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El Verbo – YO SOY – Parte 3.

Por Juan Algaba – www.plataformadinamis.com

Jesús vino para cumplir todo lo escrito, la ley y los profetas (Mateo 5:17), por eso cuando terminó su obra en
la cruz exclamó: “Consumado es”. Además, cabe destacar que el libro de Juan, el más cercano, personal e
íntimo de los cuatro evangelistas, empieza de la siguiente forma tanto su evangelio como su primera carta:

En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el
principio. Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir. En él estaba la vida, y
la vida era la luz de la humanidad. Esta luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no han podido extinguirla.

La Palabra de Dios es Jesús y Jesús es la Palabra de Dios.


Todo lo que Dios habló, Jesús lo cumplió y lo dio a conocer (Juan 17:8). Jesús es la muestra de cómo vivir de
acuerdo a la voluntad de Dios Padre en la Tierra. Nos dio ejemplo y nos mostró la Palabra y Voluntad del
cielo.

EL PAN DE VIDA – El propio Rey de reyes, Jesucristo, afirma: “Yo soy el pan de vida. El que a mí viene
nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed.” (Juan 6:35) Si hacemos memoria
de evento en el que Jesús es tentado por Satanás para que convierta una piedra en pan, nos viene a la
mente Sus propias palabras respondiendo: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale la
boca de Dios.” (Mateo 4:4)
Nuestro alimento espiritual es el Pan de Vida, Jesús, este es nuestro sustento, “toda palabra que sale de la
boca de Dios.” Sino deseamos más de Él nos estaremos desnutriendo. Si no pasamos tiempo de calidad con
Él, estaremos muriendo. Al igual que el maná, el pan que caía del cielo y que solo podía aguantar sano
durante un día, nuestra relación, dependencia e intimidad con Dios debe ser como este alimento divino,
diaria. ¿Cuánto tiempo le dedicas al día a tu Creador?

LA LUZ DEL MUNDO – En otro momento de la vida y obra del Mesías, Jesús nos expresa: “Yo soy la luz
del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (Juan 8:6) y “Mientras
esté yo en el mundo, luz soy del mundo.” (Juan 9:5) Y además, el Salmos más largo de la Biblia, en el que
todos sus versículos nos vienen a mostrar la importancia de guardar y vivir la Palabra de Dios, nos dice en
el 119:105: “Lámpara es a mis pies tu palabra y luz a mi camino.”

La Palabra nos ilumina el camino, Jesús es el camino, Jesús es la luz del mundo, Jesús es el Verbo,
Jesús es el TODO. Jesús es el camino porque vino a cumplir toda la palabra y dejarnos un ejemplo y
estilo de vivir. Él nos ilumina porque es la luz del mundo, porque cumple la voluntad de Dios, cumple
Su Palabra, es el Verbo. Sin imitar a Jesús, la Biblia no nos puede iluminar. Sin vivir las Escrituras y ponerlas
en práctica no estamos en el camino. Es necesario meditar de continuo en ellas.
Al conocerle se nos abre la mente a entender la verdad, el propósito, la vida,… es como si el rompecabezas
llamado vida se juntase en nuestra mente y cobrara sentido. Solo hay uno al Padre, a la Salvación y al
sentido verdadero: Jesús y su estilo de vida.

La Palabra de Dios nos muestra e ilumina a Jesús, es la manera de vivir, es nuestro manual de instrucciones
de la vida y la verdad. Jesús vino a cumplirla y a encarnarla. Pues Él es el Verbo hecho carne.

Por estos motivos es insostenible el argumento que dice: “Yo sigo a Jesús pero me cuesta mucho cumplir Su
Palabra y pasar tiempo leyéndola.”

Cumpliendo la Palabra cumplimos a Jesús. Obedeciendo la Palabra


obedecemos a Jesús. Siguiendo la Palabra seguimos a Jesús…
Menospreciando la Palabra, menospreciamos a Jesús… Y viceversa.

Por lo que no es complicado cumplir la Biblia si dejamos que Jesús domine nuestra vida cada día. Repito, No
es complicado. Deuteronomio 30:11-16 nos dice: “Este mandamiento que hoy te ordeno obedecer no es
superior a tus fuerzas ni está fuera de tu alcance… La palabra está muy cerca de ti; la tienes en la boca y en
el corazón, para que la obedezcas. Hoy te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal. Hoy te
ordeno que ames al Señor tu Dios, que andes en sus caminos, y que cumplas sus mandamientos, preceptos
y leyes. Así vivirás y te multiplicarás, y el Señor tu Dios te bendecirá…” Lo complicado lo hacemos nosotros al
no dejar al Verbo tomar posesión nuestra cada día todos los días de nuestra vida y en cada área de nuestro
carácter.
Ama a Dios, Ama Su Palabra. Sigue a Jesús, cumple Sus Principios. Complace al Verbo, haz Su Voluntad. Es
la mejor y mayor decisión que podrás tomar hoy.

La ley del Señor es perfecta: infunde nuevo aliento. El mandato del Señor es digno de confianza: da sabiduría al
sencillo. Los preceptos del Señor son rectos: traen alegría al corazón. El mandamiento del Señor es claro: da luz a los
ojos. El temor del Señor es puro: permanece para siempre. Las sentencias del Señor son verdaderas: todas ellas son
justas. Son más deseables que el oro, más que mucho oro refinado; son más dulces que la miel, la miel que destila del
panal. Por ellas queda advertido tu siervo; quien las obedece recibe una gran recompensa. Salmos 19:7-11
Aparta un tiempo para meditar en el salmo anterior y ora, habla con Dios.

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