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C-256-2004
1° de setiembre del 2004

MSc.
Carlos Luis Rojas Porras
Presidente
MSc.
Olman Ramírez Artavia
Fiscal
Colegio de Licenciados y Profesores en
Letras, Filosofía, Ciencias y Artes
S. O.

Estimados señores:

Con la aprobación de la Sra. Procuradora General de la República, me refiero a su oficio FCLP 018-2004, del pasado 17 de marzo. Previo a
entrar a pronunciarnos sobre su consulta, sírvase aceptar nuestras excusas por el atraso que ha tenido la tramitación de su gestión, motivado en el
volumen de trabajo que atiende esta Procuraduría.

Objeto de la Consulta

De conformidad con el acuerdo de la Junta Directiva de esa Corporación, adoptado en la sesión ordinaria N° 030-2004, celebrada el 17 de marzo
del año en curso, se nos solicita pronunciamiento en cuanto a los siguientes extremos:

“1-¿Debe una persona pertenecer a dos colegios profesionales, cuando ejerce dos profesiones en forma simultánea?

2-¿Los colegios profesionales que fiscalizan una determinada profesión, se encuentran legitimados para ejercer esta labor, sobre la
actividad docente que realicen sus colegiados, respecto de esta determinada disciplina o rama?

3-¿Puede el Colegio de Licenciados y Profesores exigir la colegiatura a personas que ejercen la docencia (en los términos que
específicamente ha fijado la Sala Constitucional en el voto 5483-95), y que se encuentran afiliadas a otro colegio profesional, cuando
éste regula una disciplina o profesión, que no tiene relación con la materia sobre la cual es docente?

4-¿Debe el Colegio de Licenciados y Profesores aprobar el retiro definitivo de un colegiado que pertenece simultáneamente a otro
colegio profesional, que fiscaliza una profesión ajena a la materia, de la cual es docente?

Antecedentes de la Sala Constitucional y de la Procuraduría General de la República.

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Atendiendo al tema de la consulta, nos parece oportuno iniciar el presente estudio transcribiendo, en lo pertinente, un voto de la Sala
Constitucional, precisamente el que refiere la Corporación en el oficio supra reseñado. Del citado fallo jurisdiccional, destacamos los alcances que se
definieron en punto a los profesionales que deben agremiarse al Colegio de Licenciados y Profesores en Letras, Filosofía, Ciencias y Artes:

“XI.- EL EXAMEN DEL CASO CONCRETO.- De la aplicación de la doctrina expuesta, la jurisprudencia nacional incluyendo la de esta
Sala, la jurisprudencia extranjera y de los principios concretados en los considerandos anteriores, la Sala Constitucional llega a las
siguientes conclusiones para el caso concreto : a) El Colegio de Licenciados y Profesores en Letras, Filosofía, Ciencias y Artes, es un
ente corporativo y como tal, no se encasilla en la naturaleza del derecho de asociación que prevé el artículo 25 constitucional; b)
Independientemente de otros fines que persiga el Colegio, en lo que atañe a la colegiatura obligatoria, está concebido para que
únicamente sus agremiados, puedan desempeñar los cargos relacionados con el proceso de enseñanza media oficial y superior; es decir,
de la enseñanza que tiene como objeto final, la entrega de un título reconocido por el Estado y además, para el desempeño de otros
cargos en la Administración Pública relacionados con la misma materia; c) De lo expresado en el punto anterior y las conclusiones
expuestas por el Colegio y la Procuraduría General de la República en la audiencia oral (vista) celebrada el jueves veintiuno de
setiembre de mil novecientos noventa y cinco, se concluye en que no se requiere la colegiatura obligatoria para que cualquier persona
puede ejercer su derecho a educar, en cualesquiera materias y modalidades, graduar a los educandos y entregarles los títulos
correspondientes, con la limitación que tales títulos y grados académicos serán privados y por ello, pueden no ser reconocidos por el
Estado; d) Consecuentemente, la colegiatura obligatoria a este Colegio, bajo la modalidad que se ha expuesto, no resulta contraria al
derecho fundamental a la educación, ni en su ejercicio activo ni pasivo; e) En el proceso formal de la educación media y superior, el
ejercicio de la libertad de educación corresponde a toda persona que crea, dirige y administra un centro de educación, libertad que no
puede ser limitada sino en los términos de la jurisprudencia de esta Sala; f) El ejercicio de la libertad de enseñanza no se lesiona con la
colegiatura obligatoria, requisito que se exige para educar en los procesos oficiales y que no resulta aplicable a todos los demás; y, g) El
ejercicio de la profesión en forma de colegiatura obligatoria, no resulta desproporcionado, ni irrazonable, cuando se trata de autorizar
el ejercicio profesional, regular la profesión, dictar códigos y normas de ética, y ejercer el poder de fiscalización sobre los agremiados,
cuando se trata de actividades comprendidas dentro del proceso oficial de educación.

XII.- EFECTOS DE LA COLEGIATURA OBLIGATORIA EXAMINADA.- El régimen jurídico que se crea en el Colegio de Licenciados y
Profesores en Letras, Filosofía, Ciencias y Artes, tiene, desde luego, sus características especiales, entre otras las siguientes : a) En
primer término, debemos admitir que la fiscalización que hace el Colegio de Licenciados y Profesores en Letras, Filosofía, Ciencias y
Artes sobre los titulados que desean dedicarse a la enseñanza, está dirigida a proteger a los terceros que reciben esa misma enseñanza. Y
es que, si como lo ha indicado la Sala existe una relación de "alteridad" entre el derecho de enseñar y de aprender, hay que concluir que
la fiscalización que realiza el Colegio -por delegación del Estado- de las condiciones morales, éticas y académicas de los que trabajan
en la enseñanza tiene como norte fundamental la protección de la otra parte de la relación, es decir, los educandos, o lo que es lo mismo
en el lenguaje constitucional, "los terceros" cuya protección, dada la naturaleza de la actividad, es de interés público. b) La Constitución
Política garantiza el derecho a enseñar; empero ese derecho no se ve afectado por la colegiación que se examina en la acción, porque
las limitaciones que se puedan derivar de tal requisito formal, no están dirigidas a vedar el ejercicio profesional, sino a crear una
condición para hacerlo, en el caso que la actividad esté comprendida dentro de los presupuestos de las normas cuestionadas. c) En
realidad y partiendo del análisis de la Ley del Colegio, se concluye que la colegiatura que se exige, lo es para desempeñar cargos en el
proceso formal e integral de la educación pública y de la privada reconocida por el Estado; no así para el ejercicio de la profesión o de
la garantía de educar, cuando la actividad que se desplega es ajena al proceso indicado; es decir, cuando se ejerce en forma privada y no
tiene como objetivo final la obtención de un título reconocido por el Estado, en cuyo caso ni se requiere la colegiación, ni de ninguna
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autorización o licencia. d) La Sala estima que las facultades de "inspección", que al tenor del artículo 79 de la Constitución Política,
realizan algunos órganos del Estado como el Ministerio de Educación Pública o el Consejo Superior de Educación, por ejemplo, está
dirigida al control de la responsabilidad del servidor público en los términos que se describen en los artículos 199 y siguientes de la Ley
General de la Administración Pública y al control, también, derivado de la relación de servicio (régimen sancionatorio), competencias
que son distintas al control que ejerce el Colegio en la vigilancia de las reglas de la ética profesional y de todo acto que implique
quebrantos al desdoro para la profesión o cargos contra la moral y las buenas costumbres, que cometan los agremiados en el ejercicio
de la profesión. Al ser diversos los regímenes, son diversas también las consecuencias. Es por ello que la función del Colegio
profesional, en este campo, adquiere relevancia primordial y de manera alguna -interpreta la Sala- puede considerarse lesiva a derecho
fundamental alguno. Aún cuando en esta materia no es posible establecer reglas absolutas, la Sala estima, en términos generales, que el
hecho de laborar para el sector público -y estar por ende sometido a la facultad sancionatoria del "Estado patrono"- no excluye la
colegiatura obligatoria.

En síntesis, para la Sala la colegiatura obligatoria es procedente en el sector público cuando los destinatarios inmediatos del acto
profesional bajo control, sean el personal al servicio de la administración o los ciudadanos en general.” (No. 5483-95 SALA
CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las nueve horas treinta y tres minutos del seis de
octubre de mil novecientos noventa y cinco)

Por su parte, la Procuraduría General ha tenido oportunidad de precisar los alcances de la colegiatura obligatoria que se impone mediante la Ley
N° 4770 de 13 de octubre de 1972 y sus reformas, Ley Orgánica de la Corporación. En lo que atañe al profesorado de los centros de enseñanza
superior, desde larga data se apuntó la trascendencia de la autonomía universitaria pública, de modo que se excepcionaba la necesaria vinculación de
los docentes universitarios con el Colegio de Licenciados y Profesores en Letras, Filosofía, Ciencias y Artes:

“Ahora bien, la duda que surge al interno del Colegio Profesional, se da en aplicación de la Ley Nº 4770, del 13 de octubre de 1972, y
sus reformas, Ley Orgánica del Colegio de Licenciados en Letras y Filosofía, cuando al tenor del numeral 5 dicha ley, se prescribe en su
inciso b) lo siguiente:

" Artículo 5º.- Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo precedente, en el Manual Descriptivo de Puesto del Servicio Civil, leyes o
reglamentos especiales, se requerirá ser miembro del Colegio para desempeñar los siguientes cargos:

a)...

b) Director o profesor de un establecimiento de enseñanza superior, siempre que no se trate de miembros de otro colegio profesional
legalmente constituído; ..."

Dicho artículo que se encuentra inmerso dentro del Capítulo II, "Del Ejercicio Profesional", sin duda contempla dos situaciones de
excepción a la aplicación plena de la disposición normativa.

Como contenido normativo básico se estipula el deber de estar colegiado para poder ejercer la función docente en un centro de
enseñanza superior estatal; no obstante, su aplicación encuentra dos excepciones. En primer lugar se exime de pertenecer al Colegio
que usted representa, si el profesional universitario se encuentra ya colegiado a su respectivo ente gremial, que por la especialidad de la
preparación, tenga su propio colegio de pertenencia. Y en segundo lugar, y todavía más importante, la norma contempla su propia
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aplicación supletoria con relación a otros cuerpos normativos, -y que por su redacción pareciera tener alcances ilimitados- en cuanto
indica la aplicación del Manual Descriptivo de Puestos del Servicio Civil y así como también otras leyes y reglamentos o especiales
sobre la colegiatura obligatoria que exige la ley para desempeñar diversos cargos, dentro de los cuales se encuentra comprendido el
profesorado universitario.

A manera de conclusión diremos que la normativa universitaria es de aplicación primaria y especial para estos casos, siendo que la Ley
4770, se aplica en forma supletoria según lo reseña el mismo artículo 5 Ius Ibid, y para mayor abundamiento el precepto 84
constitucional, norma de rango superior, prevalece sobre cualquier otra norma inferior que se le oponga.” (Dictamen C-042-92 del 2
de marzo de 1992)

En fecha más reciente, se retomó el anterior criterio para analizar las competencias del Ministerio de Educación Pública y de la Dirección
General de Servicio Civil en punto al nombramiento de personal docente, y su relación con los fines que persigue la Corporación:

“… este Despacho es del criterio de que, en virtud de los artículos 77, 78, 79, 80, 81, 191 y 192 de la Constitución Política, artículos 1 y
2 de la Ley Orgánica del Ministerio de Educación Pública, 12 inciso a), 13 y 52 del Estatuto de Servicio Civil, el Colegio de Licenciados
y Profesores en Letras, Filosofía, Ciencias y Artes no tiene injerencia legal alguna, en lo que respecta a la potestad de nombramiento de
personal que tiene el Ministerio de Educación Pública y la Dirección General del Servicio Civil para el cumplimiento constitucional de
la enseñanza preescolar, primaria y secundaria del ciudadano costarricense.” (Dictamen C-039-2001 de 20 de febrero del 2001)

Por último, es de obligatoria cita el criterio externado en dictamen C-206-2001 de 23 de julio del 2001, estudio en el cual se profundiza en los
antecedentes históricos de la promulgación de la Ley N° 4770 y el tema de la “doble colegiatura”:

“Debemos analizar con todo cuidado las normas que estamos comentado. Esto es mayormente cierto, debido al hecho de que los
artículos 4 y 5 de la Ley n.° 4770 han sido objeto de un veto y de una acción de inconstitucionalidad, pasando con éxito ambas pruebas.

Revisando el expediente legislativo n.° 3892, proyecto de Ley del Colegio de Letras y Filosofía, acogido para su trámite por el
Diputado Armando Arauz Aguilar, encontramos que la redacción del inciso b) del artículo 5 decía lo siguiente: "Director o profesor en
un establecimiento de enseñanza superior no universitaria". (Véase el folio 4 del expediente legislativo n.° 3892 y La Gaceta n.° 146 de
28 de junio de 1969). Esa misma redacción se mantuvo en el dictamen afirmativo de mayoría que rindió la Comisión Permanente
Ordinaria de Asuntos Sociales al Plenario, fechado el 27 de agosto de 1969. ( Véase el folio 56 del expediente legislativo n.° 3892).

En vista de las reacciones que generó esta iniciativa parlamentaria en varios sectores ( universitarios y profesionales), el Plenario
nombró una comisión especial el 16 de abril de 1970, para que presentara una serie de reformas al texto original. Posteriormente,
acuerda devolverlo a la comisión dictaminadora ( Sociales), en la cual su presidente nombra una subcomisión para su estudio. El texto
actual aparece por primera vez en una moción aprobada por la subcomisión el 7 de setiembre de 1970, la cual fue presentada por varios
Diputados. Posteriormente, se incluye en el informe que la subcomisión rindió a la Comisión el 10 de setiembre de 1970 ( Véase el folio
267 del expediente legislativo n.° 3892). Por último, se incluyó en el dictamen afirmativo que emitió la Comisión Permanente Ordinaria
de Asuntos Sociales al Plenario el 25 de setiembre de 1970 ( Véase el folio 328 del expediente legislativo n.° 3892).

El Poder Ejecutivo vetó el 11 de junio de 1971 la norma que estamos comentando por razones de inconstitucionalidad. Al respecto,
señaló lo siguiente:

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"La Universidad de Costa Rica es una institución de enseñanza superior, cuyos profesores quedan comprendidos y afectados por las
anteriores disposiciones.

Ello significa que deberá entenderse obligatoriamente colegiado, a efecto de dirigir o enseñar en ella, todo director o profesor de la
Universidad, como entidad de enseñanza superior. Los términos del decreto son tan compresivos en este aspecto que abarcan claramente
no sólo al profesor graduado y especializado en enseñanza superior que todavía no existe en Costa Rica, pero que podrá darse en un
próximo futuro ( artículo 3 inciso e) y h) antes citados) sino también al profesor universitario común, sin formación pedagógica o
académica específica para ese propósito, pero capacitado técnicamente en virtud de otro título profesional relativo a la disciplina que
enseña ( artículo 5 inciso b).

El régimen del personal académico de la Universidad es materia de exclusiva incumbencia constitucional de ésta, dado que es un medio
indispensable, y quizá el más fundamental, para la prestación del servicio público de enseñanza superior, como se desprende fácilmente
del artículo 84 constitucional…" (Véase los folios 368 y 369 del expediente legislativo n.° 3892).

Sobre el particular, es importante traer a colación parte del diálogo que se dio entre los Diputados miembros de la Comisión
Permanente Ordinaria de Asuntos Sociales cuando, en la sesión del 16 de julio de 1972, se discutió el veto al decreto legislativo. Al
respecto, se indicó lo siguiente:

"DIPUTADO FERNÁNDEZ MORALES: Yo veo que en el Servicio Civil hay cierta mala fe al Vetar esta ley, porque por ejemplo para
nombrar un ingeniero que tenga que servir a la administración pública, el Servicio Civil requiere una constancia de que es miembro del
Colegio…

EL PRESIDENTE [ DIPUTADO MUÑOZ MORA]: Bueno, pero se exigen requisitos de más idoneidad que el ser simplemente colegiado,
porque bastará con el atestado que da la Universidad constando que es ingeniero para que le den el puesto…

DIPUTADO FERNÁNDEZ MORALES: Es que si no está incorporado al Colegio no puede ejercer. Por ejemplo un abogado para poder
aceptar el cargo de Procurador tiene que ser abogado incorporado…

EL PRESIDENTE: Claro, la ley del Colegio de Abogados es muy clara en ese sentido…

DIPUTADO FERNÁNDEZ MORALES: Precisamente eso es lo que pretende esta ley que se exija el requisito de colegiado para ejercer la
profesión, si no se exige, entonces quien va ser colegiado…

EL PRESIDENTE: Me parece que lo que el Servicio Civil objeta es la obligación de pertenecer al Colegio para poder desempeñar un
puesto en la enseñanza, habrá muchos profesores no incorporados al Colegio…

DIPUTADO FERNÁNDEZ MORALES: El colegio está creado, lo que se persigue con esta reforma es incorporar al colegio a todos los
profesores graduados de la Universidad de Costa Rica, de la Escuela Normal Superior…"

EL PRESIDENTE: Que ( Sic) pasaría con tanto profesor que no es graduado y que está en Servicio Docente…

Á
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DIPUTADO FERNÁNDEZ MORALES: Automáticamente quedan incorporados al colegio mientras duran en sus funciones, el
Transitorio de la Ley así lo contempla…

EL PRESIDENTE: El caso de los maestros de enseñanza primaria cómo quedan?

DIPUTADO FERNÁNDEZ MORALES: El proyecto no contempla a los profesores de enseñanza primaria…

EL PRESIDENTE: Pero si el maestro está ejerciendo funciones de profesor?

DIPUTADO FERNÁNDEZ MORALES: Automáticamente queda trabajando, lo cobija el transitorio de la Ley. El proyecto tiene como
mente elevar el nivel profesional de los educadores desde el punto de vista académico. Hay profesores de segunda enseñanza que no
tienen título. Este proyecto tiende a fortalecer la educación del país.( Véase los folios 450 y 451 del expediente legislativo n.° 3892. Lo
que está entre negritas no corresponde al original).

Queda claro de lo anterior, que el fin de la iniciativa que estamos comentando era el colegiar a todos los profesores. En este sentido,
la Corte Plena, en la resolución que resuelve el veto en lo referente a las objeciones de inconstitucionalidad ( también fue vetado el
decreto legislativo por razones de oportunidad), adoptado en el artículo II, de la sesión de 3 de agosto de 1972, nos indica lo siguiente:

"I.- Conviene anticipar que la Ley vetada no ha pretendido por primera vez crear el Colegio.- Según el artículo 55, se deroga la Ley del
Colegio de Licenciados en Letras y Filosofía, que es la N° 1231 de 20 de noviembre de 1950. Cuyo reducido e incipiente ámbito,
explicable a la sazón, el legislador trata actualmente de extender a un mayor número de profesionales o personas dedicadas a la
docencia y bajo la gregaria denominación de ‘COLEGIO DE LICENCIADOS Y PROFESORES en LETRAS, FILOSOFIA, CIENCIAS Y
ARTES".- Derogatoria impuesta por las proyecciones de los nuevos campos de actividades profesionales que en materia de educación ha
ido abriendo la Universidad de Costa Rica con posterioridad al año 1950.- Al desaparecer la antigua Escuela de Letras y Filosofía,
actualmente está reemplazada por la Facultad de Ciencias y Letras, que imparte diversificados conocimientos y que respaldan bajo los
correspondientes títulos de Licenciados en Geografía, Historia y Filosofía que dicha Facultad otorga. Incluyendo además el de Bachiller
en distintas ramas. De acuerdo con el cambio que le imprimió una posterior organización dinámica de nuestra Universidad, en vez de
los títulos de Licenciados en Letras y Filosofía, que regula la Ley N° 1231, ahora expiden muchos otros que también acreditan la
idoneidad en una serie de variadas ramas o especialidades las cuales todas convergen e integran un mismo tronco al servicio de la
actividad docente en diversos niveles.- Resumiendo el capítulo: no se trata de crear un nuevo Colegio Profesional, sino involucrar
titulados, que en las múltiples especializaciones docentes, con el correr de los años, han surgido en el vasto campo de la educación. Pues
resulta axiomático afirmar que la diversificación de la enseñanza superior, está en un proceso de contínua formación."

Sobre las inconstitucionalidades alegadas por el Poder Ejecutivo, la Corte Plena expresó que no existían, debido a que las potestades
que se le estaban dando al Colegio eran ajenas a las funciones específicas que sobre la independencia en la orientación de la cultura
superior le corresponden exclusivamente a la Universidad ( Véase los folios 467 y 468 del expediente legislativo n.° 3892). Por último, la
Corte Plena hizo una observación muy atinada sobre el inciso b) del artículo 5, en el siguiente sentido:

"VIII.- Para lo que a bien tenga resolver los señores Diputados, esta Corte se permite señalar un error material en la redacción del
artículo 5 inciso b) del Proyecto, que altera completamente su sentido. Dicha regla dispone que ‘…se requerirá ser miembro del Colegio
para desempeñar los siguientes cargos: b) Director o profesor de un establecimiento superior que sea miembro de otro colegio
profesional legalmente constituido’. El error consiste en que se omitió el adverbio ‘no’ entre los dos vocablos que se subrayan en la
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anterior transcripción, pues debió decirse ‘que no sea miembro’, en vez de ‘ que sea miembro’, como aparece consignado. Esta Corte
considera que se trata de un error porque no cabe suponer que el propósito haya sido exigir una doble colegiación para esos profesores
y directores, sino más bien dispensarlos del requisito de pertenecer al nuevo Colegio cuando ya son miembros de otro Colegio
profesional; por ejemplo, tratándose de los abogados que son profesores en la Facultad de Derecho, de los médicos en la Facultad de
Medicina, o de los ingenieros en la Ingeniería Civil. Si esta interpretación fuera correcta, quizá convendría – para mayor claridad-
redactar el inciso b) del modo siguiente: b) Director o profesor de un establecimiento de enseñanza superior, siempre que no se trate de
miembros de otro Colegio profesional legalmente constituido."

De lo que llevamos dicho hasta aquí, podemos extraer varias conclusiones preliminares en este estudio. En primer término, cuando el
legislador emitió la Ley n.° 4770, los establecimientos de enseñanza superior que existían en el país eran la Universidad de Costa Rica y
la Escuela Normal Superior, por lo que es muy probable que el inciso b) del numeral 5 de ese cuerpo normativo estuviera haciendo
referencia a ellos; así se desprende de las actas de la Asamblea Legislativa, del veto que interpuso el Poder Ejecutivo y de la resolución
de la Corte Plena. Ergo, en la mente del legislador no estuvo el regular otros centros de enseñanza superior, públicos o privados, en los
cuales impartieran cursos profesores o estuvieran regentados por un director no colegiados.

Por otra parte, es muy probable que al momento de promulgarse la Ley n.° 4770, todos los docentes de la Universidad de Costa Rica,
no educadores de profesión, estuvieran colegiados, con lo que el precepto del inciso b) del artículo 5 se adecuada para regular la
situación social de ese entonces.

De lo anterior se desprende, con un grado de certeza razonable, que el legislador no le asignó al Colegio de Licenciados y Profesores
en Letras, Filosofía, Ciencias y Artes una función de naturaleza residual, en el sentido de que ese ente corporativo debía incorporar a
los profesores y directores que no tenían su respectivo Colegio. De acuerdo con los antecedentes legislativos e históricos, esta hipótesis
no la tuvo en mente el legislador a la hora de aprobar la Ley n.° 4770.”

Más adelante, el dictamen hace mención del voto de la Sala Constitucional que se reseñó en las páginas precedentes, para arribar a las
siguientes conclusiones:

“De lo anterior, no se colige que el Colegio esté en la obligación de colegiar a aquellos directores o profesores que no cuentan con un Colegio
profesional y que se encuentran ocupando puestos de profesores o directores de centros de enseñanza superior. El problema radica, entonces, con
aquellos profesionales que sí están en esa situación y que dirigen o imparten lecciones en universidades privadas, verbigracia: profesionales en
diseño publicitario, sociólogos, antropólogos, etc. Más aún, la situación se tiende a agravar cuando el ejercicio de la docencia en el ámbito
universitario privado es ocasional o solamente imparten lecciones uno o dos cuatrimestres. Este problema no se presenta con las Universidades del
Estado, quienes tienen la autonomía suficiente para reglamentar los servicios de docencia, investigación y extensión. En vista de lo anterior, la
exigencia o no de la colegiatura obligatoria del personal docente, es una atribución que compete, en forma exclusiva, a los centros de estudios
superiores universitarios del Estado ( Véase el voto del Tribunal Constitucional n.° 4570-97 y el dictamen C-216-99 de 22 de octubre de 1999 de la
Procuraduría General de la República).

A nuestro modo de ver, e interpretando el artículo 4 en relación con el 5 de la Ley n.° 4770, así como la doctrina sentada por el Tribunal
Constitucional en este caso, esos profesionales no necesitan de la colegiatura obligatoria para impartir lecciones en un centro de educación superior
universitaria privado, o para regentarlo. En primer lugar, porque el artículo 4° de la Ley n.° 4770 habla de entidades privadas, y no de centros

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universitarios privados. En contra de lo que venimos afirmando se nos podría argumentar que la expresión entidades privadas abarca también a las
universidades privadas, con base en una interpretación gramatical o literal de la norma ( consiste en interpretarlo según el sentido propio de sus
palabras, artículo 12 del Código Civil). Empero, de acuerdo con la interpretación histórica (las normas deben interpretarse en relación con los
antecedentes históricos y legislativos y la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas, artículo 10 del Código Civil), tal y como se indicó
atrás, la intención del legislador no era regular también la docencia en los centros superiores universitarios privados, por la sencilla razón de que
esa actividad era desconocida en el país en ese momento. Recuérdese que la primera universidad privada que se autorizó en el siglo XX, fue
mediante Decreto Ejecutivo n.° 5622-MEP de 23 de diciembre de 1975, fecha posterior a aquellas en las cuales se presentó, se discutió, se aprobó, se
vetó y se sancionó y publicó la Ley n.° 4770.

En segundo término, y siguiendo una interpretación teleológica ( las normas deben interpretarse atendiendo fundamentalmente al espíritu y
finalidad de ellas, artículo del Código Civil; en el mismo sentido, véase el artículo 10 de la Ley General de la Administración Pública), el fin de los
preceptos era colegiar a todos los profesores graduados, y no aquellos profesionales de otras ramas del saber. Precisamente el inciso b) del numeral
5 permite ser profesor o director de un establecimiento de enseñanza superior, cuando se es miembro de un colegio legalmente constituido, para
preservar la exclusividad del Colegio profesional, solo pudiendo ser miembro de él las personas que ostentan los grados académicos que se
indican en el numeral 3 de la Ley n.° 4770. En otras palabras, no se exigió la doble colegiatura.

Por otra parte, el Tribunal Constitucional, en el voto n.° 5483, expresa que no se requiere la colegiatura obligatoria para que cualquier persona
pueda ejercer su derecho a educar, en cualesquiera materia y modalidades, graduar a los educandos y entregarles los títulos correspondientes, con la
limitación que tales títulos y grados académicos serán privados y por ello, pueden no ser reconocidos por el Estado. Ahora bien, en la forma que
está redacta la regla, el Tribunal Constitucional le da la facultad al Estado de reconocer o no los títulos que se obtienen en esas condiciones. En
ninguna circunstancia afirma el alto Tribunal que al Estado le está vedado reconocerlos; todo lo contrario, le da la opción de reconocerlos o no,
lógicamente, y siguiendo el principio de legalidad, siempre y cuando exista una norma del ordenamiento jurídico que lo autorice para ello.

En cuarto término, la expresión que usa la Sala Constitucional en el voto n. 5483, en el sentido de que la colegiatura que se exige, lo es para
desempeñar cargos en el proceso formal e integral de la educación pública y de la privada reconocida por el Estado, no puede interpretarse en forma
aislada, sobre todo cuando ésta no tuvo en cuenta la hipótesis que estamos estudiando. En otras palabras, no es jurídicamente procedente extender
esa regla objetiva a un caso no contemplado por el Tribunal Constitucional. Más bien, y siguiendo una interpretación sistemática del sistema jurídico
( las normas deben interpretarse de acuerdo con el contexto, o sea, haciendo una interpretación acorde con el ordenamiento jurídico, artículo 10 del
Código Civil), y con base en la jurisprudencia de la Sala Constitucional en materia de libertades públicas, no se puede exigir la colegiatura
obligatoria a estos profesionales que imparten lecciones en las universidades privadas y que no cuentan con un Colegio, porque no existe una norma
legal que así lo imponga, toda vez, y como se indicó atrás, el numeral 4° de la Ley n.° 4770 no reguló estos casos. Al respecto, debemos traer a
colación lo que señaló el Tribunal Constitucional en el voto n.° 3173-93:

"…el principio pro libértate, el cual, junto con el principio pro homine, constituyen el meollo de la doctrina de los derechos humanos; según el
primero, debe interpretarse extensivamente todo lo que favorezca y restrictivamente todo lo que limite la libertad; según el segundo, el derecho debe
interpretarse y aplicarse siempre de la manera que más favorezca al ser humano."

Así las cosas, al estar de por medio derechos fundamentales de las personas, no sería congruente con el Derecho de la Constitución extender el
numeral 4 de la Ley n.° 4770 a otros supuestos no contemplados por el legislador; amén de que debe ser interpretado en forma restrictiva,
favoreciendo, en esta hipótesis, las libertades fundamentales del ser humano.

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Una última razón para seguir con la línea de argumentación. Existe una regla elemental de Derecho que señala "que nadie está obligado a lo
imposible", la cual responde a principios elementales de justicia, bien común, buena fe, razonabilidad y proporcionalidad. En el asunto que nos
ocupa, ocurre que esas personas no les asiste el derecho a colegiarse en el Colegio de Licenciados y Profesores en Letra, Filosofía, Ciencias y Artes,
por la sencilla razón de que no se encuentran en los supuestos del numeral 3 de la Ley n.° 4770. Tampoco, como ha quedado demostrado a lo largo
de este estudio, el Colegio tiene la obligación de colegiarlos, ya que de hacerlo iría en contra de los fines que se propuso el legislador con la
promulgación de la Ley n.° 4770. Y, por último, al no existir el Colegio de su respectiva disciplina, no pueden ser miembros de un Colegio
profesional. Ergo, el exigirle la colegiatura obligatoria a estas personas para que puedan ejercer la docencia ( profesor o director) en un centro de
enseñanza superior universitaria privada, conllevaría el exigirle algo imposible, lo que, lógicamente, quebrantaría principios elementales de justicia,
bien común, buena fe, razonabilidad y proporcionalidad.” (Lo subrayado no corresponde al original)

Análisis de la consulta.

Deviene en imprescindible transcribir los artículos pertinentes de la Ley Orgánica del Colegio que atañen al tema consultado:

“Artículo 2. Son fines del Colegio:

a) Promover e impulsar el estudio de las letras, la filosofía, las ciencias, las artes, lo mismo que la enseñanza de todas ellas. (…)”

“Artículo 3. El Colegio está integrado por:

Los doctores graduados en las especialidades que se indican en el inciso c) por la Universidad de Costa Rica o por universidades
extranjeras, con título reconocidos por aquélla;

Los licenciados en Filosofía, Historia, Geografía, Lenguas Modernas, Filología, Ciencias, Bellas Artes y Educación, graduados por la
Universidad de Costa Rica;

Los licenciados en Letras y Filosofía de la antigua Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Costa Rica;

Los graduados por instituciones extranjeras en las especialidades y rango académico indicados en el inciso b), con títulos reconocidos
por la Universidad de Costa Rica;

Los profesores de enseñanza media y de enseñanza superior, graduados por la Universidad de Costa Rica, la Escuela Normal Superior u
otras instituciones nacionales formadoras de profesionales docentes para ese nivel o graduados en universidades extranjeras con títulos
reconocidos por la Universidad de Costa Rica;

Los Bachilleres en las especialidades indicadas, con estudios pedagógicos graduados por la Universidad de Costa Rica,

Los Profesores de Estado, con títulos emitidos por le Ministerio de Educación Pública;

Los doctores, licenciados y profesores graduados por la Universidad de Costa Rica, la Escuela Normal Superior de Costa Rica u otras
instituciones formadoras de profesionales docentes en las especialidades del plan de estudio de la enseñanza media o de la enseñanza

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superior, así como aquellos que en iguales circunstancias han sido graduados en instituciones extranjeras con títulos reconocidos por la
Universidad de Costa Rica; e

Los miembros del Colegio incluidos en los incisos anteriores que se hayan acogido a una jubilación o pensión.”

“Artículo 4. Solamente los miembros del Colegio tendrán derecho a ocupar cargos en la Administración Pública, las instituciones
autónomas o las entidades privadas relacionadas con la enseñanza cuando para ejercer dichos cargos sea necesario poseer algunos de
los títulos a que se refiere el artículo anterior.”

“Artículo 5. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo precedente, en el Manual Descriptivo de Puestos del Servicio Civil, leyes y
reglamentos especiales, se requerirá ser miembro del Colegio para desempeñar los siguientes cargos:

Profesor de Enseñanza Media en cualquier especialidad;

Director o profesor de un establecimiento de enseñanza superior, siempre que no se trate de miembros de otro colegio profesional
legalmente constituido;

Director de un establecimiento de enseñanza media. Cuando se trate de una institución privada y el director no sea colegiado, debe
nombrase un miembro del colegio al mismo nivel, en calidad de asesor;

Jefes de Departamentos Administrativos del Ministerio de Educación Publica, en enseñanza media y superior, malquiera que sea su
nombre;

Asesor del Ministerio de Educación Pública, en enseñanza media, en relación a la materia específica;

Director General de Artes y Letras; y

Directores de Bibliotecas Públicas, excepto las de la Universidad de Costa Rica.

En todos los casos y en igualdad de condiciones se preferirá al profesional con título más elevado.”

“Artículo 6. Los colegiados tienen derecho a retirarse temporal o definitivamente del colegio, para ello deberán comunicar por escrito
su decisión a la Junta Directiva. El retiro voluntario lleva implícita la renuncia al ejercicio de la profesión.”

Con vista en los antecedentes de esta Procuraduría General ya citados, y luego del análisis pertinente de las normas legales que recién se
transcribieron, podemos puntualizar algunas conclusiones que nos sirven para abordar las interrogantes que motivan la presente consulta:

La obligación de pertenencia al Colegio consultante tiene una necesaria vinculación objetiva: la condición profesional, en sus diversas especialidades
y grados, que enlista el artículo 3° de la Ley N° 4770.
No es obligatoria la afiliación al Colegio si se trata de un profesor de enseñanza superior privada.
Tampoco es obligatoria la afiliación cuando, siendo profesor universitario en una institución estatal, se cuenta con un colegio profesional que ya
regule la actividad profesional del docente.
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Tampoco resulta obligatoria la colegiación para un profesor de un centro de enseñanza superior estatal, si la respectiva Universidad no lo establece
como requisito para impartir lecciones.

De seguido nos referimos puntualmente a sus interrogantes:

1- ¿Debe una persona pertenecer a dos colegios profesionales, cuando ejerce dos profesiones en forma simultánea?

La respuesta es afirmativa, en tanto para ambas profesiones, exista un colegio profesional debidamente constituido vía ley de la República y la
persona esté interesada en desarrollarse activamente en ambos campos.

2- ¿Los colegios profesionales que fiscalizan una determinada profesión, se encuentran legitimados para ejercer esta labor, sobre la actividad
docente que realicen sus colegiados, respecto de esta determinada disciplina o rama?

Estima la Procuraduría General que existe una competencia implícita que legitima a los colegios profesionales para velar por el desempeño
que sus agremiados tengan en la docencia de su especialidad científica.

Lo afirmado en el párrafo precedente se sustenta en el siguiente conjunto de razonamientos. Analizados los textos legales de las principales
corporaciones profesionales de nuestro país, se llega a la conclusión que está íntimamente relacionado con el ámbito de acción de los colegios el velar
por el decoro con que sus profesionales se desempeñan en la sociedad, siendo dable interpretar (artículo 10 de la Ley General de la Administración
Pública) que ello incluye la labor docente que éstos desplieguen en temas relacionados con sus específicos conocimientos científicos. Resulta claro
para esta Procuraduría que la labor docente de un profesional, en el ámbito de su especialidad, tiene incidencia para con terceros –los alumnos- y,
además, implica una forma de desarrollo y ejercicio de la propia especialidad científica. De ello que se revele la existencia de un interés que tienen
esos terceros en recibir una adecuada formación académica (alteridad del derecho de enseñanza) Por ello, y en atención a los fines que persiguen los
colegios profesionales, esa labor docente también se encuentra comprendida dentro de su ámbito de fiscalización, para lograr el cumplimiento de
ambos cometidos. En concordancia con tal línea argumentativa, citamos varias normas que dan crédito a nuestra posición:

Ley Orgánica del Colegio de Abogados

“ARTICULO 1º.- El Colegio tiene por objeto:

1º.- Promover el progreso de la ciencia del Derecho y sus accesorias; …”

“ARTICULO 8º.- Para ser profesor de la Universidad en la ciencia del Derecho, es indispensable estar inscrito como miembro del
Colegio. Los catedráticos, así como los miembros de la Directiva, estarán exentos del servicio activo militar y de cargos concejiles
mientras desempeñen sus funciones.”

Ley de Creación del Colegio de Contadores Públicos

“Artículo 14.- Son funciones del Colegio:

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a) Promover el progreso de la ciencia contable y sus afines;

b) Cuidar del adelanto de la profesión en todos sus aspectos, de la defensa colectiva y del normal desenvolvimiento de las actividades
profesionales, procurando el mejor desarrollo de la enseñanza en el ramo. A ese fin cooperará con la Universidad de Costa Rica y
aconsejará las reformas legales o reglamentarias que considere de necesidad; (…)”

Ley Orgánica del Colegio de Microbiólogos

Artículo 5º.- Son atribuciones del Colegio de Microbiólogos:

a) Promover el progreso de las ciencias mencionadas en el inciso b)

del artículo segundo de la ley. (1)” (1) Se refiere a la Bacteriología, Hematología, Serología, Parasitología, Inmunología y Química
Biológica.

Ley Orgánica del Colegio de Contadores Privados de Costa Rica

“Artículo 3º.- El Colegio tiene por finalidad:

a) Promover el desarrollo de las Ciencias Contables y proteger su ejercicio como profesión; (…)

Ley Orgánica del Colegio de Enfermeras

“Finalidades del Colegio

Artículo 3º.- Es objeto del Colegio promover el desarrollo de la Enfermería; proteger su ejercicio como profesión, dar licencia para
ejercerla y conceder o negar la incorporación; defender los derechos de sus integrantes, promover su mejoramiento económico y ejercer
la vigilancia y jurisdicción disciplinaria en relación con el ejercicio profesional, prestando especial atención al logro de la elevación
paulatina y adecuada de los honorarios profesionales.”

Ley Orgánica del Colegio de Médicos y Cirujanos

“Artículo 3º.- El Colegio tiene por finalidad:

a) Velar porque la profesión de la medicina se ejerza con arreglo a las normas de la ética;

b) Promover el intercambio científico entre sus miembros y de éstos con los centros y autoridades científicas nacionales y extranjeras;

c) Prohijar las asociaciones médicas de las distintas especialidades, que se formen con fines científicos;

d) Impulsar las actividades sociales entre sus miembros;

e) Velar porque no se ejerza la profesión ilegalmente;


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f) Auspiciar las asociaciones gremiales y los sindicatos que formen sus miembros para proteger el ejercicio de la profesión y promover
sus mejoramiento; y

g) Evacuar las consultas que cualquiera de los Supremos Poderes le haga en materia de su competencia, y demás asuntos que las leyes
indiquen.

“Artículo 32.- Ningún médico podrá prestarle servicios remunerados al Estado en más de dos cargos en instituciones autónomas,
estatales o semiautónomas. La jornada ordinaria de trabajo en cada puesto será de ocho horas y las mínimas de cuatro horas. La
remuneración por los servicios médicos en dichas instituciones será la que establezca el Estatuto de Servicios Médicos, siempre y cuando
no exista, en el desempeño de los cargos, superposición de horarios. Esa remuneración será fijada para cada categoría por la Dirección
General de Servicio Civil, de acuerdo con el Estatuto de Servicio Civil, y la Ley de Salarios de la Administración Pública, tomando en
cuenta en cada oportunidad el costo de la vida. La limitación de servir en más de dos cargos no rige para las actividades médicas de
índole docente. Salvo lo dispuestos en este artículo en cuanto a superposición de horarios, sus disposiciones no se aplicarán en casos de
inopia de médicos.”

Ley del Colegio de Médicos Veterinarios.

“Artículo 3º.- El Colegio tiene por finalidades principales:

a) Velar por que la profesión de la Medicina Veterinaria se ejerza de acuerdo con las normas de la ética profesional; (…)

e) Promover el mejoramiento del ejercicio de la profesión; (…)”

“Artículo 27.- La Junta Directiva del Colegio podrá autorizar el ejercicio temporal de la profesión en el país, por parte de los profesores
extranjeros que sean contratados por la Universidad de Costa Rica para la docencia de la Medicina Veterinaria o de especialistas que le
presten temporalmente sus servicios al Gobierno de la República. En tales casos la autorización se extenderá restringida o limitada a las
funciones docentes o a los trabajos o labores de investigación propios de las especialidades, y no facultará a los interesados para ejercer
la profesión en otros campos. En otros casos especiales la Junta Directiva podrá también conceder a profesionales extranjeros
autorización temporal para el ejercicio de la Medicina Veterinaria en el país.”

Ley Orgánica del Colegio de Optometristas de Costa Rica

Artículo 4º.- El Colegio tiene por finalidad:

a) Colaborar con las entidades correspondientes para la enseñanza de la optometría y llevar a cabo por sí mismos actividades de esa
naturaleza;

b) Promover y fomentar el desarrollo de la ciencia óptica, especialmente en sus aspectos médicos, sociales, asistenciales, educativos y de
investigación; (…)

Ley Orgánica del Colegio de Biólogos

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“Artículo 1º.- El Colegio de Biólogos tiene por objeto:

a) Promover el progreso de la biología y todas las ciencias que con ella se relacionan;

b) Cooperar con la Universidad y otras instituciones del Estado, en el cumplimiento del inciso anterior;

c) Dar su opinión en materias de su competencia, cuando fuere consultado por alguno de los Supremos Poderes;

d) Promover y defender el decoro y realce de la profesión; (…)”

Ley del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos

Artículo 4º.- El Colegio Federado tiene los siguientes fines primordiales:

a) Estimular el progreso de la ingeniería y de la arquitectura, así como de las ciencias, artes y oficios vinculados a ellas.

b) Velar por el decoro de las profesiones, reglamentar su ejercicio y vigilar el cumplimiento de lo dispuesto en esta ley, su reglamento y
reglamentos especiales del Colegio Federado, así como lo dispuesto en las leyes y reglamentos relativos a los campos de aplicación de
las profesiones que lo integran.

c) Promover las condiciones educativas, sociales, económicas, técnicas, artísticas y legales necesarias para la evolución de las
profesiones que lo integran y cooperar con las instituciones estatales y privadas en todo aquello que implique mejorar el desarrollo del
país. (…)

Ley Orgánica del Colegio de Geólogos

“ARTICULO 2º.- El Colegio de Geólogos tiene por objeto:

a) Promover y estimular el progreso de las Ciencias Geológicas;

b) Cooperar con la Universidad y con otras instituciones del Estado en

el mejoramiento y desarrollo de las profesiones en ciencias geológicas; y

c) Dar su opinión en materias de su competencia, cuando fuere consultado por alguno de los Supremos Poderes, Instituciones Estatales,
cuerpos colegiados y miembros del Colegio y si es de interés nacional dar su opinión sin previa consulta a terceros.”

Ley Orgánica del Colegio del Bibliotecarios de Costa Rica

°Artículo 3º.- Son fines del Colegio:

a) Promover e impulsar el estudio de la Ciencia Bibliotecaria lo mismo que la enseñanza de la misma; (…)”

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Ley Orgánica del Colegio de Cirujanos Dentistas de Costa Rica

“ARTICULO 4º.- Los objetivos del Colegio de Cirujanos Dentistas son:

a) Defender los derechos de sus miembros y hacer todas las gestiones que fueren necesarias, para facilitar y asegurar su labor
profesional y su bienestar socio-económico;

b) Promover nexos científicos y estrechar más los lazos de amistad, respeto y cooperación con los otros colegios profesionales, ya sea
directamente o a través de la Federación de Colegios Profesionales Universitarios;

c) Cooperar con las universidades en el desarrollo de la odontología cuando aquéllas lo soliciten o la ley lo ordene; (…)”

Ley Orgánica del Colegio Profesional de Psicólogos

Artículo 2º .- Los fines del Colegio son:

a) Promover el estudio y avance de la ciencia psicológica.

b) Velar porque las especialidades psicológicas se ejerzan profesionalmente con arreglo a las normas de la ética.

c) Dar asesoría en los programas docentes para formación de profesionales en psicología que se desarrollen dentro del país y colaborar
con las universidades costarricenses, con los medios al alcance del Colegio, para el aprovechamiento óptimo de recursos que
incrementen la investigación y la docencia en las diversas áreas de la psicología. (…)

Ley Orgánica del Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas

“ARTICULO 1.- Se establece una corporación pública denominada Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas de Costa Rica,
cuyos objetivos serán los siguientes:

a) Promover el progreso de las Ciencias Económicas en el ejercicio de la profesión.

b) Fomentar las investigaciones científicas y las actividades profesionales en los campos de las Ciencias Económicas y en cualquier otro
vinculado con ellas.

c) Colaborar con los centros de enseñanza y de investigación en el desarrollo de las Ciencias Económicas, y cooperar con las
instituciones públicas y privadas en todo aquello que coadyuve al desarrollo del país. (…)”

Ley Orgánica del Colegio de Profesionales en Ciencias Políticas

“Artículo 2º.- Las finalidades fundamentales del Colegio serán las siguientes:

a) Promover el desarrollo de la ciencia política y las relaciones internacionales. (…)

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h) Cooperar con las universidades y centros de educación superior en el desarrollo de las Ciencias Políticas y las Relaciones
Internacionales.”

Ley Orgánica del Colegio de Ingenieros Agrónomos

“ARTICULO 20.- Es obligatorio, para los profesionales en Ciencias Agropecuarias, que actúen como profesores en las instituciones de
enseñanza superior, estar incorporados al Colegio de Ingenieros Agrónomos.”

Ley Orgánica del Colegio de Físicos

“ARTICULO 2.- Objetivos principales.

Las finalidades principales del Colegio serán:

a) Promover el progreso de los físicos.

b) Colaborar en el desarrollo de la física con las instituciones de educación superior, los institutos, los centros de investigación en esa
ciencia y otras instituciones educativas. (…)”

Ley Orgánica del Colegio de Ingenieros Químicos y Profesionales Afines y Ley Orgánica del Colegio de Químicos de Costa Rica

“Artículo 4º—Objetivos. Los objetivos del Colegio serán los siguientes:

a) Fomentar y defender el ejercicio de la Ingeniería Química y las profesiones afines.

b) Velar porque las normas que regulan el ejercicio profesional de los miembros del Colegio se ajusten a la ética y a la buena práctica
profesional.

c) Autorizar, regular y fiscalizar el ejercicio profesional de los agremiados, vigilando que todas las actividades científicas, técnicas,
industriales y comerciales relacionadas con la especialidad de los miembros que integran el Colegio, se lleven a cabo con el concurso de
los profesionales idóneos.

d) Impulsar, entre los miembros del Colegio, la capacitación, el espíritu de unión y la superación.

e) Colaborar con el Estado, las instituciones de educación superior, los institutos, los centros de investigación y otras instituciones
pertinentes, en el desarrollo de la Ingeniería Química y las profesiones afines, con el propósito de atender las necesidades del país. (…)”

Atendiendo a los anteriores preceptos legislativos, nos es dable afirmar que resulta apegado a las reglas de la lógica y la ciencia (artículo 16 de
la Ley General de la Administración Pública) el que sean las propias corporaciones las que velen porque sus agremiados desempeñen labores docentes
de conformidad con principios y normas básicas de decoro y excelencia de sus respectivos campos profesionales. Esto sin perjuicio del sometimiento
del profesional a las reglas y disposiciones que cada centro de enseñanza establezca, en términos genéricos, para la totalidad de sus docentes.

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3- ¿Puede el Colegio de Licenciados y Profesores exigir la colegiatura a personas que ejercen la docencia (en los términos que
específicamente ha fijado la Sala Constitucional en el voto 5483-95), y que se encuentran afiliadas a otro colegio profesional, cuando éste regula
una disciplina o profesión, que no tiene relación con la materia sobre la cual es docente?

La respuesta a esta interrogante es afirmativa, haciendo la siguiente precisión. La posibilidad de exigir la colegiatura obligatoria dependerá
necesariamente de que el profesional labore como profesor o docente en un cargo o puesto para cuyo desempeño se requiera un título o grado de los
que se enlistan en el artículo 3 de la Ley N° 4770.

4- ¿Debe el Colegio de Licenciados y Profesores aprobar el retiro definitivo de un colegiado que pertenece simultáneamente a otro colegio
profesional, que fiscaliza una profesión ajena a la materia, de la cual es docente?

Existe un derecho fundamental a renunciar a una condición subjetiva como la que se detenta al formar parte de un Colegio profesional, dando por
sentado que se trata de un acto voluntario, reflejo de una decisión libremente adoptada (Voto de la Sala Constitucional N° 1435-92 de las doce horas
del veintinueve de mayo de mil novecientos noventa y dos). Ello trae como consecuencia, de manera automática, la pérdida de un requisito
indispensable para ejercer la profesión. En este sentido, el artículo 6° de la Ley 4770 recoge con claridad lo manifestado en este aparte.

Ahora, si estuviéramos ante el supuesto de que un determinado profesional requiere su separación del Colegio de Licenciados y Profesores en Letras,
Filosofía, Ciencias y Artes –amparado a que es agremiado de otra corporación- para desempeñarse profesionalmente en alguna de las especialidades
que contempla el artículo 3° de la Ley 4770, evidentemente estaríamos en presencia de un fraude de ley (artículo 20 del Código Civil), facultando al
Colegio consultante a tomar las medidas que estime necesaria para hacer efectivas las disposiciones de la Ley N° 4770 (ver artículo 26, inciso d)

IV. Conclusión

Atendiendo el orden de sus consultas, esta Procuraduría General concluye:

Si una persona ostenta dos grados profesionales para los cuáles existan legalmente creados colegios profesionales que rijan esas especialidades
científicas, y la persona desea ejercer ambas profesiones simultáneamente, deberá agremiarse a ambas corporaciones.

En atención a los fines que persiguen los colegios profesionales, la labor docente que desempeñan sus agremiados, en el respectivo campo del saber
científico que los agrupa en la corporación, se encuentra comprendida dentro de su ámbito de fiscalización. Ello también satisface el interés de
terceros –estudiantes- de obtener una formación académica de calidad.

El Colegio de Licenciados y Profesores en Letras, Filosofía, Ciencias y Artes puede requerir la incorporación de profesionales agremiados a otros
colegios profesionales en tanto éstos desarrollen labor docente para cuyo desempeño se requiera un título o grado de los que se enlistan en el artículo
3° de la Ley N° 7440.

El retiro definitivo de un agremiado al Colegio de Licenciados y Profesores en Letras, Filosofía, Ciencias y Artes no puede ser denegado, al ser un
derecho del colegiado. Tal decisión trae aparejada la imposibilidad de desempeñarse profesionalmente en los campos que se encuentran cobijados por
la definición de especialidades científico-docentes que enlista el artículo 3° de la Ley N° 7440. Lo anterior sin importar que el sujeto pertenezca a
otro colegio profesional.

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Sin otro particular, me suscribo,

Iván Vincenti Rojas


PROCURADOR ADJUNTO

IVR/mvc

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