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La repugnancia que sienten por el colectivo judío, y el odio que desprenden hacia la
democracia, y especialmente hacia la libertad individual, con la correspondiente sumisión
completa al Estado y sus dirigentes que deben ejercer las masas.
7. Esta película fue estrenada en 1940 ¿Cuál era la situación en Europa?
Desde luego esta película debería ser valorada especialmente por la valentía que tuvo
Chaplin en estrenarla en pleno conflicto (y, precisamente, en 1940 no andaban muy bien las
cosas para los aliados). Pudo esperarse que ni siquiera fuera bien recibida en los EEUU o
Inglaterra, sin embargo, y a pesar de las presiones iniciales en este segundo país por que no se
presentase (ya que suponía provocar a Hitler), acabó teniendo un gran éxito y tuvo como
consecuencia un aumento de la moral de la población inglesa. Al fin y al cabo, una comedia
puede llegar a todo el mundo, y eso lo aprovechó Chaplin para dar un maravilloso discurso en
forma de oda a la libertad en los últimos minutos de la película.
Esto no hay que menospreciarlo ya que, aunque hoy pudiéramos pensar que no se
dudaba en ningún caso en Inglaterra de los valores liberales y la democracia, esto no era de
ninguna de las maneras así (tal y como describe Hayek en su libro Camino de Servidumbre,
Inglaterra iba siguiendo los pasos de Alemania en su camino hacia el totalitarismo, pero con 25
años de retraso; es decir, Inglaterra tenía un nivel de intervencionismo similar al de Alemania
en 1915), y trasladar al pueblo la idea de que la libertad debe regirse ante todo lo demás en un
país que, dentro de sus propias fronteras, está transformándose en todo lo contrario, era algo
muy valioso (y que, no sé que consecuencias tuvo, pero sería un factor más para que Inglaterra
no traicionase su pasado).
8. Recomienda una película sobre la II Guerra Mundial a tus compañeros y resume que es lo
que más te ha llamado la atención de la película.
Sin lugar a dudas, para mí, la mejor película que trata el tema de la II Guerra Mundial,
es Ser o no ser de Ernst Lubitsch (To be or not to be), estrenada en 1942. En mi opinión, no es
solo la mejor película acerca de este tema, sino que es en sí una de las mejores obras jamás
filmadas (de las que he visto yo, posiblemente, la mejor); una verdadera obra maestra que
toda persona debería ver, como mínimo, una vez en su vida (aunque los detalles más
profundos solo se pueden captar tras visionar la película dos o tres veces más).
Al igual que Francis Ford Coppola en su película Apocalypse now, adaptaba un libro (El
Corazón de las Tinieblas, de Joseph Conrad) escrito hace tiempo, a una historia basada en
hechos recientes (la Guerra de Vietnam), en Ser o no ser, Lubitsch recurre constantemente a
Hamlet, de William Shakespeare (de ahí, lógicamente, el nombre de la película), para contar el
drama del nazismo en Polonia (otro detalle a destacar es que la música que utiliza en la
película es la del compositor polaco Chopin, y su Polonaise Op 40, que no podía venir más a
cuento).
El carácter de esta sublime película es cómico, aunque de manera muy sutil (en este
sentido, es todo lo opuesto a cualquier comedia de Charles Chaplin), ya que en pleno nudo uno
pudiera sentir que estamos ante una verdadera tragedia, pero solo es una apariencia. De
hecho, de apariencias y sorpresas de lo que realmente es o no es, es de lo que se nutre esta
película. Y en todo momento el director es capaz de impactar al espectador, sin dejar de lado
el marco de la Polonia de 1940. Una película de la que no trataré la trama en sí (puesto que el
placer de descubrirla es lo que la diferencia de las películas convencionales), pero que
recomendaría a todo el que esté interesado en la II Guerra Mundial, en Shakespeare, y en
general a todo el mundo (aunque hay quien, sinceramente, no sería capaz de seguirle el hilo).