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9 razones
importantes para hacerlo
¡La Biblia es el libro más maravilloso que podemos leer! Es la carta de amor de
nuestro Padre celestial para cada uno de nosotros. En ella él nos revela su
deseo de que cada ser humano tenga una amistad cercana con él, que lo
adore y viva en comunión con él desde ya y por toda la eternidad.
Son muchas las bendiciones que Dios nos quiere dar por medio de su Palabra.
Para recibirlas necesitamos tener la actitud correcta al leerla, orando antes y
prestando atención a la voz de Dios. La Biblia no nos deja igual porque la
Palabra de Dios es viva y llega hasta los rincones más escondidos de
nuestro corazón. ¡Permitamos que haga su obra en nosotros! Leámosla
con el deseo de ser transformados.
(hebreos 4:12)
Juan 5:39
Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas
hallan la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor!
Juan 14:6-7
—Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al
Padre sino por mí. Si ustedes realmente me conocieran, conocerían
también a mi Padre. Y ya desde este momento lo conocen y lo han visto.
Juan 14:23-24
Colosenses 2:8
Cuídense de que nadie los cautive con la vana y engañosa filosofía que
sigue tradiciones humanas, la que está de acuerdo con los principios de
este mundo y no conforme a Cristo.
1 Juan 4:1-3
Juan 8:31-32
Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo: Si se
mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la
verdad, y la verdad los hará libres.
(Juan 8:31-32)
Proverbios 2:6
Salmo 119:98-99
Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos porque me pertenecen
para siempre. Tengo más discernimiento que todos mis maestros porque medito en
tus estatutos.
(Salmo 119:98-99)
Son muchas las decisiones que debemos tomar a lo largo de nuestra vida.
Nuestro deseo como hijos de Dios debe ser el de vivir siempre dentro de su
voluntad. La Biblia nos revela el corazón del Padre, lo que le agrada y lo que
él rechaza. Busca su dirección a través de la lectura de las Escrituras. Deja que
él te guíe e ilumine tu camino.
Salmo 119:105
Salmo 16:11
Juan 10:27
Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para
corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente
capacitado para toda buena obra.
(2 Timoteo 3:16-17)
4. Para fortalecer mi fe
¿Quieres tener una fe firme que permanece en medio de las dificultades? ¡Lee
la Biblia! Alimenta tu espíritu cada día al pasar tiempo delante del Señor. Deja
que el Espíritu Santo te hable a través de la Palabra. Recibe su refrigerio y
nuevas fuerzas para estar siempre firme en la certeza del amor de Dios por ti.
Romanos 10:17
Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la
palabra de Cristo.
(Romanos 10:17)
Romanos 15:4
Hechos 20:32
Ahora los encomiendo a Dios y al mensaje de su gracia, mensaje que tiene poder
para edificarlos y darles herencia entre todos los santificados.
(Hechos 20:32)
Gálatas 2:20
He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que
ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su
vida por mí.
(Gálatas 2:20)
1 Pedro 1:8-9
Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y, aunque no lo ven ahora, creen en él
y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, pues están obteniendo la meta de
su fe, que es su salvación.
(1 Pedro 1:8-9)
Proverbios 3:5-6
Salmo 111:10
Salmo 119:11
Proverbios 6:23
Job 22:22
¿Anhelas alabar a Dios, pero piensas que no tienes suficientes palabras? ¡Usa
la Biblia! En ella encontramos muchísimos cánticos de alabanza y adoración a
Dios. Recibe inspiración para adorar a aquel que ha dado a su Hijo unigénito
para que podamos disfrutar de la vida eterna.
Salmo 106:1-2
¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Den gracias al Señor, porque él es bueno; su gran
amor perdura para siempre.
(Salmo 106:1-2)
Salmo 103:1-2
Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre. Alaba, alma mía, al
Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.
(Salmo 103:1-2)
Salmo 95:1-3
Salmo 100:1-2
Aclamen alegres al Señor, habitantes de toda la tierra; adoren al Señor con regocijo.
Preséntense ante él con cánticos de júbilo.
(Salmo 100:1-2)
Isaías 25:1
Señor, tú eres mi Dios; te exaltaré y alabaré tu nombre porque has hecho
maravillas. Desde tiempos antiguos tus planes son fieles y seguros.
(Isaías 25:1)
Apocalipsis 19:1-2a
Cuando Dios toca nuestra vida, él nos transforma y nos ayuda a ser más como
Jesús. ¡Lo viejo queda atrás! Pasamos a ser nuevas criaturas que muestran
con sus palabras y acciones que pertenecen a Cristo (2 Corintios 5:17). Al leer
los Evangelios y ver cómo Jesús se relacionaba con el Padre, con sus
discípulos y con todos los que le rodeaban, aprendemos a vivir la vida de una
forma que refleja que él es nuestro Señor.
1 Pedro 2:4-5
Cristo es la piedra viva, rechazada por los seres humanos, pero escogida y preciosa
ante Dios. Al acercarse a él, también ustedes son como piedras vivas, con las cuales
se está edificando una casa espiritual. De este modo llegan a ser un sacerdocio
santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo.
(1 Pedro 2:4-5)
Romanos 15:5-6
Que el Dios que infunde aliento y perseverancia les conceda vivir juntos en
armonía, conforme al ejemplo de Cristo Jesús, para que con un solo corazón y a
una sola voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
(Romanos 15:5-6)
2 Timoteo 2:1-2
Así que tú, hijo mío, fortalécete por la gracia que tenemos en Cristo Jesús. Lo que
me has oído decir en presencia de muchos testigos, encomiéndalo a creyentes
dignos de confianza, que a su vez estén capacitados para enseñar a otros.
(2 Timoteo 2:1-2)
2 Timoteo 2:15
Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad.
(2 Timoteo 2:15)
1 Pedro 2:21-22
Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para
que sigan sus pasos. «Él no cometió ningún pecado, ni hubo engaño en su boca»
(1 Pedro 2:21-22)
1 Tesalonicenses 5:8-11
Nosotros que somos del día, por el contrario, estemos siempre en nuestro sano
juicio, protegidos por la coraza de la fe y del amor, y por el casco de la esperanza de
salvación; pues Dios no nos destinó a sufrir el castigo, sino a recibir la salvación por
medio de nuestro Señor Jesucristo. Él murió por nosotros para que, en la vida o en
la muerte, vivamos junto con él. Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal
como lo vienen haciendo.
(1 Tesalonicenses 5:8-11)
El diablo, enemigo de las almas, nos ataca y nos quiere distraer para que no
crezcamos en nuestro andar con Jesús ni hagamos la voluntad de Dios. Él
intenta que no le demos importancia a pasar tiempo con Dios porque sabe
que mientras más nos acerquemos a Dios más fuerte será nuestro espíritu.
¡No le permitas vencer! Busca cada día la presencia de Dios en oración y
aliméntate siempre con su Palabra.
Juan 8:12
Una vez más Jesús se dirigió a la gente, y les dijo: Yo soy la luz del mundo. El que
me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
(Juan 8:12)
Santiago 4:5-7
¿O creen que la Escritura dice en vano que Dios ama celosamente al espíritu que
hizo morar en nosotros? Pero él nos da mayor ayuda con su gracia. Por eso dice la
Escritura: «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes». Así que
sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.
(Santiago 4:5-7)
Efesios 6:10-13
Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor. Pónganse toda la armadura
de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. Porque nuestra
lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra
potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales
malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de
Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza.
(Efesios 6:10-13)
Salmo 1:1-3
Génesis 1:1-3
Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra. La tierra era un caos total, las
tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las
aguas. Y dijo Dios: «¡Que exista la luz!» Y la luz llegó a existir.
(Génesis 1:1-3)
Génesis 1:25-27
Dios hizo los animales domésticos, los animales salvajes, y todos los reptiles, según
su especie. Y Dios consideró que esto era bueno, y dijo: «Hagamos al ser humano a
nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre
las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y
sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo». Y Dios creó al ser humano a
su imagen; lo creó a imagen de Dios.
(Génesis 1:25-27)
2 Timoteo 3:1-4
Ahora bien, ten en cuenta que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. La
gente estará llena de egoísmo y avaricia; serán jactanciosos, arrogantes, blasfemos,
desobedientes a los padres, ingratos, impíos, insensibles, implacables,
calumniadores, libertinos, despiadados, enemigos de todo lo bueno, traicioneros,
impetuosos, vanidosos y más amigos del placer que de Dios.
(2 Timoteo 3:1-4)
Apocalipsis 21:1-2
Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera
tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar. Vi además la ciudad santa, la
nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios, preparada como una
novia hermosamente vestida para su prometido.
(Apocalipsis 21:1-2)
Apocalipsis 22:12-13
¡Miren que vengo pronto! Traigo conmigo mi recompensa, y le pagaré a cada uno
según lo que haya hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el
Principio y el Fin.
(Apocalipsis 22:12-13)
Apocalipsis 22:20
El que da testimonio de estas cosas, dice: «Sí, vengo pronto». Amén. ¡Ven, Señor
Jesús!
(Apocalipsis 22:20)