Está en la página 1de 68

“COSMOS Y GEA

UNA HISTORIA NATURAL”


Prof. Dr. Ricardo N. Alonso
UNSa-CONICET
“Explorar el tiempo profundo es posiblemente la
mayor contribución que la geología haya hecho a
la humanidad. Así como el microscopio y el
telescopio extendieron nuestra visión a reinos
espaciales que alguna vez fueron demasiado
minúsculos o demasiado inmensos para que
podamos verlos, la geología proporciona una lente
a través de la cual podemos presenciar el tiempo
de una manera que trasciende los límites de
nuestras experiencias humanas”.
Marcia Bjornerud
La imagen del cosmos es aterradora. Una vista de los
infinitos cielos revela la paradoja de su inexistencialidad.
Los astros, que develaron al hombre neolítico y que
aparecen en las más antiguas cosmovisiones, ya no existen.
Más allá del sol, de los planetas de nuestro sistema solar y
de algunas estrellas próximas, solo quedan cenizas
estelares. Un cosmos fósil de donde recibimos la luz de
estrellas que ya fenecieron. El hombre mira al cosmos, pero
éste lo ignora. Paradoja de la existencialidad humana.
Imagen de los
icónicos “Pilares
de la Creación”
construida a partir
de dos imágenes
infrarrojas
tomadas por el
telescopio
espacial James
Webb.
Por lo que sabemos, el universo
nació de una gran explosión hace
13.700 millones de años. Tal vez el
primero en señalar el tema fue el
científico y sacerdote belga
George Lemaitre. El astrónomo
inglés Fred Hoyle, que no creía en
ese evento, se burló llamándolo
“Big Bang” y al final el nombre se
impuso y así quedó para la
historia de la ciencia.
George Gamow (1904-
1968), el gran sabio ruso-
americano, hiló más fino y
dijo que se trataba de una
singularidad espacio-
temporal. En su honor, se
llama:
“Singularidad de Gamow”.
El origen del universo es un gran misterio.
El alejamiento de las galaxias, el efecto
Dópler, las ondas gravitacionales del
estallido y su ruido cósmico de fondo
indican un nacimiento dramático unos 14
billones de años atrás. Adelante del
estallido o “parto cósmico”, los físicos y
cosmólogos han podido calcular los
eventos en asombrosas escalas de tiempo
infinitesimales. Steven Weinberg (1933-
2021), físico teórico, cosmólogo y premio
Nobel, escribió un libro maravilloso sobre
los tres primeros minutos del universo.
Hay un muro que separa los dos momentos de la singularidad y
es el llamado “Muro cuántico de Planck”. Sabemos mucho de lo
que pasó después, pero absolutamente nada de los que pasó
antes. Es el campo divisorio entre la física y la metafísica, entre
la ciencia y la religión. Es el nacimiento de la materia y la energía
desde la no materia. Es el nacimiento del tiempo cósmico. A
partir de allí vemos desarrollarse millones de galaxias, billones
de estrellas, trillones de exoplanetas, agujeros negros y toda la
parafernalia cósmica. Asimismo estrellas que nacen y mueren en
estallidos de supernovas. Supernovas que incluso pudieron
llegar a afectar el curso evolutivo de nuestro planeta.
SUPERNOVAS
“ESPACIO, TIEMPO, COSAS Y
EVENTOS”:

LOS GRANDES PILARES DE LA


GEOLOGÍA
FILOSOFÍA DEL TIEMPO PROFUNDO
Uno de los mayores enigmas es cómo hacer
para definir, comprender, aprehender, calificar
o interpretar la naturaleza del tiempo. Desde la
más remota antigüedad el tiempo ha sido un
quebradero de cabezas y los grandes sabios de
todas las culturas antiguas lo tuvieron entre sus
prioridades, desde los chinos hasta los
babilonios, desde los griegos hasta los persas,
desde los hindúes hasta los mayas. San Agustín
fue uno de los que más se acercó a su
definición desde la filosofía con su famosa
sentencia: “Si no me preguntan que es el
tiempo lo sé, si me lo preguntan ya no lo sé”.
La geología clásica primero y la geología isotópica después
penetraron en la naturaleza del tiempo profundo. El Big Bang fue
una singularidad de no espacio-tiempo, la “Singularidad de
Gamow” que inicia el tiempo Gamowiano. Grandes incógnitas
como si hubo tiempo antes del “Big Bang” o si habrá tiempo
después del “Big Crunch”, desvelan a los físicos y cosmólogos
modernos. Estas breves reflexiones apuntan a señalar la
existencia de “mojones virtuales” de tiempo detenido en el
tiempo y conservado en objetos cósmicos y terrestres. Una
metáfora de tiempo conservada en minerales y fósiles, en rocas y
meteoritos, en átomos de elementos radiactivos y en isótopos.
Si nos pidieran una definición propia diríamos que “El
tiempo es una ilusión que fluye”. Hay tantos tipos de
tiempos como marcos de referencia definamos. Podemos
arrancar con un tiempo cosmológico que va desde el origen
del universo a partir del Big Bang hasta nuestros días. Y eso
medido en años calendario son 13.700 millones. O podemos
arrancar con el nacimiento de nuestro planeta hace 4.566
millones de años y hablar de un tiempo geológico. Pero
también hay un tiempo prehistórico y otro histórico; un
tiempo humano de cada uno de nosotros y un tiempo
interior.
La geología es una ciencia
histórica y el tiempo es motivo
permanente de cavilaciones. De
allí que la frase madre que define
a la ciencia geológica sea: Mente
et Malleo, con la mente y el
martillo.
El tiempo profundo es el mayor
aporte que la geología hizo al
pensamiento humano.
El tiempo humano es un segundo de luz entre dos
nadas. El tiempo existe mientras el observador
exista. La metáfora es la de tiempo detenido en el
tiempo: tiempo fósil; tanto el tiempo geológico
conservado en las rocas, como el tiempo
cosmológico congelado en estrellas muertas. Se
puede reflexionar sobre el tiempo de mil maneras.
La más sencilla es mirando una pila de estratos
rocosos en un simple paseo dominical. En palabras
de Stephen Jay Gould: “La geología nos dio la
inmensidad del tiempo y nos enseñó lo poco que
ha ocupado en él nuestra propia especie”.
SICCAR POINT, ESCOCIA

DISCORDANCIA ANGULAR
DE HUTTON (1788)

DEVONICO (325 Ma)

SILURICO (425 Ma)

JAMES HUTTON (1726-1797). PADRE DE LA GEOLOGÍA HISTÓRICA UNIFORMISTA


Y DEL PLUTONISMO
Nuestra galaxia es la Vía Láctea, una galaxia de tipo espiral.
En uno de sus brazos está el sistema solar. Nuestro sol es
una estrella enana amarilla de 10 billones de años de vida
de los cuales ya hemos gastado la mitad. Producto de la
acreción de la nébula solar se formó la Tierra 4.567 millones
de años atrás. Ello dio inicio al tiempo geológico, el
profundo y abismal tiempo geológico. Somos el tercer
planeta desde el sol luego de Mercurio y Venus. Formamos
parte de los planetas rocosos en oposición a los gigantes
gaseosos. Gracias a la datación de los meteoritos condríticos
de la nébula solar original podemos saber la edad de
nuestro propio planeta.
El planeta Tierra es el más
singular del sistema solar en
razón de la presencia de agua
líquida y vida. Vida organizada
en cinco reinos, con primates
inteligentes que pueden
analizar pasado, presente y
futuro. Preguntarse de dónde
venimos y hacia dónde vamos,
aun cuando no siempre se
encuentren respuestas.
El planeta Tierra nació de materia solar por
acreción. Pasó por múltiples etapas desde el
frío cósmico inicial hasta su ignición en el
Hádico. Se denomina Hádico al primer
periodo de la Tierra por su naturaleza
infernal. Es el momento del enorme
impacto con el asteroide Theia, que arrancó
un trozo planetario terrestre y lo puso a
girar en órbita para formar nuestro satélite
la luna. El Hádico terminó hace 4.000
millones de años y solo han sobrevivido
algunos cristales de zircón reciclados en
rocas posteriores del periodo Arcaico.
DAVID M. PEARSON
También para esa época terminó
el gran bombardeo meteorítico y
cometario. Una Tierra rojo ígnea
pasó a una Tierra quemada con
una costra negra llena de
cráteres. Si pudiésemos viajar en
la máquina del tiempo, jamás
reconoceríamos a ese mundo
como nuestro planeta. O las
tantas otras caras que mostró la
Tierra a lo largo de su evolución y
metamorfosis geológica.
Luego del Hádico, la Tierra se convirtió en un mundo
gris donde el agua líquida comenzó a llenar los proto-
océanos y una atmósfera anóxica, ácida y venenosa
fue cubriendo el planeta. Aún con un sol débil, la
Tierra se ubicó en una coordenada ideal para lograr
que el agua se mantuviera en su punto triple: hielo,
líquido y vapor. Y además que comenzara un ciclo
hidrológico de recirculación del agua con evaporación,
condensación y precipitación.
En algún momento del Arcaico se disparó la vida. Los mares
eran entonces una sopa de compuestos químicos prebióticos
listos para engendrar la vida. Primero fue la bacteria primordial
LUCA de la que todos descendemos. Es nuestro último
ancestro común universal que vivió hace unos 4.000 millones
de años. Allí aparecen los primeros restos de carbón
isotópicamente orgánico. Con esa célula primordial se instala
en el planeta lo vivo, la vida. Es la primera gran revolución del
planeta Tierra, el nacimiento de la biósfera. Esas células van a
reproducirse rápidamente en los mares del mundo. Se crean
las primeras colonias de estromatolitos calcáreos.
Hace 2.500 millones de años se produce la
segunda gran revolución biológica cuando las
bacterias se transforman en oxidantes y
cambian radicalmente la química de la
atmósfera. El hierro libre en las aguas
oceánicas precipita masivamente en óxidos de
hierro que dan los grandes yacimientos de
hierro bandeado (BIF) de magnetita y
hematita. Ello conforma el periodo Sidérico y
que hoy está representado en algunos núcleos
proterozoicos continentales de Australia,
América del Norte, América del Sur y Asia.
El mundo cambia a una tenue tierra
verde y a una tenue atmósfera azul.
Hacia el final del Proterozoico la Tierra
sufre una crisis de congelamiento y se
cubre de hielos hasta latitudes bajas
dando lugar al periodo Criogénico. Es la
Tierra blanca. Cuando los hielos se
retiran, se van a formar extensos
depósitos de carbonatos cálcicos donde
ya aparecen numerosas formas de vida
multicelulares que conforman una
tercera revolución biológica.
Los tapices bacterianos duros
de los fondos oceánicos dejan
que se asienten formas
quimioautotróficas globosas,
sin cadenas tróficas de
predador-presa, con cuerpos
blandos de simetrías bilateral y
trilateral, los cuales van a
formar la fauna característica
de Ediacara y los Vendobionta.
En todo este tiempo los
continentes se organizan
en súper-continentes y
los océanos en súper-
océanos. Rodinia,
Pannotia, Pantalasa y los
últimos y más conocidos
Pangea y su
desmembramiento en
Laurasia y Gondwana.
A los 541 millones de años termina el eón Proterozoico y se
inicia el eón Fanerozoico. Los organismos precipitan
carbonatos para formar sus exoesqueletos primero y sus
endoesqueletos después, los cuales les sirven de defensa y
ataque y, además, para proveerse de nuevas fuentes de
alimentos. Entre ellas el rasgado del tapiz bacteriano y la
liberación de la gran productividad biológica allí activa para
el consumo. En ese instante de cambio de eones entre el
Precámbrico y el Cámbrico, desde un mundo de cuerpos
blandos a un mundo proto esqueletal, se registra también la
aparición de una estructura anatómica arquitectural cordada
que es el futuro esqueleto de los vertebrados y el hombre.
Pasamos desde un mundo de gusanos blandos y gelatinosos,
comedores y excretores de sedimentos, que se arrastran
ciegamente por la superficie o el interior de los fangos oceánicos
a cuerpos estructurados esqueletalmente, con cerebros y ojos
adaptados a las contingencias del medio ambiente. La vida da
lugar a organismos más complejos, desde las células unicelulares
vivas e inanimadas, a organismos multicelulares y complejos. Los
moluscos evolucionarán por su cuenta con miles de arreglos
exoesqueletales que ayudan a los paleontólogos a identificar la
edad y el ambiente de las capas que los contienen.
¿Cuántos millones de años hace
que esta criatura pudo animar
un océano que ya no existe?
Tengo en la mano su huella, un
sello de belleza imperecedera.
Algún día, este sello también se
descompondrá o arderá en las
conflagraciones cósmicas del
futuro. La matriz que lo formó
permanece oculta y operativa
desde la ley, intocable por la
muerte o el fuego".
Ernst Jünger
Los vertebrados evolucionarán hacia los peces
primitivos, y luego los anfibios, reptiles, aves y
mamíferos. La vida saldrá del agua a la tierra firme
para poblar los continentes. Las plantas decidirán
apostar en contra de la gravedad y elevarse al cielo
para respirar dióxido de carbono y liberar oxígeno
mediante fotosíntesis clorofílica. Las plantas
acompañan la evolución de los animales, desde los
helechos, pasando por las gimnospermas hasta las
angiospermas o plantas con flores.
PROTOTAXITES
El Mesozoico se convierte en la edad de los reptiles y especialmente
de los dinosaurios. La R. Argentina tiene uno de los registros más
completos del planeta.
El Cenozoico es la “Edad de los mamíferos”. El clima del
planeta pasó por momentos de congeladora y otros de
estufa o invernadero. Se formaron extraordinarias
concentraciones de carbón mineral en el periodo
Carbonífero y de petróleo en el Cretácico. Los asteroides
siguieron cayendo a la Tierra y hace 66 millones de años
generaron un desastre global con la extinción de los
dinosaurios y otras formas de vida. Los mamíferos tuvieron
allí su oportunidad y evolucionaron rápidamente ocupando
los nichos ecológicos vacantes. La Tierra adquiere su
configuración actual verde y azul.
“Este evento es de máxima importancia en la narrativa
de la Gran historia ya que en él se juntan procesos que
tienen que ver con el régimen del cosmos y de la Tierra
(el propio impacto) para intervenir en el de la vida
(evento de extinción masiva) y, gracias a la aparición de
nuevos nichos ecológicos para los pequeños mamíferos,
al desaparecer los dinosaurios, la posibilidad de
emergencia del régimen de la humanidad”.

“Complejidad en la Gran Historia” por Dra. Olga García


Moreno, Facultad de Geología, Universidad de Oviedo
PIRGUA

LECHO

K/Pg LÍMITE
YACORAITE

MEALLA
PLAYAS
CON
MARCAS
DE
OLEAJE

HUELLAS DE
DINOSAURIOS
CARNIVOROS
ESCALA 2 M.

ALGAS
FÓSILES
Foto: National Geographic, ESTROMATOLITOS
Enero, 1993
BIPEDALISMO Y LUZ DE PASO DE DINOSAURIOS CRETÁCICOS
SALTEÑOS Y EN ANTROPOIDES DE ÁFRICA
HISTORIA CONTRA FÁCTICA
HUELLA DE DINOSAURIO HERBÍVORO SOBRE MARCAS DE OLEAJE
FAUNA Y PAISAJE EN EL SUR DE SALTA A FINES DEL CRETÁCICO
ENANTIORINIS
SOROAVISAURUS
UNQUILLOSAURUS

NOASAURUS

LECTAVIS

YUNGAVOLUCRIS

La fauna de El Brete descubierta por Bonaparte, incluyendo el saurópodo Saltasaurus loricatus, los terópodos Noasaurus
leali y Unquillosaurus ceibali (este de otra unidad contemporánea) junto a varias especies de aves enantiornitas con
distintos hábitos como zancudas (Lectavis bretincola), buceadoras (Yungavolucris brevipedalis), voladoras de gran tamaño
(Enantiornis leali) y raptoras (Soroavisaurus australis). Ilustración de Jorge A. González.
DINOSAURIO CARNÍVORO
“GÜEMESIA OCHOAI”
Las cuencas oceánicas y continentales han permitido la
sedimentación desde los más remotos tiempos
geológicos. En esos sedimentos se han conservado
restos fósiles, desde las bacterias primigenias, pasando
por invertebrados, vertebrados y plantas que prueban
la evolución de la vida.
En geología lo local es universal.
La Gran Historia de la Tierra ha quedado escrita en
cristales, fósiles e isótopos.
En cualquier grano de arena está contenida la historia
del universo.
La química de la atmósfera, las glaciaciones y
desglaciaciones, los efectos invernaderos, siguieron
ocurriendo de manera cíclica pero sin llegar a las
grandes revoluciones del pasado. Hay una etapa
celular viva, una multicelular viva y animista, y una
humana viva, animista y racional. El hombre colonizó
todas las esferas, en el tiempo darwiniano y en el
espacio vernadskiano. La última gran revolución, al
decir de Teilhard de Chardin, es la planetización de la
noosfera que involucra la suma global de la energía
psíquica humana.
DARWIN VERNADSKI TEILHARD DE CHARDIN
EN EL TIEMPO COSMOLÓGICO -PLÁNCKICO, GAMOWIANO Y
DARWINIANO- EL UNIVERSO EVOLUCIONÓ EN UN GRADO
CRECIENTE DE COMPLEJIDAD DESDE EL HIDRÓGENO AL
CEREBRO HUMANO AUTOCONCIENTE Y DESDE EL QUARK AL
GUEPARDO.
El 98% del universo es H y He, y el
otro 2% constituye el resto de la
tabla periódica de Mendeléiev.
En un sistema planetario, como
nuestro Sistema Solar, el 99.9% de
la materia está en la estrella Sol.
El 0.1% se reparte en el resto del
sistema: todos los planetas, sus
satélites y asteroides.
Hay un adagio que dice que “las rocas no mienten”. Pero, se sabe,
que pueden ser mal interpretadas. Efectivamente las rocas han
estado allí por millones de años. Fueron observadas por los
primeros humanos que ingresaron a la región a fines del
Pleistoceno, cuando aún vivían los mamíferos de la megafauna. Y
siguieron siendo observadas a lo largo de siglos y milenios hasta
nuestros días. A algunos les llamó su atención la dureza, a otros el
color, a otros la disposición de los estratos o los paisajes que
forman. Desde hace siglo y medio han sido observadas por geólogos
de muchos países y muchas especialidades. Las interpretaciones
cambian pero las rocas permanecen ajenas a los rótulos que se les
atribuya. “Vino nuevo en odres viejos”, decía Horacio J. Harrington.
El hallazgo de fósiles puede modificar
radicalmente las interpretaciones que
se tenían. O una edad radimétrica
cambiar la geocronología. Y esto ha
venido pasando sucesivamente con
cada oleada de estudiosos y con el
avance de las técnicas de estudio cada
día más sofisticadas.
MAGMA PLUTÓNICO

ROCAS MARINAS

485 Ma

530 Ma
Hay cuestiones que permanecen y pueden expresarse
tentativamente en una “Ley del reciclaje de la materia
en el planeta Tierra” que aquí enunciamos así: “Las
estrellas forman elementos químicos, los elementos
químicos forman minerales, los minerales forman
rocas, las rocas forman estructuras geológicas, estas
se destruyen para dar rocas, las rocas se destruyen
para dar minerales y los minerales se destruyen
liberando los elementos químicos que los componen.
Esto genera un reciclaje de la materia en el sistema
Tierra desde sus orígenes hasta su final”.
Tal como en otras palabras nos enseñó Carlo Rovelli en su libro
“El orden del tiempo” cuando señala que:

“La roca más dura, a la luz de lo que hemos aprendido de la


química, de la física, de la mineralogía, de la geología, de la
psicología, es en realidad una vibración compleja de campos
cuánticos, una interacción momentánea de fuerzas, un proceso
que por un breve momento logra mantener su forma,
mantenerse en equilibrio antes de desintegrarse nuevamente en
polvo, un breve capítulo en la historia de las interacciones entre
los elementos del planeta, …un nudo intrincado en ese juego
cósmico de espejos que constituyen la realidad”.
Lo expuesto nos enseña que la
Tierra es un planeta que sufrió
profundas metamorfosis
evolutivas desde el Hádico al
Antropoceno. Nos enseña,
además, que lo único permanente
es la impermanencia, que el
relieve es un fluido y que la
civilización existe por
consentimiento cósmico y
geológico.
“Lo más probable es que la vida y el pensamiento
en nuestro universo llegue a su fin. Quizá hallemos
consuelo en saber que en algún lugar de las vastas
extensiones del espacio infinito, mucho más allá de
las fronteras de nuestro dominio, la vida y el
pensamiento persista, quizá de manera indefinida.
Aunque contemplemos la eternidad, aunque
intentemos alcanzarla, no podremos tocarla”.

Brian Greene
TEXTOS: Ricardo N. Alonso
FOTOGRAFIAS: Copyright Ossian Lindholm

¡GRACIAS POR SU ATENCIÓN….!!!

También podría gustarte