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Nicholls
Introducción
Hoy, más que nunca, somos conscientes del futuro. Las imágenes de la
ciencia ficción nos llegan desde todas partes, seamos entusiastas del género o no.
Lo único que podemos hacer es intentar adivinar lo exactas que resultarán, a la
larga, esas imágenes del futuro. «¿Puede llegar a presentarse ese escenario?» En
otras palabras: ¿se hallan basadas esas imágenes del futuro en auténtica ciencia?
1. El viaje al espacio
Las dos estrategias lentas para alcanzar las estrellas son la animación
suspendida y la nave «generacional». La hibernación artificial, en la que los
procesos corporales son frenados considerablemente sin ser detenidos del todo, es
una posibilidad prometedora. Pero la forma más romántica de viaje «lento» a las
estrellas se produce en una nave estelar generacional, llamada a veces «arca
espacial».
Hábitats espaciales
Tal como lo planteó O'Neill, «el propio espacio puede ser el destino, en vez
de simplemente un pasillo». Una estación espacial en órbita, como el Skylab por
ejemplo, es en sí misma un tipo de hábitat en el espacio, por supuesto, pero hasta
el presente tales estaciones son consideradas como laboratorios espaciales o puntos
de partida para la construcción y el despegue de naves espaciales, antes que como
un fin en sí mismas.
Terraformación
Sólo hay dos estrategias generales para colonizar mundos que sean sólo
parcialmente de tipo terrestre. Podemos alterar nuestros cuerpos para que se
adapten al planeta (a esto se le llama a menudo «pantropía»), o podemos alterar el
planeta para que se adapte a nosotros. A eso se le llama «terraformación».
2. El secreto es la energía
Se nos dice que las fuentes de energía en el mundo real se están agotando. En
consecuencia, ¿son los futuros de alta tecnología de la ciencia ficción un sueño
imposible? ¿Nos verán los próximos 100 años como un puñado de desmoralizados
campesinos, o todavía podremos alcanzar las estrellas?
La fisión nuclear
La fusión nuclear
3. Alienígenas
La mayoría de los científicos -y casi todos los escritores de ciencia ficción-dan por
sentado que existe la vida en muchos otros mundos dentro de nuestra galaxia.
Estamos intentando ya entrar en contacto con alienígenas inteligentes.
¿Estamos solos?
Primer contacto
Si existiera realmente un Club Galáctico, y nos uniéramos a él, seguiríamos
estando de todos modos muy lejos de poder hallamos frente a frente con seres
alienígenas. Si la civilización comunicativa más cercana se halla a centenares de
años luz de distancia, las dificultades de mantener una conversación se ven
superadas por las dificultades de establecer una cita.
Apariencias alienígenas
Por supuesto, en el asunto de diseñar seres alienígenas hay mucho más que
cuestiones de bioquímica. Se supone que la mayor parte de los alienígenas de la
ciencia ficción son muy similares a nosotros en su bioquímica básica, y se supone
que viven en mundos de tipo terrestre. Cuando nos movemos más allá de la
cuestión de cómo funcionan sus organismos o cuál es su aspecto o la forma en que
se interrelacionan entre sí, entramos en el reino de la ecología especulativa.
Sociedades alienígenas
Algunas de las ideas más queridas por la ciencia ficción parecen hallarse
rigurosamente prohibidas, en la vida real, por las leyes de la naturaleza tal como
las conocemos. ¿Pero es posible que haya vías de escape?
Comunicación instantánea
Antimateria
Gravedad y antigravedad
Nuestro escepticismo, fruto del sentido común, acerca del viaje por el tiempo y
otros universos ¿se halla apoyado por la ciencia moderna?
¿Qué es el tiempo?
Einstein fue más allá. El tiempo, dijo, no tiene existencia independiente más
allá del orden de acontecimientos a través del cual lo medimos. En este sentido, sin
embargo, el tiempo es lo bastante real para el científico. El tiempo científico es el
intervalo entre acontecimientos. Los científicos se preocupan de medir esos
intervalos tan exactamente como les es posible a fin de formular leyes que
describan la forma en que trabaja la naturaleza. Hoy en día lo consiguen utilizando
los llamados relojes atómicos, cuya exactitud alcanza una fracción de una
millonésima de segundo.
Hay dos áreas en las que la física moderna, pese al principio de causalidad,
puede permitir una especie de viaje por el tiempo. Ambas conjeturas -una relativa
a las partículas más rápidas que la luz y la otra a los agujeros negros-pueden
revolucionar la física si llegan a ser demostradas. Si los taquiones viajeros por el
tiempo son descubiertos, o si los agujeros negros son usados alguna vez para viajar
por el tiempo, la causalidad se va al diablo, y el principal obstáculo teórico al viaje
de todo tipo por el tiempo habrá sido derribado.
Bibliografía
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Editorial. «Las aventuras sin par de un tal Hans Pfaall», en Cuentos de E. A. Poe, Alianza
Editorial.
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