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IGLESIA DE DIOS NUEVA JERUSALEN (Seminario de Homilética)

HOMILÉTICA Y PREDICACIÓN

“La homilética es el arte y ciencia de predicar para comunicar el


mensaje de la palabra de Dios.” Incluye tanto la organización del
material como la preparación del mensaje para predicar efectivamente.
Homilética (Gr. Homilétikos, de Homilios) tiene la connotación de
“Juntos a reunirse,” y en teología tiene que ver con el uso de los
principios de la retórica para la predicación pública. Algunos estudiosos
consideran una cuarta clase de teología. Además de la teología bíblica,
sistemática e histórica, muchos consideran la teología pastoral. Ellos
definen la “Homilética (del Gr. Homilétikos, reunión: y Homilios:
conversar) como una rama de la teología pastoral, la cual se encarga
del estudio del sermón o estudio religioso.”
La palabra homilética es la latinización de la palabra griega (Omil ew:
declarar, confesar, o el verbo Dmol ogew: platicar, charlar. Hch.
20:11,24:26; Lc. 24:14. Se trata de una combinación de palabras:
“Homo” de Dmoz que significa: semejante, parecido; y “Lego”: decir. En
este sentido significa realizar una confesión fidedigna. Decir lo
mismo, en el sentido de no alterar el contenido del mensaje.
Tomando en cuenta tanto el sentido etimológico de la palabra homilética
como la definición de algunos autores respecto a esta disciplina,
podríamos resumir estos términos en una declaración completa y
sencilla al mismo tiempo. Se podría decir que la homilética es
considerada como una ciencia o un arte de interpretar y comunicar
fielmente la palabra de Dios y que para este fin incluye también la
organización y elaboración de un bosquejo que permita comunicar
claramente el mensaje divino, de tal manera que llene la necesidad
del público receptor ya sea de conocer a Cristo como Salvador, o de
recibir la enseñanza de exhortación, consolación y edificación.

IMPORTACIA DEL USO DE LA HOMILÉTICA

Cuando alguien predica la palabra de Dios sin usar la homilética, es


muy fácil de detectar. Por una parte vemos que hace mención de
muchas verdades, incluso algunos con base bíblica, pero sin una verdad
principal que unifique el mensaje y que haga clara la disertación. Sin
una preparación adecuada y sin un bosquejo homilético es muy difícil
pre- dicar. Fácilmente se cae en repeticiones y se dificulta iniciar y
concluir el mensaje. A la hora de hacer la aplicación y el llamado es
complicado cuando se han mencionado muchas verdades pero que no
están unificadas por un tema o asunto. Así es más difícil cumplir el

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objetivo de satisfacer la necesidad de un público que requiere ser
alcanzado para Cristo, o que necesita ser edificado en la fe y en la sana
doctrina. El Señor Jesucristo uso en su ministerio terrenal la predicación
de mensajes homiléticos. También los apóstoles los usaron con grandes
resultados. En los tiempos modernos la homilética recibió grandes
aportes por medio de notables autores y predicadores evangelistas. Se
podría citar entre muchos a Juan Wesley, Charles Spurgeon y Dwight
Moody. De los autores contemporáneos es justo mencionar a James
Crane, autor del “Sermón eficaz.” Dicha obra es referencia importante
en el estudio de la homilética en los seminarios e institutos bíblicos.
El Señor Jesús usó los mensajes homiléticos, también los apóstoles lo
usaron con éxito en su propósito misionero. Aun los padres de la iglesia
usaron la predicación de mensajes bíblicos homiléticos con fines
apologéticos (defender la fe), como el caso de Crisóstomo, Justino
Martin y otros. La predicación homilética puede ser comunicada verbal,
escrita, a través del arte y del lenguaje de señas.

CONCLUSIÓN
El uso de la homilética en la predicación bíblica es una necesidad.
Como se mencionó abarca no solo la comunicación del mensaje bíblico
(que puede hacerse a través de varias formas), sino la elaboración y
estudio del bosquejo homilético. Esto permite que se profundice en el
texto bíblico de tal manera que se predique según el contexto y
propósito por el cual se escribió. De esta manera el mensaje será claro
y entendible y sobre todo fiel a las sagradas escrituras. Esta es la mejor
manera de predicar de acuerdo a la necesidad de la gente: de ser
evangelizado, de ser edificado y en último lugar se podría mencionar
que el uso de la homilética ha sido y será un instrumento (apologético)
para presentar defensa de la fe ante falsas enseñanzas. Si el Señor
Jesucristo, los apóstoles, los padres de la iglesia y los predicadores
evangelistas del tiempo moderno y contemporáneo utilizaron la
predicación homilética con éxito. ¿Por qué no usarlos hoy? El
predicador de la palabra de Dios debe ser convertido y consagrado a
Dios, pero también debe ser preparado bíblica y homileticamente para
predicar eficaz y bíblicamente.

El liderazgo de las iglesias locales necesitan tener conocimiento de


homilética para predicar eficazmente la palabra de Dios.

EL BOSQUEJO HOMILÉTICO
En el ministerio y en todas las cosas relacionadas con la obra de Dios
no se debe improvisar. Por esta causa debemos planificar con cuidado
la estrategia que vamos a seguir para realizar el trabajo que

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corresponde a cada cristiano como miembro del cuerpo de Cristo. Por
eso es que Dios nos ha provisto de dones, talentos y un llamamiento
específico. Adán tenía una tarea delegada por Dios que debía cumplir.
Así mismo Abraham, Moisés, Josué, David y seguro a la luz de la
palabra de Dios que usted fue elegido para que cumpliera con un
propósito divino. Corresponde a cada uno de los llamados descubrir y
cumplir en obediencia y eficiencia la tarea que Dios nos ha delegado.
Algunas personas dicen bueno yo no sé cantar, tampoco he ensayado
pero lo voy a hacer para la gloria de Dios. Es triste escuchar esto en la
obra de Dios. Un pastor tenía que hacer unas reparaciones de
electricidad en su casa y un hermano de la congregación se ofreció para
hacerlas, y empezó a picar cables a diestra y siniestra, y el pastor
asombrado le preguntó: ¿Hermano usted estudió electricidad? No, pero
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Entonces el pastor le dijo:
por favor hermano deje eso no siga. En la obra del Señor no podemos
hacer así. Dios espera que hagamos las cosas bien.

Cómo preparar al expositor


Ya que Dios debe ser la mente de los mensajes expositivos, quien
presenta tal mensaje debe disfrutar de una comunión íntima con Él. Esta
es la única manera en la cual se puede ofrecer el mensaje con la mayor
precisión, claridad y pasión. Hay al menos siete áreas de preparación
que califican a un hombre para pararse en el pulpito y declarar: «¡Así
dijo el Señor!»
1. El predicador debe ser un creyente en Jesucristo verdaderamente
regenerado. Debe ser parte de la familia redimida de Dios (Jn 1.12-13).
Si un hombre ha de presentar, de manera efectiva, un mensaje personal
de parte del Padre celestial, debe ser un hijo espiritual legítimo o el
mensaje será inevitablemente distorsionado.

2. El predicador debe ser señalado y dotado por Dios para el ministerio


de la enseñanza y la predicación (Ef 4.11-16; 1 Ti 3.2). A menos que un
hombre sea capacitado divinamente para predicar, será inadecua-do,
sólo poseerá habilidad humana.

3. El predicador debe tener la inclinación y el entrenamiento para ser un


estudiante de la Palabra de Dios. De otra manera, no podrá realizar el
mandato de 2 Timoteo 2.15 de usar «bien la palabra de verdad».

4. El predicador debe ser un creyente maduro que demuestre un


carácter adecuadamente santo (1 Ti 3.2-3).

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5. El predicador debe depender del Espíritu Santo para el conocimiento
divino y la comprensión de la Palabra de Dios (1 Co 2.14-15). Sin la
iluminación y el poder del
Espíritu, el mensaje será relativamente potente.

6. El predicador debe estar en constante comunión con Dios, mediante


la oración, para recibir el impacto pleno de la Palabra (Sal 119.18). Para
aclarar las cosas es obvio que se acuda a su autor original.

7. El predicador debe, primero que nada, permitir que el mensaje que se


está desarrollando se filtre a través de su manera de pensar, así como a
través de su vida, antes de poder predicarlo. Esdras proveyó el modelo
perfecto: «Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la
ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y
decretos» (Esd 7.10).

Cómo procesar y aplicar los principios del texto bíblico


El hombre sintonizado con el Espíritu de Dios y su Palabra está listo
para comenzar el proceso de descubrir no sólo lo que quería decir Dios
originalmente con lo que dijo, sino también los principios apropiados y
las aplicaciones para hoy.
1. Cómo procesar el texto bíblico. Un hombre no puede esperar
predicar efectivamente sin primero haber elaborado de forma diligente y
minuciosa a través del texto bíblico. Esta es la única manera en la cual
el expositor puede adquirir el mensaje de Dios. Dos predicadores de
épocas diferentes comentan acerca de esta característica esencial: Un
hombre no puede esperar predicar la Palabra de Dios de manera
precisa hasta
primero dedicarse a una exégesis cuidadosa y exhaustiva de su texto.
Ahí yace el problema, porque la exégesis competente requiere tiempo,
poder cerebral, «sangre, sudor y lágrimas», todo saturado con enormes
dosis de oración». Usted revelará rápidamente su ignorancia como
expositor si no estudia; por consiguiente, será obligado a la lectura
diligente. Cualquier cosa que obligue al predicador a investigar el
grandioso antiguo Libro le será de mucha utilidad.

EL PROPOSITO DE LA PREDICACION
La predicación es el factor número uno que influencia la salud y el crecimiento de
su iglesia. Pero primariamente la salud de su iglesia. Me refiero específicamente a la
predicación y la enseñanza en su congregación. Ya sea si usted es un pastor, o un
miembro del equipo pastoral o es un líder laico o es un maestro de la escuela
dominical, el hecho es que todos necesitamos ser mejores comunicadores.
Nosotros los pastores somos muy sensibles acerca de nuestra predicación. Oí la
historia de un pastor. Estaba predicando su primer sermón después de haberse

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graduado del seminario. Estaba tratando de ser abierto y auténtico. Él le dijo a su
congregación, "Sean francos conmigo. Si necesito mejorar solamente díganme
dónde necesito mejorar." Entonces él predica su primer sermón y al final, se para
por la entrada principal de la iglesia [para tener lo que Howard Hendricks llama "La
Ceremonia de la Glorificación Del Gusano"]. Viene un diácono y le dice, "Pastor,
¡ese sermón fue un desastre!" El pastor estaba tratando de mantener una mente
abierta y humilde. Y le dijo, "Podrías ser un poquito más específico. ¿Qué tenía de
malo?" El diácono le dijo: "Tenía tres cosas malas. Primero, usted lo leyó. Segundo,
usted lo leyó mal. Y tercero, no valía la pena leerlo de todas maneras."
Vi un chiste gráfico no hace mucho. Un tipo está parado detrás del púlpito y dice:
"Le pedí a mi esposa que leyera mis notas para el sermón de hoy y que marcara
con una equis todas las partes aburridas. Así que en conclusión..."La predicación
puede hundir o levantar una iglesia. La predicación desnutrida está matando a
muchas iglesias. Por otro lado, la predicación es la herramienta última para la salud
de la iglesia, para la edificación del cuerpo de Cristo,
para alcanzar inconversos, para ver nuestras iglesias crecer. ¿Dónde recibe más de
treinta minutos de total atención consistentemente? ¡A mí no me dan eso ni siquiera
en casa! Cuánto más grande su iglesia crezca, más se convierte el púlpito en un
timón porque usted ejerce una influencia enorme mientras tiene la atención de la
gente.

QUE HACE CRECER UNA IGLESIA


Si la predicación esta genuinamente satisfaciendo las necesidades la iglesia crecerá
o si pasan por alto cosas que normalmente hunden a una iglesia si la enseñanza
está genuinamente produciendo vidas cambiadas. Si quiere resumir en dos palabras
lo que hace crecer una iglesia son estas: vidas cambiadas. No son los programas, la
publicidad, el mercadeo; es vidas cambiadas. La gente quiere ir donde las vidas son
cambiadas. Y esto se pasa de boca en boca. Queremos hablar sobre cómo se
producen hacedores de la Palabra y no solo oidores.

CUATRO METAS PERSONALES


Tengo cuatro metas para mi vida. Una de las metas de mi vida es cambiar la
manera en que los inconversos piensan sobre Jesucristo. La segunda es cambiar la
manera en que los creyentes piensan sobre la vida cristiana. La tercera meta es
cambiar la manera en que los miembros piensan sobre la iglesia. La cuarta es
cambiar la manera en que los pastores piensan sobre la predicación.
TRES CONVICCIONES VITALES
La convicción de que la Palabra de Dios es nuestra autoridad -- la autoridad de la
Palabra de Dios. La convicción de la verdad de la Palabra de Dios -- de que la Biblia
es la absoluta verdad. La convicción de la relevancia de la Palabra de Dios. No está
listo para empezar a predicar si no ha establecido estas tres convicciones. De
hecho, yo diría que, si no está seguro de estas tres convicciones, sería de mayor
beneficio que se fuera a leer su Biblia sentado bajo un árbol hasta que obtenga la
convicción profunda de que la Palabra de Dios es nuestra autoridad, de que la
Palabra de Dios es la verdad absoluta y de que la Palabra de Dios es relevante para
las necesidades humanas.

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