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Caso: Un empleado complicado

Caso: Un empleado complicado

Gustavo es Jefe de Administración y Contabilidad de una importante y reconocida


empresa de venta directa americana, es una persona muy capaz e inteligente,
Contador, con un MBA en el extranjero y una carrera en franco ascenso.
Es además una persona que valora mucho la amistad, a tal punto que siempre está
dispuesto a darles una mano a los amigos en caso que lo necesiten, aunque María, su
esposa, piense que debería ser un poco menos “naif” respecto de la gente en general.
Alberto es un gran amigo de Gustavo, Contador, compañero de Facultad de
muchas materias y de muchos años, con una extensa experiencia bancaria y
actualmente desocupado. Alberto le ha comentado que se le está haciendo muy difícil
conseguir trabajo y aunque Sonia, su esposa, tiene un buen ingreso, el no puede vivir
con la angustia de no contribuir al sostenimiento de su hogar. Es más, siente que su
imagen ante su familia se está deteriorando.
Gustavo, está preocupado por la situación de Alberto, además cada vez que se
encuentra con él o comparten una salida los dos matrimonios, la conversación vuelve
siempre sobre el mismo tema y él termina sintiéndose mal, incluso tiene un muy loco
sentimiento de culpa respecto de su propio éxito.
Al poco tiempo se produce una vacante en la oficina que dirige Gustavo y sin
dudarlo éste le ofrece el puesto a Alberto. Lo único que le pide es que no blanqueara la
situación de amistad en la empresa para que no existan suspicacias.
El puesto a cubrir es de analista contable, con una remuneración de mercado, un
horario de 8:30 a 18:00 hs. siendo el lugar de trabajo en Belgrano. Alberto aceptó
gustoso y comenzó de inmediato a trabajar en la empresa, bajo las órdenes de
Gustavo, agradeciéndole en cada oportunidad que podía el favor hecho.
Al poco tiempo, Alberto le manifiesta a Gustavo la intención que éste fuera
padrino de Pablito, su segundo hijo, cosa que aceptó gustoso y emocionado,
aumentando el vínculo de amistad que tenían hasta el momento.
Alberto se fue constituyendo en la persona de confianza de Gustavo en su
departamento, conocedor de los movimientos, la operatoria cotidiana de la oficina, sus
ojos y oídos ante su ausencia, en resumen, su mano derecha en el terreno operativo.
Pasado un tiempo, a Gustavo comenzaron a llegarle rumores acerca de
comentarios que Alberto hacía continuamente a sus espaldas, con el resto de sus
empleados. Fundamentalmente acerca de las ventajas inmerecidas que tenían “ciertos
ejecutivos” de la empresa (horarios flexibles, treinta días de vacaciones, bono anual,
cochera en la empresa, viajes de capacitación, etc.)
Gustavo, por la función que cubre no sólo es parte de esos ejecutivos, sino que su
carrera está en franco y merecido ascenso. Gustavo, en principio hizo caso omiso de
los comentarios, ya que le costaba creer que los rumores fuesen ciertos.
Es más, lo defendió a capa y espada ante María, su esposa, que le venía
comentando insistentemente que Sonia (esposa de Alberto) le había dicho varias veces
que Alberto se quejaba constantemente de su trabajo: que el lugar de trabajo le queda
a trasmano, que esto le dificultaba el darle una mano con los chicos, que el sueldo es
muy bajo, que todos sus amigos le dicen que lo están explotando, etc. etc.

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Caso: Un empleado complicado

“Chismes de pasillo” dijo Gustavo, mientras se preparaba para realizar su primer


viaje de placer a Europa, prometido hace mucho tiempo a María, quien llevaba
planeándolo hace más de seis meses.
De todos modos, Gustavo ocultaba una fea sensación de injusticia, sabía que
Alberto hacía comentarios maliciosos a sus espaldas. Pero también sabía que tanto él
como Sonia eran espejos difíciles en los que mirarse y compararse. Además, estaba
Pablito, su ahijado del alma, con esos rulos negros que él soñaba para sus futuros hijos,
si Dios se decidía a bendecirlos (dicho en sus palabras).
Una semana antes de las ansiadas vacaciones de Gustavo, surge la posibilidad de
una vacante en la Jefatura de Créditos en la Planta que la empresa tiene en Pilar, con
significativas mejoras en la remuneración y calidad de trabajo. Inmediatamente pensó
en Alberto, pero se le planteaba una dura disyuntiva: si proponía a Alberto, ya podía ir
olvidándose de las vacaciones, debería dedicarse a capacitar a otra persona para
cumplir las funciones de aquél, ya que Alberto había concentrado exclusivamente en
su persona (“es mucho más seguro para vos”) el manejo de algunas operaciones clave.
El malestar empezó a ganar su ánimo, las sospechas de una encerrona
comenzaron a circular por su sistema nervioso. Estaba tomando un café y mirando por
la ventana el tránsito pesado de Buenos Aires, meditando la situación, tratando de
poner en orden sus pensamientos, cuando Alberto entró a la oficina.
En tono directo y agresivo, Alberto le comenta que se ha enterado de la vacante
en Pilar. Ni lerdo ni perezoso, le comenta a Gustavo que está disconforme con el
sueldo, que no le alcanza, que no ve a los hijos lo suficiente porque la oficina le queda
a trasmano, que Pablito, por ser el más chiquito, está teniendo problemas de conducta
que, mejorando la situación económica, podía ir a Pilar en su auto y que si no lo
recomendaba para la Jefatura vacante lo iba a considerar un puro acto de egoísmo y se
iba a ir en forma inmediata de la empresa.
Mientras escuchaba a Alberto, Gustavo iba siendo ganado por una marea de
sentimientos. Temiendo aparecer en las páginas policiales si les daba rienda suelta,
sólo atinó a responder: este no es el momento, después hablamos.
Solo, en su oficina, se sentía traicionado todo este tiempo, por un desagradecido
que no había valorado la soga que le había tirado en su momento. ¡Bien por la mano
derecha! ¡Se enteró antes que yo de la vacante!
La ira que esto le producía sumado al escaso tiempo que le quedaba para tomarse
sus esperadas y prometidas vacaciones, no le dejaba pensar claramente una solución.
Dentro suyo, se peleaban deseos contradictorios: ¡No me siento “naif”, sino un
verdadero idiota!

Rol de Gustavo:
¿Qué análisis hacer ante esta situación?
¿Qué decisión tomaría?
¿Cómo encararía esta Negociación?

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