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Un jurado sin piedad, DE REGINALD ROSE.

(Al encenderse la luz, vemos una sala de reuniones que pertenece a un juzgado. Allí
se desarrollará la acción. La sala consta de doce sillas con alerón para escribir, un
perchero o similar y una mesa lateral. En otra zona habrá un par de sofás
pequeños y delante de las sillas una mesa baja o similar. En uno de los lados hay una
ventana Al iniciarse la obra, estará vacía. Entra en escena el alguacil. Gana el
centro del escenario y se dirige al público).

ALGUACIL: Ha finalizado el juicio, por lo que los miembros del jurado suplente
pueden marcharse, ya que queda excluido. Muchas gracias por su asistencia y
colaboración. (Tras ello se dirige al lateral por el que entró). Los miembros del
jurado pueden pasar. (Mientras el alguacil coloca por el escenario una serie de
carpetas, agua, vasos y demás, van entrando las doce personas que forman parte
del jurado)
Hacen los movimientos típicos de alguien que lleva un buen rato sentado. Van
formando distintos grupos: 7-11, 5-10, 2-3. El 8 va a un lateral y saca un cigarrillo.
Lo enciende. Allí se queda pensativo. El 12 se sienta en la silla número 5. El 6 se
acerca a la ventana y queda mirando por ella. El 4 se acerca a la mesa y se sirve un
poco de agua. El 9 duda, se mueve ligeramente de un lugar a otro, como buscando
algo).
1: (Al alguacil) Disculpe, al ser presidente del jurado ¿debo ocupar algún lugar
especial?
ALGUACIL: Lo correcto es que usted ocupe esta silla (le señala la primera, que es
la más cercana a la ventana).
1: Muchas gracias (lo hace).
7: (Saca unos chicles del bolsillo y le ofrece a su compañero). ¿Un chicle?
11: No, gracias.
7: Este calor no hay quien lo aguante. Ha dicho la radio, cuando venía yo hacia aquí,
que hoy iba a ser el día más caluroso del año. (Al alguacil) Oiga, jefe ¿van a
ponernos el aire acondicionado, verdad?
ALGUACIL: Lo siento, caballero, pero está estropeado.
7: ¡Pues ha elegido el momento oportuno! Con la que está cayendo.
9: (Acercándose discretamente al alguacil) Por favor, sería tan amable de
indicarme dónde está el servicio?
ALGUACIL: Sí, señor. Es esa puerta (Le indica un lugar concreto).
9: Muchas gracias, muy amable. (El 4 se acerca al grupo del 2-3).
4: ¿Qué, que les ha parecido?
2: ¿Qué sé yo? Todo es muy interesante.
3: No me diga. Yo, en cambio, casi me hecho una cabezadita.
2: Tal vez a mí me gustó porque es la primera vez que tomo parte de un jurado.
3: Eso lo explica, porque yo, que ya he formado parte del jurado en varias
ocasiones, no soporto escuchar a los abogados, larga que te larga…
2: Bueno, es su profesión.
3: Ya, pero no deben hacerlo en casos como este en que todo está tan claro.

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2: Pero están en su derecho de hacerlo.
3: ¿Derecho? Ese es su sistema. Si yo fuese presidente ya me las arreglaría para
que golfos como ese no pudieran armarla. Ahorraríamos tiempo y dinero.
7: Oigan ¿podemos ir empezando? Hay algunos que tenemos cosas que hacer. (El 4
va para su sitio y comienza a leer el periódico).
ALGUACIL: Es normal dejar unos minutos de descanso antes de empezar las
deliberaciones. Además, uno de los componentes ha ido al lavabo.
5: ¿Cómo nos sentaremos, por el orden que tenemos?
ALGUACIL: Eso lo decide el presidente.
1: Como quieran, pero yo creo que así estaría bien.
5: (Llega a su sitio y está sentado el 12.) Dispense, pero creo que ese es mi asiento.
12: ¡Oh, perdone!
5: No pasa nada. (5 se sienta. 12 se levanta y se acerca a la ventana. 10 se acerca al
grupo de 7 y 11).
12: (Al 6) No está mal la vista… ¿Qué opina de este asunto? A mí me ha tenido en
vilo. Escuché con la mayor atención.
6: Ya…
12: Hemos tenido suerte de que nos haya tocado este caso: un crimen. Temí que
nos tocara un robo o algo así. Son aburridísimos. ¿Ese no es el edificio Wolworf?
6: Exacto.
12: Tiene gracia. Llevo viviendo aquí casi toda mi vida y nunca lo he visitado.
11: ¿Qué les ha parecido el asunto del cuchillo? Me imagino que el 99% de la gente
se lo tragaría.
10: Opino lo mismo. Ya sabemos a qué atenernos. (Se suena la nariz con cierto
ruido, lo que provoca que 7 se ría).
7: El claxon le funciona bien, pruebe a ver ahora las luces… ¡Ja, ja! ¡Menudo catarro
ha pillado!
10: No me lo recuerde… estos constipados veraniegos son los peores. Me duele la
nariz de tanto sonarme.
7: Le compadezco. Yo, el verano pasado, tuve uno y fue horrible. Señor Presidente
¿podemos empezar de una vez?
1: La persona que falta aún no ha regresado.
3: (Que poco antes se acercó a su sitio, igual que el 2. Al 4) ¿Qué hay de nuevo?
Aún no he tenido tiempo de echarle un vistazo a la prensa.
4: Nada nuevo. Sólo estaba echándole un vistazo a las cotizaciones de la bolsa.
2: ¿Se dedica usted a eso?
4: Sí, soy agente de bolsa.
3: Yo tengo una mensajería. La compañía “Llame y vamos”. El nombre se le ocurrió a
mi marido. Tengo 37 empleados y cuando comencé era yo sola.
ALGUACIL: Si lo desean pueden ir ocupando sus lugares. Todo está ya listo.
7: Yo creo que esto comienza a retrasarse demasiado. No sé la prisa que tendrán
ustedes, pero yo tengo una entrada para ir al Madison Square Garden, al partido de
los Knicks. Hoy nos merendamos a los Lakers. ¡Menudo partidazo nos espera! (Al 11)
¿A usted le gusta el básquet?
11: Sí, mucho.

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7: Al final ¿cómo nos sentamos?
1: Hemos quedado en orden. Yo en este extremo y luego, el resto, por el orden
correspondiente. ¿Les parece bien?
10: ¿Qué más dará eso?
4: Es razonable guardar un orden.
6: Como quieran.
12: Oiga ¿qué le ha parecido el fiscal?
11: No sé qué decirle…
12: Es muy astuto. Recuerde como fue analizando los puntos, uno por uno,
seguiditos, sin pausa. A mí me dejó impresionado.
11: Es verdad. Fue muy hábil.
12: Además ¡qué firmeza a la hora de hacer las acusaciones!
1: Venga, vamos a ir empezando. (Al 8) ¡Caballero, por favor! ¿Le importaría irse
sentado? Queremos empezar.
8: ¡Ah, perdone! (Se encamina a su sitio).
10: ¿Y qué me dicen de ese salvaje? Mató a su padre y se quedó tan tranquilo.
12: Cada día se ven cosas peores. Esta juventud… no sé a dónde iremos a parar.
1: Ya estamos todos sentados…
ALGUACIL: El señor sigue en el lavabo.
1: ¿Alguien puede darle un toque en la puerta?
6: Yo lo haré. (Se levanta y se acerca al baño, golpeando la puerta).
7: (Al 5) ¿Usted es de los Knicks?
5: No, soy de los Celtics.
7: ¿De los Celtics? Lo siento por usted, amiga, no tienen nada que hacer. ¿Qué
tienen eso?
6: El señor me ha dicho que viene ahora mismo.
1: De acuerdo, gracias.
9: (Saliendo del baño y ganando su sitio) Perdonen, lamento haberles hecho
esperar.
ALGUACIL: Bien, ya están todos. Señoras y señores, acaban de oír un caso largo y
complejo de asesinato en primer grado. La premeditación de un crimen es el más
grave de los cargos que en él pueden concurrir. Han escuchado a los testigos, les
han leído el código y la forma de interpretarlo en este caso. Ahora, a ustedes les
corresponde intentar enjuiciar los hechos con absoluta imparcialidad. Un hombre
ha muerto; la vida de otro está en juego. Si en ustedes existe el menor asomo de
duda sobre la culpabilidad del acusado, una duda razonable, deben emitir un
veredicto de inocencia. Si, por el contrario, sus dudas no son razonables, han de
votar, en conciencia, la culpabilidad del acusado. Sea cual fuere su decisión, el
veredicto ha de ser unánime. En el supuesto de que declaren culpable al reo, el juez
no atenderá ninguna apelación de clemencia y se dictará la pena de muerte. Vana
enfrentarse a un caso que me obliga a apelar a su responsabilidad, dada la gravedad
de la pena. ¿Alguna duda?
JURADO: No.
ALGUACIL: Entonces me retiro y comenzará su deliberación.
1: Muchas gracias, alguacil.

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ALGUACIL: La puerta quedará cerrada con llave para garantizar que nadie pueda
entrar ni salir de la sala hasta alcanzar un veredicto. Yo estaré al otro lado de la
misma. Cualquier cosa que necesiten, no duden en pedírmela. Buena suerte. (Sale y
cierra con llave).
5: No sabía que nos iban a encerrar bajo llave.
10: Claro que nos cierran. Es una medida para garantizar la limpieza del proceso.
¿Qué se creía usted?
5: No lo sé, desde luego cualquier cosa menos eso.
1: Como habrán visto en esas carpetas, además del sumario del caso, tenemos unas
papeletas para que podamos usarlas en las votaciones, si lo consideramos oportuno.
10: Es usted muy perspicaz… a lo mejor, de esta, le nombran senador.
1: (Mirada desafiante al 10) Bien. Mi idea es llevar este asunto de la mejor manera
posible, contando con la opinión y las sugerencias de todos. No voy a imponerles un
reglamento o algo por el estilo. Si lo desean podemos deliberar y luego votar, o por
el contrario, primero votar y después hablar.
4: En otros juicios que he estado, la costumbre es hacer primero una votación.
7: Eso es. Votemos, a lo mejor ya estamos de acuerdo y nos podremos largar.
1: De acuerdo, pero no olviden que estamos votando la muerte de una persona. El
resultado debe ser unánime. Es la ley. Votemos. Los que piensen que es culpable,
levanten la mano. (Lo hacen todos menos el 8. El 1 cuenta) Total: once votos. Los
que voten inocente, que levanten la mano. (Lo hace el 8). Un voto. Gracias.
10: ¡Ya empezamos!
7: 11 a 1. ¿Qué hacemos ahora?
8: Discutir la cuestión.
3: Pero mujer ¿de verdad cree usted que es inocente?
8: No lo sé.
3: Usted ha estado en la sala. Sabe lo que hizo. Es un asesino peligroso. No hay más
que verlo.
8: Sólo tiene dieciocho años.
3: ¡Suficientes! Ha clavado a su padre 10 centímetros de acero en el pecho. Lo han
probado en la sala de mil maneras distintas. ¿Quiere que se las recuerde? Porque a
lo mejor las ha olvidado.
8: No hace falta.
10: Entonces ¿qué pretende?
8: Sólo discutirlo.
7: ¿Y qué quiere que discutamos? Todos hemos dado nuestro veredicto y, salvo
usted, ninguno hemos tenido que pensarlo.
10: Permítame una pregunta. ¿Cree usted lo que dijo el chico?
8: No se trata de lo que yo pueda creer. Tal vez no sea cierto.
9: Entonces ¿por qué votó inocente?
8: Habiendo once votos culpables, no resulta sencillo levantar la mano y enviar a un
hombre a la muerte, sin estar plenamente seguro.
2: ¿Quién ha dicho que fuera sencillo?
8: Nadie.

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7: Yo voté rápido, pero es porque estoy convencido y lo sigo creyendo culpable. No
cambiaría de opinión ni aunque estuviésemos años debatiendo.
8: Tampoco yo busco que cambie. De nosotros depende la vida de alguien… y una
vida no se decide en cinco minutos. ¿Y si nos equivocamos?
5: ¿Qué quiere decir? Supongamos que el edificio se derrumba… Se puede suponer
cualquier cosa.
8: Evidentemente.
12: Lo de menos es el tiempo que tardamos. Supongamos que lo decidimos en cinco
minutos ¿y qué?
8: Les propongo algo. Discutámoslo durante una hora. ¿A qué hora comienza su
partido?
7: A las ocho.
8: Son las cinco. Hay tiempo de sobra.
1: ¿Alguna objeción a la propuesta?
9: Yo puedo esperar una hora.
10: Me sé un chiste estupendo…
8: No estamos aquí para contar chistes.
10: ¿Ah, no? Dígame entonces ¿para qué estamos?
8: Para debatir sobre la vida de un hombre. Escúchenme. A ese muchacho lo ha
maltratado la vida. Nació en la miseria; perdió a su madre a los 9 años; luego vivió
durante un año y medio en un orfanato ya que su padre estaba en la cárcel por
falsificación. Reconozcan que no tuvo un principio fácil. El muchacho es salvaje,
rencoroso ¿y saben por qué? Porque no ha pasado un solo día de su vida sin recibir
golpes. Ha arrastrado miserablemente sus 18 años. Creo que merece que le
dediquemos, por lo menos, una hora de nuestras vidas.
10: ¿Y a mí qué me importa todo eso? No le debemos nada. Le han hecho un juicio
legar y justo. ¿Sabe usted lo que ha costado? Ha tenido suerte. ¿Sabe a lo que me
refiero? Todos somos ya mayorcitos y conocemos los hechos ¿no? No pretenderá
usted que creamos al muchacho cuando todos sabemos de qué calaña es. Mire,
conozco bien a esa clase de especímenes y no se les puede creer nada. Nacieron
mintiendo.
9: Creo que su postura es demasiado intolerante.
10: Oiga, yo tengo la postura que me da la gana.
9: Es de ignorantes el creerse en posesión de la verdad absoluta. Creo que hay
ciertas cosas que deberían explicarle.
7: ¡Venga, que no es domingo, no hay tiempo para sermones!
1: Relajemos los ánimos, por favor. Tenemos una misión por delante. Cumplámosla y
en paz.
12: (al 11, enseñándole un dibujo) ¡Mire, es el anagrama para una sopa! Se me ha
ocurrido el eslogan “Alimenta, da vida y optimismo”.
11: Muy ingenioso.
1: Por favor ¿les importaría…?
12: ¡Discúlpeme! Es que se me ha ocurrido de repente…

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1: Venga, vamos a intentar encauzar las cosas. Yo pienso que si la persona que no
está de acuerdo con los demás, tuviera la bondad de decirnos el por qué y en que se
funda para creerlo inocente…
12: Escuchen, por favor. Tengo una idea. No sé si será buena, pero se la expongo a
ustedes y después, si la consideran oportuna, la podemos llevar a cabo. Creo que
nuestro principal objetivo es encaminarnos a convencerle de que está equivocado.
Cada uno podrá exponerle sus razones. ¿Qué les parece?
1: A mí me parece una buena idea. Venga, hablemos por orden. (Al 2) Usted,
señorita, será la primera.
2: Pues, la verdad, es que no sé qué decir… Creo que culpable. Lo creí desde el
primer momento y, mientras no se me demuestre lo contario, lo seguiré pensando.
8: Nadie se ha molestado en probarlo. El peso de la acusación corresponde al fiscal,
pero la defensa no puede ni siquiera abrir la boca. Así es como funciona.
2: Sí, ya lo sé. Sin embargo… bueno… creo que es culpable. La mejor prueba es que
lo vieron hacerlo.
3: (Al 2) ¡Cállese, mujer! Escuchen un momento. Conste que no me empuja ningún
interés personal, sólo quiero analizar los hechos. Primero, ese viejo que vivía bajo la
habitación en la que se cometió el crimen. Exactamente, a las doce y diez, el día del
asesinato, oyó ruidos. Según él, parecían de lucha. Luego, escuchó decir al chico:
“Te voy a matar”. Acto seguido oyó caer un cuerpo al suelo. Abrió la puerta y vio al
chico bajar las escaleras corriendo y salir de la casa. Avisó a la policía. Cuando
llegaron, se encontraron con el viejo con una navaja clavada en el pecho. El forense
fijó la hora de su muerte alrededor de la medianoche. Estos son los hechos y no se
pueden negar. El muchacho es culpable. Yo soy tan sentimental como cualquiera y
entiendo que sólo tiene dieciocho años, pero debe pagar por lo que ha hecho.
5: Tiene razón.
1: De acuerdo. ¿Ha terminado?
3: Sí.
1: El siguiente.
4: A mí me resultó convencional toda esa historia que se inventó el muchacho. Se
empeñó en decir que estaba en el cine en el momento de cometerse el asesinato y
una hora más tarde ni se acordaba de la película que vio, ni de los nombres de los
actores que trabajaban en ella.
2: Eso es cierto.
4: Y lo que es peor: nadie le vio entrar o salir del cine.
12: ¿Y qué me dicen de la mujer que vivía enfrente? Si su testimonio no vale, ya no
vale nada.
11: Claro que no. Es la única persona que vio el asesinato.
10: ¡Eso es! Recuerde que esa mujer estaba en la cama. No podía dormir porque el
calor la asfixiaba. Se levanta, se asoma a la ventana y, al otro lado de la calle, ve
como el chico le clava el puñal a su padre, a eso de las doce y diez de la noche. Todo
coincide. ¡Ah! Y no olvidemos que conocía al chico de toda la vida y que su ventana
estaba enfrente de la de la casa del viejo, a la misma altura. Además ha jurado que
lo vio asesinarlo.
8: Sí, a través de las ventanillas de un tren que pasaba.

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10: El tren no llevaba pasajeros. Iba de maniobras. Y, desde luego, con las luces
apagadas. Ya se probó en la sala que, de noche, puede verse a través de las
ventanas de un tren sin luces, todo lo que está ocurriendo al otro lado. Quedó
demostrado.
8: ¿Le importaría contestarme a una pregunta? Si no cree al muchacho ¿por qué no
le pasa lo mismo con esa mujer, “es uno de ellos” también, no?
10: (Se levanta ofendida) ¿Usted se cree muy lista, verdad?
1: Calma… calma…
7: ¡Señora, venga, siéntese!
1: No estamos aquí para pelearnos entre nosotros. Venga, siguiente.
9: Le toca al número cinco.
5: ¿Puedo pasar?
1: Si usted lo prefiere así. Número seis.
6: Bueno… no sé. En cuanto se empezó a ver el caso, me convencí. Buscaba un
motivo… eso es muy importante, ya que si no existe un móvil, no existe el caso. De
cualquier manera, el testimonio de la señora que vivía enfrente y vio los hechos, ha
pesado bastante. Además, si mal no recuerdo, se dijo algo sobre que el viejo y el
chico habían discutido a eso de las siete de la tarde…
8: Efectivamente. A las siete oyeron una disputa… no sabían de que se trataba.
Luego el padre le pegó al chico y le vieron salir de casa. ¿Todo eso que prueba?
6: En realidad, nada. Absolutamente nada. Es sólo una parte del episodio.
8: Usted dijo que buscaba un móvil, lo mismo que el Fiscal. Les aseguro que ninguno
lo ha descubierto. Tantas veces han maltratado a ese muchacho durante su vida,
que la violencia es, para él, un hecho habitual. Señores, no creo que un par de
bofetadas fuesen lo suficiente para que llevase a cabo un crimen.
4: No sé… tal vez fue la gota que colmó el vaso. Todos tenemos un límite.
1: ¿Alguna otra cosa?
6: Por mi parte, no.
1: (Al 7) Su turno. ¿Qué opina?
7: ¡Y yo qué sé! Ya está todo dicho. Aunque sigamos todo el día no adelantaremos
nada. El chico es un depravado. Ya oyeron su historial. En el orfanato descalabró a
un profesor. A los quince los llevaron a un reformatorio por robar un coche. Le han
detenido por maleante una vez y otras dos más por pelear con navaja. Que por
cierto, dicen que la maneja con total soltura. En fin, una joya de chaval.
8: Desde que tiene cinco años, su padre le pega palizas a diario.
7: ¿Y qué? Con semejante elemento en casa…
3: Dichosos jóvenes. Hay que ver a dónde han llegado. Cuando yo era pequeña
trataba a mi padre de usted. ¿Han visto a un chico actual tratar de usted a su
padre?
8: Los tiempos han cambiado. Hoy los padres no dan importancia a ese tipo de
cosas.
4: ¿Tiene usted hijos?
8: Tres.
3: Yo uno solo. Tiene 22 años. A los nueve le vi huir de una pelea como un cobarde.
La vergüenza casi me puso mala. Le dije: “Voy a convertirte en un hombre aunque

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para ello tenga que partirte en dos pedazos”. Y, en efecto, le hice un hombre.
Cuando tenía 16 años discutimos, cuando quise pegarle me paró la mano en el aire, la
inmovilizó y me dijo que nunca más se me ocurriera intentarlo. Era muy fuerte.
Hace dos años que no le veo… ¡los hijos! ¡Cuánto trabajo dan!...
4: Perdonen, pero creo que nos estamos saliendo por la tangente. Ese muchacho es
el producto de un hogar deshecho en un barrio miserable. ¡Qué le vamos a hacer!
Pero a nosotros sólo nos corresponde decidir si es culpable o inocente. No tenemos
que analizar las causas de su deplorable educación. Admito que nació en la miseria y
comprendo que ha estado viviendo en un vivero de criminales. Lo sabemos todos, no
es un secreto. Los niños así son una amenaza en potencia para la sociedad. Por lo
tanto, creo que…
10: (Cortándole) Tiene usted razón, señora. Los chicos que crecen en esos barrios
son una basura. Yo no quiero tener contacto con ellos, se lo puedo asegurar.
5: Exijo que retire eso que acaba de decir. Yo nací y me crié en uno de esos
barrios.
10: ¡Haga el favor de callarse!
5: Para ustedes es muy fácil hablar, pero yo he pasado días y años jugando en
patios estrechos llenos de inmundicias de todo tipo. A veces tengo la sensación de
que ese olor aún está impregnado en mí. Y soy una persona decente.
10: No se lo tome así, caramba. Lo siento, no pretendía ofenderle.
12: Claro, hombre ¿cómo lo iba a decir por usted? No seamos tan susceptibles.
11: Yo también pienso que no pretendía ofenderle.
1: Venga, no nos vayamos por las ramas con discusiones ajenas al caso. Estamos
perdiendo el tiempo. Le toca a usted.
8: Perdón, pero creí que se trataba de que eran ustedes los que tenían que
convencerme a mí, no yo a ustedes.
12: Sí, esa era la idea.
1: Tiene razón. Lo había olvidado.
10: ¿Y qué más da que hable o no? Ya que es ella quien nos ha obligado a quedarnos,
que sea ella quien hable.
1: ¡Un momento! Hemos decidido guardar un cierto orden, así que sigámoslo.
10: ¿Por qué no deja de darnos órdenes?
1: ¿Qué quiere usted decir con eso?
10: ¿Acaso no lo ha entendido?
1: ¿Acaso no le parece bien que intente organizar las cosas? Pues entonces, ocupe
usted mi sitio… cargue usted con esa responsabilidad. Así yo me podré dedicar sólo
a escuchar lo que digan.
10: ¿Pero qué mosca le ha picado? Venga, cálmese.
1: Con usted es imposible. (Se pone en pie) Venga, tome asiento. Está deseando
ocupar esta silla. Pues adelante, hágalo.
10: Esto es increíble…
1: Le advierto que la gente como usted no me gusta ni un pelo.
12: Venga, vamos a tranquilizarnos. Por favor, siéntese usted. Lo está haciendo
estupendamente.

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7: Sí, estoy de acuerdo. Usted parece la persona indicada para seguir llevando las
riendas. Venga, no se lo tome así y haga el favor de sentarse. (El 1 lo hace).
10: ¿A quién le toca ahora? Con tanto lío me he perdido.
8: Está bien, ya que se empeñan en conocer mi punto de vista, lo haré. No hay
inconveniente.
1: Como quieran.
8: No tengo muchos datos que aportar. Sé tanto como ustedes. Según ustedes,
cantan las pruebas. El chico es culpable. He estado seis días en la sala, escuchando
a los testigos y observándoles. Después de ver que todos ellos estaban tan seguros,
empecé a sacar mis propias conclusiones. No veo claro, en una palabra. Hubiera
querido hacer una serie de preguntas. Tal vez no hubieran servido de nada, pero me
pareció que la defensa no llevaba a cabo su interrogatorio con demasiado interés,
sin el interés que merece un caso como este. Ha dejado muchas pequeñas cosas sin
aclarar… cosas pequeñas, pero que pueden tener su importancia.
10: ¿Pequeñas? Oiga, cuando esa gente no pregunta es porque conoce las
respuestas de sobra y sabe que no les convienen.
8: Pero no me negará que es posible, también, que haya abogados estúpidos y poco
profesionales… Y repito que es posible.
7: Oiga ni que conociera usted a mi cuñado… ¡Ja, ja!
8: Para entenderlo mejor, me ponía en el lugar de ese muchacho. Yo hubiera
preferido a otro defensor. En resumen, tratándose de mi vida, me gustaría contar
con otro tipo de abogado, uno con experiencia, que acosara de una manera más
eficaz a los testigos, o que por lo menos lo intentase. Veamos. Existe una persona
que vio el asesinato y otra que afirma que oyó la disputa y después sorprendió al
chico saliendo de la casa. A mayores una serie de pruebas circunstanciales, pero en
realidad, esos dos testigos constituyen el único punto de apoyo del fiscal. ¿Acaso
no pueden estar equivocados?
12: ¡Pero por Dios! ¿Cómo van a equivocarse? En ese caso, ¿para qué sirven los
testigos?
8: ¿Acaso son infalibles? ¿No cabe esa mínima posibilidad?
12: Han declarado bajo juramento.
8: Sí, pero son personas, al fin y al cabo… y las personas también nos equivocamos.
¿Acaso no pudieron hacerlo ellos?
12: Pues yo creo que no.
8: ¿Está usted seguro?
12: ¡Qué tontería! ¿Quién puede estar seguro de algo así? Esto no es una ciencia
exacta.
8: Efectivamente, no lo es.
6: Señores, vayamos al grano. ¿Qué opina de la navaja encontrada en el pecho del
viejo?
2: Un momento. Hay algunos que todavía no han hablado. ¿No seguíamos un turno?
3: ¡Déjelo estar! Ya tendrán ocasión de hacerlo. Eso es. ¿Qué opina de la navaja que
ese magnífico muchacho aseguró haber comprado la noche del asesinato? Háblenos
de eso.

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8: No tengo ningún inconveniente. ¿Podríamos pedir que traigan la navaja? Desearía
verla nuevamente.
12: ¿De veras que le hace falta? ¿Acaso no la vio lo suficiente en el juicio?
4: Tenemos derecho a examinar las pruebas.
1: (Va a la puerta y llama) ¡Alguacil!
ALGUACIL: Sí, dígame ¿desean algo?
1: Por favor ¿podría traernos la navaja del juicio?
ALGUACIL: Sí, ahora mismo. (Sale y unos instantes después regresa con la navaja
guardada en una bolsa de plástico.) Si es tan amable firme el resguardo. (El 1 firma
el resguardo, coge la prueba y se la lleva, poniéndola en una mesa baja, delante de
todos).
4: La navaja y las circunstancias en que fue comprada es algo que debemos tener en
cuenta.
2: En efecto.
4: Bien, analicemos los hechos una vez más. Primero, el chico admitió que aquella
noche salió de su casa alrededor de las ocho, después de haber recibido unas
bofetadas de su padre.
6: No, no. Dijo que fueron puñetazos, no bofetadas. Hay mucha diferencia entre
ambas cosas.
4: De acuerdo. Después de recibir una serie de puñetazos de su padre. Segundo, se
fue directamente a un almacén del barrio y compró una de esas…
5: Navajas automáticas.
4: Efectivamente, gracias. (La saca del plástico y la muestra) Reconozca que no es
una navaja corriente. Tiene un mango especial y una hoja un tanto extraña. El dueño
del almacén donde la compró dijo que era el único ejemplar que tenía de esa clase.
Tercero, luego estuvo con unos amigos, en un bar, sobre las ocho y media. ¿De
acuerdo?
8: Desde luego.
5: Por completo.
4: Charló con sus amigos durante una hora y se separó de ellos, no sin antes
haberles mostrado la navaja. Cuarto, identificaron el arma del crimen ante la sala:
esta misma navaja. Quinto: el chico volvió a su casa sobre las diez. A partir de aquí,
los relatos ofrecidos por los testigos y el muchacho, difieren bastante. El chico,
afirma que estuvo en el cine a las 11,30 y que regresó a casa a eso de las 3,10,
encontrándose con la sorpresa de su padre muerto y él detenido por la policía.
8: Sí. También declaró que los policías que le detuvieron le tiraron por las escaleras
y le dieron un trato bastante mejorable.
4: Y ahora viene lo mejor ¿qué pasó con la navaja automática? El chico mantiene
que se le debió caer del bolsillo cuando se encaminaba al cine; precisamente entre
las 11,30 y las 3,10, y que ya no la volvió a ver. ¡Qué excusa tan estúpida! Yo creo
que esa noche, el muchacho, ni fue, ni nunca pensó en ir, al cine. Ningún vecino le vio
salir de su casa a las 11,30. Nadie en el cine le identificó. Y ni siquiera recuerda el
título de la película. Lo que en realidad pasó es esto: El muchacho se quedó en casa,
tuvo otra pelea con su padre, le mató y salió de allí a las 12,10. Antes tuvo el
cuidado de borrar las huellas de la navaja. Ahora intentan convencerme de que la

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navaja se le cayó por un agujero que tenía en el bolsillo y que, precisamente, alguien
la encontró y se dirigió a la casa del chico para apuñalar a su padre y comprobar
que estaba afilada… ¡Venga ya!
8: Perdone. Yo sólo he dicho que era posible que perdiera la navaja. Como también
es posible que fuera otra persona la que matase a su padre con otra similar. Y eso
sí es posible.
4: Eche un vistazo a la navaja. (La clava en la mesa que tienen delante). No es muy
corriente, que digamos. Yo no he visto otra igual, y tampoco lo hizo el dependiente
que se la vendió. No querrá usted que aceptemos una coincidencia tan inverosímil.
8: Le repito que está dentro de lo posible.
3: Y yo le digo que es un disparate. Le apuesto lo que quiera.
(El 8 saca de su bolsillo otra navaja igual y la clava junto a la del crimen. El hecho
causa un profundo efecto entre los demás, que poco a poco se irán levantando para
ver la nueva navaja).
7: ¿De dónde ha sacado eso?
6: ¡Dios mío! Si es la misma navaja.
3: ¿Qué es lo que se propone con eso?
2: ¿Dónde la ha comprado?
8: Anoche estuve paseando durante más de dos horas por el barrio del chico. La
encontré en un establecimiento de compraventas que hay cerca de la casa del
muchacho. Me costó seis dólares.
9: Comprar ese tipo de navajas va contra la ley.
8: Es cierto.
3: Oiga, amiga, admito que me ha sorprendido. Ahora dígame ¿eso qué prueba?
¿Qué puede haber dos navajas iguales? ¿ y qué?
8: Sólo prueba eso, que puede haberlas.
3: ¿Y eso qué tiene que ver? Usted encontró una navaja igual. ¿Acaso es el
descubrimiento del siglo?
12: Por lo visto se propone convencernos de que otra persona mató al viejo con un
arma idéntica.
7: Pero eso es una posibilidad entre un millón.
8: Ya, pero es una posibilidad.
6: Aunque reconozcamos que es poco probable.
1: Venga, vamos a ir recuperando nuestros asientos. Se discute mejor sentado.
2: Bueno, pues ¿qué quieren que les diga? A mí me parece muy interesante que esa
señora encontrara una navaja igual a la del crimen.
3: ¡Venga ya! ¡Es lo que me faltaba por oír… interesante!
2: La verdad es que a mí sí me lo parece.
3: Vale, de todas maneras aún le consideramos culpable once de nosotros.
10: Eso es. No se haga ilusiones de que nos va a convencer. No conseguirá que
cambiemos de opinión. Ahora bien, si su propósito es incapacitar al jurado, siga. Al
chico le procesarán de nuevo y le terminarán declarando culpable.
8: Eso también es probable.
7: ¿Y usted qué piensa hacer? ¿Quiere que pasemos aquí toda la noche?
9: Yo creo que la vida de un hombre es algo más importante que una noche.

11
7: Vale, voy a pedirle al alguacil que nos vaya trayendo aquí unas camas. O si tal que
nos habiliten la sala y nos quedamos a vivir aquí… sin prisas…
2: Este asunto no es para tomárselo a guasa.
10: En realidad, no entiendo que resultado puede tener el asunto de la navaja con el
resultado final. No cabe duda de que lo vieron apuñalar al padre ¿qué más quiere?
Si quieren, pueden continuar discutiendo hasta dejarme sola. ¿Quieren saber una
cosa? Tengo, en estos momentos, tres tiendas abandonadas mientras aquí estamos
charlando y divagando. Decidamos de una vez y vayámonos.
11: Hombre, la navaja era una prueba concluyente para el fiscal, se pasó medio
juicio hablando de ella.
12: ¿El fiscal? Era un pobre aficionado, no le podemos pedir más.
1: Venga, volvamos a lo que nos ocupa.
2: ¿Qué hacemos? Esa señora sigue siendo el único que está en descuerdo.
8: Está bien. Voy a hacerles una preposición. Si les parece, votamos otra vez. En
esta ocasión el voto será por escrito y secreto. Yo me abstengo. Si salen once
votos de culpable, aceptaré su decisión, pero si sale algún voto de inocente,
seguiremos debatiendo.
9: Hombre, el más difícil todavía.
1: Desde luego, me parece justo. ¿Todos de acuerdo? (Asienten la mayoría) ¿Alguno
en contra? (Nadie responde) Pues entonces, cojan una papeleta y escriban su
veredicto. (Lo hacen y los van poniendo en la mesita baja. Una vez que están todos,
el 1 los recoge y los lleva a su sitio. Comienza a leerlos) Culpable (los 9 primeros),
Inocente, Culpable.
12: ¡Bueno… menuda sorpresa!
7: Otro que se pasa al enemigo.
10: ¿Quién ha sido? Vamos, que dé la cara. (Se levanta)
11: Perdóneme, pero era una votación secreta. Así se acordó. Si esa persona desea
mantenerlo en secreto…
3: ¿Secreto? ¿Pero qué tontería es esa? ¿Desde cuándo hay secretos en un jurado?
Esto es el colmo. A ver, alguien se sienta en esta sala, vota culpable y de pronto
aparece un predicador con pico de oro, nos cuenta una batallita de la culpa que
tiene la sociedad, y se vuelve atrás. (Se encara con el 5) ¿Por qué piensa usted que
ese muchacho no tuvo más remedio que cometer el crimen? Esto es repugnante.
¿Por qué no echa una limosna en la lata de tanta basura?
5: ¡Eh, pare el carro! No consiento que me hable en ese tono. ¿Quién se ha creído
que es?
6: ¡Calma, por favor! No tiene importancia, es una exaltada.
5: Pero ¿ustedes lo han visto? Se cree que puede insultar y avasallar a todo el
mundo.
6: ¡Basta ya! (Al 3) Y usted, haga el favor de no provocar a nadie. Siéntese. Está
muy alterada.
3: ¿Alterada? ¡Ya lo creo! Y mucho más que me voy a poner. Quiero mandar a un
criminal a la silla eléctrica, el lugar que le corresponde, y, de repente, alguien
comienza a contar cuentos de hadas y le escuchamos.
2: ¡Déjelo estar!

12
3: Quiero que explique por qué ha cambiado su voto.
9: No ha sido ella. He sido yo.
11: No sé por qué, pero me lo estaba imaginando.
9: Si quieren les puedo explicar la razón.
7: No, de verdad, prefiero que no me lo diga.
9: Pues a mí sí me interesa aclararlo, si no les importa.
10: ¿Es necesario?
6: Tiene todo el derecho a hablar, igual que los demás.
9: Gracias. Esta señorita se ha enfrentado solo contra todos nosotros. Ella no ha
dicho en ningún momento que el muchacho fuera inocente… sino que no está segura
de que sea culpable. No es nada fácil mantenerse firme ante las burlas de los
demás. Se jugó una carta en busca apoyos y yo se lo he dado. Respeto sus razones.
Tal vez sea culpable ese chico, pero quiero saber más. Después de haber escuchado
a cada uno de ustedes… (Al 3 que se ha levantado y se ha puesto a ojear el
periódico) Señora, estoy hablando. La obligación de todo miembro del jurado es
escuchar a los demás.
8: No le puede oír. Nunca podrá hacerlo.
4: ¿Entonces, continuamos?
1: Creo que no nos vendría mal descansar unos minutos…
12: De acuerdo. (Poco a poco se levantan todos para estirar las piernas, beber agua,
ir al baño, etc. Se forman algunos grupos: 11-12, 7-8, 6-2).
12: Esto se pone cada vez peor… ¡vaya con el viejo! Vamos de sorpresa en sorpresa.
Si yo pudiera inventar una fórmula para acabar de una vez… En la agencia de
publicidad… ¿le había dicho ya que trabajo en una agencia?
11: Sí…
12: Pues allí trabajan los tipos más raros que usted se pueda imaginar. Bueno, en
realidad no son tan raros… ya sabe gente creativa… Ellos tienen una manera
peculiar de expresarse, ¿entiende? Me imagino que en todas partes hay gente así.
¿Usted a qué se dedica?
11: Soy relojero.
12: ¡Qué interesante! Oiga ¿es verdad que los mejores relojes son los europeos?
11: Eso dicen.
12: Perfectamente. Pues como le iba diciendo, cuando en la agencia llegamos a
situaciones como esta, en que parece que estamos atascados, siempre surge algún
tipo al que se le ocurre una idea y hace polvo el problema. No falla.
3: (Acercándose al 6 y al 2) Reconozco que he exagerado un poco de más. No he
sabido dominarme. Me alegro de que ustedes sean personas que no se dejan influir
por sensiblerías.
6: (Sin hacerle caso) ¡Ya podía funcionar el aire acondicionado! ¡Menudo calor! Voy
a beber un poco de agua.
2: (Ídem) Le acompaño. (Se alejan los dos del lugar).
7: ¿Es usted comercial?
8: Soy arquitecto.
7: Pues tiene usted el don de la persuasión. En serio, le doy mi palabra. Yo uso una
táctica distinta. Mi estilo es más… de guasa, chiste, trucos, copas… Dar en el clavo,

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como dicen los clásicos. El año pasado hice unos 27.000 dólares. No está mal
tratándose de mermelada ¿verdad? (Pausa) ¿Qué saca usted con esto? ¿Le divierte
o es que de pequeña se dio un golpe en la cabeza y…? ¡Ja, ja, ja!
8: A lo mejor fue eso.
7: Los filántropos no tienen arreglo, se empeñan en matarse por tipos que no se lo
merecen. ¿No tiene otra cosa en la que perder el tiempo? ¿Por qué no hace un
donativo a cualquier asociación benéfica, a ver si se siente mejor? Ese chico es
culpable, salta a la vista. ¿Por qué no nos evita este aburrimiento? Si continuamos
discutiendo vamos a terminar afónicos… ¡y yo vivo de mi voz, como Sinatra!
8: ¿Y qué más da que pierda la voz aquí o en el básquet?
7: Mira tú... en eso lleva usted la razón… ¡Ja, ja, ja!
6: Parecen todos buena gente.
2: Casi todos, como en la sociedad.
6: ¡Menudo día hace! ¿Cree que aún tardaremos mucho?
2: La verdad, no lo sé.
6: Yo estoy convencido de que es culpable. Creo que esos dos se equivocan de lado a
lado. A ver si caen de la burra y nos vamos de una vez.
2: A ver, imagínese que fuese usted la acusada.
6: No diga tonterías. Soy una artesana, sin más. Mi jefe es quien imagina, yo sólo
trabajo. De todas maneras haré un esfuerzo. Supongamos que nos convence a
todos, le declaramos inocente, y luego resulta que el muchacho es culpable.
2: Eso es el riesgo que conllevan las decisiones democráticas, pero siempre será
más difícil equivocarse muchos que uno solo.
1: Por favor, vayan sentándose. Debemos continuar.
7: Si me lo permiten, podemos ir encargando la cena… ¡Ja, ja, ja!
1: Dejemos los chistes para el final. A ver ¿quién quiere empezar?
3: Yo.
1: Pues cuando desee.
3: Usted, la defensora. Veamos, el viejo que vivía debajo dijo que oyó gritar al
chico: “Voy a matarte”, y un segundo después, oyó caer el cuerpo al suelo. Se fue
hacia la puerta y vio al chico que salía corriendo de la casa. ¿Eso, para usted, no
significa nada?
8: Me estoy preguntando hasta que punto pudo oír el viejo la voz del chico a través
del techo.
3: No la oyó a través del techo, sino por su ventana que estaba abierta, al igual que
la de la casa del chico. Recuerde que hacía mucho calor.
9: Sin embargo era otro piso. No es tan sencillo identificar una voz de alguien,
especialmente si está gritando.
12: Y no olvidemos a la señora de enfrente, estaba asomada a la ventana y le vió
apuñalar a su padre. ¿No son pruebas suficientes?
9: No.
7: No he visto en mi vida cosa igual. Menudo par de cabezotas.
4: Ella vio como lo asesinaban a través de las ventanillas de un tren. El tren
arrastraba seis coches y lo vio al pasar los dos últimos. Recuerda, perfectamente,
hasta el detalle más insignificante. No entiendo cómo pueden dudar aún.

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8: ¿Quién me puede decir, con exactitud, lo que tarda un tren eléctrico…? (Al 6
que está hablando con el 5) Hagan el favor, caramba… esto no es un juego.
6: ¡Pero ustedes han escuchado?
1: Por favor…
6: Esta tipa es una estúpida insoportable.
8: Le repito que no estamos aquí para jugar.
6: ¿Quién se ha creído que es?
1: Venga, ya está bien. Por favor, prosiga.
8: ¿Quién me puede decir, con exactitud, lo que tarda un tren eléctrico, a una
velocidad normal, en pasar por un punto fijo?
4: ¿Y eso qué tiene que ver?
8: ¿Cuánto? Diga lo que crea.
4: No tengo la menor idea.
8: (Al 5) ¿Y usted que cree?
5: No lo sé… unos diez segundos.
8: Se ha aproximado bastante. ¿Alguien más quiere opinar?
11: Yo también creo que eso, más o menos.
10: ¿Estamos jugando a las adivinanzas?
8: (Al 2) ¿Qué opina usted?
2: Diez segundo, creo que es un tiempo razonable.
4: Bien, digamos diez segundos. ¿A dónde quiere ir a parar?
8: Ahí, a esa mesa. Escuchen, un tren de seis coches tarda diez segundos en pasar
por delante de un punto fijo. Ahora imaginemos que esa mesa es la ventana abierta
de la casa donde se cometió el crimen. En ese lugar uno puede asomarse a la
ventana y casi tocar las vías ¿no? Y yo les pregunto ¿alguno de ustedes ha vivido
cerca de unas vías del tren elevado?
6: Hombre, yo vivir no, pero acabo de pintar un apartamento que está pegado a una
de esas vías. Estuve trabajando en él durante tres días.
8: ¿Y cómo era?
6: ¿A qué se refiere?
8: ¿Ruidoso?
6: Muchísimo.
8: Yo, cuando estaba estudiando la carrera, he vivido en uno de esos apartamentos
que dan a las vías y les puedo asegurar que, con las ventanas abiertas, el ruido que
hacía el tren al pasar por allí, era insoportable. No se oía uno a sí mismo.
5: Vale, no se oye uno a sí mismo ¿y eso, qué?
8: Un momento, por favor. A eso voy. Tenemos dos pruebas de los testigos. Vamos
a estudiarlas. Primero, el viejo del piso de abajo que dice que oyó decir al
muchacho: “Voy a matarte”.
2: Sí, eso es lo que declaró.
8: Sigamos. La mujer, en su declaración aseguró, repetidas veces, que se asomó a la
ventana y vio al asesino a través de los últimos vagones del tren eléctrico.
3: Sí, hombre sí. ¿A dónde quiere llevarnos?
8: No se impaciente. Hemos quedado que un tren tarda diez segundos en pasar ante
un punto fijo. Puesto que la mujer vio el asesinato a través de los dos últimos

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vagones, podemos asegurar que el cuerpo cayó al suelo justo cuando pasaba el tren.
Es decir que el tren pasaba por la ventana del viejo dos segundos antes de
desplomarse el cuerpo del padre del chico. El viejo oyó, según su declaración, “Voy
a matarte”, y pasado un segundo el ruido del cuerpo al caer al suelo. Resumiendo: el
chico debió haber pronunciado esas palabras, justo, justo cuando pasaba el tren. Y
con ese ruido es imposible haberlo oído.
3: ¡Qué idiotez! Pues claro que lo oyó.
9: Yo no creo que haya podido oírlo.
3: Dijo que lo oyó gritar como un desesperado, y me parece lógico.
8: Lo que yo digo es que, en el supuesto de que lo oyera, no podía identificar la voz
de nadie con aquel ruido espantoso.
3: Todo se produjo en el término de unos segundos. No se puede hablar con esa
exactitud.
8: Pues yo creo que una palabra que puede enviar a un muchacho a la silla eléctrica
debe ser exacta.
5: Yo creo que no pudo oírle.
6: Posiblemente no lo oyera. Imagínese, con el ruido que hace un tren.
12: A ver, un poco de seriedad. ¿De qué están hablando?
5: Me parece lógico que no pudiese oírlo.
12: ¿Entonces, por qué ha mentido el viejo? ¿Qué gana con ello?
9: Tal vez publicidad.
3: Menuda tontería. Señor, no hace más que decir frases brillantes. ¿Por qué no la
envía para que se las publiquen en algún almanaque? Pagan tres dólares por cada
una.
6: (Encarándose con él) ¿Y usted por qué no tiene más respeto a todos los demás?
Un tipo que trata así a un señor mayor merece que le bajen los humos. ¿Ha
entendido bien? Por favor, señor, continúe. ¿Por qué cree que el viejo ha mentido?
9: Gracias. Le observé atentamente durante todo el tiempo. Debajo del hombro
llevaba la chaqueta rota. ¿Nadie se fijó en ello? No tendría otra cosa que ponerse.
Un pobre hombre con la chaqueta rota, arrastrándose lentamente por la sala. Su
pierna izquierda tenía un defecto que trataba de ocultar con vergüenza. Creo
comprender a ese hombre mejor que todos ustedes. Es tímido, receloso,
insignificante, apocado. Jamás ha sido nada en su vida, jamás nadie le hizo caso, ni
vio su nombre en los periódicos. No sabe nadie quién es… ni cómo se llama… Ni le
pidieron consejo a lo largo de su vida, de sus 75 años. Señores, eso es muy triste…
no significa nada. Un hombre necesita que le hablen los demás, pero sobre todo,
que le escuchen. Saberse útil… eso es lo menos que se puede pedir. Y en esta
ocasión todo el mundo estaba pendiente de él, de lo que iba a decir.
7: Pero ¿qué rollo nos está contando? ¿Insinúa que ese viejo ha dicho lo que no es,
sólo para darse importancia?
9: No. Seguramente no ha mentido, porque el mismo ha llegado a convencerse de
que vio realmente al muchacho salir de casa y de que le oyó…
10: (Cortándole) Es lo más estúpido que he oído en mi vida. ¿En qué cabeza cabe esa
tontería? ¿En qué se funda para pensar así? (Estornuda casi más por la excitación
que por el catarro).

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2: ¿Quiere unos caramelos para la tos? (10 asiente) ¿Alguien más?
8: Yo le agradecería uno.
12: Pueden decir lo que quieran, pero yo no sé cómo puede haber alguien que lo crea
inocente.
8: A eso, yo puedo añadir algo más, si me lo permite. Ya hemos probado que el viejo
no pudo oír las palabras “voy a matarte”.
5: Eso es una suposición suya. Aún no se ha probado nada.
8: Un momento, por favor. Supongamos que en realidad oyó la frase. ¿Cuántas
veces la hemos dicho cualquiera de nosotros? Probablemente cientos de veces. “Te
voy a matar”; “Como hagas eso de nuevo, te mato”; “Dale, Jimmy, mátalo, acaba con
él”. Y ello no implica, necesariamente, que hayamos de matar, ni siquiera de que
pensemos realmente en hacerlo.
3: No divague. ¿De qué quiere convencernos? La frase era “te voy a matar”. El
chico la dijo a voz en grito. ¿Es que estaba bromeando? Cuando una persona dice
eso y del modo en que lo dijo él, mata de verdad ¿se entera?
2: Yo no lo aseguraría. Hace unas semanas estuve discutiendo con mi compañero de
trabajo. En un momento dado de acaloramiento me llamó idiota, entonces yo
también le grité y le dije que si lo repetía lo mataba.
12: Señores, esta señora quiere meternos en la cabeza cosas que no son. El chico
dijo que iba a matar a su padre y lo mató.
8: Una pregunta… ¿cree usted que el muchacho gritaría una cosa así para que la
oyese todo el barrio? Yo no, desde luego. Es demasiado listo para eso.
10: ¿Listo? Es un golfo ignorante y vulgar que apenas sabe leer.
11: Posiblemente, pero eso no tiene nada que ver ahora.
5: Señor Presidente, quiero cambiar mi voto a inocente.
3: ¿Qué ha dicho?
5: Lo que ha oído.
1: ¿Está segura?
5: Completamente.
1: Bien. Entonces, si no me equivoco, el resultado queda 9-3 a favor de culpable.
7: ¡Vaya… esto es el colmo! Pero ¿en qué se basa usted… en lo que inventa este
tipo? Debería editar una de esas revistas policíacas, amigo. Haría una fortuna. Pero
si el mismo defensor del chico comprendió que no había nada que hacer. Desde el
principio ¿comprenden? Se ve a leguas. ¡Qué barbaridad, señores! Esto no hay quien
lo aguante. El chico tenía su abogado, él es el que tenía que haberle defendido, no
nosotros. ¿A qué viene complicar las cosas?
5: Oiga, los abogados no son infalibles.
7: El de los Celtics, por favor…
9: Lo nombraron de oficio.
7: ¿Y con eso qué quiere decir?
9: Puede significar muchas cosas, por ejemplo, que no le interesara el asunto o que
le molestara defender un caso que le proporcionara poco provecho. Ni fama, ni
dinero, ni la oportunidad de ganarlo. No es una situación prometedora para un
abogado que empieza. Es preciso tener mucha fe en el cliente para poner el

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entusiasmo que un asunto como este requiere. Y como bien ha dicho usted, este
abogado estaba claro que no la tenía.
2: Y tan claro. ¿Quién iba a tenerla? Nadie a excepción de su madre o alguien
parecido, y a todo esto…
11: (Cortándole) Perdónenme. He estado tomando algunas notas y, si me lo
permiten, quisiera hablar de ellas. He prestado atención y me parece que esta
señora ha hablado con mucho fundamento. Según las pruebas presentadas en el
juicio, el muchacho es culpable. No cabe duda, pero ¿por qué no profundizamos en
ellas?
6: Abrevie, amigo.
11: Existe una cosa que no está clara: admitamos que el muchacho mató a su padre.
Eso ocurrió exactamente, a las once y diez. Ahora ¿cómo le detuvo la policía? El
volvió a su casa a las tres de la madrugada y fue capturado por dos detectives en el
vestíbulo. Ahora pregunto yo: ¿si es cierto que asesinó a su padre, por qué se le
ocurrió volver tres horas más tarde? ¿No tenía miedo de que lo detuvieran?
12: Sólo volvió por recoger la navaja. Se dio cuenta de que no era de buena
educación dejarla clavada en el pecho de la gente.
7: Sobre todo en el del padre. No tiene ninguna gracia para mí. Identificarían la
navaja que acababa de comprar e intentó anticiparse a la policía.
11: Puesto que sabía que podían identificar la navaja ¿por qué razón la dejó allí al
cometer el crimen?
4: Podemos admitir que el muchacho huyó presa del pánico cuando hubo asesinado a
su padre. Después, cuando se calmó, se dio cuenta del olvido de la navaja.
11: Eso depende de nuestra definición de pánico. Debía tener en cambio la
suficiente calma para borrar las huellas de la navaja. ¿Dónde empieza y dónde
acaba el pánico?
3: Oiga, usted votó culpable ¿de qué lado está?
11: Yo no tengo ninguna obligación de estar de uno o de otro lado. Sólo me limito a
preguntar.
12: Es sólo una opinión personal, pero yo, en el caso de haber cometido el asesinato,
hubiese intentado recuperar la navaja. Lo más seguro es que pensara que nadie le
vio salir corriendo y que descubrieran el cadáver hasta el día siguiente. Tenga en
cuenta que era medianoche. No tiene nada de particular que hiciese estos
razonamientos.
11: A ver, la mujer de enfrente declaró que un momento después de ver el
asesinato, es decir, un momento después de que el tren pasó, dio un grito y corrió a
telefonear a la policía. Así que el chico debía haberla oído y, en tal caso, pensar que
le habían descubierto y, por consiguiente, yo no creo que hubiese vuelto.
4: Dos objeciones: Una, en su estado de ánimo es posible que no oyera el grito.
Puede que no fuera lo suficientemente fuerte. Otra: si lo oyó, tal vez no lo
relacionara con su acción. No olviden que vive en un barrio donde los gritos son
bastante frecuentes.
3: Ahí tiene usted las respuestas que buscaba.
8: Muy bien. Puede que el chico matase a su padre. Que no oyera el grito, que
huyese por miedo… que se calmara… y tres horas después volviese a por la navaja…

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aunque le detuviese la policía. Es posible que ocurriera todo eso, pero también lo es
que no ocurriera. A estas alturas, empiezo a dudar de que estuviera en la casa en el
momento de cometerse el crimen.
10: ¿Ya empezamos? ¿De qué está hablando? ¿Duda también de que el viejo lo vio
salir de casa? Desfigura los hechos a su capricho… A ver, dígame ¿es cierto que el
viejo lo vio salir de casa a eso de las doce y diez, o no?
11: El viejo así lo afirmó en el juicio.
10: Pero hombre… ¿de qué va todo esto?
5: Los testigos pueden equivocarse.
10: Sobre todo si les conviene a ustedes. Cuando les interesa que se equivoquen, se
equivocan… ¡Habrase visto desfachatez!
1: Calma, por favor… no se exciten.
10: ¡Siempre el mismo cuento! ¡Y usted, presidente, a ver si impone un poco de
autoridad! Estos tipos dicen lo que les parece. ¡Que no oyó el grito! ¿Eso qué
importa? No hablan más que de los detalles y olvidan lo que tiene importancia… y de
repente cambian de forma de pensar.
8: Solicito una nueva votación.
10: Perdone, pero estaba hablando yo.
1: Han solicitado una nueva votación. Por favor tomen asiento.
3: En mi vida he visto perder el tiempo tanto como aquí.
2: Es cosas de unos segundos, tampoco hay para tanto.
1: ¡Señoras y señores! El sistema más rápido es averiguar quién vota inocente.
Todos los que voten inocente, que levanten las manos. (Lo hacen 5, 8 y 9). Tres.
Seguimos igual, 9 culpable, 3 inocente.
7: ¿Y ahora qué hacemos? Porque podemos pasarnos así hasta el día del juicio final.
11: Perdón. Yo voto inocente.
12: ¿Cómo?
3: ¿Pero qué mosca le ha picado? ¿Estamos formando parte de un jurado o de un
manicomio? El chico es culpable ¿por qué no quieren atender a los hechos? Esto no
hay quien lo aguante.
1: Entonces, el resultado de la votación es 8-4.
3: Seamos serios, por favor. ¿Es esto la Sociedad Protectora de los
Desamparados? Exijo que se levante y explique por qué cambia de opinión. Venga,
denos una razón.
11: No tengo por qué justificar mi voto ante usted. Tengo una duda razonable y eso
me basta.
3: Razonable, no… absurda. Son sólo palabras. Escúcheme… Al chico que usted
declara inocente, le vieron clavando esto (Coge una de las navajas) a su padre. ¿A
ver, que entiende usted por duda razonable?
9: Se ha equivocado de navaja. La del crimen es la otra.
3: (Dándose cuenta de su error) ¡Ah, muy astuto!
7: ¡Voy a volverme loco! Vayamos a lo práctico, por favor. A ver si hay suerte y aquí,
el ocho, no se saca otro cuento de la manga. Analicemos las palabras del viejo ¿o es
que en su plan también entra que no vio al chico correr escaleras abajo, quince

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segundos después del asesinato? ¿También lo dice para darse importancia? Venga,
estoy ansioso por escucharles.
5: Un momento, ahora le digo.
7: ¡Atención señoras y señores, la de los Celtics va a dirigir unas palabras! La
enorme ovación hace que se tambalee el estadio…
5: A ver, el viejo declaró que corrió hacia la puerta.
7: ¿Corrió? ¿Anduvo? ¡Qué más da! Se arrastró y, por suerte, llegó hasta allí.
6: Creo recordar que él dijo que corrió.
5: Yo estoy completamente seguro de que lo dijo, pero lo que no sé es como pudo
correr hasta la puerta.
4: Dijo, exactamente, que fue desde el dormitorio a la puerta de entrada ¿no es
suficiente?
2: ¿Desde su dormitorio?
5: Creo que estaba en el vestíbulo.
10: El de la memoria privilegiada ¿no se acuerda de eso?
8: No exactamente. Señor Presidente, desearía ver el plano del apartamento.
1: Como desee. (Se acerca a la puerta, llama y asoma la cabeza el alguacil)
7: Si quieren podemos pedir que se repita de nuevo el juicio para que pueda
ordenar bien sus ideas.
10: ¿Cómo es posible que haya sólo uno que quiera examinar tanto las pruebas?
5: Yo también quisiera ver ese plano.
12: Y yo mandarles a todos al diablo.
8: Tranquilo, amigo. Lo que sí me gustaría averiguar es si un viejo que arrastra una
pierna, a causa de una parálisis, puede llegar desde su cama la puerta en quince
segundos.
3: Veinte.
8: Él dijo quince.
3: Dijo veinte segundos. ¿Quiere hacer el favor de dejar de llevarme la contraria
de manera permanente?
11: Dijo quince.
3: ¿Quién de nosotros es capaz de medir quince segundos? Ni él, ni nadie.
9: Dijo quince segundos y parecía estar muy seguro de ello.
3: Es un viejo enfermo, la mitad del tiempo estuvo mareado ¿cómo iba a estar
seguro de nada?
4: Desconozco que desea usted probarnos ahora. Ese hombre dijo que vio al
muchacho salir corriendo.
8: Sólo quiero verificar si los hechos demuestran la verdad de su declaración. Dijo
que cuando el cuerpo cayó al suelo, oyó unos pasos apresurados en el piso de arriba.
Luego escuchó abrirse la puerta y alguien que bajaba rápidamente la escalera. El
viejo alcanzó su puerta lo más de prisa que pudo y, aseguró, que tardó sólo quince
segundos, pero si el asesino comenzó a correr inmediatamente…
12: Tal vez no.
8: Me estoy limitando a repetir la declaración del testigo.
7: Si tomase parte en un congreso de charlatanes, le darían una medalla.
6: ¿Por qué no para un poco con su afición por la ironía?

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7: Amigos, en la dieta que nos pagan por estar aquí, no va incluido el aguantar
sermones.
ALGUACIL: (Entra con un plano grande del apartamento) Aquí tienen lo pedido. Por
favor, me firma el recibí. (El 1 se levanta y lo hace. Alguacil sale).
10: Bueno, ya tiene lo que quería ¿qué es lo que va a decirnos ahora?
8: Este plano corresponde al apartamento en el que tuvo lugar el homicidio. El del
viejo tiene la misma distribución. Esta es la vía del tren, aquí está el cuarto de
estar, el dormitorio, la cocina, el cuarto de baño, el hall y la escalera. El viejo
estaba en el dormitorio. Dijo que avanzó hacia la puerta, atravesó el hall, abrió la
puerta y vio al muchacho bajar las escaleras corriendo. ¿Estamos todos de
acuerdo?
3: Sí, ya lo hemos oído quinientas veces.
8: Quince segundos después de oír caer el cuerpo al suelo.
11: Correcto.
8: Bien. Veamos, hay cuatro metros desde la cama hasta la puerta. El pasillo tiene
unos catorce. Si tenía que recorrer cuatro metros, abrir la puerta, andar otros
catorce metros y abrir la puerta de entrada, ¿creen que pudo hacerlo todo en
quince segundos?
10: No cabe duda. Lo hizo.
11: Pero si apenas puede moverse. Tuvieron que ayudarle a subir al estrado.
12: Hablan de esa distancia como si fuese una caminata insalvable.
9: Para un hombre en esas condiciones, sí lo es. (El 8 se levanta y organiza algo que
podría ser el itinerario recorrido por el viejo).
10: ¿Pero qué está haciendo?
8: Calcular lo que se puede tardar en hacer ese recorrido.
3: ¿Para qué demonios hace falta hacerlo? ¿Por qué no lo hizo el defensor ya que es
tan importante?
5: Tal vez porque a él no se le ocurrió.
10: ¿Le creen un imbécil o algo parecido?
5: ¿Acaso se le había ocurrido a usted antes?
10: Oiga, lumbrera, eso es lo de menos. De sobra sabía él que no serviría de nada al
acusado.
9: También pudo evitarlo para no poner en evidencia a un viejo lisiado. Eso no cae
bien entre los jurados. Muchos abogados procuran evitarlo.
7: ¡Pues vaya abogados!
8: Eso mismo pienso yo. Bien, esas dos sillas son la cama del viejo. Acabo de medir
los cuatro metros que hay hasta la puerta del dormitorio. Sería aquí.
3: ¡Bueno! Ahora vamos a jugar a las casitas.
11: Me gustará verlo en directo.
8: El pasillo tiene catorce metros, más o menos llegar hasta el final y volver.
10: Lo siento, pero creo que esto no tiene el menor sentido. ¿Por qué se empeña en
hacernos perder el tiempo?
5: Según parece será cuestión de quince segundos y eso no supone tanto.
2: Venga, vamos a empezar.

21
8: La puerta estaba cerrada con llave, según su declaración. ¿Alguien tiene un reloj
con segundero?
2: Yo.
8: Cuando dé el golpe en el suelo, empezaré a caminar. Eso significa que el cuerpo
cae. Cuando usted me diga, señorita, comienzo a andar.
7: ¿A qué espera?
2: A que el segundero llegue al número sesenta. ¡Ahora! (8 golpea el suelo y
comienza a reproducir el camino del testigo, arrastrando ligeramente una de sus
piernas. Todos están en pie siguiendo el recorrido).
10: ¡Rápido! No se duerma. Él andaba más de prisa que usted.
8: Caminaré más deprisa, si quiere. Puerta, abro y salgo. ¡Stop!
2: Ya está cronometrado.
8: ¿Cuánto tiempo ha transcurrido?
2: Cuarenta y un segundos exactos.
8: Lo que suponía. El viejo oyó la pelea que sostuvieron padre e hijo horas antes.
Después, estando en la cama, oyó desplomarse un cuerpo en el piso de arriba y a la
mujer de enfrente gritar. Llegó a la puerta como pudo. Escuchó a alguien bajar las
escaleras corriendo e imaginó que era el muchacho.
6: Es posible.
3: ¡Qué burrada! He oído bastantes disparates en mi vida, pero este se lleva el
primer premio. Es incomprensible la sensiblería que demuestran ustedes por la
gentuza esa con la Justicia. Se dejan influenciar por tonterías y terminarán
actuando como viejas histéricas. Pues yo no quiero hacer lo mismo. Ya lo saben.
¿Qué mosca les ha picado? En el fondo están convencidos de que es culpable, pero
a este paso dejaremos que se nos escape de las manos estúpidamente.
9: ¿Qué se nos escape? ¿Acaso es usted su verdugo?
3: Voy a ser uno de sus verdugos.
8: Apostaría que le encantaría ejecutarle.
3: A esa clase de gente no me importaría.
8: Me da usted lástima. Es horrible desear la muerte de alguien. Desde que entró
en esta habitación se ha comportado como si fuese la personalización de la
venganza. Y exige la muerte del muchacho por venganza, no por convicción. Es
usted una sádica. (El 3 hace ademán de abalanzarse sobre el 8, pero varios de los
que están a su alrededor lo sujetan y se lo impiden).
3: (Fuera de sí) ¡Suéltenme! ¡Le voy a matar! ¡Le voy a matar!
8: ¿Está usted decidida a matarme de verdad? (La pregunta del 8 y su tono sereno
y tranquilo, causan el efecto de dejar a todos descolocados y recordando de pronto
la conversación tenida sobre esta frase anteriormente. Comienzan a relajarse,
cuando entra el alguacil).
ALGUACIL: ¿Ocurre algo extraño? He oído gritos.
1: No, no pasa nada. Una pequeña discusión sobre el caso que nos ocupa.
ALGUACIL: (Poco convencido) Mejor que así sea.
1: Por cierto, hemos acabado con el plano, puede llevárselo.

22
ALGUACIL: Sin problema. (Coge el plano y sale. Los miembros del jurado se van
distribuyendo por la sala, ha surgido otro pequeño receso. Con mayor o menor
disimulo todos miran al 3).
3: ¿Qué están mirando?
6: Habrá que romper el fuego otra vez, ¿no?
11: (Al 10) Discúlpeme.
10: ¿Por qué se ha vuelto tan fino de repente?
11: Para contrarrestar su grosería. Todo es problema de educación. Ya le he dicho
que yo no vine aquí a pelearme con nadie. Tenemos una responsabilidad. Eso es lo
más admirable de la democracia: que se nos pide que vengamos a un sitio
determinado para decidir si un individuo, al que no conocemos, es inocente o
culpable. Ni ganamos, ni perdemos nada con nuestro veredicto. Esta es una de las
razones por la que somos una gran nación. No hagamos de ello una cuestión
personal.
12: Tengo una idea, si ustedes lo consideran puedo exponerla.
1: ¿Vale la pena?
12: Eso espero.
11: (Viendo por la ventana) ¡Qué oscuro se está poniendo! Vamos a tener una
tormenta de las buenas.
5: No me sorprendería… ¡Menudo calor hace!
6: Oigan, ¿no sería conveniente hacer otra votación?
7: ¡Estupendo! Pero esta vez podemos animarla un poquito con algo de música y unas
copas.
1: Yo estoy de acuerdo. ¿Alguien se opone? Entonces, adelante.
10: Propongo que sea individual, para saber bien la opinión de cada uno.
1: Si nadie tiene nada que objetar, por mí no hay problema. (Todos asienten) De
acuerdo, votemos por orden. El uno soy yo y voto culpable. Número 2.
2: Inocente.
1: Número tres.
3: Culpable.
1: Número 4.
4: Culpable.
1: Número 5.
5: Inocente.
1: Número 6.
6: Inocente.
1: Número 7.
7: Culpable.
1: Número 8.
8: Inocente.
1: Número 9.
9: Inocente.
1: Número 10.
10: Culpable.
1: Número 11.

23
11: Inocente.
1: Número 12.
12: Culpable.
1: La votación queda seis a seis.
7: ¡Estupendo… hagan juego, señores!
10: Seis a seis. No cabe duda de que están perdiendo el juicio de una manera
lamentable. ¡Inocente ese golfo!
9: Que sea o no un golfo no nos importa. Hay que examinar los hechos y hacerlo
bien a fondo.
10: ¿No me diga? Estoy más que harto de los hechos. Aquí la gente está cambiando
por capricho.
9: Las cosas se han ido demostrando desde otro prisma.
10: ¿Sí? ¡No me diga!
9: En cambio usted no ha parado de gritar a viva voz desde el principio. NO ha
parado de ponerse en evidencia a cada instante… ¡qué calor!
11: ¿Quiere usted un poco de agua?
9: No, muchas gracias.
2: Va a llover de un momento a otro.
7: ¿Y usted, bella dama, por qué ha cambiado su voto?
2: Porque a mí me parece que todo está muy dudoso.
7: No tiene ningún fundamento. Sabe que está equivocada… pero se ha dejado
llevar…
2: Se equivoca. Existen muchos detalles que no acaban de aclararse.
7: Ya… eso se lo dirá usted a todos…
10: O sea, que al final, es usted como los demás… se deja arrastrar…
11: No tienen derecho a hablarle así a esa señorita. (Ruido de lluvia)
1: ¡Menudo chaparrón! Eso me recuerda a las tormentas que tuvimos el pasado
noviembre… fueron espantosas. (Levantándose) Si me permiten voy un momento al
cuarto de baño. (Sale. La gente habla con los de al lado).
5: Bien, estamos empatados. ¿Quién iba a decirlo al principio? ¡Menuda sorpresa!
4: Desde luego.
3: Quisiera pedirles disculpas por lo de antes, cuando ella me provocó. La verdad es
que me altero muy fácilmente. Pero eso no prueba nada. Además no tenía derecho
ninguno a llamarme personificación de la venganza, sádica y todas esas cosas. Es
una charlatana y sólo quería provocarme.
4: Y lo consiguió.
10: Escúchenme un momento. Así no adelantamos nada. Vamos a presentarnos al
juez y que declare incompetente al jurado, no tiene sentido seguir adelante.
7: Sí, yo estoy de acuerdo. Hay que decirle al juez que la muerte del muchacho la
decidan otros doce.
5: No creo que el juez atienda nuestra petición, no llevamos mucho tiempo
reunidos.
12: Pero podemos intentarlo.
11: Yo prefiero no hacerlo.

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7: Claro, porque sabe que ese chico no se salvaría con otro jurado. El problema es
que aquí nadie parece dispuesto a ceder.
5: ¿Siguen creyendo ustedes que no hay posibilidad de duda?
7: Ninguna.
11: A lo mejor no entiende lo que quiero decir.
7: ¿Cómo no voy a entenderlo? Pero ¿usted quién se ha creído que es? Está visto
que no se puede con las novatas porque en cuanto comienzan a respirar ya se las
dan de listos.
1: (Regresando) Venga, prosigamos con el tema. ¿Hay alguien que quiera aportar
algún otro dato?
8: Yo. Un punto importante para el fiscal era, que después de la declarar el
muchacho que había estado en el cine, a la hora de cometerse el crimen, no
recordaba el título de la película, ni los nombres de los intérpretes. Ha aludido a
ello en varias ocasiones.
4: Efectivamente. Es la única coartada que ofrecía y ni el mismo pudo mantenerla
porque no dio detalles.
8: ¿Le resultaría a usted, o a cualquiera de los presentes, dar detalles después de
una escena desagradable, como ser abofeteado por su padre?
4: Creo que sí. Sobre todo si hubiese algo marcado. El muchacho no pudo decir el
título de la película, porque no vio ninguna.
8: Según el informe de la policía, el chico fue interrogado por los detectives en la
cocina de su piso mientras el cadáver de su padre yacía en el suelo del dormitorio.
¿Le resultaría fácil recordar en semejantes circunstancias?
4: Sin duda.
8: ¿Bajo una impresión tan fuerte?
4: Bajo una impresión tan fuerte.
8: Lo recordó, sin embargo, en la sala. Dio el nombre de la película y de los actores
que trabajaban en ella.
4: Sí, su defensor hizo mucho hincapié en ello. Tuvo tres meses, desde la noche del
crimen hasta el día del juicio para aprenderlo de memoria. No es difícil para un
abogado averiguar la película que se da en determinada sala en una fecha concreta.
Yo me atengo a las palabras del policía que interrogó al muchacho después de
cometerse el crimen cuando, precisamente, no recordó la película… con impresión o
sin ella…
8: ¿Puedo hacerle una pregunta personal?
4: Adelante.
8: ¿Dónde estuvo anoche?
4: No salí de casa.
8: ¿Y anteanoche?
10: Venga… ¿pero qué es esto?
4: (Con un gesto de mano le dice al 10 que no se preocupe) Es igual. Salí de trabajar
a eso de las ocho y media, llegué a casa, cené y poco después me acosté.
8: ¿Y la noche anterior?
4: Eso era… el martes. La noche que juego el campeonato de bridge. Jugué mi
partida.

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8: ¿Y el lunes?
7: Cuando lleguen al descubrimiento de América, me avisan.
4: ¿El lunes? Fui al cine con mi marido.
8: ¿Qué película vieron?
4: “El círculo escarlata”. Policíaca.
8: ¿No había otra en el programa?
4: Sí… ¿cómo se llamaba?... creo que era… era… la… la notable señora… señora…
Baimbridge. Eso es “La notable señora Baimbridge”.
2: Yo también la he visto y se titula “La increíble señora Baimbridge”.
4: Efectivamente, ese es el título.
8: ¿Quién la protagonizaba?
4: Pues… no sé… no era una gran película… los actores no eran muy conocidos… creo
que… no… sinceramente no lo recuerdo.
8: Ya ¿y sufría usted alguna fuerte impresión?
4: No, claro que no.
9: Creo que se ha apuntado un tanto.
10: ¡Vaya un tanto! Por mí pueden hablar hasta que se les caiga la lengua a trozos.
El muchacho es culpable ¿cuándo van a convencerse? Por favor, me puede dar una
de esas pastillas.
2: (Saca la caja de las pastillas y sólo le queda una que coge y se mete en la boca).
Lo siento, se me han acabado.
12: ¡Caramba, qué manera de llover!
7: Es sólo un chaparrón de verano.
2: Oigan, ¿me permiten ver la navaja un momento?
1: Bueno, seguimos atascados seis a seis. ¿Alguna sugerencia?
12: Son las seis y cinco. Podemos ir a tomar algo.
5: No. Creo que debemos esperar hasta las siete.
12: Por mí, vale.
2: Yo quisiera decirles una cosa. No me he atrevido a exponerlo antes… y bueno,
ahora que estamos un tanto estancados… Bien, se trata de cómo apuñaló al viejo y
la posición que ocupaba. Sabemos el ángulo de medida.
3: Por favor, no empiece ahora con cálculos geométricos. Estoy harto de oír
tonterías.
2: No son tonterías, o eso creo. El muchacho mide alrededor de 1,65 y su padre
cerca del 1,90. Una diferencia considerable. Es muy difícil apuñalar de arriba abajo
a una persona que mide más que el atacante.
3: Deme eso. (Se pone en pie) Le voy a hacer una demostración. A ver, un
voluntario. (Se levanta el 8) Obsérveme con atención. Procuraré hacerme veinte
centímetros más bajo que ella. (Se agacha lo suficiente) ¿De acuerdo?
2: Sí, más o menos.
3: Voy a hacerle la demostración de cómo se haría. Fíjese en el ángulo. Hacia abajo
(Levanta el brazo y lo descarga con la navaja abierta haciendo un giro de última
hora pero golpeando el pecho del 8 con el puño. Todos dejan escapar un grito de
susto, menos el 8 que no se inmuta) y adentro. Tranquilos, que nadie está herido.
6: Ha sido una broma de mal gusto.

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5: Deme eso. ¡Cómo odio estas cosas! ¿Han visto alguna vez una pelea a navaja?
8: Yo, no.
5: ¿Y ustedes?
12: Yo tampoco.
5: Pues yo sí. Detrás de mi casa, al final de la calle, había un descampado. La navaja
era indispensable en aquel barrio. Quien haya vivido aquello no podrá olvidarlo
nunca. La navaja no se coge de esa manera.
9: ¿Y cómo se coge?
5: Así. De la otra manera se tarda mucho en cambiarla de posición. Cualquier
persona que haya usado una automática la manejaría así, de abajo hacia arriba.
9: ¿Está segura?
5: Segurísima, por esa razón se abren así.
9: Según el historial del chico, es un experto en la navaja.
8: Con su experiencia, ¿cree que el chico podría haber hecho la herida que mató a
su padre?
5: Nunca. Un navajero con experiencia la usaría desde abajo hacia arriba.
3: Eso no son más que suposiciones. ¿Alguno de ustedes estaba allí cuando sucedió?
5: No, ni usted tampoco.
3: Entonces ¿para qué revolver todo el asunto? Esto es palabrería.
4: No creo que se pueda determinar el tipo de herida que el muchacho pudo haber
infringido simplemente porque sepa manejar la navaja.
11: ¿Usted lo cree?
12: No lo sé.
11: ¿Cómo que no lo sabe?
12: No lo sé. Así de fácil.
7: No sé lo que pensarán los demás, pero estoy harto de tanta charla. No
conseguiremos nada. Voy a solucionar las cosas. Ahora voto inocente.
3: ¿Qué ha dicho?
7: Lo que ha oído. Estoy harto.
3: Esa no es una razón.
7: No le consiento que se me meta en mis decisiones.
11: Lo siento, pero estoy con el 3. Esto no es lógico. ¿Qué clase de hombre es
usted? Hasta ahora se ha mantenido con el voto de culpable. ¿Le quema la entrada
del partido en su bolsillo?
7: Oiga, amiguito, no se pase de la raya…
11: No tiene derecho a jugar de esa manera con la vida de un hombre. No se lo
consiento.
7: Ni yo a usted esa manera de hablarme.
11: Si desea votar inocente que sea porque está completamente convencido, y si no
lo está vote culpable. Venga ¿culpable o inocente?
7: Inocente.
11: ¿Por qué?
7: Eso es problema mío.
11: No, lo es de todos. Dé una razón.
7: Porque creo que es inocente.

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1: Señores, volvamos a realizar una votación. Mano alzada si nadie tiene nada que
oponer. Levanten la mano los que digan inocente (Todos menos 3, 4 y 10). Los que
voten culpable (levantan la mano los tres dichos). El resultado es 9-3 a favor de
inocente.
10: Esto es incomprensible. ¿Por qué han de machacarnos con tantas pequeñeces?
No significan nada. Ustedes vieron al chico, igual que yo. Ahora no querrán
convencerme de la invención de la pérdida de la navaja y de la patraña de que se ha
ido al cine. La gentuza de su clase es embustera. Nació para mentir. ¿Para qué voy a
decirles lo que todos ustedes ya saben? ¡No conocen la verdad! Les puedo asegurar
que necesitan muy poco para sacarse a una persona de en medio. No, señor. Se
emborrachan, y cuando lo hacen, no hay quien les frene. Al menor descuido ¡bang!
Muerto que dejan en la cuneta. Lo peor es que no podemos culparles del todo; es su
forma de ser por naturaleza. Todo lo resuelven con la violencia.
9: ¿A dónde quiere ir a parar?
10: (Durante este parlamento, poco a poco, los demás miembros del jurado se irán
levantando de sus asientos y volviéndole la espalda. Sólo 4 se mantiene en su sitio.
Esto hará que su sensación de impotencia vaya en aumento). Para ellos la vida vale
menos que para nosotros. Tienen una sola finalidad en ella: la lucha y la pelea. Si
alguien se cruza en su camino, matan sin escrúpulos. ¿Qué más les da? Claro que
también tienen algunas virtudes, yo soy el primero en reconocerlo. Conozco a un
matrimonio de esos barrios que son gente excelente. Pero ellos son las excepción,
una honrosa excepción. La mayoría de ellos no tienen sentimientos, son capaces de
todo. ¿Qué les ocurre? Amigos, intento decirles que cometen un grandísimo error.
Ese chico miente, seguro. Yo los conozco perfectamente. Son peligrosos, muy
peligrosos. Ni uno solo procede como es debido. Pero ¿qué pasa aquí? Estoy
hablando y ustedes no me escuchan… Yo… nosotros… el acusado es el prototipo de…
¿es que no se dan cuenta del peligro? Son la escoria… la inmundicia de nuestra
sociedad… ¿no lo entienden?... pero oigan… escúchenme…
4: ¡Ya está bien! Siéntese y no se atreva a abrir la boca. (El 10, vencido, se va hacia
el sofá y se queda allí sollozando y totalmente vencido).
8: ¡Qué difícil resulta apartar los prejuicios personales en un caso así! Esos
prejuicios empañan siempre la verdad. En realidad, yo no sé cuál es la verdad. Y
casi me atrevería a asegurar que nadie la sabe. A algunos de nosotros nos parece
que es inocente, pero sólo nos basamos en la probabilidad. Podemos equivocarnos.
Podemos dejar sin castigo a un culpable. No lo sé. Nadie puede saberlo. Sin
embargo, tenemos una duda razonable y la defendemos como base de nuestro
sistema. Ningún jurado decreta culpabilidad sin estar seguro. Nosotros nueve no
comprendemos su seguridad. Prueben a convencernos.
4: De acuerdo. Lo intentaré. Ha expuesto excelentes argumentos, pero me sigue
pareciendo que el chico es culpable y tengo dos razones. Una: la declaración de la
mujer de la casa de enfrente, que vio cómo se cometía el crimen.
3: En mi opinión, es el único punto importante a considerar.
4: Y dos: el hecho de que ella, en la descripción del asesinato, afirmara que vio al
muchacho levantar la navaja sobre el pecho de su padre y clavársela hacia abajo.
3: Absolutamente cierto.

28
4: Hablemos de esa mujer. Dijo que se acostó alrededor de las once de la noche. La
cama está cerca de la ventana y podía ver, desde ella, mientras estaba acostada, lo
que ocurría en la casa de enfrente. Dio vueltas durante más de media hora sin que
consiguiera dormirse. Finalmente, se volvió de cara a la ventana sobre las doce y
diez y al mirar por ella vio al asesino a través de las ventanillas del tren que
pasaba. Dijo que apagaron las luces después del asesinato, pero vio con toda
claridad al muchacho en el momento en que apuñalaba a su padre. A la vista de ello,
creo que es inútil seguir discutiendo sobre el tema.
3: Ahí lo tienen.
4: ¿Qué opinan ustedes?
12: No lo sé. Hay que tener en cuenta muchas cosas. Es demasiado complicado.
4: Francamente, ante eso, no entiendo que puedan votar inocente.
12: Desde luego no es sencillo ordenar las cosas y relacionarlas.
3: ¡Déjese de ordenar y relacionar! Esa mujer vio el crimen ¿qué más quieren?
12. No sé… puede que… Yo rectifico mi voto, es culpable.
3: Bien. ¿Alguno más? Ya estamos 8 a 4.
11: ¿Por qué lo considera un triunfo personal? Es sólo un voto.
3: Es evidente que este jurado no es competente para decidir. Debemos
comunicárselo al juez. Este señor (por el 12) va de un lado a otro como una pelota
de goma. Esto no es serio.
4: No tiene sentido atacar a nadie. ¿Les parece que nos tomemos un pequeño
descanso?
7: Sí, hombre, vamos a darnos unas vueltecitas alrededor de la mesa.
9: (Al 4, que se ha quitado las gafas y se rasca la parte alta de la nariz) ¿Se
encuentra usted bien?
4: Estoy perfectamente. Gracias.
9: Se lo he preguntado porque se frota la nariz igual que… Perdonen pero ha hecho
un gesto que me recuerda algo que puede ser interesante.
4: Por favor, señor, intento que nos pongamos de acuerdo.
9: Insisto en que puede ser interesante. Perdone la indiscreción ¿a qué se debe ese
gesto?
3: ¿Y eso qué importa ahora?
9: Perdone, pero estoy hablando con ella, no con usted. ¿Por qué se frota la nariz?
4: Ya que tanto le interesa le diré que es porque me molestaba un poco.
9: ¿Puede ser a causa de las gafas?
4: Seguramente. Ahora ¿podemos seguir con lo que estábamos?
9: Sus gafas le han formados dos profundas huellas a los lados de la nariz. Lo he
notado desde el principio. Debe ser muy molesto.
4: Sí, es bastante molesto.
7: Deje de jugar a los oculistas, caramba…
9: Es que la mujer que declaró en el juicio, tenía las mismas marcas a los lados de la
nariz.
2: ¡Es verdad! Ahora lo recuerdo.

29
9: Por favor, déjeme seguir. Ahora mismo acabo. No sé si alguno de los presentes lo
notaría. En el momento no me di cuenta, pero cada vez lo recuerdo mejor. Tenía
esas mismas huellas que no dejaba de frotarse en la sala.
5: Tiene razón. Yo también lo recuerdo.
9: Esa mujer debe de andar por los cincuenta. Estaba haciendo un esfuerzo por
aparentar bastantes menos al presentarse en público. Iba muy maquillada y con el
pelo teñido. Llevaba ropa flamante, más propia de una mujer más joven. Y no llevaba
las gafas. Coquetería femenina, supongo. Hagan un esfuerzo por recordarlo.
3: ¿Qué quiere decir con que no llevaba las gafas? ¿Quién le ha dicho a usted que
las usa? ¿Sólo porque se frotaba la nariz?
5: Tenía esas huellas. Lo he visto.
3: ¿Y eso qué prueba?
6: ¡Deje de gritar! ¡Estoy harto de sus voces!
1: Calma, por favor. Pero ahora que lo dicen, tiene razón. Yo también vi esas huellas.
Estaba muy cerca de ella.
3: Vale, se tiñe el pelo, se maquilla y tiene esas marcas en la nariz… ¿y qué?
9: Esas huellas, yo creo que sólo las pueden dejar unas gafas.
10: No lo sé.
3: Yo no las vi.
4: Yo sí. Es extraño, hasta ahora no había caído en ese detalle.
3: ¿Y el abogado por qué no se fijó en ese detalle?
8: Aquí estamos doce personas analizando el caso y tampoco nos habíamos fijado
once de nosotros.
3: ¿Me están diciendo que el juez, el fiscal y los procuradores iban a aceptar el
testimonio de una mujer cegata? Vale, admitamos que para salir a la calle se quita
las gafas. Perfecto. Pero en el momento del asesinato estaba en su casa y las
llevaba puestas. No hay más que hablar.
8: ¿Lleva usted puestas las gafas en cama?
4: No, nunca. Nadie que use gafas se acuesta con ellas en cama.
8: Entonces es lógico pensar que ella tampoco las llevaba, dado que pensaba dormir.
3: ¿Cómo lo sabe?
8: No lo sé. Lo supongo. Como supongo que, probablemente, no se las puso cuando se
dio la vuelta y miró por casualidad hacia la ventana. Ella misma declaró que se
estaba cometiendo un asesinato en aquel instante. Un momento después, se
apagaron las luces. No pudo tener tiempo de ponérselas.
3: Un momento.
5: Puede que esté convencida de que el chico mató a su padre, pero sólo vio una
figura borrosa.
3: ¿Cómo lo sabe usted? ¿Quién le ha dicho todo eso? ¿Quién puede asegurar que
no son solo gafas de sol las que usa?
5: Es evidente que esa mujer no ve bien.
11: Y tuvo que identificar a una persona a 25 metros de distancia, de noche y sin
gafas.
2: No se puede mandar a nadie a la silla eléctrica por un testigo así.
3: No empecemos.

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11: ¿Usted no cree que esa mujer haya podido equivocarse?
3: No, no lo creo.
8: ¿Está seguro?
3: Sí lo estoy…
12: Voto inocente.
8: ¿Sigue pensando en que es culpable?
3: Sí, es culpable.
4: Yo, en cambio, he llegado a la conclusión de que es inocente.
10: Y yo también.
3: ¿Qué les ha pasado?
4: Tengo una duda razonable.
9: Once a uno.
3: ¿Y qué me dicen de las otras pruebas?
2: Hace un rato dijo que las otras pruebas ya no le interesaban.
7: ¿Y ahora qué?
8: Está usted sola.
3: Eso no me importa. Estoy en mi derecho.
8: Lo respetamos, pero denos alguna razón.
3: Las he dicho mil veces.
5: Pero no nos ha convencido. Queremos volver a oírlas. Tenemos todo el tiempo del
mundo.
3: Todo lo ocurrido durante el juicio le acusa. ¿Me creen un imbécil? ¿Por qué han
despreciado la declaración del viejo? Él vive precisamente allí y lo oyó todo. ¿Y la
prueba de la navaja? Porque ese señor encontró una igual se han dado por vencidos.
El viejo lo vio en las escaleras ¿qué importan los segundos que hayan transcurrido?
Absolutamente todo… la navaja se le cayó, casualmente, por el agujero del bolsillo.
No pueden probar que no llegó a la puerta. Sí, pierden el tiempo. Recorran el cuarto
a la pata coja, si quieren, nunca probarán nada. ¿Y el asunto del tren? ¿Y la
película? Todo lo que he oído aquí no son más que estúpidas mentiras. Apuesto cinco
mil dólares a que me acuerdo de todas las películas que he visto en mi vida. Aseguro
que todo lo ha disfrazado a su gusto, todo… y luego la invención de lo de las gafas…
¿Cómo saben que no las tenía puestas? La mujer declaró bajo juramento. ¿Tampoco
oyó gritar al chico? ¡Ja, ja! Yo soy más práctico. Lo he apuntado todo… aquí… sí,
señores. El caso enterito. Bien… digan algo… Vaya una pandilla de sentimentales…
pero no crean que me han enternecido… Mantendré hasta el final mi punto de
vista… Dos años sin verle… ni siquiera en Navidad o en acción de gracias… Golfo
asqueroso… ¡vive tu vida!... ¡Inocente… inocente! (Rompe a llorar sobre la mesa. El 1
se levanta y va a llamar al alguacil).
1: Hemos terminado.
ALGUACIL: ¿Han alcanzado un acuerdo por unanimidad?
1: Sí. Declaramos al acusado inocente.
ALGUACIL: Se lo haré saber al juez. Muchas gracias por su colaboración. Pueden
retirarse. (Poco a poco van todos abandonando la sala. Sólo quedan el 3, sobre la
mesa, y el 8, que se le acerca, le ayuda a levantarse a colocarse la chaqueta y salen
ambos de la sala mientras se hace el oscuro final).

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