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Todo grupo de alabanza tiene la gran responsabilidad de llevar al pueblo a la presencia manifiesta
de Dios. La eficacia de ésta responsabilidad depende de dos aspectos importantes: primero, la vida
de oración de cada adorador, y segundo, el buen funcionamiento del grupo internamente. Del
primer aspecto cada miembro tiene responsabilidad personal, y en el segundo, hay necesidad de
tener algunos lineamientos claves para que la preparación del grupo sea buena y por lo tanto los
resultados de su funcionamiento interno se vean en la conducción pública de la alabanza.
La alabanza es una expresión de gratitud sincera y acción de gracias a Dios por todo lo que Él ha
hecho por nosotros. Es una expresión física y vocal de nuestro sincero aprecio por Dios debido a
todas las maravillosas bendiciones que nos ha dado.
Alabar es hablar, o cantar, acerca de Dios; cuán maravilloso es Él, y lo que ha hecho por nosotros.
La adoración es la forma más alta de alabanza. Yendo más allá del pensar en todas sus bendiciones
maravillosas, estamos expresando nuestra admiración y aclamando a Dios mismo por Su persona,
carácter, atributos y perfección. Estamos ministrando a Dios por ser quien es y no sólo por lo que
Él ha hecho por nosotros. Adorar es hablar, o cantar a Dios. Cuando entramos en adoración,
pasamos de pensar en lo que Dios ha hecho por nosotros, y comenzamos a pensar en quién es Él.
a) Es un servicio:
La palabra ministerio proviene del latín “Ministrare” que quiere decir servicio, por eso es necesario
que lo que motive al corazón de cualquier hermano que pertenezca o quiera pertenecer a este
ministerio deba ser el servicio a Dios y a los hermanos.
Esto también nos habla de que el miembro del ministerio debe de seguir como ejemplo a Jesús,
nuestro Señor el cuál:
Qué alegría es para aquellos que gustándoles la música puedan servir al Señor Jesús en el
ministerio donde pueden desarrollar sus talentos y habilidades, pero hay que tener cuidado de no
buscar el lucimiento o algún provecho personal fuera de la voluntad de Dios.
b) Consagrados a Dios:
Para formar parte de este ministerio se requiere de personas que hayan tenido un encuentro
personal con el Señor Jesús y deseen responder al llamado a servirle que Él les hace, consagrando
sus voces e instrumentos para alabar a Dios guiados por el Espíritu Santo. El músico consagrado es
aquel que es apartado por Dios para ser un instrumento por medio del cual se manifieste su gloria.
En el pueblo de Israel, los levitas estaban consagrados única y exclusivamente para el servicio del
templo, una parte de ellos eran los cantores, los cuales ejercían su servicio al Señor día y noche.
La consagración de sus voces e instrumentos es una decisión personal, pero necesaria; puesto que
los cantos que el Señor Jesús les permita interpretar y en muchos casos componer, tendrán una
influencia tremenda en las personas que los escuchen ya que el Espíritu Santo actuará por medio
de ellos para que muchas vidas sean transformadas y renovadas.
Éste es uno de los objetivos principales por los que fue creado el ministerio de alabanza y debe
entenderse que es una labor eminentemente espiritual, ya que solo con la guía del Espíritu Santo
se puede realizar.
Para esto el Espíritu Santo derrama dones que deben utilizarse para el provecho de la iglesia.
(Dones naturales y dones sobrenaturales).
En el salmo 33 se nos invita a ofrecerle a Dios la mejor música. Esto lo podemos analizar con dos
aspectos fundamentales:
Un corazón que reconoce la grandeza de Dios, que fuera de Él no hay otro y lo expresa con cantos
de alabanza y adoración, está ofreciéndole al Señor la mejor música que pueden escuchar sus
oídos.
Los que son guiados por el Espíritu y tratan de vivir los criterios del evangelio, pueden ofrecerle a
Dios la mejor música con su canto o tocando algún instrumento, pero esto es necesario
respaldarlo con un testimonio de vida congruente, ya que: “de lo que habla tu boca, está lleno tu
corazón”.
No se está mencionando que solo gente perfecta al servicio de Dios puede estar en el ministerio
de alabanza, al contrario, esto nos está llevando a tener una renovación continua llevando una
vida de oración sin conformarnos con lo que tenemos, sino dejándonos guiar por el Espíritu para
ofrecer a Dios un culto de adoración donde se manifieste continuamente gloria a Dios.
“Alegraos, oh justos, en Jehová; En los íntegros es hermosa la alabanza. Aclamad a Jehová con
arpa; Cantadle con salterio y decacordio. Cantadle cántico nuevo; Hacedlo bien, tañendo con
júbilo. Porque recta es la palabra de Jehová, Y toda su obra es hecha con fidelidad.“ Salmo 33:1-4.
Es necesario que estos dones se desarrollen por medio del ensayo, el estudio de la música y la
práctica. No todo caerá del cielo, la parte que les corresponde a los miembros del ministerio es la
constante superación, apoyándose en el estudio y la práctica.
1. El grupo de alabanza.
El grupo debe tener una estructura definida con el propósito que cada miembro tenga claridad de
sus funciones, y se tenga así, mayor fluidez en el ministerio de alabanza.
Los líderes de alabanza están para dirigir reuniones de alabanza, supervisados y discipulados por el
director de alabanza.
Todos los miembros, tanto cantantes como instrumentistas deben estar sujetos al director de
alabanza o a los líderes de alabanza en funciones.
Todo nuevo integrante de alabanza debe probar fidelidad y capacidad, por un tiempo determinado
por el director musical.
Todos los miembros del ministerio de alabanza deben ser adoradores primeramente fuera de la
plataforma, personas que demuestren un estilo de vida que refleje los frutos del espíritu santo, y
que buscan continuamente la unción y la presencia de Dios en sus vidas.
3. Estar dispuesto a ser ejemplo en su forma de vestir y hablar dentro y fuera de la congregación.
7. Contar con la aprobación del Pastor de la congregación, y del director de alabanza para poder
incorporarse.
3. El director de alabanza.
Todo grupo de alabanza debe tener un director musical o director de alabanza, cuya función es la
dirección general del grupo. Sus responsabilidades se definen como sigue:
f) Debe preocuparse por mantener la disciplina del grupo como por ejemplo:
i) Buscar mantener la unción de Dios para ministrar y dirigir a los demás y para inspirar en
el grupo de alabanza esta misma búsqueda por la presencia de Dios.
k) Preparar con antelación las listas de las canciones de los ensayos generales y enviarlas a
los músicos y al grupo de danza. En el caso de una canción nueva enviarla también a los líderes de
los grupos.
l) Preparar con antelación (como mínimo un día antes), las listas de las canciones del
servicio que dirige en la semana.
o) Motivar mediante iniciativa propia, a los integrantes del ministerio de alabanza, en todo
momento.
q) Deberá coordinar con la Junta Administrativa cuando se deba comprar algún equipo que
haga falta para la alabanza oportunamente y darle seguimiento.
También llamados co-directores de alabanza, son las personas encargadas de apoyar al director de
alabanza en la logística de la dirección del grupo de alabanza.
a) Buscar mantener una relación cercana con Dios de modo que reflejen el carácter de
Cristo en sus vidas personales y puedan mantener la unción de Dios.
b) Asistir al director de alabanza cuando éste por algún motivo deba ausentarse de las
reuniones.
c) Realizar las funciones propias del director de alabanza cuando éste no pueda asumirlas
por razones de fuerza mayor, y aquellas que el director le designe realizar.
Los líderes de los subgrupos de alabanza, son las personas designadas por el director de alabanza
para estar al cargo de un subgrupo de alabanza. El ministerio de alabanza es uno solo, sin embargo
se dividen en subgrupos para una mejor organización.
a) Velar por el bienestar espiritual de los miembros que tiene a su cargo, e interesarse por
su bienestar emocional dentro del equipo.
b) Organizar ensayos con frecuencia (al menos un ensayo mensual, aparte del ensayo
general). Para esto deberá establecer comunicación con los miembros de su grupo, y con todos los
músicos para acordar el día y la hora. El ensayo deberá programarse e informarse con suficiente
antelación.
c) Dirigir la alabanza y la adoración durante las reuniones en la iglesia, tanto el día que
corresponde, como cuando así fuere designado por el director de alabanza.
d) Preparar las listas de las canciones que se cantarán con un día de antelación a la reunión
como mínimo, y enviarla a los músicos, al encargado de proyecciones y al grupo de danza; por el
medio que considere oportuno.
6. Los músicos.
Al igual que cada miembro del ministerio de alabanza, los músicos son una parte esencial del
ministerio. Sabemos que la música es utilizada desde tiempos bíblicos como una forma de
expresión para adorar a Dios. Actualmente contamos con mucha mayor tecnología que entonces,
sin embargo el principio es el mismo: dar gloria y honra a Dios a través de la música, de los
instrumentos. Los músicos del ministerio de alabanza tienen una gran responsabilidad al igual que
todo el equipo de crear el mejor ambiente posible para permitir que las personas adoren a Dios.
Entre otras, tendrán las siguientes responsabilidades:
a) Buscar mantener una relación cercana con Dios de modo que reflejen el carácter de
Cristo en sus vidas personales y puedan mantener la unción de Dios.
c) Ensayar con anticipación las canciones que se practicarán durante los ensayos, en su
respectivo instrumento cuando fuere posible.
e) Realizar sus tareas con entera disposición y poner sus conocimientos al servicio de los
demás buscando siempre mejorar musicalmente y espiritualmente.
f) Presentarse puntualmente a los ensayos a los que ha sido convocado, con al menos 20
minutos de anticipación cuando requiera preparar su instrumento.
g) Velar por la correcta afinación de los instrumentos, antes de cada reunión y de darles el
cuidado y el mantenimiento respectivo.
j) Avisar al líder del grupo correspondiente y al director de alabanza cuando por razones
justificadas no puedan presentarse a las reuniones.
7. Las voces de fondo o coros.
En todo equipo musical es necesario e importante contar con las voces de fondo. El coro o las
voces de fondo son las que dan el soporte vocal a la voz principal. Aportan una base armónica
vocal a la melodía principal que es generalmente ejecutada por la voz principal, de modo que le
aporta también cuerpo y color a la voz. Tienen las siguientes responsabilidades:
a) Buscar mantener una relación cercana con Dios de modo que reflejen el carácter de
Cristo en sus vidas personales y puedan mantener la unción de Dios.
b) Asistir puntualmente a los ensayos a los que convoquen sus líderes de grupo y a los
ensayos generales del ministerio de alabanza. En los casos especiales en que no se pueda
presentar deberá comunicar su justificación válida al director de alabanza o a su líder de alabanza
con anticipación.
e) Durante los servicios, las voces de fondo no deben en ningún momento sobrepasar el
volumen del dirigente o voz principal. Deberá mantener un espíritu de sujeción al líder durante las
ministraciones y en todo momento estar atento a las indicaciones del dirigente.
8. Los ensayos.
Los ensayos del grupo de alabanza son uno de los aspectos más importantes a tomar en cuenta
como parte del ministerio de alabanza. Los ensayos son sumamente necesarios en todo equipo de
alabanza, ya que incluso los cantantes profesionales dedican gran parte de su tiempo fuera del
escenario para ensayar. Ya hemos analizado que la prioridad como adorador debe ser la condición
espiritual, y la unción que cada uno debe tener para ministrar a la congregación. Sin embargo el
ensayo es un aspecto secundario que ayuda a ejercitar los aspectos técnicos, musicales, vocales y
de acople a fin de que el equipo pueda propiciar el ambiente ideal durante el momento de
adoración en la iglesia de modo que las personas puedan fácilmente envolverse en una atmósfera
de adoración. Recordemos que toda distracción va en contra de lograr la conexión de las personas
con la adoración a Dios. Los ensayos deben estar bien definidos en cuanto a lo que deben incluir
para aprovechar mejor el tiempo.
a. Se realizará un ensayo general por mes, el tercer sábado de cada mes; pudiendo variarse
esta fecha previa coordinación con todo el equipo para facilitar la asistencia de todos los
miembros.
b. Empezar con un tiempo de oración para poner en manos de Dios el tiempo de ensayo.
c. Cuando se aprendan nuevas alabanzas es aconsejable que los que tocan instrumentos
ensayen antes que los cantantes para no perder mucho tiempo en la reunión y los cantantes
aprendan ya con acompañamiento musical.
d. El horario de los ensayos individuales (de subgrupo) lo definirá el director del grupo a
conveniencia de cada uno de los miembros.
e. Todos los miembros del ministerio de alabanza deberán llegar puntualmente a los ensayos.
En el caso del sonidista, y los músicos deberán llegar con al menos 10 minutos de anticipación para
afinar los instrumentos a fin de que el tiempo se aproveche de la mejor manera.
f. Después de 10 minutos de la hora acordada, se tomará como llegada tardía, cuando no haya
una justificación válida previamente comunicada.
j. Las ausencias deben ser informadas al director o a los subdirectores con su debida
justificación.
k. Cuando haya dos ausencias injustificadas a los ensayos se tomará un proceso semejante al
mencionado anteriormente por parte del director de alabanza.
l. Es deber de todos los miembros tener preparadas las partituras (charts) y letras de los
cantos antes de llegar al ensayo.
m. Es responsabilidad del director y los subdirectores informar con suficiente anticipación los
cantos para que puedan ser aprendidos y estudiados.
n. Todos los asistentes deberán presentarse al ensayo con una actitud de servicio a los demás,
con humildad para aprender y ser corregidos, y para recibir recomendaciones y consejos.
o. Durante los ensayos generales mantener el orden y la disciplina para aprovechar el tiempo
dedicado a este propósito.
p. Todos los participantes deberán mostrar interés durante el ensayo y es deber del director de
alabanza motivar de diferentes maneras al grupo de alabanza de tal manera que los ensayos se
conviertan en un tiempo grato, y no en una actividad tediosa.
9. Vestimenta
No solamente como miembros del grupo de alabanza, sino como hijos de Dios debemos dar
testimonio en nuestra forma de vestir en todo momento, fuera de la congregación o estando en
nuestras casas. Tanto el hombre como la mujer deben vestir con decoro y recato.
Durante los servicios, los varones podrán vestir de la manera más formal que les sea posible, de la
misma manera las mujeres. Estas últimas deberán vestir enagua holgada preferiblemente, de un
largo apropiado, o pantalones de vestir holgados. No deberán en ningún momento utilizar blusas
con escotes o muy ceñidas al cuerpo, ni pantalones de mezclilla ni ajustados al cuerpo.
a) Deberá presentarse al menos con 30 minutos de anticipación para ajustar el sonido que
se va a utilizar durante las reuniones, y 10 minutos antes de los ensayos generales.
c) Deberá preparar los micrófonos, y el equipo que se utilizará durante y después de las
reuniones.
f) Cuando por razones justificadas no pueda hacerse presente, podrá solicitar a otra
persona con conocimiento para que se encargue de ajustar lo necesario.
Es la persona encargada de proyectar las letras de las canciones durante los servicios o ensayos,
además de los textos bíblicos o el material audiovisual durante las prédicas.
a) Entre las funciones principales del equipo de alabanza están: crear el ambiente ideal o la
atmósfera más apta de alabanza y adoración para que las personas puedan establecer la conexión
necesaria para que juntos puedan elevar una verdadera adoración a Dios.
b) Los ministros de alabanza deben evitar toda clase de distracciones durante la ministración a
fin de cumplir con el punto anterior de la mejor manera.
c) El dirigente de alabanza debe guiar al resto del grupo de manera suave, sin gestos bruscos,
utilizando la sabiduría y la gracia de Dios para tal fin.
d) El dirigente debe iniciar la mayoría de los cantos hasta donde sea posible, en el caso de que
deba iniciar otra persona de las voces de fondo, deben haberlo acordado con anticipación y deben
hacerlo sin que haya interrupciones bruscas que distraen a las personas.
e) Las transiciones (paso de una canción a otra), deben hacerse de una forma suave,
ministrando y no realizando una oración hablada entre cada una, se deben evitar los silencios
repentinos que dan la sensación de que el dirigente no sabe lo que sigue. Se debe hacer con
mucha gracia y sabiduría de Dios invitando a las personas a adorar, e incluso con exhortaciones en
amor para que las personas se involucren en la adoración.
g) Los dirigentes y los músicos deben estar sensibles y atentos a la voz del Espíritu Santo
durante las ministraciones para saber en qué momento se debe ministrar, cuando se debe repetir
una canción determinada, cuando hacer cambios en el repertorio, cuando permitir que la música
ministre, o incluso cuando se deba hacer silencio para dejar que el espíritu hable.
Cuadro de texto: “Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia”.
Salmo 106:1