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Pastor Arnaldo Pulache Salazar

LIDERANDO EN EL PODER DEL ESPÍRITU

Introducción

Al dar la Gran Comisión, Cristo enfatizó la importancia del poder del Espíritu Santo para
efectuar la obra (Lucas 24:49; Hch 1:8).

Hoy se habla mucho de ‘poder espiritual’. Vemos supuestos ejemplos de ellos en programas
cristianos, eventos en la ciudad, libros (“Buenos Días Espíritu Santo”), etc.

Cristo advirtió de falsos profetas, que tendían poder para hacer cosas dramáticas (Mat 7:15-16,
21-23). Pero también ejemplificó la realidad de un ministerio efectuado en el poder del
Espíritu Santo (Lucas 4:14-15).

1. La Recepción del Poder del Espíritu

Los cuatro evangelios hablan del bautismo de Cristo en agua., y mencionan la manifestación del
Espíritu Santo como paloma (Mateo 3:16-17; Marcos 1:9-11; Lucas 3:21-22; Juan 1:32-33).
Por estar en los cuatro evangelios, debe ser de gran importancia. Es el modelo para el
ministerio cristiano (Juan 20:21-22).

Esto fue profetizado en el Antiguo Testamento, en la figura que tenemos del ‘Siervo de Jehová’
(Is 42:1; Mateo 12:18; Is 61:1; Lucas 4:16-19).

Una pregunta fundamental es, ¿cuándo recibimos esta unción de poder?

a. En el Momento del Nuevo Nacimiento

Pedro prometió el don del Espíritu Santo a toda persona que se arrepintiera y creyera en
Cristo (Hch 2:38). Pablo afirma que todo creyente tiene el Espíritu Santo (Rom 8:9);
Juan lo confirma (1 Juan 2:20, 27). Pablo describe este momento en 1 Cor 12:13.

Todo creyente debe tener ciertas evidencias de la presencia del Espíritu Santo en su vida
(ver Hch 19:1-2).

b. Posteriormente, en Momentos de Necesidad

Los apóstoles recibieron la unción en Hch 2. Sin embargo, en días posteriores, Dios les
concedió nuevas llenuras del Espíritu Santo (ver Hch 3:3-4, 12; 4:31; 5:3; etc). Lo
mismo pasó con Pablo (ver Hch 9:17; 13:9). Por ende, no se debe depender únicamente
de la experiencia del nuevo nacimiento.

c. Posteriormente, Como Resultado de una Búsqueda

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El creyente tiene el deber de buscar la llenura también (Lucas 11:13). Tenemos un
ejemplo de ello en Hch 4:29-31. Pablo lo requiere de todo creyente (Efe 5:18). ¿Cómo
lo buscamos? En oración, anhelando la llenura, viviendo en santidad, esperando el
tiempo de Dios, etc.

¿Cómo se manifestó el poder del Espíritu Santo en la vida de Cristo? En dos maneras
principales:

i. En Su vida diaria, manifestando una cualidad de vida diferente a los demás.

ii. En Su servicio a Dios, manifestando tremendo poder y autoridad espiritual.

2. El Poder Para Vivir la Vida Cristiana

En Hch 6, cuando la iglesia requería el servicio diaconal de algunos miembros, el primer


requisito fue la llenura del Espíritu Santo (Hch 6:3). ¿Por qué era tan importante esto? Porque
la efectividad del ministerio cristiano depende de la calidad de vida que tenemos.

Lucas afirma, que no solo los apóstoles, sino otros líderes cristianos de la Iglesia primitiva, eran
hombres marcados por la presencia del Espíritu Santo. Su vida lo testimoniaba. Por ejemplo:
Esteban (Hch 6:3, 8, 10, 55), y Bernabé (Hch 11:24).

El liderazgo requiere mucho de la vida; nos expone a muchos riesgos, dificultades, tentaciones,
etc. Por eso, es necesario contar con la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas.

Es interesante notar que cuando Cristo fue lleno del Espíritu Santo, este le guió al desierto, para
ser tentado (Lucas 4:1-2). Durante toda Sui vida fue tentado (Heb 2:18; 4:15); resistió por el
poder del Espíritu. No solo eso, sino que el Espíritu Santo produjo en Él, todos los frutos de Su
presencia (Gal 5:22-23). Isaías describe esto (proféticamente), en Is 11:2. Cristo tuvo una
calidad de vida, que ganó el respeto de muchos, e hizo que la gente se acercara a Él.

Al fin, aun entregó Su vida por el poder del Espíritu Santo (Heb 9:14).

Uno de los problemas en la iglesia contemporánea es que, aunque hay un tremendo énfasis
sobre el poder del Espíritu Santo para efectuar milagros, en demasiados casos, las personas
que manifiestan este poder, no manifiestan los frutos del Espíritu Santo. Avaricia, orgullo, y
otras evidencias de carnalidad marcan la vida de estos grandes líderes espirituales; no
sencillez, humildad, y quebrantamiento de espíritu.

Sansón es uno de los ejemplos más contundentes del peligro de contar con el
poder del Espíritu Santo para el ministerio, pero no evidenciar la llenura del
Espíritu Santo en la vida diaria. Por un tiempo se puede seguir trabajando asi,
pero tarde que temprano vendrá el gran fracaso espiritual.

DESAFIO: Como líderes, tenemos que aprender a ‘adornar’ la doctrina de Dios (Tito 2:10).
Para ello, es necesario recibir la llenura del Espíritu (Juan 7:37-39).

3. La Unción del Espíritu en el Ministerio

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Cristo, lleno del Espíritu Santo, volvió del desierto, y comenzó a desarrollar un ministerio en el
poder del Espíritu (Lucas 4:14-15, 32, 35-36, 38-39, 40-41; 5:17). ¡Esta fue la marca
característica del ministerio de Cristo – poder! ¿La clave? La investidura y la manifestación
del Espíritu Santo en Su ministerio (Mat 12:28).

¡Cristo sirvió al Padre en el poder del Espíritu Santo!

Encomendó el mismo ministerio a los apóstoles. Indicó que su ministerio sería aun mayor, por
la presencia del Espíritu Santo en sus vidas y ministerios (Juan 14:12; Marcos 16:17-18).

Hallamos el cumplimiento de esto en el ministerio de los apóstoles, en la Iglesia primitiva (Hch


4:8, 31; 8:6-7, 29, 39).

REFLEXIÓN

¿Cómo estamos en este asunto de la llenura del Espíritu Santo?


¿Tenemos el Espíritu Santo en nuestras vidas?
¿Tenemos la llenura del Espíritu Santo en nuestras vidas?
¿Qué evidencia tenemos de ello?

“Liderazgo al Estilo de Jesús”

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Ps Alex Donnelly

LIDERANDO EN EQUIPO

Introducción

Durante Sus años de ministerio, el Señor se mantuvo tremendamente ocupado. Con el poder del
Espíritu Santo, Su ministerio alcanzaba mucha gente. Sin embargo, el Señor llamó a un grupo
de seguidores, los formó como equipo ministerial, los entrenó, y luego los envió a trabajar,
como una extensión de Su ministerio (Mat 10:1-8). ¿Por qué lo hizo?

i. Como Dios encarnado, no podía estar en todo lugar; por ende, no se abastecía para
todo el trabajo (Mat 9:35-38).

ii. Para enseñar que el plan de Dios es usarnos para el cumplimiento de la Gran
Comisión, de anunciar el evangelio en todo el mundo.

El liderazgo principal de la Iglesia no es llamado a hacer todo el trabajo, sino a capacitar y


motivar a todos los creyentes a ser parte del ministerio de la Iglesia (Efe 4:11-12).

¿Cómo logramos eso? ¿Cómo lo hizo el Señor?

1. Seleccionando

Desde los primeros días de Su ministerio, vemos al Señor seleccionando y llamando discípulos.
Lo hizo por etapas:

a. Primera Etapa – ver qué tenían en su corazón (Juan 1:35-51). Conversar, preguntar,
hacer cosas juntos, etc.

b. Segunda Etapa – llamando a un mayor compromiso, que implicaba dejar muchas cosas,
y buscar primero el reino de Dios (Mateo 4:18-22; 6:33).

c. Tercera Etapa – formando un equipo (Mat 10:1-4).

Este proceso requería ciertas cosas:

i. Tomar contacto con personas; buscar personas que manifiestan mayor grado de
sensibilidad y aspiración espiritual (ver Juan 1:47-48).

ii. Pasar tiempo con estas personas (Juan 1:37-39).

iii. Desafiarles a un mayor compromiso, para ver su reacción (Mat 4:18-22; Marcos
2:14).

iv. Buscar la dirección de Dios (Lucas 6:12-13).

APLICACIÓN:

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¿Vemos la necesidad de seleccionar nuestros discípulos?
¿Cómo lo estamos haciendo?

2. Modelando

Al llamar este grupo de discípulos íntimos, ¿cuál era la meta de Cristo? NO era que hagan
cosas inmediatamente, sino que estuvieran con Él para aprender de Su modelo de ministerio
(Marcos 3:14). ¿Qué cosas aprendieron? Tantas cosas – solo podemos señalar algunas:

i. La importancia de la oración (Marcos 1:35-39; Lucas 11:1); comparar Hch 6:4.


ii. La importancia de la predicación (Marcos 1:38-39); comparar Hch 4:29, 31.
iii. La importancia de asistir a los cultos en la sinagoga (Lucas 4:16); comparar Hch
3:1.
iv. Compromiso con la gente, y una actitud de servicio (Marcos 6:30-37).
v. Como ministrar sanidad, liberación espiritual, etc.
vi. Como contestar preguntas, críticas, observaciones, etc.

APLICACIÓN:

¿Permitimos que otras personas se acerquen a nuestras vidas, para que vean de cerca cómo
vivimos y ministramos?

¿Estamos concientemente modelando la vida cristiana y el ministerio cristiano a otros?

3. Enseñando

Cristo no solo enseñó a este grupo por medio de Su vida diaria, sino que deliberadamente tomó
tiempo para enseñarles cosas verbalmente.

i. A veces lo hacía en medio de Su ministerio cotidiano (Marcos 4:10-20)


ii. A veces lo hacía en tiempos de retiro espiritual (como cuando fue a la región de
Tiro y de Sidon).

Les enseñaba de todo, pero particularmente dos cosas:

i. El mensaje del reino de Dios, que incluye los valores de este reino (Mat 5:1ss).
ii. El significado de Su vida, muerte y resurrección (Marcos 8:31; 9:31; 10:32-34, 45).

Tenemos un momento extendido de enseñanza, en Juan 13-17. Aunque era un momento


especial, quizá nos da una idea de cómo el Señor enseñaba a Sus discípulos en otros momentos.

Otro momento de enseñanza, fueron los 40 días después de la resurrección (Hch 1:3).

APLICACIÓN:

¿Estamos enseñando a nuestros discípulos?


¿Qué les estamos enseñando?

4. Delegando

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Una vez que estaban preparados (en cierta medida), Cristo los envió a trabajar, delegando Su
ministerio (Marcos 6:7-13). Cumplieron la misma misión que Cristo (Mat 10:5-11; Lucas 9:6).

Los envió de dos en dos; no como ‘llaneros solitarios’, sino como pequeños equipos.

APLICACIÓN: ¿Delegamos responsabilidades?


¿Estamos dispuestos a dejar que otros hagan nuestro trabajo?

5. Resolviendo Problemas

Cuando uno involucra a otros en el ministerio, muy pronto aparecen problemas. Vemos esto en
relación con el ministerio de los Doce.

i. La inhabilidad de tratar un asunto (Marcos 9:17-18, 28-29).


ii. El orgullo (Marcos 9:33-37).
iii. Debilidad espiritual (Mateo 26:41; 33-35).
iv. Ataques por parte de otras personas (Marcos 2:16, 24). En estos momentos, Cristo
defendía a Sus discípulos (ver Juan 17:11-12).

APLICACIÓN:

¿Cómo reaccionamos cuando surgen problemas en los que están bajo nuestra responsabilidad?
¿Ayudamos a los que colaboran con nosotros en la resolución de problemas?

Para el fin de Su vida, estos hombres llegaron a ser los amigos de Cristo (Juan 15:15);
hombres de Su confianza. Cuando fue al cielo, les encomendó la totalidad de Su misión
terrenal.

“Liderazgo al Estilo de Jesús”

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Ps Alex Donnelly

LIDERANDO EN ORACIÓN

Introducción

Una de las cosas más claras en el ministerio de Cristo, es la importancia que dio a la oración,
tanto en Su vida personal, como para desarrollar Su ministerio. Hoy en día, se escriben muchos
libros acerca de liderazgo espiritual, pero pocos enfocan sobre la importancia de la oración.

1. Oración para Unción

Lucas indica que la unción del Espíritu para el ministerio de Cristo vino en el contexto de la
oración (Lucas 3:21-22). Posteriormente, el Señor afirmó que el Espíritu Santo sería dado en
respuesta a la oración (Lucas 11:13).

Por ende, al fin de Su ministerio, el Señor indicó que los apóstoles debieran quedar en Jerusalén
hasta ser investidos de poder de lo alto. Se sobre entiende, que mientras esperaban, tenían que
estar orando – cosa que hicieron (Hch 1:12-14). Al fin, la unción para el ministerio
evangelístico vino cuando “estaban todos unánimes juntos” (Hch 2:1) – se supone, orando.

Luego leemos que los apóstoles oraron, y Dios les concedió una nueva unción (Hch 4:24, 29-
31).

REFLEXIÓN ¿Oramos para recibir esta unción de lo alto? ¿Nos interesa ello?

2. Oración para Dirección

Frecuentemente vemos al Señor orando, en el contexto de la necesidad de contar con la


dirección del Padre. Al inicio de Su ministerio, oró porque hacía falta la dirección del Padre en
ese momento importante (Lucas 3:21).

Luego oró, pidiendo dirección para el ministerio (Marcos 1:35-39).

Oró también, buscando dirección en el nombramiento de los Doce apóstoles (Lucas 6:12)

Oró también antes de ir a la cruz del calvario (Lucas 22:42)

REFLEXIÓN ¿Somos concientes de la necesidad de la dirección de Dios en nuestro


ministerio? ¿Dedicamos tiempo a la oración antes de tomar decisiones
importantes?

3. Oración para Poder

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El ministerio requiere la unción del Espíritu Santo. Pero dentro de esa unción general, a veces
se requiere una porción extra de poder y autoridad espiritual. Esto también se obtiene por
medio de la oración (ver Marcos 9:29).

En el ministerio, se sufre un desgaste espiritual, emocional y físico. La oración sirve para


reponer esas fuerzas. La promesa de Is 40:31, es que los que esperan a Jehová renovarán sus
fuerzas.

Luego de tiempos de ministerio, el Señor se retiraba para orar (Marcos 1:35-36; 6:30-31, 45-
48).

Pablo pidió a la Iglesia de Efeso que oraran por él, y por su ministerio (Efe 6:19.20).

REFLEXIÓN ¿Somos concientes del desgaste espiritual en la obra?


¿Tomamos tiempo para esperar en Dios, luego de un período de servicio
agotador?

4. Oración para Comunión

Sería un error pensar que el Señor solo oraba para buscar cosas de Dios. Un elemento clave en
Su vida de oración, era la comunión que Él gozaba con el Padre Celestial. Era el deleite de esa
comunión, que le hacía pasar toda la noche en oración, o levantarse temprano para orar.

Será difícil desarrollar una vida significativa de oración, a no ser que experimentemos una
buena dosis de comunión íntima con Dios en la oración. Allí es donde hallamos el deleite para
orar. Sin eso, la oración se vuelve un deber espiritual, más que un deleite.

REFLEXIÓN ¿Experimentamos algo del deleite de la presencia de Dios cuando oramos?


¿Buscamos esta comunión íntima con Dios en oración?

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PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

1. Liderando en el Poder del Espíritu

a. ¿Sientes que recibiste el Espíritu Santo cuando creíste? Hch 19:2

b. ¿Cómo se manifestó esa recepción? ¿Qué evidencias hubo de la presencia del Espíritu Santo
en tu vida?

c. ¿Has experimentado alguna manifestación del Espíritu Santo en tu vida posterior a la


conversión?

d. ¿Cómo sientes que te ayuda el Espíritu Santo en tu vida diaria?

e. ¿Qué podrías hacer para buscar más la llenura del Espíritu Santo en tu vida y ministerio?

2. Liderando en Equipo

a. ¿Sientes que estás trabajando ‘en equipo’ en la Iglesia, o te sientes aislado en el ministerio?
¿Cuál es tu don espiritual? ¿Estas usando ese don con otras personas que tienen el mismo don?

b. ¿Tienes un modelo a seguir en la Iglesia? ¿Alguien a quien admiras, y cuyo ejemplo quieres
seguir?

c. ¿Sientes que alguien se está preocupando por ayudarte a crecer, tanto en la vida cristiana,
como en el ministerio cristiano? ¿Cómo lo hace?

d. ¿Has escogido a una o más personas, para ayudarle a él (ellos) a crecer en su vida espiritual, y
a desarrollar un ministerio en la iglesia?

e. ¿Estas invirtiendo tiempo en esa persona? ¿Cómo lo haces?

3. Liderando en Oración

a. ¿Cuál es tu práctica de oración? ¿Cuánto oras, cuándo y dónde?

b. ¿Sientes la presencia de Dios cuando oras? ¿Sientes que Él te habla? ¿Qué cosas te dice?

c. ¿Has sentido alguna vez que Dios te ha guiado específicamente acerca de un asunto, en
respuesta a una oración tuya? Descríbelo.

d. ¿Has tenido momentos en los cuales te has sentido muy débil, por estar sirviendo a Dios, y
has recibido fuerza espiritual por medio de la oración? Is 40:31

e. ¿Has recibido una nueva unción de poder de lo alto, en respuesta a un tiempo de oración?
Lucas 11:13; Hch 4:29-31.

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