Está en la página 1de 4

Mente Abierta.

El término mente abierta viene de la traducción literal del inglés


open mind y debe entenderse como la disposición para escuchar ideas ajenas, sin
rechazarlas de antemano. En otras palabras, tener la mente abierta significa dejar
entrar las ideas de otro, tratando de dejar a un lado los prejuicios y buscar lo
positivo que hay en ellas, pero esto no quiere decir que deben aceptarse las ideas sin
un análisis crítico de las mismas.
Los prejuicios son para la creatividad uno de sus más grandes obstáculos, ya que
provocan un exagerado dogmatismo negativo. La persona creativa debe tener un
pensamiento libre y debe liberarse de prejuicios.
Tener la mente abierta significa someter a crítica o análisis toda hipótesis conforme
a ciertos criterios y aceptar su veredicto por lejano a nuestras creencias previas
que pueda resultar. Creer en algo a pesar de la falta de apoyo argumental no es
tener la mente abierta, es falta de criterio.
En la lucha sin fin entre los escépticos y los crédulos, la frase "mantenga la mente
abierta" es el arma preferida en el arsenal de los creyentes. Es su herramienta de
uso múltiple. ¿Pero qué significa realmente tener la mente abierta?, y ¿son los
escépticos o los crédulos quienes realmente tienen la mente cerrada?
Tener una mente abierta es una virtud curiosa: todo mundo conviene que la mente
abierta es de hecho un estado virtuoso, pero es elogiada muy a menudo por
personas decididamente con mente cerrada. También, la mayor parte de la gente
con mente abierta es la que usted menos sospecharía como modelo de esta virtud
particular: los escépticos. Y la mayoría de las personas con mente cerrada o que
carece de liberalidad son muy probablemente los que amonestan a los otros de no
serlo.
Tener una mente abierta significa que usted no desecha las afirmaciones por
principio. Primero las analiza. Cuando usted analiza un alegato, usted considera
toda la evidencia relevante y examina toda la lógica implícita, de una manera
justa e imparcial, luego puede decidir si la acepta o la rechaza. Si aparecen
nuevos argumentos o nuevas evidencias, entonces usted revisa su opinión.
Siendo de mente abierta usted aplica este estándar a todas las declaraciones. Ser
de mente abierta no significa creer en todas las afirmaciones, no importa que tan
improbable sean, eso es ser tonto, no abierto.
Este proceso de análisis justo, basado en la lógica y la evidencia, conduciendo a
conclusiones tentativas, que están abiertas a la revisión, es parte de la ciencia. Es
también el alma verdadera de la mente abierta.
Por el contrario, los creyentes verdaderos se adhieren a una demanda deseada sin
importar la evidencia o la lógica. No hay argumentos lo suficientemente persuasivos, y
no hay evidencia lo bastante impresionante que los haga modificar su creencia.
Tales creyentes son los que demandan con más frecuencia la máxima moral de
la mente abierta, y entonces condenan a los escépticos de ser de mente cerrada.
Desean que los otros acepten sus demandas sin examinar la lógica y la evidencia, o
a pesar de la refutación de tales reexaminaciones.
En suma, la mente abierta es una premisa fundamental de la creatividad que nos
permite echar a volar la imaginación para conseguir resultados positivos sobre una
situación en particular; el pretender querer todo debidamente fundamentado,
bloquea las posibilidades de la inventiva. Si bien es cierto que en determinados
contextos se necesita de cierto dogmatismo.
Tolerancia a la Ambigüedad. De acuerdo al Diccionario de Uso del español de
María Moliner, la palabra tolerancia tiene varias acepciones: “Capacidad mayor o
menor para tolerar”; “Cualidad o actitud del que respeta y consiente las opiniones
ajenas” y ambigüedad como:” Calidad de ambiguo”; Ambiguo significa: “Se aplica a
lo que puede admitir más de una interpretación y, por tanto, carece de precisión,
por extensión, vago no claro o no terminante”. Por lo tanto si conjuntamos los
significados, se podría decir que la Tolerancia a la Ambigüedad es: la actitud
que respeta las ideas ajenas, aunque carezcan de precisión.
Ante la certeza de que falta información de algo, la mayoría de la gente
demuestra aversión por la ambigüedad, porque tiene el patrón de conducta de querer
tener la mayor claridad en cualquier asunto o concepto.
Se necesita la incertidumbre para que las personas se lancen a explorar el
conocimiento que no se logró construir totalmente en el salón de clases o fuera de
éste.
Las cosas en la vida no siempre resultan como se han soñado o pensado: de ahí
viene la frustración. Desarrollar una conveniente tolerancia a la frustración es
garantía de éxito. La persona con buen nivel de autoestima saca fuerza de
debilidad, y se enfrenta con fortaleza a la adversidad. Quien posee tolerancia a la
ambigüedad no significa que sea un individuo ambiguo o poco claro, sino que
asume una verdad: las cosas en la vida, al igual que algunas personas, son a veces
ambiguas, confusas, y no se presentan en blanco y negro.
Las personas con tolerancia a la ambigüedad evitan análisis demasiado
simplistas y maniqueos de la vida, de la sociedad y de las personas.
Los seres humanos sin tolerancia a la ambigüedad suelen ser de gran rigidez
mental, dogmáticos, de juicios muy severos. Son personas difíciles para la discusión,
y para enfrentar los conflictos mediante el diálogo constructivo.
Para el correcto desarrollo del proceso creativo en la resolución de problemas, es
indispensable tomar en cuenta esta premisa, ya que concederá la flexibilidad
requerida para obtener mejores ideas solución.
Persistencia. Esta premisa de las personas creativas consiste en no desmayar ante
los fracasos o errores que se cometen al tratar de conseguir un objetivo, como la
resolución de problemas.
Persistir debe entenderse como intentar un fin de diversas formas, hasta
conseguirlo. Es importante obtener una gran resistencia a la frustración, y
canalizarla hacia la creación de ideas que lleven a la consecución de objetivos.
La persistencia no debe confundirse con lo que significa una actitud necia, ya que
ésta se cierra a lograr lo que se pretende, generalmente de la misma forma, en
cambio la persistencia da como resultado poner en funcionamiento la
creatividad.
Perseverar para descubrir. ¿Cuántas veces en la vida encontramos en el primer
obstáculo el pretexto para detener la lucha?
La persistencia es un indicador de la fortaleza que debemos tener para perseguir
nuestras inquietudes, por más difíciles que estas sean. Para ser un gran
descubridor no sólo se precisa tener una inquietud, creatividad y persistencia, sino
que también es necesario poder aplazar la gratificación y contar con un orgullo a
prueba de balas El objetivo de ser creativo es descubrir algo que está frente a
nosotros. Únicamente cuando perseveremos y logramos develarlos ante los ojos
de los demás, el objeto será reconocido como verdaderamente valioso.
La persistencia está estrechamente relacionada con el fracaso, ya que es a través
de éste como debe ponerse en funcionamiento, todo ello basado en una actitud
férrea de insistir creativamente por diferentes caminos. Por estos motivos, el fracaso
no debe verse como una experiencia negativa ni insalvable, al contrario, el
fracaso puede ser una magnífica oportunidad de aprendizaje.
La vida sólo ha acertado tantas veces porque se ha equivocado muchas más. Lo
mismo ocurre en la ciencia. El miedo enfermizo a equivocarnos puede paralizar
nuestro dinamismo intelectual, puede hacernos apocados y poco dispuestos a
inventar ideas inéditas y a hacer propuestas arriesgadas.
Rompimiento de paradigmas. Para tener una mejor conceptualización de esta
premisa, es necesario abocarnos a su significado, por lo tanto, de acuerdo al
Diccionario del uso del español de María Moliner, paradigma es: modelo o
ejemplo; en Lingüística: conjunto virtual de elementos que pueden aparecer en un
mismo contexto.
Sin embargo, la acepción que más nos interesa es la que se refiere al modelo de
comportamiento que tienen las personas y que les sirve de referencia para entender y
vivir los momentos que se presentan.
Por lo que se refiere al concepto de paradigma, desde una óptica científica, el
filósofo Thomas Kuhn en su obra La estructura de las revoluciones científicas lo
define como una teoría o modelo explicativo de las realidades físicas. Con esta
definición se explican las revoluciones científicas. El paradigma para Kuhn es una
nueva teoría.
El paradigma es una creencia que nos hace actuar de una u otra forma, por lo
tanto para romper los paradigmas que nos limitan la creatividad es necesario tomar en
cuenta las otras premisas mencionadas: mente abierta, tolerancia a la ambigüedad y
persistencia.
Un ejemplo de rompimiento de paradigma que revolucionó la concepción del
mundo es la que hizo en la antigüedad Galileo al afirmar que la tierra se movía y
no era el centro del universo, lo cual afectó las creencias religiosas de la época, a
tal grado que fue juzgado por herético y para salvarse de ser condenado a muerte
tuvo que desdecirse, aunque al final se cuenta que expresó: “y sin embargo se
mueve”.
Por último sería conveniente reflexionar sobre ¿cuántos paradigmas de la vida no
hemos podido romper para lograr un cambio positivo de nuestras vidas? En
cuanto a la resolución de problemas a través del proceso de pensamiento creativo,
va a ser fundamental conducirse con estas cuatro premisas de la creatividad.

También podría gustarte