Está en la página 1de 3

Ayunar es una de las disciplinas que como cristianos solemos hacer.

Nos
ayuda a aprender a tener control. Nos fortalece a nivel espiritual porque la
idea es negar algo a nuestro cuerpo y dedicar ese tiempo a enriquecer
nuestro espíritu y afianzar nuestra relación con Dios.
Ayunar significa abstenerse total o parcialmente de comida y bebida por un
tiempo determinado. Pero hay diversas modalidades. Por ejemplo, algunas
personas deciden abstenerse de los alimentos que más les gustan durante el
tiempo que deciden hacer el ayuno.
¿Cuál es tu motivación?
El motivo principal de un ayuno debe ser acercarnos más a Dios, no solo
agradarle y mostrarle nuestro amor. No es una transacción de un hacer para
obtener algo de Él. Tampoco puede ser una manera de obligarnos a comer
menos o cosas inapropiadas para bajar de peso. Porque también hay quienes
usan el ayuno con ese fin.
Si quieres hacer ayuno como manera de acercarte a Dios, revisa bien la
motivación que te lleva a ayunar. Él conoce nuestros corazones y puede
aceptar tu ayuno como una ofrenda o como algo que haces para
experimentar Su presencia de una forma muy especial.
El ayuno que le agrada a Dios es un acto de humildad y sacrificio
Puesto que es una ofrenda para Dios, tienes que cuidar que al hacer ese
tiempo de ayuno; no hagas cosas que ofendan a Dios en ese tiempo y
mantenerte firme en eso. Tampoco debes hacerlo para competir con alguien
o para dejar saber a otros que lo haces. En ese caso tu motivación sería para
impresionar a los demás.
Las razones para el ayuno deben ser claras y deben ser buenas, cosas que
agraden del todo a Dios. Hacerlo por los oprimidos, por las personas que
están pasando por dificultades debido a la guerra en su país. Hacer un ayuno
para pedir justicia y para orar por la sanidad de otro. Esos son ayunos que
agradan a Dios.
No lo hagas para lucirte
Nunca debes ayunar para que otros lo vean, no lo tienes que dejar saber
tampoco. El ayuno debe tener como propósito agradar a Dios y
un propósito justo, que sea del agrado de nuestro Rey. La actitud que
tengamos mientras hacemos el ayuno, tampoco debe dejar ver que estamos
haciendo el gran esfuerzo.
Cuando ayunes, que no sea evidente, porque así hacen los hipócritas; pues
tratan de tener una apariencia miserable y andan desarreglados para que la
gente los admire por sus ayunos. Les digo la verdad, no recibirán otra
recompensa más que esa. Pero tú, cuando ayunes, péinate y lávate la
cara. Así, nadie se dará cuenta de que estás ayunando, excepto tu Padre,
quien sabe lo que haces en privado; y tu Padre, quien todo lo ve, te
recompensará.
Mateo 6:16-18 (NTV)
Es una manera de acercarte más a Dios
En el libro de Hechos podemos ver en la época de los apóstoles
que ayunaban antes de tomar decisiones importantes. Buscaban de Dios para
que los guiara en su camino por medio del ayuno, ytambién como una
manera de acercarse más a Dios.
Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los
encomendaron al Señor en quien habían creído.
Hechos 14:23 (RVR 1960)
No es una obligación, pero es buena práctica
El ayuno no es una obligación, pero es una buena práctica cuando
buscamos dirección divina. Mientras lo haces debes orar pidiendo a Dios esa
dirección y debes buscar sentirte más cerca de Dios. Experimentar su
presencia. Pregúntale a Dios si quiere que hagas el ayuno.
El ayuno debe ser un tiempo de reverencia para que agrade a Dios. Tenemos
que buscar que Él nos dirija y aclare las dudas que tengamos. Haciendo un
ayuno con el corazón lleno de humildad y rindiéndonos por completo a la
voluntad de nuestro Dios será bien recibido por Él.
En conclusión
El ayuno no es obligatorio ni una transacción con Dios para que a cambio
del ayuno te conceda algo, sino para fortalecerte y para ejercitar el
autocontrol. Cuando decidas hacerlo, míralo como una ofrenda que le haces
a Dios, especialmente cuando necesitas guía y dirección. Te ayudará a
sentirte más conectado con Dios.

También podría gustarte