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El documento resume la Cumbre UE-CELAC que se realizó recientemente en Bruselas tras ocho años sin una consulta política interregional. Ambas regiones lograron un acuerdo final tras negociaciones que abordaron temas como la guerra en Ucrania y compromisos climáticos. El autor también destaca la intervención del presidente chileno Gabriel Boric en la cumbre, la cual reafirmó los principios de política exterior de Chile de respeto al derecho internacional y defensa de los derechos humanos.
El documento resume la Cumbre UE-CELAC que se realizó recientemente en Bruselas tras ocho años sin una consulta política interregional. Ambas regiones lograron un acuerdo final tras negociaciones que abordaron temas como la guerra en Ucrania y compromisos climáticos. El autor también destaca la intervención del presidente chileno Gabriel Boric en la cumbre, la cual reafirmó los principios de política exterior de Chile de respeto al derecho internacional y defensa de los derechos humanos.
El documento resume la Cumbre UE-CELAC que se realizó recientemente en Bruselas tras ocho años sin una consulta política interregional. Ambas regiones lograron un acuerdo final tras negociaciones que abordaron temas como la guerra en Ucrania y compromisos climáticos. El autor también destaca la intervención del presidente chileno Gabriel Boric en la cumbre, la cual reafirmó los principios de política exterior de Chile de respeto al derecho internacional y defensa de los derechos humanos.
Cumbre UE-CELAC: Momento Clave Tras ocho años sin tener una consulta política interregional, sesenta países de ambos lados del Atlántico se han reunido en Bruselas para retomar una relación birregional que estaba en pausa. Mucha agua había pasado bajo el puente durante ese tiempo: un ciclo de políticas latinoamericanas centrífugas, el Brexit, la pérdida de vigencia de UNASUR, el estancamiento del MERCOSUR y de la Alianza del Pacífico, la pandemia, la irrupción de populismos de derecha radical en el Viejo Continente y el auge de una China cada vez más preponderante en las economías latinoamericanas, han hecho una necesidad imperiosa la realización de esta cumbre. Así, tanto Europa como América Latina desean obtener mayores espacios de maniobrabilidad autónoma frente a otros actores, y evitar un escenario de estar entre la espada y la pared, especialmente de Washington y Beijing. En consecuencia, el encuentro ha sido clave: ambas regiones lograron un acuerdo final tras una ardua negociación y la cesión mutua de varios intereses, y que van desde temáticas como la Guerra en Ucrania, hasta compromisos climáticos e inversión de recursos financieros europeos en América Latina. ¿Es la mejor declaración que se pudo haber obtenido? Prefiero decir que es la precisa para volver a retomar una relación de manera clara y pragmática. Chile, asimismo, ha tenido un rol destacado. La intervención de Gabriel Boric fue impecable e ilustrativa de los principios de política exterior que el país ha sostenido a lo largo del tiempo: respeto al Derecho Internacional, apoyo al sistema multilateral, y defensa irrestricta a los DD.HH. Y es más, resalta también por la discrepancia que genera con liderazgos como el de Lula da Silva, que ha sido más ambivalente con el respeto de estos principios en miras de obtener un rol de negociador en la invasión rusa en Ucrania, y que le ha causado más críticas que apoyos. Por otro lado, la intervención fue clave en tres áreas que resultan interesantes. Así, menciona la importancia de ser autónomos frente a otros actores, especialmente de EEUU y de China; la confirmación de los compromisos climáticos y el avance hacia una transición energética justa; y de que Chile sea partícipe de las cadenas de valor agregado y no solo un mero exportador de materias primas. Así, Chile y la Cancillería al mando de van Klaveren lo han hecho excelente, y se deben reconocer los logros y los buenos resultados de una cumbre donde Chile tuvo protagonismo.