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“¿Cómo os decís: Somos sabios y la Ley de Yavé está con

nosotros? Ciertamente la convirtieron en mentira las


mentirosas plumas de los escribas. Han sido confundidos los
sabios, avergonzados, descubiertos. He aquí que desecharon
la palabra de Yavé; ¿qué sabiduría les queda?...

JEREMIAS 8-8,9
Prólogo

Apuntes históricos

Introducción a la Última Hipótesis sobre el Universo

La paradoja de Olbers

El movimiento peculiar del Sol

Fundamentos de la Última Hipótesis

Las nuevas distancias estelares

La nueva Unidad Astronómica

Los nuevos modelos orbitales

El paso de los cometas

Las galaxias

La precesión de los equinoccios

La física de Newton

Nueva física geocéntrica: La constante gravitacional

La aceleración de la gravedad

Masas en función de la gravitación universal

La física de la energía

Einstein, la T.G.R. y la velocidad de la luz en el vacío

La aberración de la luz estelar

El campo electromagnético y las masas

El experimento de Michelson y Morley

Apuntes sobre la evolución

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PRÓLOGO
Un suceso inesperado y trascendente, ocurrido durante el año 1987, me instó a interesarme por los caminos
intrincados de la Ciencia. Para ser exactos, por la rama científica de la Astronomía. Como consecuencia de
los estudios realizados, durante los cuales cometí los errores propios de toda investigación, llegué a unas
conclusiones sorprendentes: los fundamentos de la Astronomía moderna están equivocados. Se equivocan
con la teoría heliocéntrica, se equivocan con la velocidad de la luz en el vacío, se equivocan con las masas
del Sol, se equivocan con las causas de la precesión anual, se equivocan con el valor sobre la aceleración de
la gravedad, se equivocan…

El tema de que trata este documento, suscita a plantear la siguiente pregunta: ¿Puede alguien, en su sano
juicio, pensar en el siglo XXI, que los fundamentos de la Ciencia están equivocados? La verdad es que
resulta difícil cuestionar a una institución en la que los miembros más prestigiosos son elogiados, y casi
venerados, por las más altas jerarquías políticas, culturales, económicas y religiosas. Si además de las
noticias relacionadas con la ciencia, llegando a ocupar anualmente miles de páginas en la prensa y miles de
horas en las emisoras de radio y de televisión, los documentales científicos son realizados con importantes
presupuestos, presentando los temas científicos como hechos ciertos… la sociedad queda predispuesta a
creer en aquello que ve y escucha pero que desconoce. Si a todo esto añadimos que en la era de la
comunicación global la sociedad se encuentra inmersa en una vorágine de acontecimientos diversos,
soportando el ritmo desenfrenado en que se vive el día a día, resulta impensable detenerse a realizar
cualquier cuestionamiento o prospección de la información que recibimos… Sin embargo, la Ciencia se
equivoca. ¿Cómo es posible que la Ciencia esté equivocada? El extenso refranero español recoge dos
refranes que dicen: “las apariencias engañan”, y “no todo lo que reluce es oro”. Los científicos, ajenos a
los refranes populares, han tomado como principio para la formulación de sus hipótesis, guiarse por las
apariencias. Y parece lógico que sea así. De hecho en las vidas cotidianas para resolver un problema nos
guiamos por la lógica de la apariencia. Sería absurdo que escuchando un crujido en la habitación, nos
pusiéramos a buscar la causa en la cocina. Pero eso esta bien para investigar en asuntos que podemos tocar,
medir, observar…, o sea en todo aquello que se encuentra a nuestro alcance sensitivo. Sin embargo, para
asuntos que suceden fuera de nuestro entorno inmediato, como es el espacio cósmico, las cosas se complican.
El sentido común de Ptolomeo le aconsejaba que la Tierra permanecía inmóvil. Eso dicen las apariencias.
Vivimos sobre una Tierra que parece no moverse. Sin embargo la Tierra se mueve. Cierto, se mueve. Pero
¿cuál es su movimiento? Copérnico se dejó asesorar por los manuscritos de filósofos griegos donde
expresaban que el Sol podría ocupar el centro del entonces sistema planetario conocido, dado que el volumen
del Sol es mayor que el de la Tierra. Newton formuló su ley sobre la gravitación en base a la caída de una
manzana (No recuerdo por qué la manzana está asociada al error. ¿Lo recuerda usted?) Desde la antigüedad,
los científicos han creído, por las apariencias, que las estrellas carecían de movimiento… A muy pocos se les
ha pasado por la imaginación que todo podría estar equivocado. Sin embargo, a pesar de las apariencias, lo
están.

Desde el siglo XVIII, la Ciencia comenzó a disgregarse en multitud de disciplinas y cada disciplina en
multitud de ramas… Se pasó del conocimiento global, al conocimiento particular de las cosas. Se
instrumentaron las disciplinas y las ramas del conocimiento, y la mano derecha desconocía lo que hacía la
mano izquierda. Desde entonces los científicos han cometido graves errores tanto por acción como por
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omisión. Quedará demostrado que la caída libre de los objetos es de 5m/s , y no de 4,9m/s . Demostraremos,
igualmente, como el valor de la constante de la gravitación universal, tiene su origen en una cuestión que han
pasado desapercibido por la Ciencia. Quedará probado y demostrado que las constantes electromagnéticas y
la constante de la gravitación universal, son conceptos diferentes de un origen común. Y si la Ciencia está
equivocada en verdades tan cercanas y tangibles, ¿por qué no habría de equivocarse en algo tan

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intangible y lejano como es el Universo? Lo que sucede es que, generación tras generación, las facultades
universitarias se comportan como correas de transmisión de los errores, sin que ningún licenciado o
doctorado se cuestione la certeza de las asignaturas impartidas.

La Historia de la Astronomía, rama fundamental de la Ciencia, se entronca con la Historia de la


Paleoantropología para definir los dos pilares que circunscriben al ser humano: el origen del Universo y el
origen del Hombre. El segundo depende de las conclusiones o proposiciones de la primera. Por tanto de la
teoría astronómica fundamental dependerá la validez o no de la teoría fundamental sobre el origen del
Hombre. Por dicho motivo, la teoría heliocéntrica y su desarrollo han intentado sumar los elementos
necesarios para convalidar la teoría evolucionista. Pero, ¿es cierto que los planetas se mueven alrededor del
Sol, que el Sol forma parte de una galaxia denominada: Vía Lactea, que el Sol se desplaza alrededor del
centro de la galaxia y que esta, a su vez, se desplaza por el Universo? ¿Se enseña en los institutos y
facultades las implicaciones cinemáticas que conllevan estas teorías irracionales?... ¿Es cierto que la masa
del Sol es mayor que la de la Tierra? ¿Es cierto que la velocidad de la luz en el vacío es de unos 300.000.000
m/s? ¿Es cierto que…?

Cuando vemos en la televisión algunos de los múltiples documentales sobre el origen del Universo y del
Hombre, los expertos que escriben los argumentos que acompañan a las imágenes, redundan en su ignorancia
cuando escriben los guiones que hacen referencia a la Luna. Ignoran que cada uno de los astros que circulan
por el espacio desempeñan una misión concreta y trascendental para la Vida en la Tierra. Toda la humanidad
sabe que sin el Sol no existiría la vida sobre la Tierra. Pero ese conocimiento general de la población se basa
en la intuición natural de que sin la luz ni el calor del Sol, la vida sería imposible. Pero además de esas
prebendas que nos proporciona el Sol, deben concurrir otras condiciones extraordinarias para la vida en la
Tierra: a) El Sol debe encontrarse en la distancia media adecuada para que en la Tierra se den las condiciones
climatológicas idóneas para que surja y se desarrolle la vida. La bondad no solo consiste en que haya un Sol,
sino que éste se encuentre en la distancia correcta. b) Hay que tener en cuenta otro aspecto para que pueda
desarrollarse la vida en la Tierra: la existencia de la Luna. Si la Luna no existiera el desarrollo de la vida
humana y animal sería imposible. La luna juega el papel trascendental, además de señalar los meses, de fijar
el día terrestre. Si la Tierra realiza un giro en 24 horas, lo hace por la función que desempeña la Luna al
frenar la velocidad en el giro de la Tierra. De otro modo la Tierra realizaría un giro en menos de 1 hora. Por
lo tanto la vida humana y animal en la Tierra sería imposible. c) Respecto a los planetas y las estrellas,
también tienen su misión en el cielo: las posiciones estelares no solo han servido y sirven de guía a todas las
expediciones y rutas marítimas durante las noches, también sirven de guía a las aves en sus vuelos nocturnos
y, por supuesto, representan el decorado sublime para la naturaleza humana: ¿Imaginan lo que supondría
observar el cielo nocturno, negro y vacío de luminarias? Si en el Universo y en la Naturaleza existe un orden
de tal magnitud que trasciende a la capacidad intelectual, creativa y matemática de los seres humanos para
imitarla, ¿cómo es posible que los que gustan de ser llamados “doctores”, proclamen a los cuatro vientos que
el Universo, tuvo su origen en una explosión caótica? ¿Cómo se puede proclamar que un suceso caótico va a
devenir en algo ordenado, medido y diseñado, sin mediar inteligencia alguna? Ahora soy yo el que devuelve
la pregunta: ¿Puede alguien, en su sano juicio, pensar que el orden trascendente en el Universo, en la
Naturaleza y en el Hombre, son el fruto de un origen caótico?

A lo largo de mi experiencia personal, he podido constatar que la mayoría de las personas dedicadas al
conocimiento de la Ciencia, destinatarios de este documento, se muestran incapaces de poner atención a lo
que se escribe en el mismo. Pasan por alto cuestiones y argumentos que les resultan “incómodos”. Se
empeñan en agudizar su ceguera mental. Sirva como ejemplo el siguiente razonamiento sobre algunos textos
y cuestiones científicas:

Texto científico: “La parte mas interesante de la historia de la atmósfera terrestre tiene que ver
con la formación del oxígeno. Sabemos que ni los procesos químicos directos, ni los procesos
geológicos como la actividad volcánica producen oxígeno. El oxígeno que existe en nuestra
atmósfera fué y es producido por organismos como plantas y algas mediante el proceso de
fotosíntesis”

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Razonamiento: “La parte más interesante de la historia de la atmósfera terrestre tiene que ver, no
solo con la formación del oxígeno, sino con el elemento precedente: el agua. Los expertos dicen
que el agua de los mares se originó al expulsar vapor por los volcanes durante millones de años.
Se nos dice que el Universo comenzó hace unos 15 mil millones de años y que la vida en la
Tierra comenzó hace unos 5 mil millones de años. Por tanto, durante los 10 mil millones de años
previos al comienzo de la vida en la Tierra, la actividad volcánica produjo el agua de los mares y
océanos. Si el vapor que expulsan los volcanes va acompañado de rocas o materia fundida,
¿cuántas toneladas de materia fundida tendrían que expulsar los volcanes para originar el
vapor suficiente como para llenar de agua los océanos cuyo volumen supone el 75% de la
Tierra?... ¿Por qué los volcanes paralizaron su actividad frenética de expulsar vapor y lava
en el momento justo en que las aguas oceánicas alcanzaron el mismo nivel que la superficie
terrestre donde se desarrolla la vida vegetal, animal y humana? De haber continuado
expulsando vapor durante los 5 mil millones de años siguientes, los océanos habrían cubierto por
completo la superficie terrestre. Por otro lado, conociendo la cantidad geológica de sedimentos
volcánicos que se encuentran en las capas superficiales de la Tierra y en las simas oceánicas,
¿cómo es que la proporción entre sedimentos de materia volcánica y el agua expulsada, en
forma de gases, supone el 1/1.000.000.000? ¿Por cada kg. de materia fundida expulsada, los
volcanes expulsan, en forma de gases, 1.000.000.000 de litros de agua? ¿Qué dicen los
geólogos y los vulcanólogos a este respecto? ¿Cómo puede argumentar la Ciencia algo tan
absurdo?... La respuesta es sencilla: la Ciencia admite cualquier argumento, por muy demencial
que sea este, con tal de que el postulado asuma y comparta los falsos cimientos científicos…
Este, y otros razonamientos que contiene este documento, son obviados por la dificultad que
conlleva su explicación científica.”

Una cuestión científica: De forma impresa o digital, los curiosos de la Astronomía pueden observar miles de
fotografías donde se aprecian galaxias lejanas con una nitidez aceptable. De esta visualización galáctica
surgen dudas y preguntas. Ejemplo:

Razonamiento: El análisis sobre las galaxias crean demasiadas dudas. ¿Por qué los telescopios
son capaces de fotografiar galaxias que se encuentran a millones de años luz, y son incapaces de
fotografiar con nitidez el núcleo central de “nuestra galaxia” la Vía Láctea? ¿El telescopio
espacial Hubble puede fotografiar el núcleo esférico de una galaxia a más de 16.000.000 de años
luz y resulta ineficaz para fotografiar el núcleo esférico de nuestra galaxia que se encuentra a
4.000 años luz?... Insistir en mantener tal cúmulo de absurdos, demuestra la incapacidad mental
de quienes lo apoyan y defienden.

Estos simples ejemplos, ponen de manifiesto que los científicos prefieren dar la espalda a la realidad antes
que admitir sus errores. Errores que implican a toda la sociedad. Anteponen su orgullo e intereses personales
por encima de cualquier otra consideración social. ¡Y estos son los que pretenden erigirse en la referencia
de la Verdad…! La época de la Razón… resulta que es la época de la Sinrazón.

Durante años he sido víctima de los medios de difusión al negarme el derecho fundamental de
expresión. Los periodistas se sienten heridos cuando, desde el poder político, se les critica sus
opiniones libremente expresadas. El colectivo se pone en pie de guerra para defender su derecho a
la libertad de expresión. Y me parece muy bien que lo hagan. La libertad de expresión, como el
vestirse y alimentarse, no tendría que ser incluida en las constituciones: es un derecho natural de
la existencia. Pero, ¿qué ocurre cuando a un ciudadano la prensa le niega reiteradamente ese
mismo derecho natural? ¿No estará la prensa actuando con los ciudadanos como los propios
políticos actúan con su colectivo? ¿Quién censura a quién? … ¿Por qué han silenciado una hipótesis
que aporta las respuestas inequívocas a todos los fenómenos astronómicos que intrigaron a los

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observadores científicos y fueron causa de transformaciones trascendentales lo largo de la Historia
de la Astronomía? Ya que se nos inunda en los medios con noticias científicas que reflejan la
propia estulticia de sus “doctorados” autores, espero y confío que no sea necesario aportar una
titulación universitaria para que tomen en consideración que tres más dos suman cinco. De lo
contrario se podría pensar que los científicos consideran al resto de los mortales como “grandes
simios” incapaces de razonar.

Resulta herético poner en duda las “verdades” científicas y resulta un “sacrilegio” descubrir e
intentar comunicar que los “templos del conocimiento” no hacen sino transmitir un cúmulo de
burdas FALSEDADES. A los poderes culturales, mediáticos y políticos les resulta muy rentable
adoctrinar a los jóvenes, y a la sociedad en general, en la doctrina de la falsedad. Se nos inunda con
multitud de documentales sobre el origen del Universo y del Hombre, con argumentos propios de la
ciencia-ficción. De este modo, año tras año, van agregando a sus respectivos rebaños de adictos,
nuevos acólitos que sirven para afianzar dudosos fines.

¿Qué se esconde detrás de esta actitud?


¿Por qué los catedráticos y científicos huyen de un debate abierto?
¿Por qué los poderes políticos no intervienen ante un asunto trascendental?

No es de extrañar que en pleno siglo XXI, el método inquisitorial lo llevan a cabo la propia Ciencia,
los poderes políticos y los medios de comunicación. Al igual que los miembros de una secta
perniciosa, ignoran que han sido captados por la mayor secta internacional: la Ciencia de la
Falsedad. Al contrario, se creen poseedores de verdades que todo el mundo debe conocer, apreciar y
defender. Creen que guardando silencio, dilatando “otra verdad”, van a conseguir ocultarla. Podrán
“quemar” de aburrimiento a este autor con maniobras de escape y amenazas anónimas, pero “lo
que está escrito, escrito está”.

¿Qué clase de Ciencia es aquella que niega toda posibilidad de avance hacia la verdad?
¿Qué herencia ética y moral dejarán a sus hijos los padres que han intervenido en esta
maniobra destinada a silenciar la Verdad?

Por último, deseo aclarar a los lectores que volver a retomar el término “geocéntrico”, no supone
una retrogradación, sino un avance. El conocimiento científico no avanza en línea recta, se mueve
por caminos tortuosos, zigzagueantes y en ocasiones hay que volver sobre el camino andado para
resolver enigmas que se han planteado o formulado a lo largo de la Historia. Tengo claro que un
descubrimiento de este calibre no va a resultar nada fácil que sea aceptado por la clase científica.
Son muchos y diversos intereses los que dificultan y dilatan su reconocimiento. Espero, sin
embargo, que el tan menospreciado sentido común de la sociedad se imponga al sentido irracional
de la clase científica.

Este nuevo y original modelo universal y geocéntrico, no guarda semejanza con el modelo histórico
de Ptolomeo. Es un nuevo sistema que responde a TODAS, y digo a TODAS, las interrogantes,
enigmas y paradojas, suscitadas en el seno de la Astronomía, desde hace siglos.

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APUNTES HISTÓRICOS
BABILONIA
De forma general se reconoce al pueblo babilónico como el precursor en la ciencia de la astronomía. Entre
sus aportaciones caben mencionarse la observación de siete astros errantes con respecto a las estrellas “fijas”:
el Sol, la Luna, Mercurio, Venus, Marte y Júpiter. En cuanto a la precisión de sus datos sirva como ejemplo
la duración o período sinódico lunar, que fijaron en 29,5306 días, siendo el valor actual de 29,5305 días.
Igualmente se les atribuye la denominación de las constelaciones del zodiaco.

GRECIA
Si al pueblo babilónico se le reconoce precursor en la observación y estudio de los astros, al pueblo griego se
le considera como impulsor a un nuevo estadio más clarificador y fructífero. El importante desarrollo de las
matemáticas, pero en especial la geometría, habilitó la destreza imaginativa de filósofos como Eratóstenes,
Aristarco de Samos y otros. Como mención especial cabe citar a Hiparco de Nicea, quien intentó explicar el
movimiento de los astros y de cuyo legado se sirvió otro gran astrónomo egipcio que pasaría a la Historia por
el sistema planetario que lleva su nombre:

CLAUDIO PTOLOMEO
En efecto, los historiadores han reconocido que el tratado en el que Ptolomeo expuso su sistema del
Universo: “Las hipótesis de los planetas”, vino a ser algo así como el compendio de las teorías griegas más
relevantes de su época, ampliadas y reformadas con su contribución personal. En el mismo Ptolomeo expone
un sistema geocéntrico del Universo, cuyos planetas, hasta entonces conocidos, describían unos movimientos
cuya autoría se le atribuye a Hiparco de Nicea: los epiciclos . Aunque este sistema ajustaba con probada
exactitud las posiciones planetarias y de la Luna, además de explicar los aparentes movimientos retrógrados
de los planetas, trece siglos después un astrónomo de origen polaco idearía otro sistema planetario que sería
el origen de la astronomía y cosmología actuales:

NICOLAS COPERNICO
Algunas anomalías halladas en la complicada mecánica de los planetas en el sistema ptoloméico y
conociendo que algunos filósofos griegos habían manifestado la creencia de que la Tierra podría estar
orbitando alrededor del Sol, infundió en Copérnico la idea de exponer un sistema en donde la Tierra pasaba a
ser un planeta más revolucionando, en órbitas circulares, alrededor del astro Sol .

Es indudable que la simplificación del nuevo sistema solar ahorraba y facilitaba los cálculos pertinentes para
la resolución de las posiciones planetarias. También es cierto que esta nueva mecánica resolvía con más
facilidad, en teoría, la causa de los aparentes movimientos retrógrados ejemplarizados en los casos de los
planetas superiores: Marte, Júpiter y Saturno .

La aceptación por la clase científica de este nuevo sistema, llevaba consigo la aceptación, igualmente, de que
la Tierra pasaba de no realizar movimiento alguno a realizar tres: 1) giraba sobre su eje; 2) se trasladaba
alrededor del Sol, y 3) se tambaleaba como una peonza.

Como es natural no todos los astrónomos de la época aceptaron de pleno la nueva teoría. Entre los
detractores se hallaba Tycho Brahe, que con ánimo de reconciliar ambas teorías opuestas, expuso un sistema
en donde el Sol y la Luna se trasladaban alrededor de la Tierra, mientras que los planetas revolucionaban
alrededor del Sol .A pesar de que este sistema concordante no obtuvo una aceptación plena entre sus colegas,
se reconoce que su autor dejó un importante catálogo de estrellas y datos con los que otro astrónomo,
ayudante suyo, se serviría para, entre otras cuestiones, enunciar sus conocidas tres leyes aplicadas a las
órbitas planetarias:

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JOHANNES KEPLER
J. Kepler, astrónomo alemán, enuncio sus tres conocidas leyes de las que continúan sirviéndose en la
enseñanza actual de la astronomía. Las leyes son las siguientes:

Ley 1ª: Los planetas se mueven sobre elipses en donde uno de los focos es el Sol
Ley 2ª: El radio vector barre áreas iguales en tiempos iguales
Ley 3ª: El cuadrado del período de revolución de un planeta es proporcional al cubo de su distancia media al
Sol.

GALILEO GALILEI
Contemporáneo de J. Kepler, Galileo Galilei, profesor de matemáticas, nacido en Pisa (Italia), formó con
unas lentes un rústico telescopio con el que realizó importantes observaciones astronómicas de las que dejó
constancia en su “Siderius nuncius”. Entre su esmerada contribución a la astronomía cabe destacar la
descripción de montañas lunares, la primera observación de los satélites de Júpiter que llevan su nombre y el
fenómeno de que Venus experimenta fases al igual que la Luna, con lo que, teóricamente, se confirmaba la
idea de Copérnico de que los planetas se trasladaban alrededor del Sol.

EL SIGLO XVIII
Este siglo marca un nuevo estadio en la cosmología derivada del sistema copernicano. Por primera vez se
plantea la cuestión de la estabilidad del Universo. Edmund Halley - conocido popularmente por el cometa
que lleva su nombre- consideraba que el Universo era infinito porque si fuese finito la fuerza de atracción de
las estrellas centrales haría que las estrellas exteriores se derrumbaran hacia dentro.

Durante el siglo XIX, W. Olbers planteó a la clase científica el dilema de por qué el cielo es oscuro. Este no
es un hecho trivial, en realidad plantea un problema de tal calibre que ha influido en toda la evolución de la
cosmología contemporánea. En efecto, si el Universo fuese infinito el brillo de las infinitas estrellas se
tendría que acumular hasta hacer que el cielo nocturno fuese tan claro como el Sol.

EL SIGLO XX
La investigación científica en este siglo se ve convulsionada por la multiplicidad de teorías astrofísicas a cual
más desconcertante. Con la teoría expansionista de E. Hubble, la estructura universal toma unos inquietantes
derroteros. El sistema planetario deja de ejecutar órbitas elípticas keplerianas para trasladarse junto al Sol en
su “movimiento peculiar”, realizando epiciclos. Se inicia también el despegue de la Astronáutica, cuyos
éxitos se difunden con gran aparato propagandístico.

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INTRODUCCIÓN A LA ÚLTIMA HIPÓTESIS
SOBRE EL UNIVERSO
Durante más de diez siglos estuvo vigente el modelo geocéntrico de
Ptolomeo, en cuya teoría de los epiciclos los planetas ejecutaban unas
órbitas un tanto singulares. La figura 1, muestra cómo se interpretaban las
órbitas de los planetas, según Ptolomeo. Excepto el Sol y la Luna, el resto de
los planetas se movían en epiciclos cuyo centro se deslizaba a lo largo de un
círculo llamado deferente.

Para hacernos una idea de lo que acontece en una órbita con epiciclos,
podemos representarlo con la rueda de un tren. Un observador situado en el
borde del carril vería que el eje de la rueda describe una línea recta paralela
al carril. Sin embargo un punto del perímetro exterior de la rueda describiría
un movimiento ondulado o bucle. Estos movimientos explicaban el
comportamiento en bucles de los planetas conocidos hasta entonces, en especial los de Marte y Venus.

(Aunque a la Astronomía moderna le incomoda tomar conceptos “geocéntricos”, luego


comprobaremos que el desarrollo de la teoría heliocéntrica necesita los bucles o epiciclos para explicar
gráficamente el “movimiento peculiar del Sol”)

A pesar de que la teoría de los epiciclos explicaba razonablemente algunos aspectos en el movimiento de los
planetas, resultaba bastante complicado explicar otros fenómenos que se venían observando en los planetas,
como eran los movimientos retrógrados del planeta Marte y las fases de Venus. Y estas lagunas en la teoría
de los epiciclos incentivó la imaginación de Copérnico, un canónigo y astrónomo polaco que, influenciado
por los escritos de algunos filósofos griegos, escribió y divulgó su obra “Comentariolus”, en la que
postulaba que la Tierra gira sobre su eje y, al igual que el resto de los planetas, se traslada alrededor del Sol.

De la misma forma que en la teoría precedente, la teoría heliocéntrica de Copérnico introducía también los
epiciclos para explicar los movimientos en bucles de los planetas. Otro contemporáneo del astrónomo
polaco, J. Kepler, reformó de manera tan acusada la teoría copernicana, que de la teoría original no quedó
más que el concepto heliocéntrico y el hecho real de que la Tierra gira sobre su eje.

Desde Copérnico hasta nuestros días, el desarrollo de la Astronomía ha sufrido importantes transformaciones
y ha tenido que sortear diversos planteamientos que ponían en entredicho las conclusiones que se derivaban
de la metodología científica. Uno de los planteamientos que originó un cambio sustancial en la estructura
del Universo, fue la ya mencionada: “paradoja de Olbers”.

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LA PARADOJA DE OLBERS
La demostración matemática es sencilla. Si imaginamos alrededor de la Tierra una capa esférica de estrellas,
si r es el radio de la esfera y d el espesor de la capa, su superficie será:

S= 4·pi·r2

Y su volumen V= 4·pi·r2 d

Sea n el número de estrellas por unidad de volumen. El número de estrellas contenidas en la capa esférica
será entonces

N=4·pi·r2 dn.

Todas estas estrellas emiten una luz total que es igual a

L=4·pi·r2 dnl

Donde l es la luminosidad medía de una estrella. Ahora bien, la luz que recibimos de las estrellas contenidas
en esa capa esférica es L dividido por 4·pi·r2 porque la luz de cada estrella se ha repartido sobre una
superficie 4·pi·r2 al llegar a la Tierra. Por lo tanto la luz que recibimos en la Tierra desde esa capa esférica es

LTIERRA = dnl

Como en un universo infinito habría infinitas de estas capas esféricas, el cielo aparecería
con una claridad tal que el cielo nocturno debería ser unas 50.000 veces superior a la del
Sol y en la Tierra debería reinar una temperatura de 5.000º C.

La única salida que se vio por entonces a la paradoja de Olbers era que la materia interestelar e intergaláctica
absorbiese la luz de las estrellas y sistemas estelares lejanos en la medida precisa para evitar ese cielo
resplandeciente. Pero esta solución conduce a nuevas dificultades.

J.H. Lambert estableció a finales del siglo XVIII la concepción de un universo jerarquizado en el cual los
sistemas de orden inferior se asocian para formar sistemas de órdenes superiores hasta el infinito…

El astrónomo sueco Charlier sugirió en los años veinte modificar el modelo jerárquico del universo de suerte
que la distancia entre órdenes sucesivos fuese cada vez mayor, con lo cual quedaría resuelta la paradoja de
Olbers. Sin embargo, la idea está en contradicción con la observación de que la separación de las galaxias en
relación con su diámetro es menor que la separación de las estrellas, que son sistemas de orden inferior.

Durante un siglo la paradoja de Olbers mantuvo bloqueado el avance científico, hasta que en las primeras
décadas del siglo XX, A. Friedmann propuso que el Universo sería inestable y que en base a dicha
inestabilidad tendría que experimentar una expansión o una contracción.

En esta tesitura científica desencadenada por la paradoja de Olbers, el astrónomo E. P. Hubble “descubre”
que las galaxias sufren una recesión o fuga. Aunque el propio Hubble escribió: “Quizá todas las nebulosas
se alejen de esta forma peculiar. Pero el concepto resulta sumamente perturbador”. La primera estimación
de Hubble sobre la velocidad de fuga fue de unos 500 kms/s, pero más tarde –a la Ciencia no le cuadraba en
sus teorías tan alta velocidad- quedó reducida considerablemente y establecida en unos 70-100 km/s por Mpc
(1 megaparsec 3,26 ·106 años/luz)

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Los científicos ven el cielo abierto ya que la teoría sobre la expansión junto con la teoría sobre la estructura
finita del Universo, les ofrece una respuesta coherente a la paradoja de Olbers. Pero, ¿era necesario
modificar tanto la estructura universal para adaptarlo a la paradoja? La Última Hipótesis sobre el Universo,
demostrará que

LA RESPUESTA INEQUÍVOCA A ESTA PARADOJA ES QUE LAS


ESTRELLAS Y LAS GALAXIAS SON ASTROS QUE CARECEN DE LUZ
PROPIA

El desarrollo de la Astronomía moderna, con las consiguientes respuestas a los diversos


planteamientos, comienza a tomar tintes alarmantes. Como resultado de las nuevas teorías
expansionistas, nuestro sistema solar deja de ocupar un “hogar” fijo en el espacio en el que
revolucionan los planetas y como parte de la galaxia: la “Vía Láctea”, se ve obligado a moverse
alrededor del centro galáctico.

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EL MOVIMIENTO PECULIAR DEL SOL
Aceptado científicamente que el Universo sufre una expansión, se asume que el Sol, como una estrella más
de las que componen la galaxia: “Vía Láctea”, también se traslada por el espacio, lo cual obliga a que la
Tierra y los demás planetas de nuestro sistema solar ejecuten un cuarto movimiento espacial: el de
acompañar al Sol realizando órbitas helicoidales o bucles (ver gráfico).

El gráfico siguiente representa el movimiento peculiar del Sol alrededor del centro de la galaxia y que se
dirige hacia la estrella Vega de Lira, a una velocidad de unos 19.400 m/s.

Comprobamos que el movimiento peculiar del Sol, obliga a que los planetas realicen sus órbitas mediante la
representación de “epiciclos” helicoidales (Observen de nuevo la figura 1)

Las posiciones respectivas de la Tierra y el Sol, conforme a las posiciones trimestrales de una órbita elíptica,
en una época determinada, quedan representadas con el mismo número. De este movimiento solar se deduce
que en las posiciones donde la Tierra tiene que adelantar al Sol (T2-T6...) la velocidad orbital de la Tierra
debe acelerarse hasta multiplicarse por 2. A la inversa, cuando la Tierra, alcanza el punto T4, su velocidad
debe desacelerarse hasta detener su velocidad orbital, ya que el Sol debe colocarse por delante de la Tierra en
orden al sentido de su marcha. En otras palabras, nos dicen que la Tierra se mueve como el tren en una
“montaña rusa”, atracción habitual en todas las ferias: asciende con lentitud, aminorando su velocidad al
llegar a la cumbre hasta casi detenerse, para aumentar su velocidad en las bajadas.

En el tema referente a las nuevas órbitas geocéntricas, comprobarán que este movimiento orbital de
“montaña rusa” es el que realiza el satélite natural del Sol, Mercurio, en su órbita.

A estas conclusiones cinemáticas nos ha llevado la ciencia de la astronomía. Invito a los lectores que revisen
los libros de texto sobre Astronomía y comprueben que todavía se continúa impartiendo y enseñando en los
colegios e institutos las órbitas elípticas según las leyes de Kepler. ¿Por qué ese empeño en ocultar los
movimientos planetarios que se derivan de la teoría expansionista? ¿No será que les resulta incómodo
explicar que viajamos en una “montaña rusa”?

Si según la teoría expansionista, la Tierra se ve obligada a sufrir los efectos de una


“montaña rusa”, ¿por qué el colectivo científico guarda silencio ante un
fenómeno que podría muy bien detectarse durante la aceleración o la
desaceleración terrestre sin mucha dificultad?

1ª cuestión que debe ser contestada por la Ciencia ¿Lo


hará o guardará silencio?

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FUNDAMENTOS DE LA ÚLTIMA HIPÓTESIS

“Como ya notó atinadamente santo Tomás, el criterio científico de verdad es relativo, pues la
comprobación experimental no garantiza la verdad de una teoría. Puede encontrarse tal vez otra
teoría que explique igual o mejor los fenómenos observados.
De hecho las teorías científicas son sustituidas constantemente por otras nuevas. Así ocurrió con las
sucesivas teorías explicativas del movimiento de los astros: de las esferas de los pitagóricos se pasó
a la tolomeica de los epiciclos; después al heliocentrismo circular de Copérnico; y finalmente, a las
órbitas elípticas de Kepler.” EL UNIVERSO DE NEWTON Y DE EINSTEIN (Enrique L. Dóriga,
Edit. Herder)
“Una buena teoría no es una teoría definitivamente irrefutable y absolutamente cierta: es una teoría
coherente y que posee cierta eficacia en las condiciones dadas. El malentendido comienza cuando el
celo de los publicistas (y a veces de los mismos científicos) hace que se glorifique con exceso la
certeza y la objetividad del saber experimental. Y cuando olvidan, entre otras cosas, que
algunos de los hechos famosos pueden explicarse mediante varias teorías diferentes.” DE
ARQUÍMEDES A EINSTEIN, Las caras ocultas de la invención científica (Pierre Thuillier, Alianza
Editorial)

"La ciencia es nuestra religión, lo que ocurre dentro de esta religión constituye la Buena
Nueva; lo que ocurre fuera de élla un absurdo pagano… Los Padres de la Iglesia calificaban
las concepciones paganas como “supersticiones irracionales” que es precisamente la
expresión utilizada por los Padres de la Ciencia para condenar lo que no les gusta…
Ir a fundarse más allá de los fenómenos significa aquí fundarse más allá de las formas que se
encuentran en la conciencia y esto equivaldría a pretender fundarse más allá de las formas
de la naturaleza, lo que equivaldría a alejarse de élla. Eso vendría a suponer que la
Naturaleza no es lo que es y con eso se habría introducido el error. Tampoco se intenta
averiguar si objetos de tipo distinto, como piedras y estrellas, quizá pudiesen ser en
realidad lo mismo…” DIÁLOGO SOBRE EL MÉTODO (Paul Fayerabend, Alianza
Universidad)

“El ejemplo del descubrimiento de Urano pone de manifiesto la relatividad de los enunciados de
observación. Antes del descubrimiento de Herschel, el enunciado “Urano es una estrella” era
aceptable; después de eso lo era el enunciado “Urano es un planeta”. ESTRUCTURA Y
DESARROLLO DE LA CIENCIA (Gunnar Anderson, Alianza Universidad)

“La materia oscura podría ser cualquier cosa; desde algo tan espectacular como agujeros
negros hasta simples rocas en el espacio” Roger Penrose, Matemático

“Confieso que voy a exponer muchas cosas de diferente manera que mis predecesores, aunque
conviene apoyarse en ellos, puesto que por primera vez abrieron la puerta en la investigación de
estas cosas.” (“De revolutionibus”, Nicolas Copérnico)

Lo que voy a exponer a continuación va a sorprender, e incluso puede molestar a ciertas clases sociales. Mi
intención, cuando me sumergí en este apasionante tema, no era socavar los fundamentos científicos pero los
hechos hablan por si solos. Soy consciente de que para la clase científica resulta inverosímil la nueva
cinemática geocéntrica del Universo. Y resulta inverosímil, no tanto por la posibilidad de quedar periclitadas
las leyes del venerado Newton, sino por la dificultad que entraña reconocer lo baldío que resulta todo el
esfuerzo anímico y personal realizado en aprender, memorizar, “instruir”, escribir y difundir públicamente
aspectos de una teoría equivocada.

Y como dice el término latino “Affirmanti incumbit probatio”, paso a presentarlas.

13
La Última Hipótesis sobre el Universo, establece que:

a) La Tierra realiza un solo movimiento: girar en sentido oeste-este.

b) La Luna es el satélite-planeta más cercano a la Tierra. Su revolución se realiza en dirección oeste-este.

c) Todos los planetas, el Sol, las estrellas, galaxias, nebulosas, etc., se mueven en órbitas alrededor de la
Tierra, en sentido este-oeste. (Aunque soy consciente de que para la clase científica este enunciado resulta
“aberrante”, incómodo y chocante, les sugiero que continúen leyendo).

d) El movimiento orbital natural de los astros es en sentido este-oeste. La rotación natural es de oeste-
este. (Las excepciones a estas proposiciones se deben a causas que se explican más adelante)

En base a esta nueva cinemática, se descubre que no existen vacíos “interestelares”. Se descubre, igualmente,
que las estrellas, galaxias, nebulosas, etc., son astros o formaciones que carecen de luz propia.

El gráfico siguiente representa la cinemática geocéntrica TOTALMENTE SIMÉTRICA con la cinemática


heliocéntrica. Desde una posición en conjunción de un meridiano terrestre, la Luna, el Sol, un planeta y una
estrella, la Tierra comienza su giro en sentido oeste-este, la Luna comienza a desplazarse en sentido oeste-
este, el Sol, el planeta y la estrella comenzarían a desplazarse en el sentido opuesto al giro terrestre: este-
oeste. De tal forma que la estrella o cúpula estelar se desplaza a doble velocidad angular que el Sol. De esta
nueva cinemática se desprende que el meridiano terrestre, a punto de completar su giro, vuelve a
posicionarse en conjunción con la estrella al cabo de transcurrido unas 23h 56m 4s que es el período del día
sideral. Unos 4 minutos después el meridiano terrestre volvería a posicionarse en conjunción con el Sol, que
sería el período del día solar. Y al cabo de apenas otros 3 minutos y 56 segundos, el meridiano terrestre
habría completado su giro.

De esta nueva cinemática se obtienen los datos fundamentales siguientes:

Período rotación terrestre …………….. ……… 24h 3m 56s


Vel. rotación terrestre …………………………. 462,5657 m/s
Vel. angular terrestre según período día sideral..15,041068”/s
Vel. angular terrestre según período día solar …15”/s
Vel. angular terrestre según período giro geoc. ..14,9589”/s

14
Según esta cinemática y conforme al movimiento solar o estelar, el giro completo de la Tierra, precede hacia
el oeste:

Conforme al movim. solar …… 1,2699m/s


Conforme al movim. estelar ….. 2,5217m/s
Conforme al movim. solar ……. 0,0410686”/s
Conforme al movim. estelar ……0,08154”/s

Las relaciones que surgen según los nuevos períodos, son

Día solar / Día sideral = ……………………… 1,002745


2
Día geocéntrico / Día sideral = ………………. 1,002745
Mes geocéntrico / Mes sinódico = …………… 1,0879 = 1 / 0,919
Mes geocéntrico / Mes sideral = ……………… 1,1759 = 1/ 0,8504

Tengan a mano estos datos. Son fundamentales para clarificar cuestiones referidas o relacionadas con la
velocidad de la luz en el vacío y con la masa terrestre.

Bajo este nuevo sistema universal, quedan al descubierto TODAS las causas que
dieron origen a los múltiples equívocos históricos.

15
LAS NUEVAS DISTANCIAS ESTELARES
Para entrar en materia, resulta conveniente conocer los hechos históricos que nos han llevado a la
determinación actual del Universo. Para éllo voy a utilizar el texto de una obra conocida por los aficionados
al conocimiento de la Ciencia: “NUEVA GUIA DE LA CIENCIA” de Isaac Asimov, RBA.

“Un método que permite calcular las distancias cósmicas implica el uso de la paralaje. Este método
trigonométrico consiste en medir la posición angular de una estrella cercana con respecto a las estrellas de fondo más alejadas.
Podemos comprobar lo que sucede con la paralaje de la siguiente forma: si sujetamos un lápiz o un bolígrafo con el brazo
extendido y lo observamos alternando el cierre de cada ojo, veremos que el lápiz se desplaza sobre la pared del fondo. A medida
que alejemos el lápiz de nosotros, realizando el mismo experimento visual, observaremos que el desplazamiento sobre la pared
del fondo es menor. Pues bien, para hallar la paralaje de una estrella, se la observa desde dos momentos diametralmente opuestos
de la órbita terrestre (es como visionar primero con un ojo y seis meses después con el otro).

El desplazamiento en la posición de un cuerpo celeste se mide en grados o subunidades de grado: minutos o segundos. Un grado
es la 1/3600 parte del círculo celeste; cada grado se divide en 60 minutos de arco, y cada minuto, en 60 segundos de arco. Por
tanto, un minuto de arco es 1(360 ·60) o 1/21.600 de la circunferencia celeste, mientras que un segundo de arco es 1/(21.600 · 60)
o 1/1.296.000 de la misma circunferencia.

Con ayuda de la Trigonometría, Claudio Ptolomeo fue capaz de medir la distancia que separa a la Tierra de la Luna a partir de
su paralaje. Dedujo que el paralaje geocéntrico de la Luna es de 57 minutos de arco. Pero cuando intentaba medir el paralaje del
Sol o de un planeta, los ángulos implicados eran demasiado pequeños.

En 1673, el método del paralaje dejó de aplicarse exclusivamente a la Luna cuando el astrónomo francés, de origen italiano,
Jean-Dominique Cassini, obtuvo el paralaje de Marte. En el mismo momento en que determinaba la posición de este planeta
respecto a las estrellas, el astrónomo francés Jean Richer, en la Guayana francesa, hacía idéntica observación. Combinando
ambas informaciones, Cassini determinó el paralaje y calculó la escala del sistema solar. Así obtuvo un valor de 136 millones de
kilómetros para la distancia del Sol a la Tierra, valor que era un 7% menor que el actualmente establecido: 149,6 millones de
kilómetros = Unidad Astronómica.

Hacia 1.830 se sabía ya que el sistema solar se extendía miles de kilómetros en el espacio, aunque este no era el tamaño total del
Universo. Quedaban aún las estrellas. Naturalmente las estrellas podían existir como diminutos objetos situados en la bóveda
sólida del firmamento, que constituye las fronteras del Universo más allá de los límites más alejados del sistema solar. Hasta el
inicio del siglo XVIII, esto constituía un punto de vista respetable, aunque hubiera algunos estudiosos que no se mostraban de
acuerdo.

En 1.718, el astrónomo inglés Edmund Halley, que trabajaba para realizar unas determinaciones telescópicas de la posición de
varias estrellas, descubrió que tres de las estrellas más brillantes, -Sirio, Proción y Arturo- no se hallaban en la posición
registrada por los astrónomos griegos. El cambio resultaba demasiado grande para tratarse de un error. Halley llegó a la
conclusión de que las estrellas no se hallaban fijas en el firmamento. El movimiento propio es muy lento y tan imperceptible que
hasta el uso del telescopio, parecían encontrarse fijas.

En 1.830, el astrónomo alemán Friedrich Wilhen Bessel empleó un aparato recientemente inventado, al que se dio el nombre de
heliómetro (medidor del Sol) por haber sido ideado para medir el diámetro del Sol. Bessel lo empleó para calcular la distancia
entre dos estrellas. Anotando cada mes los cambios producidos en esta distancia, logró medir el paralaje de la estrella llamada 61
del Cisne. Y escogió esta estrella porque mostraba, con los años, un desplazamiento importante en su posición, respecto a las
estrellas de fondo, lo cual significaba que se hallaba más cerca que las otras. En sus observaciones durante un año, informó que la
estrella 61 del Cisne tenía un paralaje de 0,31 segundos de arco (0,31”) Este paralaje, observado con el diámetro de la órbita
de la Tierra como línea de base, significaba que la 61 del Cisne se hallaba a 103 billones de kilómetros de la Tierra.

Dos meses después del éxito de Bessel, el astrónomo británico Thomas Enderson informó sobre la distancia que nos separa de la
estrella Alfa de Centauro. Se puso de manifiesto que Alfa de Centauro tenía un paralaje de 0,75”, o sea más de dos veces el de la
61 del Cisne. Por lo tanto Alfa de Centauro se hallaba mucho más cerca de nosotros. Es nuestro vecino estelar más próximo.”

16
Hasta aquí la narración de los hechos históricos que acontecieron para determinar las distancias en el
Universo.

Como se ha mencionado en el texto, la paralaje es el


Método utilizado en la Astronomía para hallar las
distancias a las estrellas más cercanas. Y así, en la
creencia de que la Tierra se traslada alrededor del Sol, la
magnitud trigonométrica fundamental para hallar la
distancia a la estrella, según el ángulo de paralaje, es la
UA o la distancia establecida Tierra-Sol: 149.600.000
kms. (parte inferior del gráfico) Ahora bien, si la nueva
teoría geocéntrica propone que tanto las estrellas, como
los planetas y el Sol, se están trasladando alrededor de la
Tierra, sucede que la paralaje angular medida no se debe,
como se cree, al diámetro de la órbita terrestre alrededor
del Sol, sino al diámetro de la Tierra: 6.378.198 m., ya que
día a día, durante seis meses, la posición del observador
terrestre con respecto al Punto Vernal, se vuelve idéntica
a la que observaría moviéndose en una órbita
terrestre. Lo que realmente ha sucedido es que un
meridiano terrestre, y por lo tanto el observador, al cabo de seis meses ha quedado posicionado hacia el oeste
unos 180º de acuerdo al movimiento solar diario y observando a la misma estrella que ha revolucionado unos 360º. Por
lo tanto la magnitud fundamental para hallar la distancia a la estrella en cuestión, NO es la UA, sino el radio terrestre, por lo cual las
distancias estelares quedan reducidas, en general, en unas

149.600.000 kms UA
---------------------------= 23.454,9 veces
6.378,198 kms = rT

Disminución en la distancia de la estrella más cercana a la Tierra: Alfa de Centauro, cuyo paralaje es de unos
0,754”, que surge aplicando la fórmula siguiente:

1.296.000” 1 1
Dist. =-------------= rT-----------= 206.264,8” · 6.378,198 kms----------- = 1.745.000.000 kms
2·π 0,754” 0.754”

4,326 años/luz 86.400s · 365,25d · 4,326 · c


1.745.000.000 kms = ------------------------ = ------------------------------------
23.454,9 23.454,9

Esta disminución en la distancia coloca a la estrella catalogada como la más cercana a la Tierra, a unas dos
veces la nueva distancia Tierra-Plutón(*) Distancia a la estrella con la que quedaría al descubierto que:

17
¡¡ LAS ESTRELLAS NO PUEDEN SER ASTROS CON LUZ PROPIA !!

(*) Las nuevas distancias planetarias son las distancias medias científicamente establecidas, divididas
por el cuadrado de sus órbitas geocéntricas anuales. En el caso de Plutón 39,5 UA / 22 = 9,87 UA. La
división por el cuadrado de las órbitas anuales se relaciona, en general, con las distancias establecidas,
divididas por π y por 1,2699.

La proximidad y la naturaleza de las “estrellas” demuestra que


todo el Universo es “materia oscura”, y ofrece la respuesta
irrefutable y rotunda a la paradoja de Olbers. Los puntos de luz
que observamos en las estrellas se deben, por tanto, al reflejo de la
luz del Sol. Pues bien, los astrofísicos se reafirman en que las
estrellas son astros con luz propia (astros solares) porque así lo
demuestra la espectroscopia. Que estos argumentos sean
expresados por los “expertos”, clama al cielo. En primer lugar el
espectro obtenido en la cola del cometa Halley presentaba el
mismo espectro que el espectro del Sol. ¿La cola del cometa es un
astro solar? Evidentemente no. En segundo lugar se han
encontrado “planetas” orbitando alrededor de una estrella y cuyo
espectro planetario era idéntico al espectro de la estrella sobre la
que está orbitando. ¿El espectro del planeta estelar demuestra que
es un astro solar? Evidentemente, tampoco. De estos simples ejemplos cualquier persona puede
deducir que la proposición:

astro con espectro solar = un astro solar

es rotundamente FALSA. ¿A qué viene entonces desgarrarse las vestiduras por afirmar y demostrar
que las estrellas no son astros con luz propia? Pero además se da otra circunstancia a considerar:
¿En qué momento de la órbita del planeta estelar se realiza la captación del espectro? ¿Durante la
conjunción con la Tierra, durante la oposición o durante una elongación? Si el estudio espectral del
planeta estelar se obtiene en una posición que no sea la de oposición con la Tierra, tal y como
sucede con las “estrellas binarias”, la conclusión se hace evidente: la luz que refleja el planeta
estelar no puede tener su origen en la “estrella”. Si es así, ¿dónde se origina la luz que refleja?

“Aún las estrellas más próximas son tan distantes que ni siquiera el telescopio más moderno y
perfecto es capaz de aumentarlas más allá del tamaño de un simple punto de luz. Ahora bien, los
rayos luminosos que, procedentes de una estrella, inciden en el telescopio no provienen todos del
mismo punto de aquella. Uno de los rayos quizá provenga del borde superior y otro del borde
inferior del astro. Ambos llegan al telescopio formando entre si un ángulo muy pequeño,
demasiado pequeño para poderlo medir con los métodos ordinarios, pero a veces suficientemente
grande para permitir que los rayos choquen, por así decirlo, unos con otros e interfieran entre sí….
Conociendo el ángulo y la distancia de la estrella es posible determinar al instante el diámetro
real” (“El Universo”, Isaac Asimov)

Este texto del prolífico divulgador de la Ciencia, pone de manifiesto que las estrellas no son otra
cosa que simples rocas que reflejan la luz que les llega del único astro Sol. ¿Por qué? Todos los
objetos que emiten luz crean un halo esférico iluminado con centro en el objeto emisor. El Sol es un
objeto que emite luz. El espacio radial iluminado por el Sol resulta evidente: ilumina un espacio que
alcanza miles de radios. Una bombilla encendida es un objeto que emite luz. Pero esa luz no está
limitada al hilo incandescente de la bombilla. La bombilla encendida emite luz para iluminar todo el

18
habitáculo… Si durante la noche prendemos fuego a unas maderas para hacer una hoguera, los
trozos incandescentes de la madera crean, también, un espacio esférico iluminado. Por eso los que
se sitúan alrededor de la hoguera pueden verse unos a otros… Si las estrellas son objetos que emiten
luz, ¿cómo es que no se aprecia ningún halo esférico iluminado como queda ilustrado en la figura
B? La respuesta es obvia: lo que se observa no es un astro solar, es una roca con la superficie helada
que refleja la luz del Sol. (La ilustración A, representa lo que observan y miden los astrónomos,
cuando en realidad, de ser astros solares, se deberían observar como en B)

El concepto de «planeta»: astro errante respecto al fondo estelar, es un concepto engañoso. Astros errantes
son todas las estrellas, solo que al hacerlo de forma conjunta pasa desapercibido.

Por si acaso el lector ignora la metodología histórica que han utilizado los astrónomos para hallar planetas,
el método es el siguiente: los astrónomos fotografían la misma parcela del cielo estrellado durante meses. Si
en las placas fotográficas se observa el desplazamiento angular de una estrella respecto al fondo estelar,
entonces al astro desplazado se le aplica el concepto de planeta (ver gráfico). De este método se infiere
que entre un planeta y una estrella no hay diferencias sustanciales en la observación visual
que ayuden a distinguir a uno del otro.

Este simple dato sobre la nueva distancia a la estrella más cercana debería alarmar a la clase científica ya que
cualquier experto no comprometido con el error debería ser capaz de razonar que la naturaleza de un objeto
no puede ser cambiada, modificada o sustituida dependiendo de que su posición espacial sea más próxima o
más lejana. La naturaleza de la Luna o de Saturno no pueden cambiar por el hecho de encontrarse más o
menos cerca o a miles de millones de kms. Este hecho, aparentemente inocuo, demuestra que en la
metodología científica se cometen errores de gran trascendencia. Un simple cálculo de cualquier científico
aplicando a la paralaje de la estrella mencionada el radio terrestre, hubiera bastado para plantear, y
posiblemente resolver, otro dilema estelar.

Pues bien, a la distancia estelar mencionada le corresponde una velocidad orbital de unos 695.000 m/s · cos
declinación. Velocidad que se identifica con la primera estimación de Hubble sobre la fuga o recesión de las
galaxias. En efecto, Hubble estimó que la velocidad radial de las galaxias era de unos 500.000m/s por Mpc.
Si consideramos que 1 Mpc son 3,26 ·106 años/luz y la estrella Alfa de Centauro dicen que se encuentra a
1,32 Mpc, entonces su velocidad radial sería de unos 500.000m/s · 1,32 Mpc = 660.000m/s que concuerda
con la velocidad orbital mencionada… ¿Por qué las velocidades de fuga de las galaxias guardan
una relación sorprendente con las velocidades orbitales de las estrellas?

19
UN EXPERIMENTO CLARIFICADOR

¿Existe algún modo de negar o confirmar las conclusiones de este estudio referente a las
distancias y naturaleza estelares? La respuesta es: ¡Si! Realizar un experimento para
clarificar si la paralaje del astro Alfa de Centauro se debe al diámetro de la
Tierra no requiere de un importante presupuesto. Solo hace falta un pequeño
porcentaje de las millonarias subvenciones destinadas a demostrar teorías
absurdas. ¿Por qué no tratan de averiguarlo? ¿Tienen miedo a que se les caiga
el castillo de naipes que han montado asentado sobre falsedades?

2ª cuestión que debería ser investigada por la Ciencia


¿Lo hará o permanecerá impasible?

20
LA NUEVA UNIDAD ASTRONÓMICA
Conforme a los datos que aporta la nueva hipótesis, tanto la distancia media Tierra-Sol, como la distancia
media Tierra-Luna, quedan reducidas en 1/3 parte. La distancia Tierra-Sol queda reducida por el motivo
siguiente:

“En 1670, la academia de las Ciencias encargó a Jean richer una misión científica en cayena. De entre las
importantes mediciones que efectuó en 1672 y 1673, citaremos aquí sus observaciones del planeta Marte,
cuyo paso a la oposición que se produjo durante ese período, resultaba ser perihélico, circunstancia en la
que el planeta se acerca al máximo a la Tierra. Con ayuda de un sector de 2m, Richer medía las diferencias
de altura mediana, es decir, de declinación entre Marte y las estrellas próximas; durante ese tiempo Picard
y J.D. Cassini operaban análogamente en París, con las mismas estrellas; la separación entre las latitudes
de las estaciones se acercaba a los 45º.

La comparación de las mediciones permitió determinar el paralaje de Marte en 25” para la época de la
oposición. En el perihelio, la distancia del planeta al Sol valía 1,38 radios de la órbita terrestre; por el
hecho de la oposición, su distancia a la Tierra era de 0,38; el paralaje solar, que estaba, con el de Marte, en
la razón dicha de 0,38 se establecía pues en 9,5” (el valor exacto es 8,8”). Antes de esta determinación,
todas las hipótesis sobre las dimensiones en el sistema solar eran pura fantasía.”HISTORIA GENERAL
DE LA CIENCIA (Edit. Orbis)

En el Modelo heliocéntrico se representa las posiciones de Marte, la Tierra y el Sol en el momento de las
mediciones. Conforme a dichas posiciones, se comprende y se acepta la distancia de la UA. Sin embargo en
el Modelo geocéntrico la órbita del planeta Marte (Como veremos luego, la órbita de Marte y la de Venus,
son muy peculiares: realizan un bucle u órbita menor en la “cercanía” terrestre), cuando se aproxima a la
Tierra, su órbita o bucle se realiza en el espacio entre la Tierra y el Sol pero de tal forma que NUNCA se
coloca en conjunción inferior con el astro solar. De lo cual se desprende que si la distancia Tierra-Sol = 1
UA, al revolucionar el planeta Marte en una posición entre la Tierra y el Sol siendo su distancia a la Tierra
de 0,38 UA, la distancia entre la posición de Marte y la órbita solar será, evidentemente, de 0,62 UA . Dicho
de otra forma: Si consideramos lo que se menciona en el relato y lo que ocurre bajo el nuevo modelo orbital,
resulta que las 1,38 UA de distancia entre la posición que ocupa Marte y el Sol, son en realidad unas

1-0,38 = 0,62 UA

Por consiguiente, la paralaje del Sol se descubre que es de unos

8,8”/0,62 = 14,2”

que aplicando la rectificación correspondiente a la diferencia mencionada entre los 9,5” y los 8,8”, queda en
unos 13,5”.

De ahí que la nueva UA sea de unos

UA = 97.682.000 kms

21
(Esta distancia Tierra-Sol ya fue mencionada por el astrónomo belga Godefroy Wendelin durante el siglo
XVII) distancia entre el Sol y la Tierra que corresponde una velocidad orbital solar de unos 19.450 m/s.

¡ Velocidad que se identifica estrechamente con la correspondiente al


“movimiento peculiar del Sol” = 19.400m/s !

3ª cuestión a la que debe contestar la Ciencia ¿Por qué


se produce esta coincidencia entre las velocidades
radiales del Sol y de las galaxias con los nuevos datos
geocéntricos sobre la velocidades orbitales del Sol y de
las estrellas?
Esta nueva distancia Tierra-Sol, nos lleva a considerar también la distancia Tierra-Luna. Distancia que, por
diversos fenómenos astronómicos como pueden ser los eclipses, también queda reducida en la misma
proporción que la distancia solar, estableciéndose en unos

Dist. Tierra-Luna = ¡ 254.700.000 metros!

Podemos constatar que las nuevas distancias a la Tierra, del Sol y de la Luna, quedan refrendadas
haciendo uso de los datos aportados. La relación entre el período del mes sideral con el mes lunar
geocéntrico, es de (27,3216d / 32,128d) = 0,8504. Pues bien

√ [(0,8504 / 2) · √1,002745] · UA heliocéntrica = UA geocéntrica = 97.682.000 kms.

De cuya nueva distancia y período de revolución lunar, 32,128 días, se obtiene una velocidad orbital de unos
576,6 metros/s. Esta velocidad geocéntrica, se relaciona con la órbita lunar heliocéntrica de la forma
siguiente:

(-1,2699m/s · 13,368 órbitas/año)2 · 2 = 576,4m/s

22
LOS NUEVOS MODELOS ORBITALES

NOTA: Este autor ha diseñado las nuevas órbitas planetarias respetando y aplicando las distancias en UA y
las posiciones en Ascensión Recta de cada planeta que constan en el Anuario editado por el Observatorio
Astronómico de Madrid. Ascensión Recta que toma como referencia al Punto Vernal en movimiento hacia el
oeste. Por tanto los nuevos diseños orbitales no son sino una imagen simétrica de lo que acontece bajo el
sistema astronómico vigente.

23
La órbita de Mercurio, satélite natural del Sol

Comenzando con las posiciones espaciales del diseño orbital heliocéntrico he duplicado la órbita terrestre
ubicando a la Tierra en su centro. Desde esta duplicación de órbitas, de centro-Sol y centro-Tierra, he ido
avanzando al Sol sobre la órbita de centro-Tierra la medida angular que le correspondería avanzar a la Tierra
sobre la órbita de centro-Sol. De este modo las sucesivas posiciones en longitud y Ascensión Recta de
Mercurio, se ven totalmente identificadas simétricamente en las posiciones geocéntricas de Mercurio
con respecto al Punto Vernal Astronómico (PVA). De este modo, según el proceso descrito, el día 1-5-89
H (helioc.), Mercurio se encuentra a 21º de elongación este y a una distancia de la Tierra de 0.8527 UA. El
día 23-5-89 HG (helioc y geoc.), Mercurio se halla en una conjunción inferior y a una distancia de la Tierra
de 0.56 UA. El día 8-6-89 H. el satélite del Sol está ubicado a unos 23º de elongación oeste, a una distancia
de la Tierra de 0.82 UA.

Orb. Tierra

1-5-89 H Orb. Mercurio

Sol
1
3
1 2 3
Orb. Mercurio 23-5-89 HG
18-6-89 H

Tierra

Orb. Sol

Ahora bien, colocando al Sol en movimiento y en dirección oeste. Las ubicaciones solares y mercuriales
serían las que quedan reflejadas en las órbitas geocéntricas . Así vemos como la cuerda u órbita mercurial,
una vez sobrepasado el límite de la órbita solar, se siente obligado a girar hacia el este para que, atraído por
la gravitación solar, volver a retomar la dirección oeste circulando entre el Sol y la Tierra hasta el siguiente
punto del circulo orbital solar.
Sol 24-9-89
Mercurio

25-5-89 Tierra

25-1-89

Orbita de Mercurio

24
Órbitas de Venus

En lo referente a las órbitas de este planeta, el que más se aproxima a la Tierra, presentan una estética basada
en la parábola espiral, al igual que las órbitas de los cometas.

Las efemérides venusianas son las que mantienen una mayor exactitud en cada nuevo ciclo anual. De este
modo una misma conjunción, inferior o superior, una fase concreta del planeta etc. volverá a repetirse
aproximadamente en parecidas fechas anuales. Si tomamos como referencia la conjunción inferior Al
correspondiente a la órbita 1, la próxima conjunción inferior tendrá lugar en el sector D4 correspondiente a la
órbita 2; en la órbita 3 la conjunción inferior se producirá en el sector B2, en la órbita 4 en el sector E5; en la
órbita 5 en el sector C3 y en la órbita 6 de nuevo en el sector A1 y, por
consiguiente, en fechas próximas o similares a la primera conjunción a1.

Una de las razones históricas por las que se aceptó científicamente la


teoría copernicana, fue comprobar que en Venus se producían fases
al igual que en la Luna. Este hecho indujo a los astrónomos que Venus
orbitaba alrededor del Sol. Razonamiento lógico pero equivocado. Tal y
como se ilustra en la figura siguiente, las fases venusianas se producen
por sus características orbitales sincronizadas con el movimiento orbital
del Sol. De esta forma iniciando su movimiento desde la ubicación
espacial en la fecha 21-1-89, fecha en que Venus se hallaba en una
situación de aparente cuadratura oriental. Si avanzamos tanto al Sol
como al planeta en sus revoluciones y desplazamientos angulares
correspondientes, en el 3-4-89 la ubicación de ambos astros conformará la fase de cuarto menguante. En la
fecha 13-6-89. Venus se encuentra en su conjunción inferior y formando fase de nueva. A partir de este
momento se irán produciendo, simétricamente, las restantes fases venusianas: en 22-8-89 fase de creciente;
en 3-11-89 nueva cuadratura occidental y en su máxima distancia a la Tierra, la conjunción superior o fase de
llena.

25
Órbitas de Marte

Las órbitas de Marte presentan formas de parábolas cardioides, en donde pueden apreciarse tres órbitas de
radios medios diferentes. Las razones por las que Marte no puede realizar conjunciones inferiores, al igual
que Venus, se halla implícito en su propia cinemática y periodo de revolución. De este modo en la posición
Marte1, el planeta se encuentra en las proximidades de la Tierra y en oposición con el Sol en S1. Dado que el
período sinódico de Marte es de unos 779.9 días, transcurridos
unos (779,9/2) 390 días. Marte se encontrará en la posición orbital
Marte 2. formando conjunción con el S2. Transcurridos otros 390
días, aproximados, Marte estará ubicado en la posición Marte3 y
en oposición al Sol en S3.

Los números 1,2,3,4 y 5 indican la ruta que realiza el planeta. De


este modo en la zona correspondiente al número 3, el planeta se
mueve dentro del espacio orbital del Sol, tal y como se ha descrito
en el gráfico que hace referencia a la nueva UA. También se
puede observar como la distancia Tierra-Marte va aumentando en
cada nueva oposición. Estas distancias pueden ir ampliándose
hasta los límites naturales de la pequeña órbita interior marciana
más próxima a la Tierra, para volver a reducirse en nuevas
oposiciones.

Otro fenómeno histórico que originó el rechazo de la teoría geocéntrica de Ptolomeo, fue el
movimiento retrógrado de este planeta respecto al fondo estelar. ¿Cuál es la explicación real a este
fenómeno? Recordemos la segunda ley de Kepler: El radio vector barre áreas iguales en tiempos iguales.
Según esta ley, cuando el planeta se encuentra lejos de la Tierra el sector orbital que corresponde al área que
barre es pequeño, al contrario, cuando el planeta se encuentra en las proximidades de la Tierra, el sector
orbital es considerablemente mayor. Esto significa que apreciamos al planeta con un movimiento hacia el
oeste aventajando a las órbitas estelares. Dicho de forma científica: observaremos un movimiento
“retrógrado”. El mismo efecto se produce en otros planetas y
durante el paso de los cometas.

26
Las órbitas de los planetas superiores y estelares

Bajo la nueva cinemática geocéntrica, hemos comprobado como utilizando los datos oficiales referentes a las
distancias y las AR de cada planeta, las órbitas de los planetas Venus y Marte muestran un diseño singular.
Diseño que nos descubren las causas históricas que originaron los epiciclos y el consiguiente abandono de un
sistema universal por otro radicalmente distinto.

Ahora bien, en el caso de los demás planetas y de las estrellas, los diseños son comunes a todos ellos. Como
ejemplo basta con representar las órbitas de Júpiter. Y digo órbitas (en plural) porque los planetas superiores
y las estrellas realizan casi dos revoluciones anuales.

En la figura que representan las órbitas de Júpiter vemos como éstas se componen de dos círculos
excéntricos de radios diferentes. De este modo el día 9-6-89 tiene lugar una conjunción y algo más de medio
año después, el 27-12-89, se produce una oposición. Observamos también que el espacio gradual del Sol
recorrido entre ambas efemérides mencionadas, es de unos 95º hacia el este, lo que viene a significar que
cada conjunción u oposición de Júpiter tendrá lugar transcurridos unos seis meses y quince días desde la
conjunción u oposición inmediatamente anterior.

El planeta Júpiter forma parte de los denominados “planetas gigantes”. Planetas cuyo
núcleo está envuelto de materia gaseosa. La sustancia gaseosa puede formar un
volumen de hasta 12 veces el radio del núcleo donde se concentra la masa. En un
capítulo posterior quedará demostrado que tanto las galaxias como las nebulosas, son
y han sido, planetas “gigantes”.

27
EL PASO DE LOS COMETAS
Los “cometas”, del griego “aster kometes” (estrellas melenudas) son miembros también del sistema solar,
pero a diferencia de las estrellas y los planetas, no parecen seguir un movimiento predecible.

En 1682, apareció un cometa y Edmund Halley, un amigo de Newton, observó su camino a través del cielo.
Al repasar otros avistamientos anteriores, pensó que los cometas de 1456, 1531 y 1607 habían seguido un
camino parecido. Los cometas se habían presentado a intervalos de de 75 o 76 años.

Halley predijo que el cometa de 1682 regresaría en 1758. Efectivamente el cometa fue avistado por primera
vez el 25 de diciembre de 1758. Desde entonces este cometa es conocido como el cometa Halley.

El paso de los cometas han sido causa de temor entre la gente y de estupor para los astrónomos. Cuando se
acerca un cometa realizando una órbita parabólica, durante sus perihelios o perigeos, se observa algo
inquietante: las colas que desprenden durante su órbita de aproximación, siempre se presentan en sentido
contrario al sol.

La respuesta científica a dicho fenómeno es que se debe a la fuerza repulsiva que ejerce el viento solar.
Dicen los expertos que la fuerza repulsiva puede ser de entre 100 y 100.000 veces superior a la fuerza
gravitacional del sol. Según este dato, a cualquier persona le puede surgir una pregunta básica y elemental:
Si el viento solar tiene una fuerza repulsiva como mínimo 100 veces superior a la fuerza de
gravitación, capaz de repeler la cola de un cometa como el Halley, ¿cómo es que esta fuerza de repulsión
no da muestras de su fuerza perturbando o modificando la órbita de Mercurio?

La Última Hipótesis sobre el Universo nos ofrece la causa real del fenómeno. Observemos el gráfico, en la
página siguiente, sobre el paso del cometa Halley. El grafico superior A, describe el paso del cometa
alrededor del sol. Efectivamente vemos que la cola del cometa se encuentra SIEMPRE en sentido contrario u
opuesto al sol. Pero la realidad de lo que acontece queda reflejado en el gráfico C. Como se explica más
adelante, la energía de la Tierra se mueve con la rotación empujando o arrastrando a la Luna hacia el este.
Esta energía, cuyos efectos se prodigan también en grandes distancias, es la causa que acelera el giro
retrógrado del planeta Venus cuando se aproxima a la Tierra, la causa de que el giro del Sol sea el
equivalente al período de revolución sideral de la Luna y, como no, es la causa de empujar la cola de los
cometas hacia el este. Por otro lado, según la nueva mecánica geocéntrica -cuyos diseños orbitales se extraen
de los datos que aporta el Anuario Astronómico- cuando un planeta se aproxima a la Tierra en sentido
contrario al giro terrestre, como sucede con Marte y Venus, están obligados a realizar un pequeño bucle
orbital para alejarse a continuación. Sucede lo mismo que con las sondas espaciales: se acercan a un planeta
y ejecutan una órbita sobre el mismo para coger impulso y alejarse a otro más lejano. De ahí que cuando un
cometa se aproxima a la Tierra, queda atrapado y obligado a realizar su pequeña órbita. Esa es la razón, y no
otra, de que las colas siempre se muestren en sentido oeste-este respecto de la Tierra. Lo demás es pura
sugestión causada por la creencia de que nos movemos alrededor del Sol. Podemos comprobar también como
en el gráfico superior del modelo heliocéntrico, la cola del cometa siempre se encuentra mirando hacia el
este terrestre en todas las fechas coincidentes.

28
29
LAS GALAXIAS

Si miramos al cielo en una noche despejada de nubes, vemos los puntos luminosos de las estrellas. Y
dispersadas entre tanta estrella se encuentran unos objetos singulares: las denominadas galaxias. Una
galaxia, nos dicen, es una isla de materia en el espacio –una colección gigante de gas, polvo y millones de
estrellas-. La galaxia en la que vivimos se denomina Vía Láctea. La mayor parte de la galaxia la Vía Láctea
presenta forma de disco, y el sistema solar al que pertenece la Tierra, está situado aproximadamente a mitad
de camino con respecto al centro de la galaxia. El disco de la galaxia Vía Láctea es delgado. Cuando
acercamos o alejamos la mirada del centro del disco o en cualquier otra dirección en el plano del disco
percibimos muchas estrellas y gran cantidad de polvo y gas.

Pero, ¿qué es, en realidad, una galaxia? Para hallar la respuesta correcta no hace falta dirigir la mirada tan
lejos. De entre los planetas gigantes que componen nuestro sistema solar, hay uno que llama la atención a los
astrónomos: Saturno. Este planeta tiene la particularidad de hallarse rodeado de fragmentos de meteoritos
formando, en el plano de su ecuador, anillos o surcos. ¿Qué sucedería con estos fragmentos si la velocidad de
rotación del planeta aumentase con la distancia, tal y como teoriza el nuevo geocentrismo? Entonces la parte
más interna de los anillos seguiría la rotación del planeta acoplada con la velocidad rotacional, mientras que
la parte más externa de los anillos quedarían retrasados con respecto a la velocidad angular del giro. En otras
palabras: se formaría una espiral. Y eso es lo que ocurre con las galaxias (En el capítulo sobre “La física de
Newton: Respecto a la inercia”, se expone un ejemplo de lo que sucede con los cuerpos cercanos y lejanos al
eje de rotación, tal y como sucede en las galaxias. De hecho una galaxia espiral representa a pequeña escala
lo que acontece a nivel universal)
Recordemos lo que se decía arriba: “Si miramos al cielo en una noche despejada de nubes, vemos los puntos
luminosos de las estrellas. Y dispersadas entre tanta estrella se encuentran unos objetos singulares: las
denominadas galaxias”. Seguro que en este texto a muchos lectores se les ha pasado por alto algo
fundamental: las galaxias son elementos aislados entre la multitud de estrellas. ¿Qué significa esto? Significa
que las estrellas independientes no pertenecen ni se encuentran ligadas a galaxia alguna. Entonces, ¿a que
viene esa obsesión de anexionar el Sol a una galaxia cuando la mayoría de las estrellas se observan
independientes? La respuesta de la Ciencia es que las estrellas que observamos pertenecen a la Vía Láctea.
Sería algo así como estar dentro de espacio amplio iluminado con miles de bombillas encendidas: las
bombillas encendidas que nos rodean serían las estrellas que observamos… ¡Otra falacia argumental!
1) La luz de las bombillas encendidas impedirían la visión de lo que se encuentra más allá. 2) Si

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miramos al cielo durante una noche despejada de nubes, veremos multitud de estrellas y entre las
estrellas objetos a los que denominan galaxias.

Si el argumento científico fuese cierto, ¿cómo es posible que se fotografíe, con buena nitidez, a
una galaxia como la NGC 5128 que se encuentra, dicen, a unos 16 millones de años luz, con una
anchura de unos 30.000 años luz y no se aprecie el disco solar de una estrella que se encuentra a
tan solo 4,3 años luz? El hecho de que la galaxia tenga una anchura de 30.000 años luz, no
justifica la imposibilidad de fotografiar el disco solar de la estrella. Un simple cálculo avala mi
argumento. La nitidez del disco solar de la estrella Alfa de Centauro, tendría que ser unas
16.000.000 años luz
-------------------------------------- = 123 veces más nitidez del disco estelar
30.000 años luz · 4,326 años luz

Este dato nos indica que tendríamos que observar en Alfa Centauro un disco solar nítido y no un
simple punto de luz.

“Parecidas a los quasares son las galaxias de SEYFERT, de las cuales solo existen 3 por cada 100 galaxias.
Poseen un núcleo extremadamente brillante que impide que las regiones exteriores se pongan de
manifiesto en fotografías de corta duración”.

Nos dice la Ciencia que nuestro Sol pertenece a la galaxia denominada: Vía Láctea (El nombre de
“galaxia” fue bautizado por los antiguos griegos a una pequeña zona del cielo de color blanquecino
difuso, restos minúsculos de gas y hielo. No guardaba relación alguna con el concepto actual.
Posteriormente los romanos lo llamaron Vía Láctea)

Lo que ve usted en el gráfico siguiente es la posición del Sol dentro de la galaxia (Para mejor
comprensión, han sido exagerados los tamaños del Sol y de la Tierra). Todas las galaxias muestran
un gigantesco núcleo central luminoso que ocupa un porcentaje considerable del tamaño total de la
galaxia. Considere ahora que la Tierra, en su órbita alrededor del Sol, se encuentra en la posición
entre el Sol y el centro luminoso de la galaxia. Durante la noche, ¿ve usted alguna zona luminosa en
el cielo nocturno que le indique la situación del núcleo esférico luminoso del centro de la galaxia?
Razone que dicho núcleo luminoso, considerando la distancia al centro de la galaxia,

31
representaría entre 1.000” y 2.000” segundos de arco. (Para que se haga una idea, el Sol ocupa unos
1.900” en la distancia Tierra-Sol) Dicho de otra forma, usted debería observar durante la noche una
zona esférica iluminada en el cielo nocturno que ocuparía un espacio angular de entre ½ y 1
diámetro solar. ¿Usted lo ha visto?... Yo tampoco.

Razonamiento: El análisis sobre las galaxias crean demasiadas dudas. Una más: ¿Por qué los
telescopios son capaces de fotografiar galaxias que se encuentran a millones de años luz, y son
incapaces de fotografiar con nitidez el núcleo central de “nuestra galaxia” la Vía Láctea? ¿El
telescopio espacial Hubble puede fotografiar el núcleo esférico de una galaxia a más de
16.000.000 de años luz y resulta ineficaz para fotografiar el núcleo esférico de nuestra galaxia
que se encuentra a 4.000 años luz?... Insistir en mantener tal cúmulo de absurdos, demuestra la
incapacidad mental de quienes lo apoyan y defienden.

¿Por qué si nos encontramos dentro de una galaxia rodeados de millones de soles, solo vemos
oscuridad durante la noche? A esta pregunta los expertos acostumbran explicarlo con un argumento
muy habitual. Nos dicen: “Si viajamos en un avión durante la noche y miramos hacia una ciudad
iluminada, parece que todas las luces se encuentran concentradas, sin embargo a medida que
descendemos y nos aproximamos a la ciudad las luces se van separando unas de otras formando
puntos de luz diseminados. Lo mismo ocurre en la galaxia. Las estrellas se encuentran
diseminadas a grandes distancias las unas de las otras, por eso no vemos más luz”.

Este argumento es otra FALACIA ridícula. Se pretende confundir y engañar al lector que tiende a
creer en aquello que escribe una “personalidad” de la Ciencia. Para comprobar la ridiculez de dicho
argumento se pueden realizar varios experimentos. Para no confundir al lector utilizaré el símil del
avión. “Si viajamos en un avión durante la noche y miramos hacia una ciudad iluminada, parece
que todas las luces se encuentran concentradas, sin embargo a medida que descendemos y nos
aproximamos a la ciudad las luces se van separando unas de otras formando puntos de luz
diseminados”. ¡Claro que están diseminados! Pero resulta más que evidente que una vez tomado
tierra los pasajeros se encuentran iluminados por las luces de la ciudad, y no en completa oscuridad
como ocurre en la “ciudad” de la galaxia. Vayamos a otro ejemplo. Usted circula por una carretera a
las 12 de la noche. A su alrededor no hay más que oscuridad hasta que divisa a lo lejos una
concentración de luces de un pueblo en fiestas. A medida que se acerca a la localidad la oscuridad
comienza a desvanecerse. Minutos más tarde entra en el pueblo y la oscuridad que le acompañaba

32
durante el camino desaparece quedando relegada por la luz de los focos que iluminan las calles y las
plazas. ¿Hacen falta más ejemplos para demostrar la falsedad argumental de los científicos? Estos
ejemplos ponen de manifiesto que muchos científicos intentan enmascarar su propia ignorancia. La
respuesta está en que la naturaleza de las galaxias son de la misma naturaleza gaseosa que los
planetas gigantes: Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno… y también el Sol, con la singularidad de
hallarse rodeados de pequeños asteroides de hielo.

Dicen las teorías científicas que dentro de los núcleos galácticos puede haber un “agujero
negro”. Pero ha quedado demostrado que una galaxia es un planeta “gigante” y los planetas
“gigantes” lo son por la envoltura esférica gaseosa que rodea al núcleo. El núcleo donde se
concentra la masa del planeta, supone entre 1/6 y 1/12 parte del radio gaseoso del planeta. El
núcleo es el “agujero negro”… ¿o sería mejor llamarlo “masa oculta”? ¿Qué sucedería en
un planeta “gigante” si la atracción gravitacional del núcleo sobre la envoltura gaseosa se
viera afectada por algún fenómeno consustancial a los astros? La materia gaseosa se
desprendería de su atracción gravitacional que ejerce el núcleo y se expandiría disgregándose
por el espacio. En otras palabras: se formaría una nebulosa. De ahí que todas las nebulosas
presenten en sus centros un pequeño planeta rodeado, a gran distancia, de materia gaseosa…

¿Se puede explicar con mayor sencillez este fenómeno?

33
LA PRECESION DE LOS EQUINOCIOS
“La Tierra gira alrededor de su eje y viene a comportarse como un trompo. Según las leyes físicas, el eje del trompo no puede
seguir el momento de torsión de la Luna y el sol, sino que tiene que reaccionar en dirección perpendicular. El desplazamiento del
eje de un trompo producido por un momento externo se designa en general con el nombre de precesión. Así pues bajo la
influencia del Sol y de la Luna el eje terrestre ejecuta un movimiento semejante según una superficie cónica alrededor de la
perpendicular al plano orbital. Una oscilación completa dura 25.700 años platónicos…

Como consecuencia de la precesión varía también la posición espacial del ecuador terrestre y por consiguiente del ecuador
celeste, con lo cual también se desplazan los puntos de intersección del ecuador celeste con la eclíptica, es decir los equinoccios
de primavera y e invierno…

Sobreimpuesta a la precesión se halla la nutación, un pequeño movimiento de oscilación del eje de la Tierra. Este movimiento
proviene de que la influencia de la Luna no siempre es igual de fuerte…

Debido a la nutación, la posición del punto vernal verdadero oscila alrededor de un punto vernal medio cuyo desplazamiento solo
viene determinado por la precesión; esa oscilación es de 17,24”. La precesión de los polos celestes sufre también como es natural
oscilaciones parecidas y la inclinación de la eclíptica oscila asimismo 9,21” con el período de nutación. Pero aparte del Sol y la
Luna influyen también sobre la Tierra los planetas, lo cual conduce en último término a que la inclinación de la eclíptica varíe
periódicamente entre 21º 55´ y 24º 18´, con un período de 40.000 años.

Otro efecto de esta precesión planetaria es un desplazamiento adicional del punto vernal,
concretamente de 0,12” en sentido opuesto al de la precesión lunisolar, de modo que la
precesión general es solo de 50,26” Por la constante de precesión se entiende finalmente
la precesión lunisolar dividida por cos ε y es igual a 54,94”. (ATLAS DE
ASTRONOMIA Alianza Atlas)

Comprobamos, una y otra vez, como la Ciencia buscando respuestas a


fenómenos cuyo origen desconoce, proyecta sobre la Tierra todas las
incidencias referidas a las posiciones respectivas del punto vernal, el Sol, la
Luna y los planetas. Sin embargo la cinemática geocéntrica nos descubre
que cada segundo de giro terrestre hacia el este, el Sol se desplaza en
dirección opuesta lo equivalente a 1,2699 m/s ó 0,041068”/s en la superficie
terrestre. Dado que la cúpula estelar se desplaza a casi doble velocidad
angular que el Sol, resulta que al cumplirse el período del año trópico, la cúpula estelar o una estrella en
concreto, a punto de completar su segunda órbita le falta un tiempo para formar una conjunción superior con
el Sol. El casi es la culpable de que la cúpula estelar muestre un retraso al cumplirse la órbita solar. Para
darse la simetría total con el movimiento solar, el período estelar tendría que ser de

P geoc. – P sinód. = 32,128d – 29,5305d = 2,5975d


Luego
29,5305d - 2,5975d = 26,933d = Mes de simetría

Este período es el que tendría que tener la cúpula estelar para ser totalmente simétrico con el movimiento
angular del Sol. Con este período una estrella que comenzase su órbita en conjunción con el Sol, completaría
su segunda órbita al cabo del año trópico, por lo tanto formando una segunda conjunción superior con el Sol.

¿Qué representa en realidad la precesión? Como su propio nombre indica, algo que precede, que se adelanta
con respecto a un momento determinado. En el gráfico derecho se representa el momento en que el Sol
completa su órbita, al cumplirse el año trópico, precediendo al punto vernal o a una estrella concreta. Se
produce, por tanto, una diferencia entre el período del año sideral y el año trópico. A este retraso en
completar su segunda órbita anual de la cúpula estelar lo definen, equivocadamente, como “precesión

34
general de los equinoccios” en la creencia de que la anomalía tiene su origen
en la Tierra. Nada más lejos de la realidad. Según la nueva cinemática
geocéntrica, se pone al descubierto que la precesión de los equinoccios:
unos 50,26”/año, es el producto de la diferencia en tiempo entre el año
sidéreo y el año trópico multiplicado por los 0,041068”/s.

Año sideral = 365,25636 d = 31558150s


Año trópico=365,242198 d = 31556926s
Dif = 1.224 s · 0,041068”/s = 50,26”
De ahí que se mencione en el texto que la “oscilación completa del cono
terrestre” dure

1.296.000”
--------------- = unos 25.786 años
50,26”/año

Ahora resulta evidente que en la causa de dicho período no interviene ningún cabeceo terrestre porque no
existe tal. La causa no es otra que el retraso anual que experimenta la esfera estelar.

Otro aspecto referente a la precesión de los equinoccios que confirma estos datos lo hallamos en el
desplazamiento que sufre la franja de totalidad durante los eclipses. En la obra Astronomía (Edit. Odit.
Orbis-Fabbri) se adjunta al gráfico el siguiente texto:

“Franja de totalidad del eclipse del Sol del 24 de enero de


484 d.C. tal como resulta de los cálculos informáticos
modernos, utilizando el TD. Las crónicas de la época
refieren que, en Atenas, el Sol fue completamente ocultado
por la Luna poco después del alba; sin embargo, la franja de
totalidad calculada aparece desplazada hacia el oeste en
más de 20 grados, lo cual equivale a cerca de 1hora y 24
minutos (15º = 1h). Así pues, esta es la diferencia entre el
Tiempo Dinámico y Tiempo Universal al final del siglo V
después de Cristo”

Pues bien, “para ese viaje no hacen falta tantas alforjas”.


¿Hace falta echar mano de la tecnología informática para hallar la respuesta a este fenómeno?
Evidentemente, no. Considerando que los datos mencionados fueron recopilados 3 o 4 años antes de la
edición y comercialización de la citada obra, que tuvo lugar en el año 1992, la respuesta es la siguiente:

1h 24m = 75.600”
50,26”/año = ------------------------------
(Año 1988 – 484 a.d.C.)

Una prueba más. Hemos argumentado arriba que el mes de simetría debería tener un período de unos
26,933d. La diferencia con el período sideral es de (27,32166d – 26,933d) 33.580s. Luego

√ (33.580s · 0,041068”/s) = (50,26” + 0,12”) – (5,741” · 2 + 1,77”)


0,12” = desplazamiento adicional del Punto Vernal.
5,741” = precesión anual en el perihelio de Mercurio.
1,77” = desviación de la luz estelar en la cercanía del Sol.

35
En otro capítulo quedará demostrado que el valor de la precesión general = aberración estelar + avance en el perihelio
de Mercurio + desviación de la luz estelar al pasar cerca del Sol.

4ª cuestión a la que debe contestar la Ciencia ¿Por qué el


nuevo geocentrismo descubre el origen de la precesión anual
y ofrece la respuesta tan clara y contundente a los valores
angulares de la precesión?

36
ISAAC NEWTON
Según una famosa leyenda, Isaac Newton, sentado bajo un manzano, meditaba sobre la fuerza que mueve a
los astros en el cielo, cuando vio caer una manzana al suelo. Este suceso tan trivial fue para él la clave del
problema que le intrigaba: se dio cuenta de que el movimiento de los cuerpos celestes es regido por la
misma fuerza que atrae una manzana al suelo: la fuerza de la gravedad. Newton descubrió que la
gravitación es un fenómeno universal que no se restringe a nuestro planeta. Aun siendo poco veraz, esta
leyenda ilustra uno de los acontecimientos que señalan el nacimiento de la ciencia moderna: la unión de la
física celeste con la física terrestre.

Antes de Newton, nadie había sospechado que la gravitación es un fenómeno inherente a todos los cuerpos
del Universo. Muy por el contrario, durante la Edad Media y aun hasta tiempos de Newton, se aceptaba el
dogma de que los fenómenos terrestres y los fenómenos celestes son de naturaleza completamente distinta.
La gravitación se interpretaba como una tendencia de los cuerpos a ocupar su "lugar natural", que es el
centro de la Tierra.

En el siglo XVI, Copérnico propuso un sistema heliocéntrico del mundo según el cual los planetas,
incluyendo la Tierra, giraban alrededor del Sol. El modelo de Copérnico describía el movimiento de los
astros con gran precisión, pero no ofrecía ningún indicio del mecanismo responsable de ese movimiento. La
obra de Copérnico fue defendida y promovida apasionadamente por Galileo Galilei. Además de divulgar la
hipótesis heliocéntrica, Galileo encontró nuevas evidencias a su favor realizando las primeras
observaciones astronómicas con un telescopio; su descubrimiento de cuatro pequeños astros que giran
alrededor de Júpiter lo convenció de que la Tierra no es el centro del Universo. Galileo también fue uno de
los primeros científicos que estudiaron la caída de los cuerpos, pero es una ironía de la historia el que
nunca sospechara la relación entre la gravedad y el movimiento de los cuerpos celestes. Al contrario, creía
que los planetas se movían en círculos por razones más estéticas que físicas: el movimiento circular le
parecía perfecto y estable por ser idéntico a sí mismo en cada punto.

Kepler, contemporáneo de Galileo, descubrió que los planetas no se mueven en círculos sino en elipses y
que este movimiento no es arbitrario, ya que existen ciertas relaciones entre los periodos de revolución de
los planetas y sus distancias al Sol, así como sus velocidades. Kepler plasmó estas relaciones en sus famosas
tres leyes. Una regularidad en el movimiento de los planetas sugería fuertemente la existencia de un
fenómeno universal subyacente.

Es justo mencionar que, antes de Newton, el intento más serio que hubo para explicar el movimiento de los
planetas se debe al científico inglés Robert Hooke, contemporáneo de Newton. En 1674, Hooke ya había
escrito:

...todos los cuerpos celestes ejercen una atracción o poder gravitacional hacia sus centros, por lo
que atraen, no sólo, sus propias partes evitando que se escapen de ellos, como vemos que lo hace
laTierra, sino también atraen todos los cuerpos celestes que se encuentran dentro de sus esferas de
actividad.*

Sin esa atracción, prosigue Hooke, los cuerpos celestes se moverían en línea recta, pero ese poder
gravitacional curva sus trayectorias y los fuerza a moverse en círculos, elipses o alguna otra curva.

Tal era el panorama de la mecánica celeste cuando Newton, alrededor de 1685, decidió atacar el problema
del movimiento de los planetas utilizando un poderosísimo formalismo matemático que él mismo había
inventado en su juventud —el cálculo diferencial e integral— logró demostrar que las tres leyes de Kepler
son consecuencias de una atracción gravitacional entre el Sol y los planetas. Como corolario de esta
proposición, Newton descubrió que la fuerza de atracción entre dos cuerpos es proporcional a sus masas e

37
inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que los separa. Durante 1687 publica su famosa
obra Philosophiae Naturalis Principia Mathematica; la física teórica había nacido.

La gravitación es el cemento del Universo. Gracias a ella, un planeta o una estrella mantiene unidas sus
partes, los planetas giran alrededor del Sol sin escaparse, y el Sol permanece dentro de la Vía Láctea. Si
llegara a desaparecer la fuerza gravitacional, la Tierra se despedazaría, el Sol y todas las estrellas se
diluirían en el espacio cósmico y sólo quedaría materia uniformemente distribuida por todo el Universo.
Afortunadamente, la gravedad ha permanecido inmutable desde que se formó el Universo y es una
propiedad inherente a la materia misma.

Con el fin de divulgar su obra, Laplace escribió una versión condensada de la Mecánica celeste, que publicó
en 1793, año IV de la República Francesa, con el título de El sistema del mundo. En este libro explicaba las
consecuencias de la gravitación universal, no sólo para la estabilidad del Sistema Solar, sino incluso para
su formación a partir de una nube primordial de polvo y gas.

En un pasaje de este libro, Laplace llamó la atención de sus lectores sobre el hecho de que, a lo largo de la
historia, muchas estrellas habían aparecido súbitamente y desaparecido después de brillar
esplendorosamente durante varias semanas:

Todos estos cuerpos vueltos invisibles, se encontraban en el mismo lugar donde fueron observados,
pues no se movieron de ahí durante su aparición; existen pues, en los espacios celestes, cuerpos
oscuros tan considerables y quizás en cantidades tan grandes, como las estrellas. Un astro
luminoso de la misma densidad que la Tierra y cuyo diámetro fuera doscientos cincuenta veces más
grande que el del Sol, debido a su atracción no permitiría a ninguno de sus rayos llegar hasta
nosotros; es posible, por lo tanto, que, por esa razón, los cuerpos luminosos más grandes del
Universo sean invisibles.

Las estrellas invisibles a las que se refiere Laplace son principalmente las que ahora llaman supernovas.
Dicen los expertos que después de estallar una supernova, arroja gran parte de su masa al espacio
interestelar y, su núcleo que permanece en el lugar de la explosión, se vuelve ... ¡un cuerpo oscuro!

El razonamiento que llevó a Laplace al concepto de un cuerpo que no deja escapar la luz es
bastante simple. Sabemos por experiencia que un proyectil arrojado verticalmente hacia arriba
alcanza una altura máxima que depende de la velocidad con la que fue lanzado; mientras mayor
sea la velocidad inicial, más alto llegará antes de iniciar su caída. Pero si al proyectil se le
imprime una velocidad inicial superior a 11.5 kilómetros por segundo, subirá y no volverá a caer,
escapándose definitivamente de la atracción gravitacional terrestre. A esta velocidad mínima se
le llama velocidad de escape y varía, de un planeta o estrella, a otro.

El argumento que condujo a Laplace a postular la existencia de cuerpos oscuros, es que un


cuerpo pueda ser tan masivo o tan compacto que la velocidad de escape de su superficie sea
superior a la velocidad de la luz. En ese caso, se podría pensar que los rayos luminosos no
escapan de ese cuerpo”

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SOBRE LA FISICA DE NEWTON
Respecto a la ley de inercia

Si sobre una superficie plana de cristal en posición horizontal, colocamos una bolita de acero y si a
continuación desplazamos la superficie horizontal lentamente, la bolita se moverá a la par con la superficie,
si ahora desplazamos la superficie con mayor velocidad, la bolita ya no seguirá su movimiento, comenzará a
quedarse rezagada con respecto al desplazamiento, y si ahora movemos la superficie con mucha velocidad, la
bolita permanecerá en su sitio: rodará en dirección contraria al desplazamiento intentando mantenerse en su
posición original. Este fenómeno podemos experimentarlo también utilizando una mesa giratoria: colocamos
dos bolitas sujetas con un hilo al

centro de la mesa, una bolita la colocamos cerca del eje central del giro y la otra cerca del borde exterior. Si
hacemos girar la mesa lentamente de A, a B, las dos bolitas girarán con la mesa, si desde la posición inicial
aumentamos la velocidad angular de giro, la bolita colocada en las cercanías del eje se moverá un poco más
lenta que la velocidad angular de la mesa y la bolita más alejada del eje, se ralentizará todavía más, y si
desde la posición inicial giramos la mesa con mucha velocidad la bolita cercana al eje se moverá con lentitud
siguiendo la rotación de la mesa y la bolita más alejada del centro, tenderá a permanecer en su posición
inicial.

Este experimento, que podemos realizar en nuestro hogar, nos descubre un aspecto importante: cuando
giramos la mesa con velocidad angular rápida, solo los objetos cercanos al eje son receptivos de seguir el
movimiento circular en el sentido de la rotación, mientras que los objetos más alejados se mantienen en sus
posiciones iniciales . Las conclusiones de este experimento, se ven reflejadas en la relación de la Tierra con
la Luna , el Sol, los planetas y las estrellas. Y también, por supuesto, en cada Saturno-galaxia a grandes
distancias, donde la decreciente energía rotacional de la Tierra, libera el freno a la velocidad natural de
rotación de los planetas. Este fenómeno explica el por qué se captan estrellas de neutrones: rocas que
giran a gran velocidad emitiendo los reflejos de la luz solar. La energía de la Tierra, que se mueve con la
rotación terrestre, se comporta como la mesa giratoria: el eje central representaría a la Tierra, la Luna como
la bolita cercana al eje y el Sol, los planetas y las estrellas como las bolitas más alejadas.

Respecto al principio de la fuerza

Dice Newton que: (1) Una fuerza neta que actúa sobre un objeto puede hacer que aumente su velocidad, o si
está en dirección opuesta a la del movimiento, reducirá su velocidad. Si la fuerza neta obra de un lado
sobre el objeto en movimiento, cambia la dirección y la magnitud de la velocidad. Así una fuerza neta
origina una aceleración..

(2) ¿Cuál es, entonces, la relación entre aceleración y fuerza? Pensemos en la fuerza necesaria para
empujar un carro de la compra cuya fricción es mínima. Si se empuja el carro con una fuerza suave pero
constante durante determinado tiempo, se hará acelerar el carro desde el reposo hasta determinada
velocidad, digamos 5 km/h. Si el empuje es el doble de fuerte, se verá que alcanzará los 5 km/h en la mitad
del tiempo. O sea, la aceleración será el doble. Si se triplica la fuerza la aceleración será el triple y así
sucesivamente. Por lo tanto, la aceleración de un cuerpo es directamente proporcional a la fuerza neta

39
aplicada. Pero la aceleración también depende de la masa del objeto. Si se empuja un carro vacío con la
misma fuerza que un carro lleno, comprobamos que acelera con mayor rapidez. La relación matemática,
como decía Newton, es que la aceleración de un cuerpo es inversamente proporcional a su masa. Se ha visto
que esas relaciones tienen vigencia general, y se pueden resumir como sigue:

La aceleración de un objeto es directamente proporcional a la fuerza neta que actúa sobre él, e
inversamente proporcional a su masa. La dirección de la aceleración es la misma fuerza aplicada.

Cuya ecuación más empleada es


F=ma

Sobre el movimiento circular

(3) Un objeto que se mueve en un círculo a velocidad constante v se dice que tiene movimiento circular
uniforme. La magnitud de la velocidad permanece constante en este caso, pero la dirección de ella cambia
de forma continua, al moverse el objeto por el círculo. Como demostración matemática, un objeto que se
mueve en un círculo de radio r con velocidad constante v tiene una aceleración cuya dirección es hacia el
centro del círculo.

(5) Según la segunda ley de Newton (F =ma), un objeto que acelera debe tener una fuerza neta actuando
sobre él. Un objeto que se mueve en un círculo, como por ejemplo una pelota en el extremo de un cordón ,
debe, por lo tanto, tener una fuerza aplicada a él, para mantenerlo en ese círculo. La magnitud de la fuerza
necesaria se puede calcular empleando la segunda ley de Newton, F = ma, empleando la aceleración
centrípeta ac = v2/r y F debe ser la fuerza total.

Comentario: Pero además de la fuerza centrípeta, la mano que sujeta el cordón debe girar
para arrastrar la pelota en círculo. De otro modo la pelota quedaría suspendida del cordón
y quieta. Se comprende, por tanto que además de la fuerza centrípeta, debe existir otra
fuerza que actúe de forma tangencial, culpable de que un astro como la Luna se mueva en
su órbita, además de otros fenómenos que se observan en los planetas.

(6) Cuentan los historiadores que Newton se inspiró en la caída de una manzana para determinar la
magnitud del efecto gravitatorio que ejerce la Tierra sobre la Luna, en comparación con el efecto sobre los
objetos en la superficie terrestre. En la superficie de la tierra, la fuerza de la gravitación acelera los objetos
a 9,8 m/s2. Como la Luna se mueve en trayectoria casi circular, la aceleración se puede calcular con la
ecuación ac = v2/r, y encontramos que ac = 0,00272 m/s2. En términos de la aceleración de la gravedad en
la superficie terrestre g, esto equivale a
1
ac = ---------- g
3600

Con respecto a la nueva distancia y velocidad orbital de la Luna(1), la aceleración de la Luna es de

acL = v2/r = (576,6 m/s)2/254.700.000 m = 0,001305 m/s2

Por consiguiente
g
√ (----------- ) = rT2 = ± 86,6r2
acL

Según estos radios que se aplican a la Luna, su velocidad sería de unos 1.250m/s, velocidad que elevada al
14
cuadrado y multiplicada por el radio, produce el mismo resultado que el producto : MT · G = 3,989 · 10

40
(1) Luego comprobaremos que a esta velocidad orbital, causada por la energía rotacional de la Tierra,
hay que añadirle otros conceptos.

Sobre la gravitación universal

(7) Equivalencia , esta, similar al cuadrado de los radios terrestres en la distancia Tierra-Luna: 60,26 r. Por
lo tanto, Newton se dio cuenta que la fuerza de gravedad sobre un objeto no solo depende de la distancia,
sino también de la masa del cuerpo. De hecho es directamente proporcional a su masa. Según la tercera ley
de Newton, cuando la Tierra ejerce su fuerza de gravitación sobre un objeto como la Luna, ese objeto ejerce
una fuerza igual y opuesta sobre la Tierra. Debido a esa simetría la magnitud de la fuerza de gravedad debe
ser proporcional a las dos masas. Entonces
m1 m2
F ∞ ------------
r2
donde m1 es la masa de la Tierra y m2 la masa del otro objeto, y r la distancia del centro de la Tierra al
centro del objeto.

(8) Newton dio un paso más en su análisis de la gravedad. Examinando las órbitas de los planetas, llegó a la
conclusión de que la fuerza necesaria para sujetar a los planetas en sus órbitas alrededor del Sol también
parecen disminuir según el inverso del cuadrado de sus distancias al Sol. Esto lo llevó a creer que también
la fuerza de gravitación es la que actúa entre el Sol y cada uno de los planetas para mantenerlos en sus
órbitas. Y si la gravedad actúa entre esos objetos, ¿por qué no entre todos los objetos? Por ello propuso su
famosa ley de la gravitación universal, que podemos enunciar como sigue:

Toda partícula en el universo atrae a cualquier otra partícula con una fuerza que es proporcional al
producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre ellas. Esa fuerza
actúa a lo largo de la línea que une las dos partículas.

La magnitud de la fuerza de la gravitación se puede escribir como sigue:

m1 m2
F= G ---------------
r2
donde G es una constante universal que se debe medir experimentalmente, y que resulta ser de

G = 6,6732 x 10 -11 N m2/kg2

Hasta que se midió G no se conocía la masa de la Tierra, pero una vez determinada se pudo calcular la masa
terrestre.

Como g = 9,806 m/s2, entonces


g rT2 (9,806 m/s2) rT2
masa Tierra = -------- = -------------------------------------- = 5,978 · 1024 kg
G 6,6732 ·10-11 N · m2/kg2

NOTA: G es una fuerza que actúa a lo largo de la línea que une los dos cuerpos, se trata, por tanto, de una
fuerza centrípeta.

41
LA NUEVA FÍSICA GEOCÉNTRICA

Este capítulo va dedicado a los grandes investigadores de la Historia. Y cuando digo


grandes, me estoy refiriendo a todos los investigadores, anónimos o conocidos, que han
dedicado sus vidas en la búsqueda de la Verdad. Investigadores sin cuyas aportaciones a
la Ciencia de la Astronomía y de la Física, no habría sido posible elaborar este documento.
Mi reconocimiento y homenaje a todos ellos.

Nadie pone en duda el trabajo científico de Newton aplicado a la mecánica de los astros. Durante tres siglos
sus leyes han sido consideradas iconos de la Ciencia. Sus conocidas leyes fundamentales, junto con la ley de
la gravitación universal, se han visto corroboradas asumiendo pequeños errores. Sin embargo existe otra
forma teórica de explicar el movimiento universal de los astros con mayor sencillez y no menos rigor .
Sencillez porque la comprensión del Universo no requiere de profundos conocimientos matemáticos,
facilitando su comprensión a una gran mayoría social, en oposición al sector limitado y cerrado que
conforma la comunidad científica en la actualidad. Rigor porque las conclusiones que se desprenden de esta
nueva física no solo responden a la mecánica de los planetas, sino también a la mecánica de las estrellas. La
nueva física, del nuevo sistema geocéntrico, abarca la globalidad universal.

EL VALOR DE LA CONSTANTE GRAVITACIONAL

La ley sobre la gravitación universal requería de una constante para su efectividad y aplicación. Durante el
siglo XVIII, el físico inglés Cavendish, se propuso hallar el valor de dicha constante. Para intentar
descubrirla ideó un artilugio denominado "balanza de extorsión" compuesto de una barra con una esfera de
plomo en cada extremo y suspendida en su centro por una fibra. Frente a cada esfera de plomo se sitúa otra
esfera de mayor masa. Al acercarse las esferas de plomo a las de mayor masa, se produce una torsión en la
fibra. Midiendo el ángulo girado se determina la fuerza entre los centros de las masas.

El gráfico representa lo que realmente acontece durante el experimento de Cavendish. En dicho


experimento, A, se comprueba la fuerza de atracción de ambas masas en dirección hacia sus centros. Es
como si las dos esferas estuvieran colgadas, C, sin mediar presión alguna sobre las esferas. Sin embargo han
pasado por alto que la superficie terrestre es otra esfera, con lo cual al determinar el valor de G se
olvidan de que el valor hallado está condicionado por la fuerza centrípeta que la “esfera” terrestre, B, ejerce

42
sobre ambas masas esféricas utilizadas en el experimento. Sucede algo así como si por el centro de cada
esfera, D, se hubiera pasado un cordel elástico sujeto al techo y al suelo. En este caso la fuerza de atracción
entre el centro de las esferas se ve mermado por la presión o fuerza que se ejerce sobre ambas esferas, en
dirección perpendicular a la atracción entre sus centros. Según el ejemplo, las esferas son atraídas hacia el
centro de la Tierra con una fuerza de 0,03373 N y que surge de

2π rad
2
fc = (-------------- ) · 6.378.198 metros = 0,03373 N(*)
86.460s
O de
(veloc. rotación terrestre)2
fc = ----------------------------------------- = 0,03354 N
6.378.198 metros

(*) Esta fuerza centrípeta surge de utilizar el período de rotación terrestre según el día solar.
6.378.198 m = radio ecuatorial terrestre
Veloc. rotación terrestre geocéntrica = 462,5657m/s

De ahí que
4 · π2 · mT · radio T
F = --------------------------- = mT · accT
86.400s2 = T2

Pero, ¡ ATENCIÓN ! la fuerza centrípeta de la Tierra se relaciona con otra


magnitud de fuerza que han pasado por alto los científicos y sobre la que
Laplace basó el argumento que le llevó a postular la existencia de la materia
oscura: la velocidad de escape en la Tierra: ± 11.229 m/s.
Como escribe I. Asimov: “Si un objeto es lanzado desde la Tierra hacia arriba, la fuerza de la gravedad va
aminorando gradualmente el empuje del objeto hacia arriba, hasta determinar, primero, una detención
momentánea, y luego su caída. Si la fuerza de la gravedad fuese la misma durante todo el recorrido, la
altura alcanzada por el objeto sería proporcional a su velocidad inicial; es decir, que lanzado a más de 3
kms /hora, alcanzaría una altura 4 veces superior a la que conseguiría si fuese lanzado a solo 1600m/hora.

Pero, como es natural, la fuerza de la gravedad no permanece constante, sino que se debilita lentamente
con la altura (Para ser exactos, se debilita de acuerdo con el cuadrado de la distancia a partir del centro de
la Tierra) Por ejemplo, si disparamos hacia arriba un objeto a la velocidad de 1.600
m/s, alcanzará una altura de 129 kms antes de detenerse y caer. Y si disparásemos el
mismo objeto a 3.200 m/s, se elevaría a una altura 4 veces mayor.

Dada una velocidad centrífuga de 10 kms/s, un objeto ascenderá hasta los 41.500
kms de altura… Puede calcularse que un objeto lanzado a la velocidad inicial de
11.230 m/s no caerá nunca a la Tierra”

Cuya velocidad de escape surge, entre otras demostraciones, de:

mT · 2 · G
vE = √ (------------------) = 11.229 m/s
rT

En efecto, esta velocidad de escape, vE, se realiza en oposición a la fuerza centrípeta terrestre. De lo cual
se infiere que la velocidad de escape representa una fuerza que debe vencer a otra fuerza
contraria: la fuerza centrípeta de la Tierra, fc. Por consiguiente

43
0,03373 N/kgm
G = -------------------------
(2 ·11.229 m/s )2
Si consideramos que dicha velocidad de escape se produce en sentido contrario y opuesto a la fuerza
centrípeta terrestre, podríamos decir, por tanto, que es una fuerza que actúa en sentido contrario a la
aceleración de la gravedad. Luego demostraremos la relación entre estas magnitudes: la aceleración de la
gravedad, la velocidad de escape y la fuerza centrípeta de la Tierra.

Por otro lado conocemos que la velocidad orbital de los satélites artificiales terrestres, vS, alcanzan una
velocidad orbital máxima de unos 7.900 m/s. En base a estos datos
2 2 2
rT · vS · (2 · vE) veloc. helioc. Luna · radio
24
M T = ----------------------------- = ------------------------------------ = ± 5,979 · 10 kg.
fc G
rT = radio ecuatorial terrestre
fc = fuerza centrípeta terrestre sobre 1 kgm/s = 0,03373 N (día solar); 0,03354 N (día geoc.); 0,0339 N (día sideral)

Comprobamos como la fuerza centrípeta terrestre fc, toma el lugar de G.

La constante de la gravitación universal, hallada por Cavendish, no es sino el reflejo


minúsculo de las fuerzas que concurren sobre la superficie de la Tierra.

5ª cuestión que debe ser contestada por la Ciencia. ¿Por


qué la conjugación de la velocidad de escape y la
aceleración centrípeta nos descubre el valor de la
gravitación “universal”?

44
EL VALOR DE LA ACELERACIÓN DE LA GRAVEDAD
La aceleración de la gravedad hay que contemplarla desde la realidad de una Tierra con movimiento de
rotación. La caída libre de los cuerpos sobre la superficie terrestre, muestran una caída en vertical, cuando en
realidad no ocurre así. Lo que sucede es que la velocidad tangencial de la rotación terrestre, se acopla con la
caída de los cuerpos de tal forma y exactitud que hace posible la vida en la Tierra. Lo que acontece cuando
cae un objeto se representa en el gráfico. El objeto inicia su caída desde una altura apróximada de 5 metros.
El observador se encuentra a los pies del edificio esperando la caída del objeto. Como la Tierra está girando
a razón de unos 463m/s. en el ecuador, una vez transcurrido 1/3s, 2/3s y 1s., el objeto tocará el suelo delante
del observador. Durante 1 segundo, el observador, el objeto cayendo tangencialmente, y la superficie de la
Tierra que contiene al edificio, habrán recorrido los 463m/s de giro terrestre. Este fenómeno cotidiano, que
pasa desapercibido para las personas, se produce en las caídas de los objetos en cualquier dirección cardinal.

Pues bien, según la aceleración de la gravedad establecida, los objetos tardan 1 segundo en tocar el suelo en
caída libre desde unos 4,9 m altura. Sin embargo hay datos que me tienen intrigado. Vuelvo a repasar los
temas sobre esta materia y observo que existen divergencias entre los distintos autores al tratar sobre la
caída libre. Para trasladar al lector el motivo de mis dudas, repasemos el desarrollo del método
experimental sobre la búsqueda de la aceleración de la gravedad. Para ello recordemos las palabras del
precursor experimental, Galileo, según el texto de “El universo de Newton y de Einstein”, Enrique L.
Dóriga, Edit. Herder:

“Tomamos un armatoste de madera o caballete de unos 12 codos de longitud, medio codo de anchura y un
grosor de 3 dedos. En su borde tallamos un canal algo más ancho que el largo de un dedo. Hicimos una
ranura muy recta, lisa y pulida y la forramos con un pergamino tan liso también y tan pulido como nos fue
posible. Hicimos rodar entonces a lo largo de ella una pesada bola de bronce, muy lisa y perfectamente
redonda. Colocamos esta tabla en una posición inclinada con uno de sus extremos elevado uno o dos codos
por encima del otro y, como acabo de decir, dejamos rodar la bola, anotando (del modo que enseguida diré)
el tiempo empleado para descender. Repetimos el experimento varias veces a fin de medir el tiempo con una
exactitud tal que la diferencia entre dos observaciones no excediese nunca de un décimo de un latido del
pulso. Realizado el experimento y asegurados de su confiabilidad, hicimos entonces rodar la bola solamente
un cuarto de la longitud del canal. Medimos el tiempo y resultó exactamente la mitad que el anterior.
Después probamos con otras distancias, comparando el tiempo necesario para recorrer toda la longitud
con el requerido para recorrer la mitad o los dos tercios o los tres cuartos o cualquier otra fracción. En
estos experimentos, repetidos un centenar de veces, encontramos que los espacios recorridos guardaban
entre sí la misma proporción que los cuadrados de los tiempos, y que esto era verdad para cualquier
inclinación del plano, es decir, del canal a lo largo del cual dejábamos rodar la bola. También observamos
que los tiempos de bajada, según las varias inclinaciones del plano, guardaban entre sí precisamente
aquella relación que, como veremos después, el autor había predicho y demostrado.

45
Para medir el tiempo empleamos un gran recipiente de agua colocado en alto. Al fondo de este recipiente
unimos un tubo de pequeño diámetro que nos proporcionaba un delgado chorro de agua, y que lo
recogíamos en un vaso pequeño durante el tiempo de cada descenso a lo largo de todo el canal o de una
parte de él. Después de cada descenso pesábamos el agua recogida mediante una balanza muy precisa. Así
las diferencias y relaciones de los pesos nos daban las diferencias y relaciones de los tiempos con tal
exactitud que esta operación fue repetida muchas, pero muchas veces, y nunca hubo discrepancias
apreciables en los resultados”

Vamos a imitar los pasos de Galileo. Supongamos que tenemos un plano inclinado, que forma un ángulo de
30º con el suelo y mide 30 m de longitud (Ver página siguiente). Dejamos rodar por él una bola pesada y
medimos los tiempos empleados en recorrer toda la longitud del plano inclinado, dos tercios de ella y
finalmente un tercio. Obtenemos los siguientes valores:

s3 = 30m; t3 = 3,5 seg.


s2 = 20m; t2 = 2,9 seg.
s1 = 10m; t1 = 2,0 seg.
2
Si la hipótesis s = kt es verdadera, debe cumplirse
s1 s2 s3
k = ------- = -------- = --------
2 2 2
t1 t2 t3
En efecto:
s1 10 s2 20 s3 30
------ = ------- = ------- = --------- = ------- = -------- = 2,45m
2 2 2 2 2 2
t1 2,0 t2 2,9 t3 3,5

La expresión del camino recorrido, s, en función del tiempo es:


2
s = 2,45m t

2
De acuerdo con la figura , Galileo observó que la aceleración a1 de la bola vale a1 = a sen α t

Luego
k 2,45m
2
a sen α = ------------ = ----------- = 4,9m * seg
sen α 0,5

Desde que Galileo dejara escrito el desarrollo de sus experimentos sobre la caída de los cuerpos, la Ciencia
ha hecho suya la formulación general
2 2
Caída de los cuerpos = 4,9m sen α t ….. ó 4,9m t para la caída libre

Parece que todo está en orden… pero solo lo parece. Tomamos ahora la obra “FÍSICA, Douglas C. Giancoli,
Edit. PRENTICE HALL”. En el capítulo de dicha obra que trata sobre “Movimiento y fuerza: dinámica”, se
exponen muchos problemas para su realización. Entre todos ellos hay uno que, por su afinidad con el
experimento que hemos citado, cuestiona, en parte, las conclusiones del mismo. El problema planteado
(gráfico inferior) es el siguiente:

“El esquiador de la fig. 4-28a acaba de iniciar un descenso con inclinación de 30º . Suponiendo que el
coeficiente de la fricción cinética es 0,10, calcule su aceleración, y la velocidad que alcanzará a los 6,0 seg.

SOLUCION. El diagrama del cuerpo libre de la fig. 4-28b muestra todas las fuerzas que actúan sobre el
esquiador: su peso (Fg = mg) hacia abajo, y las dos fuerzas que la nieve ejerce sobre sus esquíes: la fuerza

46
normal, perpendicular a la superficie de la nieve, y la fuerza de fricción, paralela a ella. Esas tres fuerzas se
muestran actuando en un punto, solo por comodidad. También por comodidad escogemos el eje x como
paralelo a la superficie de la nieve, con la dirección positiva cuesta abajo, y el eje y, perpendicular a la
superficie. Entonces solo tenemos que resolver un vector, el peso, en sus componentes. Los componentes del

peso se indican como líneas de puntos en la figura 4-28c; nótese que


ángulo es θ y el motivo por el que aparece en el diagrama. Las fuerzas son

F gx = mg sen θ,
F gy = mg cos θ

Primero aplicamos la segunda ley de Newton a la dirección y:

FN - mg cos θ = may = 0

porque no hay movimiento en la dirección y. Así,

FN = mg cos θ,

En dirección x, Fx = max da como resultado:

mg sen θ – µk FN = max
mg sen θ – µk mg cos θ =max

Hay m en cada término, y por ello se pueden omitir. Entonces:

ax = g sen 30º - µkg cos 30º


= [0,50 – (0,10)(0,866)] g
= 0,41 g

La aceleración es 0,41 veces la aceleración de la gravedad, lo cual es, en


2 2
números, a = (0,41)(9,8m/s ) = 4,0 m/s . Es interesante que la masa se simplificó y así, la aceleración no
depende de la masa.

Se calcula la velocidad a los 6 segundos


2
v = v0 + at = 0 + (4,0m/s )(6,0 s) = 24 m/s

para lo cual hemos supuesto un arranque desde el reposo”

En el desarrollo de la Solución, vemos que a la caída del esquiador por el plano inclinado, al seno de 30º se
le resta el producto del coeficiente de fricción cinética por el coseno de 30º. Si todos los cuerpos caen en
orden a la aceleración de la gravedad, ¿por qué a la caída del esquiador se le aplica la fricción cinética
cos 30º y al experimento de Galileo, no?

Otro problema que plantea Douglas C. Giancoli, dice así:

“Supongamos que dejamos caer una pelota desde una torre de 70 m de altura ¿Hasta qué altura habrá
caído al transcurrir 1, 2 y 3 segundos?

47
2 2
Solución: Después del primer segundo: ½ (9,8m/s )(1 s) = 4,9m
2 2
Después del segundo: ½ (9,8m/s )(2 s) = 19,6m
2 2
Después del tercero: ½ (9,8m/s )(3 s) = 44,1m”

Hasta aquí el problema de Giancoli. Ahora bien, si sumamos los metros recorridos durante los tres segundos
de caída, obtenemos un total de 68,6 m. Luego, 70 – 68,6 = 1,4 metros que faltan. ¿Por qué no se ajusta la
altura a la suma de cada fracción de tiempo? La respuesta sería correcta si en vez de 4,9m, se utilizasen 5m.
Entonces
2 2
Después del primer segundo: ½ (10m/s )(1 s) = 5m
2 2
Después del segundo: ½ (10m/s )(2 s) = 20m
2 2
Después del tercero: ½ (10m/s )(3 s) = 45m

En total: 5 + 20 + 45 = 70 metros.

Continuando con el planteamiento de la torre, queremos saber, aplicando el valor de 5m., cuantos metros
caen durante un segundo fraccionado en ¼ , ½ , ¾ y 1
2 2
Al cabo de ¼ de segundo: ½ (10m/s )(0,25 s) = 0,3125m
2 2
Al cabo de ½ de segundo: ½ (10m/s )(0,5 s) = 1,25m
2 2
Al cabo de ¾ de segundo: ½ (10m/s )(0,75 s) = 2,8125m
2 2
Al cabo de 1 segundo: ½ (10m/s )(1 s) = 5m

Total de los metros que han caído en 1 segundo: 0,3125 + 1,25 + 2,8125 + 5 = 9,375 m

Los metros que han caído se relacionan con la nueva aceleración de la gravedad

9,375m
√(---------------------)
2
2
5m/s = -------------------------
sen30º cos30º

Si repetimos esta prueba con el valor tradicional de 4,9m, obtenemos un total de unos 9,1875m.

Según este proceso, los metros que surgen aplicando el valor tradicional de caída de los cuerpos, es

2 2
(4,9m/s sen30º cos30º) · 2 = 9m

Sin embargo los metros caídos durante la fracción de un segundo eran de 9,1875. Observamos que este valor
es el promedio de los metros caídos aplicando 5m/s y los metros caídos aplicando 4,9m/s. De este modo

(9,375m/s + 9m/s) /2 = 9,1875m

Si en un segundo, aplicando el valor tradicional de la aceleración, la suma de los metros que han caído al
fraccionar 1 segundo nos da un total de 9,1875m, tal y como sucede en el problema de la torre, en todo este
asunto hay algo que no cuadra. Es cierto que al cabo de 1 segundo han caído 5m, pero ello tiene que ser
como resultado de las sumas en las fracciones de la unidad. Estamos, pues, ante una contradicción.
Si durante el primer segundo los cuerpos en caída libre recorren 4,9 m desde el reposo, resulta evidente que
el valor real de la caída libre, tiene que ser tal que sumados los recorridos en las fracciones de
segundo, más el valor de la aceleración, sumen 4,9 m ó 5m. Averigüemos donde se produce el error.

48
Dado que la caída de un cuerpo está originada por una atracción centrípeta, resulta razonable pensar que en
la caída de los cuerpos tiene que intervenir la aceleración centrípeta de la Tierra. Si es así, ¿en qué forma
interviene? Supongamos, solo supongamos, que al sen 30º le añadimos el valor de la aceleración centrípeta
de la Tierra. Entonces
2
5m · (sen 30º + 0,03373 N) = 2,66865 m/s + fracciones/seg.

Realizamos la prueba sobre las fracciones de un segundo y… ¡Eureka! La suma total es igual a

¡¡ 5m/primer seg !! = nueva aceleración de la gravedad


Con lo cual resulta evidente la relación entre la aceleración de la gravedad y la fuerza
centrípeta de la Tierra.

6ª cuestión que debería ser contestada por la Ciencia.


¿Por qué el valor tradicional de la aceleración de la
gravedad no se ajusta a la caída real de los cuerpos, tal y
como lo hace el nuevo valor geocéntrico?
¿Cuál es la causa que origina la diferencia entre el valor tradicional de la aceleración de la gravedad y el que
hemos hallado? En primer lugar
2 2
2,45 m/s 2,45 m/s
2
2,66865 m/s = --------------------- = ----------------
cos ε cos 23,45º

En segundo lugar, en el capítulo que hace referencia a las masas, nos encontramos que la aceleración
tangencial de la Luna, multiplicada por los radios terrestres elevados al cuadrado, da un resultado de unos
2
2,081 m/s . Esta cifra parece que no guarda relación alguna con el valor de la aceleración de la gravedad
2
establecida: 5 m/s . Pero no se engañen,
2
(2,081 N)
5 N = (--------------------)
cos 30º

En la citada obra de Douglas C. Giancoli, se plantea el siguiente problema:

“Calcule la fuerza necesaria para acelerar el carrito de 20 kg de la figura 4ª, desde el reposo hasta 0,5m/s
en 2 segundos(Ver gráfico página siguiente).

SOLUCION: Si la fricción es muy pequeña , hay tres fuerzas que obran sobre el carrito, que se muestran en
la figura 4b, para simplificar como si actuaran sobre el centro del carrito. La fuerza del empuje hacia
delante que ejerce la persona, Fp; la fuerza de gravedad hacia abajo, Fg; y la fuerza normal hacia arriba
que ejerce el piso, Fn como la reacción a la fuerza del carrito recargado sobre el piso. La suma de las
fuerzas verticales , Fg y Fn debe ser igual a cero; si no lo fuera el carrito se aceleraría en dirección
vertical. Entonces Fn = mg = (20 kg)(9,8m/s2) = 196 N. Entonces la fuerza neta sobre el carrito
simplemente es Fp. Para calcular la magnitud que debe tener Fp, se deba calcular primero la aceleración
requerida: a = ∆v/∆t = (0,50m/s – 0)/2.0s = 0,25m/s2. Entonces , la magnitud de la fuerza ejercida por la
persona debe ser Fp = ma = (20kg)(0,25m/s2) = 5.0 N “

49
En los postulados sobre la fuerza, hay conceptos que tienden a la confusión. El enunciado de la tercera ley de
Newton, expresa lo que quiero decir: “Siempre que un objeto ejerce una fuerza sobre otro objeto, el segundo
ejerce una fuerza igual y opuesta sobre el primero”. Según dicho enunciado y el del problema planteado: “la
fuerza normal hacia arriba que ejerce el piso”, resulta, cuando menos, extraño. ¿No sería más propio decir
que: “Siempre que un objeto ejerce una fuerza sobre otro objeto, el segundo OPONE una fuerza igual y
opuesta sobre el primero”? Observen que he trasmutado el verbo ejercer por el
verbo oponer. No es lo mismo oponerse que ejercer. Yo ejerzo una fuerza cuando
empujo , arrastro o levanto un objeto, o sea, cuando estoy ejerciendo una acción
voluntaria de fuerza. Ejercer es un acto de acción propia del sujeto, o del objeto
que permanece pasivo en el suelo, en una estantería,… y oponer es un acto
pasivo del objeto o del sujeto en contra de una fuerza. Cuando realizo una fuerza
empujando la pared, la pared se opone con la misma fuerza que ejerzo contra
ella. Si ejerzo una fuerza contra un mueble, el mueble no ejerce fuerza alguna, se
opone a la fuerza. Y se opone hasta que la fuerza del sujeto es superior a la
oposición del mueble. Si la fuerza que ejerce el mueble fuese igual y
opuesta a la fuerza que ejerce el sujeto sobre el mueble, el sujeto
NUNCA podría mover el mueble, ya que en la medida en que
aumentamos la fuerza sobre el mueble para levantarlo o arrastrarlo,
el mueble ejercería la misma fuerza “igual y opuesta”, con lo cual
llegamos al absurdo de que según el enunciado de Newton, los objetos
resultarían inamovibles. Un armario ejercería una fuerza sobre el sujeto, si el
armario se inclinase para caerse y fuera aguantada por el sujeto. En este caso, el
armario que ejerce de sujeto activo, si que ejercería una fuerza igual y opuesta al
otro sujeto, ya que si el otro sujeto disminuye la fuerza, el armario, en su caída,
continuaría ejerciendo una fuerza contra el otro sujeto.

Referente al problema planteado, el texto resaltado en negrita, confirma lo que


he dicho sobre la confusión de los conceptos. Al contrario de lo que se dice, si las
fuerzas Fg y Fn fuesen igual a cero, el carrito no pesaría nada. Claro, si la fuerza centrípeta, Fg, es x, y la
fuerza en sentido opuesto, Fn, es, igualmente x, resulta evidente que el peso del carrito es cero, lo cual no
tiene sentido. El carrito ejerce una fuerza centrípeta sobre el suelo, Fg, de (20 kg)(9,8m/s2) = 196 N . (Aquí
se produce otra confusión. ¿La fuerza sobre el suelo es producto de la aceleración de la gravedad o es
producto de la fuerza centrípeta?) “ Entonces la fuerza neta sobre el carrito simplemente es Fp” . Una vez
realizados los cálculos, el resultado son 5 N. ¿5 N ejerce el niño de la figura 5, para mover un carrito de 196
N? Vamos a tratar de entender lo que sucede. En la fórmula F = ma, falta algo. En primer lugar dicha
fórmula no contempla la fuerza centrípeta sobre los objetos, que es de 0,03373 N. Luego, si sabemos que 0,5
m los ha recorrido en 2 segundos, la velocidad habrá sido de 0,25m/s. Si estos datos los aplicamos al
movimiento circular, será (0,5m · 2 · π) / 2s = (1,5707m/s)2 / 0,5m = 4,9345m/s2 . Entonces

5N
------------- = 148,236 N = (20 kg + aceleración de la gravedad) · aceleración = v2 / r = 4,9345m/s2
0,03373 N
(20 kg + 10 N) (1,5707m/s)2 20 kg · 0,25m/s2
= ------------------------------------ = -------------------------------------
0,5 m 0,03373 N

Ahora sí resulta comprensible que 148,236 N puedan arrastrar un carrito de 200 N. La fuerza que ejerce el
sujeto sobre el carrito, es la suma de la fuerza vertical que ejerce el sujeto contra el suelo + la fuerza
horizontal de empuje que ejerce con sus brazos. Por eso la figura 5 representa a un niño inclinado hacia el
carrito, ejerciendo una fuerza contra el suelo. Por otro lado, si mantenemos la fórmula original, entonces

v2 20 kg · (0,25m/s)2
F = m---------- = ------------------------------ = 5 N / 2s
r 0,5m

50
Esto significa que en dicha fórmula hay que añadir el tiempo, t. Por lo tanto la ecuación de la fuerza será

F = mat

Que aplicada a los astros, se convierte en F = mat · radian

De esta última formulación se deduce que la fuerza que ejerce la Tierra sobre la Luna, según la masa de la
Tierra heliocéntrica, es igual

MT · fc · t · 360 5,979 · 1024 kg · 0,03373 N · 86.400s · 360 1,99 · 1030 kg/N = “masa del Sol”
F =---------------------- = -------------------------------------------------------- = --------------------------------------
π2 π2 2

Este resultado multiplicado por G, es igual a la fuerza que la Tierra ejerce sobre la Luna, según los datos
geocéntricos

m1 m2 mT · mL · G
F = G------------------- = --------------------- = 1,33 · 1020 kg/N = “masa del Sol” · G
r2 r2
24
masa Tierra, mT= 3·10 kgs
22
masa Luna, mL= 4,315 · 10 kgs

A lo largo de las demostraciones teóricas de este documento, se observa que las magnitudes de fuerza
fundamentales asociadas o relacionadas con las otras constantes o magnitudes de fuerza,
electromagnéticas o gravitacionales, son la magnitud de la fuerza centrípeta y la velocidad de escape.
Ambas fuerzas mantienen relacionadas entre sí todas las demás.

Este documento abre las puertas a estudiosos e investigadores en los


campos de la Física y de la Astronomía, para profundizar en el extenso y
emocionante conocimiento de un Universo geocéntrico.

51
MASAS EN FUNCIÓN DE LA GRAVITACION UNIVERSAL
Recordemos, otra vez, los hechos históricos sobre la formulación de la gravitación universal: “Newton se dio
cuenta que la fuerza de gravedad sobre un objeto no solo depende de la distancia, sino también de la masa
del cuerpo. De hecho es directamente proporcional a su masa. Según la tercera ley de Newton, cuando la
Tierra ejerce su fuerza de gravitación sobre un objeto como la Luna, ese objeto ejerce una fuerza igual y
opuesta sobre la Tierra. Debido a esa simetría la magnitud de la fuerza de gravedad debe ser proporcional
a las dos masas. Entonces
m1 m2
F ∞ ------------
r2
donde m1 es la masa de la Tierra y m2 la masa del otro objeto, y r la
distancia del centro de la Tierra al centro del objeto.

Newton dio un paso más en su análisis de la gravedad. Examinando las


órbitas de los planetas, llegó a la conclusión de que la fuerza necesaria para
sujetar a los planetas en sus órbitas alrededor del Sol también parecen
disminuir según el inverso del cuadrado de sus distancias al Sol. Esto lo llevó
a creer que también la fuerza de gravitación es la que actúa entre el Sol y
cada uno de los planetas para mantenerlos en sus órbitas. Y si la gravedad
actúa entre esos objetos, ¿por qué no entre todos los objetos? Por ello propuso su famosa ley de la
gravitación universal, que podemos enunciar como sigue:

Toda partícula en el universo atrae a cualquier otra partícula con una fuerza que es proporcional al
producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre ellas. Esa fuerza
actúa a lo largo de la línea que une las dos partículas.”

NOTA: Este enunciado de Newton sobre la gravitación universal deja bien claro que la fuerza neta aplicada
a los astros, está referida a una fuerza centrípeta. Se relaciona con las velocidades orbitales mediante la
segunda ley de Newton.

Ya ha quedado demostrado el origen de la constante gravitacional: G, y la modificación de la aceleración de


la gravedad. Para las demostraciones siguientes voy a utilizar cuatro astros significativos: La Tierra, la Luna,
el Sol y la estrella más cercana a la Tierra: Alfa de Centauro. Por lo tanto, aplicando la física de Newton y
conociendo que la Luna se encuentra a unos 254.700.000m de distancia a la Tierra y su velocidad orbital es
de unos 576,6m/s, se obtiene una masa de la Tierra de
2 2 2 2 2
v ·r v · r (vE · 2) (576,6m/s) · 254.700.000m · (11.229m ·2)
24
MT = ----------- = ------------------ = ---------------------------------------------------------- =1,2685 · 10 kg
G fc fc

Según la nueva UA = distancia Tierra-Sol, es de unos 97.682.000.000m y su velocidad orbital, en dirección


opuesta a la de la Luna, es de unos 19.450m/s, obtenemos una “masa” de
2 2 2 2 2
v ·r v · r (vE · 2) (-19.450m/s) 97.682.000.000m (11.229m ·2)
29
---------------- = --------------------- = ---------------------------------------------------------- = 5,537 · 10 kg
G fc fc

52
Continuando con el proceso, la estrella Alfa de Centauro se encuentra a una distancia de la Tierra de unos
1.745.000.000.000m, y su velocidad orbital, en dirección opuesta a la de la Luna, es de unos 695.000m/s. ·
cos ε. (NOTA: para simplificar los datos numéricos, supondremos a la estrella en el plano de la eclíptica) En
base a estos datos obtenemos una masa de
2 2 2 2 2
v ·r v · r (vE · 2) (-695.000m/s) 1.745.000.000.000m (11.229m ·2)
34
--------- = --------------------- = ------------------------------------------------------------- =1,2685 · 10 kg
G fc fc

Comprobamos que en este método falla algo. La masa de la Tierra aumenta en proporción directa con la
distancia de los astros, lo cual no tiene sentido. Hay algo que se nos escapa. ¿Qué es? Veamos. La figura
representa las posiciones de la Luna, el Sol y una estrella que representa al Punto Vernal Falso. La línea
vertical con el centro de la Tierra representa la dirección del P.V.V. y la línea que pasa junto a la estrella,
representa el P.V.F. El punto de intersección de la línea al P.V.V., es el punto donde la fuerza tangencial de
la Tierra carece de la fuerza para empujar a un astro hacia el este. Por eso los planetas, el Sol y las estrellas,
revolucionan en la dirección natural: este-oeste. Y como enuncia la ley de
Newton: las velocidades son inversamente proporcionales a la
distancia (Hacia el este respecto al P.V.V.) Ahora bien, esta ley se cumple
en el espacio existente entre la Tierra y el punto de la intersección:

± 200 radios
A partir de esta distancia el Sol, los planetas y las estrellas aumentan su
velocidad en proporción directa con la distancia (Hacia el oeste
respecto al P.V.V.). Ni más ni menos que lo que enuncia la ley de
Hubble sobre la fuga de las galaxias. Para ser exactos: aumentan su
velocidad en proporción directa con la distancia y en proporción directa con las
órbitas anuales (Dos órbitas/año en el caso de las estrellas).

¿Cuál es el proceso correcto para hallar las masas? La Luna se mueve a unos
576,6 m/s conforme a su distancia y período de revolución. Pero la fuerza
tangencial de la Tierra que arrastra a la Luna hacia el este, no es toda la fuerza
que la Tierra está empleando: la fuerza tangencial de la Tierra alcanza grandes
distancias, demostrando su fuerza en fenómenos muy diversos pero con un
efecto común en todos ellos: el empuje hacia el este. La Luna es empujada
hacia el este, la cola de los cometas son empujados hacia el este, el Sol
completa su giro en un período similar al período sideral de la Luna,
presentando siempre la misma cara, porque está soportando un
empuje hacia el este, el planeta Venus, cuando se aproxima a la Tierra, aumenta la velocidad
en su giro retrógrado por el empuje hacia el este (este fenómeno que se aprecia en Venus, solo
tiene lugar cuando se relaciona con la Tierra), los vientos ecuatoriales de los planetas
adquieren velocidades directamente proporcionales a sus distancias porque se contraponen
sus velocidades de giro con el empuje de su atmósfera hacia el este,… etc. Por eso la fuerza
gravitacional y tangencial de la Tierra no se resume en sujetar y arrastrar a la Luna hacia el este.

Se nos informa que el valor de G, es una constante universal. Eso no es del todo correcto. Ya hemos
demostrado el origen del valor de G que es la fuerza centrípeta de la Tierra, fc, dividida por el cuadrado de la
velocidad de escape, vE. Pero, ¿la fuerza centrípeta de la Tierra, se mantiene invariable en la distancia, o por
el contrario decrece con esta? Según Newton, las fuerzas decrecen con el cuadrado de la distancia.

Considerando que (vE / fc) es la fuerza de escape, fe, y que esta disminuye con el cuadrado de la distancia,
el valor de G, aumentará con el cuadrado de la distancia, o, lo que es igual el producto del cuadrado de la

53
velocidad, por el radio en metros, habrá que dividirlo entre G por el cuadrado de los radios terrestres. En el
caso de la Luna

2 2 2 2 2
v ·r v · r (vE · 2) (576,6m/s) 254.700.000m (11.230m ·2) MT acL
20
----------- = ------------------ = ---------------------------------------------------= 7,94 · 10 kg = ------------
2 2 2
G r fc r fc r g

Para el Sol
2 2 2 2 2
v ·r v · r (vE · 2) (-19.450m/s) 97.682.000.000m (11.230m ·2) MT acS
21
---------- = ------------------- = ---------------------------------------------------------- = 2,35 · 10 kg = ------------
2 2 2
G r fc r fc r g

Y para la estrella
2 2 2 2 2
v ·r v · r (vE · 2) (-695.000m/s) 1.748.000.000.000m (11.230m ·2) MT acE
23
---------- = ------------------ = ------------------------------------------------------------ = 1,68 · 10 kg = ------------
2 2 2
G r fc r fc r g

Por consiguiente, si v/radiosT = 1,2699 m/s · órbitas/año = velocidad del astro en la distancia
correspondiente a un radio terrestre: 6.378.198 m, se desprende por tanto que

2 · vE 2
MT = (1,2699m/s · órbitas/año) · r · g (--------------------) = ± 5,979 · 1024 kg.
2

fc · ac

En base a los datos sobre la Luna


(2 · vE )2
(1,2699m/s · 11,368)2 · 254.700.000m · g (--------------------) = 5,979 ·1024 kg
fc · 0,0013m/s2
En base a los datos sobre el Sol
(2 · vE )2
(1,2699m/s ) · 97.682 ·10 m · g (-------------------------) = 5,979 ·1024 kg
2 9

fc · 0,00387m/s2
En base a los datos sobre la estrella Alfa de Centauro
(2 · vE )2
(1,2699m/s · 2) · 1.748 ·10 m · g (------------------------) = 5,979 ·1024 kg
2 9

fc · 0,277m/s2
Aunque estas ecuaciones nos demuestran que no existe en el espacio ninguna masa que exceda
a la masa establecida de la Tierra, hemos de hallar la masa real de cada uno de los astros significativos
que estamos tratando: La Tierra, la Luna, el Sol y la estrella más próxima a la Tierra: Alfa de Centauro.

Para hallar las masas vamos a utilizar dos métodos diferentes. Si los resultados de ambos métodos convergen
en la misma solución, se evidenciará la validez de los resultados.

Método 1.- En primer lugar el valor de g que surge de la aceleración lunar multiplicado por el cuadrado
2 12
de sus radios terrestres, ± 2,081 m/s , dividido por 10 es igual al valor de G dividido por el período de
revolución lunar geocéntrica.

54
G 0,03373 N
2 -12
2,081m/s · 10 = -------------------- = ----------------------------------
2
32,128 días (11.229 · 2) · 32,128 días

¿Qué ocurre si cambiamos el período de revolución lunar geocéntrica por el período lunar sideral?

G 0,03373 N g
2 -12
-------------------- = ---------------------------------- = 2,448 m/s · 10 =(-----)10-12
2 2
27,3216 días (11.229 · 2) · 27,3216 días 2

Por consiguiente, el valor para el Sol será de

G 0,03373 N
2 -12
-------------------- = -------------------------------------- = 0,183 m/s · 10
2
365,24219 días (11.229 · 2) · 365,24219 días

Dado que la cúpula estelar realiza su revolución en medio año, el valor para la estrella Alfa de Centauro, será
2 2 -12
de 0,183m/s · 2 = 0,366 ms · 10 .

Conforme a estos datos, la masa lunar establecida, (1/81,3) masas terrestres, es igual a
12 2
G · 10 · 2,449m/s
2
1 / ( --------------------------------- ) = 1 / (81,3 · 1,002745 )
2
Según este método, la verdadera masa de la Luna, será de unos
12 2
G · 10 · 2,081m/s
2
ML = 1 / ( ---------------------------------) = 0,0144 masas T= 1 / [(81,3 · 1,002745 ) · 0,8504]
2

Razonemos que la Luna se encuentra en una distancia más corta que la distancia
establecida y además su período de revolución es más dilatado. Si la Luna tuviese la masa
establecida, (1/81,3) en una distancia más corta su período de revolución sería más corto ya que la fuerza
que ejercería la Tierra sobre la Luna sería mayor. Si además de estar más cerca de la tierra, su período es
más largo, significa que la Luna tiene que tener una masa bastante superior a la masa establecida.

Continuando con el mismo método, la masa del Sol será de


12 2
G · 10 · 0,183m/s
MS = 1 / ( ---------------------------------) = 0,1639 masas T
2

¡La masa del Sol es la que más se aproxima a la masa de la Tierra!

Para hallar la masa de la estrella, y de los planetas lejanos, hay que considerar sus distancias en UA,
multiplicado por el cuadrado de sus órbitas anuales. En el caso concreto de la estrella Alfa de Centauro,
conocemos que realiza 2 órbitas anuales y que su distancia a la Tierra es de unas 17,87 UAg. Por
consiguiente, la masa de la estrella mencionada será
12 2 2
ME = 1 / (G · 10 · 0,183m/s · 17,87 UAg · 2 ) = ± 0,00227 masas T

55
Método 2.- Hemos dejado demostrado que la aceleración centrípeta de la Tierra, decrece con el cuadrado
de la distancia, o, lo que es igual, el valor de la constante gravitacional multiplicado por la velocidad de
escape en la Tierra, es igual a la aceleración centrípeta en la superficie terrestre, dividida por 212 radios
elevados al cuadrado. La fuerza centrípeta de la Tierra que decrece con el cuadrado de la distancia, lo hace
hasta el punto de intersección con la línea imaginaria del Punto Vernal que marca el cambio en la dirección
orbital de los astros. La distancia a la Luna entra dentro de esos 212 radios críticos. Por lo tanto averigüemos
que aceleración le corresponde según el método empleado con la aceleración centrípeta de la Tierra.
2
0,03373 N / 39,933r
1 / (------------------------------------ ) = 0,0144 · √ (-1,2699m/s)
2
vL / rL

Observamos, entonces, que en el caso de la Luna las masas concuerdan con las que origina el Método 1.

Antes de hallar las masas, tanto del Sol como de la estrella mencionada, debemos considerar que la fuerza
gravitacional de la Tierra sobre la Luna, es la mayor fuerza que ejerce la Tierra sobre un astro. La razón es
obvia: si la fuerza decrece con el cuadrado de la distancia, resulta razonable pensar que a mayor distancia,
menos fuerza gravitacional terrestre se ejercerá. Por consiguiente, para hallar las masas del Sol y de la
estrella mencionada se aplicará la aceleración centrípeta de cada astro por el cuadrado de los radios terrestres
de la distancia Tierra-Luna: 39,933r. De este modo la masa de Sol será de
2 2
vS · (39,933r)
1 / (------------------------------------ ) = 0,1619
rS

Masa del sol que concuerda con la masa obtenida en el Método 1. Continuando con el tratamiento para
hallar la masa del Sol, la masa de la estrella Alfa Centauro, será
2 2
vE · (39,933r)
1 / (------------------------------------ ) = 0,00227
rE

Masa de la estrella que también concuerda con la masa obtenida en el Método 1. Ambos métodos nos
descubren que las masas estelares son inversamente proporcionales a la distancia. Por otro lado,
los resultados muestran un grado de fiabilidad razonable. No obstante volveremos a incidir sobre la
confirmación de estas masas en sucesivos capítulos.

NOTA: Si el Anuario considera que la roca-planeta Plutón tiene una masa de unas 300 veces inferior a la
Tierra (según el método geocéntrico, la masa de Plutón sería de unas 1 /240 masas terrestres), y
si la masa de la estrella es de unas 440 veces inferior a la masa de la Tierra, demuestra que las estrellas no
son otra cosa que rocas similares al planeta Plutón. Por lo tanto, el matemático Roger Penrose, y el
filósofo de la Ciencia, Paul Fayerabend, están en lo cierto:

¡La materia oscura, o las estrellas, son rocas en el espacio!

Hasta ahora nos hemos dedicado a buscar las masas de la Luna, el Sol y una estrella concreta, respecto a la
masa de la Tierra, pero ¿cuál es la masa de la Tierra? Hemos demostrado suficientemente que el valor de G
es igual a la aceleración centrípeta, fc, de la Tierra, dividida por el cuadrado de la velocidad de escape, vE. Si
esto es así, y lo es, entonces la masa de la Tierra será de

56
2 4
vE · r vE · r
MT = ---------------- = ------------------- = 3 · 1024 kg
2
G ·2 fc

¡La mitad de la masa establecida!

De cuya formulación se deduce que las aceleraciones toman el lugar de G.

En lo referente a la masa de la Luna, el producto de la máxima velocidad orbital de los satélites artificiales,
vS, multiplicado por 2 y dividido por la aceleración centrípeta, elevado al cuadrado, es igual a la velocidad
orbital de la Luna elevada a la cuarta potencia y multiplicada por 2. Por consiguiente, la masa de la Luna es
igual a
4
vL · rL · 2 MT
ML = ----------------- = --------------
acL 69,5

Masa de la Luna que coincide con las masas halladas en los dos Métodos anteriores. Respecto a
la masa del Sol, el cuadrado de la velocidad orbital de la Luna, multiplicada por la velocidad orbital del Sol
en sentido contrario a la de la Luna, es igual a
2 2
vS · vL = [vS · (2,06746 · 2)]

Por consiguiente
2
vL · vS · rS MT
MS = ----------------- = --------------
acL 6,2

Masa del Sol que reafirma las masas halladas con los dos Métodos anteriores.

Referente a la masa de la estrella Alfa de Centauro, es igual a


vS
2
(vL ---------------------------) rE
2 2
2 · UA MT
--------------------------------------- = ------------------
acL 440
Donde vE = 695.000m/s; rE = 1.750.000.000.000m; vS = 19.450m/s; rS = UA = 97.682.000.000m; vL =
576,6m/s

¿Cuál es, entonces la fuerza centrípeta que la Tierra ejerce sobre la Luna? Según la formulación de Newton
24 22
m1 m2 G 3 · 10 kg · 4,315 · 10 kg · G
20 2
F = --------------- = ------------------------------------------ = ± 1,33 · 10 kg /m
2 2
r (254.700.000m)

Si estamos demostrando que las aceleraciones toman el lugar de G, entonces


24 22
m1 m2 ac 3 · 10 kg · 4,315 · 10 kg · ac
F = --------------- = ------------------------------------------ = “masa del Sol” · acL
2 2
r (254.700.000m)

57
Esta cantidad surge también de
2 2 9 20
vT · UAh = (29.785m/s) · 149,6 · 10 m = 1,326 · 10 kg /m2

Siendo el producto del radio heliocéntrico Tierra-Luna, multiplicado por el cuadrado de la velocidad orbital
de unos
2 2 14
vL · r = (1.020m/s) · 384.400.000m = 3,989 · 10

De ahí la creencia científica de que el Sol tiene una masa

1,326 · 1020 kg /m2


----------------------------- = ± 332.400 veces la masa de la Tierra
2
3,989 · 1014 kg /m

Observen que las masas terrestres que contiene la masa del Sol es igual
2
(a) al cuadrado de la velocidad lunar geocéntrica = (576,6m/s) = 332.467,5

(b) la velocidad de escape/ aceleración centrípeta = (11.229m/s) / 0,03373 N = 332.467 · √ 1,002745

7ª cuestión que debe contestar la Ciencia. ¿Por qué el


número de “masas terrestres” que contiene el Sol, viene
a coincidir, casi exactamente, con los datos geocéntricos
sobre la velocidad orbital de la Luna y con la
conjugación de la aceleración centrípeta y la velocidad
de escape?
Ahora bien, la velocidad lunar geocéntrica se comprende desde el Punto Vernal Verdadero. Y es igual a
2 2 2
(1,2699m/s ) · 11,368
-1,2699m/s · 11,368 órbitas · 39,93 r = 576,6 m/s = ------------------------------
2
(-1,2699m/s)
2
[ (--------------------) -1]
√ 1,0144
1,0144 = relación mes sideral / mes simétrico = La masa lunar + 1

Pero si queremos aplicar a dicha velocidad, los metros correspondientes al espacio angular que recorren las
estrellas hacia el oeste/seg., a la velocidad lunar hay que añadir los metros que comprende el espacio entre el
Punto Vernal Verdadero y el Punto Vernal Falso. Esto es
2
(-1,2699m/s)
576,6m/s + [(--------------------) -1 · (39,93r · 11,368 órbitas/año)] = 849,5m/s
√ 1,0144

58
Si hemos demostrado que tanto la velocidad orbital de la Luna, como la de la Tierra, se elevan a la cuarta
potencia, entonces
4 20 2
849,5m/s · 254.700.000m = 1,326 · 10 kg/m

Según este dato y los referentes al planeta Mercurio, se comprueba y se confirma que la masa del Sol es la
que hemos hallado: ± (1/ 6,2). Efectivamente, la distancia Mercurio-Sol es de 0,387 radios y su período de
revolución sinódica : 115,9 días. Pues bien

Nueva UA · 0,387 · 2 · π 1,326 · 1020


--------------------------------- = 23.720m/s….. Luego v2 · r = -----------------
115,9 días 6,2

59
FÍSICA DE LA ENERGIA
Hemos comprobado el proceso sobre la búsqueda y las causas de G para su aplicación a la cinemática de los
astros. Pero, ¿qué ocurre a nivel de los átomos? Durante el siglo XVII , el físico francés Charles Coulomb se
propuso investigar como se relacionan la magnitud de las cargas eléctricas con la magnitud de estas fuerzas.
Siguiendo el ejemplo de Cavendish, utilizó una balanza de torsión con una barra, suspendida de una fibra, en
cuyos extremos se fijan unas esferas. Comprobó que cuando aproximaba una esfera cargada cerca de las
esferas suspendidas, la barra giraba lentamente. La fibra de donde se cuelga resiste al movimiento de torsión
y el ángulo de giro es proporcional a la fuerza aplicada. De esta forma, Coulomb, pudo investigar como varía
la fuerza eléctrica en función de la magnitud de las cargas y de la distancia entre ellas. La conclusión del
experimento determinó que

La fuerza que un objeto diminuto cargado ejerce sobre otra segunda carga, es proporcional al producto de
la cantidad de carga de una, Q1, por la cantidad de carga en la otra, Q2, e inversamente proporcional al
cuadrado de la distancia r entre ellas.

Esta ley de Coulomb se formula


Q1 Q2
F = k ------------
r2
k = 8,988 · 109 N·m2/C2

Se acostumbra a escribir la constante k en términos de otra constante, ε0, la permisividad del espacio vacío.
Se relaciona con k mediante k = 1/4π ε0 . Entonces la ley de Coulomb puede escribirse

1 Q1 Q2
F = --------- ------------
4π ε0 r2

Por lo tanto
1
ε0 = -------- = 8,854· 10-12 C2/N·m2
4πk

Continuando en el campo eléctrico, comprobaremos como la electricidad y el magnetismo mantienen una


estrecha relación. Sabemos que los imanes producen campos magnéticos, pero también los producen las
corrientes eléctricas. La Tierra y todos los astros tienen un campo magnético. El campo magnético en la
-4
superficie terrestre es de unos 0,5 · 10 Tesla. Donde 1 T = 1 N/A· m. Si consideramos que el magnetismo
es una fuerza centrípeta, igual que lo es la fuerza gravitacional, y que estas fuerzas son las que originan la
fuerza en sentido contrario de la velocidad de escape, concluimos que entre las tres magnitudes debe existir
alguna relación. Para hallar la relación entre estas fuerzas, debo argumentar lo siguiente:

La fuerza gravitacional, variante de la aceleración de la gravedad, está unida, inexorablemente, al momento


de la superficie o corteza de la Tierra. Quiero decir que la caída de un objeto cualquiera sobre la superficie
terrestre va unido o ligado a la velocidad del giro de la Tierra. Es una fuerza que sigue la velocidad de
rotación en la superficie terrestre. Sin embargo la energía o campo electromagnético no depende de la
velocidad de giro terrestre, actúa sobrepuesta y con mayor velocidad que el giro de la Tierra. De otro modo
sería imposible que un satélite artificial, orbitase alrededor de la Tierra a mayor velocidad de la que gira la
Tierra.

60
En la figura de la derecha representa la energía de la Tierra que se
desplaza en orden a la dirección del giro. Esta energía o campo
electromagnético impregna el espacio ejerciendo su influencia sobre
los astros que se encuentran a grandes distancias. El comportamiento
de la energía terrestre es el mismo comportamiento que teorizan sobre
los agujeros negros: arrastra tras de sí a los objetos que se encuentran
dentro de una distancia concreta de su influencia energética como
sucede en el caso de la Luna (figura derecha). Cuando la distancia de
un astro a la Tierra o a su planeta, excede la distancia crítica de unos
200 r, entonces la influencia de la energía terrestre se hace notar en
distintos fenómenos, como ya quedó mencionado en otro capítulo
anterior.

En dicho empuje que la Tierra ejerce sobre la Luna hay que considerar
lo que representa la oposición de la energía rotacional de la Luna.
Recordemos la definición de fuerzas: “Siempre que un objeto ejerce
una fuerza sobre otro objeto, el segundo opone una fuerza igual y
opuesta sobre el primero”. Sabemos que la Luna siempre nos presenta la misma cara, lo que significa que
realiza un giro completo en su período de revolución. Al Sol le ocurre algo similar a la Luna: su período de
giro se asemeja al período sideral de la Luna. Lo que sucede queda representado en la figura inferior:
tenemos dos esferas cuyos centros permanecen unidos mediante una barra en “U”
invertida. Cada una de las esferas, que representan a la Luna y a la Tierra, descansa
sobre una plataforma con ruedas, y cada esfera lleva insertada una paleta en la zona
ecuatorial. Las dos esferas quieren girar hacia el este, pero la fuerza que ejerce la
Tierra, aplicada en la paleta, se opone a la fuerza contraria de la Luna, aplicada en
su paleta. Si la Luna , que está sujeta a la Tierra, no puede girar hacia el este,
igualando la fuerza tangencial de la Tierra, se ve obligada a desplazarse hacia el
este.

Para comprender la causa que origina una velocidad orbital más rápida que la velocidad del giro terrestre,
hemos de investigar en la Luna. En efecto, si el período de revolución lunar es de 32,128 d., eso significa
que la Luna está aminorando o frenando la velocidad de rotación terrestre, ya que la Luna opone una fuerza
igual y contraria sobre la Tierra. Por consiguiente, la energía rotacional de la Tierra, oculta tras la
velocidad de escape, es igual a
2 2
Vel. de rotación terrestre · 1.002745 · período Luna = (463,83m/s · 1,002745 ) · 32,128d = ± 14.985m/s
1
----------------------------------------------
11.229m/s · 2,66864 N 0,5 · 10-4 T · 2,66864 N
14.985m/s = ----------------------------------- = (-----------------------------------------------)
2 2

(14.985m/s · 1,0549) / 2 = 7.900m/s = máxima velocidad de los satélites artificiales

1,0549 = excentricidad de la órbita lunar

Por eso ahora se comprende que la fuerza electromagnética procedente de la Tierra puede arrastrar a un
satélite a una velocidad superior a su velocidad de rotación.

Este fenómeno sobre el arrastre de la Luna, ya fue descrito por los físicos Josef Lense y Hans Thirring:

61
“La relatividad general predice un curioso efecto —descubierto por J. Lense y Hans Thirring en 1918—
por el cual un cuerpo masivo en rotación no sólo atrae gravitacionalmente a otros cuerpos masivos en su
vecindad sino que también los arrastra en el sentido de su rotación (Figura 39). Así como un objeto al
girar en el agua, forma un remolino que arrastra consigo a las partículas del ruedo, análogamente, el
efecto de Lense-Thirring hace que el espacio-tiempo alrededor de un cuerpo rotante arrastre la materia
a su alrededor.”

¿Cómo se conjugan entre sí la constante gravitacional y las constantes electromagnéticas? Veámoslo:

vE
------------------------------------------- = 8,988 · 109 N·m2/C2
2 2
fc · 0,8504 · 1,0144 · 0,5 · 10-4 T

También pueden relacionarse la fuerza gravitacional, la velocidad de escape y el magnetismo en la


superficie terrestre, de la forma siguiente:
1
(---------------)2
G · 1010
0,5 · 10-4 T · 11.229m/s = ----------------------
22
Y también
1 fc
ε0 = -------- = 8,854· 10-12 C2/N·m2 = (---------)2
4πk vE
fc = 0,0339 N
vE = velocidad de escape

Conocemos que el proceso experimental de Maxwell, para hallar la velocidad de la luz en el vacío, concluye
en que

1 1
v = --------------- = ----------------------------------------------------------------- = 300.000.000m/s =
√ (ε0 µ0) √ (8,854 · 10-12 C2/N·m2) (4π · 10-7 N · s2/C2)
9 2 2 7
300.000.000m/s = √ (8,988 · 10 N·m /C · 10 )

vE 11.229m/s
7
Pero 10 = ----------- = ----------------------
fc2 (0,03354 N)2

Por consiguiente
vE · 8,988 · 109 N·m2/C2 vE
300.000.000m/s = √ (----------------------------------------) = √ (------------------------------------------------)
2
fc2 4 · π · 8,854 · 10-12 C2/N·m2 · fc

En orden a estas relaciones, descubrimos la relación existente entre la fuerza o aceleración centrípeta de la
Tierra, fc, y la constante electromagnética, k.

62
Se concluye que el magnetismo, el Coulomb, la permisividad del espacio vacío, la permeabilidad del espacio
vacío, la velocidad de escape, la aceleración de la gravedad y la gravitación, forman las ramas de un
origen común: la fuerza centrípeta y la velocidad de escape.

En la actualidad en física se reconocen solo cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza. Las


fuerzas son: (1) la fuerza de la gravitación, (2) la fuerza electromagnética, (3) la fuerza nuclear
fuerte y (4) la fuerza nuclear débil.

Los físicos trabajan en teorías que unificarían esas cuatro fuerzas, esto es, tratan de considerar
que algunas o todas esas fuerzas son manifestaciones distintas de la misma fuerza básica.

8ª cuestión que debería ser contestada por la Ciencia.


¿No están buscando los físicos una relación entre las
fuerzas fundamentales de la naturaleza?
¡ Aquí la tienen ¡

63
SOBRE LA VELOCIDAD LA LUZ EN EL VACÍO

Hallar la velocidad de la luz se convirtió en un reto para los científicos en el siglo XVII. Olaus Romer
advirtió que los eclipses de los satélites de Júpiter sufrían variaciones periódicas, relacionándose con la
variación de la distancia del planeta a la Tierra. Suponiendo que las variaciones eran consecuencia de la luz,
calculó una velocidad de 220.000 km/s. Posteriormente James Bradley, astrónomo inglés, aprovechando el
fenómeno de la aberración angular de las estrellas, fijó la velocidad de la luz en 283.000 kms/s.

En 1849, el físico francés Armand H. Fizeau utilizó un método basado en una idea de Galileo. El
experimento consistía en enviar un rayo de luz hacia un espejo situado a ocho kms. de distancia, que
reflejaba el rayo hacia el observador. Sobre el recorrido del rayo se colocaba una rueda dentada de rápida
rotación. El físico advirtió que, haciendo girar la rueda a cierta velocidad, la luz pasaba entre dos dientes en
el trayecto de ida, pero incidía sobre uno de los dientes en el recorrido de vuelta, de manera que el
observador situado detrás de la rueda, veía desaparecer el rayo luminoso. Si aumentaba la velocidad de
rotación de la rueda, el rayo de regreso conseguía pasar por la siguiente muesca y de este modo era posible
observarlo de nuevo. Conociendo la velocidad angular de la rueda, Fizeau calculó la velocidad de la luz en
315.000 kms/s. En 1892, Jean Foucault perfeccionó este método, utilizando un espejo giratorio en lugar de la
rueda dentada y encontró un valor de 298.000 kms/s. En 1925, el método de Foucault fue mejorado a su vez
por A. Michelson que situó la fuente de luz sobre el monte Wilson y el espejo reflectante en otra cumbre a 35
kms de distancia. El resultado de este experimento fue un valor de 299.729 kms/s. Posteriormente los
avances en la tecnología han permitido medir la velocidad de la luz en experimentos de laboratorio. El valor
actualmente aceptado es de unos 299.750.000 m/s.

“Para estudiar o describir un fenómeno físico debemos recurrir necesariamente a un sistema de referencia
con respecto al cual efectuamos mediciones. En la práctica cotidiana el sistema de referencia que más se
utiliza, es la Tierra misma que, en general, se supone inmóvil, a pesar de que gira sobre sí misma y
alrededor del Sol, recorriendo el espacio cósmico a una velocidad de 30 km/seg. En cambio, para describir
el movimiento de los planetas, es más conveniente utilizar al Sol como punto de referencia, o, más
precisamente, como centro de un sistema de referencia donde este astro está fijo. Pero ni el Sol, ni las
estrellas vecinas a él, se encuentran realmente fijos: el Sol se halla en las regiones externas de una galaxia
que rota dando una vuelta completa en millones de años. A su vez, esta galaxia se mueve con respecto a
otras galaxias, etcétera.

Maxwell demostró que la electricidad y el magnetismo son dos aspectos de un mismo fenómeno: el
electromagnetismo. Como una de las consecuencias más importantes de su teoría descubrió que la luz es
una vibración electromagnética que se propaga exactamente como una onda. Pero las ondas lo hacen en
medios materiales, por lo que los físicos del siglo pasado postularon la existencia de un medio
extremadamente sutil, el éter, que llenaba al Universo entero, permeaba todos los cuerpos y servía de
sustento a la luz. Según esta concepción, la luz sería una vibración del éter del mismo modo que el sonido es
una vibración del aire.

64
La manera más evidente de confirmar las ideas anteriores es medir la velocidad de
la luz, emitida en direcciones opuestas, en la Tierra: la diferencia de velocidades
puede llegar a ser tan grande como 60 km/seg (Figura 2). Esta velocidad es muy
pequeña con respecto a la velocidad total de la luz, que es de 300.000 km/seg,
pero, a fines del siglo pasado, los físicos experimentales Michelson y Morley
lograron construir un aparato que permitía medir diferencias aún más
pequeñas en la velocidad de un rayo luminoso. Michelson y Morley
realizaron su experimento en 1887: para sorpresa de la comunidad
científica de esa época, no detectaron ningún cambio de la velocidad de la luz. Esta velocidad era
la misma en cualquier dirección, independientemente de cómo la Tierra se mueva con respecto al
hipotético éter.

Figura 2. Aparentemente, la velocidad de la luz debería cambiar según la dirección en que se mueve, debido
a la velocidad de la Tierra en el espacio.

NOTA: El experimento –mejorado más tarde por Kennedy (1926), Illingwort (1927), Piccard y Stahel
(1928), y Joos (1930)- continuó dando resultados negativos. Tampoco las variantes del mismo imaginadas
por Trouton y Noble (1903), Trouton y Ranking (1908) y Tomascheck (1927), permitieron rastrear un
viento del éter.

Se hicieron muchas especulaciones sobre el resultado negativo del experimento: quizá la Tierra arrastra
el éter consigo, quizá los objetos materiales se contraen en la dirección de movimiento con respecto al
éter... Finalmente, Einstein “encontró la solución al problema”.

Para empezar, Einstein postuló que las ecuaciones de Maxwell del electromagnetismo son rigurosamente
válidas en cualquier sistema de referencia. Esta condición de invariancia se cumple a condición de que el
tiempo medido en un sistema no coincida con el medido en otro sistema. Este hecho no había sido tomado en
cuenta por los antecesores de Einstein y, por esta razón, las ecuaciones de Maxwell parecían violar el
principio de relatividad.

Habiendo postulado que no puede haber ningún sistema de referencia privilegiado, Einstein concluyó que el
éter simplemente no existe. Pero, entonces ¿con respecto a qué debe medirse la velocidad de la luz? La
respuesta de Einstein fue drástica: la velocidad de la luz es la misma en cualquier sistema de referencia.
Después de todo, eso es lo que indica el experimento de Michelson y Morley.

Este concepto de la invariancia de la velocidad de la luz contradice nuestro "sentido común". Si


la velocidad de la luz es de 300.000 km/seg, esperaríamos que al perseguir una señal luminosa veamos que
se mueve con una velocidad menor. (Si, por ejemplo, corremos a 80 km/hora detrás de un tren que se mueve
a 100 km/hora, vemos que el tren se mueve con respecto a nosotros a 20 km/hora.) Sin embargo, debido a la
no invariancia del tiempo, las velocidades no se adicionan o sustraen en el caso de señales luminosas (o, en
general, de partículas que se mueven casi tan rápidamente como la luz).

(1)Los efectos predichos por la teoría de la relatividad son imperceptibles en nuestra vida cotidiana y sólo
se manifiestan cuando se involucran velocidades comparables a la de la luz…

La contracción del tiempo no es el único efecto sorprendente que predice la teoría de la relatividad. Einstein
también demostró que existe una equivalencia entre la energía y la masa, dada por la famosa fórmula

E= mc2

De la fórmula E = mc² no se deduce que cualquier masa se puede transformar en energía o viceversa; este
proceso se da sólo en condiciones muy particulares. Hemos mencionado la fusión nuclear, pero la manera
más eficiente de transformar masa en energía es por la aniquilación de la materia con la antimateria2

65
(3)Al entrar en contacto una partícula con su correspondiente antipartícula, las dos se aniquilan totalmente
quedando sólo energía en forma de rayos gamma: la eficiencia de este proceso de transformación de
materia en energía es del 100%. Para aumentar la velocidad de un cuerpo, hay que proporcionarle energía,
lo cual se manifiesta como un aumento de la masa del cuerpo. La teoría de la relatividad predice que la
energía necesaria para que un cuerpo de masa m alcance la velocidad v es

(4)En el límite v = 0, se recupera la fórmula E = mc² para la energía ya existente en forma de masa. En el
otro extremo, la energía E aumenta con la velocidad (Figura 4) y se necesita una energía infinita para que
el cuerpo alcance la velocidad de la luz. Es por ello que, según la teoría de la relatividad, ningún cuerpo
puede alcanzar o superar la velocidad de la luz. La excepción es la luz misma: según la física moderna la
luz está constituida por unas partículas llamadas fotones, la masa de un fotón es nula y, por ello, puede
viajar a la velocidad límite c” (Texto extraído de Internet. Autor desconocido)

Que la luz en el vacío tiene una velocidad muy elevada es evidente. Albert Einstein , “el sabio”, propuso e
impuso que la velocidad de la luz en el vacío no podía exceder del valor establecido: unos 299.750.000m/s.
Este valor, aceptado plenamente por la comunidad científica, se ha convertido en otro icono de la Ciencia.
Cualquier experimento donde se sobrepase dicha velocidad, los experimentadores quedan
relegados al silencio absoluto (¿El silencio será impuesto… o será comprado?). La institución
científica no permite que se modifique un ápice ninguno de los pilares que sustentan el edificio científico.
Sin embargo, pese a todo, la nueva física geocéntrica va a demostrar que la velocidad de la luz en el vacío es
muy superior a la establecida.

En primer lugar hemos demostrado en el capítulo precedente las relaciones existentes entre las fuerzas
electromagnéticas y la gravitacional. En orden a estas relaciones, descubrimos la relación existente entre la
fuerza o aceleración centrípeta de la Tierra, fc, y la constante electromagnética, k. Vemos que dicha
velocidad surge de

fc · 8,988 · 109 N·m2/C2 = 299.800.000m/s · (1,002745)2 = 301.457.500m/s


fc = 0,03354 N

Pero, ¿seguro que es esta la velocidad de la luz? Repasemos de nuevo los experimentos realizados por Fizeau,
Foucault y Michelson para hallar la velocidad de la luz. Los experimentos se realizan sobre la superficie de la Tierra
que gira a razón de unos 462,56 m/s. Y con el giro de la Tierra se desplazan , de forma sincronizada, todos los objetos
y sustancias que se encuentran sobre la superficie (ver gráfico) Todos hemos podido observar como al despegar un
cohete, en Cabo Cañaveral, este asciende lentamente manteniendo su desplazamiento angular respecto a la posición
vertical del árbol que mantenía antes del despegue. En 1 el cohete se encuentra sobre la superficie, en 2 el cohete
inicia el despegue, en 3 y en 4 el cohete asciende pero manteniendo el mismo desplazamiento respecto a la
verticalidad del árbol en la posición 1. En el gráfico B, ocurre otro tanto de lo mismo: desde una posición terrestre se
envía un fotón hacia un astro. En este caso lo ilustramos con la Luna. En la posición 1 se inicia el envío hacia la Luna
que está en la posición 1. En la posición 2 el fotón va camino de la Luna que se encuentra en la posición 2 y en la
posición 3 el fotón llega a la Luna que se encuentra en la posición 3. En ambos ejemplos se observa una parábola de
escape, C.

66
De ambos ejemplos se extrae la conclusión de que la Tierra arrastra con su giro a todo objeto en caída libre o en
escape vertical. Este fenómeno sucede igualmente con los objetos que se desplazan por el aire hacia el norte o hacia el
sur siguiendo el eje terrestre. Los objetos que son dirigidos o impulsados en dirección este u oeste, se produce el
mismo efecto pero con una salvedad: 1) el objeto que se dirige hacia el este, a la velocidad de giro terrestre se le añade
la velocidad del objeto y a los objetos que se dirigen hacia el oeste, a la velocidad de giro terrestre se le resta la
velocidad del objeto.

Se concluye, por tanto, que la velocidad de giro terrestre se encuentra presente en todos los fenómenos
relacionados con las velocidades en la atmósfera de la Tierra.

Este hecho, incuestionable, demuestra que en los experimentos relacionados con la velocidad de la luz, se está
ignorando la realidad de que la Tierra gira sobre su eje obligando a los objetos a seguir su rotación. ¿Un ejemplo
relevante? El experimento de Michelson y Morley. No podían producirse interferencias precisamente por lo
que acabo de argumentar: el campo electromagnético que circunda y se mueve con el giro de la Tierra,
impide el más mínimo desfase en el movimiento de la luz en direcciones opuestas. 2) El despegue del cohete
debe soportar una fuerza de escape, fc, de unos
vE 11.229m/s
Fe = ------------ = ----------------- = 334.794 m/s N
fc 0,03354 N

Pero esta fuerza de escape, fe, se produce en forma parabólica: al mismo tiempo que asciende el cohete, este se va
desplazando hacia el este arrastrado por la energía rotacional de la Tierra. Sabemos que la velocidad de giro terrestre,
vgT, en el ecuador es de unos 462,56m/s. También sabemos que cada segundo de giro terrestre, el Sol se desplaza
hacia el oeste lo equivalente a 0,041068”/s ó 1,2699m/s en la superficie de la Tierra. Se nos informa que la luz tarda en
llegar a la Luna, tL, unos 1,2825s. y en llegar al Sol, tS, unos 499s. Según estos períodos y distancias establecidas de
la Luna y del Sol, la velocidad de la luz será, más o menos, de unos 300.000.000m/s. Sin embargo las nuevas
distancias que se descubren bajo los datos geocéntricos son, respectivamente, de unos 254.700.000m y de unos
97.682.000.000m. Conforme a los datos aportados, la velocidad de la luz, en dirección opuesta a la fuerza centrípeta
será de unos
c · 1,01672 254.700.000m
fe · vgT = 154.800.000m/s = --------------------------- = ----------------------------
2 · √ 1,002745 (1,2825s)2
1,0167 = excentricidad del Sol
1,002745 = relación día solar /día sideral

67
NOTA: El tiempo elevado al cuadrado no es una excepción en el caso lunar, los tiempos-luz en las distancias
a las estrellas también se ven afectadas por esta singularidad. No hay más que comprobar que la distancia a
la estrella Alfa de Centauro, de la que dicen se encuentra a unos 4,32 años/luz, se encuentra, en realidad, a
unos √ t.
c
√ (86.400s · 365,25d · 4,32 años) (------) = 1.748.000.000.000m
2

vE2
Observen que la nueva distancia a la estrella mencionada = 465,1m/s (---------)
fc

465,1m/s = velocidad de giro terrestre conforme al día sideral = 365,25 ·1,2699m/s · 1,002745

Y si se pone en duda esta prueba matemática, la velocidad de la luz, camino hacia la Luna, será de

fe 334.794 m/s N 254.700.000m


----------------------- = ----------------------------------- = 198.590.000m/s = ------------------------
(0,041068”/s)2 (0,041068”/s)2 1,2825s
2
Y como (0,041068”/s) = 1 / (vgT · 1,2825s)

334.794 m/s N · 365,25 · 1,2699m/s · (1,2825s)2


Entonces… 254.700.000m = -----------------------------------------------------------------
1,002745
Respecto al Sol

fe 334.794 m/s N 97.682.000.000m


----------------------- = ----------------------------------- = 198.590.000m/s = -----------------------------
(0,041068”/s)2 (0,041068”/s)2 (499s · cos ε)

334.794 m/s N · 365,25 · 1,2699m/s · (499s · cos ε) · 1,2825s


Por lo tanto… 97.682.000.000m = -------------------------------------------------------------------------------
1,002745
Y la relación con la velocidad de la luz establecida:

154.900.000m/s · 2
299.750.000m/s = ----------------------------
2
1,0167

Ahora bien, ¿299.750.000m/s. es la velocidad real de la luz? Hemos demostrado que no lo es. Tampoco lo es
la velocidad que hemos hallado y que cumple con los tiempos luz entre la Tierra y un astro. Repasemos de
nuevo lo dicho hasta ahora:

En primer lugar hemos demostrado en el capítulo precedente las relaciones existentes entre las fuerzas
electromagnéticas y la gravitacional. En orden a estas relaciones, descubrimos la relación existente entre la
fuerza o aceleración centrípeta de la Tierra, fc, y la constante electromagnética, k. Vemos que dicha
velocidad surge de

fc · 8,988 · 109 N·m2/C2 = 299.800.000m/s · (1,002745)2 = 301.457.500m/s

68
fc = 0,03354 N

Considerando que no existe ninguna sustancia ajena a la atracción centrípeta de la Tierra. Las ondas de la luz
tampoco escapan a esta atracción. Si escapasen a la atracción centrípeta de la Tierra sería imposible realizar
experimentos con fotones, al no existir nada que los retenga, se escaparían al espacio. Por tanto, en una
primera aproximación constatamos que la velocidad de la luz en el vacío, debe ser como mínimo del valor de
k:
8,988 · 109 m/s
La ley de Newton nos dice que “la fuerza decrece con el cuadrado de la distancia”. Pero esta ley tiene
una doble lectura. Si la fuerza decrece significa que a mayor distancia, menos atracción centrípeta se
producirá. Por consiguiente si la velocidad de la luz en la cercanía terrestre se ve frenada por la fuerza
centrípeta alcanzando esas velocidades en contra de la fuerza centrípeta, cuanto más se aleje el fotón más
libre se encontrará para moverse libremente y alcanzar su velocidad real. La fuerza centrípeta se comporta
con la luz igual que lo hace una barrera de cristal: cuando la luz incide sobre una sustancia transparente su
velocidad disminuye, pero una vez pasado éste, recobra su velocidad original. De lo cual se desprende que el
valor de k, dividido entre fc, es igual a

(8,988 · 109 m/s) / 0,0339 N = 2,65 · 1011


Esta velocidad última se produciría en el caso de existir una fuerza centrípeta de valor cero, algo que no
puede suceder dado que la fuerza de escape de la Tierra produce su efecto en distancias estelares. Por
consiguiente la velocidad máxima experimentable en o desde la Tierra, será de unas
11
2,65 · 10 m/s · 0,8504 vE
2 2 11
----------------------------------- = 1,02745 (----------------) = ± 1,127 · 10 m/s
2 0,03354 N
1
11
1,127 · 10 m/s = 154.800.000m/s · 365,25 · 2 = -------
ε0

La velocidad de la luz es igual a la inversa de la permisividad del espacio vacío

¡¡ 375 veces superior a la velocidad establecida !!

0,5 · 10-4 T · rT
375 = --------------------------
0,8504

Los científicos han estado tratando, sin saberlo, con la velocidad real de la luz.

Habiendo dejado demostrado que la velocidad de c, es muy superior a la velocidad de la luz establecida,
repasemos con atención lo que postula la relatividad de Einstein. En los párrafos (1) y (2) se nos narra el
viaje de una nave espacial, que después de un tiempo en el espacio regresa a la Tierra. Al regreso a la Tierra
los tripulantes de la nave constatan que el tiempo no ha sido el mismo para ellos, que para los que se
quedaron en tierra. Y el extraordinario fenómeno ocurre en base a que el tiempo medido en la nave es más

69
pequeño que el medido en la Tierra por un factor de acortamiento donde v es la velocidad de la nave y c la
velocidad de la luz.1

Conforme al movimiento geocéntrico, sabemos que cada segundo la Tierra precede hacia el oeste en unos
0,041068”/s. Según la mecánica establecida dicha precesión angular se traduce en 0,041068”/día, ya que en
la rotación con velocidad directa hacia el este, cada segundo la Tierra gira 15”/s que equivalen a 0,041068” ·
365,25 días. Pero la inversa de 0,041068” son los segundos temporales para 1” = 24,349 segundos.
Duplicando este tiempo: 48,67 segundos = 2”. Valor angular que surge de

v2 (c - 462,56m/s)2
2” = √ ( --------) · 86.400s · 15”/s … y (2”)2 = [ ( ----------------------) -1] · 86.400s · 15”/s
c2 c2

En la relatividad de Einstein está implícita la velocidad de escape. Velocidad que demuestra el


origen, junto a la fuerza centrípeta, de la nueva velocidad de la luz en el vacío.

Por otro lado, en orden a la ecuación de Einstein, el factor de acortamiento máximo no puede exceder a la
inversa de la velocidad de escape, vT, dividida por el cos ε.

(c -1m)2
√ [( ------------) -1] = 1 / (vE / cos ε)
c2
¿Por qué o de dónde surge la distancia establecida Tierra-Luna? Si el experimento se realiza enviando un
fotón de luz a la Luna, su velocidad se verá frenada por las fuerzas centrípetas de la Tierra: la aceleración
centrípeta y la aceleración de la gravedad. Por tanto

1,127 · 1011m/s · 0,0339 N · 1,0027452


384.153.000m = ---------------------------------------------------
10 N

En base a este dato, habiendo demostrado que la velocidad de la luz queda dividida entre 2, el tiempo luz
Tierra-Sol será de
97.682.000.000m · 2
------------------------------------------- = 508,5s
384.153.000m

508,5s – (499s · cos ε) · 0,041068”/s = 0,427” = el valor angular que faltaba para completar los 5,741” en la
precesión anual del perihelio de Mercurio.

70
ABERRACION DE LA LUZ ESTELAR

Otro aspecto relacionado con la luz en el vacío es lo que los científicos denominan: “aberración anual de la
luz estelar”.

“Para explicar este fenómeno recordemos una observación cotidiana. Un peatón


camina bajo la lluvia con un paraguas. Supongamos que no hay viento y que las gotas
caen perpendicularmente al suelo. El peatón tendrá entonces que inclinar el paraguas
tanto más adelante cuanto más deprisa camine si quiere que no le alcancen las gotas. El
mismo efecto se da en la observación de una estrella. Como la Tierra se mueve, habrá
que girar el anteojo en la dirección del movimiento terrestre para que la estrella
permanezca en el centro del campo visual”.

Observemos el gráfico utilizado en el tema sobre la “aberración de la luz estelar”. Se


representa la inclinación que debe aplicar el observador terrestre al telescopio para
observar una estrella concreta. Pero este fenómeno no guarda relación alguna con la
velocidad de la luz. Lo que ocurre es que el observador terrestre queda desplazado hacia
el oeste cada día unos 20,49”. De ahí que el desplazamiento estelar sobre la
perpendicular del observador sea calificado como de “aberración” y achacado a la
velocidad de la luz.

Vamos a comprobar, pues, como dicha aberración de la luz estelar surge de la simple cinemática geocéntrica.
Resulta que dicha medida angular supone

(20,49”/365,2563d)
20,49” = 15”/s -------------------------------
0,0410686”/s

Igualmente se puede demostrar que dicha aberración es igual

20,49” = 499 s · 0,0410686”/s


499s = Tiempo luz Tierra/Sol

Y también

20,49” · rT · 2 · π
---------------------------- = 499s · 1,2699m/s
360º · 60´ · 60”

Pues bien, ya hemos mencionado arriba la causa de la “precesión general de los equinoccios” que es de unos
50,26”. Por otra parte los textos nos informan que el planeta Mercurio sufre una precesión anual en su
perihelio de unos 5,741” (¿Será debido al satélite natural del Sol o será debido a la posición del astro solar?).
También nos dicen que la luz estelar al pasar cerca del campo gravitacional del Sol, sufre una desviación
(¿no será otra precesión?) de unos 1,77”. Observamos que la precesión es común a todos los fenómenos.
¿No estarán todos estos datos relacionados entre si? Vamos a comprobarlo.

P. General de los Equinoccios=(20,49” ·2)+(1,77” ·2) + 5,741”=50,26”

¡Se puede decir más alto, pero no más claro!

71
EL CAMPO ELECTROMAGNÉTICO Y LAS MASAS
En este capítulo se demostrará que el campo electromagnético de la Tierra se propaga por todo el Universo.
También confirmaremos las masas que hemos hallado en capítulos precedentes y quedará demostrado que el
macrocosmo se rige bajo las mismas leyes que rigen el microcosmo. Descubrimos, así, que lo de arriba es
igual que lo de abajo.

Decíamos que la fuerza de escape, fe, es la fuerza necesaria para escapar de la superficie terrestre. Esta
fuerza de escape es igual a la velocidad de escape, dividida entre la fuerza centrípeta de la Tierra = 334.794
m/s N. Si sabemos que la fuerza disminuye con el cuadrado de la distancia, entonces en la distancia Tierra-
Luna, la fuerza centrípeta será de unos
334.794 m/s N
------------------ = 210 m/s N
2
(39,933r)

Y en la distancia Tierra-Sol, será de unos


334.794 m/s N
------------------------ = 0,001427 m/s N
2
(15.315r)

Esas son fuerzas hacia el centro de la Tierra, pero además de esa fuerza se está produciendo otra: el empuje o
arrastre de la Luna hacia el este a razón de unos 576,6m/s (Ver gráfico) Esto significa que debemos hallar el
producto de ambas fuerzas, esto es
vE · 10 N 1
(210m/s N · 576,6m/s · 1,0027454)2 = (--------------)2 = ----------
cos ε G
vE = 11.229m/s

72
De cuyo resultado se explica que el valor de G está relacionado con la fuerza de la Tierra sobre la Luna. Pero
este proceso resulta válido para nuestro satélite natural que se mueve hacia el este por el arrastre de la Tierra.
En el caso del Sol, de los planetas y las estrellas que se mueven hacia el oeste, el proceso se invierte, esto es

0,001427m/s N 1
---------------------- = ---------------------
(19.450m/s)2 2,65 · 1011

Por consiguiente, la relación de fuerzas hacia el este, respecto a la fuerza que se produce en dirección
opuesta, será de unos
2,65 · 1011
---------------------- = 4 · 1021 J m2/s2 kg
G
De este modo comprobamos que

mT · cN = 3 · 1024 kg · 1,127 · 1011 m/s = vL2 · r · (4 · 1021) = 3,38 · 1035 J

(576,6m/s)2 · 254.700.000m · (4 · 1021) = 3,38 · 1035 J

cN = Nueva velocidad de la luz

En el capítulo sobre las masas, ha quedado demostrado la razón del valor atribuido a la masa heliocéntrica
del Sol, mSh. Por tanto
334.974m/sN · 2 · (3,38 · 1035) J
mT · c2 = mSh · (2,65 · 1011) = ± 2 · (2,65 · 1041) = -----------------------------------------
0,8504

Por consiguiente,
E = mT · (cos ε)2 · c2 = 2 · 1030 kg · 1,127 · 1011m/s
Con los datos aportados, ahora estamos en disposición de completar el proceso sobre las masas. En el
24
capítulo sobre las masas, el cuadrado de la velocidad lunar por su radio = 1,268 · 10 kg. Este valor se nos
antojaba pequeño para la masa de la Tierra. Sin embargo descubrimos que el campo magnético de la Tierra,
resulta igual a
1,268 · 1024 kg · G
-4
------------------------ = 0,5 · 10 T
(2,65 · 1011) · rT

NOTA: Este planteamiento resulta de especial interés para conocer a que distancia de la Tierra o de un
planeta, los satélites dejan de orbitar en sentido oeste-este para orbitar de forma “retrógrada” o en dirección
contraria a lo “normal”. Fenómeno, este, reflejado en el nuevo modelo universal geocéntrico y en los
satélites planetarios con mayor radio de revolución. Ejemplos: los satélites más alejados de Júpiter y los más
alejados de Saturno. La distancia donde la fuerza tangencial deja de tener un efecto notable sobre los
satélites, es de
2
√(----------------------) = 200 r
0,5 · 10-4 T

73
“Todos los satélites que se encuentren en una distancia igual o superior a 200 radios del planeta,
deben orbitar en dirección contraria a la dirección de los satélites que se encuentran en una distancia
inferior.”
Podemos comprobar que tanto en el satélite “retrógrado” más cercano a Júpiter, como en el de Saturno, la
distancia al planeta es de

XII (Ananke) satélite retrógrado de Júpiter: distancia en r = 290


IX Febe, satélite retrógrado de Saturno: distancia en r = 215

NOTA: El satélite retrógrado de Neptuno: Tritón, ¿es una excepción a la regla o está demostrando que el
núcleo del planeta gaseoso está girando de forma retrógrada?
La Última Hipótesis demuestra la razón “oculta” de las revoluciones
retrógradas de los satélites.
2
v ·r
Y si en el caso lunar, la masa de la Tierra según el proceso de Newton = ----------------
G

Para el Sol y el resto de los astros, las masas, según los nuevos datos geocéntricos, serán
11
r · (2,65 · 10 ) mT · 5N
---------------------- = ---------------
v2 · G masas
En el caso del Sol
97.682.000.000m · (2,65 · 1011) mT · 5N
------------------------------------------ = ---------------
(19.450m/s)2 · G 6,2
En el caso de la estrella Alfa de Centauro

1.748.000.000.000m · (2,65 · 1011) mT · 5N


------------------------------------------ = ---------------
(695.000m/s)2 · G 440

Con lo cual se confirman, una vez más, que las masas halladas son correctas.

Al comienzo de este capítulo, decía que las leyes que rigen el Universo, son las mismas que rigen los
átomos. Vamos a comprobarlo.

Recordemos la ley de Coulomb:

La fuerza que un objeto diminuto cargado ejerce sobre otra segunda carga, es proporcional al producto de
la cantidad de carga de una, Q1, por la cantidad de carga en la otra, Q2, e inversamente proporcional al
cuadrado de la distancia r entre ellas.

Esta ley de Coulomb se formula


Q1 Q2
F = k ------------
r2
k = 8,988 · 109 N·m2/C2

74
Esta fórmula resulta idéntica a la fórmula enunciada por Newton para la gravitación universal. ¿Qué ocurre si
esta formulación, cuya aplicación se destina al mundo atómico, la aplicamos al mundo de los planetas?

Convirtiendo Q1, en m1, y Q2, en m2, vean lo que sucede:


22 22
m1m2 3 · 1024 kg · 4,315 · 10 kg · 8,988 · 109 N·m2/C2 3 · 1024 kg · 4,315 · 10 kg · G
2
F = k ------------ = --------------------------------------------------------------- = (---------------------------------------)
2 2 2
r (254.700.000m) (254.700.000m)

2
= 1,335 · 1020 kg = (1,326 · 1020 kg · √ 1,0144)

1,0144 = relación mes sideral / mes simétrico

¡ Resultado idéntico al que surge aplicando la formulación de la constante


gravitacional, elevado al cuadrado !

De cuyas formulaciones extraemos la siguiente conclusión:

8,988 · 109 N·m2/C2


2 2
1,326 · 10 kg · 1,0144 = ------------------------------- = 1,345 ·1020 kg·N·m /C
20

G
En ambas formulaciones sobre las fuerzas, la gravitacional y la electromagnética, podemos suprimir
las dos constantes, quedando la formulación en
22
m1m2 3 · 1024 kg · 4,317 · 10 kg 1,326 · 1020 kg
2 30
F = ------------ = ------------------------------------ = 3 · 1024 kg · v · 2 = ------------------------ = 1,99 · 10 kg·
2 2
r (254.700.000m) G

34
Nos dicen que la fuerza electromagnética es de unas 10 veces superior a la fuerza gravitacional. Averigüemos el por
20 2 2
qué. La fuerza electromagnética de la Tierra será el producto (8,988 · 109 N·m2/C2 / G) = ± 1,326 · 10 kg·N·m /C ,
multiplicado por el cuadrado de la distancia Tierra-Luna y por su aceleración.

2 34
1,326 · 1020 kg · (254.000.000m) · 0,001305 = 10 C · √ 1,2699m
Y también
mT
---------------------------------------- = 1034 C
√(1,2699m) · 22 · G
2 2 2
Pero, (254.000.000m) · 0,001305 = v · r. Si el producto v · r, fuese mayor, la fuerza ejercida sobre el
astro sería menor, ya que la fuerza gravitacional depende y se relaciona con la fuerza neta electromagnética
de la Tierra. Pongamos un ejemplo:
2 19
Si el producto v · r = 3,695 · 10 kg, la fuerza electromagnética que la Tierra ejercería sobre el astro en
19 14 2 2
cuestión sería (1034 C · √ 1,2699m) / 3,695 · 10 kg = 3,05 · 10 kg/m ·C . Ya que los datos del ejemplo
2
corresponden al producto v · r del Sol, podemos comprobar su efectividad

75
9 2
m1m2 (97.862 · 10 m) 3 · 1024 kg · ac
F = G ----------- = (3,05 · 1014) kg/m2·C2 ----------------------------- = ---------------------
2
r G · (3 · 1024) kg 6,2

Si utilizamos los datos referentes a una estrella que se encuentre en el plano de la eclíptica y a la misma
2 23 34
distancia de la Tierra que la estrella Alfa de Centauro, cuyo producto v · r = 8,464 · 10 , entonces (10 ·
23 10
1,2699) / 8,464 · 10 = 1,5 · 10 . Luego

9 2
m1m2 (1748 · 10 m) 3 · 1024 kg · ac
F = G ----------- = 1,5 · 1010 kg/m2·C2 -------------------------- = ---------------------
2
r G · (3 · 1024) kg 440

76
EL EXPERIMENTO DE MICHELSON Y MORLEY
“Durante la década de 1880, Albert Michelson ideó un ingenioso esquema para hacer precisamente eso. Si
la Tierra se movía a través de de un éter inmóvil –razonó este científico-, un rayo luminoso proyectado en la
dirección de su movimiento, con la consiguiente reflexión, recorrería una distancia menor que otro
proyectado en ángulo recto. Para realizar este experimento, Michelson inventó el interferómetro, artificio
dotado con un prisma doble que dejaba pasar hacia delante la mitad del rayo luminoso y reflejaba la otra
mitad en ángulo recto. Entonces unos espejos reflejaban ambos rayos sobre un ocular en el punto de
partida. Si el rayo recorría una distancia algo mayor que el otro, ambos llegaban desfasados y formaban
bandas de interferencia.

En 1887, Michelson inicio el experimento con ayuda del químico americano E. W. Morley. Colocando el
instrumento sobre una losa que flotaba en mercurio para poderle dar cualquier orientación fácil y
suavemente, los dos científicos proyectaron el rayo en diversas direcciones tomando como referencia el
movimiento de la tierra. Y no descubrieron diferencia alguna. Las bandas de interferencia se mantuvieron
invariables, aunque ellos apuntaron el mismo instrumento en todas las direcciones, repitiendo muchas veces
el experimento. (Experimentos posteriores de la misma índole, realizados con instrumentos más sensibles,
han dado los mismos resultados)

Entonces se tambalearon los fundamentos de la física. Porque estaba claro que el éter se movía con la
Tierra –lo cual no tenía sentido- o no existía tal éter. La física clásica –la de Newton- notó que alguien
estiraba de la alfombra bajo sus pies.”

Como ya hemos manifestado en el capítulo SOBRE LA VELOCIDAD DE LA LUZ, la razón de que no se


experimentase ninguna interferencia se encuentra en la singularidad del campo magnético que rodea y se
mueve con la Tierra. En dicho capítulo se argumenta con dos ejemplos gráficos lo que acontece durante el
envío de un cohete espacial y el envío de un fotón. De ambos ejemplos se extrae la conclusión de que la Tierra
arrastra con su giro a todo objeto en caída libre o en escape vertical. Este fenómeno sucede igualmente con los objetos
que se desplazan por el aire hacia el norte o hacia el sur siguiendo el eje terrestre. Los objetos que son dirigidos o
impulsados en dirección este u oeste, se produce el mismo efecto pero con una salvedad: 1) el objeto que se dirige
hacia el este, a la velocidad de giro terrestre se le añade la velocidad del objeto y a los objetos que se dirigen hacia el
oeste, a la velocidad de giro terrestre se le resta la velocidad del objeto. Se concluye, por tanto, que la velocidad de giro
terrestre se encuentra presente en todos los fenómenos relacionados con las velocidades en la atmósfera de la Tierra.
Este hecho, incuestionable, demuestra que en los experimentos relacionados con la velocidad de la luz, se está
ignorando la realidad de que el campo magnético de la Tierra, conjuntado con la fuerza de gravitación, impiden
cualquier desfase en el movimiento de la luz en direcciones opuestas.

¡Esta es la respuesta correcta a las conclusiones del experimento de Michelson y Morley!

77
SOBRE LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES
Interesado en conocer lo que escriben los “expertos” sobre la Teoría de la Evolución, me dediqué a leer la
obra “LA FORMACIÓN DE LA HUMANIDAD”, de Richard Leakey (Biblioteca de divulgación científica,
RBA editores) Según consta en la portada del volumen “EL MÁS FAMOSO PALOANTROPÓLOGO
ACTUAL DESCIFRA LOS ORÍGENES DEL HOMBRE Y SU EVOLUCIÓN HACIA LA CULTURA”

Como es habitual en los ensayos científicos, comienzan sentando las bases de su disertación relatando la
singularidad de que todo pueblo, tribu o nación tengan sus creencias religiosas referentes a una Creación
divina: la inquietud fundamental. Por supuesto que dicha singularidad la interpretan como una necesidad
humana de culturas inferiores. También resulta habitual por los autores científicos mencionar los avatares
que sufrieron los precursores de teorías “heréticas” por la Iglesia Católica. Pretenden con ello colocar al
lector en una actitud sicológica favorable hacia la “sufrida” ciencia. Hoy los papeles han cambiado, somos
calificados de herejes los que nos atrevemos a dudar y/o criticar a la Ciencia. Pero, ¿qué hay de cierto en
todo lo que nos relatan? Una vez más, al igual que ocurrió con la Astronomía, la Antropología se deja
seducir por los “encantos” de las apariencias y vuelve a equivocarse.

Lo primero que me llamó la atención en la lectura de dicha obra fue la inconsistencia de los datos que aporta.
¿No dice acaso uno de los principios científicos que todos los datos deben ser susceptibles de ser
demostrados? Según algunos catedráticos que escriben para algunos diarios “todo está demostrado” (¡Qué
rápido “queda demostrado” lo que les interesa!) ¿Lo está? Veámoslo. Está demostrado que el hombre y el
simio guardan una similitud bioquímica. Eso no es ninguna novedad. ¿No nos dice el Génesis que los
animales terrestres surgieron de la tierra y que el primer hombre fue formado con arcilla?

Respecto a la obra mencionada,

1) Resulta sospechoso que todas las subvenciones concedidas a los paleoantropólogos se destinen a la
búsqueda y confirmación de la evolución humana.

2) En ningún texto referente a la evolución se menciona nada respecto al hallazgo de restos que
confirmen el salto evolutivo entre dos especies animales ajenas a los simios. Lo cual resulta un tanto
sospechoso.

3) Tampoco se encuentra, ni se cita nada, respecto a la evolución de una especie vegetal a otra. Resulta
evidente que la ciencia está obsesionada con confirmar el origen simiesco del ser humano.

4) Los textos sobre la evolución humana están repletos de expresiones tales como: aparentemente…,
posiblemente…, se cree que…, en el futuro se demostrará…, nuevos descubrimientos pueden
cambiar todas nuestras ideas sobre el origen del hombre (sic), … ¿Este lenguaje es propio de algo
que está demostrado?

5) Si tan avanzada está la tecnología experimental, ¿por qué le resulta imposible a la Ciencia provocar
una “evolución controlada” entre dos organismos simples? Conjeturar es fácil, demostrarlo es harina
de otro costal.

6) Tal y como se cita en la obra mencionada, el origen del lenguaje continúa siendo el verdadero
escollo de los evolucionistas. Resulta cómico los múltiples, largos y tediosos experimentos llevados
a cabo por “expertos” en sicología animal, intentando demostrar que gorilas y chimpancés pueden

78
aprender a comunicarse con los humanos. ¡Pues claro que pueden comunicarse, pero de igual forma
que se puede comunicar cualquier persona con su mascota doméstica que responden a las órdenes,
expresiones y tono de la voz! Pero de ahí a pretender que el animal comprenda o responda al sentido
de una oración gramatical, hay un abismo.

7) La obsesión de los científicos por “emparentar” a los simios con los humanos, llega al extremo de
ensalzar las virtudes de esta especie por encima de las demás. Los científicos deberían documentarse
sobre las virtudes de otras especies y comprobarían que muchas superan, de forma destacada, las
virtudes simiescas. Queda claro que “no hay más ciego que el que no quiere ver”.

8) Está demostrado que el cruce entre dos especies no produce descendencia y si la hubiera el resultado
sería monstruoso. Siendo así, el salto evolutivo o la mutación genética, tuvo que producirse en la
misma tribu y en la misma época en ambos géneros, algo que resulta cuando menos “milagroso”.

9) ¿Por qué si contemporizamos con simios no hay prueba viviente alguna de los sucesivos saltos
evolutivos entre el simio y el Hombre?... ¿No resulta una paradoja que los saltos evolutivos
posteriores de los simios, mas preparados para la supervivencia, hayan desaparecido por completo?

CONCLUSIONES

La premisa fundamental que establece el origen de los saltos evolutivos: la lucha por la
supervivencia, es precisamente lo que inhabilita la posibilidad de la evolución. Observando a una
especie animal salvaje, nos llama la atención que todo su sistema nervioso, salvo momentos
concretos del día, permanece en alerta constante ante la presencia de un posible depredador. Su
principal preocupación consiste en conservar la vida. Y para conservar la vida el organismo acaba
adoptando técnicas de camuflaje, por mimetismo, conforme al entorno en el que desarrolla su
existencia. Estos hechos, señores científicos, es producto de una adaptación, no de una
evolución. La especie continúa siendo la misma. Adaptaciones que pueden ser de índole cromática,
funcionales o morfológicas, bien para pasar desapercibido, bien para mejorar alguna función de
supervivencia básica. Una liebre no ansía ni desea el vuelo y la fuerza del águila, pero si puede
adaptar el color de su piel al entorno para pasar desapercibida. Adaptaciones miméticas que pueden
modificar tanto el color de su plumaje o piel (es lo mismo que ocurre con las razas humanas), como
la modificación de alguna función o extremidad corporal para facilitar la consecución de alguna
necesidad básica. Pero ahí se acaba toda posibilidad de cambio en una misma especie. Por
consiguiente, la lucha por la supervivencia, no incide o presiona hacia un salto evolutivo, sino
en salvaguardar la especie mediante diversas técnicas de camuflaje… En cuanto al argumento
de que en un momento dado se haya producido una mutación genética, resulta cómica. ¿Por
qué la mutación genética debe apuntar a un cambio superior de la especie y no a un cambio
estéril y tarado tal y como nos lo demuestra el conocimiento empírico? El sentido común
podría aceptar que se haya producido alguna mutación genética favorable, pero sostener qué
a la primera mutación genética hacia un cambio en la especie le han seguido miles de
mutaciones “inteligentes” hasta llegar al Hombre, resulta insostenible para cualquier
mentalidad equilibrada. La lucha por la supervivencia no puede consistir en la búsqueda de otras
alternativas más favorables para el sustento orgánico: un organismo unicelular no está envuelto en
ningún tipo de peligro o necesidad que le incida a originar otra “especie”. Por consiguiente, la
premisa fundamental de la teoría evolucionista, parte de la existencia previa de multitud de especies
vivas en orden ascendente. Además, ¿qué garantía aporta para la supervivencia dar un salto
ascendente en la evolución? Ninguna. Todas las especies animales, aunque se encuentren en lo
alto de la pirámide de la evolución, se encuentran en peligro constante ante los depredadores
superiores. Siendo así, ¿dónde está la ventaja de cambiar a otra especie si la lucha por la
supervivencia va a continuar siendo la misma?... Si dar un salto en la evolución para crear otra

79
especie animal diferente es de suyo inexplicable, ¿cómo pretenden que desde un organismo simple
se hayan realizado, no uno, sino miles de saltos hasta llegar al Hombre? Pero no acaban aquí las
interrogantes. Si conocemos que la procreación entre distintas especies resulta imposible y
que cuya descendencia, de haberla, sería monstruosa, el salto evolutivo o la mutación genética,
tuvo que originarse en ambos géneros, en la misma época y en la misma tribu para darse la
continuidad… ¿Se puede sostener semejante cúmulo de sucesivas “casualidades” sin caer en
el cinismo y la vergüenza?

¿Algún ser humano, a lo largo de su existencia se ha planteado alguna vez en cómo y en qué podría
mejorar su propia morfología física, funcional, emocional e intelectual? Me atrevo a responder con
un rotundo ¡no! Las habilidades fundamentales del ser humano para la “supervivencia” consisten en
el conocimiento y la intelectualidad (Por la experiencia que he vivido durante 18 años, habría que
añadir otras “habilidades”: la pérdida de la dignidad a cambio de garantizarse una economía
suculenta). Ni se piensa ni se contempla en la posibilidad de “saltar” a otra morfología física
diferente a la que tenemos. Esta premisa indica que cada ser vivo, y en especial los seres humanos,
lucha por mantener intacta la normalizada morfología de su especie, las funciones, los instintos y
las emociones propias. Respecto a los seres humanos, cualquier desvío físico, emocional o
intelectual, es considerado como una tara o una monstruosidad. La estructura físico-emocional del
ser humano queda sujeta a permanecer siendo ella misma. Y si la inteligencia humana es incapaz de
pensar y desear en otra estructura morfológica diferente con cualidades superiores, ¿cómo es
posible que el azar de la evolución cree nuevas morfologías físicas, instintivas y emocionales a
partir de un organismo simple, sin conciencia alguna de serlo, con mayores prestaciones para la
vida y la supervivencia? ¿El azar de la evolución ha originado la creación ordenada y
ascendente de cada especie?... ¿No será que el “azar” es inteligente?... ¿Me lo puede explicar
algún “experto” o debemos dejarlo a la “casualidad” como tantas cuestiones planteadas por la
“dogmática” Ciencia?

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