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Genealogía de la moral

“tenemos que prohibirnos violentamente mirar demasiado a estos abismos”

Maldad y malicia. Aves rapaces y corderos. Roma contra Judea

Los nobles se consideran buenos por su capacidad de acción, por su vitalidad,


capacidad de imponer su voluntad. Se consideran felices, su felicidad es la actividad.
No perdonan nunca porque siempre olvidad. Respetan al enemigo les gusta que sea
vigoroso y fuerte porque eso les acrecienta también a ellos.
Los malos los débiles, los cobardes. De su impotencia nace el odio, crece el
resentimiento, re-sentir. Llaman a los nobles violentos, insaciables, lascivos, abusones,
crueles… el resentimiento se vuelve creador y engendra valores. Aquellos débiles que
son incapaces de triunfar en la acción, tejen su victoria en la imaginación.
Su felicidad está en la quietud, el sábado, la relajación, pasiva.

La casta sacerdotal. Inicia una rebelión y una trasformación de los valores. La que
vuelve profunda el alma humana por ser encubierta, nunca de frente, atajos,
recovecos, complicados caminos, guarda silencio, no olvida, espera, conspira… se hace
más profunda, más malvada, más inteligente que la raza de los nobles.

Seamos distintos de los malvados, seamos buenos, no estamos capacitados para


luchar, no luchemos. Actúan como si su debilidad, fuera un mérito, algo voluntario y
por tanto elogiable.

Roma veía al judío como un ser antinatural. El apocalipsis es el libro de la venganza.


La cultura el instrumento para humillar y dominar a los animales noblesi
i El nihilismo: la imagen del hombre civilizado cansa

Culpa y mala conciencia

El olvido una fuerza activa que funciona como nuestra capacidad para digerir las emociones, lo
que conviene lo asimilamos lo que no lo desechamos como con la digestión de alimentos. Es
una herramienta de salud, mantenedora del orden anímico, sin olvido no puede haber ninguna
felicidad, ningún orgullo, ninguna esperanza, ningún presente. La felicidad es novedad, hay que
hacer sitio a lo nuevo. Olvidar representa una fuerza de vida.

Memoria fuerza que pone en suspenso la capacidad de olvido para hacer promesas. Es la
capacidad de proyectarse al futuro, de pasar de un presente a lo futurible sin miedo a lo que
haya en medio. Es la capacidad de hacerse calculable, regular, necesario, responsable.

Para que algo permanezca en la memoria hay que grabarlo a fuego, sólo lo que no cesa de
doler permanece en la memoria. Este es el axioma de la antigua prehistoria del hombre.

Los sacrificios, la crueldad, los castigos, ejecuciones, las condenas, la ascética, han sido
necesarias para perpetuar ideas fijas y lograr superar la capacidad de olvido. Tanta sangre y
dolor para fijar ideas!

El hombre que le es lícito hacer promesas trasciende. Es autónomo, lo contrario que ético.
Tiene una conciencia de poder y libertad para disponer de sí mimo, se domina y domina la
circunstancias por tanto es digno de admiración, temor y respeto por los hombres menos
fiables. Se sabe lo bastante fuerte para mantener su palabra pase lo que pase, domina el
destino, es libre. Honra a los que son como él y desprecia a quienes no son capaces de cumplir
sus promesas.

Para hacer promesas hay que igualar al hombre con la ayuda de la costumbre y su ética.
Para hacer promesas hay que curarse ante un posible perjuicio por incumplimiento y establecer
un equivalente de la deuda que no se haya podido pagar, satisfacer. Para infundir confianza en
el acreedor el deudor debe empeñar algo, su vida, su mujer, su libertad. En lo más antiguo está
el derecho del acreedor a compensarse con un sentimiento de bienestar, el de descargar su
poder sin escrúpulo sobre el deudor. El acreedor accede así, disfruta de un derecho de nobles
el de maltratar al deudor con total impunidad, un derecho de crueldad. Hacer sufrir produce
bienestar. Sin crueldad no hay fiesta.

Así el sentimiento de culpa está ligado, tiene su origen al de deuda. Fijar precios, tasar valores,
imaginar equivalentes constituyen la más antigua forma de perspicacia humana. También la
comunidad establece con el individuo las formas y relaciones de la deuda. El delincuente es un
infractor frente a las normas de la comunidad. Es expulsado de ella, de su ley, ha perdido su
derecho y su protección y por ello puede castigarle con toda dureza, con toda crueldad. La
pena, la condena, el castigo como neutralizador del peligro, como pago del daño, para inspirar
respeto, para hacer memoria, fiesta, como compensación, como declaración de guerra. La pena
domestica al hombre lo hace más temeroso, más inteligente pero no lo hace mejor. Cuando no
ha habido peligro para la comunidad, no ha hecho falta dar ejemplo y castigar el acreedor se
vuelve benevolente.

Spinoza: Mala conciencia es una tristeza acompañada de la idea de una cosa que ocurrió del
modo contrario a lo esperado. El algo ha salido mal contra el yo no debería haber hecho esto.
Mala conciencia es un instinto de libertad reprimido en su origen, los instintos que no se
pueden desahogar hacia afuera se vuelven hacia dentro. Es el resultado de la separación
violenta de su pasado animal. Es el precio del sortilegio de la vida civilizada y pacífica. Hubo
necesidad de inventar espectadores divinos para contemplar ese sufrimiento interior. La mala
conciencia ha acabado por producir ideales imaginarios y alimentando la capacidad de
maltratarse a uno mismo. Surgen conceptos como desinterés, autonegación, sacrificio de uno
mismo…

La deuda con los antepasados produce divinidades. El dios cristiano, dios que se paga
asimismo, el acreedor sacrificándose por su deudor, por amor a él. Así el hombre imaginando
castigos sin que la pena pueda jamás pagar su culpa.

Por su parte los griegos hablaban de locura jamás de pecado; un dios lo habrá perturbado…

Nosotros los hombres modernos herederos de la autotortura practicada durante milenios.


Durante demasiado tiempo hemos contemplado con malos ojos nuestras inclinaciones
naturales y estas se han acabado hermanando en nuestra mala conciencia. Será posible
intentar caminar en el sentido contrario? quienes es lo bastante fuerte? Nada ofende más al
resto que mirarse a uno mismo con rigor y estima, sólo se muestran afectuosos cuando
actuamos como todo el mundo.

Genealogía y no metafísica

la moral es creada. Nace del resentimiento. Es una reacción, una defensa. La moral tiene un
origen histórico. Los débiles se juntan para decir ya basta. El arma de la moral es la razón. La
razón para superar a la acción, a la fuerza; Sócrates: Justificame lo que haces.
El entendimiento es la capacidad de engañar. Engañar para sobrevivir. Ya para el ser humano, el
entendimiento es el que suple sus carencias naturales frente a los animales: Velocidad, fuerza,
visión...

el conocimiento es un invento. El lenguaje no describe la realidad. La verdad es una costumbre


que hemos acordado.
En la naturaleza no hay género ni especie. Tampoco seres humanos, somos individuos.
La moral niega las diferencias, niega la espontaneidad, iguala por abajo. Igualarnos es no
comprendernos.

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