Está en la página 1de 2

CUATRO PARADOJAS DE AA.

1.-Nos rendimos para triunfar.


Aparentemente el rendirse no significa triunfar. Pero en A.A. es así.
Únicamente cuando hemos llegado al final de nuestros recursos,
cuando nos hemos encontrado frente a una pared de piedra en
algunos aspectos de nuestra vida, la cual no nos permite seguir
adelante; únicamente cuando hemos «llegado al fondo», en
desesperación y rendiciones, es cuando podemos alcanzar la
sobriedad que nunca pudimos lograr antes. Debemos (y lo hacemos)
rendirnos para triunfar.

2.-Debemos dar para conservar.


Esto parece absurdo y falso.
¿Cómo se puede conservar algo si se regala?
Pero para conservar lo que obtenemos en A.A., debemos darlo a otros,
sin honorarios ni recompensa de ninguna naturaleza. Si no podemos
permitirnos el dar a otros lo que recibimos tan libremente en A.A.
podemos prepararnos para nuestra próxima borrachera. Esto
sucederá inevitablemente tarde o temprano. Debemos estar
dispuestos a dar para conservar.

3.-Tenemos que sufrir para curarnos.


No hay manera de escapar a la crisis, al terrible sufrimiento de
remordimientos, arrepentimiento, vergüenza y dolor que nos pone en
el camino de la curación de nuestro mal. No hay manera de evitarse
las consecuencias «del otro día» después de una borrachera. Es
doloroso, y para nosotros, necesario. Le dije esto a un amigo mío
mientras estaba sentado temblando en su cama: «Mira Juan, sabes
que tendrás que pasar por tu crisis de temblores tarde ó temprano». «
¡Por Dios!, me contestó, entonces que sea tarde». Debemos sufrir
para curarnos.

4.-Debemos morir para vivir.


Esta es una hermosa paradoja sacada directamente de la idea bíblica
de «volver a nacer» o de «perder nuestra vida para encontrarla».
Cuando practicamos los doce pasos, la vieja vida de beber y pensar
torcidamente va gradualmente olvidándose, y adquirimos un método
de vida diferente, nuevo y mejor. Al desaparecer nuestros defectos,
una de nuestras vidas muere, y la otra renace. Nosotros en A.A.
morimos para vivir.

También podría gustarte