declarativa (art. 2022 CC), fe pública registral (art. 2014 CC) y prioridad
Esta institución nace para cumplir una evidente necesidad de certeza que, en
este caso, no resulta satisfecha por la sola actividad de los contratantes, pues
viene auxiliada por el Estado a través de la organización de un sistema de
publicidad9. El núcleo de la publicidad es constituir un sistema de información
pública, con determinadas garantías, que se refieran a situaciones jurídicas
relevantes para el tráfico patrimonial.
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2.3. FUNCIÓN DEL REGISTRO
La función del registro es brindar seguridad jurídica, la cual se manifiesta en dos
momentos que son la seguridad jurídica dinámica y la seguridad jurídica estática.
La seguridad jurídica dinámica consiste en brindar información a todas las personas en
general que desean contratar con los titulares propietarios, así como también brindar la
información sobre la vigencia de los apoderados, es decir, informa quienes son los
reales propietarios de un determinado bien a transferir o adquirir. En cuanto a la
seguridad jurídica estática se entiende por esta a la intangibilidad del contenido de los
asientos registrales.
La publicidad registral “Es un requisito que, añadido a los que rodean a las situaciones
jurídicas, asegura frente a todos, la titularidad de los derechos y protege al adquiriente
que confía en sus pronunciamientos, facilitando de esta manera el crédito y protegiendo
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el tráfico jurídico” (Chico & Ortiz, 2000, p. 18).
Es, por lo tanto, la publicidad de pleno conocimiento, lo cual enviste de protección legal
a quien adquiere valiéndose de la exactitud del registro, puesto que, siendo una
herramienta del Estado a la ciudadanía, debe manifestar respaldo acerca de la
protección y oponibilidad de lo que se encuentra debidamente registrado. Además, claro
está de contribuir a la generación de riqueza por el tráfico jurídico económico que de
esta emana.
Si todo hecho jurídico se apoya en una situación jurídica inicial, ello quiere decir
que la eficacia de todo negocio jurídico de enajenación depende de que éste
haya sido realizado por el sujeto de la situación inicial, por lo que la
consumación de cualquier negocio dispositivo de penderá de la titularidad del
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transferente, lo que se preestablece con el título de adquisición, en especial
tratándose de bienes inmuebles. Por tanto, la prueba de la propiedad se
encuentra íntimamente vinculada con el título que el propietario pueda exhibir
frente a los terceros. La vocación del registro es constituirse en sustituto formal
de los orígenes inciertos de la propiedad por otro de carácter cierto, y con el
añadido de la publicidad. De esta forma, el Estado organiza un sistema que
permite contar con un título formal de prueba de los derechos, por cuya virtud
el comprador, o el acreedor hipotecario, podrá tener certeza respecto de su
adquisición. Precisamente, el registro facilita el conocimiento del estado jurídico
de los derechos.
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crea, no la reduce ni la minimiza, por tanto, su función esencial es pre-constituir
un título especialmente calificado para la conservación y protección de los
derechos subjetivos patrimoniales, esto es, busca facilitar la prueba para fines
de estática o circulación de la riqueza.
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consentimiento o autorice la transmisión. Las adquisiciones originarias operan
ex novo, pues el titular estrena el derecho en forma novedosa, sin vinculación
alguna con el anterior propietario. En este ámbito no interesa la regla nemo
plus iuris, pues no existe acto de transmisión del primigenio titular hacia el
nuevo adquirente, en tanto éste adquiere el derecho por su propia actividad, sin
vinculación causal alguna con el anterior propietario; por tanto, en esta
hipótesis se produce un claro rompimiento de la cadena del dominio, esto es,
una especie de línea divisoria por la cual el titular primigenio termina su historia
en determinado punto, mientras el nuevo titular lo comienza desde “cero”, sin
relación con el pasado. Por tal motivo, puede concluirse que en las
adquisiciones originarias no interesa dilucidar quién es el propietario
precedente, pues el dominio igual se adquiere por el nuevo titular, sin
vinculación con el anterior dueño, sea quien fuese. Por tanto, se trata de un
mecanismo absoluto de adquisición de la propiedad, pues opera por sí solo,
con el solo cumplimiento de los presupuestos que la configuran, de manera
independiente y sin relación alguna con el titular previo. La historia previa del
dominio pierde sentido frente al poseedor-usucapiente, que irrumpe como
nuevo titular sin relación con lo anterior; por tanto, se impone sobre cualquier
título que hubiese existido en el pasado. Por el contrario, las adquisiciones
derivadas están condicionadas a la existencia del derecho en la cabeza del
transmitente, por lo que se trata de un mecanismo relativo y condicionado, que
no solo exige título válido y eficaz, sino la titularidad del cedente. Esa es la
razón por la cual las adquisiciones originarias, de carácter absoluto y definitivo,
se imponen siempre a las derivadas, de carácter condicionado.
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propietario del bien, empero la apariencia hace suponer que se trata del
verdadero titular, lo cual engaña a un tercero de buena fe32, que finalmente
resultará protegido. Un ejemplo sirve para aclarar la hipótesis: A vende un
inmueble a B, pero el primero sufre un vicio de la voluntad, por lo cual el acto
se anula judicialmente; empero, el titular aparente B vende al tercero de buena
fe C. Se produce, así, un claro conflicto entre la verdad y la apariencia, que a
veces se resuelve a favor de esta última, como consecuencia de la especial
valoración que el legislador hace del sujeto de buena fe33. Si bien es injusto
despojar al verdadero domino A, no obstante, también parece dramático
defraudar la buena fe de C. El art. 2014 CC resuelve la cuestión con una
solución matizada, sin extremismos, valorando ambas posiciones jurídicas. En
efecto, para hallar una salida armoniosa es necesario pensar en las razones de
ambos contradictores, y no dejarse seducir por una solución facilista en aras de
la simple seguridad jurídica formalista o en la tutela indiscriminada del
propietario originario. Es necesario ponderar ambas situaciones contrapuestas,
pues si bien existe un “interés del adquirente” (tercero) por consolidar la
transmisión, empero, también existe un legítimo “interés del propietario” para
conservar el derecho. En tal situación se produce un conflicto entre el
verdadero titular y el tercero de buena fe.
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efectiva tutela solo en casos excepcionales, pero jamás en porcentaje elevado,
pues ello implicaría que el orden jurídico no anda ni funciona bien, por lo cual
se necesita a cada momento el salvamento frente a la falsificación. Un orden
jurídico sano es aquel en el cual el principio de fe pública registral no se le
utiliza, mientras que uno enfermo es aquel en el cual se le invoca a cada
momento, pues ello implica que el fraude predomina y los supuestos terceros
deben salvarse cómo sea.
El primer párrafo del Art. II del Título Preliminar del Reglamento General de los
Registros Públicos nos detalla que la Fe Pública Registral es lo que brindan los
registradores públicos cuando expiden copias literales del archivo registral; es
decir, se refiere a la publicidad formal por la cual se garantiza que toda persona
accede al conocimiento efectivo del contenido de las partidas registrales y en
general se obtenga información del archivo registral.
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titularidad jurídica y real; es muy importante para estos casos la adquisición con
buena fe para comprobar de esta manera con desconocimiento de la
inexactitud del registro, se presenta en casos de doble venta, si el segundo
adquiriente inscribe de buena fe descociendo las circunstancias del anterior
contrato, la presunción de buena fe supone la consolidación de la adquisición
por el tercero. Además, es importante que toda adquisición sea a título oneroso
mediante una contraprestación por su parte, a diferencia de los adquirentes de
título gratuito, ya sea donación o herencia, no gozarán de más protección
registral que la que tuviese su causante o transferente.
A esto se alude el Art. 2014º del Código Civil, cuando impone que el tercero
registral mantiene su adquisición una vez inscrito su derecho, aunque después
se anule, rescinda o resuelva el del otorgante por virtud de causas que no
consten en los registros públicos.
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Bajo este orden de ideas podemos decir que quien pretenda beneficiarse del
principio de la Fe Pública Registral deberá examinar, simplemente, dos cosas;
por un lado, la partida general del inmueble que pretenda adquirir y, por otro
lado, las partidas registrales referidas a otros registros con el propósito de
verificar, por ejemplo, la existencia y suficiencia de los poderes y facultades con
que proceden los vendedores o, las posibles restricciones de la capacidad de
ejercicio de los mismos.
Bajo mi punto de vista creo que la buena fe registral es el punto más importante
de los requisitos señalados anteriormente, como lo señala doctrinariamente
García García que la buena fe registral, ha destacado dos aspectos: uno
negativo y otro positivo. Desde el punto de vista negativo, ha sido definida
como el desconocimiento de la inexactitud registral. Desde el punto de vista
positivo, como la creencia en algo más que el desconocimiento de algo: que el
transferente es titular del derecho y que puede transmitirlo, que es dueño de la
cosa y puede transmitir su dominio, que la titularidad del transferente no
adolece de vicio alguno. Además García García señala que el concepto de
buena fe debe centrarse en el problema del desconocimiento y no en el de la
creencia, pues, no interesa una especial creencia en el contenido del asiento,
sino un desconocimiento de situaciones jurídicas extrarregistrales.
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Ahora bien, el desconocimiento que exige el principio de fe pública registral, no
solo es objetivo en el sentido que en el Registro no deben constar las causales
de invalidez o ineficacia que afectan al derecho transmitido también comprende
el desconocimiento subjetivo, esto es, que el adquirente, verdaderamente, no
debe haber conocido las causales de invalidez o ineficacia del derecho.
“Los principios registrales se pueden manejar de diferentes maneras, tal es así que los
autores alemanes nos hablan de principios sustantivos o materiales y principios
adjetivos o de procedimiento, como reflejo, los primeros del Código Civil y los
segundos de la ordenanza del Registro” (Roca, 2008, p. 100).
Los principios registrales que se refieren a los requisitos de inscripción son los
siguientes: rogación, titulación autentica, tracto sucesivo, legalidad y especialidad.
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García (2006, p. 27) “señala que dicha clasificación es una forma artificial de
calificarlo, ya que los principios hipotecarios que pretenden ser organizados en aspectos
formales y materiales se conciben ambos en la Ley Hipotecaria española, es decir, la
Ley hipotecaria es, al mismo tiempo, una Ley de carácter materia y formal, por lo que
no es posible hacer dicha distinción, toda vez que se trata de aspectos íntimamente
enlazados y cuya separación puede llevar a erróneas interpretaciones”.
En tal sentido, para García (2006, p. 29) “Los principios hipotecarios deben ser
clasificados atendiendo a la distinción de los que representan requisitos de la inscripción
y los que significan efectos de la inscripción, cuya clasificación creemos que es la
más aceptable para clasificar los principios registrales”.
Por lo tanto, en nuestro país los principios registrales que generan efectos ante la
inscripción son los siguientes: legitimación, fe pública registral, prioridad preferente o
de rango, prioridad excluyente, publicidad y oponibilidad.
Principio de Rogación
El principio de rogatoria o de instancia consiste en materializar la presentación
de un documento o título, la cual será calificado por el registrador para su
respectiva inscripción. Además, el referido documento contiene un acto
inscribible, el cual insta al registro para que califique. Asimismo, mediante este
principio se establece que las inscripciones de los actos y contratos en el
registro no se realizan de oficio, sino que requieren siempre de petición de
parte interesada, es por tal motivo, que los actos y contratos se inscriben a
instancia del interesado, en tanto que el procedimiento registral solo se iniciara
a solicitud del interesado, nunca a instancia del registrador.
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inscriben a base de documentos públicos (minuta) y solo por excepción a base
de documento privados.
Principio de especialidad
Por el principio de especialidad, también conocido como principio de
determinación, busca que la publicidad de los acotos y derechos inscritos en el
registro, se efectué de manera ordenada, completa y clara, a efectos que todos
tengan pleno conocimiento no solo del acto o derecho inscrito, sino de sus
alcances y extensión de estos.
Por tal, este principio nos informa que los elementos del acto inscrito deben
encontrarse perfectamente determinados, como el titular registral o de los
derechos constituidos sobre el bien, a efectos de una publicidad adecuada.
Principio de legalidad
El principio de legalidad debe entenderse como todo el accionar del registrador
público al momento de calificar y toda decisión de los tribunales registrales ha
de ser el resultado de la aplicación de la Ley. Por tanto, es plena vigencia del
ordenamiento jurídico en los operadores registrales, esto es, en los límites y en
la forma prevista por la Ley. En razón a ello, en virtud de este principio la
calificación registral es de carácter obligatorio para el registrador, la misma que
debe realizarse acorde a Ley.
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Principio de legitimación
El principio de legitimación hace referencia a que el contenido de las
inscripciones se presume exacto y valido, es decir, establece una presunción
relativa de exactitud del contenido del asiento registral, de tal manera que, le
faculta al titular registral conforme a lo que señala el referido asiento; mientras
no sea rectificado por la instancia registral o se declare su invalidez por el
órgano judicial o arbitral mediante resolución o laudo firme.
Principio de publicidad
El principio de publicidad es la exteriorización continuada y organizada de
situaciones jurídicas de trascendencia real, en un registro público y cuyo
ingreso está bajo el control del registrador público, para generar determinados
efectos jurídicos sustantivos sobre la situación publicada en el registro
respectivo. Asimismo, aquella divulgación está destinada a hacer cognoscible
(posibilitar el conocimiento general) de determinadas situaciones jurídicas para
la tutela de los derechos y la seguridad del tráfico jurídico.
Principio de prioridad
El principio de prioridad preferente o prioridad de rango, es un principio por el
cual el acto inscribible que ingrese primero al registro, se antepone con
preferencia excluyente a los posteriores; por lo que la prioridad en el tiempo de
la inscripción determina la preferencia que otorga el registro.
Toda vez que los derechos referidos están determinados por la fecha de su
inscripción y a su vez la fecha de su inscripción se determina por el día, hora,
minuto, segundo y fracción de segundo de presentado el título al registro.
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Además, inscrito el derecho se retrotraerá los efectos jurídicos de la inscripción
hasta la fecha del asiento de presentación.
Principio de impenetrabilidad
El principio de impenetrabilidad o principio de prioridad excluyente, hace
mención de que no se puede inscribir un título con otro ya inscrito o pendiente
de inscripción, aun así, sea de fecha anterior, lo que quiere decir que la
inscripción de un derecho impide la inscripción de otro derecho.
De tal manera, que mejor se produciría el cierre registral, lo cual no es otra
cosa que un título incompatible con otro ya inscrito y que desee inscribir, no
tendrá acogida registral de ninguna manera
Principio de oponibilidad
El principio de oponibilidad registral, hace referencia que ante una concurrencia
de títulos o derechos, primara siempre que inscribió primero, siempre y cuando
esa inscripción se haya realizado mediante la buena fe. En razón a ello, el
principio de oponibilidad establece una prelación del derecho inscrito frente al
derecho no inscrito, Indistintamente de la calidad del derecho, ya sea este
derecho de naturaleza real como la propiedad inscrita o de naturaleza personal
como el embargo inscrito. Asimismo, en España el principio de oponibilidad se
le denomina principio de inoponibilidad, la cual es regulada en sentido contrario
al establecido en nuestro país.
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3. CONCLUSIONES.
En los Sistemas Regístrales encontrados en nuestro país, donde la
protección al tercero es la base del sistema, el Principio de Fe Pública
Registral cobra significativa importancia y se convierte en el principio
fundamental, para proteger al tercero y al tráfico de los bienes inscritos.
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4. RECOMENDACIONES.
El término titulación auténtica proviene de la legislación hipotecaria española.
Para González Loli, pudo habérsele llamado - como en otras legislaciones-
Instrumentación Pública.
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5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
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