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SOBRE EL SENTIDO DE LA

FOTOGRAFIA EN EL MUNDO
CONTEMPORANEO
Reflexiones sobre la ética y estética de la inmediatez

María Hechen
Psicóloga y Prof. en ISET 18
helenhechen@yahoo.com.ar

El texto busca reflexionar acerca de las características del presente siglo en relación con la velocidad, la manera
en que se ha modificado la producción, circulación y percepción de imágenes fotográficas y los nuevos e
impensados sentidos que necesariamente han surgido debido a la inmediatez que caracteriza a la
contemporaneidad.

Fotografía- revolucióndigital - contemporaneidad – velocidad- inmediatez

Introducción

Así como el siglo XIX se destacó por el advenimiento de la fotografía y el siglo XX por permitir la popularización de la
misma, a partir del paradigma digital en el siglo XXI se inaugura una nueva época en la que el tiempo real prevalece por
sobre el espacio, y la inmediatez resulta preponderante.

En este siglo, y en relación con la velocidad es que se da la invención de la perspectiva de tiempo real, así como en el
siglo XV lo fue la perspectiva de espacio real, con todos los profundos cambios que generó en el mundo medieval. La
aparición del ciberespacio como nueva forma de perspectiva que tanto difiere de la perspectiva audiovisual que
conocemos, si bien ver y oír a distancia es lo que veníamos haciendo, el hecho de tocar y sentir a distancia resulta un
cambio de perspectiva hacia un área nueva, la del contacto a distancia, el telecontacto.

Así la cuestión del tiempo global, del ciberespacio que domina al tiempo local de nuestras ciudades, llega a convertir lo
local en global y lleva lo global a convertirse en local. Se trataría de una deconstrucción de la relación con el mundo, que
trae aparejadas consecuencias en la relación entre los propios ciudadanos y en definitiva en la misma subjetividad.

La naturaleza de la fotografia digital

La imagen analógica respondía al principio de distancia temporo-espacial que producía una escisión entre la formación de
la imagen y su visualización. Tal latencia ya no existe en el caso de la fotografía digital, lo que ha traído aparejada la
pérdida del halo de melancolía que caracterizaba a la fotografía.

El hecho de encontrarnos en una época postfotográfica digital, en la que se ha disipado la ambigüedad y la certificación de
presencia-ausencia, hace que podamos definir al momento actual como el fin de la nostalgia. La tecnología digital ha
modificado todo. En lo que se refiere a la imagen estática, resulta imposible sostener, en la actualidad, la lógica
barthesiana que planteaba aquello de lo que ha sido y ya no es, porque en realidad ahora se trata de lo que es casi en
tiempo real.
A diferencia de las imágenes analógicas, la imagen digital goza de autonomía en relación con su soporte magnético, de
modo tal que puede ser alterada sin tocar, o dañarlo físicamente, algo que obviamente no ocurre con la imagen
fotoquímica.
Podríamos decir que la fotografía, a partir de lo digital, sufre una fractura histórica verdaderamente revolucionaria que
reside en la posibilidad de combinar la invención subjetiva, propia de la pintura, con la perfección propia de la máquina.

La fotografía analógica junto con el cine y la televisión perteneció a la era de las tecnologías icónicas del mimetismo
naturalista, técnicas que documentan más que inventan, cuya función primordial era registrar la luz reflejada por los
objetos materiales, que dejaban una huella analógica en 1a emulsión o en la placa fotosensible.

Las técnicas de producción de ambos tipos de fotografía -analógica y digital- así como sus modos de instalarse en el
mundo son cualitativamente distintos y por lo tanto sus modos de producción de sentido también lo son. A los fines de
reflexionar sobre los mecanismos de producción y recepción de la imagen fotográfica digital debemos pensar en las
modificaciones producidas en el dispositivo, en su forma de convocar al cuerpo, de la tecnología analógica a la digital que
hacen que ya no se acerque más el ojo al visor -en el caso de las cámaras compactas que incluso algunas ya ni traen ese
elemento-, que la cámara se coloque a una cierta distancia y que al mirar la pantalla ésta ofrezca una imagen previa. Por
supuesto que no es el caso de las cámaras réflex que por el espejo no ofrecen la posibilidad de dicha imagen.
Las computadoras y cámaras con CCD (Dispositivo de cargas acopladas o circuitos sensibles a la luz) sustituyen a las
antiguas cámaras y a los largos procesos de revelado. Las técnicas húmedas han sido sustituidas por las técnicas en seco
de la informática. Podríamos considerar que la primera revolución fue la cámara Leica de 35mm, y la segunda lo digital,
pensemos que ya no se necesita ni laboratorio ni soporte material para trasladar las imágenes.

Las computadoras y las cámaras son dispositivos tecnológicos para producir sentido. Aparecen como prótesis de nuestras
capacidades de pensar y mirar. De los haluros a los píxeles llenos de información basadas en todo y nada, ceros y unos,
números binarios formados por bits son los que permiten degradados sutiles en los colores y las sombras. La foto
analógica se acerca a lo digital a través del scanner. La nueva foto es directa, elimina casi todos los procesos anteriores
salvo la captura y todo a través de las matemáticas. La inmediatez, la visión de las imágenes obtenidas a través de la
pantalla de cristal líquido (LCD) nos permite ver y corregir de inmediato el encuadre y la exposición. Así es como el
fotómetro y la polaroid han pasado a un segundo plano y se han convertido en objetos de anticuario.
Antes se trataba de preparar y programar, ahora elegir el tipo de archivo RAW, TIFF o JPEG con la analógica los filtros,
con digital realizar balances de blanco, elección de sensibilidad.

La imagen fotográfica y su relación con la dimensión temporal

Analizar la relación del tiempo con la imagen fotográfica requiere considerar en principio el dispositivo fotográfico en su
conjunto, para comprender la ambigüedad que presenta al momento de su lectura.

El dispositivo fotográfico analógico incluye dos momentos, el de la realización, en el que el operador elige qué, cuando
será fotografiado y cuánto tiempo durará esa exposición. Es el momento conocido como Toma o Cut de la acción, que
detiene el transcurrir, es la escena en sí; y el del revelado de la imagen final, la foto propiamente dicha. Y el segundo
momento, que es el de la recepción por parte del espectador, momento en el que ve tiempo detenido, tiempo cero.

El dispositivo fotográfico digital se diferencia del analógico en cuanto al primer momento en la falta de latencia entre la
toma y la visión de la foto propiamente dicha, por parte del operador que puede observarla, previsualizarla (en el caso de
la compacta) o tener una visualización casi inmediata al clic (en el caso de la réflex) en tanto que la escena está
ocurriendo. Y en cuanto al segundo momento, también se diferencia en que el receptor puede observarla a los pocos
segundos a través de un mail o en internet.

El espectador puede leer ese tiempo, a partir de un saber sobre lo fotográfico que incluya las connotaciones emocionales.
Los efectos técnicos de ambos dispositivos afectan la estrategia discursiva misma, independientemente de las condiciones
de recepción.

En el contexto de la sociedad actual caracterizado por la euforia del consumo, la comodidad, y con una destacada avidez
por la novedad el arte aparece como uno de los tantos signos de bien-estar y de bien-parecer, que ha desatendido el
esclarecimiento del proyecto artístico.

Resulta interesante recordar la historia de Chuang Tzu, relatada por Calvino (1989), quien respondiendo a un pedido del
rey necesitó diez años de maduración para luego en un instante tomar el pincel y con un solo gesto dibujar el cangrejo más
perfecto que se haya visto.

La imagen fotográfica, la velocidad y el sentido


Fue Alvin Toffler que hace varias décadas predijo que lo que pondría a prueba nuestra cultura no sería lo inevitable del
cambio, sino la rapidez del mismo. En este punto en la confrontación entre velocidad y sentido debemos decir que si se
trata de esclarecer un sentido, la velocidad no puede más que desmantelarlo. En el mundo digital vale todo y todo puede
arreglarse en la posproducción. Por supuesto que no se trata de algo que antes no se hiciera, pero a partir de lo digital
resulta más fácil y cómodo solucionar los problemas producidos en la toma.

El acto fotográfico es un acto subjetivo, desde que miramos ya estamos seleccionando el ángulo de visión, el objetivo, el
encuadre, el positivado. Si bien el programa de retoque fotográfico lo soluciona casi todo, igualmente hay que seguir
sabiendo hacer fotografía…y por otro lado los operadores expertos siguen siendo los dueños de la decisión final, los que
en definitiva a veces acaban sustituyendo a los fotógrafos. De modo que la preocupación por la formación debe ser
continua, para no quedar como muchos quedan, aferrados a la nostalgia o al miedo.

En este punto resulta interesante el planteo del fotógrafo español Armengol que señala que lo que importa son las
imágenes fotográficas, y que todo lo demás son herramientas, y en este sentido propone no poner frenos a la tecnología,
no quedar eternamente atrapados en las placas de cristal.

Conclusiones

La fotografía desde su invención, en la primera mitad del siglo XIX, ha estado indisolublemente ligada al desarrollo de la
tecnología. La fotografía analógica ha sentado las bases de lo que se ha llamado iconosfera, es decir, el mundo se ha
transformado en imagen, el hombre contemporáneo habita en la imagen.

Las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación implican un cambio en los modos de construir las
imágenes relacionadas con modos de conocer y de interrelacionarnos con el mundo. Hoy vivimos un momento particular,
la era digital como la gran revolución tecnológica. Esta “nueva realidad” plantea grandes desafíos, que obligan a repensar
la práctica y la teoría de este nuevo modo de producción de imágenes; en este sentido la fotografía tiene un protagonismo
fundamental en esta sociedad de la imagen.

En el caso de la fotografía, si bien no se trata de una transición sencilla, lo moderno es la fotografía y lo posmoderno es lo
digital. El pasaje de la técnica analógica a la digital es un proceso irreversible, los primeros en realizarlo han sido los
fotógrafos de prensa, luego se han sumado los publicitarios, etc. De modo que la fotografía analógica resulta una técnica
de culto ligada a la fotografía de arte, pero como representación de la realidad es la fotografía digital la que domina.

La fotografía digital al mostrar lo que es –casi- en tiempo real ofrece la contundencia del presente, el corte fija e
inmoviliza, pero en caliente, de forma simultánea a que continúe ocurriendo. Por lo que acordamos nuevamente con Susan
Sontag en que la era de la nostalgia ha llegado a su fin. Todo esto resulta en una ética y estética de la inmediatez, que ha
perdido el halo de la melancolía, y que hace que el espectador también lo note.

La fotografía en el siglo XXI posee un lugar en la sociedad, a la vez que un serio compromiso en la comunicación y el
arte. En la actualidad resulta apasionante entrever las infinitas posibilidades que se abren comunicacional y
expresivamente. En un mundo donde la imagen juega un papel preponderante, la fotografía tiene mucho que decir.

En síntesis, hoy en día la realización de imágenes ya no presenta las dificultades de otras épocas, no se trata de una ardua
labor reservada a especialistas. Dado que todos hacemos fotografías y estamos en la era del homo fotograficus, las
imágenes ya no deben valorarse por la experticia artesanal y técnica con que fueron realizadas, sino que debemos recurrir
al sentido, es decir ya no se plantea la existencia de buenas o malas fotografías, sino de buenos y malos usos de las
fotografías.

Muchos plantean que hoy ya no se puede hablar de fotografía, porque la fotografía digital es técnica y conceptualmente
diferente a la analógica desde el punto de vista de la luz, el revelado y la impresión y también como depósito de memoria.
En ese sentido Fontcuberta plantea la muerte de la fotografía, y festeja el advenimiento de la posfotografía, al señalar que
las imágenes digitales han desterrado rápidamente la fotografía material a un espacio minoritario.
Por eso es que se habla de una revolución fotográfica, que no sólo trata sobre haluros o píxels, sino que pone en cuestión
¿quién es hoy fotógrafo? ¿Por qué y para qué hace las fotos? ¿por donde circulan esas imágenes? Y entonces para ubicar
en contexto este problema citamos el caso descripto por Fontcuberta hace unos años en el que uno de los principales
periódicos de Hong Kong despidió a los ocho fotógrafos de planta que cubrían la información local y distribuyó cámaras
digitales entre el colectivo de repartidores de pizza. El fundamento que subyacía en esta decisión empresarial es que sería
más fácil enseñar a hacer fotos a los ágiles repartidores que lograr que los fotógrafos profesionales logren desplazarse por
la ciudad y llegar a tiempo a la noticia; lo que obviamente generó una gran polémica. Pero puso en evidencia que en esta
época vale más una imagen defectuosa tomada por un aficionado que una imagen excelente pero inexistente. Es la
urgencia de la imagen por existir la que prevalece sobre sus cualidades. Y es la fuerza de esa pulsión la que garantiza la
masificación nunca antes vista, y el grado de polución icónica está dado por el desarrollo de nuevos dispositivos de
captación visual y por la proliferación de cámaras en teléfonos móviles, webcams y artilugios de vigilancia. Todo ésto nos
sumerge en un mundo saturado de imágenes.
Ya en los años sesenta Marshall McLuhan señalaba el papel preponderante de los mass media e incluso propuso la
iconosfera como modelo de aldea global. La diferencia es que en la actualidad la imagen deja de ser dominio de
especialistas o profesionales al servicio de poderes centralizados. Hoy todxs producimos imágenes espontáneamente como
una forma natural de relacionarnos con los demás, y así la postfotografía se erige en un nuevo lenguaje universal.
El fotógrafo y cineasta Harvey Wang publica un ensayo sobre el cambio de la fotografía analógica y las consecuencias de
la desaparición industrial de las películas fotográficas y los procesos químicos, en su libro 'Del cuarto oscuro a la luz'
incluye entrevistas a grandes artistas de la imagen como Elliott Erwitt quien señala que con las cámaras digitales el
fotógrafo solamente dispara a la manera de un francotirador. Según Wang la decisión de eliminar los materiales y
procesos químicos; fue de la propia industria y no se trató sólo de un cambio de paradigma ni de un avance técnico, sino
que detrás estaba la intención de vender más smartphones y lo prueba con las siguientes cifras: en 2008 se vendieron 122
millones de unidades en el mundo, en 2014 la cifra ascendió a 1.244 millones y el volumen de ventas fue de casi 400.000
millones de dólares. No se trata de romantizar la técnica y negarse a sus movimientos, sino de entender los procesos
socioculturales que nos llevan a la situación actual. En dos décadas, la foto digital confina a un costado los cuartos
oscuros, los procesos de revelado, las fábricas de película, los negocios de procesado para un núcleo reducido, y establece
en un lugar central y de forma masiva a las computadoras y programas de tratamiento de imágenes.

Bibliografia:
Calvino, I (1989) Seis propuestas para el próximo milenio. Madrid: Ed.Siruela.
Chul Han, B (2012) La sociedad de la transparencia. Ed.Herder

Fontcuberta, Joan (2011) La cámara de Pandora. Barcelona: Ed. G. Gilli

Fontcuberta, Joan (2016) La furia de las imágenes. Ed. Galaxia Gutemberg


Gubern, R (1996) Del bisonte a la realidad virtual: La escena y el laberinto. Barcelona: Ed. Anagrama.

Lister, M (1997) La imagen fotográfica en la cultura digital. Barcelona: Ed.Paidós.


Sontag, S (1996) Sobre la fotografía. Barcelona: Ed. Edhasa.
Manel, Pablo (2015) Retirado Agosto 4 de 2019 https://www.elperiodico.com/es/cartas/entre-todos/photoshop-hizo-
verbo/122146.shtml

Wang, Harvey (2015) Del cuarto oscuro a la luz del día. Ed: Daylight
ABOUT THE MEANING OF
PHOTOGRAPHY IN THE
CONTEMPORARY WORLD
Reflections on ethics and aesthetics of immediacy
photography- digital revolution- speed- inmediacy

The text seeks to reflect on the features of the present century in relation to the speed, the way the production changed, the
circulation and perception of photographic images, as well as the new and unthoughtful senses that were created because
of the inmediacy that characterizes contemporaneity.

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