A24. EL COMERCIO
LUNES 6 DE ENERO DEL 2014
EL PODER DE NUESTRA GASTRONOMÍA
Fundación Custer
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bros del escritor Tony Custer. Identifíquese hasta este
miércoles 8 de enero en la Fundación Custer, ubicada
en la calle General Iglesias 478, Miraflores.
Rubén Chababo
Investigador argentino, especialista
en derechos humanos.
Tengo 51 años, soy profesor
en Letras en la Universidad
Nacional de Rosario y
desde el 2003 dirijo el
Museo de la Memoria
de Rosario (Argentina),
institución que reflexiona
sobre el terrorismo de
Estado ejercido entre 1976
y 1983. Fuimos uno de los
primeros espacios de estas
características en América
Latina. Al no tener muchos
referentes previos, tuvimos
que aprender a diseñar las
funciones sobre la marcha.
“El guion del lugar de la
memoria no tiene por qué
satisfacer a todos”
ÓSCAR BERMEO OCAÑA
Exposiciones que recuerdan a las
víctimas de la última dictadura
argentina ocupan una casona que
años atrás funcionó como centro
clandestino de detención. En este
inmueble encontramos a Rubén
Chababo, el director del Museo de
la Memoria de Rosario.
E
stá al tanto de la próxima
apertura del Lugar de la
Memoria, la Tolerancia
y la Inclusión Social en
nuestro país. Partiendo de
su propia experiencia, advierte que
los primeros momentos serán de
fuego cruzado. “Institucionalizar la
memoria no es fácil, implica varios
debates”, anota. Sin embargo, acla-
ra que no hay por qué forzar el con-
senso. “No todos tienen que pensar
lo mismo sobre un hecho”, refiere.
—El guion museográfico siempre
genera controversia en estos espa-
cios. ¿Cómo construir un discurso
que sea lo más inclusivo posible?
Hay que ser conscientes de que lo-
POSDATA
grar la complacencia o la aceptación
de todos es imposible. En estos casos
dolorosos no hay consenso en cómo
ocurrió y cuáles fueron las partici-
paciones de diferentes actores. Aun-
que, claro, el caso argentino no es
comparable al peruano, que es más
complejo.
—¿Dónde radica la diferencia?
En el caso argentino están bien
marcadas las víctimas y los victi-
marios. Tal vez sea más similar a lo
que pasó en Uruguay o Chile. Es de-
cir, un poder dictatorial que ejerce
terrorismo de Estado sobre la so-
ciedad civil. En cambio, en el caso
peruano uno se encuentra con dife-
rentes actores entremezclados, con
un proceso histórico demasiado
extendido en el tiempo y también
influye que las víctimas hayan sido
mayoritariamente de los sectores
más excluidos.
—¿Qué aspectos debería prestar
atención el Lugar de la Memoria?
Sé que allá se debate sobre los gra-
dos de responsabilidad de las partes.
Aunque no creo que haya una rei-
vindicación mínima de Sendero Lu-
clubsuscriptores.pe Llame al 311-5100 y suscríbase a El Comercio.
POSDATA
ÓSCAR BERMEO
“
El caso peruano es
más complejo. Uno se
encuentra con diferentes
sectores entremezclados,
con un proceso histórico
extendido en el tiempo”.
“ de las instituciones de memoria es
Si un sitio de la memoria
no puede hacer link con el
presente, corre el riesgo
de volverse un muro de los
lamentos para un pequeño
grupo”.
CAMPAÑA DE VERANO
En Plaza Vea
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vales o cupones.
minoso. No estoy en condiciones de
recomendar, pero sería interesante
que el guion incluyera visiones co-
mo la de “Memorias de un soldado
desconocido”, libro de Lurgio Gavi-
lán, un joven campesino que entra a
Sendero, después al Ejército, luego
a la Iglesia y termina como acadé-
mico. Incluye todas las miradas y
uno entiende muchas cosas de cada
lado. De todos modos, creo que el
guion que se plantee no va a satisfa-
cer a todo el mundo, ni tampoco tie-
ne por qué hacerlo.
—¿Es difícil desligarse de las ideo-
logías al momento de pensar en un
C
espacio de memoria?
Absolutamente. Es muy difícil, pues
todos somos portadores de ideolo-
gías y visiones respecto al pasado.
—Treinta años después del retorno
a la democracia, ¿cuánto se ha in-
volucrado la sociedad argentina en
los temas de memoria?
A partir del 2003, con el kirchneris-
mo, el tema es prioritario en la agen-
da pública. Se impulsaron políticas,
se recomenzaron juicios, hay difu-
sión en TV, bibliografía e incluso
aparece en los currículos escolares.
—¿Esa fuerte difusión garantiza el
compromiso de la población?
No. Saber si la sociedad civil ha in-
ternalizado la defensa de los Dere-
chos Humanos es otra historia. Hoy
en la Argentina nadie convalida la
posibilidad de un golpe de Estado,
pero eso no significa que no exista
un fuerte componente autoritario.
Es decir, una sociedad que tiene co-
mo eje central los Derechos Huma-
nos y rechaza la dictadura es la mis-
ma que piensa que a los migrantes
pobres hay que echarlos y que las vi-
llas (asentamientos humanos) hay
que quemarlas. Una contradicción
que la veo seguido.
—¿Cómo hacer que el ciudadano
internalice conceptos como memo-
ria, reconciliación, tolerancia?
Es un trabajo que no es sencillo.
Cualquier ser humano tiende a ol-
vidar, con justa razón, los períodos
tristes y oscuros. Nadie tiene interés
en estar pensando en aquello que le
dolió. Eso pasa con gran parte de la
sociedad, salvo aquellos que fueron
involucrados directos por la pérdi-
da de familiares o por haber sufrido
prisión.
—¿Es más fácil involucrar a los jó-
venes que nacieron después del
conflicto o de la dictadura?
Es complejo porque para un chico
nacido en los últimos años, la dicta-
dura y la violencia política se presen-
tan como una abstracción. Pensan-
do en ese público, el gran desafío
establecer puentes entre el pasado y
el presente.
—¿Sería un error enfocarse en el
pasado?
En el museo no nos preocupa tanto
el pasado. Nos preocupa que el re-
cuerdo de la última dictadura ter-
mine invisibilizando los problemas
actuales. ¿De qué sirve la creación
de sociedades con empatía hacia las
víctimas del pasado si pueden ser in-
sensibles a las víctimas del presente?
Si un sitio de la memoria no puede
hacer el link con el presente, corre el
riesgo de volverse un muro de los la-
mentos para un pequeño grupo.
MARCO AURELIO
DENEGRI
ESCARCEOS
LÉXICOS
“Ninguna de las tres acepciones de otoñar
es ‘envejecer’.”
ésar Calvo pregunta lo siguien-
te, en su poema “Nocturno en
Vermont”: “¿Es cierto que allá en
Vermont los geranios / otoñan las
tristezas?”
De una persona de edad madura se dice que
es otoñal, y aunque ninguna de las tres acep-
ciones de otoñar es ‘envejecer’, lo que Calvo
quiso decir es que los geranios envejecen las
tristezas, moderándolas y disminuyéndolas.
Federico García Lorca, en una de sus An-
daluzas, la que se titula “Adelina de paseo”,
se expresa así: “La mar no tiene naranjas, / ni
Sevilla tiene amor.”
Esto es recordativo de una marinera de
antaño cuyos dos primeros versos rezan co-
mo sigue: “A la mar fui por naranjas, / fruto
que la mar no tiene.”
Juan Ramón Jiménez, en su balada pri-
maveral “Mañana de la cruz”, dice: “Vámo-
nos al campo por romero, / vámonos, vámo-
nos / por romero y por amor…”
Por ese “vámonos, vámonos”, recordamos
inmediatamente el soneto “Intensidad y al-
tura”, de César Vallejo. “¡Vámonos, vámonos!
Estoy herido –dice Vallejo–; / Vámonos a be-
ber lo ya bebido, / vámonos, cuervo, a fecun-
dar tu cuerva.”
La balada de Jiménez es de 1907 y el
soneto vallejiano es de 1937. Este último,
cuyo inicio dice: “Quiero escribir, pero me sale
espuma”, es una reelaboración personalísi-
ma, según Ricardo González Vigil, del sone-
to de Lope de Vega, “Quiero escribir, pero el
llanto no me deja…”
Federico García Lorca usaba las expresio-
nes en el nocturno y entrar a saco (también
se puede decir entrarse o meterse a saco);
expresiones hoy invigentes y que significan,
la primera, en la nocturnidad, y la segunda,
saquear. Entre nosotros las usó el poeta Al-
berto Hidalgo en su libelo contra Sánchez
Cerro. Véanse las citas correspondientes:
“De la misma manera que el experto lleva
a las afueras a los bisoños para asaltarlos en el
nocturno de una emboscada.”
“Por la posibilidad [que tenía Sánchez Ce-
rro] de entrarse a saco en las arcas del Estado.”
Sodomizar
“Someter a penetración anal”, eso es sodomi-
zar, según la Academia.
Pésima definición. Véase inmediatamen-
te la que yo propongo.
“Introducir el pene por el ano en el recto
de otra persona del mismo sexo.”
Stricto sensu, la sodomización es el coito
homosexual peneano-rectal.
Lato sensu, la sodomización es el coito
heterosexual peneano-rectal.
Peculado
La malversación de los fondos públicos se lla-
ma peculado. La Academia admitió esta voz
hasta la penúltima edición de su Diccionario,
pero en la última brilla por su ausencia. ¿Qué
cosa creen los académicos, que ya nadie
comete peculado?