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⦁ Realice una exposición del estado de la literatura argentina y del NOA en el

siglo XX. Hechos relevantes histórico-políticos y socioculturales. (dos carillas)

Para abordar el estado de la literatura en Argentina durante el siglo XX, es


necesario concebirla como el fruto de un proceso histórico que comenzó mucho
antes de la conformación del país. Si nos concentramos en la región del NOA,
podemos observar desde el periodo colonial, la conformación de dos imaginarios
sociales: El andino y el Rioplatense. Estos imaginarios sociales antagónicos fueron
moldeando en la región una gran complejidad cultural. Esta se vio reflejada, entre
otros aspectos, en su literatura.

El comienzo del siglo XX se caracterizó por grandes transformaciones en la


sociedad Argentina. La ola inmigratoria que introduce ideas y valores europeos, el
retroceso de la iglesia como institución ordenadora de la vida social y la ampliación
de redes de ferrocarriles que reconfiguraron la concepción del uso del espacio, son
algunos de los grandes cambios que marcaron el inicio del siglo. En este contexto,
el sistema literario argentino empieza a tener conciencia de sí y a organizarse según
pautas más universales. Siguiendo a Noe Jitrik, podemos abordar la literatura en
este periodo en cuatro ejes: la poesía, con predominio del modernismo, luego
posmodernismo y el sencillismo; la novela, con restos de la novela naturalista y un
creciente realismo; el teatro, con un gran desarrollo a partir del circo y el sainete; y
la filosofía sociológica, inspirada en los elementos que producen el desarrollo social.

La obra de Ricardo Rojas "Historia de la literatura argentina" nos da un inmejorable


panorama de la situación literaria de nuestro país en la primera mitad del siglo. En
ella, se fundamenta la existencia de una literatura nacional, y como esta puede
servir para identificarnos y diferenciarnos de otras naciones. En la obra de Rojas, se
abordan las regiones que componen el país (la selva, la cuchilla, el medano, el mar
y la montaña) argumentando la existencia de una región dominante, La Pampa. En
este sentido, entiende la figura del gaucho como el elemento principal de la
identidad argentina.

El trabajo de Carmen Perilli denominado "imaginando el norte: de letrados a poetas"


nos permite conocer la situación y los intereses que se perseguían desde la
literatura en el NOA. La primera mitad del siglo XX en el NOA estuvo caracterizada
por una gran producción de actividad cultural (revistas culturales, sociedades o
grupos, proyectos literarios, etc.). Se consolida la idea de entender el norte
argentino no solo como una región geográfica, sino también como una región
cultural. Manifiesta la escritora tucumana que el desafío de renovación literaria para
la región, consiste en poder resguardar los valores y tradiciones, y al mismo tiempo
poder transmutarlos a nuevas estructuras literarias. Es decir, poder conservar lo
propio, sin dejar de aprovechar los aportes de la modernidad.
El proceso cultural transitado en el NOA desembocó, en 1944, en una asociación de
escritores y artistas que marcaron una bisagra en la literatura de la región, “La
Carpa”. En su espíritu se apreciaba una visión distinta a la de los intelectuales
porteños y sus formas de concebir el país. El lema que caracterizó a La Carpa fue
"Afirmación, belleza y vaticinio", donde se busca hablar de las raíces desde una
cosmovisión universal. Marca una ruptura en la forma de entender al indio,
integrándolo y no refiriéndose a él como un elemento decorativo del paisaje. Lo que
busca este grupo es nuevas formas de identificarse, diferenciándose de la
producción literaria de Buenos Aires.

A nivel nacional, a mediados del siglo XX, encontramos al más grande exponente de
la literatura argentina. Jorge Luis Borges, creador de cuentos, poemas y ensayos
que adquieren trascendencia internacional. Su literatura propone un nuevo modo de
conjeturar el mundo y se destaca por nuevas perspectivas, ambigüedad de
percepción, fragmentariedad, ambigüedad del discurso, ausencia de causas y
desprecio por motivos psicológicos. Otro de los grandes exponentes fue Julio
Cortazar, considerado por algunos críticos como el creador del cuento fantástico
moderno.

En 1955 aparece Tarja, otro punto bisagra para la literatura del NOA,
específicamente para Jujuy. Esta revista cultural fue una continuación de la
propuesta de La Carpa, dándole un lugar relevante a indios, peones, mineros,
pastores, etc. Marcando un fuerte contraste con la producción "literaria nacional"
que se origina en Buenos Aires. Si bien toma algunos rasgos nacionales, se
caracterizó por el valor otorgado a la tierra y su fuerte compromiso social. Se aspira
a la universalización de la tradición, y no solo quedarse en lo localista.

La situación de la literatura en los años 60 y 70 estuvo fuertemente marcada por el


contexto socio-político del país. En este periodo surge en el continente el
denominado "boom latinoamericano" que se caracterizó por la crítica a los cánones
tradicionales. En esta misma línea cobraron relevancia algunos escritores
argentinos, si bien ninguno representó al nuevo movimiento literario. Entre estos
escritores podemos mencionar a Moyano, Di Benedetto, Hernandez y Tizon. Por
último no podemos dejar de referirnos a la denominada "crítica desde la periferia"
que tuvo como uno de sus puntos más significativo el simposio de la literatura
regional que se llevó a cabo en la ciudad de Salta en 1978. En él se argumentó la
existencia de una nueva literatura que debe ser estudiada, consigna que va ser
tomada por diversos proyectos hasta la actualidad.

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