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Con el fin de obtener una comprensión más profunda del contexto actual, resulta
fundamental clarificar quiénes son las personas que se encuentran en situaciones de
vulnerabilidad. En nuestra percepción, esta condición implica, en primer lugar, una
marcada desigualdad en la protección de los derechos de estas personas. Por lo tanto, no
solo incluiría a aquellos que típicamente asociamos con la vulnerabilidad, como
personas con discapacidades o pertenecientes a comunidades indígenas (Altavilla y
Lago, 2023).
Es necesario destacar que nuestra defensoría del pueblo ha delineado quiénes forman
parte de este grupo de personas en situación de vulnerabilidad, estableciendo que las
personas en situación de vulnerabilidad, entre ellas, las personas con discapacidad,
niños, niñas, adolescentes, mujeres y personas adultas mayores, tienen los mismos
derechos que el resto de la población; sin embargo, en contextos como los desastres
naturales, es necesario resaltar aquellos cuyo ejercicio puede verse especialmente
afectado, incrementando su situación de vulnerabilidad, por lo que su atención debe ser
prioritaria.
Aunque la definición proporcionada por la defensoría del pueblo constituye una guía
valiosa al identificar y reconocer las dimensiones que contribuyen a la vulnerabilidad,
es evidente que está limitada a ciertos casos históricamente reconocidos, centrados en
gran medida en el ámbito de desastres naturales. Sin embargo, este enfoque revela un
entendimiento limitado de las necesidades y los hechos reales en nuestra sociedad actual
(Bebbington, 2007).
La Agenda Regional de Desarrollo Social Inclusivo (ARDSI), aprobada por los países
miembros de la Conferencia Regional de Desarrollo Social en octubre de 2019, amplía
el ámbito de vulnerabilidad al abordar grupos como niños, niñas, adolescentes, personas
mayores, mujeres, pueblos indígenas, población afrodescendiente, personas con
discapacidad, personas que habitan en zonas rezagadas, personas LGBTQ+, migrantes y
desplazados por conflictos, así como poblaciones afectadas por desastres y cambio
climático. Esta ampliación refleja una comprensión más inclusiva de las diversas
identidades y situaciones que pueden exponer a las personas a riesgos y discriminación
a nivel internacional.
En este contexto, el precepto normativo contenido en el artículo III del Título Preliminar
de la presente normativa establece:
“En todo proceso laboral los jueces deben evitar que la desigualdad entre las partes
afecte el desarrollo o resultado del proceso, para cuyo efecto procuran alcanzar la
igualdad real de las partes, privilegian el fondo sobre la forma, interpretan los requisitos
y presupuestos procesales en sentido favorable a la continuidad del proceso, observan
el debido proceso, la tutela jurisdiccional y el principio de razonabilidad. En particular,
acentúan estos deberes frente a la madre gestante, el menor de edad y la persona
con discapacidad.”
Por lo que de manera categórica se sustenta en el principio rector de igualdad real entre
las partes involucradas en el procedimiento laboral resultando imperativo resaltar la
atención especial dispensada a la madre gestante, el menor de edad y la persona con
discapacidad, reconociendo de manera explícita las particularidades y desafíos a los que
se enfrentan estos segmentos poblacionales en el ámbito laboral. La mencionada
atención específica denota una sagacidad jurídica que trasciende la mera igualdad
abstracta, abordando de manera directa las desigualdades estructurales que con
frecuencia afectan a dichas poblaciones.
Por otra parte, la primacía otorgada al fondo sobre la forma, según lo dispuesto en el
mismo artículo, evidencia un enfoque práctico y orientado hacia resultados en la gestión
de la justicia laboral. Al adoptar esta perspectiva, se evitan trámites formales superfluos
que podrían erigirse como obstáculos para el acceso a la justicia, particularmente para
aquellos individuos que enfrentan circunstancias desfavorables. Este direccionamiento
hacia un procedimiento más sustantivo y menos formalista contribuye al
establecimiento de un entorno propicio para la resolución efectiva de las controversias
laborales.
De igual manera, la interpretación benévola de los requisitos procesales refuerza la
premisa de que la ley no debe constituir una barrera burocrática insuperable. Por el
contrario, busca facilitar el acceso a la justicia, asegurando que los trabajadores,
especialmente aquellos que pertenecen a grupos vulnerables, puedan hacer valer sus
derechos de manera eficaz. Este enfoque flexible exhibe una comprensión profunda de
las dinámicas laborales y sociales, manifestando una disposición legislativa para
ajustarse a las cambiantes necesidades de la sociedad.
Por lo que la Nueva Ley Procesal de Trabajo en el Perú no solo consolida la importancia
de la justicia laboral equitativa, sino que también demuestra un compromiso real con la
protección de los derechos de los trabajadores más vulnerables. Este enfoque integral,
plasmado en el artículo III del Título Preliminar, establece un estándar significativo para
otras naciones que buscan fortalecer sus marcos legales y avanzar hacia entornos
laborales más justos e inclusivos.
Dicho artículo emerge como una pieza clave que fortalece la protección de los derechos
de los trabajadores y promueve la coherencia en las decisiones judiciales, siendo que el
hecho de que la interpretación y aplicación de las normas deban realizarse conforme a la
Constitución, tratados internacionales de derechos humanos y la ley no solo resalta la
importancia de estos principios rectores, sino que también demuestra un compromiso
sólido con el respeto a los derechos fundamentales. La Constitución actúa como el
fundamento legal supremo, asegurando que cualquier interpretación o aplicación de
normas se ajuste a los principios fundamentales establecidos en la carta magna del país.
Este enfoque constitucional garantiza la legitimidad y validez de las decisiones
judiciales, alineándolas con los valores y derechos consagrados en la ley fundamental
del Estado.
Por lo que el artículo IV no solo refuerza la idea de justicia basada en principios, sino
que también consolida la posición del Perú en el respeto a estándares internacionales.
Este enfoque integral no solo protege los derechos laborales de manera efectiva, sino
que también contribuye al desarrollo de una jurisprudencia sólida y coherente,
fundamental para la construcción de un entorno laboral justo y equitativo en el país.
En un análisis más detallado de nuestra legislación laboral, se constata que los artículos
8, 9 y 10 de la Nueva Ley Procesal de Trabajo en el Perú conforman una sólida base
legal que aborda directamente la protección de grupos vulnerables, tales como los
menores de edad, las personas con discapacidad y las madres gestantes. Este enfoque
proactivo y específico evidencia la decidida intención legislativa de eliminar las
barreras de acceso a la justicia para aquellos individuos que, históricamente, han
enfrentado desafíos particulares en el ámbito laboral.
8.1 Los menores de edad pueden comparecer sin necesidad de representante legal. En
el caso de que un menor de catorce (14) años comparezca al proceso sin
representante legal, el juez pone la demanda en conocimiento del Ministerio Público
para que actúe según sus atribuciones. La falta de comparecencia del Ministerio
Público no interfiere en el avance del proceso.
Por otro lado, artículo 9 de la Nueva Ley Procesal de Trabajo en el Perú, al establecer la
legitimación especial en casos de discriminación:
Esta medida no solo facilita el acceso a la justicia, sino que también fortalece la
capacidad de respuesta del sistema legal ante prácticas discriminatorias. Al permitir que
entidades con solvencia y experiencia en la protección de derechos fundamentales
intervengan en nombre de los afectados, la ley se posiciona como un instrumento
dinámico y eficaz para abordar situaciones de discriminación laboral.
Además, esta disposición refleja una comprensión profunda de que ciertos individuos,
debido a diversas circunstancias, pueden enfrentar desafíos adicionales al buscar
reparación por discriminación laboral. La legitimación especial no solo busca nivelar el
terreno de juego, sino que también contribuye a la construcción de un entorno laboral
más justo y equitativo al disuadir prácticas discriminatorias desde su origen.
Esta disposición refleja una comprensión profunda de las realidades que enfrentan estos
grupos vulnerables en el ámbito laboral. La madre gestante, el menor de edad y la
persona con discapacidad pueden encontrarse en situaciones particulares que requieren
una atención legal específica. El acceso a defensa pública no solo elimina posibles
barreras económicas que podrían impedir la búsqueda de justicia, sino que también
asegura que estos individuos estén debidamente informados sobre sus derechos y tengan
el respaldo necesario para enfrentar situaciones legales complejas.
Además, esta medida no solo protege los derechos individuales de la madre gestante, el
menor de edad y la persona con discapacidad, sino que también contribuye a la
construcción de un entorno laboral más inclusivo y respetuoso. Al brindar apoyo legal,
se envía un mensaje claro de que el sistema legal está comprometido con la igualdad y
la protección de los más vulnerables en el ámbito laboral.
Finalmente, el artículo 10 no solo establece un marco legal sólido para la defensa de los
derechos de poblaciones vulnerables, sino que también representa un paso significativo
hacia la creación de un entorno laboral que valore y proteja a todos sus miembros,
independientemente de su situación de vulnerabilidad.
Ahora, por consiguiente, llegamos a otro de los artículos cruciales en cuanto a una
protección a las personas vulnerables siendo que, si analizamos el artículo 55 de la
Nueva Ley Procesal de Trabajo en el Perú, al introducir medidas cautelares específicas
como la reposición provisional:
El juez puede dictar, entre otras medidas cautelares, fuera o dentro del proceso, una
medida de reposición provisional, cumplidos los requisitos ordinarios. Sin embargo,
también puede dictarla si el demandante cumple los siguientes requisitos:
En las zonas de pobreza decretadas por los órganos de gobierno del Poder
Judicial, así como en los procesos cuya cuantía no supere las setenta (70)
Unidades de Referencia Procesal (URP) las resoluciones son notificadas por
cédula, salvo que se solicite la notificación electrónica.)
Esta medida va más allá de la igualdad formal y aborda las desigualdades estructurales
al adaptar los procedimientos legales a la realidad socioeconómica del país. Al hacerlo,
la ley no solo garantiza la aplicación efectiva de sus disposiciones, sino que también
promueve un sistema judicial que es sensible a las necesidades y desafíos específicos de
diferentes regiones.
Por ende, el contenido normativo establecido en el artículo 55, juntamente con las
disposiciones concernientes a las notificaciones, patentiza un compromiso auténtico con
la protección de los derechos de los trabajadores más vulnerables, así como con la
superación de obstáculos que pudieran incidir en el acceso a la justicia en diversas
realidades territoriales del país. Esta perspectiva integral robustece la eficacia de la
legislación como un instrumento jurídico efectivo para la salvaguarda de los derechos
laborales en todas las eventualidades circunstanciales.
Contextualización Global de Derechos Laborales:
Este enfoque global no solo beneficia a los trabajadores peruanos, sino que también
fortalece la posición del país en la comunidad internacional. Al armonizar sus leyes
laborales con los tratados y acuerdos internacionales, el Perú se presenta como un actor
responsable y comprometido con el respeto a los derechos humanos en el ámbito
laboral. Este compromiso no solo contribuye a la reputación del país, sino que también
fomenta relaciones laborales más justas y éticas en un contexto globalizado.