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Cómo fue el show de Ghost, el

circo ambulante de satanismo
apto para todo público
 La banda sueca de heavy metal tuvo lleno total en el Movistar
Arena.
 Tobias Forge, su cantante y líder, personifica al Papa
Emeritus, con pasos de comedia y alabanzas a Satanás.

Tobias Forge es el factótum de Ghost,

la banda sueca que cada vez tiene más fanáticos en la Argentina. Foto: gentileza Gallo
Bluguermann

ADRIANOMAZZEO

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25/09/2023 11:52
“A todo el mundo le gustan las salchichas” es el título de uno
de los discos de los titanes del rock independiente, The
Melvins. Allí la banda versiona a distintos artistas de su
devoción, distantes algunos de su propuesta musical original.
Este concepto de sinceramiento y despojo de la idea de “placer
culposo” en la música le calza a la perfección a la filosofía
de Ghost.
Este domingo 24 de septiembre, el grupo sueco Ghost colgó el
cartel de todo vendido en el Movistar Arena. Y esto no sólo
significa que unos 15.000 fanáticos tuvieron una noche
inolvidable, sino que se en esta gira corporiza el triunfo de
una forma de conjugar arte y entretenimiento.
La andadura de Tobias Forge, líder, cantante y principal
compositor de Ghost, ante el público argentino tiene vuelcos de
romanticismo y de lo que los griegos llamaban Kairós, “el
momento de Dios”, lo cual es irónico si hablamos de Ghost, el
circo ambulante del satanismo apto para todo público.
En esta relación bilateral todo pareciera ir sucediendo en el
momento justo, desde aquella primera aproximación como
teloneros de Slayer y Iron Maiden en River (en la que tocaron
a plena luz del día, enemigo tenaz de la propuesta de la banda,
y con un sonido que en nada les favoreció y así y todo salieron
triunfantes) a sus Vorterix propios, y a este lleno total en el
estadio de Villa Crespo.
Notemos que Ghost llegó al país relativamente temprano en su
carrera y su fanaticada local creció en consonancia con la
exposición de la banda a nivel mundial.
Y sí, es una liturgia

El Papa Emeritus, el personaje que encarna Tobias Firge, el líder de Ghost. Foto: gentileza Gallo
Bluguermann

La liturgia comenzaba en las calles colindantes. Desde

tempranas horas de la tarde, los fans se juntaban en las esquinas
con su maquillaje de Papa Emeritus (el híper caracterizado
personaje que encarna Forge sobre el escenario), se hacían
fotos, ensayaban cánticos y no disimulaban su ansiedad por
acceder a la populosa misa pagana.
Volviendo a la idea que los Melvins expresaron de maravillas
en aquel disco de covers, sucede que Ghost -quienes
curiosamente van endureciendo su imagen y “ablandando”
su sonido en lo que pareciera una carrera sin descanso hasta
encontrar la canción pop-metal perfecta-, tienen la distinción
suficiente para poder manejar la dulzura extrema de lo
“ordinario” y que esto nunca arruine el sabor del show ni de sus
exactísimas grabaciones de estudio.
Porque se viven intensos tiempos de pose, de imagen, de qué
dirán. Y una de las mejores cosas que aporta Ghost a esta época
es la de ponernos frente a nuestros placeres musicales
culposos y hacernos amigos de ellos.
Es que la exageración, lo grandilocuente, esa vibra sonora, esa
estética de audio más-grande-que-la-vida puede saturar con
mucha facilidad, pero esto no sucede con estos forajidos
enmascarados pero vestidos de alta costura. Sería interesante
escuchar a Forge dando una charla TED llamada “El arte de
controlar el cliché”.
En el show hay guiños a muchas de las grandes bandas de
metal que “todos respetamos”, pero también aparecen las que
no todo el mundo está orgulloso de gustar de ellas.
Impecables, más allá del fenómeno
Antes del show de Ghost, los fans improvisan una liturgia en los alrededores del estadio. Y no
faltan los maquillados. Foto: gentileza Gallo Bluguermann

Más allá del análisis social del fenómeno, el concierto es

simplemente impecable de punta a punta.
Ghost vino con un show completísimo, nueve músicos en
escena que interactuaron constantemente con el público, una
escenografía impactante, numerosos cambios de vestuario y
varios pasos de comedia entre alabanzas a Satanás, Lucifer y
Mefistófeles.
Concepto Disney para adultos aplicado con eficiencia sueca.
En su lista de temas se hicieron desear algunas de sus versiones
más emblemáticas, pero obviamente recorrieron sus
gigantescos clásicos (Year Zero, Mary on a
Cross, Spillways, Square Hammer y muchos más), todos
temazos que son como salchichas: a todos nos vuelven locos, y
gracias a Ghost más de uno ya no las disfrutará a escondidas.