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Gómez Hernández Johnnathan Alejandro 5-A T/V

¿Por qué y para qué la filosofía?

¿Qué entiendes por filosofía? Una manera diferente de ver las cosas desde un punto
un tanto más lógico, pero con un punto de vista propio.

Filosofía: Filosofía viene de la palabra griega φιλοσοφία y del

latín philosophia acuñada por Pitágoras en el la Antigua Grecia que significa 'amor por

la sabiduría' o 'amigo de la sabiduría'.

Hace también referencia a una forma propia de entender el mundo y la vida.

¿Consideras que la filosofía es útil en la actualidad? Si ¿Por qué? Porque nos


ayuda a desarrollar un pensamiento critico y reflexivo en nuestra vida diaria

Menciona tres problemas que plantea la filosofía en la actualidad:

El bien y el mal: las personas difieren sobre el sentido del bien y el mal, debido a

cómo fueron orientados desde su niñez.

¿Qué hay después de la muerte? Personas afirman que iremos al cielo o al infierno

después de morir, otras piensan en la reencarnación.

La creación del universo: hay personas que creen que un Dios fue el creador de todo,

otras creen que todo comenzó por una pequeña singularidad que se extendió por

medio de una explosión (la teoría del Big Bang), y otras personas creen en la teoría de

la panspermia

¿Cuál es el método de la filosofía?


Método trascendental: Consiste en proyectar la atención, no sobre los objetos mismos,

sino sobre el saber que nos los da, indagando las bases o elementos.

Por lo tanto, se trata de la averiguación de las condiciones necesarias de toda

experiencia.
LA REBELDÍA DE PENSAR
Si saber pensar no es garantía para alcanzar el éxito, ¿qué sentido tiene aprender a

pensar? Ésta es, la pregunta que hacen los que no piensan, los que forman parte de la

masa de los seres humanos que se mueven por inercia y que, más que moverse,

corren agitados tras el éxito, convencidos de que el éxito, y lo que conduzca a él, es lo

único que vale la pena.

Cuando toda la gente marcha en una misma dirección, cuando las palabras y los actos

de la mayoría parecen apuntar hacia una misma meta, se produce una inercia social,

una ideología que muy pocos revisan y de la que muy pocos se apartan, pues para

ponerse a salvo de la corriente hace falta pensar.

Quien se subsume en la corriente, quien imita, no sólo no piensa, sino que no quiere

pensar.

Para quienes no piensan sólo existe un camino y un único sentido: por donde vaya la

mayoría.

El que piensa duda, nunca está seguro, pero se asegura de tener a su alcance otras

opciones. El que no piensa tiene el triste privilegio de la seguridad, lo ha obtenido al

renunciar a la infinita pluralidad de sentidos y de caminos que brinda el mundo.

¿Cuál es el sentido de la vida? Es una pregunta que no admite una única respuesta,

pues cualquier sentido puede darle sentido a la vida y, por ello, nadie, más que uno

mismo, puede responderla en cada caso. No es el conocimiento, ni la santidad, ni el

placer, ni el dinero, ni el arte, ni el éxito, es eso y más. Cada quien debe ponerle, luego

de pensar, uno o varios o sucesivos sentidos a su vida.


Es fácil pensar, pues a todos se nos han inculcado formas prefabricadas de pensar y,

cuando queremos pensar, nuestro discurrir no inaugura caminos, sino que avanza por

autopistas viejas y transitadas que desembocan en determinadas conclusiones: las que

aplaude el sentido común, las que todos corean.

pensar amplíe las posibilidades de la existencia, pues el que piensa no sólo revisa el

elenco de lo que está delante, sino que convierte lo que está delante de un balcón para

mirar más lejos.

El fin de pensar puede ser, ciertamente, entender, y esto tal vez se logre; pero el

propósito de pensar es humanizarse y esto no se completa nunca. No se piensa sólo

para entender, sino para mantenerse siendo hombre. El que no piensa, como bien dijo

Nietzsche, es un dios o una bestia.

La crítica es una forma de pensar en la que compara no con el propósito de hallar lo

común, sino lo diferente: este aspecto por el que una cosa nos parece mejor o peor que

otra y, por ello, la crítica, es siempre enjuiciamiento. La crítica es esa deliberación que

nos permite estar a favor o en contra de algo, que nos induce a preferir una cosa y no

otra.

Todo aquello que nos rodea y con lo que muchos viven satisfechos, conformes, no

soporta la crítica: ni la resiste ni la tolera. Porque criticar es, literalmente, poner en

crisis; es descubrir las fisuras, las fallas de lo que intenta hacerse pasar por monolítico,

es poner en duda la definitividad de lo que está adelante, es atreverse a imaginarlo de

otra forma; es subvertirlo con el no de la conformidad.


pensar a medias produce fanatismos, porque la crítica, cuando no avanza contra sí

misma, cuando no se critica, conduce a estaciones desde las que lo hallado, nuestra

verdad, lucha por imponerse. Una paradoja que la crítica engendre el fanatismo,

aunque sea el fanatismo del no.

El pensar puede conducir al automatismo, a esa situación estacionaria en la que -por

creernos dueños de la verdad- se produce certeza, ese estado en el que uno ya no

quiere seguir pensando, porque lo alcanzado se considera lo más conveniente, o uno

ya no puede seguir más allá porque la propia conclusión resulta insuperable. ¿para qué

pensar si ya está más que claro? ¿para qué seguir dando de vueltas a un asunto si ya

sabemos la respuesta? La verdad es enemiga del pensar, la duda, en cambio, es el

medio del pensar, su hábitat. Nos referimos, por supuesto, a la duda que es mucho

más que un mero no saber: a la que incluye la intensa preocupación por no saber. La

duda, incluso, propicia el pensar mejor que la crítica, porque quien duda posee un

lubricante que vuelve escurridiza cualquier verdad a la que uno podría aferrarse.

Quien duda podrá no discutir con rigor, no usar un método para ordenar y clasificar sus

pensamientos, pero esa agitación en que se encuentra es, ni más ni menos, el meollo

de pensar, porque pensar no esa tanto analizar o criticar, sino dudar de los análisis y

de las críticas o, dicho de la manera más compacta posible: pensar es dudar.

Otro elemento en la filosofía es la pregunta. Con el preguntar emplazamos lo

desconocido y, de algún modo, aunque sea provisional, lo delimitamos. La sola

pregunta es, por tanto, una definición de lo incierto, literalmente nos permite acotarlo.

Con la pregunta indagamos por algo, por algo que nombramos: ese nombre, esa

palabra que figura en la pregunta constituye la primera pista. Para preguntar es preciso
ya saber algo, de otro modo la incertidumbre no se delimita, no se pone uno en el

camino. La pregunta es el comienzo de la solución del problema.

Conclusión: concuerdo con el autor sobre que cuestionar algunas cosas que
nosotros suponemos que conocemos, es difícil, porque nos vamos a encontrar con

diferentes caminos, el fácil, que es quedarte con lo que conoces sobre el tema o el

camino, por así decirlo, “difícil”, dónde vamos a poder obtener nueva información y de

esa nueva información van a seguir creciendo las dudas. Es por eso que existen

personas que prefieren quedarse en donde están a comenzar a cuestionarse sobre

diferentes temas.

Actualmente la filosofía si es importante, porque vivimos en un mundo donde existen

las mentiras, dónde existe información falsa, dónde existe el bien y el mal, y tenemos

que aprender a diferenciar todo esto y comenzar a cuestionar, para no ser personas del

montón.

Inmemorial: tiempo que se extiende más allá del alcance de la memoria, los registros

o la tradición.

Pueril: La expresión pueril indica aquel que individuo que posee comportamientos

similares a la de un niño, es decir, posee actitudes infantiles o inmaduras.


Desdeñar: Es acción de menospreciar o despreciar algo o alguien.

Zozobra: Es para definir ese sentimiento de tristeza, angustia o la propia inquietud de

quien teme que algo suceda, que puede sufrir una persona.

Meollo: La sustancia interior, lo principal y esencial de un asunto o cualquier cosa.

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