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Biografía de Eduardo Kingman

Connotado pintor, dibujante, grabador y muralista Lojano, Kingman es


considerado uno de los maestros del expresionismo ecuatoriano. En sus
cuadros impregnó el realismo social.
Nació en Loja el 3 de Febrero de 1913. Fue hijo de un médico
norteamericano que trabajaba en las minas de Portovelo y de la lojana Rosa
Riofrío. Desde muy joven vivió en Guayaquil con su madre y hermanos,
luego viajó a Quito para inscribirse y estudiar en la Escuela de Bellas
Artes.
Su primer trabajo como pintor y naturalista lo efectuó en una de las paredes
de la hacienda "La Granja", propiedad de Benjamín Carrión. El gran
maestro de las artes plásticas conquistó fama continental por notables obras
como: Los Guandos, El Obrero Muerto, La Hora obscura, La Muda de la
flor, Mundo sin respuesta, entre otras.
Participó en muchísimas exportaciones y galería de arte en algunas partes
del mundo. Por su brillante carrera se hizo acreedor a los premios: el
Carbonero, Gabriela Mistral y Eugenio Espejo. Kingman es el pintor de las
manos, a decir de sus colegas y entendidos en el arte. Nadie como él supo
encontrar en ellas, toda la simbolización de los más variados sentimientos
humanos: angustia, ternura, piedad, ira, impotencia e injusticia. Su
profundo humanismo irrenunciable compromiso de luchador incansable por
las nobles causas a través de la denuncia de su arte visual, concebido desde
una conceptualización filosófica y percepción existencialistas de signo
trascendente y reivindicador de la dignidad de derechos y libertades del ser
humano, es reconocido también. Murió el Jueves 27 de noviembre de 1997,
a los 84 años de edad.
Biografía de Camilo Egas

Camilo Egas, nació el 1 de diciembre de 1889, en la ciudad de Ibarra,


Ecuador.
Perteneció, junto a Pedro León, Manuel Rendón, Víctor Mideros, Antonio
Bellolio y otros artistas, a la llamada generación precursora, que empezó a
imponer su arte a partir de 1915. Tenía 22 años de edad cuando en 1911
viajó a Roma para estudiar arte, pero poco tiempo después debió regresar a
Quito obligado por la Primera Guerra Mundial y sus secuelas económicas.
Fue entonces alumno de Paul Bar, y bajo su orientación e influencia logró,
en 1918, ganar el “Mariano Aguilera”, considerado el salón más importante
de esa época. Para esa ocasión presentó sus telas “San Juanito”, “Los
Sahumeriantes” y “Sanjuanito”; en las que ya se pudo apreciar su tendencia
a expresarse a través de motivos indígenas y mestizos, marcando –de
alguna manera- el inicio de una corriente que durante muchos años
identificaría a la pintura ecuatoriana.
Para 1923 su calidad plástica había superado sus propias expectativas y
nuevamente –con “Retrato de mujer”- obtuvo el “Premio Nacional de Artes
Mariano Aguilera” de Ecuador.
En 1927 se radicó en New York, U.S.A., donde desde 1935 dirigió la
Escuela de Pintura de la New School for Social Research, donde tuvo como
alumno al guayaquileño Eduardo Solá Franco. Por esos años visitó Quito
donde –comprendiendo que la deformación era en una de las claves de la
visión artística contemporánea- presentó, por primera vez, deformaciones
monstruosas del indio ecuatoriano. Su obra causó asombro y repugnancia,
pero constituyó un aporte decisivo a la nueva pintura ecuatoriana.
En 1938 recibió el encargo de pintar un gran mural en el pabellón
ecuatoriano de la Feria Mundial de Nueva York, tarea en la que le
ayudaron Eduardo Kingman y Bolívar Mena Franco. Entre sus alumnos, se
encuentran los escultores Gabriel Orozco y Arnold Henry Bergier.
Durante el período del expresionismo, que se manifestó en la década de los
treinta, pintó telas vigorosas como “La Calle 14” (1937); y posteriormente,
buscando renovar sus formas, pasó al surrealismo y montó en New York
una exposición donde su superrealismo, traspasado de expresionismo, llegó
a extremos de angustioso patetismo, como en el caso de “Desolación”
(1949). Más tarde vivió una época neocubista de gran vigor, que quedó
plasmada en telas como “Gente en el Campo” (1957), y hacia el final
exploró las posibilidades ilimitadas del abstracto.
Falleció en Nueva York en el año 1962.
A fines de los años 1970, el Banco Central del Ecuador habilitó una casa
ubicada en las calles Venezuela y Esmeraldas, en Quito, para que funcione
el Museo Camilo Egas, donde se halla expuesta buena parte de su obra.
Biografía de Enrique Tabara
Enrique Tábara. Fue un pintor ecuatoriano. Sintió una enorme atracción por
el informalismo español, orientándose hacia un constructivismo
geométrico. Pero su obra aún dio otro giro hacia un tipo de pintura de
caligrafías repetitivas, inspiradas en las decoraciones precolombinas.
Nació el 21 de febrero de 1930. Hijo legítimo de Manuel Tábara Rugel,
natural de Suyana al norte del Perú, quien arribó a Guayaquil de solo dos
años traído por su madre Rosario Rugel. De solo 5 años descubrió que el
arte le atraía.
Ganó el Primer Premio en el Concurso interescolar de Dibujo en 1940 con
un tema pauperrista denominado "Hombre picado por mosquito”
En 1946 pasó a la recién creada Escuela Municipal de Bellas Artes, fue el
alumno preferido del alemán Hans Michaelson.

Participaciones
En 1951 participó en la Exposición colectiva que realizaron en el Núcleo
del Guayas Angel Bravo, Estuardo Maldonado y Eduardo Moran,
vendiendo un cuadro titulado "Barrio de Carboneros".
En la antigua Casa de Cultura de Guayaquil, había conocido la pintura de
los maestros del realismo social: Diógenes Paredes, Luis Moscoso,
Eduardo Kigman. En 1953 Benjamín Carrión adquirió dos óleos
"Mujeriego" y "La Solterona" para los museos de la Casa de la Cultura
en Quito y Guayaquil. Entonces se alzaron algunas protestas de parte de
críticos más bien conservadores, que calificaron de monstruoso, el
refinamiento estético de la institución
Arribó a Barcelona en 1955 y se matriculó en la Escuela de Bellas Artes,
no se acostumbró y al poco tiempo se cambió a la Lonja, donde permaneció
tres años, viviendo en casa del matrimonio Vilá en las calles General Mola
y José María Claret.
En 1960 aceptó una invitación del poeta Andree Bretón y concurrió a la
Exposition Internationale du Surrealismo de París, como miembro del
grupo Informalista español
En 1967 obtuvo el I Premio en el Salón de Julio.
En 1975 y tras once años de viajar constantemente por Latinoamérica, pudo
regresar a Barcelona, pero la encontró conmocionada con la muerte de
Franco y solo estuvo tres meses.
Fue invitado en 1982 por el Presidente Oswaldo Hurtado, con otros 14
artistas ecuatorianos, a un almuerzo en el Palacio; reconocimiento implícito
a su fama y esfuerzo.
Biografía de Víctor Mideros
Víctor Mideros Almeida (San Antonio de Ibarra, 28 de
marzo de 1888 – Quito, 9 de octubre de 1967), fue un pintor ecuatoriano de
los movimientos impresionista y simbolista.
Después de haber aprendido a temprana edad las bases de la acuarela y la
pintura al óleo en los talleres de los maestros Luis Toro Moreno y Rafael
Troya, en 1906 Mideros viajó a Quito para seguir medicina en
la Universidad Central, a la par que estudiaba en la Escuela de Bellas Artes.
Para 1915 obtuvo medalla de oro en la Exposición Nacional, al año
siguiente el premio a la pintura de figura humana en la II Exposición Anual
de Bellas Artes, mientras que en 1917 se convirtió en el primer premio de
la primera edición del Salón Mariano Aguilera.
En 1918, y tras retratar a una de las hijas del presidente Alfredo Baquerizo
Moreno, éste le nombró secretario de la Embajada de Ecuador en Italia con
el fin de que Mideros pudiera ampliar sus conocimientos artísticos durante
su estadía en Roma. Antes de partir en 1919, dejó varias obras, sobre
todo costumbristas que retrataban a indígenas y paisajes andinos, y el mural
que decora la capilla de la Catedral Metropolitana donde descansan los
restos de Antonio José de Sucre.
Mientras estuvo en Italia asistió a las Escuelas de pintura italiana, inglesa y
española, donde pudo perfeccionar aún más su técnica. En 1921 viajó a
Francia y España, donde se convirtió en miembro del Círculo Internacional
de Artistas y de la Academia de Bellas Artes San Fernando. En 1922,
mientras vivía en New York con su hermano Luis, éste sufrió un atentado
del Ku Kux Klan del que afortunadamente salió ileso, por lo que Víctor
pintó en agradecimiento el lienzo Mi Reino no es de Este Mundo, que
obsequió al convento de Santo Domingo en Quito.
Regresó a Ecuador en 1924 y fue nombrado profesor de la Academia de
Bellas Artes, de la que fue también director entre 1933 y 1937, época en la
que se convirtió en el pintor de moda de la alta sociedad quiteña. 2 La mayor
parte de su trabajo tras el regreso al país se lo debió al apoyo de su
mayor mecenas y protectora, la aristócrata viuda María Augusta Urrutia,
para quien pintó entre otras obras una afamada serie de siete arcángeles.

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