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“Las mujeres de la cruz”

Mateo 15.28

Introducción
Esta semana es una muy significativa, ya que se celebra la semana mayor, o semana santa como
tradicionalmente se a signado. Es especial, porque se retoma como todos los años los eventos
que ocurrieron en el ministerio de Jesús que tiene su desenlace, la Cruz.

Es una semana que nos invita a reflexionar, meditar en aquella obra poderosa realizada desde la
cruz, con la culminación del poder destructivo del pecado, y su influencia condenatoria y la
victoria sobre esta.

Desde la cruz y solo a través de ella, se venció el pecado, la muerte y se otorga al ser humano a
través de la fe, justicia, y la liberación de una condición espiritual que lo había esclavizado. La
cruz, es el acto más grande y sublime de Dios por la humanidad, un amor incondicional,
expresado en Cristo.

Es desde la cruz, que los hombres y mujeres encuentran identidad propia en él, se identifican con
el nuevo Adán, el hombre regenerado, una creación única, y trasformada.

La cruz es símbolo de la redención, es la compra divina por sangre, por la cual dejamos de ser
esclavos del pecado, para ser libres en él y para él. “Porque por sangre fuiste comprado.” “No
con oro ni plata , sino con su sangre preciosa.”

Cuando hablamos de esclavitud, nos referimos a la actividad del hombre, contraria a los
principios divinos del reino de Dios, que son para bien de la humanidad, pues desde el Edén, el
primer Adán, nos sujetó a maldición cambiando la estructura social, nos entrego a un sistema
lleno de maldición, malas decisiones y egoísmo. Pablo nos informa en Timoteo que“Porque
habrá hombres amadores de sí mismos.”

Es en la cruz, que somos traspuesto del reino de las tinieblas, al reino de la luz, convirtiéndonos
en seres iluminados por su poder. “Él nos rescató del reino de las tinieblas y nos trasladó al
reino de su Hijo amado, quien compró nuestra libertad y perdonó nuestros pecados.”
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En la cruz nos dio la paz, pues el pecado nos separo y nos dio mala conciencia. “Esa paz la logró
Dios por medio de la sangre que Jesús derramó en la cruz. sin la cruz, no hay paz en el alma
humana. Solo a través de Cristo es hallada “la paz os doy no como el mundo la da, yo os la
doy”.

Desarrollo

El tema de hoy es “Mujeres de la cruz”, pero ¿Por qué mujeres de la cruz? porque no más bien;
mujeres empoderadas, emprendedoras, llamadas a gobernar, reinas y princesas de Dios.
Sencillamente, porque un empoderamiento que no tiene identidad en la cruz de Cristo, es un
poder temporal, y humanista, que no glorifica a Dios.

Debemos de entender, que la cruz de Cristo, vino a serle justicia a la mujer. Esto lo vemos en el
evangelio de Lucano, como este enfatiza en el bien a la comunidad femenil oprimida, aquellas
mujeres de su época; abandonadas, humilladas, maltratadas, rechazadas, la tesis de Lucas nos
presenta que solo en la persona de Cristo que las mujeres marginadas encuentran alivio, el punto
máximo de su nueva experiencia de libertad es Cristo.

Isaías les dice;

Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca
estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho
Jehová. 2 Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no
seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. 3 Porque te extenderás a la mano
derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades
asoladas.

La cruz de Cristo, vino a sanar los corazones rotos, a liberarlas de las heridas morales, a
perdonarlas de sus pecados, a devolverles la posición de autoridad del principio en el Edén, las
hizo madres de la humanidad, procreadoras de una generación de lideres.

Las mujeres de la cruz, son aquellas que han reconocido que su nueva vida comienza en Cristo,
ya no son esclavas de una sociedad que marginadora, no son hijas del machismo, ni del
abusador, son hijas adoptadas por el Padre celestial, que les concedió autoridad y llamarse hijas
de Dios, y como hijas de Dios, tiene un mesón donde se les cuida y se les sana con vino y aceite.
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Las mujeres de la cruz, se identifican con Cristo en sus sufrimiento, estan dispuestas a marcar la
diferencia través del testimonio de la fe.

La biblia nos menciona mujeres de la cruz que vivieron y dieron su vida por el evangelio.
Fuertes, emprendedoras sabias, y llena del Espiritu Santo, entre ellas María la madre de Jesús,
María madalena, que la tradición la mencionan como una apóstol y líder de la iglesia, Tecla la
Apóstol, Perpetua la Mártir Amma Sinclética de Alejandría, Marcela, Macrina la Joven Proba
Paula, Melania la Mayor Eudocia y Egeria

La mujer de la cruz es virtuosa en Cristo, “Porque su estima sobrepasa largamente a la de las


piedras preciosas.” Por medio de la fe, han sido crucificadas juntamente con Cristo, para
destruir una identidad de derrota, han resucitado en el poder de Dios. Han renunciado a su propio
yo , para que viva Cristo en ellas. “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más
vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me
amó y se entregó a sí mismo por mí.

La mujer de la cruz, ya no se identifican con el pasado que las a lastimado, sino por el porvenir.
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz
y no de mal, para daros un porvenir y una esperanza. 12 Entonces me invocaréis, y vendréis y
oraréis a mí, y yo os escucharé; 13 y me buscaréis y me hallaréis cuando me busquéis con todo
vuestro corazón.

Quizás haya mujeres en este lugar, que cargan con heridas del pasado, no han podido perdonarse
a sí mismas, o perdonar quizás a su cónyuge, algún familiar, o simplemente un hermano o
hermana de la fe, que las ha herido.

La vida espiritual ha sido un desastre, quieren acercarse a Dios, pero se les hace difícil, viven
como el payaso, por fuera ríen, pero por dentro lloran sus heridas.

Hagamos como la mujer del flujo de sangre, que se atrevió acercarse a Jesús, a pesar de la
marginación en contra de ella, pues su herida debía ser sanada. Si tan solamente tocare su manto
sere sana, esta mujer de la cruz, tuvo fe, toco al maestro y su sangramiento seso.

Mujer convierte en una mujer de la cruz, acércate al madero tócalo con fe, tus heridas serán
sanadas, y dejaras de sangrar.
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La mujer de la cruz, se acerca a la cruz, no solo para atender sus propias necesidades también
además para interceder por los suyos, aquellos que estan a su cuidado. Ella cree fervientemente
que su fe en la cruz puede cambiar el panorama de su familia.

Lo vemos en la mujer cananea, mujer desecha por ser pagana y gentil, su hija gravemente a
atormentada por demonios. Ella conocia su estatus social, no podía acercarse a Jesús, pero lo
hizo. Rompió esquemas protocolos, religiosos y sociales. La mujer de la cruz desmiente al
opresor para acercarse a su libertador.

Los discípulos la querían espantarla, aludían a su líder Despídela, pues da voces tras nosotros,
es lamentable cuando mucho que dicen seguir a Jesus, ellos mismo te quieran impedir acercarte a
él. pero ella insistía ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente
atormentada por un demonio. Sigue clamando mujer de la cruz que tu voz será escuchada

La mujer de la cruz, reconoce el señorío de Cristo, Señor, Hijo de David, lo reconoce como rey
de su vida, al llamarle hijo de David.

En los tiempos antiguos nadie podía llegar al rey, por su propia cuenta, esto le costaría la muerte,
al menos que fuera por mediación. La paga del pecado es muerte, pero la dadiva en Cristo Jesus
es vida. Hemos estado sentenciado a la muerte, pero en cristo está el perdón, el es el mediador
entre Dios y los hombres.

Esta mujer tuvo una hija poseída; así que ella persistió para que Jesús la ayudara, y Él lo hizo.
Cuando las mujeres se acercan al maestro con fe, él se detendrá, la mirará y la sanará. Jesús,
dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde
aquella hora.

La mujer de la cruz se acerca con fe, no dudando , “Pero pida con fe, no dudando nada; medeís:
ni una pequeña duda porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada
por el viento y echada de una parte a otra.”

En la cruz María madre de Jesús fue consolada por él, al remplazarse así mismo por Juan, lleno
su vacío existencial, Juan seria aquel que la cuidaría. En la cruz el señor es providente , su agonía
produjo bienestar a la humanidad abandonada.
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Juan es tipo del Espiritu Santo, que vino a llenar en plenitud nuestras vidas para que no
estuviéramos solos.

Mujer, cerca de la cruz encontraras propósito, serás amada, sanada , perdonada y encomendada a
continuar con la cruz, emblema de una nueva vida en Cristo Jesús. Mujeres no suelten la cruz.

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