Está en la página 1de 3

12.

QUÉ NECESITO AHORA MISMO PARA CONTINUAR CRECIENDO, SANANDO Y


DESARROLLÁNDOME: mi sentido de vida
“Quien tenga un porqué para vivir podrá superar casi cualquier cómo”
(F. Nietzsche)
Hemos visto en muchos momentos de este seguimiento que el dolor es inevitable en la vida de un ser
humano, y que el dolor que experimento sin duda tiene sentido, pero necesito ser consciente de ello y
descubrirlo. Tengo la oportunidad de crecer y de evolucionar a través de todas las experiencias de mi vida,
experiencias de amor y experiencias de dolor. Pero hay una condición: no dejar nunca de entrar en mí
mismo, y tocar base en mi interior, primero que nada; ¿para qué? Para con sinceridad, darme cuenta de
qué tengo que aprender, cachar los mecanismos de defensa que uso para no tocar mi sombra, y sin duda
algo importantísimo, ver con claridad lo que la conciencia colectiva (la vox populi, la sociedad) me quiere
empujar a pensar y hacer.
Cualquier pérdida en la vida, es una experiencia dolorosa en mayor o menor grado; y el reto está en
encontrar sentido a ese dolor para convertirlo en sustrato de crecimiento y sanación que, cuando es
funcional, se va a manifestar en mi capacidad para darle un nuevo significado a mi historia y en lucidez y
fuerza para rescatar y reconstruir mis propios valores personales positivos.
Necesito hacerme valientemente la siguiente pregunta: ¿Para qué vivo?, ¿Tiene sentido mi vida?, ¿Para qué
hago lo que hago? Ante el sufrimiento constante, o el no darle sentido al dolor, es frecuente el
adormecimiento de las emociones y la confusión de sentimientos; y cuando esto pasa, experimento muerte
espiritual y psicológica.

¿Qué necesito para seguir sanando y creciendo?

Básicamente tres cosas: a) saber dónde estoy parado y reconocer honestamente en qué momento me
encuentro, b) tener metas de auto conocimiento y crecimiento personal de corto, mediano y largo plazo; c)
procurarme las ayudas o herramientas necesarias para lograrlo (terapia, taller, escucha empática, ayuda
espiritual, ayuda física) y sin duda d) resignificar mi historia, decidir el rumbo y enfoque que quiero darle a
mi vida. Puedo continuar viviendo desde la inmadurez del egocentrismo que se disfraza de mil maneras,
pensando que toda gira a mí alrededor o puedo continuar madurando; o bien continuar un proceso serio de
auto conocimiento profundo para saber de verdad quien soy y no quien he pensado que soy, permanecer
conectado conmigo y poder entonces ir más allá de mí, saliendo al encuentro de los demás y de Dios.
Y quizá para lograrlo Lo que necesito es un cambio radical en mi actitud hacia la vida, replantearme el
sentido de mi vida. Esto va completamente de la mano del análisis de mi existencia a la luz de lo que
entienda que es, y el propósito que tiene.
Debo recordar siempre que mi proceso de duelo y de sanación y crecimiento es único, ninguna persona lo
vive de la misma manera que yo ni desde el mismo lugar, de aquí que la fuerza de mi decisión depende de
mí y de la respuesta que dé a la pregunta fundamental sobre el sentido de mi vida; esta respuesta, al
conocerme a mí mismo -mis luces y mis sombras- deberá estar en sintonía con mis sentidos, con las
potencias de mi alma, con mis valores y mis intenciones. ¿Cuáles son mis referentes? Puedo encontrar
criterios de referencia en lo que dicen “por allí” en el mundo (la mercadotecnia, las ideologías, los partidos,
las instituciones, etc. etc.) y confrontar con los criterios de referencia que están a lo largo y ancho de la
Palabra de Dios, pero para ello, necesito conocerla de primera mano y si se puede, acompañado de quien ha
ya recorrido un camino en su conocimiento.
Una pista para darme cuenta de lo que necesito en adelante, es observar los movimientos de mi interior,
observar cómo me relaciono conmigo mismo, con los demás, con Dios y con el mundo, observar cuál es mi
respuesta a la experiencia del Amor, si, con mayúscula, el que doy y el que recibo, observando qué motiva y
hacia donde dirijo la construcción de cada proyecto en mi vida, observando mis miedos, mis mecanismos de
defensa y escuchando mi anhelo profundo.
Conviene que cuide mi voz interna y no la ensordezca con cantos de sirenas y que cuando lo requiera, me
acerque a donde pueda de nuevo escucharla.
12. QUÉ NECESITO AHORA MISMO PARA CONTINUAR CRECIENDO, SANANDO Y
DESARROLLÁNDOME: mi sentido de vida

ORACIÓN Y MEDITACIÓN

Jesús exclamó: “Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y
aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es
llevadero y mi carga ligera”. (Mateo 11, 28-30)

Jesús, hoy me invitas a escuchar de nuevo tu propuesta con la atención puesta en los pequeños matices que
siempre descubro en nuestros encuentros. Trato de entender qué me está diciendo tu propuesta a mí y mis
circunstancias concretas para que siga avanzando en el camino de la madurez y la felicidad. Pienso en lo que
me cansa y agobia, en las cargas y obligaciones que me impongo o tratan de imponerme, que no van por la
línea de tu voluntad. Entre esas cargas están, por ejemplo: la imagen que deseo dar a todo mundo incluso a
mí mismo, por no conocerme, aceptarme y saber que soy tu hijo amado; las seguridades imposibles que
lucho por conseguir gracias a mi prepotencia y falta de fe; el querer, soberbiamente vivir sin equivocarme,
con miedo al fracaso, y otras tantas cargas a las que tal vez no logro poner nombre. Reflexiono sobre lo que
significa la carga ligera y el yugo llevadero del que hablas mi Jesús. La humildad de vivir en Verdad, con las
propias luces y sombras; el sosiego de saber amar en serio y sin esperar nada a cambio; el descanso de
poder arriesgar sin temor a fracasar o a hacer el ridículo, porque hasta de las más duras experiencias se
puede aprender a vivir como tu Jesús nos invita a hacerlo. Me doy cuenta -porque si ha habido momentos en
que lo he experimentado-, que vivir así, a tu modo me compromete conmigo y con los demás. Me doy
cuenta también de que, aunque vivir al modo que tu Jesús me propones, no me va a ahorrar las dificultades
del camino, sin embargo, me deja con el sosiego de la felicidad profunda que da la vida con sentido. Porque
ser feliz no es ausencia de dificultades sino vivir con sentido las que vengan.
Saboreo los momentos de paz cuando a tu lado Jesús he logrado vivir en plenitud, amando en plenitud, y veo
que, en realidad, ese es el único yugo que pones sobre mis hombros. Me doy cuenta de lo ligera que puede
ser esa carga en comparación con las cargas que yo me impongo, del sosiego que me deja y de la vida que
produce.
Espíritu Santo, dame luz para recordar que el dolor es inherente a la vida humana, pero el sufrimiento es
elegido, luz para reconocer los cambios que debo hacer de raíz, poco a poco y para ver las cargas que no
vienen de ti, y que más bien yo me impongo y cómo estas me conducen a inflar mi ego y desconectarme de
mí mismo, de los demás y de ti. Gracias Señor por haberte hecho hombre en Jesús para mostrarme que a
pesar de que no faltarán dificultades es posible vivir con alegría, esperanza y con sentido. María hermosa,
acompáñame en el camino de la vida y muéstrame a Jesús como sólo tú le conoces porque lo has visto
crecer y actuar.
Así sea.

BENDICIONES PARA EL CAMINO QUE CONTINÚAS

DE ENCUENTRO CONTIGO MISMO, CON DIOS Y CON LOS OTROS


12. QUÉ NECESITO AHORA MISMO PARA CONTINUAR CRECIENDO, SANANDO Y
DESARROLLÁNDOME: mi sentido de vida

PARA TRABAJAR EN CASA

PREGUNTAS:
1. ¿He podido ya reconocer plenamente que las experiencias dolorosas en mi vida son parte de mi proceso de
crecimiento como persona?
2. ¿Puedo ver el sentido que ha tenido el dolor de mi pérdida, en mi vida?
3. ¿Logro Visualizar lo que necesito hoy para continuar mi crecimiento en cada esfera de mi vida?
4. ¿Tengo claro con cuales ayudas o herramientas puedo empezar? ¿O aún me encuentro confundido?
5. ¿Podría decir cual es el sentido de mi vida hoy?

Instrucción: Repasando los aspectos que tienes por ser persona humana, revisa qué estas necesitando en
cada una a partir de este momento y haz un compromiso serio contigo mismo para llevarlo a cabo sin
distracciones:

ASPECTO FÍSICO: mi cuerpo, mi salud, mi autocuidado, mi nutrición, ir al médico, hacer ejercicio

ASPECTO INTELECTUAL: cómo lo cultico, qué leo, qué veo, cómo me preparo, que quiero aprender,
como quiero prepararme

ASPECTO EMOCIONAL: cómo distingo y gestiono mis emociones, si necesito terapia y decidirme a
seguir aprendiendo a gestionar mis emociones y a tener más salud mental.

ASPECTO MORAL: donde está fundamentado mi código de conducta y cual es y que necesito
revalorar y cambiar o retomar.

ASPECTO ESPIRITUAL: cuál es mi sentido de trascendencia, y si me siento perdido o confundido


quizás necesite dirección espiritual concreta por un tiempo, o formalizar mi búsqueda de esta
trascendencia con maestros que me enseñen y espacios de formación humana y espiritual. Quizás
necesito re evaluar mi religiosidad y conocer un poco más de que va eso de ser bautizado

ASPECTO SOCIAL: cómo me relaciono con los demás, en qué niveles quiero y puedo relacionarme
con otros, de quién quiero estar cerca, de quien no. Que relaciones necesito recuperar y cuales
necesito dejar ir.

También podría gustarte