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PUCHITO, EL PEQUEÑO GIGANTE

DE CÓMO UN EMPRENDEDOR CUBANO CONVIRTIÓ A UN SELLO DISCOGRÁFICO EN UNA LEYENDA.

Por José Reyes Fortún

Posted on diciembre 2, 2019

Abelardo Barroso

El sello discográfico Puchito nació a raíz de los cada vez más frecuentes éxitos alcanzados por el
sello Panart. Corrían los años 50 en La Habana y la ferretería La Estrella, en la calle Galiano, casi
esquina con San Rafael, entre la peletería La Moda y la joyería Le Trianón, lucía un anuncio
lumínico con un gran disco en el que se decía que vendían discos. En ese entonces, los almacenes
Humara y Lastra eran representante en Cuba de la RCA Victor, y la propia La Estrella era
concesionaria de dicha empresa estadounidense de manera exclusiva.

Dentro del local de ventas se encontraba un joven llamado Jesús Goris, activo vendedor, muy
experimentado en estas cuestiones de vender discos. Goris, cansado de proponerle a los
ejecutivos de Humara vender otras marcas de discos, siempre con respuesta negativa, realizaba
algunas ventas furtivas de discos de otras marcas como el sello Decca, y hasta de algunas otras
firmas, por ejemplo, grabaciones del crooner norteamericano Bing Crosby.

Fue así como Jesús Goris se atrevió a abrir una pequeña tienda a la que bautizó como Goris Shop,
en la calle San Rafael, casi esquina con la calle Escobar, al lado de una barbería. Sus colegas le
auguraban tres meses en aquel lugar tan alejado del trafico disquero.

El sello de Goris fue llamado Puchito, pues al principio quiso dedicarlo a la fabricación de música
para niños. Su logo era la figura de un pequeñín jugando con una caña de pescar y en principio el
sello era de color blanco. Fue entonces que puso en circulación el disco 101 con un tema
titulado Copas y amigos, grabado por Joseito Fernández y con un intermedio dramatizado por los
actores Martha Casañas y Juan Carlos Romero; un verdadero dramón novelesco.

A nivel de vitrola el disco tuvo un éxito rotundo. Goris era un comerciante de olfato muy agudo
para detectar lo que le gustaba al público, quizás por los años de bregar directamente desde el
mostrador de La Estrella con los compradores de discos.

El éxito de Copas y amigos llegó a sorprender a Goris de tal manera que se aconsejó conservar el
nombre inapropiado e improbable de Puchito, ya pegado en el gusto popular. Entonces siguieron
otros discos, también en 78 rpm, con los conjuntos Jóvenes del Cayo y el de Senén Suárez.
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Para esa etapa el mejor mercado del disco eran las vitrolas, si se lograba pegar el disco en ellas,
era todo un éxito. Lo que más funcionaba en dichos aparatos eran los cantantes masculinos y
conjuntos. Las mujeres vendían muy mal y, si acaso, tenían éxito las mexicanas Toña la
Negra o María Luisa Landín, pero ninguna del patio.

A Goris le gustaba el estilo de Olga Guillot que, a la sazón, era un éxito en el cabaret Montmartre.
Goris la grabó y lo hizo todo aparentemente mal, aunque le salió bien. En vez de grabar en los
estudios de la CMQ, como hacía todo el mundo, o en los estudios Panart, lo hizo en los estrenados
estudios de grabación de Radio Progreso, de los que nadie tenía experiencia en cuanto a acústica,
técnicos y demás. Pero los estudios eran formidables.

Se dio a la tarea de para respaldar musicalmente a Olga Guillot con toda una orquesta completa,
en vez de usar un pequeño conjunto. Le puso detrás a una de las mejores jazzband de la época,
los Hermanos Castro, y también esto fue un éxito. En lugar de usar una canción nueva, usó un
bolero que ya habían pegado con algún éxito Los Tres Diamantes, titulado Miénteme, que
tampoco era de un compositor cubano, sino del mexicano Chamaco Domínguez.

Olga Guillot había grabado antes con el sello Panart y no había tenido un éxito grande y menos en
vitrolas; y después con la Columbia y pasó lo mismo. Pero Goris no se había equivocado, pues Olga
había desarrollado su estilo, por lo que éste le pidió a Manolo Castro que dejase la cantar con su
estilo, sin imponérsele. Esto se cumplió a cabalidad, y salieron con un extraordinario éxito las
canciones Miénteme, Estamos en paz, Palabras calladas y Vivir de los recuerdos, discos hit en
1954.

El primer experimento fue con Miénteme por la cara A y por la B con Estamos en Paz. Se dice que
se mandaron a fabricar mil discos a la Panart, donde prensaba entonces Goris. Con cierto
escepticismo Ramón Sabat, gerente de Panart, los imprimió pensando que en las vitrolas y la radio
sería un fracaso, pero a partir de ahí todo fue Miénteme en radio, en vitrolas y en la calle. Ya en
plan de innovación Goris la emprendió con los conjuntos, agrupaciones que lentamente habían
desplazado a las orquestas del gusto popular, en especial a las jazzband.

Puchito, o sea Goris, puso a cantar a Carlos Díaz con la Orquesta Hermanos Castro una canción
desconocida, Soñar, que pegó también. El siguiente disco que realizó Olga Guillot tuvo las
canciones Palabras calladas y Vivir de los recuerdos, y pegó por las dos caras. A partir de entonces,
todos los discos de estos dos cantantes se volvieron hits discográficos.
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Puchito y Panart fueron las primeras marcas cubanas que grabaron en 10 pulgadas, durante el
tiempo en que duró el boom por este formato de 33 rpm. Las demás compañías discográficas ya
fueron directas a LPs o discos de 12 pulgadas. Primero que Panart fue Puchito quien primero
realizó LPs “por acumulación”, o sea reuniendo grabaciones anteriormente publicadas en 78 rpm.

Entre los años 1957 y 1958 Olga Guillot grabó un LP con la Orquesta Riverside, reforzada con
violines de la Orquesta Sinfónica Nacional. Este álbum estaba a la altura de cualquier disco
grabado en ese entonces en el mundo. Allí aparecían los bolerones Franqueza, Delirio, Tú me
acostumbraste o Contigo en la distancia.
Con Goris grabaron Abelardo Barroso, la Orquesta Sensación, y el dúo cómico de Pototo y
Filomeno con el respaldo de la Orquesta Melodías del 40. Para los años 56 y 57 Puchito fue capaz
de acaparar los primeros lugares en el hit parade, y en estos lugares estaban grabaciones de René
Cabel y Félix Chappotin con Miguelito Cuní.

Uno de los grandes proyectos de Goris fue la creación de la Concesionaria de Discos Cubanos S.A.
Este proyecto permitió crear la segunda fábrica de vinilos en Cuba, pues para entonces sólo Panart
tenía una fábrica de discos en el sector de Rancho Boyeros, y este proyecto de Goris se realizó en
Marianao. En esa fábrica se prensó el disco Mosaico musical de Everardo Ordaz, y el gran éxito del
momento: un LP homónimo de Freddy, una voz excelente, de contralto absoluta, en un cuerpo de
casi 300 libras de peso. Lamentablemente ese fue el único soporte que apareció de esta
extraordinaria cantante. Este disco tuvo los arreglos del compositor y director de
orquestas Humberto Suárez.

El sello Puchito alcanzó a estar activo en la Isla hasta el año 1961, cuando con los cambios
socioeconómicos Goris cambió de residencia y Puchito se fue del aire a partir de los serios
procesos de intervención ocurridos en Cuba.

Ese año Goris se trasladó Miami. Algún tiempo después se asoció con el empresario y
productor Giuseppe Pucci Storniolo para fundar Puchito Record Mfg. Co. Inc., como una firma
nueva con sede en Hialeah. Goris pudo así reeditar buena parte de su catálogo grabado en La
Habana y crear dos filiales: Adria y Krystal. Puchito funcionó hasta 1971, pero para entonces había
creado otras compañías asociadas: Antilla Records, Toreador, Dardo y J&G (Jesús & Giuseppe).
Jesús Goris falleció en 2006.

LOS CLÁSICOS DE PUCHITO

Playlists de la colección

91

PLAYLIST
1. Joseito Fernández - Copas y amigos

00:00:16

2. Olga Guillot – Miénteme

00:03:02
3. Abelardo Barroso - El panquelero

00:06:03

4. Pototo y Filomeno - Pico un pan

00:08:48
5. Everardo Ordaz, su piano y su ritmo - La isla del encanto

00:11:50

6. Freddy - Noche y día

00:14:19
7. Senén Suárez y su Conjunto - Guaguancó nº 2

00:17:58

8. Orquesta Sensación - Tiene sabor

00:20:49
9. Hermanos Castro - Batanga a la española

00:23:47

10. Orquesta Riverside - Mambo mambí

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