Somos una comunidad espiritual, somos una familia en Dios.
De DIDACTICA: SAN JOSÉ (XXII)
hecho, la definición del ELSP con sus 43 años, como leemos en el estatuto
20 de la primera edición es -más que nunca-:
“Comunidad espiritual en la Presencia Mística del Buen Pastor, que camina
al impulso del Espíritu Santo
y al amparo de María Madre de la Iglesia hacia la casa del Padre”.
Así leemos en el estatuto 45 de la Segunda edición: “Los centros de for-
mación de la Escuela de Pastoral pueden ser considerados como auténticas Comu-
nidades de Base y Comunidades de Oración, ya que en la integración de todos los
grados nuestra Espiritualidad, Principios y Propósitos halla su realización auténtica la
vida de comunidad como forma y en espíritu”.
También leemos en el Estatuto 69 que nuestro Segundo grado: “Es de
formación comunitaria por la que se llega a conocer y vivir la Iglesia” o el Estatuto
67: “Todas las actividades de los miembros del ELSP son de carácter comunitario”.
VII DISCIPULOS Y MISIONEROS DE CRISTO FORMADOR
Nuestro estatuto 18 dice: «La conversión que se busca para nuestros miembros,
deberá ser encontrada en dos características que intensamente se han de vivir en la
vida espiritual: “ser Iglesia y hacer Iglesia”, lo que es lo mismo, “vivir la Iglesia y pro-
curar que los demás la vivan”. La vivencia eclesial debe ser mediante la más com-
pleta información, una sólida y profunda formación, un compromiso serio y definitivo
para con la Iglesia y un encuentro constante con el Señor, todo esto encerrado dentro
de un espíritu de oración y de servicio según lo practicó y recomendó Jesús Buen
Pastor, nuestro Modelo, de lo que nos dejó ejemplo María Madre de la Iglesia”.
Hacemos alusión a este concepto porque el crecimiento formativo,
humano, espiritual del discípulo de Cristo depende en gran parte de sus bue-
nas relaciones –y entre ellos mismos- con sus formadores. Es por esto que
nosotros que somos discípulos y misioneros del Señor, pero que somos for-
madores al mismo tiempo de los alumnos pertenecientes a nuestra Obra, de-
bemos estar conscientes de esto para no dedicarnos solamente a la buena
formación sino también cuidar nuestras buenas relaciones con ellos, esto es
fundamental para llevarlos a nuestro Señor, y no sólo transmisores de infor-
mación.
Si no cuidamos debidamente esta atención personal y comunitaria, por
muy buena que sea la formación y el entusiasmo por brindarla, puede afec-
tarse el logro buscado.
Tampoco podemos reducir esta relación a una sencilla amistad humana.
Cristo, nuestro Señor quiere que estas relaciones sean caminos de encuentro,
primero entre nosotros para llevarlos y llevarnos a lo principal, facilitarles y
facilitarnos el camino para nuestro encuentro personal y comunitario con Él.
Por eso es claramente un tiempo de jubileo, de oportunidad, de gracia estos
cuarenta años de nuestra Obra en cuanto a su organismo de formación, el
IFLSPP, como un encuentro real, efectivo, trascendente, espiritual, eterno de
ella con el Señor de señores.
-D-febrero2024-08-
Lunes 5 febrero curso formativo-lectivo 2023-2024-Coordina: Monserrat Juárez
REDEMPTORIS CUSTOS, DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II
SOBRE LA FIGURA Y LA MISIÓN DE SAN JOSÉ
EN LA VIDA DE CRISTO Y DE LA IGLESIA
Itinerario: <Quemadmodum Deus=, (8 diciembre 1870) Papa Pío IX
<Inclytum Patriarcham” (7 julio 1871) Papa Pío IX
<Quamquiam pluries= (15 agosto 1889) Papa León XIII
<Neminem fugit= (14 junio 1892) Papa León XIII
<Letanías a San José= (18 de marzo 1909) Papa San Pío X
<Bonum sano= (25 julio 1920) Papa Benedicto XV
<Discurso solemnidad= (1° mayo 1955) Papa Pío XII
<Le voci= (19 marzo 1961) Papa San Juan XXIII
Junto con la asunción de la humanidad, en Cristo está tam-
bién «asumido» todo lo que es humano, en particular, la familia,
como primera dimensión de su existencia en la tierra. En este con-
texto está también «asumida» la paternidad humana de José.
En base a este principio adquieren su justo significado las
palabras de María a Jesús en el templo: « Tu padre y yo ... te
buscábamos». Esta no es una frase convencional; las palabras de
la Madre de Jesús indican toda la realidad de la encarnación, que
pertenece al misterio de la Familia de Nazaret.
José, que desde el principio aceptó mediante la «obediencia
de la fe» su paternidad humana respecto a Jesús, siguiendo la luz
del Espíritu Santo, que mediante la fe se da al hombre, descubría
ciertamente cada vez más el don inefable de su paternidad.
IV. EL TRABAJO EXPRESIÓN DEL AMOR
22. Expresión cotidiana de este amor en la vida de la Familia de
Nazaret es el trabajo. El texto evangélico precisa el tipo de trabajo
con el que José trataba de asegurar el mantenimiento de la Fami-
lia: el de carpintero. Esta simple palabra abarca toda la vida de
José.
Para Jesús éstos son los años de la vida escondida, de la que
habla el evangelista tras el episodio ocurrido en el templo: « Bajó
con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos» (Lc 2, 51). Esta
«sumisión», es decir, la obediencia de Jesús en la casa de Naza-
ret, es entendida también como participación en el trabajo de
José. El que era llamado el «hijo del carpintero» había aprendido
el trabajo de su «padre» putativo.
-D-febrero2024-01-
 Si la Familia de Nazaret en el orden de la salvación y de la
santidad es ejemplo y modelo para las familias humanas, lo es
también análogamente el trabajo de Jesús al lado de José, el car-
pintero.
En nuestra época la Iglesia ha puesto también esto de relie-
ve con la fiesta litúrgica de San José Obrero, el 1 de mayo.
El trabajo humano y, en particular, el trabajo manual tienen
en el Evangelio un significado especial. Junto con la humanidad
del Hijo de Dios, el trabajo ha formado parte del misterio de la en-
carnación, y también ha sido redimido de modo particular.
Gracias a su banco de trabajo sobre el que ejercía su profe-
sión con Jesús, José acercó el trabajo humano al misterio de la
redención.
En el crecimiento humano de Jesús «en sabiduría, edad y
gracia» representó una parte notable la virtud de la laboriosidad,
al ser «el trabajo un bien del hombre» que «transforma la natura-
leza» y que hace al hombre «en cierto sentido más hombre».
La importancia del trabajo en la vida del hombre requiere
que se conozcan y asimilen aquellos contenidos « que ayuden a
todos los hombres a acercarse a través de él a Dios, Creador y Re-
dentor, a participar en sus planes salvíficos respecto al hombre y
al mundo y a profundizar en sus vidas la amistad con Cristo, asu-
miendo mediante la fe una viva participación en su triple misión de
sacerdote, profeta y rey». (Laborem exercens, 9)
24. Se trata, en definitiva, de la santificación de la vida cotidiana,
que cada uno debe alcanzar según el propio estado y que puede
ser fomentada según un modelo accesible a todos: «San José es el
modelo de los humildes, que el cristianismo eleva a grandes desti-
nos; san José es la prueba de que para ser buenos y auténticos
seguidores de Cristo no se necesitan "grandes cosas", sino que se
requieren solamente las virtudes comunes, humanas, sencillas,
pero verdaderas y auténticas» (San Paulo VI, 1969).
DIDACTICA: Hacia el 50 aniversario del IFLSPP 1975-1025 I
Lunes 12 febrero curso formativo-lectivo 2023-2024-Coordina Miguel A. Fernández
PRIMER ENCUENTRO DE DIRIGENTES DEL ELSP
Hacia los 40 años 1972-2012
9-11 de marzo 2012 Curso Formativo-Lectivo 2011-2012
CUARENTA ANIVERSARIO DEL
-D-febrero2024-02-
lidad de la grandeza de su Persona, y a pesar de ello, la caridad con que los
trataba, los llamaba sus amigos ¿qué más podrían desear en sus corazones si
ya lo habían encontrado?
Es por eso que este grupo es totalmente diferente a todos, su esencia es
distinta, su misión es diferente, sus fines, proporcionalmente espirituales en
su humanidad; han vuelto a nacer en Cristo, para una nueva Vida y dar fruto,
Él lo afirmó: «La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto y seáis mis discí-
pulos» (Jn 15,8).
Es por eso que nuestro Señor les exigía para seguirlo el cambio de men-
talidad e iniciaran con querer intentar amar al Señor con todo el corazón, con
toda el alma y con todo el espíritu y amar al prójimo como a uno mismo.
DIDACTICA: Hacia el 50 aniversario del IFLSPP 1975-1025 I I I
Lunes 26 febrero curso formativo-lectivo 2023-2024-Coordina Mario Aguilar
Si están, en verdad, dispuestos a compartir de su misma Vida además de
cumplir con los mandamientos principales deben vivir y transmitir lo enseñado por
Él, como es el contenido del Sermón de la Montaña. Y nadie, absolutamente nadie
puede argüir el pretexto de que como no se pertenece a su grupo íntimo no está
obligado a practicar todo ello.
De hecho, el ministerio público de nuestro Señor inicia con la exhorta-
ción a la conversión: «Convertíos porque el Reino de los Cielos ha llega-
do» (Mt 4,17).
Tal conversión nace, crece, se fortalece mediante el contacto con el Señor, es
por eso que podríamos dar una fecha de conversión pero no se le puede fijar
una de término, pues siempre está proyectada al futuro, viviendo en la reali-
dad presente, por lo mismo, la conversión, es un proceso que nunca acaba.
VI. COMUNIDAD
Al hablar de comunidad, de inmediato nos viene a la mente pasajes de
los Hechos de los Apóstoles como el siguiente: «Y perseveraban en la doctri-
na de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oracio-
nes» (Hc 2, 42). O: «Y la multitud de los que habían creído era de un corazón
y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que
tenían todas las cosas en común» (Hc 4, 32).
La comunidad, la comunidad espiritual, la comunidad cristiana nace y
se sostiene mediante el encuentro personal y comunitario con Cristo, nuestro
Señor, y mediante las relaciones fraternales entre los discípulos.
A su vez, encontramos en Mt 23, 8 la expresión de nuestro Señor:
«Ustedes son hermanos», y en Jn 15, 13: «Ustedes son mis amigos», lo que
nos enseña que somos hijos del Padre común, además del nuevo concepto
de comunidad espiritual que supera toda comunidad de cualquier religión,
incluso, la Judía.
Es tan importante la comunidad cristiana, que es el lugar donde el discí-
pulo encuentra y desarrolla su formación como discípulo y como misionero.
-D-febrero2024-07-
 proceso diferente en cada uno.
Así lo expresa el Documento de Aparecida 281: “La formación es un cami-
no que requiere itinerarios distintos, respetuosos de los procesos personales y
de los ritmos comunitarios, continuos y graduales”. Es por eso que nuestro
Señor en ocasiones utiliza el método directo como auto invitarse con Za-
queo, o para dar testimonio a sus Apóstoles no desdeña lavarles los pies.
10° Comparación o diferencia: Que sus discípulos enseñen a todos, que la
formación en sí, es el facilitarles el camino para que personalmente res-
pondan a la invitación que Cristo les hace de seguirle. Que el amor de
Cristo nos apremia, hasta que Cristo se forme en ustedes, en nosotros, en
todos.
IV. DIFERENCIA: DEL CONTENIDO DE SU PREDICACIÓN
Según palabras de nuestro Señor, fue enviado por el Padre a llevar el
anuncio del Reino a todas las ciudades (Lc 4, 43).
Conocemos que utilizaba el sistema de transmitir sus enseñanzas por
medio de parábolas, pero, es de mencionar, que el contenido de ese anuncio
contiene varios conceptos, conceptos que encontramos en la lección diez y
once de nuestro Tercer grado cuando se comenta la Exhortación Apostólica
de S.S. Paulo VI, la Evangelii nuntiandi.
Conceptos como: el testimonio del amor del Padre; el mensaje central
de la salvación en Jesucristo; bajo el signo de la esperanza; un mensaje de
liberación; qué exige la conversión, etc. Todo esto como requisito indispen-
sable para quien es discípulo y misionero del Señor Jesús.
V. DISCÍPULOS Y MISIONEROS DEL SEÑOR
Aunque las Sagradas Escrituras hacen claramente distinción entre el
Colegio Apostólico y su grupo de Discípulos sobre las multitudes que lo
buscaban y escuchaban, tratemos aquí a todos como un único grupo, como
discípulos y misioneros todos del Señor. Mencionemos, por tanto, qué los
unía, iniciando, por supuesto, con el encuentro personal con Él, de hecho, el
acontecimiento trascendente del encuentro es el inicio de una nueva persona,
la de cada uno de ellos.
Seducidos por su Persona, atraídos y absorbidos por su invitación de
recibir el Reino que ya está en medio de ellos, que es para todos, sin excluir
absolutamente a nadie –a menos que haya alguien que rechace intencional-
mente su invitación-; todos invitados, aún los que para el mundo son peque-
ños, marginados, pecadores. Invitados todos para anunciar la verdadera Vi-
da. Todos incluidos en la invitación del Padre a amarnos, perdonarnos, tra-
bajar juntos, con la esperanza de que todos estamos invitados a encarnarnos
en el proyecto salvífico, para después descansar en las mansiones del Padre,
que su mismo Hijo, por el Espíritu Santo, nos está preparando.
Por lo que no es de extrañar que sus discípulos quedaran fascinados,
deslumbrados, llenos de estupor, sobrecogidos de temor ante la excepciona-
-D-febrero2024-06-
INSTITUTO DE FORMACIÓN PARA LAICOS AL SERVI-
CIO DE LA PASTORAL PARROQUIAL 1975-2015
Tema de retiro 91 (2016)
AL ENCUENTRO DE JESÚS-FORMADOR
(al modo como Cristo lo hizo)
I. IMITAR A JESÚS
Orígenes, Padre de la Iglesia, teólogo y comentarista bíblico, afirmaba
que Dios viendo deformada su imagen en el ser humano a causa del pecado,
envió a su Hijo como Modelo para ser imitado por los hombres y retornar al
estado general de afinidad con Él. Si Jesús imita al Padre, los cristianos de-
ben también imitar a Jesucristo.
Imitar a Jesús no es una hazaña conseguida por los Santos o los grandes
hombres, sino que es una gracia que inicia de y desde la Misericordia de
Dios. El hombre por sí mismo no puede corresponder a la gracia de imitar a
Jesucristo, nuestro Señor. Esto se realiza sólo bajo la iniciativa de Cristo.
«Vosotros no me habéis elegido a Mí, Yo soy quien los ha elegido a voso-
tros» (Jn 15,16). Pero es fundamental que el hombre responda a su vez a
Dios.
II. ENCUENTRO CON JESÚS
El imitador, el discípulo, el seguidor de Cristo, inicia su camino de imi-
tación cuando ha “entrado” al acontecimiento de Cristo, es decir, en su en-
cuentro cara a Cara, persona a Persona, espíritu a Espíritu con Dios.
S.S. Benedicto XVI en su homilía en la misa de inauguración de la V Con-
ferencia General del Episcopado Latinoamericano y el Caribe, en Aparecida,
Brasil (2007), afirmó -repitiendo sus palabras del año 2005 en la encíclica
Deus Caritas est-: «No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una
gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que
da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva».
Desde el principio del ministerio de nuestro Señor, encontramos este
llamamiento personal a sus Apóstoles, así leemos en Jn 1,43, que Jesús le
dice a Felipe: “Sígueme”, misma palabra dicha a Mateo en Mt 9, 9. O sim-
plemente el “Venid conmigo” dicho a Simón y Andrés en Mc 1,16.
En la sexta lección de formación de dirigentes (número 40 del Primer
grado), encontramos: «Debemos releer los Evangelios con detenimiento en busca
de los métodos que Él usó para enseñar, formar y comprometer a sus Discípulos y
Apóstoles» (“Ser Iglesia, es hacer Iglesia”, página 1).
Evidentemente nunca lograremos imitar a nuestro Señor con la profundi-
dad y espiritualidad con que Él realizó la formación de sus dirigidos. Es más,
el mismo concepto de formador o de formación, en Él tiene otro significado
que cualquiera de nosotros pueda entender o desarrollar estos conceptos.
-D-febrero2024-03-
 Tal como acabamos de leer e intentando comprender su actuar como
Formador, más recordando lo solicitado en el estatuto 6, en el que debemos
imitar su actitud de servicio, y el estatuto 12, donde se nos exhorta a imitarlo
en base a que es nuestro Modelo, intentemos explicar un poco su “método”
de formación, para tratar en la medida de lo posible imitarlo.
III. MÉTODO DE JESÚS-FORMADOR
Si hemos dicho que el concepto de formador y formación es diferente
desde el punto de vista de Dios al nuestro, abordemos esto mediante unas
simples comparaciones o diferencias (siguiendo el ejemplo del Señor de explicar
en base a comparaciones o parábolas) de cómo fue realizada esta labor por
Jesús-Maestro-Formador y los maestros de su época, (incluyéndonos nosotros):
1° Comparación o diferencia: Ciertamente, ambos se rodearon de discípu-
los, de hecho, todo aquel que deseaba prepararse para llegar a ser rabino,
escriba, maestro, doctor de la Ley o simplemente conocer la Palabra de
Yahvé, lo hacía acercándose a un reconocido maestro, dicho maestro
mientras más discípulos lograba atraer a su escuela, más prestigio le repre-
sentaba. En cambio, nuestro Señor, no buscaba para esto las multitudes,
sino que de preferencia iba a las minorías, a las personas en concreto.
Nosotros tenemos el principio de formación no de multitudes, sino de mi-
norías. Él buscaba también esto y lo hacía a su vez también a modo perso-
nal, es decir, uno a uno, los elegía y los llamaba.
Bajo esta metodología, Jesús formó a sus Apóstoles y Discípulos mediante
una formación integral, gradual, permanente.
2° Comparación o diferencia: Los discípulos ingresaban por propia iniciati-
va al grupo del maestro cuando deseaban profundizar en la Torá. Con
Jesús, la llamada, la iniciativa, viene de Él y sólo de Él, sino no se hubiera
realizado.
3° Comparación: La enseñanza religiosa del mundo judío estaba centrada
en la Torá (recordemos que Torá en hebreo significa Ley) en cambio,
nuestro Señor se centraba en la plenitud de la Ley, es decir, en Jesús mis-
mo con el mensaje de su Padre.
4° Comparación: Los maestros preparaban a sus discípulos en el cumpli-
miento exacto del ritualismo de la religión de Yahvé y de su profeta
Moisés. En cambio, nuestro Señor formaba a sus discípulos y Apóstoles
no para cumplir un ritualismo en sí, en mucho con inventivas y cargas
humanas, sino en una relación viva, íntima, con la Persona del Padre, me-
diante el contacto personal con su enviado Jesucristo, en la acción del
Espíritu Santo, en la centralidad de la persona humana para su salvación.
Jesús formaba integralmente; por lo que es claro que los Apóstoles y
Discípulos de Jesús no fueron convocados para el cumplimiento de las
más de 200 legislaciones judías sino consagrados para Alguien.
5° Comparación: No olvidemos que: «Hablaba con autoridad y no como los
escribas» (Mt 7,29).
-D-febrero2024-04-
DIDACTICA: Hacia el 50 aniversario del IFLSPP 1975-1025 I I
Lunes 19 febrero curso formativo-lectivo 2023-2024-Coordina René Torres
6° Comparación: Otra diferencia evidente fue la MANERA de formarlos,
nuestro Señor compartió con sus Apóstoles y Discípulos. Comió con ellos,
vivió con ellos, enseñó con ellos; pero también fue al encuentro de la rea-
lidad de cada uno de ellos para atraerlos, y ya junto a Él, les hizo ver y
sentir los sufrimientos del pueblo, que «andaba como oveja sin pastor».
Así, los Apóstoles, ante la vivencia de la realidad que Jesús vivía al
curar, alimentar, sanar y enseñar a su pueblo, poco a poco iban penetrando en
lo más recóndito de sus almas y corazones los mismos sentimientos y actuar
del Señor. Y es que Jesús conocía que mucho del futuro de su Iglesia de-
pendía de sus dirigidos directos, por consecuencia, la formación de sus
Apóstoles y Discípulos era tan importante que dicha labor no se la comisionó
a nadie sino que la atendió personalmente.
7° Comparación o diferencia: Lo que les exigió también fue diferente a lo
de cualquier rabino o maestro de la Ley; a tal grado que cuando uno le
pidió que antes de seguirlo le permitiera enterrar antes a su padre, no
aceptó, pues la obediencia a la proclamación del Reino de Dios no puede
esperar.
Llega a pedir que seamos como el Padre celestial, así leemos en Mt 5, 48:
«Sed perfectos como vuestro Padre es perfecto”, y lo dicho en Lc 6, 36:
“Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo».
La exhortación que seamos como el Padre también lo aplica a sí mismo,
por ejemplo, leemos en Mt 11,29:«Aprended de Mí que soy manso y
humilde de corazón» o en Jn 15,12-17: «Ámense los unos a los otros como
yo les he amado».
8° Comparación: Sobre la invitación a imitarlo, nos pide la autenticidad del
apóstol con exhortaciones que muestran su atención por los hambrientos,
los sedientos, los forasteros, los faltos de vestido, los faltos de casa, los
enfermos, los encarcelados, hermanos que nosotros debemos asistir con-
forme a nuestras posibilidades planeadas, organizadas, y realizadas.
Y nos da ejemplo de ello, porque Cristo es nuestro Modelo, nuestro
Ejemplo, nuestro Maestro, nuestro Guía, nuestro Rescate, etc. Jesús daba
a cada quien lo que necesitaba: al que deseaba escucharlo, le pide comer
en su casa; al que le dice que si quiere puede curarle, Él le responde que
sí quiere, y lo cura; a la viuda que se quedaba sola, le resucita a su único
hijo; a quienes van platicando con tristeza se les hace encontradizo y hace
que sus corazones vuelvan a arder al escucharlo; a quienes con esperanza
le piden curación, uno para su siervo, y otro para su hija, a ambos se los
concede; a quien sólo buscaba agua para apagar su sed, le concedió del
agua eterna; a los que tenían hambre los sació.
9°: Comparación o diferencia: Les hizo comprender que la formación que
debían brindar a todos los que los escucharan necesariamente requería un
-D-febrero2024-05-