“He escrito muchas cosas a lo largo del tiempo, pero nunca me he tomado minutos para
hablarte a ti, heredero del valor más grande de la tierra…
Sinceramente, no entiendo el por qué no he venido y hablado contigo antes, hacerte saber todo lo que nunca te digo, a pesar de que habitas los mismos pensamientos que yo, carne de mi carne, y sed de mi sed. Te hablo a ti, el encargado de mantener el orden en la vida de las personas a través de tu caos. Naciste hace mucho, nadie sabe de dónde llegaste o el por qué, nadie sabe de tu trayecto por millones de estrellas, ni que no provienes de este mundo. Pero para la clase de planeta en el que vivimos, poco importa tu origen, si no lo que te has convertido en el paso del tiempo. Eres todo y nada al mismo tiempo, eres el heredero de un linaje interminable de compasión, dolor, y también amor, eres lo mejor y lo peor que este mundo tiene para ofrecer, pero tienes una manera única de enseñarlo. Eres un caballero traído directamente de otro tiempo, un hombre que se arrodilla ante la mujer que llega a tocar su corazón, un guerrero que permite blandir su espada cuando la guerra es necesaria, y que tiene el corazón para entregárselo completamente a las personas que ama, eres exactamente lo que imaginas en tu cabeza, un príncipe noble que ha venido a enseñarle a los humanos cómo hacer las cosas. La razón de tu existencia es ser la luz que guía a las personas, desde pequeño has sido el líder, el invicto, el pensador y al mismo tiempo el corazón del equipo, naturalmente la vida te eligió a ti para guiar a los demás hacia un mejor futuro, y te tomaste muy en serio esa labor, incrustaste el complejo de mesías hasta lo más dentro de tu cabeza, y naturalmente no se te da mal hacerlo, te has ganado gran parte de los atuendos que portas en el frío invierno islándico, y mereces arroparte con aquellos abrigos de tiempos napoleónicos, como digo, eres un caballero traído de otro tiempo, y viniste a congeniar con el nuevo mundo que constantemente cambia. Un hombre que ha pasado por bastante, pero que dejó de ser un niño hace tiempo, y entiendes tu labor, la importancia de tu supervivencia en este plano, sabes cómo y a qué manera quieres moldear el pequeño cacho de mundo que llegues a conquistar ferozmente con tu carisma y tu innegable sed por socializar, cada batalla destinada en tu vida ya la ganaste incluso desde ahora, porque portas una llama que nadie más conoce, una llama azul que brilla en las noches más oscuras. A ti que te gustan los cánticos corales, o que amas despertar y admirar el bello y enorme patio que adorna tu vivienda, o simplemente el placer que recibes al escuchar el cello y las trompetas tocando en tu presencia. Eres extraordinariamente exótico, pero tienes todo para destacar incluso con tus precedentes. Te llamaron un niño prodigio, tus antecesores hicieron todo lo posible por ayudarte a estimular ese cerebro que siempre dijeron que era como ninguno otro, la vida te mostró todas las puertas que debías de abrir para considerarte protagonista de tu propia historia, esta historia siempre estuvo escrita para ti, incluso mucho antes de que nacieras, ya había un guión que hablaba de las grandes hazañas que harás: Sólo necesitaban que el intérprete llegase a este mundo. Y entonces te postras ante los demás, enseñando que aspiras a vivir en islas llenas de hielo y arena negra, te encantan las islas del norte descubiertas por el hombre, tierra de nadie, con volcanes por todos lados, y con un pasto oscuro y húmedo, sabes que tu destino está forjado en la lava ya seca de aquellas tierras, te encanta el frío porque hace contraste con la calidez de tu corazón, el corazón más grande y noble que he conocido en mi vida. Y admiro que te postras ante cada pelea, incluso aunque el rival sea el doble de tu tamaño, un tamaño que es fácil de sobrepasar por cualquiera, pero contigo la estatura no se mide por tu físico, si no por la grandeza de tu elocuencia. A su vez, por más que vendas la complejidad de tu pensamiento y tus rigurosos estudios y conocimientos sobre el mundo que te rodea, eres en realidad un hombre bastante simple: Para ti, sólo es indispensable el amor de una buena mujer, el orgullo de tu padre, y los brazos de tu madre y tu hermana, nada más realmente llega a ser tan relevante como aquello que más das; el amor. Llegaste a un mundo diseñado para hombres diferentes, para hombres que no han aprendido lo que pronto les vas a enseñar. Este mundo fue injustamente diseñado para ser fácil, para regalárselo a los hombres que corrompen y juegan con el sentimiento y beben vino sin propósito, pero eso lo has venido a cambiar. Quieres convertir este mundo en lo que siempre estuvo destinado a ser, un mundo lleno de una humanidad reconstruida, unida, empática. No temes en confiar en el humano, el hombre lo consideras tu hermano, y por más dolencias que el mundo te comunica, siempre das segundas o terceras oportunidades, porque es lo que te enseñaron tus padres a hacer. Y entonces llegas ante mí, humilde en palabras, pero soberbio en porte, y no termino de comprender el por qué, no termino de entender la sencillez con la que te postras en un humilde piso, y desentierras y compartes tus conocimientos con el mundo, sin importarte en la inflación artificial del conocimiento que muchos protegen, para ti, todo el mundo merece un poco de poder, y entre las ventiscas que siguen tu paso, a donde vas, les enseñas a los demás el valor que hay dentro de sí mismos. Agarras tu cabello y lo peinas dividiéndolo a la mitad, te impregnas del característico olor de tu personalidad, y sales a la intemperie para seguir aprendiendo y visualizando las pequeñas cosas, esas mismas que están apartadas sólo para ti, o que quizá todos tienen la oportunidad de verlas, pero no lo hacen. No te sientas mal por encontrar el mundo en este estado, pues siempre estuviste contemplado para ser el hombre que le dará buena cara a la fragilidad de la sociedad, y que ayudará al hombre a amar a su hermano. ¡Corre, hombre de las estrellas! ¡Ve y muéstrales un poco de tus bellas artes! Quizá sólo así, ellos empiecen a amar incluso aquello que antes se convencieron en odiar. La edad de oro está por comenzar… Bienvenido al mundo, DuPont.”