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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Corte Suprema de Justicia


Relatoría Sala de Casación Penal
Indice Segundo Trimestre de 2000

PRESCRIPCION-Empleado oficial

La Corte ha sostenido reiteradamente* que el incremento del lapso prescriptivo


establecido por el artículo 82 del Código Penal, cuando el delito ha sido cometido por
servidor público en ejercicio de sus funciones, o de su cargo, o con ocasión de ellos,
tiene operancia tanto en el sumario como en el juicio, lo que implica que su aplicación
deba hacerse en forma autónoma, en cada una de esas etapas procesales.

Ahora bien, la interpretación que le da el impugnante no se ajusta a los parámetros


legales y a la hermenéutica reiterada que la Sala le ha imprimido a los artículos 80, 81
y 82 del Código Penal, normas que deben ser analizadas de manera armónica, lo que
permite entender el verdadero alcance de las mismas.

En efecto, mírese que el citado artículo 82, que a juicio del impugnante sólo operaría
en la etapa de instrucción, no excluye su aplicación en la etapa del juicio ni precisa que
el incremento está previsto sólo para la fase instructiva. Por el contrario, de manera
imperativa y general estatuye que el término de prescripción de la acción penal se
aumentará en una tercera parte si el delito fuere cometido dentro del país por servidor
público en ejercicio de sus funciones, o de su cargo, o con ocasión de ellos.

Lo anterior permite colegir, en sana lógica, que al no excluir o precisar un determinado


estadio procesal, se debe entender que el incremento tienen aplicación tanto en el
sumario como en el juicio, por lo que no es cierto que al aplicar ese aumento se esté
violando la ley.

Además, con fundamento en una razonable política criminal, el legislador previó que
en los delitos cometidos por los servidores públicos, según las circunstancias
establecidas en la ley, se contara con un mayor lapso no sólo para investigar sino para
juzgar, en razón a la mayor dificultad que en lo atinente a ellos se presenta y en aras
de una eficaz administración de justicia.

Por ello, es ilógico pensar que dicho aumento esté limitado a una sola etapa procesal.
Todo lo contrario, necesario es entender que las conductas delictuales cometidas por
los servidores públicos deben ser objeto de una estricta investigación y de un riguroso
juzgamiento, para lo cual el Estado requiere de plazos razonables.

Tampoco es totalmente cierta la afirmación según la cual en la fase del juicio el


sentenciador cuenta con "suficientes elementos demostrativos de la presunta
responsabilidad del procesado", pues ello equivale a sostener que la prueba requerida
para acusar es la misma que se exige para condenar y que la etapa probatoria del
juicio sobra.

En cuanto al análisis integrado de los artículos en precedencia citados, se hace


necesario citar nuevamente lo que al respecto ha dicho la Jurisprudencia :

"Ejecutoriada la resolución de acusación el término empieza a correr nuevamente,


pero según lo dispuesto en el artículo 84 ibídem, "por tiempo igual a la mitad del
señalado en el artículo 80", sin que pueda ser inferior a cinco años.

"Desde luego, cuando el delito fuere cometido dentro del país por servidor público en
ejercicio de sus funciones, el término previsto en el artículo 80 se tiene que
incrementar en una tercera parte, como lo ordena el artículo 82, y para el caso que
nos ocupa, el tiempo es de seis (6) años ocho (8) meses.

"Dicho de otra manera, el artículo 80 señala que la prescripción de la acción se


presenta en un tiempo igual al máximo de la señalada en la ley si fuere privativa de la

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libertad, teniendo en cuenta las circunstancias de agravación y atenuación


concurrentes, nunca inferior a cinco (5) años ni superior a veinte (20). Esta norma es
complementada por los artículos 81 y 82, en el primero en el sentido de aumentar el
término de prescripción en la mitad cuando el delito se hubiere iniciado o consumado
en el exterior, y en el segundo, el incremento es de una tercera parte cuando el delito
fuere cometido dentro del país por servidor público en ejercicio de sus funciones. Esto
obliga a entender que cuando el artículo 84 se refiere a la mitad del término previsto
en el artículo 80, dejando el mismo mínimo, significa que su lectura hay que hacerla
con las normas que lo complementan, pues es ilógico que la distinción sea solamente
para el sumario y se deseche en el juicio, cuando las razones de dificultad que
ameritan que el Estado tenga un tiempo mayor para investigar y juzgar esa clase de
hechos siguen siendo las mismas.

"Aún más, el término de prescripción para un delito iniciado o consumado en el


exterior, o cometido dentro del país por un servidor público en ejercicio de sus
funciones o de su cargo, o con ocasión de ellos, no lo fija el artículo 80, situación que
llevaría a decir que la disminución de que trata el artículo 84 no se aplica a esos casos,
pues en realidad para ellos el término de prescripción de la acción está dado por la
integración de los artículos 80 y 81, y 80 y 82. Como el artículo 84 es posterior, se
entiende que se aplica a los eventos anteriores, pero siempre y cuando su lectura sea
completa".
__________
* Ver, entre otras, las decisiones del 2 de mayo y 5 de septiembre de 1990, M.P. Dr.
Guillermo Duque Ruiz; 28 de abril de 1992, M.P. Dr. Juan Manuel Torres Fresneda; 6
de diciembre de 1995, 28 de agosto de 1997 y 23 de septiembre de 1998, M.P. Dr.
Ricardo Calvete Rangel; 12 de noviembre de 1998, M.P. Dr. Jorge E. Córdoba Poveda;
20 de abril de 1999, M.P. Dr. Dídimo Páez Velandia, y 21 de septiembre de 1999, M.P.
Dr. Fernando Arboleda Ripoll.
Rad. 14020, 23 de septiembre de 1998, M.P. Dr. Ricardo Calvete Rangel.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA


FECHA : 03/04/2000
PROCESO : 11541

PRESCRIPCION-Empleado oficial (Salvamento de voto)


Dr. Edgar Lombana Trujillo

Como lo expuse en anterior oportunidad, comedidamente manifiesto que no puedo


compartir la interpretación que la Sala da a las normas que rigen la prescripción de la
acción penal, por las siguientes razones:

1-. El estatuto jurídico de la prescripción de la acción penal regula la facultad de


ejercitarla por su único titular: el Estado, con relación al tiempo, lapso auto impuesto
por la ley que de él emana.

Si ese lapso tiene alguna relación con el hecho punible considerado ontológicamente es
exclusivamente en referencia a la duración de la pena privativa de la libertad asignada,
pero sin trascender en su límite superior al máximo de pena privativa de la libertad
prevista para el delito. Tampoco y con relación al mínimo de pena privativa de la
libertad, podrá la prescripción ser inferior a los cinco años. En este mismo tiempo
prescribirá la acción penal para los delitos que no tengan señalada como pena principal
la privación de libertad.

Y para las primeras impuso como límite el previsto por el artículo 80 del Código Penal.
, norma que regula el fenómeno de manera general y con relación exclusivamente a la
etapa instructiva del proceso.

2-. Es cierto que existe una prescripción extendida en el tiempo para los eventos
previstos por los artículos 81 y 82 del Código Penal y específicamente me refiero al
incremento de una tercera parte en el término prescriptivo para el caso en el cual el
delito fuere cometido por servidor público "en ejercicio de sus funciones o de su cargo
o con ocasión de ellas"; sin embargo, tal incremento en el requisito cronológico opera
cuando la prescripción ha de ocurrir en la etapa de instrucción, mas no en la fase del
juzgamiento.

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El auto del cual disiento al hacer los cómputos sobre prescripción de la acción penal
extendió dicho lapso adicional de la tercera parte también hacia la fase del
juzgamiento, a pesar de que ya había sido interrumpida por la ejecutoria del auto de
proceder o su equivalente, y que había iniciado a correr de nuevo por tiempo igual a la
mitad del señalado en el artículo 80 del Código Penal, tal como lo dispone el articulo
84 ibídem.

3º Cuatro son pues los términos de prescripción de la acción penal señalados por el
Código Penal en sus artículos: 80 de modo general, 81 para el delito consumado o
iniciado en el exterior, 82 para el caso de delitos cometidos por servidor público a
condición de ser cometido el delito en el país y en ejercicio de sus funciones o de su
cargo o con ocasión de ellas y, finalmente el término reducido previsto por e artículo
84 con referencia expresa al estipulado por el artículo 80 para el caso de interrupción
de la prescripción por la ejecutoria del auto de proceder o su equivalente.

3.1 Una correcta interpretación de las disposiciones contenidas en los artículos arriba
mencionados nos indica que para contar el término de prescripción en el evento
señalado por el artículo 84 del Código Penal, esto es, con posterioridad a la ejecutoria
del llamamiento a juicio que lo interrumpe para comenzar a correr luego de esa
ejecutoria, ha de hacerse solamente con relación al término que este mismo artículo
indica de manera expresa e imperativa como quiera que el texto legal dice:
"Interrumpida la prescripción, principiará a correr de nuevo por tiempo igual a la mitad
del señalado en el artículo 80…"

3.2-. Luego es al término indicado por el art.80 del Código Penal al que ha de referirse
el intérprete y no a otro para ejecutar el ejercicio de cómputo.

El artículo 84 del Código Penal no se ocupa de calidades o condiciones personales del


sujeto activo para incrementar el término prescriptivo. Tampoco al artículo 84 C.P. le
interesa el que el delito haya sido cometido en el exterior, art.81 C.P., o dentro del
país, art.82 ibídem, pues aquellos regulan la prescripción para el exclusivo evento de
la instrucción sumarial, en cambio, el artículo 84 C.P. regula la prescripción
exclusivamente para la etapa del juicio.

Como es entendible entonces, por la etapa procesal por la cual discurra el asunto
sometido a la jurisdicción será más o menos amplio el término de prescripción si de
instructiva se trata, o si el sujeto activo es servidor público, o si el hecho se inició o se
consumó en el exterior, pero lo que sí es absolutamente claro y preciso, es que la ley
ha fijado para el juzgamiento un preciso lapso de prescripción que sin ser inferior a la
de cinco años y para todos los delitos, no podrá superar en la mitad al término
indicado por el artículo 80 de Código Penal.

Síguese entonces y como corolario que la prescripción de la cual trata el artículo 84 del
Código Penal no está condicionada por ninguna consideración personal o fáctica
distinta al simple transcurso del tiempo.

4-.Y es que tiene que ser así, puesto que como ya ha quedado enunciado, la
prescripción ninguna relación tiene con el hecho punible diferente a la mensura de la
pena privativa de la libertad o a la ausencia de ella como principal.

La prescripción de la acción penal, en fin, es un derecho del procesado y como tal un


derecho sustancial anejo al del debido proceso y con él al derecho de defensa.

5-. Si se estudia el punto desde la óptica de un vacío en la ley, como quiera que el
artículo 84 del Código Penal se refiere expresa y exclusivamente al término previsto
por el artículo 80 ejusdem, llenarlo con la extensión a la tercera parte en el término
prescriptivo de que trata el artículo 82 ibídem, comportaría ni más ni menos que la
práctica de analogía in malam partem, expresamente prohibida por el artículo 7º
rector de la misma codificación, toda vez que la prescripción de la acción penal
deviene, para el procesado en su verdadero derecho sustancial, y es así, porque a
pesar de que la prescripción de la acción penal es un instituto de derecho procesal,
está recogido por la normatividad sustancial y otorga derecho al procesado para no ser
perseguido sin límite en el tiempo, sino exclusivamente dentro del lapso que la ley
otorga al Estado para ejercitar la acción penal.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Finalmente cabe afirmar que si la ley hubiese querido extender el término de


prescripción para el juzgamiento, así lo hubiera indicado expresamente el artículo 84
del Código Penal, tal y como lo hizo para la investigación en los artículos 81 y 82
ibidem, pues estos y aquél se refieren al unísono al término previsto por el artículo 80
ejusdem.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Auto Segunda Instancia


FECHA : 03/04/2000
DECISION : No repone el auto del 20-09-99 que negó la
cesación de procedimiento
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Montería
PROCESADO : PETRO HERNANDEZ, MARTHA CECILIA
DELITOS : Peculado culposo
PROCESO : 11541
PUBLICADA : Si

Salvamento de Voto Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO-Interés para recurrir

Debe recordarse cómo esta Sala por lo pacífica no menos reiteradamente ha enseñado
que por las limitaciones que impone al apelante el artículo 37 B, numeral 4 del C.P.P.
(modificado por el artículo 12 de la ley 365 de 1997), el interés para impugnar en
casación una sentencia por medio de la cual se ha dado terminación anticipada al
proceso se encuentra supeditado a que la línea de ataque promovida por el opugnador
encaje en uno cualquiera de los temas determinados puntualmente por el legislador
para mostrar el repudio contra el fallo de instancia, esto es, la dosificación de la pena,
el subrogado de la ejecución condicional de la condena y la extinción del dominio sobre
bienes; con la excepción, claro está, de ciertos reparos de nulidad que nada tienen que
ver con los motivos de la demanda sometida al examen preliminar. (Cfr., entre otras,
C-9714 del 4 de marzo de 1996, M.P. Fernando Arboleda Ripoll; C-11362 del 8 de
marzo de 1996, M.P. Jorge E. Córdoba Poveda; C-10578 del 15 de octubre de 1996 y
C-13104 del 12 de febrero de 1998, M.P. Jorge Aníbal Gómez Gallego).

Por consiguiente, motivos de impugnación diferentes a los señalados en precedencia


inhiben el trámite extraordinario por falta de interés, lo que apenas sí resulta
razonable en los casos en que libremente el procesado acepta unos cargos y sin
apremio alguno de sus garantías fundamentales reclama para sí una condena
anticipada. Una tal actitud procesal no puede entonces desvanecerse en sus efectos, a
manera de improcedente retractación, con el postrer alegato en casación de una
inadecuada tipicidad que no cambia la competencia o de la supuesta existencia de
errores sobre la estimación de las pruebas, como son las razones que ahora aduce el
censor para quebrar el fallo que reclamó prematuramente el acusado sin que se
cuestionara nunca su validez.

No resulta viable instrumentalizar la casación como efugio distractor para burlar la


naturaleza de un instituto que además de pretender el logro de una pronta justicia a
través del concurso de los ciudadanos en las decisiones que les incumben (art. 2°
Const. Pol.), busca el estricto cumplimiento de postulados como la lealtad y la buena
fe que deben gobernar todas las actuaciones judiciales (Art. 83 Ibídem y 18 C.P.P.).

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MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
FECHA : 03/04/2000
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bucaramanga
PROCESADO : OTERO CALDERON, JAIRO
DELITOS : Falsedad material de particular en doc. púb., Estafa
PROCESO : 14626
PUBLICADA : Si

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VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Aceptación de los hechos y su prueba/


VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Técnica/ DEMANDA DE CASACION-Técnica al
atacar la sentencia por error relativo a la prueba

1. Si el actor pensaba en la violación directa, le era imperativo abstenerse de


controvertir los hechos y la prueba, citar estrictamente las normas que en esencia
estimaba violadas y determinar si la ruptura de la ley sustantiva se debía a falta de
aplicación, aplicación indebida o interpretación errónea de la misma.

2. Si se orientaba hacia la violación indirecta de la ley sustancial, le competía, sobre


todo, probar un error grande, manifiesto u ostensible; señalar la trascendencia del
mismo en el fallo; establecer el nexo de causalidad entre los yerros sobre las normas
procesales en materia de pruebas - normas "medio"- y las disposiciones sustantivas
-normas "fin"-; demostrar que la infracción en la sentencia se debía a error de hecho
por falso juicio de existencia, falso juicio de identidad o a falso raciocinio, o a error de
derecho por falso juicio de legalidad o de convicción; y, por último, le correspondía
advertir que la falta cometida sobre las pruebas generaba, armónicamente,
vulneración de la ley sustantiva por falta de aplicación, aplicación indebida o estudio
hermenéutico equivocado de ésta. Nada de ello hizo el censor.

3. Se sabe que en materia de casación no basta reprobar una prueba, por cualquier
motivo, sin que se demuestre la exigüidad de aquella que permanece en pie y que ha
servido para condenar. Por ello se dice, y se repite, que el actor tiene la obligación no
sólo de demostrar los yerros frente a una u otra prueba, sino también la de enseñar
con precisión por qué la otra, la que no es objeto de su inconformidad, no alcanza para
sustentar el fallo sancionatorio.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
FECHA : 03/04/2000
DECISION : Rechaza la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cundinamarca
PROCESADO : CORTES SAAVEDRA, DARIO ORLANDO
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio
PROCESO : 14546
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA-Entre juzgado ordinario y especializado de un


mismo distrito judicial/COLISION DE COMPETENCIA-Resolucion de
acusación: La discusión en torno a la competencia debe estar referida a los
hechos determinados en esta

1. Como la colisión negativa de competencias se suscitó entre el Juzgado Segundo


Penal del Circuito de Yarumal y el Juzgado Segundo Penal del Circuito Especializado de
Antioquia, ambos pertenecientes al mismo Distrito Judicial, y teniendo en cuenta que
el inciso 3° del artículo 35 de la ley 504 de 1999 sustituyó la expresión "juez regional",
prevista en el numeral 5° del artículo 68 del Código de Procedimiento Penal, por la de
"juez penal del circuito especializado", se impone concluir que la Sala de Casación
Penal de la Corte Suprema de Justicia es la llamada a dirimirla.

2. Considera la Sala necesario recordar que la resolución de acusación, proferida con


las formalidades legales, es la pieza procesal que señala el marco jurídico dentro del
cual debe desenvolverse el juicio y la sentencia, toda vez que informa las
circunstancias de tiempo, modo y lugar en que sucedieron los hechos y la calificación
jurídica provisional dada a los mismos, la que, a su vez, determina la competencia del
juez, y tiene con relación a él fuerza vinculante, no pudiendo desconocerla, a menos
que se haya incurrido en error en la denominación jurídica de la infracción.

Por lo tanto, la discusión incidental que se promueva en torno a la competencia del


juez para conocer de un determinado proceso, debe estar referida a los hechos por los
cuales se profirió resolución de acusación.

No obstante, es posible que en ese pliego no se imputen todos los delitos que surgen
del acontecer fáctico, como parece entenderlo el funcionario colisionante, no siendo
procedente variar la competencia con fundamento en hechos punibles no atribuidos en
tal proveído, sino que lo indicado es romper la unidad procesal y expedir las
pertinentes copias, para que se investiguen por separado, al tenor de lo dispuesto en
el artículo 90.2 del Código de Procedimiento Penal.
...
Además, como lo ha manifestado la Sala, "si bien la competencia para conocer de un
determinado delito, ya sea en su fase instructiva o de juzgamiento, está determinada
por la Constitución o por la ley para cada categoría jurisdiccional, ésta no se puede
cambiar sobre la base de valoraciones probatorias, sino a partir de la concreción, en el
pliego de cargos, de los hechos debidamente adecuados al tipo penal respectivo con
fundamento en los elementos de juicio allegados hasta esa etapa procesal". *
_______
* Colisión 10.148 del 4 de abril de 1995, M.P. Dr. Carlos E. Mejía Escobar.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 03/04/2000
DECISION : Declara la competencia del Juzgado 2 P. del C. De
Yarumal
JUZGADOS COLISIONANTES : Juzgado 2º Penal del Circuito de Yarumal –
Antioquia
Juzgado 2º Penal del Circuito Especializado de
Antioquia
PROCESADO : DELGADO ROCHA, GEOVANNYS ENRIQUE
PROCESADO : SEPULVEDA GUISAO, OSCAR ARLEDI
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Peculado por uso
PROCESO : 16828
PUBLICADA : Si

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INDICIO-Técnica para atacarlo en casación

Atendida la naturaleza rogada de este medio de impugnación y por estar regida, entre
otros, por los principios de limitación, no contradicción y razón suficiente, el
casacionista está sujeto en su pretensión a una serie de formalidades cuyo
desconocimiento genera para la Corte la imposibilidad de ejercer el control de
legalidad del fallo, tema central de la casación.

Por lo anterior resulta claro que cuando el ataque se dirige contra la prueba indirecta,
a más de individualizar el medio de convicción que se duele del vicio, debe el censor
determinar en cuál de los momentos de su formación se presenta el supuesto yerro y
cuál su modalidad; y si los errores se presentan en la apreciación de los hechos
indicadores, el impugnante está obligado a identificar las pruebas que sirven de apoyo
a esta premisa y a señalar si el yerro es de hecho -falso juicio de existencia, de
identidad, o de raciocinio-, o de derecho -falso juicio de legalidad o de convicción-;
mas si lo cuestionado es la inferencia lógica o el valor probatorio dado a los indicios en
su examen conjunto, es necesario que demuestre la transgresión de los principios de
la lógica, de las reglas de la experiencia o de los postulados de la ciencia, en que
incurrió el tribunal en su discernimiento. Todo lo anterior sin omitir el ejercicio de
presentar a la Corte cómo sin el sustento de los indicios equivocadamente apreciados,
el sentido del fallo cambiaría radicalmente.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
FECHA : 03/04/2000
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Pereira
PROCESADO : MURILLO VALLEJO, JAIME ANTONIO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Receptación
PROCESO : 14898
PUBLICADA : Si

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ERROR DE HECHO-Diferencia entre el falso juicio de identidad y el falso


raciocinio/ IN DUBIO PRO REO-Técnica para alegarlo en casación

1. Es preciso reiterar que no se debe confundir, como lo hace el censor, el error de


hecho por falso juicio de identidad con el de hecho por falso juicio de raciocinio. El
primero emerge cuando el juzgador al apreciar la prueba falsea su expresión literal,
poniéndola a decir lo que ella no reza. Es de carácter objetivo, contemplativo. El
segundo surge cuando al analizar una prueba sujeta a la apreciación racional, se hace
con desconocimiento de los postulados de la sana crítica. Es de carácter apreciativo y
su demostración impone acreditar que la inferencia realizada no corresponde a la que
imponen las leyes de la ciencia, los principios de la lógica a las reglas de la
experiencia.

Así también se advierte que cuando se plantea error de hecho por falso juicio de
raciocinio, como ocurre cuando se ataca la inferencia lógica en el indicio, la
equivocación surge de la abierta y grosera contradicción entre la valoración realizada
por el fallador y las reglas de la sana crítica y no de la discrepancia entre las
conclusiones de aquél y las del censor.

2. Considera la Sala oportuno repetir que cuando se trata de demandar el "in dubio
pro reo" existen dos alternativas para su reclamación: la primera, cuando el
sentenciador admite su existencia pero en la parte resolutiva de la decisión no lo
reconoce, caso en el cual el ataque debe formularse bajo los postulados de la violación
directa. La segunda, si la duda existe, pero no la reconoce porque no la analiza y, por
lo tanto, condena; o si la admite inexistiendo y, por ende, absuelve, en ambos casos

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por haberse incurrido en errores de hecho o de derecho, el ataque debe dirigirse por la
vía indirecta.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Auto Casación
FECHA : 03/04/2000
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : SANTOS RODRIGUEZ, MARCO FIDEL
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte ilegal de armas
de defensa personal, Secuestro extorsivo, Porte de
municiones
PROCESO : 15288
PUBLICADA : Si

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FALSO JUICIO DE LEGALIDAD-Exigencias técnicas / CASACION-Sólo tiene


por objeto la norma de derecho sustancial/ INDICIO-Técnica para atacarlo en
casación/ IN DUBIO PRO REO-Técnica para alegarlo en casación/ CARGOS
EXCLUYENTES-Error de hecho y de derecho sobre una misma prueba

1. Aún en el supuesto de que el casacionista se hubiese propuesto demostrar, sin


lograrlo, un error de derecho por falso juicio de legalidad, la impugnación no quedaba
satisfecha con la mera enunciación del cargo y el señalamiento del medio de prueba
censurado, sino que le era indispensable acreditar que el juzgador en el examen
probatorio le dio validez a un elemento de convicción allegado al proceso sin el
cumplimiento de las formalidades legales, cometido para el cual es de rigor señalar "el
precepto o preceptos que establecen los requisitos para la aportación de la prueba
cuestionada y que se dicen omitidos, y que a través de esta violación medio, se
verificó efectivamente la transgresión de una norma sustancial como violación fin, y en
qué sentido, lo cual impera ser igualmente precisado por el censor", como lo tiene
establecido la jurisprudencia de esta Sala. (Sentencia de julio 12/94, M.P. Ricardo
Calvete Rangel).

2. Sólo atina pues el demandante a señalar como objeto de quebranto normas de


procedimiento o instrumentales -Arts. 246 y 145 del C. de P. P.-, es decir, normas
medio sin contenido sustancial, olvidando que conforme con lo preceptuado en el
artículo 220-1 ibidem la casación procede "cuando la sentencia sea violatoria de una
norma de derecho sustancial", cuya cita deviene inexcusable (Art. 225-3).
...
3. Como a voces del Art. 302 del C. de P. Penal en la configuración del indicio es
menester que el hecho indicante o indicador esté probado, si lo que se pretende aducir
es una falencia en esta parte de su estructura, además de plantearlo así, el actor tenía
que demostrar que el juzgador al construir esta premisa incurrió en algún error, bien
sea de derecho por falso juicio de legalidad si el desatino consiste en haber dado valor
a la prueba que constituye el sustento del hecho indicador no empece haberse aducido
o producido irregularmente; o de hecho bajo una cualquiera de sus modalidades: falso
juicio de existencia por omisión o suposición de la prueba sustentadora del hecho
indicante, falso juicio de identidad por tergiversar el contenido fáctico de la prueba del
mismo haciéndola decir lo que materialmente no dice, o bien por un falso juicio de
raciocinio consistente en haber valorado el elemento de convicción sin sujeción a los
principios de la sana crítica.

Ahora bien, si el propósito de la demanda era atacar la inferencia lógica, se tornaba


imperioso para el censor acreditar que el tribunal, con violación de las reglas de la
experiencia, la ciencia y/o el sentido común, sacó conclusiones que no correspondían a
un raciocinio lógico.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

4. Pero el reclamo por la no aplicación del art. 445 del C. de P. Penal no es menos
informal para los fines de la casación, puesto que si lo que se quiere plantear es que el
sentenciador profirió la condena no empece haber reconocido que la prueba sólo
generaba dudas, la discusión pertinente debió llevarse por el sendero de la violación
directa, sin entrar en discusiones acerca del acervo probatorio y con cita del acápite
del fallo donde se hubiera hecho tal declaración, reclamando en consecuencia la
aplicación del artículo 445 del C. de P. Penal, norma del estatuto procesal pero de
claro contenido sustancial.

Ahora bien, si el reparo está orientado es a destacar cómo a pesar de que la prueba
sólo daba para sembrar incertidumbre, el tribunal no lo consideró así y fulminó la
condena aduciendo certeza donde sólo podía haber perplejidad, la violación indirecta
se erige en el camino adecuado para formular la censura, demostrando, eso sí, los
errores de hecho o de derecho en la apreciación de las pruebas que determinaron los
falsos juicios del juzgador en la fundamentación de la condena.

5. A todas luces resulta ilógico, y por ende inaceptable en sede de casación, aducir que
una misma prueba simultáneamente se duele de errores de hecho y de derecho, más
aún cuando este último yerro se presenta como un falso juicio de legalidad, porque el
reproche sobre la suposición, omisión o cercenamiento material del elemento de
convicción da por descontado que el vicio recae sobre una prueba producida e
incorporada válidamente al proceso.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
FECHA : 03/04/2000
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : OSORIO CORTES, BEATRIZ
PROCESADO : GARCIA NUÑEZ, JUAN EVANGELISTA
DELITOS : Homicidio agravado, Secuestro extorsivo
PROCESO : 14531
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Causal segunda/ CASACION-Principio de


autonomía de los cargos

1. La falta de consonancia entre la sentencia y la resolución de acusación es un error


que afecta el debido proceso, situación prevista por el legislador como causal de
casación en el numeral 2º del artículo 220 del Código de Procedimiento Penal. Esta
irregularidad se subsana casando el fallo y dictando el de reemplazo.

Cuando se invoca esta causal, su demostración debe hacerse mediante confrontación


de la resolución de acusación con la sentencia, con el fin de verificar si se ha
condenado por cargos no previstos en ésta, o si se han dejado de resolver aquellos
expresamente formulados. Este error in procedendo implica comprobar ante la Corte
una condena que no corresponde a la realidad fáctica y jurídica tenida en cuenta en la
acusación, de manera que se ponga en evidencia que el fallo desbordó aquélla.

2. Con base en la causal tercera de casación, se acusa la sentencia de haber


desconocido el inciso segundo del artículo 31 de la Constitución Nacional en cuanto el
superior agravó la pena previa apelación interpuesta exclusivamente por el condenado.

Con independencia de que el demandante no respetó el principio de prioridad, según el


cual el reproche por nulidad debe ser señalado en primer término porque de prosperar
tornaría sin sentido el estudio de los demás reparos formulados contra el fallo, hay que
señalar que uno de los deberes del actor es seleccionar y presentar adecuadamente en

9
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

la demanda la causal por medio de la cual se cuestiona el fallo de segunda instancia,


habida cuenta de la autonomía con que cuenta cada una de ellas y de las
consecuencias de distinta índole que para el proceso devienen, en caso de prosperar.
Esta carga imprescindible para el censor no fue cumplida, pues demandó la sentencia
por la causal tercera cuando ha debido hacerlo por la primera, por violación directa de
la ley sustancial. Con tal presentación, también se aparta el escrito de la forma técnica
que el cargo exigía.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
FECHA : 03/04/2000
DECISION : Rechaza la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : COVALEDA VELASQUEZ, CLAUDIA PATRICIA
DELITOS : Secuestro extorsivo, Falsedad personal
PROCESO : 14607
PUBLICADA : Si

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SENTENCIA ANTICIPADA-Interés para recurrir-Irretractibilidad

La jurisprudencia de esta Sala tiene sentado que el procedimiento abreviado


establecido bajo la forma de sentencia anticipada, supone, disposición del reo de parte
del rito ordinario con posterioridad a la ejecutoria de la resolución que le define la
situación jurídica, quien a propósito de una significativa disminución punitiva renuncia
a la controversia fáctica y jurídica propia del juicio ordinario para allanarse expresa,
voluntaria y libremente, a los cargos que le formule la fiscalía, aceptando de esta
manera su responsabilidad por el hecho imputado.

Precisamente por caracterizarse este procedimiento de una actuación compleja en la


que se involucra la exteriorización de la voluntad del procesado en admitir sin
condicionamiento alguno la imputación delictiva así como su responsabilidad, el
legislador no estableció un posterior período probatorio tendiente a confirmar o
desvirtuar los soportes de la acusación o sus términos y señaló solamente que luego
de cumplida la formal aceptación de los cargos, el paso siguiente en el rito legal no
fuera otro distinto al proferimiento de la sentencia de mérito, impugnable por el
defensor o el procesado en cuanto tenga que ver únicamente con temas relacionados
con la dosificación de la pena, la obligación de indemnizar el daño ocasionado y la
extinción de dominio sobre bienes, sin perjuicio, obviamente de la facultad de
denunciar transgresiones de garantías constitucionales fundamentales.

Esta limitante para controvertir el fallo por asuntos distintos a los relacionados, funda
su razón de ser en la naturaleza misma del proceso legal, que impone la prohibición de
retractarse luego de cumplido su trámite, en obedecimiento al principio de preclusión
de las actuaciones judiciales, parejo al de oportunidad para el ejercicio de los
derechos, los cuales redundan en el mantenimiento de la seguridad jurídica de las
decisiones de la jurisdicción.

Por ello, en sede de casación tampoco es de recibo la posibilidad de controvertir el fallo


en puntos sobre los cuales la apelación no resulta procedente, pues conllevaría al
desconocimiento de las finalidades del proceso especial -fundadas en razones de una
política criminal enderezada a brindar el doble beneficio de disminuir costos con la
administración de una justicia pronta y eficaz, que comporte al tiempo un resultado
punitivo menos gravoso para el procesado-, mediante la introducción a destiempo de
la posibilidad de arrepentirse de la manifestación de conformidad con los cargos y la
prueba de ellos, expresada en la diligencia previa a la sentencia (Cfr. Auto Casación,
Julio 3/97. M.P. Dr. ARBOLEDA RIPOLL).

10
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Es cierto, como ha sido establecido por la Corte, que esta clase de procedimiento que
culmina con el proferimiento prematuro de la sentencia, no debe convertirse en simple
mecanismo de imposición punitiva independiente de la realidad que el proceso revele,
pues precisamente con el fin de prevenir la violación de las garantías fundamentales
en su trámite fueron establecidos en cabeza del juez los controles que a esos
propósitos prevé el artículo 37 del C. de P. P.; no obstante, el interés para recurrir en
casación por ese motivo tampoco aparece registrado, por cuanto el actor omite
demostrar en los términos de claridad y precisión exigidos por el artículo 225-3 del
Código de Procedimiento Penal, que la aceptación de todos los cargos haya tenido
fundamento en el error, la fuerza o el dolo, como entidades capaces de viciar su
consentimiento, como para que el cargo por nulidad pudiera tener alguna posibilidad
de acreditación.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
FECHA : 03/04/2000
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : PEREZ ROZO, ARNOLDO
DELITOS : Ejer. Ilícito de actividad. Monopolistica de arbitrio.
Rentístico
PROCESO : 14306
PUBLICADA : Si

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CASACION-Principio de autonomía de los cargos/ DOBLE INSTANCIA-No se


desconoce por la circunstancia de pertenecer los fiscales de primera y segunda
instancia a un mismo nivel jerárquico/ CASACION-Nulidad: Es antitécnico
confundir las irregularidades que afectan el debido proceso con las del derecho
de defensa/ VIOLACION DIRECTA DE LA NORMA-Interpretación erronea,
falta de aplicación y aplicación indebida: Técnica/ SUJETO ACTIVO
CUALIFICADO-La calificación no se exige para el determinador ni para el
cómplice

1. Una vez más debe reiterar la Sala que si bien los cargos fundados en la causal
tercera permiten alguna amplitud en su proposición y desarrollo, de todos modos,
como en las demás causales, están sometidos a unos precisos e imperativos
requisitos, pues la casación es un medio de impugnación extraordinario y rogado y no
un mecanismo oficioso de control de la legalidad de las sentencias.

Entre los principios que rigen la casación está el de autonomía de los cargos, al tenor
del cual, si se entiende por tal "todo cuestionamiento que por sí solo puede tener la
virtualidad de derruír parcial o totalmente el fallo impugnado* , se concluirá que
deberán plantearse y desarrollarse separadamente.

2. En lo que concierne al primer error de estructura denunciado, por violación del


principio de la doble instancia, la Sala encuentra que ninguna irregularidad se cometió,
ya que como lo conceptúa el Ministerio Público, la aparente informalidad se debió a un
cambio de competencia, por lo que el conocimiento de la apelación estuvo ajustada a
nuestro esquema procesal, en forma tal que lo único procedente, en este caso, era que
un fiscal de la misma escala jerárquica del que profirió la decisión, la revisara, sin que
con ello se hubieran afectado las bases fundamentales de la instrucción, como lo
pretende el censor.

3. Como quiera que el libelista asevera que con la irregularidad denunciada no sólo se
violó el debido proceso sino el derecho de defensa, cuya titularidad adquirió desde
"cuando se dictó resolución de apertura de la investigación … dentro de la cual se

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

ordenaba oír en indagatoria", es preciso que la Sala repita** que sin desconocer que
hay vicios que vulneraron ambas garantías, sin embargo, las dos han sido claramente
diferenciadas por la ley y la jurisprudencia, por lo que no se pueden entremezclar y
tratar indistintamente.

4. Si se entiende que lo que pretende es que al procesado no se le ha debido condenar


por el punible de cohecho, tipificado en el artículo 141 del C. Penal, ha debido aducir
aplicación indebida y no interpretación errónea, pues como lo ha sostenido la Sala,
esta última modalidad de vulneración directa de la ley sustancial implica que ésta se
aplicó y era la que regulaba el caso concreto, es decir, se acertó en su selección, pero
se le dió un sentido que no tiene.

Es necesario reiterar que si como consecuencia de la equivocada interpretación de la


ley, ésta se deja de aplicar o se aplica indebidamente, el desatino es de selección y,
por lo tanto, se debe alegar falta de aplicación o aplicación indebida y no
interpretación errónea, ya que la causa del yerro no importa , y bien pudo ocurrir
porque se erró sobre su existencia material o su validez o sobre su sentido o alcance,
sino lo que cuenta en últimas, es la decisión que con relación a ella adopta el
sentenciador, esto es, inaplicarla o aplicarla indebidamente.

5. No sobra advertir que es cierto que (...) fue condenado no como servidor público
sino como particular, pero en la modalidad de determinador y, como tal, debía
responder por el hecho punible realizado por quien sí poseía tal calificación, pues a
quien se exige que reúna en su comportamiento todos los elementos del tipo penal es
al autor material y no a aquél, que no es autor, bastándole que haga nacer en otro la
intención de delinquir para que responda como partícipe, en iguales condiciones
punitivas a las del autor (art. 23 del C. Penal).

Como lo ha dicho la Sala:

"La calificación no se exige para el determinador ni para el cómplice, pues ninguna de


estas personas realiza materialmente la conducta descrita en el tipo. Aquél determina
a otro a obrar y el cómplice contribuye a la realización del hecho punible, pero ninguno
de ellos debe recorrer con su acción u omisión la legal descripción comportamental".
(sentencia junio 3/1983).***
______
* Ver casación 8959 abril 6/96 M.P. Dr. Dr. Fernando Arboleda Ripoll
** Ver casación mayo 11/96 y 10406 marzo 3/2000
*** En igual sentido, casación octubre 29 de 1993 y junio 20 de 1994 y segunda
14187 de 15 de diciembre de 1999.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 03/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : VELASQUEZ BRICEÑO, EDUARDO
DELITOS : Cohecho, Destrucción de documento público,
Ocultamiento de documento público, Supresión de
documento público
PROCESO : 12012
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

REBELION-Competencia a partir del 1º de julio de 1.999/ COLISION DE


COMPETENCIA-Ley 504 de 1999/

Conforme a lo dispuesto por los artículos 5° y 39 de la ley 504 de 1999, el


conocimiento del delito de rebelión, a partir de la vigencia de la citada ley, se asignó
en primera instancia a los jueces penales del circuito por el factor territorial, sin
importar la fecha de la comisión del reato. Ello es así, porque las disposiciones que
reglan lo relativo a la jurisdicción y competencia son de aplicación inmediata, según lo
dispone el artículo 40 de la ley 153 de 1887, principio que se aplicó por el legislador en
los artículos 53 y 39 de la ley 504 Ibídem, el primero al ordenar la vigencia de las
normas, y el segundo al establecer que los procesos de que conocía la justicia regional
y no hubieren quedado incluidos en el artículo 5, "continuaran" su curso ante la
autoridad judicial del circuito por el factor territorial.

El artículo 4° de la ley que se viene comentando estableció que la segunda instancia


de los recursos de "apelación o de hecho" de los asuntos que conocen en primera los
jueces penales del circuito debe resolverlos el Tribunal del respectivo Distrito Judicial,
con lo que se reitera el factor territorial como determinante de la competencia y
concurrente con el funcional para desatar los recursos que estaban pendientes a 1 de
julio de 1999 en los expedientes que se hallaban en segunda instancia en el Tribunal
Nacional y relacionados con delitos que no se incluyeron expresamente en el artículo 5
de la ley 504 de 1999.

Como los presupuestos del artículo 37 de la ley 504 de 1999 están referidos a los
punibles de que venía conociendo la justicia regional y que a consecuencia del artículo
5 ídem continuaron a cargo de los juzgados penales del circuito especializados, ha de
entenderse que debe conocer el Tribunal de Santa Fe de Bogotá a través de la Sala
Penal Especializada Adscrita, con jurisdicción nacional, solamente de los asuntos que
por estos ilícitos se encontraban en segunda instancia en el Tribunal Nacional antes de
la fecha límite a que alude la disposición (1 de julio de 1999).

El espíritu del artículo 37 de la Ley 504 de 1999, el sentido natural y obvio de sus
expresiones gramaticales, el contexto de la ley y las disposiciones sobre la aplicación
inmediata de las normas procesales que se señalan en la ley 153 y 57 de 1887,
permiten concluir, que el conocimiento en el presente caso corresponde a la Sala Penal
del Tribunal Superior de Bucaramanga, a donde se remitirá el expediente, para lo que
corresponda en relación con la impugnación de la sentencia proferida contra (...) por el
delito de rebelión por un Juez Regional de Cúcuta.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 03/04/2000
DECISION : Atribuye el conocimiento al Tribunal Superior de
Bucaramanga
TRIBUNALES COLISIONANTES : Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bucaramanga
: Tribunal Superior del Distrito Judicial de Santafé
de Bogotá.
PROCESADO : GONZALEZ, JHON ALEXANDER
DELITOS : Rebelión
PROCESO : 16269
PUBLICADA : Si

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SUJETO PROCESAL-Deberes: Criterios de razonabilidad para valorar la


excusa a cumplir con una carga procesal

La evolución del proceso penal colombiano avanza cada vez más hacía un trámite
caracterizado, como corresponde a la organización Constitucional del Estado (artículo

13
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

1), por la participación activa de los sujetos procesales. Esa condición de sujetos que
la Ley procesal le reconoce a quienes intervienen en el proceso penal, no es una
definición vacia de contenido sino que al contrario se llena de obligaciones y derechos,
cuya precisión y alcance se define por la fase del rito en la que se actúa y las
características de la diligencia en la que se interviene.

Todo ello, sin pasar por alto, en el caso concreto de los abogados, que el artículo 1 del
decreto 196 de 1971, Estatuto del Ejercicio de la Abogacía, define que tal profesión
"tiene como función social la de colaborar con las autoridades en la conservación y
perfeccionamiento del orden jurídico del país, y en la realización de una recta y
cumplida administración de justicia".

En ese marco conceptual es que deben analizarse las excusas que los defensores
presenten para sustraerse al deber legal de asistencia (artículo 452 del Código de
Procedimiento Penal). No se trata de aceptar, a priori, cualquier razón que el
defensor esgrima.

La sustracción a un deber que deviene de la ley, exige como criterio de razonabilidad


que el sujeto que así actúa fundamente probatoriamente las razones y demuestre el
carácter grave e irresistible en el que sostiene la imposibilidad de cumplir con su carga
procesal.

El Juez, a su turno, determinará conforme a las razones expresadas y a las pruebas


aducidas, si de ellas se deduce una total imposibilidad de asistir a la diligencia de que
se trata. En una tal estimación, resulta evidente que el ejercicio valorativo del
Juzgador no se agota en el material probatorio en sí mismo considerado, sino que
involucra el estudio de los instrumentos que la Ley brinda al sujeto procesal para
cumplir con el acto y el análisis de las consecuencias concretas que para el proceso en
el que se hace la petición o para los otros que igualmente tramita, justificaría el
traumatismo organizacional que una brusca ruptura de la agenda judicial implica.

El carácter activo y participativo que la ley procesal reconoce a todos los sujetos
procesales, les impone a estos el deber de organizar sus actividades profesionales,
académicas y particulares con sujeción a la agenda jurisdiccional. Ningún criterio de
racionalidad reconoce una situación inversa, la de un Juez supeditado a la agenda de
las partes. Esa es una de las razones que explica que el Estado mismo se imponga la
concesión de la libertad provisional a los detenidos a quienes se les haya vencido el
término legal sin verificarse la audiencia pública, aceptándose como única excusa a
favor del Estado la demostración de que la misma no se ha podido realizar por causa
atribuible al sindicado o a su defensor.

En este orden de ideas, no encuentra la Sala que la primera de las razones esgrimidas
por el defensor del procesado (...), justifique su inasistencia a la audiencia pública aquí
programada para el próximo 7 de abril. El ejercicio del cargo de defensor le impone
definir autónomamente los términos en que cumplirá las obligaciones derivadas del
ejercicio simultáneo de diferentes encargos profesionales, y es a él a quien incumbe
acudir a todos los mecanismos alternativos que la ley le otorga para garantizar una
gestión adecuada y suficiente, bien sea que acuda a la designación de apoderado
suplente en algunos casos, o que agote otras posibilidades legales siempre sin
provocar la parálisis del proceso o su retardo o dilación.

Dicha autonomía, que es de la órbita no interferible por la autoridad, no justifica


empero un relevo de sus obligaciones para con la administración de justicia, ni
trasladar a ésta un deber jurídico de conciliar esa clase de colisiones de intereses para
optar por unas en desmedro de otras.

El acto académico de presentación de una ponencia a que alude el defensor,


afirmación que sostiene únicamente en la fuerza intrínseca de su propio aserto,
tampoco es una razón aceptable como excusa para incumplir un deber legal, dado que
responde a un interés privado al cual no pueden supeditarse los intereses públicos que
se comprometen en el proceso, ni los derechos del procesado a que el rito no se vea
sometido a dilaciones injustificadas. El componente social del modelo de Estado
implica, así de simple, estas supeditaciones.

Es que la máxima concentración de la audiencia no es sino un efecto del principio de


máxima concentración del juicio y todo ello es consecuencia apenas natural de la

14
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

inclinación acusatoria por la que quiso el Constituyente que transitara el proceso penal
colombiano. Esa vocación y esa regulación originan mayores deberes y cargas para
los sujetos y así deben asumirse sin pretextos ni condescendencias.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Unica Instancia
FECHA : 04/04/2000
DECISION : No repone la providencia del 24-03-00
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Santafé de Bogotá
DELITOS : Peculado por apropiación
PROCESO : 16385
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Requisitos

Reiterativa ha sido la jurisprudencia de la Sala en el sentido de que la demanda de


casación debe estar estructurada de acuerdo con los requisitos de forma establecidos
en el artículo 225 del C. de P.P., porque de lo contrario, y por mandato expreso del
artículo 226 del mismo Estatuto, una vez así establecido, el recurso deberá declararse
desierto. No se trata de un culto ciego a las formas, sino del acatamiento a las
exigencias que la misma ley contempla para un recurso como el extraordinario, de
naturaleza técnica, regulado a integridad en su especialidad.

Entonces, además de la información requerida en los numerales 1o. y 2o. de aquél


precepto, es imperativo que la exposición de los fundamentos de la causal invocada en
procura de la revocación extraordinaria del fallo de segundo grado, se realice en forma
clara y precisa y se señalen las normas que el recurrente estime infringidas, así, si esa
causal es la 1a. del artículo 220 ibíd. y el reclamo se origina en la inconformidad con la
apreciación probatoria adelantada por el sentenciador, "es necesario que así lo alegue
el recurrente", porque tal es la exigencia legal para glosas de esta índole.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Casación
FECHA : 04/04/2000
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : BEDOYA NOREÑA, JHON JAVIER
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio
PROCESO : 16132
PUBLICADA : Si

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INDICIO-Técnica para atacarlo en casación/

Debe precisarse, por último, que si la pretensión del impugnante era (como lo advirtió)
el cuestionamiento de la prueba indiciaria que le sirvió de apoyo a la sentencia
condenatoria en contra de su representado, debía tener en cuenta la forma lógica de

15
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

atacar dicho medio de convicción a través de la casación, a la cual el Procurador hizo


extensa referencia en el concepto, siguiendo la orientación trazada sobre el punto por
la Corte en distintas oportunidades.

"El indicio -dijo la Sala recientemente-* es un medio de prueba que permite el


conocimiento indirecto de la realidad. Supone la existencia de un hecho indicador que
debe encontrarse demostrado a través de cualquiera de los medios probatorios
autorizados por el Código de Procedimiento Penal, del cual es derivable la existencia
de otro hecho mediante un proceso de inferencia lógica.

"Como prueba que es, cuando se alegan en casación defectos en su apreciación como
fundamento de la violación de la ley sustancial, la vía de ataque debe ser la indirecta y
en tal medida es obligación del recurrente señalar el tipo de error en el cual se
incurrió, su modalidad y si el mismo se predica del hecho indicador, de la inferencia
lógica o de la manera como los indicios se articulan entre si, es decir su convergencia,
concordancia y fuerza de convicción por su análisis conjunto.

"Si la equivocación se predica del hecho indicador y se toma en consideración que


debe estar demostrado con otro medio de prueba, los errores susceptibles de
plantearse son tanto de hecho como de derecho.

"De hecho, porque la prueba de la circunstancia conocida pudo haberse supuesto; o


porque pudo haberse dejado de apreciar otro medio demostrativo que la neutralizaba
o disolvía; o porque se tergiversó su contenido material haciéndola decir algo que no
decía; o porque el proceso de valoración que condujo a la afirmación de la premisa a
partir de la cual se hará luego la inferencia, se apartó de los principios de la sana
crítica.

"De derecho, porque el juzgador pudo haber admitido y valorado como prueba
fundante del hecho indicador alguna irregularmente aportada al proceso y por lo tanto
inválida. Como en ningún caso la prueba indiciaria está dentro del proceso penal
sometida a tarifa legal, es obvio que frente a ella la modalidad de error de derecho
conocida como falso juicio de convicción no es susceptible de ser propuesta a través
del recurso extraordinario de casación.

"Ahora bien, cuando el error se predica de la inferencia lógica, ello supone -como
condición lógica del cargo-aceptar la validez de la prueba del hecho indicador, ya que
si ésta es discutida sería un contrasentido plantear al tiempo algún defecto del juicio
valorativo en el marco del mismo ataque. Existe la posibilidad, no obstante, de refutar
el indicio tanto en la prueba del hecho indicador como en la inferencia lógica, sólo que
en cargos distintos y de manera subsidiaria.

"La inferencia lógica, entonces, es atacable en casación. Pero en atención a que la


misma es el resultado de un proceso intelectual valorativo, la única vía posible para
hacerlo es el error de hecho por transgresión ostensible de los principios de la sana
crítica. La hipótesis supone, por lo tanto, la aceptación del hecho indicador y la
demostración de que el juzgador realizó un juicio de valor en contravía de las leyes de
la ciencia, los principios de la lógica o de las reglas de la experiencia **. Así las cosas,
para que el cargo quede correctamente formulado es imprescindible concretar el error
y demostrar cómo ha sido transgredida o desconocida una ley científica, un principio
de la lógica (que no niegue ni desconozca la unidad del ser) o una regla constante de
la experiencia común o aceptada y practicada en medios especializados en una
determinada materia. Se precisa, además y ello es obvio, la fundamentación
correspondiente a la trascendencia del error.

"La Sala ha sido reiterativa en lo precedente y también ha señalado que cuando de


atacar dicho medio probatorio en casación se trata, no puede desconocerse que por
su naturaleza misma su valoración es de conjunto, siendo el vínculo que surge entre
los diferentes indicios (su concordancia y convergencia) el que hace que la conclusión
crezca desde la probabilidad hasta constituir certeza. En consecuencia, aunque el
ataque a los hechos indicadores debe ser independiente, ello no significa en manera
alguna que el conjunto indiciario, cuya fuerza de convicción depende de que se le
estime globalmente, pueda dejar de ser enfrentado por el demandante".

________
* Sentencia de casación de octubre 20/99. Radicación 11.113.

16
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

** Error de hecho por falso raciocinio denominó a dicha equivocación la Sala en la


sentencia de febrero 12/2000. M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll. Radicación 12.227.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 04/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Manizales
PROCESADO : CEDEÑO JARAMILLO, RICARDO HERNAN
PROCESADO : VELASQUEZ VILLARREAL, OTONIEL
DELITOS : Hurto agravado
PROCESO : 12218
PUBLICADA : Si

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CASACION DISCRECIONAL-Garantía de derechos fundamentales: No se


desconocen cuando se varia en la instrucción, la calificación provisional de la
conducta

La circunstancia de que a lo largo de la investigación el ente acusador haya variado la


calificación de la conducta desplegada por los encausados - que era provisional - no
constituye inseguridad jurídica ni tampoco motivo desconocedor de sus garantías.
Téngase en cuenta que en firme la resolución acusatoria, en la que la Fiscalía Delegada
en 2ª instancia determinó que se trataba de un delito de falsedad personal, el fallador
de primer grado condenó a los encartados por esa misma conducta y el Tribunal
Superior de Bogotá confirmó en su integridad esa decisión. Entonces, ante el
conocimiento de la conducta por la cual se acusó, que fue por la que finalmente se
profirió fallo condenatorio, no se ve cómo se vulneró el artículo 29 de la Carta Política,
ni mucho menos su incidencia en la actuación. Al respecto ninguna explicación se
aduce en el libelo.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Casación Discrecional
FECHA : 04/04/2000
DECISION : No concede el recurso de casación excepcional
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : KIRSCHERBERG SCHENCK, DONALD JUAN
MAXIMILIANO
PROCESADO : ARANGUREN PEZONAGA, MARIO CARLOS
HUMBERTO
DELITOS : Falsedad personal
PROCESO : 16151
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

DEFENSA TECNICA-Indagatoria: Nombramiento de una persona honorable


como defensor/ DEFENSA TECNICA-Corrección de omisiones/DEFENSA
TECNICA-Oposición de criterios estratégicos/ NOTIFICACION-De la
resolución de situación jurídica

1. La primera irregularidad la refiere a que el procesado no estuvo asistido por un


abogado en la diligencia de indagatoria, sino por un ciudadano honorable.

Al respecto la Sala se permite precisar que tal actuación tuvo lugar antes de la
declaratoria de inconstitucionalidad del inciso 1° del art. 148 del C. de P. P. (Sentencia
C-049 de febrero 8 de 1996), la que sólo produce efectos hacia el futuro, de modo
que, entonces, ante la ausencia de un profesional del derecho en posibilidad de
desempeñar el cargo, se designó a un ciudadano honorable, por lo que el funcionario
judicial obró en ejercicio de la facultad que para esa época le confería la ley y, por
ende, sin que ello constituya irregularidad alguna, como de manera reiterada lo ha
sostenido la Sala .*

2. Como lo ha sostenido la Sala, cuando el defensor puede ejercer adecuadamente los


actos defensivos que pudieron haber sido realizados durante el tiempo en que el
procesado careció de asistencia profesional, debe entenderse que el derecho no ha
sido conculcado, puesto que ningún sentido tendría invalidar la actuación para que la
defensa profesional vuelva a tener una oportunidad que ya le fue concedida .**

3. Así mismo, y aceptando que la sentencia anticipada o la audiencia especial son


medios adecuados de defensa, no es obligatorio acudir a ellos, dependiendo de la
táctica que se adopte, siendo del caso reiterar que una cosa es que no se comparta la
estrategia asumida por el defensor, lo que no configura ningún desatino, y otra que
no haya existido defensa técnica . ***

4. Finalmente, en lo que atañe a la tercera irregularidad denunciada, por no haber


notificado personalmente la resolución de detención al ciudadano que asistió al
procesado en la indagatoria ni al defensor letrado, lo que impidió que fuera
impugnada, además de que no demuestra su trascendencia, esto es, cómo ese
pretendido vicio era condición de validez del resto de la actuación procesal o cómo se
afectó el derecho de defensa y su incidencia en el fallo, tampoco hay ningún yerro in
procedendo, pues esa decisión fue notificada personalmente al procesado y al
Ministerio Público y por estado a los demás sujetos procesales, como lo ordena la ley.
...
Si en alguna informalidad se hubiera incurrido, sería insustancial e intrascendente,
pues la medida de aseguramiento es de carácter provisional y, como tal, produce
ejecutoria formal y no material, de modo que nada impide pedir su revocatoria con
posterioridad a la misma.
________
*V er, entre otras, casación 9280 de junio 16 de 1996; 10578 de octubre 15 de 1996;
y 12043 de junio 15 de 1999.
** Ver, entre otras, casación mayo 27 de 1999 y 12043 de junio 17 de 1999.
*** Ver casación 9723 de mayo 20 de 1998, entre otras

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 05/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Antioquia
PROCESADO : MAZO LOPEZ, ELKIN DE JESUS
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio
PROCESO : 12302
PUBLICADA : Si

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18
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

FALSEDAD DOCUMENTAL-Bien jurídico objeto de tutela-Valor probatorio de


documentos anexos a solicitud de visa

Ciertamente, si la falsedad no vulnera el bien jurídico tutelado y no ocasiona un daño,


o al menos lo engendra potencialmente, se torna inocua y no merece represión penal,
ya que no se puede sancionar el hecho realizado al margen de cualquier incidencia
social. Ese bien jurídico es la fe pública, consistente en la credibilidad de que gozan los
signos, objetos o instrumentos que constituyen medio de prueba de la creación,
modificación o extinción de situaciones jurídicas relevantes.

La demandante afirma que se deben dar los tres aspectos del daño: "a la fe pública, al
valor probatorio de los documentos y a los intereses tutelados por éstos". Pero no
tiene en cuenta que esa trilogía no es más que un discernimiento de un mismo
concepto, pues al protegerse la fe pública, obviamente resulta amparado el valor
probatorio del documento y se salvaguardan los intereses públicos y privados. Son
aristas o derivaciones de un asunto que no ha debido analizarse con generalidades
sino en concreto, a lo cual no se dio cumplimiento en la demanda.

Es indiscutible que los documentos en cuestión son idóneos para producir ciertos
efectos jurídicos: las copias de declaraciones de renta dan cuenta de una obligación
tributaria a cargo del contribuyente, pero también suelen ser observadas como
indicación de sus niveles de ingreso, lo cual así mismo ocurre con los extractos de
cuentas bancarias, en los que aparece el volumen de movimientos y saldos durante
unos lapsos determinados; los certificados de trabajo revelan la existencia de una
relación laboral, que puede ser tomada para inferir la aptitud ocupacional, al igual que
la percepción de ingresos, y la partida eclesiástica de matrimonio insinúa que el
solicitante de la visa tiene una familia, lo cual podría ser indicativo de responsabilidad
y asentamiento. Es decir, cada uno de esos escritos posee un valor probatorio, frente
al cual los argumentos que ensaya la impugnante no establecen que la falsía
desarrollada por el procesado sea inocua.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 05/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
NO RECURRENTE : JIMENEZ TENJO, ANDRO JOVANNY
PROCURADOR EN LO JUDICIAL : PROCURADORA 13 JUDICIAL PENAL
DELITOS : Falsedad en documento público, Falsedad en
documento privado
PROCESO : 11651
PUBLICADA : Si

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DETENCION DOMICILIARIA-Requisito subjetivo

Debe aclararse que unas son las causas determinantes de un comportamiento


humano, que puedan conducir al establecimiento de circunstancias genéricas o
específicas de agravación punitiva, que por su misma naturaleza corresponde evaluar
en el momento de elaborar el juicio de culpabilidad y consecuente responsabilidad
penal, así como el posible merecimiento o no de subrogados (condena de ejecución
condicional y libertad condicional), si hubiere lugar al pronunciamiento de sentencia de
condena como conclusión del enjuiciamiento.

Tales hipótesis no coinciden necesariamente con los postulados del instituto procesal
de la detención domiciliaria, a cuyo efecto el motivo que prevenga sobre eventual
contumacia o riesgo para la colectividad por la permanencia del procesado en su

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

vivienda, ha de buscarse en las relaciones con su familia, en el trabajo y con la


comunidad. En otras palabras, las circunstancias que rodearon la comisión del hecho
punible constituyen criterios cuantificadores de la pena (arts. 61 y Ss. C. P.), pero
difieren de las precauciones concebidas por el legislador para la determinación de la
detención domiciliaria, así como de las exigencias subjetivas atinentes a este último
propósito.

No obstante, según lo analizado en el pliego de cargos que pesa en su contra, el


doctor (...) mostró gran actividad en el intento de desviar el ejercicio de muy delicadas
funciones públicas, no sólo las propias sino de otros servidores, acudiendo al dinero
como vehículo para perturbar la probidad indispensable en la administración, que
contundentemente estaba obligado a conservar digna, honesta e incólume frente a
cualquier clase de venalidad. Pero, llamado como ciudadano y, prevalentemente, como
funcionario de la administración de justicia, a ser adalid del respeto que a ella se
debe, optó por una conducta que se le reprocha contraria a su deber.

De esas fallas en sus relaciones comunitarias, se deduce grave potencialidad para


recaer en desmedro de la colectividad y volver a mercantilizar sus obligaciones con la
justicia, a riesgo de no comparecer al adelantamiento del proceso, por lo cual no se
pueden considerar satisfechas todas las condiciones previstas por el artículo 396 del
Código de Procedimiento Penal, debiendo revocarse la providencia apelada.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Auto Segunda Instancia


FECHA : 07/04/2000
DECISION : Revoca auto que decreta detención preventiva por
domiciliaria
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : RAMIREZ FERNANDEZ, JOSE MARIA
DELITOS : Cohecho, Falsedad documental por ocultamiento
PROCESO : 16693
PUBLICADA : Si

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CASACION-Grado de credibilidad otorgado a los medios de convicción: No


admite error atacable en casación

El demandante olvida que "la credibilidad" otorgada por el sentenciador al testimonio


del mencionado (...), no puede ser de suyo controvertida, pues ante la abolición del
sistema de tarifa legal o de prueba tasada para la evaluación probatoria, el
sentenciador solamente ha de regirse al respecto por la sana crítica, la persuasión
racional y la lógica, según se desprende claramente de los artículos 254 y 294 del
Código de Procedimiento Penal.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 07/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cundinamarca
PROCESADO : SANTOS AMORTEGUI, WILLIAM ENRIQUE
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 11958
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

RECUSACION-Causal primera: El interés a que se refiere la norma es de


índole personal y subjetivo/ RECUSACION-Causal sexta: No se refiere a
actuaciones precedentes del ad quem en la misma instancia

El artículo 103 del Código de Procedimiento Penal, modificado por el 15 de la ley 81 de


1993, prevé como causales de impedimento en sus numerales 1° y 6°:

"1. Que el funcionario judicial (...) tenga interés en el proceso.


(...)
"6. Que el funcionario haya dictado la providencia cuya revisión se trata o hubiere
participado dentro del proceso (…)."

Debe advertir la Sala que las causales de impedimento y recusación fueron


consagradas para prever que ante algunas circunstancias que puedan hacer temer la
falta de imparcialidad de un funcionario, se le separe de su conocimiento, pero no de
manera global a toda la Sala de una corporación, cuando como sucede en este caso, ni
siquiera todos sus integrantes suscribieron la providencia motivo de inconformidad
para el recusante, quien tampoco fundamenta en debida forma sus planteamientos en
relación con los Magistrados que no adoptaron tal decisión, como lo dispone el inciso
2° del artículo 108 del Código de Procedimiento Penal.

En cuanto al "interés" de esta Sala, aludido en el escrito de recusación, de tener


sentada jurisprudencia sobre la violación de la garantía constitucional de la no
reformatio in pejus, además de no haberse dado dicha situación dentro del presente
evento, debe indicarse al recusante que al que hace referencia la norma es de índole
personal y subjetivo, pero no derivado de la inconformidad con una declaratoria de
nulidad emitida para la preservación del debido proceso, puesto que tal decisión no
tuvo causa diferente de la oficiosa aplicación de los correctivos de saneamiento de un
acto irregular, frente a la errada calificación de la conducta atribuida al procesado, en
un análisis objetivo de la tipicidad, sin evaluación de aspectos jurídicos ni fácticos
sobre su posible responsabilidad penal, sino apenas lo concerniente a la adecuación
típica.

Y si tal interés se consagró ante la eventual inclinación del ánimo del juzgador por
razones extra jurídicas que puedan, en un momento dado, amenazar la neutralidad
indispensable para la eficaz e imparcial administración de justicia, mal podría
entenderse que se estructura esta causal, cuando el único interés que movió a la Sala
Penal para emitir el auto de 27 de junio de 1996 fue cumplir con el deber de "hacer
efectivos los derechos, obligaciones, garantías y libertades consagradas" en la
Constitución Política y en las leyes, según lo contempla el artículo 1° de la Ley
Estatutaria de la administración de justicia (270/96).

En lo referente a la recusación formulada al amparo del numeral 6°, atrás referido,


carece de fundamento, pues tal como lo señaló el a quo en su proveído de 23 de junio
de 1999 (f. 9 cd. Corte), y se ha precisado por esta Sala en autos de 28 de septiembre
de 1992, M. P. Dr. Dídimo Páez Velandia y 1° de febrero de 1995, M.P. Dr. Guillermo
Duque Ruiz, dicha causal hace referencia a la actuación del funcionario de segunda
instancia en relación con sus actuaciones como a quo, funcionario o auxiliar de la
justicia en dicho proceso, y en este evento resulta claro que la intervención de quienes
suscribimos la decisión de 27 de junio de 1996, fue por ministerio de la ley, como
integrantes de la Sala que debió pronunciarse en segunda instancia frente a la
apelación de la sentencia condenatoria proferida el 27 de abril de 1994 por una Sala
de Decisión Penal del Tribunal Superior de Popayán, fallo que tuvo que ser anulado,
junto con todo lo actuado, a partir, inclusive, de la resolución de acusación, por un
error en la adecuación típica de la conducta endilgada al procesado. De ninguna
manera puede entenderse que esa causal de impedimento se refiera a actuaciones
precedentes del ad quem en la misma instancia, pues no se trataría de "inferior".

El apropiado cumplimiento de las funciones inherentes al funcionario público no


constituye la participación dentro del proceso que pueda comprometer la imparcialidad
debida y dar lugar a la causal de impedimento referida, pues entendimiento contrario
conduciría al absurdo de que todo funcionario judicial quedara restringido a una sóla
intervención en cada proceso.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Auto Recusación
FECHA : 07/04/2000
DECISION : La sala en pleno rechaza la recusación, pasa a
sorteo de conjueces
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Popayán
PROCESADO : IDROBO MEDINA, CARLOS JULIO
DELITOS : Violación a la Ley 30/86, Prevaricato por acción
PROCESO : 16157
PUBLICADA : Si

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COSA JUZGADA-Remoción a través de la tutela: No configura irregularidad


sustancial/ ACCION DE TUTELA-Procedimiento judicial autónomo-La Corte no
tiene competencia en casación para estudiar las motivaciones del fallo/
CASACION-Naturaleza del error demandable

1. Se concreta por parte del casacionista en la violación al principio de la cosa juzgada


a través de una acción de tutela. Dentro de ese propósito fundamenta el ataque en la
improcedencia de la acción de tutela y en las irregularidades que ocurrieron al interior
de tal trámite.

El debido proceso, considerado como cada una de las fases que componen la
estructura ritual de cada actuación - administrativa o judicial dice la Constitución -,
tiene una etapa de finiquito con carácter permanente del asunto de que se trate. En
tal término es que se expresa el aforismo latino res iudicata pro veritate habetur .

No obstante, ese que es principio tan caro a la historia jurídica universal, puede
removerse porque "(...) hay eventos en que el contenido de justicia material de los
fallos no se consigue y ello se evidencia una vez terminado el proceso. En esos casos
la necesidad de justicia es tan alta que la propia ley permite la remoción de uno de los
pilares de la cohesión social, la cosa juzgada de los fallos, elemento indisoluble de la
seguridad jurídica sobre la que se afincan las relaciones sociales."

Por principio general, dentro del ordenamiento jurídico nacional la cosa juzgada en
materia penal solo puede ser invalidada a través de la acción de revisión, y "(...) el
procedimiento penal ha definido estrictamente las causales bajo las que puede
solicitarse (...) la de una sentencia ejecutoriada, de una resolución de preclusión de
investigación o de un auto de cesación de procedimiento, (artículo 232) y la forma
como ello debe impetrarse de la autoridad competente (artículo 234), requisitos de
interpretación estricta y restrictiva. No basta la mera alegación de la injusticia
material de la decisión que pretende removerse sino que deben demostrarse de
entrada unas circunstancias tales que creen en el funcionario competente la convicción
de que ha ocurrido una real afectación al contenido de justicia del fallo, auto o
resolución cuya inmutabilidad busca derrumbarse"

Pero esa que es la regla general, es adicionada excepcionalmente con la acción de


tutela que regula el artículo 86 de la Constitución Política y el Decreto 2591 de 1991,
en los términos que ha desarrollado la jurisprudencia constitucional a partir de la
sentencia C-543 de 1992 de la Corte Constitucional, en cuanto se acepta que las
decisiones judiciales también pueden ser objeto de ese instrumento constitucional, si
en su adopción se han violado derechos fundamentales y constituyen vías de hecho.

Dentro de esas reglas, el Juez constitucional es quien debe valorar la procedencia de la


acción de tutela, no solo desde el punto de vista sustancial - violación o amenaza de
un derecho fundamental -, sino desde el punto de vista procesal - que el accionante no
disponga de otro medio de defensa judicial -, atendiendo en este último punto a las

22
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

reglas - también jurisprudenciales - referidas a la eficacia concreta del medio judicial


ordinario para la protección del derecho fundamental vulnerado o en trance de serlo.

Esas son partes de las fases del debido proceso de tutela y sobre su desconocimiento
por parte del Juez Constitucional que decida una acción de ese tipo, debe alegarse al
interior de tal trámite, que para todos los efectos es un proceso judicial y por tanto sus
fallos también hacen tránsito a cosa juzgada y las ordenes allí emitidas son de
obligatorio cumplimiento en la forma y términos que hayan sido dispuestas.

En tal sentido, la remoción de la cosa juzgada por parte de un fallo de tutela no es


ninguna irregularidad sustancial y por tanto no es violatoria del debido proceso penal.

2. Como ya se dijo atrás, con arreglo a la Constitución (artículo 86) y a la Ley (Decreto
2591 de 1991), la acción de tutela es un procedimiento judicial autónomo a cargo de
la jurisdicción constitucional, con sus propias reglas definitorias de su debido proceso.

En tal orden de ideas, el contenido material del fallo de tutela proferido por la Sala
Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Santa Fe de Bogotá D.C., el 7 de
octubre de 1993, por medio del cual se tuteló el derecho constitucional fundamental al
debido proceso de Benjamín Emerson Peña Medina, y se declaró "sin valor ni efecto
alguno la providencia de mayo 11 de 1990, por la cual el Juzgado 18 Penal Municipal
cesó procedimiento sin consultar los presupuestos legales ", no es materia del recurso
extraordinario de casación y por ende, la Corte carece de competencia para abordar su
estudio.

No existe ninguna norma que autorice a la Corte Suprema de Justicia como Juez de
Casación a estudiar las motivaciones fácticas y jurídicas de un fallo de tutela, así este
haya removido la cosa juzgada dentro de una actuación penal.

Resulta evidente que el fallo de tutela derrumbó la cosa juzgada que amparaba la
decisión de cesación de procedimiento y ordenó estudiar la petición de desistimiento
presentada por los señores Fabiola Medina de Peña, Angel María Peña Guzmán y
Benjamín Peña Medina. En desarrollo de tal estudio el Juez 18 Penal Municipal decidió
negar tal solicitud (folio 85, cuaderno 1), a partir de lo cual se reinició el proceso penal
que culminó con la sentencia condenatoria impuesta al señor (...)

Como el recurso de casación que la Corte resuelve, aun tratándose de uno de


naturaleza excepcional, versa sobre el fallo que puso fin al proceso penal, cualquier
censura que tenga por objeto una actuación procesal diferente de la sentencia penal,
excede la competencia de la Corte.

3. La naturaleza técnica de la casación, impone el deber legal de señalar el error y


fundamentar, no solo su existencia, sino su trascendencia.

La demanda señala un hecho que está objetivamente acreditado. Que entre el 22 de


octubre de 1993, fecha del auto que no acepta la petición de desistimiento y ordena
proseguir con la investigación (folios 81 a 85, cuaderno original) y el 14 de enero de
1994 (folio 200), la defensora del procesado (...) no tuvo ninguna actuación dentro del
proceso penal reiniciado, ni fue informada de que ello había ocurrido.

Eso constituye sin lugar a dudas una actuación contraria al principio de lealtad
procesal que regula como principio rector el artículo 18 del Código de Procedimiento
Penal. Pero lo demandable en casación no son los errores per sé, sino aquellos cuya
trascendencia es superior a su existencia, por tener la virtualidad jurídica de incidir en
la producción del fallo que se ataca, y corresponde al demandante la carga
demostrativa de tales circunstancias, por cuanto el fallo al superar las instancias
ordinarias ha quedado amparado con presunciones de legalidad y acierto.

Por ello es que la ley al definir uno de los fines de la casación (artículo 219 del Código
de Procedimiento Penal) indica que los es "(..) la efectividad del derecho material
(...)".

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación Discreciona


FECHA : 11/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Juzgado 50 Penal del Circuito
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : GIRALDO GIRALDO, ALBERTO
DELITOS : Lesiones personales culposas
PROCESO : 13963
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION PASIVA-Etapas previa y definitiva: La Corte no tiene


competencia para ejercer su control/ EXTRADICION PASIVA-Prueba:
Objeto/ EXTRADICION PASIVA-Prueba improcedente: La dirigida a
cuestionar la acusación/ EXTRADICION PASIVA-Prueba inconducente:
Concepto sobre la vigencia e interpretación de la ley reguladora del caso/
EXTRADICION PASIVA-Proceso pendiente en Colombia: No afecta el
trámite/ EXTRADICION PASIVA-Facultad oficiosa de la Corte para devolver
el expediente al Gobierno Nacional/ EXTRADICION PASIVA-Prueba: No es
objeto el marco jurídico que ha de regular el trámite

1. La Corte entiende que el defensor del requerido en extradición no denuncia la


existencia de alguna irregularidad sustancial concreta que hubiere podido ocurrir
durante el trámite judicial que ahora se surte, y, en tal medida, mal podría acceder a
su pedimento pues es claro que la Corporación carece de competencia para ejercer
control o condicionar la actuación en las etapas previa y definitiva del trámite, el cual,
dada su naturaleza administrativa, corresponde a la propia administración que las lleva
a cabo, o a la jurisdicción de lo contencioso administrativo, conforme la jurisprudencia
sentada en torno al punto (cfr. Auto. Extradición. Nov. 24/99. Rad. 15824. M. P. Dr.
EDGAR LOMBANA TRUJILLO).

2. A manera de premisa, ha de señalarse que el concepto de la Corte referido a la


viabilidad de conceder o negar la extradición de quien es requerido, se halla delimitado
a la verificación de la validez formal de la documentación hecha llegar por el
ejecutivo; la identificación plena del solicitado, correspondiente a la persona capturada
con dichos fines; el principio de la doble incriminación relacionado con que el hecho
que motiva la solicitud no sea un delito político o de opinión, y, además de estar
también previsto en Colombia como delito, se reprima con pena privativa de la libertad
cuyo mínimo no sea inferior a cuatro años; que la providencia que soporta la solicitud
de no ser una sentencia, cuando menos equivalga a la resolución de acusación en el
sistema colombiano; y, cuando fuere el caso, el cumplimiento de lo dispuesto por los
tratados públicos.

De esta suerte, las pruebas cuya incorporación o práctica se demande durante el


trámite, de acuerdo con la oportunidad para la solicitud prevista al efecto por el
artículo 556 del Código de Procedimiento Penal, deben estar orientadas a la
demostración de tales presupuestos; es decir, tratarse de pruebas eficaces,
pertinentes, útiles, necesarias y conducentes, referidas a los aspectos sobre los cuales
la Corte ha de fundamentar su Concepto, a riesgo, en caso contrario, de tener que
disponer su rechazo, conforme la autorización que con criterio general, establece el
artículo 250 ejusdem.

3. No obstante que el principio de la doble incriminación corresponde a uno de los


aspectos que comportan el objeto del Concepto, es lo cierto que no comprende un
juicio sobre autoría, pues ello implicaría usurpar el juzgamiento por el poder judicial
extranjero. De ahí que la pretensión de demostrar durante la etapa judicial del trámite
de extradición que el requerido no pudo haber cometido los delitos de que se le acusa
en el extranjero por encontrarse detenido en Colombia, resulta ajena a los

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

fundamentos del Concepto que el Gobierno Nacional demanda de la Corte y que por
disposición de la ley debe emitir, mereciendo por tanto su rechazo, pues además, a
esta Corporación le está vedado valorar la juridicidad o acierto de las decisiones
judiciales proferidas por las autoridades del Estado requirente.

4. La prueba que la defensa solicita resulta manifiestamente ilegal, y por tanto,


inconducente, pues de conformidad con el artículo 230 de la Constitución Política, los
jueces en ejercicio de las funciones que le compete cumplir, tan solo están sometidos
al imperio de la ley, y para fijar su alcance, sentido o aplicación a un caso concreto, el
Estatuto Superior también establece la facultad de acudir a la equidad, los principios
generales del derecho y la doctrina como criterios auxiliares de su actividad
jurisdiccional. Por ello, si se tiene en cuenta que el intérprete natural de la ley es el
juez, el exclusivo sometimiento al imperio de ésta excluye la injerencia de cualquier
órgano o sujeto en la labor de determinar la vigencia, comprensión y aplicación por los
jueces de las leyes reguladoras del caso.

5. La Corte, además de lo ya dicho respecto al punto en el acápite 2.1. de este


proveído, en orden a disponer el rechazo de la prueba por improcedente, habrá de
agregar que de ser cierto que el señor (...) se encuentre procesado en Colombia, ello
no afecta el trámite ni determina el sentido en que habría de emitirse el Concepto por
esta Colegiatura, pues dicha circunstancia no se halla contemplada dentro de los
fundamentos a considerar en el acto de culminación de la fase judicial de este trámite
de extradición.

6. La Corte no desconoce su competencia legal de controlar, "cuando fuere el caso",


"el cumplimiento de lo previsto en los tratados públicos", ni que dicho tema pueda ser
abordado en la fase judicial del trámite, conforme así lo ha sostenido la jurisprudencia;
de ello da cuenta el aparte transcrito por el peticionario y referido al pronunciamiento
proferido por esta Sala el 22 de septiembre de 1999.

No obstante, ha de precisar, asimismo, conforme lo ha hecho en posteriores


pronunciamientos en torno al tema, que ese ejercicio de contenido estrictamente
jurídico excluye la controversia a iniciativa de parte, pues es facultativo de la
Corporación y depende del señalamiento por el Gobierno Nacional de uno o varios
instrumentos internacionales como aplicables al caso, su vigencia, y su
correspondencia con los preceptos de la Constitución Política; como igualmente
facultativa es la potestad de la Corte de devolver el expediente al Gobierno Nacional
en aras de su perfeccionamiento, cuando encuentre la ausencia de piezas sustanciales
en él, conforme se establece de lo previsto por el artículo 553 del Código de
Procedimiento Penal; o cuando considere que el Concepto emitido por el Ministerio de
Relaciones Exteriores sobre el marco jurídico en que ha de desenvolverse el asunto, no
corresponde a los instrumentos internacionales vigentes para Colombia, porque los
mismos contrarían la Carta Política, o que en cumplimiento de las aludidas
disposiciones la Corte carecería de competencia para intervenir en el trámite que de
ella se demanda, entre otras eventualidades posibles de presentarse en el trámite de
extradición; ninguna de las cuales ocurre en el presente caso, pues, como ha sido
expuesto en precedentes jurisprudenciales sentados sobre el tema, la Corte participa
de la tesis manifestada de modo oficial por el Ministerio de Relaciones Exteriores, y
relacionada con la ausencia de convenio aplicable en materia de extradición con los
Estados Unidos de América (Cfr. Auto Nov. 30/99. M.P. Dr. ARBOLEDA RIPOLL) .

Ello, por supuesto, no significa afirmar que por fuera de los aspectos que vienen de ser
mencionados, la Corte cuente con facultad para dirigir o controlar la actuación en las
etapas previa y definitiva del trámite, debido a que la competencia para pronunciarse
al respecto se halla radicada en la propia administración y la jurisdicción de lo
contencioso administrativo.

Por esto estima que al estar referida la pretensión contenida en los cinco numerales
que preceden al marco jurídico que ha de regular el trámite, cuya ponderación,
aplicabilidad y vigencia al caso corresponde definir de modo exclusivo y excluyente a la
jurisdicción, en este evento a la Corte en su momento oportuno, y no susceptible, por
tanto de prueba, la solicitud de la defensa amerita rechazo.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Extradición
FECHA : 11/04/2000
DECISION : Niega la solicitud de nulidad, niega la practica de
pruebas solicitadas
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : ORLANDEZ GAMBOA, ALBERTO
PROCESO : 16515
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION PASIVA-Naturaleza mixta del trámite/ EXTRADICION


PASIVA-Etapas:competencia para ejercer su control/ EXTRADICION
PASIVA-Parámetros del concepto/ EXTRADICION PASIVA-Facultad oficiosa
de la Corte para devolver el expediente al Gobierno Nacional

En relación con el trámite de extradición, ha sido dicho por la Corte, que éste tiene
una naturaleza mixta, en el sentido de que es administrativo -jurisdiccional, pero en
todo caso, se cumple bajo la responsabilidad preeminente del Gobierno Nacional por
corresponderle la dirección de las relaciones internacionales (Const. Pol. Art. 189-2),
obviamente con la intervención activa de la Corte Suprema de Justicia en la fase
judicial del trámite, no sólo por voluntad legal sino también constitucional.

"...En armonía con la establecida naturaleza constitucional y política de la extradición,


el ordenamiento jurídico colombiano prevé que la oferta, concesión o negación
corresponde y es facultativa del Gobierno, que lo hace al final del trámite por medio de
una resolución administrativa, aunque previamente se requiere el concepto de la Corte
Suprema de Justicia, que sólo sería vinculante si fuere negativo (arts. 547, 548, 557 y
559)" (Auto agosto 5/99. M. P. Dr. GOMEZ GALLEGO. Rad. 15825).

En posterior pronunciamiento, en el mismo asunto, precisó la Corte que "como no está


vigente convenio bilateral o multilateral alguno con el país solicitante (Estados Unidos
de América), la procedencia de la extradición no se sujeta a dichos instrumentos
internacionales, razón por la cual el origen y la tramitación se someten integralmente
a las reglas del Código de Procedimiento Penal, estatuto que contiene su propia
garantía de los derechos de audiencia y defensa del requerido, y con carácter judicial
para mayor abundancia (art. 556)…" (Auto Sep. 22/99. M. P. Dr. GOMEZ GALLEGO.
Rad. 15825).

Más recientemente, dijo la Corte:


"Así pues, regulada la demanda de extradición por el Código Procesal Penal, es
incontrastable que el trámite de extradición pasiva comporta tres fases, una inicial de
carácter preliminar a cargo de la administración a través de los Ministerios de
Relaciones Exteriores y de Justicia y del Derecho, a quienes concierne, en su orden,
conceptuar sobre el ordenamiento jurídico que debe aplicarse a la petición, y
perfeccionar el expediente con miras a que la Corte Suprema de justicia rinda su
concepto; la segunda etapa, con la cual se inicia el trámite formal de la extradición a
cargo de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, que prevé el
traslado a la persona requerida o a su defensor por el término de 10 días, luego un
período de práctica de pruebas por el mismo lapso, y después permanecerá el
expediente por cinco días en Secretaría para alegatos, culminando esta fase con la
emisión del concepto con arreglo a lo prescrito por los artículos 557 y 58 del mismo
ordenamiento jurídico; y la última etapa también administrativa a cargo del Gobierno
Nacional, que concluye el rito expidiendo la resolución que concede o deniega la
extradición".

"Atendiendo la naturaleza del procedimiento, es evidente que el control de la actuación


surtida en las etapas previa y definitiva compete a la administración o a la jurisdicción
de lo contencioso administrativo, y no a esta Sala de la Corte a quien obviamente le
pertenece de manera exclusiva el control de la legalidad de la actuación judicial".
(Auto. Extradición. Nov. 24/99. Rad. 15824. M. P. Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO).

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Y, últimamente, la Corte señaló la improcedencia de devolver el expediente al


Ministerio de Justicia y del Derecho "o el pregonado requerimiento al Gobierno
Nacional para que modifique su concepto sobre el marco jurídico en el que ha de
desenvolverse el trámite de la extradición con los Estados Unidos de América", y
reiteró "que es el Gobierno Colombiano el órgano constitucionalmente facultado para
establecer la vigencia en el ordenamiento interno de los instrumentos mediante los
cuales la nación colombiana interactúa en el concierto de las relaciones
internacionales, conforme se establece del artículo 189-2 de la Carta Política. En este
caso, el Gobierno Nacional conceptuó sobre la ausencia de convenio alguno en materia
de extradición con el país solicitante (Estados Unidos de América), y señaló la
consecuente aplicabilidad de lo previsto, en el referido tema, por el Código de
Procedimiento Penal".

"Lo dicho permite concluir que el desconocimiento, por una de las partes intervinientes
en el proceso de extradición, de la facultad constitucional atribuida a la Rama
Ejecutiva, para dirigir las relaciones internacionales y señalar el marco jurídico a ser
seguido en un particular evento por las autoridades colombianas, al sostener, contrario
al concepto del Ministerio especializado en el campo de las Relaciones Exteriores, que
otro distinto es el instrumento que habría de regular el trámite en un específico caso,
no comporta eventualidad definida en la ley colombiana que dé lugar a retrotraer el
rito a fin de que el Gobierno proceda a resolver el punto de inconformidad que en tales
condiciones se plantea ante la Corte, ni autoriza la definición anticipada de esta clase
de controversias, por demás ajenas al ámbito estrictamente jurídico -no político-, de
sus decisiones".

"Tanto es esto, que el Concepto que el Gobierno demanda de la Corte, y que por
disposición legal le compete emitir, se circunscribe a establecer la validez formal de la
documentación presentada, la demostración plena de la identidad del solicitado, el
respeto por el principio de la doble incriminación, la correspondencia en la legislación
colombiana de la providencia proferida por las autoridades extranjeras, y, cuando
fuere el caso, el cumplimiento de lo previsto por los tratados públicos, dependiendo
esto, obviamente, del señalamiento por el Gobierno Nacional de uno o varios
instrumentos internacionales como aplicables, su vigencia, y la correspondencia con
los preceptos de la Constitución Política de las regulaciones contenidas en ellos,
conforme se establece del artículo 4º ejusdem, aspectos todos de contenido
eminentemente jurídico".

"Estos parámetros, a ser tenidos en cuenta por el concepto de la Corte, son materia de
consideración, obviamente, sin perjuicio de ejercer la facultad oficiosa de devolver el
expediente al Gobierno Nacional en aras de su perfeccionamiento, cuando encuentre la
ausencia de piezas sustanciales en él, conforme se establece de lo previsto por el
artículo 553 del Código de Procedimiento Penal; o cuando considere que el Concepto
emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores sobre el marco jurídico en que ha de
desenvolverse el asunto, no corresponde a los instrumentos internacionales vigentes
para Colombia, porque los mismos contrarían la Carta Política, o que en cumplimiento
de las aludidas disposiciones la Corte carecería de competencia para intervenir en el
trámite que de ella se demanda, entre otras eventualidades posibles de presentarse;
ninguna de las cuales ocurre en el presente caso, pues, como se vio en los
precedentes sentados sobre el tema, la Corte participa de la tesis relacionada con la
ausencia de convenio en materia de extradición con el país solicitante (Estados Unidos
de América)". Auto, Nov. 30/99. M.P. Dr. ARBOLEDA RIPOLL. Rad. 16515).

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Extradición
FECHA : 11/04/2000
DECISION : Deniega las pretenciones de la defesa, corre
traslado al procesado y defensor
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : MORENO URIBE, HORACIO DE JESUS
PROCESO : 16720
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

27
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

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EXTRADICION PASIVA-Prueba inconducente: La dirigida a cuestionar el


contenido material de la documentación remitida por el Gobierno requirente/
EXTRADICION PASIVA-Declaración de reciprocidad/ EXTRADICION
PASIVA-Tratados Internacionales: Competencia para establecer su vigencia y
aplicabilidad/ EXTRADICION PASIVA-Proceso pendiente en Colombia: No
afecta el trámite

1. Las pruebas relacionadas en el numeral 1, supuestamente referidas, a cuestionar la


validez formal de la documentación se rechazarán. El propósito demostrativo de las
mismas no tiene que ver con ello y consecuencialmente son irrelevantes para los
efectos del concepto que habrá de rendir la Corte, que como se anota al inicio de este
acápite se funda en esos precisos aspectos.

Como ya tuvo oportunidad de definirlo la Sala "(...) dentro del trámite que finaliza con
la emisión del concepto por parte de la Corte, lo que se analiza de la documentación
remitida por el Gobierno requirente, es su validez formal, es decir que conforme a las
cláusulas de los Convenios bilaterales o multilaterales sobre la materia, o en su
defecto a las del artículo 551 del Código de Procedimiento Penal, hayan sido agregados
por la vía diplomática y contengan el mínimo de información necesaria - conforme al
Tratado o a la Ley - para el estudio del asunto y decisión del concepto respectivo.

"Deviene de lo anterior la inhibición de la Corte para adentrarse en el contenido


material de la documentación o, peor aun, para discutir el contenido de justicia
material de las decisiones del Estado extranjero, pues la conceptualización de "validez
formal" hace referencia precisamente a ello, a la "forma", es decir a lo contrapuesto a
lo esencial.

"Y es que no podría ser de otra manera, pues si se tiene en cuenta que la extradición
es un instrumento de cooperación internacional mediante el que los Estados combaten
la impunidad derivada de la mera fuga de su territorio de los infractores de sus leyes,
tal dispositivo de asistencia y solidaridad internacional parte del supuesto de la
soberanía tanto del Estado requirente como del requerido, una de cuyas
manifestaciones más clásicas es la administración de justicia, a través de la cual los
Estados a través de sus Jueces y Magistrados ejercen la soberanía al interior de su
territorio imponiendo las sanciones a que haya lugar o, en todo caso, resolviendo los
conflictos conforme a su juridicidad.

"Es en ese orden de ideas que las decisiones jurídicas de un Estado que sean
necesarias para demandar de otro Estado la extradición de una persona, son
materialmente intocables y solo pueden ser objeto de revisión formal, es decir con
prescindencia de su esencialidad, que conforme al principio de la buena fe, que es
principio de las relaciones internacionales, se presume legal y acertada" . *

2. Frente al requisito de la validez formal de la documentación como fundamento del


concepto que debe rendir la Corte, no aparece demostrada por el defensor del
requerido en extradición la razón por la que "persigue con dichas constancias
probatorias la demostración de que los Estados Unidos de América no pueden
comprometerse - y no se comprometerán -, en ausencia de tratado bilateral aplicable,
a conceder en el futuro reciprocidad en materia de extradición de sus propios
nacionales a Colombia" (folio 18 del cuaderno de la Corte, 6 del memorial de pruebas")

Probar que el país requirente, en ausencia de tratado bilateral aplicable, no puede


ofrecer en el futuro reciprocidad, no guarda ninguna relación con el tema de la validez
formal de la documentación. Ello pone de presente la inconducencia de la petición de
pruebas relacionada con ese propósito y genera el rechazó de las pruebas solicitadas
con tal motivación.

Dentro de esta actuación, en auto del pasado 19 de noviembre, reiterado el 16 de


diciembre siguiente al resolverse el recurso de reposición, se demostró que la
reciprocidad como principio del derecho internacional no está contemplado en la ley

28
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

que como fuente formal rige este especifico asunto en la que la Corte debe emitir
concepto de extradición.

Es claro, conforme a la ley colombiana** , que cuando el Legislador ha querido que el


tema sea incluido en los mecanismos de cooperación judicial internacional lo ha hecho
expresamente, de donde surge que cualquier integración mediante referencias a otros
ordenamientos no le corresponde hacerla a la autoridad judicial.

Mientras la reciprocidad no sea un principio expreso dentro del Tratado o la Ley que
rija el trámite de extradición sobre el que conceptúa la Corte, su análisis le
corresponde en Colombia al Presidente de la República como Jefe de Estado, Jefe del
Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa en cuanto se inscribe dentro de sus
facultades constitucionales de dirección de las relaciones internacionales (artículo 189-
2). En desarrollo de tal función responde administrativa, judicial y políticamente por
infracción a la ley o a la Constitución, que en materia de extradición le impone la
obligación de no extraditar si el concepto de la Corte es negativo o de obrar según las
conveniencias nacionales si fuere favorable. Esa es una razón adicional para rechazar
todas las pruebas solicitadas por el defensor en lo atinente a la validez formal de la
documentación.

3. Pruebas referentes al cumplimiento de lo previsto en los Tratados Internacionales.

Si bien es cierto el cumplimiento de lo previsto en los Tratados Públicos hace parte de


los fundamentos del concepto de extradición, tal situación es eventual, tal como lo
señala el Código de Procedimiento Penal al disponer que ello ocurre "cuando fuere el
caso". Dicha eventualidad depende de la existencia y vigencia de un Tratado
internacional sobre la materia. Sobre esa circunstancia específica del trámite de
extradición, es al Ministerio de Relaciones Exteriores al que le corresponde conceptuar
en los términos del artículo 522 del Código de Procedimiento Penal "si es del caso
proceder con sujeción a convenciones o usos internacionales o si se debe obrar de
acuerdo con las normas de este Código".

Tal redacción, a partir del Acto Legislativo No. 01 de 1997, debe adecuarse a la nueva
norma constitucional en cuanto señala que la extradición se podrá solicitar, conceder u
ofrecer de acuerdo con los Tratados Públicos y en su defecto, con la Ley.

En dicha consideración, el concepto de la Cancillería lleva implícito el análisis que esa


dependencia de la Rama Ejecutiva debió hacer de la vigencia y aplicabilidad interna de
los Tratados Públicos que eventualmente rijan la materia, para concluir cuál es el
Tratado aplicable al trámite de extradición, si fuere el caso, o en su defecto que éste
se rige por la ley.

Los Tratados internacionales están definidos en el artículo 2°, literal "a" de la


Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados del 23 de mayo de 1969,
aprobado en Colombia mediante la Ley 32 de 1985, como "un acuerdo internacional
celebrado por escrito entre Estados y regido por el derecho internacional, ya conste en
un instrumento único o en dos o más instrumentos conexos y cualquiera sea su
denominación particular".

Tales tratados se rigen por el principio fundamental del derecho internacional Pacta
Sunt Servanda, que esa misma Convención define como que "todo tratado en vigor
obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe" (artículo 26).

Como dentro de las funciones del Ministerio de Relaciones Exteriores está la de


"negociar, con la cooperación de otros organismos nacionales, si es del caso, Tratados,
Acuerdos y demás Actos Internacionales, así como hacer su seguimiento, evaluar sus
resultados y velar por su cumplimiento" (numeral 8, artículo 1, Decreto 2126 de
1992), es en ellas donde se explica la obligatoriedad de conceptuar sobre la existencia,
vigencia y aplicablidad interna de cada Tratado en particular. La definición del acto
jurídico internacional que la Corte deba tener como fuente formal del trámite judicial
que culmina con la emisión de su concepto, es una responsabilidad que se adscribe a
la Cancillería como parte de la Rama Ejecutiva en cuanto es en cabeza del Jefe de ella
que la Constitución radica la responsabilidad de dirigir las relaciones internacionales y
la extradición es un instrumento de cooperación internacional . ***

29
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

En ese orden de ideas, el concepto que rinde la Cancillería en desarrollo del artículo
522 del Código de Procedimiento Penal debe, en principio, ser respetado por la Corte
y aunque sobre el tema, en términos de la constatación de su vigencia interna, pueden
plantearse debates, ello no significa, como lo entiende el abogado defensor, que sea
objeto de prueba; al tratarse de una situación de puro derecho, su debate es de
similar estirpe. Incluso aún sin plantearse el tema, la Corte como autoridad judicial
que tienen entre otras funciones la de garantía de los derechos fundamentales, se
reserva el derecho de analizarlo y estudiarlo si ello fuere considerado necesario.

4. Pruebas referidas a la situación jurídica en Colombia del requerido en extradición.

Al respecto, la Corte señaló en reciente pronunciamiento:

"En efecto, las argumentaciones que preceden a la referida petición de pruebas,


ninguna injerencia tiene frente a los presupuestos de procedencia que le compete
examinar a la Corte a efectos de conceptuar favorable o desfavorablemente sobre la
solicitud de extradición elevada por el Gobierno de Italia, pues el hecho de que (...)
tenga cuentas pendientes con la justicia colombiana no afecta el trámite y mucho
menos determina la procedencia de dicho mecanismo internacional de persecución del
delito, ya que solo en el evento en que el concepto sea positivo y en tales términos sea
acogido por el Gobierno Nacional por intermedio del Ministerio de Justicia y del
Derecho profiriendo la resolución que concede la extradición, le corresponde al
Ejecutivo en ejercicio de la potestad que le confiere el artículo 560 del Código de
Procedimiento Penal, determinar si difiere o no la entrega de la persona al país
requirente, en los términos en que la Corte Constitucional determinó el alcance
interpretativo a dicha disposición, declarándola exequible mediante sentencia C-662
del 25 de agosto del año en curso, al precisar que, "... Mediante la norma atacada se
confiere una facultad al Ministerio de Justicia, ya no en punto de conceder o negar la
extradición solicitada - lo que regula, a falta de tratados internacionales, por otras
disposiciones de la ley - sino en lo concerniente al momento de la entrega del
extraditado, y sobre la base de que el mecanismo de Derecho Internacional ya se ha
puesto en operación, siempre que, en su criterio, deba dilatarse dicho procedimiento a
la espera de actuaciones judiciales que deban tener lugar en Colombia...", ya que, - se
afirma en el mismo fallo: "..El Gobierno, al hacer uso de la potestad contemplada en el
artículo 560 del Código de Procedimiento Penal, puede diferir la entrega del
extraditado o no hacerlo, y en este último evento - cuando nada falte por tramitar o
cumplir en Colombia, según su análisis - no tiene lugar que se siga adelantando
proceso o actuación alguna en el territorio, sino que se perfecciona la extradición,
entregando a la persona solicitada al Estado requirente...Con ello, o con la decisión
contraria el ejecutivo no interfiere indebidamente en la administración de justicia, sino
que, con base en el principio de la colaboración armónica entre las ramas del Poder
Público (art. 113C.P.) y por autorización legal no riñe con la Carta, simplemente se
limita a hacer efectiva la figura de la extradición, armonizando su aplicación con la de
las disposiciones penales colombianas cuando juzgue fundadamente que deben
agotarse aquí, previamente a la entrega, los procedimientos aplicables a quienes,
siendo solicitados por otros Estados, tengan cuentas pendientes con la justicia
colombiana". ****

_________
* Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Concepto de extradición del 10
de marzo de 1999, Radicación 14.324. Requerido Richard Franz Jeschek.

** Verbigracia el numeral 5 del artículo 534 del Código de Procedimiento Penal


(exequatur)

*** Lo que no quiere decir que en el orden interno las definiciones del Ejecutivo sobre
tales materias sean inopugnables.- El sistema jurídico colombiano prevé los
mecanismos y controles a los cuales el Ejecutivo está atado e incluso presupone que la
vigencia del Tratado en el orden interno se produce previo control de
constitucionalidad con lo cual se le purga de cualquier clase de vicio que en este
ámbito pudiere afectar el Pacto o Tratado.

**** Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, auto que niega pruebas, 5 de
octubre de 1999. Extradición, Radicación No. 15.727. Magistrado Ponente: Carlos
Augusto Galvez Argote.

30
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Extradición
FECHA : 11/04/2000
DECISION : Niega la practica de las pruebas solicitadas por la
defensa
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : ASPRILLA PEREA, JORGE ELIECER
PROCESO : 15862
PUBLICADA : Si

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LIBERTAD PROVISIONAL-Causal Quinta: Dilación injustificada de la


administración de justicia

La razón de ser de esta causal de excarcelación, se explica por sí misma. El procesado,


en cuyo favor pende la presunción de inocencia, no tiene por qué sufrir la prolongación
indeterminada de la privación de la libertad por la ineptitud, negligencia o ineficacia de
quienes tienen la misión de administrar justicia. Por eso, la ley ha elevado a la
categoría de derecho la libertad provisional, y no a simple beneficio, la circunstancia
que hubiere transcurrido seis meses desde la ejecutoria de la resolución de acusación
sin que se hubiere llevado a cabo la audiencia pública, lapso que el legislador estimó
racional para que, por lo menos, ese acto procesal se hubiere llevado a término,
superado el cual, por razones de equidad y justicia, resulta irritante toda demora,
siempre que no fuera imputable al inculpado o a su defensor.
....
No puede la Sala menos que observar que si bien la audiencia se inició el 12 de marzo
y luego el defensor en dos oportunidades solicitó el aplazamiento, uno de ellos con el
fin de atender otra audiencia pública y la otra para trasladarse a esta ciudad con el fin
de cumplir un compromiso adquirido con la Defensoría Pública, lo cierto es que sin
razón existió dilación por parte del Tribunal cuando entre una y otra citación medió
considerables espacios de tiempo (aproximadamente 30 días entre una y otra), y en
dos oportunidades aplazó por el permiso solicitado por dos Magistrados, y así
sucesivamente llegándose al extremo de que a esta parte la audiencia no ha concluido
por causas atribuibles en su mayoría a la administración de justicia, dado que resulta
inaplicable la no celebración de la audiencia por permisos concedidos a un integrante
de la Sala, cuando la diligencia perfectamente se puede llevar a cabo con los dos
Magistrados restantes.
.....
La posición que asume el Tribunal de instancia al negar la libertad provisional
solicitada carece de razón, conforme a lo anotado, dado que una buena parte del
tiempo transcurrido es atribuible a una dilación injustificada de la administración de
justicia. En ese orden de ideas negar la libertad va en contra del espíritu que animó al
legislador al promulgar la norma en comentario, que no es distinto a evitar que la
detención preventiva del imputado se prolongue innecesariamente en el tiempo
mientras dura la sustanciación del proceso.

Por lo demás, la Corte Constitucional en sentencia C-846 de 27 de octubre de 1999,


que declaró exequible el inciso segundo del artículo 415 del C. P. P., y que resulta
aplicable al caso de autos por haberse pronunciado con anterioridad a la resolución
objeto de impugnación y producir efectos erga omnes, al referirse al punto que se
viene tratando, dijo:

"...Si bien este Tribunal Constitucional considera que el precepto objeto de análisis
tiene un fundamento razonable, para evitar que en su aplicación se incurra en actos
que puedan violar las garantías y derechos fundamentales del procesado, ha de

31
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

entenderse que la iniciación de la audiencia pública, no interrumpe el término


establecido en el primer inciso del numeral 5º del artículo 415 del C.P.P. para acceder
a la libertad provisional, es decir, que una vez iniciada la audiencia , si esta no culmina
dentro del término de seis meses contados a partir de la resolución de acusación, el
procesado tendrá derecho a obtener la libertad provisional, con fundamento en la
norma citada.

"De igual forma, la exequibilidad del aparte analizado, también debe estar
condicionada al entendido de que la causal por la cual se ordena la suspensión de la
audiencia ha de ser razonable, estar plenamente justificada y el término de duración
debe ser el mínimo que las circunstancias lo ameriten.."

MAGISTRADO PONENTE: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Segunda Instancia


FECHA : 11/04/2000
DECISION : Revoca providencia del 27-01-00, concede libertad
provisional
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : ANGULO SANCHEZ, DEYSI KERIMA
DELITOS : Prevaricato por acción
PROCESO : 17011
PUBLICADA : Si

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DEFENSA TECNICA-Indagatoria: Nombramiento de una persona honorable


como defensor

El primer cargo de la demanda hace referencia a la supuesta violación del derecho de


defensa del procesado (...) por habérsele recepcionado la indagatoria con la asistencia
de un ciudadano honorable.

El único sustento de tal censura es la sentencia C-049 del 8 de febrero de 1996 de la


Corte Constitucional, por medio de la cual esa Corporación declaró inexequible el inciso
1° del artículo 148 del Código de Procedimiento Penal.

De conformidad con lo dispuesto por el artículo 45 de la Ley 270 de 1996 (Estatutaria


de la Administración de Justicia), "las sentencias que profiera la Corte Constitucional
sobre los actos sujetos a su control en los términos del artículo 241 de la Constitución
Política, tienen efectos hacia el futuro a menos que la Corte resuelva lo contrario".

En la sentencia C-049 de febrero 8 de 1996, publicada conforme lo señala el artículo


47 de la Ley Estatutaria , no se resuelve ninguna condición especial de validez de la
misma, por lo que en su alcance se aplican las reglas que establece el ordinal 1° del
artículo 48 de la Ley que se viene citando en concordancia con el 45 citado.

Siendo evidente que la sentencia C-049 de febrero 8 de 1996 produce efectos ex nunc
y erga omnes a partir de esa fecha precisamente, las situaciones jurídicas consolidadas
con anterioridad a ella y con respaldo en la norma que hasta esa fecha estaba vigente
son intocables, so pena de otorgar a una sentencia de la Corte Constitucional efectos
que ella misma no previó.

La indagatoria al procesado (...) se le recepcionó el 11 de noviembre de 1994, fecha


para la cual estaba vigente el inciso primero del artículo 148 del Código de
Procedimiento Penal que autorizaba a confiar a cualquier ciudadano honorable,
siempre que no sea servidor público, la asistencia del imputado para la indagatoria.

No hay entonces, en los términos de la censura, ninguna violación al derecho de


defensa. La omisión de la designación de un abogado para la asistencia en la
indagatoria al procesado, era para la época de esa diligencia (11-XI/94) una actuación

32
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

perfectamente legal por autorizarlo así el inciso 1° del artículo 148 del Código de
Procedimiento Penal que para esa fecha estaba vigente

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 11/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : GOMEZ MEJIA, DELMER AUGUSTO
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio
PROCESO : 12006
PUBLICADA : Si

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DEFENSA TECNICA-Indagatoria: Nombramiento de una persona honorable


como defensor/ DEFENSA TECNICA-El silencio como estrategia defensiva

1. La injurada fue recibida en el Hospital San Vicente de Paul, donde se encontraba


recluido en razón de las heridas que había sufrido (Fl. 34 ). Se entiende que en un
centro médico no se facilita la consecución de un abogado para una diligencia puntual
como es la indagatoria.

Para la fecha de la indagatoria, 5 de diciembre de 1994, era jurídico acudir a un


ciudadano honorable pues se hallaba en vigencia el contenido del artículo 148 del C.
de. P. P., que sólo fue declarado inexequible por la Corte Constitucional en sentencia
de constitucionalidad No. 049, del 8 de febrero de 1996 ( M. P. Dr. Fabio Morón Díaz ),
decisión que, obviamente, sólo rige hacia el futuro.

El artículo 148 citado habilitaba a un ciudadano honorable para ocupar el cargo de


defensor de una persona en materia de indagatoria, "...cuando no hubiere abogado
inscrito que lo asista en ella...". Esta exigencia no se refiere a la ciudad, al Municipio, a
la circunscripción ni a cualquier otra delimitación territorial, sino al lugar y al
momento en que se recibe la injurada. Si el imputado afirmó que no tenía defensor
para la diligencia y allí en el Hospital, a las 2. 15 P. M., no había ningún abogado
titulado, era posible pedir el servicio a una ciudadana honorable.

No es reprochable, entonces, que se hubiera acudido a una persona carente del título
de abogada, para que representara al sindicado en diligencia de indagatoria.

2. ... De todo lo anterior se desprende que (...) sí contó, en tiempo, con defensa
técnica frente al sumario y que ésta ha coincidido en un punto: arribar a unos de los
momentos cruciales del proceso, la calificación y la audiencia, con un soporte: el
planteamiento de la duda. Dicho de otra manera, los varios letrados que asumieron la
protección del imputado desde la oportunidad tenida antes de la calificación,
coincidieron en la estrategia defensiva, consistente en dejar las cosas como venían
para, luego, tratar de explotar la incerteza probatoria y, por esa ruta, buscar una
preclusión y una absolución con fundamento en la última parte del artículo 445 del C.
de. P. P.

33
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 11/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : GIRALDO DAVID, NORVAIRO ANTONIO
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio
PROCESO : 11624
PUBLICADA : Si

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DEFENSA TECNICA-Criterios de valoración

Una de las garantías del sindicado, que hace parte del debido proceso en concordancia
con el artículo 29 de la Constitución Nacional, es la de contar con la asistencia de un
abogado de confianza o de oficio "durante la investigación y el juzgamiento". Se trata,
en consecuencia, de la constitucionalización de la denominada defensa técnica, lo cual
significa un deber para el Estado de que el procesado siempre cuente durante el
desarrollo del proceso penal con la representación de un profesional del derecho,
encargado de velar por el respeto de sus garantías procesales a través de la utilización
de los instrumentos previstos en la ley.

Aunque en principio dicha representación profesional se refleja en actos positivos del


defensor, es decir en actividad defensiva, de acuerdo con jurisprudencia reiterada de
la Sala no en todos los casos ella necesariamente se demanda como fundamento para
considerar que la defensa técnica estuvo garantizada. Si se toma en cuenta que no
actuar puede ser la estrategia de defensa elegida por el abogado, dicha inactividad no
traduce la vulneración del derecho de defensa técnica. Establecer, sin embargo,
cuándo la falta de actividad del defensor (de confianza, de oficio o público) constituye
táctica de defensa y no abandono y violación del derecho fundamental, es una
circunstancia que surge del examen minucioso de cada caso en particular y por lo
mismo es de imposible alinderamiento en una fórmula legal o judicial.

Cabe precisar, no obstante, que si la conclusión a que se llega en el caso particular, es


que a pesar de la inactividad del profesional el mismo estuvo siempre pendiente del
desarrollo del proceso realizando actos de supervisión, lo que ello permite inferir,
aunque en principio, es la pasividad como táctica defensiva y la no vulneración del
derecho. Pero si la conclusión es, por el contrario, que el abandono del procesado fue
total por parte del defensor, sin que el funcionario judicial haya remediado la situación
llamándole la atención en ejercicio de su deber de garante de los derechos de las
partes para que el abogado cumpla con su función defensiva y obteniendo que lo haga,
o procediendo a reemplazarlo si persiste en el incumplimiento de su papel, la
transgresión del derecho es manifiesta y no queda otra solución que acudir al
mecanismo de la nulidad procesal.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 11/04/2000
DECISION : Si casa, declara nulidad apartir del cierre de
investigación, concede libertad provisiona
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : MATEUS AMAYA, DANIEL
DELITOS : Porte ilegal de armas, Homicidio
PROCESO : 11696
PUBLICADA : Si
Salvamento de Voto Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO
Salvamento de Voto Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

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NULIDAD-Técnica en casación/ PRUEBA-Negativa: Cuándo configura motivo


de nulidad/ FISCALIA GENERAL DE LA NACION-Competencia nacional de
los fiscales delegados/ REPARTO-La ausencia de constancia no genera
nulidad/ PRUEBA-Los vicios propios no se comunican a la actuación procesal/
CASACION-Ilegalidad de la prueba

1. En reciente oportunidad, destacando una vez más las características que como
motivo para impugnar por vía de la casación un fallo tiene la causal tercera del artículo
220 del Código de Procedimiento Penal, con ponencia de quien igual cometido cumple
ahora, la Sala precisó:

"Es la de nulidad, como bien se sabe, una causal independiente para impugnar en
casación las sentencias de segunda instancia, lo que de suyo indica que no se trata de
un mecanismo de libre formulación, pues al igual que los demás motivos señalados en
forma taxativa en la ley, ella está revestida de aquellas exigencias que dada su
naturaleza y caracerísticas le son propias y que básicamente dicen relación al
contenido sustentatorio por cuanto debe claramente señalarse si la irritualidad
demandada proviene de la falta de competencia de los funcionarios judiciales, el
desconocimiento de las formas propias del juicio o la violación del derecho de defensa,
pes en razón de la especificidad que las enmarca trátase de circunstancias que de
concurrir imponen demostrar la real afectación de los derechos de los distintos sujetos
intervinientes en el proceso penal.

"Por consiguiente, como insistentemente se ha reiterado, no solo son predicables de


los vicios in iudicando las exigencias de orden técnico en la impugnación
extraordinaria, sino que ellas también se afirman con igual rigor de los defectos in
procedendo de que se acusa la sentencia y específicamente tratándose de estos
últimos, no basta con que se advierta la concurrencia de desarreglos dentro del
trámite procesal para que por ese sólo motivo sea atendible un reparo de nulidad, o
que cualquier alteración en el trámite de un proceso conduzca inexorablemente a su
invalidación, de donde tomando en cuenta este criterio, decantado por la doctrina y la
jurisprudencia desde antiguo, el actual Estatuto Procesal Penal ha dedicado una norma
a destacar aquellos principios orientadores de las nulidades y su convalidación,
mereciendo especial relievancia entre estos el comprendido en el numeral segundo del
artículo 308, de conformidad con el cual "Quien alegue la nulidad debe demostrar que
la irregularidad sustancial, afecta garantías de los sujetos procesales, o descononoce
las bases fundamentales de la instrucción y el juzgamiento", esto es, el de
trascendencia que de suyo implica desechar una posible nulidad del proceso en
exclusivo interés de la ley, de donde debe repudiarse cualquier pretensión invalidatoria
mientras no conlleve a una real afectación de las garantías procesales y

35
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

consiguientemente que redunde en un verdadero perjuicio para los sujetos


intervinientes en el trámite penal" (Cas.11.504 del 15 de diciembre de 1.999).

Estos supuestos, de los que en forma constante e insistente se ocupa la


jurisprudencia, tienden básicamente a procurar que se tome entendimiento sobre el
hecho de que el ejercicio de la impugnación extraordinaria también dentro de los
linderos de la causal de nulidad, no puede pretextarse para provocar en forma más o
menos caprichosa el acceso del proceso a la Corte y obtener así, a la manera de una
tercera instancia, un nuevo pronunciamiento, independientemente de que los motivos
aducidos para fundar las afirmadas irregularidades sustanciales que darían al traste
con el proceso, carezcan de una real dimensión y significación como para admitir que
se han socavado las bases fundamentales de juzgamiento o el derecho a ejercer una
plena y bien garantizada defensa./

2. Al ocuparse la jurisprudencia sobre este tema, también ha sentado una posición


clara en el sentido que la negativa a practicar pruebas eventualmente puede conllevar
la vulneración del derecho a la defensa, pero para que esto suceda no es suficiente esa
objetiva constatación, sino que dicha consecuencia sólo puede darse en tanto la misma
implique el desconocimiento del principio de investigación integral, razón de más para
reiterar que no todas las pruebas solicitadas por los sujetos procesales a cuya práctica
no accede el fallador, conduce al mismo nocivo efecto, pues la obligación del Estado
está en averiguar la verdad de los hechos y verificar en tal medida aquellas
circunstancias en favor y en contra del sindicado, mediante el acopio de aquellos
elementos cuya naturaleza sustancial por excluir o atenuar la responsabilidad del
procesado, se hacen necesarios en orden a mantener incólume la garantía del
contradictorio en el proceso penal./

3. Es bien sabido que dada la estructura orgánica de la Fiscalía General de la Nación,


las Unidades de Fiscalía tienen competencia nacional, conforme lo dispone el artículo
17 del Decreto 2699 del 30 de noviembre de 1.991, sin que en consecuencia pueda
afirmarse la nulidad del proceso, sobre la base del conocimiento que un Fiscal tenga
de un asunto dentro de esta conformación funcional que tiene este ente acusador.

La objeción que a la actuación procesal hace el actor, específicamente referido al


trámite administrativo que debió mediar para que el expediente hubiese pasado de la
Fiscalía 19 Seccional cuando promediaba la etapa preliminar (fl. 38 c.o.), al
conocimiento de la Fiscalía 88 y luego a la Fiscalía 5 (fl.189 c.o.), resulta meramente
formal y por ende insustancial, ya que al folio 38 obra oficio No.597 del 11 de abril de
1.994, mediante el cual la citada primera autoridad que conoció de los hechos, remite
el asunto a la Oficina de Asignaciones de la Dirección Seccional de Fiscalía,
dependencia que lo recibe en la misma fecha acorde con el sello que aparece impreso.

Es verdad que enseguida no obra constancia de haberse realizado la respectiva


asignación, circunstancia que como es apenas natural entender en nada altera el
hecho de que el expediente haya efectivamente correspondido al Fiscal 88 Delegado,
quien como ya se advirtió asumió el conocimiento de inmediato gozando de plena
competencia para ello y como resultado, así debe lógicamente colegirse, del acto
administrativo que radicó en él este proceso para su perfeccionamiento, sin que desde
luego la ausencia de un certificado en dicho sentido pueda alterar el debido proceso
como con extremo apresuramiento y por ende de manera injustificada, lo sostiene el
actor.

4. Si el vicio sustancial con capacidad para afectar la validez del proceso penal es
predicable de aquellas actuaciones irregularmente adelantadas por socavar su
estructura o por constituir manifiesto atentado al derecho de defensa, incompatible
con tales fundamentos resulta predicar nulidad, si el alegato pretende demostrar que
algunas de las pruebas fundamento de la condena, se practicaron o acopiaron al
expediente pretermitiendo los ritos inherentes a su naturaleza y que de manera
inequívoca ha señalado la ley, toda vez que, en estos casos, el vicio que es propio de
la prueba no tiene ninguna aptitud para comunicar sus dañinos efectos a la actuación
cumplida, sino que, a lo sumo, podría eventualmente dejar sin efecto el elemento
probatorio mismo, generándose en relación con éste un fenómeno de inexistencia a la
hora de valorarse dentro del mancomunado análisis que le corresponde realizar al
juez.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Por tanto, resulta ciertamente inconciliable una tal proposición, pues, se insiste, la
nulidad afecta una específica actuación del proceso o la propia sentencia, en tanto que
la ilegalidad en la producción o incorporación de una prueba sólamente atañe a ella
misma, de donde lo primero, como ya se dijo, debe atacarse en casación por la causal
tercera, en tanto que esto último corresponde dilucidarse por la primera, esto es, por
violación indirecta de la ley sustancial, error de derecho por falso juicio de legalidad,
de ahí que la entremezcla que de una y otra hace el demandante, configure una
mixtura notablemente antitécnica que inhibe en atención al principio de limitación
cualquier pronunciamiento diverso de la Sala.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 11/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : LOPEZ RUIZ, WILLIAM
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio
PROCESO : 12271
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CASACION-Unidad procesal: Técnica para alegar su vulneración/


CONEXIDAD-Elementos/ CASACION-Ilegalidad de la prueba/ NULIDAD-
Interés: La situación irregular que de manera independiente afecta a un
procesado no se comunica a los demás

1. Primer cargo. Si bien esta censura se basa en el supuesto de que no procedía la


investigación conjunta de la totalidad de homicidios cometidos en la zona de "El
Cartucho", es lo cierto que un planteamiento de la especie requería la demostración de
que tal actuación constituye una irregularidad sustancial, con incidencia en detrimento
de la garantía fundamental del debido proceso, por lo cual el fallo proferido en un
trámite así formado no podía considerarse legal, haciéndose por consiguiente
necesaria la declaración de nulidad del proceso en sede de casación.

Pero el censor, a diferencia de ocuparse de esta demostración, paradójicamente a


partir de la aceptación de que el sentenciador si tuvo en cuenta un factor de conexidad
para investigar conjuntamente todos los homicidios, enderezó su argumentación a la
censura de dicho criterio, considerándolo como un despropósito de la administración
de justicia, ejercicio a través del cual muestra a las claras su insatisfacción por la
fuente que unificó las averiguaciones en un solo proceso, dejando en el olvido que su
papel debía consistir en definir la irregularidad, comprobarla cabalmente y dejar así
establecido que el debido proceso había sido trastocado tan gravemente que no había
remedio distinto a la invalidación del trámite.

2. Como en repetidas ocasiones lo ha dicho esta Sala, la conexidad que impone la


investigación bajo una sola cuerda entraña la configuración de un concurso de hechos
punibles, esto es, la pluralidad de conductas estrechamente relacionadas entre sí por
vínculos que pueden ser ideológicos, consecuenciales u ocasionales (sentencias de
casación del 4 de febrero y 11 de agosto de 1999. M.P. Fernando Arboleda Ripoll,
entre otras).

3. Aparte de que, frente a la orden general de pruebas dispuesta en la resolución de


apertura de instrucción, la falta del mandato específico para la práctica de un
testimonio en el sumario no constituye ninguna irritualidad, como tampoco la no
exhibición de la cédula de ciudadanía antes de la declaración jurada, porque de ser ello
así quienes carecieran de este documento no estarían habilitados para rendir

37
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

testimonio; lo cierto es que un tal reproche debe formularse al amparo de la causal


primera, por violación indirecta de la ley sustancial, demostrando el censor un error de
derecho (falso juicio de legalidad) en la incorporación de tales deponencias al proceso,
porque si la prueba no es un fin en si misma sino un medio regulado por la ley
destinado a ser apreciado en una determinada decisión judicial, en caso de poderse
alegar seriamente una anomalía en su formación, validez o eficacia, la irregularidad
trascendente sólo sería completa cuando el medio se estima por el funcionario como
fundamento de la respectiva determinación.

Así pues, como en tal supuesto el vicio sería in iudicando y no in procedendo, además
de demostrar el yerro es carga para el censor acreditar que sin los medios de prueba
que se duelen del mismo, la condena quedaría sin soporte. Es por ello que si llega a
prosperar la censura, la medida a tomar por el juez de casación no es la nulidad sino el
fallo absolutorio de sustitución.

No es mejor la suerte de este cargo cuando el censor aborda el punto con el cual
busca reportar beneficios de una situación que siendo irregular de manera
independiente afectó la suerte de los otros procesados vinculados en calidad de
cómplices y remedió con nulidad parcial la primera instancia.

En efecto, en el caso particular del impugnante en casación es un hecho cierto que


siempre contó con adecuada defensa técnica, motivo por el cual no puede el censor
construir tesis como la de que si en relación con los demás procesados se consideró
que por carecer de abogados defensores estuvieron en imposibilidad de ejercer la
contradicción sobre las pruebas reputadas válidas a pesar de la anulación del trámite
respecto de éstos, tal falencia es también predicable de (...).

Es apenas lógico considerar que si desde su vinculación con injurada el sentenciado


contó con adecuadas defensa técnica y material durante todo el proceso, las
contingencias con los defensores de sus compañeros de sindicación como los defectos
en las relaciones jurídico procesales de éstos no se le comunican ni afectan las
garantías de las cuales él libérrimamente dispuso.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 11/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : RODRIGUEZ RANGEL, RICARDO
PROCESADO : DIAZ PEREZ, ELVIS
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio agravado
PROCESO : 13428
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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TERMINACION ANTICIPADA-Interés para recurrir-Irretractibilidad/


NULIDAD-Técnica en casación

1. Como lo ha dicho y reiterado la Corte, la aceptación voluntaria de responsabilidad


con miras al proferimiento de sentencia anticipada se rige por el principio de
irretractabilidad, que implica para el procesado y para su defensa técnica la renuncia a
controvertir la prueba y el contenido de la acusación, excepto cuando se recurre sobre
la dosificación de la pena, la condena de ejecución condicional, la extinción del dominio
sobre bienes y, para la época de los hechos, en vigencia de la ley 81 de 1993, cuando
también se hacía en relación con la condena para el pago de perjuicios.

La Corte también tiene claro que si bien el artículo 37B-4 del C. de. P. P.
gramaticalmente apunta al recurso de apelación, debido al mismo interés, a la lógica y

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

a la razón de ser de los recursos, las restricciones previstas para la alzada tienen que
ser atendidas para efectos de la casación.

Es fácilmente perceptible, entonces, que salvo las excepciones indicadas, en todo otro
caso la defensa carece de la posibilidad de recurrir en casación.

Igualmente se sabe que cuando se invoca la violación de garantías fundamentales con


el anhelo de la casación, no es suficiente su planteamiento para soslayar la exigencia
del interés. Para disipar el pretexto de la simple retractación, es menester demostrar,
probar, la efectiva lesión de tales garantías, es decir, el resquebrajamiento de los
derechos con actitudes maliciosas o sinceramente negligentes y con asalto de la
lealtad que debe acompañar el trámite de todo proceso.

De lo anterior resulta que si el planteamiento de nulidad por presunta violación de


garantías fundamentales obra como desvío para introducir en la Justicia el retraimiento
de un cargo libremente aceptado por el procesado o acordado con la Fiscalía, la
ausencia de interés para recurrir emerge manifiesta. Por ello la Sala ha resaltado que
el interés para recurrir una sentencia de terminación anticipada del proceso no puede
derivarse de la causal invocada o simplemente del énfasis de la defensa alusivo a que
se ha conculcado una garantía fundamental. Es siempre necesario, afirma la Corte,
escudriñar la orientación o propósito perseguido con el cargo, y si se establece que el
mismo no es más que la búsqueda de rectificación de lo aceptado o acordado, la
ausencia de interés se erige como consecuencia (Cfr., por ejemplo, casaciones del
11 de agosto de 1999, M. P. Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote, y del 26 de octubre
de 1999, M.P. Dr. Carlos Eduardo Mejía Escobar ).
....
2. Téngase en cuenta que la elaboración del cargo no cumple con los requisitos
mínimos exigidos para la formulación de la causal aducida. Así, por ejemplo, no
determina precisa y claramente si se trata de violación al principio del contradictorio,
al derecho de defensa o al debido proceso. Si bien menciona los tres fenómenos en su
escrito, no concreta la clase de nulidad que invoca; por lo anterior, no puede mostrar
los fundamentos de la pretensión y menos si esboza triple vulneración y no la organiza
en el orden que estima deban ser analizadas; no determina de qué manera las
irregularidades que menciona han repercutido en la afectación del trámite surtido que
culminó con la expedición de la sentencia impugnada; no demuestra por qué la falla
que invoca tiene virtualidad para invalidar la sentencia por ruptura de la estructura del
rito o por desconocimiento de garantías y derechos fundamentales; y no dice desde
qué momento se pide la declaración de nulidad, indicando los motivos por los cuales se
alude a tal instante, con lo cual olvida y deja al azar sus propias afirmaciones en
cuanto apuntan indiscriminadamente al contradictorio, a la defensa, al debido proceso,
a las normas sobre recepción de la indagatoria, a las reglas sobre unidad procesal, y a
las disposiciones sobre conexidad.

3.El demandante ahora pide la nulidad de lo actuado porque no se designó perito que
hiciera el avalúo de los da-ños y perjuicios, prueba que solicitó a la Fiscalía durante la
investigación y, luego, en concreto, en el Juzgado Penal del Circuito, antes de que
fuera dictada la sentencia prematura. Agrega que requería esa prueba para buscar la
libertad provisional y la rebaja de pena que prevé el artículo 374 del C. P., y que como
no fue ordenada, se violó el debido proceso.

Claro es, entonces, que su censura no se dirige contra la "condenación en perjuicios"


hecha en 1a. y 2a. instancias, por ejemplo para que fuera reducida la cuantía o para
que no se hiciera por ausencia de daño, sino contra la omisión de los Funcionarios
consistente en no disponer la práctica de la prueba pericial, diligencia que perseguía,
con sus propias palabras, para efectos de excarcelación y de reducción de pena. La
carencia de interés para recurrir en casación es, pues, fácilmente perceptible.

Como se sabe, y así lo señaló el Tribunal, las "terminaciones anticipadas del proceso"
pueden generar de alguna manera aislamiento de la totalidad de los derechos del
procesado, entre ellos disminución de la presunción de inocencia, reducción del
contradictorio, la no autoincriminación, la posibilidad de impetrar y de practicar más
pruebas, etc. Pero ello se hace sobre la base del asentimiento, conformidad o acuerdo
a que llegan el procesado y su defensor con la Justicia, con lo cual aceptan la situación
a cambio del logro de beneficios.
....

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Como se desprende de la reseña, si bien el defensor solicitó la prueba pericial,


jurídicamente se le respondió por la Fiscalía y, al no impugnar la decisión, se allanó al
mandato, allanamiento que ratificó con la petición de sentencia anticipada que hiciera
su defendido, a la cual no se opuso, y con su presencia y admisión en la diligencia en
que fueron formulados y aceptados los cargos, amén de que no solamente no asistió a
la declaración que estimó los perjuicios, sino que tampoco hizo reparos a la misma, en
el momento en que era necesario y prudente. Si ello fue así, no le asistía ningún
interés para luego irse en contra de todo aquello que había acogido.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 11/04/2000
DECISION : Desestima la demanda presentada
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : ARISTIZABAL ESCOBAR, CARLOS AUGUSTO
PROCESADO : GARZON, FRANKY GIOVANNI
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte ilegal de armas
de defensa personal
PROCESO : 11182
PUBLICADA : Si

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CASACION-Error en la calificación jurídica: Técnica

La vía de ataque elegida en la primera parte del cargo, no fue la acertada. Si se


adecuó indebidamente la conducta al tipo penal de concusión, cuando ha debido
hacerse al de hurto agravado, la causal que ha debido invocarse es la 3ª del artículo
220 del Código de Procedimiento Penal, porque a diferencia de la primera (que implica
que la Corte dicte sentencia de reemplazo cuando procede), ella permite retrotraer la
actuación hasta la fase pertinente para calificar nuevamente y en forma correcta el
mérito del sumario. Y era la misma causal de nulidad la que debía haber apoyado el
ataque, así el error se planteara con fundamento en equivocaciones en la apreciación
de los medios de prueba. Sólo que en este último caso, como lo tiene definido la
Corte, los fundamentos de la nulidad deben corresponder a los de la violación indirecta
de la ley.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
FECHA : 13/04/2000
DECISION : Inadmite la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : DAVILA RESTREPO, ALVARO
DELITOS : Concusión, Receptación
PROCESO : 15057
PUBLICADA : Si

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COMPETENCIA/USO DE DOCUMENTO PUBLICO FALSO-Tipo penal


autónomo-Se consuma en el lugar donde se le hace servir relevantemente

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

En esencia no existe en la práctica ningún conflicto que resolver, pues el Juez Penal del
Circuito de Sahagún reconoce que de la posible ocurrencia del delito de uso de
documento público falso, la competencia le "correspondería por el factor territorial sin
duda alguna a esta instancia judicial por razones obvias y lógicas (...)" (folio 3,
cuaderno de ese Juzgado).

Siendo ello así, causa perplejidad que el señor Juez Penal del Circuito de Sahagún
pretenda establecer el adelantamiento de un proceso por el punible de Falsedad
Material de Particular en Documento Público como prerequisito de la investigación por
el Uso del Documento Público Falso, dejando implícito además que solo en presencia
de una decisión judicial definitiva de aquel habría lugar a la persecución de éste.

La importancia de la fe pública como bien jurídico social hace imperioso que la


protección de los documentos que la expresan sea lo más integral posible, penando no
solo su mera producción espuria, sino también su mero uso, como tipo penal
autónomo, única manera de proteger el tráfico jurídico que garantiza las relaciones
sociales.

La redacción del inciso 1° del artículo 222 del Código Penal no deja lugar a dudas
sobre la autonomía del tipo, frente a cuya claridad literal resulta exótica la tesis del
señor Juez Penal del Circuito de Sahagún.
....
El delito de falsedad por uso de documento público falso se consuma en el lugar en
donde se le hace servir relevantemente, que tal cosa ocurrió en Sahagún por ser allí
donde se hizo valer el acta de remate para la matriculación de la camioneta Toyota a
la que se le adjudicaron las placas (...), y que por esa hipótesis delictiva
exclusivamente se formuló la acusación, no queda ninguna duda de la competencia del
señor Juez Penal del Circuito de Sahagún para conocer del presente proceso, por lo
que el conflicto se dirimirá asignándole a él la competencia que inicialmente rechazó.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 13/04/2000
DECISION : Declara el conocimiento del Juez Penal de
Sahagún -Córdoba
JUZGADOS COLISIONANTES : Juzgado Penal del Circuito de Sahagún-Córdoba
: Juzgado 1 Penal del Circuito de Barranquilla
PROCESADO : BARRETO BARRETO, REINALDO
DELITOS : Uso de documento público falso
PROCESO : 16794
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA-Ejecución de sentencia proferida por juzgado


regional

No hay, entre los despachos colisionantes, discrepancia alguna acerca de que el


punible imputado es el previsto en el artículo 2º del Decreto 3.664 de 1.986, luego
tampoco la puede haber en relación con que el competente para conocer de ese hecho
era la justicia Regional hasta julio 1º de 1.999 y, a partir de allí, el Juez Penal del
Circuito Especializado por así preverlo el artículo 5º de la Ley 504 del año en mención,
por manera que en modo alguno atañe, dado el factor objetivo, a los Jueces Penales
del Circuito no especializados su conocimiento en ninguna de sus etapas.

Ahora bien, si tal es el entendimiento legal de ese orden de facultades, es obvio que el
mismo no puede resultar modificado por normas de inferior jerarquía ni por órganos
carentes de atribuciones a dicho respecto, sin embargo nada de lo cual es posible
relevarse en este asunto porque la comprensión que se dio al Acuerdo 519 de 1.999,
emanado del Consejo Superior de la Judicatura, devino equivocada.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

En efecto, es posible afirmarse que en principio los Acuerdos 508, 519 y 530 tuvieron
por fin implementar el traslado de los procesos provenientes de los 17 Juzgados
Regionales transformados por virtud del Acuerdo No. 453 de marzo 2 de 1.999, pero
igualmente es factible sostener que ante el trámite legislativo que en ese momento se
surtía frente al desmonte de la Justicia Regional, tales acuerdos, a partir del 519,
pretendieron adecuarse anticipadamente a la reforma que se avecinaba, de modo que,
coherente con su iniciativa legislativa, el Consejo Superior sólo preveía la existencia de
Juzgados Penales del Circuito; sin embargo, el Congreso finalmente adoptó normas
diferentes a las que suponían los citados acuerdos, creando así los Jueces Penales del
Circuito Especializados, de modo que las dictadas por el Consejo, antes de entrar en
vigencia la Ley 504, no se avenían a ésta.

En ese orden, algunos despachos, como el Especializado de Montería, resultaron


aplicando literalmente, y sin tener en cuenta el exacto contexto dentro del cual fueron
dictadas, las prescripciones contenidas en los pluricitados acuerdos, con el agravante
de que, omitiendo el seguimiento de su evolución, terminaron por aplicar un precepto
derogado o modificado.

Es cierto que el parágrafo del artículo 1º del Acuerdo 519 de 1.999 disponía que "en el
evento en que no existan juzgados de ejecución de penas y medidas de seguridad…,
los procesos serán asumidos por el juez penal del circuito con sede o competencia
territorial en el lugar donde se dictó la sentencia…", pero también es innegable que
esta disposición, además de ser emitida en el contexto reseñado, fue posteriormente
modificada mediante Acuerdo 567 de agosto 20 de 1.999 según el cual "cuando no
existan juzgados de ejecución de Penas y Medidas de Seguridad con sede o
competencia territorial donde se ejecuta la sentencia y ésta fué proferida por jueces de
la extinta justicia regional, las funciones de ejecución de la sentencia serán encargadas
a los jueces penales del circuito especializados del lugar donde se dictó la sentencia…",
es decir que, adecuándose, ahora sí, a la Ley 504, el competente para ejecutar la
sentencia dictada por un juez regional respecto de alguno de los delitos previstos en el
artículo 5º de la referida Ley es el Penal del Circuito Especializado, siempre y cuando
en el lugar en que se encuentre recluido el condenado no exista juez de Ejecución de
Penas y Medidas de Seguridad.

En este asunto, aunque la sentencia fue dictada en mayo 19 de 1.999 por un Juez
Regional de Medellín, para el momento en que entró a regir la Ley 504 todavía se
encontraba en fase de notificación, luego aún inconcluso el juicio la nueva
normatividad obligaba su remisión al competente por los factores objetivo y territorial,
esto es el Juez Penal del Circuito Especializado de Montería quien entendiendo
cabalmente la situación asumió su conocimiento hasta que el fallo cobró ejecutoria en
septiembre 21 de esa anualidad.

A partir de dicho momento la competencia correspondería a un Juzgado de Ejecución


de Penas con jurisdicción en el lugar de reclusión del sentenciado, pero aunque
mediante Acuerdo 548 de 1.999, se creó, entre otros, el Circuito Penitenciario y
Carcelario de Montería, es claro que a la fecha no se ha implementado su
funcionamiento, por ende en aplicación del artículo 15 transitorio del Decreto 2.700 de
1.991 y del referido Acuerdo 567 tal labor le corresponde al Juez Penal del Circuito
Especializado de la capital de Córdoba, a donde se remitirán las diligencias.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 13/04/2000
DECISION : Asigna la comptetencia al Juzgado P.E.C. de
Montería
JUZGADOS COLISIONANTES : Juzgado P. C. E. de Montería, Juzgado 26 P. C. de
Medellín
PROCESADO : URBANES VELASQUEZ, MANUEL DARIO
DELITOS : Violación al Decreto 3664/86
PROCESO : 16745
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

DEMANDA DE CASACION-Requisitos/ CASACION-Indemnización de


perjuicios: Interés por razón de la cuantía

1. Cualquiera que sea la causal invocada, la demanda de casación no es de libre


elaboración porque debe cumplir con los requisitos establecidos por el artículo 225 del
Código de Procedimiento Penal, como citar las normas que se consideren infringidas,
determinar la clase de quebrantamiento, indicar los fundamentos completos con
claridad, precisión y lógica, en armonía con la naturaleza del vicio reprochado, además
de demostrar la trascendencia del yerro en la decisión.

2. En cuanto al tercer cargo, aun cuando en principio pudiera aparecer cumplido el


requisito de la cuantía para impugnar, asumiendo que el valor de los 3.500 gramos oro
que por indemnización de los perjuicios materiales se impuso al sindicado, para la
fecha de la sentencia ascendía a $40.524.820 y en el año 1998 se exigía una
resolución desfavorable al recurrente no inferior a $38.416.000, según los artículos
221 del Código de Procedimiento Penal, 366 del Código de Procedimiento Civil y 2° y
3° del decreto 522 de 1988, se observa que el libelista no sigue los lineamientos de la
casación, al sólo manifestar someramente su inconformidad con la condena a la
indemnización de los perjuicios materiales pero, al igual que en el reproche anterior,
no especifica ni fundamenta los errores de hecho que anuncia.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Auto Casación
FECHA : 13/04/2000
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Manizales
PROCESADO : RIVERA PINILLA, QUINTILIANO
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 14599
PUBLICADA : Si

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CASACION DISCRECIONAL-Sustentación

Es constante y reiterada la doctrina de la Sala en recordar que cuando en el inciso in


fine del artículo 218 del Código de Procedimiento Penal, se reguló la casación
discrecional como un mecanismo excepcional para impugnar las sentencias que en
principio no podían ser objeto de este extraordinario instrumento de confrontación de
la legalidad de los fallos en su tradicional modalidad, lo hizo bajo el supuesto de que
dicha alternativa sólo era viable en dos genéricas hipótesis, esto es, con miras al
desarrollo de la jurisprudencia o la garantía de los derechos fundamentales de los
sujetos procesales.

De ahí que, inexorablemente quien acude a la casación en esta especial y exceptiva


posibilidad, además de reunir los demás requisitos exigidos por la ley para la casación
común, deba precisar con absoluta claridad las razones fundantes que justifican la
viabilidad de esta impugnación, esto es, identificar en forma clara los motivos por los
cuales resulta particularmente necesario un pronunciamiento de la Corte para el
desarrollo jurisprudencial o la garantía de los derechos fundamentales.

Forzoso entonces surge, que quien aduce la casación en su modalidad discrecional


sustente, así sea de manera breve y sintética, el objeto de su inconformidad y las

43
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

razones jurídicas que le confieren la condición de fundamento para impetrar la


admisión de esta excepcional vía de ataque a la legalidad de una sentencia.

Exigencia que en este caso se hace más apremiante, si se tiene en cuenta que ha sido
el representante del Ministerio Público ante el Tribunal Superior Militar quien ha
propuesto la casación, pues no obstante intervenir en el proceso en dicha condición,
omitió precisar estando compelido a ello, en forma clara e indubitable sus
fundamentos, circunstancia que conduce a la Sala a inadmitir la impugnación.

MAGISTRADO PONENTE: : Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Casación Discrecional
FECHA : 13/04/2000
DECISION : Declara inadmisible el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior Militar
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : LEAL BARRIENTOS, JULIO CESAR
PROCESADO : VASQUEZ VELEZ, JHON
PROCESO : 16340
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA-Ley 504 de 1999

Existiendo entre las corporaciones colisionantes consenso acerca de que el hecho


imputado a (…) se encuentra dentro de aquellos cuyo conocimiento la Ley 504 de
1.999, en su artículo 5º, atribuyó a los Jueces Penales del Circuito Especializados, pues
ciertamente la inopinada tesis del juez de dicha categoría con sede en Manizales
resulta equivocada toda vez que el legislador al referirse al punible de "fabricación y
tráfico de armas de fuego y municiones de uso privativo de las fuerzas armadas",
según su denominación legal, no implicó con eso la exclusión de las conductas no
expresadas literalmente en ella, el conflicto se restringe a la determinación del
funcionario ad quem, que habrá de decidir sobre el recurso de apelación interpuesto
contra la sentencia dictada por un juez regional, frente a la nueva normatividad
contenida en la citada ley.

En búsqueda de tal propósito es evidente que el legislador estableció un régimen de


transición condicionado a la creación, por ley estatutaria, del Tribunal Superior
Nacional previsto como ente que en segunda instancia habrá de definir los asuntos del
conocimiento de los Juzgados Penales del Circuito Especializados (Artículo 43 de la
ley). Mientras ello sucede, o en caso de que la referida Corporación no se haga
realidad, la competencia en esa instancia, según lo indica el artículo 4º de la Ley 504,
corresponde a las Salas Penales de decisión de los Tribunales Superiores de Distrito,
con exclusión de todos aquellos procesos que por delitos relacionados en el artículo 5º
tuviera el extinto Tribunal Nacional a julio 1º de 1.999, los cuales serán resueltos por
la Sala de Descongestión que, por término de hasta un año, se creó y adscribió en la
Sala Penal del Tribunal Superior de Santafé de Bogotá.

Por tanto, no es la fecha de comisión del delito, como erradamente lo señala el


Tribunal de Manizales, el criterio diferenciador en la distribución de facultades que hizo
el legislador ante el desmonte de la denominada justicia regional, sino que, atendiendo
la naturaleza de los entes de descongestión, el factor determinante se radica en la
fecha en que el desaparecido tribunal hubiere recibido el proceso, de modo que si lo
hizo hasta el 1º de julio de 1.999 la definición será de su resorte, pero si lo hizo luego
de tal data la solución atañe a la Sala Penal de Decisión del Tribunal Superior que
resultare competente según el elemento territorial.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 13/04/2000
DECISION : Asigna conocimiento al Tribunal Superior de
Manizales
TRIBUNALES COLISIONANTES : Tribunal Superior de Manizales
: Tribunal Superior de Santafé de Bogotá
PROCESADO : MAYA PIEDRAHITA, JORGE ELIECER
DELITOS : Violaciòn al Decreto 3664/86
PROCESO : 16860
PUBLICADA : Si

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CAMBIO DE RADICACION-Amenazas contra familiares del procesado/


CAMBIO DE RADICACION-No existe período probatorio

La simple denuncia acompañada de un escrito que contiene amenazas contra la vida


de la esposa e hijos del procesado, no se constituye en hecho que afecte la seguridad
o integridad del enjuiciado precisamente porque, si esa es la evidencia, ella corrobora
que la víctima directa no es (...) y por consiguiente que el cambio de radicación
deviene improcedente e intrascendente, cuando el sujeto de las amenazas no es parte
en el proceso.

Pero además de no acreditarse la causal invocada, lo cual era obligación del


peticionario en términos del artículo 85 del Código de Procedimiento Penal, es claro,
por lo mismo, que tal omisión no puede obviarse en el trámite del cambio de
radicación a través de solicitud de pruebas toda vez que no existe en el mismo un
período probatorio, es decir, no hay lugar a ordenarlas, ni practicarlas oficiosamente o
por solicitud de parte, ellas deben ser presentadas con la petición si se aspira a que
ésta sea acogida; de lo contrario, como sucede en este evento, la pretensión no está
llamada a prosperar.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Cambio de Radicación
FECHA : 13/04/2000
DECISION : No accede al canbio de radicación
PROCEDENCIA : Juzgado 4 Penal del Circuito
CIUDAD : Tunja
PROCESADO : RINCON ALBARRACIN, OSCAR ANTONIO
DELITOS : Falsedad, Celebración indebida de contratos,
Peculado
PROCESO : 16826
PUBLICADA : Si

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APELACION-Decisiones con efectos mixtos/INDAGATORIA-Finalidad-


Interrogatorio/ CONGRUENCIA-Está referida a la correspondencia entre

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

acusación y sentencia/ AUDIENCIA PUBLICA-Naturaleza unitaria y compleja


del acto

1. Se advierte, en primer lugar, la naturaleza mixta de la decisión objeto de alzada, en


cuanto si bien se adoptan decisiones susceptibles de impugnarse en apelación, para la
concesión del recurso respecto de ellas la normatividad procesal tiene previstos efectos
distintos para el proceso.

De una parte, de conformidad con el artículo 204 literal a), ordinal 2., del Código de
Procedimiento Penal, el auto mediante el que se decreta la nulidad en la etapa del
juicio, es apelable en el efecto suspensivo, que establece que "la competencia del
inferior se suspenderá desde cuando se profiera la providencia que lo conceda, hasta
cuando regrese el cuaderno al despacho de origen" (art. 203-1 ejusdem). Dado que la
legislación no prevé el efecto en que debe concederse la apelación del proveído que se
dicte en sentido contrario, esto es el que niegue la invalidación de lo actuado, ha de
acudirse a lo establecido a manera de cláusula residual en el ordenamiento, según la
cual cuando la ley no lo señale de modo expreso, el aplicable es el efecto devolutivo
(art. 204 - c del estatuto procesal), "caso en el cual no se suspenderá el cumplimiento
de la providencia apelada ni el curso de la actuación procesal" (art. 230-3 Ib.).

De otra, la providencia que deniegue la admisión o práctica de alguna prueba


oportunamente solicitada (art. 204 b) 1. del C. de P. P.), es apelable en el efecto
diferido, "en cuyo caso se suspenderá el cumplimiento de la providencia apelada
excepto en lo relativo a la libertad de las personas, pero continuará el curso de la
actuación procesal ante el inferior en aquello que no dependa necesariamente de ella".

De la sistemática procesal se establece la necesidad práctica de conservar la


continuidad del trámite, y sólo por excepción paralizarlo a la espera que el superior
decida el recurso interpuesto, pues la enumeración -aunque no taxativa- de las
providencias apelables en los efectos suspensivo y devolutivo, indica los casos en que
debe procederse de una u otra manera, y solo cuando la normatividad no prevea otra
cosa, es el efecto devolutivo el procedente. Ello no significa, desde luego, dejar de
reconocer la ocurrencia de eventos en los cuales la aplicación rigurosa de la preceptiva
genera tensión con inocultables efectos en el proceso, conforme es advertido por el
Tribunal en el auto mediante el cual concede la alzada, y resulta patentizado en el
caso sub judice, pero dicho reconocimiento no implica tener que admitir la posibilidad
no prevista en la ley de otorgarla en el efecto suspensivo, en los casos en que deba
optarse entre el diferido y el devolutivo.

La necesidad de preservar la continuidad del trámite cuando se apela el auto que niega
la nulidad en la etapa del juzgamiento, o aquél que rechaza la práctica de alguna
prueba oportunamente solicitada, obedece al reconocimiento que la ley hace de la
presunción de legalidad y acierto de la decisión que así lo disponga, precisamente por
concebir menos caótico para el proceso seguir adelantando la causa que paralizarla,
máxime si se tiene en cuenta que esta última determinación podría acarrear la
posibilidad de tener que liberar al procesado por el vencimiento de los términos
previstos en el artículo 415-5 del Código de Procedimiento Penal por no haberse dado
inicio a la correspondiente audiencia pública, o dejar de recaudar aquellos medios de
convicción oportunamente pedidos y decretados por el funcionario de primera
instancia, incluso de manera oficiosa.

Si bien puede resultar cierta la manifestación del a quo en el sentido de que de


prosperar en segunda instancia la pretensión invalidatoria negada mediante la
providencia que se recurre, daría lugar a un desgaste institucional innecesario, para
resolver el conflicto, la preceptiva legislativa se orienta por considerar esto menos
lesivo para los fines de la justicia, y suponer la validez del trámite mientras no se
declare lo contrario mediante decisión en firme, como ha sido visto.

Precisamente bajo el supuesto de la legalidad de las actuaciones surtidas en las etapas


previas al juicio, dado que a éste se arriba solo a consecuencia de la calificación del
mérito sumarial con resolución de acusación ejecutoriada en cuyo proferimiento han
debido ser analizados los factores determinantes de la competencia, la validez del
trámite llevado a cabo, y la ausencia de irregularidades sustanciales que comprometan
el debido proceso o el derecho de defensa, también la legislación prevé que cuando se
decreta la nulidad de lo actuado, por tratarse de un remedio extremo, la decisión que
así lo disponga es apelable en el efecto suspensivo, esto es, que el inferior pierde

46
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

competencia para seguir conociendo del asunto y que la providencia en tal sentido
proferida no se cumple mientras el superior no decide si la revoca o confirma.

Igual análisis cabe realizar de la apelación del auto que niega la práctica de pruebas
oportunamente solicitadas, pues según la manera como el ordenamiento procesal
establece la concesión del recurso, al decir que se suspende su cumplimiento excepto
en lo relativo a la libertad de las personas, y que continúa el trámite del proceso en lo
que no dependa de la decisión impugnada, se tiene que el Juez en lo posible debe
recaudar aquellas que hubiere decretado, si es que atendiendo la naturaleza o el lugar
donde se encuentran señaló el término probatorio previsto en la parte final del inciso
primero del artículo 448 del C. P. P., o dar inicio a la fase oral del juicio hasta agotar la
práctica de las pruebas decretadas, e interrumpir la continuación a la espera del
pronunciamiento de la segunda instancia respecto de aquellas que por haber sido
negadas se interpuso la alzada, todo ello en ejercicio de la facultad de ordenación y
dirección del proceso inherente a su función juzgadora, y la eventualidad prevista al
respecto por el artículo 455 ejusdem.

En ese orden de ideas, estima la Sala que el Tribunal ha debido conceder el recurso de
apelación en el efecto devolutivo por tener mayor cobertura que el diferido, pero no en
el suspensivo, pues con dicha postura no solo denota falta de seguridad en el acierto
del pronunciamiento, el cual como ha sido visto, se presume certero y legal mientras
no se decida lo contrario, sino que dio lugar a paralizar la actuación sin tomar en
cuenta que la actuación judicial se gobierna por los principios de celeridad y eficiencia
(Ley 270 de 1996, Estatutaria de la Administración de Justicia).

Y se afirma que el efecto devolutivo posee mayor amplitud que el diferido, no solo en
cuanto aquél constituye aplicación de la cláusula general en torno a la materia, no
suspende el cumplimiento de la providencia impugnada y no interrumpe el curso del
trámite, sino en cuanto éste implica suspender el cumplimiento de la decisión referida
a la no anulación del proceso, generando el contrasentido de tener que paralizar la
actuación a la espera del pronunciamiento de la segunda instancia.

Este error de interpretación en que incurre el Tribunal, sin embargo, resulta incapaz de
enervar el pronunciamiento de la Sala en segunda instancia, procediéndose a ello
seguidamente.

2. La pretensión invalidatoria la afinca el defensor en considerar que el doctor (...) fue


vinculado procesalmente mediante indagatoria, entre otros delitos a él atribuidos, por
el de prevaricato por omisión, el cual, a su criterio no fue objeto de pronunciamiento
en el proveído calificatorio del sumario.

La controversia suscitada contra los términos de la acusación, carecen de fundamento,


pues es bien sabido que el acto de vinculación jurídica mediante indagatoria es fáctico
y no jurídico, en el cual se interroga al procesado sobre la ocurrencia del hecho
noticiado, su participación, la motivación que tuvo para llevarlo a cabo o haber
participado en él, y demás circunstancias relevantes que pudieron haber rodeado la
ejecución, no debiendo responder por contenidos normativos cuya determinación
corresponde al funcionario, de quien depende la calificación jurídica de la conducta, la
cual, además de ostentar carácter provisional, admite el ejercicio de los recursos
cuando alguno de los sujetos procesales manifiestan inconformidad con ella.

Tanto es esto, que la normatividad procesal no ha previsto la indagatoria como acto de


formulación de cargos sino un medio de defensa del imputado, pues no exige al
funcionario instructor precisar al indagado la correspondencia de la conducta objeto de
investigación con alguna norma de contenido sustancial, sino solo interrogarlo "en
relación con los hechos que originaron su vinculación" (art. 360 ejusdem), con el fin de
que pueda explicar su conducta, o que para la validez de las decisiones que deban
adoptarse con fundamento en ella deban cumplirse determinadas reglas o fórmulas
sacramentales, como así ha sido entendido por la jurisprudencia de esta Corte (Cfr.
Sentencia Casación Nov. 24/99. M.P. Dr. ARBOLEDA RIPOLL) de donde resulta carente
de todo fundamento la pretensión anulatoria que el defensor presenta.

Más aún inexistente resulta la pretendida irregularidad, si se toma en consideración


que la congruencia que rige la constitución del proceso está referida es a la
correspondencia que debe haber entre acusación y sentencia, aspecto que aquí no se
discute, y no entre la indagatoria, la definición de la situación jurídica o cualquier otro

47
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

acto intermedio y la resolución acusatoria, con lo cual sí, resulta desesquematizado el


debido proceso.

Sólo en el evento de que un interrogatorio deficiente en la indagatoria por un cargo


posteriormente formulado en la resolución acusatoria, haya dado lugar el compromiso
del derecho de defensa por no haber estado el sindicado en condiciones de conocer y
controvertir en tiempo la imputación, podría afirmarse que dicha garantía ha sido
conculcada, situación que dista en extremo de la hipótesis que el defensor presenta,
pues el doctor (...) no ha sido convocado a responder en juicio por el delito de
prevaricato omisivo y en tal virtud ningún pronunciamiento habría de producirse en el
fallo, en relación con dicha hipótesis delictiva.

3. Finalmente, en relación con las censuras expuestas por el defensor sobre la postura
que, según entiende, el Tribunal evidencia en torno al carácter que el juicio ostenta en
nuestro sistema, es de decirse que el proceso penal como método legalmente
consagrado en orden a establecer la verdad histórica y determinar judicialmente la
aplicabilidad de las consecuencias jurídicas previstas en el ordenamiento para los
supuestos de hecho definidos como delito, está compuesto de una serie armónica y
sucesiva de actos concatenados dentro de los cuales se halla la audiencia pública como
máxima expresión de los principios de oralidad, publicidad y contradicción que
gobiernan el debate oral, preámbulo necesario de la sentencia.

Se tiene, entonces, que la vista pública, como acto en el cual se concreta la acusación
y se ejerce a plenitud la defensa, es la última de las oportunidades para purgar de
vicios la actuación, dirimir incidentes y, en general, llevar a efecto todo aquello que
por su naturaleza no deba ser diferido para su decisión en el fallo, al punto que con
posterioridad a su celebración solo procede el proferimiento de la correspondiente
sentencia de mérito.

La dinámica que el juicio ostenta, impone, entonces, en la audiencia, la materialización


de las garantías fundamentales, la concreción de las pretensiones probatorias de las
partes, y, con carácter general, el ejercicio de la facultad oficiosa en procura de poner
la actuación a tono para el fallo, la definición de los incidentes y las peticiones de
libertad. Se trata, por tanto, de una actuación unitaria y compleja que, contrario a la
común opinión, trasciende la intervención de los sujetos procesales en defensa de sus
intereses; involucrando, en muchos eventos decisiones y actividad de la más variada
índole, como el recaudar las pruebas oportunamente decretadas y ordenar aquellas
que siendo indispensables para la concreción de la verdad material aún no hubieren
sido practicadas, resolver la acumulación de procesos, las peticiones de nulidad, las
objeciones a los dictámenes periciales, etc.. Más compleja se torna cuando, como aquí
acontece, se trata del juzgamiento de un funcionario judicial por varios delitos, a su
vez cometidos en concurso, lo cual impone al juzgador, máximo cuidado a la hora de
pronunciarse sobre pretensiones que podrían resultar definitivas en la solución final del
asunto a su cargo.

Por esos motivos, bajo la concepción de la vista pública que aquí se expone, deviene
erróneo el criterio según el cual la audiencia pública está constituida solamente por el
acto de intervención oral de los sujetos procesales, como parece haber sido el
entendimiento generado en el recurrente por pronunciamiento del Tribunal de primera
instancia.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Segunda Instancia


FECHA : 14/04/2000
DECISION : Confirma negativa de nulidad, ordena unos
testimonios y deniega ampliar otros
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bucaramanga
PROCESADO : GIL ORDOÑEZ, OMAR EDUARDO
DELITOS : Falsedad ideológica en documento público,
Falsedad documental por ocultamiento
PROCESO : 17037
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

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ACCION DE REVISION-Las providencias que se dicten en desarrollo de la


acción no admiten recurso de apelación

El recurso de apelación no está previsto como medio de impugnación de las decisiones


que se adopten en el trámite de la acción de revisión. Se trata, en consecuencia, de
una actuación de competencia exclusiva del funcionario al cual la ley le asigna la tarea,
tal y como se desprende del artículo 197 del Código de Procedimiento Penal. Esta
norma, en efecto, señala que las providencias que deciden la acción de revisión
quedan ejecutoriadas el mismo día en que las suscriba el funcionario correspondiente,
lo cual traduce que el legislador no concibió la posibilidad de la segunda instancia en el
trámite de la revisión.

De otra parte, en correspondencia con la norma anotada, en ninguna parte del artículo
68 del Código de Procedimiento Penal se le asigna a la Corte la competencia para
conocer en segunda instancia del recurso de apelación interpuesto contra las
providencias que dicten los Tribunales en desarrollo de la acción de revisión.

Es claro, por último, que la atribución de la Corte para conocer de los recursos de
apelación en los procesos de que conocen en primera instancia los Tribunales
Superiores (art. 68-4 del C. de P.P.), está referida a la sentencia y a las providencias
interlocutorias (art. 202 ib.) que se adopten dentro del proceso penal y es claro que la
acción de revisión no es una parte o prolongación del mismo.

Así las cosas, como lo ha decidido la Sala en distintas oportunidades* , al no


encontrarse previsto el recurso de apelación en el trámite de la acción de revisión, se
abstendrá de resolver el propuesto.
_____________
* Cfr. providencias de octubre 14/93, M.P. Dr. Dídimo Páez Velandia; mayo 24/95,
M.P. Dr. Guillermo Duque Ruiz; noviembre 17/98, M.P. Dr. Jorge E. Córdoba Poveda;
agosto 3/88 M.P. Dr. Ricardo Calvete Rangel.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Segunda Instancia


FECHA : 14/04/2000
DECISION : Se abstiene de resolver el recurso de apelación
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : AYALA GARCIA, JOHN JAIRO
PROCESO : 16836
PUBLICADA : Si

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CASACION-Ilegalidad de la prueba/ FISCAL CON RESERVA DE


IDENTIDAD-Ausencia de firma en sus resoluciones/ POLICIA JUDICIAL-
Facultades/ DEFENSOR-Incompatibilidad de intereses: Alcance de la
prohibición/ DEFENSOR-La designación para la indagatoria se entiende para
todo el proceso

1. Es evidente que la causal de casación en que se ampara el censor es equivocada a


sus propósitos, toda vez que ella apunta a señalar irregularidad en la producción y
aducción de la prueba al proceso, y por lo mismo, no constituye yerro in procedendo
sino in iudicando en la medida en que no se relaciona con el trámite mismo, sino con
el juicio del fallador para otorgarle validez probatoria no obstante su ineptitud jurídica

49
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

como medio de convicción, todo lo cual correspondería alegarse al amparo de la causal


primera, cuerpo segundo por error de derecho por falso juicio de legalidad, desacierto
que por sí solo torna en inestudiable la censura.

2. Del mismo modo, insulsa es la apreciación del demandante cuando afirma que como
la resolución que definió la situación jurídica de los procesados es inexistente porque
no contiene la firma del funcionario instructor, pues con ello desconoce que dada la
naturaleza del Fiscal que tomó tal decisión, la propia ley es la que autoriza la reserva
de su identidad, y por esa razón al expediente se agrega "copia autenticada en la que
no aparecerán sus firmas", conforme lo dispone el inciso segundo del artículo 158 del
Código de procedimiento Penal y además, en este sentido debe tenerse en cuenta que
la Resolución No. 08 del 23 de junio de 1.992 proferida por el Fiscal General de la
Nación creó los Fiscales de sede y otros para actuar ante las Unidades de Policía
Judicial, y la No. 12 de la misma fecha dispuso que los Fiscales que actuaren en la
sede de las Regionales de Fiscalía guardaran la reserva de identidad en los asuntos de
su competencia, la cual se encontraba vigente para la época en que se adelantó la
presente investigación.

3. Ahora bien, como a partir de la mezcla de diligencias y de fechas que hace el


Ministerio Público es que concluye que las primeras pruebas recaudadas por dicho
órgano investigativo son ilegales porque para entonces ya un Fiscal Regional había
asumido el conocimiento de la instrucción, debe en primer lugar aclararse que el hecho
de que dos autoridades inicien simultáneamente el conocimiento del asunto, no vicia la
actuación de ninguna de ellas, siempre y cuando una vez enterados de esa situación el
primero que abrió la investigación, tome su dirección.

Así las cosas, lo único que puede colegirse en este asunto es que a pesar de las
equivocadas fechas de las resoluciones de la Fiscalía Regional y del Informe No. 205
del Cuerpo Técnico de Villeta, no es posible predicar la ilegalidad de la actuación de
este último órgano, porque cumpliendo con sus funciones de Policía Judicial de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 310.2 del Código de Procedimiento Penal y
siendo la primera autoridad que cronólogicamente conoció de los hechos, llevó a cabo
las diligencias indispensables tales como el levantamiento del cadáver y algunos
testimonios de quienes presenciaron los hechos, haciéndole entrega de lo actuado al
Fiscal que dirigía la instrucción, una vez conocida su existencia.

4. Debe tenerse en cuenta que cuando el artículo 143 del Código de Procedimiento
Penal, prevé que "El defensor no podrá representar a dos o más sindicados cuando
entre ellos, existieren, o sobrevinieren, intereses contrarios o incompatibles", no está
haciendo alusión a meras inconsistencias sobre la versión que cada procesado haga
sobre los hechos, o sobre la forma como cada uno de ellos narra la secuencia de los
mismos, sino a verdaderas posturas defensivas que impliquen soluciones contrarias
frente a sus expositores, caso en el cual, no es posible al abogado salvaguardar una de
ellas sin perjudicar al otro.

En este sentido, bien vale la pena recordar, lo sostenido sobre el tema en sentencia
del 10 de noviembre de 1.987:

"Es apenas lógico que si la responsabilidad penal es individual, y cada procesado


responde por su proceder, su defensa deba estar en encomendada a una sola persona,
sin que esto quiera decir que no pueda hacerlo también un solo apoderado cuando son
varios los procesados. En cuya hipótesis no es pertinente si entre estos existen
intereses contrapuestos, porque en este caso es imposible una adecuada defensa,
pues, cómo compaginar situaciones adversas e incompatibles?. Por ello cuando falta el
derecho de defensa se sanciona con nulidad de carácter constitucional y, además, la
ley penal tipifica como conducta delictuosa la infidelidad profesional del abogado.

Suele ocurrir que en aquellos juicios donde son varios los incriminados y por
consiguiente se expresan diferentes explicaciones, surgen elementales discrepancias
como consecuencia de las distintas posiciones asumidas por los inculpados.
Discrepancias que se hacen más notorias cuando las exposiciones suministradas
corresponden a la realidad histórica de los hechos con la supuesta "verdad" adicionada
por los sindicados.

Discordancias que, en todo caso no adquieren el carácter de inconciliables, que es en


esencia la prohibición legal que impide el apoderado defender a distintas personas en

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

un mismo proceso, cuando entre ellas medien intereses opuestos. De donde la


conclusión tiene que ser concluyente, ostensible, de manera que haga irrealizable la
defensa de los acusados, porque los beneficios buscados o deseados a través de esa
gestión resulta nugatoria por parte del apoderado". (M.P., Dr. Guillermo Dávila
Muñoz).

5. Asimismo, y en lo que tiene que ver con la designación oficiosa de un abogado


exclusivamente para la indagatoria, importa recordar como en algún tiempo se hizo
cuando se convirtió en malsana costumbre de los despachos judiciales, que una tal
dislate no releva al profesional del cumplimiento de su función, pues es la propia la ley
la que impone que su aceptación es obligatoria, salvo causa justificada, y se entiende
para todo el proceso (artículos 139 y 147 del Código de Procedimiento Penal), como en
efecto se lo advirtió en este asunto el Fiscal Seccional a la doctora Alba Liz Ballesteros
en la resolución del 27 de marzo de 1.995 al responder el memorial que en la misma
fecha presentara aquella manifestando que fue nombrada únicamente para la
indagatoria y que existía incompatibilidad de intereses defensivos entre los
procesados.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 14/04/2000
DECISION : No casa, no accede a solicitud de expedición de
copias del procurador delegado
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cundinamarca
PROCESADO : CUERVO LEMUS, MARTIN ROBERTO
DELITOS : Tentativa de homicidio, Porte ilegal de armas de
defensa personal, Homicidio
PROCESO : 12241
PUBLICADA : Si

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DEFENSA TECNICA-Indagatoria: Nombramiento de una persona honorable


como defensor-Alcance de la expresión "cuando no hubiere abogado inscrito"

Si se considerare que al procesado le fue recibida injurada el 28 de octubre de 1994,


asistido de una persona sin expresar si tenía titulo profesional, debe tenerse en cuenta
que ello aconteció en vigencia del artículo 34 del Decreto 196 de 1971 y del inciso
primero del artículo 148 del Código de Procedimiento Penal, que permitía encomendar
la defensa para indagatoria a un ciudadano honorable que no fuere servidor público,
cuando no hubiere un abogado que asistiese al imputado, como en efecto habría
ocurrido.

Tomando en cuenta lo dispuesto por el artículo 45 de la Ley 270 de 1996, Estatutaria


de la Administración de Justicia y según ha venido reiterando la Sala en múltiples
providencias, entre ellas la de fecha 25 de julio de 1996, radicación 9577, ponente
quien ahora realiza igual función, la sentencia de la Corte Constitucional C-049 del 8
de febrero de 1996, M. P. doctor Fabio Morón Díaz, que declaró la inexequibilidad de
los mencionados preceptos sin realizar pronunciamiento alguno sobre una hipotética
retroactividad, produce efectos sólo hacia el futuro, por lo cual ninguna incidencia
tiene sobre diligencias practicadas con anterioridad, dentro de facultad claramente
conferida por expresas disposiciones legales, que todavía regían en el momento de su
realización, cuya aplicación mal puede tildarse de irregularidad.
....
Está definido, siguiendo en tal probabilidad, que la expresión "cuando no hubiere
abogado inscrito que lo asista ella" no aludía a que en la localidad, que podría tratarse
de una urbe, no estuvieran radicados profesionales en ciencias jurídicas, sino que se
refería a su disponibilidad en las circunstancias concretas dentro de las cuales debía
practicarse la diligencia.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 14/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : RESTREPO HERRERA, GILBERTO ANTONIO
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio agravado
PROCESO : 11477
PUBLICADA : Si

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INDICIO-Técnica para atacarlo en casación

Todo indicio se configura a partir de un hecho indicador o conocido - causa -. Un


hecho principal o desconocido que se procura demostrar y que corresponde a la
conclusión en el proceso indiciario, es el hecho indicado o efecto, y un juicio de
razonamiento o inferencia lógica, que parte de una circunstancia conocida, respecto de
la cual se debe tener certeza jurídica, para llegar a deducir lo desconocido.

El demandante no observó las reglas que la jurisprudencia ha venido señalando como


necesarias para cumplir las exigencias técnicas del reproche, cuando éste tiene por
objeto la prueba indiciaria. Así por ejemplo, en providencia del 23 de febrero del
presente año, con ponencia del Honorable Magistrado doctor FERNANDO ARBOLEDA
RIPOLL, dijo la Sala, al respecto:

"Y cuando de ataque a la apreciación de la prueba indiciaria se trata, la jurisprudencia


de esta Corte ha sostenido en el desarrollo y demostración del cargo, el censor debe
informar si la equivocación se cometió respecto de los medios demostrativos de los
hechos indicadores, la inferencia lógica, o en el proceso de valoración conjunta al
apreciar su articulación, convergencia y concordancia, para llegar el juzgador a una
conclusión equivocada.

"La jurisprudencia tiene establecido, que si el error radica en la apreciación del hecho
indicador, dado que éste necesariamente ha de acreditarse con otro medio de prueba
de los legalmente establecidos, necesario resulta postular si el yerro cometido fue de
hecho -por haber supuesto un medio inexistente, omitido apreciar uno presente
válidamente en la actuación, o distorsionado su expresión fáctica haciéndole producir
efectos que objetivamente no se coligen de su contexto, o por que en su valoración se
apartó de las reglas que gobiernan la sana crítica-; o de derecho -por haber apreciado
como prueba del hecho indicador un medio aducido irregularmente a la actuación, o
asignado mérito persuasivo distinto de aquél prefijado en la ley-.

"Y si el error de hecho se ubica en el proceso de inferencia lógica, ello supone partir de
aceptar la validez del medio con el que se acredita el hecho indicador, y demostrar al
tiempo que el juzgador en la labor de asignación del mérito persuasivo se apartó de
las leyes de la ciencia, los principios de la lógica o las reglas de la experiencia.

"Además, repetidamente se ha dicho por la Corte, que dada la naturaleza de este


medio de prueba, si el yerro se presenta en la labor de análisis de la convergencia y
congruencia entre de los distintos indicios y de estos con los demás medios, o al
asignar la fuerza demostrativa en su valoración conjunta, esto no puede dejarse de
precisar en la demanda y acreditar que la apreciación probatoria que se propone en

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

su reemplazo permite llegar a conclusión diversa de aquella a la arribada por el


sentenciador, pues no trata el recurso de dar lugar a anteponer el particular punto de
vista del actor al del fallador, ya que en dicha eventualidad primará siempre éste, dado
que la sentencia viene amparada de la doble presunción de acierto y legalidad
correspondiéndole al demandante su desvirtuación.

"De ahí que a efecto de demostrar el tipo de error cometido en la apreciación de la


prueba indiciaria el demandante debe indicar en qué momento de la construcción se
produce, si en el hecho indicador, o si en la inferencia violando las reglas de la sana
crítica, para lo cual ha de señalar qué en concreto dice el medio demostrativo del
hecho indicador, cómo hizo la inferencia el juzgador, en qué consistió el yerro, y qué
trascendencia tuvo éste por la repercusión definitiva en la parte resolutiva del fallo".

MAGISTRADO PONENTE: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Sentencia Casación
FECHA : 14/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Pamplona
NO RECURRENTE : ALVARADO RUBIO, LUIS MARIA
DELITOS : Homicidio culposo
PROCESO : 12216
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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NULIDAD-Negativa de excarcelación/LIBERTAD PROVISIONAL-Causal


Tercera: En los delitos de competencia de la extinta justicia regional/
SECUESTRO EXTORSIVO-Cobro de una deuda

1. El argumento inicialmente expuesto para afirmar el desconocimiento de las formas


propias del juicio en este asunto, dice relación a la negativa por parte del juzgado de
primera instancia a conceder la libertad provisional al procesado, no obstante haber
dictado en su favor sentencia absolutoria y por ende concurrir la circunstancia prevista
por el artículo 415.3 del Código de Procedimiento Penal que lo amparaba.

Siendo ello así, lo primero que necesariamente debe advertirse es que la pretendida
irregularidad, así realmente tuviese respaldo legal, en ningún momento podría ser
constitutiva de un vicio de tales características como para generar la afectación de la
estructura fundamental del proceso y consiguientemente para tenerla como motivo de
su invalidación, menos aún cuando trataríase de un hecho consolidado en el tiempo sin
ninguna significación en esta etapa del proceso, máxime cuando la referida decisión
absolutoria fue revocada, al impartirse por el ad quem fallo condenatorio por el delito
de secuestro extorsivo en contra del sindicado.

Pero además, tampoco le asiste razón alguna en el fondo del planteamiento al actor,
sobre la viabilidad de la causal de excarcelación aducida como efecto de haberse
proferido en primera instancia sentencia absolutoria en favor de (...) y que dice tener
soporte legal en lo dispuesto por el artículo 415.3 del Decreto 2700 de 1.991
(Modificado por el artículo 55 de la Ley 81 de 1.993).

Si bien como principio general dicho precepto contempla como causal de libertad
provisional que se haya dictado en primera instancia "preclusión de la investigación,
cesación de procedimiento o sentencia absolutoria", sólo una parcial y por ende
incompleta y equivocada lectura del texto normativo conduce a concluir conforme lo
hace en su propuesta el actor, pues basta con completar la revisión de du contenido
para encontrar que, acorde con el Parágrafo "En los delitos de competencia de los
jueces regionales la libertad provisional procederá únicamente en los casos previstos
por los numerales 2°, 4° y 5° de este artículo. En los casos de los numerales 4° y 5°
los términos para que proceda la libertad provisional se duplicarán", es decir que,

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

guardando estrecha relación con la particular regulación de los delitos que en la


historia legislativa de la justicia especializada han sido de su competencia, dada la
gravedad y connotación política y social que los mismos han tenido, no procede la
causal de libertad a que alude el referido numeral tercero, valoración sobre cuyo
contenido al realizar el juicio de exequibilidad se ocupó la Corte Constitucional en fallo
C-394/94, como lo refiere el Ministerio Público, encontrándolo plenamente ajustado a
la Carta Política.

2. Por último, en lo atinente con la solicitud de casación parcial y oficiosa que hace el
representante del Ministerio Público, bajo el supuesto de que si, como según su
concepto quedó demostrado, el secuestro de Alonso Ospina tuvo por móvil el cobro de
una deuda, el tipo penal que ha debido imputarse a los procesados debió ser el de
secuestro simple y no extorsivo.

Debe en primer lugar forzosamente precisarse que, contrario a las afirmaciones del
Delegado, no es en manera alguna claro dentro del proceso que el secuestro de Alonso
Ospina hubiere tenido como propósito el cobro de una "deuda lícita", siendo más de la
índole de estas conductas el ilegal orígen de las sumas presuntamente debidas, como
acá mismo se advirtió al estar atribuídas a actividades de narcotráfico, por lo que el
punto de partida de la propuesta que el Ministerio Público hace sobre el desacertado
encuadramiento de la conducta realizada por los procesados, en el entendido de que
el secuestro es simple o extorsivo dependiendo del origen del requerimiento, esto es
de si tiene o no algún fundamento legal, configura una evidente petición de principio,
como única posibilidad para desarrollar su teórico planteamiento.

Pese a lo anterior y para eliminar cualquier inquietud que pueda ciertamente verse
reflejada a partir de su propuesta, sobre la manera como se adecuó en la ley penal la
conducta de los procesados, la Sala se ocupará, brevemente, sobre el tema, debiendo
recordar ab initio que ha sido su criterio reiterado el de considerar que en casos como
el presente la correcta entidad típica del hecho corresponde a la descripción que hace
el artículo 268 del Código Penal (Modificado por el artículo 1 de la Ley 40 de 1.993),
ante lo cual rechazará la solicitud que en el referido sentido ha propuesto motu proprio
el Delegado.

En efecto, dada la descripción típica que el Decreto 100 de 1.980 hizo en los artículos
268 y 269 de los secuestros extorsivo y simple, al introducir dentro de los elementos
estructurales del primer modelo algunos ingredientes comportamentales subjetivos, se
ha entendido que cuando se arrebata, sustrae, retiene u oculta a una persona con el
propósito de exigir por su liberación un provecho o cualquier utilidad, si bien en
principio puede no ser el referido beneficio de contenido patrimonial, indefectiblemente
cuando la finalidad pretendida es de esta índole, la correcta adecuación de la conducta
corresponde al secuestro en la primera modalidad en cita, sin que desde luego pueda
variar este criterio, como no sea con desmedro de su inequívoca definición legal, por el
hecho de que en el ánimo del agente esté consolidar un interés económico lícito, esto
es, para cuya exigencia tendría respaldo en el ordenamiento jurídico.

El Procurador Delegado aduce que depende de si el provecho o cualquier otra utilidad


exigidos por el agente del delito son "lícitos" o "ilícitos", que la tipificación de la
conducta corresponda a la modalidad de secuestro simple o extorsivo,
respectivamente. Este planteamiento está sustentado en una errada comprensión
sobre el contenido y alcance que en la estructura del delito y específicamente en los
referidos contra la libertad individual y otras garantías, tienen los ingredientes
especiales del tipo normativos y subjetivos, agregando de su propia creación al tipo de
secuestro extorsivo descrito por el artículo 268 del Código Penal, como base para la
tesis propuesta, un elemento de contenido estrictamente jurídico, como es el atinente
a "ilicitud" del beneficio pretendido, que evidentemente no prevé la norma, como si
acontecía con la formulación que de esta conducta hacía el artículo 293 del Decreto
2300 de 1.936 y que, en consecuencia, hace artificiosa la propuesta o por lo menos de
lege lata ajena por completo a la realidad normativa que actualmente nos enmarca.

Sobre este particular, oportuna es la cita del fallo de casación radicada con el No.
5458, de fecha 30 de octubre de 1.991, con ponencia del Magistrado doctor Dídimo
Páez Velandia, en cuanto atañe a que una fundamentación como la propuesta por el
Delegado:

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

"...parte de un supuesto confuso y falso. En relación con lo primero..., se equivocan


los conceptos de ingrediente o elemento subjetivo del tipo con el normativo, pues si la
diferencia en la configuración de las disposiciones...radica en la en la ilicitud de la
exigencia motivo de la privación de la libertad del secuestrado, ello corresponde a una
valoración que supone la existencia de la exigencia misma y no al particular ánimo con
que se obra, el cual, según se argumenta, sería de la estrctura de las dos formas de
Secuestro en discusión.

Empero, lo realmente fundamental en la apreciación del planteamiento del actor, es


que la ilicitud de la utilidad o provecho a que se refiere como integrante del tipo de
secuestro extorsivo, no la contempla la norma.

Como se puede ver, no contemplan estas preceptivas referencia alguna ala ilicitud de
la exigencia, bastando en el Secuestro extorsivo el ánimo o propósito de obtener
utilidad cualquiera en la privación de la libertad de una persona para su estructuración,
mientras en el Secuestro simple, por exclusión, un propósito distinto".

Pero además, una exigencia de esta índole no tiene cabida en la regulación que del
delito de secuestro contempla el estatuto penal, toda vez que:

"...corresponde, por supuesto, a la lógica de un sistema fundado en la protección de


bienes jurídicos previamente configurados. De acuerdo con ella, si a través de tipo de
secuestro se pretende la tutela de la libertad, mal puede condicionarse ese objetivo a
la presencia o ausencia de valoraciones que lo harían irrealizable... Una exigencia de
que la utilidad propuesta on el secuestro sea ilícita, implicaría la autorización de que
pueda privarse de la libertad a una persona para demandar el cumplimiento de
prestaciones lícitas, con lo cual el tipo estaría paradojalmente, prohibiendo y
permitiendo la conducta en postura verdaderamente absurda".

En similar sentido y sobre supuestos fácticos sustancialmente idénticos a los debatidos


en este asunto, es la colisión radicada con el No. 9488 del 3 de septiembre de 1.994,
con ponencia del Magistrado doctor Juan Manuel Torres Fresneda y últimamente la
colisión radica con el No. 12.710 del 3 de julio de 1.997 con ponencia del Magistrado
doctor Fernando Arboleda Ripoll.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 14/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : MONTOYA MEJIA, LUIS GUILLERMO
NO RECURRENTE : GRANADOS FONSECA, JOSE RAMON
NO RECURRENTE : VELANDIA GOMEZ, HERMES
DELITOS : Secuestro extorsivo
PROCESO : 13384
PUBLICADA : Si

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HOMICIDIO AGRAVADO-Causal 8a. del artículo 324 del C.P./ COAUTORIA-


Concepto

Para que concurra la agravante no basta con ser la víctima miembro de la fuerza
pública, o poseer alguna otra de las calidades del titular del bien jurídico supremo de
la vida que se protege, previstas para calificar el sujeto pasivo de la conducta, sino
que es indispensable, como en el presente asunto se cumple, que la actividad delictiva
sea realizada por causa o con motivo del cargo o la dignidad, o por razón del ejercicio
de sus funciones, como denota la causal, separada por "o" disyuntiva de otras
circunstancias de agravación comprendidas en el mismo ordinal 8° del artículo 324 del
Código Penal.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

En el caso concreto, los sindicados dispararon las armas que ilícitamente portaban y
dieron muerte a uno de los miembros de la fuerza pública, e hirieron al otro, quienes
en el recto cumplimiento de sus funciones les intimaban requisa, que aquéllos
violentamente rechazaron. Como la reacción criminal aconteció contra quienes ejercían
funciones policiales y por motivo del recto desempeño de éstas, se presenta la
agravante citada, que trasladada al campo de la competencia quedaba comprendida
en lo señalado por el artículo 9° de la Ley 81 de 1993, entonces vigente.

2. Como anota el Procurador Delegado, la respuesta a este reproche ya aparece al


darse contestación al segundo cargo de la demanda formulada a favor de (...) y a ella
hay que remitirse para evitar repeticiones innecesarias, sin que sobre acotar lo
indicado por la Corte en providencia de fecha 28 de febrero de 1985, con ponencia de
Luis Enrique Aldana Rozo:

"Es verdad que doctrina y jurisprudencia han aceptado que en los casos en que varias
personas proceden en una empresa criminal, con consciente y voluntaria división del
trabajo para la producción del resultado típico, todos los partícipes tienen la calidad de
autores, así su conducta vista aisladamente no permita una directa subsunción en el
tipo, porque todos están unidos en el criminal designio y actúan con conocimiento y
voluntad para la producción del resultado comúnmente querido o, por lo menos,
aceptado como probable… Así mismo, si a esa empresa criminal van armados porque
presumen que se les puede oponer resistencia o porque quieren intimidar con el uso
de las armas y como consecuencia de ello se producen lesiones u homicidios, todos
serán coautores de hurto y de la totalidad de los atentados contra la vida y la
integridad personal, aún cuando no todos hayan llevado o utilizado armas, pues
participaron en el común designio, del cual podían surgir estos resultados que, desde
luego, se aceptaron como probables desde el momento mismo en que actuaron en una
empresa de la cual se podían derivar."

La segunda parte de la determinación transcrita, reiterada mediante decisión de fecha


10 de marzo de 1993, M. P. Ricardo Calvete Rangel, despeja la inquietud del libelista
sobre la coautoría en el homicidio endilgado, lo cual ya fue objeto de esclarecimiento
en la respuesta dada a otra de las demandas. Así se ha refrendado en varias
determinaciones más, como en la sentencia de casación del 12 de septiembre de
1995, radicación 9240, M. P. Jorge Enrique Valencia M., en situación fáctica muy
similar a la ahora estudiada:

"Los codelincuentes, armados por lo menos dos de ellos, asumieron el riesgo de


enfrentar posibles oposiciones y por ello se equiparon debidamente, sin dudar en
disparar ante la primera dificultad seria.

El procesado al estar dentro de la banda como parte integrante en la ejecución del


injusto, (dominio funcional del hecho) adquiere con su participación la calidad de
coautor. Sobre esto no hay la menor incertidumbre y el acierto del Tribunal sobre el
particular es indudable."

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 14/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : URREGO URREGO, JOSE ALIRIO
PROCESADO : GIRALDO GALINDO, WILMER
PROCESADO : ZAMBRANO AYALA, JOSE JAIRO
DELITOS : Lesiones personales, Porte ilegal de armas de
defensa personal, Homicidio agravado
PROCESO : 13558
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

CASACION-Error en la calificación jurídica: Técnica/ CASACION-Sana crítica:


Técnica/ CASACION-Se ataca la sentencia

1. Cuando se plantea error en la denominación jurídica se parte del supuesto que se


admite la responsabilidad frente a una adecuación típica diferente, falencia que se
remedia con la anulación y no con una sentencia absolutoria de remplazo, que es lo
solicitado por el censor cuando sostiene que la prueba revela que la intención de su
representado "no fue otra que la de defenderse contraatacando".

2. Cuando el reproche se dirige hacia la sana crítica empleada por el Juez, le compete
al defensor señalar la regla de la experiencia, el principio científico o la ley de la lógica
indebidamente utilizada y, naturalmente, también le corresponde demostrar cuál o
cuáles de ellas eran las apropiadas para dilucidar el asunto debatido.

3. El actor se refiere a la resolución que definió la situación jurídica y apunta a errores


en la misma. Como es claro, ello es inconcebible en casación pues en esta sede la
tarea tiene que ver con la sentencia de segunda instancia y, eventualmente, con la de
1er. grado en tema de unidad jurídica de los fallos de instancia. Argumentar en
casación el cuerpo segundo de la causal primera con base en fallas en una resolución
que define situación jurídica entraña olvidar que en este momento la labor del
demandante se circunscribe a la (s) sentencia (s), a errores en la misma y a lesión de
normas sustanciales, lógicamente provenientes de yerros en materia probatoria.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
FECHA : 24/04/2000
DECISION : Rechaza la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bucaramanga
PROCESADO : OLARTE VANEGAS, JOSE ANTONIO
DELITOS : Tentativa de homicidio, Porte ilegal de armas de
defensa personal
PROCESO : 14378
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Requisitos/ DEMANDA DE CASACION-Causal


tercera: Exigencias técnicas/ CASACION-Causal Primera

1. La demanda de casación debe sujetarse a los requisitos formales que establece la


ley procesal penal. Si no se hace así, le es imposible a la Corte estudiar de fondo los
reproches que se dirigen hacia la legalidad de la sentencia recurrida. En
consecuencia, fundamentalmente, el actor debe establecer si el error es in iudicando o
in procedendo; seleccionar adecuadamente la causal y el motivo de reproche;
presentar el desarrollo que corresponda; demostrar los cargos y su incidencia en la
decisión adoptada; determinar las normas y el concepto por el que las estima
infringidas, y hacer la petición respetando para ello los principios que gobiernan el
instituto de la casación.

2. La causal tercera de casación no es de libre presentación. Cuando es invocada, se


debe fundamentar y demostrar en forma nítida y concreta el error in procedendo, su
trascendencia en las garantías fundamentales o en la estructura básica del
procedimiento, con la indicación precisa del momento procesal desde el cual se debe
invalidar el proceso.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Si con fundamento en tal causal se considera conculcado el derecho de defensa, es


necesario precisar la actuación procesal que lo lesiona sustancialmente y la norma
transgredida, así como demostrar la influencia de la violación en la garantía
constitucional referida.

Dentro de la misma causal tercera no es viable mezclar los argumentos relativos a


errores sustanciales que pesan sobre la estructura básica del proceso, con el
desconocimiento del derecho de defensa. Si se piensa en proponer las dos
vulneraciones, es imperativo hacerlo separadamente pues las consecuencias que
dimanan de la eventual existencia de una u otra pueden afectar de manera diversa, y
desde distintas oportunidades, el trámite del proceso.

3. La ausencia de técnica de casación es muy fácilmente determinable: si creía que el


artículo 11 del C. de. P. P. era una norma sustancial, le competía decir si atacaba la
sentencia por violación directa o indirecta y en uno u otro caso, por qué motivos; si
pensaba en la primera modalidad, le correspondía afirmar si se trataba de falta de
aplicación, de aplicación indebida o de interpretación errónea, y no lo hizo; si pensaba
en la segunda, tenía que demostrar errores probatorios por falso juicio de existencia o
de identidad o por equívoca valoración, y tampoco lo hizo; se echa de menos, además,
la relación, así fuera incipiente, de normas medio y de normas fin, si se trataba de la
segunda forma de violación; y la indebidamente aplicada o no aplicada, si la primera.
En pocas palabras, no enseñó ninguno de los requisitos, ni siquiera los más mínimos,
tanto de la violación directa como de la violación indirecta.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
FECHA : 24/04/2000
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : SALAZAR, WILSON DARIO
DELITOS : Tentativa de homicidio, Porte ilegal de armas de
defensa personal, Homicidio
PROCESO : 14714
PUBLICADA : Si

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INVESTIGACION INTEGRAL-Límites/ VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-


Aceptación de los hechos y su prueba/ COAUTORIA IMPROPIA-Concepto

1. Conforme a la estructura lógica del proceso y a los principios de economía y


celeridad que lo rigen, la propia ley ha facultado al funcionario judicial para decretar,
bien sea de oficio o a petición de los sujetos procesales, solo la práctica de aquéllas
pruebas conducentes, pertinentes y útiles para los fines de la investigación y
formación de su convencimiento, por lo que la omisión de diligencias dilatorias o
inútiles no constituyen ninguna afrenta al derecho de defensa o al debido proceso.

Como lo recuerda el agente del Ministerio Público, aunque es un imperativo para los
funcionarios judiciales realizar la investigación integral, ello no significa que ante
cualquier coartada del procesado deba disponer de todo el aparato investigativo del
Estado para demostrar o intentar demostrar situaciones que ninguna incidencia tienen
en el establecimiento de la verdad de los hechos.

2. El reproche formulado, independientemente de la validez o no de la tesis propuesta,


no tiene vocación de prosperidad, pues aunque se afirma que se orienta por la vía
directa, presenta hechos distintos a los considerados probados por las instancias.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Es oportuno que la Sala recuerde que cuando la censura se enruta por estos senderos
se deben aceptar los hechos tal como fueron presentados y las pruebas tal como
fueron apreciadas por el fallador, debiéndose, por ende, centrar las argumentaciones
en demostrar que la norma aplicada y que regulaba el caso, fue erróneamente
interpretada, o que la seleccionada no era la llamada a gobernarlo, que en el caso que
ocupa la atención de la Corte sería, según el demandante, la atinente a la complicidad
y no la concerniente a la coautoría.

3. Aún suponiendo que los hechos que pretende subsumir en la complicidad fueron los
mismos que sustentaron la sentencia, resulta ilógico e injurídico responsabilizar a cada
interviniente por la parcial tarea por él cumplida, lo que haría imposible la
configuración de la coautoría impropia, ya que ésta emerge de un plan común, del
dominio colectivo del suceso, de la distribución de funciones, cada una de las cuales es
una pieza de la realización del resultado comúnmente querido, la que, como tal, no
puede ser considerada aisladamente, pues podría aparecer como despreciable o
ineficaz y, por ende, impune, y que solo adquiere relevancia en el conjunto y con
relación al plan criminal propuesto.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 25/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : FLOREZ AVILA, FAIFER ALAY
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte ilegal de armas
de defensa personal, Homicidio agravado
PROCESO : 11925
PUBLICADA : Si

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PRUEBA EN EL JUICIO-Fiscalía: Le corresponde la carga de la prueba

Que se practique una inspección judicial al proceso que paralelamente se adelanta en


la Unidad Nacional de Delitos Contra la Administración Pública, en relación con los
mismos hechos, pero que vincula a personas no aforadas, con el fin de determinar qué
otras pruebas se han practicado en dicho informativo, después de definida la situación
jurídica de los sindicados, para trasladar a esta causa "las que resulten pertinentes y
conducentes".

Conforme con la norma procesal antes citada, dentro del término allí señalado, los
sujetos procesales están facultados para solicitar "las pruebas que sean conducentes".
De este modo, como corresponde a una estructura procesal de tendencia acusatoria, la
parte deberá señalar en el mismo memorial el estimativo de conducencia de la prueba,
proposición que el juzgador ha de confirmar o desvirtuar para concluir si admite o
rechaza el medio probatorio insinuado, de acuerdo con la potestad prevista en el
artículo 250 del Código de Procedimiento Penal.

El fiscal delegado, se recaba, actúa como un sujeto procesal en la fase del juzgamiento
y le corresponde la carga de la prueba (C. P. P., arts. 249 y 444). No puede entonces
el juez, sin romper el equilibrio entre las partes, lanzarse a la tarea incierta de buscar
de oficio, a través de una inspección judicial, pruebas que de pronto puedan satisfacer
la pretensión punitiva de la Fiscalía.

Es fácil advertir que la inspección judicial apenas se propone como un acto de


investigación para buscar medios probatorios, cuya supuesta conducencia no se ha
expuesto anticipadamente por el sujeto procesal, con el fin de facilitar su posterior
calificación judicial, sino que tal valoración se deja enteramente al criterio del juzgador
frente al hecho cumplido de los resultados de la inspección, en perjuicio, se repite, de

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

los principios rectores de la imparcialidad del funcionario y el equilibrio entre las


partes.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Unica Instancia
FECHA : 26/04/2000
DECISION : Ordena practica de puebas, testimonios y rechaza
solicitud del fiscal
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESO : 16837
PUBLICADA : Si

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ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA-Técnica para alegarla en casación/


FALSA AUTOACUSACION-Diferencia con la falsedad ideológica en documento
público/ CONCURSO APARENTE-Diferencia con la interpretación favor rei/
NON BIS IN IDEM-Gravedad del delito: se estudia en tres momentos
procesales, con propósito diferente

1. La observación del Procurador Delegado sobre esta censura, en el sentido de una


falta de técnica en la escogencia de la causal, es precisa y razonable, porque si se
pretende demostrar una transmutación en el proceso de adecuación típica del
comportamiento reprochado, de tal manera que de un delito contra la Administración
de Justicia (Título IV), como deber ser, se saltó a otro contra la Fe Pública (Título VI),
sin duda ello se traduciría en un error relevante en la denominación jurídica de la
infracción, constitutivo de una violación flagrante al debido proceso (C. P. P., art. 304-
2), dado que la calificación pertinente se exige desde el momento mismo de la
resolución acusatoria, con el fin de guardar la armonía imperiosa de la sentencia con
dicha pieza procesal. Además, tan errónea forma de calificar habría obligado en el
juicio a la contradicción y defensa respecto de una hipótesis delictiva notoriamente
improcedente y que a la postre no sería la que se consigna en el fallo.

Es claro que, de acuerdo con la pretensión, el actor se propone señalar un supuesto


error in iudicando, dado que resalta falencias en la aplicación del derecho (artículo 168
en lugar del artículo 219), mas, en vista de que tal vicio necesariamente debió
proyectarse a la resolución de acusación, era procedente la invocación de la causal de
nulidad (tercera), sin perjuicio de hacer la respectiva sustentación del cargo por el
sendero del primer motivo de casación.

2. Aunque el demandante insiste en que la autoincriminación falsa puede hacerse ante


cualquier autoridad, y así actuó el procesado desde el momento en que declaró ser el
conductor en presencia del funcionario de tránsito, también conviene precisar que
existe un buen trecho diferencial entre la conducta de declararse autor o partícipe de
un hecho punible que no se ha cometido y la de consignar una falsedad en un
documento público o ayudar a hacerlo. Cuando la declaración falsa de participación en
un delito se consigna en un documento público que pueda servir de prueba, sin duda
se ha avanzado más allá de la simple y unilateral atestación verbal o escrita ante
cualquier servidor público, razón por la cual se configura de manera más integral el
delito contra la fe pública.

3. Aunque en rigor el impugnante no se refiere a un problema de favorabilidad, propio


de un tránsito de legislación que aquí no se discute, sino a una propuesta de
interpretación favor rei, lo cierto es que el planteamiento fundamental se orienta a la
figura del concurso aparente de tipos, instituto cuya solución atiende
preferencialmente a criterios como la especialidad, la consunción o la subsidiariedad y

60
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

no la interpretación favor rei, pues esta última quedaría reservada para dificultades en
el entendimiento del precepto cuya aplicación exclusiva finalmente se define por
cualquiera de los métodos indicados.

4. El censor argumenta que los juzgadores pretextaron las modalidades del hecho
punible para negar el subrogado, a pesar de que la sede apropiada para evaluar dichas
circunstancias era la sentencia en su acápite de la tasación de la pena, y si tales
factores no fueron relevantes para incrementar la sanción privativa de la libertad que
se dejó en su mínimo, menos podrían considerarse para privar a los procesados del
sustituto penal.

La Corte ha sostenido antes y reitera ahora que la mayor o menor gravedad del hecho
punible es un componente que con diversa proyección se valora al momento de la
medición judicial de la pena (art. 61 C. P.), la suspensión de la ejecución de la
sentencia condenatoria (art. 68 idem) o la libertad condicional (art. 72 ibidem),
institutos que reflejan actos graduales en el desenvolvimiento del proceso penal y,
como tales, no comportan una violación al ne bis in idem, dado que si las graves
modalidades delictivas sirven para apoyar una negación del subrogado de la condena
de ejecución condicional, no por ello sufre mengua la fijación anterior de la pena, sino
que simplemente se declara que ésta se ejecutará en su medida y no podrá
suspenderse (auto 27 de enero de 1999. Casación N° 14.536, M. P. Jorge Aníbal
Gómez Gallego).
....
Los argumentos de las instancias, como momentáneamente lo admite la propia
demanda, no han sido puestos por fuera del marco de legalidad y discrecionalidad que
contempla el artículo 68 del Código Penal. De igual manera, resulta contradictorio
señalar una doble consideración dañina del elemento consistente en las graves
modalidades delictivas, cuando el mismo impugnante reconoce que no fueron tenidas
en cuenta para agravar la pena, sino sólo al momento de negar el subrogado. Es que
la valoración de la gravedad del hecho punible (al lado de la personalidad y naturaleza
del delito) para conceder o negar la suspensión del cumplimiento de la pena, no
depende de que ella se haya estimado u omitido en la dosificación punitiva, sino de la
habilitación legal que al juez confiere el artículo 68 del Código Penal, máxime que ni
siquiera su apreciación negativa anterior constituiría una transgresión al apotegma del
non bis in idem.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 26/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : SAAVEDRA, SIGIFREDO
PROCESADO : ORTEGA, AMERICO
NO RECURRENTE : ESCOBAR VARGAS, GLORIA ELSY
NO RECURRENTE : CHAVES, JESUS ANTONIO
DELITOS : Falsedad ideológica en documento público
PROCESO : 14861
PUBLICADA : Si

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IRA E INTENSO DOLOR-Comportamiento grave e injusto

Se observa que el libelista sugiere presuntas reglas de experiencia, sobre las cuales
trata de elaborar una especie de falso juicio de raciocinio, intentando resquebrajar las
deducciones del juzgador. Pero, como acertadamente anota el Ministerio Público, no
siempre que se profieren dicterios el comportamiento es grave e injusto, ni los
ofendidos reaccionan iracundamente hasta atentar contra la integridad y aún la vida
del insultante.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Cada situación debe ser estudiada en particular, pues no puede fijarse una pauta más
o menos estable de reacción, que depende de múltiples variables, según la
idiosincrasia y la tolerancia; los sentimientos reales de honor, dignidad y auto estima,
o el deseo de aparentarlos; la formación moral, cultural, regional; la educación, el
nivel social y económico; la oportunidad, el tono, la expresión corporal, etc.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 26/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Manizales
PROCESADO : GONZALEZ MARTINEZ, GERMAN DE JESUS
DELITOS : Lesiones personales, Porte ilegal de armas de
defensa personal, Homicidio
PROCESO : 13848
PUBLICADA : Si

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LIBERTAD PROVISIONAL-Causal Quinta

La disposición en cita consagra el derecho a la libertad del imputado cuando han


transcurrido más de seis (6) meses contados a partir de la ejecutoria de la resolución
de acusación, sin que se hubiera llevado a cabo la correspondiente audiencia pública,
siempre que las pruebas decretadas no tuviesen que practicarse en el exterior o que
se esté a la espera de su traslado, o que habiéndose fijado fecha para la vista pública,
no se hubiere podido realizar por causas atribuibles al procesado o su defensor.
...
No se advierte que los procesados o sus defensores hubieran realizado maniobra
alguna encaminada a dilatar el trámite de la actuación con el propósito de obtener que
inexorablemente transcurriera el plazo considerado en la ley para posibilitar la
excarcelación, puesto que desde la ejecutoria de la resolución de acusación, la única
intervención que ha tenido la defensa ha sido la de ejercer el derecho de pedir pruebas
que, por encontrarse conducentes, fueron admitidas, de donde se sigue que, por este
aspecto, el proceso no se encuentra en la condición de excepción que la misma ley
determina para que opere su rechazo.

En esta materia, la Sala recientemente discurrió:

"..la ley ha elevado a la categoría de derecho la libertad provisional, y no a simple


beneficio, la circunstancia que hubiere transcurrido seis meses desde la ejecutoria de
la resolución de acusación sin que se hubiere llevado a cabo la audiencia pública, lapso
que el legislador estimó racional para que, por lo menos, ese acto procesal se hubiere
llevado a término, superado el cual, por razones de equidad y justicia, resulta irritante
toda demora, siempre que no fuere imputable al inculpado o a su defensor.." ( Auto
Rad. Segunda Instancia 17.011)

MAGISTRADO PONENTE: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Unica Instancia
FECHA : 26/04/2000
DECISION : Concede libertad provisional
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Santafé de Bogotá
DELITOS : Prevaricato por acción
PROCESO : 16519
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

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ACCESO CARNAL ABUSIVO CON MENOR-Edad aparente, edad real:


diferencias

No puede perderse de vista que el examen médico-legal cuestionado, que señala a la


víctima una "edad clínica aproximada de quince (15) años", se hace con base en el
desarrollo dentario y el sistema piloso axilar, que en todo caso son parámetros
estimativos y no exactos y, de cualquier manera, requieren no sólo los conocimientos
especializados del forense sino también la observación minuciosa munida por el
preconcepto médico, elementos que obviamente estaban ausentes en las profanas
percepciones del acusado.

De este modo, si bien al examen del científico, acompañado de las pruebas clínicas
mencionadas, la joven revelaba una edad aproximada de 15 años a la fecha del mismo
(30 de enero de 1995) o de 14 años para la época de los hechos (4 de febrero de
1994); no es menos cierto que a la vista del lego en la ciencia forense son más
elocuentes la contextura delgada, el busto pequeño y la cara delgada, caracteres
físicos de la ofendida que fueron destacados por la juez de primera instancia en la
audiencia pública, con el fin de poner en evidencia la mentira y la exageración
tendenciosa del procesado , quien siempre adujo que la menor era una mujer
corporalmente "muy formada" y que inclusive tenía senos y otros atributos físicos
superiores a los de su novia y hoy esposa (...), como si hiciese referencia a persona
distinta de la ofendida.

Es que si se trata de establecer la posibilidad del error de tipo en la apreciación del


procesado, debe partirse de una confrontación llana entre la edad real de la víctima a
la fecha de los hechos (menor de 14 años), que se conoce por medio de la copia del
registro civil de nacimiento (fs. 11), y la pura apariencia externa de sus rasgos físicos
en la esfera del profano y no del científico, pues es en el lugar de aquél que debe
situarse el juzgador para una precisión justa de la pretendida equivocación en el
desarrollo de su conciencia del hecho ilícito. Una cosa es la edad revelada por los
signos y exámenes clínicos que sólo maneja el médico forense (y por ello antes está
oculta), y otra puede ser la edad aparente que se ensaya o piensa de acuerdo con
rasgos físicos accesibles a cualquier observador lego.

Por la misma razón, no puede afirmarse que el fallador con su criterio personal
sustituyó caprichosamente el concepto científico, pues ambas observaciones son útiles
en la medida del objeto pretendido, ya que si no se contara con el registro civil de
nacimiento de la víctima, asaz relevante sería el dictamen médico legal no sólo para
establecer la edad clínica de la misma, sino también en orden a concretar la
verosimilitud de una apariencia supuestamente sufrida por el victimario.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 27/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Valledupar
PROCESADO : VILLARREAL AMAZAN, ALBERTO
DELITOS : Acceso carnal abusivo con menor de 14 años
PROCESO : 12772
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Errores en la valoración probatoria: Técnica

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Es requisito formal de la demanda de casación expresar con claridad y precisión los


fundamentos de la causal aducida con el objeto de derruir la sentencia acusada; es
decir, la demostración de la censura debe guardar concordancia con esa causal y
demostrar los errores que en criterio del recurrente hubiera cometido el fallador para
dictar equivocadamente su decisión.

Es claro entonces, que si el reclamo se fundamenta en la causal primera del artículo


220 del C. de P=. P., y específicamente en la ocurrencia de errores de apreciación de
la prueba determinante del dentido o alcance de la sentencia, debe el demandante
precisar la naturaleza de essos errores, su especie, así como su incidencia en el fallo;
no basta afirmar simplemente la ocurrencia de determinada clase de error en el
estudio de las pruebas, sin señalar las que resultaron afectadas por el yerro ni
acreditar su repercusión, porque de esta manera el reproche queda incompleto y no
permite a la Corte su competo entendimiento, ni la enmienda correspondiente, porque
esta Corporación se halla sujeta por el principio de limitación establecido en el artículo
228 del C. de P. P. a las causales que el recurrente invoque y demuestre.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Casación
FECHA : 27/04/2000
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : PINEDA PINEDA, JAVIER
DELITOS : Homicidio agravado
PROCESO : 16218
PUBLICADA : Si

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JUEZ PENAL MUNICIPAL-Competencia excepcional para instruir-


Interpretación del artículo 73, numeral 3º del C.P.P./ NULIDAD-Principios de
instrumentalidad y transcendencia/ FISCALIA GENERAL DE LA NACION-
Competencia nacional de los fiscales delegados/ NULIDAD-Omisión al trámite
de un recurso- Acto de postulación discrecional-Convalidación de irregularidad/
NULIDAD-Término para resolver situación jurídica: Su desconocimiento no la
genera/ DOSIFICACION PUNITIVA-Motivación

1. Incompetencia del Juzgado Primero Promiscuo Territorial del Municipio de Saravena


para abrir investigación.

Este cargo se funda en la consideración de que en el referido Municipio operaban


unidades de Fiscalía, y que en dichas condiciones no procedía la aplicación del artículo
73, numeral 3º, inciso último del Código de Procedimiento Penal, modificado por el
artículo 11 de la ley 81 de 1993, que autoriza al Juez Penal Municipal del lugar del
hecho punible a aprehender provisionalmente el conocimiento del asunto, cuando no
exista Fiscal que pueda hacerlo inmediatamente.

La concepción del demandante sobre la norma a la cual se ha hecho referencia, para


llegar a la conclusión que el Juez Promiscuo Territorial del Municipio de Saravena no
estaba facultado para iniciar la investigación por la muerte de la menor (...), es
equivocada. La condición según la cual "cuando en el lugar donde se cometa el hecho
punible no existiere Fiscal que avoque inmediatamente la investigación", a que el
legislador acude, debe ser entendida no solo en el sentido de falta de establecimiento
del órgano o ente acusador en el lugar de los hechos, como parece asumirlo el
casacionista, sino también de ausencia temporal del funcionario titular, cualquiera sea
el motivo de ella (permiso, incapacidad, comisión, abandono del cargo etc), pues la
norma no hace distinciones, y su comprensión ante la obviedad de sus expresiones no
permite excluir razonablemente ninguna de la referidas hipótesis.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Obsérvese que el legislador al conjugar la expresión "avocar" con el adverbio


"inmediatamente", en evidente alusión a la presencia actual del funcionario instructor,
denota la situación fáctica que sobreviene cuando en el lugar no existe ente acusador,
o cuando existiendo, se halla acéfalo por ausencia de su titular. Frente a cualquiera de
las mencionadas hipótesis, el Juez está investido de competencia para aprehender
provisionalmente el conocimiento del asunto, mientras la Fiscalía lo asume, quedando
facultado para abrir investigación, escuchar al imputado en indagatoria, practicar
pruebas, y definir su situación jurídica.

Este entendimiento corresponde plenamente a la teleología del precepto, inspirado en


el propósito por asegurar a través de una fórmula residual el carácter general y
permanente de la función del Estado de perseguir los delitos, evitar que la demora en
iniciar la investigación por falta de funcionario instructor se traduzca en factor de
impunidad y zozobra social, y garantizar al imputado el derecho a ser escuchado
oportunamente, sobre todo cuando el hecho reviste especial gravedad, y existe
sindicado detenido, finalidades que vendrían a cumplirse si el Juez asume
transitoriamente el conocimiento del asunto, como ocurrió en el presente caso, donde
su intervención se explican plenamente.

2. Oportuno es recordar que no toda informalidad en el proceso genera de suyo


nulidad de la actuación, y que entre los principios que orientan su declaratoria se
cuentan el de instrumentalidad de las formas y trascendencia, de acuerdo con los
cuales no resulta posible demandar la ineficacia de un acto irregular cuando ha
cumplido la finalidad para el cual estaba destinado, o cuando no comporta afectación
de las garantías procesales, o desconocimiento de las bases fundamentales de la
instrucción y el juzgamiento, como acontece con el que es objeto de cuestionamiento
por parte del actor.

3. En segundo lugar, que la competencia para el cumplimiento de la función


instructora no está condicionada al factor territorial (los Fiscales Delegados tienen
competencia para actuar en todo el territorio nacional, indistintamente de su sede,
según lo establecido en el artículo 119 del Código de Procedimiento Penal), y que por
ello, en la fase de la instrucción, no procede la declaración de nulidades por dicho
motivo (artículo 304.1 ejusdem). De suerte que cualquier controversia que pueda
llegar a presentarse en el presente caso en punto a la ineficacia de la actuación
procesal por razón del aludido factor, resulta totalmente insubstancial.

4. Cierto es que el procesado y su defensor impugnaron la citada decisión en el acto


de su notificación personal (fls.129 del cuaderno No.1), y que los funcionarios
omitieron imprimirle el trámite correspondiente al recurso. Empero, del análisis de la
secuencia procesal subsiguiente, y la actitud asumida por la defensa, se concluye que
los interesados declinaron de ese propósito, o cuando menos consintieron la situación
fáctico procesal que venía presentándose, provocando, con su actitud procesal, la
convalidación de la irregularidad, pues nunca sustentaron el recurso, ni insistieron en
su interposición ante el Fiscal competente cuando, a instancias del defensor, se
pronunció sobre la solicitud de revocatoria de la referida providencia, manteniendo la
medida de aseguramiento y concediendo la libertad provisional al procesado.

La Corte ha sostenido que cuando el vicio compromete un acto de postulación


discrecional de los sujetos procesales, como por ejemplo el derecho de impugnación,
sus efectos invalidatorios dependerán no solo de su trascendencia, sino de la
circunstancia de no haber sido saneado con motivo de la actitud procesal asumida por
la parte afectada, pues si guarda silencio frente a la informalidad, o concita la
prosecución del trámite procesal haciendo caso omiso de ella, habrá de entenderse
que dispone del derecho que le fue socavado, renunciando a su eventual ejercicio, y
que el vicio, por tanto, ha sido convalidado, acorde con lo previsto en el artículo 308.4
del estatuto procesal (Cfr. Casación de 12 de febrero de 1998, Magistrado Ponente Dr.
Arboleda Ripoll).

5. El actor sostiene que el Juez Promiscuo Municipal de Cubará desconoció los términos
previstos por el artículo 387 del Código de Procedimiento Penal para resolver la
situación jurídica del indagado, con violación del derecho de defensa y el debido
proceso, puesto que entre la fecha de la indagatoria (junio 7/94) y la definición de la
situación jurídica (junio 14/91), transcurrieron más de cinco (5) días.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Este cuestionamiento resulta absolutamente intrascendente, pues una irregularidad de


tal índole, de haberse realmente presentado, no tendría la virtualidad de afectar la
eficacia del proceso, ni modificar el contenido de la sentencia. Sus consecuencias se
inscribirían en el campo disciplinario, si es que se considera que el funcionario
instructor actuó contraviniendo sus disposiciones, pero es claro que una acción de esta
naturaleza ya no podría iniciarse por haber transcurrido el tiempo requerido para su
prescripción.

6. Lo ideal, desde luego, cuando el Juez procede a dosificar la pena, es que a medida
que avanza en el proceso de tasación, exprese las razones de orden fáctico o jurídico
que justifican cada incremento o reducción punitiva, con el fin de que puedan ser
conocidos de primera mano y en contexto, sin necesidad de tener que acudir a otros
apartes de la providencia para establecer el alcance de sus afirmaciones. Pero si el
funcionario se limita a indicar, así sea de manera general, los aspectos que ha tomado
en cuenta para aumentar o disminuir la pena, en el entendido de que no es necesario
entrar en concreciones por haber sido ya objeto de análisis en otros apartes de la
decisión, y del estudio del cuerpo de la sentencia resulta posible determinar con
claridad las razones que sustentan la mayor o menor cuantificación punitiva, como
ocurre en el presente caso, podrá afirmarse que la metodología no es la adecuada,
mas no que sea una resolución carente de motivación.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 27/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santa Rosa de Viterbo
PROCESADO : TAPASCO VANEGAS, FREDY ENRIQUE
DELITOS : Homicidio culposo agravado
PROCESO : 12029
PUBLICADA : Si

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INVESTIGACION INTEGRAL-Límites/ PRUEBA-Solicitud: Deberes de los


sujetos procesales/ CASACION-Ilegalidad de la prueba/ PRUEBA
TRASLADADA-Copia de injurada/ UNIDAD PROCESAL-Delitos conexos:
Narcotráfico y enriquecimiento ilícito/ INFORME DE POLICIA JUDICIAL-
Requisitos/ INTERCEPTACION DE COMUNICACIONES-Requiere
autorización judicial/ ENRIQUECIMIENTO ILICITO-La ley no señala una
cuantía para la tipificación de la conducta

1. Aunque corresponde al funcionario judicial garantizar una investigación integral,


tanto en lo favorable como en lo desfavorable al procesado, ésta no se ha entendido
como la necesidad de realizar todas las pruebas posibles que surjan de lo recopilado o
en la mente del juez y de los sujetos procesales, sino aquéllas que resulten pertinentes
y conducentes a los fines de la acción penal, siempre que no sean superfluas y estén
materialmente al alcance de los medios de que dispone el instructor.

El tiempo y la infraestructura investigativa, la ausencia y reticencia de los testigos, la


dificultad de localización de diversos medios de prueba, son limitantes que impiden,
por lo general, acopiar a cabalidad las pruebas referentes a todos los detalles que
configuran los objetivos del proceso y la investigación integral no puede superar los
linderos de su viabilidad práctica y las posibilidades reales de indagación. Por eso,
cualquier omisión probatoria no constituye nulidad, resultando además indispensable
confrontar que se esperaba de ella y cotejar con los demás elementos de convicción,
para establecer su incidencia favorable o desfavorable en la demostración del delito
y/o en la responsabilidad del acusado.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

2. A pesar de los esfuerzos del instructor por recopilar las pruebas que consideró
conducentes, no siempre se obtuvo un resultado exitoso, por la complejidad del delito
de narcotráfico, especialmente cuando se proyecta de manera transnacional, al igual
que las dificultades para establecer quién es el real propietario de una aeronave, cuyo
verdadero titular no suele figurar en los registros oficiales.

Ahora, si alguna prueba se echa de menos, no debe olvidarse que los defensores y
todos los sujetos procesales están en obligación de colaborar con la administración de
justicia y sus solicitudes pueden ayudar a encauzar correctamente el proceso; por ello,
deben pedir las pruebas que estimen pertinentes y conducentes, más no esperar
deslealmente el final de la actuación para increparle al juez su falta de allegamiento
(art. 18 C. de P. P.).

3. El impugnante aduce que la sentencia fue proferida en un juicio viciado de nulidad,


porque se basó en las transcripciones parciales de conversaciones telefónicas
interceptadas, lo cual impidió ejercer el derecho de defensa.

Al atacar la legalidad de esa probanza, las características de la casación le impone que


formule el reproche como error de derecho, al amparo de la causal primera, a la cual
acude luego y desde este punto de vista es que se abre paso una respuesta de fondo
posterior, pues factores técnicos que gobiernan la impugnación extraordinaria lo
impiden en este momento y llevan a la improsperidad de esta censura.

4. El censor sostiene primero que hubo violación del derecho de defensa, porque la
sentencia se fundamenta en indagatoria rendida en otro proceso, la cual legalmente no
podía trasladarse a esta actuación, y posteriormente alega lo mismo, pero con la
denominación de falso juicio de legalidad.

En el caso concreto, se dio aplicación al artículo 255 del Código de Procedimiento


Penal, que señala que es prueba trasladada la practicada válidamente en otra
actuación judicial o administrativa dentro o fuera del país, que puede allegarse en
copia auténtica y debe ser apreciada de conformidad con las reglas que consagra el
mismo estatuto.

De tal manera, la injurada rendida por (...), en una investigación adelantada por una
Fiscalía de Medellín fue trasladada, con seguimiento de los requisitos legales, a este
proceso y el Juez estaba en la obligación de valorarla, como realmente aconteció.

La indagatoria es un medio de defensa y, a la vez, una prueba, característica que


permitió al instructor hacer uso de aquella norma para trasladarla de aquel proceso a
este otro, sin que pueda acogerse la afirmación infundada que la ley no permitía su
traslado. No debe olvidarse que puede contener una confesión, además de deber ser
valorada como un testimonio que ofrece o no credibilidad, según la reglas de la sana
crítica.

5. El censor dice que se incurrió en nulidad al violarse el principio de la unidad


procesal. Alega que por cada delito endilgado debió adelantarse un proceso.

No tiene en cuenta que el artículo 88 del Código de Procedimiento Penal establece esa
regla, pero también consagra excepciones, como estar frente a hechos punibles
conexos.

Los delitos imputados de narcotráfico, pluriofensivos incluyendo el peligro contra la


salud pública, y de enriquecimiento ilícito de particulares que, entre otros bienes
jurídicos, vulnera el orden económico y social, concurren mediante un vínculo
ideológico, en donde el primero conduce a la realización del otro, o sea, hay una
conexidad sustancial de medio a fin. Se le endilgó al procesado haber sacado del país
cocaína, lo cual le condujo a incrementar ilícitamente su patrimonio.

6. El demandante expresa que se incurrió en un falso juicio de legalidad, al tenerse


como prueba el informe de inteligencia que no aparece signado.

Tal informe policial no fue firmado, lo cual constituye una irregularidad en la aducción
de la prueba, pues el artículo 316 del Código de Procedimiento Penal exige que sean
rendidos mediante certificación jurada, suscritos con nombres y apellidos, el número
del documento que lo identifique como policía judicial y si quien lo suscribe conoció

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

directamente o no de los hechos materia del informe. Precepto que guarda armonía
con el artículo 21 del Decreto 2790 de 1990, convertido en legislación permanente por
el artículo 3° del Decreto 2271 de 1991, en el sentido de que ese informe juramentado
tiene el carácter de testimonio.

7. El impugnante acude al falso juicio de legalidad, porque el fallador tuvo en cuenta


varias interceptaciones telefónicas, que no fueron autorizadas judicialmente.

En el expediente no aparece que las llamadas por teléfono realizadas entre (...) y (...)
hubieran sido interceptadas previa orden judicial. Si no se cumplieron los requisitos
exigidos por el artículo 351 del Código de Procedimiento Penal, desarrollo del inciso 3°
del artículo 15 de la Constitución Política, su aducción fue ilegal y el juzgador no podía
apreciarlas.

8. La ley no señala guarismos en la tipificación de esta conducta -enriquecimiento


ilícito-, ni fija un mínimo, pues basta un incremento patrimonial no justificado, cuya
cuantía, derivada de una u otra forma de actividades ilícitas, sea apreciada por el Juez
como no insignificante, atendidas las circunstancias económicas reinantes al momento
de la realización del comportamiento.

Los $ 99"514.000 no pueden considerarse como una suma irrisoria, atendido su poder
adquisitivo no sólo para el tiempo en que se produjo el enriquecimiento, sino
actualmente. Se trata de una cifra no despreciable que marca bastante diferencia
entre quien la tiene y el que no la posee, con generación de un desequilibrio
económico indebido entre iguales. De ahí que no sea desacertado que el Tribunal la
hubiera tomado como no insignificante, sin que en ello haya incurrido en error.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 27/04/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : GARCIA GARCIA, JAIME
DELITOS : Violación a la Ley 30/86, Enriquecimiento ilícito
de
particular
PROCESO : 13378
PUBLICADA : Si

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CAMBIO DE RADICACION-Afectación del orden público/ CAMBIO DE


RADICACION-Temor a la falta de imparcialidad/ CAMBIO DE RADICACION-
Seguridad de los representantes de la parte civil

1. La apoderada de la parte civil, plantea la existencia de tres consecuencias que


deriva de las circunstancias propias del proceso: 1.- La afectación del orden público;
2.- La afectación a la imparcialidad de los administradores de justicia y, 3.- La
seguridad de los representantes de la parte civil.

Los supuestos problemas de orden público los funda en las amenazas contra la vida e
integridad personal de los ex trabajadores que denunciaron los ilícitos, en el homicidio
de uno de ellos y en la decisión de tales ex trabajadores de constituirse en asamblea
permanente con el apoyo de todas las asociaciones sindicales.

De las pruebas que anexó a la solicitud, no es posible deducir que pueda afectarse el
orden público, si se tiene que este supone las condiciones mínimas de seguridad y
orden que deben existir en el seno de la comunidad para garantizar el normal
desarrollo de la vida en sociedad.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

No está ligado con tal concepto entonces la situación que pueda derivarse de los
problemas específicos de seguridad personal de las víctimas, testigos o intervinientes
en el proceso, como quiera que el concepto de afectación del orden público hace
referencia a una situación general, no particular. Adicionalmente, del material
probatorio anexado a la solicitud no se aprecia que tales situaciones particulares
tengan la connotación de afectar la tranquilidad general o la armonía, al punto de
dificultar la vida en comunidad. O, que haya una situación general de inseguridad
generada por la actuación penal, que ponga en riesgo la vida, la integridad o los
bienes de aquellos que intervienen en ese proceso.

2. El "temor a la falta de imparcialidad de la administración de justicia en Manizales",


tampoco es una circunstancia que amerite el cambio de radicación de este proceso. El
artículo 83 del Código de Procedimiento Penal no acepta como causal de variación del
sitio de radicación de un proceso, una hipótesis formulada por un sujeto procesal sobre
lo que él cree que va a suceder con la tramitación del proceso en determinado lugar.
A contrario, exige la demostración de la existencia de circunstancias objetivas, con las
pruebas que deben acompañarse a la solicitud.

3. Por último, la afectación a la seguridad de la parte civil no está contemplada en sí


misma como causal específica de cambio de radicación. En cuanto hace a factores de
seguridad o de integridad personal, la norma únicamente se refiere a la del sindicado y
en tanto su repercusión concreta pudiere afectar las garantías procesales inherentes a
ese sujeto procesal, sería imprescindible presupuesto de prosperidad haber
demostrado cómo se produce una afectación de esa clase y cómo no sería superable
sino a través del cambio de radicación.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Cambio de Radicación
FECHA : 02/05/2000
DECISION : No accede al cambio de radicación
PROCEDENCIA : Juzgado 1 Penal del Circuito
CIUDAD : Manizales
PROCESADO : TAFFUR ACUÑA, JORGE ALBERTO
PROCESADO : SANTA OSPINA, JORGE ELIECER
PROCESADO : CALDERON RAMIREZ, JOSE ALBERTO
PROCESADO : GUERRERO LUGO, HENRY ALBERTO
PROCESADO : ARGUELLO, SEGUNDO ENRIQUE
DELITOS : Peculado por apropiación, Falsedad en documento
privado, Peculado por extensión, Favorecimiento,
Violación de la libertad de trabajo
PROCESO : 16948
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Errores en la valoración probatoria: Técnica

Cuando de apreciar la naturaleza y alcance de los errores originados en la apreciación


judicial de la pruebas, como uno de los motivos susceptibles de ser invocados en sede
de casación, la jurisprudencia de esta Corte ha sido insistente en señalar que este
desacierto no resulta configurado por la sola disparidad de criterios entre la valoración
realizada por los jueces y la pretendida por los sujetos procesales, sino de la
comprobada y grotesca contradicción entre aquélla y las reglas que informan la
valoración racional de la prueba.

También ha dicho, en doctrina suficientemente decantada y difundida, que si un


contraste de tales características no se presenta, porque los juzgadores, en ejercicio
de esta función, han respetado los límites que prescriben las reglas de la sana crítica,
será su criterio, no el de las partes, el llamado a prevalecer, por virtud de la doble
presunción de acierto y legalidad con que está amparada la sentencia de segunda
instancia.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Por esto, es de reiterarse que inane resulta, por tanto, en sede extraordinaria,
pretender desquiciar el andamiaje fáctico-jurídico del fallo impugnado con fundamento
en simples apreciaciones subjetivas sobre la formas como el juez de la causa debió
enfrentar el proceso de concreción del mérito demostrativo de los elementos de
prueba, o el valor que debió habérsele asignado a un determinado medio.

De ahí que para que un ataque de esta naturaleza pueda llegar a tener alguna
posibilidad de éxito, es necesario que el impugnante entre a demostrar, con apego
irrestricto a la información obtenida en el proceso, que la valoración del órgano judicial
transgrede abiertamente los principios de la lógica, la ciencia, la experiencia o el
sentido común, es decir los postulados de la sana crítica como método legal de
apreciación probatoria.

Simples enunciados generales en torno a la precariedad persuasiva de las pruebas que


sirvieron de soporte al fallo recurrido, y la supuesta solvencia demostrativa de los que
no lo fueron, en manera alguna pueden considerarse argumentos válidos para
sustentar el recurso, al igual que no pueden serlo los cuestionamientos por atentados
a una lógica construida con criterio personal (cfr. auto casación marzo 24/98 M.P. Dr.
ARBOLEDA RIPOLL).

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
FECHA : 02/05/2000
DECISION : Rechaza la demanada y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : LOPEZ, EDGAR FERNANDO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte ilegal de armas
de defensa personal, Homicidio agravado
PROCESO : 14367
PUBLICADA : Si

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ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA-Cuando varía la competencia debe


alegarse en casación por la causal tercera

De la fundamentación expuesta resulta que la pretensión del impugnante es cuestionar


la calificación jurídica de la conducta por la que se irrogó condena, y en tal medida
desestimar la tentativa de homicidio para ubicar el comportamiento llevado a cabo en
el ámbito de las lesiones personales, aspiración ésta que en sede de casación no
puede lograrse al amparo de la causal primera de casación, sino de la tercera o de
nulidad, pues de llegar a demostrarse su configuración, la definición del recurso
extraordinario tendría incidencia en la competencia para conocer del asunto, ya que
según las normas procesales, radica en autoridades distintas de aquellas que pusieron
fin a las instancias.

Además, de acreditarse en el proceso la errónea calificación de la conducta, y


corresponder la llevada a cabo a distinta denominación jurídica en el Código Penal, la
Corte no estaría en condiciones de proferir fallo de remplazo porque de hacerlo podría
dar lugar a la configuración del motivo de casación denunciable al amparo de la causal
segunda, por razón de la ausencia de consonancia entre la sentencia y los cargos
formulados en la resolución acusatoria.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
FECHA : 02/05/2000
DECISION : Rechaza la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : PIÑEROS LONDOÑO, ORLANDO
DELITOS : Tentativa de homicidio
PROCESO : 14390
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Ilegalidad de la prueba: Error de derecho por falso


juicio de legalidad/

El cargo amparado en la causal 3a. del artículo 220 del C. de P.P. impide la viabilidad
del recurso, porque el cuestionamiento que aquí formula el censor parte de la
ilegalidad de la prueba base de la investigación, que dice, fue una copia del acta de
formulación de cargos para sentencia anticipada surtida en otro proceso "aportada sin
el lleno de los requisitos exigidos ...", situación ésta que de ser cierta y tener
incidencia en el fallo, arroja como manifestación la incursión del fallador en un error de
derecho por falso juicio de legalidad, que debe ser propuesto a través de la causal 1a.
de casación.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Casación
FECHA : 03/05/2000
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Tunja
PROCESADO : HERNANDEZ AGUILAR, MARLENY
DELITOS : Falsedad material de particular en doc. púb.
PROCESO : 16361
PUBLICADA : Si

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INVESTIGACION INTEGRAL-Técnica para alegar su vulneración

Si el ataque se vierte fundamentalmente sobre una falta de investigación integral,


porque se dejaron de practicar pruebas capaces de hacer variar la decisión
condenatoria, es apenas lógico que respecto de cada uno de los elementos de
convicción echados de menos se requiera su confrontación con los tenidos en cuenta
por el juzgador, para a partir de dicho contraste poder observar cómo los extrañados
por el casacionista, sin hesitación alguna, harían sucumbir los otros, dejándolos sin
fuerza para sostener el juicio de responsabilidad penal.

Al no encontrarse, entonces, cuáles fueron los medios de prueba soporte de la


sentencia, resulta imposible determinar la contundencia que tendrían los citados por el
censor en punto a la sustentación de un fallo contrario al atacado; ejercicio que por no

71
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

haber sido ejecutado por el demandante deja a obscuras la censura, esto es, la
presenta carente de la claridad y precisión exigidas por el numeral 3 del artículo 225
del C.P.P.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
FECHA : 04/05/2000
DECISION : Rechaza in límine la demanada y declara desierto
el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Barranquilla
PROCESADO : CORRO TEJERA, EVER ANTONIO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Homicidio agravado
PROCESO : 14867
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION PASIVA-Estados Unidos: Inexistencia de convenio aplicable/


EXTRADICION PASIVA-Convención de Montevideo de 1933/ EXTRADICION
PASIVA-Convención Unica sobre Estupefacientes de 1961/ EXTRADICION
PASIVA-Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas/ EXTRADICION PASIVA-
Convención de Viena contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias
Sicotrópicas/ EXTRADICION PASIVA-Declaración de reciprocidad

1. Las ideas que perfunctoriamente presenta el impugnante, pueden ordenarse si se


asume como guía y premisa que la Constitución Política de Colombia, como norma de
normas, sólo alude directamente al tema de la extradición en el artículo 35, tal como
quedó modificado por el Acto Legislativo N° 1 de 1997, vigente desde el 17 de
diciembre del mismo año, para decir a derechas que ella "se podrá solicitar, conceder
u ofrecer de acuerdo con los tratados públicos y, en su defecto con la ley".

De modo que todo lo atinente a los órganos competentes para intervenir en la


extradición activa o pasiva, el procedimiento y las consecuencias, lo defiere la
Constitución a los tratados públicos y, en subsidio, a la ley.

2. Así pues, como quiera que la ley 27 de 1980 (3 de noviembre), aprobatoria del
tratado de extradición de 1979 (14 de septiembre), suscrito entre Colombia y los
Estados Unidos de América, fue declarada inexequible por la Corte Suprema de
Justicia, según sentencia del 12 de diciembre de 1986, dicho instrumento bilateral no
es aplicable en Colombia mientras no se produzca su aprobación por el Congreso, pues
por el momento sólo existe como un compromiso internacional que aún no se ha
perfeccionado (Const. Pol., art. 224).

3. Sin embargo, se ha pretendido que podrían aplicarse algunos convenios


multilaterales, pretensión sobre la cual conviene precisar:

3.1 El Tratado Multilateral de Extradición o Convención de Montevideo de 1933 (26 de


diciembre), suscrito por Colombia y los Estados Unidos de América, entre otros países,
fue aprobado por medio de la ley 74 de 1935 (diciembre 19). Aunque este convenio,
en materia de extradición, regula algunas características, circunstancias, supuestos de
negación por parte del Estado requerido, excepciones y obligaciones que asume el
Estado requirente, en parte alguna se refiere a la exigencia de reciprocidad (arts. 1°,
3°, 5° y 17) , además de que, finalmente y de manera categórica, el artículo 8° prevé
que "el pedido de extradición será resuelto de acuerdo con la legislación interior del
Estado requerido; y, ya corresponda, según ésta, al Poder Judicial o al Poder
Administrativo…".

3.2 La Convención Única sobre Estupefacientes de 1961 (30 de marzo) y su Protocolo


de modificaciones de 1972 (25 de marzo), fueron aprobados por medio de la ley 13 de

72
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

1974 (noviembre 29). Pues bien, el artículo 36 de la Convención de 1961, tal como
quedó modificado por el artículo 14 del Protocolo de 1972, prevé en su párrafo 2,
literal b), incisos i), ii), iii) y iv) lo siguiente:

"... 2. A reserva de lo dispuesto por su Constitución, del régimen jurídico y de la


legislación nacional de cada Parte:
"a)...
"b) i) Cada uno de los delitos enumerados en el párrafo 1 y en el inciso ii) del
apartado a) del párrafo 2 del presente artículo se considerará incluido entre los delitos
que den lugar a extradición en todo tratado de extradición celebrado entre las partes.
Las partes se comprometen a incluir tales delitos como casos de extradición en todo
tratado de extradición que celebren entre sí en el futuro.

"ii) Si una Parte, que subordina la extradición a la existencia de un tratado, recibe de


otra Parte, con la que no tiene tratado, una solicitud de extradición, podrá
discrecionalmente considerar la presente Convención como la base jurídica necesaria
para la extradición referente a los delitos enumerados en el párrafo 1 y en el inciso ii)
del apartado a) del párrafo 2 del presente artículo. La extradición estará sujeta a las
demás condiciones exigidas por el derecho de la Parte requerida.

"iii) Las partes que no subordinen la extradición a la existencia de un tratado


reconocerán los delitos enumerados en el párrafo 1 y en el inciso ii) del apartado a)
del párrafo 2 del presente artículo como casos de extradición entre ellas, sujetos a las
condiciones exigidas por el derecho de la Parte requerida.

"iv) La extradición será concedida con arreglo a la legislación de la Parte a la que se


haya pedido y, no obstante lo dispuesto en los incisos i), ii) y iii) del apartado b) de
este párrafo, esa Parte tendrá derecho a negarse a conceder la extradición si sus
autoridades competentes consideran que el delito no es suficientemente grave" (Se ha
destacado).

Así entonces, aunque algunas normas del ordenamiento jurídico de los Estados Unidos
de América subordinan la extradición a la existencia de un tratado, no es el caso de
aplicar el inciso ii) citado, porque en este caso dicho país no es el que recibe la
solicitud de extradición, sino, por el contrario, el que se la formula a Colombia. De
cualquier modo, no obstante que el evento es inverso al legislado en la norma
internacional, el precepto también dice que es enteramente discrecional para la Parte
requerida considerar la Convención como base jurídica necesaria para la extradición.

En vista de que en este caso Colombia es el país instado para que conceda una
extradición a los Estados Unidos de América, y nuestra Constitución Política no
supedita la extradición exclusivamente a los tratados públicos sino también a la ley
(artículo 35), la solución por vía de la Convención en su forma enmendada se advierte
en el inciso iii), cuando dispone que todo estará sujeto "a las condiciones exigidas por
el derecho de la Parte requerida", máxime que en cualquier caso, como lo define el
inciso iv), la Convención modificada previene en forma definitiva y tajante que "la
extradición será concedida con arreglo a la legislación de la Parte a la que se haya
pedido…".

Sólo una salvedad hace la Convención en su forma enmendada para que el país
requerido pueda negarse a conceder la extradición, cuando "sus autoridades
competentes" estiman "que el delito no es suficientemente grave", pero para nada se
menciona el pregonado "compromiso o acuerdo de reciprocidad".

3.3 Claro que el impugnante habilidosamente sólo trae a colación el texto del artículo
22, párrafo 2, apartado b) del "Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas", suscrito en
Viena el 21 de febrero de 1971, por cuanto de alguna manera allí se hace referencia a
la expresión "acuerdo de reciprocidad" que él siempre quiere capitalizar. Dicho
convenio fue aprobado por el Congreso de Colombia, según quedó plasmado en la ley
43 de 1980 (diciembre 29), texto en el cual simultáneamente se autorizó al Gobierno
para adherir al mismo.

Sin embargo, el recurrente no paró mientes en que la norma invocada del "Convenio
sobre Sustancias Sicotrópicas" de 1971, en su texto es exactamente igual al original
del artículo 36, párrafo 2, apartado b) de la "Convención única sobre estupefacientes"
de 1961, pero que posteriormente fue reelaborado por el artículo 14 del protocolo de

73
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

modificaciones de 1972, que, tal como se evidenció en las consideraciones del


parágrafo 3.2 de esta providencia, no menciona para nada el "acuerdo de
reciprocidad". Por lo visto, la última manifestación de voluntad de la comunidad
internacional, en relación con el tema de la extradición, quedó consignada en el
protocolo de modificaciones de 1972, posterior al Convenio de 1971, así el orden
temporal sea inverso en las leyes aprobatorias del derecho interno de Colombia (1974
y 1980).

Con todo, el artículo 22, párrafo 2, apartado b) del Convenio de 1971, si se lee e
interpreta integralmente, tampoco alcanza para los fines propuestos por el recurrente.
El texto dice:

"2. A reserva de las limitaciones que imponga la Constitución respectiva, el sistema


jurídico y la legislación nacional de cada Parte:
"a)...
"b) Es deseable que los delitos a que refieren el párrafo 1 y el inciso ii) del apartado
a) del párrafo 2 se incluyan entre los delitos que dan lugar a extradición en todo
tratado de extradición, concertado o que pueda concertarse entre las partes, y sean
delitos que den lugar a extradición entre cualesquiera de las partes que no subordinen
la extradición a la existencia de un tratado o acuerdo de reciprocidad, a reserva de que
la extradición sea concedida con arreglo a la legislación de la Parte a la que se haya
pedido, y de que esta Parte tenga derecho a negarse a proceder a la detención o a no
conceder la extradición si sus autoridades competentes consideran que el delito no es
suficientemente grave" (Énfasis agregado).

Aunque debe reconocerse la deficiente y confusa redacción del texto, razón por la cual
fue objeto de aclaración en el Protocolo de modificaciones de 1972, teleológicamente
se entiende que el legislador internacional se propuso que los delitos de producción y
tráfico de sustancias sicotrópicas fueran materia de tratados de extradición y que, en
todo caso, dichos hechos punibles siempre darán lugar a extradición, así "cualesquiera
de las Partes" de la Convención no llegare a subordinar el mecanismo de cooperación
"a la existencia de un tratado o acuerdo de reciprocidad", "a reserva" de que la misma
"sea concedida con arreglo a la legislación de la Parte a la que se haya pedido...".

En suma, la Convención propugna porque se dispongan tratados bilaterales o acuerdos


de reciprocidad entre las Partes para facilitar la extradición por los delitos indicados,
pero que la misma siempre se concederá con arreglo a la legislación del país requerido
(en este caso Colombia), así no se produzcan los anhelados convenios que de alguna
manera podrían incluir la cláusula de reciprocidad.

3.4 Los dos países involucrados en este trámite también son Partes de la Convención
de Viena contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas, suscrita
el 20 de diciembre de 1988, y aprobada por el Congreso de Colombia mediante la ley
67 de 23 de agosto de 1993. Mas, acontece que en cuanto al tema de la extradición,
el convenio no establece ningún procedimiento y apenas sí remite "... a las condiciones
previstas por la legislación de la Parte requerida o por los tratados de extradición
aplicables, incluidos los motivos por los que la Parte requerida puede denegar la
extradición" (art. 6°, num. 5. Se ha subrayado).

De igual manera, el numeral 6 del artículo 6° sólo previene que el Estado requerido
podrá negarse a cumplir las solicitudes de extradición recibidas "... cuando existan
motivos justificados que induzcan a sus autoridades judiciales u otras autoridades
competentes a presumir que su cumplimiento facilitaría el procesamiento o el castigo
de una persona por razón de su raza, religión, nacionalidad u opiniones políticas o que
se ocasionarían perjuicios por alguna de esas razones a alguna persona afectada por la
solicitud". No se prevé en modo alguno el proclamado "compromiso", "acuerdo" o
"principio de reciprocidad", pues, inclusive, al fijar los alcances de la convención, el
artículo 4°, numeral 2, dispone que "las partes cumplirán sus obligaciones derivadas
de la presente convención de manera que concuerde con los principios de igualdad
soberana y de la integridad territorial de los Estados y de la no intervención en los
asuntos internos de otros Estados" (Se hace énfasis).

4. A manera de conclusión, la remisión a la legislación interna del país requerido, en


ausencia de un tratado bilateral aplicable o vigente entre los mismos, aparece como
una constante en los tratados multilaterales examinados, para efectos del trámite de la
extradición, la negación del mismo y la imposición de eventuales condiciones.

74
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

5. Por otra parte, la petición del impugnante aparece no sólo equivocada sino
inconsistente, porque trató de hacer ver que el "principio de reciprocidad" estaba
involucrado decididamente en los tratados multilaterales que se analizaron, lo que no
es cierto, pero a la vez pretende que aquel apotegma se admita como fruto de una
costumbre internacional, lo que a todas luces se ofrece contradictorio, pues si él
figuraba supuestamente en las convenciones internacionales, ya sería derecho escrito
y no consuetudinario.

6. Ahora bien, es cierto que la "reciprocidad", al lado de la "equidad" y la


"conveniencia nacional", son los fundamentos sobre los cuales debe promover el
Estado Colombiano "la internacionalización de las relaciones políticas, económicas,
sociales y ecológicas" (Const. Pol., art. 226). También es verdad que la extradición,
como método de asistencia y cooperación judicial entre los Estados y que tiende a
evitar la impunidad de los delitos, es también una manera de evidenciar las relaciones
políticas entre los países.

7. Sin embargo, en el caso colombiano, cualquier condición que se proponga nuestro


país como Estado requerido en materia de extradición, bien por razones de mayor o
menor gravedad del delito (Convención Única de Estupefacientes de 1961); o porque
con el mecanismo se pueda propiciar una discriminación racial, religiosa, política o de
nacionalidad (Convención de Viena de 1988); o por motivos de igualdad soberana,
reciprocidad, equidad o conveniencia nacional, sólo incumbe examinarla al Gobierno
Nacional, en virtud de la naturaleza mixta del trámite de extradición en nuestro
ordenamiento jurídico, según el cual el Ejecutivo no sólo autoriza inicialmente para
proceder sino que también adopta la decisión final (C. P. P., en su orden, arts. 552,
547, 548 y 559), conforme con la regla constitucional de que el Presidente de la
República, en su condición de jefe de Estado, jefe del gobierno y suprema autoridad
administrativa, es el encargado de dirigir las relaciones internacionales (art. 189-2).

8. Además de las razones expuestas, expresamente el artículo 550 del Código de


Procedimiento Penal prevé que "el Gobierno podrá subordinar el ofrecimiento o la
concesión de la extradición a las condiciones que considere oportunas..."; así como el
artículo 557 dispone que el concepto negativo de la Corte Suprema de Justicia es
obligatorio para el Gobierno, pero que el positivo "lo dejará en libertad de obrar según
las conveniencias nacionales" (Subrayas fuera de texto).

9. Como se ve, el sistema mixto de extradición dispuesto en la legislación colombiana,


que puede resumirse en la ecuación gubernativo-judicial-gubernativo, significa que la
autorización gubernamental para proceder es un requisito necesario y previo a la fase
judicial, pero que ésta también se constituye en un presupuesto para la decisión
administrativa final. Igualmente, por la discrecionalidad que mayormente asiste la
tarea administrativa, a diferencia de la estricta legalidad que distingue el ejercicio
judicial, es al Gobierno a quien le corresponde examinar condiciones o conveniencias,
distintas al debido proceso que controla la Corte Suprema de Justicia a través de los
elementos taxativos que involucra su concepto (favorable o desfavorable), entre los
que no se incluye la reciprocidad (C. P. P., arts. 549, 551 y 558).

10. No es afortunado entonces el reparo de que el Ministerio de Relaciones Exteriores


emitió un concepto incompleto, pues si bien el artículo 552 del Estatuto Procesal Penal
se refiere a las "convenciones", "usos internacionales" y las "normas de este código",
lo hace alternativamente, dado que, conforme con la prelación establecida en el
artículo 35 de la Constitución Política (modificado por el acto legislativo N° 1 de 1997),
primero debe acudirse a los tratados públicos y subsidiariamente a la ley.

11. Así pues, como el concepto del Ministerio de Relaciones Exteriores constituye una
autorización administrativa para proceder, convertida en requisito previo y necesario
para avanzar a la etapa judicial del procedimiento, entonces resulta de obligatorio
acatamiento para la Corte.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Extradición
FECHA : 04/05/2000
DECISION : No repone auto del 11-01-00 que ordena el
traslado a las partes
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : MESA SANIN, JAIRO DE JESUS
PROCESO : 16708
PUBLICADA : Si

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CASACION DISCRECIONAL-Trámite de recurso interpuesto en vigencia del


decreto 2700 de 1991/ CASACION DISCRECIONAL-Sustentación

1. Es lo primero precisar, que en el presente asunto se interpuso el recurso de


casación excepcional en vigencia del artículo 218 del Decreto 2700 de 1.991,
modificado actualmente por el artículo primero de la Ley 553 del 13 de enero del año
en curso, la cual entró a regir el 16 del mismo mes, es la normatividad primeramente
citada la aplicable a este asunto, en virtud a lo dispuesto en el artículo 40 del la Ley
153 de 1.887, según el cual "…los términos que ya hubieren empezado a correr, y las
actuaciones y diligencias que ya estuvieren iniciadas, se regirán por la ley vigente al
tiempo de su iniciación" (artículo 40, Ley 153 de 1.887), y porque, además,
expresamente en el artículo 18 transitorio de la ley de reforma a la casación penal se
establece que la misma "sólo se aplicará a los procesos en que se interponga la
casación a partir de su vigencia, salvo lo relativo a la respuesta inmediata y al
desistimiento, que se aplicarán también para los procesos que actualmente se
encuentren en curso en la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia",
evento que no es el que se presenta en el caso de estudio por no tratarse de un
recurso de casación en trámite, precisamente porque el mismo aún no se ha
concedido.

2. Como el recurrente no cumplió el deber que le correspondía de indicar qué es lo que


pretende a través de este recurso, esto es si la garantía de los derechos
fundamentales o el desarrollo de la jurisprudencia frente a un aspecto puntual del
fallo, habrá de inadmitirse la impugnación, pues así lo ha venido sosteniendo la
jurisprudencia de la Sala, toda vez, que dada la naturaleza especialísima de esta
modalidad de la casación, es necesario que al interponerse la misma se exponga así
sea de manera suscinta la finalidad del mismo, a efectos de que la Corte pueda
determinar discrecionalmente si la concede o no, pues en eventos como el presente no
se cuenta con elementos de juicio para determinar cuáles serían los motivos por los
cuales el petente habría de cuestionar la legalidad del fallo de segundo grado.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Casación Discrecional
FECHA : 04/05/2000
DECISION : Inadmite el recurso de Casación Discrecional
PROCEDENCIA : Juzgado 55 Penal del Circuito
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : GARCIA TAUTIVA, JAIME
DELITOS : Estafa
PROCESO : 16821
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

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CASACION-Falta de motivación de pena accesoria: Técnica/ PENA


ACCESORIA-Debida motivación de las sanciones discrecionales

1. La censura que orienta la demandante contra el fallo de segundo grado apunta a la


casación parcial de la condena, en cuanto la pena de suspensión de la patria potestad
impuesta al acusado requería de la debida sustentación por parte del juzgador, la que
al ser omitida en primera como en segunda instancia hace tal imposición violatoria de
la ley sustancial por interpretación errónea del artículo 52 del Código Penal.

Este puntual enfoque de la actuación implicaría que pese al acierto del juzgador en la
selección del precepto sustancial, su equivocación se diese respecto del alcance de
dicha norma.

Sin embargo, como razón le asiste a la Procuraduría Delegada al dar por equivocado
este enfoque de la demanda, es relevante destacar que si bien es cierto el precepto
enunciado (artículo 52 del Código Penal) resultó a la postre aplicado (así se haya
omitido hasta la cita del precepto por parte de los fallado-res), el error, sin embargo,
no se puede afirmar ocasionado a consecuencia de una interpretación indebidamente
extensiva, restrictiva o deformada de su texto, sino obedeció a falta de motivación en
ese aspecto del fallo proferi-do, ello conduce a afirmar, de una parte, que la
sustracción de materia en el razonamiento del juez no puede ser suplida por inferen-
cias especulativas del actor, y mal haría la Corte en fundar la corrección del agravio
dando respuesta a una argumen-tación que conoce, y de la otra, que la censura en tal
caso se debe encaminar es a la invalidación parcial de la sentencia, en cuanto que el
silencio sobre unos motivos que por rigor legal corresponde expresar en la sentencia,
traducen es un vicio de actividad del juez que afectando el debido proceso (artículos
29 Constitucional y 180 y 304-2 del Código de Procedimiento penal), y al radicar
exclusivamen-te en la sentencia, tienen su vía de solución por la causal tercera de
casación, así conduzca, por ministerio expreso de la ley (artículo 229 del Código de
Procedimien-to Penal), a su remedio mediante fallo de sustitución, y no a la
invalidación de lo actuado.

2. No obstante que el defecto resaltado conduce al decaimiento de la demanda, ello no


obsta para que la Sala proceda oficiosamente a casar de manera parcial el fallo
recurrido, acudiendo para ello a la competencia que le otorgan los artículos 228 y 229
del Código de Procedi-miento Penal, en cuanto la aplicación de la pena accesoria que
censura la Procuradora Judicial resulta efectivamente contraria al principio de legalidad
que entraña el debido proceso, si ya se ha visto que por expresa previsión del artículo
52 del Código Penal, se trata de una sanción "discrecional", lo que implicaba de una
parte la debida motivación del fallador, nunca su arbitrio, y de la otra, la necesaria
relación y coherencia entre la conducta reprimida y la medida que se impone.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 04/05/2000
DECISION : Desestima la demanda, casa parcial y
oficiosamente sobre la patria potestad
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
RECURRENTE : BERMUDEZ BERMUDEZ, LUCY JEANNETE –
Procuradora 12 en lo penal
PROCESADO : CHACON NIÑO, JOSE ANTONIO
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 9549
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

CASACION DISCRECIONAL-Garantía de derechos fundamentales/


CASACION DISCRECIONAL-Desarrollo de la jurisprudencia

La casación excepcional procede contra los fallos de segunda instancia de los


Tribunales Superiores de Distrito Judicial, el Superior Militar y el antiguo Nacional, por
delitos que no tengan señalada pena privativa de la libertad igual o superior a seis
años, hasta antes de entrar en vigencia la ley 553 de 2000 y los proferidos, también
en segundo grado, por los Juzgados Penales del Circuito, por hechos delictivos.

Dentro de los quince días siguientes a la notificación de la sentencia se debía presentar


la impugnación y sustentar el motivo que determine la viabilidad de la admisión, sea
en procura del desarrollo de la jurisprudencia o para garantía de un derecho
fundamental quebrantado en las instancias. Así ocurre en el presente caso, lo que
haría viable la casación excepcional, interpuesta por la defensora, legitimada para
hacerlo.

Las garantías, en general, son los mecanismos que permiten disfrutar, ejercer o
amparar el derecho respectivo. Cuando se escoja esa vía, es indispensable especificar
no solo el derecho fundamental violado, sino también el medio que lo protege o
garantiza y la irregularidad o forma como fue desconocido o vulnerado. O sea, indicar
al menos sucintamente en que consistió la violación y su incidencia negativa en la
garantía, que lleva a la mengua o imposibilidad de gozar o ejercer el derecho
fundamental.

Con relación al desarrollo de la jurisprudencia, la corporación ha reiterado que es


deber del impugnante indicar si pretende fijar el alcance interpretativo de un precepto,
la unificación de posiciones disímiles, el pronunciamiento sobre un punto concreto no
desarrollado jurisprudencialmente, o la actualización ante nuevas realidades fácticas y
jurídicas y, además, la incidencia favorable de la ilustración doctrinaria frente al caso
concreto, al igual que la orientación que se prestará al trazar esos derroteros.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Casación Discrecional
FECHA : 04/05/2000
DECISION : No acepta la casación excepcional interpuesta
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : CORREA DE MARTINEZ, ANA DELIA
NO RECURRENTE : MARTINEZ CORREA, MARIA LUISA
DELITOS : Falso testimonio
PROCESO : 16037
PUBLICADA : Si

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COMPETENCIA TERRITORIAL-Facultad constitucional del Consejo Superior


de la Judicatura para fijar la comprensión territorial de los Distritos Judiciales

Ante todo debe aclararse que el Consejo Superior de la Judicatura, al tenor de lo


dispuesto en el numeral 1° del artículo 257 de la Constitución Política y en los artículos
50 y 85 de Decreto 270 de 1996, Ley Estatutaria de la Administración de Justicia,
teniendo en cuenta los principios de fácil acceso, proporcionalidad de cargas de
trabajo, cercanía del juez a los lugares en que hubieren ocurrido los hechos, celeridad
del control ejercido mediante la segunda instancia y suficiencia de recursos para
atender la demanda de justicia, fijó la división del territorio para efectos del
juzgamiento.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

En desarrollo de sus facultades constitucionales y legales, la Sala Administrativa de la


citada Corporación, mediante acuerdo N° 87 del 9 de mayo de 1996, organizó
territorialmente los distritos judiciales del país, estableciendo, entre otras cosas, que el
Distrito Judicial de Cúcuta en el "área de Norte de Santander tiene tres Circuitos
Judiciales: Cúcuta, Ocaña y Los Patios. En el área de Arauca, que comprende los
Circuitos Judiciales de Arauca y Saravena, se cubre la totalidad del departamento de
Arauca, más el municipio de Cubará del departamento de Boyacá".

Por tal motivo, resulta claro para la Sala que la competencia para conocer del presente
asunto corresponde al Juzgado Único Penal del Circuito Especializado de Cúcuta, en
razón a que los hechos objeto de juzgamiento se cometieron dentro de su
comprensión territorial, esto es, en la vía que del municipio de Cubará conduce al de
Saravena.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 08/05/2000
DECISION : Declara la competencia del Juzgado Único P. del
Circuito Especializado de Cúcuta
JUZGADOS COLISIONANTES : Juzgado Único Especializado del Circuito de
Cúcuta
: Juzgado Único Especializado del Circuito de Tunja
PROCESADO : SUAREZ BRICEÑO, GERMAN, O
PROCESADO : BRICEÑO SUAREZ, GERMAN, O
PROCESADO : BOCOTA AGUABLANCA, GUSTAVO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Homicidio agravado,
Rebelión, Secuestro agravado
PROCESO : 16924
PUBLICADA : Si

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NOTIFICACION-De la sentencia

por virtud del principio de integración, en tratándose de la notificación de la sentencia,


cuando ésta no se ha hecho de manera personal, se debe recurrir al Código de
Procedimiento Civil, que en el artículo 323 contempla, entre otras cosas, el momento
en que la misma debe entenderse como surtida.

El citado artículo textualmente establece:

"La sentencias que no se hayan notificado personalmente dentro de los tres días
siguientes a su fecha, se harán saber por medio de edicto que deberá contener:

"1° La palabra edicto en su parte superior.


"2° La determinación del proceso de que se trata y del demandante y el demandado,
la fecha de la sentencia y la firma del secretario.

" El edicto se fijará en lugar visible de la Secretaría por tres días, y en él anotará el
secretario las fechas y horas de su fijación y desfijación. El original se agregará al
expediente y una copia se conservará en el archivo en orden riguroso de fechas.

"La notificación se entenderá surtida al vencimiento del término de fijación del edicto".
(subrayas extrañas al texto).

Así, entonces, resulta claro para la Sala que cuando se trata de dicha notificación, la
misma se encuentra surtida, al momento en que fenece el término de la fijación del
edicto y no como lo alega el impugnante.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Casación Discrecional
FECHA : 08/05/2000
DECISION : No repone el auto que nego la casación
discrecional
PROCEDENCIA : Juzgado 39 Penal del Circuito
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : GARCIA, ARNULFO
DELITOS : Tentativa de extorsión
PROCESO : 16656
PUBLICADA : Si

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ERROR DE HECHO-Diferencia entre el falso juicio de identidad y el falso


raciocinio/ INDICIO-Técnica para atacarlo en casación

1. En lo atinente a las censuras que formula por error de hecho por falso juicio de
identidad, por quebrantamiento de los principios de la sana crítica, tampoco acierta en
su formulación y desarrollo.

En efecto, ante todo es preciso aclararle al casacionista que cuando al fijar


racionalmente el mérito de las pruebas el fallador se aparta de los postulados de la
sana crítica, no se está en presencia de un error de hecho por falso juicio de identidad,
sino de raciocinio, existiendo entre estas 2 clases de vicios una esencial diferencia: el
primero es de carácter objetivo, contemplativo, y surge cuando el fallador al apreciar
la prueba tergiversa su contenido fáctico, su expresión literal, poniéndola a decir lo
que ello no expresa; el segundo, es de carácter apreciativo, y ocurre cuando al
analizar el mérito de una prueba sujeta a la apreciación racional, lo hace con desprecio
de los principios de la sana crítica.

2. Cuando se trata del indicio el ataque se puede dirigir contra la prueba del hecho
indicador, o contra la inferencia lógica, o contra el proceso de valoración conjunta al
apreciar su articulación, convergencia y concordancia, como lo ha reiterado la
jurisprudencia de la Sala*.

En el primer caso se debe demostrar que se incurrió en errores de hecho o de derecho,


por falsos juicios de existencia, identidad, legalidad o convicción (en los eventos en
que éste es procedente).

En el segundo, y considerando que la inferencia lógica es el resultado de un proceso


intelectual valorativo, la única vía posible es el error de hecho por falso raciocinio, por
tergiversación de los principios de la sana crítica. Así las cosas, para que el cargo
quede correctamente formulado, es imprescindible precisar si lo transgredido es una
ley científica, un principio lógico o una regla de experiencia, de qué manera se
transgredió y cuál es su trascendencia frente al fallo, como lo ha sostenido la Sala** .

Además, el ataque a la inferencia lógica implica que se acepta el hecho indicante,


resultando contradictorio su cuestionamiento simultáneo al interior del mismo cargo.
____
*Ver. Entre otras, casación 13116, 23 de febrero de 2000. M. P. Dr. Fernando
Arboleda Ripoll.
** Casación 11.113, octubre 15/99. M. P. Dr. Carlos E. Mejía Escobar; casación
11.206. M. P. Dr. Alvaro Orlando Pérez Pinzón.

80
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Auto Casación
FECHA : 08/05/2000
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : PORRAS OYUELA, HUBER HERNANDO
DELITOS : Secuestro extorsivo
PROCESO : 14603
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION PASIVA-Italia: Los delitos de incumplimiento de medidas de


vigilancia oficial y el de ultraje a empleado público consagrados en la
legislación italiana, no están tipificados en Colombia como tales/
EXTRADICION PASIVA-Mínimo punitivo: Se refiere al establecido en la
normatividad vigente/ EXTRADICION PASIVA-Prescripción

1. Encuentra la Sala que respecto de los delitos de incumplimiento de medidas de


vigilancia oficial a que se refiere el artículo 497 de la legislación Italiana y el de ultraje
a empleado público de los artículos 341 y 344 ibídem, no se configura el requisito de la
doble incriminación por no estar tipificados en Colombia como delitos, ya que en lo que
tiene que ver con el primero, el Código Penal y de Procedimiento Penal prevén tal
situación como causal de revocatoria de los subrogados penales y en lo que atañe a lo
segundo, si bien su título podría sugerir alguna identidad con el señalado en el artículo
164 del Estatuto Sustantivo colombiano, denominado "violencia contra empleado
oficial", la descripción típica que las normatividades de cada país hacen de dicha
conducta delictual, difiere en su sentido y contenido, ya que mientras en la del
requirente apunta a sancionar las ofensas al honor o prestigio de un funcionario
público "en su presencia y a causa o en el ejercicio de sus funciones", el modelo
comportamental sancionado en nuestro medio se concreta en el acto de violencia que
se ejerza "contra un empleado oficial, para obligarlo a ejecutar u omitir algún acto
propio de su cargo o a realizar uno contrario a sus deberes oficiales".

2. El defensor oficioso del requerido expone como fundamento de su pretensión de un


concepto desfavorable por parte de la Corte a la solicitud de extradición elevada por el
Gobierno de Italia, la apreciación en cuanto que si bien respecto de varios de los
delitos por los que se halla condenado (...) no se satisface el requisito de la doble
incriminación al no estar sancionados en Colombia con pena mínima superior a 4 años,
los demás, es decir, los que si lo cumplen, en la actualidad se encuentran prescritos
conforme a nuestra legislación, como ocurre con varios de los que fueron objeto de
condena por el Tribunal de Génova, como quiera que se trata de hechos que datan de
1.984, 1.990, 1.983 y 1.988 y además, porque de acuerdo con los atenuantes tenidos
en cuenta para tasar la pena, no se daría tampoco el requisito del mínimo de pena,
situación que también, dice, se presenta con algunos delitos de posesión de armas de
defensa personal, tentativa de hurto y la compra y venta de medio kilo de cocaína
sancionados en la sentencia dictada por el Tribunal Penal de San Remo.

En tales postulados, ninguna razón le asiste al profesional del derecho, no solo porque
parte del equívoco de entender que el mínimo de pena requerido para cumplir con el
requisito de la doble incriminación se refiere a la sanción impuesta en el país
solicitante, cuando es verdad de a puño porque en ello es muy clara la ley nacional, se

81
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

trata del mínimo punitivo señalado en la normatividad vigente y porque además, lo


concerniente al término de prescripción, que para el defensor se cuenta conforme a
"nuestra legislación", no es tema, ni mucho menos objeto del concepto que le
corresponde en estos casos emitir a la Corte, precisamente por no constituir un
condicionamiento para que se conceda o no la extradición, ya que, en eventos como el
presente en donde no existiendo tratado ni convenio que regule este mecanismo entre
el país requirente y Colombia, son las disposiciones del Código de Procedimiento Penal
las que rigen este trámite y la actuación pertinente a dicho fin, sin que la verificación o
no de la vigencia de la acción penal sea presupuesto de ello, lo que aparece como
lógico si se tiene en cuenta que la función judicial en esta clase de asuntos se limita a
la verificación formal y objetiva de los presupuestos para la procedencia de la
extradición.

Lo anterior, tiene su razón de ser si se tiene en cuenta que entendida la extradición


como un mecanismo internacional de cooperación entre los Estados con un propósito
común, combatir la delicuencia trasnacional procurando que un país no se convierta en
refugio de quienes habiendo delinquido en un determinado territorio se hagan prófugos
evitando la acción de la justicia, pues de lo que se trata es que la persona sindicada de
un delito se haga presente ante el país ofendido para que responda personalmente por
las imputaciones en su contra, es allí, conforme a la normatividad existente que se
impone el uso de los recursos legales pertinentes, ya que lo contrario, esto es, que en
Colombia se hagan juicios sobre asuntos que soberanamente le corresponde definir al
juez extranjero, sería tanto como desbordar los fines de la extradición.

En este sentido, importa recordar, lo expuesto por la Sala en concepto del 26 de


octubre de 1.999 con ponencia del Magistrado, doctor Edgar Lombana Trujillo:

"...el orden de prelación de las fuentes de la extradición aceptada por la doctrina


internacional conlleva a atender en primer lugar los tratados de extradición, luego las
leyes internas especiales o las preceptivas de los Códigos Penal y de Procedimiento
Penal que la reglamenten, y en su defecto a la costumbre y la reciprocidad
internacional. En consecuencia, la prescripción puede ser regulada específicamente por
el tratado, o remitir su tratamiento a la ley interna de alguno de los dos Estados, o en
su defecto, el ordenamiento interno puede reglamentar este fenómeno o abstenerse
de hacerlo.

En el caso colombiano con arreglo a lo estipulado por el artículo 17 del Código Penal
patrio la extradición se solicitará, concederá u ofrecerá de acuerdo con los tratados
públicos, y a falta de ellos el gobierno solicitará, ofrecerá o cencederá la extradición
con arreglo a lo establecido por el Código de Procedimiento Penal. Significa lo anterior,
que la prioridad en las fuentes de aplicación de cualquier clase de extradición, la
tendrá en su orden, los tratados internacionales suscritos por el Gobierno nacional y en
su defecto la legislación interna.

Tampoco puede fundarse el pretendido análisis de la prescripción como parte del
objeto del concepto en el principio de la doble incriminación, en virtud a que este se
agota en la constatación de que los hechos atribuídos al reclamado se hallen tipificados
en los Estados como delitos, y castigados en Colombia con privación de la libertad no
inferior a cuatro años, sin que sea necesario averiguar si la facultad punitiva de ellos
se mantiene. Y ello es lógico en razón a que lo que prescribe es la acción penal, o la
pena, y no el delito, por tanto, ello no incide en la doble incriminación, pues de
presentarse este fenómeno jurídico, el carácter delictual de las conductas pervive en
las dos potencias; siendo esa la razón por la cual en los tratados internacionales sobre
extradición que reglamentan la prescripción, lo hacen de manera autónoma e
independiente a la doble tipicidad".

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Extradición
FECHA : 09/05/2000
DECISION : Emite concepto favorable de extradición por unos
delitos y desfavorable por otro.
PAIS REQUIRENTE : Italia
REQUERIDO : LAZZARO, ANTICOLI
DELITOS : Tentativa de homicidio, concierto para delinquir,
narcotráfico (violación a la ley 30/86)
PROCESO : 15727

82
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

PUBLICADA : Si

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NULIDAD-Principios/ PRUEBA EN EL JUICIO-Requisitos de la solicitud

1. De la Constitución Política, la ley, la jurisprudencia y la doctrina*, emanan como


principales principios que rigen el tema de las nulidades respecto de los derechos o
garantías de las partes o sujetos procesales, los siguientes:

1) Concreción. Significa que, en contra de la abstracción, es decir, de la vaguedad,


indeterminación, imprecisión, generalidad e indefinición, le corresponde a quien aduce
irregularidades procesales delimitar, precisar, individuar, particularizar y puntualizar el
acto o actos procesales que generan o desencadenan el desconocimiento de los
derechos y garantías de los sujetos procesales.

2) Conservación. Explica que antes de declarar la nulidad de una actuación dudosa o


ambigua es necesario tratar de darle validez.

3) Convalidación o del consentimiento. Se presenta este fenómeno cuando ante una


eventual irregularidad la parte afectada se conforma, la acepta y no ejerce, dentro de
un tiempo prudencial, o dentro de una fase determinada, la oposición al acto o
comportamiento conculcante. El silencio del "sujeto" sobre el punto lleva a dar por
subsanada la alteración del procedimiento, pues de él se desprende su ausencia de
interés o su renuncia al mismo.

4) Especificidad, taxatividad o legalidad. Se enuncia diciendo que no hay nulidad sin


texto legal expreso, es decir, que la ley debe explicitar, estricta y restrictivamente, las
causales de nulidad. Por consiguiente, no procede cuando quien la aduce no expone
con nitidez el motivo legal en que se funda, aún en los supuestos conocidos como
nulidades implícitas pues de todas maneras estas corresponden a una razón, causal o
motivo más comprensivo.

5) Excepcionalidad o residualidad. Quiere decir que la declaración de nulidad sólo es


viable cuando no exista, frente al acto irregular, otro u otros mecanismos aptos para
reparar o remediar la deformación procesal.

6) Instrumentalidad de las formas o de finalidad. Establece que la nulidad es


improcedente aún en aquellos casos en que existen vicios de forma, si el acto alcanza
los propósitos propuestos, e incluso en los supuestos en que se sigue un procedimiento
equivocado pero que materializa mejor los derechos o garantías.

7) Judicialidad. Equivale a decir que mientras el acto no sea declarado nulo mediante
decisión del Poder Judicial, conserva su vigencia y sus efectos.

8) Protección. En virtud de él, quien da lugar a la irregularidad, o la coadyduva, no


puede solicitar la declaración de nulidad, sobre la base, ya antigua, de que la torpeza
no crea derechos, o de que nadie puede invocar su propia torpeza.

9) Trascendencia. Significa que no hay nulidad sin perjuicio y sin la probabilidad del
correlativo beneficio para el nulidicente. Más allá del otrora carácter puramente
formalista del derecho, para que exista nulidad se requiere la producción de daño a
una parte o sujeto procesal. Se exige, así, de un lado, la causación de agravio con la
actuación; y, del otro, la posibilidad de éxito a que pueda conducir la declaración de
nulidad. Dicho de otra forma, se debe demostrar que el vicio procesal ha creado un
perjuicio y que la sanción de nulidad generará una ventaja.

2. Como lo ordena el artículo 250 del C. P. P., la solicitud de pruebas prohibidas,


ineficaces, impertinentes, inconducentes y superfluas, debe ser rechazada, así como la
que no conduzca "...a establecer la verdad sobre los hechos materia del proceso...".
( resalta la Sala ).

83
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Esa solicitud de práctica de pruebas debe estar debida y completamente sustentada,


esencialmente demostrando para qué, con qué finalidad, se hace. Esta afirmación es
obvia, como emerge de lo siguiente:

Según el artículo 446 del C. P. P., el traslado para la preparación de audiencia incluye
la posibilidad de impetrar las "...pruebas que sean conducentes". Como conducente
proviene de conducir y conducir significa guiar, llevar, dirigir algo hacia un fin,
transportar de una parte a otra, orientar hacia un paraje o sitio, actuar a propósito de
una finalidad, es obvio que a quien pide la realización de una prueba le corresponde
demostrar para qué, siempre de frente a aquello que es objeto del proceso.

En virtud del artículo 447 del mismo estatuto, finalizado el término del traslado
anterior, entre otras cosas el Juez debe decretar las "...pruebas que considere
procedentes ". Si lo procedente es lo arreglado a la prudencia, a la razón, si es lo
acomodado al fin que se persigue, resulta elemental que quien quiere se practique una
diligencia diga por qué motivo o con qué finalidad.

El artículo 448 de la ley procesal penal dispone, además, que si de la práctica de


pruebas surgen otras necesarias para el esclarecimiento de los hechos, pueden ser
solicitadas y practicadas antes de la culminación de la audiencia ( inciso 2o. ), y que el
Juez puede decretar de oficio las que considere necesarias ( inciso 3o. ). Si lo
necesario es aquello que absolutamente hace falta, si significa lo que no puede dejar
de ser, si es aquello que tiene carácter de imprescindible, conclúyese que quien pide
pruebas debe demostrar por qué se hacen menester, siempre en conexión plena con la
finalidad pretendida por el solicitante.

Resulta de lo anterior, entonces, que las peticiones de práctica de pruebas, deben


estar acompañadas, de una parte, de la demostración de su pertinencia, conducencia,
necesidad y eficacia; y, de la otra, de la plena demostración de los objetivos buscados.

____
* Ver, por ejemplo, artículo 29-5 de la Constitución; Título VI del Libro Primero del C.
de. P. P. -artículos 304 a 308-; C. S. J., Sala Penal, 15 de junio de 1981, M. P. Dr.
Alfonso Reyes Echandía; 7 de julio de 1989, M. P. Dr. Edgar Saavedra Rojas; 12 de
noviembre de 1993, M. P. Dr. Jorge Carreño Luengas; 10 de marzo de 1994, M. P. Dr.
Ricardo Calvete Rangel; 2 de junio de 1994, M. P. Dr. Guillermo Duque Ruiz; 17 de
abril de 1995, M. P. Dr. Nilson Pinilla Pinilla; 14 de septiembre de 1999, M. P. Dr.
Carlos E. Mejía E; Enrique Véscovi, "Teoría general del proceso", Bogotá, Temis, 1984,
ps. 295 s.s.; Luis A. Rodríguez, "Nulidades procesales", Buenos Aires, Editorial
Universidad, 1983, ps. 92 s.s.; Eduardo J. Couture, "Fundamentos de derecho procesal
civil", Buenos Aires, Depalma, 1981, 3a. edición -póstuma-, reimpresión, ps. 386 s.s.;
Mario E. Oderigo, "Lecciones de derecho procesal", II, Buenos Aires, Depalma, 1982,
ps. 248 s.s; Fernando De La Rúa, "Teoría general del proceso", Buenos Aires,
Depalma, 1991, ps. 88 s.s.; Jorge P. Camusso, "Nulidades procesales", Buenos Aires,
Ediar, 1983, ps. 193 s.s; Bernal Cuéllar, Jaime - Montealegre Lynett, Eduardo, "El
proceso penal", Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 1995, 3a. edición, ps.
270 s.s.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Segunda Instancia


FECHA : 11/05/2000
DECISION : Confirma la providencia del 15-04-99 que niega la
nulidad y práctica de pruebas
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Riohacha
PROCESADO : DAZA BERMUDEZ, RODRIGO
DELITOS : Prevaricato por acción, Prevaricato por omisión,
Cohecho propio
PROCESO : 15989
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

NULIDAD-Técnica en casación/ NOTIFICACION-De la resolución de cierre


de investigación/ TERMINO-Constancias secretariales/ TRASLADO PARA
PREPARACION DE LA AUDIENCIA-No requiere auto que lo disponga/
ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA-Técnica para alegarla en casación

1. Aunque las nulidades, como lo ha dicho la Sala, permiten alguna amplitud para su
proposición y desarrollo, no puede la demanda en que se aduzcan equipararse a un
escrito de libre formulación sino que está sujeta, como en las demás causales, a unos
insoslayables requisitos, debiendo quien las invoque indicar el motivo de la nulidad, la
irregularidad sustancial que alega, la manera como ésta socava la estructura del
proceso o afecta las garantías de los sujetos procesales y su incidencia en el fallo, y la
actuación que en virtud del yerro queda viciada.

3.2.1. En lo que respecta a la alegada falta de notificación al procesado y a su


defensor de la resolución de cierre de investigación, si bien es cierto que inicialmente
fue así, tal vicio fue corregido, habiéndose notificado tal proveído, de manera personal
al Ministerio Público y al defensor, sin que, por otra parte, hubiera obligación de
notificar personalmente al procesado, al tenor del artículo 188 del C. de P. Penal, pues
no se encontraba privado de la libertad, pues al momento de definírsele la situación
jurídica le fue impuesta medida de aseguramiento de conminación, en cuanto que
inicialmente se le imputó el punible de lesiones personales.

2. En lo atinente a que no se precisó por la Secretaría el día y la hora en que empezó a


correr el término para presentar alegatos precalificatorios, en ningún yerro se incurrió,
pues no hay norma que así lo ordene y, además, no es el Secretario quien fija lo
términos sino la propia ley o, en su defecto, el juez, conforme al art. 174 del C. de P.
Penal, siendo deber de los sujetos procesales estar pendientes de los mismos.

3. En lo que concierne a la falta de notificación de la providencia en la que se dispuso


correr el traslado de que trata el art. 446 del Código de Procedimiento Penal, tampoco
se cometió ninguna irregularidad, pues la ley no dispone que se dicte tal providencia,
bastando la constancia secretarial sobre que el expediente queda a disposición de los
sujetos procesales, para los fines previstos por el artículo 446 del C. de P. P.

4. Como lo ha reiterado la Sala* , cuando el fallador se equivoca en el proceso de


adecuación típica, calificando la conducta con el nombre que corresponde a otro delito
se está en presencia de un error de mérito o in iudicando que, como tal, debe acusarse
al amparo de la causal primera y corregirse dictando fallo de sustitución. Pero puede
acontecer, como en este caso, que, por excepción, el vicio in iudicando trascienda a la
validez de la actuación, en forma tal que si se enmendara con fundamento en la
primera se generaría un nuevo dislate, al no quedar la sentencia en consonancia con la
resolución de acusación, lo que ocurre cuando el delito que erróneamente se imputa
en el pliego de cargos y el que se ha debido atribuir corresponden a distinto capítulo
del Código Penal. Pero como en este evento, el desatino sigue siendo de mérito,
aunque debe denunciarse y remediarse con fundamento en la causal tercera, debe
desarrollarse conforme a la técnica que gobierna la primera, debiéndose, por ende,
señalar la forma de quebrantamiento de la ley sustancial, si directa o indirecta, y en
esta hipótesis, la naturaleza del vicio cometido, si de hecho o de derecho, y el falso
juicio que lo determinó (existencia, identidad, raciocinio, legalidad o convicción), con
indicación de las pruebas comprometidas y la trascendencia del error en las
conclusiones del fallo.
______
* Ver, entre otras, casación 9196, mayo/96, M.P. Dr. Dídimo Páez Velandia; 9335,
mayo 30/96, M.P. Dr. Jorge E. Córdoba Poveda; y 10055, diciembre/98, M. P. Dr.
Fernando Arboleda Ripoll.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 12/05/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cundinamarca
PROCESADO : MAHECHA DIAZ, DANIEL HUMBERTO
DELITOS : Tentativa de homicidio
PROCESO : 11401
PUBLICADA : Si

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COHECHO POR DAR U OFRECER-Competencia territorial

Establece el artículo 143 del Código Penal, modificado por la ley 190 de 1995 que "El
que dé u ofrezca dinero u otra utilidad a servidor público, en los casos previstos en los
dos artículos anteriores, incurrirá …", de lo que se desprende que el tipo penal admite,
para su configuración, que el sujeto activo entregue la dádiva o la ofrezca.

Es un delito de consumación instantánea y afecta a la administración pública cuando


se ejecuta una u otra conducta.

En el caso en estudio, es evidente que con el ofrecimiento de los $50.000.000.oo


efectuado por (...) a los miembros del C.T.I. Linderman Flórez y Ciro Castilla a efectos
de que suspendieran la investigación que adelantaban en la ciudad de Barranquilla,
quedó consumado el ilícito.

Recuérdese que (...) inicialmente intentó ubicar a los señores (...) y (...) en su oficina,
ubicada en la sede de la Unidad Nacional del C.T.I., aquí en la ciudad de Bogotá. Que
al no encontrarlos estos se comunicaron con el abonado que les dejó con una
funcionaria de esa entidad y les informó lo referente a la oferta de la suma referida y
para los fines ya mencionados.

En estas circunstancias no resulta trascendente, como equivocadamente lo asegura el


Juez 31 Penal del Circuito de esta ciudad, que los funcionarios contactados se
trasladaran y ubicaran en la ciudad de Barranquilla y que allí se hiciera la entrega del
dinero y se efectuara la captura de los encartados, o que las autoridades de esa ciudad
estén tramitando el proceso sobre el cual recaía el interés de estos.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 12/05/2000
DECISION : Asigna competencia a Juzgado 31 P. C. de Btá.
JUZGADOS COLISIONANTES : Juzgado 4 Penal del Circuito de Barranquilla
: Juzgado 31 Penal del Circuito de Santafé de
Bogotá
PROCESADO : ROMERO, LIMEDES JOSE
PROCESADO : TAPIAS SALCEDO, ALFONSO RAFAEL
PROCESADO : CONTRERAS, CARLOS ARTURO
PROCESADO : DE ALBA, MANUEL MAURICIO
DELITOS : Cohecho por dar u ofrecer
PROCESO : 16863
PUBLICADA : Si

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86
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

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RESPUESTA INMEDIATA-Condiciones de procedibilidad/ DEFENSA


TECNICA-Indagatoria: Nombramiento de una persona honorable como
defensor

1.- Entre las modificaciones que el legislador introdujo al capítulo VIII del Título IV del
Código de Procedimiento Penal con la ley 553 del año 2000, se encuentra la inclusión
del artículo 226 A, el que autoriza a la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de
Justicia a dar una respuesta inmediata a los cargos presentados en la demanda contra
la sentencia de segunda instancia, haciendo referencia al antecedente, para lo cual se
deben reunir las siguientes condiciones: a) Que sobre el tema exista unanimidad en
los pronunciamientos de la Sala, y b) Que de igual manera la Corte considere que no
es necesario reexaminar el punto.

El mandato legal que se viene invocando representa un instrumento jurídico


fundamental, quizás uno de los más importantes en sede casación, para alcanzar el
propósito de brindar a la sociedad una pronta y eficaz administración de justicia, meta
que a la vez constituye una de las tareas primordiales del Estado. Veamos entonces si
en el sub judice se cumplen los presupuestos para dar respuesta inmediata a las
pretensiones de la demanda.

2.- Como la indagatoria de (...) se recibió a las once de la noche del 1° de diciembre
de 1994 y (...) oyó en diligencia de descargos el 2 de diciembre del citado año, a la
una y cinco minutos de la madrugada, el funcionario instructor lo que hizo fue obrar de
conformidad con lo establecido por la ley vigente a la fecha en que se cumplió la
actuación procesal cuestionada por el demandante, esto es, dentro de las facultades
conferidas expresamente por el inciso 1° del artículo 148 del C.P.P. y el artículo 34 del
decreto 196 de 1971.

En el presente caso, la sentencia de la Corte Constitucional C-049 del 8 de febrero de


1996 no tiene incidencia, por cuanto que ella sólo produce efectos hacía el futuro,
según lo dispone el artículo 45 de la ley 270 de 1996.

El criterio expuesto ha sido el que de manera uniforme ha venido sosteniendo


pacíficamente la jurisprudencia de la Sala Penal de la Corte, como puede constatarse
en las providencias de fecha 26 de junio y 25 de julio de 1996, 6 de mayo y 22 de
septiembre de 1998, 25 de febrero, 14 de julio y 10 de octubre de 1999, y más
recientemente en la sentencia del 2 de febrero del presente año.

Siendo uno de los fines de la casación la unificación de la jurisprudencia, ningún objeto


tendría en esta oportunidad el reexamen del asunto propuesto por el libelista, pues no
se advierte la existencia de algún presupuesto que así lo amerite, como sería una
condición nueva o diferente en relación con las situaciones que ha venido considerando
en sus decisiones la Sala y que exija una análisis de la situación para garantizar la
efectividad del derecho material, el desarrollo de la jurisprudencia o los derechos
fundamentales.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Sentencia Casación
FECHA : 12/05/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : ECHAVARRIA ARANGO, ALBERTO ANTONIO
PROCESADO : RODAS CANO, GUSTAVO ADOLFO
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio agravado
PROCESO : 12319
PUBLICADA : Si

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87
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

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DEFENSA TECNICA-Criterios de valoración/ DEFENSA TECNICA-Corrección


de omisiones/ SENTENCIA ANTICIPADA-Omisión del trámite: Requisitos
para que proceda el reconocimiento punitivo, a posteriori

1. Para pregonar el desconocimiento del derecho a la defensa técnica, es indispensable


establecer si tanto en la etapa del sumario o durante la del juicio hubo abandono de
esa actividad por parte del respectivo profesional del derecho a tal punto que resulte
obligado afirmar que por tal motivo el procesado estuvo en indefensión. Si, por el
contrario, de la actuación procesal se establece que por parte del defensor se ejercitó
actividad bien porque se ejecutaron actos de supervisión, de control o manifestaciones
objetivadas de defensa como la solicitud de copias o pruebas, o la notificación de las
providencias, o la presentación de alegatos, no es posible hablar de abandono de la
gestión defensiva y, por ende de desconocimiento de dicha garantía.
....

Frente al panorama procesal descrito, no es posible predicar el desconocimiento del


derecho a la defensa técnica del encartado (...) en la etapa del sumario en términos
que generaran abandono o situación de indefensión, porque si bien el defensor de
oficio que se nombró en el momento de la indagatoria se limitó a presenciar esa
diligencia, tal situación se vino a remediar con las intervenciones del defensor público,
quien de manera inmediata abogó por los intereses del procesado solicitando la
practica de las pruebas que estimó necesarias, deprecando la nulidad del proceso y por
último, peticionando la preclusión de la instrucción.

Estos actos defensivos realizados oportuna y diligentemente impidieron que los


derechos del procesado se vieran quebrantados y superan la situación de abandono
que pudiera desprenderse de la actitud del defensor de oficio que lo asistió a la
diligencia de indagatoria.

2. Ahora, en lo que toca con aquello que tiene que ver con el mayor porcentaje de
rebaja de pena a que por sentencia anticipada tendría como derecho el procesado, es
necesario recordar cómo la Sala ha admitido dicho reconocimiento, a posteriori, como
remedio cuya sustantividad enervaría vicios de procedimiento eventualmente
generados en la omisión de tramitar un pedimento de formulación de cargos para
sentencia anticipada.

Sin embargo, para ello es necesario que la petición respectiva sea - y se mantenga -
clara, diáfana y directa, y no se concibe como tal aquella que ofrece equívocos,
condicionamientos o contradicciones internas o con posteriores actos procesales que la
dejen en la perplejidad.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 12/05/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : CUERVO ISAZA, JOSE LUIS
PROCESADO : GOMEZ QUINTERO, JALLER DE JESUS
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte ilegal de armas
de defensa personal
PROCESO : 11376
PUBLICADA : Si

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88
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

RESPUESTA INMEDIATA/FLAGRANCIA-Como evidencia procesal-No


supone como condición necesaria que se produzca la captura

Ha sostenido esta Corporación que en punto de comprender el sentido de flagrancia


que corresponde al tenor del citado artículo 299 de procedimiento, se impone
distinguir entre la flagrancia y la captura en flagrancia, por cuanto mientras aquella se
refiere al sorprendimiento del agente en el momento mismo de la comisión del hecho o
con instrumentos o huellas de donde pueda deducirse fundadamente que momentos
antes ha cometido un delito, o cuando públicamente se pide su captura,
individualizando o identificando a su autor, definición legal (artículo 370 del Código de
Procedimiento Penal) a partir de la cual jurisprudencia y doctrina han decantado el
concepto de flagrancia propiamente dicha y cuasiflagrancia entendidas como evidencia
procesal; por su parte, la captura hace relación a la aprehensión del agente como
consecuencia de aquella, como que bien puede presentarse la flagrancia sin captura,
toda vez que no es necesario que estas dos situaciones sean concomitantes. Y de otra
parte, también ha insistido la Sala en que si bien la Ley 81 de 1.993 no incluyó como
exigencia para que proceda la rebaja de pena por confesión, que ésta sea sustento de
la sentencia, es lo cierto que el fundamento político criminal de ésta en cuanto implica
un beneficio de repercusión punitiva para el procesado debe ser útil a la investigación,
por manera que no es viable cuando los mismos hechos que se confiesan aparecen ya
corroborados por otros medios de prueba, incluida la flagrancia.

En estas condiciones, y siendo que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 226A


del Código de Procedimiento Penal, en aquellos casos en los cuales sobre el tema
jurídico objeto del cargo casacional ya se haya pronunciado la Sala en forma unánime
y no se considere necesario modificar la precedente interpretación normativa, se
impone fallar bajo dicho fundamento, a ello se procederá, no casándose el fallo
recurrido.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 12/05/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : CASALLAS, HECTOR DAVID
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 16844
PUBLICADA : Si

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COMPETENCIA TERRITORIAL-Facultad constitucional del Consejo Superior


de la Judicatura para fijar la comprensión territorial de los Distritos Judiciales

El artículo 257-1 de la Constitución Nacional le atribuye al Consejo Superior de la


Judicatura fijar la división del territorio para efectos judiciales y ubicar y redistribuir los
despachos judiciales. En desarrollo de dicha disposición la Ley Estatutaria de la
Administración de Justicia (270/96) estableció en el numeral 6º del artículo 89 la
posibilidad de variar, por razones del servicio, la comprensión territorial de los Distritos
Judiciales, incorporando a un Distrito municipios que hacían parte de otro, e
igualmente de variar la distribución territorial en el Distrito, creando, suprimiendo o
fusionando circuitos, o cambiando la distribución de los municipios entre estos.

89
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Dicha facultad constitucional, atribuida a la Sala Administrativa del Consejo Superior


de la Judicatura (art. 85-6 de la ley 270/96), es ejercida a través de actos
administrativos de carácter general, los cuales afectan sin ninguna duda el factor
territorial de la competencia. Fue lo que sucedió en el presente caso, donde a través
del acuerdo 619 de 1999 el Circuito Judicial de Palmira fue sustraído del Distrito
Judicial de Cali e incorporado al Distrito Judicial de Buga.

Si cualquier variación en el territorio asignado a un Distrito o Circuito produce efectos


sobre la competencia, el Consejo Superior de la Judicatura en desarrollo de su función
administrativa está autorizado para incluir normas de tránsito que impidan los
traumatismos asociados a una decisión de esa naturaleza. Dichas normas, sin
embargo, deben ser entendidas como condiciones de vigencia del acto administrativo y
no como disposiciones asimilables a leyes sobre competencia.

Así las cosas, cuando el Consejo de la Judicatura expidió el acuerdo 87 del 9 de mayo
de 1996, mediante el cual se fijó la división del territorio nacional para efectos
judiciales, lo que hizo en el artículo 5º fue precisamente introducir un límite a la
vigencia del nuevo mapa judicial, al disponer que los asuntos de segunda instancia
debían continuar a cargo de los despachos judiciales donde estuvieran, hasta la
terminación de la correspondiente actuación procesal que estuviera verificándose.

Dicha disposición, como parte del acuerdo 87, produjo todos sus efectos frente al
mismo y resulta equivocado, como lo propone el Tribunal Superior de Buga, que pueda
aplicarse a la situación creada por el acuerdo 619 de 1999. Obviamente que el
artículo 5º anotado conserva su vigencia, sólo que la misma se encuentra circunscrita
a los términos del acuerdo de que hace parte y -se reitera-es impropio pretender que
se siga aplicando sin límite en el tiempo.

Ahora bien, aunque el Consejo Superior podía haber adoptado en el acuerdo 619 una
norma similar a la invocada por el Tribunal Superior de Buga para negar la
competencia, lo cierto es que no lo hizo así y simplemente definió su vigencia a partir
del 13 de enero del presente año, sin condicionamiento de ninguna naturaleza.
Resulta claro para la Sala, entonces, que el acto administrativo empezó a regir ese día
y que desde tal momento, en consecuencia, en virtud del principio general de que las
disposiciones sobre competencia son de cumplimiento inmediato, la segunda instancia
de los procesos del circuito de Palmira dejó de corresponder al Tribunal de Cali y
quedó atribuida al Tribunal de Buga.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 12/05/2000
DECISION : Asigna la competencia al Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Buga
TRIBUNALES COLISIONANTES : Tribunal Superior de Buga
: Tribunal Superior de Cali
PROCESADO : DELAGADO CARVALIO, CARLOS HUMBERTO
DELITOS : Porte ilegal de armas, Cohecho por dar u ofrecer
PROCESO : 16974
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION PASIVA-Perfeccionamiento del expediente/ EXTRADICION


PASIVA-Definición de las condiciones de suficiencia y necesidad del
expediente/ EXTRADICION PASIVA-Declaración de reciprocidad

Los abogados defensores de los ciudadanos colombianos solicitados en extradición con


posterioridad a la expedición por el Congreso de la República del Acto Legislativo No. 1
de 1997, han coincidido en pedir esa devolución y en el propósito que persiguen con
tal requerimiento: Que se obtenga por parte de la Cancillería colombiana del Estado
requirente (Estados Unidos de Norteamérica) un compromiso de reciprocidad.

90
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Como sobre el tema jurídico en torno al cual gira la petición de retorno del expediente
al Ministerio de Relaciones Exteriores, ya se ha pronunciado la Corte de manera
unánime y los argumentos del abogado defensor del señor BERNAL MADRIGAL no
agregan ninguna razón que aconseje la necesidad de reexaminar el punto, se
responde con la cita del antecedente así:

"1.-El artículo 551 del Código de Procedimiento Penal señala taxativamente cuáles son
los documentos que se deben anexar para que se ofrezca o se conceda la extradición
de una persona a la que se le haya formulado resolución de acusación o su equivalente
o condenado en el exterior.
Tal documentación es la siguiente:

a.-Copia o transcripción auténtica de la sentencia, de la resolución de acusación o su


equivalente.

b.-Indicación exacta de los actos que determinaron la solicitud de extradición y del


lugar y la fecha en que fueron ejecutados.

c.-Todos los datos que se posean y que sirvan para establecer la plena identidad de la
persona reclamada.

d.-Copia auténtica de las disposiciones penales aplicables para el caso.

Todos los documentos mencionados serán expedidos en la forma prescrita por la


legislación del Estado requirente y deberán ser traducidos al castellano, si fuere el
caso.

"2.-A tal documentación debe acompañarse el concepto del Ministerio de Relaciones


Exteriores en el que exprese si es del caso proceder con sujeción a convenciones o
usos internacionales o si se debe obrar de acuerdo con las normas del Código de
Procedimiento Penal.

"3.-Se entiende que el expediente está completo cuando contiene como mínimo la
documentación señalada en el artículo 551 del Código de Procedimiento Penal y el
concepto del Ministerio de Relaciones Exteriores. Naturalmente que esta situación se
predica de los casos en que se obra en ausencia de Tratado Internacional. En
presencia de éste, la documentación que debe agregarse a través de la vía diplomática
o consular es la que señale el Tratado aplicable.

"4.-Una vez se ha completado la documentación anotada en precedencia, se debe


enviar la actuación a la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, para que
esta Corporación emita un concepto que debe fundamentar en la demostración de los
siguientes hechos:

A.- Validez formal de la documentación presentada.


B.- Demostración Plena de la identidad del solicitado.
C.- Principio de la doble incriminación.
D.- Equivalencia de la providencia proferida en el extranjero, y
E.- El cumplimiento de lo previsto en los tratados públicos, cuando ellos rijan la
relación entre los Estados. (Artículo 558 del Código Procedimiento Penal)

"Adicionalmente a lo anterior, la extradición no podrá concederse cuando el


fundamento de ella sea un delito político o de opinión, o cuando en el caso de
colombianos por nacimiento se trate de hechos cometidos con anterioridad a la
promulgación del acto legislativo No. 1 de 1997.(artículos 17 del Código Penal y 35 de
la Constitución Política)

"5.-El Código de Procedimiento Penal establece un rito mixto en la tramitación de los


procesos de extradición. Se trata de un instrumento de cooperación internacional que
como tal corresponde al Gobierno Nacional con el Presidente de la República como
director de las relaciones internacionales pero condicionado en sus aspectos técnicos
de derecho penal, de procedimiento, de derechos fundamentales y de privación de la
libertad a la intervención de la Fiscalía General de la Nación y de la Sala de Casación
Penal de la Corte Suprema de Justicia.

91
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

"6-Dentro de este trámite de naturaleza mixta la acreditación de la documentación


pertinente por parte del Estado requirente tiene como único propósito obtener la
concesión de la extradición de la persona requerida. La participación de los Ministerios
de Relaciones Exteriores y de Justicia y del Derecho le permite al Estado colombiano
una primera verificación administrativa de los requisitos de suficiencia y necesidad de
esa documentación, y es sobre ésta última dependencia gubernamental que recae el
deber de establecer que los documentos estén completos, es decir "perfeccionado el
expediente".

"7-El artículo 555 del Código de Procedimiento Penal señala que "Una vez
perfeccionado el expediente, el Ministerio de Justicia lo remitirá a la Corte Suprema de
Justicia, Sala de Casación Penal, para que esta Corporación emita concepto".

"La claridad de la norma establece para el Ministerio de Justicia y del Derecho una
obligación: La de remitir a la Corte el expediente; La oportunidad de esa obligación:
Una vez perfeccionado. E indica con que objetivo: Para que ésta Corporación emita
concepto.

"Esos presupuestos de hecho de la norma, tienen a su vez sus propias exigencias


intrínsecas.

"Presupuesto necesario del deber de envío del expediente por parte del Ministerio de
Justicia y del Derecho es el perfeccionamiento del mismo. Solo a partir de que el
expediente alcance tal calificación - la de perfeccionado - puede, pero también debe,
remitirse a la Corte.

"El expediente se encuentra perfeccionado, según se deduce del texto del artículo 553
del Código de Procedimiento Penal, cuando no le falten piezas sustanciales, pues
únicamente en tal evento puede ser devuelto al Ministerio de Relaciones Exteriores
para adelantar las gestiones necesarias ante el Gobierno extranjero a efectos de
completar la documentación (Artículo 554, Código de Procedimiento Penal).

"8.-Establecer lo que es un expediente de extradición perfeccionado, involucra


necesariamente la definición de las condiciones de suficiencia y necesidad de ese
expediente. El objetivo primario de la remisión del expediente de extradición a la
Corte es la iniciación del trámite judicial de tal procedimiento (artículo 556 del Código
de Procedimiento Penal); mientras que el fin último es obtener el concepto de la Corte
Suprema de Justicia para que el Gobierno Nacional lo acate obligatoriamente, si es
negativo; u obre de acuerdo a las conveniencias nacionales, si es positivo.

"Si el objeto de la remisión del expediente desde el Ministerio de Justicia y del Derecho
a la Corte es la iniciación del trámite que la ley determina en ésta Corporación, surge
entonces suficiente y necesario que ese expediente contenga únicamente los
documentos a que hace referencia el artículo 551 del Código de Procedimiento Penal.
Esa precisa documentación es suficiente, por cuanto la ley no exige ninguna otra; y, es
necesaria, por cuanto es la única que exige. Todo lo demás es superfluo. Frente a
trámite tan preciso y tan específicamente regulado, lo que no hace falta, sobra.

"9.-Ninguna razón entonces le asiste al señor defensor del requerido en extradición


(...) cuando reclama la devolución del expediente para su perfeccionamiento.
Imperfección que sustenta en la falta de una declaración de reciprocidad por parte del
país requirente.

"Distinto a lo apreciado por el defensor, es el criterio de la Sala en cuanto hace a la


calificación de los requisitos de esencialidad de la documentación que es necesaria
para tener por perfeccionado el expediente. Basta agregar a lo ya expuesto, que en
ninguno de los numerales del artículo 551 del código de Procedimiento Penal se hace
referencia a una "declaración de reciprocidad" como para entender, como lo hace el
defensor, que su falta es esencial y que tal omisión hace imperfecto el expediente.

"En un trámite de extradición que se hace en ausencia de Tratado, según el concepto


de la Cancillería, la fuente de la actuación es la ley. No figurando dentro de la ley que
señala los requisitos de actuación el que echa de menos el señor defensor, entonces
no es necesario y, como ya se dijo, lo que no hace falta, sobra, entonces es superfluo"
*.

92
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Tal antecedente se refrendó en decisión del 16 de diciembre de 1999** , expresado en


los siguientes términos:

"3.-El procedimiento mixto de extradición que contempla la normatividad nacional es


de contenido estricto en cuanto a su tramitación. Las autoridades administrativas y
jurisdiccionales que participan en él, deben actuar con apego exacto a la Ley o al
Tratado bajo el cual deba regirse el trámite. Ninguna autoridad está autorizada para
incluir requisitos no contemplados en las fuentes formales en las que se resuelva la
solicitud de extradición o para excluir los que allí se contengan.

"4.-Existiendo por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores el concepto a que hace
referencia el artículo 552 del Código de Procedimiento Penal sobre "si es del caso
proceder con sujeción a convenciones o usos internacionales o se debe obrar de
acuerdo con las normas de este Código", en el que se ha expresado que "por no existir
Convenio aplicable al caso, es procedente obrar de conformidad con las normas
pertinentes del Código de Procedimiento Penal colombiano", no puede la Corte integrar
a los requisitos formales de la actuación o a los fundamentos del concepto, principios
no contemplados expresamente en la fuente formal (C. de P. P) en la que debe
resolverse este específico trámite de extradición dentro del que es requerido el
ciudadano colombiano (...).

"5.-Es cierto que la Constitución contempla en los artículos 9, 226 y 227, los principios
básicos sobre los cuales debe el Estado edificar sus relaciones internacionales,
encontrándose entre tales la reciprocidad. Pero tales fundamentos son la base
constitucional de las relaciones exteriores del país en general, se aplican para todos los
efectos, civiles, comerciales, culturales, laborales, etcétera, y, por supuesto, también
para los casos de cooperación judicial internacional.

"Sin embargo, en tratándose de asuntos de extradición, el artículo 35 de la


Constitución Política modificado por el Acto Legislativo No. 01 de 1997 limita la
solicitud, la concesión o el ofrecimiento a los Tratados Públicos y, en su defecto, a la
Ley. En este caso concreto, según el concepto del Ministerio de Relaciones Exteriores,
no hay Tratado aplicable, por lo que se aplica la Ley (Código de Procedimiento Penal
Colombiano). Es entonces la propia Constitución Política la que regulando
integralmente el asunto de la extradición señala sus reglas básicas y es a ellas a las
que se ajusta la Corte en su concepto, limitándolo en su trámite y en sus fundamentos
a lo que la fuente formal (Código de Procedimiento Penal) expresamente contempla.

"Los usos internacionales y los principios del derecho internacional no son elementos
del trámite judicial de la extradición en cuanto no estén contemplados expresamente
en el Tratado Público o en la Ley que en su defecto rija la extradición específica que se
adelante en la Corte. La aplicabilidad de tales usos y principios le corresponde
exclusivamente a quien la propia Carta le ha deferido la dirección de las relaciones
internacionales, esto es al Presidente de la República como Jefe de Estado, Jefe del
Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa (artículo 189 -2).

"6.-El régimen mixto que caracteriza el trámite de la extradición en Colombia


establece dos etapas básicas; una hacia el interior del país, por intermedio de la Rama
Judicial, dentro del cual se aplica el Tratado o la Ley como declaración de la voluntad
soberana del Estado y, otra, al exterior del país como manifestación de la soberanía
del Estado frente a otros países, por intermedio del Gobierno Nacional.

"Precisamente en ello es que se funda la no obligatoriedad del concepto favorable de la


Corte, en que la Rama Judicial no puede imponer a la Ejecutiva encargada del manejo
de las relaciones internacionales, una forma específica de comportamiento frente a
terceros países. Para todos los efectos y hacia el exterior, el Gobierno actúa en
ejercicio de la soberanía que encarna el Presidente como Jefe de Estado, Jefe de
Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa.

"Se entiende, obviamente, que el Presidente actúa - como todos los funcionarios
públicos - con sujeción a la Constitución y a la Ley, lo que naturalmente lo hace
responsable de la infracción a los preceptos de una o de otra".
_____
* Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, auto del 19 de noviembre de
1999. Extradición, Radicación No.15.862. Requerido: Jorge Eliecer Asprilla Perea. País
requirente: Estados Unidos de Norteamérica.

93
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

** Auto de reposición contra la decisión citada.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Extradición
FECHA : 15/05/2000
DECISION : Niega solicitud de devolución de expediente a
Minjusticia
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : BERNAL MADRIGAL, ALEJANDRO
PROCESO : 16714
PUBLICADA : Si

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DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO ECONOMICO-Competencia: Tránsito


de legislación a partir del decreto 409 de 1971/ PREVARICATO-Culpabilidad:
Sólo admite el dolo directo

1. Aunque en principio la competencia por "delitos contra la propiedad", cuando la


cuantía excedía de treinta mil pesos, correspondía, por virtud del artículo 37 del
Decreto 409 de 1.971, modificado por el quinto de la Ley 17 de 1.975 y el séptimo de
la Ley 22 de 1.977, a los jueces de circuito, lo que permitió al Juzgado de esa
categoría, radicado en Caloto, sentenciar a los(...) en mayo 23 de 1.984, no menos
cierto es que ese orden de facultades sufrió una serie de modificaciones que, en
últimas, implicó el tránsito de los procesos aún no finalizados a otros despachos
judiciales. Así, a través de la Ley 2ª de 1.984, entratándose de punibles contra el
patrimonio económico, se asignó su conocimiento a las autoridades de policía en tanto
su cuantía no excediera de treinta mil pesos (Artículo 1º); de este límite hasta
trescientos mil pesos correspondió a los jueces municipales (Artículo 58) y de allí en
adelante a los funcionarios de circuito, disponiéndose, salvo el principio de
favorabilidad que operó en relación con la prescripción de dos años que previó el
artículo 9º, que "los procesos iniciados antes de la vigencia de la presente ley,
continuarán tramitándose de acuerdo con las competencias establecidas en las Leyes
21 y 22 de 1.977", valga decir que no hubo, por razón de la Ley 2ª de 1.984, tránsito
de procesos, por delitos contra el patrimonio en cuantía inferior a trescientos mil pesos
y superior a treinta mil, de los Juzgados de Circuito a los Juzgados Municipales.

La gran movilidad masiva de procesos se sucedió cuando, en mayo 31 de 1.984, se


declaró la inexequibilidad de los numerales segundo y tercero del artículo primero de
la Ley segunda que señalaba competencia a las autoridades de policía en relación con
los delitos allí expresados, pues así entraba a operar la cláusula general de
competencia en virtud de la cual el conocimiento de dichos punibles interesaba a los
Juzgados de Circuito, por ello se expidió, en uso de las facultades del artículo 121 de la
Constitución entonces vigente, el Decreto 1.450 de 1.984 reasignando además a los
jueces municipales el conocimiento de delitos contra el patrimonio económico en
cuantía hasta de treinta mil pesos, norma que, derogada por el Decreto 217 de 1.985,
dio paso a la Ley 55 de diciembre 28 de 1.984, en la que, sin las limitaciones
temporales establecidas en el artículo 63 de la Ley segunda, se defirió a los Juzgados
Penales y Promiscuos Municipales el conocimiento, entre otros, de los punibles contra
el patrimonio económico cuya cuantía excediera de trescientos mil pesos, siendo
entonces a partir de esta preceptiva que tales delitos, hasta la referida cuantía,
pasaron al ámbito funcional de los jueces municipales, sin importar a la sazón ni la
fecha de comisión de los hechos, ni la de iniciación del correspondiente proceso, para
posteriormente, Decreto 050 de 1.987, fijarse su competencia hasta el equivalente a
20 salarios mínimos legales mensuales con la previsión de que ésta "se fijará

94
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

definitivamente teniendo en cuenta la cuantía de los salarios mínimos legales vigentes


al momento de la comisión del hecho".

2. Entratándose de la prevaricación, que sólo es punible en cuanto concurra el dolo,


éste "requiere entendimiento de la manifiesta ilegalidad de la resolución proferida,
conciencia de que con tal proveído se vulnera sin derecho el bien jurídico de la recta y
equilibrada definición del conflicto que estaba sometido al conocimiento del servidor
público, quien podía y debía dictar un pronunciamiento ceñido a la Ley y a la justicia…
La Ley no exige para que se configure la responsabilidad en el tipo penal consagrado
por el art. 149 del Código Penal, que se pruebe que un móvil específico se perseguía
con el proveído manifiestamente contrario a la Ley; basta, como acaba de decirse, que
se haya proferido con conocimiento de su ilicitud. Puede ocurrir que esa finalidad se
establezca y pase a ser elemento útil para comprobar la existencia de dolo, sin que
con ello quiera significarse que cuando no se acredite, como frecuentemente ocurre,
haya de concluirse que no hubo dolo en la actuación. No se requiere entonces, en lo
que toca con la demostración del dolo en el prevaricato, de ingredientes adicionales,
por ejemplo simpatía o animadversión hacía una de las partes, como lo exigía el
Código Penal de 1.936. Sólo es fundamental que se tenga conciencia de que el
pronunciamiento se aparta ostensiblemente del derecho, sin que importe el motivo
específico que el servidor público tenga para actuar así".(Providencia de mayo 20 de
1.997. M. P. Dr. Nilson Pinilla Pinilla).
....
El dolo en el prevaricato, tal como lo ha entendido la jurisprudencia de esta Sala, y por
la naturaleza misma del punible, como que, según ya se expresó, "requiere
entendimiento de la manifiesta ilegalidad de la resolución proferida, conciencia de que
con tal proveído se vulnera sin derecho el bien jurídico de la recta y equilibrada
definición del conflicto que estaba sometido al conocimiento del servidor público, quien
podía y debía dictar un pronunciamiento ceñido a la Ley y a la justicia", sólo, dentro de
las diversas clasificaciones doctrinarias que de él existen, puede ser el directo, no el
eventual; en otras palabras, y frente al artículo 36 del Código Penal, el juicio de
reproche se hace viable sólo en la medida en que se establezca que "el agente conoce
el hecho punible y quiere su realización", pues resulta un imposible jurídico que, por
las características que definen el hecho típico en mención, afirmar que el prevaricador
actúa también dolosamente cuando acepta su conducta "previéndola al menos como
posible".

Como en el dolo eventual, tiene dicho la Sala, "el agente se representa la posibilidad
de realización del tipo penal y la acepta interiormente, lo que incluye aceptar el
resultado de su conducta, conformarse con él",(Sentencia de mayo 14 de 1.996, M.P.
Dr. Dídimo Páez Velandia), es evidente que una tal caracterización no se aviene en lo
más mínimo al elemento subjetivo que demanda el prevaricato, pues, siendo este un
tipo penal de mera conducta, es claro que basta el simple comportamiento del agente,
independientemente de las consecuencias que él apareje, para que se tenga por
punible. No exige el prevaricato un determinado resultado y siendo ello así, el dolo
eventual deviene incompatible con la naturaleza de dicho delito, lo contrario sería
pretender que en todo proferimiento de una decisión fuera implícito el riesgo de que
resulte contraria a derecho y que si tal posibilidad se aceptare, se estuviere ante un
dolo eventual.

Pero la naturaleza del delito, en cuanto de mera conducta, implica que, quien en él
incurre, profiere un dictamen o resolución con absoluto conocimiento y voluntad de
que es contrario a la ley, pero no se hace la representación de que puede prevaricar
sin hacer nada para eludirlo.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Segunda Instancia


FECHA : 15/05/2000
DECISION : Revoca sentencia condenatoria, absuelve, ordena
cancelar título judicial
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Popayán
PROCESADO : VIDAL, CELIA PIEDAD
DELITOS : Prevaricato, Detención arbitraria
PROCESO : 13601
PUBLICADA : Si

95
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

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PREVARICATO POR ACCION-Criterios para valorar la trascendencia social y


jurídica de la conducta/ PREVARICATO POR ACCION-Tipicidad:
Concepciones objetiva y de tipo total de injusto/ CAUSAL DE
INCULPABILIDAD-Error de tipo

1. De modalidad eminentemente dolosa, el prevaricato activo encuentra realización


cuando el servidor público, según la órbita de sus funciones oficiales, en la definición
de un asunto sometido a su decisión profiere resolución o dictamen, ostensiblemente
contrarios al sentido de la norma jurídica llamada a regular el caso, generando, por
tanto, una situación de injusticia por hacer prevalecer su voluntad a la de la ley, y de
afectación a la integridad y credibilidad que ha de amparar la administración en cuyo
nombre actúa.

La valoración de la trascendencia social y jurídica de la conducta realizada, debe


consultar a más de la contrariedad entre la decisión y lo reglado, las concretas
circunstancias de adopción de la resolución tildada de prevaricante, la información
disponible, la complejidad del caso, y la claridad y contenido de la disposición legal
llamada a regular el asunto sometido a conocimiento del funcionario, no desde la
perspectiva de cómo habría actuado quien lo investiga o juzga, pues de lo que se
trata en esencia es de realizar un juicio en el cual la ilegalidad manifiesta de la
resolución resulte de la sola comparación entre lo decidido y aquello que la ley manda.

2. En tratándose de la definición típica de prevaricato, establecer si el comportamiento


noticiado a la jurisdicción es o no constitutivo de delito, por supuesto, resulta tarea
compleja, atendiendo la redacción del precepto que no contiene simplemente un
supuesto de hecho de naturaleza descriptiva, sino que exige la necesidad de realizar
juicio de valor en lo relacionado con el componente típico de ser la "resolución o
dictamen manifiestamente contrarios a la ley" que involucra al tiempo el concepto de
dañosidad social en la conducta.

Si además se toma en consideración que el tipo de prevaricato requiere que el agente


conozca el carácter ilícito de su comportamiento y decida, sin embargo, llevarlo a
cabo, lo cual excluye la posibilidad de realización culposa, se tiene que el problema
adquiere otros matices, pues en tales condiciones resulta obvio que la presencia de
alguna causal de inculpabilidad tendría incidencia directa en la exclusión de
responsabilidad penal del sujeto implicado.

Si como acontece con toda conducta sancionada, para cuya relevancia social y penal
debe ser típica, antijurídica y culpable (art. 2º del C.P.), dependiendo de la concepción
que se tenga sobre la estructura del delito el examen de cada una de estas categorías
puede ser llevado a cabo de manera separada o conjunta, aunque debe reconocerse
que no obstante el procedimiento que en su evaluación jurídica eventualmente se
adopte, el resultado es igualmente idéntico desde el punto de vista penal, dado que la
dogmática hoy vigente, lo permite.

De acudir a una concepción objetiva de la tipicidad, según la cual la definición típica


comprende únicamente la manifestación externa de la conducta, con prescindencia de
todo elemento subjetivo, la ausencia de correspondencia entre lo llevado a cabo y las
definiciones de comportamiento previstas como prohibidas por el ordenamiento penal,
conllevaría necesariamente tener por comprobada la atipicidad, haciéndose
innecesario el estudio de los restantes elementos que integran el delito, y concluir en
absolución.

Igualmente; de llegar a compartirse la concepción de tipo total de injusto a partir de


los desarrollos finalistas que defienden las teorías normativas de la culpabilidad y los
elementos subjetivos del injusto, según las cuales, tanto el dolo como la culpa no
constituyen elemento de los que deba ocuparse la categoría de la culpabilidad sino de
la acción o el tipo, habría que reconocer, asimismo, que también en los eventos de

96
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

existir causales de justificación, o de error sobre su presencia, la comprobación de la


tipicidad resulta negativa, siendo, por tanto, procedente dictar sentencia de carácter
absolutorio, independientemente de las consecuencias en otros ámbitos.

Lo dicho, como es obvio, no constituye pretensión por agotar el examen de las


distintas posturas que se han venido desarrollando en torno al tema, pero sí comporta
ejercicio válido para destacar que no empece los variados esquemas establecidos para
abordar el tema de la tipicidad todos podrían dar lugar a descartar eventualmente la
configuración de esta categoría jurídica en la definición de un caso concreto, y, de
contera, el carácter delictivo de la conducta cuando ella realmente hubiere existido.

3. No empece que la actuación revela atipicidad objetiva en la conducta por la que se


juzga al doctor (...), aún de llegar a suponerse por vía de hipótesis que dicho
funcionario actuó convencido de estar entregando el bien cuya restitución había
dispuesto en el fallo, como lo pregona la defensa, cuando en la realidad el desalojo se
materializó no solamente de aquél sino de un terreno de mayor extensión, según fue
erradamente entendido por la denunciante y su apoderado, y declarado en la sentencia
de primer grado, de resultar ello acreditado, no comportaría cosa distinta que la
manifestación del error de tipo previsto por el artículo 40-4 del C. P., el que encuentra
configuración cuando el agente tiene una representación equivocada de la realidad, y
que, por tanto, excluye el dolo del comportamiento por ausencia del conocimiento
efectivo de estar llevando a cabo la descripción comportamental contenida en el tipo
cuya realización se imputa, y que, según la concepción del delito de que se participe,
conduciría a tener que declarar la atipicidad subjetiva por ausencia de dolo en la
ejecución de una conducta delictiva que no admite la modalidad culposa, o la ausencia
de responsabilidad por estar contemplado el error de tipo como motivo de
inculpabilidad que rechaza el dolo según la ubicación sistemática de esta causal, y de
cuyo error no podría haber salido el funcionario si se toman en cuenta las especiales
circunstancias en que la diligencia de lanzamiento tuvo realización.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Segunda Instancia


FECHA : 15/05/2000
DECISION : Revoca la sentencia apelada, absuelve, ordena
devolución de caución
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : PELAEZ NIETO, LUIS ALFONSO
DELITOS : Prevaricato por acción
PROCESO : 11455
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA-Ejecución de sentencia proferida por juzgado


regional

Se ha venido sosteniendo en forma reiterada por la Sala que, en rigor, no procede


colisión de competencia, positiva o negativa, cuando el proceso ha terminado con fallo
de condena ejecutoriado, porque los factores que la determinan no entran en juego en
las funciones que fija la ley a los jueces que deben observar el cumplimiento de la
sentencia. No obstante, ha convenido conocer de estos incidentes para evitar
innecesarias dilaciones que solo perjudican la eficaz y pronta administración de
justicia.

El aserto anterior es tan evidente que en el Acuerdo No.519 de junio 3 de 1999,


expedido por la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura para
reglamentar el reparto de los procesos provenientes de los Juzgados Regionales,
citado incluso por el Tribunal Superior de Cúcuta, no se tuvo en cuenta para señalar al
Juez que debe vigilar la ejecución de la sentencia los factores regulares que
determinan la competencia ( objetivo, subjetivo, territorial, de conexión, funcional )

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

sino que lo hace depender de la situación particular del condenado frente al proceso,
según que se encuentre o no detenido, que haya sido beneficiario de subrogado penal,
o que exista en el lugar Juez de Ejecución de Penas o no.

Esta última regla se encuentra consagrada en el PARAGRAFO del artículo PRIMERO en


estos términos:

"En el evento en que no existan Juzgados de Ejecución de Penas y Medidas de


Seguridad en los lugares referidos en el artículo anterior, los procesos serán asumidos
por el Juez Penal del Circuito con sede o competencia territorial en el lugar donde se
dictó la sentencia, previo reparto efectuado por la Oficina Judicial.."

Por la claridad de este precepto, es que el Tribunal Superior de Cúcuta llega a admitir
que la vigilancia de la ejecución de la sentencia corresponde al Juzgado Segundo Penal
del Circuito de esa ciudad, por haberse dictado en ese lugar la sentencia de primer
grado. Sin embargo, incurre en desacierto al concluir que el ad-quem no es el
Tribunal de ese territorio, sino el del lugar donde ocurrieron los hechos y debió
dictarse el fallo, entrando a considerar supuestos que la ley vigente no consagró en
sede de ejecución de la pena e ignorando que por haber dictado la decisión objeto de
revisión por vía de apelación un Juzgado Penal del Circuito de su sede, le correspondía
resolver sobre su validez jurídica a ese Tribunal, y no a otro.

Entonces, es claro que si un Juez Regional de Cúcuta dictó en este asunto sentencia de
primera instancia y en firme fue sometido a reparto de los Juzgados Penales del
Circuito en ausencia de Juez de Ejecución de Penas (Supuesto del Parágrafo del
artículo 1 del Acuerdo 519) y habiéndole correspondido en reparto al Segundo de esa
especialidad dictó la providencia motivo de impugnación, no se precisa de esfuerzo
alguno para entender que la segunda instancia le corresponde cumplirla, por virtud
legal, al Tribunal Superior de ese lugar, pues quien la dictó fue su subordinado y sin
que sea dable extender la competencia a otra Corporación, porque esas mixturas no
las permite la ley.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 15/05/2000
DECISION : Asigna competencia al Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Cúcuta
TRIBUNALES COLISIONANTES : Tribunal Superior Cúcuta
: Tribunal Superior de Bucaramanga
PROCESADO : CABRERA LOMBANA, URIEL
DELITOS : Falsedad material de particular en doc. púb.,
Rebelión
PROCESO : 16592
PUBLICADA : Si

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PERJUICIOS-No exigibilidad del pago

La inconformidad proviene de la decisión del a quo de ordenar "la no exigibilidad del


pago de perjuicios" prevista por el artículo 525 del estatuto procesal penal, para
efectos de que el doctor (...) pudiera continuar disfrutando del subrogado penal de la
condena de ejecución condicional concedido en la sentencia, solicitando la recurrente
que, por no haberse producido el pago de los perjuicios, se revoque el subrogado.

El artículo 520 del Código de Procedimiento Penal prevé que si el beneficiado con la
ejecución condicional, sin justa causa, no repara los daños y perjuicios determinados
en la sentencia de condena "dentro del término que le ha fijado el Juez, se ordenará
inmediatamente el cumplimiento de la pena y se procederá como si la sentencia no se
hubiere suspendido".

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

No obstante, como excepción a tal precepto, el artículo 525 de la misma codificación


contempla la posibilidad de no exigir el pago de perjuicios para gozar de la condena de
ejecución condicional, "cuando el condenado demuestre que se encuentra en
imposibilidad económica de hacerlo".

En el caso examinado, si bien el sentenciado demostró no poseer bienes inmuebles


con registro catastral en Florencia, ni actuar como comerciante en esa ciudad y no
tener vínculo laboral con la Seccional del SENA de Florencia, ni ser contratista o asesor
del municipio de San José del Fragua, esto no es suficiente para acreditar insolvencia
económica. Como él mismo admite, ejerce como abogado litigante y no probó que
ocupe oficina ajena, lo cual tampoco sería razón válida para omitir el cumplimiento de
una obligación civil, reconocida en sentencia judicial y que él, precisamente como
letrado, debía honrar en la debida oportunidad.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Auto Segunda Instancia


FECHA : 16/05/2000
DECISION : Revoca el numeral 2º del auto que permite la no
exigibilidad de pago de perjuicios
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Florencia
PROCESADO : MAYA ANGULO, FABIO DE JESUS
DELITOS : Prevaricato por acción
PROCESO : 11869
PUBLICADA : Si

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PRESCRIPCION-Empleado oficial

Debe advertirse en primer término a la recurrente, que con la decisión impugnada no


se está vulnerando el principio de legalidad, ni incrementando los máximos o mínimos
de las penas previstas para la época de comisión de los ilícitos por los cuales fue
condenada, en vigencia del actual Código Penal, sino aplicando la prolongación del
término prescriptivo prevista por el artículo 82 del Código Penal.
De conformidad con las reglas de hermenéutica jurídica, entre ellas el artículo 5° de la
ley 57 de 1887, de plena vigencia, que una norma sea anterior a otra no significa que
prime en su aplicación; por el contrario, el inciso 2° de dicho precepto, señala:

"Si en los Códigos que se adoptan se hallaren algunas disposiciones incompatibles


entre sí, se observarán en su aplicación, las reglas siguientes:
... ... ...
2ª. Cuando las disposiciones tengan una misma especialidad o generalidad, y se hallen
en un mismo Código, preferirá la disposición consignada en artículo posterior; …"

Por tal motivo, tiene cabida el incremento de una tercera parte del término
prescriptivo señalado por el artículo 82 del Código Penal, cuando el delito ha sido
cometido "dentro del país por servidor público en ejercicio de sus funciones o de su
cargo o con ocasión de ellos", trátese de la fase instructiva o del juzgamiento.

Sobre tal aspecto ha existido jurisprudencia constante de esta corporación, como se


expresó en auto de fecha 21 de septiembre de 1999, radicación 11.361, M. P.
Fernando E. Arboleda Ripoll:

"Reiteradamente la Corte ha sostenido que el incremento del término prescriptivo


establecido en el artículo 82 del Código Penal, cuando el delito ha sido cometido dentro
del país por empleado oficial en ejercicio de sus funciones, o de su cargo o con ocasión
de ellos, opera por igual en el sumario como en la causa, y que su aplicación, por
tanto, debe hacerse de manera autónoma en cada uno de los referidos estadios
procesales.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

En el sumario, sobre el término de prescripción señalado en el artículo 80 del referido


estatuto, sin exceder de 20 años. En el juicio, sobre el monto establecido en el artículo
84 ejusdem, que como se sabe, en ningún caso puede ser inferior a cinco (5) años. De
allí que la Corte haya insistentemente sostenido que el tiempo de prescripción en los
casos contemplados en el artículo 82 del Código Penal, jamás podrá ser inferior a seis
(6) años y ocho (8) meses, cualquiera sea el estado del proceso (Cfr. Casación abril
28/92, Magistrado Ponente Dr. Torres Fresneda; Auto diciembre 6/95, Sent. revisión
sep. 23/98,… entre otras) ".

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Auto Segunda Instancia


FECHA : 16/05/2000
DECISION : No repone el auto del 03-04-00 que nego la
prescripción de la acción penal
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : MEDINA SOTELO, MARTHA CECILIA
DELITOS : Peculado por apropiación, Falsedad material empl.
of. en doc. publico, Falsedad por destrucción de
documento público
PROCESO : 11333
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Nulidad: Es antitécnico alegar simultáneamente la


falta de defensa y la violación al debido proceso/ INVESTIGACION
INTEGRAL-Técnica para alegar su vulneración/ FALSO JUICIO DE
IDENTIDAD-Exigencias técnicas

1. No es correcto que una misma situación procesal dé para sustentar


simultáneamente dos motivos de nulidad: la falta de defensa y la violación al debido
proceso (C.P.P. art. 304 num. 3 y 2), en la cual se incurriría por violación al principio
de investigación integral que prevé el artículo 333 de dicho Código.

Este último motivo de nulidad se da cuando el funcionario desoye su "obligación de


investigar tanto lo favorable como lo desfavorable a los intereses del sindicado y de las
demás partes", según el citado artículo 333, mientras que "la violación del derecho a la
defensa" es imputable, con exclusividad, al defensor. De ahí que, por decirlo así,
siendo aquélla la "inercia del funcionario" y ésta la "inercia del defensor", obedezcan a
situaciones procesales así mismo diversas y con proyecciones igualmente autónomas.

2. Del ciertamente confuso y deshilvanado cargo de nulidad cabe inferir que lo que
realmente alega el censor es un atentado contra la investigación integral, ya que todas
las quejas al respecto las recibe es el fiscal instructor, pero también es bien sabido que
para sustentar adecuadamente un cargo de nulidad por tal aspecto es imprescindible
especificar las pruebas que no se practicaron y precisar la INCIDENCIA que éstas
tendrían en el fallo impugnado. No basta al respecto, pues (como hace aquí el
casacionista) hacer afirmaciones "generales" y extraer de ellas el que, a juicio del
censor, habría sido el sentido del fallo.

3. Para sustentar adecuadamente un error de hecho por falso juicio de identidad, como
el que aquí arguye el censor en el primer reproche, desde luego que no es suficiente
afirmar que el sentenciador transgredió los principios de la sana crítica y de la lógica
(art. 254 C.P.P,), sino que debe demostrar el casacionista que, o bien el fallador
tergiversó MATERIALMENTE las pruebas hasta el colmo de ponerles a decir lo que no
dicen, o bien que evaluó los medios probatorios de una forma irracional, arbitraria y,
en últimas, ilógica.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
FECHA : 16/05/2000
DECISION : Inadmite la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santa Marta
PROCESADO : CANTILLO MATTOS, YERY EDIMIL
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Homicidio agravado,
Incendio
PROCESO : 16245
PUBLICADA : Si

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NULIDAD-Principios de convalidación y protección/ HOMICIDIO-Ley 40 de


1993

1. Uno de los postulados que rige el fenómeno de las nulidades es el conocido con el
nombre de Principio de convalidación o del consentimiento, en virtud del cual ante
una hipotética irregularidad la parte supuestamente afectada se conforma, la acepta y
no ejerce la oposición al acto o comportamiento conculcante. El silencio de la parte
sobre el punto subsana la eventual alteración del procedimiento pues de él se
desprende su ausencia de interés o su renuncia al mismo.

Otro apotegma que guía el mismo fenómeno de las nulidades es el denominado


Principio de protección, que se enuncia diciendo, con la terminología ya clásica, que
quien da origen al vicio, o lo coadyuva, no puede solicitar la declaración de nulidad,
sobre la base, ya antigua, de que la torpeza no crea derechos o de que nadie puede
invocar su propia torpeza.

2 .Es ya abundante la jurisprudencia de esta Sala* sobre el tema: no existen dos


clases de tipos penales de homicidio cuya aplicación dependa de la finalidad del autor.
Solamente existe un delito de homicidio, el definido por el artículo 29 de la ley 40 de
1993, que expresamente subrogó el artículo 323 original del C. P. Y no hay, ahora,
ningún motivo que induzca a variar la repetida posición jurisprudencial.
______
* Sentencia de noviembre 21 de 1995. Magistrado ponente, doctor Carlos Augusto
Gálvez Argote, sentencia de julio 25 de 1996. Magistrado ponente, doctor Juan Manuel
Torres Fresneda, sentencia de noviembre 5 de 1996. Magistrado ponente, doctor
Carlos Augusto Gálvez Argote, sentencia de febrero 17 de 1999. Magistrado ponente,
doctor Edgar Lombana Trujillo, sentencia de febrero 25 de 1999. Magistrado ponente,
doctor Fernando Arboleda Ripoll, entre otras.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 19/05/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito judicial
CIUDAD : Santa Marta
PROCESADO : ACOSTA PICON, JESUS GREGORIO
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio
PROCESO : 13500
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

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REPOSICION-Sustentación/ EXTRADICION PASIVA-Etapa previa: La Corte


no tiene competencia para ejercer su control/ EXTRADICION PASIVA-
Concepto del Ministerio de Relaciones Exteriores: No se exige motivado/
EXTRADICION PASIVA-Declaración de reciprocidad

1. La reposición es un instrumento que la ley dispensa a los sujetos procesales para


provocar que el funcionario judicial que adoptó la decisión, de cara a los argumentos
expuestos por el impugnante, reexamine la decisión con miras a corregir los yerros en
que haya podido incurrir. Por consiguiente, es de su esencia, que el impugnante
presente de manera clara y oportuna las razones por las cuales pide su revocación,
aclaración, adición o modificación, tal como lo prescriben los artículos 200 del Código
Procesal Penal modificado por el artículo 28 de la ley 81 de 1.993, y 1º del Decreto
2282 de 1.989 que reformó el artículo 348 del Código de Procedimiento Civil. De
suerte que si la sustentación no denota los yerros que el inconforme desea sean
corregidos, es lógico y jurídico que la argumentación no puede ser admitida como la
motivación exigida por dichos preceptos.

2.En relación con la aspiración de la recurrente, consistente en que se devuelva el


expediente al Ministerio de Relaciones Exteriores para su perfeccionamiento, no es
atendible por las siguientes razones:

En múltiples ocasiones la Sala ha dejado patentizada su incompetencia para cumplir el


control de legalidad de los actos preliminares expedidos por los Ministerios de
Relaciones Exteriores y de Justicia y del Derecho, el cual atañe a la misma
administración y eventualmente a la Jurisdicción Contencioso Administrativa, una vez
el Gobierno Nacional profiera la resolución que decida la extradición. Por lo tanto, la
Sala se encuentra inhibida para pronunciarse sobre los cuestionamientos que en el
recurso se hacen a la legalidad del concepto vertido por el Ministerio de Relaciones
Exteriores, por falta de competencia del Jefe de la Oficina Jurídica, y de motivación.

Con todo, es bueno aclarar que el artículo 552 del Código de Procedimiento Penal en
ningún momento exige que el concepto rendido por el Ministerio de Relaciones
Exteriores sea motivado, solo demanda que exprese si es del caso obrar conforme a
convenios o usos internacionales o si se debe obrar de conformidad con el Código de
Procedimiento Penal; pautas que se observan en el concepto.

En relación con el acuerdo de reciprocidad reclamado por la recurrente, es un


argumento que tampoco es atendible por la Sala, dado que siendo el Código Procesal
Penal Colombiano la fuente formal aplicable a este caso, tal elemento no es exigido por
el artículo 541 para emitir el concepto. Además, es al Gobierno Nacional al momento
de decidir sobre la extradición, a quien corresponde determinar las condiciones con
arreglo a las conveniencias nacionales, de acuerdo con lo normado por los artículos
550 y 557 íbidem; facultad que trasunta el carácter político que ostenta el instituto de
la extradición. Con esta vocación la Sala se pronunció en autos del 18 de febrero y 4
de mayo del corriente año, en donde actuaron como ponentes los Honorables
Magistrados Doctores, CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE y JORGE ANIBAL GOMEZ
GALLEGO.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Extradición
FECHA : 19/05/2000
DECISION : No repone el auto impugnado
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : CARDENAS, CARLOS
PROCESO : 16704
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

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PECULADO POR APROPIACION-Comete este delito y no peculado por


extensión, el que tenía la calificación del sujeto activo al concebir y empezar a
ejecutar la conducta, así para su consumación no ostente la calidad oficial/
CONCURSO-Enriquecimiento ilícito y peculado por apropiación

1. En la resolución de acusación se consideró que el doctor (...) gestionó los "auxilios"


cuando ostentaba la calidad de servidor público, "concretamente cuando ejercía el
cargo de Congresista", estando "dentro de sus funciones parlamentarias… la de fijar
asignaciones presupuestales (auxilios) con cargo al Presupuesto Nacional (hasta
cuando fue expedida la nueva Constitución Política)", pero al momento de apropiarse
de los $36.000.000 de auxilios correspondientes a 1990, ya no era miembro del
Congreso y "por ello se subsume la conducta del agente dentro del tipo penal de
peculado por extensión que describe y sanciona el art. 138 del C. P.".

Pero el análisis global del comportamiento investigado, que ahora se efectúa contando
con la ilustración plena obtenida durante todo el desenvolvimiento procesal, permite
concluir que el doctor (...), en su calidad de Representante a la Cámara y, por ende,
como servidor público, administraba dineros destinados a "auxilios", sobre los cuales
mantenía disponibilidad jurídica. Era el encargado de distribuirlos, escogiendo
destinatarios y cuantías; en tal calidad y función se apropió de parte de los mismos, en
provecho propio, sustrayéndolos a su fin específico, pues estaban destinados "para
obras de desarrollo regional, fomento educativo, cultural y becas, adquisición de
muebles e inmuebles, gastos y programas a través de instituciones públicas y privadas
en el país" (f. 330 cd. 1 Corte).

Tales dineros del Estado, canalizados para cumplir finalidades de interés social, a
través de los entonces llamados "auxilios parlamentarios", se los apropió el mismo
gestor y administrador, quien tenía el dominio total y pleno sobre la cadena de hechos
y, por tales razones, ostenta la calidad de sujeto calificado frente a la especie delictiva
que reprime el artículo 133 del Código Penal.

Desde el principio de estos actos, llevado del ánimo de apropiarse de gran parte de los
caudales, sobre los cuales logró adquirir disponibilidad jurídica, el aforado ejecutó
actos de señor y dueño, en desarrollo de un plan que incluía la gestión de las partidas,
engendrando y señalando como beneficiario a su "Corporación Presente y Futuro de
Anserma", y preordenando los pasos siguientes, que corrían a cargo de la
administración de un ente del cual se hizo representante legal, como Presidente
elegido el 15 de septiembre de 1989, cuando aún fungía en la condición de
Representante a la Cámara. Los aportes públicos, una vez recibidos, fueron objeto de
los movimientos concebidos desde antes, a través de los cuales se materializó la
apropiación previamente ideada.

La resolución de acusación no fue ajena a la configuración del peculado por


apropiación que ahora se deduce, porque en ella se consignó que "el procesado
concibió la conducta injusta (apropiación parcial de los auxilios del año 1990) cuando
ostentaba el carácter de "empleado oficial", concretamente cuando ejercía el cargo de
Congresista. Dentro de sus funciones parlamentarias estaba la de fijar asignaciones
presupuestales (auxilios) con cargo al Presupuesto Nacional". Luego concluye: "La
asignación de las partidas, causa eficiente del giro de los dineros a la Corporación
beneficiada, ocurrió cuando el procesado tenía la condición de sujeto calificado, lo cual
pone en evidencia la íntima relación de la apropiación con la función de Congresista."
(fs. 152 y 153 cd. 2 Corte).

Este nominal cambio de adecuación, de peculado por extensión (art. 138 C. P.), a por
apropiación (art. 133 ib., modificado por el 2° de la ley 43 de 1982, vigente para la
época de los hechos y favorable al procesado frente a lo dispuesto por el 19 de la ley
190 de 1995), procedente por encontrarse las dos previsiones en el mismo capítulo,
resulta además intrascendente en cuanto a la punibilidad, que es exacta en los dos
preceptos, como idéntica para la orientación y desarrollo de la defensa, quedando la

103
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

extensión circunscrita a una amplificación del sujeto activo del delito propio, inocua en
este caso por haberse proyectado la calificación de quien la tenía, al concebir y
empezar a ejecutar el delito, hasta su consumación en la forma originalmente gestada,
así para entonces ya no se ostentara la investidura oficial, torcida en contra de la
administración pública que se le había confiado.

2. Es incuestionable que entre esos dos hechos punibles puede existir concurso, que se
da cuando lo apropiado y lo que ha enriquecido ilícitamente al servidor público,
corresponda a haberes provenientes de distinta fuente, esto es, cuando además de lo
obtenido como producto del peculado, en el incremento del patrimonio del servidor
público aparezcan otros fondos diferentes, adicionales, de procedencia no justificada
pero relacionable con el ejercicio de las funciones, o por razón del cargo, que se
establezca como ilícita pero no exista demostración de haber sido generada por otro
delito.

En el presente caso, como se ha venido analizando, no se pudo esclarecer que el


incremento patrimonial que se le imputó al procesado tenga origen ilícito distinto de lo
asumido para sí como consecuencia del peculado por el cual se le está condenando, de
manera directa o indirecta, o que se pueda deslindar de esos dineros, o que el mismo
caudal se haya tomado doblemente, por lo cual no puede ser tenido en cuenta como
factor de los dos delitos.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Unica Instancia
FECHA : 19/05/2000
DECISION : Condena, condena en perjuicios, no concede pena
condicional, absuelve otro delito
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Santafé de Bogotá
DELITOS : Peculado por apropiación, Enriquecimiento ilícito
PROCESO : 8067
PUBLICADA : Si

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IN DUBIO PRO REO-Técnica para alegarlo en casación/ DEFENSA TECNICA-


Ausencia intranscendente en la fase investigativa

1. La violación del principio in dubio pro reo puede alegarse en casación por alguna de
dos vías, según la forma que se reproche que ha sido desconocido.

Se acude a la vulneración directa de la norma sustancial, cuando el juzgador de


instancia acepta que de la prueba recaudada surge duda razonable sobre la existencia
del delito o la responsabilidad del acusado y, no obstante, condena, con evidente falta
de aplicación del artículo 445 del Código de Procedimiento penal.

La otra vía es la violación indirecta de la ley sustancial, originada en un yerro de hecho


o de derecho, que llevó al fallador a no reconocer la duda sobre la existencia del hecho
punible o la responsabilidad del procesado, al apreciar erradamente el caudal
probatorio.

Si el demandante elige la vulneración directa, debe acoger los hechos y la valoración


probatoria tal como fueron considerados por el juez de instancia, al bastar confrontar
la sentencia impugnada con la norma sustancial. Si opta por la violación indirecta hay
que atacar el material probatorio y su apreciación por el fallador, para hacer notar los
errores en que incurrió y le impidieron reconocer la duda que aflora y no fue
observada por el juzgador.

2. Aunque el procesado careció absolutamente de defensor durante más de cuatro


meses, en la fase investigativa, esta irregularidad per se no alcanza a vulnerar el

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

derecho de defensa técnica, porque en ese lapso no se practicaron pruebas


trascendentes sobre la autoría y responsabilidad de este sindicado.
...
En razón de lo anterior y la realización de unas pruebas que no favorecían ni
perjudicaban al procesado, ante las cuales materialmente no había necesidad de
ejercer contradicción, debe concluirse que no le fue conculcado el derecho de defensa
y resulta innecesario retrotraer la actuación para brindarle al sindicado y a su
representante judicial la oportunidad de atacar en abstracto tales medios de
convicción, en una forma que no enuncia.

El censor simplemente afirma que durante ese lapso el acusado careció de defensor,
pero no señala la manera como supuestamente se quebrantó el derecho de defensa,
no indica las pruebas, los argumentos, los interrogatorios, las ampliaciones, las
aclaraciones, etc. con las cuales se desvirtuarían los elementos acopiados en ese
tiempo y que no perjudican a su poderdante ni tienen que ver con la autoría o
responsabilidad imputada.

Brilla por su ausencia la trascendencia del vicio alegado, su grave repercusión en la


garantía cuyo quebranto se alega, pues no se concretó o materializó una vulneración
al derecho de defensa y mal se haría en repetir una actuación procesal, para brindarle
la oportunidad de defenderse de unas pruebas que no tienden a demostrar su
responsabilidad.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 19/05/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : GIRALDO ALZATE, JORGE ADRIANO
PROCESADO : DUQUE CASTRO, GREGORIO
NO RECURRENTE : LONDOÑO OSSA, DIANA PATRICIA
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Secuestro extorsivo
PROCESO : 13432
PUBLICADA : Si

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ENRIQUECIMIENTO ILICITO DE SERVIDOR PUBLICO-Naturaleza de la


conducta

Conforme los términos de la denuncia anónima, la averiguación llevada a cabo se


reduce a establecer si durante el período comprendido entre los años 1989 y 1997, el
doctor (...) realizó el tipo penal que define el delito de enriquecimiento de servidor
público, previsto por el artículo 148 del Código Penal, modificado por la Ley 190 de
1995.

3.- Al pronunciarse sobre la exequibilidad de este tipo penal, la Corte Constitucional


dijo:

"Se trata de un delito que se manifiesta en el incremento patrimonial del servidor


público sin causa que lo justifique de acuerdo con la ley y la ética, y que, para
configurarse como tal, exige el dolo. Tiene carácter subsidiario, en cuanto a que la ley
supedita su aplicación a que la conducta típica no configure otro delito en el que
hubiere podido incurrir el sujeto cualificado. Esta última característica, excluye la
posibilidad de la figura del concurso frente a otros tipos penales de la misma categoría
-concurso aparente de tipos-. Ello quiere decir, que si las pruebas aportadas al proceso
permiten deducir con certeza que el incremento fue fruto, por ejemplo, de un
peculado, de un cohecho, etc.., obviamente al servidor público se le condenará por el

105
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

peculado, o por el cohecho, quedando excluido de su aplicación el enriquecimiento


ilícito -lex primaria derogar legi subsidiariae-..."

Más adelante precisó:

"...No se trata pues de establecer una presunción de ilicitud sobre todo incremento,
sino de presumir no justificado todo aquel incremento desproporcionado que carezca
de explicación razonable de tipo financiero, contable y, por su puesto, legal..."

Aclaró también la jurisprudencia del Tribunal Constitucional:

"... Además, la explicación relacionada con el incremento patrimonial de los servidores


públicos no es un acto impositivo derivado de un proceso penal; es una obligación
constitucional de toda persona que ostente esa especial condición, pues el artículo 122
de la carta señala expresamente, refiriéndose a los servidores públicos, que, "antes de
tomar posesión del cargo, al retirarse del mismo o cuando autoridad competente se lo
solicite deberá declarar, bajo juramento, el monto de sus bienes y rentas" " (Sentencia
c-319, junio 18 /96, M. P. Dr. Vladimiro Naranjo Mesa).

Por su parte, la Corte Suprema, en relación con el alcance de esta conducta descrita
legalmente como delito dijo:

"El tipo penal de enriquecimiento ilícito...describe la conducta diciendo que "el servidor
público que por razón del cargo o de sus funciones obtenga incremento patrimonial no
justificado", concepto que comprende todo ingreso de bienes al patrimonio de una
persona, ya sean muebles o inmuebles, y desde luego dinero en efectivo o en títulos
valores, independientemente de que con ellos logre una solvencia económica o
simplemente alcance a cubrir parte del pasivo continuando con numerosas deudas, y
sin que importe si el ingreso lo ahorra, o lo gasta en cosas innecesarias, o lo dona a
una buena o mala causa, etc."

"... Por esta razón no resulta de recibo la tesis... atinente a que para que se dé el
delito en mención es necesario que el implicado haya adquirido bienes que demuestren
que su patrimonio se ha aumentado, pues como ya se dijo, puede suceder que lo que
obtiene es dinero que malgasta de manera inmediata, lo cual no deja de ser "un
incremento patrimonial" adecuable al tipo de enriquecimiento ilícito" (Sentencia única
instancia, julio 31/97 M. P. Dr. Calvete Rangel).

Posteriormente, señaló la Corte:

"Es por lo anterior que en esta oportunidad se reafirma que lo relevante


jurídicopenalmente en casos como éstos, independientemente de la riqueza que tenga
un servidor público en un momento determinado, es el aumento de su patrimonio que
no encuentre justificación en razón de los ingresos por concepto de su vinculación al
servicio de la administración pública y sus actividades económicas particulares".

"A diferencia del tipo penal que describe y sanciona el enriquecimiento ilícito de los
particulares, caso en el cual para nada tiene que ver la función pública, sino el
aumento del patrimonio con recursos provenientes de actividades delictivas
debidamente comprobadas, en el enriquecimiento ilícito de los servidores públicos, la
sanción deriva del aumento patrimonial que no halle justificación en los acrecimientos
económicos obtenidos con ocasión de la vinculación al servicio público o de los
negocios que particularmente realice".

"Se trata pues, de un aumento de la riqueza carente de explicación probatoria que


permita deducir la legalidad de su origen. Este incremento, no solamente puede
establecerse por el aumento injustificado en el volumen de consignaciones bancarias,
o del dinero en efectivo (caja) que sea manejado, de los gastos o compras que no
guarden proporción con los ingresos, por la compra de propiedades con dineros lícitos
y otros de origen indemostrado, sino también por el resultado de la comparación
patrimonial efectuada mediante estados financieros, en los que aparezca la evolución
patrimonial a partir de un momento determinado, y establecida la ausencia de relación
entre las fuentes y usos de los recursos, según los Principios de Contabilidad
Generalmente Aceptados, en Colombia los contenidos en el Decreto 2649 de 1993"
(Auto Unica Inst. Dic. 15/97. M.P. Dr. ARBOLEDA RIPOLL. Rad. 11507).

106
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Unica Instancia
FECHA : 22/05/2000
DECISION : Se abstiene de abrir investigación penal, ordena el
archivo del expediente
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESO : 14802
PUBLICADA : No

Providencia en RESERVA

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CARGOS EXCLUYENTES-Técnica/ CARGOS EXCLUYENTES-Legítima defensa


e ira e intenso dolor

Si bien el legislador admite la posibilidad de que los recurrentes presenten cargos


excluyentes, ello en todo caso está supeditado a que lo hagan de manera separada y
subsidiaria -artículo 225, in fine, del C.P.P.- exigencia por lo técnica no menos lógica y
racional, por cuanto simultáneamente la misma cosa no puede ser y dejar de ser.
...
Si, por ejemplo, la censura persigue demostrar que por el supuesto yerro el juzgador
desconoció la realización del hecho enmarcado en la causal de justificación de la
legítima defensa, tal planteamiento, de prosperar, implicaría la absolución para el
autor por falta de antijuridicidad, en tanto que si el reproche se surte por el no
reconocimiento del estado emocional de ira e intenso dolor, el instituto supone la
confluencia de los tres elementos constitutivos del hecho punible -tipicidad,
antijuridicidad y culpabilidad-, sólo que para efectos punitivos la sanción se puede
degradar en favor del autor del injusto en proporción no mayor de la mitad del
máximo ni menor de la tercera parte del mínimo de la señalada en la norma violada.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
FECHA : 22/05/2000
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Antioquia
PROCESADO : YEPES GARCIA, CARLOS ALBERTO
PROCESADO : YEPES VELEZ, RUBEN DARIO
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio
PROCESO : 14679
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

SENTENCIA ANTICIPADA-Interés del procesado para recurrir la condena en


perjuicios/ CASACION-Indemnización de perjuicios: Causales y cuantía para
recurrir

1. Es lo primero, precisar que no obstante tratarse en este asunto de una sentencia


proferida por los ritos del artículo 37 del Código de Procedimiento Penal, le asiste
interés para recurrir al defensor del procesado en lo que tiene que ver con la
indemnización de perjuicios, puesto que si bien ello no está específicamente señalado
en el numeral 4º del artículo 37 B ibídem, que regula lo atinente al interés para
recurrir tratándose del apoderado de la defensa o el mismo incriminado, una
interpretación sistemática de la normatividad respectiva permite colegir que siendo su
propósito evitar retractaciones tardías de los cargos previamente aceptados, solo son
susceptibles de discusión aquellos aspectos que no afectan los extremos de la
imputación delictiva y que por ende, no son objeto del acuerdo, como ocurre
precisamente con las consecuencias civiles del delito y además, porque si bien el
artículo 12 de la Ley 365 de 1.997 al modificar el numeral quinto de la ley 81 de 1.993
estableció que "cuando se profiera sentencia anticipada en los eventos contemplados
en los artículos 37 ó 37 A de este código, en dicha providencia no se resolverá lo
referente a la responsabilidad civil", tal regulación fue declarada inexequible mediante
sentencia C-277 del 3 de junio de 1.998, esto es, antes de que se profirieran los fallos
de instancia, por manera que, cuando se interpuso el recurso había desaparecido
jurídicamente tal prohibición.

2. Ahora bien, cuando el ataque en casación tiene como único objetivo lo relacionado
con los perjuicios decretados en la sentencia deberá el recurrente tener como
fundamento "las causales y la cuantía para recurrir establecidas en las normas que
regulan la casación civil, sin consideración a la pena que corresponda al delito o
delitos", tal como lo dispone el artículo 221 del Estatuto Procesal.

Además, ha sostenido la jurisprudencia de esta Sala que en esta clase de


impugnaciones, por su especialidad, el recurrente debería expresar al momento de
interponer el recurso si lo hace sobre los perjuicios a efectos de que el Tribunal tenga
la oportunidad de analizar su procedencia conforme lo manda la legislación civil, pero
cuando las pretensiones en este sentido se concretan en el escrito impugnatorio, es a
la Corte a la que le corresponde tomar la decisión pertinente sin que sea necesario
invalidar el trámite surtido ante el a quo.

En estas condiciones, y como quiera que el defensor del procesado concreta su


inconformidad en lo pertinente al monto de los perjuicios morales fijado en el fallo de
segundo grado, que lo fue de 1.000 gramos oro para cada uno de los padres del
menor víctima del delito, es la sumatoria de aquellos lo que multiplicado por el valor
del gramo oro a la fecha de interposición del recurso lo que determina cuantía de las
pretensiones del demandante, y por ende la procedencia del recurso.

Así, se tiene, entonces, que como el valor del gramo oro para el 16 de diciembre de
1.998 (fecha en que se interpuso la impugnación extraordinaria), estaba en $
14.381.97, los 2.000 que como perjuicios morales debe pagar el procesado, equivalen
a 28"763.940, suma inferior a los $53"790.000 en que estaba señalada la cuantía para
recurrir en casación civil para ese mismo año.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
FECHA : 22/05/2000
DECISION : Inadmite la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bucaramanga
PROCESADO : MARULANDA CARDONA, JESUS ANTONIO
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio culposo
PROCESO : 15798
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

DEMANDA DE CASACION-Errores en la valoración probatoria: Técnica/ DEMANDA


DE CASACION-Causal primera/ IN DUBIO PRO REO-Técnica para alegarlo en
casación

Si el ataque se refiere a las pruebas, como por momentos pareciera insinuarse, el


censor no concreta ningún error en la apreciación en las mismas, dejando a la Corte
sin saber si su inconformidad con el fallo se debe a que el sentenciador distorsionó el
contenido material de las pruebas, poniéndolas a decir lo que éstas en su genuino
sentido no indican (error de hecho por falso juicio de identidad), o si más bien omitió
la consideración de algunas probanzas legalmente incorporadas al proceso o supuso
otras que no obraban allí (error de hecho por falso juicio de existencia), o de pronto el
yerro consistió en estimar el material probatorio sin sujeción a las reglas de la sana
crítica (error de hecho por falso raciocinio); o si finalmente el dislate está en haber
dado valor a alguna prueba irregularmente allegada al proceso o en negarle el que la
ley les da a otras que fueron aducidas correctamente (error de derecho por falso juicio
de legalidad); supuestos todos en los cuales era inexcusable individualizar los medios
de convicción que se veían afectados por tales yerros, indicando además en cada caso
cuál era la incidencia trascendente de los mismos en el fallo de condena.
...
Si el actor amparó la censura en la causal primera, por lo menos debió percatarse del
contenido del numeral tercero del artículo 225 del Código de Procedimiento Penal, para
con ello haber procedido al señalamiento de la conculcación de la ley sustancial
dirigiendo el razonamiento jurídico a demostrar la falta de aplicación, aplicación
indebida o interpretación errónea de la norma frente a los hechos vistos por el
sentenciador, si era que se resguardaba en la violación directa, o bien, haber
denunciado el trastoque de la ley sustancial mostrando el error cometido sobre las
pruebas si pretendía fundar la censura en la violación indirecta.

2. Y a propósito de esta última norma (artículo 445 C.P.P.), que no por ser del estatuto
procesal deja de tener contenido sustancial, ningún planteamiento concreto hace la
demanda sobre el in dubio pro reo, bien para plantear y demostrar la violación directa
del mencionado precepto bajo el entendido de que el Tribunal dejó de aplicarlo en la
parte resolutiva del fallo después de haber reconocido en la motiva la existencia de
insuperables dudas acerca de la configuración del injusto o de la responsabilidad del
justiciable, como resultado del análisis del material probatorio; o bien para demostrar
por la vía indirecta, cómo por los errores en la estimación de las pruebas el
sentenciador llegó a la certeza sobre aquellos aspectos de la acusación cuando una
correcta apreciación probatoria -que corría a cargo demandante como ejercicio de
contraste con el análisis viciado del ad quem- sólo habría permitido forjar en la mente
del sentenciador la perplejidad apenas compatible con la aplicación del in dubio pro reo
consagrado en el artículo 445 C.P.P.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
FECHA : 22/05/2000
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Buga
PROCESADO : CASTRO CARDONA, JESUS ALIRIO
DELITOS : Homicidio agravado
PROCESO : 14715
PUBLICADA : Si

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CAMBIO DE RADICACION-Eventualidades, competencia

109
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Sobre las circunstancias que se pueden presentar en el cambio de radicación elevada


por los sujetos procesales, o el funcionario judicial a cargo de la actuación, la Sala ha
dicho:

"Las normas mencionadas fijan la competencia para resolver el cambio de radicación


en el superior encargado de decidir. Es decir, como se desprende del artículo 86 del
Código de Procedimiento Penal, en cabeza de los Tribunales Nacional y Superiores de
Distrito cuando el cambio sea dentro de la misma región (sic) o distrito; o de la Corte
Suprema de Justicia, cuando se trate de cambio de radicación a otra región o distrito.

"Surge, sin embargo, un interrogante obligatorio consistente en cómo se establece en


el caso concreto la competencia para resolver sobre el cambio de radicación, aspecto
sobre el cual la Sala traza los siguientes criterios:

"1. Si el funcionario que está conociendo del proceso es el Tribunal Superior de


Distrito, obviamente que la competencia para resolver cualquier solicitud de cambio de
radicación es de la Corte Suprema de Justicia.

"2. Si la solicitud proviene del Juez, éste deberá establecer si es o no conjurable la


circunstancia en la cual la apoya, dentro del mismo Distrito Judicial al cual pertenece.
Si la conclusión es negativa, remitirá la petición directamente a la Corte para que la
decida y, en el caso contrario, la enviará al Tribunal respectivo, sin perjuicio de que
éste, de encontrar conveniente que el cambio se haga a otra región o distrito, remita
la petición a la Corte para que la resuelva.

"3. Si el cambio de radicación es promovido por uno de los sujetos procesales, pueden
presentarse las siguientes eventualidades:

"a. Que eleve la solicitud directamente ante la Corte Suprema de Justicia, en


concordancia con el último inciso del artículo 84 del Código de Procedimiento Penal.

"La Corte, en tal caso, resuelve sobre la procedencia de la misma. Y si la niega, pero
encuentra que sería viable su examen de cara a la posibilidad de disponer el cambio de
radicación dentro de la misma región o Distrito, la envía al Tribunal correspondiente
para que, a su vez, emita el pronunciamiento respectivo.

"b. Que la presente ante el Tribunal Nacional o Superior de Distrito según el caso.

"En este evento, sólo si el Tribunal encuentra conveniente que el cambio de radicación
se haga a otra región o distrito, la remite a la Corte para que la resuelva. En el caso
contrario, debe producir la decisión respectiva, como igual lo debe hacer cuando, en la
primera hipótesis, la Corte niegue el cambio de radicación y concluya, no obstante,
que debe examinarse su procedencia al interior de la región o del distrito.

"c. Que el sujeto procesal eleve la petición directamente ante el Juez que esté
conociendo del proceso.

"En esta hipótesis es posible o no que el sujeto procesal manifieste su deseo de que el
cambio de radicación se produzca a otra región o distrito. Si lo hace, en los términos
del caso examinado, no necesariamente la solicitud debe ser remitida a la Corte
Suprema de Justicia para su resolución, porque el motivo que la genera viene
circunscrito a un Municipio o Circuito y no a un Distrito o Región.

"En tal orden de ideas, independientemente de que el sujeto procesal exprese o no


como pretensión que el cambio de radicación del proceso se produzca a otra región o
distrito judicial, el Juez ante quien se presente la petición, para definir a dónde la
remite, si al Tribunal o a la Corte, debe examinar su fundamentación previamente en
aras de establecer, si la circunstancia o circunstancias aducidas son neutralizables en
la propia región o distrito o en uno diferente. Si lo primero, la remitirá al Tribunal
respectivo y, en caso contrario, a la Corte Suprema de Justicia, sin perjuicio de que la
Sala, de no acceder al cambio de radicación, disponga la conveniencia de su examen
por parte del Tribunal respectivo.

"Pero si de la causa petendi y del petitum se desprende nítidamente que la pretensión


busca la variación del Distrito, y sus fundamentos no conducen sino a ello, es la Corte

110
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

la que habrá de decidir" ( auto del 4 de mayo de 1999, M.P. Dr. Carlos Eduardo Mejía
Escobar).

En el presente asunto, constata la Sala que la petición de cambio de radicación que


elevó el defensor del procesado ante el Juzgado Promiscuo del Circuito de Puerto Asís,
en el sentido de que el diligenciamiento se radique en la ciudad de Barranquilla, por
cuanto a su defendido no se le puede garantizar la integridad física y sus derechos
fundamentales, el juzgado de conocimiento no cumplió con los citados parámetros,
como receptor de la petición, toda vez que, considerando los argumentos y las pruebas
en que se apoya, debió examinar si las circunstancias aducidas son o no neutralizables
en la propia región o distrito, o en uno diferente, para así inferir, con apego a la ley,
cuál es la Corporación competente para dirimir el incidente propuesto, si el Tribunal de
Pasto o la Corte.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Cambio de Radicación
FECHA : 22/05/2000
DECISION : Se abstiene de resolver, remite a Tribunal
Superior de Pasto
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Pasto
PROCESADO : BALSA MORENO, FELIPE ALFONSO
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 16827
PUBLICADA : Si

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PRUEBA-Los vicios propios no se comunican a la actuación procesal/ PRUEBA


EN EL JUICIO-Está limitada al contenido fáctico y jurídico de la acusación/
TESTIGO-No puede serlo el fiscal del hecho que investigó

1. De antaño la Sala tiene establecido que la ilegalidad de los medios de prueba no


tienen la capacidad de anular el proceso, por falta de idoneidad para afectar su
estructural formal, ni para vulnerar las garantías de los sujetos procesales;
otorgándole injerencia sólo al instante en que el funcionario judicial entra a valorar en
su integridad los medios de convicción, compeliéndolo a abstenerse de ponderar
aquellos que adolezcan de ese defecto.

En este caso, es evidente que el defensor de la acusada, confunde el principio reglado


por el artículo 29 de la Constitución Política que predica la nulidad de pleno derecho de
las pruebas ilegales, con las irregularidades que producen la nulidad de la actuación
procesal, ya que la informalidad en la producción o recolección de las pruebas, no
conlleva fatalmente la invalidez del proceso, como quiera que ella carece de la fuerza
suficiente para socavar la estructura básica del procedimiento penal preestablecida por
el ordenamiento jurídico, por carecer las pruebas del carácter de presupuesto de
validez de los actos procesales ulteriores. Razones que ha conducido a la Corte, a que
por regla general las inadmita como causal de nulidad, aceptándola sólo cuando cubre
a la indagatoria, por ser esta diligencia además de medio de prueba requisito legal
para actuaciones siguientes.

Por consiguiente, es incontrastable para la Colegiatura, que los defectos señalados por
el señor defensor en la producción de las grabaciones, no tienen la aptitud legal
requerida para erosionar el debido proceso; y en cuanto a su real existencia, su
legalidad, y su valor probatorio, serán materia de reflexión por parte de la Sala al
fallar este asunto.

Con todo lo anterior, importa insistir en lo atinente al contagio de los demás medios de
prueba con el supuesto vicio, que tal contingencia tampoco engendra nulidad del
trámite, por las razones de orden legal vistas; y sobre su legalidad, será tema del
análisis que la Sala realice en el fallo.

111
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

2. En lo que toca con la impetración de pruebas elevada por cada uno de los sujetos
procesales, ante todo, es necesario que la Sala fije el marco de referencia dentro del
cual viene resolviendo este tipo de postulaciones.

En efecto, con ponencia del H. Mg. Dr. CARLOS MEJIA ESCOBAR, la Colegiatura en
providencia del 6 de julio del corriente año, manifestó:

" El proceso penal, a partir de su nueva reformulación por parte del Código de
Procedimiento Penal contenido en el Decreto 2700 de 1.991 con las adiciones
legislativas respectivas, en desarrollo de los postulados constitucionales de la Carta
adoptada el 7 de julio de 1.991, tiene dos grandes etapas claramente diferenciadas, no
solo en cuanto al órgano que las evacua, sino sobre todo en cuanto a los actos
procesales que corresponden en cada ocasión, valga decir, la instrucción y el
juzgamiento.

" En este orden de ideas, resulta claro que a partir de la ocurrencia de un hecho
calificado por la ley como penalmente relevante, la actividad investigativa -
jurisdiccional - se encaminará a demostrar si se ha infringido la ley penal, quién o
quiénes los autores o partícipes del hecho, los motivos determinantes y demás
factores que influyeron el la violación de la ley penal, las circunstancias de tiempo
modo y lugar en que se realizó el hecho, las condiciones sociales, familiares o
individuales que caracterizan la personalidad del imputado, su conducta anterior, sus
antecedentes judiciales, de policía, sus condiciones sociales de vida y los daños y
perjuicios morales y materiales que causó el hecho punible.

" En la etapa instructiva, la reconstrucción histórica impondrá la formulación de


variadas hipótesis explicativas, que decantadas de manera paulatina por el tamiz que
significa la recolección de evidencia, justifiquen racionalmente el sostenimiento de una
hipótesis concreta y permita producir un enjuiciamiento en la forma y términos del
artículo 441 del Código de Procedimiento Penal, si hubiere sido posible recolectar las
pruebas suficientes para ello, o simplemente precluir en caso contrario.

" Formulada la hipótesis acusatoria por parte del Fiscal, el Juez del conocimiento inicia
su labor a partir de lo que aparece como una explicación del problema jurídico que
habrá de resolver. En este sentido, el thema probandi ha quedado limitado al
contenido fáctico y jurídico de la acusación y por ende, los juicios de pertinencia,
conducencia, legalidad, eficacia y superfluidad de las pruebas quedan inevitablemente
atados a la hipótesis acusatoria.".

Y con auto del 11 de mayo de mayo de 1.999 con ponencia del H. Mg. Dr. FERNANDO
ARBOLEDA RIPOLL, puntualizó:

"El marco dentro del cual se debe desarrollar el juicio está determinado por la
resolución de acusación en donde el Estado por conducto del fiscal le indica al
acriminado cuáles son los cargos que le formula, para que el pueda proveer a su
defensa con seguridad de que no va a ser sorprendido con una condena por hechos o
situaciones distintas. De igual modo, los sujetos procesales tendrán en dicha
resolución un punto de referencia definido sobre las pruebas que pueden presentar y
solicitar en el período probatorio de la causa, las cuales se deben limitar a las que sean
conducentes y eficaces para corroborar, degradar o desvirtuar la acusación, no siendo
de recibo las que pretendan dar lugar a nuevos cargos.

A su turno el artículo 250 del Código Procesal Penal reglamenta el rechazo de las
pruebas solicitadas, cuando no conduzcan a establecer la veracidad de los hechos
materia del proceso, o hayan sido obtenidas en forma ilegal, las legalmente
prohibidas, o ineficaces, las que versen sobre hechos notoriamente impertinentes y las
manifiestamente superfluas.

3. La solicitud de este medio de prueba es rechazado por la Sala, en virtud a que de


acuerdo con la estructura del proceso penal colombiano es imposible sumarle a la
calidad de Fiscal General de la Nación la de testigo dentro de un mismo procedimiento.
Incompatibilidad que se evidencia en las funciones de investigación de los hechos
punibles y de acusación de sus infractores atribuidas por el artículo 250 de la
Constitución Política. Facultad última que cumple como sujeto procesal luego de
trabada la relación jurídica procesal con la ejecutoria de la resolución de acusación,

112
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

ante el Juez a quien le compete definirla; y que impide a la Sala llamarlo a declarar en
el juzgamiento sobre el hecho punible que investigó como titular de la acción penal en
el sumario y cuyos detalles además de conocer en estricto ejercicio de ese poder
funcional, sometió a su valoración en los proveídos que adoptó en esa etapa procesal.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Unica Instancia
FECHA : 22/05/2000
DECISION : No decreta nulidad solicitada, rechaza practica de
pruebas, ordena peritaje
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Santafé de Bogotá
DELITOS : Prevaricato por omisión
PROCESO : 15100
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CASACION DISCRECIONAL-Sujetos legitimados: Reforma de la ley 553 de


2000/ CASACION DISCRECIONAL-Sustentación/ CASACION-Interés:
Pretensión más gravosa al recurrente/ DEBIDO PROCESO-No se vulnera por
la omisión de vincular a otras personas comprometidas

1. Conforme con lo normado en el inc. 3º del Art. 218 del C. De P. Penal, vigente para
la época en que se formuló la presente solicitud, sólo se hallaban facultados para
interponer la casación discrecional el Procurador, su Delegado y el defensor del
procesado -hoy lo puede hacer cualquier sujeto procesal al tenor de lo previsto en el
Art. 1º de la Ley 553 del 13 de enero del presente año que reformó la casación, se
aclara- contra las sentencias de segunda instancia en relación con las cuales no
procede la impugnación extraordinaria por la vía directa o común, bien por el quantum
de la pena privativa de la libertad imponible para el delito por el que se procede, ora
por el órgano que la profirió, y por los motivos por los que únicamente la Corte puede
admitirla.

2. En cuanto a la oportunidad para acudir excepcionalmente en casación, tanto la


normatividad derogada como la actualmente vigente disponen que ello debe ocurrir
dentro de los 15 días siguientes a la última notificación del fallo de segundo grado,
término durante el cual el recurrente debe presentar igualmente la correspondiente
sustentación, con la exposición breve, pero clara y concisa, de la razón o razones que
ameritan la concesión de la impugnación excepcional a fin de que se examine la
viabilidad de su pedido, habida cuenta que dentro de la respuesta que le compete a la
Corte hacer, "el ejercicio de su discrecionalidad le exige, sea en el evento de que la
petición se atienda o se deniegue, el apoyo de un debido fundamento, y ello obliga el
conocimiento anticipado de las razones que a juicio del inconforme hacen de recibo el
recurso, pues no de otra manera podrían ellas descubrirse, ni conocerse el punto que
suscita la respectiva controversia, exposición que en modo alguno perjudica o se
opone a la necesidad de que en caso de admisibilidad, la impugnación extraordinaria
se concrete a través de la formal y oportuna demanda de casación." (Auto del 28 de
octubre de 1992, M.P. doctor Juan Manuel Torres Fresneda.)

También se tiene establecido que el impugnante debe indicar si el pronunciamiento


que solicita de la Sala es necesario para el desarrollo de la jurisprudencia o la garantía
de los derechos fundamentales; ha dicho la Corte que si el fundamento de la petición
se finca en la denuncia de haberse conculcado un derecho fundamental, le corresponde

113
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

al opugnador identificar como tal la garantía objeto del supuesto quebranto, y señalar
específicamente en qué consiste la violación argüida dentro del respectivo proceso.

3. En sentir del actor era menester haber proferido la sentencia conforme con la
acusación para que el principio de congruencia no hubiese sido violentado; para negar
la viabilidad de la casación discrecional bastaría afirmar que el defensor carece de
interés jurídico para formular una petición de tal jaez, como quiera que el delito más
grave por el que se condenó al procesado comporta una penalidad que oscila entre 3 y
9 años de prisión, en tanto que el definido en el citado Art. 336 apareja una sanción
corporal que va de 4 a 10 años de prisión, aumentada en una tercera parte si acaece
la circunstancia prevista en su inciso 2º. Ello implícitamente significaría que la
aspiración del impugnante se concreta en que al justiciable se le condene por un hecho
punible castigado más severamente, postura esta de inadmisible recibo en vía de la
impugnación extraordinaria.

4. Y no menos desafortunada resulta la presentación de la vulneración al Art. 29


superior por presunta violación del principio de unidad procesal, vicio que el libelista
fundamenta en la ausencia de vinculación al proceso de los otros dos individuos
copartícipes en los hechos investigados. La mentada omisión dizque crea una odiosa
desigualdad ante la ley, asegura, porque habiendo operado la extinción de la
obligación civil por reparación integral del daño causado, y asumida ésta en su
totalidad por los procesados, su monto ya no es perseguible respecto de quienes
ningún compromiso penal en relación con los hechos se les ha deducido por ahora.

Con la argumentación expuesta por el demandante, ninguna vulneración a garantías


fundamentales se vislumbra en el trámite procesal cuestionado, porque compulsadas
las copias pertinentes, hecho que el propio actor admite en su solicitud, en caso de
llegar a producirse condena en relación con las personas cuya vinculación al proceso se
echa de menos, la acción de repetición a favor de los sentenciados se erige como
remedio procesal procedente, como ha tenido oportunidad la Sala de precisarlo en
múltiples decisiones.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Casación Discrecional
FECHA : 22/05/2000
DECISION : Declara inadmisible la casación propuesta
PROCEDENCIA : Juzgado 40 Penal del Circuito
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : SOLER RENDON, MAURICIO
PROCESADO : TORRES MANRIQUE, ALEJANDRO
DELITOS : Lesiones personales
PROCESO : 15762
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Requisitos/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-


Modalidades-Técnica/ CARGOS EXCLUYENTES-Error de hecho y nulidad

1. El trámite de la casación corresponde a un procedimiento rogado y de carácter


dispositivo, en el cual compete al actor indicar una a una las normas que encuentra
violadas, así como expresar, también minuciosamente, el cómo y el por qué de su
aprecia-ción, esto es, demostrar la existencia del error y precisar su trascenden-cia, y
acreditar que de no haber sido por el yerro, el fallo hubiera sido sustancialmente
diverso, pues le está vedado a la Corte suponer o inquirir por el alcance del cargo
planteado por el censor, respecto de cada una de las disposiciones invocadas como
violadas.

El artículo 225 del Código de Procedimiento Penal establece unos específicos requisitos
formales que debe contener la demanda de casa-ción. Son: a) Identificar los sujetos
procesales y la sentencia im-pugnada. b) Sintetizar los hechos juzgados y la actuación

114
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

procesal. c) Señalar la causal que se aduce para pedir la revocatoria del fa-llo, con
indicación clara y precisa de los fundamentos de ella. d) Citar las normas que se
consideran infringidas. Y e), expresar las varias causales y sus fundamentos en
capítulos separados, con proposición subsidiaria de los cargos que sean excluyentes.

2. Las tres demandas omitieron el cumplimiento de las previsiones legales requeridas


en este procedimiento especial, caracterizado por los principios de taxatividad,
limitación y prioridad, pues cuando se invoca la violación indirecta de la ley -como en
el asunto que nos ocupa- el de-mandante está obligado a precisar si el error consistió
en omitir la apreciación de pruebas obrantes en el proceso (falso juicio de existencia
de la prueba por omisión), en suponer pruebas que no figuran en el trámite (falso
juicio de existencia de la prueba por suposición), en tergi-versar el contenido de la
prueba (falso juicio de identidad), en desconocer abierta y ostensiblemente las reglas
de la sana crítica, esto es, las máxi-mas de la experiencia, las leyes de la lógica o las
leyes de la ciencia, en considerar pruebas ilegalmente aducidas (falso juicio de
legalidad), o en darles un valor diferente al que la ley les señala (falso juicio de
convicción).

Como cada causal trae consecuencias diversas para el proceso, deben ser invocadas
en capítulos separados, con indicación de cuáles son principales o subsidiarias, si son
excluyentes. Los fundamen-tos deben evidenciar el error del fallador, con incidencia en
la ley sus-tancial, en los derechos o en las garantías procesales; todo lo cual fue
omitido por el censor en las tres demandas presentadas, en las que no aplicó ninguna
de tales reglas.

3. Resulta inconsistente y violatorio de los principios de la lógica y de la técnica de


casación, que el demandante censurara la sentencia por violación indirecta de la ley
sustancial por errores de hecho, y simultáneamente, sin invocar la subsidiariedad del
cargo, también la reprochara por haber sido dictada en un juicio viciado de nulidad,
entremezclando cuestionamientos determinantes de la competencia y probatorios, con
lo cual viola el principio de no contradicción, pues algo no puede ser y no ser a un
mismo tiempo. O la sentencia violó indirectamente la ley sustancial por errores de
hecho, o fue dictada en un proceso viciado de nulidad, pero no ambas cosas a la vez.
Tal planteamiento, entonces, constituye grave error de técnica, toda vez que no
precisa la relación de accesoriedad entre una y otra imputación a la sentencia.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
FECHA : 22/05/2000
DECISION : Rechaza las demandas y declara desiertos los
recursos
PROCEDENCIA : Tribunal Superior Militar
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : GONGORA TOLOSA, HECTOR
PROCESADO : RINCON AREVALO, ARGEMIRO
PROCESADO : CASAS SANCHEZ, PABLO EMILIO
DELITOS : Concusión
PROCESO : 14651
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Ilegalidad de la prueba: Error de derecho por falso


juicio de legalidad

De entrada se advierte que el censor equivocó la causal para atacar la legalidad de la


inspección judicial practicada en el juicio, pues considera que la misma adolece de
nulidad y que, por lo mismo, la sentencia se dictó en un juicio viciado de nulidad, en
cuanto el defensor de confianza ni ningún otro abogado participó en ella.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Al respecto la Sala observa que si el reproche estaba dirigido a cuestionar la validez de


la mentada diligencia, el ataque debió plantearse por los linderos de la causal primera,
cuerpo segundo, por violación indirecta de la ley sustancial, por error de derecho
generado en un falso juicio de legalidad, por tratarse de un error in iudicando que
conlleva la inexistencia de la diligencia y no de un vicio in procedendo que socave la
estructura de la actuación.

Como lo ha sostenido la Sala , no se debe confundir la ilegalidad de la prueba con la


ilegalidad del proceso, dándoles el mismo tratamiento, pues se trata de dos vicios
distintos, el uno de juicio y el otro de procedimiento, atacables por causales diferentes.

En efecto, cuando el medio de convicción es practicado o incorporado a la actuación


con desconocimiento de los requisitos legales que condicionan su validez y, sin
embargo, el juzgador lo aprecia, se está en presencia de un error in iudicando,
acusable, por ende, por la causal primera, consistente en que se tuvo en cuenta, en el
análisis conjunto de la prueba, no obstante ser jurídicamente inexistente, que se
corrige eliminando en el juicio del sentenciador el medio ilegal y reexaminando la
decisión a la luz del restante haz probatorio, pudiendo, eventualmente, concluirse que
ese medio era de tal importancia que en él se fundamentó la condena, por lo que debe
absolverse.

Lo único ineficaz es ese elemento de convicción, del que no dependen los demás
medios aducidos legalmente, ni los demás actos procesales, también legalmente
realizados.

En cambio, la nulidad vicia de ilegalidad el proceso y, por lo tanto, la sentencia,


trasciende a toda la actuación, desde que se presentó la causal, de modo que la única
alternativa es invalidar el proceso o si la nulidad afecta exclusivamente la sentencia
impugnada, casar el fallo y dictar el de reemplazo.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Auto Casación
FECHA : 22/05/2000
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Villavicencio
PROCESADO : GARCIA ROMERO, ISIDRO
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 15340
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA-Resolucion de acusación: La discusión en


torno a la competencia debe estar referida a los hechos determinados en esta

Entre los requisitos formales de la resolución de acusación, dispone el numeral 1° del


artículo 442 del Código de Procedimiento Penal, que contendrá "La narración sucinta
de los hechos investigados, con todas sus circunstancias de modo, tiempo y lugar que
los especifiquen".

La acusación le impone un marco jurídico y fáctico al juicio, señalándole los linderos de


la adecuación típica del hecho investigado y sus circunstancias, de manera que sobre
ellos versará la imputación y por consiguiente el ejercicio del derecho de defensa, sin
que sea permitido introducir luego cargos o circunstancias específicas de agravación,
que desborden esos precisos límites.

En el asunto de la especie, los hechos investigados que fueron materia de la resolución


de acusación que con fecha 20 de diciembre de 1999 dictó una Fiscalía Delegada

116
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

contra los aquí procesados por los delitos de concierto para delinquir y porte ilegal de
armas de defensa personal, tienen que ver con los ocurridos el 11 de junio del mismo
año en comprensión territorial del Circuito Judicial de Montería, quedando claro que
este proceso no se ocupa de los sucedidos la noche del 4 de mayo del año anterior en
un paraje del municipio de El Carmen de Bolívar, cuando tres hombres y una mujer,
intimidaron con armas de fuego al conductor y a los pasajeros del bus de placas XHV-
132 distinguido con el número interno 2036, despojándolos de sus pertenencias,
investigación que de acuerdo con el oficio N° 3021 adelanta una Fiscalía de la
población últimamente mencionada (f. 301).

De manera que no podía el Juez 4° Penal del Circuito de Montería, aludiendo a


episodios anteriores que ocurrieron en otro ámbito y que, además, son materia de
investigación separada, rehusar el conocimiento del presente asunto, surgido de
hechos sucedidos en su territorio y que también le corresponden por el factor objetivo
(concierto para delinquir y porte ilegal de armas de defensa personal).

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 23/05/2000
DECISION : Asigna competencia al Juzgado 4º Penal del
Circuito de Montería
JUZGADOS COLISIONANTES : Juzgado 1º Promiscuo del Circuito de Carmén de
Bolivar, Juzgado 4º Penal del Circuito de Montería
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Concierto para delinquir
PROCESO : 17238
PUBLICADA : Si

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DICTAMEN PERICIAL-Objeción: Requisitos

No obstante la amplitud con que normativamente se posibilita, a los sujetos


procesales, la proposición de objeción a los dictámenes periciales, como que es factible
realizarse hasta antes de que finalice la audiencia pública, es lo cierto que la
formulación y tramitación del correspondiente incidente, dada su naturaleza y objeto,
no comparte similar característica toda vez que, desde el mismo escrito en que se
propone, han de reunirse ciertos requerimientos, según previsiones de los artículos 64
y 271 del Código de Procedimiento Penal, que, de forma coherente, tendrán desarrollo
en su decurso.

Los incidentes, en efecto, además de tener por objeto una situación o cuestión
accesoria, pero relacionada con el tema principal del proceso, se dirigen a su solución
de una manera exclusiva y excluyente, en la medida en que sólo aquélla será su
materia a tratar y obviamente, será en relación con la misma en que gire la
oportunidad probatoria que en ese respecto abre la ley.

A tales caracteres no es ajeno el incidente de objeción a dictamen pericial, pues su


restringido objeto es, nada más, la alegación y demostración de que la experticia
incurrió en yerro, por eso el citado artículo 271 exige del sujeto procesal que lo
propone precisar el error, posibilitándole a la vez y de manera consecuente, la solicitud
de pruebas que lo acrediten.

En ese orden, toda alegación o argumento que tienda a invocar, o exhibir situaciones
que no hagan precisión de un error, tal como lo ha entendido la Sala, en el sentido de
falso concepto o equivocado conocimiento del fenómeno científico, artístico o técnico
materia de la pericia, no puede tener cabida en el incidente, como tampoco la pueden
tener, por inconducentes, las pruebas solicitadas que tiendan a demostrar, no el yerro,
propiamente dicho, sino hechos ajenos al mismo, así se les presente, en apariencia,
relacionados, con la prueba técnica.
.....

117
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Si de lo que se trata es de invocar parcialidad en la rendición del dictamen, o de


advertir irregularidades en el proceso de recaudo y adjunción de la prueba, es
evidente que dichas situaciones son ajenas a una objeción de la pericia por error y por
lo mismo, inconducentes son las pruebas que tiendan a acreditarlas por no
relacionarse, ciertamente, con la exclusiva materia de este accesorio trámite.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Auto Segunda Instancia


FECHA : 23/05/2000
DECISION : Confirma el auto del 16-03-00, que nego la
practica de unas pruebas
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Neiva
PROCESADO : CUELLAR BOTELLO, GERARDO
DELITOS : Prevaricato, Falsedad documental, Peculado,
Concierto para delinquir
PROCESO : 17244
PUBLICADA : Si

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VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Aceptación de los hechos y su prueba-La


apreciación probatoria del ad-quem es la llamada a regir el caso

Cuando se plantea violación directa de una determinada norma de derecho sustancial,


por exclusión evidente, la propuesta de ataque debe ser construida y desarrollada con
fundamento en los hechos declarados probados en los fallos de instancia, o que surjan
razonablemente de su contenido, pues la selección de esta vía implica demostrar que
la situación fáctica reconocida en ellos imponía inequívocamente la aplicación del
precepto sustantivo cuya infracción se denuncia.

Un hecho se considera demostrado debidamente en los fallos cuando ha sido


reconocido por los juzgadores en ambas instancias (primera y segunda), o por lo
menos en segundo grado; no cuando habiéndolo sido por el Juez a quo, es
desestimado por el ad quem, pues si ello acontece, serán las apreciaciones y
declaraciones de este último, en razón a integrar el juicio de segunda instancia, las
que pasan a conformar el marco fáctico y jurídico de la decisión, y las que deben ser
tenidas en cuenta para efectos del ejercicio de la casación, dado los efectos
vinculantes de su pronunciamiento como superior funcional.

Si el Juez de segundo grado desconoce, por tanto, de manera expresa o implícita, las
circunstancias declaradas probadas en el fallo de primera instancia, sobre las cuales se
apoya la reclamación del actor en casación, el ataque no puede ser orientado por la vía
de la violación directa, sino de la indirecta, toda vez que será necesario demostrar que
el superior se equivocó en las apreciaciones fácticas, debido a errores de hecho o de
derecho en la valoración de las pruebas, y que estos desaciertos condujeron a la
inaplicación del precepto sustancial respectivo. La vía directa no será la indicada, por
no ser las declaraciones fáctico jurídicas del Juez de primer grado, sino las de segunda
instancia, las que deben servir de referente para la acusación a los casacionistas ante
la Corte.
....

Si el demandante pretendía, por tanto, el reconocimiento de la atenuante relativa a la


defensa excesiva, debió empezar por demostrar que las conclusiones probatorias del
Tribunal, en torno a la inexistencia de los elementos esenciales requeridos para la
apreciación de la legítima defensa (agresión injusta y necesidad de defensa),
resultaban equivocadas, debido a errores de hecho o de derecho en la apreciación de

118
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

las pruebas, situación que le exigía orientar el ataque por la vía de la violación
indirecta.

El planteamiento del cargo dentro de los marcos de la violación directa, con


fundamento exclusivo en las consideraciones probatorias del Juez a quo, y
desconociendo las realizadas por el Tribunal, como lo hizo el demandante, carece en
absoluto de vocación de prosperidad en esta sede extraordinaria, por ser la apreciación
probatoria realizada por el último, la llamada a regir el caso, y porque sus conclusiones
se encuentran además amparadas por la doble presunción de acierto y legalidad.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 23/05/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : ARANGO MUÑOZ, SAMUEL DE JESUS
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio
PROCESO : 12625
PUBLICADA : Si

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VELOCIDAD-Límites: Criterios de valoración/ COMPENSACION DE CULPAS-


No tiene aplicación en el campo penal/ ERROR DE HECHO-Falso raciocinio

1. No es posible aceptar, como lo propone el libelista, que para determinar la


responsabilidad de su representado sea suficiente con verificar cuál era el límite de
velocidad permitido en la zona por la que se desplazaba para confrontar si esta
contraría las disposiciones de tránsito. El exceso de velocidad es una de las tantas
circunstancias que se deben tener en cuenta para constatar lo que realmente ocurrió y
quien o quienes deben responder por ello. Para establecer si un conductor se
desplazaba a gran velocidad, tampoco se requiere, previamente, tener certeza acerca
de los límites de velocidad.

La Sala, en pasada oportunidad se había pronunciado sobre el tema, en los siguientes


términos:

"Es que una mínima consideración de prudencia conduce a entender que los límites de
velocidad, como máximos permitidos por la ley, no son autorizaciones que permitan
ignorar criterios o factores que deben valorarse para definir la velocidad a que se
marcha: la nocturnidad, la iluminación de la vía, su amplitud o estrechez, la
proximidad de automotores que circulen en sentido contrario, la existencia de zonas
pobladas o de vías adyacentes, son todos elementos que los artículos 109 y 138 del
mismo Código de Tránsito* , y un razonable buen juicio, alertan como exigencias para
la reducción de la velocidad. Y, por tanto, su ignorancia, revela falta de cuidado en la
actividad de conducir".(sentencia del 29 de junio de 1999).

2. Es apenas obvio que dentro de la prudencia y diligencia que le son exigibles a quien
ejerce la actividad de conducir, el intempestivo cruce de un peatón en zona de
afluencia no lo releva de adoptar las medidas necesarias para evitar cualquier
atropellamiento. De manera acertada destacó el Tribunal que la culpa de la víctima no
tiene la virtualidad de exonerar de responsabilidad, al no operar el fenómeno de la
compensación de culpas en derecho penal.

3. Sin ningún respaldo probatorio serio aduce el libelista que si las leyes físicas
contradicen las afirmaciones de los testigos relativas a que el accidente se produjo por
el exceso de velocidad del conductor, tales declaraciones deben desecharse.

119
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

En realidad no está demostrando que en la apreciación de los citados medios de


prueba el fallador se haya alejado de los parámetros de la sana crítica, como lo
pregonó dando lugar a un error por falso juicio de raciocinio. Es, nuevamente, su
particular forma de valorar la prueba y olvidó que esta clase de juicios obligan a
señalar de manera clara cuáles fueron las apreciaciones contradictoras de las reglas de
la lógica, la ciencia y la experiencia.

La disparidad de criterios acerca del mérito que el juzgador otorgó a los medios de
prueba o sobre la forma en que probatoriamente se debió establecer la existencia de
un exceso de velocidad, no constituye error atacable en casación, máxime si se tiene
en cuenta que, respecto de esto ultimo, nuestro sistema procesal admite que la
demostración de los hechos se haga a través de cualquiera de los medios de prueba
establecidos en la ley, salvo que se exija prueba especial y que el punto que se estudia
no es la excepción. El demandante asegura que para estos efectos se debe acudir a las
ciencias físicas, siendo que para establecer la verdad de lo ocurrido no se impone que
una concreta situación se acredite a través de un determinado medio de prueba, sino
que el juez puede acudir a todos aquellos que le ayuden a formar su criterio.
______
* Art. 109. Toda persona que tome parte en el tránsito como conductor o como
peatón, deberá comportarse en forma que no incomode, perjudique o afecte a las
demás y deberá conocer y cumplir las normas de tránsito que le sean aplicables, así
como obedecer las indicaciones que le den las autoridades de tránsito. Además
observará las señales de tránsito que determine el Instituto Nacional de Transporte y
Tránsito.
Art. 138. Los conductores deberán disminuir la velocidad en los siguientes casos:
1.-En los lugares de concentración de personas. 2.-Cuando se reduzcan las condiciones
de visibilidad. 3.-Cuando transiten cerca de las aceras. 4.-Cuando se corra el riesgo de
salpicar peatones o edificaciones. 5.-Cuando las señales de tránsito así lo ordenen.
Parágrafo. En los casos anteriores, la velocidad máxima permitida será de treinta 30
kilómetros por hora.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 25/05/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cartagena
PROCESADO : SIMANCAS MORENO, DAVID
DELITOS : Homicidio culposo
PROCESO : 13183
PUBLICADA : Si

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RESPUESTA INMEDIATA-Condiciones de procedibilidad-Defensa técnica

1. En virtud del artículo 226 -A- del C. de. P. P. ( artículo 10 de la ley 553 del año
2000 ), es factible impartir respuesta inmediata a la solución de la casación cuando
sobre el tema jurídico materia de la misma la Corte ya se ha pronunciado por
unanimidad, siempre que, además, los integrantes de la Sala Penal, sin disidencias,
concluya que no es menester reexaminar el punto. Para ello, basta citar el o los
precedentes.

2. La Sala ha sido afirmativa, clara y reiterativa en cuanto procede la nulidad en


aquellos procesos en los cuales el sindicado ha carecido totalmente de defensa técnica
o el asunto ha sido abandonado por su apoderado sin que ese alejamiento constituya
una estrategia defensiva, siempre que del expediente resulte que de haber existido
una defensa real se habría logrado una decisión menos gravosa para el procesado.

En estas hipótesis, se impone casar la sentencia y, por consiguiente, anular la


actuación con el propósito de rehacerla. Así emana, por ejemplo, de las sentencias de

120
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

casación del 3 de octubre de 1996 (M. P. Dr. Nilson Pinilla Pinilla. Rad. No. 9994), 18
de septiembre de 1997 (M. P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll. Rad. No. 11502), 3 de
junio de 1998 (M. P. Dr. Dídimo Páez Velandia. Rad. No. 10003) y 4 de febrero de
1999 (M. P. Dr. Ricardo Calvete Rangel. Rad. No. 11005). En estas decisiones, por
unanimidad, la Corte casó la sentencia y declaró la nulidad por violación al derecho de
defensa técnica.

El proceso seguido contra el señor (...) enseña, sin duda alguna, que durante la
instrucción y durante una muy buena parte de la causa, careció de defensa, porque su
apoderado abandonó en forma absoluta el desarrollo del proceso.

Siguiendo los precedentes, la Sala está de acuerdo y uniforme en que la consecuencia


nítida de la total inoperancia de la defensa en pro del procesado (...) es la declaración
de nulidad de lo actuado, a partir de la resolución que clausuró la investigación,
inclusive, con el objeto de que la misma sea reactivada desde allí, con suficiente
tiempo y espacio para desplegar la defensa técnica. Y en que una vez estudiado en
detalle el expediente, no encuentra motivo para volver a examinar el tema.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 25/05/2000
DECISION : Si casa, declara nulidad a partir del cierre de
investigación, concede libertad
PROCEDENCIA : tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cartagena
PROCESADO : LOPEZ ZULUAGA, LUIS ENRIQUE
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 10430
PUBLICADA : Si

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RESPUESTA INMEDIATA-Defensa técnica

1. La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia tiene sentado que hasta antes de la
sentencia C - 049 del 8 de febrero de 1996, emanada de la Corte Constitucional ( M. P.
Dr. Fabio Morón Díaz ), por medio de la cual fue declarado inexequible el artículo 148
del C. de. P. P., era perfectamente viable la designación de una persona honorable
para que asistiera al imputado en la diligencia de indagatoria, a falta de un profesional
del derecho. Ha dicho, así mismo, que en virtud del artículo 45 de la ley 270 de 1996,
Estatutaria de la Administración de Justicia, las decisiones sobre inconstitucionalidad
sólo rigen hacia el futuro.

Tales afirmaciones de la Sala se encuentran plasmadas unánimemente, por ejemplo,


en casaciones del 15 de diciembre de 1999 ( M. P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll ), 2
de febrero y 27 de marzo del año 2000 ( Ms. Ps. Drs. Mario Mantilla Nougues y Carlos
Augusto Gálvez Argote, respectivamente ).

2. También ha dicho la Corte, sin disentimiento alguno, que la nulidad sustentada en


la ausencia de defensa técnica no es posible si se establece que, aún en los eventos en
que esporádicamente ha faltado, no sea realmente afectada tal garantía o las bases
fundamentales de la instrucción o del juzgamiento, y que frente a hipotéticas
irregularidades desaparece cualquier vicio cuando oportunamente es corregido por la
defensa letrada que despliega actos protectores del imputado, ya que no tendría
ningún sentido invalidar un proceso para procurar a la defensa ocasiones que ya tuvo.
Estas decisiones se leen, vgr., en casaciones del 27 de mayo de 1999 ( M. P. Dr.
Ricardo Calvete Rangel ) y del 11 de agosto de 1999 ( M. P. Dr. Fernando Arboleda
Ripoll ).

3. La revisión del expediente permite concluir, de una parte, que la diligencia de


indagatoria fue celebrada el 20 de diciembre de 1994 y que a (...) lo acompañó como

121
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

defensora la señora (...); y, de la otra, que si bien durante un tiempo no tuvo defensa
técnica ( más o menos un mes y trece días ), el vacío fue diligentemente colmado por
el profesional que tras recibir mandato, con tiempo suficiente, antes de la clausura de
la instrucción, pidió e intervino en la práctica de pruebas, solicitó revocación de la
medida detentiva y libertad provisional e interpuso recursos de reposición y de
apelación.

4. En virtud del artículo 226 - A - del C. de P. P. ( artículo 10 de la ley 553 del 2000
), procede la denominada respuesta inmediata a la casación interpuesta cuando sobre
el tema materia del cargo la Corte se haya pronunciado sin salvedades de voto, y por
convergencia absoluta de sus miembros no considere necesario reexaminar el punto.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 25/05/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : MUÑOZ ESPINOSA, JHON JAIRO
DELITOS : Tentativa de homicidio, Porte ilegal de armas
PROCESO : 11838
PUBLICADA : Si

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DEFENSA TECNICA-Indagatoria: Nombramiento de una persona honorable


como defensor/ CONFESION-Alcance de la expresión "confesare el hecho"/
CONFESION-Debe ser fundamento de la sentencia para que proceda la rebaja
de pena

1. La indagatoria del joven (...) tuvo lugar el 20 de febrero de 1995. Por aquellos días,
la designación de una persona sin título de abogado para que acompañara a un
imputado en sus descargos se ajustaba en forma cabal a la normatividad que regía
pues tenían plena vigencia el artículo 34 del decreto 196 de 1971 y el inciso 1o. del
artículo 148 del C. de. P. P., que permitían encomendar la defensa para la indagatoria
a un ciudadano honorable que no fuera servidor público, cuando no hubiera profesional
del derecho que asistiese al imputado.

Tal como emana del artículo 45 de la ley 270 de 1996 (Estatutaria de la Administración
de Justicia), y según lo ha reiterado esta Corporación, las sentencias de
constitucionalidad rigen hacia el futuro, a menos que se diga lo contrario. Por eso, el
fallo C-049 del 8 de febrero de 1996, producido por la Corte Constitucional ( M. P.,
Dr. Fabio Morón Díaz), que declaró la inexequibilidad de los mencionados preceptos,
produce efectos sólo hacia el devenir, de donde resulta que ninguna incidencia tiene
sobre diligencias practicadas con anterioridad, con la observancia de las previsiones
legales existentes en el momento de su realización.

Es cierto que Mocoa es cabecera de Circuito Judicial, y, por lo tanto, es posible que
allí tuvieran asiento algunos letrados para la época en que se practicó la indagatoria
que nos ocupa. Sin embargo, como se ha dicho, la expresión "... cuando no hubiere
abogado inscrito que lo asista en ella...", no se debía entender como que en la
localidad no residieran profesionales en ciencias jurídicas, sino como la disponibilidad
de estos en las circunstancias concretas dentro de las cuales debía adelantarse la
diligencia ( Cfr., por ejemplo, C. S. J., Sala Penal, 2 de febrero del año 2.000,
radicación número 11.900, M. P. Dr. Nilson Pinilla Pinilla).

2. El artículo 299 del C. de. P. P. establece la reducción de pena para cuando el


imputado "…confesare el hecho…". En derecho penal, la palabra hecho tiene una
connotación muy precisa, pues significa "hecho punible" y hecho punible es
comportamiento típico, antijurídico y culpable, con independencia de la Escuela, tesis o

122
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

teoría que se quiera adoptar, toda vez que en todas ellas las categorías o elementos
mencionados conforman la estructura dogmática del delito, auncuando no todas
coinciden en el contenido de cada uno de tales aspectos. Así el asunto, la confesión
implica que la persona admita que ha realizado la conducta definida en la ley como
delictiva, que ha causado daño y que lo ha hecho con dolo, culpa o preterintención. En
sentido contrario, por razones apenas lógicas, si una persona imputada formula en su
favor el aspecto negativo de las características del hecho punible, es decir, aduce en
su favor atipicidad, concurrencia de justificantes o de exculpantes, sencillamente no
confiesa el hecho porque en las tres hipótesis acabadas de relacionar, el hecho punible
no existe.

La confesión, como otros mecanismos procesales ideados por la "justicia


consensuada", forma parte del generalmente denominado "derecho penal premial" o
de los "arrepentidos", institución que, pragmáticamente hablando, encuentra como
sustento la agilidad que se quiere imprimir a la administración de justicia, con el fin de
evitar y de disminuir su congestión. Si una persona, entonces, confiesa sólo una parte
del hecho punible, por ejemplo la mera realización física del mismo, y condiciona su
responsabilidad a la demostración de circunstancias impedientes de la antijuridicidad o
disolventes de la culpabilidad, no tiene derecho al reconocimiento o estímulo estatal
pues que con ello, en vez de colaborar en la búsqueda de pronta justicia, hace que el
proceso se tramite en condiciones normales e, inclusive que, en veces, se trastorne
más su desarrollo.

Como consecuencia de lo anterior, nace otra exigencia: que la confesión sea el soporte
de la sentencia. Si no es así, la supuesta aceptación o narración del "hecho" resulta
írrita, exigua, es decir, sin valor atendible para la construcción probatoria del fallo. Y
algo que no incide en la declaración de responsabilidad no merece las preferencias o
prebendas que prevé el ordenamiento jurídico.

En líneas generales, los puntos anteriores sintetizan el criterio reiterado de la Sala,


como se lee, vgr., en decisiones del 28 de junio de 1995, M. P. Dr. Edgar Saavedra
Rojas; 11 de marzo de 1997, M. P. Dr. Dídimo Páez Velandia; 28 de enero de 1999,
M. P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll; 11 de noviembre de 1999, M. P. Dr. Jorge Aníbal
Gómez Gallego, etc.

En resumen, la confesión calificada por circunstancias que excluyen la responsabilidad


no permite la disminución de pena a que se refiere el artículo 299 del C. de. P. P. Esta
norma apunta, en forma exclusiva, a la confesión simple y, eventualmente, a la
calificada por razones diversas de las anteriores.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 25/05/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Pasto
PROCESADO : URBANO NARVAEZ, ALBEIRO
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio
PROCESO : 11400
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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PARTE CIVIL-Interés para recurrir/ NULIDAD-Técnica en casación/ UNIDAD


PROCESAL-Ruptura/ CONFESION-Concepto

1. La demanda presentada a nombre de (...) acusa al fallo de segunda instancia de


haberse proferido en un proceso viciado de nulidad, conforme a lo dispuesto en el
numeral 1° del artículo 304 ibídem, vicio que, a decir de la censura, se originó en
haberse considerado y resuelto por el Tribunal de Santa Rosa de Viterbo una de las

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

apelaciones interpuestas, de la parte civil, contra la sentencia de primera instancia,


cuando el impugnante no tenía interés jurídico para recurrir, pues al condenar a (...) al
pago los perjuicios materiales y morales, quedaron a salvo los derechos económicos de
aquél.

La víctima o el perjudicado con el hecho punible tienen derecho a que le sean


indemnizados los perjuicios irrogados, y cuando se opta por constituirse en parte civil
en el proceso penal, como sujeto procesal, éstos pueden "solicitar la práctica de
pruebas orientadas a demostrar la existencia del hecho investigado, la identidad de los
autores o partícipes, su responsabilidad, la naturaleza y cuantía de los perjuicios
ocasionados", así como perseguir con medidas cautelares los bienes "del procesado", y
llegado el caso "interponer recursos contra las providencias que resuelvan sobre las
materias" referidas (art. 48 del C.P.P.).

La doctrina de la Corte ha señalado de siempre que la pretensión de la parte civil no


puede limitarse a procurar una mayor drasticidad en la pena, cuando ello no tiene
implicación alguna en la determinación de los perjuicios, pues en ese evento carece de
interés para disentir de la decisión. Pero, si su propósito comporta beneficios en
cuanto a la reparación de daños y perjuicios, su aspiración deviene legítima, como
cuando: se procura demostrar que la víctima no se expuso imprudentemente al daño,
o el planteamiento se vincula con el grado de culpabilidad con que se ejecutó la
conducta, o pretende establecer la autoría, coautoría, participación o vinculación con el
hecho punible de quienes por ley sustancial tienen el deber de indemnizar el daño
ocasionado con la infracción, o en los casos en que la decisión impide la posibilidad de
continuar adelante con la acción correspondiente, como ocurre en el fallo absolutorio,
aspectos todos estos que deben ser tomados en cuenta porque legitiman al defensor
de los intereses particulares en un momento dado para reclamar contra la sentencia de
primera o segunda instancia.

Los aspectos señalados no corresponden a actividades limitadas de la parte civil en el


proceso penal, especialmente el de la vinculación de (...) y (...) con la muerte de (...),
que con base en lo anotado, comprueban la legitimidad de las reclamaciones, desde el
punto de vista del interés de aquél, para apelar de la sentencia de instancia
cuestionada por la casacionista, pues cuando el punible ha sido ejecutado por un
número plural de personas, todas ellas deben asumir el pago de los perjuicios, según
las reglas de la responsabilidad extracontractual, lo que redunda en garantías para el
resarcimiento de los perjuicios de la parte civil. Como ese era el propósito buscado por
el sujeto procesal, con ello se pone de presente que el Tribunal no rebasó la
competencia al resolver la impugnación, por lo que la nulidad planteada deviene en
improcedente, al carecer de fundamento fáctico y jurídico.

La Corte en situación que para el presente caso sirve de ilustración, dijo: "No obstante
que en la sentencia impugnada se ordenó el restablecimiento del derecho violado y se
condenó al autor material del hecho punible al pago en concreto de los perjuicios
causados; es lo cierto que la absolución del cómplice del delito es factor que, a no
dudarlo, desmejora notoriamente la real pretensión de resarcimiento de la parte civil,
legitimándola de tal modo para recurrir en casación en procura de remediar el agravio
inferido" (Sent. del 26 de febrero de 1993, M.P. Dr. JORGE CARREÑO LUENGAS).

2. La nulidad tiene finalidad garantista, de ahí que no toda irregularidad tenga efectos
invalidantes. Se presenta cuando sustancialmente afectan derechos de los sujetos
procesales o la estructura básica del proceso. En casación, según la jurisprudencia, no
basta su mera invocación, pues la causal tercera no es de libre formulación, es
necesario precisar la irregularidad, fundamentar la existencia, probar el vicio de
garantía o de estructura y la relación de la irritualidad con un perjuicio recibido a
través de la decisión cuestionada, proceder que se echa de menos en el cargo objeto
de estudio por la Sala.

3. De acuerdo con el estatuto procesal penal, entre otras eventualidades, cuando


varias personas concurren con acciones u omisiones en la perpetración de hechos
punibles, se presenta la conexidad que regula el Libro I, Título II, Capítulo VI del
C.P.P., permitiéndose la investigación y juzgamiento conjunto, salvo las excepciones
constitucionales y legales. Si bien lo ideal es que los delitos conexos deben
investigarse y fallarse en el mismo proceso, la separación no implica de por si la
nulidad de la actuación salvo que por disposición del legislador la ruptura de la unidad
procesal afecte intereses jurídicos del sujeto en cuyo favor se invoca, como cuando se

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

lesiona el debido proceso o el derecho de defensa. Así lo dispone el artículo 88 ibídem


al precisar: "La ruptura de la unidad procesal no genera nulidad siempre que no afecte
las garantías constitucionales".

4. La "confesión del hecho", a decir del artículo 299 del C.P.P. (modificado por el art.
38 de la ley 81 de 1993) corresponde al reconocimiento de la responsabilidad en el
punible, así sea de manera atenuada, más cuando en los descargos se ha presentado
una confesión cualificada, referida a un obrar conforme a derecho, no es posible, por
cuanto que ello representa una posición incompatible con la aminorante punitiva, pues
lejos de aceptar lo que pretende es una exoneración de responsabilidad.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Sentencia Casación
FECHA : 25/05/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santa Rosa de Viterbo
PROCESADO : ARIAS ESCOBAR, SIERVO
PROCESADO : ARIAS LIZARAZO, PEDRO JULIO
PROCESADO : ARIAS LIZARAZO, RAFAEL
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 13290
PUBLICADA : Si

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VIOLACIONES DIRECTA E INDIRECTA DE LA LEY-Diferencia/ SECUESTRO


EXTORSIVO-Ingrediente subjetivo/ SECUESTRO EXTORSIVO-Cobro de una
deuda

1. La posibilidad de discutir los hechos y las pruebas que los sustentan, como
consecuencia de relevantes errores de hecho o de derecho en la apreciación
probatoria, es la nota que caracteriza la modalidad de la violación indirecta de la ley
sustancial y marca su diferencia con la violación directa. Una y otra forma de
transgresión de la norma sustancial están nítidamente diferenciadas también en los
dos incisos del numeral 1° del artículo 220 del Código de Procedimiento Penal, de tal
manera que el actor debe optar decididamente por una de ellas, porque no es posible
que empiece a controvertir sólo el procedimiento clasificatorio o de subsunción de unos
hechos, pero después abandona sin explicación dicha pauta para aducir deficiencias en
la apreciación de la entidad del suceso o en relevancia de los datos probatorios. Si su
inquietud era de esta última naturaleza, de una vez debió acogerse a la vía indirecta,
para afrontar de inmediato los yerros de hecho o de derecho hipotéticamente
cometidos en la estimación probatoria, pues los defectos en la aplicación del derecho
sólo vienen como consecuencia de los primeros errores.

2. Desde una perspectiva de interpretación jurídica del tipo de secuestro extorsivo,


previsto en el artículo 268 del Código Penal (modificado por el artículo 1° de la ley 40
de 1993), cabe decir que el mismo consagra un ingrediente subjetivo o ánimo especial
caracterizado por las expresiones "propósito de exigir por su libertad un provecho o
cualquier utilidad, o para que se haga u omita algo, o con fines publicitarios o de
carácter político". Los vocablos "propósito" y "fines", así como la preposición "para",
aunque tengan como referente algo valorativo como es el "provecho" o "utilidad",
siempre denotan una finalidad o tendencia del ánimo del sujeto activo, de tal manera
que basta dicha inclinación utilitaria para la concreción del tipo, sin que sea menester
su realización material, lo cual denota que se está en presencia de un ingrediente
subjetivo de la tipicidad.

No es novedosa la inquietud relacionada con la comprensión tácita de que el provecho


o la utilidad pretendidos por el sujeto, conforme con el tipo de secuestro extorsivo,
han de se "ilícitos", porque, si llegaren a ser "lícitos", se trataría de "propósitos
distintos a los previstos" en la norma antes señalada y, conforme con el artículo 2° de

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

la ley 40 de 1993, daría lugar a un delito de secuestro simple y no extorsivo. Otros,


en actitud aún más radical (como la del demandante), llegan a sostener que, ante tal
eventualidad, se trataría de un delito de constreñimiento ilegal (art. 276 C. P.).

Si por vía de hipótesis se llegare a entender que el fin, provecho o utilidad son
"lícitos", porque uno de los autores del secuestro trataba de cobrar una acreencia a la
víctima, ello no alcanzaría a desvertebrar el tipo penal de secuestro extorsivo, dado
que con razón el precepto se refiere a "cualquier utilidad", pues, la anteposición del
adjetivo "cualquier" al sustantivo "utilidad", significa que es indiferente el género, la
entidad o el valor del beneficio, que puede llegar a ser debido o indebido, en vista de
que el rigor de la pena del secuestro extorsivo radica en la jerarquización, la
equiparación social y el especial cuidado de bienes jurídicos fundamentales como los
de la libertad y la vida, dispuesta en el ordenamiento jurídico-penal, particularmente
en la ley 40 de 1993.

Ante el claro texto de la ley 40, ningún móvil, así sea político o por más noble que
aparezca la concepción de un individuo respecto del rumbo de la sociedad, puede
servir de pretexto para justificar la conducta de arrebatar, sustraer o retener a una
persona, tampoco para degradar la imputación por secuestro extorsivo.

Sin embargo, desde el punto de vista político-criminal y teleológico, lo más


determinante es que el fin pretendido no puede calificarse de "lícito" o "ilícito" por su
valoración aislada consistente en que sólo se persigue cobrar una obligación a cargo
de la víctima, sin sujeción al ámbito de relación y protección que representa el tipo
penal de secuestro extorsivo, pues, de tal manera surge la necesidad de tutela de la
libertad y de la vida, que la racionalidad de los objetivos sociales perseguidos en el
Derecho, como en la política, indica que el fin no justifica los medios. Así, por más
patente que sea la obligación o la deuda a cargo de la víctima, el cobro de la misma
como fin se deslegitima completamente cuando se acude al oprobioso medio de la
privación de la libertad de movimiento del deudor, la cual siempre será arbitraria de
una persona natural a otra, salvo situación notoriamente distinta que es la captura
como resultado de una orden de autoridad judicial competente y por motivos
previamente definidos en la ley (Const. Pol., art. 28).

Por motivo alguno de índole particular (aunque sí institucional, pero altamente


regulado), el legislador tolera la privación de la libertad de locomoción de una persona.
Apenas sí sanciona con menor rigor a quien despliega una arbitrariedad para ejercer
sus propias razones, conducta identificada como una contravención especial en el
artículo 1°, numeral 1 de la ley 23 de 1991. Es decir, el legislador colombiano ha
atemperado ostensiblemente el ius puniendi (degradación de delito a contravención
especial) cuando se acude a procedimientos arbitrarios para reivindicar un derecho
propio y cierto, pero en todo caso los medios empleados no pueden degenerar en
violencias o privaciones que por sí solas den lugar a delitos distintos a la contravención
especial señalada.

No es posible entonces el desplazamiento del juicio de tipicidad desde el secuestro


extorsivo hacia el secuestro simple. Mucho menos puede hacerse el traslado
conceptual del primero al constreñimiento ilegal (art. 276 C. P.), pues los dos tipos
penales tienen en común el elemento subjetivo especial consistente en que el sujeto
activo con su conducta se propone que la víctima u otro "haga u omita algo" de su
interés, pero se diferencian significativamente en los verbos rectores, pues, desde el
punto de vista jurídico, "constreñir" ciertamente significa una limitación en la libertad
de actuar, pero nunca puede alcanzar tal intensidad que comporte una supresión de la
libertad ambulatoria, dado que en tal caso se configuraría el secuestro extorsivo por
"arrebatamiento", "sustracción", "retención" u "ocultación" de la persona.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 25/05/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : PEREZ GARCIA, JHON FERNANDO
DELITOS : Hurto calificado, Secuestro extorsivo
PROCESO : 12904
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

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ERROR DE HECHO-Falso juicio de legalidad/ INDICIO-Técnica para atacarlo


en casación

El error de derecho por falso juicio de legalidad, como ha repetido la jurisprudencia


desde antiguo, ocurre cuando el sentenciador valora y le otorga incidencia, frente a la
parte resolutiva del fallo impugnado, a una o más pruebas que se practicaron sin el
cumplimiento de los requisitos legales y esenciales para su validez.

Nada de tal hipótesis aparece en este tercer cargo, el cual, en cambio, pretende
sustentarse en la crítica a la "construcción del indicio" hecha por el Tribunal, y que
conformaría, contrariamente, un error de hecho por falso juicio de identidad, como
también desde hace mucho tiempo sostiene la jurisprudencia de esta Sala. Por
ejemplo, en sentencia de casación de agosto 31 de 1994 (rad. No. 8.856) se precisó
con ponencia del Honorable Magistrado doctor Guillermo Duque Ruiz:

"Cuando de prueba indiciaria se trata, como sustancialmente ocurre en el presente


caso, se puede impugnar la fuente del indicio (la prueba misma en sí) o la inferencia
lógica que a partir de la misma hace el juzgador en busca del hecho desconocido o
indicado. Si se acoge lo primero, el casacionista debe acudir a los errores de derecho
o de hecho y endilgarle alguno de éstos al sentenciador en su tarea de apreciación o
valoración de esos medios probatorios; si a lo segundo, el censor debe -como tiene
dicho la jurisprudencia- demostrar que la "inferencia lógica" hecha por el fallador
-realmente constitutiva del indicio- no merece tal calificativo, vale decir que esa
deducción o inferencia fue irracional o caprichosa".

MAGISTRADO PONENTE: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 25/05/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : ORJUELA ORTIZ, JUAN CARLOS
DELITOS : Enriquecimiento ilícito, Concierto para delinquir –
Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 13954
PUBLICADA : Si

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REFORMATIO IN PEJUS-Su alegación en casación procede por la causal


primera/ REFORMATIO IN PEJUS-La prohibición hace referencia únicamente
a las sentencias

1. En forma reiterada y constante ha sostenido la jurisprudencia de la Sala que cuando


el ataque en casación tiene que ver con la vulneración del principio contenido en el
artículo 31 de la Carta Política, desarrollado en el 217 del Código de Procedimiento
Penal, esto es, el de la no reforma en perjuicio cuando se trate de apelante único, se
impone acudir a la causal primera y no a la tercera, pues se trata de un error in

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

iudicando que nada tiene que ver con el procedimiento, ni con la valoración de los
hechos o de las pruebas, y además es de contenido sustancial que afectaría
únicamente la legalidad de la sentencia en lo que tiene que ver con todos aquellos
aspectos que implican pena. En este sentido son los fallos de 14 de agosto de 1.991
(M.P. Dr. Yesid Ramírez Bastidas), primero de abril de 1.992 (M.P. Dr. Gustavo Gómez
Velásquez), 11 de noviembre de 1.993, dos de octubre de 1.994 (M.P. Dr. Juan Mnauel
Torres Fresneda), 14 de septiembre de 1.994 (M.P. Dr. Ricardo Calvete Rangel), 14 de
junio de 1.995 (M.P.., Dr. Jorge Enrique Valencia Martínez) 7 y de marzo del año en
curso con ponencia de quien aquí cumple idéntico cometido.

2. De igual manera, se tiene claramente decantado que de la interpretación que


emerge del artículo 31 de la Carta Política, la prohibición de la reformatio in pejus hace
referencia únicamente a las sentencias, cuando el procesado es único apelante y no a
otro tipo de decisiones de las que se toman con anterioridad a dicho estadio procesal,
así se trate de la resolución acusatoria (sentencias del 6 de mayo de 1.993 -M.P. Dr.
Juan Manuel Torres Fresneda, 24 de noviembre de 1.993 -M.P. Dr. Dídimo Páez
Velandia, 21 de septiembre de 1.994 -M.P. Dr. Juan Manuel Torres Fresneda- 23 de
noviembre de 1.994., M.P. Dr. Dídimo Paéz Velandia), criterio que fue recientemente
reiterado en el auto del 2 de febrero del año en curso, en donde con ponencia del
Magistrado, Doctor Fernando Arboleda Ripóll, se afirmó que: "Esta amplia facultad
revisora radicada en cabeza de los funcionarios de segunda instancia, ha sido dicho
por la jurisprudencia, no encuentra limitación en la prohibición constitucional de la
reforma peyorativa, pues "las previsiones de la Carta Política y del Código de
Procedimiento Penal sobre la prohibición de agravación en perjuicio del procesado
cuando es el único recurrente solo se refieren a las sentencias, jamás a los autos
interlocutorios así contengan éstos la resolución acusatoria" (Sent. Nov. 23/94, M.P.
Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA Rad. 8950)" (Unica Instancia 15.547).

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 25/05/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : HURTADO, RICARDO ALIRIO
PROCESADO : NIÑO CEPEDA, JESUS EDUARDO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte ilegal de armas
de defensa personal, Homicidio agravado
PROCESO : 12797
PUBLICADA : Si
Aclaración de voto Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

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CASACION-Interés: Identidad en el objeto de la impugnación VIOLACION


DIRECTA DE LA LEY-Aceptación de los hechos y su prueba

1. Si bien, como regla general, la respuesta a los cargos debe respetar el orden
propuesto por el demandante, exceptuando aquellos eventos en los que, así lo sea en
forma subsidiaria, el motivo aducido sea el de nulidad, en los cuales prima ésta, dada
la naturaleza de la causal y sus efectos, se impone inclusive al estudio por invalidez, la
determinación del interés para recurrir, tanto respecto a la demanda en general como
en relación con cada uno de los reproches, ya que al ser un presupuesto del recurso,
de advertirse su ausencia, es su exclusión lo que procede prioritariamente, como
sucede en este caso con el segundo de los cargos propuestos por el censor, en la
medida en que al cuestionarse en él la falta de aplicación de la causal tercera del
artículo 29 del Código Penal, surge palmaria la falta de interés para elevar este
reproche, pues es evidente que al no haber sido objeto de cuestionamiento este
fenómeno justificativo cuando se surtió el recurso de apelación que se interpusiera
contra el fallo de primera instancia, no puede serlo ahora en sede extraordinaria en
razón a que se estaría frente a un supuesto del que, por sustracción de materia, no fue

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

posible al Tribunal ocuparse y, en tales condiciones, tampoco podría recaer sobre el


mismo un juicio de legalidad.

2. Como insistentemente lo ha venido sosteniendo desde antiguo la jurisprudencia de


la Sala, que el motivo de violación directa de la ley impone como presupuesto
ineludible para el demandante, aceptar los hechos y la valoración probatoria en la
forma en que se han presentado en la sentencia, pues en estos eventos el yerro in
iudicando del fallador no se presenta sobre la compresión de lo fáctico sino de lo
jurídico. De ahí que, el punto de referencia de la argumentación de los reproches lo
comprendan el alcance jurídico dado al supuesto de hecho, bien en cuanto a su
encuadramiento en determinada disposición penal, o en la interpretación de la norma
que regula el caso o el desconocimiento de la que correctamente lo recoge.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 25/05/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : DUEÑAS AVILA, LUIS EDUARDO
DELITOS : Lesiones personales, Secuestro agravado
PROCESO : 11808
PUBLICADA : Si

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FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO-Estructuración/ PRESCRIPCION-


Circunstancias de agravación y atenuación que afectan el extremo máximo/
DEFENSOR-Principal y suplente/ DEFENSA TECNICA-Exigencias para alegar
su vulneración/ DEFENSOR-La designación para la indagatoria se entiende
para todo el proceso

1. Como es sabido el tipo penal consagrado en el artículo 221 del Código Penal se
estructura a condición de que se use el documento privado falso. Esto quiere decir, si
se tiene en cuenta que la sola adulteración o creación integral del documento es
atípica, que tal hecho punible se entiende cometido el día de la utilización o uso del
documento privado falsificado.

2. Es muy claro para la Sala que las circunstancias de agravación y atenuación


concurrentes a que hace alusión el artículo 80 del Código Penal son las denominadas
específicas, es decir las que afectan el extremo máximo de la pena prevista en
abstracto en el respectivo tipo penal. Las relacionadas en los artículos 64 y 65 ibídem
no juegan ningún papel en la fijación del término prescriptivo de la acción penal,
simplemente porque en ningún caso ellas varían los límites de la pena previstos para
el respectivo delito, encontrándose limitada su función a servir de criterio al Juez para
fijar la pena dentro de los parámetros mínimo y máximo establecidos en abstracto por
el legislador para el hecho punible respectivo.

No es acertada, entonces, la consideración del libelista. Que sus defendidos carecieran


de antecedentes fue un factor que determinó la imposición de la pena mínima como es
verificable en el fallo de primera instancia (fl. 260), pero en manera alguna el mismo
-ni ninguna otra circunstancia genérica de atenuación o agravación punitiva-logra la
variación de los parámetros de pena dentro del los cuales puede oscilar el juzgador,
por lo que en tales circunstancias -como lo prescribe la ley- el término de prescripción
corresponde al máximo de sanción prevista en abstracto en el respectivo tipo penal,
sin que en ningún caso pueda ser inferior a 5 años ni superior a 20.

3.... El contexto procesal relacionado por la Sala se constituía en un referente


obligatorio para el censor, en su propósito de demostrar la transgresión del derecho de
defensa a sus representados. Sin embargo, no lo contempló en la argumentación que

129
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

aportó como sustento de la solicitud de nulidad. Le bastó asegurar que carecieron de


defensa técnica durante más de cuatro años, desde cuando el instructor no accedió al
reconocimiento de la defensora suplente hasta cuando el mismo demandante ingresó
al proceso como defensor e interpuso los recursos de reposición y apelación en contra
de la resolución acusatoria.

El planteamiento así formulado no es por sí mismo demostrativo de la irregularidad


cuyo reconocimiento se persigue a través de la casación, especialmente si se considera
que la designación de defensor suplente, ni en vigencia del Código de Procedimiento
Penal anterior o del vigente, tiene como implicación el marginamiento definitivo del
profesional que postula a su suplente, quien por conducto de éste último continúa, en
su carácter de defensor principal, informado del desarrollo procesal y en consecuencia
en posesión del control de la defensa y de la posibilidad, presente en todo momento,
de actuar directamente cuando lo crea conveniente.

Esa comprensión de los conceptos asociados a la descripción de la irregularidad


procesal han debido preceder a la formulación del cargo. Sin esa condición la
propuesta no es completa desde la lógica como se debe plantear un defecto
remediable a través de la nulidad. Esta, y es un principio que la rige, debe ser la
última posibilidad para salvar la regularidad del proceso. Y si la garantía de la defensa
técnica es una condición de debido proceso o de regularidad procesal, cuando se
propone una nulidad por violarla en un caso donde formalmente existió defensor, está
obligado el proponente a argumentar, a partir del contexto procesal, por qué a pesar
de la existencia de defensor éste incumplió con sus obligaciones.

4. Aunque no lo planteó el censor sino que lo mencionó el Procurador, debe advertirse


que la circunstancia de que no se haya expresado en el acta de la indagatoria de (...)
que la designación del defensor era para todo el proceso, lo cierto es que tampoco se
dijo lo contrario y que en concordancia con el artículo 130 del Código de Procedimiento
Penal vigente en la época (decreto 050/87) el nombramiento de defensor realizado en
la indagatoria debía entenderse "hasta la finalización del proceso".

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 25/05/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : CIFUENTES LINDARTE, LUIS ALBERTO
PROCESADO : SILVA HUERTAS, ANA BETULIA
DELITOS : Falsedad en documento privado
PROCESO : 12781
PUBLICADA : Si

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CASACION-Delitos conexos/ NULIDAD-Principio de trascendencia/


NULIDAD-Omisión al trámite de un recurso-Acto de postulación discrecional-
Convalidación de irregularidad/ CASACION-Interés para recurrir-Apelación/
MINISTERIO PUBLICO-Interés cuando interviene con pretensiones de
defensa/ REINTEGRO DE LO APROPIADO-Total y parcial: Efectos/
REINTEGRO DE LO APROPIADO-Técnica para alegarlo en casación/
PRESCRIPCION-Reintegro parcial: La disminución de pena no afecta el
término prescriptivo/ PRESCRIPCION-Delitos conexos: Opera de manera
autónoma para cada delito/ PRESCRIPCION-Empleado oficial/ MINISTERIO
PUBLICO- Intervención en el proceso/ PARTE CIVIL-Interés para recurrir en
caso de absolución/ INVESTIGACION INTEGRAL-Técnica para alegar su
vulneración/ REFORMATIO IN PEJUS-Por impugnación de la parte civil
cuando su pretensión repercute en la dosificación punitiva/ PERJUICIOS

130
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MORALES-Personas jurídicas/ INDEMNIZACION DE PERJUICIOS-Alcance


de la facultad discrecional contenida en los artículos 106 y 107 del C.P

1. Nulidad del trámite casacional.

El Procurador Segundo Delegado en lo Penal (E) solicita a la Corte declarar la nulidad


parcial del auto mediante el cual el Tribunal negó la concesión del recurso de casación
por el delito de celebración indebida de contratos, imputado en la causa No.3579, con
el fin de que sean aplicados los "correctivos indispensables", pues considera que esta
decisión vulnera el debido proceso y atenta contra el derecho de defensa, ya que la
Corte, en reiterados pronunciamientos, ha sostenido que el concepto de conexidad a
que se refiere el inciso segundo del artículo 218 del Código de Procedimiento Penal no
es el restrictivo de la conexidad sustancial que recoge el 87 ejusdem, sino uno más
amplio, comprensivo del fenómeno de la acumulación de las causas.

En torno a este aspecto, debe decirse que la Corte, al precisar el alcance del inciso
segundo del artículo 218 del Código de Procedimiento Penal (modificado por el 35 de la
ley 81 de 1993), ha hecho ciertamente las precisiones a que alude el colaborador
Fiscal, y que frente a dicha comprensión de la norma, el recurso de casación por el
delito de celebración indebida de contratos imputado en la causa No.3579, resultaba
procedente.

Pero no puede dejar de considerarse que las nulidades surgen no por la circunstancia
de haberse incurrido en una irregularidad, sino porque existiendo ella, y siendo de
carácter sustancial, afecta las garantías de los sujetos procesales, o desconoce las
bases fundamentales de la instrucción o juzgamiento, aspectos sobre los cuales la
Delegada no hace ninguna clase de consideración, no obstante su condición de sujeto
procesal postulante del vicio (artículos 307 y 308.2 C. P. P.). Más aún, nada dice sobre
sus implicaciones procesales, desconociéndose si lo que pretende es que se invalide
todo el trámite casacional a partir de la declaración de improcedencia del recurso; o
solo parcialmente para que se conceda el recurso por el referido delito, y las partes
tengan la oportunidad de complementar sus demandas, en cuyo evento habría que
ordenar la suspensión del proceso mientras se cumple dicho trámite adicional; o que la
Corte dicte sentencia de casación de acuerdo con los cargos presentados por los
impugnantes, y ordene escindir la unidad procesal para que separadamente se tramite
el recurso por el delito de celebración indebida de contratos.

En el caso sub judice, los sujetos procesales interesados en la concesión de la


impugnación extraordinaria pudieron haber solicitado reposición de la decisión, e
inclusive, interponer el recurso de hecho para que la Corte decidiera sobre su
otorgamiento, pero no lo hicieron, sino que se allanaron a lo decidido por el ad quem,
con lo cual debe entenderse que renunciaron al derecho que les asistía, y que la
irregularidad, a pesar de haberse presentado, fue consentida por los perjudicados,
propiciando con su pasiva actitud la convalidación del vicio.

Reiterados han sido los pronunciamiento de la Sala donde se sostiene que cuando la
irregularidad compromete un acto de postulación discrecional de los sujetos
procesales, como por ejemplo el recurso de impugnación, sus efectos invalidatorios
dependerán no solo de su trascendencia, sino de la circunstancia de no haber sido
saneado con motivo de la actitud procesal asumida por la parte afectada, puesto que si
guarda silencio frente a ella, o concita la prosecución del trámite procesal, habrá de
entenderse que dispone del derecho que le fue socavado, renunciando a su eventual
ejercicio, y que el vicio, por tanto, ha sido convalidado, acorde con lo previsto en el
artículo 308.4 del estatuto procesal (Casaciones de 18 de febrero de 1998, 27 de abril
del 2000, entre otras, Magistrado Ponente, doctor Fernando E. Arboleda Ripoll).

2. Interés para recurrir en casación del procesado (...) y el Procurador Judicial Penal
174.

A manera de aclaración el Procurador Delegado sostiene que estos dos recurrentes no


interpusieron recurso de apelación contra la sentencia de primera instancia, pero que
ello no deslegitima sus impugnaciones extraordinarias, puesto que la situación jurídica
del primero fue agravada en el fallo de segundo grado, quedando por dicho motivo
habilitado para interponer el recurso, y que el segundo alega la violación de una
garantía fundamental en relación con el procesado Helmer Rojas Ramírez, que lo

131
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

autoriza para proponer la impugnación, no obstante que el ataque no involucre la


nulidad de la actuación.

Para la Sala, al igual que lo es para la Delegada, resulta claro que ambos sujetos
procesales tienen interés para recurrir, no obstante haber dejado de impugnar el fallo
de primera instancia, y que en las anotadas condiciones, ninguna objeción cabe hacer
a la concesión del recurso por parte del Tribunal. En relación con (...), basta confrontar
los fallos de primera y segunda instancia para advertir que su situación jurídica fue
agravada por el ad quem, y que esta modificación en disfavor lo autorizaba para
recurrir en casación.

En cuanto al Procurador Judicial Penal su interés surge de la circunstancia de haberse


presentado una modificación en el fallo de segunda instancia en relación con el
procesado Helmer Rojas Ramírez, que agrava su situación jurídica, y que el
representante del Ministerio Público considera violatoria de la ley sustancial y las
garantías fundamentales del acusado. En este caso, el Procurador actúa dentro de la
primera de las hipótesis que excepcionalmente permiten acceder al recurso
extraordinario cuando la parte ha guardado silencio frente al fallo de primer grado,
según lo consignado por la Corte en decisión de 11 de febrero de 1999, pues
interviene con pretensiones de defensa, siendo su impugnación perfectamente
legítima, indistintamente que la garantía fundamental cuya transgresión alega sea de
naturaleza sustancial o procesal, y que su planteamiento deba hacerse dentro del
ámbito de las causales primera o tercera.

3. Reintegro parcial de los bienes apropiados. Disminución de pena.

La equivocación del planteamiento radica en considerar que la rebaja de pena prevista


en el artículo 139 del Código penal opera por el simple hecho del reintegro, lo cual es
inexacto. Del contenido de la norma citada se establece que el legislador regló
separadamente lo relativo a la rebaja de pena por reintegro total y parcial, haciendo
depender su reconocimiento de presupuestos distintos, y adscribiendo a cada
hipótesis consecuencias jurídicas diversas.

En los incisos primero y segundo, regula lo referente al reintegro total, señalando que
si el agente, por sí o por tercera persona, hace cesar el mal uso, reparare lo dañado o
reintegrare lo apropiado, perdido, extraviado, o su valor, antes de iniciarse
investigación, "la pena se disminuirá hasta en las tres cuartas partes", y si el reintegro
se efectuare antes de dictarse sentencia de segunda instancia, "la pena se disminuirá
hasta en la mitad".

En esta primera hipótesis, la reducción de pena opera ipso iure, de suerte que
cumplida la condición en ella establecida (reintegro total), surge para el juzgador la
obligación de aplicar la consecuencia jurídica (disminución de la pena), perteneciendo
al ámbito de su discrecionalidad solo la determinación del quantum de la rebaja
aplicable en cada caso, dentro de los límites allí prefijados: Si la restitución total se
hizo antes de iniciada la investigación, la rebaja podrá oscilar entre un (1) día y las ¾
partes de la pena; y, si acontece entre este momento procesal y la sentencia de
segunda instancia, el descuento podrá fluctuar entre un (1) día y la mitad de la pena.

En el inciso tercero, regula lo concerniente al reintegro parcial, precisando que cuando


la restitución sea de esta índole, el Juez puede, "en casos excepcionales y teniendo en
cuenta las circunstancias previstas en el artículo 61, disminuir la pena hasta en una
cuarta parte". En esta ocasión, el legislador refiere la excepcionalidad de las
condiciones de procedencia, "en casos excepcionales" expresa, para indicar que la
rebaja no es viable en todos los eventos, como acontece cuando la restitución ha sido
total, sino solo en aquellos en los cuales la gravedad y modalidades del hecho punible,
el grado de culpabilidad, las circunstancias de agravación y atenuación concurrentes,
la personalidad del procesado, lo recomienden.

A diferencia, entonces, de lo que ocurre cuando el reintegro es total, en cuyo supuesto


la rebaja de pena opera por el simple hecho de su realización, cuando la restitución es
parcial se requiere, adicionalmente, el análisis de las circunstancias del artículo 61 del
Código Penal, con el fin de establecer si el descuento resulta procedente, función que
corresponde al Juez, quien debe exponer razonadamente los motivos de su
reconocimiento o rechazo.

132
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

En suma, para que opere el descuento previsto en el inciso tercero del artículo 139 del
Código Penal, se requiere el cumplimiento de dos presupuestos: a) Que exista
reintegro parcial, debiéndose entender por tal el que reviste alguna significación
patrimonial frente al valor de los bienes apropiados, perdidos o extraviados; y, b) Que
la naturaleza y modalidades del hecho punible, el grado de culpabilidad, las
circunstancias de atenuación o agravación, y la personalidad del sujeto agente,
recomienden su aplicación.

Sentadas estas premisas, se concluye sin mayor esfuerzo que el ataque planteado por
el demandante resulta no solo incompleto, sino equivocado en su formulación. Lo
primero, porque adicionalmente a la existencia del reintegro, era su obligación
demostrar que las circunstancias del artículo 61 del Código Penal hacían viable su
reconocimiento. Lo segundo, porque ello implicaba tener que acreditar que el Tribunal
incurrió en errores de hecho o de derecho en la apreciación probatoria, y esto
necesariamente imponía acudir a la causal primera de casación, cuerpo segundo
(violación indirecta de la ley sustancial).

4. Prescripción de la acción penal.

En relación con el segundo aspecto, la Corte, en la citada providencia de 9 de mayo


del año en curso, hizo las siguiente precisiones:

"Al margen de esto se tiene que la rebaja que la norma establece está referida a la
dosificación judicial (cuando el reintegro fuere parcial, el Juez podrá, en casos
excepcionales y teniendo en cuenta las circunstancias previstas en el artículo 61,
disminuir la pena hasta en una cuarta parte, reza el precepto), no a los extremos
punitivos señalados en el tipo penal que describe la conducta punible imputada al
procesado, y que en tales condiciones, su aplicación no tiene la virtualidad de afectar
el término prescriptivo de la acción penal (Cfr. Casación de 23 de noviembre de 1998,
Magistrado Ponente Dr. Arboleda Ripoll)".

5. La prescripción de la acción penal, ha sido dicho por la Corte (Cfr. Auto de 9 de


mayo del 2000, antes citado), opera para cada delito de manera autónoma, conforme
a lo establecido en el artículo 85 del Código Penal. Por consiguiente, su declaración en
relación con un determinado hecho punible, ninguna incidencia puede llegar a tener en
la consolidación del fenómeno prescriptivo de otros cuya investigación o juzgamiento
se adelanta de manera conjunta.

El artículo 80 del Código Penal dispone que la acción penal prescribe en un tiempo
igual al máximo de la pena fijada en la ley si fuere privativa de la libertad, sin que, en
ningún caso, pueda ser inferior de cinco (5) o mayor de veinte, tenidas en cuenta las
circunstancias de atenuación o agravación punitivas concurrentes en cada caso
particular. Dicho término, de acuerdo con lo establecido en el 84 ejusdem, se reduce a
la mitad en la etapa del juicio, contado a partir de la ejecutoria de la resolución de
acusación.

El artículo 133 del Código Penal, vigente para la época en que ocurrieron los hechos,
adscribía como sanción para el delito de peculado por apropiación agravado (único
hecho punible por el cual (...) se encuentra actualmente procesado), pena privativa de
la liberta de 4 a 15 años de prisión. Por tanto, el término prescriptivo de la acción para
el citado delito sería, en principio, de 15 años en el sumario (pena máxima prevista en
la ley), y de 7 años y 6 meses (la mitad) en el juicio.

Pero como el delito fue cometido por servidor público en ejercicio de sus funciones, el
término de prescripción, conforme a lo establecido en el artículo 82 ejusdem, debe ser
aumentado en una tercera (1/3) parte, de donde se sigue que la prescripción de la
acción para el delito objeto de juzgamiento, en la etapa de la causa, opera en diez
(10) años (7 años y 6 meses + 2 años y 6 meses, que equivalen a 1/3 parte),
contados a partir de la ejecutoria de la formulación de cargos.

6. Ausencia del representante del Ministerio Público durante la fase de la instrucción.


Producción de pruebas sin su asistencia.
....
El representante del Ministerio Público no tiene la obligación de intervenir en la
práctica de todas las pruebas, ni en todas las actuaciones procesales, sino solo en
aquellas en las cuales deba hacerlo por mandato legal, y del contenido de la censura

133
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

no surge que quien cumplía dichas funciones hubiese dejado de asistir a una diligencia
que requería su presencia. Además de esto, la vía escogida para presentar el cargo
sería, como ya se dejó dicho, equivocada, puesto que la ineficacia de una determinada
prueba por defectos de producción, no tiene la virtualidad de afectar la validez del
proceso.

7. Cierto es, como lo sostiene el casacionista, que la parte civil no puede, en principio,
solicitar la modificación de la pena privativa de la libertad impuesta al procesado, por
carecer de interés para ello, pero esta no es la situación que se presenta en el caso
sub judice. El incremento punitivo que experimentó (...) en el fallo de segundo grado
obedeció a las nuevas condenas proferidas en su contra por los delitos de peculado por
apropiación agravado y peculado por destinación oficial diferente, imputados,
respectivamente, en las causas Nos. 1531 y 1629, por los cuales había sido absuelto
en primera instancia.

No se trata, entonces, como lo postula el casacionista, de la aplicación de un


incremento caprichoso por parte del Tribunal, sino de la adaptación de la pena a la
nueva situación jurídica, al haber sido transformadas varias absoluciones en condenas,
con motivo de la impugnación propuesta por el apoderado de la parte civil contra las
decisiones absolutorias contenidas en la sentencia de primera instancia, aspecto en
relación con el cual le asistía interés para recurrir.

La Corte ha sido insistente en precisar que si el fallo es absolutorio, la parte civil tiene
legitimación para solicitar la condena del procesado, puesto que sin declaración de
responsabilidad penal, no tiene cabida la reclamación de indemnización por daños y
perjuicios . Y en ese sentido se orientó la impugnación de la parte civil, al protestar
por las decisiones absolutorias, y solicitar, en relación concretamente con (...), que se
le condenara al pago solidario de los perjuicios causados con los delitos por los cuales
había sido absuelto, y de los dineros apropiados que no fueron comprendidos por la
decisión impugnada.

8. La Corte ha sido insistente en sostener que cuando se plantea nulidad del proceso
por violación del principio de investigación integral, compete al casacionista demostrar
que la prueba, además de no haber sido practicada, era procedente (expresión que
comprende los conceptos de conducencia, pertinencia, racionalidad y utilidad), y que
de haberse incorporado oportunamente al proceso, las conclusiones fácticas y jurídicas
del fallo habrían sido distintas.

También ha dicho que la actividad probatoria orientada a verificar las afirmaciones y


citas hechas por el procesado en indagatoria, solo resultan viables en la medida que
revistan un cierto grado de verosimilitud, guarden relación con los hechos
investigados, y sean racionales, puesto que si estas condiciones no se cumplen, mal
puede exigírsele al instructor que oriente su labor investigativa hacia comprobaciones
innecesarias o inútiles (Segunda Instancia. Noviembre 26/97. Magistrado Ponente Dr.
Arboleda Ripoll).

9. Asegura el representante del Ministerio Público que el aumento de pena realizado en


segunda instancia por el Tribunal a (...) es ilegal, puesto que la decisión de condena se
mantuvo por los mismos delitos, y el procesado tenía la condición de apelante único,
ya que los otros impugnantes fueron el procesado (...), y el apoderado de la parte
civil, y esta última tenía interés para solicitar la indemnización de perjuicios, pero no el
incremento de pena.
....
De la confrontación de estas dos decisiones se establece que el fallo de segunda
instancia no solo no incorporó nuevas condenas en relación con el procesado (...), sino
que redujo el número de ilícitos por los cuales había sido condenado en primera
instancia (fueron excluidos los delitos de falsedad en documento privado y celebración
indebida de contratos, por prescripción de la acción penal), situación que en principio
pareciera darle la razón al impugnante cuando sostiene que, en las anotadas
condiciones, el Tribunal no podía entrar a agravar la pena señalada por el a quo. Más
aún, podría decirse que el censor se quedó corto en el planteamiento, porque frente a
las premisas que sienta, la conclusión no solo sería que el aumento es ilegal, sino que
se imponía una disminución de pena, en razón a que el número de delitos por los
cuales fue proferida decisión de condena en segunda instancia resultaba ser menor.

134
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Las argumentaciones del censor, sin embargo, no dejan de ser un sofisma. Si se


estudia integralmente el contenido de los fallos de primera y segunda instancia (que
no solo su parte resolutiva), se establecerá que en el primero de ellos al procesado se
le condenó por el delito de peculado por apropiación agravado, en cuantía de solo
$4"417.863.oo, en el equivocado entendido que únicamente debía responder por el
faltante detectado en el almacén, no obstante que los cargos formulados en la
resolución de acusación involucraban apropiaciones por sumas superiores a los 31
millones de pesos, y que por estos hechos fueron llamados a juicio en calidad de
coautores (...) y (...).

Esta condena irrisoria originó la protesta de la parte civil, que demandó en el escrito
de impugnación su modificación, con el fin de que se ajustara a los valores
establecidos en el proceso, aspecto en relación con el cual tenía legítimo interés para
recurrir, en cuanto incidía en el monto de los perjuicios, y en la posibilidad de poder
contar con una garantía personal adicional para perseguir el pago de la indemnización,
como en efecto lo consiguió, al obtener que el Tribunal condenara a (...) al pago
solidario de $31"558.000.oo, correspondientes a la cuantía de lo apropiado (fls.116 a
118, 126 y 131 del fallo del Tribunal Superior).

Cabe preguntar ahora si frente a las condiciones vistas, el Tribunal tenía o no facultad
para modificar la pena impuesta al procesado. Desde luego que sí, por una razón
elemental: porque la pretensión de la parte civil incidía en la cuantía del ilícito, y ésta
a su vez repercute en la dosificación de la pena. No es lo mismo, para efectos
punitivos, que el sujeto agente se apropie de $4"417.863.oo, a que lo haga de
$31"558.000.oo . Y en este sentido lo asumió el Tribunal al proceder a dosificar de
nuevo la pena impuesta a (...), para hacerle un aumento que resultara acorde con la
cuantía de lo realmente apropiado.

10. Perjuicios morales. Causación en tratándose de personas jurídicas.

Cierto es que el Tribunal se equivocó al considerar que en ningún caso las personas
jurídicas pueden ser sujetos pasivos de daños morales. Pero ello no quiere decir que
siempre los sufran, o que surjan por el solo hecho de haberse visto involucrado su
nombre en un escándalo. En reciente decisión*, la Corte fijó algunas pautas sobre el
particular, tras señalar que cuando se afecta el buen nombre o reputación de una
persona jurídica, sus consecuencias solo son estimables como detrimento resarcible si
amenazan concretamente su existencia, o merman significativamente su capacidad de
acción en el concierto de su desenvolvimiento, o las ponen en franca inferioridad frente
a otras de igual género o especie, situaciones que no concurren en el presente caso.

11. El casacionista incurre en el mismo error del cargo anterior: considerar que la
facultad discrecional que contienen los artículos 106 y 107 del Código Penal versa
sobre la declaración de existencia de los perjuicios, y que el Juzgador puede condenar
a su pago aún en la hipótesis de no aparecer demostrados en el proceso. Nada más
equivocado. La norma, solo defiere al Juzgador la posibilidad de cuantificación, dentro
de los límites por ella establecidos, pero siempre sobre la base de la comprobación de
la existencia del perjuicio, como claramente surge de su texto, y de la confrontación
de las distintas normas que regulan lo concerniente a la reparación de los daños
provenientes del delito.
______
* Auto de segunda instancia, febrero 11 de 1999, Magistrado Ponente Dr. Jorge Aníbal
Gómez Gallego

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 29/05/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Tunja
PROCESADO : CORTES ESPINOSA, JAIME
PROCESADO : ROJAS RAMIREZ, ELMER
PROCESADO : DIAZ REYES, DANIEL
PROCESADO : GOMEZ, ALVARO HERNANDO
PROCESADO : GOMEZ, HERNANDO ALVARO
PROCESADO : CIFUENTES CORREA, JOSE GUSTAVO
DELITOS : Peculado por apropiación, Celebración indebida de
contratos, Falsedad ideológica en documento

135
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

público, Peculado por aplicación diferente


PROCESO : 16441
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA /REBELION-Competencia a partir del 1º de


julio de 1.999

Específicamente el conflicto fue planteado por el remitente y el colisionante, respecto


de la competencia del juez que debe conocer de la extinción de la condena por
prescripción y la nulidad solicitada, en el proceso que adelantó un Juez Regional de
Barranquilla, en el que se condenó por rebelión a (…).

Conforme con lo dispuesto por los artículos 5° y 39 de la ley 504 de 1999, el


conocimiento del delito de rebelión, a partir de la vigencia de la citada ley, se asignó
en primera instancia a los jueces penales del circuito por el factor territorial, sin
importar la fecha de la comisión del reato. Ello es así, porque las disposiciones que
reglan lo relativo a la jurisdicción y competencia son de aplicación inmediata, según lo
dispone el artículo 40 de la ley 153 de 1887, principio que se aplicó por el legislador en
los artículos 53 y 39 de la ley 504 Ibídem, el primero al ordenar la vigencia de las
normas, y el segundo al establecer que los procesos de que conocía la justicia regional
y no hubieren quedado incluidos en el artículo 5, "continuaran" su curso ante la
autoridad judicial del circuito por el factor territorial.

De otra parte, el artículo 4° de la ley que se viene comentando estableció que la


segunda instancia de los asuntos que conocen en primera los jueces penales del
circuito debe resolverlos el Tribunal del respectivo Distrito Judicial.

El artículo 9 de la ley 81 de 1993 atribuía la competencia para conocer del delito de


rebelión a los jueces regionales. Con la desaparición de estos despachos judiciales,
como quedó dicho antes, el conocimiento del delito de rebelión se asignó en primera
instancia a los jueces penales del circuito por el factor territorial y la segunda instancia
a la Sala Penal del Tribunal respectivo. En consecuencia, la competencia en este caso
se traslada a los funcionarios de ese rango con jurisdicción ordinaria en Mompós, por
ser éste el lugar donde se capturó a (...) al estar exteriorizando allí la acción que
atentaba contra el Régimen Constitucional del Estado.

Como en el sub judice los jueces naturales que conocían del proceso, esto es, el Juez
Regional de Barranquilla y el Tribunal Nacional, fueron sustituidos por el Juez Penal
del Circuito de Mompós y la Sala Penal del Tribunal Superior de Bolívar, significa ello
que a partir de la vigencia de la citada ley (1 de julio de 1999) quien tiene potestad
jurídica para decidir en el citado expediente lo relativo a la ejecución de la sentencia y
la pena, en este caso las peticiones de prescripción y nulidad elevadas por el
apoderado del condenado, no son los operadores de justicia que dieron lugar al
presente trámite, sino el Juez Penal del Circuito de Mompós, pues en este lugar no
existe juez de ejecución de penas, según se infiere del acuerdo 548 de 1999 emanado
del Consejo Superior de la Judicatura.

Por definición legal la colisión de competencias se presenta entre "dos o más" jueces o
tribunales que consideran que a cada uno de ellos les corresponde adelantar un
juzgamiento o se niegan a ello alegando la razón contraria a ésta (art. 60 del C.P.P.).
Necesariamente la discrepancia se vincula con los factores que determinan el
conocimiento del respectivo asunto como el lugar de ocurrencia del hecho, el ámbito
funcional, la existencia de fuero, la conexidad o la materia de que se trata.

De acuerdo con la concepción jurídica que se ha señalado para el conflicto de


competencias, éste comprende la pugna de ideas entre "dos" jueces o tribunales, lo

136
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

que en el presente caso no existe en razón de la modificación que sobre la


competencia para conocer del delito de rebelión estableció la ley 504 de 1999, pues
ahora se radicó exclusivamente en el Juzgado Penal del Circuito de Mompós.

Recuérdese que en la colisión se requiere que las autoridades que se disputan el


conocimiento del asunto tengan legalmente la facultad para llegar a avocarlo, de la
que ahora carecen quienes trabaron la colisión, por lo que el conflicto deviene en
aparente al dejar de existir por sustracción de materia.

Lo dicho obliga a la Corporación a inhibirse de resolver la colisión planteada y a


ordenar que el expediente se remita al Juez Penal del Circuito de Mompós para lo de
su competencia.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 30/05/2000
DECISION : Se abstiene de conocer y remite al Juez Penal del
Circuito de Mompós
PROCEDENCIA : Juzgado de Ejecución de Penas y Medidas
CIUDAD : Barranquilla
PROCESADO : VELEZ BAYONA, JESUS MARIA
DELITOS : Rebelión
PROCESO : 16014
PUBLICADA : Si

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REBELION-Competencia territorial

Dada la naturaleza de la rebelión, como que consiste en la pretensión, mediante el


empleo de las armas, de derrocar al Gobierno Nacional, o suprimir o modificar el
régimen constitucional o legal vigente, así como el bien jurídico protegido, las
características que reviste y ha demostrado el grupo rebelde autodenominado Ejército
Popular de Liberación, debe afirmarse que el Estado, a través de su aparato judicial
puede, legítimamente, abrir el respectivo proceso penal, en cualquier lugar de la
República toda vez que es su régimen constitucional el que se lesiona o pone en
peligro.

El territorio donde se comete el punible de rebelión no se identifica con el área donde


se hubiere creado u originado el grupo armado, ni donde hubiere desarrollado sus
primeras acciones, o se verifiquen los actos de combate, que sólo resulta útil
determinar en cuanto se pretenda investigar hechos que no se subsuman en aquél; la
rebelión tiene por ámbito territorial todo el suelo patrio, pues es su Gobierno el que
pretende ser derrocado o su régimen constitucional o legal suprimido o modificado.
Organizaciones armadas como el E.P.L, en términos que se coligen de las expresiones
de su dirigente FRANCISCO CARABALLO, responden a una sola acción nacional y no a
la específica región donde adelanta sus operaciones, que, por ende, se unen por el
designio o la pretensión de derrocar al Gobierno, o suprimir o modificar el régimen
constitucional o legal vigente.

MAGISTRADO PONENTE Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 30/05/2000
DECISION : Asigna competencia al Juzgado 2º Penal del
Circuito Especializado de Bogotá
JUZGADOS COLISIONANTES : Juzgado P. C. E. de Montería, juzgado 2 P.C.E. de
Bogotá
PROCESADO : CARABALLO, FRANCISCO
DELITOS : Rebelión, Secuestro, Terrorismo
PROCESO : 17034

137
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

PUBLICADA : Si

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REDENCION DE PENA POR TRABAJO O ESTUDIO-Competencia de la


Corte: Reforma introducida en la ley 553 de 2000

En principio, por disponerlo así los artículos 75 y 530 del Código de Procedimiento
Penal y 82 y 97 de la Ley 65 de 1.993, el reconocimiento de la rebaja de pena, por
trabajo o estudio efectuados en reclusión, compete, exclusivamente, una vez
ejecutoriada la correspondiente sentencia, al Juez de Ejecución de Penas y Medidas de
Seguridad, o a quien haga sus veces.

Por excepción, cuando el proceso no hubiere agotado todas sus etapas o el fallo no se
encuentre en firme, porque contra el mismo se hubiere interpuesto, según el caso, el
recurso de apelación o la casación, atendidas las modificaciones que introdujera la Ley
553 de 1.999, un tal reconocimiento de rebaja compete a funcionario distinto, bien al
de instrucción o al de juzgamiento, según la fase en que se encuentre el asunto, sólo
por virtud del artículo 415, numeral segundo, del Código de Procedimiento Penal, o al
juez cuando, condenado el procesado mediante sentencia de única, de primera y
segunda instancia, o se halle pendiente de resolución la casación, según previsión del
artículo 5º del Decreto 1.542 de 1.997, se pretenda la obtención del beneficio
administrativo de las 72 horas a que hace referencia el artículo 147 de la Ley 65 de
1.993.

En ese orden, dadas las reformas contenidas en la Ley 553, a la Corte atañe
pronunciarse sobre redención punitiva, solamente en su condición de Juez de única o
de Segunda Instancia y de modo exclusivo cuando en dichos asuntos se le formulen
peticiones de libertad provisional, sustentadas en el artículo 415-2 del ordenamiento
procesal penal, o el propósito del petente sea el reconocimiento del elemento
cuantitativo en aras de la obtención del beneficio administrativo establecido en el
artículo 147 de la Ley 65 de 1.993.

A contrario sensu, no es del resorte de la Sala el reconocimiento de rebajas de pena


por trabajo o estudio, en circunstancias diferentes a las señaladas, lo que obviamente
incluye el que plantea la procesada, por cuanto es claro que el beneficio de la libertad
preparatoria, según lo tiene entendido la Sala, por interpretación del artículo 148 del
Código Penitenciario y del Decreto 1.542 de 1.997, es viable, únicamente, en relación
con condenados por sentencia en firme y no con quienes carecen de tal condición.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Auto Segunda Instancia


FECHA : 30/05/2000
DECISION : Se abstiene de reconocer redención de pena
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : GONZALEZ NAVARRO, NORA ELENA
PROCESADO : DUQUE CASTILLO, JAIRO ALBERTO
DELITOS : Concusión, Fraude procesal, Falsedad documental
PROCESO : 14815
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

ERROR DE HECHO-Falso raciocinio/ ACCESO CARNAL VIOLENTO-Diferencia


con el acto sexual con persona puesta en incapacidad de resistir

1. Aquí el censor no dice cuál clase de error de hecho le enrostra al Tribunal, pero de
las consideraciones que hace y sobre todo de la "sana crítica" que arguye, se infiere (el
casacionista no puede poner a la Corte a "inferir", sino que debe ser claro y preciso)
que plantea un falso juicio de raciocionio, el cual, tratándose de testimonios, la
jurisprudencia tiene dicho que el censor debe demostrar que el sentenciador rompió la
lógica o la persuasión racional y "valoró" el testimonio con su mero capricho e
irracionalidad.

2. No debe la Sala terminar sin llamar la atención a la fiscala acusadora y al


setenciador por haber tipificado los referidos hechos de que fue víctima la menor (...)
en el artículo 300 del Código Penal, el cual describe el "acto sexual con persona puesta
en incapacidad de resistir", pues resulta nítido que al acceder carnalmente a dicha
niña, amarrándola de pies y manos, el tipo penal en que se alojaría tal conducta sería
el de "acceso carnal violento" tipificado en el artículo 298 del citado Código, pues un
acceso carnal llevado a cabo en esas condiciones indudablemente que sería "mediante
violencia", mas no teniendo a la referida menor en un estado previo de "incapacidad
para resistir" o "en estado de inconsciencia o en condiciones de inferioridad síquicas
que le impidan comprender la relación sexual o dar su consentimiento" (art.300 cit.),
hipótesis que, en el fondo, se refieren a alteraciones endógenas de la víctima, bien
provocadas por el imputado, u originadas en sí mismas.

Pero tal error de adecuación no comporta una errónea calificación que obligue a
decretar la nulidad por atentado al debido proceso (art.304-2 C.P.P.), ya que el
anotado desplazamiento de tipificación se dio dentro del mismo Título 11 del Libro
Segundo del Código Penal, además de que una corrección en el sentido indicado
comportaría atentar contra el principio de no agravar la situación del procesado
cuando, como en este caso, el único recurrente es el defensor del mismo (arts.31 C.N.
y concordantes del C.P.P.).

MAGISTRADO PONENTE: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 30/05/2000
DECISION : No casa, se da aviso al ICBF
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cundinamarca
PROCESADO : VELANDIA PARGA, RODRIGO
PROCESADO : PARRA, MARTHA CECILIA
DELITOS : Acto sexual abusivo con incapaz de resistir
PROCESO : 12733
PUBLICADA : Si

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EJECUCION DE LA SENTENCIA-Juez competente-Acuerdos 054 de 1994 y


472 de 1999, del Consejo Superior de la Judicatura

Es comprensible el desconcierto que produjo en el Juez de Ejecución de Penas y


Medidas de Seguridad de Cartagena, el conflicto negativo de competencia planteado
por su homólogo de Santa Marta. No es admisible que ante la existencia de normas
especiales, cuya lectura no genera mayores problemas interpretativos, como son los
Acuerdos 054/94 y 472/99, del Consejo Superior de la Judicatura, Sala
Administrativa, se pretenda recurrir a un principio general de derecho probatorio para
negarse a proseguir con el conocimiento de un asunto, en el que ya se había
manifestado ser de su competencia.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

El artículo primero del mencionado Acuerdo No. 54/94 es claro. Señala que es el sitio
de reclusión el que determina la competencia para conocer de la ejecución de la
sentencia. Se trata de un factor de competencia de índole personal; se mantiene a tal
punto, que sigue al convicto al lugar donde fuere, pues de ser trasladado de
penitenciaría, su expediente debe ser enviado al Juez de Ejecución de Penas que esté
radicado en el lugar de ubicación del centro de reclusión, o, en su defecto, al Juez que
hubiere dictado el fallo de primera o única instancia.

El Acuerdo 472/99, por medio del cual se crean y organizan los Circuitos
Penitenciarios y Carcelarios en los Distritos Judiciales del país, clarifica aún más el
asunto en estudio. El artículo 1º. dispone crear los Circuitos Penitenciarios y
carcelarios en el territorio nacional para fijar la competencia territorial de los Jueces de
Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, y en su numeral 26 establece que el
Distrito Judicial de Santa Marta comprende el Circuito Penitenciario y carcelario de
Santa Marta, " cuya cabecera es la ciudad del mismo nombre, con competencia sobre
los municipios de Ciénaga, El Banco, El Plato y Santa Marta".

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 30/05/2000
DECISION : Asigna competencia a Juzgado de Ejución de
Penas de Santa Marta
JUZGADOS COLISIONANTES : Juzgado de Ejecución de Penas de Santa Marta
: Juzgado de Ejecución de Penas de Cartagena
PROCESADO : CASSIANI URBINA, EMILIO MANUEL
DELITOS : Hurto calificado y agravado
PROCESO : 16448
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA/RESOLUCION DE ACUSACION-Marco


jurídico-fáctico de la actuación del fallador

La Corte ha sostenido en otros pronunciamientos que una característica del proceso


penal nacional es la separación funcional entre instrucción y juzgamiento* . La
primera, salvo el caso de los Congresistas, los funcionarios a que se refiere el artículo
174 de la Constitución, los miembros de la fuerza pública en relación con hechos
relacionados con el servicio, quienes incurren en contravenciones y los indígenas (arts.
250-2, 186, 235-3, 221 y 246 de la C.N.), está atribuida a la Fiscalía General de la
Nación, cuya actividad jurisdiccional finaliza con la decisión calificatoria ejecutoriada,
es decir con preclusión de la investigación o resolución de acusación.

La última determinación anotada no solamente es un presupuesto indispensable para


dar comienzo a la fase del juzgamiento, sino que se constituye en su límite y su
desbordamiento por parte del Juez traduce el quebrantamiento del principio de
separación funcional entre acusación y juicio.

Ahora bien, si se tiene en cuenta que la Fiscalía, en desarrollo de su función


constitucional, define en la resolución acusatoria los cargos por los cuales debe
responder el sindicado con fundamento en la valoración de los medios de prueba
aportados a la investigación, es claro para la Corte que ese doble contenido de la
acusación -estimación probatoria y cargos- fijan el límite de la controversia en la fase
de la causa o juzgamiento, debiendo el Juez asumir el conocimiento del proceso de
conformidad con dicha resolución, salvo naturalmente -como lo ha admitido la corte-
que exista una protuberante equivocación sobre la calificación jurídica de los hechos,
caso en el cual podrá declarar la nulidad si es competente para hacerlo o proponer
colisión negativa de competencias, ante la hipótesis de que el cambio en la adecuación
legal paralelamente produzca una variación en la competencia.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

La invocación del error en la denominación jurídica por parte del Juez ante el cual se
formuló la acusación, sin embargo, no puede fundamentarlo en su oposición a la
estimación probatoria racionalmente realizada por el Fiscal, pues ello constituiría una
intromisión indebida en las funciones del organismo acusador. Si éste adujo una
motivación básica en la calificación sumarial, apoyado en una apreciación racional de
las pruebas y en un atendible juicio jurídico, no puede el Juez, ni en la sentencia ni
antes de dictarla, anular la actuación a partir de unos razonamientos que considera
más agudos pues, se repite, tal actitud vulnera el principio de separación funcional y,
además, el de preclusión de la función calificatoria de la Fiscalía. Con igual lógica y
con fundamento en el mismo presupuesto, no le es dable la proposición de colisión
negativa de competencias, cuando dichas consideraciones lo conduzcan a ello** .
____________
* Cfr., entre otras, providencias de febrero 4 y septiembre 7 de 1999. Radicaciones
10.918 y 13.524. M.P. Dr. Jorge Anibal Gómez Gallego. De mayo 11 de 1999.
Radicación 11.066. M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll.

** En similar sentido se expresó la corte en la providencia citada del 7 de septiembre


de 1999. Radicación 13.524

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 30/05/2000
DECISION : Asigna competencia al Juzgado 1º Penal del
Circuito Especializado de Medellín
JUZGADOS COLISIONANTES : Juzgado 25 Penal del Circuito de Medellín
: Juzgado 1º Penal del Circuito especializado de
Medellín
PROCESADO : MEDINA ISAZA, GERMAN ANGEL
PROCESADO : MESA CALLE, JOSE BERNARDINO
PROCESADO : SILVA RAMOS, LUIS HUMBERTO
DELITOS : Hurto agravado, Secuestro extorsivo agravado
PROCESO : 16643
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA-Ley 504 de 1999/ NARCOTRAFICO-


Competencia por razón de la cantidad de sustancia

Conforme con lo dispuesto por los artículos 5° y 39 de la ley 504 de 1999, el


conocimiento del delito en la modalidad de conservación de cocaína en cantidad
inferior a 5 kilogramos, a partir de la vigencia de la citada ley, se asignó en primera
instancia a los jueces penales del circuito por el factor territorial, sin importar la fecha
de la comisión del reato. Ello es así, porque las disposiciones que reglan lo relativo a
la jurisdicción y competencia son de aplicación inmediata, según lo dispone el artículo
40 de la ley 153 de 1887, principio que se aplicó por el legislador en los artículos 53 y
39 de la ley 504 Ibídem, el primero al ordenar la vigencia de las normas, y el segundo
al establecer que los procesos de que conocía la justicia regional y no hubieren
quedado incluidos en el artículo 5, "continuaran" su curso ante la autoridad judicial del
circuito por el factor territorial.

El artículo 4° de la ley que se viene comentando estableció que la segunda instancia


de los recursos de "apelación o de hecho" de los asuntos que conocen en primera los
jueces penales del circuito debe resolverlos el Tribunal del respectivo Distrito Judicial,
con lo que se reitera el factor territorial como determinante de la competencia y
concurrente con el funcional para desatar los recursos que estaban pendientes a 1 de
julio de 1999 en los expedientes que se hallaban en segunda instancia en el Tribunal
Nacional y relacionados con delitos que no se incluyeron expresamente en el artículo 5
de la ley 504 de 1999.

141
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Como los presupuestos del artículo 37 de la ley 504 de 1999 están referidos a los
punibles de que venía conociendo la justicia regional y que a consecuencia del artículo
5 ídem continuaron a cargo de los juzgados penales del circuito especializados, ha de
entenderse que debe conocer el Tribunal de Santa Fe de Bogotá a través de la Sala
Penal Especializada Adscrita, con jurisdicción nacional, solamente de los asuntos que
por estos ilícitos se encontraban en segunda instancia en el Tribunal Nacional antes de
la fecha límite a que alude la disposición (1 de julio de 1999).

El espíritu del artículo 37 de la Ley 504 de 1999, el sentido natural y obvio de sus
expresiones gramaticales, el contexto de la ley y las disposiciones sobre la aplicación
inmediata de las normas procesales que se señalan en la ley 153 y 57 de 1887,
permiten concluir, que el conocimiento en el presente caso corresponde a la Sala Penal
del Tribunal Superior de Antioquia, a donde se remitirá el expediente, para lo que
corresponda en relación con la impugnación de la sentencia proferida contra (...) por
un Juez Regional de Medellín.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 30/05/2000
DECISION : Atribuye el conocimiento al Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Antioquia
TRIBUNALES COLISIONANTES : Tribunal Superior de Antioquia
Tribunal Superior de Santafé de Bogotá
PROCESADO : ESPINOSA VEGA, FERNANDO ADOLFO
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 16344
PUBLICADA : Si

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ERROR DE HECHO-Técnica/ CASACION-Causal de inculpabilidad: Técnica/


IN DUBIO PRO REO-Técnica para alegarlo en casación/ DEMANDA DE
CASACION-Causal tercera: Exigencias técnicas

1. El error de hecho predicable de varias pruebas no puede ser planteado


conglobadamente, es decir, en forma simultánea, referido, a la vez, a todas ellas. Es
necesario singularizar cada medio probatorio, así como el yerro que se le imputa al
Juzgador respecto de él. Luego de ese análisis particularizado, sí puede el casacionista
generalizar.

2. La inculpabilidad no se puede pedir sin argumentaciones. Y auncuando ello fuera


viable, corresponde al censor precisar, en perfecto nexo de fundamento a
consecuencia, cuál ha sido la infracción en materia probatoria que ha conducido a la
ruptura de la normatividad sustantiva. Luego de ello, en ordenación lógica, compete al
proponente demostrar que el yerro ha generado violación de la ley sustancial en una
de sus modalidades: falta de aplicación, aplicación indebida o interpretación errónea.

3. Cuando se busca el reconocimiento de la duda por la vía del error de hecho, "… es
imperioso para el casacionista indicar las pruebas en que recayeron esos errores y
demostrar que a causa de ellos se declaró probada la responsabilidad cuando era tal la
incertidumbre, que solo podía impartirse la absolución. Así lo ha precisado en
repetidas oportunidades la Corte, porque solo en presencia de esos demostrados
yerros es que puede desconocerse la presunción de acierto y legalidad que ampara el
fallo impugnado" ( C. S. J., Casación del 15 de diciembre de 1999, M. P. Dr. Mario
Mantilla Nougues ).

4. Cuando se invoca la causal tercera de casación, no basta con señalar cualquier


irregularidad para sentar sobre ella la existencia de una nulidad. El demandante tiene
que concretar la clase de irregularidad sustancial que invoca, mostrar sus
fundamentos, las normas que estima infringidas, así como precisar de qué manera la
falencia procesal denunciada ha repercutido definitivamente en la afectación del

142
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

trámite surtido que ha culminado con la expedición de la sentencia impugnada, y


establecer desde qué momento es menester declarar la invalidación del proceso, para
fijar, además, el Funcionario al que se debe remitir el expediente una vez producida la
anulación. Esto quiere decir que no es suficiente tratar de evidenciar cualquier clase
de irregularidad hipotéticamente surgida dentro del proceso, sino que es necesario
indicar, y probar, aquella o aquellas que indefectiblemente conducen a su invalidación,
bien porque rompan la estructura del rito, bien porque vulneren garantías y derechos
fundamentales. Si, además, el proponente en casación postula violación del debido
proceso, le resulta imprescindible identificar con plena nitidez la irregularidad que
sustancialmente lo ha alterado de manera rotunda, desde luego en contra de las
formas y cauces legalmente establecidas.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
FECHA : 30/05/2000
DECISION : Rechaza la demanada y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : CUERVO PEDRAZA, LUIS ALBERTO
DELITOS : Lesiones personales culposas, Homicidio culposo
PROCESO : 14746
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA-En la etapa de investigación

Los incidentes con base en los factores de competencia (excepción hecha del factor
territorial) que se presenten en la etapa de investigación son conocidos y resueltos por
los mismos funcionarios de la Fiscalía sin la intervención de los jueces, conforme a los
diversos niveles de organización con que cuenta la estructura del ente acusador, tal
como lo disponen los numerales 1° del artículo 20, 3° del artículo 34 del decreto
número 2699 de 1991 (Estatuto Orgánico de la Fiscalía General de la Nación), los
artículos 19 de la ley 81 de 1993, 35 y 47 de la ley 504 de 1999, que modificaron los
artículos 123, 124 y 125 del Código de Procedimiento Penal.

De acuerdo con el artículo 35 de la ley 504 de 1999, que subrogó el artículo 68


numeral 5º del Código de Procedimiento Penal, es evidente que la Sala Penal de la
Corte no tiene facultad para dirimir el conflicto de competencia que le ha remitido la
Sala Jurisdiccional del Consejo Superior de la Judicatura, por los motivos que se
acaban de exponer, y por ello se abstendrá de conocer del suscitado en las presentes
diligencias. En consecuencia, remitirá el expediente al Director Nacional de Fiscalías
para que asigne a la autoridad que en el ente acusador debe conocer del presente
asunto.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 30/05/2000
DECISION : Se abstiene de conocer, remite a Dirección
Nacional de Fiscalías
PROCEDENCIA : Fiscalía 20 Unica
CIUDAD : Soatá - Boyacá
PROCESADO : BONILLA, LILIANA ASTRID
PROCESADO : GOMEZ ALBARRACIN, EXCEHOMO
DELITOS : Rebelión
PROCESO : 16978
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

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NULIDAD-Principios de taxatividad, protección, convalidación, transcendencia


y residualidad/ EXTRADICION PASIVA-Nulidad: Requisitos para su alegación

En respuesta a lo planteado, ha de comenzar por decir la Corte, que el ordenamiento


procesal penal vigente, contrario a la regulación mantenida en estatutos anteriores, se
ocupa del tema relacionado con los motivos de invalidación de los actos procesales,
reconociendo la operancia de los principios de taxatividad, protección, convalidación,
trascendencia y residualidad.

De acuerdo con ellos, solamente es posible alegar las nulidades expresamente


previstas en la ley (taxatividad); no puede invocarlas el sujeto procesal que con su
conducta haya dado lugar a la configuración del motivo invalidatorio, salvo el caso de
ausencia de defensa técnica, (protección); aunque se configure la irregularidad, ella
puede convalidarse con el consentimiento expreso o tácito del sujeto perjudicado, a
condición de ser observadas las garantías fundamentales (convalidación); quien alegue
la nulidad está en la obligación de acreditar que la irregularidad sustancial afecta las
garantías constitucionales de los sujetos procesales o desconoce las bases
fundamentales del proceso judicial (trascendencia); y, además, que no existe otro
remedio procesal, distinto de la nulidad, para subsanar el yerro que se advierte
(residualidad).

Además, de conformidad con el artículo 307 del Código de Procedimiento Penal, el


sujeto procesal que alegue la configuración de un motivo invalidatorio, tiene la carga
de determinar la causal de nulidad que invoca, las razones de hecho y de derecho en
que se apoya, y no puede formular nueva solicitud por el mismo motivo sino por
causal diferente o por hechos posteriores.

Lo dicho indica, inequívocamente, que la solicitud de nulidad no es de postulación


libre, sino sometida al cumplimiento de los principios que orientan su declaratoria, solo
procede por causales taxativamente previstas, y con la obligación del peticionario de
determinar el motivo y las razones fácticas y jurídicas en que se funda, nada de lo cual
es cumplido en este caso por el defensor del requerido en extradición, señor (...), lo
que impone a la Sala tener que rechazar la petición.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Extradición
FECHA : 31/05/2000
DECISION : Niega pretenciones de memorial
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : MORENO URIBE, HORACIO DE JESUS
PROCESO : 16720
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION PASIVA-Etapas previa y definitiva: La Corte no tiene


competencia para ejercer su control

Según se precisa en la providencia impugnada, pacífica y reiteradamente la


jurisprudencia de esta Corte tiene establecido que el trámite de extradición es de
naturaleza administrativa-judicial-administrativa, en cuyas fases inicial y definitiva
interviene el Gobierno Nacional a través de sus órganos facultados por la ley, y
respecto de las cuales la Corte carece de facultad de dirección o control, pues la
competencia para ello la radica el ordenamiento en la propia administración y la

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

jurisdicción de lo contencioso administrativo, ya que a la Corte le pertenece exclusivo


el control de legalidad de la fase judicial.
...
Si la impugnación se dirige a cuestionar la competencia del funcionario que emitió el
Concepto, por considerar que se dejó de aplicar el artículo 49-1 del Decreto 2126 de
1992, de lo cual resulta que al parecer el recurrente estima inaplicable el artículo 5º
ordinales 1 y 2 del Decreto 2126 de 1992 que facultan a la Oficina Jurídica del
Ministerio de Relaciones Exteriores para conceptuar sobre temas de derecho
internacional y la aplicación de la legislación nacional, o el contenido del concepto
mismo por considerar que el que obra en la actuación no se halla debidamente
motivado conforme al particular entendimiento que se posee al respecto, y a pesar de
la insinuación de estarse incurriendo en la hipótesis prevista por el artículo 6º de la
Carta Política, la Corte ha de reiterar que no cuenta con facultad para dirigir o
controlar las actuaciones de las autoridades administrativas en las fases inicial y final
del trámite de extradición, ya que ésta se halla radicada en cabeza de la propia
administración y la jurisdicción de lo contencioso administrativo.

El admitir por parte de la Corte la hipótesis contraria, implicaría reconocer que también
en la fase final del trámite, el Gobierno Nacional cuenta con facultad para cuestionar o
controlar la legalidad o el sentido de las decisiones que se adopten durante la etapa
judicial, hipótesis ésta que repugna a la prefiguración constitucional de un Estado, con
las características del nuestro.

Y si bien la rama judicial del poder público tiene capacidad y competencia para
pronunciarse sobre la legalidad de los actos administrativos, bajo el actual esquema
constitucional ello solo resulta posible por la jurisdicción de lo contencioso
administrativo y no por la Corte Suprema de Justicia, cuya función al emitir el
Concepto se circunscribe a la verificación de la validez formal de la documentación
presentada en apoyo de la solicitud de extradición, la identificación plena del
solicitado, el principio de la doble incriminación, la equivalencia de la providencia
proferida en el extranjero, y, cuando fuere el caso, el cumplimiento de lo previsto en
los tratados públicos, según el marco normativo al efecto señalado por el Gobierno
Nacional como aplicable al asunto.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Extradición
FECHA : 31/05/2000
DECISION : No repone la providencia impugnada
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : MORENO URIBE, HORACIO DE JESUS
PROCESO : 16720
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE REVISION-Requisitos

Establece el artículo 234 del C. de P.P. las exigencias de forma que debe llenar la
demanda mediante la cual se busca instaurar la acción de revisión, y que son de
imperativo cumplimiento al tenor del artículo 235 ibídem, que dispone su inadmisión
en caso de no atenderse.

Según el numeral 4o. de la primera citada disposición, la demanda debe contener la


"relación de las pruebas que se aportan para demostrar los hechos básicos de la
petición ...". Clara es pues la exigencia de la ley al accionante, de allegar con la
demanda todas las pruebas que relaciona por estimarlas convenientes para acreditar
esos hechos, y esto se explica porque esas pruebas son los elementos de juicio que le
permiten a la Corte establecer la viabilidad de la acción, sin que necesariamente
determinen su decisión final, que se halla sujeta, en el evento de abrirse paso la

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

impugnación, a lo demostrado tanto con esas pruebas, como con las que en el decurso
del trámite respectivo la Corte ordene acopiar.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Acción de Revisión
FECHA : 31/05/2000
DECISION : Reconoce apoderado especial, rechaza in límine la
demanda
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Armenia
PROCESADO : MEJIA ROJAS, ANGELA PATRICIA
DELITOS : Falsedad en documento público, Fraude procesal
PROCESO : 16447
PUBLICADA : Si

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REPOSICION-Finalidad/ EXTRADICION PASIVA-Etapas previa y definitiva:


La Corte no tiene competencia para ejercer su control/ EXTRADICION
PASIVA-Etapa judicial: Naturaleza/ EXTRADICION PASIVA-Documentos
anexos a la solicitud: Trámite de traducción / EXTRADICION PASIVA-La
Corte no tiene competencia para cuestionar la legalidad del trámite interno
impartido al proceso respectivo en el país requirente/ EXTRADICION
PASIVA-Prueba: No es objeto el marco jurídico que ha de regular el trámite

1. El recurso de reposición tiene como finalidad permitir al funcionario que profiere la


providencia que por este mecanismo se impugna, corregir aquellos errores de orden
fáctico o jurídico en que hubiere podido incurrir en la decisión ameritada, otorgando la
posibilidad de examinarla y, si a ello hubiere lugar, proceder a revocarla, reformarla,
aclararla o adicionarla en los aspectos sobre los cuales la inconformidad encuentre
verificación, para lo cual es indispensable que la parte que acude a dicho instrumento
de impugnación, lo haga en la oportunidad prevista por la ley y exponga por escrito las
razones de hecho y de derecho fundamento de su disenso.

2. La Corte, en relación con el trámite de extradición, ha reiterado que este es de


naturaleza administrativa-judicial-administrativa, en cuyas fases inicial y definitiva, es
el Gobierno Nacional, a través de sus órganos facultados por la ley, el encargado de su
adelantamiento siguiendo los trámites preestablecidos, y respecto de las cuales la
Corte carece de facultad de dirección o control, debido a que la competencia para ello
la establece el ordenamiento en la propia administración y la jurisdicción de lo
contencioso administrativo.

Debido a esto, la fase intermedia del trámite no corresponde a la idea de proceso


judicial que deba culminar con un fallo, sino en un concepto jurídico de la Corte
referido a la viabilidad de conceder o negar la extradición de quien es requerido por
autoridades de un país extranjero para que responda por la comisión de hechos
punibles cuya realización se le imputa.

De ahí que el trámite judicial se inicie con la solicitud, elevada por el Ministerio de
Justicia y del Derecho, y se agote en el proferimiento del Concepto por la Corte, el cual

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

no requiere del cumplimiento de ritos tales como la notificación y ejecutoria, y por


tanto no admite recurso alguno, precisamente por no corresponder a una sentencia
sino a un criterio jurídico que de conformidad con la regulación vigente, sólo tiene el
carácter obligatorio para el Gobierno cuando es expuesto en sentido negativo a la
extradición, pues que de ser favorable, aquél queda en libertad de obrar según las
conveniencias nacionales.

Esto no significa, desde luego, que durante la fase judicial del trámite que le
corresponde llevar a cabo a la Corte, no deba garantizarse el cumplimiento efectivo de
los derechos constitucionales fundamentales al debido proceso y el derecho de
defensa, como así ha acontecido en el presente evento, pues a partir del recibo del
diligenciamiento por la Corporación, el asunto viene siendo tramitado conforme a los
ritos preestablecidos en los artículos 556 y siguientes del Código de Procedimiento
Penal, garantizándosele al requerido el derecho de defensa técnica y material.

Por ello, como se sostuvo en el proveído materia de impugnación, al no denunciar la


defensa la existencia de alguna irregularidad sustancial concreta que hubiere podido
ocurrir durante el trámite judicial que la Corte adelanta, carece de fundamento que se
declare la invalidación de lo actuado conforme se solicita, precisamente ante la
ausencia de objeto, el cual no resulta determinado ni siquiera acudiendo a la figura de
la nulidad prospectiva, puesto que soporta la solicitud sobre hipótesis de incierta
configuración, dado que en las condiciones actuales no podría anticiparse el sentido del
concepto de la Corte y menos el de la eventual decisión del Gobierno Nacional.

El criterio expuesto por la defensa en el sentido de que el garante de los derechos


constitucionales es la autoridad que en cualquier momento esté conociendo el proceso,
resultaría válido solo en cuanto al control de la parte del trámite que esté adelantando
en esos momentos, no sobre las cumplidas por otras autoridades o las aún no llevadas
a cabo, pues de admitirse la hipótesis contraria, sería opuesto al ordenamiento jurídico
permitir también que las autoridades administrativas incursionaran en ámbitos que no
le corresponden, para cuestionar la legalidad de lo actuado o el sentido de lo decidido
por los jueces de la república, lo que repugna a la prefiguración de Estado, de las
características del nuestro.

Y, en otro sentido, si bien la rama jurisdiccional del poder público tiene capacidad y
competencia para pronunciarse sobre la validez de los actos administrativos, de
acuerdo con el actual esquema ello solo es posible por parte de la especialidad de lo
contencioso administrativo y no por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de
Justicia cuya función al emitir el concepto referido a la viabilidad de conceder o negar
la extradición de quien es requerido, se circunscribe a la verificación de la validez
formal de la documentación hecha llegar por el Ejecutivo, la identificación plena del
solicitado, el principio de la doble incriminación, que la providencia en que se sustenta
la solicitud, equivalga cuando menos a la resolución de acusación en el sistema
colombiano, y, cuando fuere el caso, el cumplimiento de lo dispuesto por los tratados
públicos, según el marco normativo al efecto señalado por el Gobierno Nacional como
aplicable al caso.

Resulta entonces, carente de fundamento la pretensión invalidatoria que el defensor


postula, y, en tal medida se mantendrá la decisión impugnada, en cuanto tiene que
ver con dicho tema, pues siendo ajeno a los fundamentos del concepto que por ley le
compete emitir, a la Corte le está vedado retrotraer el rito a la fase administrativa
inicial del trámite, para que se allegue la copia del proceso judicial cuyo recaudo es
solicitado, o sugerir que el Gobierno Nacional proceda a verificar si en Colombia cursan
investigaciones penales en contra del reclamado en extradición, dado que ello es
asunto de su exclusiva competencia, como ha sido visto.

3. Si como se afirma en el escrito sustentatorio de la impugnación, la defensa tiene


claro que (...) , quien figura realizando alguna de las traducciones que aparecen en la
solicitud presentada por la Embajada de los Estados Unidos de América, no es
funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, sino del país
requirente, superfluo es pretender acreditar aquello sobre lo cual en la actuación obra
prueba, si se tiene en cuenta que, como se expuso en el proveído ameritado, bajo la
firma hay constancia que su cargo es el de "FEDERALLY CERTIFIED COURT
INTERPRETER/TRANSLATOR" y que el documento que suscribe se halla integrado a la
documentación allegada por el Gobierno de los Estados Unidos, y legalizada ante el
Consulado de Colombia en Washington, D.C..

147
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Además, la disposición que invoca el recurrente (artículo 255 del C. de P.P.), resulta
aplicable cuando se trata de prueba trasladada practicada en el exterior para ser
apreciada por jueces colombianos, lo que no acontece en el presente evento en el cual
la actuación se rige por norma especial contenida en el artículo 551 del Código de
Procedimiento Penal al establecer que los documentos anexos a la solicitud de
extradición, "serán expedidos en la forma prescrita por la legislación del Estado
requirente y deberán ser traducidos al castellano, si fuere el caso".

De esta manera, si la documentación allegada con la solicitud ha sido traducida por


autoridades extranjeras, la Corte carece de competencia para cuestionar dicho trámite,
y solo en el evento de que algunas de tales piezas no hayan sido vertidas al castellano,
a solicitud de parte o de oficio, procede disponer que a ello se proceda por parte del
Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, pues es en ese sentido en que debe
observarse la expresión "si fuere el caso" a que se refiere la norma en comento.

4. La Corte no tiene más alternativa que reiterar lo ya dicho en torno a dichos


aspectos, pues dentro de las facultades con que cuenta para proferir el Concepto que
de ella demanda el Gobierno Nacional, no se incluye la posibilidad de cuestionar los
hechos imputados por las autoridades extranjeras o de establecer si ellos
evidentemente tuvieron ocurrencia, las circunstancias de su realización, o el mérito
persuasivo de las pruebas en que se soporta la acusación o el fallo base de la solicitud;
menos la forma de participación o el grado de responsabilidad penal del requerido,
pues dichos asuntos son de competencia exclusiva y excluyente de las autoridades
judiciales del país que eleva la solicitud.

Tampoco cuenta con facultad para cuestionar la legalidad o acierto de las actuaciones
o decisiones proferidas por las autoridades extranjeras y contenidas en la
documentación allegada con la solicitud de extradición, todo lo cual patentiza el deber
de mantener la decisión que la defensa impugna.

5. Las pretensiones del defensor se refieren al marco jurídico que ha de regular el


trámite, y por lo mismo excluyen cualquier posibilidad de acreditación por medio de
prueba, conforme así ha sido sostenido por la Corte en la providencia que la defensa
impugna.

Además, en la actuación obra el concepto de ley, expedido por el Ministerio de


Relaciones de Colombia, en donde se precisa a la Corte la ausencia de convenio
aplicable en materia de extradición con los Estados Unidos de América, y la
procedencia de obrar de conformidad con las normas al respecto, contenidas en el
Código de Procedimiento Penal, de cuya tesis, expuesta de modo oficial, participa la
Corporación como ha sido reiteradamente sostenido por la jurisprudencia. Por manera
que habiendo sido delimitada por el Gobierno Nacional la normatividad aplicable al
caso, como director de las relaciones internacionales, queda excluida cualquier
posibilidad de controversia que a iniciativa de parte pueda plantearse al respecto, pues
ella solo resulta posible a iniciativa de la Corte y no con los sujetos procesales, sino
con el Gobierno Nacional, pero solo en las eventualidades posibles de presentarse y a
las cuales se ha hecho referencia en pronunciamientos anteriores en torno al punto,
incluso en el proveído objeto de impugnación.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Extradición
FECHA : 31/05/2000
DECISION : No repone la providencia impugnada, devuelve
memorial
PROCEDENCIA : Estados Unidos de América
REQUERIDO : ORLANDEZ GAMBOA, ALBERTO
PROCESO : 16515
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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148
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

EXTRADICION PASIVA-Prueba: Objeto/ EXTRADICION PASIVA-La Corte


no tiene competencia para cuestionar la legalidad del trámite interno impartido
al proceso respectivo en el país requirente/ EXTRADICION PASIVA-Etapa
previa: La Corte no tiene competencia para ejercer su control/ EXTRADICION
PASIVA-Proceso pendiente en Colombia: No afecta el trámite/
EXTRADICION PASIVA-Prueba inconducente: Las pruebas de cargo con que
cuentan las autoridades del país requirente/ EXTRADICION PASIVA-Facultad
oficiosa de la Corte para devolver el expediente al Gobierno Nacional/
EXTRADICION PASIVA-Prueba: No es objeto el marco jurídico que ha de
regular el trámite

1. La Corte, en esta oportunidad ha de reiterar, conforme lo ha hecho en asuntos de la


naturaleza del que ocupan su atención, que el concepto que de ella demanda el
Gobierno Nacional, referido a la viabilidad de conceder o negar la extradición, se halla
delimitado a temas que se relacionan con la verificación de la validez formal de la
documentación presentada por el Gobierno del país que eleva la solicitud; la
identificación plena del solicitado, correspondiente a la persona capturada con dichos
fines; el principio de la doble incriminación relacionado con que el hecho motivo de la
solicitud no sea delito político o de opinión, y, además de estar también previsto en
Colombia como delito, se reprima con pena privativa de la libertad cuyo mínimo no sea
inferior a cuatro años; que la providencia en que sustenta la solicitud de no ser una
sentencia, cuando menos equivalga a la resolución de acusación en el sistema
colombiano; y, cuando fuere el caso, el cumplimiento de lo dispuesto por los tratados
públicos.

Debido a ello, las pruebas cuya incorporación o práctica se demande durante el


trámite, de acuerdo con la oportunidad para la solicitud, prevista al efecto por el
artículo 556 del Código de Procedimiento Penal, deben estar orientadas a la
demostración de tales presupuestos; es decir, tratarse de pruebas eficaces,
pertinentes, útiles, necesarias y conducentes, referidas a los aspectos sobre los cuales
la Corte ha de emitir su Concepto, a riesgo, en caso contrario, de tener que disponer
su rechazo, conforme la autorización que con criterio general, establece el artículo 250
ejusdem.

2. Respecto de las pruebas relacionadas en los numerales que preceden, observa la


Corte que si bien el tema de la validez formal de la documentación presentada por las
autoridades del país solicitante, corresponde a uno de los aspectos a considerar en el
Concepto que le compete emitir, también lo es que ninguna de ellas reúnen los
presupuestos de conducencia y pertinencia, dado que no obstante los esfuerzos
argumentativos hechos en pro de acreditar el cumplimiento de dichos requisitos, en
realidad apuntan a cuestionar, no la validez formal de la documentación presentada,
sino la competencia de las autoridades extranjeras y el trámite llevado a cabo durante
la fase administrativa inicial del proceso, aspectos sobre los cuales la Corte no tiene
competencia, cuando no a que se repitan actuaciones ya cumplidas con las
formalidades legales.

Es así cómo, se observa que la pretensión por allegar las normas sobre notariado y
registro imperantes en los Estados Unidos de América, los ritos formales de
legalización y autenticación, el régimen de extradición imperante en dicho país, las
normas sobre jurisdicción y competencia de las autoridades extranjeras, o el
requerimiento para que se modifiquen los términos de la solicitud por considerar que
en ella no existe información exacta sobre los lugares y las fechas en que tuvieron
realización los hechos que dan lugar al pedido de extradición, son aspectos sobre las
cuales las pruebas aludidas por la defensa resultan inconducentes, pues bastante ha

149
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

sido dicho por la Corte que la Constitución y la Ley no la facultan para inmiscuirse en
la soberanía de las autoridades extranjeras y por esta vía cuestionar sus decisiones o
la competencia para proferirlas, y menos sugerir la modificación de los términos en
que elevan solicitudes al Gobierno Colombiano o de los documentos en que se apoyan
para hacerlas.

3. De otro lado, manifiestamente inconducente resulta la petición de escuchar en


declaración jurada al Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia para que explique
la organización jerárquica y funcional de dicho organismo, dado que es la Ley (Decreto
2126 de 1992) la que establece los puntos sobre los cuales el peticionario pretende
brindar claridad. Y si de lo que se trata es de cuestionar el contenido del concepto que
sobre el marco jurídico aplicable al caso obra en la actuación, y la competencia para
proferirlo, es evidente que la Corte no puede inmiscuirse en ese trámite de carácter
administrativo, careciendo por tanto de facultad para señalar la forma en que se debe
cumplir, o establecer procedimientos para ello, pues de así proceder no solo atentaría
contra la autonomía e independencia de las Ramas del Poder Público y quebrantaría el
principio de legalidad, sino que se estaría atribuyendo facultades no establecidas en
la Constitución o la ley (Cfr. auto de marzo 27 de 2000. M. P. Dr. CORDOBA POVEDA.
Rad. 16703).

4. La misma suerte han de correr las peticiones relacionadas con establecer los
antecedentes judiciales que en Colombia registre el requerido en extradición, señor
(...), pues el hecho de que el referido ciudadano eventualmente pueda tener asuntos
ante las autoridades colombianas, no afecta el trámite judicial del proceso, ni
determina el sentido en que habría de conceptuar la Corte "ya que solo en el evento
en que el concepto sea positivo y en tales términos sea acogido por el Gobierno
Nacional por intermedio del Ministerio de Justicia y del Derecho profiriendo la
resolución que concede la extradición, le corresponde al Ejecutivo en ejercicio de la
potestad que le confiere el artículo 560 del Código de Procedimiento Penal, determinar
si difiere o no la entrega de la persona al país requirente", según se tiene establecido
por esta Corporación (Auto, oct. 5/99, M.P. Dr. GALVEZ ARGOTE, Rad. 15727).

5. Las pruebas que vienen de ser enunciadas, también deberán ser rechazadas por la
Corte. No siendo discutido por el peticionario que el señor (...), quien se encuentra
privado de la libertad con ocasión del presente trámite, es la misma persona a la que
se refiere la Nota Verbal con la cual la Embajada de los Estados Unidos de América
formaliza la solicitud de extradición, cualquier pretensión que apunte a cuestionar los
soportes fácticos de las decisiones proferidas por las autoridades extranjeras desborda
el ámbito del Concepto que el Gobierno Nacional demanda de la Corte, pues dentro de
los objetivos del instrumento de la extradición no se incluye la necesidad de establecer
si los hechos en realidad tuvieron ocurrencia en el territorio del país que hace la
solicitud o en otro distinto, menos la responsabilidad en ellos de la persona requerida,
sino verificar el cumplimiento de los requisitos establecidos por el Código de
Procedimiento Penal.

Debido a lo ello, resulta inconducente pretender que al trámite se alleguen las pruebas
de cargo con que cuentan las autoridades del país solicitante para formular el pedido,
o las de descargo que eventualmente pueda aducir el requerido para demostrar que no
pudo haber cometido el hecho por el cual se solicita su extradición, dado que la Corte
carece de facultad para sustituir a las autoridades extranjeras en la labor de definición
del proceso penal que ellas adelantan. Su misión, como ha sido reiteradamente dicho,
se circunscribe a emitir el Concepto con fundamento en los parámetros al efecto
señalados por el artículo 558 del Código de Procedimiento Penal.

6. La Corte observa que la pretensión probatoria apunta a desconocer la facultad del


Ministerio, como entidad, para conceptuar en torno al marco jurídico que regula el
trámite de extradición, lo cual se torna improcedente, si se tiene en cuenta que el
Código de Procedimiento Penal adscribe dicha función al "Ministerio de Relaciones
Exteriores" en cuanto organismo y no al "Ministro", como funcionario individualmente
considerado, según el particular entendimiento del peticionario, lo que resulta
suficiente para declarar la inconducencia de la pretensión.

Además, tal y como ha sido reiteradamente sostenido por la jurisprudencia de esta


Corporación, la Corte no desconoce su competencia legal de controlar, "cuando fuere
el caso", "el cumplimiento de lo previsto en los tratados públicos", ni que dicho tema

150
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

pueda ser abordado en la fase judicial del trámite, conforme así lo ha sostenido la
jurisprudencia.

No obstante, ha de precisar, que ese ejercicio de contenido estrictamente jurídico


excluye la controversia a iniciativa de parte, pues es facultativo de la Corporación y
depende del señalamiento por el Gobierno Nacional de uno o varios instrumentos
internacionales como aplicables al caso, su vigencia, y su correspondencia con los
preceptos de la Constitución Política; como igualmente facultativa es la potestad de la
Corte de devolver el expediente al Gobierno Nacional en aras de su perfeccionamiento,
cuando encuentre la ausencia de piezas sustanciales en él, conforme se establece de lo
previsto por el artículo 553 del Código de Procedimiento Penal; o cuando considere que
el Concepto emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores sobre el marco jurídico
en que ha de desenvolverse el asunto, no corresponde a los instrumentos
internacionales vigentes para Colombia, porque los mismos contrarían la Carta Política,
o que en cumplimiento de las aludidas disposiciones la Corte carecería de competencia
para intervenir en el trámite que de ella se demanda, entre otras eventualidades
posibles de presentarse en el trámite de extradición; ninguna de las cuales ocurre en
el presente caso, pues, como ha sido expuesto en precedentes jurisprudenciales
sentados sobre el tema, la Corte participa de la tesis manifestada de modo oficial por
el Ministerio de Relaciones Exteriores, y relacionada con la ausencia de convenio
aplicable en materia de extradición con los Estados Unidos de América (Cfr. Autos Nov.
30/99 y abril 11/2000, M.P. Dr. ARBOLEDA RIPOLL) .

Ello, por supuesto, no significa afirmar que por fuera de los aspectos que vienen de ser
mencionados, la Corte cuente con facultad para dirigir o controlar la actuación en las
etapas previa y definitiva del trámite, debido a que la competencia para pronunciarse
al respecto se halla radicada en la propia administración y la jurisdicción de lo
contencioso administrativo.

Por esto estima que al estar referida la pretensión contenida en los numerales que
preceden al marco jurídico que ha de regular el trámite, cuya ponderación,
aplicabilidad y vigencia al caso corresponde definir de modo exclusivo y excluyente a la
jurisdicción, en este evento a la Corte en su momento oportuno, y no susceptible, por
tanto de prueba, las solicitudes de la defensa ameritan rechazo por impertinentes,
máxime si en la actuación ha quedado definido con el concepto expedido por el
Ministerio de Relaciones Exteriores que por no existir entre las partes requirente y
requerida tratado de extradición aplicable, el trámite que gobierna esta reclamación de
extradición es el previsto en el Código de Procedimiento Penal.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Extradición
FECHA : 31/05/2000
DECISION : Niega las pruebas solicitadas, Corre traslado para
traducción oficial
PROCEDENCIA : Estados Unidos de América
REQUERIDO : ECHEVERRY MONSALVE, DARIO
PROCESO : 16701
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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EXTRADICION PASIVA-Naturaleza mixta del trámite

Dígase una vez más que tal como se encuentra concebido dicho trámite, el mismo
tiene una naturaleza mixta, por lo que contiene procedimientos tanto administrativos
como jurisdiccionales. Los primeros radican en el Gobierno Nacional en cabeza del
Ministerio de Relaciones Exteriores, al que le compete alistar la documentación e
indicar cuál sería la vía y la legislación aplicable. Igualmente, debe intervenir el
Ministerio de Justicia y del Derecho que cumple una función requirente del trámite
judicial y del concepto, para que el Gobierno decida finalmente, después de que se
pronuncie la Corte.

151
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Los segundos, le corresponden a la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema, quien


deberá emitir el respectivo concepto, el cual deberá buscarse, al tenor del artículo 558
del Código de Procedimiento Penal, en la demostración plena de la identidad del
solicitado, en la validez formal de la documentación presentada, en el principio de la
doble incriminación y en la equivalencia de la providencia proferida en el extranjero,
por lo que la formulación de cualquier reparo ajeno a estos enunciados no puede ser
considerado por la Corte.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Extradición
FECHA : 31/05/2000
DECISION : No repone auto del 27-03-00
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : VELEZ VELASQUEZ, SANTIAGO
PROCESO : 16703
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CASACION DISCRECIONAL-Garantía de derechos fundamentales/


CASACION DISCRECIONAL-Desarrollo de la jurisprudencia/
FAVORECIMIENTO CULPOSO DE FUGA DE PRESOS-Artículo 234 del Código
Penal Militar: Tipo básico y autónomo

1. Las garantías, en general, son los mecanismos que permiten disfrutar, ejercer o
amparar el derecho respectivo. De ahí que cuando se escoja esa vía, es indispensable
especificar no sólo el derecho fundamental violado, sino especialmente el medio que lo
protege o garantiza y la irregularidad o forma como fue desconocido, atropellado o
vulnerado. Es decir, indicar al menos sucintamente en que consistió la violación y su
incidencia negativa en la garantía, que conllevare mengua o imposibilidad de gozar o
ejercer el derecho fundamental.

Con relación al desarrollo de la jurisprudencia, la corporación ha reiterado que es


deber del impugnante indicar si pretende fijar el alcance interpretativo de un precepto,
la unificación de posiciones disímiles de la Corte, el pronunciamiento sobre un punto
concreto no desarrollado suficientemente, o la actualización de la doctrina de
conformidad con nuevas realidades fácticas y jurídicas. Ha de establecer el censor,
además, la incidencia favorable de la pretensión doctrinaria frente al caso concreto y la
ayuda que se prestaría a la autoridad judicial al trazar esos derroteros.

2. La impugnante, para conformar su tesis, asevera que el artículo 234 del Código
Penal Militar es un tipo subordinado y en su interpretación debe relacionarse con el
artículo 232, que consagra la fuga de presos. Se observa que no tiene en cuenta que
es un tipo básico y autónomo, que se aplica con independencia de los otros. Es más, el
referente del artículo 234 no es el 232 sino el 233, ya que no hay fuga culposa y es
esta forma de culpabilidad la que principalmente distingue las dos figuras típicas.

De otra parte, sí hay pronunciamiento de la Sala sobre una norma semejante del
anterior Código de Justicia Penal Militar, en donde se analiza un elemento del tipo (art.
187) similar al de dos disposiciones del actual Código Penal Militar (arts. 233 y 234):

"El artículo 187 ibídem, sanciona al servidor público que encargado de la vigilancia,
custodia o conducción de una "persona detenida o presa" procure o facilite su fuga.
Adviértese que esta disposición no sólo alude a la persona detenida, esto es a quien se
halle privado de la libertad en virtud de auto de detención, sino que se refiere,
además, a la persona presa.

152
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Preso es la expresión genérica que se refiere a toda persona privada de la libertad,


como que es el participio pasado del verbo prender, una de cuyas acepciones
conforme a la Academia es "asegurar a una persona privándola de la libertad y
principalmente ponerla en la cárcel por delito cometido u otra causa".

De lo anterior resulta que las dos expresiones que utiliza el artículo 187 no son
sinónimas o equivalentes, pues no es concebible que el legislador utilice en un mismo
artículo vocablos distintos con idéntico sentido. En consecuencia, el favorecimiento de
la fuga es conducta típica no sólo cuando el evadido se halla privado de la libertad en
razón de un auto de detención, sino también cuando se halla preso por cualquier
concepto, bien en calidad de capturado por razón de alguna de las eventualidades
previstas en el ordenamiento procesal penal, o cuando la privación de la libertad
ocurrió por razones diferentes...

Obsérvese, de otra parte, que el artículo que contempla el favorecimiento cuando el


sujeto es servidor público no es disposición subsidiaria del tipo básico de la fuga, ni
una simple modalidad de coparticipación en ese ilícito. Es también tipo básico con
sujeto activo calificado y con descripción de conducta completamente independiente.

Además, no se trata de un simple yerro del legislador, sino de la distinta respuesta del
ordenamiento a situaciones completamente diversas. En efecto, la fuga del particular
que apenas se halla en estado de captura no se sanciona, porque en ejercicio de su
elemental instinto de libertad no supone la rebeldía contra decisión de autoridad
competente; en cambio, al empleado se le sanciona cuando la realiza también con
relación a presos, capturados o aprehendidos, por cuanto el deber de custodia para él
no nace del auto de detención, sino del ejercicio de sus funciones que para el caso se
origina desde el momento de la aprehensión." (18 de febrero de 1983, rad. 27.174, M.
P. Luis Enrique Aldana Rozo).

Atendiendo la jurisprudencia, el legislador aclaró la redacción y en el actual artículo


234 del Código Penal Militar incluyó la locución "capturado, detenido o condenado",
para evitar dudas o confusiones.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Casación Discrecional
FECHA : 31/05/2000
DECISION : No acepta la casación excepcional interpuesta
PROCEDENCIA : Tribunal Superior Militar
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : LEON VARGAS, LUIS EDUARDO
NO RECURRENTE : CHAVEZ HERNANDEZ, MARIO HERNANDO
DELITOS : Favorecimiento de fuga de presos culposo
PROCESO : 15948
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CASACION DISCRECIONAL-Sustentación antes de la ley 553 de 2000

A partir de la vigencia del Decreto 2700 de 1991, se abrió la posibilidad de que


algunos sujetos procesales (ahora cualquiera de ellos, art. 1° L. 553 de 2000),
pudiesen excepcionalmente demandar la casación de sentencias de segunda instancia
sobre las cuales regularmente no procede, como en este caso ocurre por tratarse de
delito que no alcanza el tope de punibilidad establecido para su normal interposición.

Ello no significa, sin embargo, que se exima del cumplimiento de ciertas exigencias
básicas, con miras a obtener que la Corte pueda admitir discrecionalmente la casación.

Por razones lógicas y debido a la naturaleza excepcional de esta forma de


impugnación, al censor le corresponde sustentar su solicitud, para que la corporación

153
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

tenga una directriz, así sea sucinta cuando aún no se aplique la regulación instituida
por la Ley 553 de 2000, como en el presente caso, que le permita establecer si el
asunto amerita el trámite extraordinario, sea para el desarrollo de la jurisprudencia o
para la restitución y preservación de las garantías fundamentales, que son los dos
fines previstos en el último inciso del artículo 218 del Código de Procedimiento Penal.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Casación Discrecional
FECHA : 31/05/2000
DECISION : No acepta la casación excepional interpuesta
PROCEDENCIA : Tribunal Superior Militar
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : CALVO SARRIA, JHONY FERNANDO
DELITOS : Favorecimiento de fuga de presos culposo
PROCESO : 16341
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Técnica

Como se conoce a través de la historia de la casación, y como lo ha sostenido la Corte


desde hace muchísimos años, cuando el censor imputa a los Juzgadores infracción
indirecta de la ley sustancial, le corresponde ceñirse a varios requisitos lógico -
sustanciales, entre ellos el de ocuparse de todas las pruebas tenidas en cuenta por el
Juez para producir la sentencia, anular su fuerza demostrativa con fundamento en el
señalamiento de yerros y concluir que era improcedente la decisión tomada. Dicho de
otra manera, el actor tiene que derruir, derrumbar, demoler o desquiciar toda prueba
que tenga suficiencia para mantener en pie el fallo. Así se lee, por ejemplo, en
casaciones del 9 de junio de 1994 ( M. P. Dr. Jorge Enrique Valencia Martínez ), 23 de
noviembre de 1995 ( M. P. Dr. Nilson Pinilla Pinilla ), 20 de marzo de 1997 ( M. P. Dr.
Dídimo Páez Velandia ), 19 de mayo de 1999 ( M. P. Dr. Carlos A. Gálvez Argote ) y
1º. de julio de 1999 ( M. P. Dr. Mario Mantilla Nougues ).

MAGISTRADO PONENTE Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON


Sentencia Casación
FECHA : 02/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : DOMINGUEZ, HAROLD FAUDEL
DELITOS : Falsedad en documento privado, Fraude procesal,
Falsedad de sellos oficiales
PROCESO : 12950
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CONFESION-Debe ser fundamento de la sentencia para que proceda la rebaja


de pena

154
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Si se considerare que lo manifestado por el sindicado, en la primera versión,


constituye una confesión, se aprecia que no brindaría un aporte que genere un ahorro
procesal y no se allanó el camino probatorio, sino que por el contrario buscó
dificultarlo.

Al respecto la jurisprudencia de esta Sala ha indicado:

"Sigue siendo indispensable que la confesión sea fundamento de la condena, así el


nuevo texto legal (art. 299) no lo mencione expresamente, porque sólo de esta
manera es entendible y justa la rebaja de pena que en él se consagra. Interpretarlo de
otra forma, sería otorgar un beneficio gratuito, sólo porque se confesó cuando ello no
era necesario, pues obraban otras pruebas, distintas de la confesión, que permitían
afirmar, sin dudas, la responsabilidad del procesado. Por esta misma razón, inutilidad
de confesión, el legislador pone como exigencia para el otorgamiento de la rebaja de
pena, que no se trate de "casos de flagrancia", porque precisamente en estos eventos,
ante el conocimiento que del hecho y de su autor tienen las personas que lo han
presenciado, la confesión es casi de ninguna utilidad para la investigación, porque de
antemano el instructor ya conoce lo que a través de éste se le ha comunicado"
(sentencia del 29 de sep. de 1993, M. P. Guillermo Duque Ruiz).

MAGISTRADO PONENTE Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 06/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Tunja
PROCESADO : VELOZA ESTRADA, LUIS FRANCISCO
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
PROCESO : 11303
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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EXTRADICION PASIVA-Prueba: Objeto

Por mandato del artículo 558 del C. de. P. P., el concepto que emita la Corte para
efectos de la extradición se circunscribe a la validez formal de la documentación que le
hace llegar el ejecutivo, a la demostración plena de la identidad del requerido, al
análisis del principio de la doble incriminación, a la equivalencia de la providencia
proferida en el extranjero y, cuando sea del caso, a lo previsto en los tratados
públicos.

A más de la nitidez de la norma citada, también emana de la parte final del artículo
556 del mismo estatuto que la Corte, luego de solicitadas las pruebas por la parte
defensiva, se debe pronunciar sobre aquellas que, pedidas u oficiosas, sean
indispensables para emitir el concepto. La petición de pruebas que sea hecha con
base en el mismo artículo 556, entonces, se debe referir al objeto de la tarea de la
Corte, es decir, al contenido del artículo 558 del Estatuto Procesal Penal.

La observación del articulado relacionado con la extradición conduce a idéntica


conclusión. Por ello, todo lo tocante con la concesión u ofrecimiento (artículo 547), con
la potestad de ofrecerla o concederla (artículo 548), con los requisitos (artículo 549),
con las condiciones para el ofrecimiento o la concesión (artículo 55O), con la
documentación anexa (artículo 551), con el estudio y eventual perfeccionamiento de
los documentos recibidos en Colombia (artículos 553/4), con la resolución que niega o
concede el pedido (artículo 559), con la improcedencia o entrega diferida por la
existencia previa de un proceso en Colombia (artículos 56O y 565), con la prelación
frente a la pluralidad de demandas de extradición (artículo 561), con la entrega
(artículo 562), con los gastos (artículo 564), etc, corresponden enteramente al
ejecutivo, con la esporádica participación de la Fiscalía General de la Nación, por

155
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

ejemplo para capturar al procesado (artículos 562 y 566) y para otorgarle libertad
(artículo 562 y 568).

La ley, así, dice con exactitud qué compete a la Corte.

El artículo 25O del C. de. P. P. estructura uno de los principios generales de las
pruebas en Colombia. De acuerdo con él deben ser inadmitidas o rechazadas todas
aquellas que sean prohibidas, ineficaces, impertinentes, superfluas o inconducentes.

De los dos puntos señalados surge claro que la petición a que alude el artículo 556 de
la ley procesal penal tiene que estar vinculada con pruebas eficaces, pertinentes, útiles
o necesarias y conducentes, orientadas exclusivamente hacia aquello en que debe
estar fundamentado el concepto de la Corte, vale decir, hacia lo indicado en el primer
presupuesto sentado.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Extradición
FECHA : 06/06/2000
DECISION : Niega las peticiones relizadas
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : FERRARIO POZZI, ROBERTO ANGELO
PROCESO : 16107
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CASACION-Ilegalidad de la prueba/ INCONGRUENCIA DE LA SENTENCIA-


Técnica/ TERRORISMO-Uso de medios masivos de destrucción/ COMBATE-
Concepto

1. Es sabido que el vicio en una prueba se circunscribe a ella y no afecta el resto de la


actuación; no se trasmite a otros medios de convicción ni al proceso, pues no incide en
un trámite, en su desenvolvimiento regular y continuo sin quebranto de las estructuras
de la investigación ni del juzgamiento.

Por eso en el artículo 29 de la Constitución se consagra que la prueba es nula de pleno


derecho, mas no el proceso en el cual se aduce. Con tal prueba o sin ella, la actuación
puede iniciarse, proseguir y finalizar, y la anomalía no afecta el restante
diligenciamiento, salvo que se trate de actuación exigida como base de otros pasos
procesales (indagatoria).

Si se alega la ilegalidad del allanamiento y de las pruebas allí recolectadas, se llegaría


a un probable yerro de derecho consistente en falso juicio de legalidad, al tomársela
en cuenta a pesar de estar viciada en su práctica y aducción. Correspondía entonces
al impugnante acudir a la causal primera de casación, por violación indirecta de la ley,
y no a la causal tercera; sin embargo, equivocadamente invocó ésta.

2. El demandante alega nulidad a partir de la citación para sentencia, por violación del
derecho de defensa, al haberse condenado por homicidio agravado cuando fue
imputado el cargo de homicidio simple.

En el evento de que se hubiere presentado tal anomalía, como se vulneraba tanto el


debido proceso, por haberse dictado sentencia sin acusación para el caso concreto,
como la defensa al no brindarse oportunidad al procesado de ejercerla frente a un
cargo sorpresivo, tiene definido esta Sala que aunque pudo el censor acudir a la causal
segunda de casación, al existir inconsonancia entre el enjuiciamiento y el fallo, no es
fatal que lo hubiere intentado por la tercera.

3. El casacionista aduce violación directa de la ley sustancial, al interpretarse


erróneamente el precepto que tipifica el terrorismo (art. 187 del C. P., modificado por

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

el art. 1° del Dto. 180 de 1988, convertido en legislación permanente por el art. 4° del
Dto. 2266 de 1991), pues no se buscó provocar o mantener en estado de zozobra a la
población. Los ataques del E. L. N. fueron dirigidos contra el Ejército, la Policía y la
Cárcel de Cúcuta, con el propósito de liberar subversivos, sin que se afectara a los
civiles ni estuvieron encaminados contra la sociedad.

El impugnante no explica qué elemento constitutivo del tipo penal fue interpretado
errónamente, ni tampoco especifica si le fue mutado el sentido a la norma para
extender o recortar su alcance; sin embargo, se vislumbra que hace referencia a que
los insurgentes no pretendieron con los hechos endilgados afectar a la sociedad, con lo
cual considera que el comportamiento desarrollado no se enmarca en el descrito, en
forma abstracta y genérica, por el precepto invocado.

A pesar de lo argumentado por el demandante, se aprecia que en las acciones del 15 y


el 16 de diciembre, que se dice estaban dirigidas contra las fuerzas militares, no se
colocó explosivo alguno en instalaciones del Ejército, la Armada o la FAC, ni
exclusivamente se adelantaron contra un CAI o la sede de la SIJIN, pues la magnitud
de la explosión del carro-bomba necesariamente afectaba los lugares aledaños, al no
estar ubicado en un paraje despoblado sino dentro de la ciudad.

No puede perderse de vista que fueron colocados múltiples petardos en lugares


densamente poblados, cuyos estallidos perturbarían la tranquilidad de la ciudadanía,
causarían alarma colectiva, confusión y caos, y los que alcanzaron a explosionar
vulneraron la seguridad pública, mientras que los otros pusieron en peligro ese bien
jurídico.

Se trata del uso de medios masivos de destrucción, que originan gran conmoción y
evidencian crueldad innecesaria en los procedimientos, que conllevan hostilidad, pavor
y exposición a daños innecesarios, no solamente para indiscriminadas personas sino
para los bienes.

Muestra de ello, en el caso concreto, es "la toma de la cárcel Modelo", reconocida en el


boletín "Informativo de la Frontera" del E. L. N., al ser atacada el área donde estaban
los reclusos y fueron colocados petardos en las casas fiscales, lugar de residencia de
los guardianes. Además, las explosiones en otros sitios de la ciudad alcanzaron los
edificios de TELECOM y el Hotel Tonchalá, en donde, como es natural, se alojaban
varios huéspedes, y también resultaron afectados diversos predios.

Aunque el fin principal era liberar algunos rebeldes, no puede hacerse a un lado
que se emplearon medios capaces de causar estragos, fueron colocados 18 artefactos
en diferentes sitios de la ciudad y los subversivos que lo hicieron tenían conocimiento
que eran elementos de destrucción masiva, que podían resultar muertos y heridos,
daños a inmuebles y automotores, y generar pavor y zozobra en la población, eran
conscientes de todo ello, querían demostrar su poderío bélico frente a las autoridades
estatales y la comunidad y, por eso, no se detuvieron, no cambiaron de plan, sino que
asumieron esos riegos. Tales consecuencias previstas, estrechamente ligadas con lo
querido, que no los contuvieron y sí acogieron, sirven para reprochar el haber actuado
con dolo indirecto o eventual.

Al respecto esta Sala, en auto del 14 de diciembre de 1994, rad. 9887, M. P. Ricardo
Calvete Rangel, indicó:

"Ante el asunto en estudio, es obvio que aun admitiendo la confusa tesis de que la
acción iba dirigida contra la familia..., el medio utilizado llevaba implícito producir el
mismo resultado de terror y de zozobra en todos los habitantes del sector, y sobre eso
tenía plena conciencia el acriminado, pues no se puede llegar hasta el extremo de
pretender que por existir una finalidad directa, esa circunstancia excluya como
también previstos y queridos por el autor, aquellos resultados vinculados de manera
necesaria o eventual con lo directamente perseguido por él..."

De ahí que no se de la interpretación errónea de algunos de los elementos que hallan


tipificación en lo previsto en el artículo 187 del Código Penal, pues los medios
masivos de destrucción empleados la noche de los sucesos y las detonaciones en
varios puntos de la ciudad generaron pavor y zozobra en la población. Por eso, no se
equivocó el Tribunal al subsumir esos hechos en los descritos en dicha norma y no se
presenta el error de juicio endilgado.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

4. El impugnante acude a la violación directa de la ley sustancial, por falta de


aplicación del artículo 127 del Código Penal que disponía: "Exclusión de pena. Los
rebeldes y sediciosos no quedarán sujetos a pena por los hechos punibles cometidos
en combate, siempre que no constituyan actos de ferocidad, barbarie o terrorismo".

Como se vislumbra de lo expresado en la respuesta al cargo anterior, los actos propios


de la actividad subversiva realizada esa noche no constituyeron combate, el cual debe
entenderse como "un enfrentamiento armado de carácter militar, regular o irregular,
colectivo, determinado en tiempo y espacio, con el propósito de someter al contrario y
con el fin último de imponer un nuevo régimen constitucional o derrocar al Gobierno
Nacional… Confrontación que implica una lucha de contrarios, una reacción ante un
ataque que depende no sólo de la capacidad de respuesta, sino que exige además la
posibilidad de que se pueda repeler", como se indicó en sentencia del 27 de mayo de
1999, rad. 12.661, con ponencia de quien ahora cumple igual función.

Así no puede tenerse como tal el ataque a la cárcel de Cúcuta, no obstante que la
guardia penitenciaria ofreciera alguna resistencia, en su exclusiva función de custodiar
a los reclusos. Lo mismo debe decirse sobre la colocación de un petardo que se hace
explotar en un CAI de la Policía, en donde se efectúa un atentado sorpresivo contra un
grupo humano al cual no se brinda la oportunidad de defenderse. No es posible
considerar estos actos como una contienda militar, cuando no hay enfrentamiento y
una de las partes supuestamente intervinientes no está constituida por militares o el
objetivo no tiene ese carácter.

Más aún, si hipotéticamente se considerare que las acciones desarrolladas esa noche
por los insurgentes configuraren combate, no debe olvidarse, como ya se precisó en la
contestación al cargo anterior, que tales actos, por haberse empleado medios masivos
de destrucción, capaces de producir colectivo estrago, llevaban implícita la producción
del pavor y la zozobra en la ciudad de Cúcuta. Es decir, constituyeron actos de
terrorismo, lo cual significa que tampoco se cumple esta otra exigencia, necesaria para
la supuesta exclusión de pena de otros hechos punibles.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 06/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : LIZCANO CARDENAS, CARLOS ARTURO
DELITOS : Hurto agravado, Rebelión, Homicidio, Daño en
bien ajeno
PROCESO : 12853
PUBLICADA : Si

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PRUEBA EN EL JUICIO-Está limitada al contenido fáctico y jurídico de la


acusación

La Corte ha señalado lo siguiente sobre el mérito de las pruebas que han de pedirse y
ordenarse en el juicio: "formulada la hipótesis acusatoria por parte del Fiscal, el Juez
del conocimiento inicia su labor a partir de lo que aparece como una explicación del
problema jurídico que habrá de resolver, (...) el thema probandi queda limitado al
contenido fáctico y jurídico de la acusación y los juicios de pertinencia, conducencia,
legalidad, eficacia y superfluidad de las pruebas quedan inevitablemente atados a la
hipótesis acusatoria" *
....
La división del proceso penal en dos grandes etapas, una de instrucción y una de
juzgamiento tiene, entre otras consecuencias, la de variar cualitativamente los
criterios de recaudo probatorio en una y otra fase. Mientras en la investigación -

158
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

como su nombre lo indica - se indaga, se exploran pistas, se averigua la existencia de


pruebas y se aventuran hipótesis de explicación de los hechos objeto del
proceso averiguatorio; la fase del juicio es claramente de contradicción de
pruebas y de tesis. Ella se construye sobre un cargo hipotético imputado por la
Fiscalía y fundado en las pruebas que decantadas conforme a la ley, han permitido la
formulación de esa precisa hipótesis en forma de resolución de acusación. Esto último
significa, entre otras cosas, que como el propósito de la etapa de juzgamiento es
precisamente juzgar a partir de la acusación, los juicios de pertinencia y conducencia
están necesariamente atados al contenido fáctico y jurídico de ella.
_____
* Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Auto del 6 de julio de 1999.
Segunda Instancia. Radicación 15.625.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Unica Instancia
FECHA : 07/06/2000
DECISION : Niega las pruebas solicitadas por la defensa
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Santafé de Bogotá
DELITOS : Abuso de Autoridad, Prevaricato por acción
PROCESO : 16955
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION PASIVA-Estados Unidos: El trámite regulado en el C. de P.P.


es aplicable a la solicitud de colombianos por nacimiento/ EXTRADICION
PASIVA-Concepto del Ministerio de Relaciones Exteriores: No se exige
motivado

1.La nulidad, como quedó visto, la apoya el defensor en la supuesta falta de


competencia de la Sala para adelantar el procedimiento jurisdiccional en relación con
la solicitud de extradición del colombiano (...), elevada por el gobierno de los Estados
Unidos de América, por intermedio de su Embajada en Colombia, requerido para que
comparezca a juicio por delitos de narcotráfico y ofensas relacionadas, en virtud de
acusación proferida el 30 de septiembre de 1999, en la Corte Distrital de los Estados
Unidos de América para el Distrito Sur de la Florida, División de Fort Lauderdale, en el
entendido que las disposiciones del Código de Procedimiento Penal sobre extradición
solo son aplicables a los extranjeros, no así en relación con los colombianos por
nacimiento, cuya extradición estaba prohibida por el original artículo 35 de la
Constitución Política y porque con posterioridad al Acto Legislativo N° 1 del 17 de
diciembre de 1997, que reformó el citado precepto, el legislador no ha expedido la ley
que reglamente el procedimiento para extraditar colombianos por nacimiento, en el
caso que no exista tratado de extradición vigente.

En orden a responder la petición, recuerda la Sala que, en este asunto, existe el


concepto del Ministerio de Relaciones Exteriores a que alude el artículo 552 del Código
de Procedimiento Penal en relación a "si es del caso proceder con sujeción a
convenciones o usos internacionales o se debe obrar de acuerdo con las normas de
este Código", documento en el cual se ha expresado que "por no existir Convenio
aplicable al caso es procedente obrar de conformidad con las normas pertinentes del
Código de Procedimiento Penal colombiano", de manera que el trámite de extradición
dentro del cual es requerido el ciudadano colombiano (...) está sometido a dicho
estatuto.

El original artículo 35 de la Constitución Política de Colombia prohibía la extradición de


colombianos por nacimiento, precepto que fue sustituido por el Acto Legislativo N° 1
del 17 de diciembre de 1997:

159
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

"La extradición se podrá solicitar, conceder u ofrecer de acuerdo con los tratos públicos
y, en su defecto, con la ley.

Además, la extradición de los colombianos por nacimiento se concederá por delitos


cometidos en el exterior, considerados como tales en la legislación penal colombiana.
La ley reglamentará la materia.

La extradición no procederá por delitos políticos.

No procederá la extradición cuando se trata de hechos cometidos con anterioridad a la


promulgación de la presente norma."

Como se ve, el citado Acto Legislativo establece para el legislador la facultad de


reglamentar la materia, pero mientras no se reforme tiene vigencia y aplicación lo
dispuesto en el Libro V, Título I, Capítulo III del Código de Procedimiento Penal,
referente al procedimiento administrativo-jurisdiccional de extradición de colombianos
por nacimiento, o de extranjeros, a falta de tratado público, conjunto normativo que
en armonía con el artículo 235-7 de la Carta Política, le otorga a la Corte competencia
para emitir concepto sobre la validez formal de la documentación presentada, la
demostración plena de la identidad del solicitado, el principio de doble incriminación,
la equivalencia de la providencia proferida en el extranjero y, cuando fuere el caso, el
cumplimiento de lo establecido en los tratados públicos (art. 558).

Entonces, según lo ya expuesto, al conceptuar la Cancillería que esta tramitación debe


someterse a las reglas del Código de Procedimiento Penal, estatuto que, como quedó
visto, le otorga a la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, competencia
para adelantar el trámite jurisdiccional, que involucra la garantía de la defensa, el
traslado a la persona requerida o a su defensor por el término de 10 días para la
petición de pruebas, la definición sobre las pedidas y la evacuación de las ordenadas
por el mismo lapso, el traslado por 5 días para alegar, culminando esta fase con la
emisión del concepto, con arreglo a lo instituido en los artículos 557 y 558 ibídem.

2. El apoderado de (...), a través del recurso de reposición, pide a la Corte que se


revoquen los numerales 2° y 3° del auto de fecha 11 de febrero del año en curso y
que, en su lugar, se oficie al Ministerio de Relaciones Exteriores para que allegue copia
del "concepto motivado" sobre la extradición de su representado.

Pretensiones de tal naturaleza no están llamadas a prosperar, primero, porque como lo


tiene establecido la jurisprudencia de la Corte, el artículo 552 del Código de
Procedimiento Penal no exige, contrario a lo que plantea el recurrente, un "concepto
motivado" de la Cancillería. Por el contrario, tal precepto determina que una vez
recibida la documentación, "el Ministerio de Relaciones Exteriores ordenará que pasen
las diligencias al Ministerio de Justicia junto con el concepto que exprese si es del caso
proceder con sujeción a convenios o usos internacionales o si se debe obrar de
acuerdo con las normas de este Código", de manera que el planteamiento del defensor
no cuenta con apoyo legal.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Extradición
FECHA : 08/06/2000
DECISION : Niega la petición de nulidad, no repone auto del
11-02-00
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : LOPEZ CARDONA, MARIO GERMAN
PROCESO : 16725
PUBLICADA : Si

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160
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

EXTRADICION PASIVA-Naturaleza de las normas que regulan su trámite/


EXTRADICION PASIVA-Devolución de la actuación a la Cancillería: Facultad
privativa del Ministerio de Justicia y del Derecho

En primer término debe recordársele a la recurrente, que el procedimiento de


extradición que tiene por objeto la entrega que hace un Estado de un individuo que se
encuentra en su territorio, para ser sometido en otro a juicio o para que cumpla una
pena ya impuesta, trasciende la esfera propiamente procesal penal para internarse en
el campo del derecho penal internacional, con miras a la realización de actos de
asistencia judicial.

Por ello, resulta evidente que las normas que regulan la extradición se caracterizan por
ser de derecho internacional público, siendo esa la razón para no poder aceptar los
planteamientos de la recurrente, pues, existan o no tratados o convenios entre el
Estado requirente y Colombia, el trámite ante esta Colegiatura desde el recibo de la
documentación hasta la emisión del concepto correspondiente, será el mismo, es decir,
el previsto en el artículo 556 del Código de Procedimiento Penal, sin que resulte
apropiado suspenderlo, ya sea por petición de parte o de manera oficiosa, so pretexto
de que la documentación recibida no reúne los requisitos legales pertinentes o porque
en el Ministerio de Relaciones Exteriores se incurrió en aparente incompetencia del
funcionario que certifica o pone de presente la existencia o no de un tratado o
convenio entre las dos naciones.

La facultad de devolver la actuación a la Cancillería, la tiene privativamente el


Ministerio de Justicia y del Derecho, por las causas y en la oportunidad previstas en el
artículo 553 ibídem y por tanto, no es posible aceptar las argumentaciones de la
recurrente, que son propias de la alegación de fondo para oponerse a la solicitud de
extradición.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Extradición
FECHA : 08/06/2000
DECISION : No repone providencia del 08-03-00
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : VILLAFAÑEZ MARTINEZ, EVER
PROCESO : 16713
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Casación discrecional: Objeto del cargo en los


casos anteriores a la vigencia de la ley 553 de 2000/ DEFENSA TECNICA-
Indagatoria: Nombramiento de una persona honorable como defensor/
DEFENSA TECNICA-Criterios de valoración/ DEFENSA TECNICA-Designación
de un estudiante de derecho en proceso por delito de competencia de juez
municipal

1. La demanda la presentó la defensa una vez la Corte le otorgó el recurso de


casación excepcional, en concordancia con el procedimiento establecido antes de la
vigencia de la ley 553 de 2000. Para ese entonces, ante la improcedencia de la
casación por vía ordinaria, el sujeto procesal con interés para la proposición del
recurso le debía solicitar su concesión a la Corte dentro del término de ejecutoria del
fallo, ofreciendo los argumentos demostrativos del por qué el caso ameritaba ser
conocido por la Corporación para el desarrollo de la jurisprudencia o su unificación o
para la protección de los derechos fundamentales.

Dicha petición sustentada del recurso -no equiparable a la demanda de casación- era
examinada por la Sala y con esa base se definía si se concedía o no. En caso
afirmativo, la segunda instancia realizaba el trámite correspondiente a la casación
ordinaria, es decir disponía el traslado de 30 días para la presentación de la demanda

161
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

y, allegada ésta, remitía el proceso a la Corte para el examen del libelo y el trámite
respectivo en el caso de reunir los requisitos de forma establecidos en el artículo 225
del Código de Procedimiento Penal.

La casación excepcional frente a la ley derogada, entonces, respondía a la noción de


acto complejo, a cuyas partes es necesario referirse brevemente para determinar
desde el punto de vista lógico los límites impuestos al sujeto procesal al que se le
concedía el recurso, o al que se le concede si se tiene en cuenta que la ley anterior
todavía aplica frente a eventos de petición de recurso anteriores a la entrada en
vigencia de la ley 553.

En el procedimiento examinado primero era la solicitud del recurso, con la


determinación del asunto o asuntos que la fundamentaban, relacionados
obligatoriamente con cualquiera de los motivos legales de procedencia del medio de
impugnación, o con ambos. Los mismos, sin embargo, ante la eventualidad de que
fuera (o sea) concedida la casación, no necesariamente adquirían (o adquieren) la
característica de convertirse en los límites de la demanda, por la consideración lógica
de que la Corte al conceder el recurso a través de decisión motivada señalaba (o
señala) -en su discrecionalidad- el para qué del mismo, estableciéndole con ello al
sujeto procesal unos parámetros para la formulación de la demanda, no siempre
coincidentes totalmente con los puntos que sustentaron la petición del recurso y que
de ser desbordados hacen inepto el libelo.

Para los casos anteriores a la vigencia de la ley 553 de 2000, en conclusión, la


demanda de casación por la vía excepcional debía (y debe) ocuparse estrictamente,
como lo expresa el Procurador, de los aspectos que le sirvieron de fundamento a la
Corte para declarar admisible la impugnación./

2. Es verdad que en el proceso iniciado a instancias de la denuncia formulada por (...)


el procesado (...) rindió indagatoria el 19 de abril de 1995, siendo nombrada como
defensora de oficio para el acto procesal la señora (...). Para ese momento estaba
vigente el inciso 1º del artículo 148 del Código de Procedimiento Penal, el cual permitía
confiar dicho cargo, a falta de abogado inscrito, "a cualquier ciudadano honorable" que
no ostentara la condición de servidor público. Como a dicha norma se ciñó la Fiscal
Local, es claro para la Corte que no incurrió en ninguna irregularidad sino que obró en
cumplimiento de la ley vigente, cuya declaración de inconstitucionalidad el 8 de
febrero de 1996 por parte de la Corte Constitucional, en cuanto sólo produce efectos
hacia el futuro, no se constituye en circunstancia para estimar viciada de nulidad una
actuación que se sujetó a la legislación entonces vigente.

Es cierto que la designación de la defensora tuvo lugar en la ciudad de Medellín, una


capital de departamento en la cual ejercen gran cantidad de abogados. Este hecho por
sí mismo, sin embargo, no traduce la posibilidad concreta de que se contaba con
abogado inscrito para la indagatoria y que a pesar de ello se nombró a una persona no
abogada. La experiencia enseña que precisamente en las capitales, incluida
naturalmente Santafé de Bogotá, es habitual la dificultad de contar con abogados
titulados en el elevado número de procesos de competencia de los Jueces Penales
Municipales, en cuya mayoría se precisa de defensor de oficio en atención a la precaria
situación económica que por regla general ostentan las personas implicadas en los
mismos. Ello sucede en la actualidad y sucedía en 1995, para cuando tuvo lugar el
acto de vinculación procesal de (...)/

3. Debe advertir la Sala que aunque ciertas nociones asociadas al concepto de defensa
técnica pueden generalizarse, no es posible esquematizar en fórmulas globales cuándo
la garantía es transgredida, resultando necesario examinar en cada caso concreto,
dentro del contexto procesal particular, si se conculcó o no efectivamente el derecho
fundamental. Se afirma esto porque si bien es cierto en la providencia de la Sala
citada por el demandante (de mayo 19 de 1995) se anuló la actuación por violación del
derecho de defensa, las circunstancias del proceso en que ello sucedió y que se
tuvieron en cuenta para el efecto difieren sustancialmente de las que presenta el caso
aquí examinado. La nulidad que en tal oportunidad se decretó no obedeció
exclusivamente a la no asistencia de abogado titulado en la indagatoria, sino al total
abandono defensivo en la mayor parte de la actuación procesal y particularmente en el
sumario* , lo que no aconteció en el presente evento si se tiene en cuenta que la
alumna designada como defensora -se reitera-estuvo pendiente del desarrollo del
proceso./

162
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

4. Aunque no se planteó en el cargo examinado, estima la Corte pertinente referirse a


la circunstancia de que la defensa haya quedado confiada a una estudiante de
derecho, adscrita al consultorio jurídico de una universidad. Aunque en la sentencia
de tutela SU-048 de febrero 9 de 1995 la Corte Constitucional advirtió que el derecho
a la defensa técnica "...se asegura con la presencia y actividad de un defensor
profesional que hace efectiva la exigencia constitucional de que el sindicado deba estar
asistido por un abogado..." y que la ley en esa medida no puede autorizar a cualquier
persona para intervenir en la defensa de un sindicado, admitió la posibilidad de que
por vía legal "en casos excepcionales en que no pueda contarse con abogado titulado"
se puedan habilitar defensores "...que reúnan al menos las condiciones de egresados,
o estudiantes de derecho pertenecientes a un consultorio jurídico, (decreto 176/91,
arts. 30, 31, y 32, decreto 765/77) pues de esta forma se consigue el objetivo de que
dichos defensores sean personas con cierta formación jurídica".

En la sentencia de constitucionalidad C-049 del 8 de febrero de 1996, mediante la cual


se retiró del ordenamiento jurídico el inciso 1º del artículo 148 del Código de
Procedimiento Penal, la Corte Constitucional reiteró el punto.

"Bajo estos supuestos -se expresó en tal fallo-es requisito indispensable que quien
obre en representación del sindicado en materia penal sea un profesional del derecho;
empero tampoco puede desconocerse la realidad en la que en ciertas condiciones no
es posible contar con abogados titulados para que cumplan la labor de defensor de
oficio en asuntos penales, lo que ha llevado a aceptar dentro del marco de la
jurisprudencia de esta Corporación que en casos excepcionalísimos, la ley pueda
habilitar defensores que reúnan al menos las condiciones de egresados o de
estudiantes de derecho pertenecientes a un consultorio jurídico, desde luego,
garantizando un mínimo de formación o idoneidad técnica y profesional para que
pueda atender a las necesidades profesionales del defendido. Se trata simplemente de
permitir que personas calificadas por sus estudios profesionales, bajo la coordinación
científica y académica de los consultorios jurídicos de las universidades con facultades
de derecho y egresados de las mismas, en trance de obtención del título profesional o
del cumplimiento de los requisitos especiales para el mismo como el de la judicatura,
pongan sus conocimientos profesionales adquiridos y actúen como abogados en la
defensa de los intereses de los sindicados en los procesos penales, durante las etapas
de investigación y juzgamiento".

No cabe duda, entonces, que la ley -sigue la sentencia de constitucionalidad- "...bien


puede habilitar en ciertos casos especiales, de urgencia y de necesidad evidente a los
estudiantes de cursos avanzados de derecho bajo las reglas de los consultorios
jurídicos o a los egresados de las facultades de derecho con la formación mínima
requerida para que puedan intervenir en ciertos casos previstos y regulados por la
misma ley, incluso como defensores en asuntos penales, como lo advierte el inciso 2º
del artículo 148 del decreto 2700 de 1991, que será declarado exequible.

"Así las cosas -finaliza la cita-es cierto que la Carta Política no admite excepciones al
principio de la asistencia técnica del abogado para el sindicado; lo que no resulta
conforme con la Constitución es la interpretación rígida según la cual el abogado que
asista al sindicado sea en todo caso inscrito, mucho más cuando es la ley la habilitada
para exigir títulos de idoneidad profesional y demás requisitos para el ejercicio de las
profesiones".

La Sala quiere precisar que la realidad cotidiana en los procesos por delitos de
competencia de los Jueces Penales Municipales, en especial cuando es patente la poca
capacidad de la defensoría pública para cubrir la demanda de defensores en dichas
actuaciones penales, traduce una situación de dificultad permanente para el
nombramiento de abogados inscritos, hecho éste que habilita la designación de
estudiantes de derecho adscritos a los consultorios jurídicos, en los términos que
autoriza la ley.

Así las cosas, considerando la situación planteada y teniendo en cuenta que el literal a)
del artículo 30 del decreto 196 de 1971 autoriza a los estudiantes de los dos últimos
años de las facultades de derecho oficialmente reconocidas a litigar en causa ajena "en
los procesos penales de que conocen los Jueces Municipales", es claro que en el evento
examinado el hecho del nombramiento como defensora de oficio de una alumna de la

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Universidad de Medellín no constituye ninguna irregularidad procesal, violatoria del


derecho de defensa del procesado.
______
* "Se ha de concluir, entonces -dijo la Sala Mayoritaria en ese fallo-, de manera
necesaria, que en este proceso se ha vulnerado el derecho a la defensa, pues durante
gran parte del sumario el procesado estuvo desprovisto de asistencia jurídica; y
recuérdese que el derecho constitucional a ella se garantiza tanto en el período de la
causa como en el sumario.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación Discrecional


FECHA : 08/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Juzgado 3º Penal del Circuito
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : GAVIRIA RINCON, RAFAEL MAURICIO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Tentativa de hurto
calificado y agravado
PROCESO : 11994
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Técnica/ RESOLUCION DE


ACUSACION-La nomenclatura penal no forma parte del tipo penal/
INCONGRUENCIA DE LA SENTENCIA-Agravantes específicas: Cómo
establecer su imputación

1. Propuesta como ha sido esta censura por la causal primera del artículo 220 del
Estatuto Procesal Penal, acusando la sentencia de ser violatoria por la vía indirecta de
la ley sustancial y particularmente por errores de hecho derivados de falsos juicios de
existencia en la apreciación de las pruebas, debe la Sala comenzar por recordar que
son tan reiterativos como abundantes los pronunciamientos de la jurisprudencia, en el
sentido de precisar que cuando se alegan yerros fácticos en que haya podido incurrir el
fallador al momento de analizar las pruebas allegadas al proceso, además de
individualizar cada uno de los elementos de convicción y la clase de error manifiesto
en ellos, resulta absolutamente imprescindible señalar la trascendencia que el mismo
ha tenido en la composición de la decisión impugnada, valga decir, porqué de no haber
concurrido ésta habría determinado una situación más favorable a los intereses de
quien lo invoca.

Esta exigencia es inherente a la causal primera de casación, cuando quiera que se


propone la violación indirecta de la ley sustancial, pues traduce precisamente el deber
que tiene el demandante de hacer reparos a la sentencia que sean jurídicamente
relevantes en procura de consolidar a través de la impugnación extraordinaria efectos
favorables a su representado y que condiciona por lo mismo el propio libelo en tanto
solamente los errores que puedan calificarse de trascendentales, esto es,
determinantes en la valoración y solución del caso por condicionar de tal modo los
demás elementos de convicción obrantes, resultan admisibles como únicos aptos en el
cometido de que se adopte una decisión diametralmente opuesta a la que se ha
tomado en el caso concreto o que redunde en benéficos efectos sobre el actor en
casación.

2. Sostiene, por último el actor, amparado en la segunda causal del artículo 220 del
Código de Procedimiento Penal, la falta de correspondencia, conformidad o
consonancia existente entre el pliego de cargos y la sentencia, específicamente en lo
relacionado con las agravantes de los artículos 351.10 y 372.1 del Código Penal, toda

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

vez que en su concepto, la acusación lo fue por un delito de hurto simple, "pues allí no
se mencionaron para nada circunstancias de agravación punitiva", razón suficiente
para que las mismas no se hubiesen podido deducir por el Tribunal.
....
Aun cuando el actor reduce todo el argumento de su inconformidad a afirmar que la
Fiscalía no "mencionó" las referidas agravantes, todo parecería indicar que su
verdadero propósito ha sido el de reprochar una supuesta omisión imputable al
calificatorio de no citar en forma expresa los preceptos que positivamente recogen
tales circunstancias como incrementadoras de la sanción penal, bajo el entendido de
que solamente de esta manera es admisible su atribución, en una evidentemente
equivocada comprensión sobre el alcance y la conceptualización que la jurisprudencia
ha fijado sobre el contenido jurídico de la imputación.

En efecto, nadie discute que el objeto de la atribución típica que se hace en el


calificatorio deba guardar identidad con el hecho punible que es a su turno objeto de la
condena y que, como también se ha entendido, tal identificación exige que exista
correspondencia no sólo entre la descripción básica del delito, sino igualmente con
aquellas circunstancias que lo especifican y que conducen a un incremento de la pena.

Sin embargo y en esto también existe plena claridad, no se trata de condicionar la


imputación a la cita del precepto o preceptos que recogen su contenido típico o un
motivo de agravación; en realidad, dentro del contexto de la acusación, tanto sobre su
carácter provisorio como sobre la imputación jurídica la Sala se ocupó en detalle en el
fallo del 30 de noviembre de 1.999, con ponencia de quien ahora cumple igual
cometido, en los términos siguientes:

"9. Ahora, si bien esta "calificación jurídica provisional" debe corresponder al supuesto
de hecho típico de un delito, una tal exigencia no puede necesariamente condicionarse
a la transcripción de la norma que lo contiene ni a su práctica suplantación
argumentativa teórica que lejos de fijar su sentido, esto es, su real contenido y
alcance, implique abstrusas elucubraciones que tornen equívoco el supuesto legal y
por ende, el juicio valorativo de tipicidad, sino que, siendo la acción prohibida por la
norma la que lo sustenta, es esa prohibición normatizada mediante una precisa
descripción típica la que viene a constituir el objeto de la imputación, pues la acción
ejecutada por el autor, es la conducta prohibida cuando se subsume bajo un tipo
penal, que ha sido identificada mediante un determinado instrumento conceptual
brindado por la teoría del tipo penal, sin que su literalidad positiva o su nomenclatura
utilizada por la ley e inclusive su nomen juris, convierta en inane la imputación, pues
basta con que inequívocamente se concrete la prohibición para que al corresponder al
supuesto legal pueda admitirse que se cumplió con la exigencia legal que impone la
acusación, esto es, con la "calificación jurídica provisional" del delito.

Así, si inequívocamente se precisa cuál es el mandato o la prohibición que se está


atribuyendo y que respecto de él es que al actor, al actor de la acción o dicho en
términos más convencionales, al autor de la conducta, lo cual desde luego no significa
ni que se puede entender como tácitamente formulada frente a un genérico relato de
los hechos objeto de la investigación, ni que se pueda dar por sobreentendida por la
naturaleza misma de éstos, sino que dependiendo del contenido típico, el objeto de la
prohibición o del mandato surja como imputado, es claro que la ausencia de
sacramentalismos no vicia una actuación judicial, como igualmente lo ha sostenido la
doctrina de la Corte en múltiples oportunidades, como cuando se imputa a un
procesado la comisión de dos o más delitos y se obvia afirmar que se trata de un
concurso delictual, o cuando por un evidente lapsus se omite el nomen juris de un
determinado instituto jurídico; y menos, como ya se expuso, cuando no se precisa el
número de un artículo en el que está ubicado un determinado tipo penal, ya que,
strictu sensu, en estos casos, ni siquiera nos encontramos frente a una de las llamadas
"expresiones sacramentales", sino a un símbolo extraño al tipo penal. Por esta razón
es que, precisamente, y bajo una argumentación opuesta, tampoco resultaría
suficiente recurrir a la sola cita de un determinado número del articulado para dar por
precisado el objeto de la imputación, sino al contenido de la norma.

10. Ahora, y siendo claro que lo atribuible es la conducta prohibida, o mandada y no


realizada, según el caso, que el legislador ha considerado político criminalmente, y en
orden a la protección de bienes jurídicos, necesaria su tipificación penal previniendo a
su autor con la imposición de una pena, resulta igualmente imprescindible tener en
cuenta que esos comportamientos humanos, como tales, se exteriorizan en un ámbito

165
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

circunstanciado, pero que no todas esas circunstancias han sido tenidas en cuenta por
la Ley para que produzcan relievancia punitiva como adecuables a los supuestos de
hecho típicos objeto de la imputación, ni todas producen los mismos efectos,
debiéndose distinguir por tanto, entre ellas, las que el mismo tipo penal establece
como necesarias para integrar la prohibición, que bien pueden corresponder a la
descripción genérica, abstracta y completa, que en estas condiciones se haga como
tipo básico, todas imprescindibles para que la conducta sea básicamente típica, con
aquellas que a título de agravación punitiva del tipo objetivo igualmente suele
contener, constitutivas de los denominados tipos subordinados agravatorios, con
aquellas que por mas que correspondan a la exteriorización de la conducta, si el tipo
penal no las contiene bien como básicas o como agravantes específicas, referidas en
últimas decisiones de la Corte como modificadoras de la pena, son irrelevantes al
derecho penal, y éstas de las que quedan como simples circunstancias genéricas
agravantes de la pena o también conocidas como dosimétricas.

11. En efecto, por descontado, como ya lo ha advertido la doctrina tanto comparada


como nacional, que la expresión de "circunstancias" utilizada en el derecho penal,
necesariamente debe ser restringida, en relación con la etimológica, por cuanto al
corresponder ésta al "accidente de tiempo, lugar, modo, etc., que está unido a la
sustancia de algún hecho o dicho", una tal amplitud implicaría darle este carácter a
cualquier accidente distante de lo típico o de lo estrictamente dosimétrico, de acuerdo
con las previas y precisas previsiones en que el legislador penal las ha utilizado, pues,
las circunstancias que importan al Derecho Penal son las legalmente relievantes, lo
cual, desde luego, no significa que en todo el ámbito normativo tengan el mismo
contenido y alcance por más que se trate de la misma expresión utilizada en el
tratamiento de diversos fenómenos penales, pues su sentido no depende de la sola
literalidad de los términos, sino de los institutos que se regulen, de los medios
conceptuales que se apliquen y básicamente de la dinámica que de el interprete en su
labor hermeneútica a los principios que gobiernan el saber penal, y específicamente la
teoría del delito y la propia teorización penológica, mediante una interpretación
sistemática y teleológica del Estatuto punitivo, que los integra intrínsecamente para
fijarles el sentido que jurídicamente les corresponda.

12. Así, si bien por efectos de las clasificaciones que la doctrina propone respecto de
los tipos penales con el fin de conceptualizar los imperativos legales, a la hora de
hacerlo respecto a su estructura, los ha distinguido entre básicos, especiales y
subordinados o complementados, que Jiménez de Asúa los entiende, correctivamente,
que sería más apropiado llamarlos complementarios. (Tratado de Derecho Penal, tomo
III, pág. 909), concretando estos últimos a los que si bien referidos a aquellos, se
caracterizan por señalar, al decir de Silvio Ranieri, "determinadas circunstancias o
aspectos que cualifican la conducta, los sujetos o el objeto descrito en estos" (Tratado
de Derecho Penal, tomo II, pág. 5), es lo cierto que estas circunstancias típicas no
tienen el carácter secundario que caracterizaría a una circunstancia, sino que
constituyen elemento del tipo, lo integran, pues para que concurra debe haberse
realizado el tipo básico y su carácter delictual exigirá iguales características de la
acción injusta y de reprochabilidad; entre tanto, las demás circunstancias no exigidas
por el tipo así comprendido, como ya se advirtió, son irrelevantes frente al supuesto
de hecho y no porque en estos eventos se conciba la acción como "vacía" o
"abstracta", como igualmente suele calificarla la doctrina para clarificar que esto no es
lo que sucede frente a tales situaciones, sino que el calificativo está dado para precisar
que en estos eventos lo que ocurre es que son intrascendentes porque el tipo penal u
otro elemento delictual no las contiene; pero además de éstas, excepcionalmente, la
ley consagra las llamadas "circunstancias atinentes a la punibilidad" o también
conocidas como las que "influyen en la mayor o menor punibilidad del hecho",
previstas en la parte general del Código Penal para todos los delitos que le sean
compatibles, las cuales tienen como efecto señalar el quantum punitivo,
proporcionando al juez criterios adicionales fuera de los básicos de gravedad del
injusto, del grado de culpabilidad y de la personalidad del autor de que trata el artículo
61, para graduarla.

13. Es, entonces, labor interpretativa la de fijar el contenido y alcance que les
corresponda a las circunstancias reguladas por la ley para efectos de integrar el
supuesto típico a la tasación de las penas, y quedando, por exclusión de materia,
descartadas las circunstancias no relievantes penalmente".

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 08/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : VILLARREAL JARAMILLO, LUIS FERNANDO
NO RECURRENTE : CASTIBLANCO FAJARDO, RICARDO IVAN
DELITOS : Hurto calificado y agravado
PROCESO : 13430
PUBLICADA : Si

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CAMBIO DE RADICACION-Domicilio del procesado o su defensor

El desconocimiento de las garantías procesales, como todas las causales que la ley
establece para autorizar la remoción de un proceso del lugar de ocurrencia de los
hechos, tiene su fundamento en la necesidad de contrarrestar factores externos de
perturbación del ejercicio de la actividad judicial, y no de solucionar las dificultades
personales que el adelantamiento del juicio y en general la refutación de la
incriminación conllevan para el procesado y su defensor, pues no todo factor
perturbador de la administración de justicia, se remedia con este instrumento, al que
jurisprudencialmente se le ha atribuido carácter residual y extremo, al reconocerse
que se trata de una excepción al principio según el cual, el juez competente por el
factor territorial para conocer de un delito, es el del lugar de su comisión.

Es por ello que la ubicación del domicilio del procesado o de su defensor, no constituye
criterio válido para autorizar la remoción del proceso; tampoco las dificultades
económicas que afronten las partes para desplazarse al lugar donde el juicio se
encuentra radicado, pues tales inconvenientes no revisten la idoneidad suficiente para
perturbar el adelantamiento de la actuación procesal en el territorio de la jurisdicción
del juez natural, y de ahí que el artículo 83 del Código de Procedimiento Penal no las
haya previsto como causal para variar la radicación del proceso.

La Sala al respecto ha reiterado que "…la ley no prevé como motivo para alterar la
competencia, el simple hecho de que el procesado teniendo fijado su domicilio en lugar
distinto al del trámite de su proceso, sufra quebrantos económicos que impidan su
eventual traslado a esa sede, porque ello no constituye efecto perturbador para el
adelantamiento de la actuación procesal en ese territorio y porque, si así fuera, raro
sería el proceso que culminaría en lugar distinto al del domicilio del procesado" (auto
16 de diciembre de 1999, Mag. Pon. Dr. Mario Mantilla Nougués).

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Cambio de Radicación
FECHA : 09/06/2000
DECISION : Niega el cambio de radicación solicitado
PROCEDENCIA : Juzgado 24 Penal del Circuito

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

CIUDAD : Medellín
PROCESADO : GOMEZ RODRIGUEZ, HECTOR ARMANDO
PROCESADO : LOZANO MUSSA, OLGA STELLA
DELITOS : Enriquecimiento ilícito
PROCESO : 17044
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Juicio técnico-jurídico sobre la legalidad de la


sentencia/ ERROR DE HECHO-Falso juicio de identidad: Exigencias técnicas
para su alegación/ ERROR DE HECHO-Falso juicio de existencia: Técnica/
ERROR DE HECHO-Falso raciocinio

El establecimiento de un juicio técnico jurídico que pueda habilitar el estudio de fondo


sobre la legalidad de las sentencias censuradas, es lo que permite la actividad
funcional del tribunal de casación.

Es pues este medio de impugnación un instrumento para quebrar las sentencias de


segundo grado cuando están construidas sobre la ilegalidad, y si tal cometido se busca
por la vía indirecta aduciendo una equivocada apreciación de las pruebas, como es el
caso de la demanda cuyo examen preliminar ahora emprende la Sala, es
imprescindible no sólo plantear y demostrar con claridad y precisión los errores de
hecho o de derecho de que se duele la sentencia atacada, sino también dejar
establecida la incidencia trascendente de los mismos yerros en la parte dispositiva del
fallo, acreditando que de no haber sido por ellos otro muy distinto hubiera sido el
sentido del mismo.

Para acceder a la casación no basta entonces la perfunctoria proposición de supuestos


errores que luego en el magro desarrollo de la censura se muestran ajenos o
divorciados del fin que le es propio, porque con ello se desvirtúa el extraordinario
medio de impugnación para convertirlo en una inocua emulación de los criterios del
demandante con los más autorizados del tribunal que siempre llegan a esta sede
ungidos de la doble presunción de acierto y legalidad.

Es así como si el demandante se acoge a una censura por un error de hecho en la


modalidad de falso juicio de identidad, debe tener en cuenta que éste surge cuando el
juzgador al apreciar la prueba distorsiona su expresión fáctica o la cercena poniéndola
a decir lo que ella materialmente no dice; que es de carácter objetivo, contemplativo,
y su demostración implica hacer evidente no solo que los fallos apreciaron la prueba
contrariando su materialidad, sino que el desacierto condujo a una decisión contraria a
la ley.

Y si el yerro de hecho se hace consistir en la modalidad del falso juicio de existencia


por omisión, habrá de argüirse que el sentenciador dejó de apreciar una prueba no
empece estar legalmente incorporada al proceso, sin que sea válido confundir este
vicio con la desestimación de su capacidad suasoria, porque esto último hace suponer
que el fallador sí consideró el medio así fuera para menospreciar su valor.

Finalmente, si lo que se pretende es cuestionar la prueba por un error de hecho por


falso raciocinio, es imperativo demostrar cómo el sentenciador no apreció
racionalmente su mérito, esto es, haciéndolo de espaldas a las reglas de la sana
crítica, con lo que termina declarando la verdad de unos hechos que por tal vicio
deviene extraña a la que muestra la realidad procesal, motivo por el cual es de
carácter apreciatorio e implica la demostración de que el examen practicado por el
juez a la probanza se aparta de los postulados de la lógica, la ciencia o las reglas de la
experiencia, y que de no haberse presentado, la decisión habría sido sustancialmente
distinta.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
FECHA : 09/06/2000
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito JUdicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : ALZATE ECHAVARRIA, JHON BYRON
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio
PROCESO : 14762
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Violación indirecta: Técnica

En materia de violación indirecta de la ley penal sustancial, es imprescindible


establecer con precisión y absoluta objetividad el nexo de causalidad entre las normas
procesales vulneradas ( las normas "medio" ) y las reglas sustantivas quebrantadas
( las normas "fin" ), es decir, se impone probar cómo la infracción de la regulación
legal de las pruebas ha generado la ruptura de las leyes sustanciales y, además, con
qué consecuencias: falta de aplicación, utilización indebida o interpretación errónea de
éstas. Para tales efectos, como es obvio, no basta con enunciar la posible violación. Es
menester demostrarla. Esta parte de la tarea tampoco la cumplió el censor.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
FECHA : 09/06/2000
DECISION : Rechaza la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : RODRIGUEZ CASTRILLON, GUSTAVO ADOLFO
DELITOS : Receptación, Falsedad material empl. of. en doc.
publico
PROCESO : 15000
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Causal tercera: Exigencias técnicas/


INIMPUTABILIDAD-Embriaguez

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

1. Por la naturaleza rogada de la casación, esta Corte ha señalado cómo la causal


tercera establecida en el numeral 3 del artículo 220 del Código de Procedimiento Penal
no escapa a las precisas pautas técnicas que le son comunes a las otras vías de
ataque.

Es así como cuando el censor acude a la mentada modalidad de censura, no debe


perder de vista que lo que constituye el tema central de la actuación del juez de
casación es, frente a los cargos de una demanda, verificar la legalidad de la sentencia
que llega a esta sede con la presunción de que ese atributo se cumple tanto como el
acierto de la decisión, de tal manera que al demandante le es imprescindible señalar
en forma clara y precisa los fundamentos de la causal, demostrando la irregularidad, la
especie y el carácter sustancial de la misma, así como el peso nocivo en la actuación
procesal, es decir, su efecto contundente y por contera generador de afectación a las
garantías de las partes o vulneración de las bases fundamentales de la instrucción y el
juzgamiento, sin dejar de señalar el momento a partir del cual se debe invalidar el
trámite.

Para el caso concreto, si la intención del libelista era la de resaltar el perjuicio recibido
por el procesado a propósito de la falta de la práctica de una prueba de alcoholemia,
era su deber demostrar cómo de haberse evacuado el medio de convicción, hubiera
cambiado de rumbo la suerte procesal del justiciable en la medida en que con el
elemento probatorio echado de menos, por razones de lógica contundente y justicia,
perdían total efecto los elementos de juicio por medio de los cuales el funcionario llegó
a las conclusiones desfavorables al sentenciado.

2. Ahora bien, el trastorno mental como fuente de inimputabilidad puede ser causado
por muy diversos factores: traumáticos, hereditarios, psicológicos, sociológicos y
orgánicos; no obstante, en el plano juridicopenal, como lo ha entendido la Corte, lo
que realmente importa no es "el origen mismo de la alteración biosíquica sino su
coetaneidad con el hecho realizado, la magnitud del desequilibrio que ocasionó en la
conciencia del actor y el nexo causal que permita vincular inequívocamente el
trastorno sufrido a la conducta ejecutada".

Por lo anterior, independiente del grado de embriaguez que ostentaba el sujeto,


porque esa no es circunstancia per se para determinar la inimputabilidad, lo que
interesaba era aclarar si había perdido la consciencia, entendida ésta como aquella
desde la que, por medio de la razón, el sujeto se vio imposibilitado para captar la
ilicitud de su comportamiento o la capacidad de dirigirse conforme con dicha
comprensión.

En el caso a estudio ello no aconteció pues si resulta probable la ingesta de bebida


embriagante -aguardiente- de parte del procesado, es innegable su estado de
consciencia lúcida cuando antes de dar comienzo a las libaciones ya portaba un arma
de fuego sin el respectivo salvoconducto, con la clara idea de castigar a quienes habían
despojado de unos bienes a su madre y el cuidado de seleccionar en el momento
ejecutivo las víctimas -incluso persiguió a una hasta lograr el propósito sin
acometer a otros que lo acompañaban-, luego buscó refugio en su casa y
posteriormente aseguró ante la autoridad que su actuar había sido consecuencia del
atraco de que iba a ser objeto; manifestaciones todas que al margen de cualquier
dictamen psicológico pone en claro cómo el sujeto tuvo en sus manos el control
anterior, concomitante y subsiguiente de la voluntad que dirigió libremente para privar
de la vida a diferentes personas.

De esta forma, no sólo refulge la lucidez de la consciencia del acusado sino la de sus
demás facultades mentales -pensamiento, memoria, inteligencia y
sensopercepción- que le posibilitaron materializar el acto sometido previamente a su
juicio interior.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 09/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Montería
PROCESADO : OSPINA USUGA, JAIRO DE JESUS

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,


Homicidio
PROCESO : 12565
PUBLICADA : Si

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SENTENCIA ANTICIPADA-Interés para recurrir-Irretractibilidad

Como lo ha dicho y reiterado la Corte, la aceptación voluntaria de responsabilidad con


miras al proferimiento de sentencia anticipada se rige por el principio de
irretractabilidad, que implica para el procesado y para su defensa técnica la renuncia a
controvertir la prueba y el contenido de la acusación, excepto cuando se recurre sobre
la dosificación de la pena, la condena de ejecución condicional, la extinción del dominio
sobre bienes y, anteriormente, en vigencia de la ley 81 de 1993, cuando también se
hacía en relación con la condena para el pago de perjuicios.

La Corte también tiene claro que si bien el artículo 37B-4 del C. de. P. P.
gramaticalmente apunta al recurso de apelación, debido al mismo interés, a la lógica y
a la razón de ser de los recursos, las restricciones previstas para ese recurso tienen
que ser atendidas en materia de casación.

Es fácilmente perceptible, entonces, que salvo las excepciones indicadas, en todo otro
caso la defensa carece de la posibilidad de recurrir extraordinariamente.

Igualmente se sabe que cuando se invoca la violación de garantías fundamentales con


el anhelo de la casación, no es suficiente su planteamiento para soslayar la exigencia
del interés. Para disipar el pretexto de la simple retractación, es menester demostrar,
probar, dentro del mismo proceso, la efectiva lesión de tales garantías, es decir, el
resquebrajamiento de los derechos con actitudes maliciosas o sinceramente
negligentes y con asalto de la lealtad que debe acompañar el trámite de todo proceso.

De lo anterior resulta que si el planteamiento de una causal de casación obra como


desvío para introducir en la Justicia el retraimiento de un cargo libremente aceptado
por el procesado o acordado con la Fiscalía, la ausencia de interés para recurrir
emerge manifiesta.

Por lo anterior, la Sala ha resaltado que el interés para recurrir una sentencia de
"terminación anticipada del proceso" no puede derivarse de la causal invocada o
simplemente del énfasis de la defensa alusivo a que se ha conculcado una garantía
fundamental. Es siempre necesario, afirma la Corte, escudriñar la orientación o
propósito perseguido con el cargo, y si se establece que el mismo no es más que la
búsqueda de rectificación de lo aceptado o acordado, la ausencia de interés se
erige como consecuencia ( Cfr., por ejemplo, casaciones del 11 de agosto de 1999,
M. P. Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote, y del 26 de octubre de 1999, M. P. Dr.
Carlos Eduardo Mejía Escobar).

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 09/06/2000
DECISION : Desestima la demanda y devuelve al tribunal de
origen
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
PROCESADO : RAMIREZ DIAZ, PEDRO PABLO
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 14860
PUBLICADA : Si

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171
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

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INDICIO-Técnica para atacarlo en casación

La jurisprudencia tiene establecido, que si el error radica en la apreciación del hecho


indicador, dado que éste necesariamente ha de acreditarse con otro medio de prueba
de los legalmente autorizados, necesario resulta postular si el yerro cometido fue de
hecho -por haber supuesto un medio inexistente, omitido apreciar uno de los allegados
válidamente a la actuación, o distorsionado su expresión fáctica haciéndole producir
efectos que objetivamente no se coligen de su contexto, o por que en su valoración se
apartó de las reglas que gobiernan la sana crítica-; o de derecho -por haber apreciado
como prueba del hecho indicador un medio aducido irregularmente a la actuación-.

Y si el tipo de error de hecho se ubica en el proceso de inferencia lógica, ello supone


partir de aceptar la validez del medio con el que se acredita el hecho indicador, y
demostrar al tiempo que el juzgador en la labor de asignación del mérito persuasivo se
apartó de las leyes de la ciencia, los principios de la lógica o las reglas de la
experiencia, indicando cada una de ellas y cómo se manifiesta su transgresión..

Además, repetidamente también ha sido dicho por la Corte, que dada la naturaleza de
este medio de prueba, no puede dejarse de analizar la convergencia y congruencia que
surge entre los distintos indicios, y de éstos con los demás medios, la fuerza
demostrativa que de modo objetivo resulta de su valoración conjunta, y acreditar que
ello permite llegar a conclusión diversa de aquella a la arribada por el sentenciador,
pues no se trata en casación de dar lugar a anteponer el particular punto de vista del
actor al del fallador, ya que en dicha eventualidad primará siempre el de éste, dado
que la sentencia se halla amparada de la doble presunción de acierto y legalidad,
correspondiéndole al demandante su desvirtuación.

De ahí que a efecto de demostrar el tipo de error cometido en la apreciación de la


prueba indiciaria, el demandante tiene por carga indicar qué en concreto dice el medio
demostrativo del hecho indicador, cómo hizo la inferencia el juzgador, en qué consistió
el yerro, y qué trascendencia tuvo éste en la parte resolutiva del fallo.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
FECHA : 09/06/2000
DECISION : Rechaza la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
NO RECURRENTE : LOPEZ CASTAÑO, ANTONIO JOSE
FISCAL SECCIONAL DELEGADO : FISCAL 16 DE BOGOTA
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 14586
PUBLICADA : Si

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TRAFICO DE ARMAS-Competencia a partir de la ley 504 de 1999

El numeral cuarto del artículo 9 de la ley 81 de 1993 atribuía la competencia para


conocer de las conductas tipificadas en el decreto 3664 de 1986, excepto el porte de
arma de fuego de defensa personal, a los jueces regionales. Al desaparecer estos
despachos judiciales, la ley 504 de 1999 reguló el asunto como pasa a señalarse.

El artículo 5° de la ley 504 de 1999 estableció la competencia de los jueces penales


del circuito especializados en consideración al factor objetivo. En dicha disposición no

172
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

está incluido el delito por el cual se le condenó a (...), situación ante la cual se deben
hacer las precisiones que siguen.

El conocimiento del delito de venta de armas de defensa personal, a partir de la


vigencia de la citada ley, artículos 5° y 39, se asignó en primera instancia a los jueces
penales del circuito por el factor territorial, sin importar la fecha de la comisión del
reato. Ello es así, porque la segunda de las normas en mención estableció que los
procesos de que conocía la justicia regional y no hubieren quedado incluidos en el
artículo 5°, "continuaran" su curso ante la autoridad judicial del circuito por el factor
territorial.

El artículo 4° de la ley que se viene comentando establece que la segunda instancia de


los recursos de "apelación o de hecho" de los asuntos que conocen en primera los
jueces penales del circuito debe resolverlos el Tribunal del respectivo Distrito Judicial,
con lo que se reitera el factor territorial como determinante de la competencia y
concurrente con el funcional para desatar los recursos que estaban pendientes a 1° de
julio de 1999 en los expedientes que se hallaban en segunda instancia en el Tribunal
Nacional y relacionados con delitos que no se incluyeron expresamente en el artículo
5° de la ley 504 de 1999.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 12/06/2000
DECISION : Dirime asiganandoel conocimiento al Tribunal
Superior de Manizales
TRIBUNALES COLISIONANTES : Tribunal Superior de Manizales
: Tribunal Superior de Santafé de Bogotá
PROCESADO : ORTIZ GIL, GONZALO DE JESUS
PROCESO : 16861
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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PRESCRIPCION-Empleado oficial/ PECULADO CULPOSO-Títulos judiciales-


Deber de cuidado/ TITULO JUDICIAL-Custodia material/ INDEXACION-
Títulos judiciales

1. En primer término, no está demás recabar que, como lo reiteró la Sala mayoritaria
en autos del 20 de septiembre de 1999 y 3 de abril de 2000, proferidos en este
proceso, no está prescrita la acción penal, toda vez que el lapso establecido por el
artículo 82 del Código Penal, cuando el delito ha sido cometido por servidor público en
ejercicio de sus funciones o de su cargo o con ocasión de ellos, tiene operancia tanto
en el sumario como en el juicio, lo que implica que su aplicación debe hacerse en
forma autónoma en cada una de esas etapas procesales.

En consecuencia, un análisis armónico de los artículos 80, 81 y 82, ibidem, permite


colegir que la acción penal en el delito imputado a la procesada no se ha extinguido
por causa del fenómeno prescriptivo, pues si bien el mismo contempla una pena
máxima de dos años de arresto, de todos modos, en cumplimiento de lo normado en
el inciso final del artículo 84 del Código Penal, el lapso de prescripción no puede ser
inferior a 5 años, cifra que se debe incrementar en la tercera parte, según lo ordenado
por el citado artículo 82, pues, como ya se dijo, es indiscutible que se está frente a un
servidor público en el ejercicio de sus funciones, lo que implica que el término extintivo
de la acción es de 6 años y 8 meses que, contado desde la ejecutoria de la resolución
de acusación (25 de enero de 1994), aún no ha transcurrido.

2. La descripción típica del delito de peculado culposo, imputado a la doctora (...), en


el artículo 137 del Decreto 100 de 1980, era del siguiente tenor:

173
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

"El empleado oficial que respecto a bienes del Estado o de empresas o instituciones en
que éste tenga parte, o bienes de particulares cuya administración o custodia se le
haya confiado por razón de sus funciones, por culpa dé lugar a que se extravíen,
pierdan o dañen, incurrirá en arresto de seis (6) a dos (2) años, en multa de un mil
veinte pesos e interdicción de derechos y funciones públicas de seis (6) meses a dos
(2) años" .

Con relación a la juez acusada no se discute su calidad de servidora pública ni la


pérdida de los valores representados en los títulos de depósito judicial entregados a la
custodia del Estado, sino si su conducta fue o no descuidada y, si lo fue, la relación de
causalidad o determinación entre ella y esa pérdida que ocurrió por indebida
apropiación de los valores representados en esos documentos, con la participación de
la secretaria y el escribiente del despacho, aspectos en que se basan los impugnantes
para impetrar la revocatoria de la sentencia absolutoria y, por ende, la condena.
...
Para la Sala es claro que la acusada violó el deber especial de cuidado que
específicamente le imponía la propia ley, al haber entregado a la secretaria el manejo
físico de los citados títulos y al no haber ejercido sobre los mismos el debido control y
vigilancia, esto es, al haber abandonado la custodia material a que legalmente estaba
obligada.

En efecto, el Decreto 1798 del 14 de agosto de 1963, por medio del cual se
reglamentó el artículo 4° de la Ley 2° de 1963, en su artículo 4° establece:

"Los funcionarios de la Rama Jurisdiccional o de Policía mantendrán en custodia y bajo


su responsabilidad, los títulos o comprobantes de depósito, dejando constancia en el
expediente respectivo, del número del título o comprobante, de su fecha y de los
nombres de la entidad depositaria y del depositante. Cuando el depósito se haga en
una entidad bancaria, el título será devuelto al depositario, junto con la nota donde se
transcriba la providencia que ordena el pago, dejando en el expediente la constancia
de su devolución, firmada por quien lo reciba".

A su vez, el literal "I" del artículo 55° del mentado Decreto 052 de 1987 establece
como deber de los funcionarios y empleados "Responder por la conservación de los
elementos, útiles, materiales, equipos, muebles y demás bienes confiados a su guarda
o administración y rendir cuentas de su utilización".

El entendimiento de tales disposiciones es el de que la función de custodia material de


los títulos de depósito judicial le corresponde específicamente al juez, sin que ello
implique que el secretario y demás empleados judiciales queden excluidos del deber
general de responder por los muebles y demás elementos del despacho, entre ellos los
títulos.

En consecuencia, si la custodia física de los mentados documentos es función


específicamente señalada por la ley al juez, no puede confiarla al secretario ni a
ningún otro subalterno judicial y si lo hace, la responsabilidad permanece radicada en
él, independientemente de la que corresponda a aquel en quien se asignó.

Ha dicho al respecto la Sala:

"El mismo Ministerio Público, desde la anterior oportunidad en que se conoció de este
proceso, resaltó que, conforme a lo dispuesto en el numeral 4° del Decreto 1798 de
1963, a los funcionario de la Rama Jurisdiccional y de Policía, les corresponde
mantener "en custodia y bajo su responsabilidad, los títulos o comprobantes de
depósito". De ahí que la Corte en aquella ocasión anotara: "Esto en primera instancia
comporta que tal función es INDELEGABLE y, en segundo lugar, que si indebidamente
se delega, la responsabilidad sigue en cabeza del funcionario, sin perjuicio de la que le
corresponde a aquél en quien arbitrariamente se delegó. Entonces, la circunstancia
misma de haber trasladado un función propia de su cargo a uno de sus subalternos
(...), comporta per se -y así lo ha señalado la Corte, M.P. Dr. Guillermo Duque Ruiz,
auto de mayo 18/89- ostensible negligencia del juez en el manejo de los asuntos a él
especialmente confiados". (Auto del 27 de noviembre de 1991, M.P. Gustavo Gómez
Velásquez).

174
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Por lo tanto, se equivoca el Tribunal cuando asevera que la custodia material se podía
atribuir a la secretaria y que esa asignación eximía de responsabilidad a la titular del
despacho.

En otros términos, la ley, con la finalidad de proteger los bienes entregados a la


vigilancia del Estado y, por consiguiente, el bien jurídico de la función administrativa
pública, que debe aparecer transparente y confiable ante los asociados, quiso que el
juez no se pudiera desentender de la custodia y manejo de los títulos de depósito
judicial.

Es más, el deber de cuidado exigible con relación a los mentados comprobantes no es


el mismo que se demanda a los funcionarios con respecto a los bienes oficiales
confiados a su administración, sino que la propia ley impone expresamente un
cuidado especial, en razón del riesgo de pérdida, daño o extravío a que están sujetos.
....
La custodia material de los títulos corresponde, específicamente, al juez, por lo cual
debe manejarlos físicamente. Pero si por razón misma de las circunstancias se ve
compelido a entregar ese manejo físico al secretario, sigue obligado a la custodia
material, la que hará efectiva con las medidas adecuadas de vigilancia y control.

Ahora bien, esa custodia material no la puede confiar ni al secretario ni a ningún otro
funcionario subalterno, ni aun en el evento de que tenga que encomendarles la
tenencia y el manejo físico, pues en tal caso mantendrá y ejercerá tal cuidado,
mediante los pertinentes actos de vigilancia y control. Si indebidamente abandona esa
custodia material, es decir, se desentiende de la misma, la responsabilidad permanece
radicada en el juez, independientemente de la que corresponda a aquel en quien se
dejó.

En consecuencia, el Tribunal y el defensor se equivocan cuando sostienen que a la


procesada no le era exigible ninguna actitud tendiente a evitar la dolosa sustracción de
los títulos judiciales, pues, se reitera, existía un imperativo legal que le impedía
sustraerse a la custodia de tales documentos, sin que valga el argumento defensivo de
que otros funcionarios actuaron en la misma forma, pues la incuria ajena no puede
servir de excusa a la propia.

3. Teniendo en cuenta que por la conducta descuidada de la doctora (...) se cobraron


indebidamente, con la participación de la secretaria y el escribiente, numerosos títulos
de depósito judicial, entre los meses de mayo de 1989 y el 7 de septiembre de 1990,
según la imputación que se le hizo en la resolución acusatoria, se le impondrá la
obligación de pagar a favor del Tesoro Nacional la suma de $5"543.045,86.

Cabe señalar que no se dispone la indexación de dicho valor, pues el Estado lo


devuelve a los consignantes o beneficiarios, por la misma cantidad del depósito, ni el
pago de intereses, por no haberse establecido su cuantía, pues el aprovechamiento de
tales dineros está sujeto a un régimen especial en el que juegan el saldo trimestral y
el encaje bancario, que hubiera requerido la práctica de una prueba pericial, que no se
llevó a cabo.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Segunda Instancia


FECHA : 12/06/2000
DECISION : Revoca absolución, Condena, condena en
perjuicios, concede subrogado, fija caución
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Montería
PROCESADO : PETRO HERNANDEZ, MARTHA CECILIA
DELITOS : Peculado culposo
PROCESO : 11541
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

PECULADO POR APROPIACION-Favorabilidad del artículo 133 del C.P.


frente al 19 de la ley 190 de 1995/ PECULADO POR APROPIACION-
Interpretación del inciso 2º del artículo 133 del C.P./ PECULADO POR
APROPIACION-Bienes entregados para el cumplimiento de una comisión/
RESPONSABILIDAD FISCAL-Es independiente de la responsabilidad penal

1. El doctor (...), por razón de su función como Representante a la Cámara, se apropió


de bienes del Estado en cuantía de $ 6.110.004.92 correspondiente al valor del pasaje
y los viáticos a él entregados con ocasión de la Resolución número 351 de julio 1° de
1994, expedida por la Mesa Directiva de esa Corporación, mediante la cual se le
comisionó para que, como delegado del Congreso de la República, asistiera a los actos
conmemorativos del primer aniversario de la muerte del sacerdote Javier Cirujano
Arjona. Con esta conducta realizó el tipo del artículo 133 del Código Penal, modificado
por el artículo 2o. de la ley 43 de 1982, vigente para la época en que los hechos
tuvieron ocurrencia, y aplicable por principio de favorabilidad frente al contenido del
artículo 19 de la Ley 190 de 1995.

Esta apreciación, hecha desde la providencia mediante la cual fue definida la situación
jurídica del sindicado, y reiterada en el proveído calificatorio, ha de ser mantenida por
la Corte no empece el pronunciamiento en sentido contrario hecho por la Corte
Constitucional "en el proceso ordinario de constitucionalidad de los artículos 133 inciso
2o., 372-1 y 357 inciso 2o del Decreto Ley 100 de 1980", proferido el veintiuno de
marzo de mil novecientos noventa y seis.

Dijo entonces el Tribunal Constitucional:

"1. El artículo 133 del Código Penal, cuyo inciso segundo se demanda, fue derogado
por el artículo 19 de la Ley 190 de 1995. Este último, entre otros aspectos, modificó el
aumento de la pena establecido por el Decreto 100 de 1980 para el delito de peculado
por apropiación. La disposición derogada prescribía un aumento de la pena cuando el
valor de lo apropiado superara la suma de quinientos mil pesos. La nueva norma, en
cambio, consagra una circunstancia de atenuación punitiva cuando lo apropiado no sea
superior a un monto de cincuenta (50) salarios mínimos legales mensuales vigentes, y
agrava la pena hasta en la mitad si dicho valor rebasa los doscientos (200) salarios
mínimos legales mensuales vigentes."

"La Corte carece de competencia para pronunciarse sobre la constitucionalidad de una


norma derogada, salvo que ésta pueda todavía producir efectos. En materia penal, en
razón del principio de favorabilidad, sólo en el caso de que la norma derogada sea más
benigna, podría seguir surtiendo efectos (C.P. art. 29). En la presente ocasión, la
nueva ley - el artículo 19 de la Ley 190 de 1995- es más favorable que la norma
acusada, por lo cual ésta última ha quedado definitivamente derogada "para todos los
efectos incluso los penales debido a ser más gravosa o desfavorable". En
consecuencia, por sustracción de materia, la Corte se inhibirá en relación con la
demanda de inconstitucionalidad del artículo 133 del Código Penal".

Decisión esta que efectivamente tomó en la parte resolutiva del pronunciamiento


referido al "Declararse INHIBIDA, por sustracción de materia, para conocer de la
demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 133 del Decreto Ley 100 de 1980
( Código Penal)".

Y se afirma que, no obstante respetar dicho pronunciamiento, atendiendo el órgano


que lo produjo y la naturaleza del proceso que en tal sentido fue fallado, la Sala se ve
en la necesidad imperiosa de apartarse del mismo, toda vez que de sostenerse en este
caso la inaplicabilidad del precepto por los motivos expuestos por el Organo de Control
de Constitucionalidad, resultaría vulnerado el principio de favorabilidad de que trata el
artículo 29 de la Carta Política, en términos que pasan a demostrarse seguidamente:
...
Si se toma en cuenta el monto de los bienes objeto de apropiación y el salario mínimo
legal vigente a partir del 1o. de enero de 1994 ( $ 98.700.oo), año en que ocurrieron
los hechos materia de investigación, se llega a la conclusión que el valor de lo
apropiado supera los 50 salarios mínimos legales vigentes por entonces, condiciones
en las cuales, de aplicarse el artículo 19 del Estatuto Anticorrupción (Ley 190 de
1995), la pena que correspondería a la conducta, siguiendo la tesis de la Corte
Constitucional, oscilaría entre seis (6) y quince (15) años de prisión, mientras que, aún

176
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

considerando la circunstancia específica de agravación punitiva por ser la cuantía


superior a quinientos mil pesos, de todas maneras, el original artículo 133 del Código
Penal (modificado por el artículo 2o. de la Ley 43 de 1982), prevé la pena de prisión
entre cuatro y quince años, de donde surge sin lugar a dudas que la norma aplicable,
por principio de favorabilidad, es ésta y no la contenida en la Ley 190 de 1995 que
también regula esta conducta y sanciona con penas más severas el delito de peculado
por apropiación.

2. Ahora bien, dejando en claro lo anteriormente expuesto, corresponde abordar el


asunto relacionado con las posibilidades de interpretación que el inciso segundo del
citado precepto ofrece, a fin de establecer si su aplicación al caso en comento, podría
resultar desfavorable a los intereses del sindicado.

No cabe duda que los hechos materia de investigación, considerados objetivamente,


corresponden a la definición típica que del delito de peculado por apropiación recoge la
norma en comento, y que el monto de lo apropiado excede de quinientos mil pesos,
con lo cual, en principio, desde una perspectiva de interpretación sincrónica, estática,
y literal, la pena a aplicar como sanción para el comportamiento realizado, oscilaría
entre cuatro y quince años de prisión.

Sin embargo, si se toma en consideración que la razón que dio lugar a establecer en la
ley la circunstancia de agravación cuando la conducta se realiza sobre bienes que
superan dicha cuantía, y por ende, dotar a la norma de una mayor intensidad en la
prohibición, obedeció a que para el momento de expedición de la norma (1981),
quinientos mil pesos correspondían a una suma supremamente considerable, y que en
tal medida, la afectación del bien jurídico de la administración pública, desde el punto
de vista de la protección de la integridad de los haberes oficiales, causaba mayor
alarma social que si el mismo comportamiento fuera realizado sobre bienes públicos de
valor inferior.

Esto si es considerado que para la época de expedición del precepto, quinientos mil
pesos correspondían a 87,71 salarios mínimos legales mensuales para los trabajadores
de las ciudades más importantes, que no estuvieran vinculados al sector primario, y a
94.16 salarios mínimos legales mensuales para trabajadores del sector primario y en
los demás municipios, según la regulación al respecto adoptada mediante Decreto
3463 del 26 de diciembre de 1980.

Por efectos de la devaluación monetaria, quinientos mil pesos de 1981, corresponden


apenas a 5.06 salarios mínimos legales mensuales de 1994 ($98.700.oo, según se
estableció en el Decreto 2548 de 1993), y $ 6.110.009.92, que es la suma de los
valores apropiados por el procesado ALFONSO URIBE BADILLO, corresponden a 61.90
salarios mínimos mensuales vigentes en la época en que realizó la conducta motivo de
investigación y juzgamiento, inferiores por tanto a 87.71 salarios mensuales, que es la
cuantía, determinada en términos de salario mínimo legal, cuando la disposición fue
expedida.

Esta interpretación, realizada en cumplimiento del principio de favor rei, nace de lo


dispuesto en el artículo 4o. de la Ley 153 de 1887, según el cual "la doctrina
constitucional es, a su vez, norma para interpretar las leyes"; de lo previsto en el
artículo 45 del mismo estatuto, que establece que en materia penal "los casos dudosos
se resolverán por interpretación benigna"; y coincide precisamente con la doctrina de
la Corte Constitucional en tal sentido expuesta en las sentencias C-070 y C-118 de
1996.

Así las cosas, ha de concluirse que la conducta realizada por el doctor (...),
corresponde a la definición típica que de ella hace el inciso primero del artículo 133 del
Código Penal, el cual señala pena de prisión de dos a diez años, multa de un mil a un
millón de pesos e interdicción de derechos y funciones públicas de uno a cinco años.

3. De otro lado, el defensor argumenta que en el caso del doctor Uribe Badillo, los
bienes que le fueron entregados para facilitarle el cumplimiento de la comisión
otorgada, no fueron recibidos por él en administración o custodia, sino en propiedad
condicionada, y que en tal medida, no se satisfacen los ingredientes normativos del
tipo que regula la conducta imputada.

177
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Para responder su inquietud, basta solamente con recordar lo dicho por la Corte en la
providencia calificatoria, en donde se dejó en claro que precisamente la entrega
condicionada de los bienes, es una de las maneras de entrar el servidor en relación
funcional con ellos, y corresponde al moderno concepto de administración:

"Precisa la Sala que el moderno concepto de administración pública lleva implícito el


ejercicio de aquellas actividades necesarias para el cumplimiento de los objetivos
estatales trazados en las políticas, planes, programas y tareas a desarrollar, para cuya
realización requiere de la utilización de recursos físicos, técnicos, financieros y
humanos sobre la base de un soporte normativo que la regule y oriente; por ello se
considera que "administrar es gobernar, controlar, custodiar, manejar, recaudar,
distribuir, pagar, percibir, negociar, disponer, etc., es decir, todo un conjunto de
actividades que dan al término un sentido amplio, que es como el legislador lo quiso
emplear" (auto. Junio 14 de 1996. M.P. Dr. Calvete Rangel).

En esa medida, los bienes entregados por la administración a sus servidores para el
cumplimiento de los fines oficiales, son de aquélla y no pueden ser objeto de
apropiación, utilización indebida o aplicación oficial diversa a la que están destinados,
de ahí que tales conductas sean penalmente sancionables. Tal sucede con los
elementos de consumo como los útiles de escritorio, la papelería, la gasolina para los
vehículos oficiales, los alimentos y vestuario suministrados para el desempeño de la
labor oficial, bienes que deben ser administrados para ser gastados exclusivamente en
el ejercicio del cometido oficial.

Cuando la administración precise impartir comisión para el desplazamiento del servidor


público por territorio nacional o extranjero para que temporalmente ejerza funciones
propias de su cargo en lugar diferente a la sede habitual de su trabajo, cumplir
misiones especiales o para atender invitaciones de gobiernos extranjeros, de
organismos internacionales o de instituciones privadas, siendo el servidor un
instrumento personal para el logro de las finalidades oficiales perseguidas, la
administración debe proveerle los medios para el cumplimiento de la función
legalmente asignada, entre los cuales se hallan los viáticos y los pasajes de traslado.

Por ello se afirma que tales recursos, antes que ser transferidos incondicionalmente en
su propiedad, son entregados a los agentes estatales para que éstos los administren,
desde el punto de vista amplio que se deja expuesto, esto es, para sufragar los gastos
que la misión oficial demanda.

En este sentido ha de entenderse que los emolumentos y demás bienes entregados al


funcionario por concepto de comisión, no son -ipso jure- bienes de propiedad del
comisionado, si se entiende que ello queda determinado por el cumplimiento de la
condición que originó su entrega, esto es la comisión oficial impartida. Por ello, su
legalización no deriva de la demostración de haber sido entregados al funcionario, sino
de la posterior justificación que de su utilización haga, por haber cumplido la misión
encomendada. De no cumplirse la gestión o no satisfacerse los requisitos que
justificaron el gasto, se impone su devolución, sin perjuicio de la eventual
responsabilidad penal".

En este caso, la relación funcional de derecho que existió entre el procesado y los
bienes que recibió para cumplir la orden de trasladarse al exterior, estuvo determinada
por la Resolución Número 351 del 1o. de julio de 1994 emanada de la Mesa Directiva
de la Cámara de Representantes, ya que según este acto administrativo, de una parte,
los bienes entregados provenían del tesoro público y, de otra, no se le dieron doctor
Uribe Badillo en su condición de persona particular, sino por ostentar la calidad de
Representante a la Cámara.

4. El defensor también alude que por el hecho de haber fenecido sin responsabilidad
fiscal el proceso que en contra de su asistido tramitó la Contraloría General de la
República, ninguna lesión al bien jurídico de la administración pública causó la
conducta por la que es juzgado.

Esta apreciación, postulada, se entiende, desde la perspectiva del interés de parte que
le asiste, no corresponde al contenido de la normatividad que regula los fines y
alcances del proceso de responsabilidad fiscal, como tampoco a las motivaciones
expuestas en el aludido fallo.

178
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

En primer lugar, el parágrafo del artículo 81 de la Ley 42 de 1993, "sobre la


organización del sistema de control fiscal financiero y los organismos que lo ejecutan",
establece que "la responsabilidad fiscal se entiende sin perjuicio de la responsabilidad
disciplinaria y penal a que hubiere lugar", con lo cual queda en claro la autonomía de
cada uno de estos estatutos.

Sobre ello, en criterio que se aviene al caso, la Corte tiene establecido que "en
Colombia no existe, como sí sucede en España, norma de parecido texto al de la
denominada en dicho país Ley de Orden público, adoptada por Real decreto Ley de
Enero 25 de 1977, o al de la Ley 30 de 1992 ( Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común) o al del Real
Decreto 1398 de 1993 (aprobatorio del Reglamento para el ejercicio de la Potestad
Sancionadora - REDEPOS), en virtud de los cuales no se impondrán conjuntamente
sanciones gubernativas y sanciones penales por unos mismos hechos; esta prohibición
que incluso allí mismo está atemperada por numerosas excepciones y que viene
adobada por múltiples mecanismos de orden legal (en cuanto al régimen del pleito
pendiente, a la prescripción de las acciones, al régimen concursal, etc.) que difieren la
decisión disciplinaria a la resolución previa de la penal, pero nunca al revés, como lo
pretende la defensa" (Sentencia Unica Instancia, julio 17/96. M. P. Dr. MEJIA
ESCOBAR).

Y, la Corte Constitucional, por su parte, para llegar a afirmar la naturaleza de los actos
administrativos mediante los cuales se definen los juicios fiscales, y, de contera, su
posibilidad de revisión por la jurisdicción de lo contencioso administrativo, al analizar
"el sentido de la distinción entre acto administrativo y acto jurisdiccional, expuso:

"11.- Para responder a esa pregunta, la Corte debe estudiar qué sentido tiene que la
ley atribuya a un acto singular de un determinado órgano estatal una naturaleza
administrativa. Ahora bien, esa caracterización tiene como consecuencia, entre otras
cosas, que éste, por oposición a los actos jurisdiccionales, no tiene la fuerza de cosa
juzgada, pues no sólo es revocable y modificable por la propia administración, como es
obvio, dentro de ciertas condiciones sino que, además, puede ser revisado por las
autoridades judiciales, en virtud del principio de legalidad. Por el contrario, el acto
jurisdiccional, una vez ejecutoriado, es definitivo, pues tiene la virtud de cosa juzgada.
Por eso, amplios sectores de la moderna doctrina jurídica consideran que si bien es
muy difícil encontrar elementos sustantivos que distingan un acto administrativo de
uno jurisdiccional, pues ambos en el fondo son la producción de una norma singular
dentro del marco de posibilidades establecido por una norma general, lo cierto es que
existen elementos formales que permiten establecer una diferencia entre ambos tipos
de actos. De un lado, por sus efectos, pues el acto administrativo no goza de fuerza de
cosa juzgada mientras que el jurisdiccional es definitivo, por lo cual el primero puede
ser revocado, incluso estando ejecutoriado, a menos que exista una situación jurídica
consolidada, mientras que el acto jurisdiccional, una vez resueltos los recursos
ordinarios y, excepcionalmente, los extraordinarios, es irrevocable. De otro lado, estos
actos también se diferencian por la naturaleza del sujeto que los emite, pues sólo
puede producir actos judiciales un funcionario que tenga las características de
pretedeterminación, autonomía, independencia e inamovilidad propia de los jueces. En
efecto, lo propio del juez es que no sólo debe estar previamente establecido por la ley
(juez natural) sino que, además, debe ser ajeno a las partes en la controversia
(imparcial), solo está sujeto al derecho y no a instrucciones de sus superiores o de los
otros poderes (independiente), y goza de una estabilidad suficiente para poder ejercer
su independencia y autonomía (inamovilidad). Por el contrario, el funcionario
administrativo carece de algunos de esos rasgos" (Corte Constitucional, Sentencia C-
189/98 M. P. Dr. ALEJANDRO MARTINEZ CABALLERO).

En el mismo sentido, también precisó la Corte Constitucional:

"El proceso de responsabilidad fiscal, atendiendo su naturaleza jurídica y los objetivos


que persigue, presenta las siguientes características:

"a) Es un proceso de naturaleza administrativa, en razón de su propia materia, como


es el establecimiento de la responsabilidad que corresponde a los servidores públicos o
a los particulares que ejercen funciones públicas, por el manejo irregular de bienes o
recursos públicos. Su conocimiento y trámite corresponde a autoridades
administrativas, como son : La Contraloría General de la República y las contralorías,
departamentales y municipales.

179
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

"b) La responsabilidad que se declara a través de dicho proceso es esencialmente


administrativa, porque juzga la conducta de un servidor público, o de una persona que
ejerce funciones públicas, por el incumplimiento de los deberes que les incumben, o
por estar incursos en conductas prohibidas o irregulares que afectan el manejo de los
bienes o recursos públicos y lesionan, por consiguiente, el patrimonio estatal.

"Dicha responsabilidad es, además, patrimonial, porque como consecuencia de su


declaración, el imputado debe resarcir el daño causado por la gestión fiscal irregular,
mediante el pago de una indemnización pecuniaria, que compensa el perjuicio sufrido
por la respectiva entidad estatal.

"Adicionalmente, la declaración de la referida responsabilidad tiene indudablemente


incidencia en los derechos fundamentales de las personas que con ella resultan
afectadas ( intimidad, honra, buen nombre, trabajo, ejercicio de determinados
derechos políticos etc.)

"c) Dicha responsabilidad no tiene un carácter sancionatorio, ni penal ni administrativo


(parágrafo art. 81, Ley 42 de 1993). En efecto, la declaración de responsabilidad tiene
una finalidad meramente resarcitoria, pues busca obtener la indemnización por el
detrimento patrimonial ocasionado a la entidad estatal. Es, por lo tanto, una
responsabilidad independiente y autónoma, distinta de la disciplinaria o de la penal
que pueda corresponder por la comisión de los mismos hechos. En tal virtud, puede
existir una acumulación de responsabilidades, con las disciplinarias y penales, aunque
se advierte que si se percibe la indemnización de perjuicios dentro del proceso penal,
no es procedente al mismo tiempo obtener un nuevo reconocimiento de ellos a través
de dicho proceso" (Corte Constitucional. SU 620/96).

En segundo lugar, siendo claro que la definición del juicio fiscal dada por la
Contraloría, no compromete para nada los resultados del proceso penal que aquí
culmina, ha de decirse que el sentido de la decisión no obedeció a haberse acreditado
que el doctor (...) no se apropió de los recursos que le fueron entregados, o que
hubiere cumplido la misión que le fue impartida por la Mesa Directiva de la Cámara,
sino simplemente a que reintegró el valor correspondiente a los viáticos de los días no
utilizados, así como el excedente obtenido del cambio del pasaje, y al hecho de no
haber implicado erogación adicional su traslado a Miami, para aclarar, finalmente, que
"por lo tanto desde el punto de vista Fiscal no hay lugar a dejar responsabilidad en
contra del ciudadano Dr. (...), en cuanto a otras responsabilidades que hayan podido
surgir por el proceder del encausado en cuento a situaciones de tipo disciplina (sic) y
demás, serán las Autoridades Constitucionales establecidas las encargadas de
definirlas", lo cual no podía ser de otra manera en atención a lo dispuesto por el
parágrafo del artículo 81 de la Ley 42 de 1993, ya citado.

Pero, además, en total acuerdo con el criterio expuesto en la audiencia por el señor
Procurador Segundo Delegado, el aspecto negativo de la antijuridicidad del
comportamiento realizado por el procesado, no puede demostrarse a partir de
sostener que éste hizo reintegro de los fondos indebidamente apropiados y que en tal
medida no hubo lesión al bien jurídico que la norma tutela, pues a esta conducta
resarcitoria, total o parcial, el ordenamiento solamente atribuye consecuencias
punitivas, sin que ello llegue a implicar ni la desaparición del hecho, ni de la pena que
corresponde aplicar, solo que de manera atenuada.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Unica Instancia
FECHA : 12/06/2000
DECISION : Condena, impone multa, condena en perjuicios,
concede ejecución condicional
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Santafé de Bogotá
DELITOS : Peculado por apropiación
PROCESO : 9976
PUBLICADA : Si
Salvamento Parcial de Voto ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

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CASACION-Interés: Pretensión más gravosa al recurrente/ NULIDAD-No es


mecanismo para subsanar la aprehensión ilegal

1. Siendo que esta censura principal la postula la demandante al amparo de la causal


tercera de casación, por considerar que los funcionarios que instruyeron y juzgaron
este asunto carecían de competencia porque desde el inicio de la investigación era
posible advertir que el homicidio se cometió en razón a la calidad de miembro de la
Policía Nacional que tenía la víctima y con finalidad terrorista, lo cual, de suyo implica
tener en cuenta una circunstancia específica de agravación respecto de este punible,
diversa a las imputadas en el pliego acusatorio, pues solo a partir de tal precisión
jurídica sería por lo menos teóricamente viable la tesis de la defensora de (...),
imperioso resulta ab initio anunciar la falta de interés que tiene para una tal alegación.

Lo anterior, por cuanto, una pretensión de tal naturaleza, y con mayor razón si
proviene de la defensa, no entraña nada distinto a un desconocimiento de los intereses
de quien defiende, pues con dicha tesis lo que a la postre se pretende, no es remediar
agravio alguno inferido a este sujeto en particular en la sentencia, sino agravar la
situación del procesado por parte de quien tiene a su cargo procurar hacer menos
drásticas las consecuencias del proceso penal y de la sentencia dictada en su contra,
así sea que con un tal proceder busque indirectamente la liberación del incriminado,
por cuanto ello también, en el fondo, no es más que una aspiración sofística, si se
tiene en cuenta que en el evento hipotético de que se decretase la mencionada
nulidad, una vez rituado de nuevo el proceso y calificado con la circunstancia
agravatoria aludida, se impondría por ende, una sentencia de mayor intensidad
punitiva, pues lo único que se cuestiona es la competencia.

En este sentido, huelga recordarlo, ya se pronunció la Sala con ponencia de quien aquí
cumple la misma tarea, en un caso idéntico al que comprende el objeto de esta
censura, así:

"2. Ciertamente, es el interés para recurrir lo que legitima el derecho a la


impugnación, pues los recursos no pueden concebirse jurídicamente sino como un
medio a través del cual se persigue la reparación de un agravio o perjuicio causado
con la decisión judicial que se repudia, constituyendo imprescindible supuesto para su
ejercicio, conforme lo regula la Ley Procesal Penal, trátese de recursos ordinarios o del
extraordinario de casación, pues si bien es cierto que el artículo 196 de este Estatuto
sólo lo exige literalmente para los primeros, ello no significa que no sea predicable
para la casación, no solo porque conceptualmente en el ámbito de la Teoría del
Proceso no puede concebirse un recurso en sentido diverso, sino porque nítidamente
se infiere su imperativo de los fines que le determina este Código en su artículo 219.

"3. Esta exigencia, desde luego, no corresponde a un mero ejercicio intelectual de lo


jurídico o a una ritualidad normativa desprendida de contenido y finalidad, pues,
siendo un medio procesal que posibilita la revisión judicial para que el mismo
funcionario que profirió la decisión, por medio de la cual, presuntamente se ocasionó
ilegalmente un agravio o perjuicio a una de las partes, lo subsane, o mediante el
recurso de apelación, que lo haga su inmediato superior funcional o quien la misma ley
determine, su naturaleza defensiva le es connatural y como tal se sustenta y contiene
como legitimante del Estado de Derecho respetuoso de la dignidad y libertad del ser
humano, que garantiza la interpretación y consiguiente aplicación de la ley, los medios
para su ejecución y las decisiones intermedias y finales que se ven así amparadas en
un debido proceso respetuoso de los derechos individuales y colectivos de una
sociedad que se sabe protegida por la seguridad jurídica que emana de esta clase de
decisiones.

"4. Incrustado, entonces, el derecho a la impugnación de las decisiones judiciales en


un Estado fundamentado en el respeto a los derechos de la dignidad y la libertad de
las personas, riñe con su naturaleza, filosófica, contenidos políticos, político criminales
y jurídicos, el ejercicio de los medios defensivos legales que en cumplimiento de los
límites formales y materiales que lo caracterizan, se emplee no para que los derechos

181
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

de los sujetos procesales resulten lo menos afectados posible, sino para que sean
mayormente afectados, esto es, para que la situación jurídica del impugnante se
agrave, pues si bien los recursos constituyen un derecho, es el propio Estado el que
presumiendo la legalidad y el acierto de las decisiones judiciales, sólo posibilita su
ejercicio en beneficio del recurrente, reservándose por razones de orden público otro
mecanismo judicial como el de la consulta para los casos expresamente consagrados
en la ley, en virtud de la cual por encima de los derechos individuales de cada uno de
los sujetos procesales, aún desmejorando las situaciones declaradas judicialmente en
su favor, hace primar la legalidad, llegando hasta declarar la nulidad de lo actuado
cuando no existiendo otro mecanismo que la evite, se impone para garantizar los
derechos constitucionalmente reconocidos para el juzgamiento penal.

"5. Así, y si bien es cierto que la defensa técnica cumple en relación con la
administración de justicia, un papel de colaboración sobre el descubrimiento de la
verdad real y el respecto de garantías que puedan abarcar los derechos de los demás
sujetos procesales, lo cual implica atribuirle un deber de interés general, lo es
igualmente, que frente a su defendido, la actividad profesional debe estar encaminada
al empleo de todos los medios legal y jurídicamente permitidos para beneficiar la
situación procesal de aquél, lo cual le impide sacrificar los derechos de su procurado so
pretexto de sacar avante aquellos que teóricamente puedan incidir en el carácter
público del juzgamiento, pero que en su particular situación no lo han afectado, lo que
si se haría al provocar su corrección para hacerla más gravosa.

"6. Esto es lo que sucede en el presente caso, pues pretextando la legalidad del
proceso por considerar que los funcionarios que lo instruyeron y fallaron no son los
competentes, aspira el defensor a que se le impute a su procurado una circunstancia
específica de agravación punitiva que no fue objeto de la acusación proferida por la
Fiscalía, echando por la borda los intereses que defiende, pues olvida que al entrar en
vigencia la Ley 40 de 1.993, aquellas circunstancias que hacían independientes los
tipos de homicidio previstos en el artículo 323 del Código Penal, 29 del Decreto 180 de
1.988 y 8° del Decreto 2.790 de 1.990 (modificado por el 099 de 1.991), se
conjugaron conformando, todas ellas, el agravante previsto en el numeral 8° del
artículo 324, lo que significa que la competencia está condicionada a que el delito
contra la vida esté o no calificado dentro de tales preceptos, tornándose en evidente,
por parte del defensor, la falta de interés para recurrir en los términos en que lo
hace". (sentencia de casación, abril 20 de 1.999, Rad. 10.391).

2. Ahora bien, en lo que tiene que ver con el segundo argumento que expone la
casacionista como motivo de nulidad y que al parecer integra la demostración de esta
misma censura, esto es, la ilegalidad en que dice, se llevó a cabo la captura de los
procesados, aspecto frente al cual la Procuraduría Delegada solicita la expedición de
copias contra los miembros de la SIJIN que intervinieron en ella, es del caso señalar
en primer lugar, que un tal planteamiento como pretensión casacional resulta inane,
pues múltiple y variada ha sido la jurisprudencia de esta Sala sobre este tema, en el
sentido de que un tal proceder por parte de las autoridades policivas no tiene la
capacidad de viciar toda la actuación judicial posterior cuando ésta se ha ceñido a los
ritos legales, máxime cuando es en la propia constitución y la normatividad
procedimental en donde se prevé la acción pública de habeas corpus como el
mecanismo adecuado para la tutela de la libertad individual en estos específicos casos,
sin perjuicio de responsabilidad penal o disciplinaria que se pueda generar para
quienes lleven a cabo tal proceder.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 14/06/2000
DECISION : No casa, expide copias a justicia Militar para
investigación de conducta
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : JIMENEZ NARANJO, JOSE GEOVANNY
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio agravado
PROCESO : 14267
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

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EMPLAZAMIENTO-Edicto: Error en la adecuación típica/ COMPETENCIA A


PREVENCION/ CONSONANCIA ENTRE LA ACUSACION Y LA SENTENCIA-
No se rompe si se varia en sentido favorable la situación del procesado,
siempre que no se modifique la denominación jurídica del punible/
CONSONANCIA ENTRE LA ACUSACION Y LA SENTENCIA-No se rompe
cuando se condena como determinador al acusado como autor

1. El edicto emplazatorio tiene por finalidad dar a conocer al imputado que en su


contra se adelanta una investigación penal, para que comparezca a responder de las
incriminaciones que se le hacen, haga valer sus derechos, ejerza la defensa material y
participe en una actuación judicial que puede afectarle.

La adecuación típica realizada en los inicios de una investigación no es vinculante,


pues no raras veces no se ha logrado establecer con precisión la ubicación jurídica del
comportamiento y sólo a medida que se desarrolla la instrucción, se obtiene tal
cometido.

Es la subsunción que se efectúe en la resolución de acusación la que rige el


juzgamiento, mientras la manifestada antes apenas constituye una aproximación, que
no afecta el desenvolvimiento posterior, como bien señaló el Procurador Delegado,
quien también indicó que según los principios de instrumentalidad de las formas y de
trascendencia que orientan la declararatoria de nulidad y la convalidación de
anomalías, consagrados en los ordinales primero y segundo del artículo 308 del Código
de Procedimiento Penal, no hay lugar a la invalidez de un acto cuando cumpla la
finalidad para la cual estaba destinado, siempre que no viole el derecho de defensa y
no se afecten las bases fundamentales de la instrucción o el juzgamiento.

Aunque el Juzgado Sexto de Instrucción Criminal de Facatativá citó y emplazó a (...)


para que compareciera a rendir indagatoria por el "delito de falsedad en documentos
privados", esta equivocación en la adecuación típica no es trascendente ni socava la
estructura básica del proceso. Se trata de un error que no tiene la connotación que le
da el censor.

El edicto era un paso previo para la declaratoria de persona ausente, de acuerdo con lo
previsto en el artículo 378 del decreto 050 de 1987, entonces vigente; la orden de
captura librada no había arrojado resultado positivo, al hallarse la denunciada fuera
del país, donde supo que se le adelantaba una acción penal y así confirió, desde Los
Angeles, Estados Unidos de América, poder a un abogado de su confianza para que la
defendiera.

Es decir, no obstante el yerro anotado, se verificó el enteramiento y la emplazada


contó con la oportunidad de saber sobre las inculpaciones que se le hacían y de
comparecer a ejercer la defensa material, pero prefirió no hacerlo y apoyarse
plenamente en su defensor técnico./

2. En el caso examinado, no se estableció el lugar donde fueron creados los


certificados espurios, por lo cual en las instancias, para solucionar el asunto, se acudió
a la competencia a prevención.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Cuando el hecho punible se haya realizado en varios sitios, en lugar incierto o en el


exterior, debe conocer el funcionario judicial, competente por la naturaleza del hecho,
del territorio en el cual se haya formulado primero la denuncia o donde primero se
hubiere proferido resolución de apertura de la instrucción./

3. El censor estima que no hay congruencia entre la resolución de acusación y el fallo,


porque su asistida fue acusada como autora de falsedad y uso de documento público,
en concurso, pero fue condenada como determinadora de falsedad en documento
público agravada por el uso.

Debe tenerse en cuenta que no se requiere una total identidad o armonía perfecta
entre la acusación y la sentencia; lo constituido es una garantía de que el proceso
gravite en torno a un eje conceptual, fáctico y jurídico, circunscrito a unos límites
dentro de los que puede desenvolverse, lo cual le permite al juez cambiar el delito en
cuanto a su especie, pero no en lo referente al género, y puede realizar los ajustes
necesarios dentro del mismo capítulo, siempre que no desborde el marco fáctico
señalado en la providencia calificatoria ni agrave la situación del sindicado.

Así, el juzgador no viola dicha garantía al sentenciar como cómplice al acusado de


autoría, o al llamado por un hecho punible consumado condenarlo por tentativa, o por
un delito complejo a quien se le hubiere endilgado un concurso.

La falsificación en todo o en parte de un documento público es delito, ya sea falsedad


material o ideológica. También es conducta ilícita el uso que se haga de un documento
falso; pero si quien lo falsifica es el mismo que lo usa, la legislación colombiana integra
en un solo tipo penal los dos comportamientos, con innegable beneficio punitivo para
el procesado.

Aunque la Fiscalía imputó falsedad material en documento público en concurso con el


uso, el juzgador condenó a la sindicada por falsedad de particular en documento
público, agravada por el uso. El fallador respetó la imputación y sólo se movió dentro
del marco jurídico que le permitía efectuar los ajustes respectivos, no salió del capítulo
e inclusive se mantuvo dentro del mismo artículo indicado en la providencia
calificatoria. Simplemente aplicó los dos preceptos que regulan el asunto en la forma
armónica en ellos dispuesta y de conformidad con la realidad fáctica, al considerar que
la sindicada no era ajena a la falsificación en sí misma, pues como interesada directa
fue quien determinó a efectuarla.

Relegando la posición incoherente del acusador, que hacía concurrir dos tipos básicos,
en su lugar se profirió condena por un sólo delito agravado, al adecuarse la conducta
en el mismo tipo básico y otro subordinado, lo cual favoreció a la enjuiciada.

El artículo 23 del Código Penal le da igual tratamiento al autor y a quien determine a


otro a realizar el delito, lo cual significa que el precepto le extiende la consecuencia
aplicable a aquél, en cuya actuación haya podido incidir de manera efectiva, por medio
de remuneración, promesa, consejo, amenaza o cualquier otra forma que haga nacer
en el autor la decisión de ejecutar el ilícito.

Algo semejante a lo relacionado con el desplazamiento que hizo el juzgador dentro del
mismo artículo, aconteció con haberse acusado a la procesada como autora del delito
en mención y condenada como determinadora, pues con ello no se hizo más gravosa
su situación, según se acaba de anotar, al darle la ley penal el mismo tratamiento
punitivo al autor material que a la persona que determina a otro a realizar el delito.

A pesar de las variantes seguidas por el juzgador, no se rompió la consonancia entre la


resolución de acusación y el fallo, por lo cual se concluye que este cargo tampoco está
llamado a prosperar.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 15/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cundinamarca
PROCESADO : ESPINOSA TORRES, MARIA NELLY
DELITOS : Falsedad material de particular en doc. púb.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

PROCESO : 12372
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Causal primera

Cuando se acude a la causal 1ª de casación, en cuya formulación técnica no introdujo


ningún cambio la ley 553 de 2000, se le exige al censor, en primer lugar, señalar si el
ataque es por violación directa o indirecta de la ley sustancial. Y según sea la forma
de violación que alegue, su demostración debe responder a unos condicionamientos
lógicos, a los cuales reiteradamente se ha referido la Sala. Si es directa el censor no
puede, a riesgo de que le sea rechazada la demanda, discutir la validez de las pruebas,
la valoración que de las mismas hizo el juzgador, ni los hechos declarados probados
con sustento en dicha valoración. La discusión la debe plantear exclusivamente, por lo
tanto, no en los supuestos de hecho de la sentencia, que, se repite, debe aceptar, sino
en sus consecuencias jurídicas, debiendo en todo caso demostrar, según sea su
orientación, por qué la norma o normas aplicadas al caso fueron objeto de aplicación
indebida o de interpretación errónea.

En la violación indirecta de la ley sustancial, por el contrario, la prueba (bien por


motivos de validez o de valoración) es la causa del quebrantamiento legal, el cual
puede tener ocurrencia por errores atribuibles al juzgador, bien de hecho o de
derecho. Los primeros tienen que ver con la materialidad misma del medio de
convicción y se presentan cuando se invoca una prueba que no existe en el proceso o
se deja de considerar una que existe (falso juicio de existencia), o cuando se
tergiversa su contenido haciéndole decir lo que no dice (falso juicio de identidad), o
cuando la apreciación probatoria se hizo con desconocimiento evidente de las leyes de
la ciencia, los principios de lógica o las reglas de la experiencia, es decir sin sujeción al
sistema de persuasión racional o sana crítica.

Los errores de derecho, de otra parte, tienen ocurrencia cuando se aprecia una prueba
aportada al proceso con violación del principio de oportunidad o sin las formalidades
legales (falso juicio de legalidad), es decir una prueba inválida o nula de pleno derecho
en términos del artículo 29 de la Constitución Nacional; o cuando la ley le ha prefijado
un valor o tarifa al medio y el fallador lo desconoce (falso juicio de convicción).

Ahora bien, indicada la clase de error, adicionalmente debe el casacionista demostrar


su trascendencia, es decir cómo de no haber tenido ocurrencia otra hubiera sido la
orientación del fallo, para lo cual necesariamente tiene que enfrentar los términos
lógicos sobre los cuales se encuentra construido.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
FECHA : 15/06/2000
DECISION : Inadmite la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : CALLE VERA, ANTONIO JOSE
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 14795
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

ACCION DE REVISION-Causal Tercera-Hecho nuevo-Prueba nueva

En punto de la causal invocada, esto es el numeral 3° del artículo 232 del Código de
Procedimiento Penal, para que el líbelo pueda ser admitido, el demandante debe
estructurar un discurso jurídico completo, tendiente a demostrar, con apoyo en los
anexos pertinentes, que con posterioridad a la sentencia condenatoria aparecieron
hechos nuevos o surgieron nuevas pruebas, no conocidas al tiempo de los debates, de
manera que se genere un grado significativo de persuasión en el sentido de que el
condenado puede ser inocente o que pudo haber actuado en condiciones de
inimputabilidad, independientemente de la decisión que hubiere de adoptarse en la
sentencia que decida la acción de revisión.

Implica como mínimo identificar, explicar y aportar, si fuere el caso, los hechos y
pruebas nuevas, elaborando con base en ellos proposiciones jurídicas tendientes a
establecer que, de haberse valorado al tiempo del proceso, gracias a la trascendencia
de las mismas, se hubiera concluido que el enjuiciado es inocente, o que era
inimputable.

Se trata, pues, de remover la autoridad de la cosa juzgada buscando evitar la


persistencia de una sentencia que ahora se revela materialmente injusta, ante el
advenimiento de hechos o pruebas nuevas con entidad suficiente para tornar la
condena en absolución por inocencia del procesado, o permitir la modificación de las
decisiones tomadas para adaptarlas a quien ha debido procesarse como inimputable.

Se trata, pues, de remover la autoridad de la cosa juzgada buscando evitar la


persistencia de una sentencia que ahora se revela materialmente injusta, ante el
advenimiento de hechos o pruebas nuevas con entidad suficiente para tornar la
condena en absolución por inocencia del procesado, o permitir la modificación de las
decisiones tomadas para adaptarlas a quien ha debido procesarse como inimputable.

Sin embargo, no toda circunstancia relacionada con los sucesos, ignorada antes de
proferirse la sentencia condenatoria, puede catalogarse como hecho nuevo, ni todo
aspecto probatorio no advertido a tiempo se aviene con la noción de prueba nueva, en
los términos del numeral 3° del artículo 232 del Código de Procedimiento Penal.

La Sala, en su jurisprudencia, ha insistido en los elementos que deben concurrir para


la correcta comprensión de estos conceptos. A la sazón en sentencia del 18 de febrero
de 1998, con ponencia del Honorable Magistrado, Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA
ESCOBAR, se expresó:

El hecho nuevo, como lo ha sostenido la Sala de manera reiterada, "…es aquel


acaecimiento fáctico vinculado al delito que fue objeto de la investigación procesal,
pero que no se conoció en ninguna de las etapas de la actuación judicial de manera
que no pudo ser controvertido; no se trata, pues, de algo que haya ocurrido después
de la sentencia, pero ni siquiera con posterioridad al delito que se le imputó al
procesado y por el cual se le condenó, sino de suceso ligado al hecho punible materia
de la investigación del que, sin embargo, no tuvo conocimiento el juzgador en el
desarrollo del itinerario procesal porque no penetró al expediente.

"Prueba nueva es, en cambio, aquel mecanismo probatorio (documental, pericial,


testimonial) que por cualquier causa no se incorporó al proceso, pero cuyo aporte ex
novo tiene tal valor que podría modificar sustancialmente el juicio positivo de
responsabilidad penal que se concretó en la condena del procesado. Dicha prueba
puede versar sobre evento hasta entonces desconocido (se demuestra que fue otro el
autor del delito) o sobre hecho conocido ya en el proceso (muerte de la víctima,
cuando la prueba ex novo demuestra que el agente actuó en legítima defensa), por
manera que puede haber prueba nueva sobre hecho nuevo o respecto de variantes
sustanciales de un hecho procesalmente conocido que conduzca a la inocencia o
irresponsabilidad del procesado.

"No se dará, desde luego, esta causal de revisión, cuando el demandante se limita a
enfocar de otra manera hechos ya debatidos en el juicio o pruebas ya aportadas y
examinadas en su oportunidad por el juzgador, pues en tales casos lo nuevo no es ni
el hecho naturalísticamente considerado, ni la prueba en su estructura jurídica, sino tal
vez el criterio con que ahora los examina el demandante, y no es eso lo que la ley ha
elevado a la categoría excepcional de causal de revisión".*

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

_____
* Sent. de Dic. 1º de 1983. M.P. Dr. Alfonso Reyes Echandía. Reiterada, entre otras,
en sentencias de abril 22 y 24 de 1997. M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll. Y
sentencia de abril 29 del mismo año. M.P. Dr. Ricardo Calvete Rangel.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Acción de Revisión
FECHA : 15/06/2000
DECISION : Inadmite demanda de revisión
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : PEREZ CIFUENTES, JOSE FRANCISCO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Homicidio agravado
PROCESO : 15573
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Causal tercera: Exigencias técnicas/ APERTURA


DE INVESTIGACION-Individualización del imputado/ CASACION-Vicio
originado en la aducción de un medio de prueba: Falso juicio de legalidad/
PRUEBA-Reserva transitoria para el procesado en justicia regional/ DEFENSA
TECNICA-Carencia momentánea que no afecta garantías/ DEFENSA
TECNICA-Corrección de omisiones/ DEFENSOR-La designación para la
indagatoria se entiende para todo el proceso/ DEFENSA TECNICA-Actuación
pasiva del profesional

1. En tratándose de la causal tercera de casación, la jurisprudencia de la Corte tiene


precisado que corresponde al actor concretar la clase de nulidad que invoca, señalar
sus fundamentos, las normas que estime infringidas y precisar de qué manera la
irregularidad procesal denunciada repercutió definitivamente afectando el trámite
surtido que culminó con la sentencia impugnada, pues no se trata de hacer evidente
cualquier irregularidad sin trascendencia, sino sólo de aquellas que inexorablemente
conducen a su invalidación.

Si lo aducido es la violación del debido proceso, se debe comprobar la existencia de


irregularidad sustancial que afecte la estructura del sistema que lo inspira. Por
ejemplo; falta de apertura de investigación, no vinculación del procesado, no definición
de la situación jurídica o ausencia de la decisión de cierre de la investigación;
desconocimiento de la etapa de investigación y/o de juzgamiento; dentro del juicio:
de la fase probatoria y/o de debate oral; de formulación de cargos o sentencia, o la
posibilidad de recurrir en segunda instancia.

Y si lo alegado es la violación del derecho de defensa, en la demanda se debe


especificar la actuación que lesionó dicha garantía y su concreta incidencia en el fallo
impugnado

187
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

En todo caso, cada uno de los cargos debe contener una petición acorde con la
naturaleza de la nulidad invocada, indicando el momento a partir del cual la
invalidación debe decretarse y el señalamiento del funcionario al cual habría de
remitirse el proceso para la reposición de lo actuado.

2. Una de las finalidades establecidas para la etapa de investigación previa (arts. 319
y ss. C. de P.P.) es determinar la procedencia del ejercicio de la acción penal estatal y
"practicar y recaudar las pruebas indispensables con relación a la identidad o
individualización de los autores o partícipes del hecho", ya que "cuando no existe
persona determinada continuará la investigación previa, hasta que se obtenga dicha
identidad". Esta preceptiva indica, en principio, que solamente una vez establecido
dicho aspecto procede la apertura formal de la instrucción. No obstante, ello ha de
merecer análisis de acuerdo al sistema en que tales disposiciones se integran, dado
que si la apertura de la investigación también tiene aparejada como una de sus
finalidades establecer "quién o quienes son los autores o partícipes del hecho" (art.
334 ejusdem), es de entenderse que dado el carácter unitario del proceso, en los
casos de ser varios los imputados la investigación no se inicia solamente en relación
con los individualizados o identificados, ni continúa la actuación en etapa preliminar
respecto de los restantes.

Debido precisamente a esto, como formas de individualización del imputado, la ley


procesal condiciona la realización de la diligencia de reconocimiento en fila de personas
o fotográfico, a la necesidad de llevarla a cabo, en valoración que ha de hacer el
funcionario judicial atendiendo las circunstancias específicas de la actuación, que es
precisamente lo denotado por los artículos 367 y 369 del estatuto procesal a través de
las alocuciones "cuando ello sea necesario" y "cuando fuere el caso", respectivamente,
con lo cual se libera al criterio del investigador la decisión de su práctica, según la
cantidad y calidad de información que el proceso suministre.

Si a lo anterior se agrega que de conformidad con el artículo 352 ejusdem, la


vinculación mediante indagatoria procede respecto de quien "en virtud de
antecedentes y circunstancias consignadas en la actuación" sea considerado por el
funcionario autor o partícipe de la infracción a su conocimiento, se ratifica la
discrecionalidad que la legislación otorga a fiscales y jueces en la función de
ordenación probatoria e impulso procesal, para valorar racionalmente la pertinencia
de llevar a cabo una u otra diligencia.

Conforme a lo dicho, la Sala observa que en este caso no se configura el vicio que el
casacionista denuncia como atentado al debido proceso, pues si bien es cierto para el
momento de la apertura de la investigación no habían sido identificados los imputados,
dado que para entonces no se conocían procesalmente los nombres o documentos de
identificación de los autores o partícipes del hecho materia de averiguación, ello en
manera alguna constituye irregularidad con entidad de incidir negativamente en la
validez de la actuación, de una parte, porque la ley no exige perentoriamente como
presupuesto de la apertura de investigación la necesidad de "identificar" plenamente al
imputado, sino solo su individualización cuando aquella no se logre o no sea posible
establecerla acorde con la información con que se dispone en el proceso, y, de otra,
por cuanto, en este caso, atendiendo las circunstancias en que se produjeron las
muertes de la señora (...) y su hijo, de las cuales se sindicó a un grupo perfectamente
delimitado de personas, por el conocimiento de sus actividades, el sector en donde se
llevaban a cabo y la manera grupal de cumplirlas que tenían algunos testigos de los
hechos, éstos solo estaban en condiciones de mencionar los alias con los que se
individualizan internamente los integrantes de la organización responsable de los
crímenes.
.....
Exigir, como se pretende en la demanda, que solo puede declararse la apertura de
investigación cuando se tengan datos concretos sobre la plena identidad de los autores
o partícipes de una conducta delictiva, a más de no corresponder a ninguna norma que
así lo establezca como para suponer su transgresión, con lo cual la censura carece de
fundamento jurídico, constituye apenas una condición ideal que por lo mismo solo en
algunos eventos logra configuración procesal, pues tales presupuestos sólo tendrían un
ámbito de validez restringido en el mundo real en el que operan algunas
manifestaciones de criminalidad, de manera tal que su cumplimiento riguroso, en los
términos que se postulan por el casacionista, no conduciría a otra cosa que a la
impunidad generalizada, pues es bien sabido que el riesgo de desaparición de la

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

evidencia incriminatoria, aumenta en relación directa al tiempo que corra desde


ocurrencia del hecho./

3. La alegación relacionada con la violación del derecho de defensa por haberse llevado
a cabo diligencia de reconocimiento en fila de personas sin la presencia de un
abogado, no obstante el respetable criterio de la Delegada, en opinión de la Sala tal
censura ha debido postularse al amparo de la causal primera, cuerpo segundo, por
error de derecho por falso juicio de legalidad, dado que de llegar a demostrarse su
configuración en el proceso, la solución para esos casos no consiste en la anulación de
lo actuado como se pregona, sino en la exclusión de la prueba al momento de fallar,
oportunidad en la que se establece el cumplimiento de las formalidades previstas para
la aducción del medio en relación con el que se predica el yerro, respecto de lo cual
suficiente y difundida ha sido la jurisprudencia de esta Corte.

Esto por cuanto al hacer depender la validez del proceso de presuntas irritualidades
cometidas en el proceso de formación probatoria, resultan confundidas las formas
propias del juicio alegables con apoyo en la causal tercera, con los errores que dicen
relación a los grados probatorios, denunciables al amparo de la causal primera por
violación indirecta de la ley sustancial, pues de acreditarse desacierto alguno en la
práctica de una prueba distinta de la indagatoria, no tendría sentido que la Corte
decretara la nulidad con fundamento en dicha diligencia por no estar vinculada la
prueba en relación causativa con los restantes actos procesales no afectados de
ilegalidad, ya que en las circunstancias vistas estaría en facultad de proferir el fallo de
reemplazo omitiendo considerar la prueba o pruebas respecto de las cuales se
presenta el vicio, todo lo cual patentiza la equivocación en que a este respecto se
incurre por el censor.

La denuncia en casación de errores probatorios propios de los denominados por la


doctrina vicios in iudicando, por desconocimiento de las formalidades establecidas en
la ley de rito para su aducción al proceso, no solo implicaba para el impugnante
reconocer la validez del juicio, sino, además, cumplir con la carga de demostrar la
trascendencia, debiendo indicar cómo de corregirse el desacierto, dejándose de
apreciar el medio o medios sobre los que recaería el yerro, los demás válidamente
recaudados -cuya ponderación por el juzgador no cuestiona el casacionista-, darían
lugar a variar sustancialmente la declaración de justicia contenida en la parte
resolutiva del fallo objeto de impugnación, nada de lo cual es ensayado siquiera por el
actor en este caso./

4. El actor también postula como motivo de anulación de lo actuado el hecho de


haberse dispuesto por la Fiscalía Regional el ocultamiento de la declaración de (...) y la
diligencia de reconocimiento en fila de personas en que éste intervino, aludiendo al
respecto que tal proceder es contrario a las previsiones del artículo 29 de la Carta
Política.

A ello responde la Corte que ninguna mácula se generó en el proceso por dicha
actuación dado que ella se encontraba autorizada por lo dispuesto en el artículo 37 del
Decreto 2790 de 1990, incorporado al ordenamiento como legislación permanente por
el Decreto 2271 de 1991.

El artículo 37 del D. L. 2790 de 1990, modificado por el D. L. 99 de 1991, y adoptado


como Legislación permanente por el artículo 4º del Decreto Extraordinario 2271 de
1991, establece que durante la etapa de instrucción, para la persona vinculada
mediante indagatoria, el defensor y los auxiliares de la justicia, "el Juez podrá disponer
la reserva de las decisiones o de alguna prueba concreta hasta el auto de cierre de la
investigación, cuando considere que dicha medida es necesaria para garantizar el éxito
de ésta o la seguridad de los participantes en el proceso".

En sentencia C-093 del 27 de febrero de 1993, al declarar la exequibilidad del precepto


en mención, dijo la Corte Constitucional:

"Sobre la parte acusada del artículo 37 que establece la posibilidad de la reserva de la


prueba para la persona vinculada mediante indagatoria, para el defensor y para los
auxiliares de la justicia, esta Corporación no encuentra reparo alguno puesto que se
trata de la institución de la reserva de la prueba y del expediente, que encuentran
fundamento constitucional en la necesidad de amparar la protección de las víctimas,
los testigos e intervinientes en el proceso de conformidad con el numeral 4º del

189
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

artículo 250 de la Carta. Obsérvese que esta disposición no se establece para ninguna
de las autoridades responsables de la Fiscalía General de la Nación".

"También este predicado se extiende a las partes acusadas de los inicios 4º y 5º de


este artículo que de un lado contraen la facultad de expedir copias en estas
actuaciones a ciertas diligencias trascendentales en el proceso, y de otro establecen
como causal de mala conducta la transgresión de la prohibición anterior. Insiste la
Corte en que se trata de unas medidas de carácter especial enderezadas a la
mencionada protección que tiene pleno fundamento constitucional; además dicha
reserva será ordenada por el Fiscal o por el Juez Regional como funcionarios de la
Rama Judicial".

Resolviendo entonces "declarar exequibles los artículos Tercero, Cuarto, Quinto y


Sexto del Decreto 2271 de 1991 que incorporan como legislación permanente
disposiciones de los decretos legislativo 2790 de 1990, 099 de 1991, 390 de 1991 y
1676 de 1991; en las partes demandadas y en la forma como aparecen transcritos en
el apartado II de esta sentencia y bajo las consideraciones en ella contenidas".

Por esta razón, al haber actuado la Fiscalía Regional conforme a la normatividad que le
autorizaba ocultar transitoriamente algunas de las pruebas recaudadas, como así
procedió en las relacionadas con el testimonio de Antonio Moreno y la diligencia de
reconocimiento en fila de personas, ningún menoscabo pudo haberse generado al
derecho de defensa como contrariamente se alude en la demanda, máxime si con
ocasión de la declaratoria de nulidad a partir del acto de cierre de la investigación
proferido por la Fiscalía Regional, se posibilitó el conocimiento del contenido de estos
medios de convicción, y por tanto la controversia al haberse dispuesto su publicidad
mediante la incorporación al proceso, con lo cual, como atinadamente es conceptuado
por la Delegada, el reparo propuesto se halla ausente de asidero./

5. La Corte, por el contrario, tiene establecido que el derecho de defensa técnica


"implica que el inculpado cuente con asistencia profesional durante todo el trámite
procesal, ya que sin posibilidades de contradicción no es posible concebir legítimo hoy
día el proceso, pero ello no significa que si ha dejado de tenerla en un determinado
momento, la actuación así cumplida, o la subsiguiente, advengan por ese solo motivo
ineficaces, pues en virtud del principio de trascendencia que orienta la declaratoria de
las nulidades, solo si la anomalía afecta realmente las garantías de los sujetos
procesales, o desconoce las bases fundamentales de la instrucción o el juzgamiento,
resulta inevitable su declaración".

"También se ha sostenido que si la irregularidad es oportunamente corregida, de


suerte que el profesional designado pueda ejercer adecuadamente los actos defensivos
que pudo haber realizado durante el tiempo que el procesado careció de defensa
técnica, debe entenderse que el derecho no ha sido conculcado, puesto que ningún
sentido tendría invalidar el proceso para que la defensa vuelva a tener la oportunidad
que ya tuvo (Cfr. Casación de 27 de mayo de 1999, M.P. Dr. Ricardo Calvete Rangel.
Casación junio 15 de 1999, M.P. Dr. Arboleda Ripoll), situación que es la que se
presenta, justamente, en relación con el procesado…. De allí que respecto de él, la
Sala no encuentre motivo para declarar la nulidad demandada" (Sentencia Casación
agosto 11/99 M.P. Dr. Arboleda Ripoll).

De la reseña que se hizo de la actuación procesal, se tiene que los procesados (...) y
(...) fueron indagados el 15 de octubre de 1993, y que para dichas diligencias, ante la
manifestación de no contar con profesional del derecho que los asistiera, se les
proveyó de defensor de oficio recayendo la designación en los abogados en ejercicio
doctores (...) y (...), respectivamente.

Y si bien es cierto que en las actas de las mencionadas diligencias se dejó constancia
expresa en el sentido de que los defensores designados de oficio actuarían
únicamente en ellas, esta manifestación es inútil y carece de potencialidad para
modificar el alcance del artículo 147 del Código de Procedimiento Penal en cuanto
establece la obligatoriedad de aceptar y desempeñar el cargo de defensor cuando éste
ha sido designado de oficio, y el contenido del artículo 139 ejusdem relativo a la
vigencia del nombramiento desde la indagatoria, que "se entenderá hasta la
finalización del proceso", lo que indica de manera nítida la ausencia de sustento
normativo de la afirmación hecha por el actor en el sentido que a partir de la
vinculación jurídica de sus asistidos estuvieron desprovistos de defensa técnica.

190
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

...
Es de recordarse lo establecido por la Sala en torno al punto, en el sentido de que "la
actitud pasiva del defensor no es en sí misma indicativa de ninguna irregularidad, pues
como lo ha reiterado la jurisprudencia, hay casos, y este podía ser uno de ellos, en
donde la mejor defensa es dejar que el Estado asuma toda la carga de la prueba ante
la evidencia de las que se pidan perjudican al acusado; o en donde no conviene
recurrir dado el acierto indiscutible o la generosidad del fallador. Esos pueden ser
también méritos de una buena defensa, y demostración de un comportamiento ético y
serio de un abogado…" (Sentencia casación de agosto 11 de 1998. M.P. Dr. RICARDO
CALVETE RANGEL. Rad. 13029).

Debido a esto, la Sala no encuentra motivo legal que autorice declarar la nulidad
demandada, pues como se deja visto, de una parte, la pregonada ausencia de defensa
durante parte de la instrucción fue oportunamente corregida, y, de otra, el posterior
defensor designado de oficio, estuvo al tanto del proceso y esperó el momento que
consideró oportuno para alegar activamente en pro de sus asistidos, lo que descarta
que su silencio hubiere sido el resultado del abandono absoluto de la gestión
encomendada.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 16/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : RESTREPO FLOREZ, CLIMACO ANTONIO
PROCESADO : CRUZ ZAPATA, OSCAR DARIO
DELITOS : Homicidio agravado, Concierto para delinquir
PROCESO : 12231
PUBLICADA : Si

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VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Aplicación indebida

Bien se sabe que las variables de violación directa de la ley, obedecen siempre a
yerros de lógica jurídica, en cuanto a la existencia (falta de aplicación), selección
(aplicación indebida) y sentido (interpretación errónea).

Frente a la concreta acusación presentada en la demanda que ocupa la atención de la


Corte, ha de reiterarse que la violación directa de la ley sustancial "por aplicación
indebida", desde luego implica que el sentenciador erró en la selección de la preceptiva
aplicable al caso concreto, y por lo mismo, equivocada en forma ostensible resulta la
decisión a la que se llega.

Ahora bien, cuando la violación de la ley sustantiva lo es por "interpretación errónea",


para el caso del artículo 68 del Código Penal, tal opción en casación supone un error
en el significado de la norma, siendo ésta la llamada a regular el caso concreto, donde
el yerro se produce por haberle dado el juzgador un sentido jurídico que no tiene, o en
haberse dispensado consecuencia que no produce por serle ajenos a su contenido.

En otras palabras, "..consiste en el deficiente entendimiento de la disposición que,


aunque adecuadamente seleccionada por el juzgador, resulta desfigurada en su
sentido y alcance, haciéndole producir efectos que de ella no se derivan, o incluso que
contrarían el mandato allí contenido. La demostración de la infracción de la ley por
este motivo exige -como todas las demás causales-, el señalamiento claro y preciso de
los fundamentos fácticos y jurídicos del reproche, y la aceptación de los fundamentos
de hecho de la sentencia objeto de impugnación" (Cas. No. 10.250 - Mayo 17/2000 -
Mag. Ponente Dr. Fernando E. Arboleda).

MAGISTRADO PONENTE: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Sentencia Casación
FECHA : 16/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : VELANDIA CETINA, LUIS FRANCISCO
PROCESADO : LANCHEROS CASTAÑEDA, WILLIAM GREGORIO
PROCESADO : TRIVIÑO, MANUEL ALFONSO
PROCESADO : OLIVERA MARTINEZ, CESAR AUGUSTO
PROCESADO : LOZANO PARDO, GUSTAVO
DELITOS : Tentativa de hurto calificado y agravado
PROCESO : 15067
PUBLICADA : Si

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TRANSITO DE LEGISLACION-Trámite a la casación: Sentencia proferida


antes de la reforma introducida en la ley 553 de 2000

Antes de hacer cualquier observación sobre los aspectos formales de la demanda


instaurada, la Sala definirá cuál es la legislación aplicable al caso, en razón de que el
15 de enero del año en curso entró a regir la ley 553, por medio de la cual se reforma
el capítulo VIII del título IV del libro primero del Código de Procedimiento Penal.

Pues bien, de acuerdo con el artículo 21 de la ley 553 de 2000, ésta empezaba a regir
desde la fecha de su promulgación, hecho que se produjo por su inserción en el Diario
Oficial N° 43.855 del sábado 15 de enero.

De igual manera, el artículo 18 transitorio de la ley reformatoria dispone:

"Esta ley sólo se aplicará a los procesos en que se interponga la casación a partir de su
vigencia, salvo lo relativo a la respuesta inmediata y al desistimiento, que se aplicarán
también para los procesos que actualmente se encuentran en curso en la Sala de
Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia" (se ha destacado).

Es necesario advertir que la nueva ley sólo habla de "demanda de casación", acorde
con la idea fundamental de que si la casación procede contra sentencias ejecutoriadas
de segunda instancia, ya no es posible identificarla como "recurso extraordinario"
(arts. 1°, 5° y ss., que modificaron los artículos 218 y ss. del C. P. P.). En este caso,
el impugnante interpuso el "recurso extraordinario" el 1° de diciembre de 1999, antes
de la reforma, y la correspondiente demanda fue presentada el 14 de marzo de 2000,
ya en vigencia de la nueva ley. En razón de los distintos actos y tiempos, surge
entonces la duda sobre la legislación aplicable.

Con todo, el artículo 40 de la ley 153 de 1887 prevé:

"Las leyes concernientes a la sustanciación y ritualidad de los juicios prevalecen sobre


las anteriores desde el momento en que deban empezar a regir. Pero los términos que
hubieren empezado a correr, y las actuaciones y diligencias que ya estuvieren
iniciadas, se regirán por la ley vigente al tiempo de su iniciación" (Se ha subrayado).

Similar previsión, aunque con algunas precisiones, se hace en el artículo 699 del
Código de Procedimiento Civil, aplicable por vía de integración (C. P. P., art. 21), en
los siguientes términos:

"Vigencia. El presente Código entrará en vigencia el 1° de julio de 1971. En los


procesos iniciados antes, los términos que hubieren comenzado a correr, los incidentes
en curso y las notificaciones que se estén surtiendo, se regirán por las leyes vigentes,
cuando se interpuso el recurso, se decretaron las pruebas, empezó a correr el término,
se promovió el incidente o principió a surtirse la notificación" (el énfasis es agregado).

192
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Con la expedición de la sentencia de segundo grado por el Tribunal Superior, en


vigencia de las normas anteriores a la reforma, se iniciaba una actuación procesal que
debía continuar con su notificación; el transcurso del término de quince (15) días para
interponer el recurso extraordinario de casación (si procedía), contados a partir de la
última notificación; la concesión del recurso; el traslado a los sujetos procesales y la
decisión (C. P. P., arts. 187, 188, 223, 224 y 229).

Así entonces, bien porque se entiende que una actuación se haya iniciado con el fallo
de segunda instancia, en vigencia de las normas anteriores (como lo dice la ley 153 de
1887), ora porque el recurso se haya interpuesto también en vigor de los mismos
preceptos precedentes (como lo dice el art. 699 C. P. C.), serán tales disposiciones
derogadas las que rijan el caso.

En tal orden de ideas, le correspondía al Tribunal Superior de Barranquilla examinar la


procedencia o improcedencia del otrora denominado "recurso extraordinario de
casación", con el fin de concederlo o negarlo, conforme con el texto de los artículos
218 y 224 del Código de Procedimiento Penal, antes de la reforma.

MAGISTRADO PONENTE: : Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
FECHA : 19/06/2000
DECISION : Decreta la nulidad del auto que concedio el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Barranquilla
PROCESO : 17195
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Causal tercera: Exigencias técnicas

Como repetidamente lo ha dicho la jurisprudencia de esta Sala, por el carácter rogado


y dispositivo de la casación, ninguna de sus causales escapa al rigor de las exigencias
técnicas previstas en el artículo 225 del C. de P. Penal para una demanda en forma;
por ello, si la aducida para quebrar el fallo de segunda instancia es la tercera, compete
al actor señalar las normas que han sido transgredidas en el fallo cuya ilegalidad se
denuncia y especificar la clase de nulidad que se invoca con la indicación clara de sus
fundamentos. Es también su deber precisar la irregularidad de que se duele la
actuación, con la indicación de la forma como afecta las garantías de los sujetos
procesales o desconoce las bases fundamentales de la instrucción y el juzgamiento.

El demandante debe, así mismo, señalar desde qué momento se debe invalidar el
trámite, con la explicación de los motivos por los cuales la nulidad como último
remedio debe declararse desde esa etapa del proceso, y si se plantean varios cargos
de ese mismo jaez, es preciso indicar a la Corte un orden de prioridad en la
consideración de los motivos que enervan el procedimiento, proponiéndose siempre en
primer lugar aquél que tenga mayor alcance en la invalidación, esto es, el vicio que
hace retrotraer la actuación a un punto de menor maduración en el proceso.

Si el motivo de nulidad formulado es la violación al debido proceso, habrá de


considerarse que no cualquier irritualidad conduce a la invalidación del trámite, por lo
que resulta imperativo demostrar la existencia de una irregularidad verdaderamente
sustancial, esto es, de la especie que afecta rotundamente el recto desarrollo del
proceso desquiciando las bases mismas de la instrucción o del juzgamiento o
conculcando las garantías debidas a los sujetos procesales.

Si el vicio alegado es la violación al derecho de defensa, deberá precisarse en cuál de


sus modalidades ésta se ha resentido, si la material o la técnica, indicando siempre la
actividad o la oportunidad de defensa que se ha visto entrabada o ha sufrido
menoscabo, con el señalamiento de su desfavorable trascendencia en la parte
resolutiva del fallo.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
FECHA : 19/06/2000
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : HENAO CORTES, DORA NATALIA
DELITOS : Secuestro extorsivo agravado
PROCESO : 15052
PUBLICADA : Si

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PREVARICATO POR ACCION/ ABUSO DE AUTORIDAD/ PREVARICATO


POR ACCION-Ingrediente objetivo

1. Aunque ambos punibles, como ya se anunció, se constituyen en atentados al bien


jurídico de la Administración Pública, es palmaria la imposibilidad legal de que entre
ellos, por razón de los principios de especialidad y subsidiariedad, se presente un
fenómeno concursal, pues ninguna duda existe acerca de que la descripción señalada
en el artículo 152 del Código Penal sólo es aplicable "fuera de los casos especialmente
previstos como delito".

En dicho sentido y no habiendo variado la fórmula que en ese respecto señalara el


Código Penal de 1.936, mantiene vigencia el criterio jurisprudencial según el cual "En
el Estatuto Penal Colombiano existen normas que prevén y sancionan los hechos
ilícitos ejecutados por funcionarios públicos con abuso de su función o de su cargo. Así
por ejemplo, el Artículo 171 del Código Penal define y sanciona el llamado "Abuso de
Autoridad" que hace consistir en el actuar del funcionario o empleado público "que
fuera de los casos especialmente previstos como delitos, con ocasión de sus funciones
o excediéndose en el ejercicio de ellas, cometa o haga cometer acto arbitrario o injusto
contra una persona o contra una propiedad". Se ha dicho por la doctrina y la
jurisprudencia, que esta es una disposición de naturaleza general y complementaria
dirigida a reprimir todos aquellos abusos cometidos por funcionarios públicos contra
los derechos de otros y que no han sido contemplados en una especial disposición
legal. Que, como quiera que no todos los funcionarios públicos han sido especialmente
reprimidos a través de las normas del Código Penal, era justo y conveniente, para
evitar lagunas, que una norma general lo previera encerrando en una de carácter
general como la referida, todas las posibles contingencias de abusos innominados de
autoridad, que de todos modos ofenden el buen nombre y el prestigio de la
administración pública, colocándola por ello, en el Título correspondiente del Estatuto
Penal, que busca fundamentalmente la tutela del interés relativo a que las funciones
públicas de que están investidos los funcionarios públicos, no sean usadas por ellos
para cometer hechos ilegítimos dirigidos a causar un daño a otros." (Sentencia de abril
2 de 1.976, M.P. Jesús Bernal Pinzón).

Criterio que se reitera, ya en vigencia del Decreto Ley 100 de 1.980, al sostenerse "…
la dificultad que existe para establecer un alinderamiento preciso entre los delitos de
abuso de autoridad, prevaricato y abuso de funciones por lo que dice relación a la
índole de éstas.

"En los tres delitos el sujeto activo es un funcionario público aunque de la usurpación
puede serlo también un particular.

"En los tres el agente obra en forma funcional, vale decir por medio de actos
relacionados con una función pública, o sea que en todos ellos el agente actúa en
desempeño real o fingido de una atribución funcional y no como simple particular.

"La diferencia fundamental entre los tres delitos puede señalarse diciendo que
mientras en la usurpación el agente ejecuta un acto que está atribuido por la ley a otro

194
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

funcionario y que éste pudiera llevar a cabo lícitamente, en el abuso de autoridad y en


el prevaricato, ese acto es ilegal, no importa quien lo ejecute.

"La que existe en estos dos últimos ilícitos y la usurpación estriba en que mientras en
esta, como queda dicho se está ejerciendo una función que no le compete al agente,
en aquellos éste obra dentro de su función, pero abusando de ellas.

"Porque tanto el abuso de autoridad como el prevaricato presuponen la existencia del


poder de que se abusa, pero el agente actúa fuera de los casos establecidos por la ley,
o con propósitos que no son los que ésta señala o apartándose de los procedimientos
que ella ha establecido.

""Para abusar, ha dicho un autor, debe tenerse el derecho de usar. Si falta el poder no
se puede hablar de abuso. Se tiene entonces, usurpación" (Riccio Idelitti contra la
publica amministrazione. pg.394).

"De otro lado, la diferencia entre abuso de autoridad y el prevaricato, fuera de ser el
primero el género y el segundo la especie, o, dicho de otro modo, existir el primero
cuando no puede decirse existente el segundo, es más cuantitativa que cualitativa."
(Sent. de abril 22 de 1.982, M.P., Dr. Luis Enrique Romero Soto).

O cuando se afirmó que "El Código penal, al recoger las conductas que se han
considerado dignas de reproche y por tanto sancionables, ha establecido una serie de
bienes jurídicos necesitados de protección, y dentro de las varias tipificaciones que
tocan con ellos, ha reglado también diversos rangos punitivos, otorgando a cada
conducta un grado especial de sanción y unos elementos para su configuración.

"Esta estructura, que no es en modo alguno caprichosa, es de carácter general y


obligatorio cumplimiento. Así aun cuando los delitos de prevaricato y abuso de la
autoridad atentan contra el bien jurídico de la administración pública, cada uno de
ellos debe ser aplicado en situaciones diversas y tienen igualmente distinta respuesta
punitiva, sin que sea posible intercambiar ni su adecuación típica ni la pena
indistintamente, que de tal forma carecería de razón una codificación sancionatoria.

"Si la conducta desplegada por el funcionario -como en este caso- encuentra pleno
acomodo dentro de la figura del prevaricato, es por tal delito que debe producirse el
llamamiento a juicio, toda vez que la figura del abuso de autoridad por acto arbitrario
o injusto deja porciones de la actividad funcional sin reproche de ninguna naturaleza, a
más de que este último delito solamente es aplicable "fuera de los casos
especialmente previstos como delito", según se consignó literalmente en el artículo
152 del Código Penal." (Sent. de junio 12 de 1.990, M.P. Dr. Edgar Saavedra Rojas).

Por ende, si analizadas las diversas circunstancias en que el hecho se cometió y, dada
la riqueza descriptiva del prevaricato, se colige que la conducta investigada se aviene
a tal tipo penal, inútil resulta la referencia al genérico de abuso de autoridad, mucho
más cuando éste, por concepción del legislador, según se viene de reseñar, ostenta un
carácter subsidiario.

2. Si lo manifiestamente contrario a la ley, que se pregona de la resolución o dictamen


proferidos por el servidor público imputado, tiene dicho la Sala, (Sentencia de agosto
28 de 1.997, M.P. Dr. Jorge Anibal Gómez Gallego), "encierra un elemento normativo
específico del tipo, que como tal exige una valoración judicial en atención al caso
concreto y de cara a una justificación material de los argumentos del actor
comprometido y no de una mera justificación formal" y si por manifiesto se entiende lo
ostensible, patente, claro, es conclusión ineluctable que la decisión reprochada a la
Fiscal Delegada reúne dicha condición por cuanto el haz probatorio, sin mayores
lucubraciones, le hacía imperativo, en primer lugar, atenerse a las exigencias del
artículo 388 del ordenamiento procesal penal para así confirmar la decisión apelada y,
en segundo lugar, avenirse a las preceptivas de los artículos 36 y 217 de la misma
normatividad que le impedían la opción preclusiva.
....

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Por tanto, la manifiesta ilegalidad de una resolución, como ingrediente objetivo,


relativo en cada caso, no se corresponde, ni debe confundirse con los elementos del
dolo, ni es factible hacerse depender de la buena o mala fe o de la malicia con que
hubiere procedido el servidor publico acusado, ni puede, por lo mismo, descartarse
ante la afirmación de que el funcionario "actuó con el pleno convencimiento de estar
aplicando el derecho en el real sentido de la palabra actuando como siempre lo hizo
durante su ejercicio en la judicatura y en la Fiscalía con absoluta buena fe".

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Unica Instancia
FECHA : 19/06/2000
DECISION : Condena, no condena en perjuicios, no concede
subrogado
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Santafé de Bogotá
DELITOS : Prevaricato por acción
PROCESO : 15003
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION PASIVA-Estados Unidos: El trámite se somete íntegramente a


las reglas del Código de Procedimiento Penal/ EXTRADICION PASIVA-
Declaración de reciprocidad/ EXTRADICION PASIVA-Principio de la doble
incriminación

1. En viirtud a que entre los Estados Unidos de América y nuestro País no existe
tratado de extradición aplicable, son los preceptos del Código de Procedimiento Penal
los que deben regir el trámite de la extradición, conforme a las previsiones de los
artículos 35 de la Carta Política y 17 del Código Penal, y en armonía con el concepto
rendido por el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Ante todo, la Corte deja en claro que no le asiste la razón al defensor del reclamado,
cuando pregona que las normas del Código de Procedimiento Penal, no son las
llamadas a regular el presente asunto, sino la Convención de las Naciones Unidas
sobre el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas, suscrita por
ambos países y aprobada por la ley 67 de 1.993.

En un sinnúmero de ocasiones la Sala ha dicho que debido al carácter mixto que


identifica el trámite de extradición pasiva, no le compete controlar la regularidad de los
actos administrativos proferidos por los Ministerios de Relaciones Exteriores y de
Justicia y del Derecho en la etapa preliminar, circunscribiendo la facultad de control de
la legalidad a los actos producidos en desarrollo de la fase judicial del procedimiento.

Ahora bien, atendiendo las previsiones del numeral 2º del artículo 189 de la Carta
Política, que atribuye al Presidente de la República como jefe de Estado, Jefe de
Gobierno y suprema autoridad administrativa dirigir las relaciones internacionales, el
artículo 552 del Código de Procedimiento Penal, asignó al Ministerio de Relaciones
Exteriores la función de determinar si el caso estudiado debe ser regido por tratados
públicos aplicables, o en su defecto por la ley interna, en armonía con lo prescrito por
el artículo 35 Superior.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Fue esa la labor cumplida por dicha cartera, al conceptuar que por no existir tratados
públicos aplicables a este caso, se debía proceder de conformidad con las normas
pertinentes del Código Procesal Penal, razón por la cual la Corte le impartió a la
solicitud el trámite descrito por el artículo 556 de esa normatividad.

Sobre este tema la Sala en reiteradas oportunidades ha sentado su criterio, es así


como en el auto del 30 de noviembre de 1.999, con ponencia del H. Magistrado Dr.
FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL, dijo:

"..y para reiterar por la Corte en esta oportunidad que es el Gobierno Colombiano el
órgano constitucionalmente facultado para establecer la vigencia en el ordenamiento
interno de los instrumentos mediante los cuales la nación colombiana interactúa en el
concierto de las relaciones internacionales conforme se establece del artículo 189-2 de
la Carta Política. En este caso, el Gobierno Nacional conceptuó sobre la ausencia de
convenio alguno en materia de extradición con el país solicitante (Estados Unidos de
América), y señaló la consecuente aplicabilidad de lo previsto, en el referido tema, por
el Código de Procedimiento Penal.".

Y, en el concepto del 3 de marzo del corriente año, en donde intervino como ponente
el H. Magistrado Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA, la sala expuso:

"Dentro de esas precisas funciones administrativas de alistamiento del expediente,


como un requisito de procedibilidad, la Corte no puede entrar a inmiscuirse en esa
competencia, careciendo, por ende, de la facultad para señalar la forma o el contenido
del concepto, ni mucho menos indicar la normatividad aplicable, pues se estaría
atentando contra la autonomía e independencia de las Ramas del Poder Público y
arrogándose facultades no establecidas ni constitucional ni legalmente, máxime
cuando la etapa administrativa inicial culminó en el momento en que se ordenó correr
el traslado contemplado en el artículo 552 del Código de Procedimiento Penal.

Lo precedentemente expuesto no significa que los actos del gobierno no estén sujetos
a controles administrativos y/o contenciosos, por lo que la resolución que conceda o
niegue la extradición puede ser impugnada a través de esas vías.

En consecuencia la Sala no está facultada para cuestionar la validez del multicitado


concepto, ni para inadmitirlo, ni para decidir si los convenios citados por la defensora
son o no aplicables a este trámite, razón por la cual no se devolverá, por
improcedente, el expediente al Ministerio de Relaciones Exteriores y el mismo será
tenido en cuenta para adoptar el presente pronunciamiento."

Frente a esta situación, y comoquiera que la Sala tradicionalmente ha participado del


criterio que no existe tratado de extradición aplicable entre los Estados Unidos de
América y Colombia, es obvio que la Convención de las Naciones Unidas contra el
Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas, no es el ordenamiento
jurídico que regule este caso.

Tampoco es procedente que la Sala antes de conceptuar obtenga a través del


Ministerio de Relaciones Exteriores del país requirente declaración de reciprocidad,
dado que el Código de Procedimiento Penal - fuente formal que regula este trámite -,
en su artículo 551 no la exige, ni el artículo 558 la contempla como fundamento del
concepto. Ahora, es al Gobierno Nacional a quien, al instante de resolver el incidente
de extradición, atañe decidir si sujeta la concesión a las condiciones que considere
oportunas, con arreglo a lo normado por el artículo 550 del mismo ordenamiento
jurídico.

2. PRINCIPIO DE DOBLE INCRIMINACION:

De acuerdo con el numeral 1º del artículo 549 del Código de Procedimiento Penal, para
conceder u ofrecer la extradición, se requiere que el hecho que la motiva, también
esté previsto en Colombia como delito y reprimido con una sanción privativa de la
libertad cuyo mínimo no sea inferior a cuatro años.

Es decir, que es el mínimo del castigo previsto en la ley penal colombiana para el
delito atribuido al reclamado, el que determine la presencia de este requisito, y no el
quantum de la pena impuesta o que se le llegare a imponer el Estado requirente, pues

197
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

es distinto el proceso penal adelantado por las autoridades extranjeras conforme con
la ley foránea, al resultado de la cotejación realizada por la Corte de la conducta
imputada con los tipos penales previstos en Colombia, a fin de determinar si encaja en
alguno de ellos y si la represión prevista respeta el mínimo requerido por el artículo
549 del Código de Procedimiento Penal. ( en este sentido el concepto del 17 de
septiembre de 1.998 con ponencia del H. Magistrado Dr. FERNANDO ARBOLEDA
RIPOLL ).
.....
De otro lado, es evidente el desacierto de los argumentos propuestos por el defensor
para desvirtuar la concurrencia de este elemento, consistente en que las conductas
atribuidas a su poderdante no son típicas, antijurídicas y culpables, por constituir
delitos provocados por los agentes encubiertos; en virtud a que para rendir el
concepto la Sala solamente verifica objetivamente si se reúnen los elementos
contenidos en el artículo 558 del Código de Procedimiento Penal.

Así pues, para establecer el principio de la doble incriminación, la Sala confronta las
conductas atribuidas al solicitado en el país requirente, con las diversas hipótesis
descritas en nuestro Código Penal, para establecer si eventualmente en alguna de
ellas se subsume, y de ser así, si está reprimida con prisión no inferior a cuatro años.

Siendo que este proceso de comparación es únicamente formal, de él se excluye


verificar si el Estado requirente cuenta con la prueba necesaria para demostrar la
tipicidad de las conductas atribuidas al reclamado, si con ellas efectivamente se puso
en riesgo o se lesionó el bien jurídico protegido, y si el procesado actúo con
culpabilidad; ya que en este trámite la Corte no actúa como instancia de las
autoridades extranjeras, por tanto no se pronuncia sobre la responsabilidad del
reclamado, ni en relación con el acierto o desacierto de sus decisiones, materias que le
corresponde definir a los funcionarios judiciales del país requirente en el proceso
génesis de la reclamación.

Es obvio que de pronunciarse la sala sobre estos tópicos se inmiscuiría en los asuntos
internos del país requirente, violando su soberanía.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Extradición
FECHA : 20/06/2000
DECISION : Conceptua favorablemente
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : GARCIA CLEVES, ORLANDO
DELITOS : Narcotráfico (Violación a la Ley 30/86)
PROCESO : 15824
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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INASISTENCIA ALIMENTARIA-Competencia territorial: Alcance de la


expresión "residencia del titular del derecho”

Los antecedentes inmediatos del actual delito de inasistencia alimentaria se


encuentran en la Ley 75 de 1968, “por la cual se dictan normas sobre filiación y se
crea el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar”.

Aquella Ley en su Capítulo II, introdujo al sistema penal el tema, las sanciones y
definió la competencia frente al incumplimiento de obligaciones alimentarias, en los
siguientes términos:

Artículo 40-. “Quien se sustraiga sin justa causa, a las


obligaciones legales de asistencia moral o alimentaria debidas a sus
ascendientes, descendientes, hermanos o hijos adoptivos, o al
cónyuge, aún el divorciado sin su culpa o que no haya incurrido en

198
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

adulterio, estará sujeto a la pena de seis meses a dos años de


arresto y multa de mil pesos a cincuenta mil pesos.”

Artículo 47-. “Los delitos de abandono de los deberes familiares y


de dilapidación, de que tratan los artículos 40 y 41 de la presente
Ley se investigarán y fallarán por los trámites señalados en el
Código de Procedimiento Penal, y conocerán de ellos en primera
instancia, los Jueces Municipales de la residencia del titular del
derecho y, en segunda, los Jueces Penales del Circuito Respectivo.”

A su vez, el Código de Procedimiento Penal entonces vigente, Decreto No. 409 de


1971, conservó la misma tendencia, aclarando que la competencia se definía por el
lugar en el que residiera el afectado al momento de cometerse la infracción:

Artículo 663-.Trámite y competencia. “Los delitos contra la


asistencia familiar, de que tratan los artículos 40 y 41 de la ley
citada, se investigarán y fallarán por los trámites señalados en este
Código, y conocerán de ellos, en primera instancia, los jueces
municipales de la residencia del titular del derecho al momento de
cometerse la infracción y, en segunda, los jueces penales del
circuito respectivo.”

Fue clara la tendencia del legislador en el sentido de proteger y facilitar las cosas a la
parte desvalida cuando tuvo a bien disponer que era competente para conocer de este
delito el Juez Municipal de la residencia del titular del derecho, al momento de
cometerse la infracción.

Más adelante, cuando el Código Penal que actualmente rige, Decreto 100 de 1980,
destinó el Título IX a la descripción típica de los delitos contra la familia, en el Capítulo
IV, al tratar los “delitos contra la asistencia alimentaria”, señaló:

“Artículo 263-. Inasistencia alimentaria. El que se sustraiga


sin justa causa a la prestación de alimentos legalmente debidos a
sus ascendientes, descendientes, adoptante o adoptivo o
cónyuge, incurrirá en arresto de seis (6) meses a tres (3) años y
multa de un mil a cien mil pesos.”

Esta disposición fue modificada por el Código del Menor, Decreto 2737 de 1989, que
aumentó la punibilidad, impuso carácter oficioso a la investigación cuando el afectado
fuere un menor de edad y nuevamente se refirió al juez competente, así:

“Artículo 270. Cuando el delito de inasistencia alimentaria se


cometa contra un menor, la pena será de prisión de uno (1) a
cuatro años y multa de uno (1) a cien (100) días de salarios
mínimos legales.”

Artículo 271-. Cuando el sujeto pasivo del delito de inasistencia


alimentaria sea un menor, la investigación se iniciará de oficio y
será desistible por una sola vez. Será competente para conocer
de este delito el Juez Municipal de la residencia del titular del
derecho.”

El Código de Procedimiento Penal que hoy rige, Decreto 2700 de 1991, incluyó al delito
de inasistencia alimentaria en el catálogo de aquellos que requieren querella de parte
para el inicio de la acción penal, y radicó la competencia para su conocimiento en los
Jueces Penales Municipales, artículos 33 y 73, respectivamente.

A la sazón, se colige que el Juez Penal Municipal competente es el de la residencia del


titular del derecho, puesto que en este específico asunto debe seguirse aplicando el
artículo 271 del Código del Menor, norma especial que no contradice los preceptos del
Código de Procedimiento Penal.

Se impone a continuación dilucidar, para efectos de esta norma, el contenido y alcance


de la frase “residencia del titular del derecho”, y en cuanto hace a este tópico desde ya
se advierte que la Juez Primera Penal Municipal de Floridablanca, interpreta
adecuadamente el derecho que a este caso corresponde.

199
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

La doctrina pacíficamente ha sostenido que el delito de inasistencia alimentaria es de


carácter permanente y de tracto sucesivo en cuanto a su proceso de consumación,
pues comienza con el incumplimiento de la primera mesada debida y se prolonga todo
el tiempo de la omisión, de suerte que durante el período en el cual el alimentante
evade su obligación el delito se está cometiendo.

La prolongación en el tiempo de la conducta ilícita permite con frecuencia que en aquel


lapso, después de instaurar la querella para iniciar la investigación penal, el titular del
derecho cambie el lugar geográfico de su residencia.

Sin embargo, este evento no conlleva de suyo la variación de la sede para el


juzgamiento de la conducta omisiva, puesto que, como la realidad lo enseña, las
mudanzas podrían ser indefinidas según las circunstancias del titular del derecho a
percibir alimentos o de su representante legal, caso hipotético en el cual, si se aplicara
literalmente el texto del artículo 271 del Código del Menor, se llegaría al absurdo de
admitir tantos jueces temporalmente competentes como ciudades o poblaciones los
acogiesen.

La fijación de la competencia para el juzgamiento por el factor territorial es un tema


procesal que atañe exclusivamente a la ley, y se determina con las pautas que ella
misma establece, entre las cuales no se encuentra el arbitrio o el destino del sujeto
pasivo de la infracción penal.

Entonces, una adecuada interpretación de aquel conjunto de normas, en sentido


armónico, de modo que produzcan el efecto para el cual se concibieron, permite inferir
que para determinar el Juez competente en el delito de inasistencia alimentaria, se
entiende por residencia del titular del derecho aquella que tenía al momento de
formular la denuncia o presentar la querella de parte.

Así lo ha reiterado la jurisprudencia de la Sala de Casación Penal al dirimir otras


colisiones con idéntico problema jurídico, tema sobre el cual podrían confrontarse,
entre otros, los autos de 24 de febrero de 1998, 31 de agosto de 1998 y 11 de mayo
de 1999, con ponencia de los Honorables Magistrados JORGE CORDOBA POVEDA,
CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR y RICARDO CALVETE RANGEL, respectivamente.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 20/06/2000
DECISION : Declara la competencia del Juzgado 1º Penal del
Socorro
JUZGADOS COLISIONANNTES : Juzgado 1º Penal Municipal del Socorro –
Santander
: Juzgado 1º Penal Municipal de Floridablanca –
Santander
PROCESADO : SEGURA ACEVEDO, LUIS HERNAN
DENUNCIANTE : ARENAS SILVA, MARGARITA
DELITOS : Inasistencia alimentaria
PROCESO : 16970
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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DILIGENCIA DE FORMULACION DE CARGOS-El auto que señale fecha y


hora no requiere notificación/ SENTENCIA ANTICIPADA-Interés para
recurrir-Irretractibilidad

1. No cabe la menor duda que la providencia que señala fecha y hora para la
realización del acto previsto en el artículo 37 del mencionado estatuto procesal es de
sustanciación, pues se limita a dar impulso a la actuación.

200
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Proveído que no aparece en la enunciación efectuada en el artículo 186 del Decreto


2700 de 1991, ya que esta norma, titulada "providencias que deben notificarse",
comienza la enumeración con la utilización de artículos determinados femeninos, pero
con relación a la audiencia emplea el artículo "el", con clara alusión a un auto, que es
el que señala fecha y hora para la celebración de la audiencia pública, obviamente
dentro del juicio, que es la etapa durante la cual se profieren autos, por parte del
juez.

Es decir, al contrario de lo sostenido por la impugnante, la providencia que señala


fecha y hora para la realización de la diligencia de formulación de cargos prevista en el
artículo 37 del Código de Procedimiento Penal, no requiere notificación. De ahí que su
enteramiento a las partes puede realizarse por otros medios, como el telegrama, más
eficaces que la notificación por estado./

2. La sentencia anticipada es un mecanismo de política criminal que tiende a que se


tornen operantes los principios de celeridad, economía procesal y eficacia, con la
contraprestación de hacer menos gravosa la pena.

A ello se llega con el reconocimiento de la responsabilidad frente a los cargos


formulados por la Fiscalía y contenidos en el acta respectiva, según consentimiento
expreso, libre y voluntario del procesado, mediante el cual se acepta la imputación
jurídica y la imputación fáctica.

Con posterioridad a ese consentimiento, legalmente no fue establecido un periodo


probatorio destinado a confirmar o desvirtuar la acusación, sino que se dispuso que se
dicte sentencia. Surge así la prohibición de retractarse, según el principio de preclusión
de los pasos procesales.

La aceptación que implica una renuncia a parte del trámite procesal ordinario y a la
discusión de la responsabilidad penal, a cambio de una sentencia inmediata, que
únicamente podrá impugnar por motivos expresamente señalados en la ley, como son
la dosificación de la pena, la condena de ejecución condicional y la extinción de
dominio sobre bienes, únicos aspectos en que tiene interés para impugnar, según el
ordinal cuarto del artículo 37 B del Código de Procedimiento Penal.

La ausencia o concurrencia de ese interés es un presupuesto del análisis formal y


material de la demanda de casación, el cual se origina en que la sentencia atacada
haya causado un perjuicio, que el impugnante no haya contribuido a ello y que la
impugnación no disfrace la retractación de los cargos aceptados.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 20/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
RECURRENTE : MANRIQUE RAMIREZ, HECTOR FABIO
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 10861
PUBLICADA : Si

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ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA-Técnica para alegarla en casación

1. Afirma el demandante que la sentencia fue proferida en un juicio viciado de nulidad


por errada calificación de la conducta, pero sin llegar a concretar, y menos demostrar,
si a un tal desacierto arribó el juzgador a través de la violación directa de la ley por
haber incurrido en error en la selección, aplicación o interpretación de una norma de
carácter sustancial, o si dicho desacierto se produjo por incurrir en errores de hecho o
de derecho en la apreciación probatoria, cada una de cuyas hipótesis tiene su propia

201
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

autonomía que permite diferenciarla de las demás, y amerita tratamiento y


demostración acorde a la naturaleza que le es propia, pues como se tiene acordado
por la jurisprudencia, en estos casos la alegación es mixta: debe proponerse una
solución acorde con la reposición del trámite, fundada en error in iudicando propio de
la causal primera.

Tampoco acredita cómo, ni por qué, de acceder la Corte a calificar la conducta llevada
a cabo, en la hipótesis del secuestro simple como lo propone, daría motivo a la
invalidación de lo actuado, ya que no indica si es que el comportamiento corresponde
a un tipo penal de distinto nomen juris a aquél por el cual fue convocado a responder
en juicio, o si la pretensión se funda en sostener que -según las reglas que norman la
competencia, la investigación y el juzgamiento-, el conocimiento de la conducta
realizada es atribuido por la ley a autoridades de distinta categoría o especialidad, de
aquellas que intervinieron en la actuación, cada uno de cuyos aspectos demanda
postulación y desarrollo autónomo.

A pesar de ser de cargo del casacionista indicar el momento a partir del cual habría de
declararse la invalidación de lo actuado, y el funcionario a que habría de remitirse el
expediente en caso de prosperar la censura que por nulidad postula ante la Corte, esto
ni siquiera es ensayado en el escrito que a manera de demanda presenta.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
FECHA : 20/06/2000
DECISION : Rechaza la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : BUSTOS TRIANA, WILLIAM
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Secuestro extorsivo
PROCESO : 14532
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Causal primera

En relación con los errores de apreciación probatoria a que se refiere la causal primera
de casación, cuerpo segundo, la doctrina de esta Corte tiene establecido que pueden
ser de hecho o de derecho:

Los primeros se presentan cuando el juzgador se equivoca al contemplar


materialmente el medio, sea porque omite apreciar una prueba que obra en el proceso
o porque la supone existente sin estarlo (falsos juicios de existencia), o cuando al fijar
su contenido la tergiversa, distorsiona, cercena o adiciona en su expresión fáctica,
haciéndole producir efectos que objetivamente no se desprenden de ella (falsos juicios
de identidad), o, en tercer término, porque sin cometer ninguno de los anteriores
desaciertos, al asignarle su mérito persuasivo transgrede los principios que orientan la
lógica, la ciencia, la experiencia o el sentido común, es decir las reglas de la sana
crítica como método legalmente establecido para la valoración probatoria.

Los segundos, tienen lugar cuando el sentenciador admite como prueba y le confiere
mérito a un medio aportado al proceso sin el cumplimiento de las formalidades legales
para su aducción (falso juicio de legalidad); o cuando a la prueba no se le otorga el
mérito preestablecido en la ley o se le asigna uno diverso al que aquella le atribuye,
falso juicio de convicción, actualmente de muy restringido alcance por haber
desaparecido del sistema procesal la tarifa legal como método de apreciación.

Corresponde en todo caso al actor, señalar las normas procesales que regulan los
medios de prueba, acreditar cómo se produjo su transgresión, y demostrar de forma
lógica y ordenada, cómo por haber incurrido el juzgador en alguno de estos

202
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

desaciertos, los cuales deben ser señalados de manera específica en la demanda, dio
lugar a dejar de aplicar, o a aplicar indebidamente determinado precepto sustancial, y
que de no haber ocurrido, el sentido del fallo habría sido sustancialmente distinto al
impugnado.

De ahí que alegar en sede extraordinaria de casación que el juzgador incurrió en


errores de hecho en la apreciación probatoria, sin precisar la especie del yerro, omitir
indicar qué dice de manera objetiva el medio, qué se dijo de él por el juzgador, cuál
mérito persuasivo le fue otorgado, ni demostrar cómo de haber sido apreciada
correctamente la prueba omitida, tergiversada o valorada por fuera de las reglas de la
sana crítica, habría conducido a adoptar una decisión distinta a la contenida en el fallo
que se censura, es posición que contraría la exigencia de claridad y precisión que debe
regir la fundamentación del recurso (Cfr. auto casación. Sept. 30/99. M. P. Dr.
ARBOLEDA RIPOLL) .

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
FECHA : 20/06/2000
DECISION : Rechaza la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : San Gil
PROCESADO : ROJAS CARO, MARCO ALIRIO
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio agravado, Tentativa de hurto calificado
y agravado
PROCESO : 14514
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Causal tercera: Exigencias técnicas/ CASACION-


Ilegalidad de la prueba/ DEMANDA DE CASACION-Ilegalidad de la
indagatoria: Técnica para alegarla

1. Cuando se invoca la causal tercera de casación, la Corte tiene establecido que


corresponde al actor concretar la clase de nulidad, señalar sus fundamentos, las
normas que se estimen infringidas y, precisar de qué manera la irregularidad
repercutió definitivamente afectando el trámite surtido que culminó con la expedición
de la sentencia impugnada, pues el recurso extraordinario, en cuanto a esta causal se
refiere, no ha sido establecido para poner en evidencia cualquier clase de irregularidad
sin trascendencia alguna dentro del proceso sino sólo de aquellas que inexorablemente
conducen a su invalidación.

De esta suerte, ha sido dicho que si se alega violación del debido proceso, necesario
resulta que el actor identifique nítidamente la irregularidad sustancial que alteró
definitivamente la estructura del rito legalmente establecido; y, si de lo que se trata es
de denunciar la violación del derecho de defensa, en la demanda se debe especificar la
actuación que lesionó dicha garantía y su concreta incidencia en el fallo impugnado.

En todo caso, cada uno de los cargos formulados debe contener una petición acorde
con la naturaleza de la nulidad invocada, indicando el momento a partir del cual la
invalidación debe decretarse, y el señalamiento del funcionario al cual se habrá de
remitir el proceso.

2. En materia de irregularidades cometidas en el proceso de formación probatoria, por


desconocimiento de las ritualidades previstas por la ley para poder ser apreciados
como pruebas los medios recaudados, reiteradamente la jurisprudencia ha sido clara
en sostener que esta clase de reproches solamente pueden ser formulados con apoyo
en la causal primera de casación, cuerpo segundo, pues el desacierto
naturalísticamente corresponde a los llamados vicios de juicio, no a los vicios de
actividad o in procedendo alegables al amparo de la causal tercera.

203
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Y si bien los errores en la formación de la diligencia injurada sí se transmiten a la


actuación subsiguiente desestructurando el proceso, pues una indagatoria inválida
afecta la resolución de la situación jurídica y la subsiguiente actuación de la relación
causativa en que consiste el proceso, es de decirse que cuando se trata de varios
procesados, la nulidad solo resulta de posible invocación en relación con aquél
respecto de quien el vicio se presenta y alega, dado que en tal eventualidad la
trascendencia del desacierto en el proceso sería sólo parcial respecto de quien
concurre, pues los restantes, al no resultar afectados con la actuación irregular,
carecerían de interés para su denuncia por el camino de la ineficacia de lo actuado, y
sólo lo tendrían al amparo de la causal primera, cuerpo segundo, si el acto de
vinculación viciado ha sido materia de apreciación por el juzgador como medio de
prueba de cargo en el fallo objeto de censura, debiendo, por tanto, proponer en tal
sentido la alegación, y demostrar la definitiva repercusión del yerro en la parte
declarativa de la sentencia de segunda instancia, lo cual, por supuesto, entraña la
carga de postular un ataque completo; esto es, indicando el mérito que habría de
otorgarse al arsenal probatorio en que no concurre ninguno.

Lo anterior se explica en cuanto la prueba irregularmente aportada trae prevista como


sanción procesal su no apreciación por el juzgador, teniendo la Corte en sede de
casación la posibilidad de dictar fallo de reemplazo prescindiendo de considerar los
medios producidos ilegalmente, pues de llegar a demostrarse la presencia de errores
en la apreciación probatoria, no tendría sentido decretar la invalidación del proceso
dado que unas tales irregularidades no trascienden en sus efectos invalidantes a las
restantes actuaciones que integran el trámite.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
FECHA : 20/06/2000
DECISION : Rechaza la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : ANGULO MORENO, GERMAN NAZARIO
DELITOS : Concusión
PROCESO : 14551
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Requisitos

"Es claro que el recurso de casación -así lo señaló la Sala en otra oportunidad- no
significa una tercera instancia del proceso y que los fallos de primer y segundo grado
gozan de las presunciones de acierto y de legalidad. Se trata entonces de un recurso
extraordinario que no es ni puede convertirse en un acto trivial y rutinario del proceso
al cual acudan las partes sin los conocimientos necesarios de las reglas que lo rigen y
sin la comprensión de los conceptos en él involucrados.

"Si se tiene en cuenta que el recurso se dirige contra la sentencia y que se trata de
una última oportunidad para lograr que se corrijan las posibles equivocaciones
trascendentales en las cuales hayan incurrido los juzgadores, con el objetivo de lograr
la efectividad del derecho material y las garantías debidas a las partes, el ejercicio del
sujeto procesal que convencido de su pertinencia decide utilizarlo, debe ser exigente.
Sencillamente porque no se trata de escribir cualquier alegato sino uno con el cual se
pretende el resquebrajamiento del fallo y que por lo tanto, como lo exige la ley y la
lógica, debe ser claro y preciso en el señalamiento de la violación en la que se incurrió,
lo mismo que en sus fundamentos.

"No es la casación, entonces, una posibilidad para el discurso sin límites, sin orden y
sin método. Es un escenario de reflexión organizada sobre el proceso que le impone al
demandante precisarle de manera clara a la Corte para que su recurso sea admitido, la

204
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

causal que invoca, sus fundamentos y su trascendencia, lo mismo que las normas que
resultaron infringidas". *
______
* Providencia del 22 de abril de 1.998. Radicación 13.079.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
FECHA : 21/06/2000
DECISION : Inadmite la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : PALACIOS, JHON JAIRO
DELITOS : Tentativa de homicidio, Porte ilegal de armas
PROCESO : 14833
PUBLICADA : Si

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AUDIENCIA PUBLICA-Facultades y deberes del juez-Ruptura de la unidad


procesal/ UNIDAD PROCESAL

Como se puede observar en este momento, la ley del proceso es la celebración de la


audiencia pública. La Ley procesal colombiana no prevé y no podía preverlo por obvias
razones, una regulación específica de todas las situaciones que se pueden presentar
durante el trámite del juicio, durante la celebración de una audiencia pública o previas
a su celebración, razones o circunstancias que pueden ser de variada índole y que en
un momento dado pueden dificultar la administración de justicia, oportuna y pronta.
En consecuencia, el juez sea éste unipersonal o colegiado, frente a los distintos
eventos que se puedan suscitar, no pude menos que tomar las decisiones que sean
del caso, legalmente previstas con fundamentos normativos, claros y adecuados, con
fundamento principalmente en los principios que regulan el proceso, para facilitar,
para permitir la realización de los derechos materiales de los procesados, de las partes
y los intereses de la administración de justicia. El artículo 453 del C.P.P., le da al Juez
amplias facultades, amplísimas facultades de dirección y ordenación de la audiencia:
todo siempre en mira a realizar los fines de la administración de justicia y a garantizar
una defensa efectiva a los sujetos procesales y una intervención amplia para a su vez
poder realizar los principios de contradicción y de lealtad. Y el artículo 37 del C.P.C.,
prevé que es un deber del juez dirigir el proceso y velar por su rápida solución,
adoptar las medidas conducentes para impedir su paralización y proceder con la
mayor economía procesal o procurar la mayor economía procesal. Dentro de esos
deberes, obligaciones que tiene el Juez, está también la de prevenir, remediar y
sancionar por los medios que el código consagra, los actos que sean contrarios a la
dignidad de la justicia, a la lealtad, a la probidad, a la buena fe y toda tentativa de
fraude procesal. Como consecuencia de la circunstancia que vive hoy la Sala,
encuentra que sería imposible adelantar la audiencia pública sin la presencia de los
defensores, principal y suplente de la doctora (...). Por lo menos en lo que respecta a
ella, no podría la sala sacrificar el derecho material, el ejercicio material de toda la
defensa, de su defensa material y de la defensa técnica, sin la presencia de sus
defensores. Sin embargo, encuentra la sala que tiene que remediar esa situación. La
ley del proceso, repito, fue la de no aplazar la audiencia. Y en una actitud inopinada
de franca rebeldía, inexplicable en este momento, los señores defensores se negaron a
concurrir a la diligencia. El examen de las distintas normas del proceso, permite a la
Sala considerar además de los factores de hecho que generan esta dificultad, distintos
mecanismos de solución, y dentro de esos mecanismos de solución la Sala ha
encontrado que el artículo 90 del C.P.P., prevé distintas causales de rompimiento de
la unidad procesal; esas distintas causales de rompimiento de unidad procesal, que es

205
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

el principio que rige el proceso, el de la unidad y por excepción el de la conexidad,


esas causales de unidad procesal, repito, tienen todas de común, que ellas se decretan
frente a eventos en que por la dinámica misma de la actuación, por las circunstancias
que sobrevienen durante el trámite del proceso, es imposible llevar los procesos o los
actos procesales unificados, por factores todos puramente procesales: en unas
ocasiones es porque se debe dictar sentencia anticipada frente a unos procesados y
frente a los otros seguir un rito distinto; en otras circunstancias es porque aparecen
nuevos hechos o nuevos procesados que deben ser vinculados, o respecto de los
cuales se debe comenzar o generar acción penal; en fin, todas las seis causales que
actualmente están vigentes, de ese artículo 90 del Código de Procedimiento Penal,
tienen de común eso. En consecuencia, la Sala ha encontrado que no pudiendo
supeditar la suerte y al ejercicio de los derechos de la doctora (...), a la suerte y el
ejercicio de los derechos del doctor (...), ni supeditar los de éste frente a la situación
de ella, es lo pertinente romper en este momento la unidad procesal y así procede a
declararla. La consecuencia del rompimiento de la unidad procesal genera lo
siguiente: Se compulsarán copias por parte de la secretaría, de todo el proceso, y se
señalará en auto separado la fecha en que nuevamente se fijará fecha y hora para la
diligencia de audiencia pública en lo que tiene que ver con la responsabilidad de la
doctora (...).

MAGISTRADO PONENTE Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Unica Instancia - Audiencia Pública


FECHA : 21/06/2000
DECISION : Decreta la ruptura de la unidad procesal
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Santafé de Bogotá
DELITOS : Prevaricato por acción
PROCESO : 16955
PUBLICADA : Si

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CASACION-Interés: Los cargos deben propender en favor del recurrente /


INDICIO-Técnica para atacarlo en casación

1. Tal como está enunciado el reproche, se advierte con claridad que el recurrente
carece de interés para proponer este ataque contra la sentencia de segunda instancia.

En efecto, el libelo fue presentado a nombre del procesado (…), lo que sin duda
impone que los cargos formulados deban propender en favor de la situación procesal
de éste y no de otro acusado, pues, además de la especificidad del mandato conferido
al letrado, es bien sabido que todos los sujetos procesales contaron con la pertinente
oportunidad para acceder a esta excepcional vía, de modo que si la dejaron precluir,
no puede ser revivida, improcedentemente, por otro sujeto procesal.

2. Es necesario que la Sala insista en que cuando de atacar la prueba indiciaria se


trata , el cuestionamiento puede orientarse hacia cualquiera de los diferentes
momentos de su construcción, esto es, con relación al medio que sustenta el hecho
indicador, ora respecto a la operación mental de inferencia lógica, o bien contra el
proceso de valoración conjunta, al apreciar su articulación, convergencia y
concordancia *

En el primer caso se debe demostrar que se incurrió en error de hecho o de derecho,


por falsos juicios de existencia, identidad, legalidad o convicción (en los casos
excepcionales en que éste proceda).
______
* Ver, entre otras, casación 12218, abril de 2000. M. P. Carlos E. Mejía Escobar y
casación 13166, 23 de febrero de 2000, M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación

206
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

FECHA : 21/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : GARCIA CANO, ANTONIO JOSE
DELITOS : Daño en bien ajeno, Concierto para delinquir,
Homicidio con fines terroristas
PROCESO : 15597
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION PASIVA-Arqentina: Convención de Montevideo-Requisitos de


la solicitud

De conformidad con lo previsto en el artículo 35 de la Constitución Política de


Colombia, sustituido por el Acto Legislativo N° 1 de 1997, la extradición se podrá
solicitar, conceder u ofrecer de acuerdo con los tratados públicos y, en su defecto, con
la ley.

En el trámite de extradición del ciudadano argentino (...), el Ministerio de Relaciones


Exteriores de Colombia ha conceptuado que "el Convenio aplicable al caso es la
Convención de Montevideo del 26 de diciembre de 1933 aprobada por la ley 74 de
1935" (f. 82 cd. 1).

Dicha Convención Multilateral de Montevideo en el artículo 1° determina que los


Estados signatarios se obligan a entregar, de conformidad con las estipulaciones de la
misma Convención, a cualquiera de los otros Estados que las requiera, a las personas
que se hallen en su territorio y estén acusadas o hayan sido condenadas, siempre que
concurran las siguientes circunstancias: "a) Que el Estado requirente tenga jurisdicción
para juzgar el hecho delictuoso que se imputa al individuo reclamado. b) Que el hecho
por el cual se reclama la extradición tenga el carácter de delito y sea punible por las
leyes del Estado requirente y por las del Estado requerido con la pena mínima de un
año de privación de la libertad."

El artículo 5° establece los requisitos que deben acompañar toda petición de


extradición, así:

"El pedido de extradición debe formularse por el respectivo representante diplomático,


y a falta de éste por los agentes consulares o directamente de Gobierno a Gobierno, y
debe acompañarse de los siguientes documentos, en el idioma del país requerido:

a) Cuando el individuo ha sido juzgado y condenado por los Tribunales del Estado
requirente, una copia auténtica de la sentencia ejecutoriada.

b) Cuando el individuo es solamente un acusado, una copia auténtica de la orden


de detención, emanada del Juez competente; una relación precisa del hecho imputado,
una copia de las leyes penales aplicables a ésta, así como de las leyes referentes a la
prescripción de la acción o de la pena.

c) Ya se trate de condenado o acusado, y siempre que fuera posible, se remitirá la


filiación y demás datos personales que permitan identificar al individuo reclamado."

A su vez, el artículo 8° ibídem, determina que el pedido de extradición será resuelto de


acuerdo con la legislación interior del Estado requerido, actuación en la cual el
solicitado podrá utilizar los medios de defensa que aquella normatividad autorice,
preceptos que en criterio de la Corte se erigen complementarios a la regulación que al
efecto establece la Convención.
.....
En segundo lugar, ninguna trascendencia tiene que se establezca si la providencia
dictada en el extranjero se equipara a la resolución acusatoria de nuestro sistema
procesal, pues la extradición del ciudadano argentino (...) se solicita con fundamento

207
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

en el numeral b) del artículo 5° de la Convención de Montevideo que, tratándose de


imputado y como quedó visto, solamente exige que a la solicitud se aporte "una copia
de la orden de detención", emanada del juez competente, con una relación precisa del
hecho imputado y una copia de las leyes penales del país requirente aplicables al caso,
lo cual en su momento consideró la Corte.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Extradición
FECHA : 22/06/2000
DECISION : Niega las pruebas solicitadas por la defensa
PAIS REQUIRENTE : Argentina
PROCESADO : MASSOTA, RICARDO PABLO
PROCESO : 16379
PUBLICADA : Si

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CASACION-Indemnización de perjuicios: Causales y cuantía para recurrir/


TERCERO CIVILMENTE RESPONSABLE-Límites de la condena/
INCONGRUENCIA DE LA SENTENCIA-Con la demanda de parte civil

1. El impugnante ostentaba interés jurídico para interponer el recurso, en razón a que


los 4.600 gramos oro, suma en que fueron fijados los perjuicios materiales y morales
causados con el delito, rebasaban la cuantía que para recurrir regía en el proceso civil
para el instante en que fue proferido el fallo objeto de casación por parte del Tribunal,
es decir la suma de $38.844.203.

El cargo está correctamente propuesto, dado que a pesar de que el artículo 221 del
Código Procesal Penal regula que cuando se alega en casación sólo lo referente a la
indemnización de perjuicios decretados en la sentencia condenatoria, el actor debe
acudir a las causales y la cuantía establecidas en las normas que regulan la casación
civil; las violaciones al debido proceso y al derecho de defensa previstas en los
artículos 29 de la Carta Política y 304-3 del C. de P.P., no son cargos civiles, pero
existe identidad de previsión legal entre dichas irregularidades y la pretermisión
integral de la instancia regulada por el numeral 3º del artículo 140 del Código de
Procedimiento Civil./

2. En lo atinente a la inclusión de la figura del tercero civilmente responsable dentro


del proceso penal, es evidente el influjo que sobre ella ejerce el principio dispositivo
que inspira el procedimiento civil, en virtud del cual, solo en aquellos casos señalados
por la misma ley, el Juez podrá hacer pronunciamientos oficiosos, de lo contrario su
poder decisorio se circunscribe a los temas demarcados en la demanda.
...
La Corte encuentra que la compañía sólo fue vinculada como tercero, con base en la
acción civil ejercida contra ella y el procesado por el hermano de la occisa (...), señor
(...). No es cierto, como lo afirma la delegada, que las otras acciones civiles
impetradas en el trámite, hubiesen sido dirigidas en su contra, con mayor razón si los
perjudicados de dos de las víctimas no procuraron la indemnización dentro del
proceso.

208
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Por tal razón, las instancias no estaban legitimadas para condenar a la empresa, pues
no existe norma positiva que autorice al juez penal, a extender la condena del tercero
responsable, a los demás perjudicados no constituidos en parte civil, o habiéndolo
hecho sin accionar contra él.
....
No tiene razón el señor Procurador Delegado, al traer como aval de la condena del
tercero civilmente responsable, el artículo 55 del Código de Procedimiento Penal, pues
es evidente que la oficiosidad la puede ejercer el Juez Penal, en materia de perjuicios,
contra el penalmente responsable, mas no contra el tercero civilmente responsable,
contra quien solo puede actuar a instancia de parte.

Desde otro ángulo, este tipo de irregularidades tienen su equivalencia en el Código de


Procedimiento Civil, en el numeral 3 del artículo 140 (modificado por el decreto
2282/89 mod.80), porque se pretermite integralmente las instancias se conculca el
derecho de defensa y el debido proceso, causal que es insaneable, de acuerdo con lo
estatuido por el artículo de la misma obra, modificación 84 del decreto aludido.

Esta nulidad que conlleva a la casación de fallo deja incólume la acción civil que puede
ser ejercitada por los perjudicados, si a bien lo tienen en un proceso ordinario de
naturaleza civil./

3. Se refiere a la causal 2ª de casación reglada por el artículo 368 del Código de


Procedimiento Civil, es decir, la inconsonancia de la sentencia con los hechos y
pretensiones de la demanda de parte civil.

Es sabido que en el proceso civil las partes con la demanda y la contestación, son las
que dibujan el marco de actuación del Funcionario Judicial, con miras a proveer sobre
el conflicto sometido a su consideración.

En concordancia con esa naturaleza jurídica, el Legislador instituyó como motivo de


casación la inconsonancia de la sentencia con los hechos, con las pretensiones de la
demanda, o con las excepciones propuestas por el demandado o que el juez ha debido
reconocer de oficio.

Aplicando las previsiones anteriores al caso de estudio, encuentra la Corte que el cargo
que aquí se analiza está condenado al fracaso.

En efecto, el ejercicio de la acción indemnizatoria dentro del proceso penal, implica la


presentación de la demanda con el cumplimiento de los requisitos previstos en el
artículo 46 del Código de Procedimiento Penal, so pena de ser inadmitida. En
consecuencia, si el libelo describe los hechos fuente del daño, y determina los
perjuicios, el Juez debe proferir la sentencia en armonía con ellos; siéndole prohibido
fallar mas allá, o por fuera de lo pedido.

Pues bien, no es atinado, como lo pretende el censor, estructurar la causal segunda,


planteando la hipotética disonancia entre el poder conferido por el perjudicado al
abogado para constituirse en parte civil, y lo decidido en la sentencia; y el supuesto
incumplimiento de requisitos formales de la demanda; cuestiones del todo ajenas a los
eventos contemplados por el Legislador como supuestos fácticos de la causal invocada.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 22/06/2000
DECISION : Casa parcialmete, sobre pago de perjuicios a parte
de las victimas.
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Barranquilla
NO RECURRENTE : LOPEZ MUÑOZ, DIOMAR
TERCERO CIVILMENTE RESP. : TRANSLIANCO S.A.
DELITOS : Homicidio culposo
PROCESO : 12160
PUBLICADA : Si

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209
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

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CASACION-Quántum punitivo/ ERROR DE HECHO-Falso juicio de identidad:


Exigencias técnicas para su alegación/ INDICIO-Técnica para atacarlo en
casación

1. En respuesta al desatinado planteamiento del sujeto procesal no recurrente,


(Procurador Veintitrés Judicial Penal), debe decirse que de conformidad con la
normatividad aplicable al caso (art. 218 del C. de P. P., modificado por el artículo 35
de la Ley 81 de 1993), la Corte encuentra procedente la impugnación extraordinaria,
pues se cumple el requisito relativo al quántum máximo de pena privativa de libertad,
previsto como sanción para el delito por el cual fue proferida la sentencia, que debe
ser igual o superior a seis (6) años de prisión o arresto, así hubiese sido impuesta una
medida de seguridad o el fallo sea de carácter absolutorio, e independientemente de la
pena individualizada por el juzgador.

Pues "bastante se ha dicho por esta Corte en relación con la estimación del quántum
punitivo para la procedencia de la casación, de tal manera que no se tiene como tal la
cantidad de punición impuesta en la sentencia, porque entonces tal factor estaría en
contravía del reconocimiento del recurso en relación con las sentencias absolutorias y
en lo que atañe a las que no imponen penas sino medidas de seguridad; tampoco lo es
la sanción máxima del delito in génere; pero sí es la resultante de una operación en
abstracto que involucra la pena prevista para el tipo básico o especial y para los
factores o circunstancias legales de intensificación o de reducción de la misma, que es
en últimas el delito por el cual se procede (el hecho medular con todas sus
circunstancias específicas).

"Tal es el criterio jurisprudencial expuesto en los autos de 21 de junio y 9 de


septiembre de 1957, reiterado en la providencia del 24 de julio de 1980, al decir la
Corte que "...el quántum se determina en el artículo constitutivo del delito o de cada
uno de los delitos por los cuales se dictó la sentencia que se pretende impugnar, y la
señalada en los artículos que estructuran las circunstancias específicas que se tuvieron
en cuenta para aumentar y disminuir la sanción con los aumentos máximos o
disminuciones mínimas que pudieran computarse. Todo lo cual dará por separado la
sanción máxima imponible en cada delito (auto casación, oct. 30/96. M. P. Dr. GOMEZ
GALLEGO)."

2. Según ha sido reiteradamente sostenido por la jurisprudencia de esta Corte, la


denuncia en sede de casación del error de hecho por falso juicio de identidad en la
apreciación de los medios de convicción, implica necesariamente tener que demostrar
qué en concreto dice el medio, qué específicamente dijo de él el juzgador en la
sentencia, en qué consistió la distorsión, cercenamiento o adición para ponerla a
producir efectos que objetivamente no surgen de su contexto, y qué efectos tuvo el
falso juicio de identidad en la declaración de justicia contenida en la parte resolutiva
del fallo, destacando así la obligatoriedad para el casacionista de acreditar en primer
término la existencia del error denunciado, y en segundo lugar la trascendencia de
éste, debiendo al efecto realizar una nueva valoración probatoria para demostrar que
las conclusiones del fallo habrían sido de diverso contendido de no haberse incurrido
en el desacierto.

3. Y cuando de ataque a la apreciación de la prueba indiciaria se trata, la


jurisprudencia de esta Corte ha sostenido que en el desarrollo y demostración del
cargo, el censor debe informar si la equivocación se cometió respecto de los medios
demostrativos de los hechos indicadores, la inferencia lógica, o en el proceso de
valoración conjunta al apreciar su articulación, convergencia y concordancia de los
varios indicios entre sí, y entre éstos y las restantes pruebas, para llegar el juzgador a
una conclusión equivocada.

También la jurisprudencia tiene establecido, que si el error radica en la apreciación del


hecho indicador, dado que éste necesariamente ha de acreditarse con otro medio de
prueba de los legalmente establecidos, necesario resulta postular si el yerro cometido
fue de hecho o de derecho, a qué expresión corresponde y cómo alcanza demostración
para el caso.

210
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Y si el error se ubica en el proceso de inferencia lógica, ello supone partir de aceptar la


validez del medio con el que se acredita el hecho indicador, y demostrar al tiempo que
el juzgador en la labor de asignación del mérito suasorio se apartó de las leyes de la
ciencia, los principios de la lógica, las reglas de la experiencia, o los dictados del
sentido común, poniendo en evidencia en qué consiste y cuál es la operancia correcta
de cada uno de ellos, y cómo en concreto ello es transgredido.

Además, repetidamente se ha dicho por la Corte, que dada la naturaleza de este


medio de prueba, si el yerro se presenta en la labor de análisis de la convergencia y
congruencia entre los distintos indicios y de éstos con los demás medios, o al asignar
la fuerza demostrativa en su valoración conjunta, es aspecto que no puede dejarse de
precisar en la demanda, acreditando que la apreciación probatoria que se propone en
su reemplazo, permite llegar a conclusión diversa de aquella a la arribada por el
sentenciador, pues no trata la casación de dar lugar a anteponer el particular punto
de vista del actor al del fallador, ya que en dicha eventualidad primará siempre éste,
en cuanto la sentencia se halla amparada por la doble presunción de acierto y
legalidad, siendo carga del demandante desvirtuarla con la demostración concreta de
haberse incurrido en ella en errores determinantes de violación en la declaración del
derecho.

Es en este sentido que en la demostración de errores cometidos en la apreciación de la


prueba indiciaria, el demandante debe indicar en qué momento de su construcción se
produce, si en el hecho indicador, o si en la inferencia por violar las reglas de la sana
crítica, para lo cual ha de señalar qué en concreto dice el medio demostrativo del
hecho indicador, cómo hizo la inferencia el juzgador, en qué consistió el yerro, y qué
grado de trascendencia tuvo éste por la repercusión definitiva en la parte resolutiva
del fallo (Cfr. Sent. Casación de abril 27/2000. M.P. Dr. Arboleda Ripoll. Rad. 13116).

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 22/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cundinamarca
RECURRENTE : ARDILA CARRILLO, FRADY
DELITOS : Homicidio imperfecto
PROCESO : 11148
PUBLICADA : Si

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FALTA DE MOTIVACION DE LA SENTENCIA-Técnica en casación

Ha sostenido la jurisprudencia de la Sala que la falta de motivación se predica cuando


omite el sentenciador exponer el soporte fáctico y jurídico de la decisión, los
argumentos expuestos son de tal manera inconclusos que impiden conocer su
verdadero fundamento, o éste es extremadamente insuficiente o contradictorio,
confuso y ambivalente.

Además, si bien la nulidad por falta de motivación comporta un vicio que afecta
únicamente la sentencia, lo cual, si bien en principio implicaría que de conformidad con
lo dispuesto en el numeral primero del artículo 229 del Código de Procedimiento Penal,
que se dicte fallo de reemplazo, lo que procede es decretarla y devolver el proceso al
Juez de segundo grado para que se dicte nuevamente y se exponga razonada y
claramente su fundamento, pues lo contrario equivaldría a omitir una instancia
impidiéndole a los sujetos procesales que la puedan controvertir.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación

211
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

FECHA : 22/06/2000
DECISION : No casa, no decreta nulidad solicitada por el
Ministerio Público
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del distrito Judicial
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : VALLEJO SOTO, JOSE HANS
PROCESADO : BLANDON GARCIA, LUIS BERNARDO
DELITOS : Tentativa de homicidio, Porte ilegal de armas de
defensa personal
PROCESO : 13077
PUBLICADA : Si

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RESPUESTA INMEDIATA-Defensa técnica/ DEFENSOR-La designación para


la indagatoria se entiende para todo el proceso/ DEFENSA TECNICA-Carencia
momentánea que no afecta garantías/ DEFENSA TECNICA-Inactividad
contenciosa como estrategia defensiva

1. Ha reconocido la Sala en múltiples oportunidades, como que se trata de un


imperativo constitucional reiterado en la ley de procedimiento penal que nos rige, el
derecho fundamental que tiene quien es sometido a un proceso penal, de ser asistido
de manera continua y permanente por un abogado, tanto durante la etapa de
investigación como en el juicio, cuya verdadera garantía corresponde asegurar al
funcionario judicial bien posibilitando la participación de un profesional de confianza
directamente nombrado por quien es procesado, o en su defecto designándole uno de
oficio, reconociéndose en cada caso que es viable la nulidad del proceso cuando se
carezca totalmente de defensa técnica, porque formalmente no haya existido defensor,
o porque esta no se haya traducido en actos materiales admitidos como de defensa y
que se manifiestan en la presentación de memoriales, la interposición de recursos,
etc., salvo que en este último caso pueda reconocerse que se trata en realidad de una
particular estrategia defensiva y no de un reprochable abandono al cumplimiento de
los deberes como defensor.

2. Así también, se ha dicho que la designación oficiosa de un abogado exclusivamente


para la indagatoria, constituye una malsana costumbre de los despachos judiciales, sin
que por tal dislate se releve al profesional del cumplimiento de sus funciones, toda vez
que "es la propia ley la que impone que su aceptación es obligatoria, salvo causa
justificada, y se entiende para todo el proceso", conforme lo señalan los artículos 139
y 147 del C. De P.P. (Cas. 12.241 del 14 de abril del 2.000).

3. Igualmente, ha precisado la doctrina de esta Sala que no es suficiente para afirmar


la falta de defensa técnica y mucho menos desde luego la carencia absoluta de ella, la
objetiva circunstancia de no haber contado el procesado durante un breve lapso con
un defensor, toda vez que resulta de imperativo contraste fáctico proponer y
demostrar que en dicho período se practicaron pruebas trascendentes sobre la autoría
y responsabilidad del imputado o no se evacuaron aquellas que hacían forzosa la
intervención letrada (Cas. 12.662 y 13.432 del 2 de febrero y 19 de mayo de 2.000).

4. En sentido similar también se ha manifestado la jurisprudencia en relación con la


afirmada falta de defensa técnica por abandono de los deberes deontológicos, ya que
la vulneración de este derecho no puede identificarse con "la ausencia de actos tales
como la interposición de recursos, la presentación de alegatos, la solicitud de pruebas
etc... pues si bien éstas suelen coincidir con aquellas manifestaciones de la actividad
defensiva, no constituyen en estricto sentido más que eso, es decir que, como sucede
en la mayoría de los casos, son apenas aparentes expresiones del ejercicio de la
defensa, que no siempre es dable confundir con el derecho mismo, ya que éste puede
frente a eventos particulares presentarse de distinta manera y específicamente como
estrategia defensiva, en modo alguno comparable con aquella inactividad nugatoria de
las posibilidades defensivas, en el entendido de que en esta última hipótesis si podría

212
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

estarse frente a una evidente desatención irresponsable de los compromisos


inherentes al defensor" (Cas. 13.591 del 30 de marzo de 2.000).

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 22/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : BEDOYA BEDOYA, RUBIEL ALCIMER
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte ilegal de armas
de defensa personal
PROCESO : 11680
PUBLICADA : Si

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CASACION-Principio de la integración de la proposición jurídica

El principio de la integración de la proposición jurídica en la demanda de casación,


previsto en el numeral 3º del artículo 225 del Código de Procedimiento Penal, tiene su
razón de ser en los fines de esta impugación y en el principio de limitación de la
casación.

Aquellos, contemplados en el artículo 219 ibíd.: la efectividad del derecho material y


de las garantías debidas a las personas que intervienen en la actuación penal, la
reparación de los agravios inferidos a las partes en la sentencia recurrida, y la
unificación de la jurisprudencia nacional, tienen delimitada su posibilidad de desarrollo
por la misma demanda porque conforme al artículo 228 de la normatividad procesal
que disciplina el recurso, la Corte, por tratarse de un reclamo extraordinario y cuando
la denuncia sea por violación de normas sustanciales, no puede rebasar la pretensión
casacional examinando aspectos no denunciados o acogiendo motivos ajenos a la
causales legales de casación.

Esta la razón jurídica para que en procura del éxito de su reclamo, el censor deba
relacionar todos los preceptos sustanciales que incidan en la definición de la
controversia que propone, y también la razón por la cual la proposición jurídica
configurada en el caso concreto se catalogue técnicamente correcta, pues la alegada
aplicación indebida se denuncia hermanada de la falta de aplicación de la justificante.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Sentencia Casación
FECHA : 22/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : ALZATE PARRA, JUAN CAMILO SANTIAGO
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio preterintencional
PROCESO : 11742
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

NULIDAD-Principios de legalidad y trascendencia/ PRUEBA-Negativa y


omisión: Cuándo configuran motivo de nulidad/ RECONOCIMIENTO EN FILA
DE PERSONAS-Naturaleza de la prueba

1. De acuerdo con la legislación procesal penal vigente sobre esta materia (artículo
308 del C. de P.P.), es bien sabido que las causales de nulidad en el sistema jurídico
nuestro, obedecen entre otros, a los principios de legalidad y trascendencia, con base
en los cuales para invocar actuaciones u omisiones generadoras de efectos
invalidantes, es imperativo acudir a los motivos expresamente señalados en la ley,
atendiendo además a que obedecen al criterio según el cual sólo amerita semejante
declaración el resquebrajamiento de la estructura misma del proceso, o la afectación
de las garantías de defensa que se deben a los intervinientes en el diligenciamiento
penal.

2. De ahí que si bien negar la práctica de pruebas u omitir su recaudo puede constituir
motivo de nulidad, ha señalado con claridad la doctrina y la jurisprudencia desde
antiguo, "no toda negativa u omisión tiene ese carácter. Tanto la negativa como la
omisión deben significar: la primera; una forma de obstaculizar el ejercicio de la
defensa y, la segunda, una inercia censurable de los jueces. Es necesario por
consiguiente, que tales circunstancias afecten de manera grave y ostensible el derecho
de defensa. Esta exigencia se alcanza si las pruebas que se niegan u omiten son
sustanciales porque apuntan a la responsabilidad del procesado para excluirla o
atenuarla. No basta afirmar esa dirección de las pruebas no practicadas, es
fundamental que emerja de la investigación la probabilidad de que tienen un contenido
capaz de modificar favorablemente la situación jurídica del inculpado" (Casación del 29
de noviembre de 1.984, Magistrado Ponente Dr. Fabio Calderón Botero).

3. El reconocimiento en fila, entendido como aquel acto por medio del cual una
persona que incrimina a otra cuya identificación desconoce, debe individualizarla entre
el grupo de las que le son puestas a la vista, cumpliendo para ello con los requisitos
señalados en la ley, ha sido previsto en el referido artículo 367 y ss. del Decreto 2700
de 1.991, del Libro II de este Estatuto, dentro del cual se regula lo atinente a la
investigación de los autores y partícipes del hecho punible.

No ha sido comprendida, pues, la diligencia de reconocimiento, dentro del Título V del


Libro I, en el que aparecen enunciados los medios probatorios, por lo que bien se ha
afirmado que no constituye en estricto sentido un acto con plena autonomía, pese a
tener señalados en la ley requisitos propios, sino que debe entenderse integrado al
testimonio que le sirve de fundamento y en el que aquél tiene origen, es decir, en
tanto se afirma que el reconocimiento surge como una extensión del testimonio sin
adquirir independencia, que se ha admitido en casación la pertinencia de impugnar la
irregular práctica de este acto a través de la primera causal del artículo 220 ibídem,
pues la propia ley ha señalado para su adelantamiento un procedimiento reglado, que
de no cumplirse acarrearía un vicio de legalidad estrictamente limitado al acto mismo,
sin que necesariamente se vea afectada la prueba que le sirve de contenido.

Sin embargo, este mecanismo procesal que posibilita la directa sindicación del
imputado por parte de quien ha tenido oportunidad de verlo y está en capacidad de
reconocerlo, no puede confundirse con la percepción directa del testigo frente al
agente del delito y la eventualidad de que por distintas circunstancias inmediatamente
cometido el hecho punible, éste lo impute a quien señala de manera inequívoca y
espontánea como responsable del mismo.

De ahí que, para comenzar, no resulte válido afirmar, como en este caso lo hace el
casacionista, que al señalamiento de (...) hecho por la testigo (...) en la Policlínica
Municipal de la ciudad de Medellín, pasados apenas algunos minutos después de
realizada la conducta criminal y por haberse dado la coincidencia de que el imputado
fue llevado al mismo centro asistencial a donde aquélla fue trasladada con su amigo
(...), le fuera exigible el lleno de aquellos ritos propios del reconocimiento en fila de
personas, pues evidentemente dichos requerimientos corresponden a la diligencia en
comento, sin que pueda predicarse analógicamente en relación con situaciones de
origen, propósito y contenido distintos.
.....
Por eso se ha dicho que tal apercibimiento que la víctima hace del ejecutor del delito,
que luego le sirve para señalarlo informalmente, posibilitando entre otras cosas,
iniciar sobre bases más concretas una investigación, así como no es dable confundirlo

214
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

con la diligencia de reconocimiento que como tal debe ser ordenada por autoridad
judicial y realizarse con la asistencia de defensor, no puede viciar el testimonio del cual
surge, pues, como lo ha precisado la Sala:

"...el hecho de que no se hubiera efectuado una verdadera diligencia judicial de


reconocimiento, en manera alguna afecta la validez del testimonio del denunciante, ni
tampoco impide que pueda dársele credibilidad a su dicho. Pensar que si porque la
víctima de un delito, antes de presentar la denuncia y precisamente para ello, logra
por cualquier medio lícito la identificación de su victimario, es necesario descalificar su
testimonio, es una conclusión completamente equivocada que no encuentra ningún
fundamento en la ley. Lo que el fallador en estos casos debe hacer, es analizar el
testimonio del ofendido y teniendo en cuenta las circunstancias en que se produjo el
señalamiento extraprocesal, determinar, luego de confrontarlo con los otros elementos
de juicio aportados al proceso, el valor probatorio que merece, teniendo en cuenta
siempre y para todo ello, las reglas de la sana crítica" (Casación 8578, 6 de julio de
1.994, M.P. Dr. Guillermo Duque Ruiz).

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 22/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : GIL ARBOLEDA, JOSE MANUEL
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte ilegal de armas
de defensa personal, Homicidio agravado
PROCESO : 12304
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

****************************

DEFENSA TECNICA-Oposición de criterios estratégicos/ DEFENSA TECNICA-


Ausencia de visitas del apoderado al procesado detenido

1. La falta de asistencia experta como supuesto de la violación a la defensa técnica, no


se edifica exclusivamente a partir de una visión a posteriori confeccionada por un
letrado con fundamento en su orientación particular sobre aquello que habría podido
ser la defensa.

En efecto, como en derecho penal puede haber estrategias diversas y razonables y no


siempre existe una exclusiva y única forma de ejercer la defensa de un procesado,
fácil es concluir que la simple diversidad de criterios no logra constituir fuerza
suficiente para censurar un proceso con base en la ausencia de defensa técnica./

2. La defensa técnica no se mide ni se califica por la cantidad de visitas que el abogado


haga a su defendido en un centro de reclusión, ni la falta de ellas desvanece la gestión
protectora que pueda desplegar un profesional del derecho, sencillamente porque su
trabajo se desarrolla esencialmente en los estrados judiciales y no en las cárceles. Que
razones de táctica, humanitarias o profesionales recomienden o aconsejen las visitas al
cliente, no significan que ello sea inherente a la actitud defensiva. Sin embargo si se
tratara de aquellas hipótesis en que ello se estima necesario por el casacionista, le
correspondería a este hacer el planteamiento concreto de la situación y demostrar su
incidencia definitiva en el fallo impugnado, cosa que no hizo en este asunto el
defensor.

El pacto de entrevistas, reuniones o conversaciones de un abogado con su poderdante


hace parte de la autonomía profesional de aquél y por lo tanto, reprochar como falta
de defensa la no realización de las mismas es motivo que no merece mayor atención./

215
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 22/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : REY ALVAREZ, JOSE FEDOR
DELITOS : Homicidio agravado, Rebelión
PROCESO : 12297
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

****************************

VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Falta de aplicación/ HOMICIDIO CON


FINES TERRORISTAS-En miembros de la Policía Nacional/COMBATE-
Concepto/CONSULTA-Tránsito de legislación/ CONSULTA-Competencia
ilimitada del superior/ LEGALIDAD DE LA PENA-Ajuste de punibilidad a la ley
preexistente

1. La falta de aplicación o exclusión evidente se da, en cambio, cuando por vía directa,
el sentenciador admite un hecho y omite aplicar la norma que contempla el mismo,
como cuando, por ejemplo, se reconoce que el procesado a condenar por una pena
que no exceda los tres años de prisión no requiere tratamiento penitenciario, y, no
obstante, se le deja de otorgar el subrogado penal de la condena de ejecución
condicional (art. 68 C.P,), o cuando un procesado confiesa y tal admisión de
responsabilidad es fundamento del fallo, omitiéndose concederle la rebaja para tal
efecto prevista en el artículo 299 del Código de Procedimiento Penal (mod. art. 38 ley
81 de 1993).

2. En el presente caso, según transcripción hecha párrafos atrás, el Tribunal


argumentó por qué la muerte del citado policial no ocurrió "en combate", y, sin
controvertir los hechos en que se sustenta tal afirmación, el casacionista extrae de los
mismos conclusión diversa (que sí es predicable el "combate"), por lo cual por este
aspecto aparece correcto que haya acudido a la violación directa de la ley. En rigor, y
contrario a lo que opina la Delegada, el censor no se aparta de los hechos tal y como
los admitió el fallador, sino de la tipificación que éste hace de los mismos.

Y es evidente que la razón está al lado del fallador, ya que no se discute la


desatención e inermidad de los policiales atacados, quienes, vestidos de civil,
compartían en un establecimiento público, del cual salían cuando fueron baleados. Es
posible, como lo reitera el casacionista, que el móvil de este ataque haya sido
"político", en el sentido de que los rebeldes tienen entre sus objetivos eliminar o
reducir a los miembros de la Fuerza Pública, sostén material del Estado o Gobierno
Nacional que pretenden derrocar o modificar, pero se insiste en que si, como en este
caso, no existe "enfrentamiento" alguno, el homicidio se salió del referido camino
político o rebelde e ingresó al camino ordinario o corriente, que marcaba legalmente el
artículo 29 de la ley 40 de 1993, vigente para entonces.

En dichos términos, ni siquiera cabe hablar de "emboscada", -como hace el fallador-,


pues ésta sería predicable si aquí los policiales, estuvieran, por decirlo así, patrullando
en espera de encontrar a sus coyunturales enemigos, los rebeldes, mas, como se vio,
ello distó mucho de ocurrir.

Ahora bien: la "sorpresa" es una de las tácticas empleadas por los combatientes, una
herramienta de lucha utilizada razonablemente para lograr el éxito o victoria, pero se
insiste en que en este caso (...) y sus compañeros no eran "combatientes" con
respecto a sus agresores.

216
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

En un caso análogo al presente dijo al respecto esta Sala (setn. Cas. Agosto 27/99
M.P. Dr. Jorge Córdoba Poveda).

…"no es cierto que el homicidio del agente policial hubiera sido cometido en combate
"expresión que no puede ser entendida en términos abstractos de confrontación
política, ni de condición inherente o estado obvio y siempre presente de la actividad
subversiva. Si se aceptara esta interpretación, habría de concluirse que todos los actos
delictivos cometidos en desarrollo de la acción rebelde serían sin excepción, actos
ejecutados en combate, hipótesis de la cual no parte el legislador". *

El combate comporta "un enfrentamiento armado de carácter militar, regular o


irregular, colectivo, determinado en tiempo y espacio, con el propósito de someter al
contrario y con el fin último de imponer un nuevo régimen constitucional o derrocar al
Gobierno Nacional por parte de los rebeldes.

"Confrontación que implica una lucha de contrarios, una reacción ante el ataque que
depende no solo de la capacidad de respuesta, sino que exige además la posibilidad de
que se pueda repeler". **

Sobre los fines "terroristas" de dicho homicidio, dijo el Tribunal (fls. 14 y 15):

"Y ciertamente, la finalidad fue terrorista, pues ninguna otra se demostró; en efecto,
qué propósito distinto puede tener un atentado contra miembros de las mencionadas
instituciones y específicamente de la Policía Nacional, sino el causar pánico en la
población civil que ve en ellos a los representantes del orden público, en especial dada
la situación de violencia que vive nuestra patria en la actualidad, y siendo más
concretos en la región donde ocurrieron los hechos cuestionados. La calidad de
miembro de la Policía Nacional de (sic) estableció con los diferentes testimonios
allegados a los autos".

Disparar contra miembros de la fuerza pública que están desprevenidos, produce en


efecto zozobra en los miembros de la comunidad e incuestionablemente también
genera en éstos perplejidad, inseguridad e incertidumbre, lo que constituye
"terrorismo". Con esos fines, pues, fue víctima de homicidio el agente Sánchez
Ortegón, presupuestos de la agravante prevista en el artículo 30 de la ley 40 de 1993
y que, repítese, se refundían en el artículo 29 del decreto 180 de 1988, norma con
base en la cual se acusó al procesado.

3. Es cierto lo que afirma el casacionista en cuanto a que, antes de la ley 81 de 1993


sólo se consultaban las sentencias que fueran de carácter absolutorio (art. 206 C.P.P.,
dto. 2700 de 1991, Nov. 30), pero el artículo 29 de la ley 81 de 1993 (vigente cuando
se dictó el fallo impugnado) dispuso la consulta para "las sentencias que no sean
anticipadas", dentro de las cuales está la que revisó el Tribunal Nacional. Dicho
mecanismo procesal, pues, era de aplicación inmediata y sin consideración a la época
de los hechos materia del proceso, no cabiendo, pues, aquí, el argumento de
"favorabilidad" que esgrime el actor, quien, en consecuencia, advierte que como
únicamente apeló el defensor, ante la ausencia de tal grado jurisdiccional de consulta
el ad quem no podía agravar la sanción impuesta en primera instancia, como
efectivamente lo hizo. Repítese que la procedencia de la consulta debe
establecerse en la fecha en que se emita la respectiva providencia, y aquí como el
fallo lo fue el 31 de julio de 1996, es evidente que sí procedía la misma, de donde no
es cierta la afirmación del demandante de que se violó la "no reformatio in pejus".

4. Como la Delegada retoma el criterio de la Procuraduría en el sentido de que, aún


estando de por medio la consulta, cuando el defensor es apelante único el superior no
puede, constitucional ni legalmente, agravar la pena, es dable reiterar el criterio que al
respecto e invariablemente ha tenido y sigue teniendo esta Sala.

En efecto es el mismo artículo 31 de la Carta Política el que deslinda primeramente la


apelación y la consulta, expresando en su inciso 2o. que cuando el condenado sea
apelante único el superior no puede agravar la pena, veto que, por tanto, se refiere
con exclusividad a la apelación, como lo repite el Código de Procedimiento Penal en su
artículo 17.

Además, dicho Código relaciona las providencias consultables (art. 206) y dice en su
artículo 217 (mod. Art. 34 Ley 81 de 1.993) que "la consulta permite al superior

217
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

decidir sin limitación sobre la providencia", consagrando a renglón seguido, PARA LA


APELACION, la vista prohibición o "reformatio in pejus" que consagra la Carta Política y
la norma rectora del Procedimiento Penal.

Son nítidas entonces las diferentes regulaciones constitucionales y legales que exhiben
las referidas vías de apelación y consulta, por lo cual las jurisprudencias
constitucionales y legales no han hecho sino ratificar las mismas, sin que en esa tarea
estén creando o inventando, como se queja el aquí accionante.

En dicho sentido pueden consultarse las sentencias de la Corte Constitucional T-289 de


junio 21 de 1.994 y C-055 de 1.993 (M.P. Drs. Hernando Herrera Vergara y José
Gregorio Hernández G.), como las proferidas por esta Sala de Casación Penal en
agosto 2 de 1.994, noviembre 5 de 1.996 y octubre 22 de 1.997 (M.P. Drs. Saavedra
Rojas, Arboleda Ripoll y Calvete Rangel).

Por último, vale la pena recordar: el legislador consideró que la gravedad de


determinados delitos, hacía necesario siempre que el juzgador de segundo grado
revisara ciertas decisiones tomadas por su inferior jerárquico, y, repitiese, que debido
a la trascendencia de las mismas, para esa revisión "ilimitada", es desde luego
indiferente que el procesado sea el apelante único, y resulta cierto que a veces las
razones que dé este apelante pueden servir para que el juzgador de segunda instancia
pueda hacer más legal y justa su referida revisión "plena"./

5. A (...) se le acusó y condenó en primera instancia por haber tipificado su accionar


en el artículo 29 del decreto 180 de 1988 (acogido como legislación permanente en el
decreto 2266 de 1991, art. 4o.), que tipificaba el "homicidio con fines terroristas" en
miembros de la Policía Nacional, y que traía como pena prisión de 15 a 25 años. Por
su parte el Tribunal Nacional, al revisar por apelación y consulta dicho fallo, estimó
que como el policial (...) fue objeto de dicho delito el 23 de enero de 1993, la ley
preexistente y, por tanto aplicable, era la 40 de 1993, vigente a partir del 20 de enero
de tal año y que en su artículo 29 sanciona el referido delito con pena de prisión de 25
a 40 años, en este caso con el agravante previsto en el artículo 30-8 ibídem, esto es
cuando el homicidio se cometa "con fines terroristas" o en miembro de la Fuerza
Pública, evento en el cual la pena será de 40 a 60 años de prisión.

Como se ve, ambas normatividades tipifican en idénticos términos el delito de


homicidio con fines terroristas, diferenciándose entre sí únicamente por lo que atañe a
la pena, evidentemente mayor en la última de ellas.

En dicho evento de conservación de la tipicidad y diversidad sólo del aspecto punitivo,


esta Sala ha venido sosteniendo que no existe violación al debido proceso ni al
derecho de defensa, ni a ninguna otra garantía constitucional o legal, debiendo en
tales casos corregirse el error y hacer el ajuste respectivo a la legalidad de la pena.

Por ejemplo, en sentencia de casación de febrero 26 de 1996, con ponencia del


Honorable Magistrado Nilson Pinilla Pinilla, se dijo que si se acusó por el delito previsto
en el artículo 323 del Código Penal, siendo evidente que la norma preexistente era el
artículo 29 de la ley 40 de 1993, la solución que debe darse es la mencionada en el
párrafo inmediatamente anterior sobre "ajuste" a la legalidad de la pena, advirtiéndose
allí expresamente que ello es procedente salvo que para el proferimiento del fallo haya
mediado el acuerdo o audiencia especial contemplada en el artículo 37A del Código de
Procedimiento Penal, decisión ratificada en sentencia de casación de la misma fecha en
que fue ponente precisamente el Honorable Magistrado Jorge Córdoba Poveda (rad.
9124).

En esta última decisión se apoya la Delegada para solicitar la nulidad que se examina,
mas resulta palpable que la cita que de ella hace es incompleta y, por tanto
desorientadora:

"En el caso concreto no se está en presencia, como aparece a simple vista, de una
violación directa de la ley sustancial por aplicación indebida del artículo 324 del
decreto 100 de 1980 e inaplicación de la ley 40 de 1993, sino del desconocimiento de
la garantía del debido proceso ...

218
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

"Por tal razón resultaría improcedente ajustar la sanción en las condiciones actuales, a
las previsiones de la ley 40 de 1993, debiéndose en cambio, invalidar la actuación
desde que se presentó la causal de nulidad" (fl. 68 cdno. Corte).

La consideración veraz y completa que hizo la Sala en dicha ocasión es del siguiente
tenor:

"En el caso concreto no se está en presencia, como aparece a simple vista, de una
violación directa de la ley sustancial por aplicación indebida del artículo 324 del
decreto 100 de 1980 e inaplicación de la ley 40 de 1993, sino del desconocimiento de
la garantía del debido proceso, porque hubo un acuerdo, presupuesto del fallo, entre el
fiscal y el acusado, en el que se infringió el principio de legalidad de la pena que
prohibe imponer sanción que no se encuentre establecida en norma vigente (art. 29
C.N. y 1o. del C.P.)

"Por tal razón resultaría improcedente ajustar la sanción, en las condiciones actuales, a
las previsiones de la ley 40 de 1993, debiéndose en cambio, invalidar la actuación
desde que se presentó la causal de nulidad, esto es, a partir de la diligencia de
audiencia especial para terminación anticipada del proceso" (subrayas fuera del
original).

El Ministerio Público, pues, en su concepto omite precisamente la expresada salvedad:


que la sentencia se haya dictado con base en el referido acuerdo, omisión que cambia
sustancialmente la situación procesal a estudiar.

Y más reciente esta Sala, en sentencia de casación de marzo 25 de 1999 (rad.


12.683), en la que fue ponente de nuevo el Honorable Magistrado doctor Córdoba
Poveda, se ratificó el criterio inicialmente anunciado, así:

"Por consiguiente, y como quiera que en el presente caso se desconoció el principio de


legalidad de la sanción, al aplicar una menor a la vigente en la época en que se
cometió el hecho, al tenor de lo dispuesto por los artículos 228 y 229-1 del Código de
Procedimiento Penal, procederá la Corte a corregir oficiosamente el anotado desatino.

"En efecto, en lo que concierne con el punible de secuestro, realizado con el propósito
de obtener un provecho económico, la preceptiva aplicable, como se analizó, no era la
del Decreto 180/88, sino los artículos 268 y 270 del Código Penal, con la modificación
introducida por el artículo 6o. del Decreto 2790/90, que consagró una pena mayor.

"Ahora bien, podría pensarse, como lo estimaron las instancias, que si al procesado se
le imputó en la resolución de acusación la infracción del Decreto 180 de 1988, al
condenarlo conforme a la segunda preceptiva citada, se desconocerían las garantías de
la favorabilidad y la defensa, lo que obliga a la Sala a hacer algunas precisiones.

"En primer lugar, no se afecta la favorabilidad, la que opera cuando hay conflicto de
leyes en el tiempo, que aquí no se presenta, ya que la conducta se cometió bajo la
vigencia del Decreto 2790 de 1990.

"En segundo lugar, tampoco se vulnera el derecho de defensa del procesado, pues los
cargos que le fueron imputados y de los cuales se defendió, son idénticos a los
atribuidos al tenor de la nueva preceptiva.

"Por otra parte, si la consonancia se refiere a la armonía que debe existir entre los
cargos contenidos en la resolución de acusación y los resueltos en la sentencia, pero
no a la sanción que corresponda, tendremos que concluir que al adecuar el
comportamiento a la normatividad vigente cuando se cometió el hecho, no se vulnera,
pues no se están introduciendo hechos no comprendidos en ella, ni agregando
agravantes, ni suprimiendo atenuantes, salvo aumentando la pena, en obedecimiento
al principio constitucional de legalidad de la sanción, que ordena imponer la que se
encuentre establecida en la norma vigente (art. 29 de la C.P. y 1o. del C.P.), ni
cambiando la denominación jurídica, manteniéndose incólume el género delictivo
(secuestro), siendo preciso observar que la figura básica estaba prevista en el art. 22
del Decreto 180/88 y las agravantes en los literales "C", "F" y "G" del artículo 23
ibídem, y en el Código Penal, en el artículo 268, con la modificación introducida en
cuanto a punibilidad por el artículo 6o. del Decreto 2790/90, y en los numerales 3o. y
6o. del 270.

219
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

"Por lo tanto, la Sala casará, oficiosamente y de manera parcial, la sentencia


impugnada para ajustar el quantum punitivo al previsto en la ley".

Justamente dicho "ajuste", al que arribó la Sala fue el que oportunamente realizó el
Tribunal Nacional en este caso, como se vio al comienzo de este cargo que se aborda,
procedimiento que, por todo lo dicho en precedencia, no constituye irregularidad de
ninguna clase.
______
* Casación 11.837, febrero 4/99, M. P. Dr. Fernando E. Arboleda Ripoll
** Casación 12.661, mayo 27/99, M. P. Dr. Nilson Pinilla Pinilla.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO


FECHA : 22/06/2000
PROCESO : 13381

REFORMATIO IN PEJUS (Salvamento de voto)


Dr. Alvaro Orlando Pérez Pinzón

1. El artículo 31-2 de la Constitución Política establece la prohibición de la


reformatio in pejus, como uno de los derechos fundamentales, reconocido a
título de principio. Expresamente dice:

“ El superior no podrá agravar la pena impuesta cuando el condenado sea


apelante único”.

El C. de P.P. en una de sus normas rectoras, el artículo 17, dispone:

“El superior no podrá agravar la pena impuesta cuando el condenado sea


apelante único”.

En materia de casación, el artículo 227 del C. de P.P., adhiere al importante


principio y acude a la rúbrica o rótulo de principio de no agravación, que define
así:

“Cuando se trate de sentencia condenatoria no se podrá agravar la pena


impuesta, salvo que el fiscal, el ministerio público o la parte civil, cuando tuvieren interés,
la hubiera recurrido”.

Es claro, entonces, que la prohibición de la reformatio in pejus, cuando el


condenado es recurrente único con miras al debate en segunda instancia o en
sede de casación, es derecho, principio fundamental, constitucional, norma
superior legal que rige el procedimiento, y regla que reitera el principio derecho
constitucional. Desde este punto, por donde o desde donde sea vista, la
prohibición limita cualquier actuación en su contra. Y si se actúa en contra de
ella, como lo hizo el Ad-Quem al aumentar la pena, compete a la Sala recuperar
la alteza del axioma, acudiendo a la casación oficiosa, como emana del artículo
228 del C. de. P. P.

2. El principio constitucional con rango de derecho fundamental conocido


como prohibición de la reformatio in pejus (artículo 31-2), no permite
excepciones, como se desprende de su simple literalidad. Y si no las permite,
porque ni las expresa ni las insinúa, se revitaliza la máxima antiquísima: Ubi lex
non distinguit, nec nos distinguere debemus: cuando la ley no distingue,
tampoco debemos distinguir.

220
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

3. La Sala mayoritaria da preferencia al principio de legalidad cuando lo


parangona con el de la prohibición de la reformatio in pejus. El pensamiento
del suscrito es que los principios constitucionales no se encuentran
jerarquizados ni se repelen por opuestos o antagónicos, por esto:

3.1. Los principios se pueden complementar y robustecer, vgr., como


ocurre con presunción de inocencia, defensa, cosa juzgada, debido proceso
concreto etc., que se auxilian y, entre todos ellos, y otros, conforman el amplio
principio conocido como debido proceso.

3.2. Salvo muy contadas hipótesis, una característica general de los


principios es que admiten excepciones. Así se dice de la cosa juzgada, del non
bis in idem, de la defensa letrada, del proceso público, etc. Bien puede afirmarse,
entonces, que una excepción a la legalidad como principio es la prohibición de la
reformatio in pejus, salvedad tan alta que ha recibido la categoría de derecho y
principio constitucional. Esto no es extraño a nuestra normatividad pues, por
ejemplo, el principio de favorabilidad -retroactividad, ley intermedia, lex tertia-
es una excepción al principio de legalidad en su forma de ley irretroactiva.

4. La situación es similar cuando se acude a la consulta para decir que a


pesar del apelante único es posible el empeoramiento de la situación con base en
tal grado jurisdiccional. Tampoco es aceptable la afirmación, porque.

4.1. Como es obvio, la dinámica de las jerarquías obedece al interés


mostrado por los sujetos procesales frente a una decisión anterior. Si es así, la
2ª. instancia y la casación se hallan limitadas por las finalidades de quien
impugna, de tal manera que si alguien recurre, la consulta es desplazada pues
que esta ha sido prevista justamente para aquellos eventos en los cuales no
existe interés de las “partes” por impugnar. Si son dos institutos que obedecen a
razones diversas, la más importante hace a un lado a la otra. Y no hay duda, por
el origen de los recursos, que la utilización de estos obstaculiza totalmente la
aplicación de la consulta.

4.2. Se suele afirmar que no obstante la interposición de la alzada por un


condenado único, el Ad-quem puede empeorar situaciones en los eventos de
consulta pues que esta ha sido creada en pro del interés general. Bien discutible
el punto y, frente a él, basta recordar que en un Estado Social y Democrático de
Derecho lo más importante sigue siendo el individuo y que el Estado, incluso
después de la sociedad –que ocupa el 2do. lugar-, se sitúa al final de las
prioridades. De modo que comparando intereses individuales como el aquí
resaltado con intereses sociales, no hay duda sobre la prevalencia de aquellos,
como emana, por lo demás, del propio artículo 5º. del C. P. Y sería suficiente,
para terminar, preguntarse sobre lo siguiente: ¿ en concreto, frente a la realidad,
cuál es el interés general que en materia de penas resulta más importante que el
interés del impugnante único, como para afirmar que el grupo social resulta
desprotegido porque no se aumenta la pena a un condenado, con base en la
consulta?. En este tema, como en muchos otros -surge de la Constitución- es de
mayor trascendencia la importancia del ser humano, de carne y hueso, que el
etéreo e inasible interés general.

4.3. El artículo 31 de la Constitución Política dispone:

“Toda sentencia judicial podrá ser apelada o consultada, salvo las excepciones que
consagre la ley”.

“El superior no podrá agravar la pena impuesta cuando el condenado sea apelante
único”.

De aquí resulta:

221
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

a) Por la “O”, son fenómenos diferentes y oponibles. Por tanto, si se apela


o se acude a la casación, no procede la consulta; y si se sigue la ruta de la
consulta es porque no existe impugnación.

b) Cuando el inciso 2º. hace la afirmación transcrita, tajantemente está


diciendo que el recurso de apelación relega toda posibilidad de consulta. Ese es el
mensaje lógico si se mira el origen y la historia del principio de la doble instancia,
regido, como decíamos atrás, por el interés de quien se siente afectado y no por
el ánimo o “interés general”.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 22/06/2000
DECISION : No casa, ordena expedir copias a la Fiscalía
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : GUERRERO JIMENEZ, LUIS ENRIQUE
DELITOS : Porte de armas de uso privativo de las F.M.,
Homicidio con fines terroristas
PROCESO : 13381
PUBLICADA : Si
Salvamento de Voto Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CASACION-Interés: Pretensión más gravosa al recurrente/ IMPUGNACION-


Principio de trascendencia

En materia de recursos, incluido el de casación, opera el principio del interés,


fundamento esencial de la interposición de los mismos, de acuerdo con el cual, entre
otras cosas, "…la parte de una sentencia favorable a un litigante, no puede casarse a
su instancia…", "…los recursos se hallan establecidos en beneficio, y no en perjuicio, de
los recurrentes que nada ganen con él…", "…el recurso de casación es un medio
extraordinario y sólo se da en beneficio, no en perjuicio, de quien lo propone…",
razones por las cuales "…no cabe acceder a la casación si con ello se agrava la
situación jurídica del recurrente"*.

Sobre el mismo tema, también rige el principio de trascendencia, en virtud del cual,
cuando se acude a la interposición de recursos importa partir, de un lado, de la
existencia de un perjuicio causado a la parte correspondiente con la decisión objeto del
reparo, que se busca sea subsanado; y, del otro, de que en desarrollo del mismo se
pueda obtener una ventaja o beneficio y, jamás, un perjuicio, daño, menoscabo, o el
simple mantenimiento de la situación jurídica conocida**. Todo ello, naturalmente,
haría inocuo el recurso.
_____
* Ejemplos de la ya clásica casación española, tomados de Manuel De La Plaza, "La
casación Civil", Madrid, Revista de Derecho Privado, 1944.

222
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

** Así lo tiene establecido la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, como se


desprende, por ejemplo, de las casaciones del 18 de agosto de 1994 ( Rad. No. 8742,
M. P. Dr. Dídimo Páez Velandia), 22 de septiembre del mismo año ( Rad. No. 9654, M.
P. Dr. Juan Manuel Torres Fresneda) y 20 de abril de 1999 ( Rad. No. 10391, M. P. Dr.
Carlos Augusto Gálvez Argote)

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 22/06/2000
DECISION : Desestima la demanda y por lo tanto no casa la
sentencia
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Valledupar
PROCESADO : DUARTE ALARZA, LUIS TEOBALDO
DELITOS : Falsedad material de particular en doc. púb.,
Fraude procesal
PROCESO : 12299
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CAMBIO DE RADICACION-Eventualidades, competencia

sobre las circunstancias que se pueden presentar en el cambio de radicación solicitado


por los sujetos procesales o por el funcionario judicial a cargo de la actuación, la Sala
ha dicho:

"Las normas mencionadas fijan la competencia para resolver el cambio de radicación


en el superior encargado de decidir. Es decir, como se desprende del artículo 86 del
Código de Procedimiento Penal, en cabeza de los Tribunales Nacional y Superiores de
Distrito cuando el cambio sea dentro de la misma región o distrito; o de la Corte
Suprema de Justicia, cuando se trate de cambio de radicación a otra región o distrito.

"Surge, sin embargo, un interrogante obligatorio consistente en cómo se establece en


el caso concreto la competencia para resolver sobre el cambio de radicación, aspecto
sobre el cual la Sala traza los siguientes criterios:

"1. Si el funcionario que está conociendo del proceso es el Tribunal Superior de


Distrito, obviamente que la competencia para resolver cualquier solicitud de cambio de
radicación es de la Corte Suprema de Justicia.

"2. Si la solicitud proviene del Juez, éste deberá establecer si es o no conjurable la


circunstancia en la cual la apoya, dentro del mismo Distrito Judicial al cual pertenece.
Si la conclusión es negativa, remitirá la petición directamente a la Corte para que la
decida y, en el caso contrario, la enviará al Tribunal respectivo, sin perjuicio de que
éste, de encontrar conveniente que el cambio se haga a otra región o distrito, remita
la petición a la Corte para que la resuelva.

"3. Si el cambio de radicación es promovido por uno de los sujetos procesales, pueden
presentarse las siguientes eventualidades:

"a. Que eleve la solicitud directamente ante la Corte Suprema de Justicia, en


concordancia con el último inciso del artículo 84 del Código de Procedimiento Penal.

"La Corte, en tal caso, resuelve sobre la procedencia de la misma. Y si la niega, pero
encuentra que sería viable su examen de cara a la posibilidad de disponer el cambio de
radicación dentro de la misma región o Distrito, la envía al Tribunal correspondiente
para que, a su vez, emita el pronunciamiento respectivo.

"b. Que la presente ante el Tribunal Nacional o Superior de Distrito según el


caso.

223
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

"En este evento, sólo si el Tribunal encuentra conveniente que el cambio de radicación
se haga a otra región o distrito, la remite a la Corte para que la resuelva. En el caso
contrario, debe producir la decisión respectiva, como igual lo debe hacer cuando, en la
primera hipótesis, la Corte niegue el cambio de radicación y concluya, no obstante,
que debe examinarse su procedencia al interior de la región o del distrito.

"c. Que el sujeto procesal eleve la petición directamente ante el Juez que esté
conociendo del proceso.

"En esta hipótesis es posible o no que el sujeto procesal manifieste su deseo de que el
cambio de radicación se produzca a otra región o distrito. Si lo hace, en los términos
del caso examinado, no necesariamente la solicitud debe ser remitida a la Corte
Suprema de Justicia para su resolución, porque el motivo que la genera viene
circunscrito a un Municipio o Circuito y no a un Distrito o Región.

"En tal orden de ideas, independientemente de que el sujeto procesal exprese o no


como pretensión que el cambio de radicación del proceso se produzca a otra región o
distrito judicial, el Juez ante quien se presente la petición, para definir a dónde la
remite, si al Tribunal o a la Corte, debe examinar su fundamentación previamente en
aras de establecer, si la circunstancia o circunstancias aducidas son neutralizables en
la propia región o distrito o en uno diferente. Si lo primero, la remitirá al Tribunal
respectivo y, en caso contrario, a la Corte Suprema de Justicia, sin perjuicio de que la
Sala, de no acceder al cambio de radicación, disponga la conveniencia de su examen
por parte del Tribunal respectivo.

"Pero si de la causa petendi y del petitum se desprende nítidamente que la pretensión


busca la variación del Distrito, y sus fundamentos no conducen sino a ello, es la Corte
la que habrá de decidir". *
______
* Auto del 4 de mayo de 1999, M.P. Dr. Carlos Eduardo Mejía Escobar.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Cambio de Radicación
FECHA : 22/06/2000
DECISION : Se abstiene de resolver y remite al Tribunal
Superior de San Gil
PROCEDENCIA : Juzgado 1º Penal del Circuito
CIUDAD : Velez - Santander
PROCESADO : SILVA CORTES, GILBERTO
DELITOS : Homicidio agravado, Amenaza
PROCESO : 17108
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION PASIVA-Falta de jurisdicción del país requirente: No es objeto


del concepto/ EXTRADICION PASIVA-Estados Unidos: El trámite regulado en
el C. de P.P. es aplicable a la solicitud de colombianos por nacimiento/
EXTRADICION PASIVA-Concepto del Ministerio de Relaciones Exteriores: No
se exige motivado/ EXTRADICION PASIVA-Declaración de
reciprocidad/EXTRADICION PASIVA-Doble incriminación: Prueba

1. En lo que atañe a la supuesta falta de jurisdicción del país requirente para investigar
y juzgar al solicitado, en un sinnúmero de ocasiones la Sala ha dejado establecido que
este tópico trasciende el objeto del concepto que debe emitir en orden a lo previsto
por el artículo 558 del Código de Procedimiento Penal, pues de adentrarse en su
estudio desconocería la soberanía del país requirente, dado que es el proceso base de
la demanda de extradición el escenario apropiado para plantear el cuestionamiento, y
las autoridades judiciales de ese país las competentes para resolverlo.

224
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Lo que el Código Procesal Penal exige sobre este elemento, es la verificación de que
los hechos imputados sean delictuales en ambos países, y en Colombia sancionados
con prisión no inferior a cuatro años; en consecuencia lo demás sobra. Ahora, con el
propósito de obtener su demostración, la Embajada de los Estados Unidos de América
remitió copia del pliego de cargos, que contiene la descripción de las conductas
imputadas y los delitos configurados con ellas, junto con las normas positivas que las
tipifican y sancionan.

2. Respecto a la violación de las formas propias del juicio y del derecho de defensa,
fincadas en la supuesta aplicación indebida de las normas del Código de Procedimiento
Penal de 1.991, por cuanto antes de la reforma del artículo 35 de la Carta Política,
dicha normatividad solo regulaba el trámite de la extradición de extranjeros y
nacionales por adopción, debido a que la Constitución prohibía la extradición de
colombianos por nacimiento, no tiene asidero jurídico ni racional, pues es el mismo
artículo 35 - actual - que literalmente dispone que la extradición se podrá solicitar,
conceder u ofrecer de acuerdo con los tratos públicos y, en su defecto con la ley.

Además, como la demanda de extradición se hizo en vigencia del actual precepto


constitucional, y no existe tratado de extradición aplicable a las solicitudes elevadas
por los Estados Unidos de América, la fuente formal aplicable es el Código de
Procedimiento Penal, como tradicionalmente la Corte lo ha concebido y aplicado,
habida cuenta que sus preceptos se avienen con el texto Superior; proceder que
contrario a configurar una irregularidad, constituye la aplicación cabal de los mandatos
constitucionales y legales.

3. En punto a la irregularidad cimentada en la falta de motivación del concepto


expedido por el Ministerio de Relaciones Exteriores, tampoco es atendible el
argumento de la defensa, pues de tiempo atrás la Corte ha venido sosteniendo, que
debido a la naturaleza mixta del trámite de extradición pasiva prevista en la Ley
Procesal Penal, los actos administrativos previos expedidos por los Ministerios de
Relaciones Exteriores y de Justicia y del Derecho, escapan a su control, los cuales
pueden ser controvertidos al instante en que el Gobierno Nacional decida sobre la
extradición, por vía gubernativa y jurisdiccional.

Es más, el artículo 552 del Código de Procedimiento Penal, exige que el Ministerio de
Relaciones Exteriores determine si se debe proceder con sujeción a convenciones o
usos internacionales o de conformidad con las normas del Código Procesal Penal,
pautas legales que fueron estrictamente observadas por el Ministerio al conceptuar, sin
que le sea permitido a la Sala exigir su motivación pues con ello crearía un requisito
no previsto en la ley quebrando el principio de legalidad que cubre al rito; amen de
que por la naturaleza del trámite le está vedado indicarle al ejecutivo la forma y
sentido en que debe cumplir con esa función.

4. Tampoco es atendible el argumento relativo a que la demanda de extradición no


satisface el requisito del numeral 4º del artículo 551 del Código de Procedimiento
Penal, por no acompañar las normas que regulan el instituto de la extradición en el
país requirente, ni las reglamentarias de la aplicación de la ley penal sustantiva dentro
de sus fronteras y fuera de ellas; ya que el expediente cuenta con los preceptos que
describen y sancionan los delitos imputados, los cuales bastan para que la Sala puede
rendir su concepto. Además, siendo la Ley Penal Procesal nuestra la que rige la
demanda de extradición, es inútil traer las normas que regulan el instituto en el país
solicitante; como también sobran las que reglamentan la aplicación de la ley penal en
el espacio, pues esta materia está excluida de los fundamentos del concepto; y si lo
pretendido es patentizar la necesidad de un compromiso de reciprocidad, el esfuerzo
es vano por cuanto el artículo 551 del Código de Procedimiento Penal no lo contempla
como requisito formal.

La declaración o certificación de reciprocidad que echa de menos la defensa, es un


motivo que la Sala también desecha, debido a que como se vio, el Código de
Procedimiento Penal no lo exige y mal haría la Corte en requerirlo, porque violaría el
principio de legalidad que gobierna el rito; ello sin perjuicio de las condiciones que el
Gobierno puede imponer al país requirente de conceder la extradición.

5. En punto, a que los medios de prueba que conforman el expediente no ostentan la


virtud de demostrar la doble incriminación, como lo plantea la defensa, es un tema

225
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

que la Sala definirá al instante de rendir el concepto, y no en este momento del


trámite.

Con todo, es importante precisar que de conformidad con lo previsto por el artículo
551 del Código de Procedimiento Penal, el principio de la doble incriminación, no se
acredita solamente con el indictment, como lo propone el defensor, pues para ello
reclama la copia o transcripción auténtica de la sentencia, de la resolución de
acusación o su equivalente; la indicación exacta de los actos que determinaron la
solicitud de extradición y del lugar y la fecha en que fueron ejecutados; y copia
auténtica de las disposiciones penales aplicables para el caso (numerales 1,2,4). Razón
por la cual la Sala tradicionalmente ha admitido para estos efectos, los testimonios
rendidos por algunos de los funcionarios que intervinieron en la investigación de los
hechos base de la reclamación.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Extradición
FECHA : 27/06/2000
DECISION : Niega la nulidad y pruebas solicitadas
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : TASCON AGUIRRE, ALFREDO
PROCESO : 16726
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION PASIVA-Declaración de reciprocidad/ EXTRADICION


PASIVA-Proceso pendiente en Colombia

1. En relación con el tema de la reciprocidad, como premisa asumida por el recurrente


para fundar la insistencia en las pruebas solicitadas, la Corte determinó en el auto de 4
de mayo del año en curso, con ponencia de quien ahora cumple igual función, lo
siguiente:

"Ahora bien, es cierto que la "reciprocidad", al lado de la "equidad" y la "conveniencia


nacional", son los fundamentos sobre los cuales debe promover el Estado Colombiano
"la internacionalización de las relaciones políticas, económicas, sociales y ecológicas"
(Const. Pol., art. 226). También es verdad que la extradición, como método de
asistencia y cooperación judicial entre los Estados y que tiende a evitar la impunidad
de los delitos, es también una manera de evidenciar las relaciones políticas entre los
países.

"Sin embargo, en el caso colombiano, cualquier condición que se proponga nuestro


país como Estado requerido en materia de extradición, bien por razones de mayor o
menor gravedad del delito (Convención Única de Estupefacientes de 1961); o porque
con el mecanismo se pueda propiciar una discriminación racial, religiosa, política o de
nacionalidad (Convención de Viena de 1988); o por motivos de igualdad soberana,
reciprocidad, equidad o conveniencia nacional, sólo incumbe examinarla al Gobierno
Nacional, en virtud de la naturaleza mixta del trámite de extradición en nuestro
ordenamiento jurídico, según el cual el Ejecutivo no sólo autoriza inicialmente para
proceder sino que también adopta la decisión final (C. P. P., en su orden, arts. 552,

226
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

547, 548 y 559), conforme con la regla constitucional de que el Presidente de la


República, en su condición de jefe de Estado, jefe del gobierno y suprema autoridad
administrativa, es el encargado de dirigir las relaciones internacionales (art. 189-2)".

Por otra parte, el artículo 550 del Código de Procedimiento Penal dispone que "el
Gobierno podrá subordinar el ofrecimiento o la concesión de la extradición a las
condiciones que considere oportunas…", e igualmente el artículo 557 prevé que el
concepto negativo de la Corte Suprema de Justicia es obligatorio para el Gobierno,
pero a la vez advierte que el positivo "lo dejará en libertad de obrar según las
conveniencias nacionales (el resalto no lo hace el texto).

Dentro de la estructura gubernativo-judicial-gubernativo que regula legalmente la


extradición en Colombia, es apenas obvio que la Corte Suprema de Justicia deba su
función jurisdiccional básicamente al principio de estricta legalidad, por ello su
actuación no puede ir más allá de los artículos 549 y 558 del Código de Procedimiento
Penal, mientras que la función administrativa del Ejecutivo se dispone con una mayor
libertad o discrecionalidad reglada para examinar los casos en que condicionará la
extradición a motivos de reciprocidad, igualdad soberana, equidad o conveniencia
nacional.

De modo que si la mayor parte de los aspectos reivindicados por el impugnante están
librados a una facultad discrecional del Gobierno, acorde con el nivel de las relaciones
internacionales y/o de las conveniencias nacionales, cuya dirección y manejo
corresponden exclusivamente a él, no podría la Corte violentar dicha potestad
mediante la ordenación de pruebas que, bien como medio ora como resultado, puedan
llegar a confundir las competencias judiciales y administrativas bien delimitadas dentro
del trámite de extradición, en congruencia con la naturaleza de cada uno de los
órganos que intervienen.

Precisamente el carácter más flexible de otros aspectos distintos a los previstos en los
artículos 549 y 558 del Código de Procedimiento Penal, eximen el trámite de
extradición de otro período de discusión probatoria de la administración con las partes
interesadas, sin perjuicio de la racionalidad y sensatez que deben exhibir las
decisiones de cualquier autoridad en un Estado de Derecho.

2. Mención separada merece la prohibición legal del artículo 565 del C. de P. P., según
la cual no habrá lugar a extradición cuando la persona cuya extradición se solicita,
esté investigada o haya sido juzgada en Colombia por el mismo delito. Como se trata
de un asunto netamente objetivo o de pura contradicción jurídica, no ha menester el
debate probatorio al cual aspira el recurrente, pues radica como obligación del
Gobierno allegar las respectivas constancias para establecer si se procede por los
mismos hechos, bien por iniciativa propia o a instancia de parte.

Ahora bien, la inexistencia legal de una actividad probatoria completa, diferente a la


del momento judicial de la extradición, así como la elasticidad gubernativa en la
consideración de condiciones o razones de conveniencia, no inhiben a la administración
(ni siquiera la eximen) para documentarse o recopilar o recibir suficiente información
antes de la decisión final, si el caso lo requiere, pues, al fin y al cabo, su tarea es la de
la aplicación del Derecho como empresa racional que, a diferencia de lo que ocurre con
otras como la ciencia, sólo cuentan los hechos que pasan por el tamiz de una
presunción razonable o de reglas sobre valoración de lo probado.

Cualquier arbitrariedad que pueda advertirse en esta materia, lo reitera hoy la Corte,
no tiene controles previos o posteriores por parte de esta Corporación, aunque sí
proceden los recursos propios de la vía gubernativa o la revisión rogada de la
jurisdicción contencioso-administrativa.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Extradición
FECHA : 27/06/2000
DECISION : No repone auto de 24-11-99
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : PERLAZA ORTIZ, MILTON
PROCESO : 15825
PUBLICADA : Si

227
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

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EXTRADICION PASIVA-Prueba: El auto que decreta las de oficio es de


sustanciación

Es de recordarse que la jurisprudencia de esta Corte pacíficamente tiene establecido


que es práctica usual en los estrados judiciales "que por razones de economía
procesal, se incluyan dentro de una misma providencia decisiones de carácter distinto,
como ocurre cuando en un proveído interlocutorio se ordenan pruebas, o cuando en
una sentencia de instancia se decretan nulidades parciales o se declara la extinción de
la acción penal por un delito o respecto de uno de los procesados, sin que ello traduzca
modificación de la naturaleza jurídica de la decisión de menor entidad, la cual continúa
definiéndose por su contenido, conforme a la clasificación que de las providencias
judiciales trae el artículo 179 del Código de Procedimiento Penal" (cas. agosto 31/95,
M. P. Dr. Dídimo Páez Velandia, y cas. julio 3/96 M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll,
entre otras).

Por ser apenas obvio, sobra decir que de acuerdo a la facultad de ordenación que la
Ley otorga al Juez, y en ejercicio de su poder de instrucción derivado de manera
general del contenido del artículo 249 del Código de Procedimiento Penal, y para este
caso específico del artículo 556 ejusdem, el funcionario judicial y en este evento la
Corte, puede decretar pruebas de oficio, sin que sus decisiones en tal sentido deban
ser motivadas, pues su naturaleza es de sustanciación o de simple impulso procesal
así estén contenidas en providencia interlocutoria, contrario a lo que acontece al
disponerse el rechazo de las pedidas por las partes cuando se observe que la solicitud
probatoria no reúne los presupuestos de conducencia y pertinencia al asunto en
debate.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Extradición
FECHA : 27/06/2000
DECISION : Rechaza por improcedente el recurso de
reposición
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : ORLANDEZ GAMBOA, ALBERTO
PROCESO : 16515
PUBLICADA : Si

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ERROR DE HECHO-Diferencia entre el falso juicio de identidad y el falso


raciocinio/ INDICIO-Técnica para atacarlo en casación

1. Con el fin de comprender los desaciertos técnicos de este reparo resulta imperioso
precisar que el error de hecho por falso juicio de identidad difiere del error que
proviene del desconocimiento de las reglas de la sana crítica en la valoración del
mérito de las pruebas, que la jurisprudencia de la Corte ha venido nominando como
error de hecho por falso raciocinio. Mientras el primero se presenta cuando el juzgador
pone a decir a la prueba lo que objetivamente no dice, por omisión, suposición, o
modificación en parte de su verdadero texto, el segundo surge cuando el juez, en el
proceso de determinación del valor de la prueba, o de aplicación en general de
razonamientos lógicos, se aparta de los reglas de la experiencia, los postulados de la
lógica, o los conocimientos de la ciencia.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Su acreditación, por tanto, debe fundarse en consideraciones distintas. En tanto el


error de hecho por falso juicio de identidad impone contrastar el contenido material de
la prueba con la aprehensión fáctica que de ella recogen los fallos de instancia, en
orden a demostrar su falta de correspondencia, el error de hecho por falso raciocinio
impone evidenciar que la valoración realizada por los juzgadores del mérito de la
prueba, o las conclusiones obtenidas a través de ejercicios inferenciales, contradice de
manera manifiesta las reglas de la sana crítica.
...
2. Si el demandante pretendía demostrar que el referido indicio ostentaba el carácter
de leve, y no de grave como lo declararon los fallos de instancia, le era imperioso
aceptar la demostración del hecho indicador, y la corrección de la inferencia lógica,
puesto que solo a partir de la superación de estas dos fases de la construcción
indiciaria, tiene sentido entrar a cuestionar el valor probatorio otorgado al medio.
Además, debía entrar a explicar por qué motivos, dentro del ámbito de apreciación
racional de la prueba indiciaria, una tal circunstancia debía ser catalogada de leve, y
no de grave, y de qué manera este desacierto incidió en la decisión de condena.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 28/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Antioquia
PROCESADO : CANO, ROGELIO, O
PROCESADO : SERNA, ROGELIO, O
DELITOS : Porte ilegal de armas de defensa personal,
Homicidio agravado
PROCESO : 14095
PUBLICADA : Si

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NULIDAD-Técnica en casación/ NULIDAD-Por falta de competencia en la


instrucción/ PECULADO POR APROPIACION-Favorabilidad del artículo 133
del C.P. frente al 19 de la ley 190 de 1995/ EMPLEADO OFICIAL-De las
sociedades de economía mixta/ PRESCRIPCION-Empleado oficial

1. De acuerdo con el artículo 29 de la Constitución Política, toda persona tiene derecho


a un debido proceso y su desconocimiento acarrea nulidad, pero para arribar a esta
conclusión habrá de examinarse cada situación, buscando una solución consecuente
con los fines del proceso penal y la legislación vigente, así se desprende de los
principios que rigen la nulidad.

Para el éxito de la impugnación en estos eventos, se debe identificar el acto procesal


irregularmente cumplido, demostrarse la omisión de un desarrollo jurídicamente
exigible conforme a disposiciones que lo establecen, y la incidencia de ello en el
proceso o la sentencia, con efectos en las garantías constitucionales y legales
reconocidas a favor del procesado, o en la estructura del proceso, y que no puedan ser
subsanadas. Estas condiciones están ausentes en el sub judice, razón por la cual el
cargo no puede prosperar./

2. Es aceptada la nulidad por falta de competencia en la etapa de instrucción en los


casos de persona aforada, respecto de la apertura de instrucción, indagatoria y
calificación del sumario: No sucede igual en los demás eventos, por cuanto en el

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

código de 1971, los funcionarios estaban habilitados para instruir. Esta ha sido una
constante hasta hoy en la orientación jurídica que ha guiado la investigación en
nuestro medio, y para despejar cualquier duda al respecto, desde la entrada en
vigencia del decreto 0050 de 1987, se dispuso en el artículo 348 la validez de la
actuación en los casos de cambio de competencia por el factor territorial, al señalar:
"Las diligencias practicadas por cualquier juez de instrucción son válidas aunque se
produzca cambio de competencia". En el estatuto procesal actual las Unidades de
Fiscalía tienen competencia en todo el territorio nacional (art. 79), de ahí que se haya
consagrado expresamente que "Durante la instrucción no habrá lugar a nulidad por
razón del factor territorial"(art. 304)./

3. El apoderado del procesado solicita se decrete la prescripción de la acción penal del


delito de falsedad y del peculado por apropiación, punibles por los cuales fue
sentenciado su poderdante. En cuanto al ilícito contra la administración pública
sostiene que la agravante por la cuantía de los apropiado ($4.000.000), no debe ser
considerada en virtud de lo dispuesto en el artículo 19 de la ley 190 de 1995, que
modificó el artículo 133 del C.P.

En la resolución de acusación se le atribuyó al procesado el tipo penal previsto en el


numeral segundo del artículo 133 del Decreto 100 de 1980, modificado por el artículo
2 de la ley 43 de 1982, disposiciones que establecían una pena de 4 a 15 años de
prisión, multa de veinte mil a quinientos mil pesos e interdicción de derechos y
funciones públicas de dos a diez años, cuando el objeto material de la conducta pasara
de quinientos mil pesos. Con base en estos fundamentos jurídicos se profirió la
sentencia de condena contra (...)

El artículo 19 de la ley 190 de 1995 modificó la legislación penal referida en el párrafo


anterior, estableciendo una pena principal de 6 a 15 años de prisión, pero en el inciso
segundo disminuyendo aquella considerablemente, de la mitad a las tres cuartas
partes, si el valor de lo apropiado no supera los cincuenta salarios mínimos legales.

La cuantía del peculado por apropiación fue de $4.000.000. El decreto 01 de 1985


estableció para éste año, a partir del 2 de enero, que el salario mínimo sería de
$13.557.60. Hecha la conversión correspondiente resulta que la cuantía del citado
delito equivale a 295.03 salarios mínimos legales mensuales.

Como puede observarse con la simple comparación de los elementos expuestos en los
párrafos precedentes, de las dos disposiciones en mención, la pena principal
conforme a la norma vigente para la época de los hechos, el art. 133 del C.P., resulta
menos gravosa para el procesado, dado que el peculado que se juzga es superior a 50
salarios mínimos de entonces, motivo por el cual el artículo 19 de la ley 190 de 1995
no tiene aplicabilidad en el sub judice, por cuanto que en gracia al principio de
favorabilidad, procede la aplicación ultraactiva del artículo 133 ídem./

4. De acuerdo con el artículo 3º del Decreto 3130 de 1968, los empleados de las
sociedades de economía mixta, en las cuales el Estado posee más del 90% de capital
están sometidas al mismo régimen que las empresas industriales y comerciales
estatales y sus trabajadores no son particulares, sino oficiales o servidores públicos.
Esta referencia fue la considerada por los juzgadores instancia a efecto de imputarle al
procesado el delito de peculado por apropiación.

5. Según criterio que inspira a la mayoría de la Sala, el fenómeno extintivo en el sub


judice no se ha dado frente al contenido de los artículos 133, 220, 80 y 84 del Código
Penal, pues del artículo 82 ibídem se infiere que para el caso presente el lapso
relevante se amplía en una tercera parte sobre el límite mínimo de cinco años
contados a partir de la ejecutoria de la resolución de acusación, por tratarse la primera
de una infracción cometida en ejercicio de la función y la segunda con ocasión del
cargo oficial que el sujeto agente cumplía.

La Corte ha sostenido, "que la norma no prolonga el término de prescripción


exclusivamente para el empleado oficial que ha cometido un delito de responsabilidad.
Lo que el texto legal hace es extender dicho término para la prescripción de la acción
penal, cuando el delito hubiere sido cometido por un empleado oficial en ejercicio de
sus funciones o de su cargo o con ocasión de ellos, afectando la norma, en
consecuencia, a todos los sujetos que hubieren tomado parte en la ejecución del delito

230
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

cometido por el empleado oficial, sin que importe si se tiene o no dicha calidad" (M.P.
Dr. GUILLERMO DUQUE RUIZ . Auto agosto 9 de 1989. Rad. 3545).

MAGISTRADO PONENTE: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Sentencia Casación
FECHA : 28/06/2000
DECISION : Deniega petición de prescripción, no casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : AGUIRRE SALAZAR, ARTEMO
DELITOS : Peculado por apropiación, Falsedad material de
particular en doc. púb.
PROCESO : 11232
PUBLICADA : Si

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IMPUGNACION-Interés para recurrir/ CASACION-Interés: Identidad


sustancial en el objeto de la impugnación

1. Es presupuesto procesal del derecho a la impugnación el interés de la parte que


pretende a través del ejercicio de los recursos la reparación de un agravio o perjuicio
causado en una decisión judicial, por manera que, no puede entenderse de otra
manera que lo que se persigue es mejorar o atemperar una situación que resulta
gravosa, criterios desde luego extensivos y aplicables a la casación como así lo ha
sostenido la jurisprudencia de la Sala en fallos del 20 de abril de 1.999 con ponencia
de quien aquí cumple el mismo cometido y del 23 de febrero del año en curso, en el
que fungió como ponente el Magistrado, Doctor Fernando Arboleda Ripoll.

Lo anterior, por cuanto, el planteamiento del censor presenta una inconsistencia lógica
al sostener que el fallo de segunda instancia agravó la situación del procesado, cuando
lo que hizo fue disminuir la pena que se le impusiera por el Juez a quo, luego, en tales
condiciones, no existe perjuicio alguno.

2. Dice el demandante acusar la violación directa del artículo 39 del Código de


Procedimiento Penal porque como la circunstancia de agravación imputada en el pliego
acusatorio no fue tenida en cuenta por el a quo, el Tribunal estaba en la obligación de
cesar procedimiento por indemnización integral.

De esta manera presentada la censura, conforme al criterio sostenido por la Sala, con
ponencia de quien cumple aquí igual cometido, en auto del 3 marzo del año en curso y
fallos del 14 de diciembre de 1.999 y 25 de mayo pasado, como también en sentencia
del 23 de febrero también de la presente anualidad, siendo Magistrado Ponente, el
doctor Fernando Arboleda Ripoll, en el sentido de que en virtud del principio de
limitación que rige la segunda instancia por mandato del artículo 217 del Código de
Procedimiento Penal que obliga al ad quem a pronunciarse únicamente sobre los
aspectos impugnados, no es viable atacar por la vía de la casación aspectos que no
comprendieron el objeto de inconformidad frente a la sentencia de primer grado, ya
que, por exclusión de materia, mal podría alegarse un yerro sobre un tema respecto
del que no hubo pronunciamiento.

Tal es lo que ocurre en el presente asunto, si se considera que al impugnarse la


sentencia de primera instancia, el defensor de (...) centró su inconformidad en la
imprudencia total del conductor de la motocicleta, e igualmente en cuestionar
probatoriamente circunstancias como el exceso de velocidad y la embriaguez del
procesado que para el Juez fueron causas determinantes del accidente, a partir de los
cuales solicitó la absolución de aquél, sin que la aplicación del artículo 39 del Código
de Procedimiento Penal le representara inquietud alguna, por manera que, por tal

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

motivo, el fallo de segundo grado no contiene ninguna consideración sobre su


procedencia.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 28/06/2000
DECISION : Desestima la demanda, no accede a casación
oficiosa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : BECERRA JIMENEZ, JUAN GUILLERMO
DELITOS : Lesiones personales culposas, Homicidio
PROCESO : 13527
PUBLICADA : Si

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ERROR DE HECHO-Falso juicio de legalidad-Diferencia con el falso juicio de


existencia/ ERROR DE HECHO-Falso juicio de identidad: Exigencias técnicas
para su alegación

1. La violación indirecta de la ley por falso juicio de legalidad connota la transgresión


del método legal de formación y aducción de las pruebas, y la posterior ponderación
de aquella que ha sido ilegalmente incorporada al proceso, o la exclusión expresa de la
aducida en legal forma, hipótesis esta última que se diferencia del error de hecho por
falso juicio de existencia por preterición u omisión, en cuanto comporta valoración de
la prueba excluida no por ausencia de apreciación material del medio de convicción,
sino por considerar erradamente el juzgador, que no reúne los presupuestos exigidos
por la ley para conferirle validez.

El reproche en tal sentido, según ha precisado la Corte, debe formularse a través de


una proposición lógico-jurídica, donde se individualice la prueba objeto de indebida
apreciación en que se fundamentó el fallo, se precise la formalidad omitida, la norma
que consagra tal condición de validez del medio probatorio (violación medio), y a su
vez, argumentativamente se demuestre que la prueba cuestionada no reúne las
mínimas exigencias de ley que en desarrollo del cargo se echan de menos, o que a
pesar de reunirlas, el juez erróneamente la consideró inválida.

Establecida la legalidad o ilegalidad del medio de convicción, según la modalidad del


error de derecho denunciado, debe el actor demostrar la incidencia del desacierto en el
establecimiento de la verdad fáctica y de la errada conclusión de la sentencia,
precisando las normas sustanciales indirectamente violadas, por aplicación indebida o
falta de aplicación -violación fin-, y efectuando un nuevo análisis integral del acervo
probatorio, excluyendo las pruebas ilegalmente allegadas, o ponderando las
desestimadas por el juzgador a pesar de su legal incorporación al proceso, y de esta
manera desvirtuar la doble presunción de acierto y legalidad de la sentencia, a efectos
de que en sede de instancia sea sustituida por la Corte.

2. Por corresponder el error de hecho por falso juicio de identidad a la manifiesta


distorsión del sentido material de una o varias pruebas, el reproche que con apoyo en
él se formule contra la sentencia de segundo grado debe, a más de individualizar los
elementos de juicio cuya información fue desfigurada por el sentenciador, poner de
presente lo que objetivamente demuestran, para así hacer evidente la errática
conclusión que en relación con esos medios de convicción contiene el fallo atacado.

Puesta de presente la tergiversación de la prueba por el juzgador, debe


complementariamente el censor incursionar en el examen de la nueva situación

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

probatoria, a fin de demostrar la trascendencia del yerro acabado de evidenciar, en el


desquiciamiento del supuesto fáctico y dispositivo de la sentencia, justificando así el
proferimiento del fallo de sustitución. Todo ello, sin dejar de precisar las normas
sustanciales que por esa errónea apreciación de los hechos resultaron indirectamente
violadas, por falta de aplicación, o aplicación indebida.

Para la correcta demostración de esta modalidad de error, debe el recurrente tener en


cuenta que lo que se demanda no es la falta de coincidencia entre su convicción
personal y la ponderación que de las pruebas efectuó el juzgador, pues el recurso
extraordinario no persigue realizar la revisión ex novo del acervo probatorio, como
quiera que tal posibilidad se agotó en las instancias; de ahí que el objeto de la
casación no sea todo el proceso, sino la sentencia de segundo grado, a la que se
integra la de primera instancia que en cuanto ha sido confirmada, integra una unidad
con aquella.

El reproche contra la sentencia por error de hecho por falso juicio de identidad, se
debe fincar en los vicios objetivos originados en la tergiversación de la prueba, y no en
las particulares apreciaciones del demandante sobre la credibilidad que el juzgador
otorgó a ciertos medios de convicción, pues se reitera, el debate sobre el mérito
suasorio de los medios de prueba, ya se surtió y clausuró en las instancias.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 28/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Manizales
PROCESADO : NOGUERA PIDGHIRNAY, CLAUDIO ANDRES
DELITOS : Acto sexual abusivo con incapaz de resistir
PROCESO : 13321
PUBLICADA : Si

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FAVORABILIDAD-Su alegación en casación procede por la causal primera/


FAVORABILIDAD-Pena máxima: Aplicación ultraactiva del artículo 44 del
decreto 100 de 1980

El único cargo que el censor formula contra la sentencia de segunda instancia, consiste
en que el Tribunal Nacional vulneró de manera directa de la ley sustancial, por
exclusión evidente del artículo 44 del Código Penal, vigente al momento de la comisión
de los hechos, y por aplicación indebida del artículo 3° de la Ley 365 de 1997, toda
vez que al redosificar el quantum punitivo impuesto en el fallo por el juzgado regional,
desbordó el límite máximo contemplado en la primera preceptiva citada, al imponerle
al procesado como pena privativa de la libertad 34 años 18 días de prisión.

Inicialmente debe resaltarse que, como lo señala la Procuraduría, la primera


modificación que sufrió el multicitado artículo 44 fue con la expedición de la ley 40 de
1993, cuyo artículo 28 elevó el máximo de la pena de prisión a 60 años, precepto que,
a su vez, fue subrogado por el 3° de la ley 365 de 1997, que conservó ese límite.

La censura no sólo esta debidamente planteada y desarrollada, sino que le asiste razón
al demandante, por lo que está llamada a prosperar.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

En efecto, se está en presencia de un conflicto de leyes en el tiempo, es decir, de


sucesión de normas que a la misma hipótesis fáctica le asignan consecuencias jurídicas
distintas, de manera que unas son más favorables para el procesado.

Tal conflicto, al tenor de la legislación y la jurisprudencia, se soluciona con fundamento


en el principio de favorabilidad, cuya vulneración se acusa con fundamento en la
causal primera, pues se está frente a un defecto de juicio, pues aunque se trata de
una garantía constitucional no tiene naturaleza procesal, ya que ampara al procesado
en la aplicación del derecho sustancial, como lo ha sostenido la Sala .*

En este conflicto, si la nueva ley es favorable se aplicará con efecto retroactivo, pero si
lo es la anterior, esta será la que rija el caso, teniendo en tal evento, efecto
ultraactivo, por tratarse de un delito cometido durante su vigencia.

En el presente caso, los hechos ocurrieron el 13 de julio de 1991, cuando la norma


vigente era el artículo 44 del Decreto 100 de 1980 que señalaba una duración máxima
para la pena de prisión de 30 años, precepto que fue sustituido por el artículo 28 de la
ley 40 de 1993 que la elevó a 60 años y luego por el 3° de la ley 365 de 1997 que
conservó ese límite.

En consecuencia, la norma que debe regular el evento que nos ocupa es el artículo 44
del Decreto 100 de 1980, en aplicación al principio de favorabilidad consagrado en los
artículos 29 de la C. P. y 6° del Código Penal.

Este postulado fue respetado por el juzgado regional, el que al tasar la punibilidad del
concurso de delitos por los cuales fue condenado el procesado, le impuso la pena de
29 años, 6 meses y 18 días de prisión, al hallarlo responsable de los delitos de
homicidio agravado, secuestro extorsivo agravado, porte ilegal de armas de fuego de
uso privativo de las Fuerzas Armadas, utilización ilegal de uniformes e insignias y
hurto calificado y agravado.

El Tribunal Nacional, en cambio, al conocer de la segunda instancia, lo desconoció,


pues estimó que la pena impuesta había sido "benigna", por lo que procedió a
redosificarla imponiéndole al procesado por el delito de secuestro extorsivo el quantum
de 22 años y 18 días de prisión, el que aumentó en 12 años más, por virtud del
concurso con otros punibles (homicidio agravado, porte ilegal de armas de fuego de
uso privativo de las Fuerzas Armadas, utilización ilegal de uniformes e insignias y
hurto calificado y agravado), para un total de 34 años 18 días de prisión, guarismo que
sobrepasa el límite máximo contemplado en el citado artículo 44.

Por tal motivo, la Sala casará la sentencia y, en consecuencia, se le impondrá al


procesado la pena privativa de la libertad que se ajuste a la legal prevista en la norma
penal favorable que le era aplicable, esto es, 30 años de prisión.
_____
* Ver Casaciones 9634 mayo/97. M. P. Dr. Carlos Eduardo Mejía; 12397 abril/99. M.P.
Dr. Fernando Arboleda Ripoll; y 13049 marzo 3/2000. M. P. Dr. Carlos A. Gálvez
Argote, entre otras.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 28/06/2000
DECISION : Declara prescripción, casa, fija nueva pena
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : RAMOS, JAVIER
PROCESADO : RAMOS, MEDARDO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de
uso privativo de las F.M., Homicidio agravado,
Porte de insignias de las Fuerzas Armadas,
Secuestro extorsivo agravado
PROCESO : 14054
PUBLICADA : Si

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

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COLABORACION EFICAZ-Acuerdo previo con la Fiscalía

En la formulación del segundo cargo, que hace consistir en un falso juicio de identidad
por no habérsele reconocido a su representado el beneficio por la "delación de
copartícipes" estable-cido por el artículo 44 (literal "d") de la Ley 81 de 1993, también
yerra la casacionista cuando reclama del sentenciador el ejercicio de facultades que la
ley no le ha conferi-do, pues por expresa disposición del primer inciso de la citada
norma (incorporada al Código de Procedimiento Penal como artículo 369-A) es al Fiscal
General de la Nación o el Fiscal que éste designe, previo concepto del Procurador
General de la Nación o su delegado, quien "podrá acordar uno o varios de los
beneficios consagrados en este artículo con las personas que sean investigadas,
juzgadas o condenadas, en virtud de la colaboración que presten a las autoridades de
cualquier orden para la eficacia de la administración de justicia, sujetándose el
acuerdo a la aprobación de la autoridad judicial competente".

Así las cosas, sea cual fuere la actividad positiva desarrollada por el procesado
(delación, presentación voluntaria, entrega de bienes, etc.), el beneficio por colabo-
ración eficaz establecido en el mencionado artículo 369-A requiere de un acuerdo
previo con la Fiscalía, que de no existir impide el reconocimiento de sus efectos por
parte del senten-ciador, a quien únicamente corres-ponde revisar-lo a fin de impartir o
negar su aprobación. Es decir, si, como aquí ocurrió, no se pactó con la entidad
legalmente autorizada ningún acuerdo en torno a la colaboración eficaz, es un
imposible jurídico pretender que a falta de tan fundamental requisito los juzgadores de
instan-cia o la Corte entren a suplantar a la Fiscalía en el ejercicio de funciones que
expresamente y de manera exclusiva le ha asignado la ley.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 28/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : SANTOS FORERO, LUIS FRANCISCO
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 10577
PUBLICADA : Si

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ALLANAMIENTO-Sin orden judicial: Hipótesis

El derecho a la inviolabilidad del domicilio no es absoluto, como tampoco lo es el


principio de reserva judicial de cual está amparado. La Constitución Nacional establece
las condiciones en que resulta procedente la afectación del primero, y también los
casos en los que puede actuarse sin orden judicial previa, por razones de interés
público.

Las primeras aparecen expresamente definidas en el citado artículo 28: a)


mandamiento escrito de autoridad judicial competente (régimen de reserva judicial);
b) observancia de las formalidades establecidas en la ley; y, c) existencia de motivos
previamente definidos en la ley. Los últimos, o casos de excepción al principio de
reserva judicial, surgen frente a las siguiente situaciones:

1) Cuando el delincuente que ha sido sorprendido en situación de flagrancia y es


perseguido por las autoridades, logra refugiarse en su propio domicilio o domicilio
ajeno. En estos casos, por expresa disposición del artículo 32 de la Constitución

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

Nacional, las autoridades pueden ingresar al lugar sin orden judicial si los moradores
se oponen a su ingreso, para el solo acto de aprehensión del imputado.

2) Frente a situaciones de detención preventiva administrativa y orden de captura


vigente (artículo 28 inciso segundo de la Constitución Nacional), cuando la persona
cuya retención o aprehensión se pretende busca refugio en su propio domicilio, o en
domicilio ajeno. En estas hipótesis son aplicables, según doctrina de la Corte
Constitucional, las reglas de la flagrancia, siendo permitida la intervención de las
autoridades de policía sin orden judicial previa, para los solos efectos de la
aprehensión (Cfr. Sentencia C-024 de 27 de enero de 1994 y D-179 de 13 de abril del
mismo año).

3) Cuando se está cometiendo un delito en el propio domicilio, en domicilio ajeno, o en


lugar no abierto al público, y se hace necesario ingresar en él para impedir que se siga
ejecutando. Esta hipótesis se encuentra consagrada en el artículo 344 del Código de
Procedimiento Penal, en los siguientes términos: "Allanamiento sin orden escrita del
Fiscal. En casos de flagrancia cuando se esté cometiendo un delito en lugar no abierto
al público, la policía judicial podrá ingresar sin orden escrita del Fiscal, con la finalidad
de impedir que se siga ejecutando el hecho. Salvo casos de flagrancia, el Fiscal o un
Delegado suyo debe estar presente en el allanamiento".

Esta disposición fue confrontada y declarada exequible por la Corte Constitucional en


sentencia C-657 de 1996, al dar respuesta a una demanda de inconstitucionalidad de
algunos de sus apartes, oportunidad en la cual hizo las siguientes precisiones sobre su
contenido material, y su fundamento normativo constitucional:

"La flagrancia corresponde a una situación actual que torna imperiosa la actuación
inmediata de las autoridades, cuya respuesta pronta y urgente impide la obtención
previa de la orden judicial para allanar y la concurrencia del Fiscal a quien, en las
circunstancias anotadas, no podría exigírsele que esté presente, ya que de tenerse su
presencia por obligatoria el aviso que debería cursársele impediría actuar con la
celeridad e inmediatez que las situaciones de flagrancia requieren, permitiendo, de ese
modo, la reprochable culminación de una conducta delictiva que pudo haber sido
suspendida merced a la penetración oportuna de las autoridad del lugar en donde se
desarrollaba, o la evasión del responsable, SITUACIONES ESTAS QUE SE REVELAN
CONTRARIAS A LA CONSTITUCION POLITICA QUE EN SU ARTÍCULO 32 AUTORIZA A
LAS AUTORIDADES POLICIALES Y SOLO A ELLAS, PARA ALLANAR UN DOMICILIO SIN
ORDEN JUDICIAL, EN HIPOTESIS COMO LA ANALIZADA" (Mayúsculas fuera de texto).

La diligencia de allanamiento y registro llevada a cabo por las autoridades de policía en


el inmueble ubicado en la calle 25ª No.4-65 de esta ciudad, cuya legalidad el
casacionista cuestiona, se cumplió con fundamento en lo establecido en el citado
artículo 344 del estatuto procesal penal (tercera hipótesis), después de haberse
obtenido información en el sentido de que en dicho lugar funcionaba un expendio de
sustancias estupefacientes. La objetividad y seriedad de las pesquisas que sirvieron de
sustrato a la orden de allanamiento y registro, y la situación de flagrancia del acusado,
no admiten discusiones frente a los resultados confirmatorios del operativo, ni son
objeto de controversia por parte del casacionista.

Su inconformidad guarda relación con los principios de urgencia y necesidad que deben
servir de referente a toda actuación policial de registro domiciliario sin orden de
autoridad judicial, en la consideración de que, atendidas las circunstancias del hecho y
la ausencia de un peligro evidente, las autoridades policiales que ordenaron el
operativo dispusieron de tiempo suficiente para solicitar la orden judicial
correspondiente, y la asistencia de un Fiscal a la diligencia.

Esta apreciación es equivocada. La situación de apremio que autoriza a las autoridades


policiales a adelantar procedimientos de registro sin previa orden judicial, en casos de
flagrancia, no necesariamente surge cuando se está en presencia de un peligro
inminente, y se tiene la certeza de que la tardanza en actuar puede conducir a su
realización, como equivocadamente parece entenderlo el casacionista. También se
presenta cuando la amenaza se cierne sobre los resultados de la investigación
criminal, porque existen motivos fundados para creer que la demora en la intervención
puede provocar la desaparición o pérdida de la evidencia probatoria, o la fuga del
implicado.

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

En el caso sub judice no es necesario esforzarse para comprender que la acción


policial se sustentó en el último de los motivos relacionados, y que las
argumentaciones del casacionista relativas a la ausencia de un riesgo inminente que
hiciera imperiosa la intervención directa de la policía, resultan inaceptables, como
quiera que no se trataba de intervenir para proteger un derecho en peligro
apremiante, sino de asegurar la evidencia probatoria de un delito en ejecución, y la
captura de los responsables.

Las afirmaciones en el sentido de que las autoridades policiales dispusieron de tiempo


suficiente para adelantar labores de seguimiento, y por tanto para solicitar y obtener la
orden de allanamiento y registro, tampoco constituyen argumento válido para afirmar
la ilegalidad de la diligencia. La posibilidad jurídica de adelantar una intervención
policial directa surge de las circunstancias de ocasión, oportunidad, o urgencia, frente
al caso concreto, no del hecho de estarse o no desarrollando labores de constatación
de la información recogida, como parece insinuarlo el censor.

Bien puede suceder que en el curso de las pesquisas y averiguaciones surja la


necesidad de actuar directamente ante el advenimiento de circunstancias inesperadas,
o la probabilidad fundada de que la demora en la obtención de la orden judicial de
registro puede determinar que el delito que pretende evitarse se realice, o que
desaparezca la prueba del que viene siendo ejecutado. En estos casos, resultaría necio
sostener que los requerimientos de necesidad y urgencia que deben acompañar toda
actuación policial de registro domiciliario sin orden judicial, no concurren.

Visto, entonces, que la circunstancia de haberse adelantado labores previas de


inteligencia no prueba, de suyo, que las autoridades policiales que ordenaron el
operativo dispusieran de tiempo suficiente para obtener el permiso de ingreso, o que
una tal decisión haya superado los linderos de razonabilidad y proporcionalidad dentro
de los cuales debe estar enmarcada, atendidas las circunstancias concretas del hecho
y los fines perseguidos, se concluye que la censura no se encuentra acreditada, y que
se impone, en consecuencia, su desestimación.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 28/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : RIVERA, RAUL
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 10797
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Requisitos sustanciales/ NULIDAD-Técnica en


casación

1. Además de las formalidades propias de una demanda de casación, cuando los


cargos son desarrollados el actor debe demostrar, más allá de la enunciación de la
causal y de la propuesta de la imputación a la sentencia, la real existencia de las
razones que hacen franqueable el fallo impugnado, es decir, la protuberante y
manifiesta infracción del derecho.

Tal exigencia sustancial significa que el casacionista debe comprobar no sólo la


presencia de errores cometidos en la decisión, sino su verdadera trascendencia, a tal
punto que hayan sido los errores evidenciados a lo largo del desenvolvimiento del
cargo los causantes o determinantes de la decisión contraria a la juridicidad. Como eso
es lo que compete al actor en casación, este no puede contentarse con señalarle a la
Corte cuál es su opinión sobre el tema, tratar de oponerla al criterio de los jueces y
dejar el asunto así para que, de pronto, la Sala se incline por una u otra postura. Su

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

tarea, pues, consiste en indicar formalmente y en probar materialmente los yerros.


No es, entonces, suficiente, indicar pensamientos singulares. La Corte, recábase, se
ocupa del estudio de los equívocos señalados como demostrados por el interesado y
no de sus pareceres sobre el proceso o sobre la prueba./

2. Cuando se acude a la nulidad como causal de casación, le corresponde al


demandante cumplir con varias exigencias capitales, sujetas al detalle y la profundidad
propias de todo planteamiento de casación. Fundamentalmente son las siguientes: (1)
Concretar la clase de nulidad que invoca. (2) Mostrar sus fundamentos. (3) Especificar
las normas que estima infringidas. (4) Precisar de qué manera la irregularidad
procesal denunciada ha repercutido definitivamente en la afectación del trámite surtido
que ha culminado con la expedición de la sentencia impugnada. (5) Aparte de
evidenciar alguna o algunas irregularidades, determinar aquella o aquellas que
indefectiblemente conducen a la invalidación del proceso, bien porque rompan la
estructura del rito, bien porque vulneran garantías y derechos fundamentales. (6)
Señalar desde cuándo pide la declaración de nulidad, indicando los motivos por los
cuales se alude a tal momento. (7) Si se refiere a varias irregularidades con capacidad
anulatoria, seleccionar la más importante y ordenar las demás, teniendo en cuenta la
mayor o menor cobertura de cada una de ellas, es decir, el alcance de las infracciones.
Como cada hipótesis de nulidad tiene su propia trascendencia en el trámite procesal,
lógicamente aquella con mayor capacidad de regresar el proceso al punto más lejano
goza de prioridad frente a las demás. (8) Si el proponente en casación postula
violación del debido proceso, le resulta imprescindible identificar con plena nitidez la
irregularidad que sustancialmente lo ha alterado de manera rotunda, desde luego en
contra de las formas y cauces legalmente establecidas. (9) Si lo denunciado por el
casacionista es la violación del derecho de defensa, en su escrito debe determinar la
actuación concreta que lo ha vulnerado, así como su específica incidencia en el fallo
recurrido ( Cfr., por ejemplo, Casaciones del 10 de marzo de 1994, M. P. Dr. Ricardo
Calvete Rangel, y del 14 de septiembre de 1.999, M. P. Dr. Carlos Eduardo Mejía
Escobar).

MAGISTRADO PONENTE: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 28/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santafé de Bogotá
PROCESADO : MORENO QUEVEDO, JESUS MARIA
DELITOS : Lesiones personales, Acceso carnal abusivo con
menor de 14 años
PROCESO : 11924
PUBLICADA : Si

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NULIDAD-Técnica en casación/ INSTRUCCION-Término/ NULIDAD-


Prolongación de los términos de instrucción

1. La nulidad en casación, no exonera al demandante del deber de presentar


formalmente la demanda ciñiéndose a las exigencias del artículo 225 del Código de
Procedimiento Penal. Esto implica la invocación de la causal de casación y nulidad, el
señalamiento de la irregularidad (la omisión de un desarrollo procesal contrario a las
disposiciones que lo establecen), el carácter sustancial de aquélla, la incidencia en el
proceso o la sentencia, con efectos en las garantías constitucionales y legales
reconocidas a favor del procesado, o en la estructura del rito, indicándose el momento
en que se presentó el vicio y la actuación que debe reponerse conforme a derecho, por
no ser subsanable.

De acuerdo con el artículo 29 de la Constitución Política, toda persona tiene derecho a


un debido proceso y su desconocimiento acarrea nulidad, pero para arribar a esta
conclusión habrá de examinarse cada situación, buscando una solución consecuente

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Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

con los fines del proceso penal y los principios que rigen la institución, de ahí que el
artículo 228 de la Carta Política consagre la prevalencia del derecho sustancial sobre el
adje-tivo e imponga la búsqueda de su efectividad, premisa que guía la interpretación
teológica y sistemática de las disposiciones que establecen las formas pro-pias del
proceso.

La estructura básica del proceso es la secuencia correlacionada de las siguientes


etapas: indagación preliminar, instrucción o sumario (apertura, vinculación jurídica del
procesado, resolución de su situación, decreto y práctica de pruebas, cierre de
investigación, cali-ficación), y el juzga-miento (traslado del art. 446 del C.P.P., período
probatorio, audiencia pública, sentencia), dentro de las cuales sobresalen otros actos
fundamentales, como trámite y resolución de incidentes y recursos (con las
limitaciones propias de los procesos de única instancia), de modo que si tales
actuaciones resultan afectados por algún vicio, pueden dar al traste con el debido
proce-so.

Entonces, cuando la nulidad se alega con apoyo en el desconocimiento del debido


proceso se debe comprobar una irregularidad sustancial que afecte la estructura típica
del proceso informado en el acápite anterior, sin perder de vista que el ordenamiento
procesal penal precisó un límite entre lo formal y lo sustancial, para asignarle
operancia a las nulidades sólo en situaciones extremas./

2. El decreto 0050 de 1987 entró en vigencia a partir del 1° de julio. A su vez, el


actual Código de Procedimiento Penal (D. 2700 de 1991) rige desde el 1° de julio de
1992. El art. 329 del último de los decretos en mención establecía: "La instrucción
podrá realizarse mientras no prescriba la acción penal". Esta disposición fue declarada
inexequible por la Corte Constitucional con sentencia C - 411 de septiembre 28 de
1993, con ponencia del doctor CARLOS GAVIRIA DIAZ.

Como consecuencia de lo expuesto en el acápite anterior, se expidió la ley 81 de


noviembre 2 de 1993. El parágrafo transitorio del artículo 42 de la citada ley, entre
otras eventualidades, para citar solamente la que viene a la situación sub éxamine,
señaló que las investigaciones en curso en las que hubiere transcurrido 18 o más
meses sin exceder de 48 en etapa de instrucción, "se calificarán en un término no
superior a ocho (8) meses", término que se "aumentará en las dos terceras partes" (5
meses 10 días) cuando sean tres o más delitos o sindicados el objeto de la actuación
penal.

En este caso, en virtud del efecto general e inmediato de las normas que establecen
los tribunales y los procedimientos, según las leyes 153 y 57 de 1887, las
disposiciones de la ley 81 de 1993 sobre los términos de instrucción y calificación del
sumario se aplican desde que entró a regir aquélla (2 de noviembre de 1993).
....

3. Oportuno es recordar que no resulta posible demandar la ineficacia de un acto


irregular cuando ha cumplido la finalidad para el cual estaba destinado, o cuando no
comporta afectación de las garantías procesales, o desconocimiento de las bases
fundamentales de la instrucción y el juzgamiento, como acontece con las
reclamaciones que ha presentado el actor al amparo de la causal tercera del artículo
220 del C.P.P.

La Corte, con ponencia del Magistrado JUAN MANUEL TORRES FRESNEDA, en decisión
que abunda en razones para que en el presente caso se desestime el cargo, señaló:

"Es innegable que a partir de la Constitución Política de 1991, se elevó a rango


superior el principio de que el derecho a un debido proceso, lo es además "sin
dilaciones injustificadas" -artículo 29-. Pero sin inten-tar menospreciar en los más
mínimo esta garantía, es igualmente de recibo afirmar que no toda demora en la
adopción de una determinación, ni toda prolongación de la actuación más allá de los
términos legalmente establecidos, puede constituir violación a ese derecho del
procesado, porque la transgresión no emana de la sola y objetiva dila-ción, sino tan
solo de aquellas que puedan ser "injustificadas", y ello conduce a la necesidad de
analizar al lado de la entidad de la demora, las causas que la hayan genera-do, sea
que radiquen en obstrucción indebida de las partes, falta de colaboración de los
auxiliares de la justicia, en razones nada infrecuentes de congestión en los despachos

239
Segundo Trimestre de 2000 Relatoría Sala de Casación Penal

judiciales, o en en la complejidad misma del asunto o el volumen del expediente y


piezas procesales objeto de valoración" (Sent. de Cas. octubre11 de1996).

En las circunstancias anteriores no evidencia la Sala ninguna irregularidad que pueda


viciar el proceso y, por tanto, tal como lo solicita el Procurador Tercero Delegado en lo
Penal, no se casará la sentencia por el cargo examinado, se repite, en razón a que no
se acreditó que la demora en proferirse el cierre de investigación y calificarse el
sumario hubiese privado a la defensa de posibilidades de control del proceso, aporte o
controversia de las pruebas, interposición de recursos o prerrogativas que
comprometan las garantías y derechos del procesado.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Sentencia Casación
FECHA : 28/06/2000
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Tunja
PROCESADO : PINEDA ESPINOSA, JAIME ALBERTO
DELITOS : Falsedad ideológica en documento público
PROCESO : 14178
PUBLICADA : Si

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INDICE ALFABETICO DEL SEGUNDO


TRIMESTRE DE 2000

240

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