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ESCUEL

A DE
EDUCA
CION
SUPERI
OR
TECNIC
ASIGNATURA:
O CODIGO PENAL

PROFES TEMA:
IONAL
CONCEPTO DE DELITO, DELITO CULPOSO DE
COMISION, CULPA, CONCEPTOS Y CLASES,

POLICIA
NATURALEZA Y ESTRUCTURA DEL TIPO
IMPRUDENTE, LA LLAMADA PRENSA INTERNACIONAL,

L
ESTRUCTURA TIPICAS COMPUESTAS POR DELITO DE
OMISION Y SUS CLASES

DOCENTE:
CMDT BECERRA VILLALOBOS PASTOR

ALUMNO:
ALO 1 LEON HINOSTROZA BRAD DRISTAN

SECCION:
1
DEDICAT

ORIA
ESTE TRABAJO SE LO DEDICO A
MIS PADRES POR TODO EL
ESFUERZO QUE ELLOS HACEN
PARA QUE Y PUEDA ESTUDIAR Y
A MIS INSTRUCTORES POR TDDA
LAS ENSEÑAZAS DE CADA DIA.
INTROD
UCCION
El delito, en sentido estricto, es definido como una
conducta, acción u omisión típica (tipificada por la ley),
antijurídica (contraria a Derecho), culpable y punible.
Supone una conducta infraccionar del Derecho penal, es
decir, una acción u omisión tipificada y penada por la ley.
La palabra delito deriva del verbo latino delinquiere, que
significa abandonar, apartarse del buen camino, alejarse
del sendero señalado por la ley.

La definición de delito ha diferido y difiere todavía hoy entre


escuelas criminológicas. Alguna vez, especialmente en la
tradición, se intentó establecer a través del concepto de
Derecho natural, creando por tanto el delito natural. Hoy
esa acepción se ha dejado de lado, y se acepta más una
reducción a ciertos tipos de comportamiento que una
sociedad, en un determinado momento, decide punir. Así
se pretende liberar de paradojas y diferencias culturales
que dificultan una definición universal.
CONCE
PTO DE
La teoría del delito o teoría de la imputación penal se encarga de

DELITO
definir las características generales que debe tener una conducta
para ser imputada como un hecho punible.
Para llegar a esta concepción, tuvo que transcurrir una larga
evolución en la dogmática penal, particularmente en el estudio de la
teoría general del derecho penal.
El estudio del delito opera en aquello que le es común a todos los
hechos punibles en general. Para ello debemos analizar distintas
concepciones del delito.
El delito fue siempre una valoración de la conducta humana
condicionada por el criterio ético hegemónico de la sociedad de la
época. Es así que los conceptos de delito han ido evolucionando en
definiciones que se desarrollaron a partir del siglo XVIII.
En términos generales y de acuerdo a la concepción jurídica, el
delito es todo acto humano voluntario que se adecua al presupuesto
jurídico contenido en una ley penal.
Para Francesco Carrara, el delito es aquella infracción de la ley del
Estado promulgada para proteger la seguridad ciudadana,
resultante de un acto externo del hombre, positivo o negativo,
moralmente imputable y políticamente dañoso.
Por otra parte, la concepción dogmática del delito, desarrollada por
Mezger, enuncia que el delito es aquella acción u omisión, típica,
antijurídica y culpable, que a su vez resulta ser punible de pena.
Para complementar la perspectiva dogmática e influenciada por la
corriente positivista, Beling y Binding propusieron que “el delito es
aquella acción u omisión voluntaria típica, antijurídica y culpable
enumera los elementos constitutivos de delito y tiene su origen en la
teoría de las normas”.
El concepto de delito es fundamental en el ámbito del derecho penal
y se refiere a un acto o conducta que viola las leyes y normativas
establecidas por una sociedad o un Estado. En términos generales,
un delito es una acción u omisión que está prohibida por la ley y que
puede ser castigada con sanciones legales, como multas, penas de
prisión, libertad condicional o medidas alternativas, dependiendo de
la gravedad del delito y las leyes de cada jurisdicción. Aquí se
presentan algunos elementos clave relacionados con el concepto de
delito:

Conducta ilícita: Un delito implica una conducta que está


expresamente prohibida por la ley. Esta conducta puede ser un acto
positivo (como el robo, el homicidio o el fraude) o una omisión
(como la negligencia grave o el incumplimiento de un deber legal).
Violación de la ley: Para que exista un delito, la conducta debe ser
contraria a una ley vigente en una jurisdicción particular. Las leyes
penales definen qué conductas son delictivas y establecen las
consecuencias legales para quienes las cometan.
Mens rea (estado mental): En muchos sistemas legales, la comisión
de un delito no solo se basa en la acción en sí (actus reus), sino
también en el estado mental o intención del autor. Este estado
mental se conoce como "mens rea" y puede variar desde la
intención dolosa (cuando alguien comete un delito a propósito)
hasta la negligencia grave (cuando alguien comete un delito debido
a la falta de cuidado).
Daño o amenaza: Algunos delitos requieren que se cause un daño
tangible a una persona, propiedad o interés protegido por la ley.
Otros delitos pueden ser castigados incluso si solo representan una
amenaza o riesgo para la sociedad o los individuos.
Responsabilidad penal: La comisión de un delito puede dar lugar a
la responsabilidad penal, lo que significa que la persona acusada
puede ser procesada y condenada por un tribunal penal. Las penas
pueden variar ampliamente según la gravedad del delito y las leyes
de la jurisdicción.
Proceso penal: Los delitos suelen ser investigados y enjuiciados a
través de un proceso legal que incluye la presentación de pruebas,
la defensa legal y un juicio ante un tribunal. El acusado tiene
derechos legales durante todo el proceso penal.
Es importante destacar que las definiciones y clasificaciones de
delitos pueden variar según el sistema legal de cada país o
jurisdicción. Además, las leyes pueden cambiar con el tiempo y
pueden adaptarse a las necesidades y valores cambiantes de la
sociedad. Por lo tanto, es esencial consultar las leyes y
regulaciones vigentes en una jurisdicción específica para
comprender completamente qué se considera un delito en ese
lugar.
DELITO CULPOSO DE
COMISION
En los delitos de comisión por omisión (u omisión impropia) se hace
responsable a alguien de la producción de un resultado por
incumplimiento de un deber de actuar; más aún, se le hace
responsable con la misma valoración que si lo hubiera causado
activamente. Así, la madre que no alimenta al hijo recién nacido, o
el vigilante de un paso a nivel que no baja la barrera cuando se
aproxima un tren, pueden ser hechos «responsables en comisión
por omisión» de las muertes y lesiones que se produzcan. Esto es
lo propio de estos tipos de comisión por omisión: hacer responsable
de un resultado a alguien por su inactividad: en ellos responde el
omitente igual que si lo hubiera cometido de forma activa (con otras
palabras: dejar morir se equipara a matar).
Ciertamente, algo nos dice que existe cierta relación entre la
producción de un resultado lesivo y un deber previo de evitarlo. Los
dos ejemplos anteriores se refieren a casos de claros deberes de
actuar (por una estrechísima posición familiar o expresa vinculación
contractual) en amparo o protección de una fuente de peligro. Se
trata de casos en los que la atribución del resultado no parece
violentar el sentimiento de justicia. Sin embargo, más allá de casos
como los mencionados, es dudoso que siempre que hay un deber
de actuar se pueda hacer responsable a un sujeto del resultado
producido y no evitado. Hacer responsable a alguien por un
resultado no evitado se presenta, de entrada, como una
interpretación amplia de la tipicidad que requiere una sólida base
legal. No basta con afirmar que había deber de actuar, algo que
podría dar lugar a un delito de omisión pura (N.62), pero no a decir
que es igual que haber actuado.
Un delito culposo de comisión se refiere a un tipo de delito en el
cual una persona comete una acción delictiva de manera
involuntaria o negligente, pero sin la intención deliberada de causar
un daño o cometer el delito. En otras palabras, el autor no tenía la
intención de realizar un acto ilícito, pero su conducta negligente o
imprudente resultó en un resultado dañino.

Algunos ejemplos comunes de delitos culposos de comisión


incluyen:
Homicidio culposo: Ocurre cuando una persona causa la
muerte de otra persona debido a una negligencia grave o una falta
de cuidado en su conducta. Por ejemplo, si un conductor está
distraído y atropella a alguien cruzando la calle, podría ser acusado
de homicidio culposo si se demuestra que su negligencia causó la
muerte.
Lesiones culposas: Implica causar lesiones graves o daños
corporales a otra persona debido a la negligencia o imprudencia de
una persona. Un ejemplo sería un trabajador de la construcción que
no sigue las medidas de seguridad adecuadas y causa lesiones
graves a un compañero de trabajo.
Daño culposo a la propiedad: Esto ocurre cuando alguien
daña o destruye la propiedad de otra persona debido a su
negligencia o falta de cuidado. Por ejemplo, si alguien causa un
incendio en su casa debido a la negligencia al manejar materiales
inflamables, podría enfrentar cargos de daño culposo a la
propiedad.
Delitos de tráfico culposos: Incluyen delitos como conducir
bajo los efectos del alcohol o las drogas, exceso de velocidad o
conducir de manera imprudente, lo que puede resultar en
accidentes de tráfico y lesiones a otras personas.

En los casos de delitos culposos de comisión, la intención de causar


daño o cometer un delito no está presente. Sin embargo, la
negligencia o imprudencia del individuo es lo que lleva a la comisión
del delito. Las sanciones y penas por delitos culposos de comisión
suelen ser menos severas que las de delitos intencionales, pero aún
pueden dar lugar a responsabilidad penal y civil, dependiendo de
las leyes y regulaciones de cada jurisdicción.
CULPA
La culpa en el ámbito penal se refiere a un elemento clave en la
comisión de un delito. En muchos sistemas legales, para que
alguien sea considerado culpable de un delito, es necesario
demostrar que tenía la culpa o la culpabilidad requerida para ese
delito en particular. La culpabilidad se refiere a la responsabilidad
moral o legal de un individuo en la comisión de un acto delictivo.
Aquí hay algunas definiciones y conceptos clave relacionados con
la culpa en el ámbito penal:

Culpabilidad: La culpabilidad es el estado mental o psicológico del


acusado en el momento en que se comete el delito. En términos
generales, se puede clasificar en tres categorías principales:
Culpabilidad intencional o dolosa: Ocurre cuando una persona
comete un delito con la intención deliberada de hacerlo. En otras
palabras, el individuo actuó con conocimiento y voluntad para
cometer el acto ilegal.
Culpabilidad por negligencia o imprudencia: Se da cuando
alguien comete un delito debido a la falta de cuidado o atención
debida. No se pretende cometer el delito, pero la conducta
negligente resulta en un acto delictivo.
Culpabilidad por negligencia consciente: Este término se utiliza
en algunos sistemas legales para describir una forma de
culpabilidad intermedia entre la intencional y la negligente. Implica
que el acusado estaba consciente de un riesgo grave pero decidió
correr ese riesgo de todos modos.
Elemento mental o mens rea: En muchos sistemas legales, la
culpabilidad se considera un elemento esencial del delito. Esto
significa que, además de demostrar que el acusado llevó a cabo el
acto (elemento material o actus reus), también se debe probar su
estado mental o intención culpable (mens rea) relacionado con ese
acto.
Responsabilidad penal: La culpabilidad es un componente
fundamental para determinar si alguien es responsable penalmente
de un delito. Si un tribunal no puede demostrar la culpabilidad del
acusado de acuerdo con el estándar de prueba requerido, es
posible que se absuelva o se le imponga una pena menor.
Grados de culpabilidad: Dependiendo del sistema legal, los delitos
pueden clasificarse en diferentes categorías según el grado de
culpabilidad requerido. Por ejemplo, algunos delitos pueden requerir
una intención específica, como el homicidio premeditado, mientras
que otros pueden basarse en la negligencia, como el homicidio
involuntario.
Es importante destacar que la forma en que se define y se aplica la
culpabilidad penal puede variar según el sistema legal de cada país.
Cada jurisdicción puede tener sus propias leyes y estándares para
determinar la culpabilidad en casos penales.
Los delitos se pueden clasificar de diversas maneras en función de
varios criterios, como la gravedad del acto, la intención del autor, el
bien jurídico afectado y otros factores. A continuación, se presentan
conceptos y clases de delitos basados en varios enfoques:

1.Por la gravedad del acto:

Delitos graves: Son delitos que implican una alta gravedad y a


menudo se castigan con penas más severas. Ejemplos incluyen el
homicidio, el robo a mano armada y la violación.
Delitos menores o contravenciones: Son delitos de menor
gravedad que a menudo resultan en penas más leves, como multas
o tiempo en la cárcel de corta duración. Ejemplos incluyen el hurto
menor o la posesión de marihuana en pequeñas cantidades en
lugares donde es ilegal.

2. Por la intención del autor:

Delitos dolosos o intencionales: En estos delitos, el autor actúa


con plena intención de cometer el acto delictivo. Ejemplos son el
asesinato y el fraude.
Delitos culposos: En estos delitos, el autor no tiene la intención de
cometer el delito, pero actúa de manera negligente o imprudente, lo
que lleva a un resultado delictivo. Ejemplos incluyen el homicidio
culposo y las lesiones culposas.
3. Por el bien jurídico afectado:

Delitos contra la persona: Incluyen delitos que afectan


directamente a individuos, como el homicidio, las lesiones
personales y la violación.
Delitos contra la propiedad: Incluyen delitos que involucran daño
o robo de propiedades, como el robo, el hurto y el vandalismo.
Delitos contra la moral: Implican conductas que van en contra de
las normas éticas o morales de una sociedad, como la prostitución o
la pornografía infantil.
Delitos económicos: Involucran actividades fraudulentas o
engañosas relacionadas con el dinero o los bienes, como el fraude
financiero y el lavado de dinero.
Delitos contra la administración pública: Incluyen delitos que
afectan a la integridad de la administración pública, como la
corrupción y el soborno.
Delitos contra la seguridad pública: Involucran amenazas a la
seguridad general, como el terrorismo y la fabricación de
explosivos.

4. Por la forma de participación:

Delitos cometidos por acción: Implican la realización de una


acción prohibida por la ley, como el robo o el homicidio.
Delitos cometidos por omisión: Ocurren cuando alguien no
cumple con un deber legal de actuar y esta omisión resulta en un
delito, como el homicidio por negligencia.
Estas son solo algunas de las formas en que los delitos se pueden
clasificar y categorizar. Los sistemas legales de diferentes países
tienen sus propias categorías y clasificaciones, y las leyes pueden
variar considerablemente de un lugar a otro. La comprensión de los
diferentes tipos de delitos es esencial para el funcionamiento del
sistema de justicia penal y la protección de los derechos de los
individuos.
NATURALEZA Y ESTRUCTURA
DEL TIPO IMPRUDENTE

El tipo imprudente es una categoría de delito que se refiere a


conductas delictivas cometidas sin la intención deliberada de causar
daño, pero debido a la negligencia o imprudencia del autor. La
imprudencia se basa en la falta de cuidado y atención debida al
realizar una acción que resulta en un resultado dañino. La
estructura y la naturaleza del tipo imprudente varían según las leyes
y jurisdicciones, pero generalmente incluyen los siguientes
elementos:

Conducta prohibida: En un delito imprudente, existe una conducta


específica que está prohibida por la ley. Esta conducta puede ser un
acto positivo o una omisión (no hacer algo que la ley exige). Por
ejemplo, el acto de conducir bajo los efectos del alcohol o exceso
de velocidad en la carretera puede ser considerado una conducta
prohibida.
Falta de cuidado: La imprudencia se caracteriza por una falta de
cuidado razonable. Esto significa que el autor no tomó las
precauciones adecuadas o no actuó con la debida diligencia para
evitar un resultado dañino. La falta de cuidado puede variar desde
una negligencia leve hasta una negligencia grave.
Resultado dañino: En un delito imprudente, la falta de cuidado del
autor debe llevar a un resultado dañino. Este resultado dañino
puede ser la lesión de una persona, la destrucción de propiedad o
cualquier otro daño que esté relacionado con la conducta
negligente.
Causalidad: Debe establecerse una relación de causalidad entre la
conducta negligente y el resultado dañino. Esto significa que el
resultado dañino debe ser una consecuencia directa y previsible de
la conducta imprudente.
Ausencia de intención: A diferencia de los delitos intencionales,
en los delitos imprudentes no se requiere que el autor tenga la
intención de cometer el delito o causar daño. La falta de cuidado es
suficiente para fundamentar la culpabilidad.
Evaluación objetiva y subjetiva: En algunas jurisdicciones, se
evalúa tanto el aspecto objetivo (si un individuo razonable habría
actuado de manera similar en las mismas circunstancias) como el
aspecto subjetivo (la conciencia del autor sobre el riesgo y su
indiferencia hacia él) al determinar la imprudencia.
Penalización: Las penas por delitos imprudentes suelen ser menos
severas que las de delitos intencionales, pero aún pueden incluir
sanciones como multas, libertad condicional o incluso prisión en
algunos casos.

Es importante señalar que las leyes y regulaciones que rigen los


delitos imprudentes pueden variar significativamente según la
jurisdicción. Además, la determinación de si una conducta es
imprudente a menudo se basa en las circunstancias específicas del
caso y puede requerir la evaluación de un tribunal. En muchos
sistemas legales, se espera que las personas actúen con un grado
razonable de cuidado y diligencia, y la falta de cumplimiento de este
estándar puede dar lugar a cargos por delitos imprudentes.
LA
LLAMAD
A
La "prensa internacional" se refiere a la cobertura mediática que se
PRENSA
produce en medios de comunicación, como periódicos, revistas,
sitios web, canales de televisión y radio, que abordan noticias y

INTERN
eventos de alcance global o que involucran a múltiples países o
regiones. Esta prensa se caracteriza por su enfoque en asuntos de
interés internacional y por su audiencia global.
ACIONA
A continuación, se destacan algunas características y aspectos
importantes de la prensa internacional:
L
Cobertura global: La prensa internacional se enfoca en noticias y
eventos que trascienden las fronteras nacionales. Esto incluye
temas como política internacional, conflictos, relaciones
diplomáticas, economía global, cambio climático, salud mundial,
eventos culturales y deportes de alcance internacional, entre otros.
Perspectiva diversa: La prensa internacional suele ofrecer una
perspectiva diversa y múltiples puntos de vista sobre los
acontecimientos globales. Los medios de diferentes países pueden
tener enfoques y sesgos diferentes en la cobertura de noticias, lo
que brinda a los lectores una visión más completa de los hechos.
Acceso a información de todo el mundo: Los medios de
comunicación internacional suelen contar con corresponsales y
reporteros en diferentes partes del mundo, lo que les permite
obtener información de primera mano sobre eventos y desarrollar
una cobertura detallada.
Difusión en varios idiomas: Muchos medios de comunicación
internacionales ofrecen su contenido en varios idiomas para llegar a
audiencias de todo el mundo. Esto facilita el acceso a noticias
globales para personas de diferentes culturas y lenguas.
Impacto en la opinión pública global: La prensa internacional
desempeña un papel importante en la formación de la opinión
pública a nivel global. Las noticias y reportajes sobre asuntos
internacionales pueden influir en la percepción de la gente sobre
temas como la política global, los derechos humanos, el comercio
internacional y la cooperación internacional.
Cobertura de crisis y conflictos: Los medios de comunicación
internacionales a menudo cubren crisis humanitarias, conflictos
armados y desastres naturales en todo el mundo. Esta cobertura
puede ayudar a generar conciencia y movilizar la ayuda
internacional en momentos de necesidad.
Desafíos y responsabilidades: La prensa internacional también
enfrenta desafíos éticos y prácticos, como la verificación de hechos
en entornos internacionales, la lucha contra la desinformación y la
necesidad de mantener la imparcialidad en la cobertura de asuntos
globales.

En resumen, la prensa internacional juega un papel crucial en la


difusión de información y en la comprensión de los acontecimientos
mundiales. Proporciona a las personas en todo el mundo una
ventana al escenario global y desempeña un papel importante en la
promoción de la transparencia, la rendición de cuentas y la
conciencia pública sobre cuestiones de importancia internacional.
ESTRUCTURA TIPICAS
COMPUESTAS POR DELITO
DE OMISION Y SUS CLASES

Los delitos de omisión, también conocidos como delitos por


omisión, se caracterizan por la falta de acción o negligencia por
parte del autor, lo que resulta en la comisión de un delito. La
estructura típica de un delito de omisión suele incluir los siguientes
elementos:

Deber legal de actuar: En la mayoría de los casos, un delito de


omisión requiere que el autor tenga un deber legal de actuar en una
situación particular. Este deber legal puede derivarse de la ley o de
una relación especial entre el autor y la víctima.

Falta de cumplimiento del deber: El autor debe incumplir su deber


legal de actuar, lo que significa que no realiza la acción que se
espera de él en una situación específica.

Resultado dañino: Como resultado directo de la falta de acción del


autor, se produce un resultado dañino que de otro modo podría
haberse evitado si el autor hubiera actuado de acuerdo con su
deber legal. Este resultado dañino suele ser un elemento esencial
en la estructura de un delito de omisión.

Causalidad: Debe establecerse una relación de causalidad entre la


omisión del autor y el resultado dañino. Es decir, debe demostrarse
que la falta de acción del autor fue la causa directa del daño.
Conciencia del deber: En algunos sistemas legales, se requiere
que el autor tenga conocimiento o conciencia de su deber legal de
actuar en la situación específica. Esto significa que el autor debe
ser consciente de que tenía la obligación de intervenir y evitar el
resultado dañino.

Ausencia de justificación o excusa: En general, no se considera


un delito de omisión cuando el autor tiene una justificación válida o
una excusa razonable para no actuar. Por ejemplo, si un socorrista
está fuera de servicio y ve a alguien en peligro en el agua, podría no
tener un deber legal de actuar en esas circunstancias específicas.

Clases de delitos de omisión:

Los delitos de omisión pueden clasificarse en diferentes


categorías según el tipo de deber legal de actuar y la naturaleza del
resultado dañino. Algunas de las clases de delitos de omisión
incluyen:

Delitos de omisión por comisión especial: Implican un deber


legal de actuar debido a una relación especial entre el autor y la
víctima. Por ejemplo, el deber de un padre de proporcionar cuidado
y protección a su hijo.

Delitos de omisión por comisión contractual: Surgen de un


contrato o acuerdo que establece un deber legal de actuar. Por
ejemplo, un médico tiene un deber contractual de proporcionar
atención médica adecuada a sus pacientes.

Delitos de omisión por deber legal general: Incluyen situaciones


en las que la ley impone un deber legal de actuar en ciertas
circunstancias, independientemente de cualquier relación especial o
contractual. Por ejemplo, el deber de todos los ciudadanos de
informar sobre un accidente de tráfico en el que estuvieron
involucrados.

Delitos de omisión por asunción voluntaria de responsabilidad:


Se producen cuando una persona asume voluntariamente la
responsabilidad de cuidar a alguien y luego no cumple con ese
deber. Por ejemplo, una persona que se ofrece como cuidador de
un anciano y luego no lo cuida adecuadamente.

Es importante destacar que la estructura y las clasificaciones de los


delitos de omisión pueden variar según las leyes de cada
jurisdicción, y las circunstancias específicas de cada caso pueden
influir en cómo se aplica la ley.
ANEXOS

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