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La familia, lugar precioso para catequizar.

5 tips para transmitir la fe en nuestros hijos e introducirlos en la vida cristiana.

“Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de
ellas fue así estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
(Deuteronomio 6, 6-7).
La Catequesis, es decir, la transmisión de la fe en la familia es indispensable para tener una buena vida
cristiana, ya que son los padres los principales catequistas , porque es en la familia donde se debe transmitir y
vivir la fe y junto con la parroquia introducir a los hijos en el camino de la vida cris tiana, por eso aquí tenemos 5
Tips para lograrlo:
Primero. Conozcamos nuestra fe.
Nadie da lo que no conoce, por eso es necesario que tengamos una formación por lo menos básica en la fe para
poder transmitirla a nuestros hijos.
Para esto podemos leer vidas de santos, conocer el catecismo de la Iglesia Católica, leer la Biblia, tomar cursos,
etc. Sólo es cuestión de dedicarle un ratito para nuestro crecimiento espiritual. Al final es una muy buena
inversión.
Segundo. Que se sienta la presencia de Dios en nuestra vida familiar.
Es necesario que nuestros hijos se acostumbren a sentir a Dios en la vida cotidiana, en el día a día y desde
pequeñitos.
Esto se logra impregnando nuestra vida de la cercanía de Dios, para que así, nuestros hijos puedan tener una
relación personal con Él cotidianamente.
Tercero. Enseñemos a nuestros hijos a rezar y a dialogar con Dios.
Rezar y dialogar son cosas diferentes. Para rezar podemos adoptar algunas devociones que a nuestra familia
nos ayuden a acercarnos a Dios.
Es necesario que seamos constantes y que nuestros hijos vean que lo hacemos con gusto y con amor.
Para dialogar con Dios es necesario que haya espacios y tiempos adecuados que propicien esa comunicación.
Primero hay que enseñar a nuestros hijos a platicar con Dios y poco a poco ellos lo irán haciendo solos.
Es necesario explicarles que a Dios hay que hablarle con palabras humanas que salgan del corazón, así el diálogo
será el de un hijo para su padre.
Cuarto. Propicia la confianza en Dios.
Para que haya diálogo debe haber confianza.
La confianza no es otra cosa que sentirse amado y cuidado y así poder abandonarse por completo a la acción de
Dios en nuestras vidas.
Si nuestros hijos aprenden poco a poco y con nuestra ayuda a confiar en que Dios siempre nos ayuda, podrán
hablarle y contarle lo que hay en su corazón.
Cuando están pequeñitos podemos ayudarles y que ellos repitan lo que nosotros decimos, pero en cuanto
puedan, que sean ellos mismo quienes hablen con Dios.
Sólo es cuestión de práctica. Así también aprenderán a escuchar a Dios, es decir, a discernir Su Voluntad para
ellos.
Quinto. Celebra en familia los sacramentos.
Es importante que como papás vayamos acercando a nuestros hijos a los sacramentos que les corresponde
conforme a la edad y madurez de cada uno.
Nadie mejor que nosotros para saber que ya están listos y así buscar el apoyo de la parroquia para llevar el
proceso adecuado para cada sacramento.
Ojalá que seamos valientes y nos atrevamos a ser una verdadera Iglesia doméstica donde Cristo esté en el centro
de nuestra vida familiar y nuestros hijos puedan vivir el Amor de Dios en cada momento de la vida cotidiana.

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