Está en la página 1de 31

norberto bobbio, nicola matteucci

y gianfranco pasquino

ABCDEFGHIJ
FGHIJKLM
NÑO
QRSTUVWXYZ
a b c d e f g h i j k l mn
ñop q r s t u v w x y z
siglo
veintiuno
Cámara de Diputados del S istema de B ibliotecas
editores
DICCIONARIO DE POLÍTICA

b ajo la direcció n de
N O R BER TO B O B B IO , NICOLA MATTEUCCI
y GIANFRANCO PASQUINO

nueva edición enteramente revisada y ampliada

redactores de la edición en español


JOSÉ ARICÓ, MARTÍ SOLER y JORGE TULA

traducción de
RAÚL CRISAHO, ALFONSO GARCÍA, MIGUEL MARTÍ,
MARIANO MARTÍN y JORGE TULA

siglo
veintiuno
editores
CÁMARA DE DIPUTADOS
grupo editorial
siglo veintiuno
siglo xxi editores, méxico siglo xxi editores, argentina
CERRO DEL AG U A 2 4 8 , ROMERO DE TERREROS, GUATEMALA 4 8 2 4 , C 1 4 2 5 BUP

0 4 3 1 0 MÉXICO, DF BUENOS A R E S , ARGENTINA


www.sigloxxieditores.com ,mx ww w .siglcxxieditcres.com .ar

salto de página biblioteca nueva anthropos


ALM AGRO 3 8 , 2 8 0 1 0 ALM AGRO 3 8 , 2 8 0 1 0 □FU TAC IÓ N 2 6 6 , BAJO S,

MADRID, ESPAÑA MADRID, ESPAÑA 0 8 0 0 7 BARCELONA, ESPAÑA


www.sattodepagina.com vwvw.bibliotecanueva.es www.anthropos-editorial.com
AUTORITARISMO 125

lar legitimo del poder no detenta el poder te, la disposición a la obediencia celosa a los
efectivo, y puede transform arse en "autori­ superiores y al respeto y a la adulación de
tarism o” en la medida en que la legitimidad todos los que detentan la fuerza o el poder;
es objetada y la pretensión de) superior al por la otra, la disposición a tra ta r con arro­
derecho de m andar se convierte, a los ojos de gancia y desprecio a los inferiores jerárqui­
los subordinados, en una pretensión arb itra­ cos y, en general, a todos los que están priva­
ria de mandar. dos de fuerza o de poder. Las ideologias auto­
ritarias, finalmente, son ideologías que nie­
bibliografía: J.S. Coleman, Authority sysiems, en gan de una manera más o menos decidida la
Public Opinión Quarterly, vol. xliv (1980), pp. igualdad de los hombres, ponen el mayor hin­
143-163; H. Eckstein, Authority patlerns: a struc- capié en el principio jerárquico, propugnan
tural hasis forpolitical inquiry, en American Poli- formas de regímenes autoritarios y a menu­
tical Science Review, vol. lxvii (1973), pp. 1142- do exaltan algunos elementos de la persona­
1161; T. Eschenburg, Dell'autoritá (1965), Bolo­ lidad autoritaria como si fueran virtudes.
nia, 11 Mulino, 1970; A. Etzioni, A comparative Una característica del a., común a los tres
analysis of complex organizations, Nueva York, niveles señalados, es el lugar central que ocu­
Free Press, 1961; C.J. Friedrich (comp.), Autho­ pa el principio de autoridad (v.) y, por lo mis­
rity, Cambridge. Harvard University Press, 1958: mo, la relación entre mando apodíctico y obe­
R. Sennett, Autoridad (1980), Madrid, Alianza. diencia incondicional. Aunque en este caso la
1983; H.E. Simón, ll comportameuto amminis- autoridad se toma en un sentido particular
trativo [1957), Bolonia, 11 Mulino, 1958; M. Stop- y restringido, ya que está ligada con una
pino, Le forme del potere, Ñapóles, Cuida, 1974. estructura política fuertemente jerárquica,
basada a su vez en la concepción de la desi­
[MARIO STOPPINO] gualdad de los hombres y que excluye o redu­
ce al mínimo la participación de la base en
el poder e implica, de ordinario, una marca­
da utilización de los medios coercitivos. Cla­
autoritarismo ro está que, por esta razón, desde el punto de
vista de los valores democráticos, el a. es una
i. p r o b l e m a s d e d e f in ic ió n . El adjetivo “autori­ manifestación degenerativa de la autoridad,
tario” y el sustantivo “a.” que se deriva de él una pretensión y una imposición de la obe­
se emplean sobre todo en tres contextos: la diencia que prescinde en gran parte del con­
estructura de los sistemas políticos, las dis­ senso de los subordinados y restringe la liber­
posiciones psicológicas relacionadas con el tad. Mientras que, desde el punto de vista de
poder y las ideologias políticas. En la tipolo­ una orientación autoritaria, el igualitarismo
gía de los sistemas políticos se suele llamar democrático es el que no es capaz de produ­
autoritarios a los regímenes que privilegian cir la "verdadera” autoridad. En este último
el aspecto del mando y menosprecian de un sentido, diversos autores propugnaron, espe­
modo más o menos radical el del consenso, cialmente en la Alemania de los años treinta,
concentrando el poder político en un hombre la doctrina del "estado autoritario". También
o en un solo órgano y restando valor a las ins­ la "personalidad autoritaria" fue presentada,
tituciones representativas: de ahí la reducción en parte, de manera anticipada por el psicó­
a la mínima expresión de la oposición y de la logo nazi E. R. Jaensch, quien en 1938 descri­
autonomía de los subsistemas políticos y la bió un tipo psicológico notoriamente pareci­
anulación o la sustancial eliminación de con­ do. juzgándolo de una m anera más positiva
tenido de los procedimientos y de las institu­ que negativa.
ciones destinadas a trasm itir la autoridad Existe, pues, un común denominador en el
política desde la base hasta lo alto. En senti­ significado que asume el término a. en los tres
do psicológico, se habla de personalidad auto­ contextos señalados. Sin embargo, no e> nece­
ritaria para indicar un tipo de personalidad sario adentrarse mucho en este sentido. Una
formada por diversos rasgos característicos base de significado común no quiere decir
y centrada en la unión de dos actitudes inti­ identidad y ni siquiera coherencia de signifi­
mamente relacionadas entre si: por una par­ cado. En este caso hay que tener en cuenta
126 AUTORITARISMO

el hecho de que el "a.” es uno de los concep­ Asi pues, una base de significado común no
tos que como el de "dictadura” y de "totali­ quiere decir plena coherencia de significado.
tarism o" han surgido o se han utilizado en Todavía es más importante destacar que la
oposición al de "democracia", queriéndose existencia de un fundo de significado comuri
con esto acentuar tanto un parám etro anti­ no conlleva la necesidad de la copresencia fac­
democrático como el otro; además del hecho tual de los tres niveles de a. Razonablemente
de que los confines de estos conceptos sean se puede suponer que exista una cierta con­
poco claros, y a menudo también inestables gruencia entre ellos; una personalidad auto­
en relación con los diversos contextos. En ritaria, por ejemplo, se sentirá a gusto pro­
nuestro caso son relevantes sobre todo las bablemente en una estructura de poder auto­
relaciones entre "a." y totalitarism o (v.J, ya ritaria y probablemente estará de acuerdo
que otras relaciones tienden a ser diversas en con una ideología autoritaria. Pero esto no
los tres niveles de a. mencionados. La aplica­ significa que los tres aspectos del a. estén
ción más amplia del significado de a. se siempre y de manera necesaria presentes al
encuentra en los estudios sobre la personali­ mismo tiempo. En qué grado y con qué fre­
dad v sobre las actitudes autoritarias. Aun cuencia los tres niveles de a. se presentan jun­
cuando el concepto de "personalidad autori­ tos o separados en las distintas situaciones
taria" se acuñó originalmente para describir sociales, es una pregunta cuya respuesta no
un síndrome psicológico de los individuos puede juzgarse de antemano a partir de las
"potencialmente fascistas", investigaciones definiciones, sino que debe determ inarse
posteriores lo han aplicado también al a. de pacientemente por medio de la investigación
izquierda y han buscado las actitudes auto­ empírica. En principio, nada ubsta para que
ritarias de las clases bajas del mismo modo se impongan creencias democráticas con
que el de las clases medias y altas. En gene­ métodos autoritarios, o para que entre los
ral, este sector de la investigación no estable­ jefes de un estado autoritario haya individuos
ce ninguna distinción entre a. y totalitarismo. que no se distingan por una personalidad
En el campo de las ideologías políticas, el área autoritaria, o para que en un régimen de
del significado de a. no está definida. Sin hecho autoritario se presente exteriormente
embargo, existe una tendencia significati\a con una ideología democrática o con una ideo­
a limitar el uso del término para designar las logía totalitaria que ha perdido su carga pul-
ideologías en que la acentuación del aspecto sora y se ha transformado en un simple ropa­
de la autoridad y de la estructura jerárquica je simbólico.
de la sociedad tiene una función conservado­
ra. En este sentido, las ideologías autoritarias ti. l a s id e o l o g ía s a u t o r it a r ia s . Ya hemos dicho
son ideologías de orden, y se distinguen de las que no existe una plena coherencia de signi­
que tienden a una transformación más o ficado entre el a. en el nivel de ideología y el
menos integral de la sociedad, entre las que a. en el nivel de regímenes políticos. La estruc­
habría que computar las ideologías totalita­ tura más intima del pensamiento autoritario
rias. En relación con los regímenes políticos, no corresponde a cualquier sistema autorita­
finalmente, el término "a." Se utiliza con dos rio sino al tipo puro de régimen autoritario
significados. El uno, muy general, compren­ conservador o de orden. En este sentido, el
de todos los sistemas no democráticos, inclu­ pensamiento autoritario no se limita a pro­
yendo los totalitarios; el otro, más especifi­ pugnar por una organización jerárquica de la
co, se contrapone al totalitarismo y compren­ sociedad política sino que convierte a esta
de los sistemas no democráticos caracteriza­ organización en el principio político exclusi­
dos por un bajo grado de movilización y de vo para conseguir lo que se considera el bien
penetración de la sociedad. Este último sig­ supremo: el orden. Sin un ordenamiento rígi­
nificado se relaciona en parte con la noción damente jerárquico, la sociedad va fatalmente
de ideología autoritaria. Pero sólo en parte, al encuentra del caos y a la desintegración.
ya que existen tanto regímenes autoritarios Toda la filosofía política de Hobbes, por ejem­
de orden como regímenes autoritarios enca­ plo. puede interpretarse como una filosofía
minados a la transformación, aunque sea autoritaria del orden. Aunque es una teoría
limitada, de la suciedad. autoritaria singular \ en cierto modo anóma­
AUTORITARISMO 127

la, pues parle de la afirmación de la igualdad El pensamiento autoritario moderno es una


de los hombres y deduce con un método rigu­ formación de reacción en contra de la ideo­
rosamente racional la necesidad de la obe­ logía liberal y democrática. La doctrina con­
diencia incondicional al soberano. Por el con­ trarrevolucionaria de de Maistre y de Bonald
trario, hablando en general, las doctrinas constituye la primera y más coherente formu­
autoritarias modernas son doctrinas antirra- lación. Más tarde, con el inexorable avance
cionalistas y amigualitarias, va que para ellas de la sociedad industrial y urbana, el a. esta­
el ordenamiento deseado de la scciedad no es blecerá alianzas con el liberalismo, se vesti­
una organización jerárquica de funciones rá con un nacionalismo cada vez más vistoso
creadas por la razón humana sino una orga­ y tratará de responderá la misma problemá­
nización de jerarquías naturales, sancionadas tica socialista. Ño obstante, inmediatamente
por la voluntad de Dios y consolidadas por después de la revolución francesa, la socie­
el tiempo y por la tradición, o impuestas de dad se puede encontrar aparentemente ante
manera inequívoca por su misma potencia y una disyuntiva: por un lado, la prosecución
energía intema. Generalmente el orden jerár­ de las corrientes innovadoras; por otro, la ple­
quico que debe preservarse es el del pasado, na restauración del orden preburgués. Así,
y se finca en la desigualdad natural de los Joseph de Maistre (1753-1821) logra contra­
hombres. ponerle al iluminismo revolucionario una
Es obvio que el problema del orden es un doctrina que implica una inversión casi com­
problema general de cualquier sistema polí­ pleta. Al racionalismo ilustrado le contrapo­
tico y, como tal, no puede ser monopolio del ne un irracionalismo radical: las cosas huma­
pensamiento autoritario. En muchas form u­ nas son el resultado de la concatenación
laciones de la ideología liberal y de la demo­ imprevisible de innumerables circunstancias,
crática se encuentra lambién, entre los demás bajo las cuales se encuentra la providencia
principios, una corroboración del aspecto de divina, y por esta razón el hombre debe ser
la autoridad como agente del orden social. educado en los dogmas y en la fe, y no en el
Pero lo que caracteriza la ideología autorita­ ejercicio ilusorio de la razón; a la idea de pro­
ria, además de la concepción de la desigual­ greso le contrapone la de tradición: el orden
dad de los hombres, es que el orden ocupa social es una herencia de la historia pasada
todo el espectro de los valores políticos y el que lo ha consolidado y experimentado en el
ordenamiento jerárquico que se desprende de transcurso del tiempo, y cualquier pretensión
él abarca toda la técnica de la organización del hombre por convertirse en legislador es
política. Esta preocupación obsesiva por el perturbadora y desintegradora; a la concep­
orden explica también por qué el pensamiento ción de la igualdad de los hombres, contra­
autoritario no puede adm itir que el ordena­ pone la de su desigualdad que no puede supri­
miento jerárquico sea un simple instrum en­ mirse: a la tesis de la soberanía popular, la
to temporal para llevar a cabo la transform a­ de que todo poder viene de Dios; a los dere­
ción parcial o integral de la sociedad (como chos del ciudadano, el deber absoluto de obe­
sucede, por lo menos en la interpretación diencia del súbdito. El orden del pensamien­
ideológica, en muchos sistemas autoritarios to contrarrevolucionario es rigurosamente
en vías de modernización y en los sistemas jerárquico. Como escribe el vizconde de
comunistas). Para la doctrina autoritaria, la Bonald (1754-1840), el poder del rey, absolu­
organización jerárquica de la sociedad to e independiente de los hombres, es la cau­
encuentra su propia justificación en sí mis­ sa; sus ministros (la nobleza), que ejecutan su
ma, y su validez es perenne. Además, el a., voluntad, son el medio; la sociedad de los súb­
como ideología del orden, también se distin­ ditos, que obedecen, el efecto.
gue claramente del totalitarismo fascista, por­ Bonald y de Maistre dan comienzo a uno de
que lo único que impone es la obediencia los principale filones del pensamiento auto­
incondicional, aunque circunscrita al súbdi­ ritario: el católico que. con el paso del tiem­
to. y no la entrega total y entusiasta del miem­ po. se enriquecerá con nuevos elementos o
bro de la nación o de la raza elegida. El orden asum irá tonos inéditos. Por ejemplo, alrede­
jerárquico del a. sigue esencialmente el mode­ dor de la mitad del siglo xix, Juan Donoso
lo anterior a la revolución industrial. Cortés (1809-1853), frente al desarrollo cada
128 AUTORITARISMO

vez más decidido del liberalismo y de la demo­ sía a la colaboración; por la otra, el meollo
cracia y frente al desarrollo incipiente del de la doctrina sigue siendo autoritario, aun
socialismo, encuentra en la raíz de todas estas cuando la autoridad no se basa ya en la vol un­
corrientes un mismo pecado contra Dios, una tad de Dios sino en la historia y en su misma
misma nostalgia satánica por el caos, y pro­ potencia. El estado es fuerza, tanto interna
nuncia profecías apocalípticas sobre sus como externamente, y el prim er deber de los
resultados finales, llegando a prever que la “súbditos" es la obediencia. La mejor forma
monarquía no será ya suficiente para restau­ de gobierno es la monarquía hereditaria, que
rar el orden y que habrá que dar vida a una está de acuerdo con las desigualdades natu­
dictadura política. Y entre el final del siglo rales de la sociedad, m ientras que la demo­
xix y principio del xx, el marqués René de la cracia contradice el dato natural. El rey
Tour du Pin (1834-1924) les contrapone a los detenta el poder, dirige el ejército y la buro­
sindicatos socialistas una reexhumación de cracia, y elige autónomamente su gobierno.
las corporaciones de la Edad Media cristia­ Se trata del modelo de la monarquía consti­
na. que debían incluir a los propietarios, a los tucional prusiana, en que la función del par­
dirigentes y a los trabajadores de cada ramo lamento y de los partidos —que acepta Treit-
industrial, conjurando así la lucha de clase; schke—, es un poco más que consultiva. Esta
por otra parle, dice, tendrían una función con­ estructura jerárquica del sistema político
sultiva de manera de no hacer mella en la refleja y preserva las jerarquías naturales de
autoridad absoluta de la monarquía heredi­ la sociedad civil, que encuentran en su vérti­
taria. ce a la nobleza hereditaria, el "estrato emi-
El a. ha sido una caracteristica im portan­ nentemente político", que tiene en sus manos
te y recurrente del pensamiento político ale­ la dirección del estado; en el centro, la b u r­
mán del siglo xix, constituyendo prim era­ guesía. que desempeña un papel importante
mente una resistencia a la unificación nacio­ en la vida cultural y material, pero que dege­
nal y a la industrialización, y luego acompa­ nera cuando pretende ocuparse orgullosa-
ñándolas y guiándolas. Mencionaré sólo algu­ mente de los asuntos públicos, y en la base,
nos autores cuyas ideas han tenido un peso la gran multitud de los trabajadores manua­
significativo aun en la política práctica: el ber- les. Entre éstos, Treitschke tiene una predi­
nés Cari Ludwig Haller (1768-1854), que cons­ lección significativa por los campesinos, con­
truyó una teoría contrarrevolucionaria basa­ servadores y apegados a la tradición, y mira
da en la idealización del estado patrimonial con suspicacia a los obreros de la ciudad,
de la Edad Media v ejerció gran influjo en el inquietos v “particularm ente sensibles a las
círculo político de Federico Guillermo IV; ideas de subversión".
Friedrich Julius Stahl (1801-1861), que teori­ Prosiguiendo con esta breve reseña de ejem­
zó la monarquía hereditaria legítima de dere­ plos, se puede recordar, como característica
cho divino, contribuyendo a dar forma al pro­ de la prim era mitad del siglo xx, la doctrina
grama conservador de la monarquía de Pru- de Charles M aurras (1868-1952), que encabe­
sia que desembocó en la obra unificadora de zó el movimiento de la extrema derecha de la
Bismarck, y Heinrich Treitschke (1834-1896), Action Fran^aise en la Francia de la tercera
cuyas doctrinas se convirtieron en una parte república y trató luego de convertir su pro­
integrante de la ideología del imperio alemán pia forma de pensar en la ideología oficial del
hasta la prim era guerra mundial. régimen de Pétain. En el contexto social en
El pensamiento de Treitschke es muy inte­ que M aurras operaba ya estaba adelantada
resante porque en él se refleja la situación de la industrialización, la penetración del esta­
un estado autoritario situado ante el proble­ do en la sociedad era ya notoria y la eficacia
ma de llevar a cabo una fuerte movilización de la acción política exigía un alto grado de
social para consolidar la unidad nacional y movilización. Todo esto repercute en los ras­
para dirigir desde lo alto la modernización. gos del pensamiento maurrasiano, que no for­
Por una parte, se encuentra consecuentemen­ man parte del a. tradicional, como el nacio­
te un marcado nacionalismo con claras vetas nalismo "integrar', el antisemitismo y el esti­
imperialistas, y una moderada acogida de las lo de acción política que propugnó. Pero, en
instancias liberales para empujar a la burgue­ conjunto, su doctrina es predominantemen­
AUTORITARISMO 129

te autoritaria. M aurras odia a los "bárbaros" una manera distinta, distinguiendo entre
del interior, armados de la palabra de orden ideologías con un alto grado e ideologías con
de la igualdad y de la libertad, y odia la demo­ un bajo grado de articulación simbólica y con­
cracia, como fuerza anárquica y destructora. ceptual. Pero sigue siendo cierto que las ideo­
La salvación de Francia está en la restaura­ logías autoritarias de hoy tienen un modesto
ción de un urden que le devuelva la linfa vital nivel de elaboración. Y esto, a su vez, depen­
a las "bellas desigualdades”. El orden de Mau- de del hecho crucial de que la perspectiva de
rras es necesariamente jerárquico, y se encar­ conservación de un orden jerárquico estable­
na en una “monarquía tradicional, heredita­ cido de una vez por todas, y ligado esencial­
ria, antiparlam entaria y descentralizada”, mente al pasado preburgués, ha sido dejada
que tiene el derecho a la obediencia incondi­ inexorablemente a un lado, como una antigua­
cional de los franceses. La descentralización lla inútil, por un mundo que está dominado,
del estado se hace posible por el hecho de que de hecho o a través de las expectativas de los
la autoridad de la monarquía no puede hombres, por la industrialización, por el urba­
derrumbarse, y entraña la autonomía de las nismo y por la idea del progreso, o por lo
comunidades locales, y sobre todo un orde­ menos de un cambio continuo de la sociedad.
namiento corporativo del mismo tipo que el Parece, pues, que la ideología autoritaria
de La Tour du Pin. Los pilares fundamenta­ no tiene futuro, o que, para resurgir, debe
les del orden m aurrasiano son también el adaptarse a los nuevos tiempos y corregirse
ejército, del que tenía un verdadero culto, y de manera sustancial. Con el afán de hacer
la iglesia católica, no entendida a través de conjeturas, se puede pensar que en un mun­
su mensaje cristiano sino como institución do industrializado no se podrá dejar de unir
portadora del orden y de la jerarquía y, por la preservación del urden con una especie de
¡o tanto, dentro de la perspectiva de una reno­ administración del cambio social, y que. en
vación de la alianza del trono con el altar. este cambio de ruta, podrá apelar en parte al
Ciertos aspectos del pensamiento de Mau­ a. comteano y a un cierto filón elitista que ha
rras, como el nacionalismo exasperado v el propugnado o soñado una élite de intelectua­
antisemitismo, anuncian claramente el fascis­ les o de expertos. La forma más probable es
mo. No obstante, el a. no es totalitarismo fas­ tal vez la de una tecnocracia coherente y lle­
cista. y, cuando converge con éste y se trans­ vada a sus últimas consecuencias.
forma en un simple elemento del mismo, pier­
de su naturaleza más intima. En la ideología III PhRSONAI.1ÜAD Y ACTITUDLS AUTORITARIAS.
fascista, el principio jerárquico ya no es el ins­ Muchos aspectos de la personalidad autori­
trumento del orden sino el instrumento de la taria ya se habían destacado en la descripción
movilización total de la nación por la trans­ del "carácter autoritario” hecha por Erich
formación de la sociedad y la lucha hacia el Fromm en F.l miedo a la libertad {1941). El tex­
exterior. En este sentido, dentro del fascismo to fundamental, en este campo, sigue siendo
la ideología autoritaria se extingue y se con­ la monumental investigación de Theodor W.
vierte en algo distinto. Adorno y de sus colaboradores. La persona­
Después de la segunda guerra mundial y de lidad autoritaria, publicada en 1950. Esta
las consecuencias que se derivaron de ella, la indagación trata de describir al individuo
ideología autoritaria se encuentra frente a un potcncialmcnte fascista cuya estructura de la
mundo ya demasiado ajeno como para poder personalidad es tal que lo hace particular­
echar raíces profundas. No faltan regímenes mente sensible a la propaganda antidemocrá­
autoritarios de tipo conservador, pero es difí­ tica. Los autores tratan, en efecto, de demos­
cil que encuentren su justificación en una tra r que el antisemitismo, que constituía el
ideología autoritaria explícita y decidida. tema inicial de la investigación, es un aspec­
Como veremos un poco más adelante, Juan to de una ideología más compleja caracteri­
Linz afirma que los actuales regímenes auto­ zada entre otras cosas por el conservaduris­
ritarios (incluyendo los conservadores) no se mo político-económico, por una concepción
caracterizan por ideologías sino por simples etnocéntrica y. más en general, por una estruc­
"mentalidades". Esta diferenciación es tal vez tura autoritaria de la personalidad. En este
demasiado marcada, y podría formularse de marco, la personalidad autoritaria se descri­
130 AUTORITARISMO

be como un conjunto interrelacionado de ras­ cupación obsesiva por el poder desde la rigi­
gos característicos. Son cruciales las llama­ dez hasta el conformismo.
das “sumisión" y “agresión" autoritarias: por El estudio de 1950 se sometió a diversas cri­
una parte, la creencia ciega en la autoridad ticas, relativas tanto al método adoptado
y la obediencia celosa a los superiores y, por como a ciertos resultados alcanzados. Entre
otra, el desprecio a los inferiores y la dispo­ las críticas sobre el método recordaremos la
sición a atacar a las personas que se conside­ de que la tendencia de los sujetos examina­
ran débiles y que se pueden aceptar social­ dos a dar respuestas "altas”, es decir a decla­
mente como victimas. Otros rasgos relevan­ rarse de acuerdo con las proposiciones del
tes son la aguda sensibilidad por el poder, la cuestionario, podía haber dependido más que
rigidez y el conformismo. La personalidad de una elección de valor respecto del conte­
autoritaria tiende a pensar en términos de nido de la proposición, de la propensión a no
poder, a reaccionar con gran intensidad ante disentir de una afirmación ya formulada: una
todos los aspectos de la realidad que afectan propensión que puede referirse especialmen­
(efectiva o imaginariamente) las relaciones de te a los sujetos de baja extracción social v con
dominio; es intolerante frente a la ambigüe­ un bajo nivef de instrucción. Esta crítica es
dad, se refugia en un orden estructurado de relevante porque las distintas escalas emplea­
manera elemental e inflexible, hace un uso das en la investigación (las escalas de antise­
marcado de estereotipos en su forma de pen­ mitismo, de etnocentrismo, de conservaduris­
sar y de comportarse; es particularmente sen­ mo político-económico y de tendencias anti­
sible al influjo de las fuerzas externas y tien­ democráticas) se construyeron todas de tal
de a aceptar supinamente todos los valores mudo que las respuestas “altas", o sea de con­
convencionales del grupo social al que per­ senso más o menos acentuado respecto de las
tenece. Adorno y sus colaboradores añadie­ proposiciones-test, constituyeran una medi­
ron a éstos, otros rasgos distintos que aquí da directa de los parám etros politicamente
podemos pasar por alto. "negativos”: el antisemitismo, el etnocentris­
La interpretación que Adorno y sus colabo­ mo, el conservadurismo político-económico
radores dieron de la personalidad autorita­ y las tendencias antidemocráticas.
ria es exquisitamente psicoanalítica. Una rela­ Se observó también que las proposiciones-
ción jerárquica y opresora entre padres e test reflejan de una m anera marcada la posi­
hijos crea en el hijo una actitud muy intensa ción de izquierda moderada de los autores,
y profundamente ambivalente respecto de la de manera que no se detecta el a. tout court.
autoridad. Por un lado, existe una fuerte dis­ sino únicamente el a. de tipo fascista. De
posición a la sumisión; por el otro, podero­ acuerdo con esta crítica, Adorno y sus cola­
sos impulsos hostiles y agresivos. Estos últi­ boradores cambiaron la dicotomía prejuicio-
mos impulsos son. sin embargo, eliminados tolerancia por la derecha-izquierda, con la
drásticam ente porel superyó, y la extraordi­ consecuencia de ignorar totalmente los pre­
naria energía de los impulsos eliminados con­ juicios asociados con las ideologías de izquier­
tribuye a hacer más ciega y absoluta la obe­ da y, más en general, con el a. de izquierda.
diencia a la autoridad, se traduce en gran par­ En efecto, se puede sostener que, con base en
te en la agresión contra los débiles y los infe­ las propuestas dadas a los cuestionarios pre­
riores. Se trata, pues, de un mecanismo parados por Adorno y sus colaboradores, una
mediante el cual el individuo trata inconscien­ persona autoritaria de izquierda habría tota­
temente de superar sus conflictos interiores lizado verosímilmente un puntaje bajo, y por
profundos, que desencadenan los dinamismos tanto habría resultado no autoritaria. Inves­
de la personalidad autoritaria: el individuo, tigaciones posteriores, llevadas a cabo por
para salvar su propio equilibrio amenazado algunos de los colaboradores de Adorno, tra ­
de raíz por impulsos en conflicto, se aferra taron de corregir esta "tendenciosidad” de La
a todo lo que es fuerza y potencia y ataca todo personalidad autoritaria.
lo que es debilidad. A este dinamismo funda­ Sin embargo, la critica más común y más
mental se unen todos los demás rasgos de la importante es tal vez la que se refiere a la base
personalidad autoritaria: desde la tendencia exclusivamente psicoanalítica de la interpre­
a depender de fuerzas externas hasta la preo­ tación de la personalidad autoritaria. Se ha
AUTORITARISMO 131

observado que una interpretación más com­ los códigos morales convencionales, la pro­
pleta de este tipo de personalidad requiere pensión a participar en campañas contra los
una consideración exhaustiva del ambiente extranjeros o las minorías étnicas o religio­
social, de las distintas situaciones y de los sas, la tendencia a apoyar partidos extrem is­
diversos grupos que pueden influir en la per­ tas, etc. Numerosas investigaciones han
sonalidad; ya que muchos de los fenómenos demostrado que estas actitudes se encuentran
que a prim era vista aparecen como factores presentes de una manera más marcada en las
de la personalidad, depúes de un análisis más clases bajas. Lipset imputa esta correlación
cuidadoso pueden no ser más que efecto de a la situación social de la clase trabajadora,
condiciones sociales específicas. En esta caracterizada por un bajo nivel de instruc­
dirección se ha ido delineando, por parte de ción, por una baja participación en la vida de
varios autores, una segunda explicación sobre los organismos políticos y de asociaciones
la formación de la personalidad autoritaria: voluntarias, por las pocas lecturas y las esca­
la del llamado "a. cognitivo”. De acuerdo con sas informaciones, por el aislamiento deriva­
este planteamiento, los rasgos de la persona­ do del tipo de actividad desarrollada (un fac­
lidad autoritaria se basan simplemente en tor que actúa en grado máximo en el caso de
ciertas concepciones de la realidad que pre­ los campesinos y también de otros trabajado­
dominan en una determ inada cultura o sub­ res, como los mineros), por la inseguridad
cultura. que son aprendidas por el individuo económica y psicológica y por el sello auto­
a través del proceso de socialización y que ritario de la vida familiar. Todos estos facto­
corresponden de una manera más o menos res contribuyen a form ar una perspectiva
realista a las condiciones efectivas de vida mental pobre e indefensa, hecha de gran
dentro de dicho ambiente social. En realidad, sugestionabilidad. de falta de un sentido del
estas dos interpretaciones de la personalidad pasado y del futuro, de incapacidad para
autoritaria no se excluyen necesariamente tener una concepción compleja de las cosas,
entre sí. Numerosas investigaciones em píri­ de dificultad para elevarse por encima de la
cas recientes parecen mostrar que en ciertas experiencia concreta y de falta de imagina­
situaciones o en ciertas clases sociales se ción. Según Lipset, en esta perspectiva debe
encuentran efectivamente muchos de los buscarse precisamente la compleja base psi­
hechos mencionados por la teoría del "a. cog­ cológica del autoritarismo.
nitivo”, mientras que en otras situaciones y También a la tesis de Lipset se le han hecho
en otras clases sociales la interpretación psi- diversas críticas, tanto del método como de
coanalítica conserva una mayor eficacia expli­ interpretación. En el plano del método, se ha
cativa. observado, por ejemplo, que en algunas de las
Indudablemente, la tesis del "a. de la clase investigaciones utilizadas por Lipset el modo
trabajadora", en la que ha puesto el acento de calcular los porcentajes, que en ciertos
principalmente Seymour M. Lipset, se puede casos equiparaba las respuestas "no se” con
llevar a una interpretación sociológica, más las abiertamente intolerantes, era desfavora­
que psicológica, de las actitudes autoritarias. ble a las clases bajas, en las que había mayor
Esta tesis no niega la existencia de tendencias número de respuestas inciertas o falta de opi­
autoritarias en las clases elevadas y en las nión. Además, el tipo de preguntas dirigidas
medias, pero sostiene que en la sociedad a los entrevistados favorecía a la clase media,
moderna las clases más bajas se han conver­ ya que estas preguntas se referían a temas
tido poco a poco en la mayor reserva de acti­ que podían ser interesantes y comprensibles
tudes autoritarias. Por a. no se entiende, en a las personas de tal clase, pero no en la mis­
este caso, el síndrome de la personalidad ma forma para los trabajadores. En el plano
autoritaria en toda su complejidad sino más de la interpretación y en relación específica
bien una serie de actitudes individuales que con la clase obrera, se ha objetado, por ejem­
pueden referirse a una disposición psicológi­ plo, que habría que tom ar en cuenta no sólo
ca autoritaria: una baja sensibilidad por las la condición de obrero sino también la pro­
libertades civiles, la intolerancia, una baja cedencia social del obrero: un intento por ree­
inclinación a sostener un sistema pluriparti- laborar los datos en este sentido parece
dista, la intolerancia por las desviaciones de dem ostrar que el a. se atribuye sobre todo a
132 AUTORITARISMO

los obreros que provienen directam ente del lización social y de desarrollo político (por
campo. También se notó que los estudios ejemplo, la Etiopía de Hade Selassie); los regí­
sobre el a. de la clase obrera debían tom ar menes con un partido único —en el sentido
en cuenta la movilidad vertical, dado que hay efectivo y no formal de la expresión—, que
razones para considerar que son autoritarios son los más numerosos (por ejemplo, la Unión
sobre todo los elementos que descienden de Soviética), y, mucho más raros, los regímenes
la clase media hacia la obrera y que en cam­ pluripartidistas en que los diversos partidos
bio son tolerantes los que ascienden de la cla­ están de acuerdo en no competir entre si, pro­
se obrera a la media. duciendo resultados funcionales muy seme­
jantes a los del monoparlidismo (por ejemplo,
IV REGIMENES E INSTITUCIONES AUTORITARIAS En Colombia).
sentido muy general, se habla de regímenes Sin embargo, en la clasificación de los regí­
autoritarios para indicar toda la clase de regí­ menes políticos contemporáneos el concepto
menes antidemocráticos. La contraposición de a. a menudo no se utiliza para designar
entre a. y democracia se refiere tanto a la todos los sistemas antidemocráticos sino úni­
dirección en la que se trasm ite la autoridad camente una de sus subclases. En este senti­
como el grado de autonomía de los subsiste­ do, se distingue entre a. y totalitarismo. A pro­
mas políticos (los partidos, los sindicatos y pósito de esta distinción hay que decir, de
todos los grupos de presión en general). En manera preliminar, que mientras el uso
esta primera perspectiva los regímenes auto­ estricto que se hace de "a," es útil y legitimo,
ritarios se caracterizan por la ausencia del el uso amplio de ' ‘totalitarism o” conlleva
parlamento y de elecciones populares o, cuan­ inconvenientes serios y ha sido criticado acre­
do estas instituciones quedan con vida, por mente. En realidad, lo que se contrapone a los
su reducción a meros procedimentos ceremo­ regímenes autoritarios son todos los regíme­
niales y por el indiscutible predominio del nes monopartidistas con una elevada movili­
vértice ejecutivo. En la segunda perspectiva zación política. Remitimos de una u otra for­
los regímenes autoritarios se distinguen por ma a la voz totalitarism o para una discusión
la falta de la libertad de los subsistemas, tan­ explícita de este punto, y aquí seguimos
to formal como efectiva, que es típica de la hablando, para evitar complicaciones, aunque
democracia. La oposición política es suprimi­ con la cautela mencionada más arriba, de
da o invalidada; el pluralismo de los partidos, regímenes "totalitarios". Volvamos, pues, a
prohibido o reducido a un simulacro sin inci­ nuestra distinción, que puede reducirse al
dencia real; la autonomía de los demás gru­ grado de penetración y de movilización polí­
pos políticamente relevantes, destruida o tole­ tica de la sociedad y a los instrum entos a los
rada mientras no perturbe la posición de que recurre de una manera característica la
poder del jefe o de la élite gobernante. En este élite gobernante. En los regímenes autorita­
sentido el a. es una categoría muy general que rios la penetración-movilización de la socie­
comprende gran parte de los regímenes polí­ dad es limitada: entre el estado y la sociedad
ticos que conocemos, desde el despotismo corre una linea divisoria más bien precisa.
oriental hasta el imperio romano, desde las Mientras el pluralismo partidista es suprimi­
tiranías griegas hasta los señoríos italianos, do por derecho o de hecho, muchos de los gru­
desde la moderna monarquía absoluta hasta pos de presión más importantes conservan
la constitucional de tipo prusiano, desde los gran parte de su autonomía y. por consiguien­
sistemas totalitarios hasta las oligarquías te. el gobierno cumple por lo menos en parte
modernizantes o tradicionales de los países una función de árbitro en sus confrontacio­
en vías de desarrollo. Teniendo presentes sólo nes y encuentra en ellos un limite a su pro­
los sistemas políticos actualmente existentes pio poder. El control de la educación y de los
y concentrando la atención en el papel que en medios de comunicación no rebasa tampoco
ellos tienen los partidos, Samuel P. Hunting­ ciertos limites; a menudo se tolera también
ton y Clement H. Moore han distinguido tres la oposición siempre que no se manifieste de
formas de regímenes totalitarios: los que no manera abierta y en publico. Para alcanzar
tienen partido, que corresponden ordinaria­ sus objetivos, los gobiernos autoritarios pue­
mente a niveles relativamente bajos de movi­ den. por esta razón, recurrir sólo a los ins-
AUTORITARISMO 133

trunientos» tradicionales del poder político: el sentido deque el reclutamiento político de


ejército, policía, m agistratura, burocracia. los individuos provenientes de las diversas
Aun cuando existe un partido único, éste no fuerzas sociales no se basa en un principio
asume el papel crucial, tanto respecto del operante de representación de dichas fuerzas
ejercicio del poder como respecto de la guía sociales sino en una selección y cooptación
ideológica, propia de los regímenes "totalita­ desde lo alto. El segundo punto destaca el
rios". En estos últim os regímenes, la bajo grado de organización y de elaboración
penetración- movilización de la sociedad es, conceptual de las teorías que justifican el
en cambio, muy elevada: el estado, o mejor poder de los regímenes autoritarios y, por
dicho el aparato del poder, tiende a absorber consecuencia, su modesta dinámica propul-
a toda la sociedad. Se ha suprimido no sólo siva. El tercer punto pone el acento en la
el pluralismo partidista sino también la auto­ moderada participación de la población en los
nomía de los grupos de presión, que son organismos políticos y parapoliticos, que
absorbidos por la estructura totalitaria del caracteriza a los regímenes autoritarios esta­
poder o están subordinados a ella. El poder bilizados, aun cuando en ciertas fases de su
político gobierna directam ente las activida­ historia, y especialmente en las de su comien­
des económicas o las somete a sus propios zo, la movilización pudo haber sido mucho
fines, monopoliza los medios de comunica­ mayor. El cuarto punto, finalmente, pone de
ción masivos y las instituciones escolares, manifiesto el hecho de que el poder del jefe
suprime las manifestaciones aun leves de crí­ o de la élite gobernante se ejerce dentro de
tica o de oposición, trata de anular o de subor­ limites bastante bien definidos, aun cuando
dinar las instituciones religiosas, penetra en no estén establecidos formalmente. Estos
todos los grupos sociales y hasta en la vida límites, evidentemente, están ligados con los
familiar. Este gran esfuerzo de penetración demás aspectos de los regímenes autoritarios:
y de movilización de la sociedad entraña una el pluralismo moderado, la falta de una ideo­
intensificación muy pronunciada de la pro­ logía propulsiva, la limitada movilización, la
paganda y de la militarización. De ahí la ausencia de un partido de masa eficiente.
importancia central del partido único de El grado relativamente moderado de pene­
masa, portador de una ideología fuertem en­ tración en el contexto social de los regímenes
te dinámica, y en ciertos casos extremos autoritarios depende siempre del atraso más
extraña también una intensificación muy o menos marcado de la estructura económi­
acentuada de la violencia: de ahí la importan­ ca y social. Pero, en este contexto, la élite
cia, en estos casos extremos, de la policía gubernamental puede cumplir dos papeles
secreta y de los demás instrum entos de distintos: puede reforzar el modesto grado de
terror. penetración del sistema político, eligiendo
El sociólogo político Juan Linz, que es el deliberadamente una política de movilización
autor que ha contribuido más a precisar la limitada, o bien, puede elegir una política de
distinción entre a. y "totalitarismo" en la tipo­ movilización acentuada, que encuentra sus
logía de los sistemas políticos contemporá­ límites principalmente en las condiciones del
neos. propone esta definición: “Los regíme­ ambiente. Con base en el distinto modo de
nes autoritarios son sistemas políticos con un acercarse a estos factores, G.A. Almond y G.B.
pluralismo político limitado y no responsa­ Powell distinguen, en el ámbito de los regí­
ble; sin una ideología elaborada y propulsi- menes autoritarios, entre regímenes autori­
va (sino con las mentalidades características); tarios de tipo conservador, regímenes auto­
sin una movilización política intensa o vasta ritarios en vias de modernización y regíme­
(excepto en algunos momentos de su desarro­ nes autoritarios premovilizados. Los regíme­
llo), y en los que un jefe (o tal vez un pequeño nes autoritarios consen-adores, como el de
grupo) ejerce el poder dentro de límites que Franco y de Salazar (hoy ya derrocados), sur­
formalmente están mal definidos pero que de gen a partir de sistemas políticos tradiciona­
hecho son fácilmente previsibles." El prim er les sacudidos por una parcial modernización
punto se refiere al pluralismo político: un plu­ económica, social y política, y tienden a limi­
ralismo limitado de hecho o de derecho, más tar la destrucción del orden tradicional usan­
tolerado que reconocido, y no responsable, en do algunas de las técnicas modernas de orga­
134 AUTORITARISMO

nización, de propaganda y de poder. La pre­ les y burócratas y por un bajo grado de par­
sión por la movilización es por lo tanto muy ticipación política. Falta una ideología movi-
limitada: el régimen no busca entusiasmo o lizadora y un partido de masa; a menudo hay
apoyo, está dispuesto a contentarse con la un partido único, que tiende a reducir la p ar­
aceptación pasiva y tiende a desalentar el ticipación; a veces hay pluralismo partidista,
adoctrinamiento ideológico y el activismo pero sin competencias electorales libres. Se
político. Los regímenes autoritarios en vías de trata del tipo de a. más difundido en el siglo
modernización, que pueden encontrarse en xx: ejemplos son Brasil y Argentina en algu­
países del llamado tercer mundo, surgen en nos periodos de su historia, la España de Pri­
sociedades que se caracterizan por una mo de Rivera > los primeros años del Portu­
modernización todavía muy débil y obstacu­ gal de Salazar. 2] Los regímenes autoritarios
lizada por graves estrangulamientos sociales de estatalismo orgánico se caracterizan por
y tienden a reforzar y hacer incisivo el poder un ordenamiento jerárquico de una plurali­
político para superar los cuellos de botella en dad no competitiva de grupos que represen­
la senda del desarrollo. La presión por la tan diversos intereses y categorías económi­
movilización es. por lo tanto, mucho más fuer­ cas y sociales, y por un cierto grado de movi­
te que en los regímenes de tipo conservador; lización controlada de la población en forma
pero la fuerza de penetración del régimen es, "orgánica". También a veces existe un parti­
sin embargo, limitada por la consistencia de do único, con un papel más o menos relevan­
las fuerzas sociales conservadoras y tradicio­ te, mientras que la perspectiva ideológica de!
nales y por el atraso general de la estructura régimen está dada por una versión cualquie­
social y de la cultura política. En esta situa­ ra de corporativismo. Ejemplo típico de esta­
ción, la élite gobernante se esfuerza por intro­ talismo orgánico es el Estado Novo portugués;
ducir instrumentos modernos de moviliza­ pero tendencias corporativas se descubren
ción social, pero no es capaz de organizar un también en la Italia fascista, en la España
partido de masa verdaderamente eficiente. franquista y en algunos países de América
Estas dificultades con las que topa la élite Latina. 3] Los regímenes autoritarios de movi­
gobernante son todavía mayores en los regí­ lización en países posdemocráticos se distin­
menes autoritarios premovilizados, ya que el guen por el grado relativamente más eleva­
ambiente que los caracteriza es una sociedad do de la movilización política, a los que
que todavía es casi enteramente tradicional, corresponde el papel más incisivo del parti­
tanto por la estructura social como por la cul­ do único y de la ideología dominante, y por
tura política. En cierto sentido, estos regíme­ el grado relativamente más bajo del pluralis­
nes no son más que "meros accidentes histó­ mo político consentido. Se trata de los regí­
ricos, o sea sistemas en los que, a continua­ menes llamados por lo común "fascistas", o
ción de la influencia del colonialismo y de la al menos de la mayor parte de ellos: el caso
difusión de las ideas y de las actividades exis­ más representativo es el fascismo italiano. 4]
tentes en países más desarrollados, se ha Los regímenes autoritarios de movilización
creado una élite modernizadora y una estruc­ posindependencia son el resultado de la lucha
tura política diferenciada, mucho antes de anticolonial y de la conquista de la indepen­
que aquéllos hubieran sentido la necesidad o dencia nacional, especialmente difundidos en
el impulso de desarrollar estas estructuras y el continente africano. Están caracterizados
culturas por cuenta propia”. Los enormes por el surgimiento de un partido único aún
obstáculos que se oponen a la modernización, débil y no amparado en las formaciones para­
en casos como éstos, se ejemplifican bien con militares típicas de los regímenes fascistas,
las vicisitudes de la Ghana de Xkrumah. con un liderazgo nacional a veces de carác­
Una tipología de los regímenes autoritarios ter carismático, con un componente ideoló­
contemporáneos más minuciosa y articulada gico incierto y un bajo grado de participación
ha sido propuesta por Juan Linz. Prevé cinco política. 5] Los regímenes autoritarios posto-
formas principales y dos secundarias, para talitarios están representados por los países
un total de siete tipos. 1] Los regímenes auto­ comunistas después del proceso de desestu-
ritarios bureerálico-militares están caracte­ linización. Son el resultado combinado de las
rizados por una coalición guiada por oficia­ tendencias a la formación de intereses en con-
AUTORITARISMO 135

Dicto —y por lo tanto de un pluralismo limi­ var la analogía mucho más adelante, preten­
tado—, a una parcial despolitización de la de democratizar las diversas instituciones
masa, a una atenuación del papel del partido sociales, introduciendo parlamentos y asam­
único y de la ideología, a una burocratización bleas con el máximo poder de decisión en la
acentuada: tendencias que producen una escuela, en la fábrica, en la iglesia, etc., y lla­
transformación conspicua y estabilizada del ma autoritarias a todas las instituciones que
precedente modelo totalitario. A estos cinco no se estructuran de acuerdo con esos crite­
tipos principales de regímenes autoritarios rios. El blanco del ataque de esta tendencia
Linz añade todav ía el caso de 6] el totalitaris­ radical es, particularmente, la estructura
mo imperfecto, que constituye por lo común jerárquica de las grandes unidades económi­
una fase transitoria de un sistema político cas contemporáneas, respecto de las cuales
cuyo desarrollo hacia el totalitarismo ha sido la analogía con los regímenes políticos no
detenido, y que tiende entonces a transfor­ podría negarse, desde el momento en que son
marse en algún otro tipo de régimen autori­ las únicas instituciones sociales capaces de
tario, y 7] el de la llamada democracia racial: tomar decisiones del mismo alcance que el
el dominio autoritario de un grupo racial, que gobierno. Por otra parte hay quien rechaza
sin embargo se gobierna en su seno con un esta extensión del significado de a. y defien­
sistema democrático, sobre otro grupo racial de el principio de la pluralidad de estructu­
que representa la mayoría de la población ras de poder en las diversas instituciones,
(Sudáfrica). afirm ando que una difusión excesiva de los
Kn analogía con los regímenes políticos se procedimientos democráticos de origen polí­
Ies puede atribuir el carácter del a. a otras tico lleva sólo a desnaturalizar la fisonomía
instituciones sociales: familiares, escolares, especifica v a minar el huen funcionamiento
religiosas, económicas, etc. En este campo, el de los diversos sectores institucionales. Se
concepto de a. se vuelve a convertir en algo afirma, por ejemplo, que en las instituciones
muy general y muy poco preciso, aunque cla­ que se refieren a las relaciones entre adultos
ro está que tanto en los regímenes políticos y jóvenes, como la lamilia y la escuela, hay
como en las demás instituciones sociales se una desigualdad básica que no permite una
refiere a la estructura de las relaciones de plena analogía con el sistema político, o que
poder. Se podría decir que una institución es la democratización de las empresas económi­
más autoritaria a medida que las relaciones cas les quitaría su eficiencia.
de poder que la caracterizan se confian a man­ L:gado con la respuesta radical o modera­
dos apodicticos y a amenazas de castigo, y da, que se da al prim er problema, está el tipo
tienden a excluir o a reducir al mínimo la par­ de solución del segundo problema que se
ticipación de la base en la toma de decisio­ refiere a la conexión entre la democracia o
nes. Pero, si puede ser relativamente fácil el a. de las demás instituciones sociales y la
ponerse de acuerdo, en general, sobre los democracia o el a. del sistema político. Para
parám etros del a. de las instituciones, es los moderados, la conexión no existe o es
mucho más difícil acordar sobre su aplicación mínima. Ni la organización jerárquica de la
concreta a tal o cual institución. En este cam­ familia y de la unidad económica, ni tampo­
po, en efecto, resultan claramente relevantes, co la estructura oligárquica de los partidos
más que en ningún otro, las orientaciones de mismos afectan la democracia. Ya que, si exis­
valor de las diversas corrientes. Cosa que se te una pluralidad de partidos que se dispu­
puede observar fácilmente considerando las tan el poder de gobernar, periódica y libre­
respuestas que de ordinario se dan a los dos mente, a través del voto, la oligarquía en el
principales problemas que surgen en el nivel de partido político se convierte en demo­
sector. cracia en el nivel del sistema en su conjunto.
El primer problema se puede form ular así: En este marco, cierto grado de apatía políti­
¿hasta qué punto es legitima la analogía entre ca de las masas es compatible con la demo­
los conceptos de democracia y a. en cuanto cracia y hasta puede resultar útil para su esta­
a los regímenes políticos y los mismus con­ bilidad. Para la posición radical, en cambio,
ceptos nivel de las diversas instituciones la democracia de un sistema político se mide
sociales. Por una parte hay quien tiende a lle­ a través de la participación real de los ciuda­
136 AUTORITARISMO

danos en la formación de las decisiones y, en nes sociales ya que hace más estables los sis­
las democracias liberales actuales, la parti­ temas políticos en los que la democraticidad
cipación política es decididamente insuficien­ del gobierno se ve atenuada por una cierta
te, porque a los hombres no se les educa para "im pureza”.
esta participación, que se refiere frecuente­
mente a problemas lejanos y abstractos,
mediante la oportunidad de participar en las BiBi.ioííRAf lA: Para las ideologías autoritarias; J.
decisiones que les afectan más de cerca en su de Maistre, Consideraciones sobre Francia (1796),
experiencia concreta. En esta perspectiva, la Madrid, Rialp, 1955, y Du pape (1821); H. Treits-
conexión entre el a. o la democracia de las chke. Politik (1897); C. Muurras, Mis ideas polí­
demás instituciones y el a. o la democracia ticas. Buenos Aires, Huemul. 1962. Para la per­
del sistema político resulta muy estrecha. Un sonalidad y las actitudes autoritarias: T.W. Ador­
sistema político democrático presupone una no. E. Frenkel-Brunswick, D.J. Levinson y R.N.
sociedad democrática y, por esta razón, las Sanlord, La personalitá autoritaria!1950), Milán,
democracias liberales actuales deben some­ Comunitú. 1973; R. Christie y M. Jahoda (comps.),
terse a una profunda transformación, en el Studies in the scope and method of "Authorita-
sentido de una marcada democratización de rian personality", Glencoe, Free Press, 1954; R.F.
las instituciones sociales que, como las eco­ Hamilton, L'autoritarismo della classe operaia,
nómicas, comprenden de m anera más direc­ en R. Campa (comp.), ¡.'autoritarismo e la súde­
ta los intereses de los hombres que dia con la ntemporanea, Ruma. Nuova Antología, 1969;
día trabajan en ellas. S.M. Lipset, El hombre político (1960), Buenos
En la teoría de la estabilidad de los siste­ Aires. Eudeba. Para los regímenes y las institu­
mas políticos de Harry Eckstein está implí­ ciones autoritarias: G.A. Almond y G.B. Powell,
cita una posición intermedia respecto del pro­ Política comparada (1966), Buenos Aires, Paidós;
blema de la conexión. De acuerdo con este D. Collier (comp.), The new anthoritarianism in
politólogo, la estabilidad se apoya en la "con­ Latín America. Princeton, Princeton University
gruencia" entre el modelo de autoridad del Press, 1979; H. Eckstein. División and cohesión
régimen político y los modelos de autoridad in democracy, Princeton, Princeton University
vigentes en las instituciones sociales. En este Press, 1966; G. Germani. Autoritarismo, fascis­
sentido, la estabilidad de la democracia ingle­ mo e classi soriali. Bolonia. II Mulino, 1975; S.P.
sa o de la noruega depende del hecho de que Huntington y C.H. Moore (comps.), Authoritarian
una dosificación análoga de democracia y politics in madern society, Nueva York, Basic
autoridad caracteriza tanto al gobierno como Books. 1970; J. Linz, An authoritarian redime:
a las instituciones sociales; el derrum be de Spain, en E. Allardt e Y. Littunen (comps.), Clea-
la República de Weimar es imputable al cla­ vay.es, ideologies and party Systems, Helsinki.
ro contraste entre la organización democrá­ Westermarck Societv, 1964: J. Linz. Totatitarian
tica del gobierno y la estructura marcada­ and authoritarian regimes, en F.I. Greenstein y
mente autoritaria de las instituciones socia­ N.VV. Polsby (comps.), Handbook of political
les. Sin embargo, en este caso, "congruencia" Science, Reading, Addison-Wesley, 1975, vol. tu;
no quiere decir siempre un pleno isomorfis- G. O’Donnell. Modernización y autoritarismo
mo sino más a menudo indica una semejan­ (1973), México. Paidos, 1982.
za “gradual" más decidida en las institucio­
nes más cercanas al gobierno (partidos, gru­ [MARIO STOPPINO]
pos de presión, asociaciones voluntarias de
adultos), y cada vez menos significativa en las
instituciones más lejanas, como la familia, la
escuela y las empresas productivas. Es más, autoritarismo latinoamericano, v. mili­
según Eckstein, no puede suprim irse el ele­ tarismo.
mento autoritario de las diversas institucio­
1574 TOTALITARISMO

tanto, co n cretarse en u n a p ráctica subersiva em bargo, a p esar de todos estos an teceden­


y liberadora, y co n trap o n erse a la t. que ha tes, eLuso de t. p ara designar, con una carac­
degenerado en enm ascaram iento de la rep re­ terización fu ertem en te derogatoria, todas o
sión (v.). algunas de las d ictad u ras m o n o p artid istas
fascistas o com unistas, se generalizó sólo des­
BIBLIOGRAFIA: J. Lecler, Historia de la tolerancia pués de la segunda gu erra mundial. En el m is­
en el siglo de la reforma (1967), Alcoy, Marfil, mo periodo se form ularon las teorías m ás
1969, 2 vols.; J. Locke, Carta sobre la tolerancia com pletas del t. como la de H annah A rendt
y otros escritos, México, Grijalbo; A. Messineo, {The origins o f totalitarianism, 1951), y la de
Tolleranza e uitolleranza, en Civiltá Cattolica, Cari J. F riedrich y Zbigniew K. B rzezinski
cuaderno 2411, año 101, 2 de diciembre de 1950, ('Totalitarian dictatorship and autocracy,
vol. IV; F. Ruffini, La liberta religiosa (1901), 1956).
Milán, Feltrinelli, 1967. Según A rendt el t. es una form a de dom i­
nio radicalm ente nueva, porque no se lim ita
[VALERIO ZANONE] a d e stru ir las capacidades políticas del hom ­
b re aislándolo en relación con la vida p olíti­
ca, como lo hacían las viejas tiranías y los vie­
jos despotismos, sino porque tiende a d estruir
totalitarism o tam bién los grupos y las instituciones que for­
man la u rd im b re de las relaciones priv adas
I. LAS TEORÍAS CLASICAS DEL TOTALITARISMO. H acia la del hombre, sacándolo de este modo del m un­
m itad de los años veinte se em pezó a h ab lar do y privándolo hasta de su propio yo. En este
en Italia de estado "to talitario ” p ara señalar, sentido el fin del t. es la transform ación de
desde un punto de vista valorativo, las carac­ la n atu ra leza hum ana, la conversión de los
terísticas del estado fascista como opuesto al hom bres en "haces de reacción in tercam b ia­
estado liberal. La expresión se en cu en tra en b le s” y tal fin se persigue p o r medio de una
la voz "fascism o” de la Enciclopedia italiana com binación específicam ente to talitaria, de
(1932), tanto en la p a rte escrita por G entile ideología y de terro r. La ideología to ta lita ria
como en la red actad a p o r M ussolini, en que pretende explicar con certeza absoluta y de
se afirm a la novedad histó rica de un " p a rti­ m an era to tal el curso de la historia; se vuel­
do q u e g o b ie rn a to ta lita r ia m e n te una ve por lo tanto independiente de to d as las
nación” . En la Alemania nazi el térm ino tuvo experiencias o afirm aciones em píricas, y
en cam bio poco éxito, y se prefirió h a b la r de construye un m undo ficticio y lógicam ente
estado "autoritario". Entre tanto la expresión coherente, del que se derivan directivas de
em pezaba a u sarse p a ra designar a todas las acción cuya legitim idad está organizada por
dictaduras m onopartidistas, ya fueran fascis­ la conform idad con la ley de la evolución his­
tas o com unistas: p o r ejemplo, la em pleó tórica. E sta lógica coactiva de la ideología
George H. Sabine en la voz "estado” de la Enc- pierde todo contacto con el m undo real, tien­
yclopaedia o f the social Sciences (1934). En de finalm ente a dejar en la oscuridad el m is­
1940, en un sim posio sobre el "estad o to tali­ mo contenido ideológico y a generar un movi­
ta rio ” publicado en los Proceedings o f Am e­ m iento a rb itra rio y perm anente. El te rro r
rican Philosophical Society, Carlton H. Hayes to talitario, p o r su parte, sirve p ara tra d u c ir
describió algunos rasgos o riginales del en realidades el m undo'ficticio de la ideolo­
gobierno to talitario y, de m anera especial, la gía, p ara co n firm arla tanto en su contenido
m onopolización de todos los poderes en el como —sobre todo— en su lógica deform ada.
seno de la sociedad, la necesidad de gen erar Afecta de hecho no sólo a los enem igos rea­
un apoyo m asivo y el recurso a las técnicas les (cosa que sucede en la fase de instauración
m odernas de propaganda. En 1942, en The del régimen) sino tam bién y de m anera carac­
perm anent revolution, Sigm und N eum ann terística a los enemigos "objetivos”, cuya
puso el acento en el m ovim iento perm anente identidad está definida por la orientación
liberado por los regím enes totalitarios, y que político-ideológica del gobierno m ás que por
envuelve en un cambio sin fin los propios pro­ su deseo de trastocarlo, y en la fase m ás extre­
cedim ientos e instituciones políticas. Sin ma golpea tam bién a víctim as elegidas com ­
TOTALITARISMO 1575

pletam ente al acaso. El te rro r total que con­ Sin em bargo A rendt no dice explícitam ente
tro la a las m asas de individuos aislados y las cuál es el te rc e r p ila r de la noción de t. (jun­
m antiene en un m undo que se ha convertido to con el te rro r y con la ideología), p ro b ab le­
para ellas en un d esierto se tran sfo rm a, por m ente para no descom poner la com pacidad
lo tanto, en un instrum ento p erm anente de de su concepción esencialista-teleológica del
gobierno y constituye la esencia m ism a del fenómeno, que se p resen ta en consecuencia
t.; en tan to que la lógica deductiva y co erciti­ algo exagerada.
va de la ideología es su principio de acción, La segunda teoría clásica, la de Cari J. Frie-
o sea el principio que lo hace mover. drich y Zbigniew K. Brzezinski, define el t.
En el plano organizativo la acción de la basándose en los rasgos característicos que
ideología y del te rro r se m anifiesta a través pueden encontrarse en la'organización de los
del p artid o único, cuyas form aciones elitis­ regím enes to talitario s. De acuerdo con este
tas cultivan una creencia fanática en la ideo­ planteam iento el régim en to talitario resu lta
logía y la propagan incesantem ente y cuyas de la unión de los seis caracteres siguientes:
organizaciones funcionales llevan a cabo la 1] u n a ideología oficial, que se refiere a todos
sincronización ideológica de todos los tipos los aspectos de la actividad y de la existencia
de grupos y de instituciones sociales y la poli­ del hom bre, que todos los m iem bros de la
tización aun de las áreas m ás alejadas de la sociedad deben abrazar, y que critica de modo
política (como el deporte y las actividades del radical el estado de las cosas existente y guía
tiem po libre), y a través de la policía secreta, la lucha p a ra su transform ación; 2] un p a rti­
cuya técnica de operación transform a toda la do único de m asa guiado típicam ente por un
sociedad en un sistem a de espionaje om nipre­ dictador, e stru c tu ra d o de modo jerárq u ico
sente, en que cada persona puede ser un agen­ con u n a posición de superioridad o de m ez­
te de la policía y todos se sienten co n stan te­ cla con la organización b u ro crática del e s ta ­
mente vigilados. El régim en totalitario no tie­ do, com puesto por u n pequeño porcentaje de
ne sin em bargo una e stru c tu ra m onolítica. la población, una p a rte de la cual n u tre una
Existe, en cambio, u n a m ultiplicación y una fe apasionada e inqu eb ran tab le en la ideolo­
superposición de instancias y com petencias gía y está dispuesta a cualquier actividad para
de la adm inistración estatal, del p artido y de p ropagarla y p ara llevarla a los hechos; 3] un
la policía secreta que dan origen a una con­ sistem a de te rro rism o policiaco que se apo­
fusa com binación organizativa que se d istin ­ ya en el p artido y al mismo tiem po lo co n tro ­
gue por una típica "falta de estructura". Esta la, explota la ciencia m oderna y de m anera
falta de e stru ctu ra e stá de acuerdo con el especial la psicología científica, y se o rienta
m ovim iento y la im previsibilidad que cara c­ de m anera cara cterística no sólo co n tra los
terizan al régimen totalitario y que está enca­ enemigos plausibles del régimen sino tam bién
bezada por la voluntad absoluta del dictador, contra ciertas clases de la población elegidas
que siem pre es capaz de hacer fluctuar el cen­ arbitrariam ente; 4] un monopolio tendencial-
tro de poder to ta lita rio de una jerarq u ía a m ente absoluto en m anos del partido y b a sa ­
otra. La voluntad del jefe es la ley del p a rti­ do en la tecnología m oderna de la dirección
do y tod a la organización p artid ista no tiene de todos los m edios de com unicación m asi­
otro objeto que el de p o n erla en práctica. El va, como la prensa, la radio, el cine; 5] un
jefe es el depositario de la ideología: sólo él m onopolio ten d en cialm en te absoluto en
puede in terp reta rla o corregirla. La m ism a m anos del partido, basado en la tecnología
policía secreta, cuyo prestigio se ha acrecen ­ m oderna, de todos los instrum entos de la
tado en form a extraordinaria respecto del que lucha arm ada; 6] un control y una dirección
gozaba en los viejos regím enes au to ritario s, central de toda la econom ía a través de la
tiene sin em bargo un poder efectivo m enor, coordinación burocrática de las unidades pro­
porque está to talm en te sujeta a la voluntad ductivas an terio rm en te independientes. La
del jefe, al único que le corresponde decidir combinación destructora de propaganda y de
quién será el próxim o enemigo potencial u te rro r, hecha posible por el uso de la tecno­
"objetivo". Según esta interpretación, la p e r­ logía m oderna y de la organización m asiva
sonalización del p o d er es p o r lo tan to un moderna, confiere a los regímenes totalitarios
aspecto capital de los regím enes totalitarios. una fuerza de penetración y de movilización
1576 TOTALITARISMO

de la sociedad cualitativam ente nueva respec­ ción y de los instrum entos de la violencia, así
to de cualqu ier régim en a u to ritario o despó­ como la dirección central de la economía, que
tico del pasado, y lo convierte p o r eso mismo añadirían Friedrich y Brzezinski, pueden con­
en un fenóm eno politico históricam ente siderarse, por lo menos dentro de ciertos lími
único. tes, como u lteriores especificaciones, que no
E ntre la in terp retació n de A rendt y la de afectan el lugar cen tral que ocupan la ideo­
F riedrich y Brzezinski existen diferencias logía, el terro r y el partido único. En este sen­
notorias. M encionaré sólo las principales. tido se podría decir en líneas generales que
Ante todo es distin to el modo de ab o rd ar el el régim en to talitario hace que desaparezca
tema: A rendt tr a ta de d eterm in ar el fin esen­ la distinción trad icio n al en tre el estado, o
cial de t. y lo en cu en tra en la transform ación m ejor dicho el ap arato político, y la sociedad,
de la n atu raleza hum ana, con la reducción de por medio del instrum ento organizativo del
los hom bres a autóm atas absolutam ente obe­ p artido único de m asa, que es plenam ente
dientes, y ordena alrededor de este fin todos m aleable y m anejable desde el vértice del
los dem ás aspectos del fenómeno; F riedrich régim en, y destruye o ataca el p oder y d esh a­
y Brzezinski, p o r el contrario, no reconocen ce el com portam iento regular y previsible de
ningún fin esencial o propio del t. sino que los cuerpos organizados del estad o (b u ro cra­
se lim itan a describ ir un "síndrom e to talita­ cia, ejército, m agistratura), y p o r m edio del
rio", o sea un conjunto de rasgos cara cterís­ concom itante empleo com binado del ad o ctri­
ticos de los regím enes totalitarios. En segun­ nam iento y del terror, en las form as que hace
do lugar, en la in terp retació n de F riedrich y posible la tecnología m oderna, que perm iten
Brzezinski no existe, p o r lo m enos en parte, p en etrar y politizar todas las células del teji­
el hincapié puesto p o r Arendt en la perso n a­ do social. Desde la época de la presentación
lización del poder totalitario, en el papel capi­ de las dos teorías arriba mencionadas se puso
tal del jefe, que ap rie ta entre sus m anos los de manifiesto, en efecto, la tendencia a rep ro­
hilos de la ideología, del te rro r y de to d a la ducir estos tres aspectos del t., aunque con
organización to talitaria. Esta segunda dife­ diversas form ulaciones y acentuaciones, por
rencia está ligada, en un grado considerable, p arte de m uchos de los autores que estu d ia­
con una tercera, que se refiere al ám bito de ron el tem a. Por ejemplo, Raym ond Aron
aplicación de la noción de t.: para Arendt sólo pone, en tre los caracteres del t., un p artid o
son to talitaria s la Alemania h itlerian a (des­ que m onopoliza la actividad política; una
de 1938 en adelante) y la Rusia stalin ian a (a ideología que anim a el partido y que se con­
p a rtir de 1930); p ara F riedrich y Brzezinski vierte en la verdad oficial del estado, y una
son totalitario s, adem ás del régim en nazi y politización de todos los erro res y los fraca­
del soviético, el fascista italiano, el com unis­ sos de cualquier tipo de los individuos, y el
ta chino y los regím enes com unistas del este establecimiento, por lo tanto, de un te rro r que
europeo. es al mism o tiem po policiaco e ideológico.
Sin em bargo hay tam bién concordancias Sin em bargo, al m ism o tiempo, a p a rtir del
igualm ente notorias. En prim er lugar tanto comienzo de los años sesenta y en ciertos
Arendt como F riedrich y Brzezinski encuen­ aspectos aun antes, se fueron delineando tam ­
tran en el t. u n a form a de dom inio político bién corrientes de revisión de las teorías clá­
nueva, porque es capaz de alcanzar un grado sicas del t. que se m ovieron en tres direccio­
de penetración y de movilización de la socie­ nes: la del supuesto de la novedad h istórica
dad que no tuvier.on los regím enes conocidos del t.; la del supuesto de la sim ilitud en tre t.
en el pasado, y rep resen ta un verdadero sal­ fascista y t. com unista; la de la aplicación del
to cualitativo en esta dirección. En segundo concepto de t. a todos los regím enes com u­
lugar las dos interpretaciones concuerdan en nistas y a la pro p ia u r s s post-staliniana.
identificar tres aspectos centrales del régi­ Estas revisiones dem ostraron una eficacia
men to talitario en una ideología oficial, en el creciente en las tres direcciones indicadas,
te rro r policiaco y en un p artid o único de pero tuvieron una eficacia m enor en la b ú s­
m asa. La policía secreta, que A rendt añade a queda de los antecedentes históricos, pues se
este elenco en el plano institucional, y el con­ establecieron diversas analogías pero no se
trol m onopolista de los medios de com unica­ analizó el c ará cter de novedad su stancial de
TOTALITARISMO 1577

los regímenes totalitarios; también m ostraron go oficial p a ra cualquier crim inal que h u b ie­
una eficacia m ayor en el análisis de las rela­ ra logrado evitarla hasta el momento.
ciones entre el t. fascista y el t. com unista, ya K arl A. W ittfogel puso el acento especial­
que no se ha podido rechazar la existencia de m ente en el despotism o oriental, como an te ­
elem entos de semejanza, si bien se han encon­ pasado del t. m oderno y sobre todo del com u­
trad o tam bién diferencias muy relevantes, y nista. Este au to r p a rte de la concepción m ar-
finalm ente lograron u n a eficacia m áxim a en xiana del "m odo de producción asiático ”, en
la limitación del cam po de aplicación del con­ el que las exigencias de la irrigación en
cepto de t., una dirección en la que, p o r lo am plia escala y de las obras de control de las
dem ás, la tendencia revisionista ha afectado inundaciones produjeron una intervención
la teo ría de F riedrich y Brzezinski m as no masiva del estado, que, al convertirse en orga­
(o sólo de m anera indirecta) la de Arendt. Será nizador exclusivo del trab ajo colectivo, se
oportuno, pues, exam inar por separado estos transform ó tam b ién en el patró n de la socie­
tres sectores de investigación. dad. El resultado político fue un despotism o
buro crático en el q u e las divisiones de clase
II. TOTALITARISMO MODERNO Y EXPERIENCIAS POLITI­ fueron su stitu id as por las distinciones de
CAS a n t e r io r e s . Diversos autores han encon­ estrato en el seno de una sociedad b urocrati-
trad o antecedentes históricos del l. tanto en zada, y que W ittfogel describe como un sis­
la antigüedad griega y rom ana como en el des­ tem a de "p o d er to ta l” . El poder del despotis­
potism o oriental y en algunas experiencias mo oriental es total porque no se ve frenado
políticas de la Europa moderna. Franz Neum- ni por b arreras constitucionales ni por b a rre ­
m ann, en tre otros, ha puesto su atención en ras sociales; adem ás se ejerce en beneficio de
la antigüedad griega y romana, y sostiene que los gobernantes y está concentrado ordinaria­
tanto el régimen espartano como el del im pe­ m ente en m anos de un solo hombre. Al poder
rio rom ano de la época de Diocleciano fueron total le co rresp o n d en un te rro r total, ejerci­
“ d ictad u ras to ta lita ria s ” . En el prim er caso do p o r m edio de un control centralizado del
N eum ann señala el dom inio absoluto de los ejército, de la policía y de los servicios de
espartan o s sobre los ilotas, basado en el inform ación, y con el recurso a la técnica sis­
te rro r policiaco perm anente que se ejercía tem ática del “ gobierno del látigo”; una sum i­
m ediante escuadras de jóvenes esp artan o s sión total de los súbditos, condicionada por
que los éforos m andaban ocultamente, de tan­ el miedo, simbolizada por la práctica constan­
to en tanto, p a ra a te rro riz a r y asesinar a los te de la postración y por la cual la obedien­
ilotas; asim ism o la cohesión de la clase dom i­ cia se convierte en la virtud más grande del
nante fue conseguida con un control com ple­ hom bre, y un aislam iento total, que envuel­
to de la sociedad y de la vida privada p o r ve no sólo al hom bre común, que teme cons­
m edio de técnicas y de instituciones especia­ tantem ente com prom eterse, sino tam bién al
les, com o el acuartelam iento de los niños a funcionario b u ro crático y al mismo jefe
la edad de seis años y un rígido sistem a de suprem o, que siem pre están alerta y no con­
educación estatal. En el segundo caso N eu­ fían en nadie. W ittfogel considera que este
m ann concentra la atención en la despiada­ despotism o b u ro crático , que llam a “ semi-
da política de reglam entación social con la gerencial”, “h id ráu lico ” u "o rien tal”, debe
que Diocleciano trató de fren ar el proceso de acercarse —como una variante del mismo sis­
disgregación de la vida económica, im ponien­ tem a— al despotism o que él llama "gerencial
do de m anera coercitiva un estado co rp o ra­ to ta l”, “ to talitario ” o "com unista”, en el que
tivo que garantizaba la producción y la d is­ la función económ ica de base ya no está cons­
ponibilidad de las fuerzas de trabajo. Se orga­ titu id a por el sim ple control centralizado de
nizaron en gremios todos los oficios y las p ro ­ las aguas sino p o r el control centralizado de
fesiones y la pertenencia a aquéllos se volvió todos los recu rso s fundam entales.
obligatoria y hered itaria; los m ineros y los Tam bién B arrington Moore, a p esar de que
excavadores llevaban una m arca, los panade­ no com parte el planteam iento de W ittfogel,
ros sólo podían casarse con fam iliares de sus p resta atención al despotism o oriental y en
com pañeros de trabajo y la inscripción en los particular en los ejemplos de la India y de Chi­
grem ios se convirtió muy p ro n to en el c a sti­ na, buscando en ellos los antecedentes h istó ­
1578 TOTALITARISMO

ricos del t. m oderno; señala, en este sentido, dem ás, tam bién algunos de los au to res que
la obra de estandarización y de uniform ación p u sieron en evidencia esos antecedentes h is­
de la b u ro cracia estatal, la existencia de un tóricos. Los caracteres que siguen siendo
sistem a m uy d esarro llad o de espionaje y de específicos y únicos del t. son, p o r un lado,
delación recíproca y u n a doctrin a política la unión de la penetración total del cuerpo
caracterizad a p o r un racionalism o am oral, social con una movilización perm an en te e
interesado únicam ente en la técnica política igualm ente total, que envuelve a toda la socie­
m ás eficaz. Moore en cu en tra en la dictad u ra dad en un m ovim iento incesante de tra n s ­
teocrática de Calvino en G inebra un antece­ form ación del orden social, y, p o r el otro lado,
dente tam bién m uy parecido al t. m oderno. la intensificación al grado máximo, y sin p re ­
El objetivo de Calvino consistía en co n stru ir cedente en la historia, de esta penetración-
un estado cristian o de acuerdo con el m ode­ m ovilización de la sociedad.
lo de la teocracia israelita de la época de los E n tre los antecedentes históricos reco rd a­
reyes, basado en la do ctrin a de la p red esti­ dos antes es obvio que no se encuentra, en
nación. La d ic tad u ra de Calvino, que tuvo su efecto, la m ovilización total de la sociedad.
periodo de pleno desarro llo d u ran te los ú lti­ E sp a rta e ra u n a ciudad estática, b asad a en
mos años de la vida del refo rm ad o r (de 1555 la explotación de los ilotas, pero en la que a
a 1564), ejerció el mayor influjo en las costum ­ los esclavos explotados no se íes exigía la p a r­
bres y en las ideas cotidianas de la población, ticipación política y el apoyo activo al régi­
llegando a p ro h ib ir las fiestas y los pasatiem ­ men; p u ed e decirse lo m ism o del im p erio
pos preferidos de G inebra, a d ecretar el co r­ rom ano bajo Diocleciano y de ios trab a jad o ­
te de los vestidos y el tipo de calzado que res inscritos coercitivam ente en los gremios.
debían u sa r los ciudadanos. No m odificó en Las sociedades típicas del despotism o o rien ­
cam bio la esencia del orden político an terio r tal eran tam bién, como lo reconocen W ittfo-
sino que trató de condicionarlo y de infundir­ gel y M oore, tradicionales y estacio n arias, y
le el espíritu del calvinism o; procedió de esta en ellas el p o d er despótico se lim itab a a la
m anera, po r ejemplo, ta n to en las institu cio ­ obediencia ab soluta del súbdito, sin exigir la
nes representativas creadas por la burguesía ortodoxia ideológica y la adhesión en tu sias­
como con las m ism as elecciones. El principal ta al régim en. Por últim o, tam bién la d icta­
instrum ento institucional de la dictad u ra fue d u ra teocrática de Calvino, que tratab a igual­
el Consistorio, que había sido concebido en m ente de m oldear la m ism a vida privada de
sus orígenes sólo como un medio p ara su p er­ los ciudadanos, carecía del incensante m ovi­
visar las cuestiones m atrim oniales, pero que m iento activista y de la continua movilización
en cierto m om ento se convirtió en el centro en vistas a una transform ación radical de la
principal del control político, m oral y religio­ sociedad, que son típicas del t. del siglo xx.
so, y que cum plía tam bién funciones de poli­ En estos an tecedentes histó rico s no se
cía secreta y de cen su ra moral. encuentra tampoco la intensificación al m áxi­
No corresponde exam inar aquí uno p o r uno mo de la penetración de la sociedad que dis­
todos los puntos de vista expuestos más a rri­ tingue al t., y que sólo los in strum entos p ro ­
ba, para calcu lar en detalle el g rado de vali­ porcionados p o r la tecnología m oderna y la
dez o invalidez de las analogías que éstos esta­ m ism a com binación de movilización y pene­
blecen. Podemos conceder sin m ás que todos tración han podido perm itir. Wittfogel adm ite
estos puntos de vista son elem entos de ver­ que los despotism os oriéntales, si bien son
dad, en el sentido de que existen sem ejanzas capaces de im pedir el crecim iento de organi­
efectivas en tre los regím enes despóticos y zaciones secundarias eficientes, carecen sin
absolutos mencionados por ellos y el t. m oder­ em bargo de los instrum entos de eficacia y de
no. Pero estas analogías no son decisivas por­ alcance universal que perm iten a los regím e­
que, después de que se han delim itado todas nes totalitarios extender su control total a las
las posibles confrontaciones y después de que organizaciones prim arias y a los distintos ciu­
se han establecido todos los puntos de con­ dadanos. Se pueden hacer observaciones
tacto, el t. conserva, a p esar de todo, algunos parecidas p ara todos los estados absolutos de
caracteres fundam entales que son específica am plias dim ensiones que se recuerdan en el
y únicam ente suyos; así lo reconocen, p o r lo pasado, incluyendo el régim en de Dioclecia-
TOTALITARISMO 1579

no. Tam bién los regím enes absolutos de m entos puestos a disposición por la tecnolo­
com unidades pequeñas, como E sparta o Gine­ gía m oderna. B aste pensar en el efecto que
bra, carecen de la fuerza de penetración y de ha tenido el d esarro llo tecnológico sobre los
reglam entación de la actividad económ ica y instrum entos de la violencia, sobre los medios
de toda la vida social q u e encontram os en el de com unicación masiva, sobre los medios de
t. En general, cuando pasam os "de la do ctri­ tran sp o rte; sobre las técnicas organizativas,
na y del ap ara to de control de estos regím e­ de reg istro y de cálculo que hacen posible la
nes prein d u striales al examen de su influjo dirección central de la economía, y sobre las
en la población gobernada —afirm a ju s ta ­ técnicas de supervisión y de control de la poli­
m ente M oore— nos llam a inm ediatam ente la cía secreta.
atención la diferencia fundam ental en tre las
viejas form as y el t. contem poráneo.Los con­ II. TOTALITARISMO FASCISTA Y TOTALITARISMO COMUNIS­
troles del t. m oderno gravitan de una m ane­ TA. Las diferencias e n tre el t. fascista y el t.
ra mucho más p ro fu n d a en la tram a social de com unista deben referirse a las diferencias
lo que jam ás haya ocu rrid o en la historia. En en tre el fascism o y el com unism o en general.
este aspecto son realm ente únicos. E stas últim as son, an te todo, diferencias de
Condiciones sociales p articu lares que se ideología y de base social.
han realizado en el m undo contem poráneo La ideología com unista es un conjunto de
han hecho posibles a su vez los caracteres úni­ principios coherente y elaborado, que descri­
cos del t. Éstas se encuentran nuevam ente en be y guía u n a tran sfo rm ació n to tal de la
la form ación de la sociedad industrial de estru ctu ra económico-social de la comunidad;
m asa, en la p ersisten cia de un panoram a la fascista, de la que aquí se considera la v er­
m undial dividido y en el desarrollo de la tec­ sión nazi más radical, es un conjunto de ideas
nología m oderna. 1] La industrialización tien­ y de m itos m ucho m enos coherente y elabo­
de a producir, p o r un lado, la desvalorización rado, que no prevé ni guía u n a tran sfo rm a­
de los grupos p rim ario s y de los interm edios ción total de la e stru c tu ra económico-social
y la atom ización de los individuos, y p o r este de la com unidad. La ideología com unista es
medio hace posible un increm ento decidido hum anista, racionalista, universalista; su
de la penetración política, y, por otro lado, punto de p artid a es el hom bre y su razón, y
produce la urbanización, la alfabetización, la asum e por lo tanto la forma de un credo u n i­
secularización cu ltu ral y el ingreso de las versal, que ab arca a todo el género hum ano.
m asas en la política y p o r este medio im pone La ideología fascista es organicista, irracio ­
un increm ento decisivo en la movilización nalista y antiuniversalista; su punto de p a r­
política. Por esta razón la form a extrem a del tida es la raza, concebida como una entidad
despotism o m oderno, el t., debe crearse de absolutam ente su p erio r a los hom bres indi­
m anera coercitiva un apoyo m asivo que se viduales, y asum e p o r lo tanto la form a de un
extiende virtu alm en te a toda la sociedad. 2] credo racista que tr a ta con desprecio, como
Además, en las condiciones sociales creadas una fábula, la idea ética de la unidad del géne­
por la industrialización, la persistencia de un ro humano. La ideología com unista presupo­
panoram a m undial dividido, y por lo mismo ne la bondad y la perfectib ilid ad del hom bre
inseguro y am enazador, tiende a com prom e­ y se propone la instauración de una situación
te r en la gu erra y en la preparación bélica a social de plena igualdad y libertad; dentro de
fracciones cada vez m ás grandes de los recu r­ este m arco la " d ictad u ra del p ro letariad o ” y
sos y de las actividades de la nación, h asta el la violencia son sim ples instrum entos, nece­
punto de tra n sfo rm a r todo el país en una sarios pero tem porales, para realizar el obje­
enorm e m áquina de g u erra. De este modo la tivo final. La ideología fascista presupone la
anarqu ía internacional favorece un acrecen­ corrupción del h o m b re y se propone la ins­
ta m ie n to ex plosivo de la p e n e tra c ió n - tau ració n del dom inio absoluto de una raza
movilización, especialm ente en los países más sobre todas las demás; la dictadura, el Führer-
expuestos a los peligros externos. 3] Final­ prinzip y la violencia son principios perm a­
m ente hay que reco rd ar tam bién que la nentes de gobierno, indispensables p ara m an­
penetración-m ovilización to ta lita ria de la ten er sujetas o p a ra liq u id ar las razas infe­
sociedad no po d ría realizarse sin los in stru ­ riores. Finalm ente la ideología com unista es
1580 TOTALITARISMO

revolucionaria, pues se presen ta como h ere­ en gran p a rte con vida la an tig u a clase d iri­
dera de los ideales de la Ilustración y de la gente, tan to económ ica como b u ro crática y
revolución francesa, a los que intenta d a r un m ilitar, tra ta n d o p rim ero de h acerla su alia­
contenido económico y social efectivo con una da y luego de conv ertirla en un in stru m en to
revolución p ro fu n d a de la e stru c tu ra de la de su pro p ia política.
sociedad. La ideología fascista es reacciona­ Estas diferencias pueden m itigarse o rec­
ria en tanto es heredera de las tendencias más tificarse tanto en su caso como en el otro. Por
extrem istas del pensam iento co n trarrev o lu ­ lo que resp ecta a la ideología en p articu lar,
cionario del siglo pasado, en sus com ponen­ debe señalarse que la nazi, si no req u iere
tes irracio n alistas, racistas y radicalm ente una tran sfo rm ació n total de la e stru c tu ra
antidem ocráticos; y en ciertos aspectos, como económ ico-social de la com unidad, im pone
los m itos teutónicos, el ju ram en to personal sin em bargo u n a transform ación radical del
al jefe, el hincapié puesto en el honor, la san­ orden político-social: se proponía revolucio­
gre y la tierra, vuelve su m irad a hacia atrás n a r el m apa racial ue Alem ania y de E uropa
hasta un o rden preburgués. mediante la eliminación de los judíos y el esta­
Las diferencias sociales básicas se refieren blecim iento del dom inio absoluto de la raza
tanto, en general, al am biente económico- superior sobre las inferiores. El hecho de que
social como, m ás en p articu lar, a la base de este modo la ideología nazi no d irija la obra
apoyo masivo y del reclutam iento del nuevo de transform ación a las relaciones económ i­
régimen, y a las actitudes recíprocas del nue­ cas, y oriente p arte de la agresividad hacia el
vo régim en y de la antigua clase dirigente. El exterior m ás que hacia el in te rio r del cu erpo
com unism o se establece frecuentem ente en social, no cam bia la circustancia de que se
una sociedad en que el proceso de in d u stria­ propone u n a tran sfo rm ació n radical del
lización y de modernización apenas ha comen­ orden político-social. Por o tra p arte la ideo­
zado o está en sus prim eras etapas, y se hace logía com unista no ha sido siem pre una doc­
cargo de una industrialización y una m oder­ trin a coherente y una guía coherente de la
nización forzadas y lo más ráp id as posible. acción política: en la fase to talitaria del régi­
El fascism o se establece con más frecuencia men soviético, precisam ente, los cam bios de
en sociedades en que el proceso de in d u stria­ rum bo bruscos y arb itrario s de Stalin ponen
lización y m odernización ya está adelantado de m anifiesto que en gran p arte una raciona­
y a buena altura, y su objetivo no consiste tan­ lización de la conducta del dictador. En cuan­
to en la industrialización y m odernización de to a la b ase social, cabe señalar que antes de
la sociedad com o en la movilización y subor­ la revolución los bolcheviques recibieron el
dinación de una sociedad ya in dustrializada apoyo no sólo del pro letariad o sino tam bién
y m odernizada p ara sus propios fines. En el de una p a rte de la burguesía, y que del m is­
com unism o la base del apoyo masivo al régi­ mo modo los nazis tuvieron el apoyo no sólo
men, y la fuente privilegiada del reclutam ien­ de la pequeña y de la gran burguesía sino tam ­
to de !a élite, está constituida por la clase bién de una p a rte del pro letariad o urbano,
obrera, por el proletariado urbano. En el fas­ aunque en una proporción m enor respecto del
cismo la base del apoyo masivo al régimen, peso relativo dentro de la población total.
y la fuente privilegiada del-reclutam iento de Además, si es cierto que una parte de las gran­
la élit.e, está co n stitu id a por la clase peque- des finanzas y de la gran in dustria financió y
ñoburguesa: em pleados, cam pesinos, peque­ apoyó a los nazis en las fases de la in sta u ra ­
ños com erciantes, m ilitares, intelectuales ción y de la consolidación del régim en, es
frustados, que se sienten asfixiados entre la igualm ente cierto que cuando el régim en
gran burguesía y las organizaciones del p ro ­ entró en la fase to talitaria las grandes finan­
letariado. A este apoyo masivo del fascism o zas y la gran in d u stria se convirtieron en ins­
se le añade muy pronto el financiam iento y trum entos de la política nazi en un grado
el apoyo de las grandes finanzas y de la gran mucho m ayor de lo que esta últim a había sido
industria. El com unism o, finalm ente, descu­ un in stru m en to de aquéllas.
bre y liquida com pletam ente la antigua cla­ Sin em bargo, una vez que hem os in tro d u ­
se dirigente, tan to la económ ica como la de cido todas estas correcciones, como creo que
la adm inistración del estado. El fascismo deja se debe hacer, el resultado no cam bia mucho.
TOTALITARISMO 1581

Las diferencias básicas sociales e ideológicas no, y no lo es tam poco el fascism o, a pesar
m encionadas an terio rm en te, en conjunto, de que su ideología, que concibe la violencia
siguen siendo reales y profundas, y dentro de y la personalización del poder com o p rin ci­
la perspectiva delineada por las mism as, tan­ pios perm anentes, se aproxim e m ucho m ás
to el fascism o como el com unism o siguen a la esencia del to talitarism o .
siendo fenóm enos c la ra y decididam ente Por o tra parte, las diferencias en tre fascis­
opuestos. mo y com unism o producen efectos relevan­
Lo que más bien debiera objetarse a los que tes en la m ism a p ráctica to talitaria. É sta
insisten en estas diferencias en tre el fascis­ adquiere, en los diferentes sistem as, caracte­
mo y el com unism o es que no constituyen un res p arcialm en te diversos, en relación con la
argum ento pertin en te en co n tra del uso del orientación política general del sistem a polí­
concepto de t. p ara designar los regím enes tico, y adquiere, además, en los diferentes sis­
tanto fascistas como com unistas, o m ejor tem as, una dinám ica evolutiva d istinta. La
dicho p ara designar u n a cierta fase h istó ri­ orientación política general del com unism o
ca del sistem a com unista soviético y una cier­ es la industrialización y la modernización for­
ta fase h istórica del sistem a nazi alem án. No zadas en vistas a la construcción de una socie­
son un argum ento p ertin en te las diferencias dad "sin clases”; la orientación política gene­
de ideología, porque basándose en ideologías ral del fascismo es la instauración de la supre­
que tienen contenidos diversos se pueden m acía ab soluta y p erm an en te de la raza ele­
c o n stru ir prácticas de dom inio político su s­ gida. Por esta razón, en ios dos tipos de sis­
tancialm ente análogas. Y no son un argum en­ tem as el t. está ligado, por ejemplo, con u na
to pertinente las diferencias sociales, porque política económ ica distinta: por un lado, se
a p a rtir de un am biente económico-social procede a u n a cstatización com pleta de las
diverso y de u n a com posición social diversa actividades económ icas y p o r el o tro se m an­
del apoyo masivo se puede llegar, igualm en­ tiene la mayor parte de la economía en la esfe­
te, a prácticas de dominio político sustancial­ ra privada y se tra ta únicam ente de som eter­
m ente análogas. En la Alemania h itlerian a y la a sus propios fines; y por medio de un tipo
en la R usia stan lin ian a se produjo p recisa­ distin to de violencia, es un caso, el resu ltad o
m ente este fenómeno. Sobre bases sociales más característico es el cam po de trabajo for­
diversas e ideologías diversas se levanta una zado, m anifestación de la violencia com o
práctica política fundam entalm ente sem ejan­ medio para c o n stru ir un nuevo orden, o en
te, hecha de un p artid o m onopolista, de una el otro, el resu ltad o más característico es el
ideología de tran sfo rm ació n de la sociedad, cam po de exterm inio, m anifestación de la
del poder absoluto de un jefe, de un te rro r sin voluntad de destrucción pura y simple de una
precedentes y —en consecuencia— de la des­ raza considerada inferior. En cuanto a la
trucción de todas las líneas estables de dis­ dinám ica evolutiva diversa se puede recordar
tinción entre el aparato político y la sociedad. la distinción hecha por A. J. Groth que se basa
Si llam am os e in terp retam o s esta práctica en el diverso grado de vulnerabilidad de los
política con el nom bre y el concepto de ” t.”, regímenes totalitarios. Los sistemas com unis­
podemos y debemos, entonces, usar este nom­ tas son m enos vulnerables porque d estruyen
bre y este concepto siem pre (y sólo cuando) la antigua clase dirigente y plasm an totalm en­
aparezca la práctica correspondiente, ya sea te de nuevo la estru ctu ra social; por esto, una
que se.realice en un sistem a fascista o que se vez que se hayan consolidado y hayan crea­
lleve a cabo en un sistem a com unista. De ahí do una sociedad sustancialm ente hom ogénea
que sea legítimo h ab lar de "t. fascista” y de pueden prescindir de la violencia masiva y de
"t. com unista” en el sentido que acabam os de la política totalitaria y em plear instrum entos
señalar. Pero de ahí tam bién que sea ilegíti­ de gobierno que se basen m ás en la p ersu a­
mo usar dichas expresiones si con ellas se pre­ sión y el consenso. P o r el contrario, los siste­
tende afirm ar que el com unism o y el fascis­ m as fascistas son m ás vulnerables porque
mo son por su n atu raleza fenómenos n ecesa­ dejan intactas —en gran m edida— la antigua
riam ente totalitarios. No lo es el comunismo, clase d irig en te y la m ism a e s tru c tu ra
en cuya com pleja h isto ria la práctica to tali­ económico-social; p o r esto se encuentran con
ta ria se produjo sólo en el régim en stalinia- crisis recurrentes, provocadas por los antago­
1582 TOTALITARISMO

nism os que se producen con tal o cual frac­ punto de vista, el t. se presenta, de u n a m ane­
ción de la antigua clase dirigente, y de las cua­ ra m ucho m ás simple, como una tendencia-
les no pueden salir victoriosos si no es por lím ite de la acción política dentro de la socie­
medio de una nueva intensificación de la vio­ dad de m asa, como cierto m odo extrem o de
lencia m asiva y de la política to talitaria. Por h acer política caracterizado por un grado
lo dem ás, como ya es m uy bien sabido, p ara m áxim o de p enetración y de m ovilización
el sistem a nazi la violencia masiva es un prin­ m onopolista de la sociedad, que tom a c u e r­
cipio de gobierno perm anente p ara conseguir po en p resencia de d eterm inados elem entos
y conservar el dom inio de la raza superior constitutivos. El t. en cuanto tal asum e carac­
sobre las inferiores. teres diversos y está unido con objetivos
Se com prende, d en tro de esta perspectiva, diversos y con un destino diverso, según el sis­
por qué el hecho de que las teorías clásicas tem a político p articu la r en que se en carn a
del t. hayan ignorado o subvaluado de m ane­ y según el correspondiente am biente eco­
ra drástica las profundas diferencias entre el nómico-social.
fascism o y el com unism o no haya estado
exento de considerables consecuencias nega­ IV. EL PROBLEMA DE LA EXTENSION DEL CONCEPTO DE
tivas. En cuanto a la teo ría de F ried rich y t o t a l it a r is m o . La crítica revisionista ataca
Brzezinski, esta ignorancia o subvaluación es aquí la tendencia, representada especialm en­
uno de los facto res que están en el origen de te por Friedrich y traducida tam bién en el len­
la aplicación indebida del concepto de t. a guaje práctico de la política, a am p liar la apli­
todos los regím enes com unistas, así como cación del concepto de t. a todos los regím e­
tam bién de la desconcertante previsión —he­ nes com unistas. Los críticos han tra ta d o de
cha en 1956 basándose en la tendencia ante­ dem ostrar, en contra de la licitud de esta ope­
rior de los “ sistem as fascista s” y de los "sis­ ración, la heterogeneidad su stancial en tre el
tem as co m u n istas”— de que "las d ictad u ras régim en staliniano y los o tro s regím enes
to talitarias seguirán haciéndose más totales, com unistas, así como la discontinuidad entre
a pesar de que el ritm o de esta intensificación el régim en staliniano y el régim en soviético
pueda dism inuir". post-staliniano. P ara este fin la c rítica revi­
En cuanto a Arendt, la ignorancia o la sub­ sionista concentra su atención en tres puntos:
valuación, a la que hice alusión, es uno de los la diversidad respecto del papel y del peso del
factores que explican ciertos aspectos exage­ terror; la diversidad respecto de la p erso n a­
rados de su interpretación del fenómeno tota­ lización del poder y la m itigación de la im por­
litario. P ara A rendt el t. es una especie de tancia de la ideología y en general de muchos
esencia política enteram ente en cerrad a en sí de los controles típicos del dom inio to tali­
misma, que no es alterad a por los diversos tario.
am bientes económ ico-sociales ni por el con­ No cabe duda que los prim eros autores, que
tenido de la ideología: su n atu raleza es la elaboraron y aplicaron el concepto de t., des­
transform ación de los hom bres en haces de cubrieron en el te rro r su cara c te rístic a fun­
reacción intercam biables, una tran sfo rm a­ dam ental. P ara Arendt, como hem os visto, el
ción puesta en m ovim iento por la lógica te rro r es la "esencia del t."; p a ra Brzezinski,
deform ada de la ideología m ás que por su su "característica más universal” (The perma-
contenido. Ahora bien, esta definición de la nent purge, 1956); p a ra M erle Fainsod es el
.naturaleza del t. me parece un modo de con­ "pilar del t.” (How Russia es ruled, 1953); para
fundir una in terp retació n de los efectos de F riedrich y Brzezinski, su "colum na v erte­
ciertas instituciones del te rro r to talitario, b ral”. De acuerdo con este planteam iento ini­
como los cam pos de concentración, con el fin cial el te rro r to talitario se diferencia del usa­
mismo del dom inio totalitario, y lo que hace do p o r los antiguos regím enes au to ritario s
posible la confusión es, en tre otras cosas, el tanto p o r su cualidad como p o r su cantidad.
hecho de que Arendt lleva demasiado adelante Aquél golpea adem ás a los enem igos p resu n ­
el procedim iento de abstracción y no p resta tos u "objetivos" y a otras víctim as inocen­
suficiente atención a los contextos y a los ras­ tes: en este caso las víctim as no se convier­
gos diferenciados de las diversas experiencias ten en objeto del te rro r porque son "enem i­
to talitarias. C onsiderado desde este últim o gos" o "traidores" sino en "enemigos" o "trai­
TOTALITARISMO 1583

d o re s” porque son objeto del terro r; golpea jurisdicción de los trib u n ales m ilitares, la
en grande a estrato s o grupos profesionales reducción de las sanciones am enazadas por
o grupos étnicos enteros, y golpea de modo las violaciones de la disciplina del trabajo, la
continuo y capilar; todos se sienten bajo el introducción de num erosas g aran tías proce­
control constante de la policía,y nadie puede sales, y así sucesivam ente. P ero por encim a
decirse que está a salvo del te rro r totalitario. de todas estas innovaciones norm ativas e ins­
Esta especie de te rro r es un instrum ento esen­ titucionales, lo que desapareció en la R usia
cial del dom inio to talitario: inhibe cualquier post-staliniana fue la capa de te rro r om nipre­
tipo de oposición, fuerza la adhesión y h asta sente que cubría todos los aspectos de la vida
el apoyo entusiasta al régim en y eleva al máxi­ social. El régim en soviético sigue siendo una
m o la penetración y la movilización política d ic ta d u ra m o n o p a rtid ista , que re c u rre
de la sociedad. am pliam ente a los m edios coercitivos; pero
Ahora bien, la acción del te rro r totalitario el dinamismo específico del te rro r to talitario
—entendido de este m odo— se en cu en tra en es un recuerdo del pasado.
la R usia staliniana de los años trein ta, espe­ La conclusión que hay que sacar de estas
cialm ente a p a rtir de 1934, y m ás adelante consideraciones es la m ism a que sacó desde
tam bién en el periodo posbélico, con las gran­ el principio Arendt: la lim itación del cam po
des purgas, la liquidación de grupos sociales de aplicación del concepto de t. a sólo los regí­
enteros y de los cu ad ro s dirigentes del p a rti­ menes de H itler en Alemania y de S talin en
do, las deportaciones masivas, los cam pos de Rusia. Diversos au to re s prefirieron en cam ­
concentración y de tra b a jo forzado, y en la bio m odificar el concepto de t. en el sentido
Alem ania hitleriana, especialm ente a p a rtir de una m oderación radical del papel del
de 1937-1938, con el pleno predom inio de las terro r, p ara p oder am p liar su aplicación a
ss sobre las dem ás organizaciones policiacas todos los regím enes com unistas y a la Rusia
y sobre el m inisterio del interior, los pogrom post-staliniana. Fainsod, que descubrió en el
co n tra los judíos, la deportación o la elim i­ te rro r el "p ilar del t.”, habló m ás ta rd e de un
nación de los judíos "ociosos”, "aso ciales”, "t. racionalizado”, en el que el te rro r ocupa
enferm os m entales, etc., los cam pos de con­ sim plem ente "un lu g ar” {HoWRussia is ruled,
centració n y de exterm inio; tan to en Rusia 2a. ed„ 1963); Friedich, que definió el te rro r
como en Alemania, el cuadro se com pleta con como la "colum na v erteb ral del t . '\ afirm ó
una tu p id a red de vigilancia y de espionaje m ás tard e que había sobrevaluado el fenóm e­
policiaco. No se encuentra, en cambio, en la no, que en el "t. m a d u ro ” se reduce a la p re ­
Italia fascista ni en los países com unistas del sencia de un " te rro r psíquico” y de un "con­
este europeo, salvo algunos episodios aisla­ senso general” (Totalitarian dictatorship and
dos del periodo de m áxim o poder de Stalin, autocracy, 2a. ed., 1965), y Brzezinski, que
y no se en cu en tra tam poco en la R usia post- había encontrado en el te rro r la " c a ra c te rís­
staliniana, cuya diferencia m ás m acroscópi­ tica m ás universal del t.”, dejó en el olvido
ca en relación con el periodo anterior consiste dicha característica al hablar de un "t. volun­
precisam ente en un decrecimiento sustancial, ta rio ” (Ideology and pow er in Soviet Union,
cuantitativ o y cualitativo del te rro r, como lo 1962). Pero estas rectificaciones de rum bo
dem uestran muchos testim onios de ciudada­ —arguye la crítica rev isio n ista— sólo sirven
nos soviéticos y como lo confirm an n um ero­ p ara ju stificar la operación incorrecta de
sos estudios de observadores especializados reducir el concepto com ún de t. tipos de regí­
del sistem a político soviético. Este cam bio se menes políticos que son claram ente distintos
puso de m anifiesto en una m ultiplicidad de respecto de la función del terro r, y, p o r este
innovaciones n o rm ativ as e institucionales, cam ino, respecto del grado de la penetración
como la abolición de la comisión especial del y de la movilización política de la sociedad,
m inisterio del in terio r que tenía el p oder de a la que se refiere de m an era pecu liar la
d ep o rta r a los cam pos sin proceso, la aboli­ noción de to talitarism o.
ción de un p o d er análogo de la policía políti­ O tro punto en el que se ha puesto el acento
ca, la abolición de los procesos secretos con­ es el de que los dos pro to tip o s de regím enes
tra las personas acusadas de delitos co n tra totalitarios, la Alem ania de H itler y la R usia
el estado, las lim itaciones im puestas a la de Stalin, se diferencian de los dem ás siste-
1584 TOTALITARISMO

m as, que se p re te n d e re m o n ta r al co ncepto m ente a la existencia de un jefe p e rso n a l, que


de t., p o r u n a p e rso n a liz a ció n del p o d e r lle­ se lib e ra del co n tro l de la o lig a rq u ía de p a r ­
vada h a s ta su s lím ites m ás ex trem o s. Se tido y co n fía en g ran m ed id a en la policía
re c o rd a rá que F rie d ric h y B rzezinski no le secreta y en u n te rro r total y p e rm a n en te p a ra
a trib u y e n u n a im p o rta n c ia e s tr u c tu r a l a la a se g u ra r u n a o b ed ien cia a b so lu ta a su s ó rd e ­
p erso n alizació n del p o d er. P o r o tra p a rte nes, ta n to de p a rte del h o m b re de la calle
A rendt, que tie n e com o p u n to de re fe re n c ia com o de p a rte de los m ás a lto s d ig n a ta rio s
p re c isa m e n te la A lem ania h itle ria n a y la del régim en. E sta c a ra c te rís tic a es com ún
R u sia sta lin ia n a , se ñ ala m u ch as veces de —d ecía en ese e n to n ces T u c k e r— a lo s “ regí­
m a n e ra c la ra el papel c a p ital del d ic ta d o r; m enes fa s c is ta s ” y a la d ic ta d u ra s ta lin ia n a
p ero luego, casi a despecho de sus m ism as (m as no a los d em ás regím enes c o m u n ista s,
a firm acio n es, no lo c o n sid e ra com o ele m en ­ incluyendo a la d ic ta d u ra so v iética post-
to c o n stitu tiv o del concepto de t. T ra ta de s ta lin ia n a y la p resta lin ia n a ).
achacarle toda la b ru ta lid a d del dom inio to ta ­ V olviendo al tem a en un ensayo de 1965,
lita rio a la lógica d e fo rm ad a de la ideolo­ T u ck er re s trin g e el á m b ito de los reg ím en es
gía, in te rp re ta c ió n é s ta so b re la que p esa su to ta lita rio s so lam en te a la A lem ania h itle ria ­
o rie n tac ió n co n serv a d o ra y v elad am en te tra- na y a la R u sia sta lin ia n a, y re fu e rz a la o p i­
d ic io n a lista y su h o stilid a d h acia to d a ideo­ nión de q u e el m ay o r d efecto de la s te o ría s
logía política. Los d a to s em p írico s q u e ten e ­ clásicas del t. c o n siste en a tr ib u ir le sólo al
m os a n u e s tra disposición, ta n to de la Alem a­ fa n a tism o ideológico todo el d in am ism o del
nia h itlerian a com o de la R usia staliniana, nos p o d e r y del te r r o r to ta lita rio , con la co n se­
obligan, en cam bio, a c o n s id e ra r que el te rro r cu en cia de d e sc u id a r o s u b e stim a r de m an e ­
to ta lita rio h a sido lib e rad o no sólo p o r u n a ra dinástica la in cid en cia del fa c to r p e rso n a l,
ideología de tra n s fo rm a c ió n ra d ic a l de la rep re se n ta d o p o r el dictad o r. E sta incidencia
sociedad, y n o sólo p o r la lógica p ro p ia de la e s tá u n id a no sólo con el hecho de q u e H itle r
ideología, sino tam b ié n —y de m a n e ra d e te r­ y S talin e ra n a u tó c ra ta s absolutos, q u e d e te n ­
m in a n te — p o r la acción del p o d e r p e rso n a l, ta b a n u n a su m a de p o d e r sin p re c e d e n te s en
o sea p o r la e s tra te g ia a d o p ta d a p o r el d ic ta ­ la h isto ria , sino tam b ié n con alg u n o s rasg o s
d o r p a ra c o n se rv a r su poder, y p o r los r a s ­ com unes (paranoides) de su p ersonalidad, que
gos c a ra c te rís tic o s de su p e rso n a lid a d . c o n s titu ía n u n p o d ero so e s tím u lo q u e m o ti­
E s ta tesis, según la cual el p o d e r p e rso n a l v ab a su c o n d u c ta de d ic ta d o re s to ta lita rio s .
del d ic ta d o r es u n a c o n sid e rac ió n esencial B asán d o se en los hechos que conocem os
p a ra el fu n cio n a m ie n to del d om inio to ta lita ­ —c o n clu ía T u c k e r—, no se p u ed e d e ja r de
rio, h a sido e sg rim id a con fu erz a e sp e c ia l­ re c o n o c e r q u e la p e rso n a liz a ció n del poder,
m ente p o r R o b e rt C. T ucker, En su ensayo de y en co n secu en cia la p erso n a lid a d del jefe, es
1961 pu so en evidencia las d eficien cias del uno de los co m p o n en tes re g u la re s y c o n sti­
concepto clásico de t. com o in stru m e n to de tu tiv o s del " sín d ro m e to ta lita r io ” .
an álisis co m p arad o , en tan to , p o r un lado, no R e c ien tem en te h a ido c re c ie n d o la convic­
d e te rm in a los rasgos com unes que s e p a ra n a ción del p ap el c a p ita l de la p e rso n a liz a ció n
los reg ím en es to ta lita rio s de los d e m á s re g í­ del p o d e r en el dom inio to ta lita rio . L eonard
m enes y, p o r el o tro , no especifica de u n a S ch ap iro , que es un d efen so r m ás b ien que
m a n e ra s a tis fa c to ria los m ism os c a ra c te re s u n c rític o del co n cep to de t., so stie n e q u e la
d istin tiv o s de los regím enes to ta lita rio s. En p rim e ra c a ra c te rís tic a p e rm a n e n te del fen ó ­
cu a n to al p rim e r p u n to T u ck er p ro p u so la m eno es precisam en te la existencia de u n jefe:
ca te g o ría gen eral de los regím enes revolucio­ un fa c to r que ju zg a m ás im p o rta n te que la
n a rio s de m asa y m o n o p artid ista s, c a ra c te ri­ ideología, de cuyo co n ten id o y de cu y a a p li­
zados p o r u n im p u lso re v o lu c io n a rio llevado cación el jefe se co n v ierte en á rb itro e x c lu si­
a d e la n te con u n a m ovilización m ás o m enos vo, y que el m ism o p a rtid o , que el jefe tra ta
in te n s a de la s m a sa s y guiado p o r u n p a rtid o de s u je ta r c o m p letam en te a su vo lu n tad , y en
único: fo rm a n p a rte de e s ta c a te g o ría los sis­ g e n e ra l m ás im p o rta n te y d e te rm in a n te que
tem a s m o n o p a rtid ista s co m u n istas, los fa s ­ c u a lq u ie r o tro fa c to r (Schapiro, 1969). T am ­
cistas y los nacio n alistas. En cu an to al segun­ bién H a n n a h A rendt sin tió la n ecesid ad , en
do p u n to , T u c k e r dirig ió su aten ció n p re c is a ­ la in tro d u c c ió n de la te rc e ra ed ició n de su
TOTALITARISMO 1585

lib ro (1966), de lla m a r n u evam ente la a te n ­ tra c ió n en la ideología y e n la guía c a rism á ti-
ción, de una m a n e ra m ás p ro n u n cia d a, en el ca deja de s e r funcional p a ra la co n serv ació n
papel del d ic ta d o r to ta lita rio , a firm a n d o , del sistem a, que tie n d e p o r lo ta n to a c o n so ­
e n tre o tra s cosas, q u e el régim en to ta lita rio lid a rse con el estab lecim ien to de la s u p re m a ­
dejó de ex istir en R u sia con la m u erte de Sta- cía del p a rtid o —m á s que del jefe p e rs o n a l—
lin del m ism o m odo q u e h a b ía dejado de exis­ com o fu en te de la leg alidad y del po d er. P o r
tir, en Alem ania, con la m u e rte de H itler. "Lo o tr a p arte, la cre a c ió n de u n a so cied ad r e la ­
decisivo no fue la g u e rr a —e scrib e — sino la tiv am en te h o m o g én ea conlleva el s u rg im ie n ­
m u erte de S talin o c u rrid a ocho años después. to de nuevas fu e rz a s sociales (una c la se
Como p u ed e v e rific a rs e viendo las c o sas en técnico-gerencial, los grupos de intereses, u n a
form a retrospectiva, e sta m u erte no fue segui­ in te lig u e n tsia con e s p íritu de independencia)
da sim p lem e n te p o r u n a c ris is de su cesió n y q u e obligan al p a rtid o a so m e te rse a un p r o ­
p o r un ‘descongelam iento' tem p o ral sino p o r ceso de a d a p ta c ió n , con el que red e fin e su
un a u té n tic o a u n q u e n u n ca inequívoco p ro ­ p ro p io p ap el d e n tro de la sociedad.
ceso d e d e s to ta lita riz a c ió n .” F inalm ente el sistem a m o n o p artid ista e s ta ­
R especto del c a m b io del régim en soviético bilizado, q u e es el re s u lta d o del p ro ceso de
desde la época de la d ic ta d u ra to ta lita ria de tra n sfo rm ac ió n , consolidación y ad ap tació n ,
Stalin h a sta n u estro s días, es p a rticu la rm e n te d ifiere del sistem a m o n o p artid ista revolucio­
o p o rtu n a la d istin c ió n hecha p o r S am uel P. n a rio p o r la s sig u ie n te s razones: la ideología
H u n tin g to n , q u e ta m p o c o to m a en c u e n ta el es m enos im p o rta n te com o elem ento p la s m a ­
elem ento del te rro r, e n tre los sistem as mono- do r de los fines y d e las decisiones de los jefes,
p a rtid is ta s rev o lu c io n a rio s y los siste m a s en ta n to q u e a d q u ie re n m ay o r v a lo r de las
m o n o p a rtid ista s e sta b iliza d o s. E sta d is tin ­ c o n sid e rac io n es p ra g m á tic a s; la guía p o líti­
ción c o n stitu y e la te r c e r a p e rsp e c tiv a d esd e ca tien d e a s e r o ligárquica, b u ro c rá tic a e in s ­
la q u e se pu ed e c o n s id e ra r, en se n tid o re v i­ titu c io n a liz a d a a n te s que p erso n al, carism á-
sio n ista, el p ro b le m a de la extensión del co n ­ tic a y a u to c rá tic a ; la s fu en tes de la in iciativ a
cepto de t. E n efecto, los regím enes to ta lita ­ e s tá n d ifu n d id a s e n tre las élites te c n o c rá ti-
rios (especialm ente los de tip o c o m u n ista) cas y d ire c tiv a s en lu g a r de c o n c e n tra rse en
ta m b ié n fo rm a n p a r te de los siste m a s m ono- la so la élite del p a rtid o , c o n la co n sec u e n c ia
p a rtid is ta s re v o lu c io n a rio s que tie n d e n a de que el a p a ra to del p a rtid o tiende a c o n v e r­
tra n s fo rm a r la so cied ad e im ponen en c o n se ­ tirs e en m e d ia d o r e n tre la e sta b ilid ad y el
c u en cia una p o litiz a c ió n m ás o m enos av a n ­ cam bio; su rg e u n a p lu ra lid a d de g ru p o s de
zada de la sociedad m ism a, au n q u e H u n tin g ­ in te re se s im p o rta n te s , y el a p a ra to del p a r t i ­
ton no ab o rd a la cuestió n de su identificación do se co n v ierte en el a g re g a d o r y en el re g u ­
específica. Lo que le u rg e a e s te politólogo es la d o r de los in te re se s que c o m p iten e n tre sí;
d e s c rib ir la evolución y el cam bio de los re g í­ se p re s e n ta en el e sc e n a rio u n a in te lig u e n t­
m enes m o n o p a rtid ista s rev o lu c io n a rio s en sia con e sp íritu de independencia que se d e d i­
g eneral, los cu a le s a tra v é s de un com plejo ca a c ritic a r el sistem a; la p a rticip a ció n p o p u ­
p ro ceso de tra n sfo rm a c ió n , co n so lid ació n y la r ya no es p ro d u c to exclusivo de la m ovili­
a d a p ta c ió n , se co n v ie rte n en sistem as c la r a ­ zación del p a rtid o sino tam b ié n de la co m p e ­
m ente diversos: los reg ím en e s m o n o p a rtid is­ te n c ia e le c to ra l d e n tro del m ism o p a rtid o .
tas e sta b iliza d o s, en los que no sólo tie n d e a E ste m odelo del siste m a m o n o p artid ista e s ta ­
d esaparecer la personalización del p o d er sino blecido, q u e p u e d e a p lic a rse a los siste m a s
que se a te n ú a el p a p e l de la ideología y d is ­ c o m u n ista s del e ste e u ro p e o y, en m uchos de
m in u y en de m a n e ra sig n ificativ a los m ism os su s a sp ec to s c a ra c te rís tic o s , ta m b ié n al
c o n tro le s po lítico s s o b re la sociedad q u e se a c tu a l régim en p o lítico de la U nión S o v iéti­
e s tr u c tu r a en a c tiv id a d e s c a d a vez m ás c o m ­ ca, es p o r lo ta n to su sta n c ia lm e n te d is tin to
plejas y d iv ersifica d a s. J u n to con el p ro ce so del m odelo del s is te m a m o n o p a rtid is ta re v o ­
de tra n s fo rm a c ió n se lleva a cabo la d e s tr u c ­ lu cio n a rio . E n c ie rto s ca so s las d ife re n c ia s
ción del viejo o rd e n y su su s titu c ió n con n u e ­ que se establecen e n tre esto s tipos de reg ím e­
vas in stitu c io n e s p o lític a s y nuevos m odelos n es —a firm a H u n tin g to n — p u e d e n se r ta n
sociales. Una vez q u e el g ru e so del p ro c e so m a rc a d a s com o las q u e se p ara n u n viejo ré g i­
de tra n sfo rm a c ió n se h a realizado, la c o n c en ­ m en m o n o p a rtid is ta rev o lu c io n a rio del vie­
1586 TOTALITARISMO

jo régim en z a ris ta tra d icio n a l. La conclusión ca, en los e le m en to s co n stitu tiv o s que c o n tr i­
es evidente: no se p u e d e n a p lic a r a los re g í­ bu y en a fo rm a rlo y en la s condiciones q u e lo
m enes m o n o p a rtid ista s establecidos las c a te ­ h icie ro n p o sib le en n u e s tro tiem p o . La n a tu ­
gorías p ro p ias p a ra in te rp re ta r los regím enes raleza e sp ecífica del t. debe e n c o n tra rs e en
m o n o p a rtid ista s rev o lu c io n a rio s o —con u n a c a ra c te rís tic a a m p lia m e n te rec o n o c id a
m ay o r ra z ó n — las c a te g o ría s p ro p ia s p a ra en la lite r a tu r a y a la que a lu d e la p a la b r a
in te r p re ta r a q u e llo s siste m a s m o n o p a rtid is ­ m ism a: la p e n e trac ió n y la m ovilización to ta l
tas rev o lu c io n a rio s p a rtic u la re s que son los del cu erp o social, con la d estru cció n de to d as
reg ím en es to ta lita rio s. las líneas e sta b lec id as de d istin ció n e n tr e el
a p a ra to p olítico y la sociedad. E s im p o rta n ­
v. c o n c l u s ió n . R a d ic aliz a n d o las c rític a s a las te s e ñ a la r la u n ió n e n tre el g ra d o de p e n e tr a ­
que se h a visto so m e tid a la noción, algunos ción y el g ra d o de m ovilización, p o rq u e la
a u to re s so stie n en q u e " t." es un e p íte to em o­ acción to ta lita ria p e n e tra en la sociedad h a sta
tivo de la lu ch a ideológica y p o lític a m ás que s u s célu las m ás escondidas, p re c is a m e n te
un co n cep to d e sc rip tiv o de la ciencia; q u e ha p o rq u e la envuelve to ta lm e n te en un m o v i­
tenido e se n c ia lm e n te la función de ju s tific a r m ie n to p o lítico p e rm a n en te . Los e le m e n to s
la p o lítica n o rte a m e ric a n a d u ra n te la g u e rra co n stitu tiv o s del t. son la ideología, el p a r ti­
fría, y q u e conviene p o r lo ta n to e x p u lsa rlo do único, el d ic ta d o r, el te rro r. La id eo lo g ía
del léxico del an álisis político. E sta acusación to ta lita ria p ro p o rc io n a u n a explicación in d is­
no es in c o rre c ta en c u a n to a su contenido, c u tib le del c u rs o h istó ric o , u n a c rític a ra d i­
p ero va m ás a llá de lo que significa. P o r una cal de la situ a c ió n e x iste n te y u n a gu ía p a ra
p a rte es difícil n eg ar q u e la noción de t. se su tra n sfo rm a c ió n ig u alm en te rad ic al, y, al
haya so m etid o a relev an tes y ten a c e s u so s o r ie n ta r la acción h a c ia un o bjetivo s u s ta n ­
ideológicos en el p erio d o de la g u e rr a fría, cial (la su p re m a c ía de la raz a elegida o la
pero, p o r o tr a p a rte , lo que e sta b a en juego so cied ad com unista), m ás que h acia in s titu ­
en e sta in stru m e n ta liz a c ió n ideológica e ra la ciones o fo rm as ju ríd ic a s, ju stific a un m ovi­
extensión del cam po de aplicación del concep­ m ien to c o n tin u o h a c ia el fin y la d e stru c c ió n
to de t. y no el concepto en cuanto tal. A m pliar o in stru m e n ta liz a c ió n de c u a lq u ie r in s titu ­
el n o m b re de " t . ” a to d o s los sistem as co m u ­ ción y del m ism o o rd e n a m ie n to ju ríd ic o . El
n ista s tu v o el sig n ificad o p o lítico ideológico p a rtid o único, an im ad o p o r la ideología, se
de a tr a e r so b re el enem igo el d e sp re c io y la opone y se so b re p o n e a la o rg an iz ac ió n del
h o stilid a d que la p a la b ra lleva consigo, p o r­ estado, tra s to rn a n d o la a u to rid a d y el com ­
que d esig n a p o r excelencia —en su sig n ific a ­ p o rta m ie n to re g u la r y p revisible, y p o litiz a
do ya c o n so lid a d o — e x p erien cias p o líticas los m ás d iv erso s g ru p o s y las m ás d iv e rsa s
p a rtic u la re s del p asado reciente, que se hicie­ activ id ad es sociales, m inando sus lea lta d e s y
ro n objeto de u n a co n d en a casi u n á n im e . De los c rite rio s de c o m p o rta m ie n to p a ra s u b o r­
p o r sí, el co n cep to de t., u n a vez que se ha d in a rlo s a los p rin c ip io s y a los im p e rativ o s
red u c id o a su fu n ció n de re p re s e n ta r esas ideológicos. El d ic ta d o r to ta lita rio e je rc e un
e x p erien cias p o lític a s y sólo ésas, no p ro d u ­ p o d e r ab soluto so b re la organización del rég i­
ce n in g u n a d e fo rm ac ió n ideológica sin o que m en, h aciendo flu c tu a r a su g u sto las j e r a r ­
c o n stitu y e u n im p o rta n te in stru m e n to d es­ quías, y so b re la ideología, de cu y a in te r p r e ­
crip tiv o , que tie n e to d a s las c a ra c te rís tic a s tació n y aplicació n el d ic ta d o r es el d e p o si­
p a ra fo rm a r p a rte del v o c a b u la rio del a n á li­ ta rio exclusivo, y con su v o lu n ta d a rb itra ria ,
sis político. D esigna en efecto c ie rto m odo sus tácticas aco m o d aticias p a ra c o n se rv a r el
ex trem o de h a c e r p o lític a en las sociedades p o d e r p e rso n a l y el im p acto de los rasg o s
de m asa, m uy real y c laram en te identificadle, c a ra c te rís tic o s de su p e rso n a lid a d , g a ra n ti­
que se m a n ife stó en n u e s tro siglo con rasgos za e intensifica al m áxim o la im p rev isib ilid ad
de n o vedad de g ra n im p o rta n c ia h istó ric a . y el m o vim iento in ce n sa n te de la acción to ta ­
R e to m an d o y re su m ie n d o los p u n to s m ás lita ria . El te r r o r to ta lita rio q u e se ve lib e ra ­
eficaces de las te o ría s y de las rev isio n es c rí­ do c o n ju n ta m e n te p o r el m o v im ien to de
ticas del t., que expuse a n te rio rm e n te , creo tra n sfo rm a c ió n rad ic al im puesto p o r la ideo­
que el fenóm eno se p u ed e d e sc rib ir sin té tic a ­ logía y p o r la lógica de la p e rso n a liz a ció n del
m en te b a s á n d o s e en su n a tu ra le z a esp ec ífi­ po d er, inhibe to d a oposición y a u n las c ríti­
TOTALITARISMO 1587

c as m ás débiles, y g e n e ra c o ercitiv am en te la de que tam poco e ra to ta litario el fascism o ita ­


a d h e sió n y el apoyo activo de las m a sa s al liano, que no o b s ta n te algunos co n sid e ran el
régim en y al je fe p e rso n a l. Las condiciones te rc e r p ro to tip o de t. y a p a r tir del cual se o ri­
que hiciero n p o sib le el t. son la form ación de ginó el n o m b re m ism o de to ta lita rism o .
la sociedad in d u stria l de m asa, la p e rs is te n ­ E n la I ta lia f a s c is ta la p e n e tra c ió n -
cia de u n á m b ito m u n d ia l dividido y el d esa­ m ovilización de la sociedad no se p u d o co m ­
rro llo de la tecnología m oderna. P or un lado p a ra r n u n ca con la a lc a n z ad a por el régim en
el im pacto de la in dustrialización en las g ran ­ h itlerian o y p o r el stalin ian o , y nu n ca e x istie ­
des so cied ad es m o d ern as, d e n tro del m arco ron, en su d im e n sió n específica, los elem en ­
de un á m b ito m u n d ia l in seg u ro y am en aza­ tos c o n stitu tiv o s d el t. La ideología tuvo m ás
dor, p e rm ite y favorece la co m binación de la bien p o r objeto m a n ife s ta r el sen tim ien to de
p e n e tra c ió n y de la m ovilización to ta l del com unión de los m ie m b ro s del p a rtid o q u e
cu e rp o social. P o r el o tro lado el im p acto del el de se r in s tru m e n to de g u ía p e rs is te n te de
d e s a rro llo tecnológico sobre los in stru m e n ­ la acción política, y, a fa lta del co m p o n en te
to s de la violencia, los m edios de c o m u n ica­ de la su p re m a cía de la ra z a elegida, n o se
ción, las técnicas o rganizativas y las de su p e r­ p lan teó una tra n sfo rm ac ió n radical del o rd en
visión y de control p e rm ite n un g ra d o m áxi­ social. El p a rtid o fa sc ista fue una o rg a n iz a ­
m o de p en etración-m ovilización m o nopolis­ ción m ás bien débil, ante la cual la b u r o c r a ­
ta de la sociedad, sin p rec e d e n te s en la h is­ cia del estado, la m a g is tra tu ra y el e jé rc ito
to ria . c o n serv a ro n g ran p a rte de su a u to n o m ía , y
La d in ám ic a de r u p tu r a de la p o lític a to ta ­ cuya acción de a d o c trin a m ie n to ideológico
lita ria se llevó a cabo h a s ta a h o ra en las fases fue lim ita d a y e n tró en negociaciones c a tó li­
del d e sa rro llo m ás in te n so del d om inio stali- cas. El te r r o r to ta lita rio casi estuvo to ta lm e n ­
n ian o en R usia y del h itle ria n o en A lem ania. te a u sen te . Se p re s e n tó en cam bio la p e rs o ­
A e ste p ro p ó sito c o n v e n d ría re c o rd a r dos nificación del p o d e r, a u n q u e no se llevó h a s ­
puntos: el prim ero, q u e se deriva d ire c ta m en ­ ta el p u n to de so c av a r la in stitu c ió n de la
te de la afirm ación a n te rio r, es que el concep­ m on arq u ía sino que, precisam ente p o r la falta
to de t. no p u ed e a p lic a rs e a to d o s los reg í­ de los elem entos c o n stitu tiv o s del t., M usso-
m enes c o m u n ista s ni a to d o s los regím enes lini n o p u d o n u n c a re u n ir en sus m an o s un
fascistas; el segundo es que no se puede d e d u ­ poder com parable con el de H itler o de Stalin.
c ir del hecho de que el t. se h a y a p u e sto en S iguiendo el h ilo de e s ta s co n sid e rac io n es
p rá c tic a en u n s is te m a fa sc ista y en u n o finales podem os estab lecer —en síntesis— las
c o m u n ista la conclusión de u n a sim ilitu d fu n ­ siguientes p ro p o sicio n es a c erc a de la validez
d a m e n ta l e n tre el fascism o y el com unism o. y la u tilid a d del co n cep to d e t.: d e sig n a c ie r­
En c u a n to al seg u n d o p u n to , a n te rio rm e n te to m odo ex trem o d e h a c er p o lítica m ás que
e n u m e ram o s las p ro fu n d a s d ife ren c ias id eo ­ una c ie rta org anización in stitucional, un c ie r­
lógicas, sociales, de o rie n ta c ió n p o lític a y de to régim en; este m o d o extrem o de h a c e r p o lí­
d in ám ic a evolutiva, q u e h a c en q u e el fa s c is ­ tica, que p e n e tra y m oviliza a to d a la so cie­
m o y el com unism o se an dos fenóm enos p o lí­ dad p o r en tero d e stru y e n d o su au to n o m ía, se
ticos rad ic alm en te d ife ren te s y opuestos; con e n c a rn ó en dos reg ím en e s políticos ú n ico s
el c o ro la rio de que el su rg im ie n to de la p olí­ te m p o ra lm e n te c irc u n s c rito s ; p o r e sta s dos
tica to ta lita r ia en d e te rm in a d o s p erio d o s de razo n es el c o n c e p to de t. tie n e u n v a lo r m uy
la h is to ria de la R u sia soviética y de la Ale­ lim ita d o en el a n á lisis c o m p a rad o de los s is ­
m a n ia nazi tu v ie ro n u n tra sfo n d o de c o n d i­ tem a s políticos, a u n q u e es, sin em b arg o , un
ciones económ ico-sociales y u n a fin alizació n concepto im p o rta n te del q u e no p o d e m o s ni
c o n c o m ita n te del im p u lso m o v ilizad o r de la debem os p re s c in d ir po rq u e denota u n a ex p e­
so cied ad , que e ra n d e c id id a m e n te d iversos. rie n c ia p o lític a re a l, nueva y de g ra n relieve,
En c u a n to al p r im e r p u n to ya e x p u sim o s las que dejó u n a h u e lla indeleble en la h is to ria
m ú ltip le s razones q u e im p id en e x te n d e r el y en la co n cien cia de los h o m b re s del siglo
c o n c ep to de t. a to d o s los siste m a s c o m u n is­ xx.
tas, in clu y en d o las d ic ta d u ra s soviéticas p re
y p o st-sta lin ia n a s. E s o p o rtu n o en cam b io H. Arendt, Orígenes del totalitaris­
b ib l io g r a f ía :
a ñ a d ir algo m ás p a ra ju s tific a r la afirm a c ió n mo (1951), Madrid, Taurus, 1974; R. Aron, Demo-
1588 TRANSFORMISMO

erada y totalitarismo (1965), Barcelona, Seix; H. " fe c u n d a tra n s fo rm a c ió n ”, u n a "u n ificació n


Buchheim, Totalitare Herrschaft, Munich, 1962; de las p a rte s lib e ra le s de la c á m a ra " , cu y as
C.J. Friedrich (comp.), Totalitañanism, Cambrid­ razo n es d eb en b u s c a rs e en la ex igencia de
ge, Harvard University Press, 1954; C.J. Friedrich e n c o n tr a r los in stru m e n to s p o lític o s p a ra
y Z.K. Brzezinki, Totalitarian dictatorship and o fre c e r re s p u e s ta s m á s a d e cu a d a s y eficaces
autocracy, Cambridge, H arvard University Press, ta n to al v a sto com plejo de viejos p ro b le m a s
1956 (2a. ed. Nueva York, Praeger, 1965); C.J. q u e la a d m in is tra c ió n de la d e re c h a h a b ía
Friedrich, M. C urtís y B.R. Barber, Totalitaria- dejado sin solución com o a las nuevas exigen­
nism in perspective: three views, Nueva York, c ia s y d e m a n d a s p ro v en ie n te s de la so c ie d a d
Praeger, 1969; A.J. Groth, The “ism s” of totali- civil, que en aq u ello s añ o s s u fría u n a rá p id a
tarianism, en American Political Science Review, y tu m u ltu o s a tra n sfo rm a c ió n , a las q u e la
vol. l v iii (1964), pp. 888-901; S.P. H untington, izq u ie rd a con sus so las fu e rz a s no p a re c ía
Social and institutional dynamics of one-party tam p o c o c a p a z de re sp o n d e r, a tra v é s de la
syslem, en S.P. H untington y C.H. Moore aplicación a la situación ita lia n a de los m ó d u ­
(comps.), Authoritarian politics in modern los ya m in im iz ad o s en esa é p o ca de u n b o n a ­
society, Nueva York, Basic Books, 1970; B. Moo­ p a rtis m o de m a rc a an glosajona. El o b jetiv o
re, Jr., Poder político y teoría social (1958), Bar­ m ás d ire c to de D epretis c o n sistía en g a n a rs e
celona, Anagrama, 1969; S. Neumann, Estado la o p inión p ú b lic a m o d e ra d a y en a m p lia r el
democrático y estado autoritario (1957), México, c o n sen so a lre d e d o r de una e x p e rie n c ia p o lí­
Paidós; L. Schapiro, Totalitarianism, Londres, tic a que a lb e rg a b a p ro p ó sito s c la ra m e n te
Paul Malí, 1972; H.J. Spiro, Totalitarianism, en refo rm ad o res, m ediante una am pliación de la
International encyclopedia o f the social Sciences, m ay o ría p a rla m e n ta ria y a s e g u ra n d o al
vol. xvi, Nueva York, Collier-Macmillan, 1968; g obierno la c o la b o rac ió n de to d o s los expo­
J.L. Talmon, Orígenes de la democracia totalita­ n e n te s de la clase p o lític a de ese tiem po.
ria (1952), M adrid, Aguilar, 1956; R.C. Tucker, En el m o m en to en q u e el p ro y e c to de u n a
Towards a comparative politics of movement- "fe c u n d a tra n s fo rm a c ió n " se tra d u c e en la
regimes, en American Political Science Review, p rá c tic a y se p re s e n ta com o u n e stilo p o líti­
vol. lv (1961), pp. 281-289; R. C. Tucker, The dic- co nuevo y m ás d e sp re ju ic ia d o es c u a n d o el
tatorand totalitarianism, en World Politics, vol. térm ino a que nos referim os adquiere su s ra s ­
x v i i , julio de 1965, pp. 555-583; K.A. Wittfogel, gos negativos. A p a rtir de D epretis, ya que sus
El despotismo oriental: estudio comparativo del m éto d o s de g o b iern o se ría n a d o p ta d o s ta m ­
poder totalitario (1957), M adrid, G uadarram a, b ién p o r su s su c eso re s, la p a la b ra t. s e rv iría
1966. p a ra in d ic a r u n nuevo tip o de p rá c tic a p a rla ­
m e n ta ria c o n siste n te en una c o n tin u a nego­
[MARIO STOPPINO] ciación de vo to s e n tre la m ay o ría y la o p o si­
ción, en la co rru p c ió n elevada a re c u rs o polí­
tico fu n d a m e n ta l y d e te rm in a n te , en algo
to ta lm e n te d istin to d e la r a r a tra n s ic ió n de
transformismo hom bres políticos de un sector al o tro del p a r­
lam ento, de u n p a rtid o al o tro . M as en gene­
El origen del té rm in o d eb e re m o n ta rs e con ral, en el t. se in d iv id u aliza rá el sín to m a de
toda pro b ab ilid ad a un discurso electoral p ro ­ u n e sta d o p ato lógico de todo el sis te m a p a r ­
n u n c ia d o en o c tu b re de 1876 p o r A gostino lam e n ta rio , la ca u sa de su in eficien cia e ine­
D epretis, siendo y a jefe reconocido del p a r ti­ ficacia com o c e n tro n e u rá lg ic o del s iste m a
do de la iz q u ie rd a y rec ién llegado a la p re s i­ político, de su incapacidad p a ra d a r vida a ali­
d en cia del co n sejo de M inistros de Ita lia , n eam ien to s definidos y com pactos, m ay o rías
com o co n sec u e n c ia de lo que se conoció e sta b les, oposiciones resp o n sa b le s. E n el
en to n ces com o la "re v o lu ció n p a rla m e n ta ­ fu tu ro , con la am p liació n del su fra g io y la
ria ", o sea la su s titu c ió n de la d e re c h a h istó ­ c o n so lid ació n de g ran d e s p a rtid o s de m asa,
rica, que h a b ía g o b e rn a d o in in te rru m p id a ­ el m ism o té rm in o se u tiliz a ría p a ra in d ic a r
m en te d e sd e la u n ificació n en ad e la n te , p o r los com plejos ju egos de eq u ilib rio , los ca m ­
la izq u ierd a en la dirección del país. E n el tex­ bios de o p in ió n m ás im p rev isto s, las co lu sio ­
to de su d isc u rs o D ep retis a u sp ic ia b a u n a nes a p a re n te m e n te m enos c o h e re n te s, que
TROTSQUISMO 1589

to d av ía en la a c tu a lid a d a p a re c e n a n u e s tra to, d a d a la d e b ilid a d del a p a ra to del e sta d o


vista con ta n ta frecuencia, especialm ente con (b u ro c rac ia, e jé rcito , m ag istra tu ra ). F inal­
la ten d e n c ia im p u e sta a los p a rtid o s po r las m ente, so b re el fascism o se puede d e c ir que
reg las de la c o m p e te n c ia electo ral, a d e so r­ las c o n tra d ic c io n e s d e la sociedad civil sa c a ­
g a n iz a r su p ro p ia e sp ecificid ad y a tra n s fo r­ ron al final de c u e n ta s la m e jo r p a rte .
m a rse en p a rtid o s “ a tr a p a to d o ” (ICirchhei-
m er). E s obvio p re g u n ta rs e a e s ta a ltu ra c u á ­ [ a l f io m a s t r o p a o l o ]
les p u ed en s e r las raz o n e s de las que depen­
de el t. antiguo y m oderno. Se han vertido ríos
de tin ta p a ra a n a liz a r el e sta d o de c risis
p e re n n e en q ue se h a lla n n u e s tra s in stitu c io ­ trotsquismo
nes, p a rla m e n ta ria s p rim e ro y luego p a rtid is­
tas. A n o so tro s nos p a re c e que G aetano M os­ i. d e f i n i c i ó n . El t. no c o n stitu y e ni h a c o n sti­
ca nos d a u n a in d ic a ció n fu n d am e n ta l a e ste tuido nu n ca u n a d o c trin a co d ificad a ni un
p ro p ó sito , c u an d o a trib u y e los m otivos de la m ovim iento organizado. El térm ino, re p u d ia ­
c risis del p a rla m e n ta rism o al p red o m in io de do m u ch as veces p o r T rotski, ha sido u sa d o
la sociedad civil y de su s g ru p o s d o m in an tes siem p re p o r su s d e tra c to re s , y en p a rtic u la r
so b re el s iste m a p o lítico y a la consiguiente p o r la clase d irig e n te soviética en el p o d e r
d e b ilid a d de la clase p o lítica: "La C ám ara de desde 1924 en ad e la n te , p a ra in d ic a r un c o n ­
D ip u tad o s se ha ido co n v irtien d o en una ju n to de p rin cip io s rela tiv o s al a n á lisis y a la
re p re se n ta c ió n p a rc ial y fic tic ia del país, ya p rá c tic a de la revolución p e rm a n en te . P ero
que d ía con d ía q u ed a e x clu id a u n a c a n tid a d el t., e n te n d id o com o el corpus de las re fle ­
c ad a vez m ay o r de fu e rz a s vivas, de elem en­ xiones teóricas, de los análisis y de la p ro d u c ­
tos aptos p a ra la dirección política. Los m iem ­ ción c ie n tífic a de T ro tsk i, es m ucho m ás q u e
b ro s de ella no re p re se n ta n m ás que u n a can ­ la sim ple aunque fundam ental elaboración de
tid a d de in te re se s e se n c ia lm e n te p riv ad o s la te o ría de la revolución p e rm a n en te .
cuya su m a d is ta m u ch o de fo rm a r el in te ré s En el t. e n te n d id o en se n tid o lato, ú n ic a
p ú b lic o ” (Teoría dei governi, 1884). De ahí la acepción c o rre c ta y no engañosa p a ra c u a l­
m ultiplicación de grupos, el n ú m ero creciente q u ie ra que se d ed ica al e stu d io del c o m u n is­
de c a m a rilla s, el fra c c io n a m ie n to y las con­ m o com o teo ría y praxis, se pueden d istin g u ir
tra d ic c io n e s de la c la se política. Según M os­ por lo m enos o tro s c u a tro tem as cen trales: la
ca, co n dicionado in d u d ab lem en te por el caso ley del d e sa rro llo c o m b in a d o y desigual, la
de Italia, todo e sto d ep en d e de la n a tu ra le z a c rític a a la deg en eració n del e sta d o so v iéti­
m ism a del siste m a p a rla m e n ta rio , en ta n to co y en p a rtic u la r a su b u ro c ra c ia , la e la b o ­
que se o lvida la situ a c ió n de la sociedad civil. ración de las c a ra c te rís tic a s c o n stitu tiv a s de
S o cied ad civil q u e a lo largo de toda la h isto ­ la sociedad so c ia lista y el in tern acio n alism o .
r ia ita lia n a se p re s e n ta a fe c ta d a p o r fra c tu ­ En m uchos aspectos, cada uno de esto s tem as
ras m uy p ro fu n d a s, p o r la n a tu ra le z a c o n tra ­ puede re d u c irs e a la teo ría de la revolución
d ictoria de lo que G ram sci llam a "bloque h is­ p e rm a n en te , que o fre c e el m arc o in te r p r e ta ­
tó ric o ” , d e n tro del c u a l n in g ú n elem ento tivo global del p e n sam ien to de T rotski, p e ro
logra c o n v ertirse d efinitivam ente en hegem ó­ tam b ién c ad a uno de estos tem as, p o r su p a r ­
nico. A u n a situ a c ió n de e sta n c a m ie n to tan te, ha sido d e s a rro lla d o u lte rio rm e n te h a s ta
p ro lo n g a d a en el tiem po, n o s p a re c e que la el p u n to de a lc a n z a r u n e s ta tu s a u tó n o m o de
sociedad italiana sólo h a podido p ro p o n er dos m odelo explicativo (recuérdese, en p a rticu la r,
tipos de solución: p o r u n lado u n p a rla m e n ­ la c rític a de la b u ro cratizació n ).
ta rism o e x tre m a d a m e n te débil, en que la cla­
se p o lític a no h a te n id o ni la fu erza ni los II. LA TEORÍA DE LA REVOLUCION PERMANENTE: GÉNE­
re c u rso s p a ra in te rv e n ir en la solución de las SIS. No cabe duda de que el n o m b re de T ro ts ­
fra c tu ra s de la sociedad civil y se ha visto obli­ ki y el t. q u ed arán siem pre identificados, p a ra
g a d a a lim ita rs e a u n a m ed iació n m era m e n ­ bien o p a ra m al, con la teo ría de la revolución
te p o lítica, v erb al, transform ista-, p o r el o tro p e rm a n en te , la que, según m uchos in v estig a­
la so lu ció n a u to r ita ria , fre c u e n te m e n te p ro ­ dores, co n stitu y e, p ro b a b le m e n te , la c o n tri­
y ectada y r a r a vez p u e sta en p rá c tic a con éxi­ bución m ás orig in al del p e n sam ien to m a rx is­

También podría gustarte