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“EL SALVADOR”

EL LIBRO DE LA VIDA DE LOS VIVIENTES


“EL SALVADOR”: EL LIBRO DE LA VIDA DE LOS VIVIENTES

Edición: BARKER & JULES™


Diseño de Portada: Mariana Galindo | BARKER & JULES™
Diseño de Interiores: Gustavo Novas | BARKER & JULES™

Primera edición - 2022


D. R. © 2022, del autor

I.S.B.N. Paperback | 979-8-88691-295-1


I.S.B.N. Hardcober | 979-8-88691-296-8
I.S.B.N. eBook | 979-8-88691-294-4

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A la divina y perfecta inteligencia que permite que todo exista.

Ya sabes lo único que deseo…


PREFACIO

Eres un ser muy amado por la totalidad, puesto que hoy ha puesto
esta información en tus manos.

Quiero aclarar enfáticamente que nada de lo expresado aquí ha sido


producto de mi conocimiento, ya que nada de lo que un ser como
yo pueda aportar tiene la más mínima valía, puesto que yo solo soy
un pequeño e insignificante siervo del que es el amor mismo, el in-
descriptible, el todo perfecto, el eterno, el ser supremo omnipotente.

En este momento, por el amor infinito de la existencia, tienes la


oportunidad única de ser parte importante y esencial del gran cam-
bio que se avecina.

Porque el Padre conoce las obras de todos y Él es santo, bueno, justo,


perfecto y sabio.

Él te ama y siempre conoce tus verdaderos sentimientos e intenciones.

Y con todo el ímpetu que pueda caber en este insignificante ser,


doy gracias infinitas, porque hoy el Padre nos es propicio, ya que a
través de su amor pone en este instante su boca y su lengua para que
encontremos la dirección que tanto hemos anhelado.

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HERMANO

Desde el fondo de mi corazón, te pido con la más genuina humildad


y amor lo siguiente; pon total atención al presente documento y es-
cúchalo desde el corazón.

Esto es indispensable.

Hagamos juntos de estas palabras, desde este preciso instante, algo


sagrado y, por consiguiente, bello y valioso.

Alimentándote con este conocimiento y aplicándolo permanente-


mente en tu vida diaria, eventualmente lograrás reconocer, desde el
lugar sagrado, al verdadero portador del presente verbo y sentirás y
verás claramente con los ojos que todo ven bien.

Así, llegando a ese mágico y tan recíprocamente anhelado instante,


te saludará personalmente y tu espíritu lo sabrá y descenderá una
incomparable alegría pura y cristalina, sobre la ya dichosa pleni-
tud de finalmente reencontrarse de manera personal, real, tangible e
indiscutible.

¡No existe maravilla más grande!

Me siento profundamente honrado y bendecido de presentarme hoy


ante ti con la palabra del amor infinito. Ya se ha dicho; quien tenga
oídos para oír que oiga.

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Y hoy agrego; quien tenga un sagrado corazón abierto para sentir
que sienta.

Aún todos tienen oportunidad de entrar al nuevo mundo que está por
venir, no importa el tamaño, tipo o cantidad de pecados que estés
cargando.

Si un pecador como yo (que la mayor parte de su vida vivió fuera


del amor verdadero y fue refugio de maldad) ha tenido redención
a través de la misericordia del padre, tú también con seguridad la
obtendrás si pruebas ser merecedor de ello.

Porque el amor del Padre es así, Él es siempre misericordioso al


arrepentimiento GENUINO.

Hermano, sé que eres de buen corazón y has estado perdido como


yo mismo lo estuve.

Soy testigo vivo de la transformación que ocurre al caminar el sen-


dero de la verdad.

El mismo sendero que todos los días a toda hora bendigo; hoy viene
a ti.

No te preocupes de lo que hayas hecho en el ayer, pues hoy podría


ser el primer verdadero día del resto de tu vida.

¡Alégrate inmensamente!

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No has escuchado, pero el Padre siempre ha estado susurrándote al
oído. … y siempre que voltees yo voy a estar aquí para ti.

Así pues, a eso he sido enviado, a que, a través de mis acciones,


palabras y la vida de la carne, recuerdes dentro de tu corazón lo si-
guiente: Cuanto te amo. Y cuanto anhelo que te recuperes y no sigas
perdido más tiempo.

Vengo a compartirte el camino a través de la verdad, la cual es reci-


bida a través del único que es y contiene la verdad.

Ya se ha dicho: ¿Qué hombre puede conocer los designios de Dios o


hacerse una idea de lo que quiere el Señor?

Y, ¿quién habría conocido tu voluntad Padre amado, si tú mismo no


hubieras dado la sabiduría y enviado desde lo alto tu santo espíritu?

Dichosos los que encuentran la verdad y la observan día con día (sin
excepción) porque ellos serán libres.

Liberados de todos los grilletes que te mantienen esclavizado, los


cuales, a través del tiempo, te han sido impuestos.

Con el conocimiento aplicado de esta verdad, seguirás avanzando


(ya con una verdadera certeza) en tu camino evolutivo, e iniciará,
finalmente, la experiencia personal donde los más hermosos sueños
son realidad.

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Esta realidad vivida día a día, te revelará, a través de tu propia ex-
periencia, que jamás nadie ha tenido que hacer nada para vivir en la
gloria del Padre.

Más bien, es solo alcanzar a ser, quien siempre estuviste destinado


a ser, como resultado inevitable de caminar el sendero de la verdad.

No un tercio, ni dos tercios, ni 99. El verbo completo y encarnado,


no menos, no más.

Ya se ha dicho: la ignorancia es la madre de todos los males. Para


la ignorancia, la información superficial es lo valioso, por lo tanto,
la colocan equivocadamente en un peldaño que no le corresponde y
esto ha provocado un inmenso daño de generación en generación.

El pan de vida jamás se encuentra en la información superficial, por-


que entonces desafiaría al principio universal que cuida celosamente
la puerta de la verdad.

¡Hemos llegado al punto donde es indispensable que este punto sea


dicho con claridad!

Dominar el arte de discernir correctamente algo, es una tarea com-


pletamente personal donde es IMPRESCINDIBLE utilizar una óp-
tica espiritual.

Debes permitirte penetrar en el hondo sentido de las cosas.

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La salvación se logra a través del conocimiento profundo y hoy agre-
go: Creer en algo jamás ha sido suficiente. El camino mismo te dará
evidencia completa de esto a través de la realidad.

¡Celebra de verdad!

¡Que los tiempos se han cumplido!

¡El hijo que tienes ahora en tus manos ha nacido!

Nuestro Padre Celestial, que ama inmensamente a todos sus hijos,


hoy viene a darnos dirección y consuelo.

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PADRE DADOR DE VIDA

Sabes que te amo de la forma más sincera y elevada que este insigni-
ficante, diminuto, impuro, pero eternamente agradecido siervo tuyo
lo puede hacer aquí y ahora.

Es difícil saber que puede dar como regalo (un ser tan pequeño como
yo) al que es todo, a la suprema inteligencia, a mi razón de existir, al
que jamás necesita nada.

Sé por ti, que el amor, cuando es igual a ti, siempre da al amado el


mejor regalo posible.

Y mi amor hacia ti es verdadero y te entrego aquí, en este momento,


mi mejor regalo: te entrego a tus hijos de regreso, sanos y despiertos
en ti, para que tu amor de Padre tenga hermoso y liberador consuelo,
como lo tendría el Padre que ama y espera angustiosamente a que re-
gresen sus hermosos hijos (ya hace tiempo desaparecidos) al hogar.

Mi existencia, mientras tenga tu permiso de contar con ella, te per-


tenece y estoy honrado y bendecido de poder utilizarla para quizás
darte alivio en lo ya mencionado o cuando menos esa es la sincera y
humilde intención de este insignificante y pequeño ser para contigo,
Padre mío, infinita y eternamente amado.

Por toda mi existencia, mi voluntad es que siempre se haga tu


voluntad.

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Sabes cuánto te amo y estoy listo y honrado para morir por causa de
tu nombre cuando tú lo decidas.

Yo soy tuyo y mi vida te pertenece.

Gracias por ser y permitirnos en tu infinito y ejemplar amor, ser


en ti.

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A MI COMPAÑERO DE VIAJE

Hermano, compañero del alma, testigo y artífice primero del cumpli-


miento de la palabra y escrituras, constructor primero de la gran edi-
ficación, colocando la primera piedra con manos llenas de verdadera
fe y amor, misma que fue validada con tu oro, lealtad y confianza.

Tú, el allanador de caminos, gran catalizador y ejemplo de sincero


amor a la totalidad.

Juntos hemos llegado hasta aquí.

¡Gracias infinitas!

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A TI QUE ESTÁS AQUÍ

Es momento de despertar a la sabiduría del Padre.

Para que prontamente vivamos juntos en una nueva era, en concien-


cia, amor, respeto y alegría.

Siempre en armonía con nuestra madre tierra, todas sus criaturas y


vida que contiene y los demás grandiosos y hermosos seres no hu-
manos inteligentes que habitan en ella.

Este es el momento de la gran cosecha y todos tienen un lugar asegu-


rado, si toman del pan de vida que el Padre Celestial hoy nos regala.

Ustedes estarán glorificando, con su proceder, el camino de la luz


sobre la oscuridad.

Gracias por tu apoyo, valor y confianza.

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CON VERDAD TE DIGO…

No será de utilidad comprender, lo que comprende la mente humana,


sino comprender y discernir desde el interior, desde el corazón.

Antes de comenzar.

Esta no es una obra de ficción.

Lo contenido en este documento ha sido provisto y validado por


nuestro Padre (y también MADRE).

El dador de vida, el innombrable, el inconmensurable, el infinito, el


omnipotente.

Los sentimientos, que emanarán dentro de ti, mientras recorres la


obra, son evidencias de que en ese momento existe en ti una comu-
nicación con el Padre.

Presta mucha atención.

Sin embargo, hoy te invito a que te acerques al Padre misericordioso


tú mismo y le preguntes directamente si lo contenido en este docu-
mento es provisto y validado directamente a través de su infinita
inteligencia.

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Él te contestará, siempre y cuando preguntes con el corazón en la
mano y hayas adquirido la capacidad de realmente ver y escuchar.

Ya que su presencia es infinita, Él está en todo y todos e infinitos


también son sus canales de comunicación.

Y ahí precisamente radicará el verdadero milagro que necesitas reci-


bir, para dar fe de todas estas palabras; y no estés confundido acerca
de la veracidad de este mensaje.

No existe mayor milagro, que la respuesta directa del Padre a ti.

Cualquier otra forma en la que pudiera presentarse otro tipo de evi-


dencia (o milagro) en estos tiempos, corre el gran peligro de ser
escondida, desvirtuada, ignorada, desacreditada, etc.

La evidencia irrefutable es la respuesta directa de Dios Padre, en su


infinita inteligencia, directamente a tu ser individualizado.

Su respuesta es un suceder en tu vida indispensable, para que el


presente trabajo cumpla con su primera y más grande enseñanza, y,
asimismo, para que sea leído o escuchado como lo que realmente es:
palabra viva.

Te pido entonces que te acerques al Padre, como nunca lo habías he-


cho, y que validez esta enseñanza con Él, y seas consciente y testigo
de su respuesta.

¡Te maravillarás, te lo prometo!

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Obviamente, la experiencia misma adquirida producto de seguir el
camino a continuación mostrado, solo validará contundentemente
(en ti mismo) lo antes descrito.

Tú lo atestiguarás y más importante; lo sentirás.

Sin embargo, es IMPRESCINDIBLE siempre respetar el camino


ajeno.

Que tu andar jamás sea el poner tropiezos a los demás de ningún


tipo.

¡No nos juzguemos más los unos a los otros!

¡Respetemos y apoyemos todo lo que contribuya a la paz, al amor y


al mutuo crecimiento!

Cualquier camino (religión, creencia, doctrina, etc.) que lleve a edi-


ficar a un ser humano en el amor verdadero, ¡ES BIEN VISTO A LOS
OJOS DEL PADRE-MADRE!

Para que, eventualmente, unánimes a una voz, vivamos todos en


dicha suprema como resultado del amor de unos para con otros.

Y es de esta forma, que aquí y ahora, se cumple la llegada y se te


revela: “El Salvador” El Libro de la Vida de los Vivientes.

Este es un mensaje destinado a dar cumplimiento con lo prometido


en el pasado y es para todos aquellos seres que han sido evaluados y

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escuchados, ya que tienen dentro de sí un anhelo genuino por cono-
cer y vivir la verdad.

A estos seres les responde directamente el amor, por amor.

Esto es para ti.

Y para todos aquellos seres que sean dignos de esta verdad.

Benditos sean, todos los seres de luz, que han dado su vida por ilu-
minar al mundo.

Es también imprescindible dar TODO EL CRÉDITO a todos aquellos


extraordinarios seres humanos que, con su vida, amor y sabiduría,
han puesto su valiosa e innegable parte para la expresión de lo con-
tenido en este documento.

Seguramente se sentirán, identificarán y reconocerán aquí. En ver-


dad, son todos ellos (y no un servidor) los que hoy le han dado voz
al Padre y Él los ama y los bendice siempre, NUNCA LO OLVIDEN.

Padre Nuestro, no tenemos cómo pagarte por todo lo que has hecho
por nosotros, sin ti nada de esto sucedería, pues tú eres el que gracias
a tu inconmensurable amor has puesto esta TABLA DE SALVACIÓN
para tus hijos.

Tú, que permanentemente todo lo ves y escuchas, espero con todo el


corazón, que estés, algún día, también orgulloso de nosotros.

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¡HIRAMOS JUNTOS HOY, la tierra de la familiaridad y de la mentira!

Finalmente, puedo asegurarles en verdad y con toda humildad lo


siguiente: vengo del día perfecto y en mi, mora la luz que no falla.

¡Oh, amado Padre! Santifica este instante para que, a través del amor
que tú eres, tus hermosos hijos se acerquen a tu sabiduría y grandeza
infinita.

Digo la verdad, sin buscar aplausos, ni temer las injurias.

Los amo.

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La revelación es un regalo del Padre
y llega siempre en el momento oportuno.

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Aprender es la puerta para realizar el camino.
Se alcanza el camino pasando por esta puerta.
Sin embargo, aprender es la puerta mas no la casa.
Cuando se ve la puerta no se la confunde con la casa.
La casa está adentro.
Después de la puerta.

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I.
El no estar plenamente consciente de que todo lo existente tiene in-
teligencia, es el primer gran error.

II.
Desafortunadamente, han sido pocos los seres humanos los que a
través del tiempo han elegido conocer al Padre.

III.
Tu crecimiento personal siempre debería ser la máxima prioridad en
tu vida.

IV.
Uno no puede recibir lo que uno no sabe dar.

V.
Un alma se tiene y un espíritu se es.

VI.
Siempre ha existido una parte dentro de ti, que está más allá de lo
que has percibido a lo largo de tu vida.

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VII.
Siempre has tenido la capacidad de ser mucho más de lo que eres
actualmente.

VIII.
No has llegado a ver en verdad quien realmente eres y quien puedes
llegar a ser.

IX.
La parte que aún no sabes que existe, es mucho más grande que la
que actualmente conoces de ti mismo.

X.
El verdadero conocimiento y naturaleza de tu ser, permanece, yace
y está latente dentro de ti.

XI.
Debes permitirte poder reincorporarte al origen del cual provienes.

XII.
Si trabajas en conocer tu verdadera naturaleza, conectarás con la
suprema inteligencia universal.

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XIII.
Eres un valioso embrión cósmico, que contiene el potencial para na-
cer a la vida que contiene la vida.

XIV.
Todo lo que existe en el universo está interconectado.

XV.
Es muy importante que entiendas a profundidad que todo lo que
existe está vinculado, porque ahí se encuentra la raíz y fundamento
para encontrar las respuestas a las grandes preguntas.

XVI.
El amor es lo que conecta al todo con el todo.

XVII.
El amor vincula todo lo que se encuentra abarcado por el todo.

XVIII.
En el amor universal no existen limitaciones.

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XIX.
El amor es la materia prima con la que está construido el universo y
ciertamente vive en todo y en todos.

XX.
La fraternidad universal es la auténtica expresión del ser.

XXI.
El amor, a nivel personal, siempre se expresa a través de acciones
afines y de inefables realidades sublimes (aunque ciertamente exis-
tentes; imperceptibles).

XXII.
Solamente a través de acciones (realizadas debido a la necesidad
urgente de expresión de esta energía sutil), es posible reconocer si el
amor se encuentra presente en cualquier aspecto de la vida.

XXIII.
Las acciones amorosas son las que otorgan existencia real, probada
e irrefutable, a la más elevada de las experiencias.

XXIV.
El amor romántico, lo podríamos definir, como la relación íntima-
mente anhelada (normal y natural) entre seres vivos conscientes.

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XXV.
Siempre existirá en todos el anhelo de relacionarse románticamente
(de un modo u otro), porque en todos reside el íntimo deseo de expe-
rimentar a la Totalidad.

XXVI.
El amor es lo que permite que todo exista.

XXVII.
Comienza a entender claramente que significa amarte a ti mismo y
haz de esto una realidad permanente en tu vida.

XXVIII.
Si vives tu vida con amor propio, inmediatamente el mundo (en to-
das sus realidades) se volverá más benevolente contigo.

XXIX.
Las energías de una vibración similar siempre se atraen.

XXX.
Lo semejante atrae a lo semejante. El amor atrae el amor.

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XXXI.
El verdadero amor (si conoces su lenguaje), siempre te guía y sin
excepción siempre ayuda a alcanzar la libertad en cualquier aspecto
de la vida.

XXXII.
El amor es libertad.

XXXIII.
Si entiendes a profundidad lo que significa “libertad”, habrás enten-
dido qué es el amor.

XXXIV.
Si realmente entiendes qué es el amor, tendrás una idea más precisa
de qué y quien es el amado Padre.

XXXV.
Una verdadera expresión de amor hacia los demás, es dar sin esperar
nada a cambio.

XXXVI.
Dar incondicionalmente, genera el mismo resultado que arrojar una
piedra a un lago.

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XXXVII.
Dar sin condiciones, es la verdadera aportación personal para el sur-
gimiento de una nueva sociedad más sensible.

XXXVIII.
Ayudar incondicionalmente a los demás es la verdadera y real ayu-
da que puedes dar a Dios Padre, si albergas verdadero amor en
tu corazón.

XXXIX.
El dar y no esperar nada a cambio es lo que existe dentro del corazón
del amor.

XL.
El amor no pide nada a cambio, solo ama.

XLI.
El amor, crea una fuerza unificadora, que vincula eventualmente las
cosas y las va a mantener íntimamente relacionadas.

XLII.
El amor siempre conserva todo en su verdadera esencia.

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XLIII.
El amor descubre y libera el cable conductor que invisiblemente re-
laciona todo y a todos.

XLIV.
Identificar la unión y vínculo en todo lo que existe es algo hermoso
y mágicamente divino.

XLV.
Siendo plenamente consciente de la conexión que existe en todo,
podemos acceder a una continuidad subyacente, que logra que toda
división desaparezca y participe con algo más grande.

XLVI.
El amor es una energía que siempre une y mientras se encuentre
presente, permite que sus partes que lo integran alcancen estados de
existencia más profundos.

XLVII.
El amor romántico (verdadero), pasa siempre por una verdadera
amistad probada.

XLVIII.
El verdadero amor romántico siempre permitirá el cambio y la libertad.

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XLIX.
Si no atraviesa el sendero de la amistad, la relación romántica care-
cerá de raíz.

L.
Lo que no tiene raíz, no tiene vida.

LI.
Una relación romántica, sin raíz en el verdadero amor, es solo una
ilusión estéril.

LII.
El amor romántico verdadero es libertad, sin embargo, siempre man-
tiene el eje de la coherencia entre su sentir, sus palabras y sus actos.

LIII.
El amor no miente ni lastima.

LIV.
El amor no da alivio, es el alivio mismo, por lo tanto, sana.

LV.
En una relación romántica siempre es indispensable hablar con la verdad.

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LVI.
A través de la honestidad, los involucrados románticamente deben
buscar la unificación de criterios.

LVII.
El amor siempre une y si pueden unificar sus criterios y preferencias,
lo enamorados habrán comenzado con el pie derecho su aventura.

LVIII.
El amor consta de un alma presente en dos cuerpos, y de un corazón
que reside en dos almas.

LIX.
La unidad, creada por el amor entre los involucrados románticamen-
te, genera una fuerza.

LX.
No existe fuerza más grande que la fuerza del amor.

LXI.
El amor es todo lo que hay.

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LXII.
¿Qué podría ser más grande que Dios?

LXIII.
El amor todo lo puede.

LXIV.
El amor es todopoderoso, y esto no es solo una frase inspiradora, es
una realidad universal inmutable.

LXV.
El amor romántico es fuerte como la vida misma y frágil como
el cristal.

LXVI.
Dentro de la inefable unión cósmica, encendida con las llamas del
fuego sagrado, se encuentra el camino a la vida.

LXVII.
La fuerza del amor, hoy te llama a tu renacimiento terrenal.

LXVIII.
El camino no está fuera de ti, está en tu corazón.

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LXIX.
El traicionarte a ti mismo, con el fin de no traicionar a otro, es trai-
ción de todas formas y esa es la traición más alta.

LXX.
El amor todo lo entiende, respeta y perdona.

LXXI.
El amor siempre está dispuesto a dar absolutamente todo, incluso
la vida.

LXXII.
El amor jamás está interesado en tomar, sino en dar.

LXXIII.
El amor verdadero no solo está listo a dar la vida física, sino también
se encuentra siempre dispuesto a dar el tiempo de su vida terrenal.

LXXIV.
Las relaciones románticas contienen el potencial de perdurar siem-
pre y cuando se tenga mucho cuidado en mantener un balance gene-
ral entre las partes involucradas.

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LXXV.
El respeto mutuo, es lo primero que se debe tomar en cuenta, si el
deseo de los involucrados es que la relación dure y funcione.

LXXVI.
Los desequilibrios surgen cuando sale el amor de la relación y da
paso al egoísmo.

LXXVII.
El egoísmo deja el alma vacía.

LXXVIII.
El balance que debe de existir entre los relacionados se encuentra en
armonía con la naturaleza de la vida misma, es decir, es dinámico y
no estático y siempre va a ir fluctuando a medida que el tiempo va
trascurriendo.

LXXIX.
La naturaleza de la vida es cambio constante.

LXXX.
El amor impone por propia voluntad una regla no escrita, la cual
dicta que debe de existir un equilibrio básico, entre las personas in-
volucradas, en todas las áreas que componen su relación.

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LXXXI.
Nadie es capaz de engañar a la vida y cuando alguien deja de amar,
ese ser regresa a un estado de existencia inferior.

LXXXII.
Un estado de existencia vacío y sin gozo, es el resultado de una rea-
lidad individual separada del amor.

LXXXIII.
Cuando te encuentras viviendo una existencia gris y sin alegría, es
porque te has distanciado de la idílica experiencia que el amor, cuan-
do está, convoca.

LXXXIV.
La experiencia de vivir en amor idílico es esa que por breves perio-
dos de tu vida has llegado a conocer y experimentar, y que perfecta-
mente puedes reconocer y recordar.

LXXXV.
El amor siempre merecerá cualquier esfuerzo y cualquier tipo de
sacrificio para mantenerlo.

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LXXXVI.
Hay que hacer todo lo posible y necesario por no perder el amor, sin
embargo, ese deberá ser el genuino deseo de los relacionados.

LXXXVII.
Todo logro requiere un sacrificio.

LXXXVIII.
Todo en la existencia tiene un precio a pagar.

LXXXIX.
En la vida siempre son unas cosas por otras.

XC.
La mayoría de los seres humanos han tenido una visión sumamente
distorsionada sobre lo que es el amor y el objetivo de tener una rela-
ción romántica.

XCI.
Es verdad, cuando se dice que el amor se traduce simplemente en
que tan feliz puedes hacer a otras personas.

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XCII.
El amor siempre brinda felicidad.

XCIII.
El amor siempre provee bienestar, apoyo, alegría y comprensión.

XCIV.
Si Dios se encarga únicamente de brindar felicidad, puesto que es el
amor mismo; ¿Quién es aquel que causa sufrimiento?

XCV.
Los celos, las mentiras, la posesión, las inseguridades y cualquier
tipo de violencia son los errores más grandes y los más poderosos
asesinos del amor, o, también dicho, de la presencia de Dios.

XCVI.
¿Cómo podría el amor identificarse con los apellidos de la maldad?

XCVII.
Cuando nace el egoísmo, actúa la maldad.

XCVIII.
La maldad es eso que aparece cuando desaparece el amor.

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XCIX.
Porque en verdad, quienes obran con maldad, obtienen el nombre de
su Padre como apellido.

C.
Trabaja en trascender todas las cualidades de la maldad y no mires
atrás.

CI.
Desconoce los designios bajos de tu mente y siempre actúa confor-
me a tu conciencia y corazón.

CII.
Ignora cualquier perverso pensamiento que albergues y no lo refle-
jes en tu comportamiento. Aplica en tu vida esto con determinación
y eventualmente desparecerán estas despreciables manifestaciones
mentales.

CIII.
Tú siempre has sido el verdadero dueño de tu existencia.

CIV.
Debes regresar a recuperar el trono de tu reino y el control sobre ti.

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CV.
No permitas que tu lado oscuro (el egoísmo) tome las riendas de
tu vida.

CVI.
Trabaja en desaparecer tus errores como si tu vida dependiera de ello.

CVII.
Quien elige vivir una relación romántica, lo debe hacer únicamente
con el objetivo de que su ser entre en estado de gozo.

CVIII.
¿Qué puede existir que sea más importante que experimentar el
amor mismo o experimentar a Dios?

CIX.
Cuando regreses a experimentar ese bendito estado de gracia (el
amor), ahí mismo encontrarás una gran oportunidad de crear un im-
pacto directo único hacia tu crecimiento personal.

CX.
Cuando vives en amor encuentras la manifestación de Dios en ti.

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CXI.
Del amor nacerá tu verdadero apoyo para que tus seres amados
participen.

CXII.
Tienes que tener amor primero en ti mismo, para que después pue-
das ofrecerlo a los demás.

CXIII.
Eres tú mismo la fuente de tu alegría.

CXIV.
¿De dónde piensas que emergen todas tus emociones?

CXV.
No dependes de nada ni de nadie para ser feliz, es solo una falsa
idea arraigada.

CXVI.
La alegría está dentro de ti y experimentarás esta verdad, una vez
que te conectes con ella.

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CXVII.
La gran parte de la humanidad pasa erróneamente sus días buscando
la alegría en personas y cosas que viven fuera de ti.

CXVIII.
La felicidad aparecerá en tu vida como consecuencia de una vida
recta, saludable, ordenada, llena de amor y con propósito.

CXIX.
La persona que menos necesita a alguien, es la que más fácil
puede amar.

CXX.
Debes adquirir la capacidad de conectar románticamente más allá de
la atracción física.

CXXI.
Si no existen los relacionados románticamente, más allá de la atrac-
ción física, se encontrarán en una relación condenada a muerte.

CXXII.
Cualquier cosa sin vida jamás conduce a la plenitud.

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CXXIII.
Entre las personas que se aman románticamente debe existir una
afinidad en sus caminos personales, en donde ambas partes tengan
un genuino anhelo de aprender y crecer.

CXXIV.
Las relaciones románticas deben alcanzar el plano personal y lo con-
cerniente a lo espiritual.

CXXV.
No hay entre la energía masculina y femenina una concepción de
supremacía de ningún tipo, para ninguno de los lados.

CXXVI.
Si uno decide involucrarse románticamente, esta decisión deberá tener
también por objetivo superar sus propias limitaciones autoimpuestas.

CXXVII.
Debes esforzarte por ser plenamente consciente de tus errores y li-
mitaciones, entender en profundidad su origen para así trabajarlos
y trascenderlos.

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CXXVIII.
La función principal del amor es la de apoyar a los amados en su ca-
mino, en su bienestar interior y hacer de su vida una vida más feliz.

CXXIX.
Si tu relación romántica no hace de tu vida una vida más feliz, la re-
lación no está cumpliendo cabalmente con la función encomendada
por el amor.

CXXX.
Es vital que las personas involucradas en una relación romántica
siempre tomen en cuenta que todo está en constante cambio y que el
presente es lo único que tienen.

CXXXI.
No por encima de ti, no por debajo de ti, el amor siempre es a tu lado.

CXXXII.
Promueve con el ejemplo las relaciones saludables, donde los involu-
crados deben de mirar hacia la misma dirección en la vida, en la cual
se fomentará, todo el tiempo, la alegría y la libertad.

46
CXXXIII.
Si el amor no es capaz de ofrecer felicidad a los involucrados, no
es amor.

CXXXIV.
El amor es la llave maestra que abre las puertas de la felicidad.

CXXXV.
Entender el sufrimiento y las necesidades profundas de las personas
amadas, es esencial para poder hacerlas feliz.

CXXXVI.
Siempre debes ser completamente honesto y transparente con las
personas que amas, para favorecer el entendimiento mutuo.

CXXXVII.
Si tu amor no puede hacer que la otra persona sufra menos, no es
verdadero amor.

CXXXVIII.
Tienes que tener el tiempo para observar y la capacidad de realmen-
te escuchar a tus seres amados.

47
CXXXIX.
Conócete a fondo y ten la capacidad de darte a ti mismo felicidad.

CXL.
Hay tantas cosas por aprender, lugares para conocer, cimas que al-
canzar, retos que lograr, personas y actividades por amar, que sufrir,
es una pérdida de tiempo.

CXLI.
Tienes que cocrear alegría para ti mismo y para los demás.

CXLII.
Siempre tienes que estar ahí para las personas que amas.

CXLIII.
Ser amado, es igual a ser reconocido como alguien que existe y que
es valioso.

CXLIV.
En el verdadero amor, no hay discriminación entre el amante y
los amados.

48
CXLV.
Los problemas de las personas que amas siempre serán tus problemas.

CXLVI.
La felicidad de los seres que amas es tu felicidad, tu sufrimiento es
su sufrimiento, ya no hay fronteras.

CXLVII.
En el amor verdadero, ya no existen asuntos individuales.

CXLVIII.
Ya se ha dicho; el amor, es lo único donde jamás es suficiente.

CXLIX.
Debemos aspirar a una clase de amor sin fronteras, ni razas y sin
discriminaciones de ningún tipo.

CL.
El amor verdadero, en ninguna de sus presentaciones, puede estar mal.

CLI.
Es imposible que el verdadero amor pueda, de algún modo, ser
incorrecto.

49
CLII.
El amor incluye todo y a todos.

CLIII.
Cuando contengas verdadero amor en ti, serás incapaz de sufrir y
estarás ya en posición de ayudar a los demás.

CLIV.
La confianza, honestidad y comunicación clara y completa son atri-
butos indispensables en cualquier relación de cualquier tipo.

CLV.
La sexualidad ejercida por individuos que se aman verdaderamente
no es un pecado, por el contrario, es una celebración basada en una
deseada entrega mutua.

CLVI.
Amar a la sexualidad con amor, es amar a la vida.

CLVII.
Afortunados aquellos que participan en la sexualidad únicamente
con quienes existe un verdadero amor muto.

50
CLVIII.
Siempre se debería experimentar la sexualidad con amor, conciencia
y responsabilidad.

CLIX.
En cualquier aspecto de la vida, si no hay un compromiso total de tu
parte, no hay resultado esperado. Es la ley.

CLX.
Debes abordar cualquier asunto que elijas en tu vida con total com-
promiso y seriedad.

CLXI.
Nuestro amado Padre enseñó a todos los que consideraba sus discí-
pulos, el matrimonio perfecto.

CLXII.
No es un crimen ser rico.

CLXIII.
No hay virtud alguna en ser pobre.

51
CLXIV.
La pobreza es un insulto a la vida y no honra al Padre ni al ser humano.

CLXV.
La miseria, la necesidad y la desigualdad, de ningún modo, son par-
te del plan cósmico.

CLXVI.
El mal consiste en acaudalar un exceso de dinero, riquezas y bie-
nes, impidiendo que esta abundancia circule libremente, para el
bienestar común.

CLXVII.
Aquellos que ponen a trabajar sus riquezas adquiridas de forma hon-
rada, en forma que contribuyan, de manera generosa y real, al bien-
estar de los demás, también contribuyen al bienestar de su sociedad.
A estos, el Padre les bendice.

CLXVIII.
Dios creó la materia para servirnos de ella y no ser serviles a ella.

CLXIX.
La materia y el dinero solo son herramientas en tu existencia.

52
CLXX.
La verdadera riqueza no se limita al dinero, sino a estar rodeado de
personas que amas y hacer cosas que disfrutas, mientras trabajas en
el mejoramiento de ti mismo.

CLXXI.
Vive de tal manera que eventualmente puedas verte en el espejo
y puedas disfrutar de la experiencia (desafortunadamente olvidada
por la mayoría), de estar genuinamente orgulloso de ti mismo.

CLXXII.
Dirige toda tu energía y recursos a alcanzar tu verdadero potencial.

CLXXIII.
Trabaja con alegría y sin descanso en hacer real el anhelo íntimo de
tu espíritu.

CLXXIV.
Trabajando en ti mismo lograrás atraer a tu vida todo lo que anhelas.

CLXXV.
Si tu bolsa es mucho más grande de lo que necesitas, tu estado de
conciencia es pobre.

53
CLXXVI.
Mientras la pobreza, la injusticia y la desigualdad existan en el mun-
do, ninguno de nosotros podrá realmente descansar.

CLXXVII.
Si vives en equilibrio financiero, sin carencias, sin excesos y com-
partes incondicional y generosamente tus riquezas, vives en la con-
ciencia del Padre.

CLXXVIII.
Aquellos que saben que todo cuanto poseen, no es suyo, sino del
universo, conocen la verdad.

CLXXIX.
Aquel que apoya a los que lo necesitan, sin ningún lucro, realiza
la verdad.

CLXXX.
Afirma el pie de los que vacilan.

CLXXXI.
Mientras se encuentre en tus posibilidades, sin dudarlo, tiende la
mano a quien lo necesite.

54
CLXXXII.
Alimenta a aquellos quienes tienen hambre.

CLXXXIII.
Consuela y ayuda, real y tangiblemente, a los que sufren.

CLXXXIV.
Estate siempre dispuesto a ayudar a levantarse a los que quieren
levantarse.

CLXXXV.
Despierta a los que duermen, pues tu trabajo contigo mismo se ma-
nifestará como el entendimiento que atrae.

CLXXXVI.
Si actúas con integridad y principios, día con día serás más fuerte.

CLXXXVII.
Presta constante y permanente atención a ti mismo.

CLXXXVIII.
Jamás te vuelvas a preocupar de las cosas que ya has apartado de ti.

55
CLXXXIX.
No vuelvas a lo que ya has decidido eliminar de tu vida.

CXC.
No llegues a ser un lugar de vicios y bajas pasiones, porque esto ine-
vitablemente destruirá el progreso que hayas obtenido.

CXCI.
No fortalezcas a aquellos quienes son obstáculos para ti, mientras
ellos mismos se están derrumbando.

CXCII.
Deja ir a las personas que solo están en tu vida para compartirte
quejas, problemas, miedo, acciones ilícitas y juicios negativos de
los demás.

CXCIII.
A la persona más alejada de la verdad se le debe dejar que encuentre
el camino por sí misma.

CXCIV.
¿Quién es el responsable, el monstruo o el que le da de comer?

56
CXCV.
No participes con seres que no se encuentran en tu mismo camino,
ya que siempre el entorno involucra.

CXCVI.
Tienes que estar por encima de la tentación del mal uso del poder y
el dinero.

CXCVII.
Donde encuentres mucho más de lo necesario, siempre es el lenguaje
del ego y la ambición, muy atento.

CXCVIII.
Cuídate y aléjate de los lobos disfrazados de ovejas.

CXCIX.
La ambición siempre está pidiendo más y más y no tiene límites.

CC.
El egoísmo es la maldición más grande de la raza humana.

CCI.
El dinero no cambia a las personas, simplemente las desenmascara.

57
CCII.
Cuando requieras algo, pídelo al Padre y da las gracias sinceras an-
tes que aparezca.

CCIII.
Agradece con el corazón cuando solicites algo al universo, con esto
manifiestas lo que ya es verdad.

CCIV.
Los canales de la abundancia son infinitos, porque provienen del
Padre y son del Padre.

CCV.
Toda visión que puedas concebir para con el propósito de tu vida, no
solo es posible, sino que el Padre te la ha dado ya.

CCVI.
El propósito de la vida es una vida con propósito. Quien tiene una ra-
zón poderosa para vivir se transforma en una persona significativa.

CCVII.
Pon fe (que es expectativa gozosa) en tus proyectos profesionales y
personales. No esperanza.

58
CCVIII.
Abandona toda preocupación para con tus metas y objetivos futuros,
ya que no se encuentra en armonía con lo que ya es tu verdad.

CCIX.
La vida, solo espera el momento que sea perfecto, para entregarte lo
que pides.

CCX.
Los canales de Dios Padre son infinitos y normalmente inesperados.

CCXI.
A menudo, vivirás momentos difíciles de todo tipo.

CCXII.
Los momentos duros que has vivido, te deberían ayudar a saber (a
través de las elecciones y acciones que tomaste) que realmente te
acerca y que no, hacia donde eliges llegar.

CCXIII.
Ten la humildad y el valor necesario para aceptar que ha llegado la
hora de comenzar desde cero, algo nuevo en tu vida.

59
CCXIV.
Ten fe en la existencia y en la magia divina que conllevan los
nuevos comienzos.

CCXV.
Es en el ejercicio de auto humildad y del reconocimiento personal
(total y verdadero), de nuestro atraso e ignorancia, que se encuentra
el inicio de la verdadera sabiduría.

CCXVI.
Adquirir la capacidad de cerrar un ciclo profundamente arraigado
de creencias espirituales, en aras de perseguir la verdad, es la prue-
ba irrefutable de que existe un verdadero amor dentro de ti hacia
el todo.

CCXVII.
Limpiar tu cuerpo de todo lo que lo envicia y envenena, es una evi-
dencia tangible e irrefutable de amor hacia ti mismo.

CCXVIII.
Acércate siempre al Padre por dirección y jamás ceses en tu búsqueda.

60
CCXIX.
Deja de ser quien eras y transfórmate en quien siempre fuiste desti-
nado a ser.

CCXX.
Debes morir en vida.

CCXXI.
Se dice que nadie puede ver al Padre cara a cara sin morir.

CCXXII.
Renunciar permanentemente a la concupiscencia animal, en aras de
la espiritualidad, es lo fundamental.

CCXXIII.
Comprender tus defectos y eliminarlos, así es como vas muriendo de
instante en instante.

CCXXIV.
No es posible erradicar un defecto personal, sin antes haberlo com-
prendido íntegramente, en todos los niveles de la mente.

61
CCXXV.
La muerte se somete a la vida y no al revés.

CCXXVI.
Recuerda siempre el principio de Totalidad para que tus acciones
sean interpretadas como verdaderas.

CCXXVII.
Había una vez un animal que llevaba atado 30 años con la
misma cuerda.

CCXXVIII.
Al pasar el tiempo, y con el propio movimiento natural del animal,
se fueron haciendo más nudos.

CCXXIX.
Mientras un hermoso conejo veía al sol, pasó un adorable hombre,
vio al animal sediento y le dio de beber, y de tajo corto la cuerda que
tenía prisionero al animal.

CCXXX.
Por primera vez, después de esto, el animal pudo ver el mundo tal
cual era.

62
CCXXXI.
Realmente fue como si hubiera salido por primera vez del vientre de
su madre.

CCXXXII.
El adorable hombre se alejó, murmurando esta frase misteriosa: el
tesoro jamás se encuentra en la superficie de la tierra.

CCXXXIII.
Quien tenga oídos para oír que oiga.

CCXXXIV.
La gran verdad que lleva a la vida tiene un nombre.

CCXXXV.
La mentira posee una infinidad de nombres.

CCXXXVI.
La forma de saber si una decisión, es hija de la ceguera, es viéndola
a través de los ojos de la verdad.

CCXXXVII.
La luz aparta las conclusiones equivocadas a las que llega la mente.

63
CCXXXVIII.
La mente es la fuente y refugio de la oscuridad.

CCXXXIX.
El verdadero conocimiento es como el agua, puro y cristalino.

CCXL.
Transforma el conocimiento en sangre, porque la sangre siempre es
la que da vida (al conocimiento).

CCXLI.
Llevar el conocimiento a una realidad personal tangible es sinónimo
de convertir agua en sangre.

CCXLII.
Todo está ocurriendo al mismo tiempo.

CCXLIII.
El tiempo es instantáneo y todo se alinea en consecuencia a esto.

CCXLIV.
El tiempo de tu existencia es lo más valioso que tienes.

64
CCXLV.
Ya se ha dicho; las equivocaciones, son en verdad aciertos con un
sutil disfraz.

CCXLVI.
Tú eres el protagonista de esta desafiante, increíble y hermosa historia.

CCXLVII.
Víve tu vida con intensidad y sin miedo.

CCXLVIII.
Tus límites siempre son autoimpuestos.

CCXLIX.
Deja de usar máscaras, sé genuino.

CCL.
Las máscaras siempre se terminarán cayendo. Es la ley.

CCLI.
Las mentiras son distorsiones de la verdad dentro de la mente humana.

65
CCLII.
Deja de mentir constantemente, la mentira es auto sabotaje.

CCLIII.
Cuando mientes, solo lo estás haciendo a ti mismo.

CCLIV.
Paga el precio que tengas que pagar, por descontinuar ese mecanis-
mo de mentiras acumuladas hasta la saciedad.

CCLV.
Si mientes no podrás ver al amor directamente a los ojos.

CCLVI.
El amor es verdad y la verdad jamás parpadea.

CCLVII.
Tú ya sabes todo.

CCLVIII.
Ya se ha dicho: la existencia de una verdad relativa no prueba la
inexistencia de la verdad universal.

66
CCLIX.
Nada es lo que te llevas, te será de mucha utilidad vivir tus días te-
niendo esto presente.

CCLX.
Siempre que caigas, levántate, no importa cuanto tiempo lleves en el
suelo, siempre levántate y reconócete, es decir, conócete nuevamente.

CCLXI.
Solicita apoyo al Padre Celestial, el cual siempre está esperando que
lo llames.

CCLXII.
El Padre te ama y siempre está ahí para ayudarte en cualquier cosa
que necesites.

CCLXIII.
Solo se llega al fondo del conocimiento de la verdad, a través
del amor.

CCLXIV.
El conocimiento no es lo mismo que sabiduría.

67
CCLXV.
La sabiduría es la habilidad para reaccionar correctamente ante
cualquier vivencia.

CCLXVI.
Conocimiento, es la acumulación de información transmitida
por otros.

CCLXVII.
El conocimiento es la información que no ha sido vivida ni
experimentada.

CCLXVIII.
Sabiduría, es conocer el funcionamiento de la existencia y sus leyes
que la soportan a través de la experiencia.

CCLXIX.
Debes de recordar que el cuerpo siempre obedece lo que la mente dice.

CCLXX.
La verdadera pregunta es qué existe antes de la vida y no que hay
después de la muerte.

68
CCLXXI.
La vida, para conocerse, se tuvo que manifestar en materia.

CCLXXII.
Aprovecha cada instante de tu vida.

CCLXXIII.
Nada es para siempre, solo la eternidad.

CCLXXIV.
Irritarse contra la ignorancia, es ignorancia.

CCLXXV.
Aquel que ha logrado formar un carácter fuerte es aquel que domina
sus emociones y ya no se encuentra a merced de su temperamento.

CCLXXVI.
Los que no dominan aún su temperamento ciertamente son seres
débiles e inconscientes.

CCLXXVII.
Los que menos saben, siempre son los que menos dudas tienen.
Muy atento.

69
CCLXXVIII.
No se visualiza ninguna frontera desde el espacio, es solo un engaño
de sus captores que los divide.

CCLXXIX.
Los secuestradores de la humanidad han aplicado astutamente el
viejo proverbio; divide y vencerás.

CCLXXX.
Es indispensable crear un nuevo mundo sin fronteras, liderado por
los seres profesional y espiritualmente más avanzados.

CCLXXXI.
Un líder lidera dando ejemplo, jamás por la fuerza.

CCLXXXII.
La nacionalidad es una ilusión, ya que nadie es un extranjero en
el universo.

CCLXXXIII.
Atento a lo que ya se ha expresado en el pasado, ya que aquí hay
sabiduría; la verdad es absoluta, su interpretación relativa y no hay
dos interpretaciones iguales ni existe una interpretación totalmente
correcta.

70
CCLXXXIV.
Cualquier información, incluso la que procede de fuentes elevadas,
solo es relativamente completa, localmente exacta y personalmente
verdadera.

CCLXXXV.
La verdad total existe, pero todavía no está al alcance de los seres
humanos.

CCLXXXVI.
La verdad absoluta es imposible que pueda ser abarcada por la men-
te e inteligencia de una criatura mortal, aún en desarrollo.

CCLXXXVII.
Más allá de lo que ves, existen otras realidades.

CCLXXXVIII.
El poder de ocultar es aquel que se ejerce cuando se quiere esconder
la verdad.

CCLXXXIX.
La verdad siempre se antepone a fines egoístas, si no es así, eviden-
temente no es la verdad.

71
CCXC.
El poder de revelar verdadera información, brinda conocimiento y
ciertamente libera el espíritu.

CCXCI.
Con respecto a la verdad, los seres humanos solo pueden tener certi-
dumbre en los límites de su experiencia personal.

CCXCII.
La verdad es una realidad viva y flexible en la filosofía del universo.

CCXCIII.
Todos somos hijos del universo y es ahí donde los espíritus se reuni-
rán al final de los tiempos, para volver a ser uno solo.

CCXCIV.
La realidad es más extraña que la ficción y por este motivo, nunca
nada es lo que parece.

CCXCV.
El problema no es problema, el problema es la óptica personal que
tú le das al problema.

72
CCXCVI.
La oscuridad solo desea que estés vibrando en la frecuencia del mie-
do. Su principal arma.

CCXCVII.
Es imperativo eliminar el miedo en tu vida, en todas sus formas.

CCXCVIII.
Imposible (si lo abordas con esfuerzo, inteligencia y perseverancia)
no significa nada.

CCXCIX.
Debes encontrar el camino adecuado para hacer que lo imposible
sea posible (siempre existe).

CCC.
La humanidad siempre se ha desangrado por la sed insaciable de
poder de unos cuantos.

CCCI.
Es imposible quererte apoderar del poder supremo (eso ya fue otor-
gado en todo el universo).

73
CCCII.
A todos los líderes mundiales (de todas las áreas) también los invita
el Padre a participar del cambio de era, a regresar a ellos mismos,
a rectificar.

CCCIII.
La puerta al arrepentimiento siempre se encuentra abierta, ya que el
que es incapaz de perdonar, es incapaz de amar.

CCCIV.
El arrepentimiento, siempre derivará en un cambio total y perma-
nente de la conducta anterior.

CCCV.
No se tendría que enseñar nada a los niños que los lleve a sentirse
separados o en conflicto con los demás, de ningún modo.

CCCVI.
Las nuevas generaciones deben de ser educadas para el permanente
respeto y amor hacia todo lo que es diferente a ellos.

CCCVII.
Es imperativo sensibilizar a las generaciones venideras a cuidar de
la naturaleza, en todas sus formas.

74
CCCVIII.
Una gran mentira, contada miles y miles de veces, de generación
en generación, desafortunadamente se convirtió, para la mayoría,
en verdad.

CCCIX.
El todo viene de la nada.

CCCX.
Ya se ha dicho sabiamente; la diferencia entre el veneno y antídoto
es la dosis.

CCCXI.
Estás en el momento y la posición perfecta para ayudarte a ti mismo,
no desperdicies la oportunidad.

CCCXII.
Debes ver en ti mismo, cambios positivos, con acciones reales y tan-
gibles en tu vida, de lo contrario, solo sigues ciego y atascado, en el
mismo bucle de creencias.

CCCXIII.
Hay otros tipos de seres avanzados y benevolentes que han estado,
están y estarán ayudando a la humanidad.

75
CCCXIV.
Gracias infinitas a todos los seres inteligentes no humanos que han
estado ayudando a nuestra raza con amor verdadero.

CCCXV.
También, hay otros tipos de seres muy avanzados, inteligentes y hos-
tiles, que han controlado a la humanidad para sus propios fines.

CCCXVI.
Sin embargo, en todas las razas cósmicas hay existencias individua-
les de todo tipo (benevolentes y hostiles), sería un gran error genera-
lizar y la mente humana tiende a hacerlo.

CCCXVII.
No ves las cosas como son, ves las cosas como tú crees que son.

CCCXVIII.
Debes de reflexionar si en este momento eres todo lo que hicieron de
ti o ya estás en búsqueda de quien realmente eres.

CCCXIX.
Es apremiante que te transformes en un nuevo ser.

76
CCCXX.
Cuando comiences tu transmutación, cambiará tu percepción de to-
das las cosas.

CCCXXI.
Siempre hay que estar abierto a todo, sin embargo, jamás debes creer
en nada sin analizarlo y experimentarlo.

CCCXXII.
Los seres humanos enferman por la mente.

CCCXXIII.
La función primordial de la actividad externa del intelecto es la de
guiar toda la expansión, dentro de canales constructivos.

CCCXXIV.
La gratificación de los deseos no conduce a la felicidad.

CCCXXV.
Permitir que la energía divina sea usada solamente para gratificar
los deseos de los sentidos (que es el hábito de la masa de la humani-
dad), lleva a su uso destructivo.

77
CCCXXVI.
La continua búsqueda de la gratificación de los sentidos, sin excep-
ción, lleva a la desarmonía, fracaso y autodestrucción.

CCCXXVII.
La gratificación inmediata impide tu evolución y eventual ascensión.

CCCXXVIII.
El uso constructivo del deseo es dirigir conscientemente esta energía
divina, mediante la sabiduría.

CCCXXIX.
Todo lo dirigido mediante la verdadera sabiduría, lleva a alguna cla-
se de bendición a ti y al resto de la creación.

CCCXXX.
Todo deseo dirigido por la sabiduría sale con inteligencia y amor.

CCCXXXI.
Sigue el camino de la sabiduría, ya que solo a través de ella, se
puede crecer.

78
CCCXXXII.
Aquel que siga el camino de la sabiduría, abierto debe estar a nuevos
horizontes.

CCCXXXIII.
Extendiende el entendimiento para que tu consciencia quede fuera
de la oscuridad, fluyendo a través del tiempo y del espacio.

CCCXXXIV.
Ve hacia delante, hacia las espirales del todo infinito.

CCCXXXV.
El orden y el equilibrio son la ley del cosmos.

CCCXXXVI.
La visualización es uno de los más poderosos medios que trae algo
a la experiencia.

CCCXXXVII.
Si te levantas del piso, de tu momento más difícil, y haces lo correc-
to, el amor y tu gran anhelo, lo encontrarás un poco más adelante.

79
CCCXXXVIII.
Ya se ha dicho con certeza; el arcoíris, siempre estuvo precedido de
una tormenta.

CCCXXXIX.
Siempre debe de coincidir lo que digas con lo que hagas.

CCCXL.
La ilusión de lo superficial es efímera, ocúpate de lo que es trascen-
dente y eterno.

CCCXLI.
Eres parte de una realidad más vasta de lo que la mente te hace creer.

CCCXLII.
El mundo exterior y el mundo interior están conectados.

CCCXLIII.
La manera inmediata de lograr experimentar tu vida, en una expe-
riencia más elevada, es haciendo el compromiso personal, genuino y
permanente, de mejorar como ser humano.

80
CCCXLIV.
Después de hacer ese compromiso, inmediatamente tu vida mejorará.

CCCXLV.
En algún lugar, algo increíble está esperando a ser descubierto. Muy
atento a esto.

CCCXLVI.
Más importante de lo que sucede afuera, es lo que sucede en tu inte-
rior, porque todo lo que sucede afuera nace de ahí.

CCCXLVII.
Cuando aprendas a ver tu cielo interior, el que ves fuera te parecerá
oscuro.

CCCXLVIII.
Porque la luz del espíritu divino es la vida y nunca se podrá ver con
los ojos de la materia, ni sentir con el corazón de la materia, ni ha-
blar con la voz de la materia.

CCCXLIX.
Solo mirando con el ojo del espíritu divino, se puede reconocer la
incomparable hermosura y magnificencia del espíritu divino.

81
CCCL.
Solo sintiendo con el corazón del espíritu divino, se puede llenar uno
del espíritu divino.

CCCLI.
Solo cuando habla en ti la voz del espíritu divino, se puede hablar al
espíritu divino que mora en ti y en los demás.

CCCLII.
La herramienta básica de la manipulación de la realidad es la mani-
pulación de las palabras.

CCCLIII.
La manipulación de masas es sencilla y lo han hecho por siglos y
milenios que ha existido la humanidad.

CCCLIV.
Ya se ha dicho; la unión hace la fuerza.

CCCLV.
Juntos, con entrega completa a la Totalidad y con valor para hacer lo
que se tenga que hacer, en términos de cambios personales positivos,
internos y externos, venceremos a la oscuridad.

82
CCCLVI.
Siempre debes crear, en el lugar que estés, con quién estés, a tus al-
cances y sin distinción de ningún tipo, una atmósfera de amor, ama-
bilidad, cortesía, cordialidad, atención y apoyo hacia tus hermanos.

CCCLVII.
Tu comportamiento es la evidencia clara de tu entendimiento de la
ley del uno.

CCCLVIII.
Nuestro amado Padre en esta travesía cuenta contigo.

CCCLIX.
Hoy es tu llamado.

CCCLX.
El Padre Celestial sabe perfectamente quien es el que lee estas pala-
bras, en este momento.

CCCLXI.
Nuestro Padre Cósmico sabe perfectamente todo, acerca de todo.

83
CCCLXII.
Tus vivencias definen tu futuro.

CCCLXIII.
Tu vista es muy limitada mientras no observes a través de la conciencia.

CCCLXIV.
Camina hacia ti diariamente (reflexiona profundamente estas palabras).

CCCLXV.
Energía, es el poder supremo, realmente lo único que existe.

CCCLXVI.
El conocimiento es el acuerdo generalizado acerca del origen, fun-
cionamiento y sentido de alguna parte de la realidad.

CCCLXVII.
El conocimiento se comunica mediante símbolos, palabras, núme-
ros, frases y fórmulas.

CCCLXVIII.
Conciencia, es la habilidad de ver la vida, en sus diferentes manifes-
taciones, con completa claridad.

84
CCCLXIX.
En el mundo de la conciencia plena ya no existen intermedios.

CCCLXX.
En la conciencia plena reside el secreto de la creación de experien-
cias milagrosas.

CCCLXXI.
El objetivo del saber, es unificar la conciencia.

CCCLXXII.
La conciencia original está vacía, es solo consciente de sí misma.

CCCLXXIII.
La conciencia primera no proyecta en el tiempo, no se transmite por
la atención y la identificación con los objetos, como es nuestra con-
ciencia ordinaria en la vida diaria.

CCCLXXIV.
La conciencia original solo puede encontrarse en el silencio donde
no existen pensamientos.

85
CCCLXXV.
Cuando no existen pensamientos, la mente está suspendida ahí, el
objeto no está presente ahí y el tiempo no se proyecta más.

CCCLXXVI.
La experiencia de existir sin pensamientos es nuestra verdadera
naturaleza.

CCCLXXVII.
En la meditación la conciencia se encuentra a sí misma.

CCCLXXVIII.
La conciencia no tiene nada que ver con el ir y venir del ego.

CCCLXXIX.
El ego está totalmente absorbido por contingencias e impulsado por
los condicionamientos y acontecimientos.

CCCLXXX.
La sabiduría es el verdadero poder y ese poder es el que perfecciona
todo el mundo.

86
CCCLXXXI.
Si alguien llega a tu vida con conocimiento, escucha y pon mucha
atención a sus relatos, algo te podría servir.

CCCLXXXII.
Aquellos que son guiados con sabiduría, no se pierden.

CCCLXXXIII.
Adquiere la cualidad de encontrar la perfección que proporciona el
observar la vida a través del amor.

CCCLXXXIV.
En el cabal cumplimiento y equilibrio de todos los aspectos que
componen al ser humano, radica la verdadera felicidad.

CCCLXXXV.
Solo siendo bueno se puede aspirar a ser feliz.

CCCLXXXVI.
Ser bueno es la intrínseca naturaleza de tu ser.

87
CCCLXXXVII.
Nunca ha sido un movimiento de ti mismo hacia algún lado para
lograr algo, sino simplemente es regresar a ser quien realmente eres.

CCCLXXXVIII.
En verdad, no tienes que hacer nada, sino reencontrarte a ti mis-
mo como un ser hermoso, amoroso y perfecto, el cual contiene
la Totalidad.

CCCLXXXIX.
La belleza de tu ser es la belleza de la existencia.

CCCXC.
El silencio de tu ser es el lenguaje que la existencia entiende.

CCCXCI.
Es muy triste que en nombre de Dios se explote a la humanidad.

CCCXCII.
Aprende a diferenciar entre verdaderos buscadores individuales de
la verdad y a los mercenarios de la fe.

88
CCCXCIII.
El mercenario de la fe es el que cede los elementos espirituales, mo-
rales y/o afectivos, por ventajas económicas y sociales.

CCCXCIV.
Habrá personas que no serán afines a los preceptos contenidos en
este documento, sin embargo, hay que respetar cualquier opinión.

CCCXCV.
No importa con qué pensamiento hagas las cosas, si las haces co-
rrectas, las cosas correctas te sucederán.

CCCXCVI.
La materia es la manifestación finita, de la inteligencia infinita.

CCCXCVII.
Todas tus pertenencias materiales siempre ponlas dentro de su
verdadero lugar en tu vida, es absurdo darles un lugar dentro de
tu corazón.

CCCXCVIII.
Toda materia es perecedera y se somete a transformación.

89
CCCXCIX.
Lograr conciencia total de ti mismo, es un paso indispensable para
tu despertar.

CD.
Vivir con total conciencia de ti mismo esto es lo más fácil y a la vez
más difícil de lograr.

CDI.
Tú mismo eres tu libro más importante para leer.

CDII.
La naturaleza de tu existencia es la enseñanza más elevada a recibir.

CDIII.
Escucha a tu sentir, con respecto a todo, todo el tiempo.

CDIV.
Prestar atención a tu sentir sobre cualquier cosa, será la brúju-
la que pondrá, eventualmente, en el lugar correcto, las piezas
del rompecabezas.

90
CDV.
El éxito colma tus sentidos.

CDVI.
La plenitud colma el corazón.

CDVII.
Crecer a veces duele.

CDVIII.
Al ego le duele desaparecer y siempre intentará defender su lugar.

CDIX.
Desaparecer el ego, es equivalente a caminar de regreso a casa.

CDX.
La muerte del ego es un proceso de interiorización gradual, que se
va a ir eliminando a medida que va tomando la conciencia su lugar.

CDXI.
Los ciegos toman todas sus decisiones con la mente.

91
CDXII.
Los ciegos siempre caerán en una permanente mala toma de decisiones.

CDXIII.
Las decisiones tomadas en la oscuridad generan más oscuridad.

CDXIV.
Vivir siendo un esclavo ciego, encadenado a la tradición heredada,
es igual que encontrarse en una habitación sin puertas ni ventanas.

CDXV.
Para ver claramente, ve a la energía divina inteligente que mora den-
tro de ti y que ilumina todo con conciencia.

CDXVI.
La energía de la fuente divina siempre está trabajando constante-
mente dentro de ti.

CDXVII.
Elimina tus errores y deja que tu sol brille intensamente.

CDXVIII.
En el silencio interior, ocurre la verdad.

92
CDXIX.
Debes aprender a ser sensible a tu voz interior, ella te dirá, lo que es
verdad, mentira, caos o confusión.

CDXX.
Hay que acceder a la casa de la verdad eliminando el ego.

CDXXI.
Da prueba irrefutable de tu amor, entrando a la casa de la verdad,
con las llaves que ella misma te entregará.

CDXXII.
Toca y llama a la sabiduría con la humildad más grande, la cual
identificarás si te encuentras experimentando y exteriorizando, en
ese instante, una sobre abundancia de emociones.

CDXXIII.
Toca y llama al “conocimiento eterno” con tu corazón abierto de par
en par.

CDXXIV.
Siempre que llames a la verdad (con humildad y verdadero amor) se
te contestará.

93
CDXXV.
No detenerte en tu búsqueda, hará que progresivamente despiertes.

CDXXVI.
Despertar, no es cambiar quién eres, sino ir descartando quien
no eres.

CDXXVII.
La fuerza para tomar decisiones proviene de tener clara tu verdadera
identidad.

CDXXVIII.
Creer, no te lleva a despertar.

CDXXIX.
Llenarte de información no propicia tu despertar, sino haciéndote
consciente de tu propia oscuridad.

CDXXX.
Una sola meta perseguimos, un solo objetivo: la cristificación.

CDXXXI.
Es necesario que cada hombre se cristifique.

94
CDXXXII.
Es indispensable encarnar al cristo.

CDXXXIII.
Cristo no es un individuo, es un principio universal cósmico imper-
sonal que debe ser asimilado por cada ser humano.

CDXXXIV.
El proceso que te lleva de regreso a ti mismo es llamado arrepentimiento.

CDXXXV.
Jesús (nuestro Padre) dijo: de mil que me buscan, uno me encuentra.
De mil que me encuentran uno me sigue. De mil que me siguen uno
es mío (solamente uno se cristifica).

CDXXXVI.
Tu forma de ser y de reaccionar ante cualquier evento en la vida, la
manera en la que piensas, la que sientes, y por supuesto, las activi-
dades que has elegido realizar serán permanentemente afectadas en
tu despertar.

CDXXXVII.
Ya se ha dicho; una vida espiritual, no es otra cosa, que saber vivir
dignamente entre los hombres.

95
CDXXXVIII.
Muchos, tienen la errónea creencia, que una vida espiritual es solo
creer, teorizar, orar y realizar ritos de uno u otro tipo.

CDXXXIX.
El que sabe vivir, es un maestro, el que cree, solo es un creyente y el
que solo teoriza, es un intelectual.

CDXL.
El espíritu de la verdad explica todo y no destruye nada.

CDXLI.
Explicar y profundizar lo más posible, es equivalente a herramienta
para transformar.

CDXLII.
En la naturaleza, todo se transforma.

CDXLIII.
Lo que necesitas para tu crecimiento, es perfeccionar toda cosa den-
tro de ti en estado latente.

96
CDXLIV.
Las inteligencias avanzadas que influyen y manipulan el planeta lo
seguirán haciendo hasta que haya un despertar global.

CDXLV.
Como consecuencia de tu transformación, ya vivirás de forma pura
y auténtica.

CDXLVI.
La pureza deberá ser el reflejo de tu más noble esencia.

CDXLVII.
Con tu renacimiento, la pureza se arraigará nuevamente en ti y even-
tualmente regresará a ser parte íntegra de tu ser.

CDXLVIII.
La pureza es anhelar una sola cosa.

CDXLIX.
La comprensión y la humildad te llevarán a la aceptación y esta es
la dadora de pureza.

97
CDL.
Un hombre de pureza ni lucha ni se rinde. Solo existe.

CDLI.
Si tienes la paciencia de la tierra, la pureza del agua y la justicia del
viento, entonces eres libre.

CDLII.
No se trata de lo que creas, sino lo que realmente seas.

CDLIII.
Nuestros cambios en espíritu impactan y complementan la unión de
todos en el uno.

CDLIV.
El cambio te sucederá cuando adquieras y hagas tuya la verdad de lo
que es realmente importante en la vida y que no.

CDLV.
El camino hacia la verdad también se camina de la mano de la justi-
cia y no por obediencia única a cualquier ley.

98
CDLVI.
La fe, también es una fuerza que se encuentra en los momentos de
más oscuridad y esta provee la fuerza necesaria para seguir adelante.

CDLVII.
Vivir una vida inconsciente (la mayor parte de las ocasiones) siem-
pre ha sido una elección.

CDLVIII.
Despertar a la conciencia, es tu potencial.

CDLIX.
La vida es un fin en sí misma.

CDLX.
Cuentas con la capacidad para acceder a la verdadera sabiduría.

CDLXI.
Observa, cura, y transmuta, sin apegarte a nada ni a nadie.

CDLXII.
Protege tu libertad (en todos los aspectos de tu vida) a cualquier precio.

99
CDLXIII.
La libertad no tiene precio.

CDLXIV.
Los pensamientos son cadáveres.

CDLXV.
Los sentimientos respiran y están vivos.

CDLXVI.
El ser íntimo te otorga una vida real, encuéntralo, es la fuente de
tu vitalidad.

CDLXVII.
Encuentra cómo despertar al ser íntimo.

CDLXVIII.
El conocimiento primitivo humano es siempre incompleto, ya que solo
proviene del exterior, y depende únicamente de los cinco sentidos.

CDLXIX.
La sociedad, se mueve plenamente al amor verdadero, al entender
que todos somos uno.

100
CDLXX.
Los seres altamente evolucionados viven y entienden que la ayuda
mutua es de mucho mayor valor, que la de estar compitiendo unos
con otros.

CDLXXI.
Cuando se entienda que ayudar es mejor que competir, será la evi-
dencia contundente de que ya se alcanzó como especie la siguiente
etapa evolutiva.

CDLXXII.
La permanente ayuda mutua es lo que cambiará radicalmente
el mundo.

CDLXXIII.
Es de su mayor interés difundir este mensaje, con el vehículo de
comunicación más eficaz: su ejemplo.

CDLXXIV.
Haz de tu realidad, el espejo de la realidad que anhelas ver en
el planeta.

CDLXXV.
Perseverancia y determinación, son dos cualidades todopoderosas.

101
CDLXXVI.
Una cadena de despertares se inicia siendo tú el primer eslabón.

CDLXXVII.
Un solo rayo de sol es suficiente para borrar millones de sombras.

CDLXXVIII.
Te vas a autorrealizar, en la misma medida en que te comprometas al
cumplimiento de la verdadera naturaleza de tu espíritu.

CDLXXIX.
Tu autorrealización exigirá una tremenda lucha con tu más grande
enemigo, tú mismo.

CDLXXX.
El reto de cambiarte a ti mismo es una batalla que no te puedes per-
mitir perder.

CDLXXXI.
Cuanto más difícil se encuentra un propósito cualquiera, más glo-
riosa es la victoria.

102
CDLXXXII.
Debes siempre mantener en su justo sitio cada triunfo y cada derrota.

CDLXXXIII.
La mejora en el ser humano atraviesa por empujarte a ti mismo a un
nuevo periodo de vida y por consiguiente de adaptación.

CDLXXXIV.
Debes adaptarte o nunca cambiarás.

CDLXXXV.
Los seres humanos que eligen despertar, toman el tiempo para
formarse, ponen toda la energía en mejorar, pagan los precios que
se tengan que pagar, están dispuestos a sufrir, siguen adelante
y perseveran.

CDLXXXVI.
Se necesita un cambio total de tu forma de pensar y de percibir
la realidad.

CDLXXXVII.
Al final del día, nadie alcanzó su grandeza sin esfuerzo.

103
CDLXXXVIII.
Nadie nunca se mantuvo pasivo y se volvió extraordinario.

CDLXXXIX.
La ley radica en el trabajo en ti mismo.

CDXC.
Tienes que encontrar en ti, ese lugar en donde realmente crees y
estar dispuesto a todo para alcanzarlo.

CDXCI.
Es posible vivir de una nueva forma.

CDXCII.
Lo único que siempre has necesitado es claridad.

CDXCIII.
Si decides aceptar este llamado, requieres afrontarlo de la mano de
la totalidad.

104
CDXCIV.
Las personas que realmente aspiran a llegar a ser la mejor ver-
sión de ellos mismos solo tienen un camino y jamás consideran un
plan alternativo.

CDXCV.
Los seres con determinación logran su propósito o mueren intentándolo.

CDXCVI.
Tu alma tiene hambre de divinidad y sed de infinito.

CDXCVII.
Vivir con amor y conciencia traerá a tu vida lo que con tanto deses-
pero anhelas y aún no encuentras.

CDXCVIII.
La mente humana solo la usarás para generar y recibir información,
jamás para tomar decisiones.

CDXCIX.
Debes escuchar tu corazón, antes que intervenga tu cabeza.

105
D.
Silencia la mente, ve a la conciencia.

DI.
Todo cambio personal comienza en la forma en que te ves, te tratas
a ti mismo y a los demás.

DII.
Antes de ayudar a alguien más, debes primero amarte y honrarte a
ti mismo, en todos los aspectos de tu vida. No antes, porque inevita-
blemente destruirás lo que intentas lograr.

DIII.
No permitas que nada ni nadie comprometa el estándar de integri-
dad, que has establecido para ti mismo.

DIV.
El nuevo mundo que deseamos crear siempre estará ligado al amor
incondicional, hacia todos y hacia todo, incluyendo todo tipo de na-
turaleza terrestre y extraterrestre.

DV.
Ama tu vida y a los que están en ella, ama tu cuerpo y a todas las
actividades que integran tu día.

106
DVI.
Si amas a todo lo que integra tu existencia, aseguras que tu vida
tenga siempre la calidad que deseas.

DVII.
Amar a tus amigos, es el resultado inevitable de amarte a ti mismo.

DVIII.
Amar a tus enemigos, te permite demostrar el tamaño de tu corazón
y a mantener reales tus valores.

DIX.
Cuando estás enemistado con alguien, ciertamente estás enemistado
con una parte de ti mismo y no favorece tu crecimiento y tu calidad
de vida.

DX.
Amarte a ti mismo, es la puerta de entrada a vivir la nueva vida.

DXI.
El Padre espera que estés a la altura de todo esto, ya que siempre ha
confiado en ti a ojos cerrados.

107
DXII.
El Padre Celestial espera mucho de ti, es tu momento de brillar y
lograr lo que tú y los demás pensaban como imposible.

DXIII.
Has contado, cuentas y contarás siempre con el amor incondicional
y apoyo de nuestro amado Padre.

DXIV.
La información contenida en este documento lleva también como
propósito fundamental entregarte un concepto más exacto de
Dios Padre.

DXV.
Ya se ha dicho todo lo siguiente con verdad: Es un Dios Padre, sin
leyes escritas.

DXVI.
Un Dios Padre que no castiga; es bueno y sabio.

DXVII.
Un Dios Padre que no lleva las cuentas de tus obras.

108
DXVIII.
Un Dios Padre que no necesita perdonar, pues no hay nada
que perdonar.

DXIX.
Es un Dios Padre al que le puedes y debes hablar de tú a tú.

DXX.
Un Dios Padre que te cuida, sin tu saberlo.

DXXI.
Un Dios Padre que ya te ha dado antes de que pidas.

DXXII.
Un Dios Padre tan inmenso que es capaz de instalarse en algo más
pequeño, que eres tú.

DXXIII.
Un Dios Padre, que en este mismo instante te invita a conocerlo,
a sentirlo y sobre todo que te invita a amar, ya que, SIN DARTE
CUENTA, él te ha estado dando siempre el ejemplo de lo que signifi-
ca amar a alguien verdaderamente y con todo el corazón.

109
DXXIV.
Te pregunto, ¿cuántas cosas, momentos y experiencias negativas e
inconscientes han provenido de ti?

DXXV.
No importando todo lo que has hecho en el pasado, estás en este
instante aquí, bendecido y amado por Dios Padre, el cual te dice con
todo respeto y amor, que es momento de regresar a ti mismo.

DXXVI.
El gran amor cósmico viene a decirte hoy que te ama con todo el
amor del universo, que eres muy importante y valioso para toda la
creación y que puedes confiar en él.

DXXVII.
El padre Celestial dice en este momento que está inmensamente fe-
liz de recuperar a uno de sus más amados hijos.

DXXVIII.
Mantén siempre íntegras y puras tus formas de pensar.

DXXIX.
Todo ser humano es importante y vital para la existencia, por lo tan-
to, merece amor y respeto, sin distinciones.

110
DXXX.
Todos los aspectos oscuros, mentales y emocionales, son tus princi-
pales objetivos para trabajar y trascender.

DXXXI.
Saca de ti el miedo, hostilidad y cualquier tipo de culpa que traigas
cargando.

DXXXII.
Perdona a todas las personas que te han hecho daño, porque el Padre
ahora ya te ha enseñado lo que es el perdón y el valor que reside
en él.

DXXXIII.
Es indispensable crear un mundo donde exista el perdón, para lograr
una reconciliación global y con esto poder dar entrada a un mundo
donde la única religión sea el amor.

DXXXIV.
Jamás pienses en venganzas, confía en la inalterable justicia
universal.

DXXXV.
Mantente indiferente hacia cualquier tipo de elogios o ataques.

111
DXXXVI.
Toda comparación provoca violencia.

DXXXVII.
No te sirve de nada albergar algún sentimiento de culpa.

DXXXVIII.
Si tu deseo es avanzar, tu primer tarea es deshacerte de toda la carga
inútil como la culpabilidad.

DXXXIX.
Escucha muy atentamente esto y recuérdalo todos los días de ser
necesario; todo eso malo que pasó en tu vida, en este instante, ya te
ha sido perdonado.

DXL.
Saca inmediatamente de tu vida a cualquier persona o circunstancia
que te lleve a retroceder en tu camino o a perder tu bienestar.

DXLI.
La vida es un regalo, de ningún modo un castigo.

112
DXLII.
El dominio sobre la mente es un requisito indispensable para la coe-
xistencia en un mundo de amor.

DXLIII.
Con el dominio global de la conciencia sobre la mente se creará ine-
vitablemente un entorno mundial de amor. El tan buscado paraíso.

DXLIV.
El objetivo final como humanidad es llegar a vivir en un entorno
global permanente de amor.

DXLV.
Es muy importante nunca perder la fe en la humanidad.

DXLVI.
Proclama con verdad, valor y determinación lo siguiente: a partir de
aquí y ahora, elijo existir en la más elevada versión de mí mismo.

DXLVII.
Todo en la vida es un proceso; nada se puede conseguir automática
e inmediatamente. Persevera y no te rindas.

113
DXLVIII.
Dirigirás y operarás toda tu existencia, desde el sentir de tu corazón.

DXLIX.
La espiritualidad se desarrolla a través de los méritos tangibles de
tu corazón.

DL.
Responde siempre a cualquier situación que se presente en tu vida
con la pregunta ¿qué es lo que haría el amor ahora?

DLI.
Elimina permanentemente tu pasada versión que normalmente ope-
raba desde el egoísmo.

DLII.
Eliminando el egoísmo, tu nuevo mundo estará más allá de todas las
limitaciones.

DLIII.
No importa la apariencia de tu físico, ni la edad, ni cualquier pre-
ferencia que tengas, ni ninguna otra cosa por el estilo; lo único que
importa es el tamaño de tu corazón y la fuerza de tu carácter.

114
DLIV.
Tu corazón y tu carácter son las herramientas del bien.

DLV.
Cuando pierdes dinero no pierdes nada, cuando pierdes tu salud
pierdes algo, pero cuando pierdes tu moral y tus ideales (tu razón de
ser), lo pierdes todo.

DLVI.
Ya se ha dicho: no se puede servir a dos amos.

DLVII.
Todo el universo está dotado de vida, con las características que po-
see un ente vivo, mantén la mente abierta con respecto a esto.

DLVIII.
Estás aquí para levantar el estandarte humano.

DLIX.
Afortunados, aquellos que no han estado enfermos y han conocido
el alivio antes de caer en la enfermedad.

115
DLX.
Revisa inmediatamente el estado de tu cuerpo y toma las medidas
que correspondan para mantenerlo saludable.

DLXI.
Tu salud es parte integral indispensable para tu crecimiento y una
vida plena.

DLXII.
En la medida que te sea posible, deja que la naturaleza sea tu medi-
cina, el médico cura, pero solo la naturaleza sana.

DLXIII.
Se dijo sabiamente; para contar con buena salud, debes de estar listo
para eliminar las razones de tu enfermedad.

DLXIV.
Ya se ha dicho; Las enfermedades no llegan de la nada, se desarro-
llan a partir de pequeños pecados diarios contra la naturaleza.

DLXV.
Cuando se hayan acumulado suficientes pecados, las enfermedades
aparecerán de repente.

116
DLXVI.
Es importante te des la oportunidad de experimentar tu vida interna
y externa consumiendo, en la medida que te sea posible, solo ali-
mentos naturales.

DLXVII.
Cuando la alimentación es buena, (la mayoría de las ocasiones) la
medicina no es necesaria.

DLXVIII.
Se ha dicho con verdad; la salud no lo es todo, pero sin ella lo demás
no es nada.

DLXIX.
Si tienes alguna enfermedad de consideración, pueden pasar dos co-
sas y las dos son buenas; si te gana, te liberas del cuerpo, que es en
esa condición tan molesto, y vas al otro lado. Si le ganas, serás más
humilde, más agradecido, por lo tanto, fácilmente feliz.

DLXX.
Con la amargura de la enfermedad se conoce la dulzura de la salud.

117
DLXXI.
Recuerda que no estás deprimido, estás distraído de todas las mara-
villas de la vida.

DLXXII.
Si estás triste es que solo estás entendiendo tu situación actual desde
una óptica muy primitiva y pequeña.

DLXXIII.
Ayuda a los que necesitan de tu ayuda en ese momento y jamás trai-
ciones su confianza.

DLXXIV.
Ayuda a la gente mayor y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas.

DLXXV.
El servicio es una fuente inagotable de satisfacción.

DLXXVI.
Atrás de todas las deudas económicas adquiridas por las personas
que ayudaste de corazón, está el Padre, el cual siempre actúa como
aval de estas.

118
DLXXVII.
Él te pagará el apoyo que brindaste de corazón con creces.

DLXXVIII.
Da sin medidas y te darán sin medidas.

DLXXIX.
La grandeza de una persona no se mide por lo que tiene, sino por lo
que deja.

DLXXX.
Debes asumir tu vida con responsabilidad, verdad y valor.

DLXXXI.
Aborda todo lo que llegue a ti, con decisiones morales y éticas.

DLXXXII.
Respeta las diferencias, que siempre van a existir, entre tu óptica y
la de otros.

DLXXXIII.
Jamás hagas menos ni humilles a nadie, pues te lo estás haciendo a
ti mismo.

119
DLXXXIV.
Antepón siempre la paz.

DLXXXV.
Todo por la razón, nada a través de la violencia.

DLXXXVI.
La vida es como el ajedrez, cada decisión que tomas es una jugada
que define tu futuro.

DLXXXVII.
La gratitud siempre convierte lo que tienes en suficiente.

DLXXXVIII.
El perdón libera a quien lo otorga y a quien lo recibe.

DLXXXIX.
El mal es un no ser, es la carencia del ser.

DXC.
Las funciones malignas, se intensifican en función de lo distorsiona-
da que esté la mentira.

120
DXCI.
Jamás se debe enfrentar el mal con el mal.

DXCII.
Ignorar el mal es convertirse cómplice de él.

DXCIII.
El mal es tan fino en el mundo de la mente, tan delicado y sutil en el
plano del entendimiento, que realmente se necesita mucha intuición
para no dejarse engañar por los demonios del plano mental.

DXCIV.
No mentir, no robar y no traicionar.

DXCV.
El daño que produce la corrupción hace que esta práctica esté ca-
talogada cósmicamente como uno de los actos más despreciables y
elevados de maldad.

DXCVI.
Si eres parte de un equipo encargado de administrar, proteger y cui-
dar los bienes y riquezas de una comunidad o nación (en cualquie-
ra de sus áreas), no puedes pasar por alto los actos de corrupción

121
de cualquier tercero. Recuerda que ignorar el mal es convertirse en
cómplice de él.

DXCVII.
A la corrupción también se le denomina cósmicamente alta traición,
y tarde o temprano traerá desafortunadamente consecuencias muy
severas para quien comete estos actos.

DXCVIII.
Cuando no tomas una postura en contra de la corrupción, tácitamen-
te la apoyas.

DXCIX.
Por amor a ti, a tus hermanos, a la Totalidad y sobre todo a los que
están por venir a esta existencia, no puedes ni debes ser indiferente
a actos de corrupción en cualquiera de sus modalidades.

DC.
Para aspirar a un cargo de representación popular, lo que se necesita
es tener experiencia, una buena preparación profesional y por sobre
todo lo anterior; buenos sentimientos.

122
DCI.
Cualquiera que desee un cargo público necesita tener un verdadero
e inquebrantable amor a los demás.

DCII.
Se necesita tener la virtud inquebrantable de la honestidad.

DCIII.
Se requiere de alguien que ya posea la fuerza de la humildad.

DCIV.
El poder es un gran amor para servir a los demás.

DCV.
El servicio en cualquier cargo público deberá estar enfocado en la
mejora de la calidad de vida de todos los seres humanos, en todas las
áreas de su existencia.

DCVI.
Los servidores públicos que realmente hacen esto, dan un valioso
regalo al Padre, Él lo sabe y son bendecidos.

123
DCVII.
Comprender y tratar a fondo los problemas de los demás, es la esen-
cia de la fraternidad.

DCVIII.
El verdadero y duradero cambio se obtiene a través de la razón y no
por la fuerza.

DCIX.
La justicia social no puede ser conseguida por la violencia, ya que la
violencia mata lo que intenta crear.

DCX.
Ni golpes que duelan, ni palabras que hieran.

DCXI.
Debes ser muy sabio al evaluar una situación en la cual decidas uti-
lizar la defensa propia. Sin embargo, este término, a lo largo de la
historia (y sin excepción), se ha utilizado para justificar terribles y
malvadas acciones impulsadas por la codicia, no te dejes confundir.

DCXII.
Los compromisos siempre se cumplen.

124
DCXIII.
La moral es la ciencia que enseña, no como hemos de ser felices,
sino como ser dignos de esa felicidad.

DCXIV.
La ética o la moral deben de entenderse no solo como la realiza-
ción de unas cuantas acciones buenas, sino como la formación de un
alma sensible.

DCXV.
Actuando siempre con decisiones éticas, te manifiestas como un ser
que quiere lo mejor para él y para todo lo que ama.

DCXVI.
Si has cometido en algún momento algún error por egoísmo, men-
te cerrada o ignorancia y te consideras culpable y generaste en el
mundo algo que no debería de haber sido y que nació de ti, asume
la responsabilidad exactamente de la misma manera y transforma
esa situación.

DCXVII.
Arregla cualquier acción inconsciente que haya provenido de ti, no
importa el tiempo que haya pasado. Ten fuerza, ten valor, sé un gue-
rrero de luz.

125
DCXVIII.
Lo que sacarás redimiéndote de tus errores es bueno. Te ayudas a ti,
ayudas al otro, ayudas a la causa en común y das un regalo al Padre.

DCXIX.
Todo lo que construirá el nuevo mundo depende de ti.

DCXX.
La traducción literal del arameo sería:

Padre nuestro de los cielos,


Sea consagrado tu nombre.
Viene tu reino:
Se cumple tu deseo.
Tanto en los cielos
Como en la tierra.
Danos diariamente el pan de nuestra necesidad,
Y líbranos de nuestras deudas,
Así como también nosotros
Libramos a nuestros deudores.
Y no nos traigas enfermedad,
Sino ponnos a salvo de lo dañino.
Porque tuyo es el reino,
Y la fuerza y la gloria,
Por los siglos de los siglos.

126
DCXXI.
En arameo lo que pide el hijo de Dios, a su Padre, es que los libre de
las deudas, de las hipotecas, así como tú liberas de sus compromisos
a los que te deben dinero, literalmente a los que están a tu merced.

DCXXII.
En arameo lo que se pide al Padre es que evite daños y sufrimientos,
lo dañino, lo triste, lo que te debilita.

DCXXIII.
Permite, a partir de este momento, a Jesús, nuestro Padre, hablar en
su lengua.

DCXXIV.
¿Estás listo para recuperar tu poder, y permitir el crecimiento y ex-
pansión de tu autoridad y divinidad interna?

DCXXV.
Hallarás la divinidad en ti mismo a medida que estés en alerta de
ti mismo.

DCXXVI.
¿Estás dispuesto a volar libre de las prisiones autoimpuestas?

127
DCXXVII.
El hijo de Dios, nuestro Padre, vivió para modelar el amor y el per-
dón y para que pudieras elegir vivir con las mismas cualidades que
Él demostró.

DCXXVIII.
Ciertamente, el venerable maestro, nuestro Padre, era el principio y
el fin.

DCXXIX.
Quien tenga oídos para oír que oiga.

DCXXX.
A medida que tu conciencia separada, muera en la conciencia de
unidad, puedes resucitar en ti mismo.

DCXXXI.
El Padre siempre está ahí para ayudarte a renacer.

DCXXXII.
Día llegará que aparecerá el quinto elemento de la naturaleza y con
este se podrán fabricar objetos de amor.

128
DCXXXIII.
Parecerá un sin sentido lo anterior, pero los seres altamente evolu-
cionados saben perfectamente que así es.

DCXXXIV.
Tu Padre (y Madre) Celestial siempre están en el origen para soste-
ner tu vida.

DCXXXV.
Jamás dejes de buscar.

DCXXXVI.
Ofrece todo lo que eres a nuestro amado Padre.

DCXXXVII.
Ofrece a tu prójimo todo lo bueno que te gustaría que el Padre te
diera a ti.

DCXXXVIII.
Ama y sirve a la creación que tú eres.

DCXXXIX.
El amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables.

129
DCXL.
El mejor servicio que puede hacerse a los demás es la liberación de
uno mismo.

DCXLI.
Ama hasta convertirte en lo amado.

DCXLII.
Ama hasta convertirte en el mismísimo amor.

DCXLIII.
Se dijo; una bomba hace más ruido que una muestra de amor, pero
por cada bomba que destruye, hagamos millones de caricias genui-
nas que sigan alimentando ese amor.

DCXLIV.
Incluso en la piedra que tropiezas, puedes encontrar fuerza, oportu-
nidad e inspiración.

DCXLV.
Ten valor y coraje para desterrar para siempre tu falso yo.

130
DCXLVI.
Jamás ejerzas el falso amor o la falsa humildad, es de lo más
despreciable.

DCXLVII.
Defiende a todo costo tu autenticidad.

DCXLVIII.
Reclama tu legítima herencia, una existencia llena de plenitud.

DCXLIX.
Vidas de maestría, están culminando en tu vida actual.

DCL.
Tu fe, tus buenos sentimientos y tus acciones te han traído hasta aquí.

DCLI.
Ahora ya sabes que jamás perdiste nada de lo que diste, solo fue cues-
tión de que llegara el momento perfecto para recibir tu recompensa.

DCLII.
Todo lo que has hecho con amor, desinterés y sinceridad, regresa a
ti multiplicado.

131
DCLIII.
Agradece a tu amigo que está dispuesto a caminar a tu lado, ofre-
ciéndote un reflejo.

DCLIV.
Como quien dijo; si buscas conocer realmente como es un amigo,
pasa un tiempo a solas con él, debate con él probando su corazón por
sus palabras, pero sobre todo por su conducta.

DCLV.
Es un deber compartir, todo lo que sea necesario, con un verdadero
amigo.

DCLVI.
El conocimiento es considerado como ignorancia por el ingenuo y las
cosas que son de verdadero provecho, siempre son hirientes para él.

DCLVII.
El Padre te da todo lo que estás necesitando incluso antes de pedír-
selo, es por esto por lo que se dice que todo es perfecto.

DCLVIII.
En el momento en que te das cuenta de que ya algo que habías elegi-
do es tuyo, entonces, ciertamente se te da.

132
DCLIX.
Se ha dicho: llama y se te abrirá, pide y se te dará.

DCLX.
Recuerda siempre y sin falta quién eres, siempre sencillo, auténtico
y libre.

DCLXI.
Cuando llegue el momento, recoge el fruto de tus buenas obras, en
agradecido silencio, con humildad, reconociendo al Padre como
el dador.

DCLXII.
Ya se ha dicho una gran verdad; no intentes quitar de tu hermano o
hermana el polvo de su ojo, hasta no hayas quitado del tuyo propio
la viga que distorsiona tu visión y no juzgues a nadie.

DCLXIII.
Elimina también el falso orgullo y el odio oculto hacia ti mismo.

DCLXIV.
En los niños, se encuentra la llave necesaria para abordar la verdad.

133
DCLXV.
Una vez que das la vuelta y empiezas a caminar de regreso a casa
(de vuelta a la luz) sabrás que la luz es lo que has buscado en la os-
curidad inútilmente.

DCLXVI.
“El adversario, número de hombre, la Marca”: Autoritario, Avaro,
Vicioso, Envidioso, Cruel, Agresivo, Vengativo, Homicida,
Codicioso, Arrogante, Egoísta, Ególatra, Orgulloso, Irritable,
Intolerante, Perezoso, Racista, Mentiroso, Neurótico, Pesimista,
Apático, Calumniador, Intransigente, Lujurioso, Entregado a la
Gula, Malhumorado, Soberbio, Superficial, Ladrón, Corrupto,
Celoso, Posesivo, Desleal, Vanidoso, Crítico Destructivo,
Manipulador, Maquiavélico, etc.

DCLXVII.
El amado es el que va en busca de la oveja perdida para enviarla de
regreso al hogar, hace lo que tiene que hacer y paga el precio que se
tenga que pagar.

DCLXVIII.
Ascensión es simplemente una conciencia más consciente del cielo
que tú eres.

134
DCLXIX.
Ascensión es una expansión de tu percepción, quien eres no cambia,
tu percepción de quien eres y los conceptos de la vida, la humanidad
y el universo cambian y se expanden.

DCLXX.
Tu actual moralidad no es más que un miedo, un miedo oculto y lo
disimulas tan bien que nunca lo descubres.

DCLXXI.
Si controlas, es que reprimes, y si reprimes, aseguras la existencia
de lo contrario.

DCLXXII.
Esas represiones estarán escondidas, ahí en el inconsciente, esperan-
do el momento de exigir y rebelarse.

DCLXXIII.
Si escoges ser no violento, la violencia aun vivirá en ti, solo
que reprimida.

DCLXXIV.
Solo en una mente inocente, desaparece el contrario, porque nada se
ha escogido.

135
DCLXXV.
Escucha atentamente esto; el contrario no puede existir sin elección.

DCLXXVI.
Comprende profundamente cada situación, de la manera más objeti-
va que te sea posible.

DCLXXVII.
No escojas, ni siquiera no escojas no escoger.

DCLXXVIII.
Si escoges, está la mente y la mente solo puede producir sueños,
jamás la verdad.

DCLXXIX.
Ya se ha dicho; el sentido de la vida es sintonizar los latidos de tu
corazón, con los latidos del universo.

DCLXXX.
El camino de la verdad tendrá repercusiones en tu forma de vivir,
esta nueva forma de vida deberá estar alineada y en armonía con
la verdad.

136
DCLXXXI.
Cuando con humildad y Totalidad reconozcas la maldad que aún
albergas, estarás en el camino de la realización.

DCLXXXII.
La fe no existe sin obras que evidencien esto.

DCLXXXIII.
Siempre alberga dentro de ti el sentimiento de querer ser más, para
que a través de ti puedas contribuir más a la sociedad.

DCLXXXIV.
Elige tener más, para que tengas más que dar.

DCLXXXV.
Elige saber, para que puedas compartir el conocimiento con tu ejemplo.

DCLXXXVI.
Elige amar, ya que es el único camino hacia Dios.

DCLXXXVII.
Tú tienes algunos talentos, encuentra cuáles son y ponlos al servicio
de los demás.

137
DCLXXXVIII.
Poniendo tu talento y esfuerzo para el bien de los demás, aportas tu
parte para la generación de un mundo nuevo y extraordinario.

DCLXXXIX.
Quien trabaja para el bien de los demás da un regalo al Padre y este
le bendice.

DCXC.
Cuando te dedicas a tus talentos, la motivación viene implícita, ahí vi-
ves la alegría que se encuentra cuando vives disfrutando lo que haces.

DCXCI.
Frecuentemente, el talento es solo cuestión de ser perseverante.

DCXCII.
Haz solo lo que amas y darás un paso hacia la plenitud.

DCXCIII.
Aquel que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito.

DCXCIV.
La motivación es un amplificador del talento.

138
DCXCV.
Entender, no es lo mismo que aprender.

DCXCVI.
Aprender no es suficiente, es necesario dominar y hacer tuyo el
conocimiento.

DCXCVII.
El cambio en la vida es automático, el progreso de ti mismo no.

DCXCVIII.
Debes de ser protagonista de los cambios que vienen, y ahí deberás
estar, para aportar tu granito de arena, si deseas evidenciar la cuali-
dad de tu espíritu.

DCXCIX.
No debes cambiar tus objetivos en la vida, pero a veces es necesario
cambiar la forma en que los abordas.

DCC.
Cada reto pide un tú diferente.

139
DCCI.
Debes adquirir la capacidad de transformar tu personalidad y
habilidades.

DCCII.
Se dice que ser extraordinario es la capacidad de traspasar el bien.

DCCIII.
El objeto de la disciplina es fomentar la libertad.

DCCIV.
El hábito y disciplina es el origen de aquello que te mantiene cons-
truyéndote y construyendo.

DCCV.
Si no eres disciplinado, serás un esclavo de tus estados de ánimo y
de tus pasiones.

DCCVI.
Se dijo sabiamente; el mejor momento para plantar un árbol fue hace
25 años, el segundo mejor momento para plantar un árbol, es hoy.

140
DCCVII.
La disciplina se debe plantar como un árbol.

DCCVIII.
El Padre te puso a un ser humano a cargo. A ti.

DCCIX.
Procura dar lo mejor de ti mismo en todas las áreas de tu vida, día
a día.

DCCX.
Mucho cuidado en encontrarte en aquella desafortunada situación
de no hacer el bien que quieres y hacer el mal que no quieres.

DCCXI.
No seas como los farsantes que con la mente sirven al bien y con la
carne son obreros del mal.

DCCXII.
Camina tu vida no conforme a las leyes de la carne, sino conforme a
los designios del espíritu de vida.

141
DCCXIII.
Vivir para la carne es muerte, sin embargo, vivir para el espíritu es
vida y paz.

DCCXIV.
El fracaso no te debe desanimar, sino impulsar.

DCCXV.
El fracaso está de camino al éxito y de ninguna manera es definitivo.

DCCXVI.
No puedes obligar a la existencia a actuar a tu capricho, debes con-
fiar en sus procesos.

DCCXVII.
Aferrarte a algo que no está fluyendo de forma natural, es un camino
del cual jamás saldrás victorioso.

DCCXVIII.
El verdadero camino es actuar con humildad y fluir con lo que traiga
a ti la existencia, siempre confiando en que todo es perfecto.

142
DCCXIX.
La inteligencia suprema conoce el principio y fin de todos y de todo.

DCCXX.
Ten la genuina intención de actuar correctamente en todo y así tu
camino se facilitará.

DCCXXI.
Puedes conseguir lo que quieras en la vida si ayudas a un número
suficiente de gentes a conseguir lo que ellos quieren, quien dijo esto,
conocía la verdad.

DCCXXII.
Si quieres algo grande, requieres siempre de uno o más equipos que
compartan la misma visión y pasión que tú.

DCCXXIII.
El verdadero líder es el que ayuda a los demás a creer en sí mismos.

DCCXXIV.
Valor, es tener miedo y encima de eso seguir adelante.

143
DCCXXV.
Con humildad y verdad, reconoce y asume las cosas en las que estás
equivocado y en las cuales aún no estás preparado y necesitas mejorar.

DCCXXVI.
Vivir soñando no te lleva a ningún sitio.

DCCXXVII.
Aún piensas mucho más de lo que ya has hecho tuyo.

DCCXXVIII.
Vive solo un día a la vez, un momento a la vez, un segundo a la vez.

DCCXXIX.
Lo que eres es lo que has sido, lo que serás es lo que haces a partir
de ahora.

DCCXXX.
El futuro depende de lo que hagas hoy.

DCCXXXI.
Ser grande es ser honesto contigo mismo.

144
DCCXXXII.
Ponte frente al espejo y sé consciente que ese ser que estás viendo, es
obra del creador, es su manifestación más amada y perfecta.

DCCXXXIII.
Si finges ser otra persona, indubitablemente después de fallar, per-
derás credibilidad.

DCCXXXIV.
Se dijo acertadamente; la libertad, no es tanto para elegir quien quie-
res ser, sino hasta donde te comprometes a ser quién quieres llegar
a ser.

DCCXXXV.
Las pruebas más difíciles de la vida son las más sutiles.

DCCXXXVI.
Entre más sutiles las pruebas, más imperceptibles, de ahí su
dificultad.

DCCXXXVII.
Siempre un verdadero líder tiene una gran misión a cumplir.

145
DCCXXXVIII.
Esa misión siempre convergerá en su ejemplo y acciones.

DCCXXXIX.
Actúa con valor, gallardía y coherencia en cualquier escenario (don-
de lo consideres necesario) para enfrentar cualquier acción que
tienda a seguir empobreciendo, esclavizando y sometiendo de algún
modo a la humanidad.

DCCXL.
Lo contrario a la valentía no es la cobardía, es la conformidad.

DCCXLI.
Amar no es sinónimo de debilidad.

DCCXLII.
La persona que ama es la que ya venció la debilidad.

DCCXLIII.
Se dijo con verdad; el amor es la única cosa que no se puede dejar
para mañana.

146
DCCXLIV.
Jamás deberías permitir, por ninguna causa ni motivo, que alguien
desee coartar el derecho de los seres humanos a recibir (o modificar
de algún modo), cualquiera de los recursos naturales, terrestres o
extraterrestres.

DCCXLV.
Recuerda y medita en aquellas frases dichas con sabiduría; el Padre
no es un ser humano, debes pensar en él como un creador, como la
causa primera, como un apoyo infinito lleno de inteligencia.

DCCXLVI.
El creador se cubre de luz como de un ropaje.

DCCXLVII.
No seas como el ignorante que busca en la calle lo que perdió
en su casa.

DCCXLVIII.
Las criaturas que conocen al Padre no tienen más que una misión
suprema; el único y ardiente deseo de parecerse en su propio mundo,
a lo que Él es en su perfección divina personalizada.

147
DCCXLIX.
Date cuenta de que eres un ser eterno, si te das realmente cuenta de tu
eternidad, de tu inmortalidad, adquirirás el valor suficiente para en-
frentar a la ignorancia, en todos los tiempos, niveles y dimensiones.

DCCL.
Ten siempre presente que la primera víctima en cualquier conflicto
es la verdad.

DCCLI.
Todos los denominados libros sagrados han sufrido (por egoísmo y
conveniencia) múltiples manipulaciones a través del tiempo, sería
absurdo hoy en día pensar que todo su contenido es fiel, completo
o preciso.

DCCLII.
El amor expresado (su presencia) es lo que siempre representa al
Padre y le otorga una forma.

DCCLIII.
El poder solo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone
al servicio de los demás.

148
DCCLIV.
El que quiere tener poder sobre los demás, solo es aquel que no ha
logrado tener poder sobre sí mismo.

DCCLV.
El poder del amor deberá siempre estar por encima del amor al poder.

DCCLVI.
El poder, sin compasión ni empatía, en verdad es el peor tipo de
maldad que existe.

DCCLVII.
La maldad tiene una constante; siempre pide y nunca da.

DCCLVIII.
A la maldad siempre le duele y le pesa dar.

DCCLIX.
El poder más contundente es el poder de la sociedad unida mirando
hacia un mismo lado, teniendo en el corazón de cada uno de sus
integrantes el mismo objetivo.

149
DCCLX.
Cuando quieras cambiar tu estado mental, únicamente eleva
tu vibración.

DCCLXI.
En tu transmutación personal ayudas activamente a elevar la vibra-
ción del planeta.

DCCLXII.
En el momento que disfrutas la vida, sin afectarte a ti mismo, sin
afectar a otros y sin afectar al medioambiente y al planeta en gene-
ral, elevas tu vibración.

DCCLXIII.
Si haces lo que te gusta, con totalidad y propósito, elevas tu vibración.

DCCLXIV.
Cada vez que pides perdón de corazón, elevas tu vibración.

DCCLXV.
Cuando perdonas con totalidad, elevas tu vibración.

150
DCCLXVI.
Cada vez que das gracias con el corazón, elevas tu vibración.

DCCLXVII.
Cuando das un cierre definitivo a un trauma o a cualquier carga
emocional que no favorezca tu alegría y bienestar, elevas tu vibra-
ción y das un regalo al Padre.

DCCLXVIII.
Cuando te cuidas a ti mismo, en todas las manifestaciones posibles,
elevas tu vibración.

DCCLXIX.
Cuando ayudas desinteresadamente a personas desconocidas, elevas
tu vibración y das un regalo al Padre.

DCCLXX.
Cuando perdonas a tus enemigos y de ser posible los ayudas, elevas
tu vibración.

DCCLXXI.
Si tú vibras alto, todos vibramos alto, porque todos somos uno.

151
DCCLXXII.
Si elevas tu vibración ayudas al planeta entero a vibrar en la frecuen-
cia más alta, la frecuencia del amor.

DCCLXXIII.
El que planta árboles, sabiendo que nunca se sentará a su sombra, ha
empezado a entender el significado y propósito de la vida.

DCCLXXIV.
Algunas veces, la vida te decepcionará, para que dejes de vivir en
ilusiones y mentiras, y comiences a ver y entender la realidad, con
base en tu propia experiencia.

DCCLXXV.
El observador puede cambiar la realidad de lo que está observando.

DCCLXXVI.
La vida, ocasionalmente, te negará bienes y grandeza, hasta que de-
jes de querer bienes y grandeza y pongas prioridad en lo que real-
mente importa.

DCCLXXVII.
La vida no te da lo que quieres, sino lo que necesitas para poder
evolucionar.

152
DCCLXXVIII.
La vida por momentos te moverá, te romperá, te decepcionará, pero
es para que la mejor versión de ti mismo se revele.

DCCLXXIX.
La vida no te quita cosas, te libera de cosas, te aliviana para que
vueles más alto, para que alcances la plenitud.

DCCLXXX.
Nada le da más alegría al Padre que ver a los renacidos y despiertos
hijos, trabajando juntos, codo a codo, por amor al bien de los demás.

DCCLXXXI.
Trae de vuelta a tus hermanos perdidos y haz lo posible para mejorar
las condiciones de sus vidas.

DCCLXXXII.
Cada uno debe de trabajar en esta hermosa encomienda desde su
propia trinchera.

DCCLXXXIII.
Todos los seres renacidos y unidos, como una maravillosa y bendita
gran luz que ya son.

153
DCCLXXXIV.
Ellos son esa gran luz triunfadora, artífices del gran cambio en
el planeta.

DCCLXXXV.
Son aquellos que saben reconocer su linaje, por lo tanto, saben reco-
nocerse entre unos y otros.

DCCLXXXVI.
Los ya dueños de los secretos del Padre.

DCCLXXXVII.
A estos ángeles les estamos eternamente agradecidos, por su ayuda
y existencia.

DCCLXXXVIII.
Estos hermosos seres son partes esenciales de un gran mecanismo
divino, maravilloso, hermoso y eterno.

DCCLXXXIX.
Sus acciones en conjunto traerán al planeta la fuerza necesaria para
potencializar al máximo necesario el alcance de sus misiones y con
esto poner el punto final a esta era de oscuridad.

154
DCCXC.
Ya se ha dicho; porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así
también la fe sin obras está muerta.

DCCXCI.
La acción masiva es la cura del mundo.

DCCXCII.
Deja de dar prioridad a tu beneficio personal y pasa esto, de manera
inmediata, al beneficio colectivo.

DCCXCIII.
Todo importa y todo afecta todo lo demás.

DCCXCIV.
¿Cómo puedes saber si haces algo con el corazón? La experiencia de
hacer algo con el corazón, siempre viene acompañada de una sobre
abundancia de sentimientos hermosos y positivos.

DCCXCV.
No hay mejor lugar para dejar tus recuerdos personales que en
el olvido.

155
DCCXCVI.
Una vez vivido, el pasado prácticamente no tiene ningún valor.

DCCXCVII.
Desafortunadamente, aún llevas el cuerpo del pasado, sin vida, a
todos los momentos que vienen.

DCCXCVIII.
Si cargas con tu pasado, equivocadamente permites que te identifi-
que y que hable por ti.

DCCXCIX.
Desafortunadamente, muy pocas personas pueden tomar decisiones
sin recurrir a su pasado.

DCCC.
Deberás adquirir la cualidad de ignorar los consejos de tu
pasado y observarás el mundo desde una perspectiva impersonal,
neutral y expandida.

DCCCI.
Cuando el pasado te busque ignóralo, ya no tienes nada que decirle.

156
DCCCII.
Solo limítate a aprender de lo que ya pasó.

DCCCIII.
El pasado sin rencor, el futuro sin temor y el presente con amor.

DCCCIV.
Si haces de esto una realidad en tu vida, el universo conspirará para
ayudarte a llegar a donde eliges llegar.

DCCCV.
La libertad no se implora, se conquista.

DCCCVI.
La vida puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero debe ser
vivida mirando hacia adelante.

DCCCVII.
Ten fe en ti mismo y en tus obras (que solo son para el bien) y ellas
serán vistas por el padre.

157
DCCCVIII.
Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo mismo
que desaprueba.

DCCCIX.
Cada uno de nosotros apoye a su prójimo en lo que sea bueno
para edificarse.

DCCCX.
Desafíate a ti mismo.

DCCCXI.
La tierra de la familiaridad pertenece a los dormidos.

DCCCXII.
Toma acción o más adelante te lamentarás, dando las mismas excu-
sas, en lugar de celebrar tu progreso.

DCCCXIII.
Comprométete con tu auto transformación (y la disciplina que con-
lleva) para el resto de tu vida.

158
DCCCXIV.
Da evidencia de tu progreso con hechos y no con teorías ni sermones.

DCCCXV.
El hombre que mueve montañas comienza cargando pequeñas piedras.

DCCCXVI.
Escucha siempre tu sentir, no todo es lógico.

DCCCXVII.
Hay un mundo entero de cosas que desafían la lógica, siempre man-
tén la mente abierta.

DCCCXVIII.
Jamás intentes tomar atajos.

DCCCXIX.
Para observar el camino correcto, adquiere la cualidad de separarte
de ti mismo y desde ahí observar.

DCCCXX.
No tomes el camino fácil.

159
DCCCXXI.
Si el trayecto no está siendo difícil, te has equivocado de camino.

DCCCXXII.
Los caminos del progreso no son ni rápidos ni fáciles.

DCCCXXIII.
Se puede identificar a un hombre, no por lo que hace, sino por no
hacer lo que tiene que hacer.

DCCCXXIV.
El éxito no es algo que persigues, es algo que atraes cuando te tras-
mutas en una persona consciente.

DCCCXXV.
De la conciencia nacen todos los demás ingredientes necesarios para
el éxito. Así, lo que estás buscando, también te buscará a ti.

DCCCXXVI.
Si eres capaz de creer, eres capaz de vencer.

DCCCXXVII.
Debes tomar acción, ya que, de lo contrario, la sabiduría se disipa.

160
DCCCXXVIII.
La disciplina enseña a capturar la emoción.

DCCCXXIX.
Ser amoroso, es ser más que una persona justa.

DCCCXXX.
Presta mucha atención; recuerda que la oscuridad no engaña, ES EL
ENGAÑO MISMO.

DCCCXXXI.
Lo que te sepa a algo que no te dé certeza, cuestiónalo rigurosamen-
te y recuerda que hoy en día se pueden crear cualquier tipo de ma-
ravillas, siempre y cuando cuentes con los recursos y la tecnología.

DCCCXXXII.
No permitas que la oscuridad te desvíe mediante en el engaño y
la ilusión.

DCCCXXXIII.
Se puede engañar al mundo, pero no a la verdad.

161
DCCCXXXIV.
La verdad a medias es la más cobarde de las mentiras.

DCCCXXXV.
Por sus acciones los conocerás.

DCCCXXXVI.
Oponte firmemente a cualquier cosa o proyecto que tienda a com-
prometer tu libertad, tu bienestar o tu privacidad.

DCCCXXXVII.
Abre la posición mental que estás manteniendo y el velo poco a
poco caerá.

DCCCXXXVIII.
En un mundo egoísta, manipulador y regido por la ambición, todas
las expresiones implantadas (que actualmente son tu prisión), están
teñidas de estas inmundas cualidades.

DCCCXXXIX.
Solo la luz contiene la cualidad de desaparecer la oscuridad.

162
DCCCXL.
Gana tus batallas personales y en conjunto con los demás, toda la
transformación planetaria irá sucediendo.

DCCCXLI.
No se puede realizar una profunda y permanente transformación en
un planeta dividido. Todos necesitan de todos.

DCCCXLII.
Las palabras comunican, el ejemplo arrastra.

DCCCXLIII.
Existen ciertas cosas al alcance del entendimiento de los seres hu-
manos que nadie te puede enseñar, solo las llegarías a conocer como
resultado de tu propio anhelo genuino de la verdad y sus acciones co-
rrespondientes, todo supeditado a la balanza de la justicia cósmica.

DCCCXLIV.
¿Qué haces cuando nadie está mirando? Ahí es donde generarás la
verdadera diferencia.

DCCCXLV.
Tienes el poder de cambiar al mundo porque si cambias tú, en ver-
dad cambia el mundo entero.

163
DCCCXLVI.
Los eventos micros siempre repercuten en el macro.

DCCCXLVII.
Como es de arriba es de abajo.

DCCCXLVIII.
A partir de ahora, mira todo como si fuera la primera vez. Desde lo
interior hacia lo exterior.

DCCCXLIX.
Los nuevos comienzos suelen estar disfrazados de finales dolorosos.

DCCCL.
Jamás ha sido ser mejor que otros, eso es solo una ilusión mental
completamente falsa.

DCCCLI.
Esfuérzate en ser mejor de lo que tú eres ahora, a través de tu propia
transmutación, decidida, trabajada y lograda por ti mismo.

164
DCCCLII.
Nadie es mejor que nadie, son procesos diferentes con cualidades
diferentes, eso es todo.

DCCCLIII.
Este es un camino completamente personal.

DCCCLIV.
La auténtica paz, solamente se puede encontrar a través de una re-
lación personal directa con el Padre, la cual estás desarrollando de
manera real y tangible en este instante.

DCCCLV.
Todos los seres humanos son espejos de ti mismo.

DCCCLVI.
Todos los seres humanos, al igual que tú, tienen como objetivo en
común mejorarse a sí mismos.

DCCCLVII.
Probablemente esta es la revelación más grande; “El anhelo ardiente
del Padre es atestiguar tu manifestación”.

165
DCCCLVIII.
El que quiere hacer algo busca una forma, el que no una excusa.

DCCCLIX.
Cuando has trabajado ya en ti mismo, en sanar tu pasado y cuando
ya has hecho una conexión real y perceptible, con tu corazón y es-
píritu, estarás listo para encarar tu verdadero propósito de existir.

DCCCLX.
Sentirás una voluntad de hacer, lo que sea necesario, para servir y
mostrar tus capacidades y dones.

DCCCLXI.
El secreto es dar desde el corazón y no por sentirte comprometido.

DCCCLXII.
Dando desde el corazón activa el mecanismo divino que da y
multiplica.

DCCCLXIII.
El universo siempre nos está dando oportunidades para experimen-
tar esto y expresarlo.

166
DCCCLXIV.
La generosidad no debiera de ser un acto, sino una forma de vida.

DCCCLXV.
Ten mucho cuidado con la tendencia de la mente a pensar demasiado
y a ser obsesiva.

DCCCLXVI.
Confía siempre en cada experiencia que cruce por tu vida ya que
siempre hay algo ahí para ti.

DCCCLXVII.
Nada llega por casualidad a tu vida, todo tiene un propósito.

DCCCLXVIII.
No estás solo, cada vez más hermanos tuyos están siendo llamados a
dejar atrás sus viejas vidas, para dar un paso adelante y apoyar a sus
hermanos, en este trascendental momento del planeta.

DCCCLXIX.
Estás siendo llamado a ser un verdadero hermano de tus hermanos.

167
DCCCLXX.
Eres llamado en este instante a ser parte del amor cósmico.

DCCCLXXI.
Este es el camino de amor, que te llevará al amor (a Dios).

DCCCLXXII.
El amor es la ruta difícil y escarpada que llega a la plenitud.

DCCCLXXIII.
Debemos realizar en conjunto las elecciones apropiadas para con el
porvenir de nuestra sociedad.

DCCCLXXIV.
Somos nosotros los que de alguna forma otorgamos poder a las per-
sonas que controlan y manipulan al planeta en general.

DCCCLXXV.
El poder de los controladores no cae a ellos desde el cielo. Es el re-
sultado de las elecciones y acciones que se han tomado hasta ahora,
como sociedad.

168
DCCCLXXVI.
La situación actual general del planeta es el resultado de las decisio-
nes que han sido tomadas en conjunto.

DCCCLXXVII.
Tenemos todo el derecho a cambiar lo que ya no funciona, es decir,
lo que no esté alineado con la experiencia de amor y justicia en sus
diferentes manifestaciones.

DCCCLXXVIII.
Los cambios a nivel individual que se hagan el día de hoy traerán un
mañana diferente.

DCCCLXXIX.
Comienza todo por cada individuo, comienza realmente por ti, por-
que las civilizaciones están compuestas por seres individuales.

DCCCLXXX.
El Padre no requiere de nada, pues Él lo es todo.

DCCCLXXXI.
Dios no requiere de nada, sin embargo, se complace en ver como
de manera personal y genuina, sus hijos mueren en sí mismos, para
adoptar, día con día, una vida llena de conciencia y santidad.

169
DCCCLXXXII.
Vivir en santidad es una tarea ardua y complicada, sin embargo,
llena de gozo y plenitud.

DCCCLXXXIII.
La santidad consiste en vivir haciendo la voluntad de Dios Padre
con alegría.

DCCCLXXXIV.
El siguiente paso a dar es actuar (de manera conjunta y firme) en la
voluntad del Padre.

DCCCLXXXV.
El formato de la comunidad moderna se puede cambiar fácilmente,
si existe un consenso general en esto.

DCCCLXXXVI.
Debemos transformar gradualmente nuestra comunidad global al
modelo que vive una sociedad altamente evolucionada.

DCCCLXXXVII.
Hagamos una realidad un mundo donde se viva permanentemente
en paz e igualdad.

170
DCCCLXXXVIII.
Vivamos en una sociedad que sea digna del mundo entero.

DCCCLXXXIX.
El mundo entero deberá ser una gran hermandad, con nuevas cimas
a conquistar.

DCCCXC.
Cuando una persona alcanza la realización, se libera espiritualmente.

DCCCXCI.
Debes diariamente poner esfuerzo y atención, en tu desarrollo per-
sonal y espiritual.

DCCCXCII.
Trabaja desde tu actividad profesional, para favorecer el desarrollo
positivo de tu comunidad.

DCCCXCIII.
Es un error pensar que solo un prototipo de persona es el adecuado,
ya que siempre existirán innumerables perfiles profesionales necesa-
rios e igualmente indispensables.

171
DCCCXCIV.
Todos los perfiles profesionales son equivalentemente valiosos.

DCCCXCV.
La constante mejora personal es la clave para una vida radiante.

DCCCXCVI.
Pequeñas mejoras diarias crean grandes resultados con el tiempo.

DCCCXCVII.
Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca a donde quieres
estar mañana.

DCCCXCVIII.
Crecer espiritualmente te lleva a la plenitud.

DCCCXCIX.
Cuando no podemos cambiar una situación tenemos el desafío de
cambiarnos a nosotros mismos.

172
CM.
Todo está dentro de ti: el conocimiento, la motivación, el altruismo,
la determinación, la disciplina, el amor y todas las cualidades her-
mosas necesarias para lograr tu objetivo.

CMI.
En estas cualidades se muestra parte del rostro divino.

CMII.
Porque dentro de ti se encuentra Dios Padre.

CMIII.
La verdad es experiencia real en los seres humanos.

CMIV.
Con tu trabajo constante serás más allá del ego, del deseo y del cuer-
po que te ha prestado la vida.

CMV.
Los seres realmente sabios, buenos y despiertos se distinguen por
ser humanistas.

173
CMVI.
Cuidado en dar valor y creer en cosas supuestamente divinas y solo
son creaciones artificiales.

CMVII.
Estos preceptos de ningún modo son mandamientos, leyes o reglas.

CMVIII.
El Padre no impone reglas, ofrece dirección y sabiduría.

CMIX.
No vengo a pedirte que creas hacia afuera.

CMX.
He venido a recordarte que el verdadero templo eres tú mismo

CMXI.
La verdadera oración únicamente se encuentra en tus buenas acciones.

CMXII.
La verdadera oración es tu trabajo contigo mismo y la entrega sin-
cera que hagas a las necesidades de aquellos que son más débiles.

174
CMXIII.
Por eso debes orar a diario de esta forma.

CMXIV.
No he venido a llenarte el corazón con ilusiones, ni fantasías la cabeza.

CMXV.
He venido a decirte que la puerta del universo se ha abierto y ha
dicho: demos entrada al periodo, en el que el hombre tome con-
ciencia de la humanidad y se olvide de sí mismo, para ser en todos
sus hermanos.

CMXVI.
Tú eres la nueva semilla que prepara la escuela del mundo, para
acoger al nuevo hombre.

CMXVII.
He venido a dar dirección a las almas listas como la tuya y a ense-
ñarte a vivir entre los hombres con verdad y propósito.

CMXVIII.
A darte la certeza que requieres para que tus pasos caminen en
suelo firme.

175
CMXIX.
Vengo a consolarte y a darte fuerza, para que las cargas del su-
frimiento te sean más livianas a través del perdón, esperanza y
entendimiento.

CMXX.
Paz y amor a todos los seres que aún no saben ver aquello que lo
une todo.

CMXXI.
La ignorancia es lo que separa al hombre del ser humano.

CMXXII.
Despierta diariamente siendo consciente del adversario que vive
dentro de ti.

CMXXIII.
Enciende tu corazón, límpialo y prepárate con determinación y valor
para pronto hacer sacrificios por amor.

CMXXIV.
Primero, sacrifica tu verdad por la verdad.

176
CMXXV.
El mayor miedo de la humanidad es abrir la cortina del conocimien-
to y descubrir que todo en lo que creían, nunca existió. Sin embargo,
es esa la realidad.

CMXXVI.
Ya estás listo para recibir esta verdad.

CMXXVII.
Cuando se unan uno a uno todos sus sacrificios, se conseguirán ver-
dades experienciales en el planeta, que hasta el propio Padre se sen-
tirá orgulloso y halagado.

CMXXVIII.
Qué grande es un corazón que en medio de la tormenta conserva
la calma.

CMXXIX.
El silencio interior deberás encontrarlo también en medio de los rui-
dos, de las voces y de los gritos.

CMXXX.
Toma todas las palabras contenidas en este libro y ponlas en tu co-
razón y al escucharlas, ya no oirás hacia afuera, sino hacia adentro.

177
CMXXXI.
Para encontrar la calma interior, no vayas a donde todo es calmo,
sino a donde no hay paz y sé tú la paz.

CMXXXII.
De esta forma, como en todo lo demás, la encontrarás al darla.

CMXXXIII.
Y la tendrás en la medida que otros la necesitan de ti para calmarse.

CMXXXIV.
¿Crees que destruyendo la naturaleza halagas a nuestro creador?

CMXXXV.
Las criaturas no fueron puestas en la tierra para abusar de ellas.

CMXXXVI.
Hay que utilizar lo necesario para alimentarse, pero no debes dejarte
llevar por la avaricia porque desequilibra la tierra.

CMXXXVII.
El verdadero altar, para el Padre eterno, es la misma naturaleza cui-
dada y respetada.

178
CMXXXVIII.
Más se alegra el Padre dejando cada flor y cada animal y cada her-
mano tuyo donde están, que cortando sus vidas.

CMXXXIX.
¿No comprendes que dejas la muerte y te llevas la vida?

CMXL.
¿Acaso un hermoso valle lleno de árboles, flores y criaturas perfec-
tas no es ya un altar?

CMXLI.
Que en el nuevo mundo que está por venir, sean los seres verdadera-
mente humanos y despiertos los que decoren todo con su presencia.

CMXLII.
Porque es verdad que una pobre casa llena de amor, supera por mu-
cho a un palacio lleno de flores.

CMXLIII.
La mejor vida no es la más duradera, sino la que está repleta de
buenas acciones.

179
CMXLIV.
Si quieres comprender realmente qué es el camino; el camino es la
mente normal.

CMXLV.
La mente normal es la mente que no se encuentra influenciada por
conocimientos implantados y artificios. Sin juicios de valor subjeti-
vos, sin apegos ni rechazos.

CMXLVI.
Existen dos opciones, dominar la mente o ser dominado por ella.

CMXLVII.
Debes saber que el Padre jamás te ha abandonado; nunca se ha apar-
tado de ti.

CMXLVIII.
El padre siempre yace en ti, en tu corazón.

CMXLIX.
No te dejes llevar por las apariencias con las que se visten las cosas
de este mundo.

180
CML.
Debes aprender a distinguir debajo de las apariencias.

CMLI.
El Padre puede estar oculto a los ojos de la carne, más no para los
ojos del espíritu.

CMLII.
El Padre también se revela en tu sentir, en tus sentimientos.

CMLIII.
Cuando experimentes una sobre abundancia de emociones, sensibi-
lizadas por amor, ahí se encuentra la revelación de una verdad.

CMLIV.
Ahí se encuentra el Padre comunicándose contigo.

CMLV.
Solo siéntelo hablar contigo, a través del amor que emana dentro de
ti en ese instante.

CMLVI.
Así comenzarás a entender su lenguaje y a notar donde reside.

181
CMLVII.
Puede estar tu maestro muy cerca, sin que lo logres reconocer.

CMLVIII.
Hay un viejo proverbio que dice: cuando el discípulo está preparado
aparecerá el maestro.

CMLIX.
Más yo te pregunto: ¿no será que el maestro nunca nos abandonó y
era únicamente nuestra ignorancia lo que lo mantenía oculto?

CMLX.
Cuando busques verdad hazlo en ti.

CMLXI.
Cuando quieras encontrar el secreto de la verdad, ve a los demás.

CMLXII.
Cuando descubras el secreto de Dios, dales a los demás como regalo
tus logros y tus hallazgos y a cambio, no pidas absolutamente nada,
ni siquiera su alegría.

182
CMLXIII.
Porque haciendo esto, caminas tu camino, que es el camino que tra-
zó la luz para ti.

CMLXIV.
Ofrece en cada momento tu boca y tus recursos a quien lo necesite.

CMLXV.
Antes de hablar cualquier cosa de alguien, mírate bien a ti mismo
primero y ponte en su lugar.

CMLXVI.
Te darás cuenta de que muy probablemente, en ese caso, harías lo
mismo que él hace.

CMLXVII.
Mejor ayúdalo a levantarse de sus tropiezos y aprende de ellos para
que no tropieces después con la misma piedra.

CMLXVIII.
Recuerda que es un camino largo y desafiante.

183
CMLXIX.
Cuando hagas algo, siempre que tu corazón palpite en ello.

CMLXX.
Cuando des algo de valor, que tus más hermosas y sublimes vibra-
ciones se fundan y vuelen en ello, porque tu Padre te mira y las
lágrimas de alegría fluyen a través de sus ojos divinos.

CMLXXI.
Tu Padre siente lo que verdaderamente sale de tu corazón y está en
ti en ese momento, ya que ha sido convocado.

CMLXXII.
No dejes que los ojos te engañen, ni dejes que los oídos te engañen,
ni dejes que te engañen los pensamientos que pasan por tu mente
simplemente teñidos de las circunstancias.

CMLXXIII.
Jamás dejes de ser tú mismo.

CMLXXIV.
Esta voz es la voz de la vida.

184
CMLXXV.
La información, en este documento descrita, son los pasos que debe
considerar el hombre que anda buscando al hijo del hombre.

CMLXXVI.
Despierta al hijo de Dios que está en tu interior, aunque todos los
sentidos te hagan todavía creer que está afuera.

CMLXXVII.
Solamente las almas más grandes, generosas e infinitas, se atreven a
aspirar a uno de los más grandes ideales: la honestidad.

CMLXXVIII.
Es un principio que otorga un gran señorío y valor a quien lo porta.

CMLXXIX.
El principio de honestidad no está hecho para cobardes y mediocres.

CMLXXX.
No te preguntes que le vas a heredar a tus hijos, pregúntate que hijos
le vas a heredar a este planeta.

185
CMLXXXI.
Pregúntate: ¿por qué existes? ¿Por qué el Padre te llama ahora? ¿Por
qué estás en este tiempo y en este espacio? ¿Por qué en esa nación?
¿Por qué en este planeta?

CMLXXXII.
¿Por qué está información hoy y ahora? ¿Por qué de este modo?

CMLXXXIII.
No naciste para sufrir ni para corromperte.

CMLXXXIV.
Hoy más que nunca, este planeta requiere seres dignos y verticales,
no dispuestos a vivir en una realidad que no es parte de la mejor
versión de ellos mismos.

CMLXXXV.
Es momento de seres humanos que trabajen para la mejor versión de
todos juntos como sociedad.

CMLXXXVI.
Llegó la época de vivir entre seres de luz que jamás vivirán ciegos
y de rodillas.

186
CMLXXXVII.
Se requiere de personas que den todo por cumplir con su misión
histórica.

CMLXXXVIII.
Seres humanos listos a sacrificar todo lo banal por llegar a su cita
con la propia creación.

CMLXXXIX.
Es un momento de hombres con inteligencia y valor.

CMXC.
Criaturas hermosas y valientes que desafíen a la oscuridad y al futuro.

CMXCI.
Seres expandidos con dignidad, determinación y amor.

CMXCII.
No perdiste a nadie, el que murió simplemente cerró su ciclo en el
planeta y de ninguna manera ha perdido su existencia.

187
CMXCIII.
Además, lo mejor de la persona que partió, el amor, seguirá por
siempre en tu corazón.

CMXCIV.
No hay muerte, es solo una mudanza, del otro lado te esperan expe-
riencias extraordinarias.

CMXCV.
La muerte no debe considerarse como algo antinatural e inoportuno.

CMXCVI.
Evidentemente, con la muerte terrenal, la persona será extrañada,
pero su partida no es un error cósmico.

CMXCVII.
La vida no tiene una explicación científica.

CMXCVIII.
Por lo que no se ve, sucede lo que vemos y existe.

CMXCIX.
Por el amor (que no se puede ver), tienes existencia.

188
M.
El paraíso no está perdido sino olvidado.

MI.
¡Felicidades!, has recibido un regalo.

MII.
Mantente alerta a partir de este instante y pronto lo verás manifestado.

MIII.
Nada es casualidad, todo es causalidad.

MIV.
Es un momento ideal para agradecer por adelantado lo que ya es y
aplicar lo que ya ahora sabes.

MV.
Este es un buen día para empezar de nuevo.

MVI.
Siempre vale la pena volver a empezar una y mil veces mientras
tengas la oportunidad de seguir existiendo.

189
MVII.
Si no te sacrificas por tu sueño, entonces tu sueño se convierte en
tu sacrificio.

MVIII.
Desafortunados aquellos que tristemente intentan salirse del sende-
ro de su destino y han estado evadiendo la realidad.

MIX.
Hermano, no dejes que te venza el lado oscuro de la vida, porque tú
eres la vida.

MX.
No dejes que te venzan las pesadillas, porque pasan.

MXI.
No olvides que los momentos duros tienen la finalidad de moldearte.

MXII.
Una vez que comprendas que jamás nada sucedió para lastimarte,
llegarás a agradecer todos aquellos golpes que alguna vez maldecías.

190
MXIII.
Los golpes de la vida harán también de ti una vasija donde algún día
pueda beberse la luz.

MXIV.
Elimina de tu vida aquello que te aleja de lo más bello de tu ser y del
propósito de tu existencia.

MXV.
Regresa al camino, y la misma vida te irá poniendo en aquellos sitios
donde puedas pulir tu ser y abrillantar tu esencia.

MXVI.
Actúa inmediatamente, que las personas que te aman te esperan, tus
hermanos esperan tu ejemplo y el Padre siempre confía en ti.

MXVII.
Debes saber que no todo lo que es considerado malo es malo.

MXVIII.
Ni todo lo bueno es bueno.

191
MXIX.
Si no tienes esto siempre en mente, podrías llegar a estar constante-
mente perdido en lo que buscas.

MXX.
Tendrás muchos conocimientos que deberás ir abandonando en
el camino.

MXXI.
Habrá muchas cosas de diferente tipo que tendrás que poner a un
lado, porque solo serán un peso y no un alivio en tu caminar.

MXXII.
Cada persona tiene que caminar su propio sendero, el cual eventual-
mente te llevara a escalar tu propia montaña y cuando llegue cada
uno a la cima de su montaña, todos veremos el mismo valle.

MXXIII.
El Padre nunca abandona a sus hijos.

MXXIV.
Hacer la voluntad del Padre te llevará por caminos raros, llenos de
piedras y obstáculos, pero si perseveras pronto vislumbraras la cima
de la montaña de la luz.

192
MXXV.
La mentira te arrastrará por caminos donde fácilmente podrás des-
cansar, pero jamás te llevarán a donde quieres llegar.

MXXVI.
El camino de la mentira hará que te olvides de tu crecimiento personal.

MXXVII.
Entre menos haces, menos quieres hacer y mientras menos te impo-
nes, menos deseos tienes de imponerte.

MXXVIII.
Si no te esfuerzas y comprometes de verdad, sin notarlo y poco a
poco, una vez más, te entregarás a la rutina y a la vida sin vida.

MXXIX.
Mientras no trabajes en tu crecimiento interior, tu existencia triste-
mente seguirá siendo solo un sueño.

MXXX.
Dichosos aquellos que son felices buscando la felicidad.

193
MXXXI.
No puedes esperar hasta que la vida no sea difícil para decidir
ser feliz.

MXXXII.
Deja que cada momento ponga en ti aquello que te trae.

MXXXIII.
No lo juzgues ni rechaces, tómalo, fluye, confía.

MXXXIV.
Da a cada momento aquello que te pide.

MXXXV.
Camina el suelo con los pies, pero el camino del crecimiento hazlo
con el espíritu.

MXXXVI.
El dolor y la amargura que martiriza a cada ser, viene a darse como
consecuencia de su vida mal organizada y carente de propósito.

MXXXVII.
El verdadero dolor es lo que no conoces de ti mismo sabiendo que existe.

194
MXXXVIII.
A veces el dolor es un desahogo para el espíritu.

MXXXIX.
Los que ignoran las leyes de la vida, creen que el dolor es un castigo,
por eso corren a combatirlo a cualquier costo.

MXL.
Terminas aprendiendo mucho más del dolor que de la bonanza.

MXLI.
Las personas conscientes aceptan el dolor porque pueden ver más allá.

MXLII.
Los seres que llegan a bendecir el dolor es porque alcanzan a vislum-
brar la bendición que trae.

MXLIII.
Lo que está escrito, escrito está, pero lo que se está escribiendo sí se
puede modificar.

MXLIV.
No pienses en el sacrificio de hoy, sino en la gloria que mañana te traerá.

195
MXLV.
No pienses en el placer de hoy, sino en el dolor que mañana te traerá.

MXLVI.
Si vives en angustia, verás angustia en cada persona.

MXLVII.
Si vives con calma, también te encontrarás viviendo la calma en
los demás.

MXLVIII.
Si tu cabeza es la guarida de pensamiento de odio, rencor o en-
vidia, por donde camines solo verás pasar odio, rencor y en cada
esquina envidia.

MXLIX.
Limpia tu mente y todo se limpiará, limpia tu corazón y todo se lim-
piará, limpia tu cuerpo y todo estará limpio.

ML.
No existe mejor plataforma personal para comenzar de nuevo que
iniciar completamente limpio.

196
MLI.
Ignorante, es aquel que viendo todo afuera sucio, no se da cuenta de
su propia suciedad, no entiende que él mismo está sucio y que su luz
se encuentra completamente atenuada.

MLII.
Ignorantes, son aquellos que pretenden limpiar su vida, en la vida
de los demás y que piensan todos los días y noches que el mal está
afuera de ellos y no en su corazón.

MLIII.
Cuanto aprendería un espíritu que critica, si supiera que solo se está
criticando a sí mismo en voz alta ante el universo.

MLIV.
Cada cosa tiene su lugar y cada uno tiene su camino.

MLV.
Solo aquel que no conoce aún su camino, presta constantemente
atención a los caminos de otros.

MLVI.
Bendito el día que encuentres tu camino, porque es el día que te has
vestido de ropas blancas y has nacido de nuevo.

197
MLVII.
Solo a partir del momento en que encuentras tu camino y te compro-
metes de verdad, tus ojos serán la vida que mira la vida.

MLVIII.
Cuando des algo, debes saber siempre que tan solo eres el medio,
pues aquello que das siempre le pertenece a la vida y no proviene
de ti.

MLIX.
Son muchos los que creen, absurdamente, que son dueños de aquello
que en ilusión poseen.

MLX.
Quien cree que lo que posee es suyo, sin notarlo, solo se está hacien-
do daño.

MLXI.
Si das algo incondicional y sin negocio alguno, debes saber que solo
estás siguiendo la voluntad del Padre.

MLXII.
Si guardas para ti, lo que por justicia le pertenece a los demás, es la
inequívoca señal que en realidad tú estás más necesitado que ellos.

198
MLXIII.
Los demás sin darte nada, son realmente los que te están dando.

MLXIV.
Son ellos, los que reciben de ti, los que en verdad dan vida y multi-
plican todo lo bueno y santo que llega a tu vida.

MLXV.
Alimenta en este preciso momento tu espíritu con estas palabras.

MLXVI.
¿Qué sería de aquellos que dan, si no hubiese nadie a quien dar?

MLXVII.
Los que están para recibir, no son quizás aquellos que siempre dieron.

MLXVIII.
Solo desea un único camino para tu vida.

MLXIX.
Solo un vuelo para tu espíritu y solo una voz.

199
MLXX.
Aprende a desprenderte sin pedir nada a cambio.

MLXXI.
El hombre es infeliz, porque siempre pide más de aquello de lo que
se le puede dar.

MLXXII.
Los sabios no lo son porque saben más cosas, sino porque profundi-
zan y dominan más el saber que se les ha dado.

MLXXIII.
¿Qué culpa tienen los animales enjaulados, en no tener en el hombre
a un rey, sino a un tirano?

MLXXIV.
Cuántos seres humanos avaros no comparten, ni se dan a sí mismos.

MLXXV.
Cuántos disfrutan su abundancia a escondidas, para que los demás
no la vean.

200
MLXXVI.
El pobre carece de muchas cosas, pero el avaro carece de todo.

MLXXVII.
La avaricia siempre lo pierde todo, por quererlo todo.

MLXXVIII.
Vive con verdadera santidad, tan solo como una pequeña muestra de
agradecimiento al Padre, por todo lo que te ha dado.

MLXXIX.
En verdad te digo, que vivir en santidad, es siempre agradable a sus
divinos ojos.

MLXXX.
El único pájaro que se atreve a picotear al águila es el cuervo.

MLXXXI.
Se coloca siempre por atrás, en su espalda y desde ahí ataca.

MLXXXII.
Sin embargo, el águila no responde, ni lucha con el cuervo.

201
MLXXXIII.
No gasta su tiempo, ni energía, en su atacante.

MLXXXIV.
Simplemente abre sus alas y comienza a elevarse, cada vez más alto
en los cielos.

MLXXXV.
Cuanto más alto es el vuelo, más difícil es para el cuervo respirar.

MLXXXVI.
No seas de los que cortan su tiempo de una forma y obligan a los
demás a que lo corten de la misma forma.

MLXXXVII.
No seas fanático de los conocimientos.

MLXXXVIII.
Vale más una acción genuina de amor que cien libros memorizados.

MLXXXIX.
Si una persona no sabe lo que se supone debe saber, respétala.

202
MXC.
Absolutamente todos somos ignorantes en cierta medida.

MXCI.
No caigas en la tentación de corregir a otros.

MXCII.
Un gramo de bondad vale más que una tonelada de intelecto.

MXCIII.
Conviértete en un ser humano lleno de acciones virtuosas.

MXCIV.
Comprende de fondo aquello que le da origen a cualquier información.

MXCV.
Las personas obsesionadas con la información son como las flores
artificiales, desde lejos se ve que son flores genuinas, pero si te acer-
cas y observas, sabrás que solo es la apariencia.

MXCVI.
Tan solo se sabe el nombre de un camino cuando se recorre.

203
MXCVII.
La vanidad no es otra cosa que el vestido con que se cubren las cosas
para ser deseadas.

MXCVIII.
La vanidad hace que las cosas sean deseadas, más no amadas.

MXCIX.
El desear ser deseado es foco de egoísmo.

MC.
No tengas deseo por las apariencias, sino por lo que mora en el inte-
rior del individuo.

MCI.
No alientes la vanidad entre tus hermanos.

MCII.
Los seres banales se visten de belleza y se pasean con todo tipo de
adornos, lujos, piedras preciosas, grandes y costosas cosas materia-
les, caras hermosas y cuerpos exuberantes.

204
MCIII.
Míra a los ojos a los seres egocéntricos y verás que, en el fondo,
únicamente hay inestabilidad y vacío.

MCIV.
En las personas vanidosas y egocéntricas jamás habla ni el corazón,
ni el amor, a través de ellos.

MCV.
La vanidad es para los que no tienen nada más que ofrecer.

MCVI.
Es una desgracia que sus naciones únicamente se unan para enfren-
tarse y no para defender la unidad de todas las cosas.

MCVII.
Se unen los países para luchar unos contra otros, pero no para limar
asperezas y desde ahí construir el nuevo mundo.

MCVIII.
Cuando se llegan a reunir los dirigentes de las naciones, solo lo ha-
cen con palabras y formulismos vacíos.

205
MCIX.
En el corazón de la mayoría de sus líderes mundiales solo existe el
egoísmo y la ambición.

MCX.
Las naciones solo se apoyan unas a otras, con fines egoístas, que los
deterioran en lugar de empujarlos a alcanzar una nueva y mejorada
versión de ellos mismos.

MCXI.
La verdadera conciencia colectiva es olvidarnos de nosotros mis-
mos, para en conjunto servir al mundo.

MCXII.
La conciencia colectiva real es amarnos profundamente en nuestro
prójimo.

MCXIII.
Cuántos muertos más se necesitan para que entendamos que si no
tomamos acción inmediata estaremos muy pronto al borde de la ex-
tinción y, por lo tanto, del fracaso como especie.

206
MCXIV.
Tristemente le hemos dado completamente la espalda a la supera-
ción global (como raza cósmica).

MCXV.
Nuestro padre viene a decirnos que no estamos avanzando hacia el
camino correcto como sociedad.

MCXVI.
¿Cuánto tiempo más? ¿Cuántas vidas más? ¿Cuánto sufrimiento
más? ¿Cuánto dolor y necesidad más se necesita para tomar la deci-
sión de embellecer nuestro templo y nuestro hogar?

MCXVII.
Es ahora o nunca. Tenemos que obtener el poder de aprender, ser
educados y perseverar.

MCXVIII.
Es momento de romper las cadenas que nos siguen manteniendo en-
cerrados en esta prisión.

MCXIX.
Desafortunados serán aquellos que por fines ambiciosos y egoístas
dan falso testimonio de los demás.

207
MCXX.
Los que actúan calumniando, son dignos de la lástima del cielo, por-
que no merecen tener habla.

MCXXI.
Los que dan falso testimonio estarán irremediablemente a merced
de la implacable justicia cósmica.

MCXXII.
No des falso testimonio de tu prójimo o eventualmente terminarás
perdiéndolo todo.

MCXXIII.
Debes saber que la palabra malvada puede hacer más daño que todo
el fuego del mundo unido.

MCXXIV.
Cuida a los seres justos, arrópalos, compréndelos y defiéndelos y así
entonces tú también serás en su momento arropado, comprendido
y defendido.

MCXXV.
Durante muchos eones de tiempo va despertando el espíritu y va
tomando conciencia de su eternidad.

208
MCXXVI.
Lo único que te apega a la materia es la ignorancia.

MCXXVII.
La ignorancia es la creadora de dolor, envidia, pereza, gula y todo
aquello que mantiene animalizado al hombre.

MCXXVIII.
Trasciende la ignorancia y caminarás el sendero de conocerte a ti
mismo, tal como realmente eres.

MCXXIX.
Transitando la vereda del conocimiento te permitirá saber por fin el
por qué, y el para qué, de tus continuas existencias en estos mundos.

MCXXX.
Si supiera una flor, que su sacrificio es el que hace nacer el fruto,
¿Acaso crees que sufriría al desprenderse de sus pétalos?

MCXXXI.
Tus vidas solo son un tránsito para más sagrados destinos.

209
MCXXXII.
En cada existencia, debes de irte limpiando, cada vez más.

MCXXXIII.
No seas como aquellos, que adoran la ignorancia y la colocan como
primera en su vida y la reconocen como la razón.

MCXXXIV.
La ignorancia tarde o temprano vendrá por ti y te dirá; ven conmi-
go, porque yo tapé tus ojos al conocimiento, pero te di todo lo que
me pediste.

MCXXXV.
La vida no se mide en minutos, se mide en momentos bellos.

MCXXXVI.
Que a partir de ahora todos tus días sean soleados (en plenitud) y no
días con lluvia (en error).

MCXXXVII.
Los días soleados suceden gracias a tu comportamiento, el cual se
encuentra en armonía con el conocimiento de la luz, donde tú mismo
eres la luz que ilumina tu entorno.

210
MCXXXVIII.
Mantente alejado de días lluviosos (donde tus acciones y comporta-
mientos son la morada del adversario).

MCXXXIX.
El futuro no es fijo, se mueve con el libre albedrío del hombre.

MCXL.
El futuro no es estable y varía cuando una causa produce un resultado.

MCXLI.
Mira la causa que originaste y sin duda verás que todo simplemente
es su resultado inevitable.

MCXLII.
Asegúrate que los resultados que produzcas siempre sean causas de
resultados más perfectos.

MCXLIII.
El hombre podría predecir el futuro a través de las causas que pro-
vocan los resultados.

211
MCXLIV.
Siempre existirán pequeñas causalidades que podrían cambiarte
la vida.

MCXLV.
La pequeña parte de la verdad que ahora comienzas a distinguir no
es total ni completa y siempre es libre y dinámica.

MCXLVI.
Si alguien encadena la verdad, esta inmediatamente se aleja.

MCXLVII.
Dichoso quien concibió sin vientre y los pechos que no amamantaron.

MCXLVIII.
Quien blasfeme contra el Padre será perdonado, quien blasfeme con-
tra el hijo será perdonado, pero quien blasfeme contra el espíritu
santo, no será perdonado, ni en la tierra, ni en el cielo.

MCXLIX.
Jamás presumas de la luz que te alumbra, o permitas que la soberbia
te embriague.

212
MCL.
Si llegas a alardear de tus conocimientos serás indigno del camino y
este se retirará de tu vista inevitablemente.

MCLI.
La soberbia, siempre llega antes de la caída.

MCLII.
Hermano el Padre infinitamente amado te pide que vuelvas a ti, que
camines de regreso a la vida que da la vida (a casa).

MCLIII.
El Padre te ama, te invito a que en este momento hagas una pausa,
cierres los ojos y sientas su amor.

MCLIV.
Cambia las naturalezas, enciende tu espíritu y encontrarás lo
que buscas.

MCLV.
Aquí se encuentra el inicio de la gran obra.

213
MCLVI.
Siempre hay que perderlo todo para ganarlo todo.

MCLVII.
Levántate, porque hay otros que también te esperan en los caminos,
enséñales tú la voluntad de Dios Padre, con tu ejemplo.

MCLVIII.
Ama la verdad, ama la razón, ama la justicia y así inevitablemente te
encontrarás amando a Dios Padre.

MCLIX.
Ama toda su creación, a todo lo que anima y todo lo que Dios Padre
ama; y lo sentirás vivir en ti.

MCLX.
Gracias, Padre, por ayudarme a quitarme poco a poco las máscaras
que me fui poniendo hasta llegar a un punto de no reconocerme.

MCLXI.
Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol
de la vida.

214
MCLXII.
Así que “ven”.

MCLXIII.
Si alguno quisiera quitar, añadir, modificar o de alguna forma
cualquiera tergiversar el contenido de este libro, Dios Padre quita-
rá su nombre del libro de la vida y de todas las cosas que están
aquí escritas.

MCLXIV.
Lo que ahoga a alguien no es caer al río, sino mantenerse sumergido
en él.

MCLXV.
Pon siempre cerca de ti este testimonio, en tu boca y corazón.

MCLXVI.
Dichosos los que le han visto, experimentado y los que han escucha-
do estas palabras y las han observado.

MCLXVII.
Si te encuentras cumpliendo lo descrito en este documento debido a
que lo consideras como una ley (o mandamiento) estarás cometiendo
el más grande de los errores.

215
MCLXVIII.
Camina el camino del bien solo porque tu corazón te lo demanda.

MCLXIX.
Y ahora, respira por su pecho y mira por sus ojos, come por su boca
y camina con sus pies.

MCLXX.
Esta siempre ha sido la voluntad de nuestro amado Padre.

MCLXXI
Que Dios Padre siempre te bendiga y fortalezca.

MCLXXII
Los amo con todo mi corazón.

216
AHORA YA ESTÁS CONSCIENTE Y DIOS PADRE ESTÁ
CONSCIENTE DE QUE TÚ LO ESTÁS.

217
PADRE NUESTRO

Gracias por mi vida y por todo lo que existe en ella.


Sé que tú eres el origen de todo y todo es Dios.
Soy plenamente consciente de que estás y vives en todo.
También te agradezco por ayudarme a existir en la más elevada ver-
sión de mí mismo.
Por el bien mío, de todos y del todo.
Sé que la verdadera plenitud incluye la salud perfecta, la riqueza
perfecta y la alegría perfecta, adquirida a través del verdadero amor;
que eres tú.
Prometo hoy ante ti, actuar en las ideas recibidas y en todas las opor-
tunidades que vea. Completamente consciente de que son señales y
pistas de lo que una persona con amor, consciencia y en evolución
debe hacer.
Para continuar viviendo una vida llena de crecimiento, propósito,
amor, magia y milagros. Haciendo siempre tu voluntad, la cual aho-
ra ya reconozco.
Padre, pido para que todos mis hermanos también sean beneficiados
por tu luz.
Te ama sin medida, el más pequeño y agradecido de tus hijos.
Mi voluntad es que eternamente se haga tu voluntad.
Te doy gracias, amado Padre, con todo mi corazón por lo que ya es.

Amén

219

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