Está en la página 1de 3

CÓMO DARLES FORMA A NUESTRAS FLECHAS

Estamos en el mes de la familia y hemos comenzado una serie


titulada “Las Flechas del Guerrero”.
Y una de las cosas que aprendimos es que, al igual que una flecha,
los hijos deben ser formados.
Los padres somos quienes tenemos la responsabilidad de formar a
nuestros hijos y no podemos delegar esa responsabilidad.
Debemos ser intencionales a la hora de formar a nuestros hijos y la
mejor manera es, enseñándoles Palabra de Dios.

Hay cinco cosas que los padres debemos enseñar a nuestros hijos:

1. Amar a Dios.

Mateo 22:37-38 NTV Jesús contestó: —“Ama al Señor tu Dios con


todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”[a]. Este es el
primer mandamiento y el más importante.

Amar a Dios es el mandamiento más importante.


Amar a Dios es el fundamento de la fe cristiana.
Amar a Dios es la base de toda nuestra relación con Dios.
Enseñar a nuestros hijos a amar a Dios, es enseñarles lo más
importante en sus vidas.

Amar a Dios con todo nuestro corazón significa que debemos ponerlo
en el centro de nuestras vidas.
Amar a Dios con toda nuestra alma implica una entrega total.
Enseñar a nuestros hijos a amar a Dios, es enseñarles a tener una
relación profunda con Él.

Amar a Dios se refleja en nuestras acciones, en cómo tratamos a los


demás y en cómo vivimos nuestras vidas.
Cuando nuestros hijos amen a Dios con todo su corazón, alma y
mente, experimentarán una vida plena y significativa.

2. Buscar la Presencia de Dios.

Jeremías 29:13 RVC Cuando ustedes me busquen, me hallarán, si


me buscan de todo corazón.
La búsqueda de la presencia de Dios es un anhelo profundo que todos
los creyentes deberían tener en sus corazones.
Desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento, Dios ha
prometido Su presencia a aquellos que lo buscan sinceramente.

Mateo 6:6 NTV Pero tú, cuando ores, apártate a solas, cierra la
puerta detrás de ti y ora a tu Padre en privado. Entonces, tu Padre,
quien todo lo ve, te recompensará.
La oración es un medio fundamental para buscar la presencia de
Dios. A través de la oración, podemos acercarnos a Él y experimentar
Su compañía y dirección.
Buscar la presencia de Dios requiere tiempo y esfuerzo, pero los
beneficios son invaluables.
Buscar la presencia de Dios es una búsqueda esencial para todo
creyente, porque nos llena de paz, fortaleza y nos da dirección en
momentos de dificultad.
Cuando nuestros hijos experimenten la presencia de Dios, serán
transformados a su imagen y naturaleza.

3. Obedecer la palabra de Dios.

Juan 14:15 NTV »Si me aman, obedezcan[a] mis mandamientos.


Obedecer la Palabra de Dios es una manifestación de nuestro amor
hacia Él. Jesús mismo nos instó a demostrar nuestro amor a través
de la obediencia.
La obediencia a la Palabra de Dios es un pilar fundamental en la vida
del creyente.

Salmos 119:105 RVC Tu palabra es una lámpara a mis pies; ¡es la


luz que ilumina mi camino!
La Palabra de Dios nos guía en todas las áreas de la vida. Nos
muestra cómo vivir una vida justa, piadosa, y nos ofrece consejo y
dirección.
Obedecer la Palabra de Dios no es opcional, es esencial para nuestra
vida cristiana.
La obediencia a la Palabra de Dios nos protege de las consecuencias
del pecado y nos acerca a Dios.
La obediencia a la Palabra de Dios no solo es un deber, sino también
un privilegio para los creyentes.
A través de la obediencia, nuestros hijos experimentarán una relación
más profunda con Dios y se convertirán en verdaderos discípulos de
Cristo.
4. Congregar en la casa de Dios.
Hebreos 10:25 NTV Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen
algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día
de su regreso se acerca.
El asistir a la iglesia es un aspecto esencial de la vida cristiana.
La Biblia nos instruye a congregarnos como creyentes. No es una
sugerencia, sino un mandamiento divino.

La iglesia es un lugar donde experimentamos la comunión con otros


creyentes. Es un espacio donde compartimos nuestras alegrías,
desafíos y oraciones.
Congregarse en la iglesia es un medio de crecimiento espiritual. A
través de la enseñanza de la Palabra, la adoración y la interacción
con otros creyentes, crecemos en nuestra fe.

Cuando enseñamos a nuestros hijos a congregarse en la iglesia es


parte de ser obedientes a la Palabra de Dios.

5. Seguir la voluntad de Dios.

Romanos 12:2 NTV No imiten las conductas ni las costumbres de


este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas
nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a
conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable
y perfecta.
Seguir la voluntad de Dios es una búsqueda constante en la vida del
creyente, que requiere una actitud de sumisión y confianza.
La voluntad de Dios es perfecta y beneficiosa para nosotros. Cuando
seguimos Su voluntad, experimentamos Su dirección y cuidado en
nuestras vidas.
Enseñar a nuestros hijos a seguir la voluntad de Dios los llevará a
descubrir su propósito en la vida, Dios los ha creado con un propósito
único, y seguir Su voluntad los acercará a ese propósito.

También podría gustarte