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Hola a todos. Quiero saludar a todos los planteles y a quienes están con nosotros
en línea. Estamos en esta serie de Cómo Superar lo que Estás Pasando.
Soy yo frente a una niña de siete años. Yo pienso que esto va a ser muy fácil. Así
que nos subimos en la viga de equilibrio. Está sobre este gigantesco pozo lleno de
esponjas súper blandas. Así que si te caes no es gran cosa. Ella está en un
extremo de la viga de equilibrio y viene hacia mí. ¡Ella da un golpe y estoy fuera!
Así que caigo en este pozo y luego pienso, bueno, eso fue divertido. Empiezo a
tratar de salir, pero debido a mi peso, esas cosas se comienzan a colapsar. Es un
pozo lleno de estas esponjas súper suaves. Tú empujas hacia abajo y te empujan
más abajo. Yo pensé que me iba a morir en este pozo. Quería hacer un comercial:
He caído y no puedo salir. Y en realidad no podía salir. No había nada dónde
pisar. Así que finalmente Josh y Amy agarraron mis manos y me sacaron.
¿Has estado en un pozo del cual no podías salir? Por eso estamos haciendo esta
serie. Porque todos tenemos pozos – pozos financieros, pozos emocionales,
pozos relacionales; ¡a veces la vida es solo pozos! Hay algunas cosas que no
puedes olvidar, hay algunas cosas que no puedes superar, que no puedes pasar
por debajo ni puedes escalar por tu cuenta. Sólo tienes que pasar por ellas. Y a
veces tienes que pedir ayuda.
Estamos cerca de los dos tercios de esta serie. Estamos en la semana cuatro y
tenemos tres más que queremos ver. Pero antes de que lo hagamos, quiero
regresar y revisar donde hemos estado. Hemos estado hablando de las seis
diferentes fases, o seis respuestas o reacciones cuando tienes una pérdida
importante en tu vida. Pierdes tu trabajo, pierdes tu salud, pierdes a tu cónyuge,
pierdes a un ser querido que muere, pierdes credibilidad, sea cual sea. Todos
pasamos a través de pérdidas en la vida. Todos tenemos pérdidas importantes en
la vida.
Estas son las seis fases que hemos estado viendo – conmoción, pena y lucha,
hasta el momento. Y vamos a ver la rendición, la santificación y servicio. No son
realmente lineales. En otras palabras, es no como que vas a través de uno y eso
es todo. En realidad pueden balancear hacia atrás y hacia adelante entre estas
etapas. De hecho puedes tener seis de ellas en un solo día. Puedes estar en
estado de conmoción y pasar por la pena y salir de la lucha; Entonces, de repente
te encuentras en pena otra vez. Eso es normal. Estas no son lineales, como si te
graduaras de ellas. En un período de duelo vas a través de todas ellas de
diferentes maneras.
Recuerda que hablamos de las pérdidas que nunca has llorado. Mucha pena es
más que perder a un ser querido. Puedes perder muchas cosas en la vida. Puedes
perder tu identidad. Puedes perder tu credibilidad. Puedes perder tu salud. Puedes
perder una posición. Cuando identificas lo que realmente has perdido, entonces le
pides a Jesús que sane tu corazón roto.
Recuerdo que hablé la semana pasada de que tienes que aprender lo que la Biblia
llama lamento. Les di un pequeño acróstico CARE – Queja, Apela, Recuerda,
Expresa. Tienes que quejarte – Decirle a Dios lo que creo que es injusto.
Después, apelo a la naturaleza de Dios - Tú eres un Dios bueno, Tú eres un Dios
de amor, ¡ayúdame! Tienes que recordarle a Dios lo que dijo. Dios ama al que le
recuerda Sus promesas. Entonces quiero expresar mi total confianza en Dios.
Concretamente, lo que quiero ver esta semana sobre rendirse, el camino a la paz,
es ¿cómo puedes dejar salir el dolor en tu vida? ¿Cómo lo consigues? ¿Cómo te
mueves a través de él? ¿Cómo pasas el dolor para que no te quedes atrapado?
Muchas personas se quedan atrapadas en algún momento de pérdida importante.
Tuvieron un divorcio y eso ha definido su vida.
A todos les van a suceder cosas malas. A todos. Tienen tres opciones cuando
pasan cosas malas. Pueden permitirles que los destruyan. Pueden hacer que los
definan. O pueden permitir que los desarrollen.
Les permiten que los destruyan, les permiten que los definan o dejan que los
desarrollen. Lo qué Kay y yo queremos compartir con ustedes este fin de semana
es cómo dejar que incluso lo malo en tu vida te desarrolle y te haga crecer por
medio del acto de rendición.
Así que estas historias que se encuentran en la Biblia, no están allí por ser
historias. Esta historia de David de perder a un hijo no es sólo una historia. Nos
enseña los principios de la ruta a la paz a través de la rendición.
No conozco las pérdidas que has tenido ni las pérdidas que van a venir a tu vida ni
a mi vida tampoco. Pero vas a necesitar saber cómo responder a ellas.
2 Samuel 12:16-24 dice esto, "David le suplicó a Dios que perdonara la vida de su
hijo, (Betsabé estaba embarazada, el bebé nació y después el bebé enferma
gravemente y está cerca de la muerte. Y David está muy afectado. Cómo
cualquier papá nuevo , él está en el suelo orando, llorando. Dice,) David le
suplicó a Dios que perdonara la vida de su hijo, y no comió, (En otras palabras,
está ayunando) y estuvo toda la noche tirado en el suelo. (Él le estaba ayunando)
Entonces los ancianos de su casa (recuerda qe David es el rey de Israel) le
rogaban que se levantara y comiera con ellos, pero él se negó. (Esto sucedió por
varios días. Sin alimentos. Sin comer. Solo orando) Finalmente, al séptimo día el
niño murió. Los consejeros de David tenían temor de decírselo. «No escuchaba
razones cuando el niño estaba enfermo —se decían—, ¿qué locura hará cuando
le digamos que el niño murió?». (Ellos estaban preocupados por él) Cuando David
vio que susurraban entre sí, se dio cuenta de lo que había pasado. ¿Murió el
niño? —preguntó. Sí —le contestaron—, ya murió” Esa es la historia.
El resto de la historia que Kay y yo vamos a compartir con ustedes son las seis
cosas que David hace después de que él tiene una pérdida importante. Él estuvo
orando para que este bebé se aliviara, pero el bebé muere.
Les dije que yo oré todos los días de la vida de Matthew, de veintisiete años,
porque Dios pudiera sanarlo de su enfermedad mental. Y no sucedió. Era mi
oración número en mi vida y no sucedió.
¿Qué hace David? ¿Va a dejar que eso lo destruya? ¿Va a dejar que lo defina?
¿O va a dejar que lo desarrolle?
David hace seis cosas. Si alguna vez necesitas tomar notas, es este fin de
semana.
Lo primero que necesito hacer si quiero seguir el camino hacia la paz, es este:
Eso es lo primero que tengo que hacer en el camino a la paz. Es el primer paso en
la rendición. Tengo que aceptar lo que no puede ser cambiado.
Cuando la gente recibe malas noticias ¿Cuál es la primera respuesta? ¡No puedo
creerlo! Lo rechazamos. De hecho, generalmente si le dices a alguien alguna
noticia mala e impactante, esto es lo que comenzarán a hacer: "No. ¡No! No puede
ser. No lo creo. No pudo ser. Es imposible. No es real." Porque nuestras mentes
rechazan las noticias impactantes. La primera reacción es ¡No! No puede pasar!
No se supone que suceda así. Es la primera reacción típica.
Aquí está lo que hizo David. 2 Samuel 12:22-23. David dijo esto, “Ayuné y lloré —
respondió David— mientras el niño vivía porque me dije: “Tal vez el Señor sea
compasivo conmigo y permita que el niño viva”. Pero ¿qué motivo tengo para
ayunar ahora que ha muerto? ¿Puedo traerlo de nuevo a la vida?” La respuesta es
no. ¿Qué está haciendo David aquí? Él está aceptando lo que no puede ser
cambiado.
Cuando tienes una pérdida inmediata, como la que yo tuve que mi hijo unas horas
antes estaba vivo y después estaba muerto, fue muy impactante. No es como un
cáncer de seis meses donde tienes la oportunidad de prepararte para ello. Parecía
tan surrealista en ésas horas tan temprano porque de repente ya no estaba más.
Realmente en las dos primeras semanas yo lo seguía esperando a que entrara por
la puerta por la noche.
Escribe esta pregunta en tu bosquejo: ¿Qué necesito para aceptar que eso
terminó en mi vida? Tal vez sea ese trabajo y sigues pensando, tal vez van a
llamarme y darme otra oportunidad. Cometí un gran error, metí la pata, lo he
estropeado, realmente hice un gran desastre. Ya terminó. No habrá otra
oportunidad.
Tal vez sea algún tipo de relación que se ha acabado. Y sigues esperando que
ellos van a regresar. Sigues esperando que te van a llamar. No volverán. Ya
terminó.
Tal vez necesitas decir que lo que tengo que aceptar es que esa temporada de mi
vida ya terminó.
Una vez fui a una reunión de Secundaria. Nunca más voy a volver. Porque había
algunas personas que siguen reviviendo las capturas que hicieron en unos
partidos de fútbol en Secundaria. Ya me voy, ¡consíguete una vida! Eso ocurrió
hace veinte años. No estás en la escuela secundaria más. ¿Te viste en el espejo?
Esa temporada de tu vida nunca va a volver. Ya terminó. Y tienes que aceptar lo
que no puede ser cambiado.
El pasado para bien o para mal, las cosas buenas y cosas malas – son
estacionales. Y no están ahí. El pasado es pasado.
Kay:
No hay nada malo en orar una oración así. Dios nunca está contento de permitir
que un sola de nuestras historias termine en cenizas. Él promete que va a traer
belleza de las cenizas. Donde lucho a veces es en el creer, ¿no que va a traer
belleza de las cenizas, pero cómo? ¿Qué traerá belleza de estas cenizas? Porque
estoy completamente convencida de que Él no permitirá que nuestra historia
termine sólo con cenizas.
Les hablé de la caja de la esperanza que tuve todos los años que Mateo estuvo
enfermo y cómo yo creía y cómo la llenaba de versos a los que me estaba
aferrado de que Dios lo sanaría. Entonces, Dios no sanó a Matthew. Les dije que
lo que ahora tenía además de reconstruir esta caja de esperanza, es que tenía
una imagen mental de un pequeño bote que estaba recolectando. Yo lo llamé el
bote del misterio. Yo ponía todas las cosas que no sabía qué hacer con ellas en
ese bote.
Tengo un amigo que sabe que soy muy literal. Ahora tengo ese pequeño bote del
misterio. Este bote tiene preguntas. Cada vez que pienso en otra pregunta y no sé
cómo responder y no sé la respuesta, que no la puedo entender, va en ese bote.
Está colocado en mi mesa del devocional. Se queda allí como un recordatorio de
que esto es real. Es real a lo que me enfrento.
Las preguntas que tienes sobre la fe y las pérdidas en tu vida. Son preguntas
reales.
Así que si haces algo como esto, un pequeño bote o algo así, el punto para mí,
cuando lo veo, no es que tengo preguntas que no puedo responder. El punto es
recordarme que Dios no deja que las cenizas sean el fin de la historia.
Durante la pena, una de las transiciones más difíciles que estoy descubriendo es
avanzar hacia el futuro más que dar vueltas en el pasado. Eso es algo muy difícil
para mí. Jerry Sittser, quien escribió un libro que les recomiendo Gracia
Encubierta, perdió a su madre, su esposa y su hija de cuatro años en un accidente
automovilístico. Él escribió este libro increíble. Dice que cuando habla sobre cómo
nos movemos hacia el futuro, esto dice "¿Cómo podría concebir un futuro sin
ellos? El pensamiento era abominable para mí. Cada vez que pensaba en el
futuro, ellos aún estaban allí. Ya nunca iban a estar ahí, lo que me hizo más
consciente de lo devastadora que fue mi pérdida. Me acordaba de un pasado que
incluía a personas que yo no quería dejar. Y me imaginaba un futuro que excluía a
personas que yo desesperadamente quería mantener.”
Esto me parece muy cierto. Cuando pensamos en el pasado nuestro ser amado
está en él. Cada vez que piensas en el pasado, esa persona que perdiste está en
tu pasado. Estaban allí. Eran parte integral de ello. Es imposible, al menos en
estas primeras etapas, para nosotros avizoremos un futuro en el cual nuestra
amado no está allí.
Así que lo que hacemos, si no somos cuidadosos es que nos quedamos atrapados
en el presente. Nos quedamos atrapados aquí en esta tierra de limbo porque no
queremos dejar el pasado porque es donde estaba la persona amada y no
podemos prever el futuro en el que no están allí. Así que nos quedamos en la muy
incómoda tierra del limbo, el presente.
El tercer paso que vemos en esta historia de cómo David maneja la pérdida de su
hijo es..
3. Cuídate a ti mismo.
Puede que suene extraño, pero cada uno de estos pasos es una parte importante
del proceso para experimentar la paz de Dios. 2 Samuel 12:20 dice esto, “David
se levantó del suelo, se lavó, se puso lociones y se cambió de ropa.” Después de
la muerte de su hijo, el Rey David se levantó del suelo donde había estado
postrado durante su duelo. Se puso lociones, se lavó y cambió sus ropas.
Cuándo están en profunda pena, cuando están sufriendo, cuando están de luto,
¿a quién le importa lo que tú usas? A mí no me importa. ¿A quién le importa si te
bañaste hoy? O cuántos días han pasado desde que te cepillaste los dientes. ¿A
quién le importa lo que sucede en las noticias? El periódico no tiene sentido. Los
acontecimientos mundiales no importan en lo absoluto. De hecho, el comer a
veces puede ser completamente irrelevante. Nada sabe bien. O porque nada sabe
bien es que solo estás tratando de hacer algo para sentir otra vez y quitarte ese
dolor.
El ejercicio parece lo más ridículo que alguien alguna vez podría sugerir. Esto es
todo muy comprensible si has pasado por este tipo de dolor. Sabes de lo que
estoy hablando. Porque el shock tiene una manera de paralizarnos. El dolor tiene
una forma abrumarnos.
Pero el Rey David nos da un ejemplo concreto de cómo poco a poco podemos
empezar a responder. Porque él aceptó lo que no podía cambiar, no podía
regresar con él a su bebé, y porque él sabía que no era el final de la historia y que
cada día era un día más cercano para reencontrarse con su hijo, que estaba
dispuesto a vivir en la tensión de tanto luto y vivir. Estaba dispuesto a permanecer
en ese lugar de la tensión de luto y dolor y aún decidir que iba a vivir. Vivir
significaba que iba a tener que cuidarse físicamente.
Así que se levantó del suelo. Me encanta esa imagen porque me dice que cuando
llegó la noticia, el golpeó el suelo. Golpeó el suelo cuando recibió la noticia de que
su bebé había muerto.
Así que se levantó del suelo y volvió a tomar una ducha y a peinar su cabello. Un
mes más o menos después de que falleció Matthew estuvimos juntos como familia
para un fin de semana. Ese fin de semana no me duché, creo que no me cambié
de ropa, sé que no me cepillé mis dientes, no me puse nada de maquillaje.
Cuando fui a ver a mi hijo mayor, Josh, tres días después, entré en la habitación y
dijo: "¡Mamá! Te ves muy bien!" Dijo: "Es increíble lo que higiene personal puede
hacer por ti, ¿no es así?" No lo había hecho por un tiempo.
Esto nos lleva al siguiente paso de la rendición, paso cuatro, que es...
Salmos 73:16--17 dice: “Traté de entender esto, pero me resultó muy difícil.
Entonces fui al santuario de Dios, y fue allí donde entendí.”
Pero esas emociones tienen una forma de opacidad. Forman una niebla; una nube
que nos impide a veces recibir el discernimiento espiritual y el confort que Dios
anhela darnos. Es difícil reconocer el trabajo de Dios cuando estamos
arremetiendo contra Él. Cuando estamos completamente devastados por la pena.
Así que David fue a la casa de Dios. Se fue al Tabernáculo. Pero no es realmente
el lugar. Porque por más que me encanta el Centro de Adoración aquí en Lake
Forest, no es una catedral. Nadie viene aquí para admirar las bellas artes en
nuestro Centro de Adoración. Es un lugar muy funcional. Es cálido, es cómodo y
me encanta, pero no es una catedral. Así que no venimos aquí porque es
hermoso. Si estás en uno de nuestros planteles, son sólo las instalaciones; tú vas
allí durante la semana. Ciertamente no se trata del lugar.
En los últimos cuatro años y medio meses hemos ido a las Secuoyas en Big Sur.
Hemos estado en Yosemite. Hemos estado en el Parque O'Neill. Hemos estado en
la playa. Estos son lugares donde hemos ido intencionalmente para conectarnos
con Dios. Si me siento en mi casa, muy pronto lo único que veo son todos los
recuerdos, todos los recuerdos que rompen mi corazón. Tengo visión de túnel y
tengo claustrofobia y el dolor amenaza con tragarme. Entonces voy afuera y veo el
mundo que Dios ha hecho. Veo la majestuosidad que Él ha utilizado para hacer
este mundo. Refuerza mi fe y mi creencia. Veo que este Dios, quién diseñó esta
increíble belleza y mantiene todo, es el Dios que está en control, y yo confío en Él.
Soy una persona muy visual y me gusta usar diferentes objetos en la adoración.
Realmente creo que el uso de objetos tangibles como una caja misteriosa o una
caja de la esperanza, tienen una manera de conectarnos a lo intangible. Dios es
espíritu y no podemos verlo. A veces con nuestra fe es muy útil tener cosas
tangibles que nos ayuden en nuestra adoración.
Esto es algo que me regalaron hace unos años. Se llama la Cruz Colgante. Está
muy retorcida y rota. ¡Me encanta! Se supone que aquí cabe en la palma de la
mano así que puedes agarrar firmemente esta cruz mientras ores. Tengo que
decirles que en los últimos cuatro años y medio me he aferrado a esta cruz en
oración muchísimas veces. Me encanta el hecho de que está torcida porque me
recuerda el cuerpo retorcido de lo que Jesús pasó cuando se entregó por mí. Me
recuerda la naturaleza retorcida de mi dolor y cómo se dio por mí. Me recuerda la
naturaleza retorcida de mi dolor y cómo he sido quebrantado. Pero mientras traigo
a mi propio yo quebrantado a la cruz donde Jesús fue quebrantado, y en oración
Él yo hablamos y tenemos comunión, encuentro que veo perspectivas espirituales
que no veo de otra manera.
Otra cosa es que he tomado una manta y me he envuelto en la manta junto con la
cruz, porque en mis momentos más bajos, yo solo necesitaba un lugar seguro
para estar
En tus momentos más bajos quizás no eres todo acerca de las cosas tangibles.
Está bien Todos somos diferentes en la forma en que nos conectamos con Dios.
Pero aquellos de ustedes que lo hacen, les insto a que lo intenten. Estén en un
lugar seguro. Si es la casa de Dios, en naturaleza, con un grupo de personas
donde te sientes seguro para gritar, para clamar, para llorar, para gemir, para
discutir, para preguntar. Pero sepan esto: envueltos en Su amor, aferrándose a
Su cruz, están a salvo. Es el lugar en que quizás ustedes pueden sentir las
primeras puñaladas al adorar, porque el dolor tiene una manera de alejarnos de
adorar. Estamos demasiado abrumados. Pero es en adoración cuando nos
conectamos con Dios y encontramos que Él nos consuela.
Como he dicho, acabo de pasar por la etapa donde puedo respirar y ahora puedo
adorar. Tal vez estás escuchando esto hoy porque Dios suavemente te está
invitando nuevamente a entregarle su pérdida a Él.
Un gran cristiano de hace cientos de años, dijo esto: Dios no es un espía para
sorprenderte. No es un enemigo al acecho en las sombras para lastimarte. Dios es
tu padre que te ama y quiere ayudarte si tú confías en Su bondad.
Rick:
Algunos de ustedes no saben que Kay escribió un libro sobre esto, en el camino a
la paz a través de la rendición. Se llama Rendición Peligrosa: Diciéndole sí a Dios.
Si no has leído ese libro, les animo a que lo lean.
Hay otros dos pasos en este camino a la paz, que David hizo. Él hace estas seis
cosas cuando tiene esta crisis en su vida. Tienes que saber estas seis cosas
porque vas a tener crisis en tu vida.
Tal vez sólo un pequeño paso. Un pequeño paso a la vez. El quinto paso de la
restauración de David está en 2 Samuel 12:20 “David se levantó del suelo, se
lavó, se puso lociones y se cambió de ropa. (Va al templo y adora) Luego fue al
tabernáculo a adorar al Señor.” (Me gusta esa parte. Regresó al Palacio y comió.
¿Por qué entró al Palacio? ¡Él es el rey! El Palacio es su lugar de productividad. El
Palacio es donde trabaja. Básicamente dice, Voy a volver a trabajar.
Déjame preguntarte algo. Esto es sólo un día después de que este bebé ha
muerto. ¿Ustedes creen que David superó el dolor? Por supuesto que no.
Ustedes nunca logran superar el dolor. ¿Recuerdan que dijimos, que no lo
superan, sino que tiene que pasar a través de él? ¿Está todavía de duelo? Sí.
¿Está todavía triste? Sí. ¿Está todavía en un torbellino? Sí.
Así que este paso de hacer algo más productivo cuando has tenido una pérdida
importante – acabas de romper con tu novio. Alguien ha salido de tu vida. Pasaste
por pasó algo que es catastrófico. Recibes la mala noticia de que tu amigo o tu
vecino tiene cáncer. Algo ha pasado.
Lo que tienes que hacer en ese momento, es que tienes que dar un primer paso.
Deja de lamentarte y empieza a moverte. Pero se requiere fe.
Hace cuatro meses, Paul Cunningham tuvo un derrame cerebral. Tuvo una gran
pérdida en su vida. Perdió la sensación total en la mitad de su cuerpo. Eso es una
gran pérdida.
Video:
Pero una de las Escrituras que Dios me dio que fue muy poderosas y que
me ha llevado a cruzar por todo esto, es 2 Corintios 5:7, "Vivimos por fe, no
por vista." Empecé a decir eso y comencé a orar eso todos los días. Que
por fe iba a salir de ese hospital. Por fe iba a predicar otra vez. Por fe que
iba a jugar al golf. Empecé a orar y a creer eso.
Eso es como nuestra relación con Dios. Y descubrí que, no sólo cuando
daba un paso ahí estaba, sino que entre más pasos daba, más confiaba.
Otra vez, creo que es como nuestra fe. Dios pone en nuestros corazones
que confiemos en Sus promesas. Damos un paso en Sus promesas. No las
podemos ver. No las podemos sentir. Pero están ahí y están ahí todo el
tiempo. Cuanto más lo hacemos, más confiamos. Cuanto más creemos,
más confianza tenemos.
Quiero retarte como tu pastor y alguien que te ama, a dar un paso de fe. Hoy
quiero que digas, voy a hacerlo. Estoy en duelo, pero voy a empezar a moverme.
Estoy en duelo, pero voy a empezar a crecer. Me duele pero voy a comenzar a
sanar. Estoy herido pero voy a empezar a caminar. Y estoy triste, pero voy a dar
un paso.
Hay una manera de vivir sin dolor – no tener amor en sus vidas. El amor es igual
al dolor. Lo siento. No tengas miedo de eso. Porque en realidad el dolor profundiza
tu amor. Te hace una persona más – no menos – amorosa cuando dejas que
profundice en ti.
El dolor que viene de un amor profundo hace que tu amor sea aún más fructífero.
Cuando pierdes a alguien que amas, ya sea que se muden lejos, se mueran o te
rechacen, es desgarrador. No importa lo qué lo causa. Es desgarrador. No
construyas ese muro a tu alrededor. Tienes que continuar amando.
¿Qué haces cuando alguien rechaza tu amor? Rediriges, porque hay mucha gente
en el mundo que necesitan tu amor. Si siempre quisiste tener hijos y ha sido
imposible tener hijos, ¿qué haces con ese amor? ¿Te amargas por ello? No. Hay
137 millones de huérfanos en el mundo que les encantaría ser adoptados.
Redirige tu amor.
Si alguien se aleja de ti, te rechaza, te aparta, ¿qué haces? Hay mucha gente que
necesita tu amor. Lo rediriges.
Continúa amando en tu dolor. Ves lo que tienes, no sólo lo que has perdido. Eso
es lo que hizo David. Regresó y amó a su esposa. 2 Samuel 12:24, lo sexto que
David. Hizo, “Luego David consoló a Betsabé, (después de adorar y todas esas
cosas) su esposa, y se acostó con ella. Entonces ella quedó embarazada y dio a
luz un hijo, y David lo llamó Salomón.”
Y ¿sabes qué le pasó a Salomón? Se convirtió en el hombre más sabio del mundo
y el hombre más rico del mundo y eclipsó el Reino de su padre. El Reino de
Salomón fue mucho mayor que el Reino de David. Mucho, mucho mayor. Porque
David no se apartó ni dijo, nunca podré amar otra vez, nunca voy a estar
involucrado en la vida de alguien más, nunca voy a alcanzar a alguien más. No,
no. El mundo es bendecido porque él dio su vida.
Esta semana leí una frase de la Madre Teresa. Ella dijo esto: He encontrado una
paradoja – que si amas hasta que duela, entonces no puede haber más daño, sino
sólo más amor.
Jesús sabe lo que es amar en medio del dolor. Se llama la cruz. Jesús sabe lo que
es continuar amando cuando no tienes ganas de amar. Jesús sabe lo que es
continuar amando cuando sientes que tu amor es rechazado. Él continúa amando.
1 Juan 3:16 “Conocemos lo que es el amor verdadero, porque Jesús entregó su
vida por nosotros.” En otras palabras perdió la vida por nosotros y nosotros
tenemos que dar nuestras vidas por nuestros hermanos y hermanas.
Si lees mis News and Views semanal, sabes que hace dos semanas atrás, el
sábado por la noche, una joven madre en esta área había decidido que tenía
demasiadas pérdidas y decidió quitarse la vida. Había tenido muchas pérdidas y
dijo que no valía la pena vivir. Tomó un puñado de píldoras y tomó mucho alcohol
y las tomó con el alcohol y se acostó al lado de su bebé de medio año de edad a
morir. En la mañana cuando se despertó, estaba aún más deprimida porque el
suicidio no había funcionado. En su desesperación llamó a su vecino que viene a
Saddleback, Ese amigo, vecino, trajo a esta mujer musulmana a Saddleback hace
una semana el domingo aquí en Lake Forest. Ella admitió que como musulmán
nunca había estado en una iglesia cristiana. Como científica, había estudiado
ciencia y decidió que la ciencia y la religión no iban juntos. Este es uno de los
mayores mitos por ahí. Pero ella vino y me escuchó darle el mensaje sobre qué
hacer cuando tu mundo se derrumba. Y se enteró de la esperanza que hay en
Cristo y dijo, quiero saber más. Necesito saber algo más. Se sentía optimista por
primera vez. Dejó el servicio del domingo por la mañana, pero el domingo por la
tarde, todas esas ondas de depresión y desánimo y pérdida y de sentirse sola,
regresó todo a su vida. Regresó al servicio del domingo por la noche. Cuando
entró por esa puerta le dijo a un ujier, necesito hablar con alguien. Y dos de
nuestros miembros hablaron con ella amorosamente y eso la llevó a entregar su
vida a Jesucristo.
Volvió la siguiente semana, la semana pasada y tomó la Clase 101, hizo siete
nuevos amigos en la clase de membresía. Y todos esos siete amigos vinieron esa
tarde y la vieron bautizarse. Eso es lo que sucede cuando tienes esperanza en tu
vida.
Yo no sé lo por lo que estás pasando. Espero que no sea algo importante. Pero si
lo es o no lo es, pasarás por este tipo de cosas en tu vida y tienes que estar listo
para caminar por el sendero de la paz, el cual es la rendición. Rindo el control. Yo
me rindo a Tu cuidado. Yo me rindo a Tu amor. Te entrego lo bueno lo malo y lo
feo.
Oración:
Digan esto en su corazón, Jesucristo, tanto como sé, abro mi vida a Ti y te entrego
lo bueno, lo malo y lo feo de mi vida. Te entrego mis miedos. Jesús, te entrego mis
defectos. Jesús, te entrego mis fracasos. Jesús, te entrego mis frustraciones.
Rindo mis defectos. Te doy cada área de mi vida. Te entrego mi pasado. Te
entrego mi futuro y me rindo en este momento. Quiero caminar por el sendero de
la paz contigo. Oro esto en tu nombre. Amen.