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Edición 5
Política y calidad educativa Lima - Buenos Aires - Bogotá - Santiago - Santa Cruz - Quito

¿Realmente aprendí en casa?

reflexiones acerca de la política de
educación virtual en el perú

*Palabras
clave: Políticas
educativas,
conectividad,
educación
virtual

Docente universitario
Abraham M. Maestro en evaluación y
Huaman Guzman acreditación de la calidad educativa

L a virtualización no se implementa con medios digitales, sino con un nuevo cambio de perspectiva.
La coyuntura pandémica ha sacado a relucir los diversos problemas de la sociedad, pero,
además, ha dado protagonismo a situaciones específicas dentro de los mismos, este es el caso el
de la llamada “educación virtual”.

Edición 5
Lima - Buenos Aires - Bogotá - Santiago - Santa Cruz - Quito
En el Perú, el acceso a internet ha tenido un largo camino
para su implementación, en comparación a otros países
latinoamericanos (Manrique, 2016). En un inicio, la
competencia entre países por tener más usuarios dentro
de la red era el principal criterio de nivel de conectividad,
razón por el cual era necesario implementar equipos o
dispositivos que permitan el acceso a internet, hoy, estos
los aparatos celulares son de uso común y cotidiano, y lo
normal es que todos estén conectados, o al menos, tengan
la posibilidad de estarlo. En ese sentido, cabe preguntar
¿Son realmente necesarias las políticas educativas que
prioricen la implementación de dispositivos con acceso a
internet para alcanzar mejor conectividad?
A partir del año 2001, a través del llamado “Proyecto
Huascarán”, el gobierno de Alejandro Toledo tomó a bien
implementar e invertir en las escuelas los dispositivos
tecnológicos que podían acceder a internet (computadoras
XO), con la misión de “Garantizar la conectividad de los
centros educativos con criterio de equidad y facilitar las
prestaciones técnicas en función de sus necesidades
educativas” (Decreto Supremo 067, 2001, art. 2). En
el periodo de la implementación acontecieron diversos
hechos que conllevaron a que la entrega de estos aparatos
se vea truncada. Problemas recurrentes corrupción, mala
distribución, y, sobre todo, falta de capacitación, hicieron
que esta, y otras iniciativas fracasaran (Cárdenas, 2020).
Cada intento de la política educativa peruana, en cuanto a
la promoción del uso de tecnologías, no han tenido mayor
éxito, por ende, carecieron de un impacto significativo
en el desarrollo de la educación, muestra de ello, es que
en el 2016 recién se tomen en cuenta a las TIC como
una competencia necesaria que los estudiantes deben
desarrollar de forma transversal (Minedu, 2016).
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Política y calidad educativa
Los diversos intentos fallidos por encaminar al Perú hacia
una educación de calidad en el contexto de los medios
virtuales han traído como principal consecuencia que se
adquiera un enfoque equivocado acerca de la conectividad,
reduciéndolos tan solo al uso y propagación de aparatos
tecnológicos que solo cambian el modo de presentar una
información equivalente a cualquier impresión en papel,
desestimando la gran capacidad de transformación que las
TIC tienen sobre la vida personal, social y cultural; el cambio
constante ante el conocimiento y aprendizaje, y sobre todo,
su potencial como factor de poder y productividad en la
“sociedad informacional” (Castells, 1997).
En la actualidad, la coyuntura pandémica, ha
mostrado dos caminos posibles: el primero está ligado
a la continuación de las políticas que prioricen la
implementación de dispositivos de acceso a internet,
las cuales ya han fracasado en anteriores gestiones,
y que a su vez se resume en canalizar los esfuerzos
educativos en la capacitación y uso de estos dispositivos;
El segundo, consiste en desmontar todo lo que se ha
concebido como “educación virtual” hasta el momento,
y comenzar a implementar políticas educativas que
enfaticen en la comprensión de la teoría educativa, el
contexto global de la sociedad y el acceso al internet,
donde este último, se presenta como una red gigantesca
del aprendizaje, y para el cual se requieren, como
prioridad, desarrollar “competencias digitales” (Adell,
2008). En tal sentido, es preciso que se conciba de
manera adecuada todo lo que conlleva una educación
virtual, descartando una concepción basada solo en el
cambio de formatos y herramientas para el desarrollo
del proceso de formación integral.