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MODALIDADES DE LAS OBLIGACIONES

Objetivo específico: El alumno identificará las formas en que se pueden presentar


las obligaciones.

Por MODALIDAD ha de entenderse “el modo de ser o de manifestarse una


cosa”, en consecuencia, las obligaciones pueden ser o manifestarse de muy
diversas maneras: simples y complejas; de dar, de hacer, de no hacer, lícitas o
ilícitas, etc.

Las que afectan la Plazo o término


eficacia condición

Las que afectan los


Modo o carga
actos gratuitos

Mancomunidad (la
deuda se divide
entre todos) Convencional (por
voluntad de las
Obligaciones partes o tutor)
complejas o Solidaridad (la
Las que afectan a
deuda se paga
sujetas a los sujetos
entera) Legal (por
modalidad disposición de la
Indivisibilidad (se ley)
prestan juntos
varios objetos)

Conjuntividad (se
prestan juntos
varios objetos)

Alternatividad (se
Las que afectan el prsta un objeto de
objeto varios necesarios)

Facultatividad (se
presta un objeto o
uno facultativo)
OBLIGACIONES COMPLEJAS EN CUANTO A LA EFICACIA DEL VÍNCULO

El vínculo jurídico, cuyo poder se manifiesta en la facultad de exigir y el


deber de cumplir la prestación, puede ser afectado por modalidades que
pospongan o extingan su eficacia y la producción de sus efectos.

El plazo y la condición someten a la obligación a la espera antes de iniciar


sus efectos (necesarios o contingentes) o para resolverlos, son modalidades que
influyen y alteran la actividad y potencia de la relación jurídica. El modo no es
propiamente una modalidad de la obligación, sino el acto jurídico gratuito, al que
le imprime una particular e insólita manera de manifestarse: el beneficiario
también queda obligado a realizar una manifestación.

Por tanto, las modalidades que afectan al vínculo obligatorio son:

a) Las que conciernen a su eficacia y que son las comunes a toda obligación: el
término o plazo y la condición.
b) La privativa de los actos gratuitos: el modo o carga.

El TÉRMINO
La eficacia de la obligación estará sujeta al término o plazo en caso de que la
iniciación o extinción de sus efectos dependa de la llegada de un acontecimiento
necesario; es decir, si la producción de los efectos del acto o la resolución de éstos
queda sometida al advenimiento de un suceso cierto y futuro. El hecho es
necesario o cierto cuando habrá de acaecer forzosamente.

Ejemplo: Un día determinado por su fecha, el próximo cumpleaños de


Usted.

Se llama suspensivo el término del que depende la iniciación de la eficacia


obligatoria, y resolutorio el que resuelve o extingue dicha eficacia.

Ejemplo: Usted celebra un contrato de mutuo con una institución bancaria,


por el cual ésta se compromete a prestarle el próximo 2 de mayo la cantidad de
$20,000.00 que deberán ser restituidos cinco años después.

El contrato indicado está sujeto a un término suspensivo y a uno


resolutorio: mientras no llegue el término fijado para el 2 de mayo, la eficacia de la
obligación del banco se mantiene en suspenso y el crédito de Usted no es todavía
exigible; adquiere ese carácter al llegar dicho plazo. Una vez que la institución
cumple su obligación, el contrato surtirá sus efectos plenamente durante cinco
años, a lo largo de los cuales Usted conservará la suma mutuada y, al vencimiento
de este nuevo término, se resolverá su derecho a retenerla en su beneficio.
El plazo suspensivo (2 de mayo) difirió la eficacia de la obligación y
suspendió la exigibilidad de la misma hasta la fecha prevista, ya que mientras ella
no llegara Usted no podría exigir la entrega de la suma mutuada.

Era necesario el acontecimiento futuro, del cual estuvo pendiente la


posibilidad del ejercicio del derecho, pues habrá de llegar forzosamente. Lo mismo
sucedió con el plazo resolutorio (cinco años después), que puso término a la
relación jurídica preexistente, privando de eficacia el acto.

SINONIMIA DE LOS VOCABLOS PLAZO Y TÉRMINO

En el derecho civil se usan de manera indistinta las voces plazo y término. Si


bien en otras ramas del derecho pudieren significar alguna ventaja al establecer
sutiles diferencias entre el sentido de una palabra y otra, al considerar que el
término es el fin del plazo, en esta disciplina le asignan idéntica connotación.

EL PLAZO COMO FORMA DE EXTINGUIR LAS OBLIGACIONES

El plazo extintivo puede contemplarse no sólo como una modalidad o


complicación de las obligaciones, sino como una forma de extinguirlas. En efecto,
al advenimiento del acontecimiento futuro necesario al que se sujetó la extinción
de la obligación, de la relación obligatoria, ésta es destruida y deja de surtir todos
sus efectos.

CLASIFICACIÓN DEL PLAZO


El plazo puede ser CONVENCIONAL, LEGAL o JUDICIAL.

Convencional.- Es el que ha sido fijado por voluntad de las partes en un


contrato, o por el autor de una declaración unilateral de la voluntad. Se
origina por decisión libremente asumida del creador o los creadores de un
acto jurídico, por ejemplo, para establecer el término de duración del
contrato de arrendamiento pactado en el acuerdo de voluntades, para
devolver la cosa dada en comodato (préstamo de uso) o para la inscripción
de aspirante en un concurso con promesa de recompensa.
Legal.- Es el que establece el legislador. Se determina en una norma
jurídica de observancia general, como el término de 30 días que se fija a
partir de la interpelación para hacer exigibles las obligaciones de dar no
sometidas a plazo convencional; o los plazos de prescripción de las acciones
o de caducidad de los derechos.
Judicial.- Se origina en un acto de autoridad jurisdiccional, que lo decreta
para realizar ciertos hechos, como el plazo que fija el cumplimiento de una
sentencia o el que determina –en uso de su arbitrio judicial – la duración del
periodo extraordinario de prueba o el pago de una deuda.
TERMINO DE GRACIA
Es el que el juez concedía indulgentemente al deudor que, por haber
demostrado buena fe en el juicio y hallarse económicamente en situación aflictiva,
era digno de la consideración del tribunal. Este plazo extraordinario para cumplir la
obligación no engendraba cargo adicional de intereses y se otorgaba sin el
consentimiento del acreedor.

El artículo 404 del CPC para la CDMX, que regulaba ese término de gracia,
fue derogado.

BENEFICIARIOS DEL PLAZO


El plazo pudo haberse establecido en beneficio de ambas partes o de una
sola: el beneficiario tiene derecho a gozarlo en su integridad, por lo cual no podrá
imponérsele el cumplimiento prematuro de la obligación, que no será exigible
mientras el acontecimiento futuro y necesario no se haya verificado.

De tal manera, si el término se estipuló en favor del deudor, éste no podrá


ser compelido al pago mientras no venza el plazo; y si se fijó en beneficio del
acreedor, no podrá anticiparse el pago ni exigir la recepción del mismo.

En principio, se supone que ha sido fijado en favor del deudor.


Artículo 1958.- El plazo se presume establecido en favor del deudor, a menos que resulte, de la estipulación
o de las circunstancias, que ha sido establecido en favor del acreedor o de las dos partes.

El deudor pagará voluntariamente antes del vencimiento del plazo, habrá


pagado lo que debe y no podrá obtener repetición de la suma o el bien
entregados, aunque alegare error respecto de la exigibilidad del crédito, ya que
pagó lo que debía. Por añadidura, debe presumirse que decidió renunciar a un
plazo estipulado en su favor; no obstante, si ignoraba la existencia del término,
podrá exigir al acreedor intereses o frutos de la cosa pagada.

Artículo 1957. Lo que se hubiere pagado anticipadamente no puede repetirse.

Si el que paga ignoraba, cuando lo hizo, la existencia del plazo, tendrá derecho a
reclamar del acreedor los intereses o los frutos que éste hubiese percibido de la cosa.

CADUCIDAD DEL PLAZO


Pierde el beneficio del plazo el deudor, que debiendo ejecutar una conducta
positiva para preservarlo, omite hacerlo. Es un caso típico de caducidad o
decadencia del derecho al plazo y se debe a la no realización de la conducta
debida en cierto término.

Artículo 1959. Perderá el deudor todo derecho a utilizar el plazo:

I. Cuando después de contraída la obligación, resultare insolvente, salvo que garantice la deuda;
II. Cuando no otorgue al acreedor las garantías a que estuviese comprometido;
III. Cuando por actos propios hubiesen disminuido aquellas garantías después de establecidas, y
cuando por caso fortuito desaparecieren, a menos que sean inmediatamente sustituidas por otras
igualmente seguras.

Para impedir la caducidad del plazo, el deudor debe proporcionar garantías


que den seguridad a la deuda.

No se fija precisión el término en que debe efectuar dicha conducta, pero


debe hacerlo “inmediatamente”, conforme a la fracción III del artículo referido;
este adverbio revela la necesidad de proporcionar las garantías tan pronto como el
crédito haya quedado desprovisto de sus seguridades.

Cómputo del plazo.- El cómputo del plazo comienza el día señalado por la
ley, la decisión judicial, la voluntad de las partes o el autor del acto jurídico y,
salvo disposición expresa, será el mismo día en que se realizó el hecho o acto
generador de la obligación: corre a partir de la celebración del contrato o del
acontecimiento que fue su fuente.
Ese día cuenta entero aunque no lo hubiere sido; sí el suceso que es su
punto ocurrió a las 18 horas, ese día se computa como el primero del plazo
aunque no lo haya sido, pues sólo faltaban seis horas para su conclusión. Pero el
día de vencimiento debe transcurrir en su integridad y ser hábil.

Artículo 1179. El día en que comienza la prescripción se cuenta siempre entero, aunque
no lo sea; pero aquel en que la prescripción termina, debe ser completo.
Artículo 1180. Cuando el último día sea feriado, no se tendrá por completa la
prescripción, sino cumplido el primero que siga, si fuere útil.

El plazo fijado en meses o días considera aquellos por el número de días


que corresponden a cada cual, y a éstos, de 24 horas completas.

Artículo 1177. Los meses se regularán con el número de días que les correspondan.
Artículo 1178. Cuando la prescripción se cuente por días, se entenderán éstos de
veinticuatro horas naturales, contadas de las veinticuatro a las veinticuatro.

LA CONDICIÓN

La eficacia de la obligación también puede ser afectada por la CONDICIÓN


(modalidad semejante al plazo), que consiste en un acontecimiento futuro, sólo
que mientras el plazo es un suceso que necesariamente va a llegar –un suceso
cierto-, la condición es un evento de realización contingente (incierta), pues no se
sabe sí habrá de producirse, y en ello se distinguen.

Lo mismo que el término, la condición puede posponer la eficacia de la


obligación o diferir su extinción. Es suspensiva en el primer supuesto y resolutoria
en el segundo:
SEGUNDO Modalidades de las obligaciones
CAPITULO I De las obligaciones condicionales
Artículo 1938. La obligación es condicional cuando su existencia o su resolución dependen de un
acontecimiento futuro e incierto.
Artículo 1939. La condición es suspensiva cuando de su cumplimiento depende la existencia de la
obligación.
Artículo 1940. La condición es resolutoria cuando cumplida resuelve la obligación, volviendo las
cosas al estado que tenían, como si esa obligación no hubiere existido.
Artículo 1941. Cumplida la condición se retrotrae al tiempo en que la obligación fue formada, a
menos que los efectos de la obligación o resolución, por la voluntad de las partes o por la
naturaleza del acto, deban ser referidas a fecha diferente.
Artículo 1942. En tanto que la condición no se cumpla, el deudor debe abstenerse de todo acto
que impida que la obligación pueda cumplirse en su oportunidad.
El acreedor puede, antes de que la condición se cumpla, ejercitar todos los actos conservatorios de
su derecho.
Artículo 1943. Las condiciones imposibles de dar o hacer, las prohibidas por la ley o que sean
contra las buenas costumbres, anulan la obligación que de ellas dependa.
La condición de no hacer una cosa imposible se tiene por no puesta.
Artículo 1944. Cuando el cumplimiento de la condición dependa de la exclusiva voluntad del
deudor, la obligación condicional será nula.
Artículo 1945. Se tendrá por cumplida la condición cuando el obligado impidiese voluntariamente
su cumplimiento.
Artículo 1946. La obligación contraída bajo la condición de que un acontecimiento suceda en un
tiempo fijo, caduca si pasa el término sin realizarse, o desde que sea indudable que la condición no
puede cumplirse.
Artículo 1947. La obligación contraída bajo la condición de que un acontecimiento no se verifique
en un tiempo fijo, será exigible si pasa el tiempo sin verificarse.
Si no hubiere tiempo fijado, la condición deberá reputarse cumplida transcurrido el que
verosímilmente se hubiere querido señalar, atenta la naturaleza de la obligación.
Artículo 1948. Cuando las obligaciones se hayan contraído bajo condición suspensiva, y pendiente
ésta, se perdiere, deteriorare o bien se mejore la cosa que fue objeto del contrato, se observarán
las disposiciones siguientes:
I. Si la cosa se pierde sin culpa del deudor, quedará extinguida la obligación;
II. Si la cosa se pierde por culpa del deudor, éste queda obligado al resarcimiento de daños y
perjuicios.
Entiéndase que la cosa se pierde cuando se encuentra en alguno de los casos mencionados en el
artículo 2021.
III. Cuando la cosa se deteriore sin culpa del deudor, éste cumple su obligación entregando la cosa
al acreedor en el estado en que se encuentre al cumplirse la condición;
IV. Deteriorándose por culpa del deudor, el acreedor podrá optar entre la resolución de la
obligación o su cumplimiento, con la indemnización de daños y perjuicios en ambos casos;
V. Si la cosa se mejora por su naturaleza o por el tiempo, las mejoras ceden en favor del acreedor;
VI. Si se mejora a expensas del deudor, no tendrá éste otro derecho que el concedido al
usufructuario.
Artículo 1949. La facultad de resolver las obligaciones se entiende implícita en las recíprocas,
para el caso de que uno de los obligados no cumpliere lo que le incumbe.
El perjudicado podrá escoger entre exigir el cumplimiento o la resolución de la obligación, con el
resarcimiento de daños y perjuicios en ambos casos. También podrá pedir la resolución aún
después de haber optado por el cumplimiento, cuando éste resultare imposible.
Artículo 1950. La resolución del contrato fundado en falta de pago por parte del adquirente de la
propiedad de bienes inmuebles u otro derecho real sobre los mismos, no surtirá efecto contra
tercero de buena fe, si no se ha estipulado expresamente y ha sido inscrito en el Registro Público
en la forma prevenida por la ley.
Artículo 1951. Respecto de bienes muebles no tendrá lugar la rescisión, salvo lo previsto para las
ventas en las que se faculte al comprador a pagar el precio en abonos.
Artículo 1952. Si la rescisión del contrato dependiere de un tercero y éste fuese dolosamente
inducido a rescindirlo, se tendrá por no rescindido.

Efecto retroactivo de la condición.


Toda condición en general, una vez realizada, se retrotrae en sus efectos a
la fecha en que la obligación se constituyó, salvo pacto en contrario; esto es,
produce efectos retroactivamente (artículo 1941 CC)
De tal modo, si la condición suspensiva se realiza, se supone que el acto
cuya eficacia estaba suspendida comenzó a surtir efectos desde el momento de su
celebración. Si fue resolutoria, el acto afectado por la condición se considera
resuelto o extinguido desde su gestación; esto es tanto como afirmar que todo
pasó como si nunca hubiera existido.

Efectos de la condición suspensiva


La condición suspensiva pospone la eficacia de la obligación hasta el
advenimiento de un acontecimiento futuro y contingente.

Sus efectos deben contemplarse en tres momentos diversos:

a) antes de realizarse la condición.


b) después de realizada, y
c) cuando se tiene la certidumbre de que no se verificará.

I. Mientras no se realice la condición (pendente conditione), los efectos de


la obligación se mantienen suspendidos esperando el advenimiento o la frustración
del hecho incierto del que depende la suerte del acto. En la doctrina se discute si
la condición suspensiva pospone el nacimiento de la obligación o sólo sus efectos;
sin embargo, es un hecho que ésta nace y existe como contingente desde el
momento mismo de la formación del acto jurídico que le da origen. Respecto de la
obligación condicional, el legislador mexicano sostiene que el acreedor de ella tiene
facultades para hacer valer actos conservatorios de su derecho (art. 1942 CC), lo
cual muestra que ha surgido alguna facultada a su favor y que, antes de la
realización dela condición suspensiva, el acreedor ya es titular de una facultad que
es algo más que la nada jurídica.

II.- Una vez realizada la condición suspensiva, se retrotraen sus efectos al


momento en que se concertó la obligación condicional y todo pasa como si ésta
hubiera nacido pura y simple, pues sus consecuencias se remontan hasta el
instante mismo de su formación.

III.- Si, por el contrario, se tiene la certidumbre de que la condición jamás


llegará a acaecer, todo sucede como si el acto nunca se hubiere celebrado.
Ejemplo:
Celebramos un contrato de compraventa por el que yo le trasmito la
propiedad de un caballo de carreras, a condición de que el animal no gane la
competencia que se efectuará el sábado próximo.
1. Pendente conditione. Mientras la carrera no se efectúe, los efectos de la
compraventa están en suspenso y no se producen consecuencias aún.
2. La condición realizada. Si el caballo no gana la carrera, se realiza la condición
se producen retroactivamente los efectos de la venta, de manera que todo sucede
como si usted hubiera sido el dueño del animal desde que el contrato se concertó.
3. La condición no realizada. El caballo venció en la competencia y no se realizó
la condición; por tanto, la compraventa no produjo efecto y todo pasa como si el
contrato no se hubiera celebrado.

Efectos de la condición resolutoria.


I.- Antes de realizarse la condición resolutoria (pendente conditione), el acto
sometida a ella surte efectos con normalidad, como si fuera puro y simple; surge a
la vida como un acto contingentemente resoluble o extinguible, pero ello no
trasciende, por el momento, a sus consecuencias de derecho.

II.- Cuando la condición se realiza, el acto se resuelve y, como los efectos de ésta
se retraen hasta el momento en que se concertó la obligación, las consecuencias
se borran retroactivamente y todo sucede como si el acto jamás hubiera existido.

III.-Sí, por el contrario, se tiene plena certidumbre de que la condición jamás


llegará a advenir, se considera que el acto fue puro y simple y que mantendrá de
modo indefinido sus consecuencias, mientras sobreviene una causa diversas que la
extinga.
Por ejemplo: le vendo el caballo de carreras, pero estipulamos que la
compraventa será resuelta si el animal vence en la competencia del sábado
próximo.

1. Pendente conditione. Aún no se ha efectuado la carrera; la venta produce


totalmente sus efectos. Usted adquiere la propiedad del animal.
2. La condición realizada. El caballo triunfa en el certamen; la venta queda
resuelta y, al ser borrados de manera retroactiva sus efectos, todo pasa como si el
contrato nunca se hubiera celebrado. Se considera que el animal no salió de mi
patrimonio.
3.- La condición no realizada. Si el animal es vencido, todo pasa como si el
contrato hubiera sido puro y simple: no se resuelve y producirá definitivamente sus
consecuencias de derecho.

 Supresión del efecto retroactivo. El efecto retroactivo de la condición puede


eliminarse por pacto expreso cuando las partes quieran referir a otra época
el momento de la eficacia o de la extinción de la obligación. El sistema
mexicano difiere del Código alemán, en el cual la condición no produce
efecto retroactivo, sino sólo en caso de que las partes lo convengan de esta
manera.
 Justificación del principio de la retroactividad. Se la obligación condicional
existe desde el momento mismo en que se celebró el acto que la crea, nada
más conforme con la lógica que el hecho de que, al realizarse la condición,
los efectos del acto se produzcan desde el instante de su formación; el
efecto retroactivo reconoce que la obligación condicional nació cuando fue
generada y no cuando ocurrió el hecho contingente al cual se sometió.
Además, se retrotraen los efectos porque se supone que ésa es la voluntad
implícita y presunta de las partes.
 Sanción a la maniobra dolosa. Si el deudor maniobrara para eludir su
obligación realizando actos cuyo fin fuese impedir que la condición se
produjera, o para producirla según el caso, su conducta dolosa no traerá el
efecto deseado porque el derecho no puede legitimar un comportamiento
mal intencionado. (arts. 1942, 1947, 1952 CC.)
 Diversas clasificaciones de las condiciones: potestativa, causal y mixta.
La clasificación se atiende al hecho de que la realización del hecho incierto
que se concibió como condición dependa o no de la voluntad del obligado.
Potestativa.- Es si su acaecimiento depende de la voluntad de una de las
partes. Ejemplo: Te vendo mi carro, si me voy a radicar a Nuevo Laredo.
Puramente potestativas.- Dependen sólo de la decisión del deudor.
Ejemplo: te vendo mi automóvil si quiero hacerlo (art. 1944 CC).
Causal.- Es la condición que depende de circunstancias ajenas a la
voluntad de las partes. Por ejemplo: le prestaré mi impermeable si no llueve
mañana por la tarde.
Mixta. Aquella cuya realización depende de la voluntad de una de las
partes y de un hecho ajeno a ellas. Por ejemplo: le amueblaré la casa si
contrae nupcias con María.
 Condiciones positiva y negativa.
Positiva.- Consiste en que un hecho se realice.
Negativa.- Estriba en que el hecho no se efectúe.
Estas condiciones suelen combinarse con el termino; así, las hay que
establecen que un hecho se efectúe (positiva) dentro de cierto plazo. (art
1946 CC)
Y también hay condiciones que suponen que un hecho no se realice
(negativas) en determinado lapso (art. 1947 CC).
 Condiciones imposibles e ilícitas.
Imposible.- Consiste en un hecho o abstención irrealizable por un
obstáculo físico o natural o por impedimentos jurídicos. El hecho incierto
que difiere o extingue la eficacia del acto es impracticable al impedirlo una
ley natural. Por ejemplo: Le hago una donación con la condición de que
detenga la rotación de la tierra; le doy en comodato mi departamento en la
Rivera francesa, durante un año, con la condición de que me instituya
irrevocablemente como su heredero (art. 1943).
Ilícitas.- Consisten en conductas contrarias a la ley o a las buenas
costumbres. El mismo artículo 193 imponen la nulidad del acto que las
contenga; el derecho nunca debe fomentar ni prestar su fuerza para realizar
comportamientos antisociales y antijurídicos. Si para dar su eficacia a un
acto jurídico es impensable efectuar un hecho contrario a la ley o a la moral
colectiva, ese acto nunca será válido. Al privar de valor jurídico a esas
condiciones indeseables, se disuade a las partes de su formulación y no se
propicia su verificación (art. 2225 CC).

 La aplicación del problema de los riesgos a las obligaciones condicionales.


Si una cosa determinada ha sido objeto de un acto traslativo de
dominio, sometido a condición suspensiva perece (se pierde) después de la
celebración del contrato y antes de que se realice la condición ¿quién
pierde: el enajenante o el adquirente?
Ejemplo:
Le vendo una botella de coñac en $100.00, con la condición de que
se revalúe el peso y quede a la par con el dólar en el curso del corriente
año. Un mes después de celebrado el contrato y antes de que se cumpla la
condición, un incendio destruye la casa donde estaba la botella y ésta se
pierde. Antes de que el año concluya, se realiza la condición y la moneda
mexicana no alcanza el valor internacional de dólar, sino que lo duplica.

Para dar solución hay que considerar:


a) que, conforme a los principios de la técnica jurídica aplicada al problema
de los riesgos, el dueño pierde la cosa (art. 2017-V CC), ¿quién era el
dueño?
b) la traslación de propiedad sobre cosas determinadas se produce por el
solo efecto del contrato, (2014 CC) ¿desde cuándo surte efectos el
contrato?
c) la condición, una vez cumplida, produce efectos retroactivos (1941 CC).

Si la compraventa condicional retrotrae sus efectos “al tiempo en que


la obligación fue formada”, al realizarse la condición, usted devino en
propietario del coñac desde el momento en que se celebró la venta, por lo
que cuando éste pereció, usted ya era dueño de la cosa y debe pagar el
precio.

Art. 1948-I CC.

EL MODO O CARGA
Llámase modo a la obligación excepcional creada a cago del adquirente de
un derecho a título gratuito
El modo sólo tiene lugar en los actos de liberalidad (herencia, legado,
donación), ya sean por causa de muerte o intervivos; es una manera de limitar la
liberalidad que grava al heredero donatario o legatario con determinadas cargas.

Quien recibe un regalo a la liberalidad, el beneficiario de un acto gratuito no


tiene normalmente obligación alguna de cumplir. Los contratos o actos gratuitos
sólo obligan al que concede el beneficio y por lo regular no crean compromiso
alguno quien lo recibe; por ello, suelen ser también unilaterales. Sin embargo, y
por excepción, se le impone al adquirente favorecido por el acto alguna prestación
a su cargo, o mejor dicho, una contraprestación cuyo valor no equivale al valor de
la que recibe y debe ser cumplida.

Dicha prestación es el modo o carga, y el acto gratuito por él afectado está


sujeto a modalidad. En efecto, si lo normal en un acto de beneficencia es que el
favorecido con el mismo esté exento de toda obligación, cuando insólitamente
engendra alguna a su cargo se presenta una situación excepcional que imprime al
acto una fisonomía distinta, esto es, una forma de ser o de manifestarse diferente
de la habitual, que es lo que caracteriza precisamente a la modalidad.

Ejemplo: El beneficiara de una renta vitalicia se obliga frente a su


benefactor a publicar en la primera plana de determinado periódico, y por una sola
vez, un aviso para agradecer el beneficio recibido. Esta obligación excepcional es la
carga o modo.

El autor de un testamento le transmite a usted en legado una casa y le


impone la carga de conceder en la misma un derecho real de habitación a favor de
un tercero. Si usted acepta el legado, estará comprometiéndose a cumplir con la
obligación insólita que se les impone, apagar la carga o modo.

DIFERENCIAS ENTRE CARGA Y LA CONDICIÓN

1.- La carga no es un acontecimiento futuro e incierto como la condición.


2.- La carga no suspende ni extingue la eficacia del acto, como la condición.
Si la carga no se cumple, puede ser exigida coactivamente y obtener su
cumplimiento por ejecución forzada, o dar lugar a una demanda de rescisión del
contrato, en su caso.

Giorgi refiere: “el modo es una carga impuesta al que recibe una liberalidad.
No suspende ni resuelve el vínculo contractual, pero constriñe y obliga al
aceptante a efectuar las cargas que se le imponen.
COMPLICACIONES DE LOS SUJETOS

SIMPLE MANCOMUNIDAD

Los sujetos en una obligación pueden presentarse de manera simple,


cuando un acreedor está relacionado con un solo deudor; o compleja, cuando un
acreedor puede exigir el pago a varios codeudores, o varios coacreedores tienen
varios codeudores comprometidos a pagar; a las obligaciones complejas se les
llama mancomunadas.

Mientras las primeras se resuelven forzosamente mediante el pago que el


único deudor hace del total de la deuda al único acreedor, en las complejas se
pueden presentar varias alternativas de solución.

1.- La deuda puede dividirse, y cualquiera de los codeudores y el crédito entre


todos los coacreedores; esta situación se conoce como simple mancomunidad.

2.- La deuda no debe dividirse, y cualquiera de los codeudores debe pagar el


todo el todo a cualquier de los coacreedores; y paralelamente; cualquiera de éstos
podrá exigirlo en su integridad a cualquier codeudor. Esta situación se llama:

a) Solidaridad si su origen procede de una disposición legal o de una convención


de las partes.
b) Indivisibilidad si proviene de la naturaleza infragmentable del objeto de la
obligación, pues lo que debe el deudor no admite división sin perder su valor o
cambiar su esencia.

En consecuencia, las modalidades o maneras en que se manifiesta la


obligación con referencia a los sujetos son: la simple mancomunidad, la solidaridad
y la indivisibilidad.

CAPITULO IV De las obligaciones mancomunadas


Artículo 1984. Cuando hay pluralidad de deudores o de acreedores, tratándose de una misma
obligación, existe la mancomunidad.
Artículo 1985. La simple mancomunidad de deudores o de acreedores no hace que cada uno de
los primeros deba cumplir íntegramente la obligación, ni da derecho a cada uno de los segundos
para exigir el total cumplimiento de la misma. En este caso el crédito o la deuda se consideran
divididos en tantos partes como deudores o acreedores haya y cada parte constituye una deuda o
un crédito distintos unos de otros.
Artículo 1986. Las partes se presumen iguales a no ser que se pacte otra cosa o que la ley
disponga lo contrario.
Artículo 1987. Además de la mancomunidad, habrá solidaridad activa, cuando dos o más
acreedores tienen derecho para exigir, cada uno de por sí, el cumplimiento total de la obligación; y
solidaridad pasiva cuando dos o más deudores reporten la obligación de prestar, cada uno de por
sí, en su totalidad, la prestación debida.
Artículo 1988. La solidaridad no se presume; resulta de la ley o de la voluntad de las partes.
Artículo 1989. Cada uno de los acreedores o todos juntos pueden exigir de todos los deudores
solidarios o de cualquiera de ellos, el pago total o parcial de la deuda. Si reclaman todo de uno de
los deudores y resultare insolvente, pueden reclamarlo de los demás o de cualquiera de ellos. Si
hubiesen reclamado sólo parte, o de otro modo hubiesen consentido en la división de la deuda,
respecto de alguno o algunos de los deudores, podrán reclamar el todo de los demás obligados,
con deducción de la parte del deudor o deudores libertados de la solidaridad.
Artículo 1990. El pago hecho a uno de los acreedores solidarios extingue totalmente la deuda.
Artículo 1991. La novación, compensación, confusión o remisión hecha por cualquiera de los
acreedores solidarios, con cualquiera de los deudores de la misma clase, extingue la obligación.
Artículo 1992. El acreedor que hubiese recibido todo o parte de la deuda, o que hubiese hecho
quita o remisión de ella, queda responsable a los otros acreedores de la parte que a éstos
corresponda, dividido el crédito entre ellos.
Artículo 1993. Si falleciere alguno de los acreedores solidarios dejando más de un heredero, cada
uno de los coherederos sólo tendrá derecho de exigir o recibir la parte del crédito que le
corresponda en proporción a su haber hereditario, salvo que la obligación sea indivisible.
Artículo 1994. El deudor de varios acreedores solidarios se libra pagando a cualquiera de éstos, a
no ser que haya sido requerido judicialmente por alguno de ellos, en cuyo caso deberá hacer el
pago al demandante.
Artículo 1995. El deudor solidario sólo podrá utilizar contra las reclamaciones del acreedor, las
excepciones que se deriven de la naturaleza de la obligación y las que le sean personales.
Artículo 1996. El deudor solidario es responsable para con sus coobligados si no hace valer las
excepciones que son comunes a todos.
Artículo 1997. Si la cosa hubiere perecido, o la prestación se hubiere hecho imposible sin culpa de
los deudores solidarios, la obligación quedará extinguida.
Si hubiere mediado culpa de parte de cualquiera de ellos, todos responderán del precio y de la
indemnización de daños y perjuicios, teniendo derecho los no culpables de dirigir su acción contra
el culpable o negligente.
Artículo 1998. Si muere uno de los deudores solidarios dejando varios herederos, cada uno de
éstos está obligado a pagar la cuota que le corresponda en proporción a su haber hereditario, salvo
que la obligación sea indivisible; pero todos los coherederos serán considerados como un solo
deudor solidario, con relación a los otros deudores.
Artículo 1999. El deudor solidario que paga por entero la deuda, tiene derecho de exigir de los
otros codeudores la parte que en ella les corresponda.
Salvo convenio en contrario, los deudores solidarios están obligados entre sí por partes iguales.
Si la parte que incumbe a un deudor solidario no puede obtenerse de él, el déficit debe ser
repartido entre los demás deudores solidarios, aun entre aquellos a quienes el acreedor hubiere
libertado de la solidaridad.
En la medida que un deudor solidario satisface la deuda, se subroga en los derechos del acreedor.
Artículo 2000. Si el negocio por el cual la deuda se contrajo solidariamente, no interesa más que
a uno de los deudores solidarios, éste será responsable de toda ella a los otros codeudores.
Artículo 2001. Cualquier acto que interrumpa la prescripción en favor de uno de los acreedores o
en contra de uno de los deudores, aprovecha o perjudica a los demás.
Artículo 2002. Cuando por el no cumplimiento de la obligación se demanden daños y perjuicios,
cada uno de los deudores solidarios responderá íntegramente de ellos.
Artículo 2003. Las obligaciones son divisibles cuando tienen por objeto prestaciones susceptibles
de cumplirse parcialmente. Son indivisibles si las prestaciones no pudiesen ser cumplidas sino por
entero.
Artículo 2004. La solidaridad estipulada no da a la obligación el carácter de indivisible, ni la
indivisibilidad de la obligación la hace solidaria.
Artículo 2005. Las obligaciones divisibles en que haya más de un deudor o acreedor se regirán
por las reglas comunes de las obligaciones; las indivisibles en las que haya más de un deudor o
acreedor se sujetarán a las siguientes disposiciones.
Artículo 2006. Cada uno de los que han contraído conjuntamente una deuda indivisible, está
obligado por el todo, aunque no se haya estipulado solidaridad.
Lo mismo tiene lugar respecto de los herederos de aquel que haya contraído una obligación
indivisible.
Artículo 2007. Cada uno de los herederos del acreedor puede exigir la completa ejecución
indivisible, obligándose a dar suficiente garantía para la indemnización de los demás coherederos,
pero no puede por sí solo perdonar el débito total, ni recibir el valor en lugar de la cosa.
Si uno solo de los herederos ha perdonado la deuda o recibido el valor de la cosa, el coheredero no
puede pedir la cosa indivisible sino devolviendo la porción del heredero que haya perdonado o que
haya recibido el valor.
Artículo 2008. Sólo por el consentimiento de todos los acreedores puede remitirse la obligación
indivisible o hacerse una quita de ella.
Artículo 2009. El heredero del deudor, apremiado por la totalidad de la obligación, puede pedir un
término para hacer concurrir a sus coherederos, siempre que la deuda no sea de tal naturaleza que
sólo pueda satisfacerse por el heredero demandado, el cual entonces puede ser condenado,
dejando a salvo sus derechos de indemnización contra sus coherederos.
Artículo 2010. Pierde la calidad de indivisible, la obligación que se resuelve en el pago de daños y
perjuicios y, entonces, se observarán las reglas siguientes:
I. Si para que se produzca esa conversión hubo culpa de parte de todos los deudores, todos
responderán de los daños y perjuicios proporcionalmente al interés que representen en la
obligación;
En la medida que un deudor solidario satisface la deuda, se subroga en los derechos del acreedor.
Artículo 2000. Si el negocio por el cual la deuda se contrajo solidariamente, no interesa más que
a uno de los deudores solidarios, éste será responsable de toda ella a los otros codeudores.
Artículo 2001. Cualquier acto que interrumpa la prescripción en favor de uno de los acreedores o
en contra de uno de los deudores, aprovecha o perjudica a los demás.
Artículo 2002. Cuando por el no cumplimiento de la obligación se demanden daños y perjuicios,
cada uno de los deudores solidarios responderá íntegramente de ellos.
Artículo 2003. Las obligaciones son divisibles cuando tienen por objeto prestaciones susceptibles
de cumplirse parcialmente. Son indivisibles si las prestaciones no pudiesen ser cumplidas sino por
entero.
Artículo 2004. La solidaridad estipulada no da a la obligación el carácter de indivisible, ni la
indivisibilidad de la obligación la hace solidaria.
Artículo 2005. Las obligaciones divisibles en que haya más de un deudor o acreedor se regirán
por las reglas comunes de las obligaciones; las indivisibles en las que haya más de un deudor o
acreedor se sujetarán a las siguientes disposiciones.
Artículo 2006. Cada uno de los que han contraído conjuntamente una deuda indivisible, está
obligado por el todo, aunque no se haya estipulado solidaridad.
Lo mismo tiene lugar respecto de los herederos de aquel que haya contraído una obligación
indivisible.
Artículo 2007. Cada uno de los herederos del acreedor puede exigir la completa ejecución
indivisible, obligándose a dar suficiente garantía para la indemnización de los demás coherederos,
pero no puede por sí solo perdonar el débito total, ni recibir el valor en lugar de la cosa.
Si uno solo de los herederos ha perdonado la deuda o recibido el valor de la cosa, el coheredero no
puede pedir la cosa indivisible sino devolviendo la porción del heredero que haya perdonado o que
haya recibido el valor.
Artículo 2008. Sólo por el consentimiento de todos los acreedores puede remitirse la obligación
indivisible o hacerse una quita de ella.
Artículo 2009. El heredero del deudor, apremiado por la totalidad de la obligación, puede pedir un
término para hacer concurrir a sus coherederos, siempre que la deuda no sea de tal naturaleza que
sólo pueda satisfacerse por el heredero demandado, el cual entonces puede ser condenado,
dejando a salvo sus derechos de indemnización contra sus coherederos.
Artículo 2010. Pierde la calidad de indivisible, la obligación que se resuelve en el pago de daños y
perjuicios y, entonces, se observarán las reglas siguientes:
I. Si para que se produzca esa conversión hubo culpa de parte de todos los deudores, todos
responderán de los daños y perjuicios proporcionalmente al interés que representen en la
obligación;
II. Si sólo algunos fueron culpables, únicamente ellos responderán de los daños y perjuicios.

La simple mancomunidad. Ésta es la solución común, pues mientras la ley, la


voluntad de las partes o la indivisibilidad del objeto no impongan la necesidad del
pago único e integral del cualquier deudor a cualquier acreedor, cada uno de
aquellos deberá solventar a cada uno de éstos una parte alícuota del objeto de la
deuda. Esto significa que la obligación compartida por varios deudores, o el
derecho compartido por varios acreedores, será simplemente mancomunado y, de
manera excepcional, solidario e indivisible (1984 CC). La existencia de varios
acreedores en una obligación impone la división de la deuda entre ellos, a prorrata
(Cuota o parte proporcional en un reparto).

EFECTOS
El prorrateo de la deuda, en la simple mancomunidad, convierte a cada una de sus
fracciones en una “deuda o un crédito distintos uno de otros, (1985 CC).

La obligación se fragmenta: cada deudor deberá pagar su parte y cada


acreedor podrá exigir sólo su parte proporcional o alícuota. La división se hace en
fracciones iguales, salvo pacto en contrario (art. 1986 CC)

La simple mancomunidad es inconveniente para el acreedor común, quien


se ve precisado a perseguir cada uno de los deudores para obtener el pago total
del crédito. Por ello es frecuente que el acreedor le exija que se obliguen
solidariamente al pago.

SOLIDARIDAD
La división de la deuda entre los coacreedores y los codeudores,
consecuencia de la simple mancomunidad, no se presenta en la solidaridad,
porque las partes han querido convenir en la unidad del pago o porque el
legislador ha decidido imponer esa solidez en el pago para beneficiar a su
acreedor.

Concepto.- La solidaridad es una modalidad de las obligaciones


caracterizada por la existencia de sujetos múltiples que pueden exigir o deben
cumplir las prestación en su integridad, sea por haberlo convenido así o porque la
ley lo impone.

Fuentes.- La solidaridad tiene dos fuentes:


a) En la voluntad o convencional.
b) En la ley o legal.
Clases.- Puede ser activa (varios coacreedores) en donde cualquiera
puede cobrar el todo, y pasiva (varios codeudores) sobre los que los pesa el
deber de cualquiera de pagar el todo. Mixta, cuando existen varios codeudores
frente a varios coacreedores solidarios.

Estructura y relaciones existentes en la solidaridad.- La solidaridad


es una institución compleja de importantes y numerosas consecuencias, cuya
comprensión se simplifica al conocer su estructura, las relaciones que constituye,
los principios en que se apoya y las finalidades que persigue.

Caso de solidaridad convencional:


Los alumnos del curso de derecho civil deciden solicitar en mutuo o préstamo la
suma de $10,000.00 a dos de sus profesores, para financiar la fiesta de fin de
cursos. Los maestros acceden, pero piden que los estudiantes codeudores se
obliguen solidariamente al pago. Se celebra así entre codeudores (alumnos) y
coacreedores (profesores) un contrato de mutuo.

1.- Existe una relación principal: la relación de la deuda establecida entre los
alumnos codeudores y los maestros coacreedores; es el vínculo solidario.
2. Pero hay además dos relaciones internas, subyacentes:

a).- La de los alumnos codeudores entre sí (que decide la forma en que


cooperarán y distribuirán entre ellos el pago de la deuda), y
b).- La de los profesores coacreedores entre sí (que determina cómo van a
distribuirse la suma de dinero recuperada por el pago).

En efecto, los codeudores han convenido entre sí en constituir una


solidaridad pasiva: entre ellos preexiste un acuerdo que distribuye la deuda y
determina en interés de quién o de quienes se asume la obligación y en qué
proporción. Todos los codeudores aceptan correr la misma suerte (consortes) y
formar un solo ente deudor frente al acreedor o a los acreedores, que podrían
exigir el todo a cualquiera de ellos. Y respecto de la solidaridad activa, los
coacreedores han convenido entre sí en constituir un crédito solidario y, en un
acuerdo interno, han decido entre ellos el interés con que cada uno participa en
ese crédito, así como la forma de distribuírselo en su oportunidad, sin perjuicio de
presentar la solidez de una consorcio de acreedores frente a los codeudores
comunes.

La solidaridad legal.
Aquí la norma jurídica general corresponsabiliza o impone a dos o más personas la
necesidad de responder de una deuda en su integridad frente al acreedor común;
es la ley la que crea ese consorcio o grupo responsable.
En resumen, ya provenga de la voluntad de las partes o de la disposición
legal, el grupo de codeudores constituye un auténtico ente colectivo, un
consorcio; y lo mismo debe decirse del grupo de coacreedores en la solidaridad
convencional (no existe solidaridad legal activa, sólo pasiva o de codeudores).

Principios explicativos de la solidaridad.

1.- Los copartícipes constituyen un consorcio (participación con otro y otros


en la misma suerte), el consorcio de acreedores y el consorcio de deudores.
2.- La unidad del objeto.- Los codeudores han convenido en entregar una sola
prestación al acreedor común, o bien los coacreedores han convenido en recibir
una sola prestación del deudor común. Esto significa que la obligación tiene un
solo y único objeto: hay unidad de objeto.
3.- La pluralidad de vínculos.- Pese al a unidad de objeto, cada codeudor está
enlazado con el acreedor común mediante el vínculo particular, por lo cual hay una
pluralidad de vínculos. Esto significa que la liga que enlaza a cada uno de los
codeudores con el acreedor puede estar sujeto a diversas modalidades y a
distintas circunstancias de origen. Por lo tanto, la obligación de uno de los
codeudores solidarios puede hallarse sujeta a plazo; la de otro, ser pura y simple,
y la de un tercero, estar sometida a condición suspensiva. Por otra parte, alguna
de ellas puedo haberse concertado con vicios de origen (por un incapaz o por
alguien que actuaba bajo el influjo del error o violencia) mientras los demás
vínculos, las obligaciones de los otros codeudores, fueren perfectas.

Efectos de la solidaridad.
1.- La relación de la deuda que enlaza a los coacreedores con los codeudores,
llamada relación principal.
2.- Las relaciones internas –que podríamos reconocer como subyacentes- o
relaciones de distribución de la deuda o el crédito, las cuales vinculan a los
coacreedores entre sí o a los codeudores entre sí.

Efectos en la relación principal.


1.- Cualquier acreedor puede exigir el pago total del crédito y, en paralelo,
cualquier codeudor debe cumplir el total de la deuda, el efecto se explica por el
principio de unidad del objeto, pues todos los codeudores deben un solo y mismo
objeto a todos los coacreedores (arts. 1987 y 1989 CC).

2.- El pago hecho a cualquier acreedor extingue el crédito; el pago echo por
cualquier deudor hace lo mismo (arts. 1990, 1994 CC).

3.- Los actos de conservación que realice cualquier acreedor benefician a los
demás, por su parte, los actos defensivos de cualquier deudor también benefician
a los demás de su especie (art. 2001 CC).
4.- Los actos liberatorios efectuados por cualquier coacreedor perjudican y son
oponibles a los demás de su especie; esto es, si alguno remite la deuda o la nova,
compensa o confunde, el crédito se extingue para todos. De manera paralela, los
actos perjudiciales de uno de los codeudores dañan y repercuten en los demás del
consorcio; por ejemplo, cuando uno de ellos destruye culpablemente el objeto de
la obligación y todos quedan obligados a indemnizar los daños y perjuicios, o si
alguno deja de oponer las excepciones pertinentes y resulta condenado, todos
deberán pagar; los mismo sucede si un codeudor incurre en mora: todos serán
responsables del pago de intereses (arts. 1991, 1996, 1997, 2002 CC).

5.- El vínculo de cada coacreedor puede estar sujeto a modalidades diversas o


presentar características o vicisitudes distintas. A su vez, el vínculo que ata a cada
codeudor podría hallarse afectado por distintas complicaciones o padecer vicios o
imperfecciones varias. Así, el codeudor solidario podrá oponer a cada coacreedor
las excepciones que le sean personales.

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