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Bar Mitzvah

Gabriel Zamora Ugalde

13 años

27 de enero, 2021
14 de Shevat, 5781
Conceptos Básicos del Bar Mitzvá
Primero, entendamos qué significan las palabras “Bar Mitzvá”. La frase se traduce como
“hijo (o hija) de los mandamientos” - es decir, que la persona joven se vuelve
responsable de cumplir los mandamientos (mitzvot) de la Torá.

El propósito de los mandamientos es mantener nuestras vidas enfocadas en lo que es


realmente importante: la familia, la comunidad y una relación con Dios.

En un nivel más profundo, así como sus cuerpos están creciendo y cambiando, también
lo están haciendo sus almas. La parte espiritual de una persona tiene muchos niveles de
alma. En el Bar Mitzvá un nuevo nivel de alma (llamado neshamá) comienza a tener
conciencia. Es el momento en que la conciencia moral y la sensibilidad se terminan de
desarrollar, permitiendo que la persona joven asuma responsabilidad por sus acciones.

Después de alcanzar esta etapa en la vida, nuestras acciones son consideradas más
significativas por otra razón: el Talmud explica que una mitzvá realizada por obligación
es considerada más importante que una llevada a cabo de manera voluntaria. Esto es
porque una persona tiene una aversión natural a cumplir con una obligación. Vencer
esta aversión es un signo de madurez, y esto es lo que celebra el Bar Mitzvá: alcanzar la
etapa de la obligación.

La Torá es la base para las preguntas más importantes de la vida: ¿Cómo puedo vivir
una vida significativa? ¿Cómo puedo construir relaciones prósperas, comerciar
honestamente y alcanzar mi potencial? ¿Cómo puedo hacer una diferencia en el
mundo?

El estudio de la Palabra de Dios enfatiza la construcción de una base racional de


creencia para poner en funcionamiento la mente, estimular el pensamiento intelectual
con preguntas y debate, y así nutrir el alma. No se trata de un salto de fe, decisiones de
todo o nada, o desconexión del mundo.

El objetivo de todo creyente no sólo es estudiar la Biblia, sino convertirse en una “Biblia
viviente”, que representa los elevados ideales de “ama a tu vecino”, “paz en la tierra”,
“justicia para todos”, “educación universal”, “todos los hombres somos creados iguales”,
“la dignidad del individuo” y “el valor de la vida”. Todos estos conceptos surgen de la
Biblia, y han definido el carácter moral de la humanidad.

En la vida del creyente, un Bar mitzvá no representa la culminación de la educación


espiritual, sino un paso a una relación más profunda y madura con el estudio de la
Palabra.
Esto es ilustrado por la siguiente idea: De acuerdo a la tradición, cada judío se
corresponde con una letra de la Torá. Esto nos enseña que cada uno de nosotros tiene
un rol integral que cumplir en el futuro del pueblo judío.

El Bar Mitzvá implica madurez, fortalecer el orgullo judío por medio del conocimiento y
el entendimiento. Significa crecer de acuerdo a la manera de la sana doctrina, un paso a
la vez. Significa defender a Israel y respetar a todo judío. Significa asumir
responsabilidad por el mundo, utilizando la Torá como guía, porque esa es nuestra
misión. Y lo más importante de todo, significa amar el hecho de ser creyente.

El éxito en lograr estos objetivos es lo que deseamos para el Bar Mitzvá, y el comienzo
de este camino es lo que celebramos en esta alegre ocasión.

¡Mazel Tov!
El padre hace entrega de la torá al hijo como señal de que ya hizo el trabajo de
transmitir la enseñanza espiritual y el hijo la recibe como señal de que de ahora en
adelante usará la Torá como guía en su vida
Cualidad de la vida del ser espiritual
El amor

Esta noche quiero hablarles sobre el amor que Dios nos enseña, está escrito en
la palabra: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus
fuerzas” y “Ama a tu prójimo como a ti mismo. Ningún mandamiento es más importante
que esto”. Además, nos dice el Señor: “Y todo lo que hagan, háganlo con amor”.
Vemos así la gran importancia que tiene el amor en nuestras vidas, ya que está
presente en todas las áreas de nuestra existencia, en nuestra relación con Dios,
nuestra relación con los demás, con nosotros mismos e incluso con todo lo que
hacemos diariamente.
El Señor nos explica de una forma muy clara en su palabra qué es el amor y su
importancia. Nos dice: “Si hablo las lenguas de los hombres y aún de los ángeles, pero
no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Y si
tengo el don de profecía y entiendo todos los designios secretos de Dios, y sé todas las
cosas, y si tengo la fe necesaria para mover montañas, pero no tengo amor, no soy
nada. Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser
presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no
alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo,
esperarlo todo, soportarlo todo.
Todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios. El amor consiste en esto: no
en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a
su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados.
Si Dios nos ha amado así, nosotros también debemos amarnos unos a otros. Dios vive
en nosotros y su amor se hace realidad en nosotros.
Dios es amor, y el que vive en el amor, vive en Dios y Dios en él. El amor jamás
dejará de existir. Tres cosas hay que son permanentes: la fe, la esperanza y el amor;
pero la más importante de las tres es el amor.
Nunca alcanzaremos el amor en toda su plenitud, pero debemos vivir
persiguiéndolo, hacer todo lo necesario para practicarlo hasta cansarnos y llegar al final
del día practicándolo, esto es el todo, una vida con el amor y para el amor.
El amor en sus múltiples formas es inagotable y cuando sea el tiempo,
podremos verlo al lado de nuestro Padre, vivir bajo este precepto, es vivir una vida
buena y próspera. Vivamos conformes y contentos, porque conocemos el amor y
nuestro deseo deber ser siempre permanecer en él.

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