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de los ángeles
PONTIFICIA UNIVERSITAS SANCTÆ CRUCIS
FACULTAS THEOLOGIÆ
el ministerio litúrgico
de los ángeles
Un examen de los textos
bíblicos y de padres pre-nicenos
Roma 2014
Vidimus et approbavimus ad normam statutorum
Imprimi potest
Imprimatur
Con approvazione ecclesiastica
Vicariato di Roma
Arcivescovo Filippo IANNONI
Vicegerente Roma, 15 Dicembre 2014
Índice
Introducción 13
0.1. Objetivo y método 16
0.2. Presentación y estructura 18
0.3. Algunos principios para la interpretación 20
Conclusión 354
Bibliografía 365
vii
1R 1º Reyes
Abreviaturas 2R 2º Reyes
Rt Rut
1. Siglas bíblicas
1S 1º Samuel
Antiguo Testamento
2S 2º Samuel
Ab Abdías
Sl Salmos
Ag Ageo
Sb Sabiduría
Am Amós
Si Sirácida (Eclesiástico)
AT Antiguo Testamento
So Sofonías
Ba Baruc
Tb Tobías
Ct Cantar de los Cantares
Qo Qohélet (Eclesiastés)
1Cr 1º Crónicas
Za Zacarías
2Cr 2º Crónicas
Nuevo Testamento
Dn Daniel
Ap Apocalipsis
Dt Deuteronomio
Col Colosenses
Esd Esdras
1Co 1ª Corintios
Est Ester
2Co 2ª Corintios
Ex Éxodo
Ef Efesios
Ez Ezequiel
Flm Filemón
Gn Génesis
Flp Filipenses
Ha Habacuc
Ga Gálatas
Is Isaías
Hb Hebreos
Jdt Judit
Hch Hechos de los Apóstoles
Jr Jeremías
Jn Evangelio de Juan
Jl Joel
1Jn 1ª Juan
Jb Job
2Jn 2ª Juan
Jc Jueces
3Jn 3ª Juan
Jon Jonás
Jud Judas
Jos Josué
Lc Evangelio de Lucas
Lm Lamentaciones
Mt Evangelio de Mateo
Lv Levítico
Mc Evangelio de Marcos
1M 1º Macabeos
NT Nuevo Testamento
2M 2º Macabeos
1Pd 1ª Pedro
Ml Malaquías
2Pd 2ª Pedro
Mi Miqueas
Rm Romanos
Na Nahúm
St Santiago
Ne Nehemías
1Tm 1ª Timoteo
Nm Números
2Tm 2ª Timoteo
Os Oseas
Tit Tito
Pr Proverbios
1Ts 1ª Tesalonicenses
viii
2Ts 2ª Tesalonicenses
2. Apócrifos – Escritos de Qumrán
1Hen = Primer Libro de Henoc (etíope)
2Hen = Segundo Libro de Henoc (eslavo)
3Hen = Tercer Libro de Henoc (hebreo)
ApAbr = Apocalipsis de Abraham
ApBar-gr = Apocalipsis griego de Baruc
ApBar-sir = Apocalipsis siríaco de Baruc
ApMos = Apocalipsis de Moisés
AscIs = Ascensión de Isaías
Jub = Libro de los Jubileos
SS = ‘Shirot shabat’ (Cánticos del sábado de Qumrán)
TestAbr = Testamento de Abraham
TestAd = Testamento de Adán
TestXII = Testamento de los doce patriarcas
TestLevi = Testamento de Leví
3. Padres
1Clem = Primera Carta de san Clemente Romano
Vis = Visiones del Pastor de Hermas
Mand = Mandamientos del Pastor de Hermas
Sim = Parábolas (Similitudines) del Pastor de Hermas
Smir = Carta a la Iglesia de Esmirna, de san Ignacio de Antioquía
1Apol = Apología I, de san Justino
2Apol = Apología II, de san Justino
Dial = Dial, de san Justino
AdvHaer = Contra haereses, de san Ireneo de Lyon
Introducción
En la liturgia se actualiza el sacerdocio de Cristo, quien, como Sumo
Sacerdote, es el protagonista en el culto de la Iglesia1. Cristo prolonga su
presencia mediante la acción del Espíritu Santo2 que dirige a la Iglesia, pero,
es el ‘Christus totus’ quien celebra: la Cabeza con todos sus miembros3. Los
ángeles son agentes litúrgicos, porque son adoradores de Dios por excelencia;
actúan para la gloria de Dios, le asisten y le sirven4. También ejercen su
ministerio en la Iglesia, colaborando en diversos aspectos de la obra de la
salvación.
Hablar de ‘ángeles sacerdotales’ podría parecer extraño, porque de hecho,
tal expresión no aparece en la sagrada Escritura. Sin embargo, la Biblia
representa a los ángeles con insignias sacerdotales, con vestimentas (cf Ap
15,6) e instrumentos (cf Ap 8,3-5) que son propios del sacerdote. El término
‘sacerdote’ se relaciona espontáneamente con los conceptos de ‘sacrificio’,
‘misa’, ‘ofrecimiento’ o con otro término de contenido semejante. No se
puede negar que los ángeles son mensajeros, siervos y medianeros entre
Dios y el mundo humano5. La liturgia frecuentemente atribuye a los ángeles
«Nec si inter homines aliqui sint evangelistarum ministerio honorati, ipseque Iesus bona
evangelizet, atque etiam pauperibus evangelizet, idcirco oportuit angelos factos a Deu
spiritus, existentes ignis flammam, et ministros Patris universorum, hac laude privi, ut et
ipsi non sint evangelistae (ei-nai euvaggelista,j) [...]. atque inter solos pastores obeundo
munere funguntur angeli evangelico; sed in fine sublimis et volans angelus evangelium
habens evangelizabit omni populo [...] ‘vidi angelum volantem per medium caeli,
habentem evangelium aeternum, ut evangelizaret habitantibus super terram’ (Ap 14,6-
7)» Orígenes, In Ioannem I,12: GCS 10,17; (cf PG 14,46-47).
6 Cf Misal Mozárabe, la oración se dirige a Jesús: «Adesto Iesu bone Pontifex
[...] ut sanctificata sumamus per manus sancti angeli tui sancte Domine et redemptor
eterne» MM 5: PL 85,116; MM 229: PL 85,550. Y, «placita tibi sunt haec sacrificia:
eaque manu angeli tui: ipse sanctifica» MM 445: PL 85,989, «et benedic per manus
Angeli gloriosi», MM 445: PL 85,990. «et huius sacrificii munera per manus Angeli tui
iubeas sanctificari» MM 466: PL 85,1031. Aquí, la palabra ‘Angeli’ aparece en el texto
de Migne con mayúscula, lo que podría indicar que se refiere a Christos Angelos.
7 Por ejemplo, de la vida de santa Faustina Kowalska encontramos en su diario
una declaración de un ángel seráfico, que le había llevado la comunión. A la pregunta de
la santa: «¿No me podría confesar?», el ángel le respondió: «Ningún espíritu en el cielo
tiene este poder» Santa Faustina Kowalska, Diario 1677.
8 En varias ocasiones los ángeles han realizado un servicio de diácono, llevando
la comunión eucarística a personas humanas. Pero esto no es su ministerio ordinario, sino
se lo considera como algo excepcional.
9 «La potestad no la concedió Dios a los ángeles ni a los arcángeles; porque no
fue a estos a quienes se dijo: ‘Lo que atáreis sobre la tierra, quedará también atado en el
cielo’» San Juan Crisóstomo, Sobre el sacerdocio 3,5: BKV 27,4,143.
introducción 15
10 «El sacerdocio se ejercita en la tierra, pero tiene la clase de las cosas celestiales,
y con razón; porque no ha sido algún hombre, ni ángel, ni arcángel, ni alguna otra
potestad creada, sino el mismo Paráclito el que ha instituido este ministerio, y el que
nos ha persuadido, a que permaneciendo aun en la carne, concibiésemos en el ánimo el
ministerio de los ángeles» San Juan Crisóstomo, Sobre el sacerdocio 3,4: BKV 27,4,140.
11 «Ellos (los sacerdotes) han sido ungidos, yo los llamaría ‘cristos’ [...] Tal
dignidad, ni los propios ángeles la poseen, porque es a los hombres a los que ha sido
dada esta gracia, y los que han sido elegidos como ministros y han sido colocados en
la tierra como ángeles y ellos deben ser como ángeles sobre la tierra, porque deben ser
puros como los ángeles» Catalina de Siena, El libro de los diálogos. Tratado sobre la
oración, Bac 415, Madrid 1980, 113.
12 «El sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial o jerárquico se
ordena el uno para el otro, aunque cada cual participa de forma peculiar del sacerdocio
de Cristo. Su diferencia es esencial no solo gradual» Concilio Vaticano II: Constitución
dogmática Lumen Gentium 10.
13 Cf Pfeifer, C (2011) 111-182.
16
acciones litúrgicas una acción divina, una acción de los ángeles y una acción
humana14. Deseamos primeramente aclarar la relación entre Cristo y los
ángeles que nos presenta la revelación divina. Ciertamente el ministerio
de los ángeles solamente podrá consistir en acciones complementarias a la
acción principal de Cristo, quien es el Liturgo por excelencia.
Santo Tomás de Aquino explica que los ángeles recibieron la gracia por
Jesucristo y forman parte de la Iglesia15 y que, consecuentemente, participan
también en la misión sacerdotal de Cristo.
524: «Fu un eccesso grave della scuola alessandrina di voler trovare dappertutto un senso
simbolico, anche a danno del senso letterale e storico. Il senso spirituale o tipico, oltre
che fondarsi sopra il senso letterale, deve provarsi, sia dall’uso di Nostro Signore, degli
Apostoli o degli scrittori ispirati, sia dall’uso tradizionale dei Santi Padri e della Chiesa,
specialmente nella santa liturgia, perché ‘lex orandi, lex credendi’». Y en el número 535,
el mismo documento dice: «Tutti i sensi si fondano su di uno solo, cioè quello letterale,
dal quale soltanto si può ricavare un argomento teologico».
21 «Metáfora» quiere decir traslación (llevar a través, unir): el significado de una
palabra se emplea en un sentido que no le corresponde inicialmente. Podemos entenderlo
como un símbolo que quiere expresar alguna realidad. Martín Vivaldi nos explica la
metáfora como una comparación abreviada: «Se ha admitido que la metáfora es el
resultado de una comparación anterior que se presenta en resumen. Investigaciones más
recientes han planteado el problema, de sí realmente la metáfora es una comparación
abreviada [...] La metáfora es siempre imagen, mas es una transposición por comparación
instantánea. Se puede decir: la comparación es más lenta, más racional, la metáfora, más
rápida, más intuitiva, es una imagen que resulta de una comparación sobreentendida. En
el caso de la metáfora el carácter análogo no es evidente. Por consiguiente, hay que saber
de antemano, a qué se refiere el significado de la metáfora. La característica peculiar de
la metáfora no está en la mediación de ideas, sino en la decoración, para evocar en el
lector u oyente un efecto determinado. En contraste al símbolo, la metáfora no requiere
una analogía interior» Martín Vivaldi, G (1990) 223.
22 La «alegoría» se entiende generalmente como una expresión lingüística que
expresa otra cosa (a[lla avgore,uei) que el sentido literal, es decir, cualquier representación
visual o poética, que significa algo distinto de lo que se dice directamente. En la retórica
se refiere a una serie de metáforas: ‘metáfora continua’. La característica peculiar de la
alegoría no es para familiarizarse con los hechos, o para comunicar mensajes, sino para
interpretar y evaluar los hechos ya conocidos (por ejemplo en la Biblia: Ez 17,12-21; Mt
22,1ss).
La alegoría siempre adhiere a una cierta correlación artificial entre el símbolo
y lo que representa. Precisamente por eso, la alegoría nunca puede convertirse en un
símbolo. Por ejemplo, la interpretación que da Jesús: «El enemigo que la sembró es el
diablo» (Mt 13,39): Se explica una alegoría con la realidad y no se puede sustituirlo
por un símbolo. En este caso, el ‘diablo’ es real. «Los segadores son los ángeles»: se
relaciona el símbolo con la realidad para conducir a la comprensión de la realidad. Por lo
tanto, el ‘ángel’ no puede ser algo simbólico.
23 La «parábola» (similitudo) es generalmente una comparación correcta de una
figura del lenguaje simbólico. También la parábola es una figura didáctica con un sentido
real. «Alegoría y parábola difieren en la medida en que el primero describe un estado
universal y típico, o un proceso periódico, mientras que el segundo representa un evento
único y muy emocionante, sea ficticio o real. El carácter ilustrativo es probablemente
algo de lo más propio de la parábola. El sentido visual e imaginativo no se deduce de las
palabras, sino de los hechos, a los cuales aluden las palabras» Martín Vivaldi, G (1990)
22
226.
24 «El honor que les tributamos manifiesta tu gloria, y la veneración que merecen
es signo de tu inmensidad y excelencia sobre todas las criaturas» Oración del Prefacio de
los ángeles: MR-esp (1980) 452.
PRIMERA PARTE: AGENTES LITÚRGICOS
Job, los «hijos de Dios» vienen traducidos como «ángeles de Dios» (1,6; 2,1). Henoc
emplea continuamente la expresión «santos ángeles». Cf 1Hen 20,1; 21,5.9; 22,3; 24,6;
27,2; 32,6; 60,4; 71,1.8.9.
2 Estos seres celestiales son presentados con diversos paradigmas que representan
la armada o el consejo de justicia, la asamblea litúrgica o la corte del palacio. Dios tiene
disponible a su lado, en cualquier momento, un mensajero para enviarlo a los hombres,
encomendándole con una misión particular.
3 Cf Kieninger, J (2012) Los ángeles buenos y malos, Buenos Aires.
4 Cf Jn 1,51; Mt 13,41.49; 18,10; 25,31; 26,53.
5 Cf Concilio de Nicea (325); Concilio de Constantinopla (381); I Concilio de
Toledo (400): Denzinger, H (1976) 125-150, 188.
cap 1: ángeles bíblicos 25
de Letrán definió esta verdad de fe6. Siguen las declaraciones de los concilios
de Lyon (1274), de Florencia y de Trento7. La doctrina definida por el IV
concilio Lateranense fue literalmente repetida por el concilio Vaticano I. El
concilio Vaticano II, se refiere a los ángeles en varias de sus constituciones8
y alerta también a los hombres sobre el combate contra los ángeles caídos9.
El papa Juan Pablo II presentó tanto en sus homilías en los santuarios
de San Miguel y en ocasiones semejantes, como en sus catequesis sobre
«Los ángeles y los demonios» en julio y agosto de 1986, la rica doctrina
de la Iglesia sobre los ángeles. El Catecismo de la Iglesia Católica afirma
claramente: «La existencia de los seres espirituales, no corporales, que la
sagrada Escritura llama habitualmente ángeles, es una verdad de fe» (CEC
328). El Catecismo de la Iglesia Católica enseña mucho más que solamente
la existencia de los ángeles10. A parte de la doctrina del magisterio, tenemos
las celebraciones litúrgicas e innumerables testimonios de los escritos y de la
vida de los santos de la Iglesia.
Respecto a la cuestión de la existencia de los ángeles, el estudio de
Ignacio Suárez Ricondo11 nos presenta la corriente de teólogos que la afirman
6 «Firmemente creemos y confesamos que [...] [Dios] creó a una y a otra criatura,
la espiritual y la corpórea, es decir, la angélica y la del mundo visible y después la criatura
humana [...] Además, el diablo y los demás demonios fueron ciertamente creados por
Dios, buenos por naturaleza, pero ellos se hicieron malos por elección propia» Denzinger,
H (1976) 800; cf CEC 327.
7 Cf Catecismo Romano I,2.15; II,8.13; III,2.9-10.21; IV,9.4-6.8; 12.19.
8 Concilio Vaticano II, Sacrosanctum concilium 8; otras referencias a los santos
ángeles se encuentran en Lumen gentium VII,49-51, 53, 55, 56, 63, 66, 69; Gaudium et
spes 12,45.
9 Concilio Vaticano II, Gaudium et spes 37.
10 Los ángeles como personas, «con todo su ser [...] son servidores y mensajeros
de Dios» (CEC 329). «Cristo es el centro del mundo de los ángeles. Los ángeles le
pertenecen [...], porque fueron creados por y para él» (CEC 331). «Desde la creación,
y a lo largo de toda la historia de la salvación, los encontramos…» (CEC 332). «La
Iglesia venera a los ángeles que le ayudan en su peregrinar terrestre y protegen a todo ser
humano» (CEC 352). «Con ocasión de la segunda venida de Cristo, anunciada por los
ángeles, éstos estarán presentes al servicio del juicio del Señor» (CEC 333) y formarán
parte del ‘cielo’ que es «esta vida perfecta con la Santísima Trinidad, esta comunión de
vida y de amor con ella, con la Virgen María, los ángeles y todos los bienaventurados»
(CEC 1024). Además «los ángeles son criaturas espirituales que glorifican a Dios
sin cesar y que sirven sus designios salvíficos con las otras criaturas [...] Los ángeles
cooperan en toda obra buena que hacemos» (CEC 350).
11 Cf Suárez Ricondo, I M (2007) La discusión sobre los ángeles y demonios en
el siglo XX, Pusc, Roma.
26 i: agentes litúrgicos
ángeles en el Nuevo Testamento, donde Cristo mismo, el Hijo de Dios, es el puente con
Dios Padre.
19 Cf Stier, F (1934) 67-72.
30 i: agentes litúrgicos
los dos agentes. El ‘malak’ o ‘enviado’ es una creatura aunque habla con
divina autoridad, de la misma manera como, a veces, los profetas transmiten
palabras divinas: “Así dice el Señor: ‘Escucha Israel’”. ‘Escucha Israel’ son
las palabras que dice Dios, aunque el profeta se presta a ser el portavoz,
y debemos hablar de una colaboración entre los dos. Tal solución parece
razonable. En vez de que Dios realice una teofanía, es decir un fenómeno o
una aparición de un cuerpo humano, una nube o una voz, envía simplemente
a una persona humana o un ángel con el mensaje.
Nos convence la teoría de la representación, pues la vemos más
compatible con la interpretación literal. Se entiende al ‘malak’ como una
creatura espiritual, capaz de representar lo divino20.
20 San Basilio por ejemplo, a quien haremos referencia más adelante, habla pre-
cisamente del Espíritu Santo que ‘dirige a los ángeles’ y actúa en y a través de ellos. Cf
San Basilio, De Spiritu Sancto, XVI: PG 32,136-140.
21 Por ejemplo, Michael Mach presenta un estudio histórico y ha intitulado su
obra “Etapas de desarrollo de la fe judaica en los ángeles”, para no usar el término “ange-
lología” lo que sería propiamente una reflexión y síntesis teológica de los datos recogidos
de la historia. Cf Mach, M (1991) Die Entwicklungsstadien des jüdischen Engelglau-
bens, Mohr Siebeck, Tübingen.
22 Así por ejemplo, el hecho histórico del éxodo del pueblo Israel, que se reali-
zó más o menos 1350 años aC. El relato de Ex 14,19 se redactó en su forma definitiva
alrededor de 950 aC. El propio AT ofrece posteriormente interpretaciones y ofrece un
significado teológico sobre el mismo hecho (cf Jc 2,1). La traducción de los LXX se
realizó en el siglo II aC, y se presenta el mismo hecho con términos distintos según la
comprensión en ese tiempo. En el NT, san Pablo hace referencia a ciertos hechos a la luz
del misterio de Cristo. Después habrá que considerar las interpretaciones de los Padres
de la Iglesia y exégetas hasta nuestro tiempo moderno. La visión que hoy día tenemos y
la interpretación que damos a tal hecho, es ya una visión teológica más completa que en
cap 1: ángeles bíblicos 31
tiempos anteriores.
23 Kohut, A (1866) Über die jüdische Angelologie und Dämonologie in ihrer
Abhängikeit vom Parsismus, Brockhaus, Leipzig. Kohut considera el ‘malak’ en los
textos del Heptateuco como una interpolación, mientras A Kolaska trata de refutar la te-
oría de Kohut. Cf Kolaska, A (1953) Gottessohn und Engel in den vorexilischen Büchern
des AT, Universität, Wien.
24 Holboeck contradice a Kohut: “La afirmación de que el pueblo de Israel habría
importado su fe en la existencia de los ángeles solamente después del exilio de Persia
del llamado parsismo, no es cierta. Únicamente es posible admitir que en los libros pos-
teriores del Antiguo Testamento la doctrina sobre los ángeles está más perfeccionada”
Holboeck, F (1984) 15.
32 i: agentes litúrgicos
traducciones e interpretaciones.
North considera la expresión ‘malak Yhwh’ más antigua (1000 - 950
aC). El uso de ‘Elohim’ o ‘malak Elohim’, lo ubica cerca de 850 aC. Ambas
expresiones aparecen en el Heptateuco. Un ‘malak’ es simplemente cualquier
‘enviado’.
North coloca los libros de los antiguos profetas a partir del 740 aC, es
cuando el sentido de ‘malak’ ya es diferente. En Is 42,19 y 44,26 ‘malak’
significa profeta.
El Deuteronomista y la escuela de Jeremías (640 aC) ignoran el uso
de ‘malak’. Emplean más bien la expresión ‘bene elohim’ para hablar de
ángeles, que más tarde los LXX traducirán como a;ggeloj.
Alrededor de 550 aC se data la composición del Segundo Isaías, el profeta
Ezequiel, y posiblemente también la redacción de los Salmos. El Salmo 34,8
presenta al ‘malak’ como un ángel guardián; ya no ejerce la función de
mensajero. Como mensajeros los encontramos en Ez 17,15; 23,16.40 y 30,9,
pero se trata de mensajeros humanos.
North coloca la redacción de los libros de Job, Proverbios y los profetas
Malaquías y Nehemías entre el 450 y el 400 aC. En este tiempo, el ‘malak’
es también el intérprete (cf Mal 2,7; 3,1; Neh 6,3; Jb 4,18; 33,23). En Prov
13,17; 16,14 y 17,11, el ‘mensajero de la muerte’ o la expresión ‘mensajero
de la desgracia’ podrían ser metáforas para la ira de Dios.
En los libros posteriores de Daniel, Tobías y los Macabeos, que North
data alrededor del año 165 aC, el término ‘malak’ ya no aparece, aunque los
LXX usan 44 veces la palabra a;;ggeloj en estos libros. En Daniel a;ggeloj es
la traducción de ‘dioses’, ‘santos’, o de ‘vigilantes’.
Este breve recorrido histórico nos da una idea sobre el cambio del
significado de la palabra ‘malak’. Para una correcta interpretación, es también
necesario considerar algunas particularidades gramaticales.
La palabra ‘malak’ en su significado de mensajero, no incluye en sí
alguna autoridad. En la literatura hebraica profana no se encuentra la palabra,
para el envío de un mensajero, sino se usa xlv - (‘shalaj’). Si consideramos
la diferencia entre las palabras en griego que designan un ‘enviar’, a saber,
avgge,lw y avposte,llw, vemos que en el hebraico presentan un paradigma
semejante: %al - (‘l’k’ - enviar, caminar) y xlv - (‘shalaj’ - enviar). ‘Schalaj’
se traduce al griego con dos palabras: pe,mpw y ste,llomai.
La primera pe,mpw se refiere ante todo a un encargo, un mensaje que
alguien transmite o una tarea que tiene que cumplir. Está más bien en relación
con el contenido de una misión, y se refiere a la encomienda en sí.
La palabra avposte,llw se usa más en el sentido de describir al enviado
34 i: agentes litúrgicos
mula de los profetas: ‘Así habla el Señor’ (ta,de le,gei Ku,rioj). Sin embargo, esto último
no sería un criterio constrictivo.
36 Cf Mach, M (1991) Entwicklungsstadien des jüdischen Engelglaubens in vo-
rrabbinischer Zeit, Mohr Siebeck, Tübingen.
37 Cf Mach, M (1991) 28.
38 Cf Hirth, V (1975) 25-26.
39 Cf López, R A (2010) 4-5.
36 i: agentes litúrgicos
Lógos, que en este caso sería el Hijo de Dios como Ángel por excelencia.
Pero también a una creatura, ángel u hombre, se le podría designar como ‘el
enviado del Señor’.
45 Por ejemplo, Orígenes habla de ‘servicios ministeriales’ que los ángeles prestan
a Dios, cuando actúan en su nombre: «El Ángel de Dios que vino a la tierra para la salva-
ción de los hombres, coopera con otro ángel, más fuerte que los conspiradores, que hace
quitar la pesada piedra» Orígenes, Contra Celsum 5,58: PATR 20,441; (cf PG 11,1274).
«������������������������������������������������������������������������������������
Estamos bajo la protección de Dios supremo que encargó a sus ángeles divinos de pro-
teger a los que lo merecen, para que no sufran ningún mal de los demonios» Orígenes,
Contra Celsum 8,27: PATR 20,632; (cf PG 11,1555).
46 «Er (der Engel) wäre dann immerhin nur das in endlicher Form erscheinende,
obgleich wirkliche Wesen Gottes, und das zu schauen ist dem Menschen nicht versagt;
schaute er doch in Christo auch die Gottheit nicht unmittelbar an sich, sondern in der
Hülle einer menschlichen Persönlichkeit. Mit dem Angesichtsengel verhält es sich daher
im Grunde nicht anders» Rohling, A (1844) 433-434.
47 La filosofía griega ofreció como instrumento de trabajo la alegoría, cuyo
representante principal fue Filón. Los padres cristianos con gusto asumieron el método
de Filón, por causa de su lenguaje brillante, sus investigaciones profundas, su piedad sin
fingimiento y su ascética. La exégesis alegórica fue propia de la escuela de Alejandría,
mas también era familiar a san Ireneo.
cap 1: ángeles bíblicos 39
AT. La diferencia es, que Filón considera al Lógos de naturaleza angélica (cf
capítulo 3), mientras los autores cristianos quieren demostrar que este Lógos
es de naturaleza divina. Paul Heinisch48 demuestra que Justino y Clemente
de Alejandría recibieron de Filón la aplicación del ‘malak’ al Lógos.
San Justino relaciona con el Lógos tres citas, la de Hagar (Gn 16),
Abrahán (Gn 18) y Moisés (Ex 3). Al explicar Ex 3,2, Justino trata de
convencer a Trifón:
«Entiendan, oh hombres, que el mensajero que se apareció a Moisés que le
habló como ‘Enviado’ desde el fuego, es Dios, y se lo revela a Moisés diciendo:
‘Di a los Israelitas: el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y
de Jacob se me apareció’»49.
En seguida le responde Trifón:
«Quien en la llama de fuego fue visto, ha sido un ángel, mientras aquel que
hablaba con Moisés era Dios, así a la vez Dios y un ángel estaban ambos
presentes»50.
Continua Justino:
«Aunque es cierto que en la aparición estaban Dios y el enviado simultáneamente
presentes, el texto quiere decir que este Dios que habló a Moisés no fue el
Creador del mundo [...] sino es llamado ‘Enviado del Señor’ [...] el Lógos»51.
Consideramos posible, que tanto Justino como Trifón aceptan la presencia de
dos agentes, por la palabra ‘simul’. Ya Filón de Alejandría presenta la idea de
una colaboración de varios agentes52.
La segunda opción sería la comprensión de Josef Barbel de la escena de
Dial 60,1. Al interpretar el texto de san Justino, Barbel establece la ecuación
48 Cf Heinisch, P (1908) Der Einfluss Philos auf die älteste christliche Exegese,
Münster, 31.
49 San Justino, Dial 59,3: PATR 3,202; (cf PG 6,611).
50 «Angelum quidem fuisse eum, qui visus est in igne flammae, Deum autem cum
Moyse collocutum; ita ut duo simul, angelus et Deus, (w;ste kai. a;ggelon kai. qeo.n( du,o
o`mou/ o;ntaj evn th- to,te ovptasi,a gegenh/stqai) in hac tum visione existiterint» San Justino,
Dial 60,1: PATR 3,202; (cf PG 6,611).
51 «Etiamsi, inquam, id tum, amici, factum esset, ut angelus et Deus simul in vi-
sione Moysi oblati essent; [...] non creator universorum Deus erit, sed idem ac ille, quem
Abrahae et Jacob apparuisse, ac Creatoris universorum voluntati ministrare, duo fuerint
et angelus et Deus, nemo tamen non omnino mente captus auctorem universorum et pa-
rentem relictis omnibus supercoelestibus in parva terrae particula visum dicere audeat»
San Justino, Dial 60,2.4: PATR 3,203; (cf PG 6,611).
52 «Las cosas buenas, Dios las ha dado (al hombre) Él mismo en persona los
bienes principales, y que sus mensajeros y su Palabra (avgge,louj kai. lo,gouj auvtou/) den
los secundarios, vale decir, todos los que involucran liberación de males» Filón, Legum
allegoriae 3,177: Triviño, J M (1976) I,141.
40 i: agentes litúrgicos
53 «Auch hier hören wir aus dem Munde Tryphons, der nur nachredet, was Justi-
nus ihm vorgeredet hat, die Gleichung Engel = Gott, aber wir sehen auch die deutliche
Betonung der Unterordnung dieses Gott-Engels unter den Weltenschöpfer» Barbel, J
(1941) 54.
54 «Abrahán vio a Dios antes de la aparición de los tres. Por eso, los tres eran
ángeles, los cuales la Escritura llama de hombres. Dos de ellos fueron enviados para la
destrucción de Sodoma y el otro para dar a Sara la buena noticia de que ella tendría un
hijo; y este, cumplido su misión se retiró» San Justino, Dial 56,5: PATR 3,192.
55 «Existimasse tres illos, qui in tabernaculo apud Abraham fuerunt, angelos om-
nes fuisse. Rursum ego: Siquidem ex Scripturis ipsis demonstrare non possem, unum ex
tribus illis et Deum esse, et ideo, ut iam dixi, angelum vocari, quod nuntium iis perferat»
San Justino, Dial 56,10: PATR 3,193; (cf PG 6,599).
56 «Ipsum illium qui et angelus vocatur et Deus est, solum apparuisse Moysi, et
cum eo collocutum esse» San Justino, Dial 60,4: PATR 3,203; (cf PG 6,614)
cap 1: ángeles bíblicos 41
57 «Verbum autem Dei est eius Filius, ut diximus. Vocatur etiam angelus et apos-
tolus; ipse enim nuntiat quaecunque cognosci decet [...] Atque id quidem patebit ex Moy-
sis scriptis, in quibus haec dicta legimus: Et locutus est Moysi angelus Dei in flamma
ignis e rubo et dixit: Ego sum exsistens ille, Deus Abraham, Deus Isaac, Deus Jacob,
Deus patrum tuorum [...] Haec autem eo diximus, quo Filium Dei et apostolum esse Je-
sum Christum demonstraremus; qui quidem cum antea Verbum esset, ac modo in specie
ignis, modo in imagine incorporea visus esset, nunc voluntate Patris pro humano genere
homo factus» San Justino, 1Apol 63: PATR 3,79; (cf PG 6,423-424).
58 «Los apologistas entienden todavía que Cristo apareció ya en el Antiguo
Testamento como el ‘Ángel de Yhwh’, en oposición a su aparición como hombre
en el Nuevo Testamento (Justino, Apología I,63). Él es el ‘Ángel del gran consejo’,
título empleado con frecuencia por Justino (Justino, Diálogo con Trifón 56, 4,22-23)»
Aparicio Valls, V (2002) 158; cf Tavard, G (1973) 21-22. De hecho, solo dos veces
Justino aplica la cita de Is 9,6 a Cristo, a saber, en el Dial 76,3 y 126,1.
59 La segunda cita dice: «Ac prius quidem Moysi et caeteris prophetis in specie
ignis et imagine incorporea visus est; nunc autem vestri imperii temporibus ex Virgine -
pro,teron dia. th/j tou/ puro.j morfh/j kai. eivko,noj avswma,tou tw/ Mwsei/ kai. toi/j evte,roij
profh,taij evfa,nh» San Justino, 1Apol 63,16: PATR 3,80; (cf PG 6,425-426).
60 «Vetus erat Testamentum, et lex cum metu populum erudiebat, et Verbum erat
angelus (kai. lo,goj a;ggeloj h-n); novo autem et recenti popolo [...] et mysticus ille ange-
lus Iesus parietur» Clemente de Alejandría, Paedagogus I,7,59: BKV II,7,256; (cf PG
8,322). Filón tiene el Lógos por un ángel, mientras Juan tiene el Lógos por Dios. Posible-
mente Clemente lo entiende en tal sentido, porque las palabras ‘et Verbum erat angelus’
expresan una identidad ontológica (por el uso del nominativo).
42 i: agentes litúrgicos
Clemente muestra la diferencia cuando cita a Jn 1,17: “La ley fue dada
como gracia antigua por el Lógos a Moisés”, por esta razón ha sido caduca,
mas “la gracia eterna y la verdad vinieron a nosotros por Jesucristo”61.
San Clemente de Alejandría lo llama a Cristo a;ggeloj en relación con
citas del AT y ‘archistrátegos’ con Jos 5,14.
Novaciano llama a Cristo ‘Dios y Ángel del gran consejo’62, y lo llama
también el ‘Príncipe de todos los ángeles’63. También entre los Padres
orientales encontramos expresiones como ‘el Señor Jesucristo’, ‘auriga
Cherubim’, ‘princeps exercitus angelorum’ (‘archistratégos’)64. Metodio lo
llama ‘Pastor’ y ‘archistrátegos’, que deja a los ángeles en el cielo para ir en
busca de la oveja perdida. También lo llama ‘archángelos’65. Lactancio lo
llama ‘guía de los ejércitos’66.
Después de Justino, también san Ireneo de Lyon habla de la aparición
del Lógos a Abraham, a Jacob y a Moisés67. Podemos presumir que Ireneo lo
entiende en el mismo sentido que Justino, porque lo cita casi literalmente.
En la segunda parte de la Demostración apostólica, cap 42-85, llamada
la ‘demostración profética’, la intención de Ireneo es de comprobar la
preexistencia de Cristo, que ha estado presente en todo el AT. Afirma en el
número 45:
«Todas las visiones de este género sugieren al Hijo de Dios que conversa con los
hombres y está en medio de ellos. No es el Padre del universo, invisible [...] que
estaba de pie en un pequeño espacio y conversaba con Abraham, sino el Verbo
de Dios que, siempre presente en medio del género humano, nos daba a conocer
anticipadamente lo que había de suceder e instruía a los hombres»68.
Primero, el santo afirma la identidad entre el Lógos (Verbo) y el Hijo
de Dios, citando Jn 1,1 (Epideixis 43). En el n 44 Ireneo cita las palabras
61 «Lex autem est vetus gratia per Moysem a Verbo data [...] aeterna autem gratia
et veritas per Iesum Christum facta est (evge,neto)» Clemente de Alejandría, Paedagogus
I,7,60: BKV II,7,258; (cf PG 8,322).
62 Novaciano, De Trinitate 18,103: Weyer, H [edr] (1962) 124; (cf PL 3,947).
63 ‘Angelorum omnium Principem’ Novaciano, De Trinitate 11,57: Weyer, H
[edr] (1962) 84; (cf PL 3,930).
64 Meliton de Sardes, Fragmentum ex libri de Paschate, PG 5,1192.
65 «e;prepe ga`r tw/ñ avrciere,i kai. avrciprofhth/ñ kai. avrcagge,lwñ kai. avrciparqe,nwñ»:
Metodio, Symposium 1,4: PG 18,44. Cf también Symposium 3,6: PG 18,70.
66 «Cadet repente gladius de coelo, ut sciant iusti ducem sanctae militiae descen-
surum» Lactancio, Institutio divinorum 7,19,5: PL 6,1010.
67 Cf Ireneo de Lyon, Epideixis 44, 45 y 46: Romero Pose, E [edr] (2001) 152-
155.
68 Ireneo de Lyon, Epideixis 45: Romero Pose, E [edr] (2001) 154-155.
cap 1: ángeles bíblicos 43
de Justino y explica que “Abrahán, pues, era profeta y vio cuanto había de
suceder en el futuro”. En el n 45 menciona la escalera de Jacob, sobre lo cual
Antonio Orbe explica la intención de Ireneo69.
Tertuliano conoce la idea de una angelización de Cristo, pero se opone a
ella . Nunca aplica a Cristo el título ‘angelus’, aunque conoce tal expresión,
70
lo que ve sólo funcionalmente71. El único entre los Padres que pone a Cristo
en relación con la naturaleza angélica es Orígenes: «El redentor se hizo todo
para todos para ganar y perfeccionarlos a todos; se hizo hombre a los hombres
y ángel a los ángeles»72, y dejó incluso abierta la posibilidad de sufrir: «como
Cristo sufrió por la humanidad, algún día podrá sufrir por los ángeles»73.
Según el uso herético del título, de parte de los Valentinianos, Cristo habría
sido un ángel como los demás ángeles, superior solamente según el grado74.
Para Orígenes, el fenómeno, que Abraham vio en los tres hombres, es el
ángel mismo, aunque hay dos (hombres) con la función de acompañar y un
tercero cuyo papel es hacer de representante de Dios. Lo mismo dice de Ex
3,1: que ‘estaba por lo tanto allí Dios visible en el enviado’75, allí el ángel
69 «La alusión a Gn 28,12: ‘Luego tuvo un sueño: era una escala que se apoyaba
en la tierra y cuyo remate llegaba al cielo y he aquí que los ángeles de Dios subían y
bajaban por ella’. San Justino (Dial 86, 2) silencia también a los ángeles. Ireneo, conse-
cuente con su soteriologia, deja caer la referencia a los ángeles que suben y bajan por la
escala. La economía de la cruz, figurada por la escala, no afecta a los ángeles, sino a los
hombres. Omite también el doble sentido, de ascenso y de descenso, y retiene sólo el pri-
mero. Eliminada toda connotación a los ángeles, y limitada la eficacia de la escala-cruz
en sentido meramente ascensional, descubre Ireneo en la escala una figura de la eficacia
salvífica de la Pasión del Verbo sólo a favor de los hombres» Orbe, A (1987) 741.
70 Cf Barbel, J (1940) 70-72.
71 «Den Namen Engel gibt Tertullianus dem Logos in diesem Zusammenhang
nie» Barbel, J (1940) 72. Cf Tertuliano, De carne Christi 14: PL 2,778.
72 Orígenes, In Ioannem I,34: GCS 10,43; (cf PG 14,82). Mas esto no quiere
decir necesariamente que Orígenes hubiera creído en una ‘angelización’ de Cristo.
73 Orígenes, Princ Fragmenta 30, citado en Lücken, W (1898) 72.
74 Cf Clemente de Alejandría, Excerpta ex Theodotii 43,2; 35,1
75 «Sin vero angelus fuerit et loquatur in homine, iuxta illud propheticum:
‘Angelus qui loquebatur in me’ (Za 2,2), asto in angelo, et per foramen eius angelice
video Deum. Exemplum habeo necessarium ut doceam quomodo possit aliquis in angelo
consistentem videre Deum. Scriptum est in Exodo: Apparuit angelus Domini in flamma;
et non sicut coeperat Scriptura in eo quod dixerat: Apparuit angelus Domini, sic et in
reliquis subsecuta est, ut diceret: Ego angelus Domini, se ait: Ego Deus Abraham [...]
Erat ergo ibi Deus in angelo visibilis (H-n ou-n evkei/ o` qeo.j evn tw/ avgge,lw qewrou,menoj),
et per foramen eius apparebant posteriora eius» Orígenes, In Ieremiam Homilia XVI,4:
PG 13,442; (cf GCS 33).
44 i: agentes litúrgicos
76 «Quid enim aliud fiebat tunc, cum apparuerunt tres viri Abrahae sedenti ad
quercum Mambre? Licet illa angelorum species plus aliquid quam angelicum ostenderit
ministerium; nam Trinitatis ibi mysterium prodebatur» Orígenes, In Cantum Canticorum
II: PG 16,1568.
77 «Origenes sieht also in der Dreizahl der Erschienen (nicht eine Erscheinung,
sondern) einen Typus der Dreifaltigkeit» Barbel, J (1941) 100.
78 «Ha determinado que padezca el Ángel del Gran Consejo, quien ahora perma-
necerá manifiestamente sobre el madero» : Diez Macho, A (1987) V, 355.
79 «Volens igitur lex, immo per legem Deus, personam paterni nominis intimare,
Deum Filium angelum Dei locuta est, id est, Nuntium Dei. Significationem enim officii
testatur in nuntio: naturae autem veritatem confirmavit in nomine, cum Deum dixit» San
Hilario, De Trinitate V,11: PL 10,136.
80 «Angelus Dei loquitur (duplex autem in angelo Dei significatio est: ipse
qui est, et ille cuius est): et loquitur non res secundum nomen officii sui; ait enim:
Multiplicans multiplicabo semen tuum, et non dinumerabitur a multitudine. Ministerium
angeli potestas multiplicandarum gentium excedit» San Hilario, De Trinitate IV,23: PL
10,113-114.
cap 1: ángeles bíblicos 45
se nos manifiesta en el ángel, a veces en alguna otra forma no angélica, pero hecha y
dispuesta por mediación de un ángel. Además, cuando se aparece en una especie (forma)
que es lo que no es el ángel, utiliza un cuerpo ya existente, y entonces basta una leve
inmutación para demostrar la presencia del Señor [...] De ahí que los hombres, cuando
profetizan, unas veces anuncian en nombre propio los decretos de Yhwh, y entonces
emplean la fórmula: Esto dice el Señor [...] y expresiones de este género [...] Cuanto
más difíciles y misteriosas son las acciones de los espíritus, tanto más admirables nos
parecen, aunque para ellos sean acciones ordinarias y comunes. Habla el ángel como
si fuera la persona misma del Señor y dice: Yo soy el Dios de Abrahán [...] pero con
antelación había dicho la Escritura: Y se le apareció el ángel del Señor. Y habla el hombre
en persona del Señor y exclama: [...] Yo soy tu Dios [...] ¿Qué hombre conoce cómo
produjeron o asumieron los ángeles las nubes y el fuego para significar lo que anunciaban,
aunque el Señor o el Espíritu Santo se manifestase bajo aquellas figuras corpóreas? Es
éste un secreto, como lo es para el infante la ofrenda que sobre el altar se coloca [...]
no comprendemos cómo los ángeles operan estos prodigios, o mejor, cómo Dios los
ha obrado por mediación de sus ángeles, buenos o malos, mandando, permitiendo y
ordenando [...] oso afirmar con toda confianza que Dios Padre, su Verbo y su Espíritu,
único Dios verdadero, en virtud de su esencia y de su mismo ser no están sujetos a
mutación, y, en consecuencia, no pueden ser visibles» San Agustín, De Trinitate III,
10,19-21: Arias, L [trad] (1948) Obras de san Agustín V: Tratado sobre la Santísima
Trinidad, Bac, Madrid, 297-298.
86 «Las teofanías hechas a los Padres tuvieron lugar por medio de los ángeles.
Dios se sirve del ministerio angélico para manifestarse a Abrahán y Moisés. Se prueba
esto mismo por la ley dada a Moisés por medio de los ángeles (cf Hch 7,53). Es, pues
manifiesto que todos aquellos fenómenos contemplados por los patriarcas cuando Dios
se les aparecía en aquellos remotos tiempos, según la disposición de su economía, tenían
lugar por mediación de la criatura. Y aunque ignoramos el modo como Dios actúa al
servirse de sus ángeles, sin embargo, no llevado de mi propia opinión [...] sino guiado
por la norma de fe que me ha sido otorgada, con toda sobriedad y modestia proclamo
que dichas apariciones son obra de los espíritus angélicos [...] La Escritura con harta
frecuencia nos dice que el ángel es el Señor, y aun cuando habla el ángel, se dice: ‘Dijo
el Señor’, según ya demostramos. A causa de aquellos que pretenden ver en el ángel
que aquí nombra la Escritura al mismo Hijo de Dios en persona; y la razón es porque el
profeta le llama ángel, pues nos anuncia su voluntad y la de su Padre; por eso he querido
aducir el testimonio manifiesto de esta Carta, donde no se dice: ‘por él ángel’ sino por
los ángeles» San Agustín, De Trinitate III, 11,22-23: Arias, L [trad] (1948) Obras de san
Agustín V: Tratado sobre la Santísima Trinidad, Bac, Madrid, 305-307. Véase también
San Agustín, De Trinitate IV,21.31: PL 42,910; De Trinitate X,18: PL 42,983.
cap 1: ángeles bíblicos 47
87 «Ces manifestations visibles, mais même les paroles de Dieu étaient produites
par des anges...Dieu est apparu à nos pères dans l’ancien temps avant l’incarnation du
Sauveur, les paroles qu’il fit entendre, et les apparences corporelles sous lesquelles il
s’est montré, ont été produites par les anges, soit parlant et agissant comme s’ils eussent
été Dieu en personne» Legeay, G (1902) 156-157.
88 Cf Clemente de Alejandría, Stromata VI,3: PG 9,250.
89 Santo Tomás se refiere a san Agustín: «Omnes apparitiones patribus factae in
veteri testamento, fuerunt per angelos administratae» Santo Tomás de Aquino, De veri-
tate 12,8, c 3.
90 «Omnes enim apparitiones veteris testamentum ad illam apparitionem
ordinatae fuerunt, qua Filius Dei apparuit in carne» STh I,51,2 ad1.
48 i: agentes litúrgicos
pero es mucho más probable que Cristo guiara a los ángeles, precisamente
porque él no es un ángel121.
Gieschen piensa que la cristología angelomórfica está implícitamente
presente en el NT y que solamente después, a partir de Justino, pudo florecer.
Así como las tradiciones de la ‘sabiduría’, o del ‘hijo de hombre’ de Daniel,
han influenciado desde el AT la formación del dogma cristológico, así
también lo ha hecho la angelología acerca del ‘malak Yhwh’. El autor piensa
que tal cristología pudo haber tenido un significado impactante, y que una
cristología angelomórfica se puede constatar en varios documentos entre los
años 50 y 150 dC122.
La cristología se preocupó de confirmar la pre-existencia y la divinidad
de Cristo en este tiempo, pero, por la discusión del arrianismo y su debate
cristológico, prácticamente quedó oscurecido el sentido de una cristología
angelomórfica. Gieschen critica, que Josef Barbel y Rudolf Lorenz hayan
presentado los hechos sin preocuparse del fondo angelomórfico123.
Gieschen menciona a otros autores (de lengua inglesa), que han trabajado
en la influencia de la angelología judaica sobre el cristianismo. En la década
del ‘40 hubo un resurgimiento del tema de la cristología angelológica, pero
recién en las últimas dos décadas del siglo XX, con los nuevos resultados
de la ciencia, que valoraba más la literatura intertestamentaria, se pudo
profundizar el tema de la influencia de un Cristo angelomórfico en los
primeros siglos; así lo hicieron Martin Hengel, Christopher Rowland124 y
Gedaliahu G Stroumsa.
121 «Weil Christus die Engel unterstellt sind (muss er deswegen kein Engel sein).
Eine Stelle wie Dt 33,2 ‘der Herr [...] ist gekommen mit vielen tausend Heiligen’, wird
doch niemand auf den Gedanken kommen lassen, dass hier Gott selbst als Engelfürst
dargestellt sei. Es liegt viel näher [...] zu verstehen, dass der, der mit seinen Engeln er-
scheint, selbst eben grade kein Engel ist» Michaelis, W (1941) 22.
122 «Angelomorphic traditions, especially those growing from the Angel of the
Lord traditions, had a significant impact on the early expressions of Christology to the
extent that evidence of an Angelomorphic Christology is discernible in several docu-
ments dated between 50 and 150 CE» Gieschen, Ch (1998) 6.
123 Cf Gieschen, Ch (1998) 188-189.
124 Rowland, lamenta que, precisamente por necesidad y aplicándola contra los
herejes, tal cristología angelológica no se haya podido desarrollar: «the fact that the
New Testament writings do not contain any passage which speaks of Christ as an angel
has persuaded many that, if there was an angel christology, it was merely a peripheral
phenomenon [...] It is the implicit threat both to the uniqueness and divinity of Christ
involved in the attribution of the title angel that has lead to suspicion of this particular
development» Rowland, C (1985) 99.
cap 1: ángeles bíblicos 55
125 Gieschen, por ejemplo, enumera algunas citas del Evangelio acerca del
‘Paráclito’ de Jn 14,16.26; 15,26; 16,7 el Espíritu de verdad. Estamos de acuerdo con
él, que aquí se está hablando del Espíritu Santo como persona divina. Mas, después
Gieschen cita una serie de textos apócrifos, para demostrar que la idea del parácleto es
muy común entre los escritores de los primeros siglos, y que expresiones como el ‘ángel
de la verdad’ y otras se entienden como sinónimos para indicar al Espíritu Santo.
126 «John identifies the Paraclete as the Spirit of Truth (Jn 14,17; 15,26; 16,15);
Qumrán identifies the Angel of Truth as the Spirit of Truth. Secondly, the context of
both John and the Qumran texts is one of conflict where the Paraclete will judge the
Ruler of the World (Jn 16,11) and the Prince of Light (Michael) will indict the Angel
of Darkness (1Q 3,14). Thirdly, the Paraclete remains with, teaches, and guides the
disciples in truth (Jn 14,17.26; 16,13); the Prince of Light/Angel of Truth/ Spirit of Truth
succors, rules, enlightens, and imparts truth to the Qumran community (1QS 3,19-25;
4,1-7) [...] Such concern is found in the Angel Pneumatology of Hermas, especially
Mandate XI. The Angel of the Prophetic Spirit discussed there, in addition to the various
other angelomorphic figures, is equated with, and is a manifestation of the Holy Spirit»
Gieschen, Ch (1998) 290.
127 «It is very probable that the Paraclete was considered the guardian angel of the
Christian church much like Michael was the guardian of Israel (Dn 10,13) or the True
Prophet/Christ was the guardian of the Ebionite Christians (cf Ps-Clem. Rec. II,42). A
guardian angel is recognized by the person or congregation over whom he watches: This
is the Spirit of Truth, whom the world cannot receive» Gieschen, Ch (1998) 291-292.
128 «Although John never calls Jesus an angel, this analysis of evidence has demonstrated
that angelomorphic terminology, traditions, and functions are an integral part of his
Christology. Once again, we see the prominence of the angelomorphic traditions related
to the Glory, the Name, and the Word form a substantial foundation for the Christology
of this document» Gieschen, Ch (1998) 293.
56 i: agentes litúrgicos
129 Tradicionalmente se ha interpretado que san Pablo usa una forma comparati-
va, cuando quiere elogiar la hospitalidad de los gálatas (4,14): «avlla. w`j a;ggelon qeou/
evde,xasqe, me( w`j Cristo.n VIhsou/n», que quiere decir, «me recibisteis como un enviado
de Dios, como al propio Cristo Jesús». El w`j (como) expresa una distinción entre Pablo,
el enviado y Cristo. No es una simple exageración retórica, porque Pablo de hecho re-
presenta a Cristo en la comunidad y también es mensajero de Dios, mas quiere apreciar
el servicio que los gálatas le han prestado, porque por amor a Dios le están sirviendo.
El ángel es superior a Pablo, Cristo es superior al ángel, así se entiende generalmente el
comparativo.
Al contrario, Gieschen, en la página 325 de su obra, señala que Pablo, hablando en Gal
4,14 de una cristología angelomórfica, identifica al ángel con Cristo, lo que no nos consta.
Gramaticalmente podría admitirse, cuando se entiende la partícula avlla. w`j (a saber)
como un elemento de transición, donde se identifica el ángel con Cristo y traducirlo así:
‘en efecto me recibisteis como a ángel de Dios, a saber como a Cristo Jesús’. Gieschen
defiende, que Pablo está hablando de «Cristo, el Mensajero de Dios» y lo presenta en
inglés con las palabras «as God’s Angel, as Jesus Christ himself». Como en el griego
falta el artículo al ángel, no se permite traducirlo de manera determinada ‘el ángel de
Dios’. Desde la lengua hebrea se permitiría traducirlo como ‘el Ángel de Dios’, mas esto
sería forzar la traducción. De hecho, todas las traducciones ponen la forma indeterminada
«un ángel», es decir, «uno de los ángeles de Dios». También las traducciones inglesas,
que hemos consultado, dicen «as an angel of God». La traducción de Gieschen supone
un artículo porque traduce «el ángel de Dios». Si Pablo de hecho hablaría de ‘Christos
Angelos’, sería por única vez, lo que parece extraño, porque san Pablo aplica la palabra
‘ángel’ a seres espirituales creados.
Concluimos que Cristo sí se manifiesta con atributos angélicos, pero por ello no nos
permite a identificar el ángel de Gal 4,14 con Cristo, como lo hace Gieschen.
130 Generalmente se traduce la palabra ovloqreutou/ con ‘destructor’, mas algunas
traducciones de la Biblia ponen también ‘ángel destructor’, como la New International
Version (NIV - US 1984) ‘were killed by the destroying angel’ (1Co 10,10).
131 Cf Gieschen, Ch (1998) 325-329.
cap 1: ángeles bíblicos 57
132 «The unique combination of symbols used to describe this angel blurs the lines
between calling this an angelophany, a christophany, or even a theophany [...] The central
detail that supports a christological interpretation is the rainbow on the head of this angel.
This detailing of the rainbow over the throne of God in Ap 4,3 demonstrates the author’s
awareness [...] point back to Ez 1,28 where the Glory appears as an angelomorphic ‘man’
and on of his distinguishing characteristics is a rainbow [...] Thus, he would be aware
that any figure he described with a rainbow would be understood as divine» Gieschen,
Ch (1998) 257-258.
133 Cf Gieschen, Ch (1998) 261-263.
134 Cf Johns, L L (2003) The Lamb Christology of the Apocalypse of John, Mohr
Siebeck, Tübingen.
58 i: agentes litúrgicos
140 «Abraham vidit, et ecce aries unus haerens in virgulto. Qua ratione arietem?
Quasi praestantem utique coetero gregi. Qua ratione suspensum? Ut adverteres hostiam
illam non esse terrenam. Qua causa cornibus suspensum, nisi quod carnem suam virtute
superiore a terris levaret? Iuxta quod scriptum est: Cuius principatus super humero eius.
Quis utique significatur, nisi ille de quo scriptum est: ‘Exaltavit cornu populi sui’ (Sl
148,14)? Cornu nostrum Christus est, qui praestitit omnibus» San Ambrosio, De Abra-
ham liber I,8: PL 14,449.
cap 1: ángeles bíblicos 61
de Cristo’ (cf Jn 8,56) porque, según Gn 22,14, ‘en el monte se puede ver al
Señor’. San Agustín, por el contrario, considera al enviado como una figura
de Cristo y dice que existe una profunda unión entre Dios y su enviado, que
habla en el nombre de Dios:
«Bajo el nombre de Enviado viene significado Cristo el Señor, quien es sin duda
Dios, y lo llama el profeta (Isaías) el ‘Enviado del consejo supremo’; también
es posible que Dios estuviese en su Enviado y en su representación hablase un
ángel»141.
Esto quiere decir que san Agustín identifica al Enviado con Cristo; sea
personalmente o sea porque un ángel actúa en el nombre de Cristo, lo anuncia
para indicar al verdadero sacerdote o a la verdadera víctima.
Así, como para Ambrosio el carnero es símbolo de Cristo y para Agustín
el nombre de ángel es Cristo, de la misma manera podemos ver a Isaac
como figura de Cristo. Consideramos el sacrificio de Abraham como una
manifestación de Cristo, donde los agentes representan una imagen del
verdadero y único sacrificio que habrá de venir.
En Gn 22,16 el ‘malak Yhwh’ hace jurar a Dios con las palabras «he
jurado por mí mismo, dice Yhwh». Rybinski lo aplica al ángel, porque se
nota una clara distinción entre el ángel y Yhwh. El ángel mismo dice que
sus palabras son ‘palabras de Yhwh’142. En el mismo sentido lo entienden
Wagner143 y otros. San Agustín lo explica así:
«Es imposible, que Dios ordenara el sacrificio de Isaac (Gn 22,2) y que luego el
ángel independientemente revocara la orden divina [...] Esto es evidente cuando
habla el ángel, porque Dios está hablando a través de él. Y de esta manera pone
totalmente al ángel en la función de profeta, según la manera de su hablar, como
lo hacen los profetas: ‘Así dice el Señor’»144.
Concluimos que es posible que un ángel creado asuma la función de
representar a Dios o a Cristo. Creemos haber justificado suficientemente por
qué atribuimos al ángel dos funciones litúrgicas: recibir el sacrificio de las
manos de Abraham y comunicar a Abraham el mensaje.
141 «Angeli nomine Dominus Christus significatus est, qui sine dubio Deus est, et
manifeste a propheta dictus est, magni consilii Angelus; aut quod Deus erat in angelo, et
ex persona Dei angelus loquebatur» San Agustín, Quaestiones in Heptateuchum I,59: PL
34,563.
142 «Der Engel selbst sagt, dass seine Worte der Spruch Jahwes sind» Rybinski, J
(1930) 32.
143 Cf Wagner, W (1984) 15.
144 San Agustín, De Trinitate III, 25: PL 42,885.
62 i: agentes litúrgicos
145 La palabra hxnMi (‘minjá’) indica un sacrificio de alimento que Gedeón quiere
ofrecer, lo que los LXX traducen con qusi,an kai. qh,sw evnw,pio,n sou (Jue 6,18).
146 Por el hecho realizado, se supone que el agente no es un ser humano, y no se
debe identificar con lo que se dice unos versículos anteriores, en Jc 6,7-8, que Israel
gritó al Señor, y el Señor «les envió a los hijos de Israel un profeta que les dijo: ‘Así dice
el Señor, Dios de Israel: ‘Fui yo el que os hice subir de Egipto’». Son casi las mismas
palabras que en Jc 2,1.4, donde se habla del ‘malak Yhwh’ en lugar de profeta. Mas los
comentaristas (Rybinski, Stier) coinciden por los hechos, que en Jc 6,11-12 no se habla
de la misma persona, sino que aquí se trata de una creatura espiritual.
147 ‘Minjá’, según Lv 2, indica el sacrificio de alimento; Gedeón desea ofrecer un
sacrificio de comunidad. Dios transforma por el fuego, el sacrificio de comunidad en sa-
crificio de holocausto. Por el fuego divino se santifica el lugar de culto. Cf Aerenhoevel,
D - Deissler, A - Voegtle, A [edr] (1968) Jerusalemer Bibel, Herder, Freiburg, 311.
148 «Gedeon non ait angelo: Offeram tibi sacrificium sed ait: offeram sacrificium
meum, et ponam in conspectu tuo. Unde intelligendum est, non eum angelo, sed per
angelum sacrificium offerre voluisse. Quod et ipse angelus evidenter ostendit, qui non
ab eo sacrificium, tanquam sibi sumpsit, sed ait illi: Accipe carnes et panes azymos»
Rabanus Maurus, In Libro Judicum II,1: PL 108,1156.
149 «Wether the action of the angel is a divine act of acceptance of the offering, or a
quasi priestly action of sacrifice, mediating between Yhwh and Gideon, may be debated»
Wagner, W (1984) 28.
cap 1: ángeles bíblicos 63
150 Porque precisamente por falta de esta, ellos habían sido entregados en manos de
los enemigos. De hecho, el padre de Gedeón poseyó un altar erigido a Baal (cf Jc 6,25).
Gedeón debe destruir el altar de su padre, y luego erigir un altar a Yhwh (cf Jc 6,26).
64 i: agentes litúrgicos
151 «Es posuit super petram, offerens Deo qui facit et posuit super petram, offerens
Deo qui facit mirabilia. Offerens, non tam per se, quam per angelum. Angelus enim hic
functus est officio sacerdotis, et sacrificavit dum ignem et petra elicuit, quo haedi caro
Deo sacrificaretur et combureretur. Unde Vatablus et Rabbini pro qui facit mirabilia,
vertunt mirificabit facere, scilicet angelus, hoc est fecit miraculum, quia ex petra elicit
ignem. Manue vel fuit quasi eius minister et diaconus [...] ab angelo Deo creamentur»
Lapide, C a (1881) Commentario a Genesis II,167.
152 A L Williams, por ejemplo, no lo considera un sacrificio como tal de Manué,
sino que fue transformado en sacrificio -o`lokau,twma - hl[ (‘olá’)- por la acción del ángel.
«There is no evidence in the Old Testament, even in the latest times, of their offering
them (los ángeles) worship. The sacrifice of Manoah (Jc 13,19-21) was not a sacrifice to
the angel as such, although it was made into a sacrifice by the angel’s action» Williams,
A L (1909) 420.
153 «Cumque ascenderet flamma altaris (ab angelo et petra holocaustum) in
coelum, angelus Domini pariter in flamma ascendit, ut se non hominem prophetam sed
angelum esse ostenderet, ideoque a flamma illaesum in coelum redire, seque mystice
representare Christum, qui immolans se in ara crucis per flammam tum amoris, tum
doloris» Lapide, C a (1881) Commentario a Genesis II,167.
cap 1: ángeles bíblicos 65
160 Así en el Sl 148,1: «¡Alabad al Señor desde los cielos! ¡Alabadle en las alturas!
¡Alabadle, vosotros todos sus ángeles! ¡Alabadle, vosotros todos sus ejércitos!»
161 La misma convicción se observa en el Sl 138,1, donde el peregrino experi-
mentó la maravillosa ayuda de Dios y ofrece su alabanza: «Con todo mi corazón te daré
gracias; en presencia de los ángeles te cantaré alabanzas». El fiel en el santuario quiere
dar gracias a Dios por la salvación, como lo hace Tb 8,15: «Dios sea bendito con una
alabanza pura y santa, todos tus santos deben alabarte, y todas las creaturas y todos tus
ángeles y elegidos deben alabarte eternamente».
68 i: agentes litúrgicos
del santuario. Entonces le fueron abiertos los ojos y vio el trono de Yhwh. La
tierra quedó llena de la gloria de Dios. Esto quiere decir que la gloria, que se
supone está en el cielo, ha bajado a la tierra.
Los rasgos de la visión no son nuevos. Ya antes de Isaías, se designó al
Dios de Israel “Dios de los ejércitos” (‘Yhwh sebaot’), y los ejércitos habían
temblado ante su santa majestad. También Miqueas vio a Yhwh en su trono,
rodeado del ejército del cielo (cf 1R 22,19). Lo que es nuevo en Isaías es la
experiencia concentrada de la santidad de Dios.
Los seres celestiales son seres de fuego que rodean el trono de Dios.
En el caso de Isaías, son llamados serafines. En la visión de Ezequiel serán
los querubines quienes conducen el carro de Dios. En la literatura judaica,
serafines y querubines siempre son entendidos como ángeles162. Y aunque no
se ha aclarado totalmente la interpretación científica de la palabra serafín,
por lo menos existe una relación con su raíz: ‘saraf’, que significa ‘quemar’,
‘arder’.
Se ha tratado de explicar el uso de la palabra, oriunda de la mitología
pagana163. ¿Aceptó Isaías una imagen mitológica? Todos los criterios
de este mundo carecen en absoluto de valor cuando se abre el portón del
cielo. Solamente con imágenes y parábolas podemos comprender el mundo
sobrenatural. Por eso se entiende, que también Isaías tenga conceptos de
seres de fuego. Pero si retoma imágenes mitológicas, éstas se transforman
nuevamente bajo su influencia. Los serafines no son solamente dragones
voladores, sino más bien seres espirituales y, como se encuentran ante el
trono de Dios, son buenos, siempre alertas a las órdenes del Señor.
Al describir a cada uno con seis alas, Isaías indica cuál es la posición
de la creatura ante Dios: con dos alas se cubrían la faz, porque la plenitud de
la luz de Dios es tan intensa que cegaría a cualquier creatura; nadie podría
verlo. También Moisés (cf Ex 3,6) y Elías (cf 1R 19,13) velaban su rostro
cuando Dios se les apareció.
162 ����������������������������������������������������������������������������
«In der außerbiblischen Literatur werden Seraphen und Cherubin als Engel ge-
deutet» Mach, M (1991) 219.
163 Para explicar mejor el significado del término saraf, pueden ayudarnos dos pa-
sajes del propio libro de Isaías. El primero habla del juicio de los filisteos: «Porque de la
raza de la culebra nacerá un basilisco, y su fruto será un dragón volador ‘saraf me ofef’»
(Is 14,29); en otro se anuncia un oráculo contra una embajada de la tierra del sur y se
habla de «tierra de angustia y de tribulación, donde salen el león y la leona, la víbora y el
dragón volador» (Is 30,6). Así, el libro de Isaías confirma la representación de serpientes
y dragones voladores. Sin embargo, mientras en estos dos pasajes los serafines presentan
un carácter amenazador y son portadores de la desgracia (demonios), en el relato de la
visión de la vocación del profeta (cf Is 6,2) están ante el trono de Dios como seres celes-
tiales. Cf Carrel, P (1997) 27-29.
cap 1: ángeles bíblicos 69
164 Cf Rohling, A (1844) 550. William Wagner cita a Touzard y Heidt que se pre-
guntan: «This cannot be a creaturely angel, because the word spoken are fitting only unto
God» Wagner, W (1984) 34.
165 Cf Orígenes, In Isaiam I,2: PG 13,221; In Isaiam IV,1: PG 13,232.
166 Cf San Jerónimo, Epistola 71 ad Vigilantium; In Isaiam 3: PL 24,94.
167 El estudio de Huetio, obispo de Avranches, trata de aplacar la crítica de Jeró-
nimo contra Orígenes: «Sic ut Davidem Christi typum esse, et ut animalia, vel vitas, vel
olivas candelabri, sic et seraphimos Isaiae anagogice Christi et Spiritus Sancti symbola
esse voluit Orígenes, ut certe voluit, vanae sunt Hieronymi querelae» Huetio, Origenia-
na 2,2,2,26: PG 17,786.
70 i: agentes litúrgicos
168 «Tal era este resplandor, todo en torno. Era algo como el aspecto de la forma de
la gloria de Yhwh. A su vista yo caí rostro en tierra y oí una voz que hablaba. Y me dijo:
“Hijo de hombre, ponte en pie, que te voy a hablar.” Mientras él me hablaba, entró en
mí el Espíritu y me puso sobre mis pies, y oí al que me hablaba» (Ez 1,28-2,21: BibJer
1152).
169 «Los querubines se elevaron. Éstos son los seres vivientes que vi junto al río
Quebar» (Ez 10,15: BibJer 1157). «Éstos eran los seres vivientes que vi debajo del Dios
de Israel en el río Quebar, y me di cuenta de que eran querubines» (Ez 10,20: BibJer
1157).
170 «Interpretati sumus, LXX podh,rh; Theodotio ipsum verbum hebraicum baddim
(~yDB); Aquila, praecipua interpretati sunt [...] Eratque in medio sex virorum unus, id est,
septimus, in habitu pontificis vestitus lineis indumentis [...] Egressique sunt sex viri,
et steterunt iuxta altare aeneum. Duo enim erant altaria: unum thymiamatis, aureum
instrinsecus; et alterum ante templum, aeneum holocaustorum [...] Quidam sex viros
interpretatur angelos, qui Dei pareant voluntati: ipsumque unum qui habebat indumenta
pontificis, Salvatorem intelligunt; iuxta id, quod Sacerdos est et magni consilii Angelus,
illudque quod dicitur: Tu es sacerdos in aeternum secundum ordinem Melchisedec.
Podh,rh autem, quod Septuaginta transtulerunt, una ex octo vestium est pontificis,
cap 1: ángeles bíblicos 71
quae latine dicitur talaris [...] in hebreo legitur kesat, [...] Qui autem volunt sub figura
pontificis intelligi Salvatorem, de Apocalypsi Ioannis utuntur exemplo [...] aspexi septem
candelabra aurea, et in medio (Ap 1,12-13)» San Jerónimo, In Ezechielem III, 9: PL
25,86.
171 «Hic vero propter impietatis exsuperantiam, sex angelis Iudaeorum
puniendorum munus est impositum. Et vir, inquit, unus in medio ipsorum indutus veste
talari, et zona saphiri super lumbis eius. Septimi habitus erat sacerdotalis: non enim ex
iis erat qui punierent, sed ex iis qui redimerent salute dignos» Teodoreto, In Ezechielis
IX: PG 81,887.
172 «The consensus among commentators is that the scribe in Ez 9,2 is an angel»
Carrell, P (1997) 33-34. Carrell menciona autores como: Rowland, Heaven, 96 y Cooke,
Ezequiel, 104. Algunos rabinos identifican ese hombre vestido en lino con Gabriel (por
ejemplo, ben Yoma 77ª, ben Shabbath 55ª).
173 El texto habla de seis hombres, entre ellos uno destacado. Varios autores pien-
san que en total son siete. Cf Carrell, P (1997) 21.
174 «Otro ángel, subiendo del oriente, tenía el sello del Dios vivo. Y llamó a gran
voz a los cuatro ángeles a quienes les fue dado hacer daño a la tierra y al mar, diciendo:
“¡No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que marquemos con un sello
la frente de los siervos de nuestro Dios!”» (Ap 7,2-3: BibJer 1647).
175 «Cuando mandó al hombre vestido de lino, diciendo: “Toma fuego de entre las
ruedas de en medio de los querubines”, éste entró y se puso de pie al lado de una rueda.
Entonces un querubín extendió su mano de entre los querubines hacia el fuego que había
en medio de los querubines, tomó de él y lo puso en las manos del que estaba vestido de
lino» (Ez 10,6-7: BibJer 1158).
176 «This man (Ez 10,6) may stand in the background to the glorious ‘man’ in Dan-
iel 10,5-6, and possibly also in the background to the risen Jesus in Apocalypse 1,13-16»
Carrel, P (1997) 34.
72 i: agentes litúrgicos
178 Por ejemplo: 1Hen 106; José y Asenet 14,8; 22,7; ApAbr 11,1-3 y Ap 1,14.
179 Cf Collins, J J (1974) 61; Fossum, J (1983) 279; Carrell, P (1997) 38.
180 «The picture which we have in Daniel 7,13 is of one heavenly being acting in
74 i: agentes litúrgicos
modo que la figura del Hijo del hombre sería de categoría divina y sería la
encarnación de la ‘gloria divina’ como la figura de Ez 1,26181. Otros lo han
considerado una figura simbólica que representa a Israel o a los ‘santos de
Israel’. Estas y otras hipótesis están en discusión. Margaret Barker relaciona
la figura con la idea sacrificial182.
Carrell es de otra opinión y admite identificar la figura con un ángel:
«Si en otras frases comparables a Dn 7,13, la expresión ‘kebar enosh’ es aplicada
a figuras angélicas (cf Dn 3,25; 8,15; 10,16.18), parece razonable que, de hecho,
se tenga en vista una figura angélica»183.
Las demás citas de Dn siempre hablan de una figura ‘semejante a un
hombre’, por esta razón debemos ver Dn 7,13-14 claramente como una
figura mesiánica. Dado que el sumo sacerdote era ‘el Señor’, fue inevitable
que esta visión en Daniel se volviera un texto clave para la joven Iglesia.
El hombre vestido de lino
A primera vista se le puede asociar con el Hijo de hombre de Ap 1:
«Levanté los ojos para ver. Vi esto: un hombre vestido de lino, ceñidos los
lomos de oro puro: su cuerpo era como de crisólito, su rostro como el aspecto
de relámpago, sus ojos como antorchas de fuego, sus brazos y sus piernas como
el fulgor de bronce bruñido, y el rumor de sus palabras como el rumor de una
multitud» (Dn 10,5-6: BibJer 1218).
Es concebible que una figura tan gloriosa, que provoca temor y pavor
en Daniel (cf 10,8) y que parece ser superior a Miguel (cf Dn 10,13), pueda
presentar un aspecto divino. Pero en Dn 10,11 se lee la declaración ‘porque
place of another. It is not that the God of Israel abdicates his position but allows another
divine being to act in his stead. The similarity which exists between Ezekiel 8,2 and
Daniel 7,13 lies in the fact that both verses refer to heavenly figures and speak of them
in quasi-divine terms. The difference between the two verses is that the Danielic figure
stands alongside God, the Ancient of Days, and is in some sense the representative of the
latter’s kingly power. The figure in Ezekiel 8 on the other hand is to be regarded as the
deity himself described in human form» Rowland, Ch (1982) 97.
181 Feuillet, A (1963) 188-189.
182 «La figura del Hijo del hombre que entraba con las nubes en el cielo (Dn 7,13),
fue inspirada por la antigua creencia, de que el ofrecimiento hecho en la tierra era el
ofrecimiento en el cielo [...] La visión de Daniel demuestra lo que fue este ritual. Antes
de que el hombre fuera entronizado y ‘le fuera dado el dominio y la gloria del reino’ (Dn
7,14) tuvo que ser ofrecido al Anciano de días. La palabra usada (e;fqasen kai. evnw,pion
auvtou/ proshne,cqh - brq (‘karab’) no significa que sea introducido en la corte, significa
ser presentado como una ofrenda, cf 1Hen 47, en la cual la sangre del justo se presenta
delante del trono. Esta era la realidad celestial de la sangre ofrecida en el Santo de los
santos: el sumo sacerdote se ofrecía a sí mismo» Barker, M (2003) 104.
183 Carrell, P R (1997) 39.
cap 1: ángeles bíblicos 75
yo he sido enviado (yTxLv - ‘shalajti’) a ti’. Esto parece indicar que la figura
es distinta de Dios, quien es probablemente el remitente. La mano que toca
a Daniel (v 10), la voz que escucha (v 9) y aquel que le habla (v 11) parecen
ser el mismo personaje.
Carrell afirma que es la misma persona de Dn 10,1-15; por lo tanto, la
figura en los vv 5-6 no es una aparición de Dios, sino la de aquel que ha
sido enviado por Dios184. Sin embargo, es una angelofanía única y destacada,
porque presenta más detalles que otras apariciones. Goldingay lo considera
un ser sobrenatural y sacerdotal185.
Están los paralelos de figuras majestuosas en Ez 1,27; 9,2 y 40,3. Las
voces aluden a Is 13,4. La relación con los cuatro seres vivientes da a esta
figura una majestad extraordinaria, por lo que se puede pensar que es algo
más que un ángel. Parece ser el hombre glorioso de Ez 1,26. Sin embargo, el
vocabulario que usa no coincide con Ez 1,27 sino presenta semejanzas con Ez
9,2. Carrell concluye que Dn 10,5 debe ser una figura angélica. Aceptamos
que la figura de Dn 10,5-6 sea un ángel, y Daniel entiende que este ángel no
es Miguel, sino quizá Gabriel186.
Aparecen aspectos semejantes en el personaje de Dn 10,5 y el de Ap
1,13 y 10,1-10. Christopher Rowland también lo considera un ángel sin
identificarlo187, mas confiesa que en Dn 10,5 es evidente una fuerte influencia
188 «We are dealing here with no ordinary angelic being. It is true that he was sent
by God to fulfil a particular function, namely to communicate to Daniel the historical
events which are to take place [...] What we have here is the beginning of a hypostatic de-
velopment similar to that connected with divine attributes like God’s word and wisdom»
Rowland, Ch (1982) 100.
189 «The Synopsis between Dn 10,5 and Ap 1,13 suggests, that the seer of Patmos
considered that the appearance of the angel in Daniel 10 was a natural quarry for imagery
to describe his Lord [...] As far as John is concerned, there is no incongruity for him to
describe the exalted Christ in this way because there was a very close connection in his
mind between this angel and God himself» Rowland, Ch (1982) 101.
190 Aunque la palabra e`sthkw.j es participio del perfecto, se puede dar el valor
de sustantivo y traducirla como ‘el intercesor’. La Biblia alemana traduce: «der für die
Söhne deines Volkes eintritt», que quiere decir ‘uno que representa al pueblo’ como un
abogado o como un medianero. Al inglés traduce la KJV «which standeth for the children
of thy people», la NAU traduce: «who stands guard over the sons of your people», la
NIV traduce, lo que aparece como una interpretación: «who protects your people». En
español encontramos traducciones como la de la RVA «que está del lado de los hijos de
tu pueblo», o «que está por tu pueblo», y la de la LBA: «que vela sobre tu pueblo».
cap 1: ángeles bíblicos 77
191 «In conclusion, Dn 7,13 LXX may well have been influential on the
development of epiphanies in which details from Dn 7,9 were combined with details
from 7,13 or 10,5-6» Carrell, P (1997) 47-48.
192 Aquí el ‘malak Yhwh’ ya no tiene el mismo significado que en Gn, sino de-
termina claramente un ángel como creatura espiritual. Carrell y otros autores están de
acuerdo, en que en los libros proféticos no tenemos más el problema de distinguir el
‘malak’ del propio Dios.
193 Cf Carrell, P (1997) 25.
78 i: agentes litúrgicos
y es investido con autoridad, ya que Dios dice de él: “mi nombre está en él”.
¿Cómo podemos interpretar el ángel del Señor en Zacarías? El ángel es
un ser celestial de alto grado; lleva el mando en el recorrido (1,11) y manda
a los que están delante de él.
a) identidad: Creemos que se trata de ángeles creados, porque no vemos
un argumento convincente que podría negar a ellos como agentes. Entre
los Padres no hemos encontrado comentarios que relacionen al ángel del
Señor con el Lógos. Entre los escritos apócrifos existen paralelos, donde los
ángeles realizan la institución sacerdotal de seres humanos (cf TestLevi 8).
En el Apocalipsis de Abraham es el ángel Yaoel quien lleva un turbante196. En
el libro de 2Hen es Miguel quien instituye a Henoc197.
b) funciones: Debemos admitir que es posible que un ángel es capaz de
purificar y de instituir a Josué en su dignidad. El acto de purificar puede ser
un acto litúrgico complementario.
- El ángel tiene un papel medianero, porque intercede ante Dios (1,12:
incluso cuando la respuesta es dada al ángel que habla, cf Za 1,14; Ez 40,3;
Ag 1,13). Sin embargo, en una escena posterior, el ángel del Señor es el
medianero, cuando Dios se comunica con un ser humano (cf Za 3,6-10). El
papel de intercesor del ángel del Señor demuestra que no se identifica con
el Señor. El hecho de que su intercesión se refiera a la difícil situación de
Jerusalén y de Judá evoca al ángel Miguel, que actúa como el patrono de
Israel (cf Dan 10,21; 12,1).
- En tercer lugar, el ángel del Señor aparece para representar al Señor
como juez y preside en el consejo divino (cf Za 3,1-10). En esta escena
Josué y Satanás comparecen ante el ángel del Señor. En Za 3,2 se lee: «El
ángel del Señor dijo a Satanás: El Señor te reprenda» (evpitimh,sai ku,rioj evn
196 «The possession of a turban is an unusual feature and may indicate the priestly
function of Yaoel (cf Ex 28.4, Za 3.4)» Rowland, Ch (1982) 102. Rowland ha hecho una
comparación con el ángel de Dn 10,5.
197 «Entonces Miguel, jefe de las milicias del Señor, me levantó y me llevó ante la
faz del Señor. Y dijo el Señor a los que le servían, como para tentarlos: Que se acerque
Henoc para permanecer ante mi faz para siempre. Y, postrándose los gloriosos ante el
Señor, exclamaron: Que se acerque según tu palabra.
Entonces dijo el Señor a Miguel: ‘Acércate y despoja a Henoc de sus vestiduras
terrenales, úngelo con mi buen aceite y vístelo con los vestidos de mi gloria’. Miguel
obró de acuerdo con lo que le había dicho el Señor y me ungió y me vistió. El aceite aquel
tenía un aspecto más resplandeciente que el de una gran luminaria, su ungüento (parecía)
como rocío bienhechor y su perfume era como la mirra, resplandeciendo como los rayos
del sol» 2Hen 9,17-22: Diez Macho, A (1984) IV,172.
80 i: agentes litúrgicos
soi). Estas últimas palabras recuerdan a Jud 9, donde es Miguel quien las
pronuncia.
El TM y los LXX colocan simplemente en 3,2: “El Señor dijo a Satanás”,
al contrario, la Peshitta198 habla de ‘el Ángel del Señor’199. La escena muestra
al ángel de Yhwh, como una figura similar a la del visir - el poderoso
funcionario a quien el gobernante supremo delega el gobierno, la autoridad y
el poder.
- Las escenas en Zacarías en esta sección se retoma varias veces en el
Apocalipsis200. Peter Carrell cree en una fuerte familiaridad de Juan con
Zacarías, y probablemente aquel toma de éste la idea de un ángel como
el representante de Dios, investido de un poder considerable y de gran
autoridad201. Obviamente, esto plantea la cuestión, acerca de si este ángel
puede haber contribuido a la representación de Cristo en el Apocalipsis, así
como el ángel ‘hablando’ parece haber influido en la representación de uno
de los ángeles en el Apocalipsis.
198 El nombre ‘peshitta’ deriva de la expresión siríaca mappaqtâ psîttâ, que signifi-
ca literalmente ‘traducción simple’. La traducción del AT a la lengua siríaca fue realizada
en Siria en el siglo I dC, una obra judaica o judaica-cristiana, probablemente a partir de
targuminos (traducción aramáica del AT).
199 Peter Carrell defiende, que la Peshitta presenta un texto más antiguo, anterior
al TM: «That the Peshitta reading represents the original reading is argued for by e.g.
Stier, Gott und sein Engel, 77, and Mitchell, Zechariah, 149, 153. The Peshitta offers a
smoothing over of a difficulty, which suggests that it may be a corrective rather than an
original reading» Carrell, P (1997) 26.
200 Por ejemplo: Ap 21,7 - Za 8,8; Ap 3,17 - Za 11,5; Ap 11,2 - Za 12,3; Ap 1,7
- Za 12,10-14; Ap 16,16 - Za 12,11; Ap 8,7 - Za 13,9; Ap 21,25 - Za 14,7; Ap 21,6; 22,1
- Za 14,8; Ap 19,6 - Za 14,9; Ap 22,3 - Za 14,11.
201 �������������������������������������������������������������������������������
«Although the reference in Zechariah is in a part of the book which may be dis-
tinct from chapters 1-6,8 this section is alluded to a number of times in the Apocalypse.
Thus we suggest that John’s familiarity with Zechariah most likely extended to the idea
of an angel functioning as the representative of God invested with considerable power
and authority. Obviously, this raises the question whether this angel may have contribut-
ed to the portrayal of Jesus Christ in the Apocalypse, just as the ‘talking angel’ appears to
have influenced the portrayal of one of the angels in the Apocalypse» Carrell, P (1997)
26.
202 Del libro de Tobías, escrito probablemente en el siglo II aC en arameo o hebreo,
existen traducciones que difieren solamente en algunos detalles. En varias ediciones de
los LXX, como la de Cambridge (1940) o de Rahlf’s (1979), se presentan los dos textos
cap 1: ángeles bíblicos 81
paralelamente según los códigos vaticanus y sinaíticus. Lo que es marcado con (S) indica
el código sinaíticus.
203 “Contemplas cómo el Señor está presente sacrificado (tequme,non kai. kei,menon)
y cómo el sacerdote está (evfestw/ta) delante del sacrificio orando” San Juan Crisóstomo,
Sobre el sacerdocio 3,4: BKV 27,4,140.
82 i: agentes litúrgicos
204 «Das Buch Tobit weist eine Reihe von Parallelen zur Manoach-Erzählung in Ri
13 auf» Mach, M (1992) 221.
cap 1: ángeles bíblicos 83
205 “El ángel del Señor se le apareció, puesto de pie a la derecha del altar del in-
cienso” (Lc 1,11). “El ángel le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios, y he sido
enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas” (Lc 1,19).
206 En el Misal tridentino, la fiesta de san Gabriel se celebraba el 24 de marzo. Cf
MR (1570) 529.
84 i: agentes litúrgicos
207 «Angelus videtur in templo; quia veri sacerdotis iam nuntiabatur adventus, et
coeleste sacrificium parabatur, in quo angeli ministrarent [...] Apparuit autem a dextris
altaris incensi; quia divinae insigne misericordiae deferebat: ‘Dominum enim a dextris
est mihi, ne commovear’. Et alibi: ‘Dominus protectio tua super manum dexterae tuae’.
Atque utinam nobis quoque adolentibus altaria, sacrificium deferentibus assistat angelus,
immo praebeat se videndum. Non enim dubites assistere angelum, quando Christus
assistit, quando Christus immolatur. Etenim pascha nostrum immolatus est Christus. Nec
verearis ne turbetur cor tuum angeli visione» San Ambrosio, In Lucam I: PL 15,1623.
208 «A dextris apparet, quia videlicet et veri sacerdotis adventum, et mysterium
sacrificii universalis, et coelestis doni gaudium praedicat. Nam sicut per sinistram
praesentia, sic per dexteram saepe bona praenuntiantur aeterna» Beda Venerabilis, In
Lucae Evangelium Expositio I: PL 92,311.
cap 1: ángeles bíblicos 85
212 «En esta ocasión asisten los ángeles al sacerdote; en este momento, todo el
santuario y el lugar que está alrededor del altar se llenan de potestades celestiales [...]
una multitud de ángeles vestidos de estolas blancas, que cercaban el altar y estaban en pie
con el rostro inclinado, como se ven estar los soldados en presencia del rey» San Juan
Crisóstomo, Sobre el sacerdocio 6,4: BKV 27,IV, 227.
213 «Videbitis coelum apertum et angelo Dei ascendentes et descendentes super
Filium hominis, indicabat discipulis, posteris et haeredibus Iacob, patriarchae cui pro-
missiones factae erant, ipsos fruituros esse visione cuius visio patriarchae Iacob figura
tantum fuisset; comperturos igitur Deum sibi constituisse habitationem super terram in
persona Christi. Sicut olim Shekinah manebat super tabernaculum, sicut gloria Yhwh
invaserat templum, ita ipsos visuros esse Filium hominis indutum divina gloria, sanctam
Christi humanitatem esse templum Dei, locum praesentiae Dei inter hominis» Fritsch,
I (1959) 11.
214 Cf en el AT: Gn 7,11; 28,17; Sl 77,23-24; Is 24,18; Ez 1,1; en el NT: Mt 3,16;
Mc 1,10; Lc 3,21, Jn 1,51; Hch 7,56; 10,11; Ap 4,1; 19,11.
215 Cf Nusca, R (1998) 241.
216 «Maius his videbis. Et idem dixit ei somnium Iacob [...] Ecce quod vidit Iacob:
ecce quare perfudit lapidem oleo Iacob; ecce quare Christum propheta significavit et
figuravit Iacob [...] Dicam et hoc breviter, ut Dominus donat: Ascendentes et descendentes
ad illum, hic est: si ascendunt ad illum, sursum est? Si autem ad illum ascendunt, ad illum
descendunt, et sursum est, et hic est» San Agustín, Sermones ad populum 1,5: PL 38,683.
cap 1: ángeles bíblicos 87
que es Jesús. Hacia él suben los ángeles para contemplarlo en las alturas, y
hacia él bajan para que en sus miembros, los pequeños, sean alimentados217.
Para Beda, los ángeles bajan para anunciar y manifestar a Cristo, como
‘evangelizadores’218. Para san Bernardo los ángeles bajan para cuidar a los
humanos219. Ruperto220 relaciona el bajar de los ángeles con la pasión de
Cristo, mientras santo Tomás de Aquino221 relaciona el subir y bajar con la
contemplación y la misión.
No habrá nada en contra, de que el doble movimiento de anábasis y
katábasis podamos entenderlo en términos litúrgicos como un diálogo
de invocar y escuchar. También los ángeles escuchan y contemplan los
misterios divinos y proclaman su alabanza. Se integran al diálogo litúrgico
de la Iglesia. Los ángeles en el Apocalipsis suben y bajan y rodean al Hijo
del hombre resucitado, le hablan y reciben órdenes de él.
217 «Sic et ascenditur et descenditur super Filium hominis. Filius enim hominis
sursum in capite nostro, quod est ipse Salvator; et Filius hominis deorsum in corpore suo,
quod est Ecclesia. Ipsum et scalas intelligimus, quia ipse dicit, Ego sum via. Ad ipsum
ergo ascenditur, ut in excelsis intelligatur; et ad ipsum descenditur, ut in membris suis
parvuli nutriantur» San Agustín, Contra Faustum XXVI: PL 42,268.
218 «Ascendunt super Filium hominis angeli, cum docent praedicatores quia in
principio erat Verbum [...] Descendunt super Filium hominis angeli, cum adiungunt
iidem, quia Verbum caro factum est [...] ab angelis nomen evangelistarum conceditur,
ut sicut hi nuntii, ita et illi propter idem summae praedicationis officium boni nuntii
cognominentur» Beda Venerabilis , In sanctae Ioannis Evangelium expositio I: PL
92,656.
219 «Ascensio igitur et descensio viae illorum; ascensio propter se: descensio vel
potius condescensio propter nos. Sic beati illi spiritus ascendunt per contemplationem
Dei, descendunt per compassionem tui, ut custodiant te» San Bernardo, In salmo ‘Qui
habitat’, Sermo XI,6: PL 183,228.
220 «Ascendentes ad divinitatis eius contemplationem, descendentes autem ad
humanitatis vel passionis ipsius venerationem. [...] et ascendunt pro illos scalae gradus,
quos moraliter intelligimus diversos virtutum esse profectus: quibus duo latera scilicet
corpus nostrum et anima insigniti sunt, coelumque recta via contingunt: quo sanctis
angelis suffragantibus, qui nobis per mortem Christi amici facti sunt, deportemur»
Rupertus, In Ioannem liber II: PL 169,274.
221 «Quod significatur per hoc quod Iacob vidit angelos in scala ascendentes, quod
pertinet ad contemplationem, et descendentes, quod pertinet ad actionem. Sed sicut dicit
Gregorius, II Moralia, “non sic a divina visione foris exeunt ut internae contemplationis
gaudiis priventur”. Et ideo in eis non distinguitur vita activa a contemplativa, sicut in
nobis, qui per opera activa impedimur a contemplatione. Non autem promittitur nobis
similitudo angelorum quantum ad administrationem inferioris creaturae, quae nobis
non competit secundum ordinem naturae nostrae, sicut competit angelis, sed secundum
visionem Dei» STh II-II, 181, 4, ad 2.
88 i: agentes litúrgicos
226 «Considero que a nosotros los apóstoles, Dios nos ha exhibido en último lugar,
como a condenados a muerte; porque hemos llegado a ser espectáculo para el mundo,
para los ángeles y para los hombres»
227 «‘Any one who has a bodily affliction, mutilates in his feet or hands, lame or
blind or deaf or dumb or afflicted by any bodily imperfection, which can be seen by the
eyes, or an old man who stumbles so that he cannot control himself in the midst of the
congregation of the renowned men, for holy angels are (in) their (congregation)’ (1QSa
90 i: agentes litúrgicos
en la comunidad. En esta ocasión, las mujeres tienen que llevar el velo sobre
la cabeza. Ésta probablemente era una costumbre en la sinagoga. Pablo alega
una razón para este precepto: ‘por respeto a los ángeles’ (v 10).
Pablo se refiere con las palabras dia. tou.j avgge,louj a un pensamiento
que a los corintios les es familiar de su predicación. Por eso puede ser tan
breve. Nosotros, al contrario, para una auténtica interpretación, dependemos
del contexto. Georg Kurze llega a la conclusión, que los ángeles aquí vigilan
sobre la observancia de costumbres litúrgicos.
Hay otros pasajes de san Pablo, como Ef 3,10, que manifiestan el interés
de los ángeles en la vida de la Iglesia: «para que ahora sea dada a conocer,
por medio de la Iglesia, la multiforme sabiduría de Dios a los principados
y las autoridades en los lugares celestiales». Parece que aquí, los ángeles
reciben un conocimiento, lo que muy probablemente también tiene que ver
con la celebración litúrgica.
G Kurze explica, que en Ef 3,10 se trata de ángeles buenos (gnwrisqh/| nu/n
tai/j avrcai/j kai. tai/j evxousi,aij), mientras en Ef 6,12, Pablo se refiere a los
ángeles caídos228. Hasta el tiempo de Cristo, estaban ocultos ciertos misterios
para los ángeles; ahora es voluntad de Dios que ellos los conozcan a través de
la Iglesia. De esta manera, ellos reconocerán, como Dios maravillosamente
lo sabe disponer, que la salvación se torna un bien común para toda la
humanidad. La cita corresponde a 1Pd 1,12 y 1Tm 3,16, según la cual los
ángeles desean contemplar y conocer los misterios de Cristo. Si quisiéramos
preguntarnos con qué sentimientos los poderes celestiales reciben el
conocimiento sobre la infinita Sabiduría divina, deberíamos, en conformidad
con 1Tm 3,16, atribuirles sentimientos de alegría y de admiración por todo
lo bueno que Dios realiza en su Iglesia.
San Pablo, cuando habla de los ángeles, los entiende como creaturas
espirituales, porque siempre usa la palabra con el mismo sentido. En esto
coinciden varios autores que han tratado su angelología229.
ii. 3ff.) [...] The [...] regulations for the temple priests is emphasized by the motivation
which accompanies all texts of this type: ‘for the holy angels are in their community’.
The demand for holiness was thus subject to the demands of the cultus [...] where Yhwh
was believed to be present» Gaertner, B (1965) 6.
228 Cf Kurze, G (1915) 67.
229 Cf Everling, O (1888) Die paulinische Angelologie und Dämonologie, Göt-
tingen. Dibelius, M (1909) Die Geisterwelt im Glauben des Paulus, Göttingen. Kurze,
G (1915) Der Engels- und Teufelsglaube des Apostels Paulus, Herder, Freiburg. Carr,
W (1981) Angels and Principalities. The backround, meaning and development of the
Pauline phrase ‘hai archai kai hai exousiai’, Unipress, Cambridge.
cap 1: ángeles bíblicos 91
230 Cf Cody, A (1960) Heavenly Sanctuary and liturgy in the Epistle to the
hebrews, Grail, St. Meinrad. Braun, H (1977) Die Engel im Hebräerbrief, Festgabe für
H. Thyen. Heidelberg, 98-100. Nash, R H (1978) The notion of mediator in alexandrinian
judaism and the Epistle to the hebrews: WThJ 40, 89-115. Manzi, F (1997) Melchisedek e
l’angelologia nell’Epistola agli Ebrei e a Qumran, Biblicum, Roma. Vanhoye, A (2002)
Gesù Cristo il Mediatore nella Lettera agli Ebrei, Cittadella, Assisi 2007.
231 «Il Figlio “è diventato superiore agli angeli”. È in questa penultima dichiarazio-
ne che Tommaso d’Aquino ha creduto di riconoscere l’annuncio del soggetto della parte
seguente. Riassume dunque questo annuncio, dicendo che l’autore vi afferma la superio-
rità di Cristo sugli angeli. Innumerevoli commentatori lo hanno seguito su questo punto.
E lo si comprende, perché è vero che la superiorità di Cristo sugli angeli è affermata in
Eb 1,5-14. Ma il tema preciso del testo non è questo [...] Il confronto con gli angeli è so-
lamente un mezzo utilizzato per definire meglio questo nome» Vanhoye, A (2002) 65-66.
232 El verbo poiw/n es participio presente de poie,w e indica un acto creador de Dios,
92 i: agentes litúrgicos
ocasiones los ángeles bajan del cielo a la tierra, con la única diferencia de
que los arcángeles bajan para misiones importantes, mientras que los ángeles
inferiores lo hacen más frecuentemente y son considerados medianeros
comunes entre el cielo y la tierra. Todo el capítulo 2 de Hb quiere mostrar la
superioridad de Cristo sobre los ángeles. Según Vanhoye la mención de los
ángeles en los primeros dos capítulos de la carta tiene un sentido litúrgico239.
Así, no encontramos dificultad para aceptarlos como agentes litúrgicos.
Luego tenemos Hb 12,22:
«Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad del Dios
vivo, la Jerusalén celestial (Ierousalh.m evpourani,w), a la compañía de miríadas
de ángeles (kai. muria,sin avgge,lwn), a una reunión festiva (panhgu,rei)» (BibJer
1607).
De nuevo, el autor busca aclarar a sus lectores la sublimidad de la
salvación cristiana. Ahora argumenta con los ángeles, pero esta vez de una
manera diferente a la del primer y segundo capítulos. Ahora ya no coloca a
los ángeles junto a la Antigua sino junto a la Nueva Alianza. Quiere decirles:
‘Vosotros no tenéis necesidad de regresar al judaísmo por causa de los
ángeles240. A ellos también los encontraréis en la Iglesia’.
Así como en el monte Sinaí los ángeles estaban presentes, así también
lo están ahora en el monte Sión, en el Reino de Dios fundado por Cristo,
que encuentra su plena consumación en el más allá. Mientras que junto al
Sinaí el ambiente parecía causar temor y terror, en la Jerusalén celestial reina
una atmósfera festiva y alegre. El número de los ángeles es inmensamente
grande241. La multitud innumerable de los ángeles, que continuamente cantan
239 «Ma perché un confronto con gli angeli? Oggigiorno, non se ne vedrebbe per
nulla l’utilità, ma nel I secolo, in una riflessione sulla mediazione tra gli uomini e Dio,
esso appariva molto utile, anzi necessario. In effetti, allora gli angeli erano considerati
come gli esseri meglio situati per esercitare questa mediazione. Sono gli esseri più vicini
a Dio, soprattutto “i sette angeli che stanno davanti alla gloria del Signore e restano alla
sua presenza” (Tb 12,15). Un salmo esprime il desiderio dei fedeli di essere ammessi a
partecipare alla liturgia degli angeli: In presenza degli angeli, io salmeggerò per te (Sal
137,1, della LXX)» Vanhoye, A (2002) 68-69.
240 Si la carta fue escrita después del año 70, el texto parece ser también una conso-
lación para los judeo-cristianos que se lamentaban por la pérdida del templo y que ya no
podían ofrecer más sacrificios. ¡Ahora hay un culto mejor! El autor coloca el lugar y las
circunstancias más cercanas de la legislación enfrentados con el monte Sión, la ciudad
del Dios vivo, de la Jerusalén celestial.
241 Como vemos ya en el Antiguo Testamento donde Dios aparece en compañía de
millares de espíritus (cf Dt 33,2 LXX; Sl 68,18 LXX; Dn 7,10). En el Nuevo Testamento
el gran número de los ángeles se muestra también en Jd 14 y Ap 5,11.
cap 1: ángeles bíblicos 95
246 Lücken describe esta actividad de Cristo como una ‘actividad sacerdotal expia-
toria del Señor exaltado’, así como lo entiende TestLevi 3 de los arcángeles que ofrecen
su servicio en el cuarto cielo. Cf Lücken, W (1898) 143.
247 «The liturgy of the Apocalypse is a liturgy of praise and intercession, and those
who accomplish it are angels and the just, but principally the angels [...] But Hebrews
sees the liturgical action of Christ, the minister of the heavenly sanctuary, and His lit-
urgy is not only one of intercession but also-and principally-of expiation for the people»
Cody, A (1960) 71.
248 Lo que en la Carta a los hebreos encontramos acerca de Cristo, Henoc lo había
referido a Miguel: «él lleva el universo mediante el Verbo poderoso de Dios, mediante
el cual fue creado el mundo» (1Hen 69,1s). En fuentes posteriores Miguel es llamado
Melquisedec y se le aplica el Sl 110.
249 Lücken, W (1898) 124.
250 Cf 1Hen 40,9; 68,2.3 confían en la misericordia de Miguel. Pero tal miseri-
cordia Miguel no la aprende con los humanos, sino a partir del trono de Dios, llamado
‘trono de la misericordia’, según la liturgia judaica. El autor de Hb no puede admitir
precisamente, que Miguel sea capaz de tener misericordia con la debilidad humana y de
considerar sus pecados con clemencia. Cf Lücken, W (1898) 11 y 143.
cap 1: ángeles bíblicos 97
los textos de los himnos del Apocalipsis, mientras Peter R Carrell262 publica
una obra en la que quiere aclarar la relación entre Cristo y los ángeles en el
Apocalipsis. En 2002, Gottfried Schimanowsky263 publica su obra en la
cual examina algunas cuestiones particulares sobre Ap 4-5. Además haremos
uso de los comentarios de autores como Ugo Vanni, Aelred Cody, Gregory K
Beale, Christopher Rowland, Albert Vanhoye y otros más.
Algunos autores distinguen dos liturgias diferentes en el Apocalipsis:
la primera que representa la historia de la era cristiana, vista desde una
perspectiva celestial; la otra representa el estado final de la historia, la liturgia
en la nueva Jerusalén264. El culto celestial es ejecutado por los ángeles,
Roma. A nosotros nos interesan especialmente aquellos himnos que cantan o participan
los ángeles, porque su contenido también nos revela algo sobre la actitud interior de ellos
y de su culto espiritual. Los himnos no son solamente un consuelo en la tribulación, sino
que expresan algo sobre el estado final de todas las cosas unidas en Dios.
El Apocalipsis no habla propiamente con el término ‘u`mnoj’ ni ‘u`mne,w’, sino
que el vidente usa las palabras ‘añ;dw’ y ‘wñvdh,’ en 5,9-10 y 15,3-4, que sugieren que ‘oda’ o
‘cántico’ serían los términos más apropiados, para lo que generalmente se designa como
himnos.
Al autor le interesa demostrar la unión del culto entre cielo y tierra mediante
el cantar común de los himnos: «With L L Thompson, we may suggest that in the
Apocalypse of John the worship of the earthly community ‘breaks down the barriers
between heaven and earth,’ such that ‘those who read, hear, and observe John’s words
in Revelation are one with the Seer and the angels.’ If this is so, then the angelic praises
sounded throughout the Apocalypse must be seen as accomplishing much more than
merely offering ‘consolation and hope’ to the beleaguered communities of Asia Minor
[...] In the praises of the earthly community, the mysteries celebrated are made present
as lived realities [...] This appears to hold true of at least some of the Qumran texts
according to a number of scholars, particularly in the Sabbath shiroth, as well as in
4QDibHaM, where the angels are called to unite with the rest of creation in praising God
on the sabbath» Nusca, A R (1998) 211-212.
262 Cf Carrell, P (1997) Jesus and the Angels: Angelology and the Christology of
the Apocalypse of John, Cambridge.
Carrell estudia diversos aspectos sobre el fondo de paralelos veterotestamentarios
y llega a explicar las diferentes apariciones angelomórficas de Cristo. El estudio es
una contribución importante para la cristología como también para la angelología. Los
criterios presentados por Carrell nos ayudan igualmente a identificar los respectivos
agentes litúrgicos.
263 Schimanowski, G (2002) Die himmlische Liturgie in der Apokalypse des Johan-
nes. Die frühjüdische Traditionen in Offenbarung 4-5 unter Einschluss der Hekhalothli-
teratur, Mohr Siebeck, Tübingen.
264 «We can compare the way the celestial liturgy appears in the two different
perspectives of the Apocalypse. In the earlier one, with earthly history in the Christian
Era seen through a heavenly perspective, there is a celestial temple and there is liturgy
cap 1: ángeles bíblicos 101
que forman una unión con los humanos elegidos (5,3; 14,1-3; 15,2). Ellos
aparecen en el primer capítulo, mediante la simbología de las siete estrellas en
la mano del Hijo de hombre. Luego encontramos ‘ángeles’ como presidentes
de las siete comunidades (cap 2-3). La escena de la liturgia celestial que nos
interesa está en los capítulos 4-5, y luego hay otros ángeles destacados con
funciones litúrgicas. Aparecen en casi todos los capítulos de este libro, hasta
que al final los vemos formando una cierta unión con los seres humanos en la
Jerusalén celestial: ‘doce ángeles sobre doce puertas’ (Ap 21,12).
La gran mayoría de los autores, siguiendo la doctrina de la Iglesia, considera
a los ángeles en el Apocalipsis como creaturas de Dios y colocados al servicio
de Cristo. Sin embargo queremos también confrontar una interpretación
simbólica de los ángeles como la presenta el jesuita Ugo Vanni. Como Vanni
es considerado una de las grandes autoridades en la interpretación del libro
del Apocalipsis; debemos ocuparnos también de su punto de vista. Hemos
consultado algunas de sus obras265, en las cuales generalmente evita tomar
posición frente a la cuestión de los ángeles; y cuando no es posible evitarlo,
los interpreta de una manera simbólica. Presentamos aquí algunos textos.
Los cuatro seres vivos (4,8) los interpreta así:
«Cuatro seres vivos: inspirado en Ezequiel 1,5-10 e Isaías 6,2, el autor nos
dice que estos seres vivos están llenos de ojos, lo que en Apocalipsis significa
la acción múltiple del Espíritu Santo (cf 5,6) [...] Más que personas verdaderas
y propiamente ángeles, representantes de la creación, son esquemas simbólicos
que expresan en el nivel celestial el punto de encuentro tras la iniciativa salvífica
de Dios»266.
Aquí, Vanni ve al ángel como un símbolo que representa otra realidad y
in it, always a liturgy of praise or intercession. There are sacred texts, including the
Trisagion of Isaiah’s seraphim, centos of texts from the Psalms, the Amen, and the
Alleluja, sacred actions, such as prostration and singing, and sacred instruments, such
as censers, incense-spoons, and harps. The text of the Apocalypse itself describes the
worshiping angels accompanying their song with harps (5,8; 15,2)» Cody, A (1960) 66-
67.
265 Cf Vanni, U (1979) Apocalisse. Una assemblea liturgica interpreta la storia,
Queriniana, Brescia 2005, 13° ed.; - (1988) L´Apocalisse. Ermeneutica, esegesi, teologia,
EDB, Bologna; - (2008) L´Uomo dell Apocalisse, AdP, Roma; - (2009) Apocalisse, libro
della Rivelazione, EDB, Bologna.
266 «Quattro esseri viventi: ispirandosi a Ezechiele 1,5-10 e a Isaia 6,2 l´autore ci
dice anzitutto che questi viventi sono pieni di occhi, ciò che nell´Apocalisse simboleggia
l´azione molteplice dello Spirito (cf 5,6) [...] Più che personaggi veri e propri – angeli,
rappresentanti della creazione, ecc. – sono degli schemi simbolici che esprimono a livello
celeste il punto di incontro tra l´iniziativa salvifica di Dio» Vanni, U (2005) 37.
102 i: agentes litúrgicos
267 «All´incenso prima unito alle preghiere, si esprime l´effetto che le preghiere
stesse hanno nei riguardi della terra da cui sono partite» Vanni, U (2005) 40.
268 «Dato che il linguaggio è puramente simbolico, l´intervento di Dio di cui si
parla si realizzerà nella storia in tante forme concrete..» Vanni, U (2005) 42.
269 «L´angelo che suona – indica la vicinanza di Dio che sta per arrivare e
manifestarsi» Vanni, U (1988) 217.
270 «L´angelo si presenta con tratti descrittivi caratteristici che lo avvicinano
particularmente a Dio e a Cristo (v.1)» Vanni, U (2005) 44.
271 «Fa intervenire un angelo con le caratteristiche che fanno pensare addirittura a
un´espressione propria di Cristo, di chi interpreta Cristo» Vanni, U (2009), 108.
272 «Il drago è ‘il serpente antico, colui che chiamiamo diavolo e satana’ (12,9) ci
viene presentato come una forza immane, di natura ostile e sanguinaria (rosso), tende ad
immettersi nella storia dell´uomo» Vanni, U (2005) 47.
cap 1: ángeles bíblicos 103
de una fuerza positiva, celestial, que tiene como propio el dominio sobre lo
demoníaco. También se puede hablar de una identificación entre el ángel y
Cristo, pues con toda probabilidad hay en el ángel una expresión de la energía y
de la acción propia de Cristo»273.
Parece que para Vanni, el ángel puede ser una energía o una metáfora para
designar a Dios o a Cristo, pero no una creatura espiritual. En su libro de
1988, Vanni habla sobre la reiteración de la palabra ‘ángel’ en el Apocalipsis,
que, por su asiduidad, no se puede simplemente ignorar:
«El término a;ggeloj aparece con una frecuencia particularmente alta: 67 veces en
el Apocalipsis, de las 175 veces en todo el NT. Si excluimos la expresión ‘ángel
de la Iglesia’ -que aparece 8 veces- el término se refiere a un ser trascendente,
aunque estaría siempre relacionado con la realidad humana»274.
Vanni define aquí a los ángeles como ‘seres trascendentes’, pero deja abierta
la interpretación de que podría ser Dios mismo, un ser espiritual creado, o
simplemente un ser abstracto o una fuerza física oculta.
Estos ejemplos son suficientes, para conocer la opinión de Vanni sobre los
ángeles. No los niega, ni habla claro sobre su existencia. Debemos creer que
sigue la posición de Karl Rahner con su ‘non liquet’, es decir, la cuestión de
la existencia de los ángeles no interesa por el momento. A pesar de todos los
méritos que debemos reconocer en la obra de Ugo Vanni, una interpretación
puramente simbólica de los ángeles, que corresponde prácticamente a una
negación de ellos, tendrá sus consecuencias también para la visión teológica
global que el autor presenta.
una disposición y actitud de servicio. Es una posición típica de los ángeles en la literatura
apocalíptica judaica, aunque, en otro contexto, el estar de pie podría indicar igualmente
a Dios o al Cordero.
- El criterio de la apariencia no es absoluto: características físicas divinas como en
las teofanías del AT (nube, columna de fuego) o una grandeza destacable de una figura
entre otras, no justifica declararla un ser divino.
- El criterio del Nombre divino no se puede tomar como criterio absoluto. Si Dios
indica: ‘mi nombre está en él’ (Ex 23,20), una creatura también puede ser portadora de
un nombre divino.
- La adoración se le tributa solamente a Dios y a Cristo.
- La forma como Jesús aparece en Ap 4,3, es distinta de la forma de Dios. No
tendríamos una indicación directa de que Jesús es divino, si no es precisamente
comparándolo con las creaturas. Los cuatro seres vivos no ocupan el centro del trono
divino, pero adoran al Cordero.
276 Cf Carrell, P (1997) 222.
277 Lo afirma también Carrell: «La cristología del Apocalipsis 1,13-16 está
debidamente descrita como una ‘cristología angelomórfica’» Carrell, P (1997) 223.
278 «Throughout the Book of Revelation, angels function as priests: they burn in-
cense (Ap 8,3), they come from heaven to earth with secrets (Ap 10,7) and as a sevenfold
cap 1: ángeles bíblicos 105
group they emerge from the holy of holies with golden bowls of wrath (Ap 15,7), an
image from the Day of Atonement. These images alone would have been sufficient to
account for the Church’s heavenly liturgy and angel priests. They could have been an in-
novation, a part of John’s revelation with no roots earlier than his own inspiration. Even
the briefest of overviews, however, shows that the heavenly liturgy and the angel priest-
hood, replicated in the actual liturgies of the temple, were the most ancient traditions of
the Jerusalem temple, perpetuated as a living tradition in the Church» Barker, M (2003)
105.
279 «E B Allo and M-E Boismard in L´Apocalypse, [...] in his text with other
translators have the angel ‘on the altar’; but L Cerfaux and J Campbier [...] ‘près de
l’autel’, and E J Goodspeed [...] translates ‘at the altar’, which is probably what St. John
meant, because for the angel to stand on the altar onto which he scoops the incense is
senseless [...] The use of evpi, with the genitive means not only ‘place on which’ but also
‘place near which’» Cody, A (1960) 61.
106 i: agentes litúrgicos
280 Según Lapide las diversas opiniones acerca del ‘ángel’ pueden ser:
- La caridad de los cristianos. La caridad le da un nombre y una persona; el incienso
significa el fervor de los santos,
- Otros consideran al ángel como Cristo, el Ángel del gran consejo, que arroja su turíbulo
a la tierra como Cristo envió en Pentecostés al Espíritu Santo. Aquí, Cristo aparece como
un sacerdote con el turíbulo, mediador entre Dios y los hombres, ofreciendo su holocaus-
to en la cruz y enviando al Espíritu Santo.
- Otros lo consideran Gabriel u otro ángel importante.
- Otros lo consideran un ángel que asiste a los sacerdotes en la celebración, que les ayuda
a dirigir las oraciones y a ofrecer la víctima a Dios; así como los ángeles son custodios
de los celebrantes, así también vigilan que los sacrificios de oblación sean entregados a
Dios.
- Otros lo relacionan con el ángel del supplices (cf STh III,83,4,ad 9). Otros lo tienen
por san Gabriel, que se aparece a Zacarías, o por el ángel que se aparece a Manué (Jc
13,20), o a Gedeón (Jc 6,21). Cf Lapide, C (1881) Comentaria in Scripturam Sacram 21:
In Apocalypsin s Joannis, Vives, Paris, 188-189.
281 Así H Lietzmann: cf Heiming, O (1957) 47.
282 Cf Luecken, W (1898) 91; Darell, D H (1999) 135.
283 «Per intercessionem beati Michaelis arcangeli, stantis a dextris altaris incensi,
et ómnium electorum suorum, incensum istud dignetur Dominus benedicere, et in odo-
rem suavitatis accipere» MR (1570) 355.
284 «Egli sta per svolgere un compito che tradizionalmente è specifico di Michele
(cf Dn 10,21; 12,1 1Hen 40,9). Questo dato spinge Charles a identificare questo angelo
con un angelo anonimo della pace, che troviamo nel Testamento di Daniele e nel Primo
libro di Enoc, con ruolo di mediatore» Prigent, P (1965) 245; «Al sacrificio dell’incenso
nel tempio di Gerusalemme corrisponde il sacrificio celeste eseguito dagli angeli. Citerò
un testo del Testamento di Levi, ‘Nel quinto cielo si trovano gli angeli del Volto del Si-
gnore; compiono la liturgia e intercedono presso il Signore, per le ignoranze dei giusti.
Offrono al Signore il profumo del buon odore, l’oblazione ragionevole e non cruenta
cap 1: ángeles bíblicos 107
como una creatura espiritual. Para identificarlo con Cristo se debería presentar
al menos algún argumento teológico conforme con alguna tradición, lo cual
no fue demostrado285. En el Apocalipsis, Cristo es presentado como ‘Hijo de
hombre’ y no como ‘otro ángel’. El a;lloj (v 3) indica que es uno entre varios
de la misma categoría.
Siguiendo una interpretación inmediata, debemos pensar primero en el
ángel como creatura espiritual. Una creatura espiritual sería perfectamente
capaz de recoger y de unir las oraciones de los fieles y presentárselas a Dios.
Tal acción no necesariamente requiere de una persona divina.
Como el texto bíblico no le da un nombre al ángel, no haremos
especulaciones. La interpretación simbólica según la cual el ángel significa
la caridad de los cristianos, no estaría en contra de la ley de interpretación.
Mas aquí el ángel parece ser una persona y no un abstracto286.
Quizá para algunos puede parecer extraño que un ángel intervenga
como medianero y con función de intercesión. Esta posición ‘sacerdotal’ es
aceptada por los exegetas, porque el incienso era característico del sacerdote
del AT. La pregunta es: ¿Será que se introduce una figura tan central en el
texto de la Revelación sin dársele ningún título y tan indefinidamente? Esto
es así porque se supone que los ángeles actúan para Cristo y en nombre de
Cristo287.
Al sacrificio del incienso en el templo de Jerusalén corresponde el
sacrificio celeste ejecutado por los ángeles, según la literatura apócrifa. El
AT considera el ofrecimiento del sacrificio del incienso como un sacrificio
que solamente el sacerdote podía realizar en nombre del pueblo (cf Lv 16,40
[17,5] y otros). En la liturgia cristiana el incienso puede tener diversos
significados288, pero aquí se explicita su significado de oración de los fieles.
(lo,gikhn kai. avnai,makton qusi,an)’» Cothnet, E (1997) 193. Cf Morant P (1969) 165-
166.
285 Beale lo identifica con el ‘ángel de la presencia’, y como segunda opción,
con el propio Cristo, mas no da argumentos, es solo una suposición. No vemos ningún
fundamento para tal afirmación: «Another angel appears and stand by the heavenly altar.
This may be ‘the angel of the presence’ (Ascension of Isaias 63,9 and Jubilees 1,29) or
even Christ himself (as in 10,1 and 14,14). The altar in view is the altar of 6,9, under
which the souls of persecuted saints stand» Beale, G K (1999) 454.
286 Se podría usar una metáfora y decir que ‘la caridad de los fieles es como incien-
so, o como una oración que sube a Dios’. Mas aquí no parece ser el sentido, porque luego
el ángel arroja el turíbulo sobre la tierra.
287 También en Ap 7,2; 14,6 se habla simplemente de ‘otro ángel’. No se les dan un
nombre.
288 En la liturgia cristiana, el uso del incienso puede indicar la solemnidad de la
108 i: agentes litúrgicos
1.6.2. El Hijo del hombre, la menorá y las siete estrellas (Ap 1,12-20)
«Me volví a ver qué voz era la que me hablaba y al volverme, vi siete candeleros
de oro, y en medio de los candeleros como a un Hijo de hombre, vestido de una
túnica talar, ceñido el pecho con un ceñidor de oro. Su cabeza y sus cabellos
eran blancos, como la lana blanca, como la nieve; sus ojos como llama de fuego;
sus pies parecían de metal precioso acrisolado en el horno; su voz como ruido
de grandes aguas. Tenía en su mano derecha siete estrellas, y de su boca salía
una espada aguda de dos filos; su rostro, como el sol cuando brilla con toda su
fuerza. Cuando le vi, caí a sus pies como muerto. Él poniendo su mano derecha
sobre mí, dijo: “No temas, soy yo, el primero y el último, el que vive; estuve
muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de
la muerte y del Hades. Escribe, pues, lo que has visto: lo que ya es y lo que va a
suceder más tarde. La explicación del misterio de las siete estrellas que has visto
en mi mano derecha y de los siete candeleros de oro es ésta: las siete estrellas
son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros son las siete iglesias»
(Ap 1,12-20: BibJer 1642-1643).
La figura del Hijo del hombre es, sin duda, Cristo, que comparte el trono
hubo algunos que propusieron que esta visión reflejaba algún grado de la
liturgia de la sinagoga o de la Iglesia primitiva. Prigent argumenta que tal
liturgia sinagogal promovió la influencia dominante de la liturgia pascual de
la Iglesia propia de Juan [...] la influencia de Daniel y de Ezequiel es mucho
más obvia, porque están presentes no solamente las estructuras, sino también
las alusiones verbales298.
Beale busca paralelos para Ap 4-5, porque cree que está relacionado con
la apertura del templo celestial de Ap 11,19 y 15,5; cita también dos textos
del Testamento de Leví 5,1 y 18,6299. Tales relaciones se confirman por el
simbolismo que acompaña la escena: los ‘rayos y truenos’ se repiten tres
veces más en el libro (8,5; 11,19; 16,18). También recordamos que Ap 4-5
encuentra su modelo en Dn 7,9-14, si esta escena se comprende como una
visión de un templo-trono en el cielo300.
Peterson propone que examinemos Ap 4-5 en conjunto con Hb 12,22
«si queremos comprender la esencia del culto cristiano; pues si la Iglesia ha
abandonado la Jerusalén terrestre y su templo, si camina hacia la Jerusalén
celestial y su templo, también se pone en contacto, mediante el culto, con
los habitantes de la ciudad celeste, que son, seg ún nos dice la Epístola a los
hebreos, ‘los ángeles, los ciudadanos de la ciudad celestial y los justos
perfectos’. Por eso, todos los actos litúrgicos de la Iglesia deberían concebirse
como una participación de los ángeles en el culto terrestre o, al revés, habría
que concebir el culto terrestre de la Iglesia como unaparticipación en el culto
celeste tributado a Dios por los ángeles»301.
298 «There have been a number of proposals that this vision reflects to some degree
the liturgy of the synagogue or the early church [...] Prigent argues the this synagogue
liturgy provided the dominant influence on the paschal liturgy of John’s own church
[...] the influence of Daniel and Ezechiel is far more obvious, since not only are their
structures present, but so are verbal allusions to both» Beale, G K (1999) 312-313.
299 �������������������������������������������������������������������������������
«������������������������������������������������������������������������������
El ángel me abrió entonces las puertas del cielo y vi el templo santo y al Al-
tísimo sobre un trono de gloria» (5,1). «Los cielos se abrirán y desde el templo glorioso
bajará sobre él la santificación con la voz del Padre, como la de Abrahán a Isaac» (18,6).
300 «Revelation 4-5 [...] is probably linked to the opening of the heavenly temple
in 11,19 and 15,5 (cf también TestLevi 5,1: ‘the gates of heaven are opened; cf TestLevi
18,6). The link between 4,1 and 11,19 and 15,5 is confirmed further by the fact that the
phrase ‘flashes of lightning and sounds and thunders’ in 4,5 is repeated three times later
in the book [...] The ‘seven lamps’ in 4,5 allude to the lamps on the lampstand in the
temple. The altar of incense in 8,3; 9,13 and 16,7 appears in passages which allude to
the ch 4 vision. Recalling that Revelation 4-5 is modeled on Daniel 7, a temple depiction
would be enhances if Dn 7,9-14 could be understood as a vision of a temple-throne room
in heaven» Beale, G K (1999) 315-316.
301 Peterson, E (1935) 25-26.
cap 1: ángeles bíblicos 113
302 a) 4,2b-11 describe la sala del trono celestial, y concluye con la alabanza de los
cuatro seres vivos (4,9-11); b) la descripción del rollo sellado, y la cuestión sobre quién
sería digno de abrirlo (5,1-5) constituye una segunda sección; c) luego la visión de la
institución del Cordero con los himnos en 5,6-14.
303 Probablemente forman parte del consejo de Dios en el cielo, según las afir-
maciones de 3R 7,9s; Sl 89,8; Is 24,23 (los ancianos) y Dn 7,9s. También se los podría
entender como 12 patriarcas y los 12 apóstoles, representantes del AT y NT, o también
pueden significar los representantes de las 24 clases sacerdotales del AT. Nada nos cons-
tata que fueran ángeles, porque son distintos de los cuatros seres vivos y de los otros
ángeles.
304 Cf Ez 10,2. 20; Hb 9,5. En algunas partes son mencionadas tres órdenes: ‘los
serafines, los querubines y los ofanim’ (1Hen 71,7). La concepción de los querubines en
el NT es la misma que se encuentra en la literatura judaica apocalíptica.
305 Como ‘siervos de Dios’ (cf 19,10 y 22,9).
306 Peterson, E (1935) 111-112.
114 i: agentes litúrgicos
307 Cf Brighton, L A (1991) The angel of revelation: an angel of God and an icon
of Jesus Christ, UMI, Ann Arbor.
308 Cf Brighton, L A (1991) 7-13. Así, Vitorino de Pettau en el siglo IV, CSEL
(1965) 46,88; (cf PL 5,317); Gundry, R (1994) Angelomorphic christology in Revela-
tion, 660. Cf Gieschen, Ch (1998) 257.
309 En el primer capítulo de su obra, el autor presenta diversas y opuestas opiniones
acerca de interpretaciones exegéticas en la problemática sobre el ‘ángel de la revelación’
de Ap 10, comenzando con los textos de los Padres de la Iglesia y pasando por las más
diversas posiciones que presenta la exégesis moderna de critica textual.
En seguida, Brighton pasa a explicar el problema vetero-testamentario del
‘malak Yhwh’ y sus diversas teorías exegéticas. En el tercer capítulo investiga la cuestión
a partir de la literatura judaica y de los escritos apócrifos, para demostrar que entre los
ángeles de Dios hay algunos que aparecen con una misión única y destacada de entre las
de los otros.
310 Por ejemplo en el Apocalipsis de Sofonías encontramos un paralelo: «Entonces
me levanté, me puse en pie y vi un gran ángel que estaba de pie delante de mí. Su rostro
resplandecía como los rayos del sol en su gloria, siendo su rostro como el del que es
perfecto en su gloria. Estaba ceñido como (si llevara) un cinturón de oro sobre su pecho;
y sus pies eran como el bronce que se está fundiendo en el fuego. Cuando lo vi, me
alegré, pues pensaba que el Señor todopoderoso había venido a visitarme. Caí sobre mi
rostro y lo adoré. Me dijo: Pon tu atención en él; no me adores a mí. Yo no soy el Señor»
cap 1: ángeles bíblicos 115
del ángel con Dios314, mientras que el ‘rostro brillante como el sol’ indica
una relación con Cristo315. El ángel actúa bajo la autoridad de Dios, pero
representa a Cristo en su mensaje de mediación. Brighton sustenta su tesis
comparando los diversos símbolos, en los que hay semejanzas pero también
diferencias. Por ejemplo, los rostros no son idénticos. El rostro del Hijo de
hombre (1,16: h` o;yij auvtou/ w`j o` h[lioj fai,nei evn th/| duna,mei auvtou/) brilla
como el sol. En cambio, el rostro del ángel (10,1: pro,swpon auvtou/ w`j o`
h[lioj) es como un reflejo del sol. Todos los símbolos que Brighton examina
son importantes.
El ángel no habla a la Iglesia, sino que comunica y hace de medianero
del mensaje a Juan (10,2) conforme a un mandato recibido del cielo. El ángel
no abre el libro como lo hace el Cordero, porque éste ya está abierto cuando
lo entrega a Juan316. El ángel jura en nombre del Altísimo (10,6); Cristo no
lo haría así, aunque Dios también podría jurar por sí mismo. Ante todo, la
expresión ‘otro ángel’ (10,1) indica que hay otros de la misma categoría, lo
que nos hace pensar que es una creatura.
Concluyamos: Tenemos en Ap 10 una aparición angelo-teofánica. El
ángel está actuando bajo la autoridad de Dios y al servicio de Jesucristo. Su
estatura gigantesca quiere indicar, ciertamente, la importancia de su misión
que es una misión profética. No actúa solo, sino en interacción con los ‘siete
truenos’, y luego es la ‘voz del cielo’ que habla con el vidente. En seguida,
Juan debe medir el templo, como lo hace el ‘hombre’ de Ez 40,3-42.
Las dos figuras celestiales y majestuosas del ‘Hijo del hombre’ y del
‘ángel de la revelación’ son presentadas con características semejantes, pero
también con claras diferencias. Jesús es el objeto y contenido del mensaje,
el ángel es un siervo. La misión del ángel es ante todo una misión profética,
anuncia lo que acontecerá en el futuro, y manda también a Juan a profetizar.
Por lo tanto no creemos que sea idéntico con el Hijo del hombre.
El ángel de Ap 18,1
El texto dice: «Vi a otro ángel descender del cielo, que tenía gran poder,
y la tierra fue iluminada con su gloria». La expresión ‘otro ángel’ (a;llon
a;ggelon), que quiere decir uno entre varios, indica una creatura espiritual.
El ángel hace un anuncio y luego se escucha otra voz distinta desde el cielo.
No nos consta que debamos identificarlo con Cristo o con el Espíritu Santo.
317 Prigent, P (1965) 462. Prigent identifica al Hijo del hombre de 14,14 con el
personaje de Ap 1,13, porque en ambos se usa la misma terminología. Mientras en 1,13-
16 posee símbolos angélicos, en 14,14, Jesús está integrado a un grupo de ángeles.
318 El texto nos presenta la siguiente situación:
1. Se presenta a uno como Hijo del hombre en medio de seis ángeles.
2. Es seguido por ‘otro ángel’ (v 15), lo que da la impresión de que el ‘Hijo el hombre’
es como uno entre ellos, aunque la expresión a;lloj a;ggeloj que se repite varias veces, se
refiere al mismo término anterior, es decir, al ángel mencionado en Ap 14,6.
3. El Hijo del hombre ejecuta una función semejante a la de uno de los ángeles (echa la
hoz). Aunque los ángeles son llamados segadores (Mt 13,38), aquí el echar la hoz es un
acto simbólico.
4. Su apariencia es semejante a la de un hijo de hombre, pero también tiene características
angélicas. Lleva una corona, como los ancianos, que también son figuras angelo-mórficas.
319 Esta orden del ángel no necesariamente debe ser considerada como una orden
con autoridad, sino antes bien como una súplica.
cap 1: ángeles bíblicos 119
sea igual a ellos. Lo que le distingue es que está ‘sentado sobre la nube’, lo
que hace la diferencia entre el ser divino y una creatura.
Peter Carrell320 identifica al Hijo de hombre en 14,14 con Cristo, pero
menciona también algunas dificultades. Uno de sus argumentos para
tal identificación es el uso de la misma expresión de Ap 1,13 ‘o[moion
ui`o.n avnqrw,pou’; otro, es el ‘estar sentado sobre la nube’, lo que indica la
condición divina. Llegamos a la conclusión de que la figura es una aparición
de Jesucristo y sugiere que las características angélicas y su interpretación
pueden estar en los términos de que también posee una naturaleza humana.
La representación de Jesucristo en 14,14 está fuertemente influenciada
por la angelología. En su estado elevado y según las funciones (echar la hoz)
Jesús aparece como el séptimo ángel, rodeado por una serie de seis figuras, lo
que atestigua una cristología del ‘Enviado’, que perdura todavía en Hermas,
Justino321 y otros autores.
Cristo vencedor, acompañado por los ángeles
«Vi el cielo abierto, y había un caballo blanco; el que lo monta se llama ‘Fiel’
y ‘Veraz’; y juzga y combate con justicia. Sus ojos, llama de fuego; sobre su
cabeza, muchas diademas; lleva escrito un nombre que sólo él conoce; viste
un manto empapado en sangre, y su nombre es: Palabra de Dios. Los ejércitos
del cielo, vestidos de lino blanco y puro, le seguían sobre caballos blancos.
De su boca sale una espada afilada para herir con ella a los paganos; él los
regirá con cetro de hierro; él pisa el lagar del vino de la furiosa cólera del Dios
Todopoderoso. Lleva escrito un nombre en su manto y en su muslo: Rey de
reyes y Señor de señores» (Ap 19,11-16: BibJer 1657).
Cristo se encuentra en medio de sus ángeles. El jinete sobre el caballo blanco
es el Señor, con los mismos atributos que conocemos de los capítulos 1 y 3322.
Sus compañeros son los del ejército del cielo, vestidos de lino blanco.
Comúnmente se acepta que los caballeros que forman el ejército celestial son
los ángeles. Son los ejecutores del castigo divino sobre los ángeles rebeldes y
323 «En el tercero se encuentran las fuerzas de los ejércitos, dispuestas en el día del
juicio a tomar venganza de los espíritus del error y de Beliar» Testamento de Leví 3,3:
Diez Macho, A (1982) V, 47.
324 Cf Prigent, P (1965) 464.
325 Una alusión a Ap 19,11-16 (Cristo sobre el caballo seguido por los ejércitos
angélicos) quizá se puede encontrar muy temprano entre las prácticas litúrgicas de la
iglesia de Roma. Para las misas solemnes papales, el papa iba a caballo, acompañado
de los siete arquidiáconos, también a caballo, en procesión hasta dentro de la basílica
del Letrán. Los siete diáconos son imágenes de los ángeles que acompañan a Cristo
en su combate final. Así lo relata Righetti: En la procesión “segono a cavallo i sette
diaconi regionari coll’arcidiacono in testa, accompagnati dai loro suddiaconi respettivi”
Righetti, M (1966) III, 160-161.
cap 1: ángeles bíblicos 121
1.7. Evaluación
Evidentemente no hemos tratado de forma exhaustiva estos ejemplos
bíblicos sobre ángeles que se destacan en el libro del Apocalipsis. Hemos
presentado los resultados de estudios exegéticos de algunos autores, para
333 «On peut relever, par exemple, la fonction liturgique des anges et considérer
qu’il est normal que, dans un tradition monothéiste, les êtres célestes soient proposés
comme adorateurs et célébrants de la majesté divine [...] La réponse divine est figurée
dans la suite de la liturgie» Ponthon, J (1987) 305.
334 «L’Apocalypse johannique a été élaborée à l’intérieur d’une tradition
croyante que admettait, entre autres, l’existence et l’action d’êtres intermédiaires [...]
elle implique la nécessité d’un engagement immédiat et inconditionnel [...] condition
conflictuelle où les anges et les démons font figure de modèles antagonistes et d’acteur
‘supra-historiques’, sans que leur interventions paraissent atténuer les responsabilités
humaines» Ponthon, J (1987) 309.
cap 2: nombres angélicos bíblicos 125
Los diversos nombres que se atribuyen a los espíritus puros creados nos
pueden acercar a una mejor comprensión de su ser y sus diversas tareas.
Mientras el término ‘ángel’ indica un individuo, los términos que ahora
trataremos presentan a los ángeles en grupos, aunque, ocasionalmente,
también en forma singular.
346 Muy bien lo expresa Job (12,17): «Él hace andar a los consejeros despojados
de consejo, y hace enloquecer a los jueces», lo que indica la soberanía de Dios sobre su
consejo celestial. San Pablo, con su pregunta retórica: «¿Quién fue su consejero?» (Rm
11,35, cf Jr 23,18), quiere indicar, que ni siquiera los ángeles son capaces de dar ense-
ñanzas o consejos a Dios, que este título aplicado a los ángeles es simplemente un título
de honor.
347 “Porque no hará nada el Señor Yhwh, sin que revele su secreto a sus siervos
los profetas” (Am 3,7). Por lo contrario, en Jb 1,6 y 2,1, donde se presenta junto con los
ángeles también Satanás, no se habla de un consejo, sino simplemente de ‘presentarse
ante el Señor’ (parasth/nai evnw,pion tou/ Kuri,ou). El diablo no puede ser miembro del
consejo, pero en el juicio de Dios puede presentarse como acusador.
348 La palabra es la traducción de ‘ezah’ y no de ‘sod’, por lo que se debe traducir
como ‘consejo’ en el sentido de aconsejar, que se refiere a la determinación divina de
llevar a cabo la encarnación y salvación.
349 Ejemplos concretos encontramos en los apócrifos del AT (cf AscIs 12, TestAbr
14).
cap 2: nombres angélicos bíblicos 129
350 Cf Krappe, A H (1933) Bene Elohim (Gn 6,2), SMRS 9. Winter, P (1955) Der
Begriff ‘Söhne Gottes’ im Moselied Dtn 32,1-43. Dussaud, R (1957) Yahwe, fils de El:
Ugaritica, Dtn 32,8: Syr 34, 232-242. Herrmann, W (1960) Die Gottessöhne, Zeitschrift
für Religion und Geistesgeschichte 12, 242-251. Schlisske, W (1973) Gottessöhne und
Gottessohn im Alten Testament. Phasen der Entmythologisierung im Alten Testament,
BWANT 97, Stuttgart, 58-71. Fabry, H J (1974) Ihr alle seid Söhne des Allerhöchsten‘
Ps 82,6: BiLe 15, 135-147. Cunchillos, J L (1976) Cuando los ángeles eran dioses,
Universidad Pontificia, Salamanca. Clines, D J A (1979) The significance of the Sons of
God: JSOT 13, 33-46. Höffken, P (1983) Werden und Vergehen der Götter. Ein Beitrag
zur Auslegung von Psalm 82: ThZ 39, 129-137.
351 «Avergüéncense todos los que sirven a las imágenes de talla, los que alaban
a los ídolos: Los dioses todos a él se encorven» (Sl 97,7). Y «Alabarte he con todo mi
corazón: Delante de los dioses te cantaré salmos» (Sl 138,1).
352 Cf Enciso, J (1944) Los hijos de Dios en Gn 6,1-4, EstB 3, 189-277. Kolaska,
A (1953) Gottessohn und Engel in den vorexilischen Büchern des AT, Diss. Wien. Dexin-
ger, F (1966) Sturz der Göttersöhne oder Engel vor der Sintflut? (Gn 6,2-4), Herder,
Wien.
130 i: agentes litúrgicos
justos. Aplicado a los seres humanos, los LXX lo traducen en Gn 6,2 con la
expresión ui`oi. tou/ qeou/. Aplicado a los ángeles en Jb 1,6; 2,1; 38,7; Sl 29,1;
89,7, lo que los LXX traducen como a;ggeloi tou/ qeou/ y no se traduce con la
palabra ui`o,j, porque ellos no son engendrados353. El término hebraico ‘ben’
es más amplio e incluye una filiación no solamente carnal sino espiritual354,
y se lo puede entender como ‘adeptos’355.
De los ~yla ynB (‘bené elim’) de Sl 29,1 y 89,7 casi no se diferencian los
~yhlah ynB (‘bené ha_elohim’) de Jb 1,6; 2,1; 38,7, así como los ‘elohim’ de
los Salmos 81(82),1.6 y 97,7.9. Así como con las demás denominaciones,
con el ‘bené elohim’ encontramos la misma problemática de ser un término
equívoco, que se aplica igualmente a los ángeles y a los hombres. A primera
vista se podría pensar que la expresión ‘hijos de Dios’ se refiere al pueblo
de Israel, mas los LXX la traducen frecuentemente por a;ggeloi356, cuando
se trata de ángeles. En los Salmos 28 y 89, los LXX traducen ui`oi/j qeou/,
mientras la RVA traduce ‘hijos de los poderosos’, o la Biblia de Jerusalén
traduce ‘hijos de los dioses’:
«¿Quién será semejante a Yhwh entre los hijos de los poderosos?» (Sl 89,7).
«¿Quién a Yhwh se iguala entre los hijos de los dioses?» (Sl 89,7: BibJer 748).
En Dt 32,43, la RVA traduce:
«Regocíjense, cielos (ouvranoi), póstrense ante él todos los hijos de Dios,
regocíjense naciones con su pueblo, y fortalézcanse todos los ángeles de Dios,
357 ‘Euvfra,nqhte ouvranoi, a[ma auvtw/| kai. proskunhsa,twsan auvtw/| pa,ntej ui`oi. qeou/
euvfra,nqhte e;qnh meta. tou/ laou/ auvtou/ kai. evniscusa,twsan auvtw/| pa,ntej a;ggeloi qeou/’.
Hay discrepancias entre los LXX y el texto masorético, donde dice solamente: ‘porque
vengará la sangre de sus siervos (wydb[-~d)
358 Winter explica el sentido del Dt 32,43 de esta manera: «Así como Dios en el
cielo recibe la gloria de parte de los ejércitos de ángeles, así en la tierra, al pueblo de Dios
se le debe ofrecer la honra, de parte de los pueblos que están precedidos por los ángeles»
Winter, P (1955) 45. No podemos entrar en más detalles, mas si es así, muestra la fe de
Israel en la presencia litúrgica de los ángeles como hijos de Dios y una cierta correspon-
dencia entre cielo y tierra.
359 Cristo “vino a este mundo [...] y a los que lo recibieron les dio el poder de
volverse hijos de Dios” (e;dwken auvtoi/j evxousi,an te,kna qeou/ gene,sqai). Esto se refiere
ciertamente a los hombres, porque los ángeles ya se habían decidido en su propia prueba.
132 i: agentes litúrgicos
360 Cf Procksch, O (1932) a;gioj( ktl: TWNT I, 89-93. Noth, M (1926) Zur Kom-
position des Buches Daniel, Theologische Studien 48-49, 143-163. - (1960) Die Heiligen
des Allerhöchsten, Kaiser, München. Zolli, E (1950) Die Heiligen im Psalm 16: ThZ 6,
Basel, 149-150. Dequeker, L (1963) Les Quedosim du Ps 89: ETL 39, 469-484. Coppens,
J (1963) Le Saints dans le Psautier: ETL 39, 485-500. Schedl, C (1963) Die ‚Heiligen’
und die ‚Herrlichen’ in Psalm 16,1-4: ZAW 76, 171-175. Dexinger, F (1969) Das Buch
Daniel und seine Probleme, Bibelwerk, Stuttgart. Collins, J J (1974) The son of man and
the saints of the Most High, JBL 93. Hofius, O (1992) Gemeinschaft mit den Engeln im
Gottesdienst der Kirche: ZThK 89, 172-196.
361 La palabra griega ‘hierós’ es usada en el mundo helénico, para designar los
santuarios, los sacerdotes y lo santo del mundo pagano. En el mundo helénico la palabra
griega a[gioj es usada para designar a los dioses. De las divinidades orientales el uso
de la palabra pasó a la cultura griega. No se usó la palabra a[gioj para seres humanos
relacionados con el culto divino, a estos se les designa con la palabra a,gnoj (puros).
Solamente en el tiempo helénico posterior se usa también a[gioj, por la influencia oriental.
Agioj aparece entonces como un equivalente del ‘qadosh’ hebraico. Cf Procksch, O
(1932) TWNT I, 89.
362 Cf Procksch, O (1932) TWNT I, 89.
363 Cf Procksch, O (1932) TWNT I, 89.
cap 2: nombres angélicos bíblicos 133
está caracterizado por la santidad. Mientras que la ‘gloria’ designa más bien
un aspecto divino por una manifestación exterior, es decir, su esplendor hacia
fuera; la ‘santidad’ describe su esencia interior.
Porque Dios vive en medio de su pueblo, Israel debe ser un ‘pueblo santo’
(Dt 7,6; 26,19) en contraposición a los pueblos paganos. El AT distingue
entre cosas santas (o santificadas) y personas santas. En lo que se refiere a
las personas, a veces se trata de los ángeles, otras veces parecen ser hombres,
así persiste la dificultad de interpretación. Distinguimos entre ‘un santo’ (los
santos), ‘los santos del Altísimo’, ‘la asamblea de los santos’. Este último
término lo encontramos en Jb 5,1; 15,15 y en los Salmos364.
Los ángeles de Dios participan en la santidad de Dios, y por eso la Biblia
los llama ‘santos’ - ~yvdq (‘qedoshim’). Tal calificación de la santidad está
fundamentada sobre su unión con Dios y su visión beatífica en el cielo365. Así,
se supone que en el Antiguo Testamento los ‘santos’ serían los ángeles366. En
Dn 7,18-27 se usa el término ‘santos’ para el pueblo (seres humanos), pero
aquí se refiere a una visión y se trata de un pueblo del futuro.
El título, que se refiere a los ángeles, lo encontramos en Sl 16,3; 89,6.8;
Dn 4,8.9; 4,11.14.18.20. En Dn 7,18.22 se habla de los ‘santos del Altísimo’.
También en Jb 5,1 y Za 14,5 se habla de los santos como un grupo de personas
que se refieren a los ángeles367.
364 Es la ‘asamblea de los santos’ sobre la que canta el inspirado salmista: «Los
cielos proclaman tus maravillas Señor, y también tu fidelidad en la asamblea de los san-
tos [...] Dios es muy temido en el consejo de los santos» (Sl 89,6.8). Y también el profeta
se refiere a esa asamblea: «El Señor mi Dios vendrá con todos sus santos con él» (Zac
14,5). El profeta Daniel se refiere a los ángeles, cuando en su visión escucha a los santos
hablando uno al otro: «Escuché a un santo que hablaba, y a otro santo que decía al que
hablaba» (Dn 8,13).
365 Santificados por la infusión de la gracia divina, perfeccionados por su colabo-
ración individual y su perseverancia durante el período de su prueba, los santos ángeles
están ahora confirmados en la gracia y disfrutan la eterna visión beatífica de Dios. Son
santos, hijos de Dios, ministros de la corte del cielo, miembros de la casa de Dios.
366 Habitualmente, en el AT, en vez de hablar de hombres santos, se habla de
«hombres justos» o de «hombres agraciados por Dios», usando para estos últimos la
expresión hebraica ~ydsx (‘jasidim’), que viene de dsx (‘jesed’ = gracia). Los ‘santos’ en
el AT serían los ángeles, aunque desde el inicio está la invitación de ser santos por andar
en la presencia de Dios (cf Lv 44,11). Más tarde también el pueblo de Israel como tal es
llamado santo. El atributo santo se refiere más bien a un colectivo, como una asamblea
santa, pero no a un individuo.
367 Pr 2,8: ‘preserva el camino de sus santos’; Dn 4,17: ‘por decreto de los vigilan-
tes, y por dicho de los santos’; cf Dn 14,18; 5,11; 5,14. En Dn 4 es el rey Nabucodonosor
que afirma acerca de Daniel, que en él habita el ‘espíritu de los dioses santos’ (pneu/ma
qeou/ a[gion). Mas el rey es pagano y no entiende los conceptos en el mismo sentido que
134 i: agentes litúrgicos
Junto con los ángeles, los fieles participan ya desde ahora en la herencia
celestial; ya se encuentran en el ambiente de la ‘luz’, de la salvación y de la
cercanía de Dios, ‘quien los sacó del poder de las tinieblas’. No se habla aquí
expresamente acerca de la liturgia, sin embargo, se puede suponer con buenas
razones, que el autor de la Carta a los colosenses, encontró precisamente en
la liturgia aquél lugar, donde se expresa y se manifiesta la comunión con los
ángeles.
Los que creen en Cristo, son ‘conciudadanos de los santos y miembros
de la familia de Dios’ (sumpoli/tai tw/n a`gi,wn kai. oivkei/oi tou/ qeou/ - Ef
2,19). Como ya se vio en Ef 1,18, la expresión ‘santos’ se refiere aquí a
los ángeles de Dios. Lo que se refiere a los oikéioi – los de la casa de Dios,
podemos suponer un fondo cultual375.
Los miembros de las comunidades cantan salmos, himnos y cánticos
espirituales, han sido arrebatados y colocados en el cielo, y están junto
con Cristo en el ambiente celestial. Su alabanza litúrgica se debe entender
solamente, como lo afirma 1QH 3,23; 11,14, como una alabanza común con
los ángeles376.
Después del resumen de Proksch y Hofius presentamos los resultados de
algunos estudios hechos sobre el título ‘santos’ en el AT, a saber, de Martin
Noth, Luc Dequeker, Joseph Coppens y de Claus Schedl. No se ha podido
resolver por completo una cierta ambigüedad del termino ‘santos’, mas
queda claro que en muchos casos se está hablando de los ángeles.
Proponemos las citas de los libros de Job, los Salmos, Daniel y Tobías,
y presentamos la cuestión de modo resumido. ¿Quiénes son los ‘santos del
Altísimo’, a los que el reino futuro será prometido? Se pensó en el pueblo
judío, a los que los profetas anunciaron la venida del reino de los cielos, en
el cual ellos serán los beneficiarios (cf Mt 3,2).
guientes citas: Dt 33,3; Sl 89(88),6.8; Jb 5,1; 15,15; Za 14,5; Dn 4,10.14; 8,13; Ex 15,11
LXX ; Is 57,15 LXX ; Am 4,2 LXX ; Sir 42,17; 45,2 LXX; Sb 5,5; Jub 31,14; Hen-etiop
1,9; 1QS 11,8; 1QSb 3,26; 1QH 3,22; 10,35; 1QM 10,12; 12,1.4.7; 1Q36 113; 4Q181
114; 4Q400 1I 2f.15 .19 11 6; 4Q403 1124.31.40; 4Q405 23II.11. En el Nuevo Testamen-
to: Col 1,12; Ef 1,18; 2,19.
Col 1,12 que parece ser citación literal de textos de Qumrán «damos gracias
al Padre que os hizo aptos para participar en la herencia de los santos de la luz (o: los
que están en la luz)».
375 Por ejemplo se encuentra en el Sl 84(83),5: «Bienaventurados los que habitan
en tu casa. Continuamente (eternamente) te alabarán». Cf también Sl 22(23),6; 26(27),4;
35(36),8ss; 64(65),5; 91(92),14, que presentan el mismo sentido.
376 Cf Hofius, O (1992) 188-189.
136 i: agentes litúrgicos
Según Otto Procksch, y junto con él también Ernst Sellin y Martín Noth,
la expresión de los santos del Altísimo, son los ángeles como seres celestiales.
El argumento de Procksch es que, entre la parte aramaica del libro de Daniel,
el término ‘santos’ puede significar tanto la divinidad (Dn 4,5.6.15; 5,11),
como también los seres celestiales (Dn 4,10.14.20).
Más tarde, Martín Noth retoma el problema a fondo, desarrolla el
argumento escriturístico, donde la expresión ‘los santos’ es aplicada
paralelamente con aquella de ‘hijos de los cielos’. Todo deja creer, concluye
Noth, que los ‘santos del Altísimo’ de Daniel son los seres celestiales. Así, al
menos, fue el sentido original, y sólo posteriormente entraron también otras
interpretaciones, como que los santos podían referirse al pueblo de Israel377.
Noth examina también la expresión hebraica, paralela a la de Daniel,
que se encuentra en el Documento de Damasco378. A saber, los ‘santos del
Altísimo’. Allí se reserva tomar una decisión, sobre si se trata de los ángeles o
de los miembros de la comunidad. Pero esto se explica porque muchos textos
de Qumrán que hoy se conocen, en aquél tiempo no estaban disponibles
para el profesor Noth, y la expresión !ynAyl[ yvyDq (‘qadishe elyonin’) aparece
solamente una vez en el Documento de Damasco.
Sigmund Mowinckel379 sostiene, que el término ‘los santos’ si no
está acompañado por otro atributo, en el AT se refiere siempre a seres
espirituales380. La diferencia se nota por ejemplo en Lv 22,2.3.15, donde
el sustantivo ~yvdQ (‘qodashim’) apunta a las cosas santas y cultuales. Al
contrario, la forma ~yvdQ (‘qedoshim’) se refiere a personas. Mientras que el
término, antes reservado a los dioses cananeos, dentro del vocabulario bíblico
ha sido considerado como un título dado, por excelencia, a los ángeles381.
Dentro de la Biblia, el término ~yvdQ está ligado al nombre divino ‘El’.
Esto hace pensar en la fórmula arcaica, de que Dios está presente entre
su compañía de la corte celestial. Un vestigio de esta fórmula, visto en el
sentido mitológico, se encuentra quizá en el original hebreo de Ecl 42,17 yvDq
(‘qadoshi’) y en Jb 15,13-15 wyvdq (‘qedoshaw’), es decir de Dios.
Luc Dequeker382 se dedicó a estudiar el término en el libro de Daniel.
«Mientras yo miraba, que este cuerno hacía la guerra a los santos y los iba
subyugando, hasta que vino el Anciano a hacer justicia a los santos del Altísimo, y
llegó el tiempo en que los santos poseyeron el reino» (Dn 7,21-22b: BibJer 1214).
Dequecker hace la distinción entre ‘los santos’ (Dn 7,21.22b (25b), y la
expresión que se considera como más antigua y más primitiva: ‘los santos
del Altísimo’ (Dn 7,18.22a.25a.27a)383. Las dos expresiones no encierran el
mismo significado.
El término !yvyDq (‘qadishin’, de v 21) podría referirse ahí a los !ynAyl[ yvyDq
(‘qadishé élyonin’), y a partir de entonces, significa, tanto como esta última
expresión, los ejércitos de los cielos, la corte celestial de Yhwh. Lo mismo
en la expresión ‘pueblo de santos’ - ~yvdq-~[ (‘am qedoshim’) (Dn 8,24), los
‘qedoshim’ pueden comprenderse como ángeles que son asignados con el
atributo vAdq (‘qadosh’) en este mismo capítulo de Dn 8,13:
«Oí entonces a un santo que hablaba, y a otro santo que decía al que hablaba:
¿Hasta cuándo durará la visión del sacrificio continuo?» (BibJer 1215-16).
En Daniel, los ‘santos del Altísimo’ reciben el reino, ellos serán los
portadores de un reino divino, que “poseerán por la eternidad” (v 18). “Todo
el poder de los reinos de este mundo y la grandeza real les serán dados”
(v 27a). En este reino universal, el Hijo del hombre será el rey: “todas las
dominaciones le servirán y le obedecerán” (v 27b). Aquí se trata de una
visión escatológica y por lo tanto podemos pensar que se está hablando de
seres humanos. Según Luc Dequeker, tenemos aquí un equivalente hebraico
a la expresión de Daniel en arameo384.
a Dios al estilo de los sacerdotes y de los levitas, habría sido extendida a los
simples fieles; o, en fin, la noción de santidad sagrada, ritual, cultual, habría
sido espiritualizada y transpuesta al nivel ético, perdiendo toda referencia al
culto público. Mas no sería exacto querer excluir toda resonancia cultual del
término ‘qedoshim’ incluso en Sl 34,9, donde dice: ‘Temed al Señor, vosotros
sus santos, pues nada les falta a aquellos que le temen’, aquí se incluye a los que
ofrecen sacrificios espirituales. El vocablo expresa una pertenencia y, entonces,
una consagración a Dios»386.
En cuanto a la aproximación del pueblo con los ángeles, se anuncia que
en Dn 7,27 y 8,24, en el que el pueblo elegido se vuelve el pueblo gobernado
por los ‘santos’ o ‘santos del Altísimo’, es decir, por la milicia y la corte
celestiales, o bien por los levitas piadosos.
En la comunidad de Qumrân, se extendió la santidad levítica a todos los
miembros de la secta y su asimilación a la condición de los ángeles, a los que
tuvieron un papel de primer plano.
«En cuanto al cristianismo naciente, si la comunidad de Jerusalén parece haber
introducido el término ‘santo’ para marcar la pertenencia de los primeros
cristianos a la esfera de santidad ritual que fue el judaísmo, no tardó en valorizar
sobre todo el aspecto ético de la santidad, y no olvidó que, entre las criaturas
puras, los ángeles merecen en primerísimo lugar el título de ‘santos’, conforme
a la concepción del Antiguo Testamento de la cual encontramos un eco en los
Salmos (Mc 8,38; Lc 9,16; Hch 10,22; 1Ts 3,13; 2Ts 1,10; Ap 14,10; tal vez Ef
2,19)»387.
Coppens vio problemático solamente el Salmo 16, que se compone
de cuatro poemas y es más difícil de entender. Estamos con un salmo de
confianza, es decir, un salmo cuyo género literario parece posterior al de la
súplica y de la acción de gracias. En el mismo año, Claus Schedl estudia Sl
16,1-4 y usa un manuscrito supuestamente más antiguo. De esta manera,
es capaz de ofrecer una nueva traducción388. Schedl critica, que casi todos
los comentarios, que se encuentran al respecto, consideran al texto difícil e
incomprensible. Para estos autores, los ‘qedoshim’ serían los ‘santos en la
tierra (de Israel)’, es decir, los ‘jasidim’, los fieles piadosos, o los sacerdotes
levíticos, santificados por Yhwh. Schedl ofrece correcciones, desarrolla su
explicación en base a la gramática hebraica y llega a la conclusión de que
por los ‘qedoshim’ se debe entender originalmente a seres celestiales no
Un substantivo que tiene más relación directa con la liturgia, sería propiamente
la expresión “liturgo”, que en algunos casos se aplica a los ángeles.
397 «Auf das Gebet des Mose aber (neben der Darbringung von sühnendem
Räucherwerk) wird in Sb 18,21 der Begriff der leitourgia angewandt, auf die Anbetung
Gottes durch die Engel in Dn 7,10. Vgl ferner TestLevi 3,6, wo allerdings der Begriff
leitourgia selbst nicht verwendet wird» Strathmann, H (1942) 233.
398 «Die neue Gemeinde hatte keine Priester, weil sie aus lauter Priestern bestand»
Strathmann, H (1942) 235.
399 Cf Ignacio de Antioquía, Carta a la comunidad de Filadelfia 9,1.
400 Cf Clemente de Alejandría, Excerpta a Theodoti 27,2; Stromata VI,17,157,4;
Metodio, Ressurectio I 49,1-4, entre otros.
401 «L´Hébreu mishnique emploie souvent la locution ‘mal’aké ha-shárét’ pour
qualifier les anges qui de façon constante assurent le service liturgique honorant la
majesté divine» Caquot, A (1988) 421.
402 «Le ‘serviteur’ est souvent un prêtre [...] comme un ‘Ange de la Face’ tu seras
dans l’entourage officiant dans le palais royal [...] Si les anges sont des serviteurs, c´est
surtout semble-t-il en tant qu’agents du culte céleste» Caquot, A (1988) 422.
cap 2: nombres angélicos bíblicos 143
403 Para no usar la palabra ‘mediador’, que reservamos únicamente para aplicar a
Cristo, usamos para los ángeles la palabra ‘medianero’.
404 Cf Oepke, A (1942) mesi,thj: TWNT IV,602-629. Vanhoye, A (1978) Un
médiateur des anges en Gal 3,19-20, Bib 59/3, 403-411.
405 También el arcángel Rafael fue un medianero semejante para Tobit, cuando se
le revela al regreso del viaje: «Cuando tú rezaste con lágrimas, y cuando enterraste a los
muertos [...] ofrecí mis oraciones a Dios» (Tb 12,12). La oferta de la oración humana y
sus buenas acciones para Dios es un acto de mediación.
406 La palabra griega mesi,thj tiene muchos significados en el uso lingüístico
heleno. Puede indicar 1) una persona de confianza, 2) una persona neutra como juez
que va negociando la paz entre dos partidos. Puede indicar también 3) un sujeto que está
simplemente «en medio» (en sentido local), o también puede ejercer ciertas funciones
como 4) uno que hace los contactos, una ‘palanca’. Puede tener la función de 5) un fiador
o una persona a quien se le confían los bienes en discusión, puede ser 6) un enviado
que actúa e negocia en nombre de otro. La palabra hebrea melis (#ylm) puede significar
además 7) el traductor o intérprete, o 8) el luchador, quien decide la guerra entre dos
ejércitos por un duelo (por ejemplo, entre Goliat y David), o también 9) el testigo o
defensor. Cf Oepke, A (1942) 605.
407 Cf Vanhoye, A (1978) 407-408.
408 «La ley fue promulgada mediante ángeles por mano de un medianero» (Gal
3,19).
144 i: agentes litúrgicos
como liturgos para transmitir las oraciones de los hombres (cf Ap 8,2-5).
Antes de la ascensión del Redentor, antes de que las puertas del cielo
fueran abiertas para la humanidad salvada, los santos ángeles habían sido
los medianeros e intercesores en el cielo. Esta mediación no se interrumpió
después de la realización de la obra de la redención, porque también la Reina
del cielo y todos los santos se hicieron nuestros intercesores en unión con
Cristo, el divino Mediador.
La mediación fuera de la Biblia ha sido aplicada en muchos sentidos, entre
los cuales también se incluyen fuerzas cósmicas. En el Antiguo Testamento,
pero principalmente en el judaísmo helénico, los ángeles son los medianeros
entre el cielo y la tierra. Como diaith,thj asumen la responsabilidad de
reconciliadores409.
¿Los ángeles no contradicen la ‘única’ mediación de Cristo?
La expresión ‘único mediador’410, se debe entender que toda mediación
depende de Cristo y es realizada por él411. El texto de 1Tm 2,5 dice: «uno
es Dios y uno también el mediador entre Dios y los hombres». El texto no
excluye que haya otros medianeros si están subordinados a Cristo y en la
medida en que participan de él.
La cuestión presenta otra dificultad en lo referente a la relación entre el
ministerio de los ángeles y el sacerdocio de Cristo. En la Iglesia los ángeles
no actúan con autonomía propia sino por orden de Cristo, porque libremente
se le someten. Frecuentemente se aduce que Cristo mismo ha asumido lo que
antes era el ministerio de los ángeles, y que los ángeles colaboran solo como
mensajeros, especialmente en lo que se refiere al destino del hombre, porque
todo es gobernado por la providencia del Padre y así lo ha dispuesto: «Ha
dado órdenes a sus ángeles» (Sl 90,11).
409 En en el Testamento de los doce patriarcas se dice del ángel que intercede por
Israel. El autor los ve como medianeros entre cielo y tierra. Cf Oepke, A (1942) 621.
410 Cf Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium 8, 14, 28, 41,
49, 60, 62.
411 Cristo es ‘Primogénito’ (Rm 8,29; Col 1,18) mas no según su nacimiento, sino
que quiere decir que ocupa el primer rango entre los demás, “para que en todo tenga el
primado” (Col 1,18). En Col 1,15 es el Primogénito de toda creación (prwto,tokoj pa,shj
kti,sewj), porque “es la imagen del Dios invisible” (v 15), porque “en él fueron creadas
todas las cosas” (v 16). Esto le pone en una posición única de mediador, que ya existía
antes de la creación del mundo. Cristo es mediador de la creación, de la salvación y de la
revelación, es el ‘Alfa’ y el modelo para toda la creación, porque todo ha sido creado en
vista de él. En este sentido, él es la puerta (Jn 10,9) y no hay otra mediación fuera de él.
Si hay otros medianeros, estos serán diferentes de la mediación de Cristo, aunque están
sometidos a él y dependen de él.
cap 2: nombres angélicos bíblicos 145
412 «Cristo come il Figlio di Dio (Eb 1,5-14) e come il fratello degli uomini (Eb
2,5-18). Il suo nome è dunque «ben differente» rispetto a quello degli angeli, che non
sono né l‘uno né l‘altro. L‘autore ci fa così passare da una nozione dì mediazione ad
un‘altra, più perfetta. Quando si presentano gli angeli come mediatori tra Dio e gli uo-
mini, si intendono i mediatori come intermediari. Essi si trovano tra le due parti, vicini
all‘una e vicini all‘altra; e dunque in grado di assicurare una comunicazione tra una parte
e l‘altra. Ma restano esteriori a ciascuna delle due parti» Vanhoye, A (2002) 70.
413 Cf Beyer, H W (1935a) diakone,w( diakoni,a( dia,konoj: TWNT II, 81-93.
146 i: agentes litúrgicos
también hay que ver el servicio en un sentido más amplio414, y este servicio
se extiende a todo el cuerpo místico de Cristo.
La palabra ‘servir’ puede estar en relación con los ministros (leitourgoi.)
del AT, como los levitas que prestan servicio en el culto litúrgico. Dado
que los ángeles siempre realizan la voluntad de Dios, y servirle es su tarea
principal, se espera que también la sagrada Escritura llame a los ángeles
ministros y siervos del Señor, como lo hemos visto en el Sl 102(103),21:
ministros (‘mesharet’ – ‘litourgoi’). Beyer pone la palabra también en
relación con los términos de qerapeu,w y latreu,w415.
Mientras unos términos expresan el servicio de los ángeles a Dios en el
cielo, aquí nos ocupamos con su servicio a los hombres en la tierra. Bajo el
aspecto de ‘ministros y siervos’ los ángeles son para el hombre un ejemplo
luminoso, particularmente para los sacerdotes y ministros de la Iglesia,
dispensadores de los misterios de Dios.
Del siervo como ‘liturgo’ se distingue el siervo común, que puede ser el
siervo que está al servicio de los hombres o de la creación, expresada con
las palabras griegas como pai/j o dou/loj416 que corresponden en hebraico a
la palabra db[ (‘ebed’). Esta última se refiere más bien a cultivar o trabajar
la tierra. Normalmente son los hombres considerados como siervos para
‘trabajar la tierra’, por lo tanto, no corresponde a los seres celestiales. Mas,
en el NT los ángeles cambian de actitud y manifiestan expresamente que
son nuestros con-siervos (su,ndouloj) (cf Ap 19,10; 22,9). Posiblemente ese
título de los ángeles quiere indicar su solidaridad con los pequeños, pobres
y humildes de esta tierra y, su solicitud para ayudar a los que han de heredar
la salvación. La palabra no se encuentra en el AT aplicada a los ángeles, y
esto, ciertamente, porque han conocido a Cristo siervo y ahora lo imitan a él,
humillándose a sí mismos.
En el AT se aplica la palabra pai/j para siervo, que indica el siervo que
vive en la casa y participa en la vida familiar de su señor. Pai/j se aplica
para los ángeles en Jb 4,18. Conforme a la ley del paralelismo poético, los
términos ‘ejércitos’ y ‘ministros’, ‘siervos’ y ‘ángeles’ son sinónimos.
414 «Die Stelle ist wohl so zu verstehen, dass die Engel ihn nach der Fastenzeit
mit Speise versorgen. Aber auch an die allgemeinere Bedeutung ‚dienen’ und an eine
Anspielung auf die Paradiesesgeschichte ist zu denken: Adam wird vom Engel aus dem
Paradies getrieben, dem Messias sind die Engel untertan» Beyer, H W (1935a) 84.
415 Cf Beyer, H W (1935a) 81.
416 Cf Rengstorf, K H (1935) douloj: TWNT II, 264-284. Caquot, A (1988) Le
service des anges, RdQ 13, 421’429. Seeanner, M (2010) 64-89.
cap 2: nombres angélicos bíblicos 147
Aquí nos basta constatar que los ángeles están al servicio como agentes
litúrgicos según Hb 1,14 y Ap 22,9, porque imitan a Jesús que vino a servir
e imitan a la Virgen María, la dou,lh kuri,ou (Lc 1,38). Sobre el contenido
de ese ‘servicio’, esta misma palabra la examinaremos en la segunda parte
acerca de las acciones litúrgicas.
«La sentencia fue por decreto de los vigilantes, y la decisión por la palabra de los santos,
para que los vivientes reconozcan que el Altísimo es Señor del reino de los hombres» (Dn
4,20 - LXX 4,23).
421 «Daniel llama al ángel que vela, ‘vigilante’, este nombre conviene a los
espíritus celestes, puesto que velan siempre y están preparados para recibir las órdenes de
Dios; es por ello que se infiere que también nosotros, velando con frecuencia, imitamos
el oficio de los ángeles» San Jerónimo, In Danielem 4: PL 25,538.
422 «Beati enim, qui in ipsum vigilarunt, seipsos assimilantes angelis, quos nos
evgrhgo,rouj, hoc est vigiles, vocamus» Clemente de Alejandría, Paedagogus II, 9,69,2:
PG 8,493
423 Cf Bertram, G (1973) 239.
424 En de la WarScroll 7, los guerreros son fortalecidos, ellos deben purificarse [...]
porque los santos ángeles acompañan su ejército (1QM 7,4-6).
Según la Regla de la comunidad en el caso de un defecto físico, no se puede
cap 2: nombres angélicos bíblicos 149
ver ‘defectos físicos’. El no usar el velo (cf 1Co 11,10) se consideraría como
un tal defecto físico, o como una impureza en la intención, y tales mujeres
deberían estar excluidas de la reunión, porque los ángeles están presentes425.
La segunda función es su asistencia en el culto público426. En el salmo
137(138) se indica: ‘delante de los ángeles cantaré’. En Ap 8,3, el ángel es el
medianero de las oraciones de los santos.
Se debería estudiar otras funciones de los ángeles en base a este término,
como el de registrar las buenas obras de los hombres en función de ‘contador’
o de ‘abogado’, como se puede encontrar en los apócrifos427 y en la tradición
posterior. Precisamente para esto, los ángeles nos observan, para registrar
(cf Ez 9,1 - el ángel escribano) y para poder recompensar las obras de los
hombres, y porque “sus nombres están inscritos en el cielo” (Lc 10,20).
Estrellas (astros)431
Como el sol es un símbolo de Cristo, de la misma manera se pueden
considerar las estrellas como símbolos de los ángeles, también en lo que se
refiere a su ministerio litúrgico. En el mundo griego pagano se entendían
429 «El cielo o los cielos puede designar el firmamento» CEC 326. En la cosmo-
logía del AT, cielo es idéntico con el firmamento. Es extendido como si fuese material
sólido (Is 40,22; 44,24; 45,12; Jr 10,12; 55,15; Sl 104,22), se apoya sobre columnas (2S
22,8; Jb 26,11). En la teología se entiende:
«A) la habitación de Dios. El firmamento es llamado el trono de Dios, pero arriba del
firmamento hay un santuario. Dios es llamado muchas veces el Dios de los cielos (Dn
2,18.28.32.44; Jon 1,9; Sl 139,7-12). La expresión ‘cielo de los cielos’ (Dt 10,14; 1R
8,27; 2Cr 2,5. 6,18; Sl 148,4; Ne 9,6) significa el cielo más alto. San Pablo es elevado
hasta el tercer cielo (cf 2Co 12,2).
B) Como es habitación de Dios, la palabra es usada también como sinónimo para Dios.
Del cielo significa: de parte de Dios (cf Dn 4,23; Jn 3,27); en el cielo significa junto a
Dios (cf Mt 16,19; 18,18; Lc 19,38). A veces significa simplemente Dios, especialmente
cuando el nombre de Dios necesitaba un substituto (Sl 73,9; 1Mac 3,18; 4,10.24.55;
12,15. 2Mac 7,11; Mt 21,25. Lc 15,18.21).
C) El cielo es igualmente habitación de los ángeles. Considerando la palabra ‘cielo’
como un ‘lugar propio’, donde se encuentra lo divino, y por lo tanto lo santo, podemos
concluir, que el término ‘lugar’ no es solamente un determinado espacio dentro del
espacio cósmico-material, sino se puede entender aquí también un ‘lugar espiritual’»
Läpple, A (1993) 326.
430 Se entiende como una alusión a la acción de los ángeles: Un imperativo de Tb
8,15: euvloghsa,twsa,n se oi` ouvranoi,. Sl 19,1: «Los cielos cuentan (~yrPsm) la gloria del
Señor»; Sl 49,6: «Los cielos declararán (avnaggelou/sin) su justicia», y el Sl 69,34: «Alá-
benlo (aivnesa,twsan) los cielos».
431 Cf Foerster, W (1933) avsth,r : TWNT I, 501-502. Gamber, K (1987) Das Ge-
heimnis der sieben Sterne. Zur Symbolik der Apokalypse, Pustet, Regensburg.
cap 2: nombres angélicos bíblicos 151
432 «We must bear in mind, however, that “star,” like “spirit,” is routinely used for
angelic beings. On the basis of overwhelming evidence drawn from Jewish, Christian,
and “pagan” sources, Dale Allison has demonstrated that ancient readers identified the
star of the magi (Matthew 2) with an angelic apparition. In other words, early Christians
would have had in mind not a star in the astronomical sense, but rather “an angel in the
form of that star,” “a starry likeness,” “a watcher,” “an invisible power,” “a certain holy
power in the form of a star,” “a divine and angelic power that appeared in the form of a
star. According to Allison, “the star that goes before the magi is like the pillar and cloud
that went before Israel as the people fled Pharaoh’s armies (and which Philo, Mos. 1.166,
identified with an angel). The link between the magi’s star and the pillar of cloud (Ex
13:21; 14:19; 23:20; 40:38; Ne 9:19; Sl 78:14; 105:39) also makes possible a connection
with “spirit”. The simplest solution, then, also adopted by patristic exegetes, is to admit
that we have, in Revelation, symbolic references to the same reality—the seven stars are
the seven spirits—which the author conveyed by recourse to the language of angelic wor-
ship before the divine throne» Bucur, B G (2009) 93-94.
433 «Si attribuiva agli angeli una potenza straordinaria nell’universo, perché si
pensava che reggessero gli astri. Nell’Antico Testamento, come in alcune cosmologie
antiche, una relazione molto stretta unisce gli angeli e le stelle (cf Jb 38,7). L’espressione
biblica «Signore degli eserciti» (Yhwh Sabaot: Is 6,3.5; Sl 24,10; 46,8) si rapportava nel-
lo stesso tempo alla moltitudine degli astri e a quella degli angeli. Governando gli astri,
gli angeli dirigevano la storia» Vanhoye, A (2002) 69.
434 «Desde los cielos lucharon las estrellas, desde sus órbitas lucharon contra
Sísara» (Jc 5,20). Santo Tomás de Aquino aplica la cita como argumento, de que las
categorías angélicas permanecerán también después del juicio final. El Aquinate se orienta
en la traducción de la Vulgata, cuyo sentido difiere un poco: «‘Las estrellas conservarán
su orden y su curso’ (stellae manentes in ordine et cursu suo adversum Sisara - Jc 5,20).
Esto se dice de los ángeles según la Glosa» STh I,108,7sc.
152 i: agentes litúrgicos
gozo (h;|nesan)» (todos mis ángeles me glorificaron con grande voz). Los
ángeles son considerados las ‘estrellas de la mañana (del alba) de la creación’.
En el Sl 147 se da a las estrellas un carácter personal. Dios determinó
el número de las estrellas, «a cada una la llama por su nombre» (147,4); y
ellas le responden, según nos relata Ba 3,34: «brillan los astros en su puesto
de guardia llenos de alegría, los llama él y dicen: Aquí estamos». Se podría
pensar en la personificación de un abstracto, mas la cita tiene que ver con la
‘liturgia cósmica’, la cual es dirigida por los ángeles.
Posiblemente se podrá encontrar alguna relación entre el número de los
hombres como descendientes de Abrahán, numerosos como la arena en el
mar (los hombres que se salvan) y el número de los ángeles (estrellas del
cielo), cf Gn 22,17.
En el Nuevo Testamento llama la atención la estrella de los Magos (cf Mt
2,1ss). Se sabe que en antiguas creencias, las apariciones en el cielo indican
el nacimiento de grandes emperadores435. Ap 1,20 ofrece una interpretación
acerca del significado de las estrellas436. En sentido apocalíptico encontramos
la caída de las estrellas del cielo (cf Mc 13,25, Ap 6,13, Is 34,4) y un
oscurecer de las estrellas (cf Ap 8,12). Ap 12,4 se ha interpretado como la
caída de los ángeles, mientras el simbolismo de la corona de 12 estrellas de
la mujer de Ap 12,1 podría indicar a los ángeles buenos que están al servicio
de la Iglesia.
Ap 12,4 está en relación con Dn 8,10, que podría indicar simplemente
los efectos nocivos sobre las estrellas, o también una alusión de la caída de
los ángeles. En cuanto a la imagen usada en Ap 9,1, la estrella aparece como
(imagen para) un ser vivo, es decir, un ángel caído437.
Hablando de las siete estrellas (cf Ap 1,16.20; 2,1; 3,1) se piensa o en los
siete planetas o en los dominadores del mundo.
También se debe pensar en una relación con los siete candelabros que son
símbolos para los ángeles. Difícil es la interpretación del «lucero (estrella) de
la mañana» en Ap 2,28, porque en 22,16 es aplicado también a Jesucristo. Así
que hay diferentes interpretaciones. Es claro que la ‘estrella de la mañana’
435 Cf Herodiano, Historia del Imperio romano I,14,1, Gredos, Madrid 1985.
Gayo Plinio II, Historia natural. Gredos, Madrid 1985, 28.
436 «En cuanto al misterio de las siete estrellas que has visto en mi mano derecha, y
de los siete candeleros de oro: Las siete estrellas son los ángeles de las siete Iglesias, y los
siete candeleros son las siete Iglesias». Sin embargo, esta cita es de difícil interpretación,
y la retomamos más adelante.
437 El comentario de la Biblia de Jerusalén relaciona la estrella con un ángel: «Uno
de los ángeles caídos, quizás el mismo Satanás, cf Ap 9,11 y Lc 10,18» BibJer 1648.
cap 2: nombres angélicos bíblicos 153
ocupa una posición singular, porque según una antigua tradición es creada
antes de toda creatura (cf Sl 109,3).
La alusión de Jud 13, hablando de los que son como «estrellas errantes
para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas», se
refiere a los impíos que andan por el camino de la perdición, comparándolos
aquí quizá con cometas o también pensando en los ángeles caídos. Fuera de
la Biblia encontramos las estrellas como seres animados vivos438.
Todas estas citas bíblicas no dan por si mismo una clara interpretación.
Apenas los Padres de la Iglesia les atribuyen un significado litúrgico. Klaus
Gamber presenta textos de san Clemente de Alejandría y de Orígenes, según
los cuales los ángeles son los regentes de las estrellas439.
No hay duda de la relación estrellas-ángeles. Mas nuestro tema es: ¿qué
tiene que ver con el ministerio litúrgico de ellos? En cierto sentido el orden
cosmológico de las estrellas indica el orden de la liturgia de los ángeles. Las
estrellas visibles indica simbólicamente el mundo invisible.
438 «Para el AT y el judaísmo rabínico posterior, las estrellas son receptores y eje-
cutores de ordenes divinos, y proclaman la gloria de Dios (Is 40,26; 45,12; Sl 19,2).
Todo lo que obedece a las órdenes de Dios, aunque sean los átomos, todo esto no es
muerto sino vivo. Esto lo expresan los escritos apócrifos, cuando se presenta la idea, de
que los ángeles están colocados sobre las estrellas (1Hen 72,3; 75,3; 80,1.6; 2Hen 19,5;
Testamento de Adán 4,10). En el Nuevo Testamento se puede concluir de 1Co 15,40s, que
también para san Pablo, las estrellas son considerados como cuerpos vivos o seres vivos,
porque como cuerpos celestiales están más cerca de Dios que los cuerpos terrenos» Foer-
ster, W (1933) 501.
439 «Wichtig scheint zu sein, dass die Korrelation Engel - Sterne auch sonst zu fin-
den ist. Im jüdischen und christlichen Altertum wurden die Engel vielfach als die Lenker
der Planeten angesehen, wobei man mit dieser Vorstellung die heidnischen Planetengöt-
ter verdrängen wollte [...] Die Vorstellung, dass das irdische Leben vom Himmel bzw.
von den Sternen stammt und dass alles Irdische sein Urbild dort oben hat, ist uralt; sie
begegnet uns auch in der Ideenlehre Platos. In der Himmelfahrt des Jesaia, einer jüdi-
schen apokryphen Schrift, heißt es ebenfalls (7,10): “So wie droben, ist es auf der Erde;
denn das Abbild dessen, was am Firmament ist, findet sich hier auf Erden”. Ähnlich
meint ein arabischer Astrolog: “Alles, was hienieden geschieht, muß im Voraus in den
Bewegungen der Sterne und Himmelkreise existieren”» Gamber, K (1987) 21.
«So spricht z. B. Klemens von Alexandrien von den „nach göttlicher Vorsehung zu
Lenkern der Planeten gesetzten Engel“, die „bei der Entstehung des Lebens auf der Erde
mitwirken“ (Stromata V 37,2; cf VI 143). Origenes meint im Anschluss an Plato, „daß
ein Weg für die Seelen zur Erde und von der Erde weg führe und das werde durch die
Planeten bewirkt“ (Contra Celsum 4,21); vgl. auch 4,22, wo er von der Leiter mit den 7
Toren (= Planeten) spricht; weiterhin Origenes, Exhortatio 14» Gamber, K (1987) 103-
104.
154 i: agentes litúrgicos
440 Cf Grundmann, W (1935) du,namai, du,namij( ktl : TWNT II, 286-318. Ring-
gren, H (1989) abc : TWAT VI, 871-875. Zobel, H-J (1989) abc : TWAT VI, 876-892.
Spinks, B D (1991) The sanctus in the eucharistic prayer, University Press, Cambridge,
18-20.
441 Un paralelismos directo entre ángeles y ejércitos es manifiesto en los versículos
siguientes: “Alabadle, todos sus ángeles; alabadle, todos sus ejércitos” (Sl 148,2). En
este y otros pasajes semejantes el concepto ‘ejército’ o ‘armada’ no dan necesariamente
la idea de una preparación guerrera de estrategia militar, pero incluyen ante todo una
multitud bien ordenada y bien organizada de los espíritus celestiales, que es poderosa y
siempre pronta a obedecer a Dios, Rey del cielo y Rey de los ejércitos.
442 La palabra abc (‘saba’) que se traduce al griego con du,namij, aparece en forma
singular 74 veces y en plural, ‘ejércitos’, 334 veces en la Biblia. En el sentido de armada
lo traducen como stratia,. La expresión ‘Yhwh sebaot’ los LXX lo traducen con ‘Yhwh
pantocrator’, y frecuentemente no lo traducen, queda el término sabawq también en grie-
go. En la mayoría de los casos se trata de un ejército humano. Sin embargo, el pueblo de
Israel comienza a invocar la ayuda del ejército de Yhwh.
443 «‘Saba’ includes these connotations, and its origin is to be understood against
cap 2: nombres angélicos bíblicos 155
the background of the gods and the heavenly council [...] ‘sebaot’ is another name for
the divine council of Yhwh, and the divine council with its heavenly troops join with the
armies of Israel, however, ‘sebaot’ originally referred to the non-human participants»
Spinks, B D (1991) 19.
444 Neh 9,6 habla de la adoración: «Tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos
de los cielos te adoran» (proskunou/sin ai` stratiai. tw/n ouvranw/n – ~ywxTvm ^l ~ymVh abc-
lkw).
445 «No sea que al alzar tus ojos al cielo y al ver el sol, la luna y las estrellas, es de-
cir, todo el ejército del cielo, seas desviado a postrarte ante ellos y a rendir culto» (RVA).
156 i: agentes litúrgicos
sacrificio de Cristo. Pero esto habría que explicarlo para los ángeles, porque
ellos no pueden morir. Se puede ver la relación con un sacrificio, también en
el servicio que ellos realizan por la entrega total de sí.
De esta manera podemos considerar el concepto ‘ejército’ como un
término que expresa la sumisión de los ángeles a la voluntad de Dios y una
disposición de servicio para el bien de la humanidad.
La gloria de Dios irradia como rayos de luz, cuyo efecto se podía ver en la
cara de Moisés (cf Ex 34,30.35). Las teofanías son como una manifestación
de la gloria de Dios. En relación con la gloria humana el término incluye
también el poder o las capacidades humanas.
En relación con los ángeles podemos observar lo siguiente: Ya en el
Antiguo Testamento los querubines son los portadores de la gloria de Dios.
Los encontramos principalmente en Ezequiel (9,3; 10,4.18.22; cf Sir 49,8).
Así, el judaísmo les confiere el concepto de la gloria de Dios a los ángeles
que lo rodean451. El AT está lleno de exhortaciones para glorificar a Dios y a
su santo nombre (cf Ex 15,11; Sir 10,31; Dn 3,55, Salmos), donde se incluye
a todas las creaturas.
En el Nuevo Testamento, los ángeles se manifiestan frecuentemente con
alguna luz que puede indicar la gloria divina452. En relación directa con la
teofanía de Ez 1 está la expresión de Hb 9,5: ‘los querubines de gloria’453, lo
que se refiere a la arca de la alianza del AT.
Un paso más se da en Jd 8 y 2Pd 2,10, en cuanto los propios poderes
angélicos son llamados ‘glorias’454.
San Clemente de Alejandría interpreta las “glorias” como a los ángeles455:
En Sb 9,10 se habla del ‘trono de gloria’.
Fuera de la Biblia, en el TestLevi 18,5, encontramos la expresión ‘los
ángeles de la gloria’.
456 Respecto al ‘ángel grande’ de Ap 10, hemos tratado la simbología del arco-iris,
que indica un signo de la alianza universal de paz con Noé (cf Gn 9,13). Más el arco-iris
como tal no es otra cosa que la luz vista, fraccionada en sus siete colores. A parte de ser
símbolo de la paz y de la misericordia de Dios, se podría considerarlo como reflejo de la
gloria séptupla de Dios.
160 i: agentes litúrgicos
457 Cf Kleinknecht, H (1959) pneu/ma( ktl: TWNT VI, 330-453. Oeyen, C (1963)
Pneumatología angelomórfica. North, R (1967) Separated spiritual Substances in OT,
Catholic Biblical Quaterly 29/3, Washington, 113-143. Dankl, A (1988) Der Begriff
‘Geist’ bei Thomas von Aquin, Angelicum, Roma. Levison, J R (1995a) The angelic
spirit in early Judaism: ‹Society of Biblical Literature, Seminar Paper› 34, 464-493. -
(1995b) The Prophetic spirit as an angel according to Philo: HTR 88, 189-207. Bucur,
B G (2007) The angelomorphic spirit in early christianity: Revelation, the Shepherd of
Hermas, Clement of Alexandria, Scrinium 3,3-29. Bucur B G (2009) Angelomorphic
pneumatology. Clement of Alexandria and other early christian witnesses, Brill, Leiden.
458 ‘Pneuma’ indica el viento, el ánimo (hálito) de la vida, el poder sobre-humano
de bendición o castigo en la vida del hombre, capacidades y dones espirituales, una deci-
sión de voluntad, el estado de ánimo del alma, dones escatológicos. En sentido abstracto
indica una dirección, una corriente, una actitud. Se distinguen los espíritus buenos y ma-
los de ángeles y de humanos fallecidos, las actuaciones y eficacias del espíritu, las fun-
ciones cósmicas del espíritu, el espíritu del mundo, de pueblos o de épocas. También el
espíritu como oposición a la materia, como oposición a la carne, el espíritu como fuerza
de fe, manifestaciones exteriores del espíritu, y otros significados más. Cf Kleinknecht,
H (1959) TWNT VI, 331-332.
162 i: agentes litúrgicos
5,1,7), como también al ‘ángel del Espíritu Santo’ comparándolo con AscIs (9,36 y 11,4),
los identifica con el ‘ángel del Señor’ de Mt 1,20. 24. 2Bar lo refiere a Ramiel, y 3Bar lo
refiere a Phamael.
462 «The angelic spirit is not just any celestial entity: the angelic appearance
conceals the Son, the Glory, the Name, the Lord of the people» Bucur, B G (2009) 120.
463 «Since the blessing with ‘grace and peace’ can only be divine, the three must,
in some way, stand for the divinity (cf 2 Co 13,14)» Bucur, B G (2007) 7.
464 «���������������������������������������������������������������������������
In Is 63,9-10, 14 (LXX), for instance, ‘angel’ (cf Ex 14,19) is used inter-
changeably with God’s ‘holy spirit’ in order to designate the saving action of the Lord
himself. It is noteworthy, too, that Origen points to the similarity between the ‘star’ that
descended and abided over the infant and the Holy Spirit who descended and abided over
Jesus at the Jordan baptism» Bucur, B G (2009) 93.
465 «In both passages, an initial declaration is repeated and confirmed by the same
heavenly locutor, The difference consists only in the fact that we read ‘spirit’ in Ap 14,13,
and, respectively, ‘angel’ in Ap 19,9. Yet in light of the similarities of structure and con-
tent, and given the interchangeability of the terms ‘angel’ and ‘spirit’ in early Jewish and
Christian texts, I judge this to be another example of pneuma language in the service of
angelology» Bucur, B G (2009) 99.
466 Bucur se refiere a los Padres, que a veces identificaban el Lógos con el Espí-
ritu, como por ejemplo en Lc 1,35. «Christian writers who have a strong, all-pervasive
Lógos-theology—writers such as Justin Martyr, Eusebius of Cesarea, and Ps.-Dionysius.
The question was to make sense of the fact that the all-encompassing Lógos-theology of
164 i: agentes litúrgicos
Estos ejemplos de Bucur son una muestra más de la dificultad que existe
para identificar al agente. Según nuestro modo de ver, se debe ante todo
respetar las interpretaciones tradicionales467.
these authors leaves almost no room for a theology of the Holy Spirit, and to make sense
of instances when «spirit» is used as a christological term—such as in second-century
interpretations of Luke 1,35, where the overshadowing Spirit is, in fact, the Lógos» Bu-
cur, B G (2009) X.
467 Se debe demostrar una continuidad de la interpretación en la tradición. Los
escritos apócrifos, que reflejan tal tradición, son una ayuda para la interpretación de la
Biblia. También debemos aceptar, que las palabras en la Escritura no fueron colocadas de
un modo arbitrario, y que por eso, se debe buscar primero el sentido literal.
468 «The spirits of God in 1 Samuel 10-19, then, are angelic—or demonic beings.
The narrator provides no dues that the spirits are of different natures, that the evil spirit
of God is a demon but the good spirit of God is God’s breath, essence, or power poured
out like water. On the contrary, the two spirits are described similarly, participate in
similar actions, and can produce similar effects. They are in fact so similar that one can-
not finally be certain which of the two thwarted the plans of Saul and his messengers»
Levison, J R (1995a) 465.
cap 2: nombres angélicos bíblicos 165
2.12.3. Los siete Espíritus de Ap 1,4 (cf Ap 1,20; 3,1; 4,5; 5,6)472
Nuestra cuestión ahora se concentra en la interpretación de los siete
Espíritus de Ap 1,4, que ha generado diversas discusiones exegéticas.
Reconocemos que a Ap 1,4 debemos verlo en conjunto con 3,1; 4,5 y 5,6,
donde la expresión e`pta. pneu,mata tou/ qeou/ es ya una constante conocida473.
Los siete Espíritus se mencionan en el texto de Ap 1,4 entre ‘Dios’ y
‘Cristo’, y de ellos también salen la ‘gracia y la paz’. Como mensajeros ‘son
enviados a toda la tierra’ (5,6). Junto con los ‘ángeles de las comunidades’,
Cristo ‘tiene los siete Espíritus de Dios’ (3,1).
Ap 3,1 dice que Cristo tiene los siete Espíritus y las siete estrellas,
469 Aunque en Hb 1,7.14 encontramos tal descripción como pneu/ma, también san
Ireneo habla de ‘espíritus’. Varios Padres se imaginaban a los ángeles dotados con un
‘cuerpo espiritual’ mezclado con aire o con fuego.
470 Cf Kleinknecht, H (1959) 373.
471 La forma plural ‘espíritus’ se aplica en el NT de la siguiente manera: a) en los
evangelios se refiere generalmente a los ángeles caídos (demonios) o a los ángeles bue-
nos (cf Hb 1,7; Ap); b) como abstracto en relación con el discernimiento de los espíritus
(cf 1Co 12,10); c) en relación con el ser humano como espíritus de los profetas (cf 1Co
14,31; Hb 12,23; 1Pd 3,19). Cf Kleinknecht, H (1959) TWNT,VI, 374.
472 Cf Schlütz, K (1932) Isaias 11,2. Die sieben Gaben des Hl. Geistes in den
ersten vier christlichen Jahrhunderten, Aschendorff, Münster. Michl, J (1937a) Die En-
gelvorstellungen in der Apokalypse del hl. Johannes, Hueber, München.
473 Ap 3,1: “El que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas”; Ap 1,20:
“las siete estrellas son los ángeles de las siete Iglesias, y los siete candeleros son las siete
Iglesias”; Ap 4,5: “delante del trono arden siete antorchas de fuego, las cuales son los
siete Espíritus de Dios”; Ap 5,6: El Cordero “tenía siete cuernos, y siete ojos, que son los
siete Espíritus de Dios enviados a toda la tierra”.
166 i: agentes litúrgicos
474 «Los siete espíritus son siete ángeles. Sin embargo, ellos no deben ser conside-
rados como de igual honor y coeternos con la Santa Trinidad, de ninguna manera, sino
como genuinos servidores y esclavos fieles [...] Y cuando dice que están delante de su
trono (Ap 1,4), añade un testimonio más sobre su rango como ministros y servidores,
pero no dice que tengan igual honor» Ecumenio, Comentario sobre el Apocalipsis 1,4b:
Oden, T C (2010) 44-45.
475 Bogdan G Bucur se inclina que los siete espíritus son una manifestación del
Espíritu Santo: «Oecumenius, also present the alternative exegesis of Rev 1:4, which
views the seven spirits as seven operations of the Spirit [...] Rev 5:6, they interpret the
seven spirits in reference to Isaiah 11» Bucur, B G (2009) 96; cf 101-102.
476 «The structure of the phrase (kai, kai, kai,) suggests that “the seven spirits be-
cap 2: nombres angélicos bíblicos 167
parte de la frase con Dios Padre: «Dios, él que es, él que era y él que ha
de venir»; sin embargo, tal fórmula presenta ya en sí misma una estructura
trinitaria477. Para Bucur, los siete ángeles son el Espíritu Santo, y luego se
menciona a Cristo. Las tres partes están conectadas por el triple uso de la
partícula kai,, lo que indica que son de la misma categoría. Bucur se apoya
en su idea de la ‘pneumatología angelomórfica’ y concluye, que los ‘siete
Espíritus’ deberían ser una manifestación del Espíritu Santo. La segunda
dificultad se encuentra en las palabras ‘la gracia y la paz’, de Ap 1,4, que sólo
Dios puede conceder y no las creaturas, por eso los siete Espíritus deberían
ser divinos. Así concluye que el Espíritu de Dios se manifiesta de modo
septiforme.
Pero, por otro lado, también resulta extraño que en Ap 1,4, se mencione
primero al Espíritu y solo después a Cristo, en tercer lugar.
¿Se pueden entender los siete espíritus como los dones del Espíritu?
Algunos autores relacionaron los ‘siete espíritus’ con los siete dones
del Espíritu Santo, de acuerdo con su lectura de Is 11,2. Allí el profeta
habla acerca del Mesías, sobre quien reposará el ‘espíritu de sabiduría y de
inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de
temor del Señor’478.
Ya en el primer siglo dC se habló de una acción septiforme del Espíritu de
Dios479, de acuerdo con la cual el Espíritu de Dios reposaría sobre el Mesías,
fore his [God’s] throne” are one among three coordinated entities. The blessing with
“grace and peace” is suggestive of a divine origin [...] The difficulty of Ap 1,4, however,
is due to the fact that angels appear to be placed on the same level with the Father and the
Son. The three must, then, in some way stand for the divinity (cf 2Co 13,14, “The grace
of the Lord Jesus Christ, and the love of God, and the communion of the Holy Spirit, be
with you all”» Bucur, B G (2009) 92.
477 Precisamente aquí está la duda. No se debería aplicar esta fórmula únicamente
a la persona del Padre, porque la misma en Ap 4,8 tiene una característica fuertemente
trinitaria.
478 El TM presenta seis cualidades, pero los LXX traducen la sexta característica,
el ‘espíritu de temor de Dios’ (TM) como ‘espíritu de piedad’ (LXX) en el versículo 2, y
en el versículo 3 completan con un ‘espíritu de temor de Dios’. El texto griego presenta
el fundamento para los siete dones del Espíritu Santo, una interpretación muy difundida
y conocida durante el tiempo patrístico.
479 El texto de los LXX, las traducciones de la Vetus Latina y la Vulgata, presen-
tan siete dones. La tradición judaica Peshitta y los targuminos presentan solamente seis.
Todos los autores griegos de los primeros siglos usan el texto de los LXX. Cf Schlütz, K
(1932) 10.
168 i: agentes litúrgicos
480 1Hen 49,3 habla del “espíritu de la sabiduría, de la veracidad, del conocimiento
y de la fuerza, el espíritu de la justicia”. 1Hen 61,11 habla de siete actitudes espirituales
de los ángeles, es decir, “la fe, la sabiduría, la paciencia, la misericordia, la justicia, la paz
y la bondad”.
481 Kai. ouvk avsqenh,sei evn tai/j h`me,raij auvtou/ evpi. Qew/| auvtou/ o[ti o` Qeo.j
kateirga,sato auvto.n dunato.n evn Pneu,mati a`gi,w| kai. sofo.n evn boulh/| sune,sewj meta.
ivscu,oj kai. dikaiosu,nhj LXX Salmos de Salomón 17,37. Se habla del rey enviado por Dios.
482 Así en, TestLevi 18,7: “El espíritu del entendimiento y de la santificación esté
sobre él”, TestJuda 24: “derramará sobre él, el espíritu de la gracia”.
cap 2: nombres angélicos bíblicos 169
seis y siete.
En la tradición cristiana se conocen tales grupos. En la Epistola
Apostolorum se les llama ‘arcángeles’. El Pastor de Hermas conoce el grupo
de seis ángeles gloriosos, una variante del grupo de siete está en 1Hen.
Clemente de Alejandría distingue los siete prwto,gonoi avgge,lwn avrco,ntej)
Podemos preguntarnos, por qué en Ap 1,4 no se les dice ‘arcángeles’, o los
‘siete primeros creados’. Los llama ‘espíritus’.
Debemos entonces considerar que Juan sigue alguna tradición conocida.
Dice que los espíritus están delante del trono de Dios, lo que indica una
relación de servicio.
¿Cómo resolver las dificultades?
Según algunos autores, Juan condena estrictamente cualquier culto a los
ángeles, conforme Ap 19,9 y 22,8, según lo cual jamás se podrá honrar a
los siete arcángeles. Mas, de hecho, en Ap 1,4 no se les ofrece culto alguno,
sino se trata de un saludo que desea la ‘gracia y la paz’ de parte de estos
‘espíritus’.
La mayoría de los comentaristas ven el problema en la posición que
ocupan entre Dios y Cristo. Sin embargo, Ap 3,1 presupone que ya se había
hablado antes de los siete espíritus; de otro modo, no se podría explicar que
Cristo ‘tiene los siete espíritus de Dios’. En Ap 3,1 y 4,5 se pueden entender
los siete espíritus como ángeles, sin dificultad.
Se atribuye a Juan la idea de elaborar una fórmula trinitaria, pero en
este caso tampoco se podría explicar por qué menciona primero al Espíritu
Santo y después a Cristo. Veremos unos paralelos de tales saludos en las
cartas de san Pablo, donde generalmente se menciona a Dios y a Cristo, pero
no al Espíritu Santo490. La omisión del Espíritu Santo no argumenta que no
hubieran creído en la Trinidad o en un Dios con tres hipóstasis, sino indica
que el uso lingüístico, quizá por ‘disciplina arcana’, no permitía exponer sin
491 Hay intérpretes que relacionan el o` w'n con el Padre, el o` h=n al Hijo (cf Jn 1,1)
y el o` evrco,menoj con el Espíritu Santo. Cf Ecumenio, Comentario al Apocalipsis 1: PG
106,221. La misma fórmula aparece en Ap 1,8, donde parece referirse a Cristo, pero ape-
nas en Ap 4,8 se podría ver más claramente como una alusión trinitaria por su conexión
con el trisagion.
492 Cf Kurze, G (1915) 23.
493 «A Él [al Padre] y al Hijo, que vino de él y nos enseñó todo eso, al ejército de
los otros ángeles buenos, quienes le siguen y le son semejantes, y al Espíritu profético,
nosotros le ofrecemos culto y lo adoramos» «Sed eum (Patrem) et Filium qui ab eo venit
ac nos ista docuit (υἱὸν ἐλθόντα καὶ διδάξαντα ἡμᾶς), et caeterorum qui illum assectan-
tur, eique assimilati sunt, bonorum angelorum exercitum (ἀγαθῶν ἀγγέλων στρατόν) et
Spiritum propheticum (πνεῦμά τε τὸ προφητικὸν) colimus et adoramus» San Justino,
Apología I,6: PATR 3,23; (cf PG 6,336).
cap 2: nombres angélicos bíblicos 173
494 «But Revelation itself refers to these seven angels (8,2) in terms quite different
from the way it refers to these seven Spirits. Moreover, although the term ‘spirit’ could
certainly be used of angels (as frequently in the Dead Sea Scrolls), it very rarely has this
meaning in early Christian literature and never in Revelation» Bauckham, R (1980) 84.
495 Por ejemplo, se trata de ángeles malos en Hch 5,16 y 8,7. El ‘espíritu’ de Hch
8,29 se puede equiparar con el ‘ángel’ de Hch 8,26.
174 i: agentes litúrgicos
2.13. Evaluación
¿Para qué nos sirve esta reflexión sobre los substantivos angélicos?
Nuestro objetivo era identificar el agente litúrgico, y considerando los
resultados de numerosos estudios sobre el tema, podemos afirmar que en los
relatos bíblicos los ángeles se manifiestan con diversas características.
La diversidad de substantivos indica la diversidad de oficios de los ángeles,
por ejemplo, el término ‘malak’, que significa ‘enviado’ o ‘mensajero’ no nos
dice nada sobre la esencia del ángel, sino que nos habla de su oficio.
Todos los nombres que hemos tratado, a pesar de las dificultades de
interpretación que nos presentan, debido a la ambigüedad de los términos,
nos permiten confirmar a los ángeles como agentes. Vistos los términos
en conjunto, nos aclaran muchos aspectos sobre el ser y la misión de los
ángeles y nos confirman más en la convicción de que todas las acciones
que los hombres realizan de una manera visible encuentran también su
correspondencia en el mundo invisible de los ángeles.
No solamente en la Biblia, también en la literatura apócrifa y ante
todo en los escritos de Qumrán, como también en el judaísmo posterior,
se encuentran nombres semejantes, que describen los oficios litúrgicos de
los ángeles. Mencionemos aquí los ‘Cánticos del sábado’ donde los ángeles
aparecen como ‘príncipes’, ‘liturgos’, ‘sacerdotes jefes’ y ‘sacerdotes
subordinados’, entre otras designaciones497. En otros escritos apócrifos se
497 Se llama ‘elohim’ a los ángeles con referencia a Melquisedec (cf 11QMelch
2,8-9). En los SS se aplica ‘elohim’ para Dios como también para los ángeles y en mu-
chos lugares es difícil distinguirlo. Sin embargo, algunos textos muy claramente se refie-
ren a los ángeles (así 4Q403 1,32,32-33; 4Q400 2,5 y 4Q402 4,9 y otros).
- ‘Sacerdotes’: En el AT no se conoce el uso de !hk (‘kohen’) para ángeles, más
otros textos judaicos que se originan en el tiempo de 200 aC hasta 100 dC, también
aplican el término a los ángeles. En el libro de los Jubileos, los ángeles ejercen
funciones sacerdotales en un templo celestial (Jub 2,17-19; 15,26-27; 31,13-14). En
Tb 12,15 son siete santos ángeles que tienen derecho a entrar en el Santísimo para
presentar las oraciones ante la gloria de Dios. Al contrario, los SS hablan de ángeles
como sacerdotes que probablemente están organizados en siete clases sacerdotales.
- ‘Ministros’: cuatro veces es aplicado el término mesaretim (mytrvm) para sacerdotes
angélicos, y en dos ocasiones junto con otro atributo: ‘ministros de la presencia (mnp
mytrv’m) en su habitación gloriosa’ (4Q400 1 i4) y ‘ministros de la presencia del rey
de los santos’. El término ‘ángel de la presencia’ no aparece en los SS, mas la idea
es común (cf 4Q400 li8; 4Q401 16,3; 4Q405 li4), y ‘ministro de la presencia’ es
claramente un término que corresponde más a los ‘ángeles de la presencia’, los que
se conoce de otros textos de Qumrán.
- Príncipes: El uso de príncipe (ayfn) ya tiene sus antecedentes en el AT. En Numeros se
176 i: agentes litúrgicos
refiere a seres humanos, aquellos que tienen a su cargo funciones políticas, militares,
más no sacerdotales. Probablemente habrá una influencia de Ezequiel (38,2-3 y 39,1),
donde el término es aplicado a los príncipes jefes de Meshech y Tubal. La palabra
aparece frecuentemente en Ezequiel y con referencia al descendiente de David (cf
Ez 34,24). La aplicación ‘príncipes’ a los ángeles aparece frecuentemente en los SS.
El uso en Sefer Ha-Razim, se dice que en el quinto cielo están doce ángeles llamados
‘príncipes de la gloria’ (dbwkh ayfn). Rv es un término aplicado para los ángeles superiores
en Daniel y en la teología rabínica posterior. Cf Davidson, M J (1992) 249.
El término ‘príncipe jefe’ (vwr yayvn) se encuentra en diversos contextos, especialmente
en el sexto cántico, donde los siete príncipes jefes dan su bendición (4Q403 1,17.21.23
y 4Q403 1,20; 4Q403 3,12ª). Estos siete ángeles guías posiblemente podían ser
identificados con los siete arcángeles. La idea de los ‘siete’ posiblemente fue influenciada
de Ez 9,2, o también de Tb 12,15. El concepto del grupo de los ‘siete arcángeles’ es
conocido apenas por 1Hen 20,81.5; 87,2; 90,21-22; del Testamento de Levi 8,2-10 y por
la literatura judaica posterior como de 3Hen 17,1-3.
En los SS encontramos a parte de los siete príncipes jefes, otro grupo de siete
príncipes subordinados (hnvm yayvn) en 4Q400 3,2 y posiblemente también en 4Q405
13,7. Sacerdotes delegados son conocidos también de 2R 23,4; 25,18 y 1QM 2,1.
Según Newsom, la organización del sacerdocio celestial parece estar dividida en un
sistema de siete grupos jerárquicamente ordenados y distribuidos en siete santuarios.
Los que presiden son los siete príncipes jefes y los siete príncipes diputados, o sea
una pareja para cada santuario.
498 Los atributos cultuales más espectaculares, son dados a Yaoel, quien es pre-
sentado en el texto como sumo sacerdote celestial y dirigente de coro. Las repetidas
instrucciones sobre ritos sacrificiales y ceremonias litúrgicas propias que comunica a su
aprendiz humano Abraham, revelan a Yaoel como la más distinguida figura sacerdotal
de la obra: «El aspecto de su cuerpo era como el záfiro y la apariencia de su rostro como
crisólita, los cabellos de su cabeza como nieve, y la diadema llevaba como un turbán
sobre su cabeza con el aspecto de un arco-iris, sus vestidos de púrpura y un cetro de oro
en su mano derecha» ApAbr 11,1: Diez Macho, A (2009) VI,78.
cap 3: los Padres pre-nicenos 177
514 «For Philo angels serve as “ambassadors backwards and forwards between men
and God”, as priests in the heavenly sanctuary, as agents in the creation of matter and
humans, and as the punishers of evil. Significantly, Philo refers to a;ggeloi as logoi, im-
plying some relation between them and the Lógos. Since Philo refers to the Lógos as “the
archangel”, it appears that in some sense he understands the Lógos as their leader [...]
Philo refers to the Lógos as an angel or the archangel on numerous occasions. The two
passages (De confusione linguarum 146-147 and Quis rerum divinarum heres sit 205-
206) where the Lógos is termed “the Archangel” are of particular significance. The first
of these declares that the Lógos is “the eldest of the angels, the archangel”» Hannah, D
(1999) 85.
515 �������������������������������������������������������������������������������
«Philo seems to have shared not only the idea that angels interceded for human-
ity, but also the notion that their intercession was priestly in form and that angelic priests
served in a heavenly sanctuary (Spec 1.66). The high priest of this heavenly temple is
none other than the Lógos (Gig 52; Fug 106-112; Som 1.215). As we have seen, the
Lógos intercedes for humanity (Her 205-206), a role which Philo elsewhere attributes to
the earthly high priest (Spec 1.97). So also, as we have seen, in both apocalyptic litera-
ture and at Qumran there is evidence that Michael served as the heavenly high priest»
Hannah, D (1999) 87.
516 «Philo said that when the high priest entered the holy of holies he was not a
man. We read Leviticus 16.17 as: ‘there shall be no man in the holy of holies when he
(Aaron) enters to make atonement...’ but Philo translated it: ‘When the high priest enters
the Holy of Holies he shall not be a man’, showing, he said, that the high priest was more
than human (On Dreams 2.189)» Hannah, D (1999) 92.
cap 3: los Padres pre-nicenos 181
universo, que tiene como santuario la parte más sagrada que existe. Así que
Filón presenta la idea judaica de un templo celestial donde están sirviendo
los ángeles, diferenciando entre el santuario hecho por manos humanas y el
santuario en el cielo:
«El lugar más santo, es aquella parte más sagrada de la esencia de todas las
cosas que existen, literalmente los cielos. Sus ornamentos son las estrellas y
como sacerdotes posee los ministros subordinados a su poder, es decir, los
ángeles, almas incorpóreas, y no seres compuestos de una naturaleza racional e
irracional»517.
Aelred Cody considera que el origen de esta idea de Filón está en el mismo
Exodo518. Cody supone también una fuerte influencia de Filón sobre el autor
de la Carta a los hebreos y la idea del santuario celestial, y después, varios
aspectos de su doctrina los encontraremos reflejados en los escritos de
algunos Padres.
517 «El más elevado y el verdadero templo de Dios es, a no dudarlo, el universo
todo, el que tiene como santuario la parte más santa de todo cuanto existe (new. me.n e;conta
to. a`giw,taton th/j tw/n o;ntwn ouvsi,aj me,roj), vale decir, el cielo; como ornamentos, los
astros (ouvrano,n( avnaqh,mata de. tou.j avste,raj); y como sacerdotes, los ángeles, servidores
de Sus potencias, los que son incorpóreas almas (i`ere,aj de. tou.j u`podiako,nouj auvtou/ tw/n
duna,mewn avgge,louj( avswma,touj yuca,j), no mezclas de naturaleza racional e irracional,
como sucede que son las nuestras (ouv kra,mata evk logikh/j kai. avlo,gou fu,sewj), sino
inteligencias solamente en todo su ser, entendimientos puros a semejanza de la unidad»
Filón de Alejandría, De Monarchia (De specialibus legibus)1,66: Triviño, J M [edr]
(1976) 127.
518 «For Philo himself the theory of ideas was an inheritance not only from Plato
but from Judaism as well, and among the Jewish texts he uses to support the theory is Ex
25,9, one of those texts in which God orders Moses to set up the Tent of the Covenant
and its furnishings according to a model» Cody, A (1960) 29.
182 i: agentes litúrgicos
522 «La oración de los justos es como un sacrificio agradable a Dios» Documento
de Damasco 11,21. Ya en Pr 15,8 podemos encontrar lo que significa el culto espiritual:
«El sacrificio de los impíos es abominación al Señor, mas la oración de los rectos le
agrada». Igualmente 1QS 9,4s substituye el culto sacrificial por la oración.
523 Distinguimos acciones diversas: la alabanza y el ejercicio de un ministerio sa-
cerdotal en el templo celestial. En el culto celestial no faltará la alabanza, mas con el
‘sacerdocio’ angélico surgen nuevas características para el ministerio de los ángeles. En
la literatura rabínica posterior se conectan otras tareas con la tarea de llevar las oraciones
de los humanos; entre ellas que Miguel como sacerdote está sacrificando junto al altar ce-
lestial. Aquí aparece una mediación de los ángeles. Los ángeles que llevan las oraciones
de los fieles, no las llevan directamente ante Dios, sino las ofrecen sobre un altar como
un sacrificio de incienso. Cf ApBar-gr 11-12: Diez Macho, A (2009) VI,252-254.
184 i: agentes litúrgicos
celestial524.
En AscIs 9,23 Miguel intercede por el pueblo como sumo sacerdote. El
arcángel aparece más glorioso que otros ángeles, mientras el ‘ángel guía’ le
cuenta al vidente: «El gran ángel Miguel intercede siempre por la humanidad
y por los pobres»525.
En el período del segundo templo hubo frecuentes especulaciones acerca
de un templo celestial, que sería modelo para el culto de Jerusalén (ApBar-sir
4,1-6; Jub 31,14). El fundamento para esta idea se encuentra ciertamente en
la tradición del AT (Ex 25,9.40; Num 8,4). Con esto está relacionada la idea,
de que los ángeles sirven como intercesores de la humanidad. Tal intercesión
presupone muchas veces un orden de culto (TestLevi 3,5-6; ApBar-sir 11-16;
ApMos 33,4-5), mas no siempre (1Hen 9,2-3; 15,2; 99,3; Vita Adae 9,3 =
ApMos 29,16). Tal idea aparece también en los escritos de Qumrán.
A Henoc se le muestran las tareas de los arcángeles526, y se le muestran
las diversas realidades celestiales. Hay una visión que presenta un personaje
mesiánico, de modo semejante a como lo vemos en Daniel527. A Miguel y a
otros ángeles destacados se le presenta con sus nombres y funciones528. En
2Hen se relata el viaje de Henoc a través del séptimo cielo, donde ve a los
ángeles de la faz del Señor. Dos ángeles anónimos (1,4) lo elevan sobre sus
alas, pasando por los cielos, y le muestran todo lo que se encuentra en cada
uno de ellos, y Henoc ve a los ángeles de diversas categorías.
Si Miguel es instituido como intercesor por Israel y tiene una función
litúrgica en el santuario celestial, además de otras funciones, se puede
encontrar unas indicaciones ambiguas sobre la ordenación sacerdotal
realizada por él529.
Como abogado de Israel, Miguel asume tanto la función de interceder por
la nación como por los individuos. Como intercesor se encuentran una serie
de citas de la literatura judaica. Paralelamente aparece el sumo sacerdote del
santuario celestial, que se puede suponer de TestLevi 5530.
Una descripción más explícita la encontramos en el Apocalipsis griego
de Baruc, del cual los capítulos 11-16 fueron reelaborados por escritores
cristianos.
Miguel baja del quinto al cuarto cielo para recibir las oraciones de
los hombres a través de los ángeles asignados individualmente a cada ser
humano (ApBar-gr 11,4). Habiendo recibido sus acciones y también sus
oraciones (11,9), Miguel coloca éstas en un recipiente muy grande (fia,lhn531
mega,lhn sfo,dra) donde se concentran los méritos de los justos. Cuando
todos los ángeles terminan de vaciar sus recipientes y colocar su contenido
en la cuenca de Miguel; éste se vuelve y sube para ofrecer estos dones a Dios
(14,2)532, se supone que será sobre el altar que está en el templo celestial. Por
529 En Ex 28,41; 29,9; Lev 21,10 y TestLevi 8,10, la expresión ungirlo y ‘llenarle
las manos’ (~dy-ta taLm - ‘malet et-iadim’ – plerou/n tas cei,raj) es una descripción de la
ordenación sacerdotal del AT.
«El séptimo [Miguel] me ciñó la diadema sacerdotal; me llenó, además, las
manos de incienso para oficiar ante el Señor» TestLevi 8,10: Diez Macho, A (1987) V, 52.
530 «El ángel me abrió entonces las puertas del cielo y vi el templo santo y al Altísi-
mo sobre un trono de gloria. Me dijo entonces: ‘Levi, a ti te he entregado las bendiciones
del sacerdocio hasta que venga yo para habitar en medio de Israel’ [...]. Me respondió:
Yo soy el ángel que intercede por el pueblo de Israel para que no acaben con él, ya que
todos los espíritus malvados se lanzan contra él» TestLevi 5,1-6: Diez Macho, A (1987)
V, 48-49.
531 Fia,lh los LXX la aplican para un recipiente sagrado, usado en el templo (cf 1R
7,26, Ap 5,8).
532 Miguel lleva el rol principal, porque guarda las llaves del quinto cielo y en
ApBar-gr 11,2 lo llaman ‘guardián de las llaves del reino de los cielos’. Miguel baja del
quinto al cuarto cielo y recibe las oraciones de los seres humanos.
«Vi al general, el jefe Miguel, que agarraba un cuenco gigantesco. Su profundi-
186 i: agentes litúrgicos
otra parte, el tema de Miguel como sumo sacerdote celestial aparece más
tarde en la literatura rabínica.
La imagen de ApBar acerca de la función de Miguel en el templo celestial,
posiblemente es una respuesta del autor a la crisis por la destrucción del
templo en el año 70. Mientras el santuario del templo es destruido, el culto de
Israel continúa mediante la colaboración de los ángeles. Mas es probable, que
el autor de ApBar esté presentando una tradición ya establecida de Miguel
como figura sacerdotal angélica de la Ascensión de Moisés 10,2 o quizá de
TestLevi 2-5 y Testamento de Dan 6,2533, que podría ser identificada con
Miguel. Esta doctrina se refleja en algunos escritos cristianos, que también
atribuyen a Miguel un rol sacerdotal celestial.
dad era como desde el cielo hasta la tierra y su anchura como desde el norte hasta el sur. Y
pregunté: Señor, ¿qué es lo que agarra el arcángel Miguel? Me contestó: Aquí es donde se
concentran los méritos de los justos; todas las cosas buenas que hacen son transportadas
por medio de él ante el Dios celeste. Y mientras estaba conversando con ellos, mira, se
presentaron unos ángeles que llevaban canastillas llenas de flores. Y se las entregaron a
Miguel [...] Me respondió: Éstos son los ángeles que están al frente de los justos. Tomó
el arcángel las canastillas y las puso en el cuenco. Y añadió el ángel: Estas flores son los
méritos de los justos» ApBar-gr 11,8-12,2: Diez Macho, A (2009) VI, 253-254.
Las flores son las virtudes de los piadosos (12,1-5). No todos los ángeles cargan con
cestos llenos: algunos llevan, y están tristes por eso, solo medio-llenos o cestos vacíos.
Estos últimos piden a Miguel, que los despidiera del servicio que prestan a estos hombres
impíos (13,1). Miguel rechaza tal idea, para que el enemigo no venza (13,2).
Estruendo de truenos indican que Miguel está llevando las virtudes de los hombres
ante Dios (14). El arcángel se devuelve y trae aceite, con el cual está llenando los cestos
de los ángeles, que es un símbolo de la bendición y de la recompensa de Dios para las
virtudes de los hombres (15,1-4). En v 4 se cita Mt 25,21. Se encuentran otros textos
cristianos insertados, pero reflejan más un testimonio de las relaciones entre cristianos y
judíos en el tiempo de la joven Iglesia: su esperanza sobre la conversión del pueblo de
Israel a Cristo, y una predicación dirigido al pueblo para hacer penitencia.
533 Cf Testamento de Dan 6,2 “intercesor y medianero” y Dn 12,1 : «el arcángel
que se ocupa de tu pueblo»; 1QM 17,6; 1 Hen 20,7; 89,76. Sobre la intercesión de los
ángeles en general, en Testamento de Dan 6,5 se habla de un ángel de paz que «fortalece
a Israel» y que puede ser distinto de Miguel.
cap 3: los Padres pre-nicenos 187
536 Cf Turek, B (1997) 37, citado del Apocalipsis de Pedro 17, Texto crítico en
francés de Grébaut, S (1910) Revue de l’Orient chrétien XV, 317.
537 Hipólito, De Pascha, 61, SC 27,189: Turek, B (1997) 37.
538 Cf 1Clem 56,1. Los ‘santos’, según Harnack, son aquí los ángeles.
cap 3: los Padres pre-nicenos 189
539 Cf Aparicio Valls, V (2002) Relación de los ángeles con la pasión de Cristo
según san Ignacio de Antioquía, Pusc, Roma.
540 Cf Aparicio Valls, V (2002) 154.
541 Kai. ga.r evgw, ouv kaqo,ti de,demai kai. du,namai noei/n ta. evpoura,nia kai. ta.j
topoqesi,aj ta.j avggelika.j kai. ta.j susta,seij ta.j avrcontika,j o`rata, te kai. avo,rata para.
tou/to h;dh kai. maqhth,j eivmi San Ignacio de Antioquia, Ad Trallianos 5,2: PATR 1,99; (cf
PG 5,679).
542 «¿Para qué sirve oficio del obispo [...] y cuál el oficio de los presbíteros? ¿y
qué son los diáconos, sino imitadores de las potencias angélicas, cumpliendo un minis-
terio puro e inmaculado sobre él, así como lo hizo Esteban - Quid vero diaconi, quam
imitatores angelicarum virtutum? Purum et inculpatum ministerium illi exhibentes, ut
sanctus Stephanus - mimhtai. tw/n avggelikw/n duna,mewn* leitourgou/ntej auvtw/ leitourgi,an
190 i: agentes litúrgicos
katara.n kai. a;mwmon( w-j Ste,fanoj» San Ignacio de Antioquia, Ad Trallianos 7,3: PATR
1,99; (cf PG 5,788).
543 «Kaloi. kai. oi` i`erei/j krei/sson de. o` avrciereu.j o` pepisteume,noj ta. a[gia tw/n
a`gi,wn o]j mo,noj pepi,steutai ta. krupta. tou/ qeou/) Kalai. ai` leitourgikai. tou/ Qeou/
duna,meij) Av,gioj de. o, Para,klhtoj kai. a;gioj o, Lo,goj - Los sacerdotes son buenos, el
Sumo sacerdote es mejor, porque solo él puede entrar en el Santísimo, solo él conoce las
cosas ocultas de Dios [...] Las potencias litúrgicas son buenas. El Parácleto es santo, el
Verbo es santo» San Ignacio de Antioquia, Ad Philadelphenses 9,1: PG 5,836.
544 «Quemadmodum ubi Christus, ibi omnis astat exercitus coelestis, velut im-
peratori virtutis dominicae, omnisque intelligibilis naturae moderatori - w;sper o;pou o,
Cristo.j( pa;sa h` ouvra,nioj stratia. pare,sthken( w`j avrcistrath,gw th/j duna,mewj Kuri,ou(
kai. dianomei/ pa,shj nohth/j fu,sewj» San Ignacio de Antioquia, Ad Smyrnaeos 8,2: PATR
1,118; (cf PG 5,852).
545 Cf Aparicio Valls, V (2002) 165-178.
cap 3: los Padres pre-nicenos 191
juzgados»546.
Encontramos aquí un reflejo de la teología de san Pablo en Col 1,20:
«Por medio de él reconcilió consigo todas las cosas, tanto sobre la tierra como
en los cielos, habiendo hecho la paz mediante la sangre de su cruz».
Tiene importancia para la relación con la salvación de los ángeles y su
relación con la pasión de Cristo, porque también los ángeles son redimidos
por Cristo.
Según la opinión de Vicente Aparicio Valls, el creer en la sangre de Cristo
tiene una profunda dimensión soteriológica también para los ángeles547.
Entre los demás escritos de los Padres apostólicos encontramos sólo algunas
alusiones a los ángeles y a los demonios. Por eso no prestamos mayor atención
a los escritos de la Didaché, San Policarpo548, la Carta a Diogneto, donde se
destaca la centralidad de Cristo por arriba de los ángeles549. En este punto
son varios los autores que encuentran un enlace con la doctrina angelológica
550 En los fragmentos de Papías se habla de la autoridad del Verbo por encima de
los ángeles que le están sometidos, haciendo referencia a las palabras de san Pablo (cf Ef
1,20-22).
551 Se menciona la subordinación de los ángeles a Dios y la división entre ángeles
y demonios: «Dos caminos, el de la luz y el de las tinieblas. Pero grande es la diferencia
entre los dos caminos. Pues sobre uno están establecidos los ángeles de Dios, portado-
res de luz, y sobre el otro los ángeles de Satanás. El uno es Señor desde siempre y para
siempre; el otro el del príncipe del tiempo presente de la iniquidad» Epístola de Bernabé.
18,1-2: PG 2,778.
552 Cf Dibelius, M (1923) Der Hirt des Hermas, Tübingen. - (1956) Der
Offenbarungsträger im Hirten des Hermas. Daniélou, J (1958) Teología del
judeocristianismo, Cristiandad, Madrid 2004. Staniek, E (1971) Angelologia w ‘Pasterzu’
Hermasa: Studia Theologica Varsaviensis, 1, 132-156. Bauckham, R (1985) The Fall of
the Angels as the source of Philosophy in Hermias and Clement of Alexandria. Schneider,
A (1999) «Propter sanctam Ecclesiam suam». Die Kirche als Bau im Bussunterricht des
Pastor Hermae.
553 La obra se divide en tres libros, que distinguimos entre Liber I: Vis = Visiones
1-5: PG 2,892-912. Liber II: Mand = Mandamientos 1-12: PG 2,913-951. Liber III: Sim
= Parábolas (Similitudines) 1-10: PG 2,952-1011.
554 Barbel no se puede explicar la razón, por qué Hermas deja aparecer al Hijo de
Dios como ángel: «Auf die Frage, weshalb Hermas den Sohn Gottes als Engel auftreten
lässt, kann keine restlos befriedigende Antwort nicht gegeben werden [...] Es muss darauf
cap 3: los Padres pre-nicenos 193
hingewiesen werden, dass sonst bei Hermas nichts in diese Richtung weist» Barbel, J
(1940) 49.
555 «Si se comparan los dos textos se ve bien que el Verbo es quien es llamado
Miguel [...] Esto no es sorprendente, ya que, para la tradición judía, es el jefe de los
arcángeles y jefe de todas las milicias celestes. Desde el momento en que se considera
que hay seis arcángeles y que su jefe es el Verbo, es normal que el nombre Miguel, que
es el título del jefe, sea atribuido al Verbo. Paralelo a esto, el hecho de que el título de
avrcistra,thgoj, que es el de Miguel en varios textos, sea aplicado al Verbo por los cristia-
nos» Daniélou, J (1958) 202.
556 «Pero con la Nueva Alianza, el Verbo de Dios sustituye a los ángeles, ya que su
misión no era más que una preparación. También es él quien llega a ser el jefe del pueblo
de Dios» Daniélou, J (1958) 203.
557 Cf Daniélou, J (1958) 197-199. En seguida, al comenzar el capítulo ‘El Verbo
y Miguel’ concluye el capítulo anterior: «Por todo lo visto, parece seguro que el ‘ángel
glorioso’ de Hermas designa al Verbo mismo» Daniélou, J (1958) 200.
558 Atanasio Schneider concuerda con la opinión de F Young: «En el caso de
Hermas, la identidad (entre Miguel y el Hijo de Dios) es primariamente funcional y no
metafísica» Schneider, A (1999) 355.
194 i: agentes litúrgicos
puede interpretar a los ángeles562. En Sim 5,6,4 y Sim 5,6,7 los ‘ángeles
gloriosos’ aparecen en plural; se trata de un grupo elegido que están al
servicio del Hijo de Dios, probablemente se refiere a los seis ángeles que lo
rodean.
De la cita de Sim 5,4,4, Daniélou identifica al evndo,xou avgge,lou con
el Verbo563. Mas no necesariamente tiene que ser así, porque la palabra
fortalecer (evndedunamwme,noj) se refiere a una acción que es propia a una
acción angélica. Lo podemos deducir de paralelos como de Sim 6,1,2 donde
es el propio Pastor el que fortalece; también de Mand 12,6,4 donde es el
ángel de la penitencia, o de Sim 9,13,7 donde es la fuerza de las vírgenes, las
cuales se definen como ‘espíritus’564.
En Sim 7,1,2 y 7,1,3, el ‘enviado glorioso’ tomó una decisión sobre
Hermas565. Se podría pensar en Cristo, porque tal ‘ángel glorioso’ envió al
‘ángel de la penitencia’ a la casa de Hermas. Esto podría ser también un
ángel creado de una categoría superior. Ciertamente los ángeles actúan en el
nombre del Señor y lo representan, es decir, a Cristo.
En Sim VIII, (8,1,2; 8,2,1-3) es Miguel, quien es presentado como el
‘ángel glorioso’. Mas, como antes, Daniélou había identificado el ‘ángel
562 Los textos de las Parábolas (Sim) dicen en 5,4,4: “El Señor está lleno de com-
pasión y concede a cada uno quien lo pide. Pero tú fuiste fortalecido por el ángel glorio-
so, quien intercede por tí”.
7,1,1: “El ángel glorioso así lo ha determinado respecto a ti”
7,1,2: “El ángel glorioso ordenó que seas afligido por algún tiempo”
7,1,3: “El ángel glorioso ha sido indignado”
8,1,2: “El ángel glorioso del Señor, con una estatura muy alta, cortó los ramos”
8,2,1: “El ángel del Señor ordenó a que trajeran coronas de palmeras”
8,3,3: “Miguel, el ángel grande y glorioso, que tiene autoridad sobre su pueblo”
9,1,3: “Yo he sido enviado por el ángel glorioso para habitar en tu casa”.
563 «Designar al Verbo como «ángel glorioso» (e;ndoxoj) o «ángel muy venerable»
(semno,tatoj) es una nota característica de la teología de Hermas [...] El Angel santo y
el Kyrios aparecen situados al mismo nivel. Por el contrario, el Pastor pertenece a otra
esfera, como muestra la continuación del pasaje. Hacemos notar que la expresión ‘ángel
santo’ equivale a ‘ángel venerable’» Daniélou, J (1958) 198.
564 En el Evangelio de Lc 22,43 la palabra es diferente. Se aplica la palabra
evniscu,wn, cuando un ángel conforta a Jesús en su agonía.
565 «El Pastor le responde a Hermas: “Es necesario que seas afligido, así lo ha
decidido el ángel glorioso” (Sim 7,1). La misma expresión aparece en el mismo contexto
en Sim 7,2 y 3. Pero en 7,5 se le llama ‘ángel del Señor’: “Es necesario que sufras: ésa es
la orden del ángel del Señor que te ha confiado a mí”». Supongamos que aquí el ‘ángel
glorioso’ es el mismo que el ‘ángel del Señor’, aunque el texto no lo afirma. El ‘ángel
glorioso’ de Sim 9,1,3 es el mismo de Sim 7,1, porque envió al ángel de la penitencia.
196 i: agentes litúrgicos
566 «La representación de Cristo como séptimo ángel, se puede acercar a otra deno-
minación que aparece en Hermas, donde se le identifica con el arcángel Miguel. Hemos
comentado la parábola del sauce, donde se habla de que “un glorioso (e;ndoxoj) ángel del
Señor, de una talla colosal, que se mantenía junto al sauce” (Sim 8,1,2), y hemos mos-
trado que ese ángel era, con toda evidencia, el Verbo. Hermas explica así la parábola:
“El ángel colosal y glorioso (e;ndoxoj) es Miguel, aquél que tiene poder sobre el pueblo y
lo gobierna, pues es quien da la ley y la pone en el corazón de los creyentes. Por tanto,
examina a aquéllos a quienes se la ha dado, para ver si la han observado” (Sim 8,3,3).
Si se comparan los dos textos se ve bien que el Verbo es quien es llamado Miguel, como
reconocen Harnack, Seeberg y la mayor parte de los críticos» Daniélou, J (1958) 202.
567 Es cierto que Miguel está muy cercano al Lógos divino en los escritos de Filón,
mas porque Filón entendió al Lógos como un ángel. El problema es semejante al del
ángel de Ap 10, que algunos interpretan siendo Cristo por presentar cierta semejanza con
Cristo en Ap 1. Pero una cercanía por el aspecto, no quiere decir que por eso tienen que
ser idénticos.
568 «O` de. no,moj ou-toj Ui`o.j Qeou/ evsti khrucqei.j eivj ta. pe,rata th/j gh/j ))) o`
de. a;ggeloj o` me,gaj kai. e;ndoxoj Micah.l o` e;cwn th.n evxousi,an tou,tou tou/ laou/ kai.
diakubernw/n auvtou,j ou-toj ga,r evstin o` didou.j auvtoi/j to.n no,mon eivj ta.j kardi,aj tw/n
pisteuo,ntwn evpiske,ptetai ou=n auvtou,j oi-j e;dwken eiv a;ra tethrh,kasin auvto,n» (Sim 8,3,2-
3).
569 El arcángel Miguel fue venerado en la Iglesia al menos a partir del siglo III.
570 Cf Sim 9,7.1; 9,12.7 y 9,12.8: “El hombre glorioso es el Hijo de Dios, y aque-
llos gloriosos ángeles son los que le apoyan”.
cap 3: los Padres pre-nicenos 197
571 Sim 8,3,3; cf también 1Pd 2,25: ‘evpi,skopoj’ es la función de vigilar o controlar.
572 Aunque no lo describe exactamente con la misma expresión, posiblemente
Hermas piensa en los mismos ‘protóctistoi’, los siete ángeles principales que presentan
Filón y san Clemente de Alejandría. También en Sim 5,5,3 los presenta como amigos y
consejeros de Dios (fi,loi kai. su,mbouloi oi` a[gioi a;ggeloi oi` prw/toi ktisqe,ntej).
198 i: agentes litúrgicos
que circundan (ku,klw) y acompañan, son los santos ángeles (en la imagen
de los hombres gloriosos o de las doce vírgenes). A partir de ahí se revela el
carácter eminentemente cristológico y eclesiológico de los santos ángeles. Su
función (proteger, apoyar, rodear y acompañar) se revela como un servicio
desinteresado al Hijo de Dios y a su Iglesia.
La figura del Hijo de Dios ilustra no sólo el carácter trascendente-divino,
sino también su papel en la Iglesia y en la creación. El Hijo de Dios es el
Señor de la creación, porque la palabra y el nombre de Dios es ‘pantocrátor’,
el creador de todo (cf Vis 3,3,5), y en su dimensión ontológica como un
‘santo Espíritu’, que es el que creó el mundo entero (cf Sim 5,6,5), quien,
según su esencia, existe antes de la creación y fue Consejero del Padre en la
creación (cf Sim 9,12,2), y el ‘Nombre inefable’ del Hijo de Dios sostiene
toda la creación (cf Sim 9,14,5). El Hijo de Dios es también Señor de la
Iglesia. Dios ha entregado a su Hijo al pueblo (en la imagen de la viña, cf
Sim 5,6,2), es la última base (fundamento) de la torre (la imagen de la gran
roca, cf Sim 9,2,1-2; 3,1; 4,2; 12,1; 14,4), Él es el único acceso a la torre y
por lo tanto al Reino de Dios (en la imagen de la entrada a través de la puerta
y el uso del nombre, cf Sim 9,3,4; 4,8; 12,4-5.8; 15,5-6).
Athanasius Schneider lo comenta de esta manera:
«La imagen angelo-mórfica de Cristo, no solamente en el Pastor, sino también
en otros antiguos autores cristianos, sirve ante todo, para expresar tanto la
trascendencia personal, como también la misión divina de Cristo»574.
579 Cf Stuckenbruck, L T (1995) 138, nota 238. Se refiere a Justino en Apol I,6;
63; Dial. 34; 61; 126; 128.
580 Cf Goodenouth, E R (1923) The Theology of Justin Martyr, Frommann, Jena.
581 San Justino, Apología I,6: PG 6,335.
582 «Cui scriptum est angelos ministrare; quemadmodum ait Daniel, eum tanquam
filium hominis ad Antiquum dierum adduci, eique regnum omne dari in saeculum saecu-
li» San Justino, Dial 79,2: PG 6,662.
583 «¿Quién introdujo vuestros padres a la tierra prometida? Entiendan finalmente
que fue aquél, a quien ha sido dado el nombre (apelativo) ‘Jesús’ (Josué) [...] si ahora
sabemos que quien recibió este nombre Jesús, se reveló a Abraham, a Jacob y a Moisés
204 i: agentes litúrgicos
San Justino señala, que en la parusía aparecerá el Señor con los ángeles584,
y habla de la lucha final contra los demonios. Varias veces llama al Lógos
a;ggeloj585, y lo coloca entre los ángeles que aparecieron a Abraham. Uno
de ellos era el propio Lógos. Aquí, el término a;ggeloj (enviado) aplicado
al Lógos, quiere simplemente expresar una cierta subordinación funcional
y no una naturaleza angélica. Justino afirma la naturaleza divina del Lógos,
porque su interés es defender el misterio de la Trinidad y de la preexistencia
de Cristo contra el monoteísmo judaico. Su compañero Trifón, como buen
judío, no quiere admitir la naturaleza divina del Lógos; por eso los esfuerzos
de Justino para convencerlo.
Ciertamente debemos admitir una cierta influencia del Lógos de Filón
sobre los pensamientos de Justino, que tiene como punto de partida la doctrina
de la transcendencia absoluta de Dios. Filón interpreta que el Lógos luchó
contra Jacob (Gn 32,24) y fue éste el Dios del sueño de Jacob (Gn 28,13).
Para Filón, los tres visitantes de Abraham son: Dios mismo acompañado
por su poder creativo. Justino y Filón coinciden en muchos puntos por la
semejanza de nombres y descripciones sobre el Lógos. Pero es necesario ser
cuidadoso respecto a exagerar la influencia de Filón sobre Justino, porque no
todas las interpretaciones de Justino dependen de Filón586.
Antes de ser cristiano, Justino era de la escuela platónica, por eso, su
lenguaje y sus conceptos dependen del platonismo, ante todo, en lo que
se refiere a la transcendencia de Dios, lo que habría hecho imposible que
se le apareciera a Abraham o a Moisés. El Lógos es mediador entre esa
transcendencia de Dios y la creación. La relación del Lógos con el Dios
supremo, Justino la presenta como cierta subordinación, y este Lógos actúa
siempre en concordancia con la voluntad del Padre587. El Lógos es para Justino
el ‘pensamiento racional del Padre’ la razón divina, que originariamente
estaba unida al Padre, engendrado por él antes de la creación del mundo588.
y a tantos otros personajes, ¿por qué dudamos que podía nacer también de una Virgen?»
San Justino, Dial 75,2.4: PG 6,651.
584 Cf Mt 13,36-43; 13,47-50; y más explícito Mt 16,27: ‘Porque el Hijo del hom-
bre ha de venir en la gloria de su Padre acompañado de sus ángeles’.
585 Así en Dial 60,5; 93,2; 126,6; 127,4; 1Apol 6,2; 63,5.
586 Para Justino el Lógos es Jesús, lo llama también ‘otro Dios y Señor’ (Dial 56,4),
para Filón el Lógos es como un demiurgo, ‘un segundo dios’ (QG 2,62), o un ser angélico
destacado. Es posible que Justino no conociera a Filón directamente, mas al menos hubo
una tradición interpretativa similar a los textos de Filón. Cf Hannah, D (1999) 204.
587 Cf San Justino, Dial 127,4: PATR 3,305: (cf PG 6,769).
588 Cf San Justino, 2Apol 4,3: PATR 3,95.
cap 3: los Padres pre-nicenos 205
589 Tres veces, en Dial 56,4. 10; 76,3 y 127,4, y una vez en 1Apol 63,5 llama al Ló-
gos a;ggeloj precisamente porque es el Enviado de Dios, mientras en 1Apol 12,9 también
lo llama ἀπόστολος. Mas es siempre en un sentido funcional.
590 San Justino, Dial 128,4: PATR 3,306; (cf PG 6,775).
591 San Justino, Dial 61,1: PATR 3,204; (cf PG 6,421-422).
592 San Justino, Dial 36,5: PATR 3,164; cf Dial 85,1-4: PATR 3,242; (cf PG 6,675).
206 i: agentes litúrgicos
593 Atenágoras, algunos años más joven que Justino y el más elocuente de los
apologistas, en su escrito del 177: Legatio pro christianis: PG 6,889-972. Cf Andres, F
(1914) 66-95; Lavatori, R (1999) 69.
594 «Neque his tamen theologiae nostrae ratio continetur; sed et multitudinem
angelorum et ministrorum agnoscimus, quos creator et opifex mundi Deus per Verbum
suum distribuit et ordinavit, ut circa elementa, caelos, mundum, et quae in eo sunt,
eorumque temperationem versarentur» Atenagoras, Legatio pro christianis 10: PATR
2,132; (cf PG 6,910). Atenagoras coloca junto a Dios, al Hijo-Lógos también a los santos
espíritus, los poderes angélicos según la fórmula paulina. Se refiere a la creación de los
ángeles y de su gobierno sobre el mundo. También desarrolla el tema del pecado de los
ángeles y la acción de los demonios en el mundo.
cap 3: los Padres pre-nicenos 207
595 «Verbum quidem ante homines creatos angelorum fit opifex (δημιουργὸς)» Ta-
ciano, Oratio adversus grecos 7,2: PATR 2,71; (cf PG 6,819).
596 Típico de las herejías gnósticas es el surgimiento sucesivo de eones: «Del Padre
ingénito procede el ‘Nous’ o Cristo, en primer lugar, luego siguen el Lógos, la Frónesis, la
Sofía y la Dínamis. De la unión entre la Dínamis y Sofía nacen las ‘Potestades, Virtudes
y ángeles’. Estos crean el primer cielo. De ellos nacen Potestades, Virtudes y ángeles
inferiores que crean por su parte un segundo cielo [...] Este proceso continúa hasta crear
365 cielos» Cf San Ireneo, AdvHaer I,24,3: PATR 4,102; (cf PG 7,675-676).
597 Cf Lanne, E (1955) Cherubim et Seraphim, RSR 43,4, 524-535. Bentivegna,
G (1962) L´angelologia di S. Ireneo nella prima fase dell’opera di salvezza, Orientalia
Christiana 28, Roma, 5-48. Orbe, A (1973) Supergrediens angelos (Ireneo, Contra
Haereses V,36,3), Gregorianum 54,1, Roma. Aróztegui Esnaola, M (2005) La amistad
del Verbo con Abraham según san Ireneo de Lyon, Gregoriana Roma.
598 «Nec invocationibus angelicis facit aliquid, nec incantationibus, nec reliqua
prava curiositate; sed munde et pure et manifeste orationes dirigens ad Dominum» San
208 i: agentes litúrgicos
de la liturgia angélica.
Contra los 365 cielos que presentan los gnósticos, Ireneo explica los siete
cielos del mundo judaico, y los pone en relación con los siete planetas, la
menorá y los siete dones del Espíritu Santo. Ireneo lo indica en la Epideixis:
«Ahora bien, este mundo hállase circundado de siete cielos, en los que residen
las potencias, los ángeles y los arcángeles. Y estos prestan servicio de adoración
a Dios omnipotente y creador de toda cosa. No ya como a quien los necesite,
sino para que tampoco ellos estén infructuosos, inútiles e ingratos»603.
Y continúa su exégesis sobre Is 11,2:
«Así pues el cielo primero, supremo, que circunda a los demás es la sabiduría;
y el segundo de ellos el de la inteligencia; el tercero el del consejo, y el cuarto,
contado a partir de arriba, es el de la potencia; y el quinto el de la ciencia, y el
sexto el de la piedad, y este séptimo, el firmamento sobre nosotros, (está) lleno
del temor del Espíritu que ilumina a los cielos»604.
«De ahí tomó Moisés el modelo del candelabro de los siete brazos, esplendente
sin interrupción en el santuario. Asumió en efecto el culto (del) ejemplar celeste,
según lo que a el había significado el Verbo (Ex 25,40): ‘Harás conforme a todo
modelo de cuanto has visto en el monte’»605.
Aquí encontramos afirmaciones sobre el culto de los ángeles. Los ángeles
prestan servicio de adoración en el ‘templo del universo’. Según la concepción
judaica, Moisés miraba los siete cielos angélicos como a ejemplar invisible,
modelo para el candelabro de los siete brazos que de continuo fulguraba en el
santuario. La angelología forma en el cosmos las siete regiones planetarias,
alimentadas por las siete virtudes (dones) del Espíritu Santo. A esto se refiere
Ireneo. Antonio Orbe explica la relación de los ángeles con Cristo y el
Espíritu Santo:
«Más que los cielos le interesan a Ireneo sus habitantes. Todos los ángeles
provienen, en algún modo, de la Sabiduría (Espíritu Santo), diferentes en
cualidad y jerarquía, conforme a una de las siete virtudes del Espíritu. Los del
cielo ínfimo dan culto a Dios con arreglo a la virtud o espíritu de temor; los del
inmediato superior, con arreglo al espíritu de piedad [...] A lo sapiencial común
a todos los ángeles agréguese el espíritu singular de sabiduría, característico de
los del cielo supremo»606.
Según Orbe, san Ireneo cristianiza el tema de la cosmovisión judaica.
Algunos gnósticos se referían a los siete espíritus de Is 11,2 como a los
arcontes planetarios, proyección angélica de la virtud del Creador. El Lógos
no está solo, sino junto con la Sabiduría (= Espíritu Santo), dirige la armonía
de los cielos planetarios, poblados de ángeles y sostenidos en su canto (=
glorificación) por los querubines y serafines. Mientras el destino del hombre
consiste en superar la propia natura, y pasando los límites creaturales llegar a
divinizarse, los ángeles han de perseverar, conforme al decreto divino, en el
orden que desde el principio se les otorgó.
¿Qué decir de los ángeles según Ireneo? Lo que Ireneo ve en la liturgia
angélica, distribuida entre los siete cielos del universo y alimentada por los
siete dones del Espíritu Santo (cf Epideixis 9), encuentra su plenitud y centro
en el culto eucarístico de la Iglesia. La transformación que Dios realiza en el
hombre por medio de la eucaristía, el Espíritu divino la realiza con los ángeles
derramando sobre ellos sus dones. Es decir, mientras la gracia de la eucaristía
santifica al hombre, y este por la comunión y por acción del Espíritu Santo
se vuelve capaz de ofrecerse a sí mismo y de ofrecer un sacrificio al propio
Dios, el Espíritu divino santifica a los ángeles derramando sobre ellos sus
dones, para que también ellos sean capaces de agradar a Dios. Así lo entiende
Antonio Orbe cuando escribe:
«Por comparación con el culto (de la eucaristía) reclamado al hombre por el
cielo, el de los ángeles se distingue del vulgar servicio o seguimiento de Dios.
Representa algo positivo, acomodado a la dignidad de los ángeles y responde por
su alteza a la ofrenda eucarística de los hombres. He ahí la ‘eucaristía celeste’,
la ofrenda de los ángeles al Creador, mediante el Espíritu Santo (septiforme).
Incapaces por sí solos de agradecer al Creador los dones de él recibidos, son
habilitados con los siete dones a fin de dar frutos a Dios»607.
Ireneo conoce también diversos coros o grupos de los ángeles.
«En este universo hay también ángeles; y a este universo entero le dio leyes,
ordenando que cada cual esté y permanece en lo suyo, sin salirse de los límites
decretados por Dios, cumpliendo cada uno el trabajo que le asignaron [...] En
este lugar trabajaban, cada uno según sus propias funciones, los siervos de aquel
Dios que había creado todas las cosas; y allí mandaba el regidor y cabeza que
había sido constituido jefe de sus consiervos; y los siervos eran los ángeles y el
regidor y cabeza era un arcángel608» Epideixis 10-11.
Ireneo habla sobre el tiempo de la parusía. Con la llegada del reino de Dios,
los hombres establecerán una profunda comunión con los ángeles:
«Los justos [...] reinarán sobre la tierra y crecerán a causa de la teofanía del
Señor, aprenderán a comprender siempre más la gloria de Dios Padre, tendrán
trato y comunión con los santos ángeles, y formarán una unión con ellos en el
reino»609.
¿De dónde le viene tal idea? En primer lugar de las palabras de Jesús, «serán
cómo los ángeles». Ireneo también interpreta el Salmo 23(24) de una manera
cristológica. Con ese salmo demuestra contra los gnósticos la superioridad de
Cristo. Según Ireneo, ninguno de los ángeles de las esferas celestiales había
reconocido al Verbo durante su bajada en el momento de la encarnación. Al
contrario, en la ascensión se hizo visible su gloria a los ángeles, así que ellos
quedaron sorprendidos delante del Cristo glorificado.
Contrario a la escuela alejandrina, Ireneo tiene claro la naturaleza
espiritual de los ángeles. Porque los ángeles son imágenes del Padre que
es espíritu, Ireneo describe el ser angélico como un ente sin carne, en
contraposición a Cristo que asumió la carne humana [...] Los ángeles desean
penetrar los misterios divinos, pero no pueden hacer nada por propia fuerza,
sino mediante la revelación realizada por el Hijo, el cual «revela desde el
principio al Padre, también a los ángeles y arcángeles, a las potestades y las
virtudes»610.
Para san Ireneo los ángeles son creaturas intermedias entre Dios y el
mundo, deseosos de penetrar en los misterios divinos.
Ireneo, siguiendo a Justino, interpreta las teofanías del AT como el
Lógos de Dios, sin darle la designación de a;ggeloj, porque su intención es
refutar las herejías de los gnósticos611. Ireneo quiere destacar a Cristo y su
divinidad frente a los ángeles. Por eso le atribuye títulos como ‘Palabra de
Dios’, ‘Engendrado antes de la luz’, ‘Creador del hombre’, ‘Sumo Sacerdote
entre los sacerdotes’, ‘Gobernador entre los reyes’, ‘Jefe de los querubines’,
‘Príncipe de las potestades angélicas’. Cristo posee todo en superlativo y
supera infinitamente a las creaturas.
612 Cf Andres, F (1926) Die Angelologie des Clemens von Alexandrien, RQ 34,
13-27, 129-140, 307-329, Herder, Freiburg. Oeyen, Ch (1963) Las potencias de Dios,
Buenos Aires. Stroumsa, G G (1996) Clement, Origen, and Jewish esoteric traditions
hidden wisdom: Esoteric traditions and the roots of christian mysticism, Leiden, 109–
131.
613 Cf Daniélou, J (1962) Les traditions secrètes des Apôtres, Eranos Jahrbuch 31,
199–215.
614 Clemente de Alejandría, Stromata VI,7,61: BKV II,19,279; (cf PG 9,278-280.
615 Clemente de Alejandría, Excerpta ex Theodoti 10,6: PG 9,659; cf Excerpta ex
Theodoti 11,4: PG 9,662.
616 «Primo itaque creati (protokti,stoi) et Filium vident, et seipsos, et inferiora,
sicut et archangeli vident primo creatos [...] Et angeli quidem sunt ignis intelligens, et
secundum essentiam spiritus intelligentes et depurgati. Lux vero intelligens sunt, quippe
maximus profectus est ab igne intelligente perfecte purgato, in quae cupiunt angeli in-
cap 3: los Padres pre-nicenos 213
espiritual en cinco grados, a saber: 1) Dios Padre, 2) El Hijo como rostro del
Padre (Lógos), 3) los siete primeros creados, 4) los arcángeles, 5) los ángeles
cercanos a los hombres. Como falta en el esquema la persona del Espíritu
Santo, Oeyen se pregunta: ¿Será, que Clemente haya ignorado al Espíritu
Santo? Luego identifica a los siete primeros creados, es decir los ángeles más
altos, como portadores de los siete dones del Espíritu Santo, y por lo tanto
como una manifestación de la propia tercera persona divina625. En el año
2009 Bogdan G Bucur retoma la idea de Oeyen y publica una monografía
sobre el tema.
No obstante, manifestamos aquí algunas dudas sobre dicha idea. Ambos
autores en sus discursos presentan argumentos para justificar su posición,
pero no explican la expresión ‘primeros creados’ (proto,ktistoi), que indica
que son seres creados. Ciertamente Clemente no los hubiera llamado
‘creaturas’ si estaba pensando en el Espíritu Santo.
Jesús en el Evangelio habla del Paráclito, pero no lo identifica
explícitamente con el ‘Espíritu de Dios’ del AT, ni con el ‘espíritu septiforme’
de Is 11. La doctrina sobre el Espíritu Santo se desarrolla posteriormente; san
Basilio es el primero que dedica una obra más extensa al tema, y apenas en
el año 381 se llega a la definición del dogma.
Si las expresiones de la doctrina en los primeros siglos estaban poco
claras, no podemos esperar de san Clemente, de Justino y de otros autores
de su tiempo, que hubieran hecho clara distinción, y nos basta constatar la
trasposición terminológica entre los siete seres anteriores a los ángeles y el
Espíritu del Padre y del Lógos.
ángeles:
«Por eso dice el profeta, ‘ustedes oían las palabras, pero no veían ninguna figura,
solamente oían su voz’ (Dt 4,12). Escuchan la voz del Señor, un Lógos sin forma,
y como la fuerza del Lógos es la palabra brillante del Señor, y actúa mediante el
ministerio brillante y directo»628.
De esta manera, el Lógos actúa mediante los ángeles subordinados, y son
los del último rango, los que producen el fenómeno (en este caso la voz), lo
que el pueblo percibe inmediatamente. Se llama ‘brillante’ el Lógos, como
también los ángeles a él subordinados.
Según Clemente, el pueblo del AT ha visto los efectos, pero Moisés
ha visto al Enviado mismo. Los demás profetas percibieron solamente
movimientos en sus sentidos, de modo que los hombres circunstantes no
vieron ni escucharon la revelación dada. También Abraham ha visto al ángel:
“después miraba al cielo”.
Lo que es común en todos estos textos, es la idea de que los ángeles han
sido instrumentos para las apariciones del Lógos en el AT, en cuanto que
fueron ellos que produjeron los efectos, los fenómenos percibidos por los
hombres629. Y sólo en pocos casos particulares fueron los ángeles mismos, y
a través de ellos habló el Lógos630. Tal colaboración es típica de la teología
de Clemente.
628 «Cum autem esset nubes et mons altus, quare non poterat diversus exaudiri so-
nitus, dum per operantem causam moveretur spiritus? Quamobrem dicit etiam propheta:
Vocem verborum vos autiistis, et similitudinem non vidistis. Vides quemadmodum vox
dominica, Verbum expers figurae, Verbi virtus, Verbum Domini lucidum, veritas quae de
coelo desuper ad congregationem venit Ecclesiae per lucidum ac propinquum operabatur
ministerium» Clemente de Alejandría, Stromata VI, 3, 32,3-33,5: PG 9,251.
629 Cf Oeyen, Ch (1965) 119: Clemente se refiere aquí a Gn 15,5-6. En Stromata
V,11,73: BKV II,19,182; (cf PG 9,111) afirma, que Abraham ha sido instruido por un
ángel en Gn 22, y por el Lógos en Gn 17,1 y 32,31.
630 «El efecto que pasa de Dios a los hombres, se hace ver, mientras al mismo tiem-
po los ángeles actúan, porque a través de los ángeles, el poder divino ofrece lo bueno,
sea que ellos son vistos o no. Así fue realizado en la aparición del Señor» Clemente de
Alejandría, Stromata VI,17,161,2: PG 9,394. Se hace una distinción entre la acción de
Dios a través de los ángeles y una acción directa de Dios mismo.
631 Cf Gavin, J (2009) 31.
632 Cf Simonetti, M (1962) Due note sull‘angelologia origeniana, ����������������
‹���������������
Rivista di cul-
tura classiche e medioevale› 4,165-208, Roma.
cap 3: los Padres pre-nicenos 217
Sacrosanctum Concilium 2.
638 Orígenes, Contra Celsum 5,4: PATR 20,385.
639 «Neque verus pontifex solus orat cum rite orantibus, sed et angeli [...] Si an-
geli Dei accesserunt ad Iesum, et ministrabant ei; nec hoc ministerium ad breve tempus
corporeae Christi inter homines conversationis, et cum adhuc erat in medio credentium,
non ut recumbens, sed ut ministrans, angelos praestitisse putandum est: quot angelos
verisimile est ipsi colligere filios Israel [...] ministrare et amplius etiam quam apostolos
collaborare augendae Ecclesiae et multiplicandae; adeo ut angelos Ecclesiis quosdam
praeesse Ioannes in Apocalypsi dicat? Neque enim frustra angeli Dei ascendunt et des-
cendunt super Filium hominis» Orígenes, De oratione 11,3: PG 11,447s.
640 Cf Orígenes, De principiis IV,2,2: GCS 22,309; In Ioannem X,35: GCS 10,210;
In Canticum II, In Ieremiam V,16: PG 13,253; In Lucam 23,7: FC 4/1 259; (cf PG
13,1862); De oratione 31,5: PG 11,554.
641 Cf Orígenes, In Lucam 23,8: FC 4/1 261; (cf PG 13,1863).
642 «W`j presbu,teroi kai. timiw,teroi ouv mo,non tou/ avnqrw,pou( avlla. kai. pa,shj th/j
met auvtou.j kosmopou,aj» Orígenes, In Matthaeum 15,27: PG 13,1331-1333.
cap 3: los Padres pre-nicenos 219
643 Cf Orígenes, Contra Celsum 5,5: PATR 20, 386; (cf PG 11,1186).
644 «Si hay entre nosotros hombres, que fueron condecorados con el servicio del
anuncio del evangelio, y cuando Jesús mismo anunciaba el evangelio, ¿por acaso, estos
espíritus, que el Padre hizo como mensajeros y llamas de fuego y siervos de su majestad,
no van recibir este título de evangelistas? El servicio evangélico, confiado a los ángeles
no es un servicio ocasional. En los fines de los tiempos un ángel va bajar del cielo, con el
evangelio en la mano» Orígenes, In Ioannem I,12: GCS 10,17; (cf PG 14,46). Cf página
14, nota 5.
645 «Ego non ambigo et in coetu nostro adesse angelos, non solum generaliter omni
ecclesiae, sed etiam singillatim; de quibus Salvator ait: ‘angeli eorum semper vident
faciem Patris’ (Mt 18,10)» Orígenes, In Lucam 23,8: FC 4/1,260; (cf PG 13,1863).
«Aderant enim tunc cum tibi sacramentum fidei tradebatur, coelestes virtutes,
ministeria angelorum, ecclesia primitivorum. Si enim recte intelligamus Israhelem dici
mente Deum videntem, rectissime hoc de ministris angelis magis dicitur, secundum Do-
mini sententiam, dicentis de infantibus, quod et tu fuisti infans in baptismo, quia ‘angeli
eorum semper vident faciem Patris mei qui est in caelis’» Orígenes, In Iesu Naue 9,4:
GCS 30,350; (cf PG 12,874).
646 «Incapaci di penetrare i misteri celati nelle Scritture e di adeguare ad essi la loro
norma di vita, come invece sanno fare i perfetti. In questo ordine di ‘idee egli interpreta
il passo evangelico ora nel senso che anche i più piccoli fra i cristiani [...] diventeranno
uguali agli angeli» Simonetti, M (1962) 168.
220 i: agentes litúrgicos
verse inferior a los ángeles, a saber Dios e Hijo de Dios. Pero, en cuanto posee la
naturaleza humana, en este sentido es inferior a los ángeles [...] En este sentido,
el Hijo de Dios, ha sido más glorioso que los profetas, y no es como él [el hereje
Hebión] dice, que un ángel habitaba en él, así como en Zacarías. Cristo nunca
usó la expresión ‘el ángel que estaba en mí me habló’ (Za 1), ni siquiera usó la
manera de hablar común a los profetas: ‘así dice el Señor’, porque él mismo era
el Señor que habló con la máxima autoridad: ‘pero, Yo les digo’»649.
Percibimos aquí la existencia de un problema con los gnósticos, que
consideraban a Cristo un ángel. Tertuliano aplica la aparición del Verbo en el
AT para probar la diferencia entre Padre e Hijo. El primero se caracteriza por
ser invisible, mientras que la visibilidad del Hijo forma parte de la sustancia
de su palabra.
Tertuliano usa las teofanías del AT para refutar la tesis herética de un
‘cuerpo aparente’ de Cristo. Los ángeles se aparecen con cuerpos humanos
para ciertos propósitos650 como, por ejemplo, para comunicarse con Abraham
y con Lot. Estos ángeles asumieron una verdadera naturaleza humana (‘caro
vera, non putativa, sed innata’) una carne verdadera, pero que no viene por
un nacimiento. Por lo tanto, también Cristo se apareció a Abraham de verdad
con esa misma carne, no por nacimiento. Tertuliano atribuye a los ángeles
una cierta corporalidad, pero que su naturaleza se compone de una substancia
espiritual, o una substancia celestial, aunque no sabe bien cómo explicarlo651.
649 «An vero, ut per angelum liberaret hominem? Cur ergo descendit ad id quod
per angelum erat expediturus? Si per angelum, quid et ipse? Si per se, quid et angelus?
Dictus est quidem magni consilii angelus, id est nuntius, officii non naturae vocabulo
[...] Non ideo tamen sic angelus intellegendus ut aliqui Gabriel aut Michael. Nam et
filius a Domino vineae mittitur ad cultores, sicut et famuli, de fructibus petitum. Sed non
propterea unus ex famulis deputabitur filius, quia famulorum sucessit officio. Facilius
ergo dicam, si forte, ipsum Filium (Dei) angelum, id est nuntium Patris, quam ange-
lum in Filio. Sed cum de filio ipso sit pronuntiatum: ‘minuisti cum modicum quid citra
angelos’ (Sl 8), quomodo videbitur angelum induisse, sic infra angelos diminutus, dum
homo fit, qua caro et anima et filius hominis? qua autem spiritus Dei et virtus Altissimi,
non potest infra angelos haberi, Deus scilicet et Dei Filius. Quanto ergo, dum hominem
gestat, minor angelis factus est, tanto non, dum angelum gestat [...] Dei filium, constituit
Iesum, plane prophetis aliquo gloriosiorem, ut ita in illo angelus fuisse dicatur; quemad-
modum in aliquo Zacharia. Nisi quod a Christo nunquam est dictum: ‘Ei ait mihi angelus
qui in me loquebatur’ (Za 1); sed nec quotidianum illud omnium Prophetarum: ‘Haec
dicit Dominus’. Ipse enim erat Dominus, ex sua auctoritate pronuntians: ‘Ego autem dico
vobis’» Tertuliano, De carne Christi 14,6-10: PL 2,778.
650 Cf Tertuliano, De resurrectione carnis 62; De carne Christi 3 y 6; Adv Mar-
cionem 3,11.
651 ��������������������������������������������������������������������������������
«Sed et si de materia necesse fuisset angelos sumpsisse carnem, credibilius uti-
que est de terrena materia, quam de ullo genere coelestium substantiarum» Tertuliano,
222 i: agentes litúrgicos
mientras el ángel de la oración todavía está aquí de pie, tal cosa sería una actitud
irreligiosa, pues de esta manera, ¿no estaríamos reprochando a Dios porque la
oración nos fatigó?656.
Al preguntarnos acerca de la identidad de este ‘ángel de la oración’, debemos
admitir la referencia a la obra del Pastor de Hermas, que Tertuliano está
citando en ese contexto657. Queda claro que aquí no se trata de un obispo
o sacerdote que está de pie, presidiendo la asamblea litúrgica, sino que
Tertuliano se refiere a una creatura espiritual.
La segunda figura es el ‘ángel del bautismo’, que es como un precursor
del Espíritu Santo, y causa un efecto sobre el agua purificante que será usada
para el bautismo:
«Nosotros recibimos al Espíritu Santo no por el agua, sino que mediante el agua
somos purificados por un ángel y de esta manera somos preparados para recibir
al Espíritu Santo’. Así como Juan Bautista preparó la venida del Señor, así el
ángel del bautismo prepara la venida del Espíritu Santo»658.
En su investigación acerca de la identidad de este ‘ángel del bautismo’, E
Amann659 discute las diversas interpretaciones: algunos lo consideran el
propio Espíritu Santo, otros una creatura espiritual y otros el sacerdote u
obispo cuando administra el sacramento del bautismo.
Primero, Amann presenta algunas opiniones que identifican al ángel
del bautismo con el obispo como administrador del sacramento660. Amann
656 «Siquidem irreverens est assidere sub conspectu Dei vivi, angelo adhuc
orationis astante, factum istud irreligiosissimum est, nisi exprobamus Deo, quod nos
oratio fatigaverit».Tertuliano, De oratione 16: BKV 7,260; (cf PL 1,1174).
657 En la Visión 5,1,1 del Pastor, Hermas cuenta: ‘Estaba yo rezando en la casa,
sentado en la cama, cuando vi entrar a un hombre de apariencia gloriosa, vestido con
ropas de pastor’. Era su ángel custodio, que lo saludó y se sentó junto a él. Tertuliano
entiende al Pastor como un ángel medianero, que le lleva la oración delante de Dios.
658 «Non quod in aqua spiritum sanctum consequimur, sed in aqua emundati sub
angelo spiritui sancto praeparamur. Hic quoque figura praecessit: sicut enim Iohannes
antecursor domini fuit praeparans vias eius, ita et angelus baptismi arbiter superventuro
spiritui sancto vias dirigit abolitione delictorum, quam fides impetrat obsignata in Patre
et Filio et Spiritu Sancto» Tertuliano, De Baptismo 6: FC 76,176 (cf PL 2,1134).
659 Cf Amann, E (1921) L´ange du baptême dans Tertullien: ‹Revue des sciences
réligieuses› 1,208-221.
660 «Un cas aussi remarquable trouble quelque peu nos catégories de théologiens
modernes. On a donc fait effort pour ramener le texte de Tertullien au schématisme de
nos traités des sacrements et de la grâce. L’ange du baptême devient alors l’homme
ministre du baptême, l’évêque, si l’on veut, qui confère le sacrement. On voit apparaître
cette idée, dans le commentaire d’ailleurs remarquable qu’au 18 siècle Dom Thomas
Corbinien écrivit sur le De baptismo (PL 2,1160) «Innuere videtur ministrum baptismi».
Elle passe de là dans l›étude du P d’Alès sur la Théologie de Tertullien (p. 325, note 4).
224 i: agentes litúrgicos
Le P d’Alès, il est vrai, ne fait qu’indiquer cette opinion de Dom Thomas Corbinien,
sans dire s’il s’y rallie; et la manière dont il renvoie ensuite à l’ange de la pénitence dans
Hermas, indiquerait peut-être qu’il ne se lient pas personnellement à l’exégèse du docte
Bénédictin. Car, avec toute la bonne volonté du monde, il est impossible de transformer
en évêque le personnage mystérieux qui paraît maintes fois dans le Pasteur. J’ai donc
été bien étonné, en étudiant avec toute l’attention qu’il mérite le livre récent de M de
Backer, Sacramentum, le mot et l’idée représentée par lui dans les œuvres de Tertullien,
d’y trouver un essai de démonstration de l’hypothèse avancée par Dom Corbinien.
«Nous pensons, dit l’auteur, que cet ange désigne le ministre du baptême, qui bénit l’eau
destinée au sacrement, c’est-à-dire que par une invocation à Dieu, il y fait descendre
l’Esprit divin, qui lui donnera la vertu sanctificatrice. C’est lui encore qui accomplit la
cérémonie rituelle (in aqua emundati sub angelo) et prononce la formule sacramentelle»
Amann, E (1921) 217.
661 «De cette action naturelle de l’ange, dans l’eau du baptême, Tertullien dispose
d’un argument bien plus solide. Qu’on se rappelle cette piscine de Bethsaïde [...] nou-
velle figure du traitement spirituel qu’apporte la foi chrétienne «car par le progrès de la
faveur divine dans l’humanité, les eaux et l’ange prirent (désormais) une plus grande
importance, plus aquis et angelo accessit. Eux qui guérissaient (noter en latin qui reme-
diabant: les deux réalités mêlées: l’eau et l’ange; et le pronom au masculin pluriel) les
maladies du corps, guérissent maintenant l’âme; eux qui procuraient le salut temporel,
donnent le salut éternel, eux qui délivraient par an un seul homme sauvent maintenant
tous les jours des peuples entiers, la mort se trouvant détruite par la purification des
fautes». En d’autres termes, il se passe dans le baptistère chrétien, au moment des mys-
tères de l’initiation, le même miracle qui se produisait à la piscine de Bethsaïde. L’ange
de Dieu vient se mêler aux eaux et ce mélange d’eau et d’esprit, si je puis ainsi dire, est
le remède des infirmités de l’âme: In aquae mundati sub angelo spiritui sancto praepa-
ramur» Amann, E (1921) 219.
662 Este concepto de Tertuliano perseveró por largo tiempo en África. Optato de
Milet pregunta contra los donatistas si poseen el ángel del bautismo, capaz de mover la
fuente del agua: “unde vobis angelum (habetis), qui apud vos possit fontem movere aut
inter ceteras dotes ecclesiae numerari?” Optato, Contra Parmenianum II,6.
663 «Igitur medicatis quodammodo aquis per angeli interventum et spiritus in aquis
cap 3: los Padres pre-nicenos 225
Novaciano (+258)669
Novaciano, sacerdote romano, fue antipapa en la época del papa Cornelio,
desde 251 hasta 258, fecha de su muerte. Algunos lo llaman o lo identifican
con Novato, pero otras fuentes dicen que Novato fue un presbítero de origen
cartaginense.
Las obras que de él se conservan son De Trinitate, De cibis iudaicis, De
spectaculis, De bono pudicitiae. De Trinitate es la más extensa. Resume la
doctrina de las obras anteriores, pero su originalidad reside en la precisión
y amplitud en el tratamiento del tema: combate el monarquianismo; adopta
el método dialéctico; se ciñe mucho a la Escritura con citas abundantes y
apropiadas, e incurre en el subordinacionismo, es decir, al Hijo lo concibe
como inferior al Padre.
Sobre la creación de los ángeles Novaciano afirma:
«Dios formó a las partes superiores del mundo, las que ya no podemos ver
con nuestros ojos, primero instituyó a los ángeles, los reinos de las potencias
espirituales, instituyó a los tronos y potestades por encima y creó muchos otros
espacios celestiales y obras misteriosas, así que nuestro mundo aquí, como
mundo de los cuerpos, aparece antes como la última categoría y no la única obra
de Dios. Incluso en los lugares abajo del mundo tampoco faltan las potestades
ordenadas jerárquicamente»670.
667 «Tout ce travail, qui dans le sein maternel prépare, rassemble, façonne l’homme
futur, c’est quelque puissance, ministre de la volonté divine, qui l’accomplit ‘aliqua
utique potestas divinas voluntatis ministra modulatur’. Et il ne s’agit point ici d’une puis-
sance, d’une force impersonnelle; la suite le montre bien, puisque Tertullien déclare que
la superstition romaine s’est emparée de cette idée vraie pour confier à toute une série de
divinités les soins qui revenaient à cette puissance, déléguée par le Créateur. ‘Pour nous,
dit-il, nous croyons que ces fonctionnaires divins sont des anges’. ‘Nos officia divina
angelos credimus’» Amann, E (1926) 222.
668 Cf Tertuliano, De anima 38-39.
669 Cf Scheidweiler, F (1954) Novatian und die Engelchristologie: ‹Zeitschrift für
Kirchengeschichte› 66,126-139.
670 «Quamquam etiam superioribus, id est super ipsum quoque solidamentum,
partibus, quae non sunt hodie nostris contemplabiles oculis, angelos prius instituerit,
spiritales virtutes digesserit, thronos potestatesque praefecerit, et alia multa caelorum
immensa spatia et sacramentorum infinita opera condiderit, ut immensus hic licet mundus
paene novissimum magis dei corporalium rerum appareat opus esse quam solum. Nam
cap 3: los Padres pre-nicenos 227
neque quae infra terram iacent, neque ipsa sunt digestis et ordinatis potestatibus vacua»
Novaciano, De Trinitate 1,8: Weyer, H [edr] (1962) 40; (cf PL 3,888).
671 Novaciano, De Trinitate 28,156: Weyer, H [edr] (1962) 176; (cf PL 3,941-
942).
672 «Si non Christum tunc locutum ad Agar voluerimus accipere, aut angelum Deum
faciamus, aut Deum Patrem omnipotentem inter angelos computemos» Novaciano, De
Trinitate 18,108: Weyer, H [edr] (1962) 130; (cf PL 3,942).
673 Ergo si hic locus neque personae Patris congruit, ne Angelus dictus sit: neque
personae Angeli, ne Deus pronuntiatus sit: personae autem Christi convenit ut et Deus
sit, quia Dei Filius est; et Angelus sit, quoniam paternae dispositionis annuntiator est
Novaciano, De Trinitate 18,104: Weyer, H [edr] (1962) 127.
674 «Quoniam Patri subditus et annuntiato paternae voluntatis est, magni consilii
Angelus pronuntiatus est» Novaciano, De Trinitate 18,103: Weyer, H [edr] (1962) 124;
(cf PL 3,947).
228 i: agentes litúrgicos
3.5. Evaluación:
El objetivo de la primera parte de nuestro estudio fue ofrecer algunos
criterios para reconocer al agente litúrgico. Como hemos visto, no siempre
es fácil determinarlo, por la ambigüedad de los términos.
Para caracterizar a los Padres, distinguimos el primer grupo: san
Clemente Romano, san Ignacio de Antioquía y Hermas. Clemente nos ofrece
afirmaciones sobre los ángeles tomadas del NT y sigue la misma tradición.
San Ignacio presenta una jerarquía y cierta diversidad de los oficios litúrgicos
de los ángeles, sean como diáconos, o administradores de Dios, o ‘ángeles
de la santidad del Verbo’. San Ignacio equipara el sacerdocio del AT con el
ministerio de los ángeles y luego presenta el ministerio de Cristo que supera
todo. Se puede notar en Ignacio una novedad que viene con Cristo y que
tiene consecuencias también en el mundo angélico.
De manera semejante observamos en el Pastor de Hermas diversos oficios
de los ángeles. Unos son los ejecutores y otros son como los administradores
que coordinan los trabajos. La historia del Pastor es tomada de una antigua
tradición judaica, que presenta el mundo angélico, y Miguel es como el
representante de Dios. Todo esto cambia con la venida del Hijo del hombre,
el dueño de la torre. Los ángeles están al servicio de Cristo para edificar la
Iglesia. Se puede ver que los ángeles han sido anunciadores del Hijo, hasta
que viniera él. No es que el Hijo de Dios asumiera las tareas de los ángeles
y ellos quedarían sin oficio, sino más bien al contrario, los oficios de los
ángeles encuentran en Cristo su pleno sentido. El ángel glorioso Miguel
ejercía su función que se refiere a la ley, y prepara e ilumina al pueblo de
Dios mediante la ley, pero, quien da la gracia es únicamente el Hijo.
De san Justino hemos dicho que no se ocupa propiamente con la
angelología. En cambio, san Ireneo explicará, de modo más profundo, los
ministerios litúrgicos de los ángeles. Se puede notar, que en la angelología de
san Ireneo entraron también aspectos de la cosmología judaica y elementos
that one would miss without these lenses» Bucur, B G (2009) Introducción XXV.
231
Priestertums die Mantik, den Priester als Charismatiker, als Träger höherer Kräfte, der
das visionäre Schauen des Willens der Gottheit hat» Schrenk, G (1938) i`ero,j( ktl:
TWNT III, 260.
16 a) En primer lugar, el sacerdote cumple la función de pronunciar el oráculo de
Urim y Tumim; anuncia oráculos sin ser adivino.
b) Puede ofrecer sacrificios, aunque cualquier persona tiene el poder de hacerlo. Así Moi-
sés, como medianero del pueblo, también desempeña una función sacerdotal.
c) En el período de la monarquía, el sacerdote desarrolla varias actividades: bendice al
pueblo, consulta a Dios, ejerce el control de la observancia de la ley y ofrece el sacrificio
del incienso. También asume la función judicial (Ex 18,13-26; Dt 17,8-13). Cf Schrenk,
G (1938) 261.
17 Cf Baroffio, B – Viola, V (2001) ‹Sacerdocio›: Sartore, D - Triacca, A M –
Cibien, C [edr] Liturgia, San Paolo, Cinisello Bálsamo, 1708-1732.
18 Se le atribuyen las siguientes tareas:
- En la cultura primitiva ofrece el sacrificio, centro de toda vida cultual, según diversos
modos.
- Realiza el exorcismo para purificar la cosa de cualquier mal (pecado que pesa sobre la
conciencia y sus efectos dañinos, epidemias etc.), del mismo modo como los serafines
purifican al profeta (cf Is 6,3).
- Pronuncia el oráculo, que permite al sacerdote predecir el futuro.
19 «Los labios del sacerdote han de guardar el conocimiento, y de su boca han de
buscar la instrucción, pues él es un mensajero de Yhwh de los Ejércitos (tAabc-hwhy %alm)»
(Ml 2,7). Se puede observar un acercamiento entre ‘sacerdote’ y ‘enviado’.
20 «En el siguiente cielo (sexto cielo, adyacente al Santuario) se hallan los án-
geles de la presencia del Señor, sus servidores, que interceden ante el Señor por todos
los pecados de los justos cometidos inadvertidamente. Ofrecen al Señor un sacrificio de
suave olor (ovsmh.n euvwdi,aj), una ofrenda razonable y sin sangre (logikh.n kai. avnai,makton
prosfora,n). En el cielo de más abajo se encuentran los ángeles que llevan las respuestas
236 ii: acciones litúrgicas
a sus compañeros ángeles que están ante la presencia de Dios. En el siguiente se hallan
los Tronos y Dominaciones, y se entonan himnos a Dios continuamente» Testamento de
Levi 3,5-8: Diez Macho, A (1987) V, 47.
21 Ni Cristo ni los apóstoles fueron descendientes de una estirpe sacerdotal. Jesús
no nace de la familia de Aarón, sino de la tribu de Judá. Lo primero que se debe explicar
es por qué Cristo fue llamado sacerdote. Fue necesario explicar la relación de la cruz de
Cristo con el sacrificio expiatorio. Las características del sacerdocio de Cristo se describe
en Hb 7,26: «Así es el Sumo Sacerdote que nos convenía: santo, inocente, incontami-
nado, apartado de los pecadores, encumbrado por encima de los cielos» (BibJer 1601).
Así, exaltado y glorificado, Cristo intercede en el santuario del cielo y tiene algo para
ofrecer, porque «presentóse Cristo como Sumo Sacerdote de los bienes futuros, a través
de una tienda mayor y más perfecta, no fabricada por mano de hombre, es decir, no de
este mundo» (Hb 9,11: BibJer 1603).
22 En el NT, el lenguaje sacrificial y conceptos como ‘offerre munera’, prosfe,rein
dw/ra, te kai. qusi,aj (cf Hb 8,3-4; 9,9; Ap 11,10) aparecen solo en las cartas paulinas,
Hebreos y Apocalipsis.
cap 4: ministerios litúrgicos 237
27 ����������������������������������������������������������������������������������
«Ciò che fa il mediatore non è una qualità o l’altra, ma la stretta unione di que-
ste due capacità di relazione. Un essere pieno di misericordia, ma che non fosse gradito
a Dio, non potrebbe stabilire una mediazione tra gli uomini e Dio. La sua misericordia
sarebbe soltanto filantropia» Vanhoye, A (2002) 91-92.
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De la misericordia (cf Hb 2,17) nacen la solidaridad y la compasión. El com-
portamiento de Cristo está pleno de misericordia, y en él se observa fidelidad y una
profunda intimidad entre Él y Dios (cf Hb 3,2). El sacerdocio de Cristo tiene un carácter
mesiánico (cf Sl 109) y universal, y es del todo distinto al sacerdocio veterotestamen-
tario. No posee genealogía y es superior al de Aarón y al de los israelitas. Este nuevo
sacerdocio no solo ofrece sacrificios espirituales, sino que se amplía por el anuncio del
evangelio y la práctica de la caridad (cf Rm 5,5). Cristo es el camino; pasó por la cortina
al interior del santuario de Dios, y con esto nos ha abierto el camino también a nosotros.
Ahora su servicio sacerdotal no se realiza más en la tierra (cf Hb 8,4), porque su sacerdo-
cio tiene su lugar en el cielo.
28 «Avevamo bisogno di una trasformazione radicale della nostra natura umana
deformata dal peccato ma non eravamo capaci di accettare positivamente le sofferenze
necessarie. Cristo ha accettato per noi queste sofferenze e questa trasformazione. L’autore
prepara qui il suo insegnamento sul sacerdozio e sulla mediazione di Cristo. In Eb 5,1-10,
in un contesto che insiste sulla solidarietà del sacerdote con gli uomini, parlerà di nuovo
di una trasformazione operata attraverso delle sofferenze; userà allora lo stesso verbo
greco teleioun, «rendere perfetto», e mostrerà che questa trasformazione ha costituito la
consacrazione sacerdotale di Cristo» Vanhoye, A (2002) 85.
29 La muerte de Cristo ha sido un acto de mediación sacerdotal. Así, Hb 5,9 en
unión con 2,17 aparece no como una innovación, sino más bien como la conclusión
lógica que presenta la glorificación del Hijo. «La gloria di Cristo, in effetti, non è la
gloria di un ambizioso che si sarebbe sforzato di elevarsi al di sopra dei suoi fratelli,
dominandoli e opprimendoli. Al contrario, è la gloria di chi, per amore, ha accettato di
abbassarsi fino al livello dei più miserabili per aprire loro il cammino verso Dio. É così
diventato il mediatore perfetto tra gli uomini e Dio, ‘sommo sacerdote misericordioso’»
Vanhoye, A (2002) 87.
cap 4: ministerios litúrgicos 239
35 STh II-II,85,3, ad 3.
36 Congar, I M (1952) 179.
37 Cf STh III,82,2, ad 2.
38 Cf Rea, J E (1947) The Common Priesthood of the Members of the Mystical
Body, Westminster. Junker, H (1947) Das allgemeine Priestertum des Volkes Israel nach
Ex 19,6, TThZ 56, 10-15. Congar, I M (1952) Jalones para una teología del laicado,
Estela, Barcelona 1965. Tillard, J M (1990) ‹Sacerdoce›: DSp 14,1-37. Quingles
Torres, J F (2003) El sacerdocio común y la participación de los fieles en los ‘tria
munera’ de Cristo, Pusc, Roma.
cap 4: ministerios litúrgicos 241
Baptismo 7,1-2: PL 2,1163. Y según san Agustín, «todos son cristos, ungidos en razón
del crisma místico; también todos son sacerdotes, porque son los miembros del único
sacerdote» San Agustín, De civitate Dei 20,10: PL 41,676.
48 El diácono es ordenado, participa en el tercer grado del sacramento del orden,
pero «no es ordenado al sacerdocio sino al ministerio» LG 29.
49 «Observar la ley es hacer muchas ofrendas, guardar los mandamientos es hacer
sacrificios de comunión. Devolver un favor es hacer oblación de flor de harina (otra
traducción reza: “practicar la caridad es hacer oblación de alimento”); hacer limosna es
ofrecer sacrificio de alabanza. Apartarse del mal es complacer al Señor, un sacrificio de
expiación es apartarse de la injusticia» Ecl 35,1-5.
244 ii: acciones litúrgicas
63 “Los hombres tienen la necesidad de que alguien les repita las palabras de la
vida eterna. Esto es necesario más aún cuando el contenido de las verdades salvíficas son
misterios que sobrepasan nuestra inteligencia y requieren la fe” Quingles Torres, J F
(2003) 130.
64 Cf Origenes, Homilias a Ezequiel 1,7: PG 13,674.
65 «Angeli digniores sunt hominibus» STh I, 59,3 sc.
66 «Todas las cosas corporales son regidas por los ángeles» STh, I,110,1; cf Ap
8,7ss; 16,5.
cap 4: ministerios litúrgicos 247
(cf Rm 8,19). Así san Pablo afirma, que Dios ha reconciliado todas las cosas
en Cristo (cf Col 1,19-20) y, “Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por
medio de Cristo, nos dio el ministerio de la reconciliación” (2Co 5,18).
La Iglesia forma el cuerpo místico de Cristo72. El ser miembro de este
cuerpo proviene de la gracia que viene de Cristo, que es la cabeza. Cristo
unió a los hombres y a los ángeles, asociándolos a su cuerpo místico por la
gracia. Ahora hay una única sociedad de hombres y ángeles, una sola Iglesia73.
Según las palabras de Hb 12,22-23, la comunidad de la Iglesia terrena se
ha acercado a “la compañía de ángeles, la asamblea de los primogénitos”.
También el Apocalipsis describe la ciudad celestial como una sociedad unida
entre hombres y ángeles (cf Ap 21,12). Esta ciudad celestial representa a la
Iglesia triunfante, la parte definitiva del ‘cuerpo de Cristo’.
Ahora los ángeles adoran cuando el Padre “introduce a su Primogénito
en el mundo” (Hb 1,6), y proclaman esta alegría en el canto del Gloria (cf
Lc 2,10.14). Según C Vaggagini, el Gloria es la canción de la restauración
de la unión cósmica entre los ángeles y los hombres por la encarnación de
la Palabra74. Cristo mismo es el sumo sacerdote de la liturgia escatológica y
cósmica. Los ángeles lo adoran como hombre y como “Sumo sacerdote de
las cosas buenas que han de venir” (Hb 9,11).
Siendo ellos miembros de la Iglesia, santo Tomás considera la armonía
entre los ministerios de los hombres y de los ángeles:
«Donde hay un solo cuerpo es necesario que haya una sola cabeza. Por analogía
se llama un solo cuerpo a una multitud ordenada en unidad según diversas
actividades o funciones. Los hombres y los ángeles se ordenan hacia un mismo
fin, que es la gloria de la bienaventuranza divina [...] por ello, el cuerpo místico
de la Iglesia no sólo consiste de hombres, sino también de ángeles [...] de él
(Cristo) no sólo los hombres, sino también los ángeles reciben influencia [...]
Cristo es cabeza no sólo de los hombres, sino también de los ángeles»75.
72 Cf en el NT: 1Cor 10,17; 12,13. 26. 27; Rm 12,4; Ef 1,23, etc.; DS 493, 575,
870 etc; Concilio Vaticano II: Lumen gentium 7.
73 Cf Ef 1,22-23; Col 1,17-18, STh I,108,8,c; STh III,8,4.6.
74 Cf Vagaggini, C (1959) 314.
75 «Ubi est unum corpus, necesse est ponere unum caput. Unum autem corpus
similitudinarie dicitur una multitudo ordinata in unum secundum distinctos actus sive
officia. Manifestum est autem quod ad unum finem, qui est gloria divinae fruitionis,
ordinantur et homines et angeli. Unde corpus Ecclesiae mysticum non solum consistit
ex hominibus, sed etiam ex angelis. Totius autem huius multitudinis Christus est caput,
quia propinquius se habet ad Deum, et perfectius participat dona ipsius, non solum quam
homines, sed etiam quam angeli; et de eius influentia non solum homines recipiunt, sed
etiam angeli [...] Et ideo Christus non solum est caput hominum, sed etiam angelorum»
cap 4: ministerios litúrgicos 249
STh III,8,4,c.
76 «Iustificationis causa instrumentalis item sacramentum» Denzinger, H (1976)
1529.
77 «(Instrumentaliter) homo potest operari ad interiorem effectum sacramenti,
inquantum operatur per modum ministri» STh III,64,1,c. Véase también STh III, 64,5,c:
«Ministri Ecclesiae instrumentaliter operatur in sacramentis, eo quod quodammodo
eadem ratio est ministri et instrumenti, [...] Instrumentum non agit secundum proprium
formam aut virtutem, sed secundum virtutem eius a quo movetur».
78 «Vero sacramenta sunt in quibus requiritus minister determinatus; et horum
virtus partialiter consistit in ministri, sicut in materia et in forma. Nec tamen iustificare
dicitur minister nisi per modum ministerii, in quantum operatur ad iustificationem
conferendo sacramentum» Tomás de Aquino, De veritate 27,4, ad 18.
79 «Instrumentum autem est ad usum principalis agentis: necesse est quod talis sit
dispositio instrumenti ut competat principali agenti; unde et corpus disponitur secundum
quod congruit animae» SCG IV,73,1.
250 ii: acciones litúrgicas
los hombres es constituido a favor de los hombres en las cosas que a Dios se
refieren, para presentar ofrendas y sacrificios por los pecados» (Hb 5,1).
Si Cristo ha dado tal poder a los hombres, ese poder supera su naturaleza.
Ellos son causa instrumental, ya que solo Dios es el autor de la gracia. La
relación entre Cristo y el ministro la explica santo Tomás como relación
entre un autor principal y su instrumento80.
Los ángeles como causas instrumentales en el orden sobrenatural
Santo Tomás afirma que también en el caso de los ángeles, como ministros
inteligentes, se debe distinguir entre lo natural y la gracia sobrenatural.
Por cuanto la actividad de los ángeles está limitada a su naturaleza, ellos
son causas secundarias que actúan a modo de un agente principal. Por el
contrario, en tanto su acción entra en el ámbito de una misión sobrenatural en
la cual serían medianeros de dones sobrenaturales, el ángel pasa de ser agente
principal a ser un agente instrumental. Cada efecto sobrenatural trasciende
absolutamente los límites de la naturaleza creada.
El Aquinate considera que «todo el culto de la religión cristiana deriva
del sacerdocio de Cristo»81. Siendo los ángeles ministros de Cristo, ellos
estarían perfeccionados por un orden sobrenatural de instrumentalidad por la
“comunicatio divinorum” se les daría un poder de modo espiritual, pero no
por un sacramento82.
Santo Tomás relaciona íntimamente el poder espiritual de los sacerdotes
y el de los ángeles:
«La potestad jerárquica compete ciertamente a los ángeles, en cuanto que también
ellos son instrumentos entre Dios y los hombres, como lo notifica Dionisio [...]
de manera que al propio sacerdote, en cuanto intermediario entre Dios y el
pueblo, se lo llama ‘ángel’ (mensajero). Pero Cristo es mayor que los ángeles
no sólo en cuanto a la divinidad, sino también a la humanidad, porque posee la
plenitud de gracia y de gloria. Por eso tuvo, además, la potestad jerárquica o
sacerdotal de modo muy superior a la de los ángeles, hasta el extremo de que
también los mismos ángeles le fueron servidores en su sacerdocio, de acuerdo
con lo que se lee en Mt 4,11: ‘Se acercaron los ángeles y le servían’»83.
La conformidad de los ángeles con Cristo no está en su naturaleza sino en la
luz de la gloria, razón por la que William Wagner explica, que la beatitud de
los ángeles es esencialmente cristológica84.
96 La traducción castellana es tomada de la STh, Bac maior 46, 546. «Tota virtus
sacramentorum a passione Christi derivatur, quae est Christi secundum quod homo. Cui
in natura conformantur homines, non autem angeli, [...] Ad homines pertinet dispensare
sacramenta, et in eis ministrare, non autem ad angelos. Sciendum tamen quod sicut
Deus virtutem suam non aligavit sacramentis, quin possit sine sacramentis effectum
sacramentorum conferre, ita etiam virtutem suam non alligavit Ecclesiae ministris, quin
etiam angelis possit virtutem tribuere ministrandi sacramenta. Et quia boni angeli sunt
nuntii veritatis, si aliquod sacramentale ministerium a bonis angelis perficeretur, esset
ratum habendum, quia deberet constare hoc fieri voluntate divina; sicut quaedam templa
dicuntur angelico ministerio consecrata» STh III, 64,7c; cf SCG IV,74.
Respecto a la última frase, santo Tomás se refiere a la aparición de san Miguel
arcángel en el monte Gargano /Italia. Según la tradición fue san Miguel mismo, que
habría consagrado la iglesia, es decir, la gruta de la aparición. El santo lo explica así:
«Angelis bonis non est collata potestas baptizandi, propter duas rationes. Primo, quia
non habent praedictam convenientiam cum sacramento, et cum Christo, qui est auctor
sacramenti. Secundo, quia ad necessitatem baptismi non valeret potestas eis concessa,
cum non sint in promptu hominibus, ut per eos baptizentur. Sed sicut Deus potentiam
suam sacramentis non alligavit, ita nec potestatem consecrandi sacramenta alligavit
aliquibus ministris; unde qui dedit hanc potestatem hominibus, posset dare et angelis.
Nec angelus bonus baptizaret nisi divinitus potestate sibi concessa; unde si baptizaret,
non esset rebaptizandus, dummodo constaret quod bonus angelus esset; sicut et iudicatum
est, templum quod per angelos consecratum est, non oportere per hominem consecrari,
ut legitur in historia dedicationis sancti Michaelis» Tomás de Aquino, Super Sententiis
IV, 5, 2 a 3.
97 «Illud quod faciunt homines inferiori modo, scilicet per sensibilia sacramenta,
quae sunt proportionata naturae ipsorum, faciunt angeli tanquam superiores ministri
superiori modo, scilicet invisibiliter purgando, illuminando et perficiendo» STh III, 64,7,
ad 1.
98 «In baptizando nihil operatur meritum et sapientia ministri, sicut in docendo»
STh III, 67,2, ad 1.
cap 4: ministerios litúrgicos 255
99 «Oratio quae fit in missa, [...] habet efficaciam ex devotione sacerdotis orantis.
Et sic non es dubium quod missa melioris sacerdotis magis est fructuosa» STh III, 82,6c.
El modo de esta comunicación de gracias está expresado en III, 82,6, ad 3: «Per virtutem
Spiritus Sancti, qui per unitatem caritatis communicat invicem bona membrorum Christi,
fit quod bonum privatum quod est in missa sacerdotis boni, est fructuosum aliis».
100 «Ministeria angelorum sunt utilia angelis beatis, inquantum sunt quaedam
pars beatitudinis ipsorum» STh I, 62,9, ad 2.
101 «Divinae illuminationes non veniunt in nos nisi mediante caelesti hierarchia»
Tomás de Aquino, Super Sententiis II-8,1,6c.
102 «Minor angelus caelestis hierarchiae potest non solum purgare, sed illuminare
et perficere, et altiori modo quam ordines nostrae hierarchiae» STh I, 108,2, ad 3.
103 «Ad assensum hominis in ea quae sunt fidei, potest considerari duplex causa.
Una quidem exterius inducens, sicut miraculum visum, vel persuasio hominis inducentis
ad fidem. Quorum neutrum est sufficiens causa, videntium enim unum et idem miraculum,
et audientium eandem praedicationem, quidam credunt et quidam non credunt. Et ideo
oportet ponere aliam causam interiorem, quae movet hominem interius ad assentiendum
256 ii: acciones litúrgicas
his quae sunt fidei. [...] ex supernaturali principio interius movente, quod est Deus. Et
ideo fides quantum ad assensum, qui est principalis actus fidei, est a Deo interius movente
per gratiam» STh II-II,6,1,c.
104 «Per angelos principaliter, per quos hominibus revelantur divina. Unde angeli
operantur aliquid ad illuminationem fidei. Et tamen homines illuminantur ab angelis non
solum de credendis, sed etiam de agendis» STh I,111,1, ad 1.
105 «Inflammare ad virtutes, per modum persuasionis» STh I, 111,2 ad 1.
106 «Homo ad meritum proficere non potest nisi auxilio divino, quod hominum
exhibetur mediante ministerio angelorum. Et ideo ad omnia bona nostra cooperantur
angeli» STh I, 114,3 ad 3.
107 En Ap 8,2-5, el ángel presenta las oraciones de los hombres, que serán más
eficaces por su cercanía a Dios: «Petit hoc pro corpore mystico, quod scilicet in hoc
sacramento significatur, ut scilicet orationes et populi et sacerdotis angelus assistens
divinis mysteriis Deo repraesentet; secundum illud Ap 8,3, ‘ascendit fumus incensorum
de oblationibus sanctorum de manu angeli’» STh III, 83,4, ad 9.
108 «Quanto sunt Deo coniunctiores, tanto eorum orationes sunt magis efficaces»
STh II-II, 83,11c.
109 «Ut eorum precibus et meritis orationes nostrae sortiantur effectum» STh II-II,
83,4c.
110 «Utroque autem modo sanctorum orationes sunt, quantum est in ipsis, efficaces
ad impetrandum quod petunt; sed ex parte nostra potest esse defectus» Tomás de Aquino,
cap 4: ministerios litúrgicos 257
piensa en lo racional, porque no ofrecen cosas materiales a Dios, sino que preservan
aquello que se encuentra «según la imagen de Dios» en su alma racional, practicando las
virtudes. Las virtudes las adquieren mediante la imitación de Cristo, y esto les hace pasar
‘de la letra al espíritu’ (cf 2Co 3,6).
115 La logiké latréia es, según Tertuliano, el sacrificio incruento, es la oración:
«Itaque et sacrificamus pro salute imperatoris, sed Deo nostro et ipsius, sed quomodo
praecepit Deus, pura prece» Tertuliano, Dissertatio ad Scapulum 2,8: PL 1,746.
«Somos los verdaderos oradores y sacerdotes; mientras oramos en el espíritu, ofrece-
mos la oración a Dios como un sacrificio en el espíritu, propio y agradable a Dios, lo que
él pide y lo que escogió para sí. Este sacrificio, ofrecido de todo corazón, alimentado por
la fe, guiado por la verdad, inmaculado por la inocencia, puro por la castidad y adornado
por la caridad, debemos llevarlo al altar de Dios, acompañando por el cortejo de obras
buenas y de los cánticos de los salmos y alabanzas; este sacrificio nos alcanzará todo de
Dios» Tertuliano, De oratione 28: PL 1,1194. Cf tb Pedro Crisólogo, Sermo 108: PL
52,499.
116 San Pablo desea que los romanos abandonen su culto material para ofrecerse a
sí mismos y para honrar al Creador. En vez de ofrecer a Dios animales muertos, los cris-
tianos atribuyeron a sus vidas un sentido de culto y de sacrificio, así como lo acabamos
de explicar como ejercicio del sacerdocio común.
117 Es un «culto gobernado por el Lógos, apropiado a un ser humano según su nou/j
y pneu/ma, y no sólo un culto como algo sentimental. Tal culto es el modo de expresar la
dedicación de sí mismo» Fitzmeyer, J (1992) Romans, Commentary 10, New York, 640.
El término logiko,j puede incluir dos significados: 1) ‘espiritual’ en el sentido
de ‘interno’, que es opuesto a lo externo, físico o material; 2) ‘racional’ en el sentido
distintivo humano, seres racionales, capaces de reflexión o de abstracción. Cf Gavin, J
(2009) 116; nota 164.
118 No tienen necesidad de recurrir a imágenes materiales, mientras que los huma-
nos deben partir de lo material para llegar a la contemplación mística espiritual. Cf STh
I,55,3; I,57 c.
cap 4: ministerios litúrgicos 259
119 «Tributad al Señor, oh hijos de los poderosos, tributad al Señor gloria y poder».
La expresión ‘hijos de los poderosos’ es una traducción del hebraico ~yliae ynEb (‘bené elim’)
que los LXX traducen con ui`oi. qeou/. Se supone que se trata de los ángeles, porque tam-
bién en el v 9 se menciona que son todos los que se encuentran en su palacio (templo del
cielo) los que lo glorifican.
260 ii: acciones litúrgicas
124 «o` ui`o.j kate,sthse tou.j avgge,louj evpV auvtou.j tou/ sunthrei/n e`ka,stouj» Hermas,
Sim 5,6,2.
125 Clemente de Alejandría, Stromata VII,1,3,4: PG 9,406 (cf BKV II,20,11); y
Quis dives salvetur 29,4-5: PG 9,635.
126 «Ou-toj ov diakonei/n avgge,louj kai. avrca.j kai. evxousi,aj hvmi/n uvpota,xaj evpi. mega,lwñ
misqwñ/ διότι καὶ αὐτοὶ ἐλευθερωθήσονται ἀπὸ τῆς ματαιότητος τοῦ κόσμου παρὰ τὴν
ἀποκάλυψιν τῆς δόξης τῶν υἱῶν τοῦ θεοῦ - Horum porro vulnerum medicus solus est
Jesus, … Hic est, qui sanitatis salutisque alligaturas, charitatem, fidem, spem insolubiles
effecit. Hic est qui angelos et principatus et potestates, ut nobis ministerio funguntur, sub
magna mercede subiecit; nam et ipsi liberabuntur a mundi vanitate in revelatione gloriae
filiorum Dei» Clemente de Alejandría, Quis dives salvetur 29,4-5: PG 9,635-636.
127 «Ou-toj ov diakonei/n avgge,louj kai. avrca.j kai. evxousi,aj hvmi/n uvpota,xaj evpi. mega,lwñ
misqwñ/ διότι καὶ αὐτοὶ ἐλευθερωθήσονται ἀπὸ τῆς ματαιότητος τοῦ κόσμου παρὰ τὴν
ἀποκάλυψιν τῆς δόξης τῶν υἱῶν τοῦ θεοῦ - Hic est qui angelos et principatus et potesta-
tes, ut nobis ministerio funguntur, sub magna mercede subiecit; nam et ipsi liberabuntur a
mundi vanitate in revelatione gloriae filiorum Dei» Clemente de Alejandría, Quis dives
salvetur 29,4-5: PG 9,635-636.
262 ii: acciones litúrgicas
128 El Padre ya determinó los lugares de cada uno (Mt 20,23). Tal determinación
vale ciertamente también para los ángeles.
129 «Aperti sunt coeli. Non sufficit unum coelum aperiri: aperiuntur plurimi, ut
descendant non ab uno, sed ab omnibus coelis angeli ad eos qui salvando sunt. An-
geli qui ascendebant et descendebant super Filium hominis, et accesserunt ad eum, et
ministrabant ei. Descenderunt autem angeli, quia prior descenderat Christus metuentes
descendere priusquam Dominus virtutum omnium rerumque praciperet. Quando autem
viderunt Principem militiae caelestis in terrestribus locis commorari, tunc per apertam
viam ingressi sunt sequentes Dominum suum, et parentes voluntati ejus qui distribuit eos
custodes credentium nomini suo [...] Angeli eorum per omnia vident faciem Patris qui est
in caeli. Obsequuntur saluti tuae angeli, concessi sunt ad ministerium Filii Dei, et dicunt
inter se: si ille descendit, et descendit in corpus, si mortali indutus est carne, est sustinuit
crucem, et pro hominibus mortuus est, quid nos quiescimus? Quid parcimus nobis? Eia
omnes angeli descendamus de caelo. Ideo et multitudo multiae caelestis erat laudantium
et glorificantium Deum, quando natus est Christus. Omnia angelis plena sunt; veni, an-
gele, suscipe sermone» Origenes, Homilias a Ezequiel 1,7: PG 13,674.
cap 4: ministerios litúrgicos 263
130 Eusebio de Cesarea, al comentar el canto del Sanctus de los serafines (cf Is 6,3),
lo relaciona con el misterio de la encarnación. Cf Eusebio de Cesarea, In Isaiam 41, 6,3:
Maurer, P (2011) 57.
264 ii: acciones litúrgicas
a Dios [...] En este lugar trabajaban, cada uno según sus propias funciones, los
siervos de aquel Dios que había creado todas las cosas; y allí mandaba el regidor
y cabeza que había sido constituido jefe de sus consiervos; y los siervos eran los
ángeles y el regidor y cabeza era un arcángel»141.
Antonio Orbe explica el modo de la glorificación de parte de los ángeles en
los textos de Ireneo. Ireneo no siempre aclara todo lo que dice: cuando afirma
que Dios no tiene necesidad de los ángeles, lo hace argumentando contra los
gnósticos, quienes consideran a los ángeles un ‘eslabón necesario’ entre Dios
y el mundo. Para Ireneo ellos no son necesarios, pero ya que Dios los creó
libremente, él quiere que le sirvan y que no queden «inactivos y sin producir
frutos (inútiles) e ingratos142» (Epideixis 9). Según el santo, los ángeles y
arcángeles ejercen un culto al todopoderoso Creador del universo, pero con
la ayuda del Espíritu Santo. Orbe interpreta a Ireneo con referencia a cómo
los ángeles se unen a la eucaristía de la Iglesia:
«Por comparación con el culto (de la eucaristía) reclamado al hombre por el
cielo, el de los ángeles se distingue del vulgar servicio o seguimiento de Dios.
Representa algo ‘positivo’, acomodado a la dignidad de los ángeles y que
responde por su alteza a la ‘ofrenda eucarística’ de los hombres. He ahí la
‘eucaristía’ celeste, la ofrenda de los ángeles al Creador, mediante el Espíritu
Santo (septiforme). Incapaces por sí solos de agradecer al Creador los dones de
él recibidos, son habilitados con los siete dones a fin de fructificar para Dios. Lo
cual ratifica la distinción entre los ángeles (arcángeles) y demás jerarquías, y los
espíritus infundidos gratuitamente en ellos para el culto (= eucaristía) asistencia
y servicio (cf Dn 7,10) celeste»143.
Con esto, Orbe quiere decir que todos los ángeles reciben la asistencia del
Espíritu Santo para poder ofrecer a Dios un culto fecundo. Por lo tanto,
una cosa es la naturaleza común a todos ellos (por obra del Verbo), y otra,
la virtud peculiar de cada uno según su jerarquía (por acción del Espíritu
Santo). Por su sola naturaleza, los ángeles no sabrían (ni podrían) ofrecer
culto digno al Padre. Hubo de comunicarles la Sabiduría (= Espíritu Santo)
una porción de sí para hacerlos idóneos, superando sus límites naturales, e
introducirlos en la economía divina.
144 Los siete cielos vienen descritos en 3Hen: «Miguel, el gran príncipe, tiene a
su cargo el séptimo cielo, el más alto, que está en Arabot. Gabriel, príncipe del ejército,
es el encargado del sexto cielo, que está en Makón. Satquiel, príncipe del ejército, es el
encargado del quinto cielo, que está en Maón. Sajaquiel, príncipe del ejército, tiene a su
cargo el cuarto cielo, que está en Zebul. Badariel, príncipe del ejército, está encargado
del tercer cielo, que está en Ejaquím. Barakiel, príncipe del ejército, tiene a su cargo el
segundo cielo, que está en lo alto (merom) de Raquía. Pajriel, príncipe del ejército, es
el encargado del primer cielo, que está en Wilón» 3Hen 17,3: Diez Macho, A (1982) IV,
240.
145 Orbe, A (1973) 22.
146 «No le sacrificamos porque Dios tuviera necesidad, sino para darle las gracias
por su dominio y para santificar la ofrenda [...] nosotros tenemos la necesidad de ofrecer
algo a Dios [...] para que no quedemos infecundos (‘ne simus infructuosi’). Por eso dio
al pueblo la ley de ofrecer sacrificios, no porque los necesitaba, sino para que el pueblo
aprendiera de servir a Dios. Por eso nos pide que continuamente ofrezcamos sobre el
altar el sacrificio. Mas el verdadero altar está en el cielo, hacia donde se dirigen nuestras
oraciones y sacrificios (cf Ap 11,19)» San Ireneo, AdvHaer IV, 18,6: PG 7,1029.
«Dios no tiene necesidad de nuestro ministerio, sin embargo nos ordenó de
cap 4: ministerios litúrgicos 269
liturgia de la Iglesia:
«Hay un exacto paralelismo entre el culto, que Dios reclama a los habitantes
de los siete cielos y la oblación eucarística del cuerpo y la sangre de Cristo que
pide a los hombres. Nunca Dios hace nada por indigencia. Siempre es para bien
del ángel o del hombre. Les da ocasión y medios para que den frutos al Creador
con los dones recibidos de su mano. El seguimiento del Lógos, por el hombre,
sin la ofrenda del cuerpo y la sangre de Cristo, no responde a la ‘fructificación y
gratitud’ cabales para con él, porque deja a la creación prácticamente ‘infructuosa
e ingrata’. Además de la oblación del trigo y la uva de los campos, primicias de
los frutos de la tierra, el Señor requirió la ofrenda singularísima del pan y del
vino ‘eucarísticos»147.
En los designios del Creador, la única oblación digna del hombre, creatura
suya, es la del cuerpo y sangre del Hijo, primicias de la creación. En lo que
se refiere a los ángeles, Ireneo deja claro, que ellos necesitan la ayuda del
Espíritu Santo, para que su obediencia produzca frutos sobrenaturales, que,
en fin, provienen del sacrificio de Cristo. Cristo es el donador de estos dones,
que él mismo posee, en cuanto hombre, en toda su plenitud148.
seguirlo, porque nos quiere conceder la salvación. Porque seguir al Salvador significa
participar en la salvación y seguir a la luz [...] Nuestra actividad en el servicio de Dios no
produce nada, y Dios no necesita el servicio humano; sin embargo, concede a aquellos
que lo siguen y sirven, la vida, la inmortalidad y la gloria eterna; mas de ellos Dios no
recibe beneficios, porque él es rico, perfecto y sin necesidades. Dios demanda el servicio
de los hombres, solamente porque es misericordioso» San Ireneo, AdvHaer IV, 14,1: PG
7,1010.
147 Orbe, A (1973) 17-18; cf Ireneo, AdvHaer IV, 17,5: PG 7,1023.
148 «Filius Dei, existens semper apud Patrem [...] hominum expositionem in seipso
recapitulavit, in compendio nobis salutem praestans [...] mortuus est, et resurrexit, ut
vivorum et mortuorum dominetur» San Ireneo, AdvHaer III,18,1-2: PG 7,932.
149 «Iam a Verbo immediate, ut ita loquar, animata maneat, sicut archangeli an-
gelorum pontifices facti et horum similiter qui primum creati sunt (oiv avrca,ggeloi tw/n
avgge,lwn avrciereij geno,menoi kai. tou,ton pa,lin oiv prwto,ktistoi)» Clemente de Ale-
jandría, Excerpta ex scripti ad Theodoti 27,3: PG 9,673.
270 ii: acciones litúrgicas
pios méritos, celo y virtudes angélicas, manifestadas en la organización del mundo. Así
llamó la atención la íntima conexión de los ángeles con el culto divino de la Iglesia. En
relación con las especies o categorías de los ángeles, Orígenes admite que ha diferencias
entre una categoría y otra.
154 «Per diversos ordines pro merito dispensati sunt [...] quidam ex ipsis in ordi-
natione ac dispensatione mundi ordinem angelicum sortiuntur, alii virtutum, alii prin-
cipatuum, alii potestatum (quo in eos videlicet exerceant potestatem, qui habere super
Caput indigent potestatem, alii thronorum ordinem, id est iudicandi vel regendi eos, qui
hoc indigent, habentes officium, alii dominationem, sine dubio super servos; quae omnia
eis pro merito et profectibus suis, quibus in dei participationem imitationemque profece-
rant» Orígenes, De principiis I,6,2: GCS 22,80-81; (cf PG 11,166).
155 Orígenes, De principiis I,8,1: GCS 22,94; Cf Contra Celsum 1,25: PATR 20,64;
(cf PG 11,706); San Jerónimo, In Danielem II,8,16: PL 25,538.
156 «Sed satis age quomodo magis adsumaris ad societatem Michael angeli, qui
orationes sanctorum semper offert Deo» Orígenes, In Numeros 14,2: GCS 30,124; (cf
PG 12,680).
157 «Si autem angeli sollicitudo est, quomodo Ecclesiae gubernetur, quid necesse
est de hominibus dicere, quantum metum habeant, ut possint cum angelis laborantibus
laborantes salutem consequi? Ego puto inveniri simul posse et angelum et hominem
bonos Ecclesiae episcopos, et quodammodo unius operis esse participes. Quod cum ita
sit, petamus Deum, ut angeli et homines, Ecclesiarum episcopi, adiumento sint nobis, et
sciamus quoniam utrique pro nobis a Domino iudicentur» Orígenes, In Lucam 13,5: FC
159-160; (cf PG 13,1832); Cf In Numeros 11,4: GCS 30,85; (cf PG 12,647).
272 ii: acciones litúrgicas
superiores158. Esto vale ante todo en lo que se refiere a la relación de los seres
humanos con los ángeles custodios.
Orígenes conoce la idea de que los ángeles llevan las oraciones de los
hombres delante de Dios y ellos mismos interceden por los hombres159. El
autor considera a los ángeles como medianeros de la oración y la intercesión
como una práctica cristiana. Los ángeles, por medio de Cristo, llevan ante
Dios las oraciones de los hombres y son enviados para la ejecución de los
efectos de las oraciones. Orígenes considera que los ángeles cuidan de todos
los elementos de la naturaleza, mas actúan también en la distribución de los
sacramentos160.
San Clemente de Alejandría afirma que los ángeles son los ministros
de los sacrificios de los hombres que oran161. Clemente sostiene, que el
158 «Summo pontifice dignum sensum proferre, ita ut ex iis omnibus quae loqui-
mur et docemus, esset aliquid egregium, quod summo sacerdoti placere deberet, poterat
fortasse fieri, ut angelus qui praeest Ecclesiae, ex omnibus dictis nostris eligeret aliquid,
et loco primitiarum Domino de agello mei cordis offeret [...] Offerunt ergo angeli ex
nobis primitias, et excolli unusquisque eos quos studio et diligentia sua ab erroribus gen-
tium convertit ad Deum: et est unusquisque in portione vel cura illius angeli» Orígenes,
In Numeros 11,5: GCS 30,86; (cf PG 12,650).
159 «El cristiano no puede sufrir de parte de los demonios, porque el ‘ángel del
Señor acampa al rededor de los que lo temen’ (Sl 33,8), y ‘sus ángeles en el cielo ven
continuamente la faz del Padre’ (Mt 18,10), y este ángel continuamente presenta sus
oraciones mediante el único Sumo Sacerdote a Dios del universo, y él mismo se une a la
oración de aquél que está bajo su tutela - Cuius rei causa est quia castrametabitur angelus
Domini [...] eius preces per solum sacerdotem magnum semper universorum Deo offert,
et ipse precatur cum eo, cuius ipsi commissa cura est» Orígenes, Contra Celsum 8,36:
PATR 20,642; (cf PG 11,1571).
160 «Ego autem, quantum ad opinionem meam spectat, puto audenter dicendum
etiam de his virtutibus, quae mundi huius ministeria susceperunt, quod non fortuitu vel
casu illa virtus terrae vel arborum germinationibus praesit, illa fontium ac fluminum
sufficienter exbibeat, alia imbrium, alia ventorum, alia marinis, alia autem terrestribus
animalibus vel singulis quibusque e terra gignentibus praesit; et esse in his singulis sa-
cramenta ineffabilia divinae dispensationis, ut ordine suo cuncta et competenti per una-
mquamque virtutem dirimantur officio» Orígenes, In Iesu Nave Homilia XXIII,2: GCS
30,444.
161 «Sacerdos ingrediens intra velamen secundum, cum laminam iuxta altare
incensi deposuit, [...] in quo splendor et nomen cultus religiosi erat insculptum, per quod
principatibus et potestatibus, qui nomen sortitus est, innotuit. Ponit autem corpus hoc
[...] iuxta altare incensi, iuxta angelos orationum quae oblatae fuerint ministros (tou.j
leitourgou.j tw/n avnaferome,nwn euvcw/n avgge,louj)» Clemente de Alejandría, Excerpta ex
scripti ad Theodoti 27,3: PG 9,671-674.
cap 4: ministerios litúrgicos 273
verdadero gnóstico ora junto con los ángeles, y que también cuando ora solo,
no está solo, sino que el coro de los santos ángeles lo apoya162. Después,
alcanzado la perfección, ya no tendrá necesidad de su ayuda163.
En el libro VII de Stromata, Clemente de Alejandría describe la vida
del verdadero gnóstico. Menciona la ayuda de los ángeles a favor de los
hombres: ellos sirven a Dios e iluminan al hombre. En la Iglesia, los
presbíteros mejoran al ser humano, los diáconos sirven al ser humano. El
autor demuestra una correspondencia entre el ministerio humano y angélico:
«Asimismo en la Iglesia. El culto de los presbíteros (presbu,teroi) los perfecciona
y ellos preservan la imagen de este culto, mientras los diáconos están al servicio.
Pero ambos los servicios los ángeles ofrecen a Dios en el gobierno del mundo,
como lo hace también el mismo ‘gnóstico’, que sirve a Dios, al mismo tiempo
ilumina a los hombres en la contemplación que le lleva a ser mejor»164.
Friedrich Andres pone también una relación de Ap 1,20 con Stromata
IV,8,66,1, donde compara entre los ministerios eclesiásticos y los ministerios
de los ángeles. En base a Mt 18,10 Clemente desarrolla la doctrina sobre
los ángeles custodios que prestan un servicio a los hombres; sin embargo
depende parcialmente de ideas platónicas, ciertamente llegadas a él a través
de Filón. Después escribe también sobre algunas misiones particulares de
los ángeles en relación con los hombres, que ejecutan juicios divinos165. Por
otra parte conoce a los ‘vigilantes’ (a;ggeloi evgrh,gorej) que están siempre en
oración166, e invita a los fieles a imitarlos.
Los ángeles no solamente vigilan contra los peligros, sino también
indican al alma el camino en la ascensión a la perfección, y son los ángeles
que la dirigen - (ἐπιδεικνύμενος)167.
162 «Quinetiam precatur cum angelis, ut qui iam sit etiam aequalis angelis, neque
est unquam extra sanctam custodiam, et licet oret solus, habet chorum angelorum una
asistentem» Clemente de Alejandría, Stromata VII,12,78,6: BKV II,20,82; (PG 9,510).
163 Cf Clemente de Alejandría, Stromata VII,13,81,3: BKV II,20,85; (PG 9,513).
164 «Similiter in Ecclesia, istius cultus quae facit meliores, presbyteri servant
imaginem; eius autem, quae servit, diaconi (dia,konoi). Ambobus his ministeriis angeli
(diakoni,aj a;ggeloi) Deo serviunt in dispensatione rerum terrenarum: et ipse etiam
gnosticus, qui Deo quidem inservit, hominibus autem ostendit eam qua fiunt meliores
contemplationem» Clemente de Alejandría, Stromata VII,1,3: BKV II,20,11; (cf PG
9,406).
165 Clemente de Alejandría, Paedagogus II,110,89,2: PG 8,504; Stromata I,
21,123,3: BKV II,17,107; (cf PG 8,852).
166 «Beati enim, qui in ipsum vigilarunt, seipsos assimilantes angelis, quos nos
evgrhgo,rouj, hos est vigiles, vocamus» Clemente de Alejandría, Paedagogus II,9,79,2:
BKV II,8,88; (cf PG 8,493).
167 «τὸν φωτεινὸν ἐπιδεικνύμενος τοῖς ἐφεστῶσι τῇ ἀνόδῳ ἀγγέλοις, τὸ χρῖσμα -
274 ii: acciones litúrgicas
lucidum justitiae characterem ostendens angelis qui praesunt ascensui, unctionem dico
bene compositae et quae Deo placet mentis, qualitatem affectionis inditam animae, quae
gestit et exusltat propter inhabitationem sancti Spiritus» Clemente de Alejandría, Stro-
mata IV,18,116,2: BKV II,19,79; (cf PG 8,1326).
168 «Thesauri autem multi ab uno Deo suppeditantur: hi quidem per legem, illi
vero per prophetas revelantur: alii vero ori divino, alius vero heptacordo spiritus concinit
(a;lloj de. tou/ Pneu,matoj th/ e`pta,di e`pa,dwn). Cum sit autem unus Dominus, est ídem per
hos omnes paedagogus» Clemente de Alejandría, Pedagogo III,12,87,4: BKV II,8,211;
(cf PG 8,665).
169 «Iam vero candelabrum quoque erat situm in australibus partibus thuribuli, per
quod declarati sunt motus septem luminarium, quae australes faciunt conversationes. Ex
utraque enim parte candelabri tres inserti sunt rami, et in ipsis lucernae quoniam sol quo-
que, tanquam candelabrum, collocatus in medio aliarum errantium, et iis qui sunt super
ipsum, et iis, qui sunt sub ipso, divina quadam música lucem indit. Habet autem alius
quoque aenigma, aureum candelabrum, signi Christi, non figura sola, sed eo etiam, quod
lucem immittit multifariam multisque modis in eos, qui in ipsum credunt, sperant, et res-
piciunt, per ministerium eorum, quae sunt primo creata. Dicunt autem ese septem oculos
Domini, septem spiritus, requiescentes in virga, quae floret ex radice Iesse» Clemente de
Alejandría, Stromata V,6,34,8-35,2: BKV II,19,148; (cf PG 9,61-62).
cap 4: ministerios litúrgicos 275
175 «De sanguine hostiae septies ante Dominum sacerdotes respergere memoratur,
evidenter sancti Spiritus virtus septemplicis gratiae sub mysterio designatur» Orígenes,
In Leviticum Homilia III,5: GCS 29,309; (cf SChr 286, PG 12,430).
176 Hay otros ejemplos: Eliseo mandó al Sirio Naamán a lavarse siete veces en el
río Jordán.
177 «Intinget digitum suum sacerdos in oleo [...] et asperget septies ante Domi-
num [...] Septies autem respergit sacerdos contra Dominum ex oleo. Post omnia etenim
quae pro purificatio celebrata sunt [...] , postquam reversus et reconciliatus est Deo, post
immolatas hostias ordinis erat, ut et virtutem super eum septemplicem sancti Spiritus in-
vitaret secundum eum qui dixerat: ‘redde mihi laetitiam salutaris tui, et spiritu principali
confirma me’ (Sl 50,14)» Orígenes, In Leviticum Homilia VIII,11: GCS 29,446; (cf PG
12,507).
cap 4: ministerios litúrgicos 277
(pneu/ma) de su boca»181.
San Basilio de Cesarea, profundizará la cuestión de la colaboración
entre los ángeles y el Espíritu Santo. Pero, siendo él del siglo IV, quedaría
fuera de la época de nuestras consideraciones182. También san Ambrosio,
en su posterior obra De Spiritu Sancto se refiere a san Basilio, y también
otros Padres griegos posteriores recurren a su doctrina. En el tiempo de la
escolástica aparecerá de nuevo el problema de la gracia en los ángeles, que
san Basilio ya había tratado183.
181 San Basilio explicará la cita: «Al ser creados los ángeles, recibieron del
Creador de todas las cosas; la santificación (gracia) se la dio el Espíritu Santo, por-
que los ángeles no fueron creados menores de edad sino que recibieron también la
santidad. Están tan enraizados en lo bueno, que difícilmente se puede hacer cambiar
su opinión hacia lo malo» San Basilio, De Spiritu Sancto XVI,38: Velasco Delgado,
A [edr] (1996) 169; (cf PG 29,653-670).
182 Consideramos importantes las obras de san Basilio, por ser un gran defensor de
la divinidad del Espíritu Santo y colaborador en la preparación del Concilio de Constan-
tinopla (381), en el cual se definió el dogma pneumatológico. En sus tratados De Spiritu
y De Spiritu Sancto, san Basilio de Cesarea dio una respuesta a los herejes (pneumato-
machos) quienes negaban la divinidad del Espíritu Santo. Ante esta necesidad, el santo
explicó dicha diferencia entre los ángeles y el Espíritu Santo.
Los tratados de Basilio sobre la colaboración de los ángeles con el Espíritu
Santo, fueron fuertemente influenciados por sus maestros, Gregorio Taumaturgo y
Orígenes, mas son también fruto de su meditación y especulación personal.
El Espíritu Santo está presente en la creación de los ángeles, y se supone que les
concedió la perfección por la gracia, estableciendo un orden (ejército) en el mundo
angélico. La palabra ‘ejército’ puede indicar una multitud estructurada y organizada,
y que haya una diversidad de oficios entre ellos.
San Basilio lo atribuye al Espíritu Santo un papel particular en esta obra de
santificación de los ángeles: «La gracia especial que une a los ángeles a Cristo es el
don del Espíritu Santo concedido a ellos. Así como en la vida intradivina el Padre con
su amor personal se da al Hijo en el Espíritu, así se puede comunicar en el Espíritu
a los ángeles, elegidos en el Hijo. Como el Hijo se entrega de nuevo al Padre en el
Espíritu, así se pueden entregar los ángeles a Dios mediante la acción del Espíritu
Santo. El Espíritu de Dios es el vínculo que une a los ángeles y a los hombres con
el Padre y el Hijo» San Basilio, De Spiritu Sancto, 1-5: Velasco Delgado, A [edr]
(1996) 108; (cf PG 29,653-670).
183 San Basilio afirma en primer lugar la santificación de los ángeles mismos por
acción del Espíritu Santo. También afirma que las acciones de los ángeles se ejecutan
mediante el auxilio de la gracia del Espíritu Santo. El solo hecho de que forman un ejér-
cito ordenado indica la acción del Espíritu en ellos. Esto quiere decir, que los ángeles
pueden actuar como instrumentos de las acciones divinas. La naturaleza del ángel fue
elevada por la gracia divina, y ellos participan también en la vida divina.
cap 4: ministerios litúrgicos 279
184 San Basilio, refiriéndose a las palabras de Tit 3,6, las aplica a los ángeles: «El
Espíritu Santo perfecciona (ple,rousin – llenar, llevar a la meta) a los ángeles, perfecciona
a los arcángeles, santifica a las virtudes» San Basilio, De fide homilia 15: cf PG 31,464-
472; PG 31,1781-1785..
185 «La comunión del Espíritu con el Padre y el Hijo podrías aprenderla también
de los seres creados desde el principio. En efecto, las potencias puras, inteligentes
y supramundanas son y las llaman santas, pues poseen la santidad por la gracia que
el Espíritu Santo les ha infundido. …glorifican al Hacedor, en quien fueron creadas
todas las cosas, visibles e invisibles, Principados, Potencias, Potestades, Tronos,
Dominaciones y todas las demás naturalezas racionales innominadas.
Ahora bien, en la creación de estos seres, considérame al Padre como la causa
principal, al Hijo como la causa creadora y al Espíritu como la causa perfectiva, de modo
que los espíritus con misión de servicio subsisten por voluntad del Padre, existen por la
acción del Hijo y se perfeccionan por la presencia del Espíritu.
La perfección de los ángeles, empero, es la santidad y su permanencia en ella.
…el Hijo quiere perfeccionar por medio del Espíritu, pues “por la Palabra del Señor
se afirmaron los cielos, y por el Espíritu de su boca, toda potencia” (Sl 32,6). …Ahora
bien, no hay santificación sin Espíritu. Efectivamente, no son santas por naturaleza
las potencias de los cielos, o de lo contrario, no se diferenciarían en nada del Espíritu
Santo; mas, tienen del Espíritu la medida de su santidad, en proporción de su recíproca
superioridad.
Así como, en efecto, pensamos en el cauterio junto con el fuego y, sin embargo,
una cosa es la leña que arde y otra distinta el fuego, así también respecto de las potencias
celestes, su substancia es, quizás, un soplo de aire o fuego inmaterial, según lo escrito:
“El que hace a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llamas de fuego” (Sal 103,4; Hb
1,7), por lo cual están en un lugar y se hacen visibles manifestándose a los que son dignos
en la forma corpórea familiar. Por consiguiente, la santificación, al ser de fuera de su
substancia, les confiere la perfección mediante la comunión del Espíritu...
Así, como suprimas con tu razón al Espíritu, los coros de los ángeles se
disuelven, se eliminan las jerarquías de los arcángeles, y todo se confunde: sus vidas
quedan sin ley, sin orden y sin definición. ¿Pues cómo van los ángeles a decir: “¡Gloria
a Dios en las alturas!”, si el Espíritu no les da el poder? [...] Yo digo que incluso Gabriel
no predice en absoluto el porvenir más que por la presciencia del Espíritu, y esto por ser
la profecía uno de los carismas distribuidos por el Espíritu...
Por lo que hace a los Tronos, las Dominaciones, los Principados y las Potestades,
¿cómo podrían llevar una vida bienaventurada si en todo momento no vieran el rostro
del Padre que está en los cielos? Ahora bien, esa visión no se da sin el Espíritu [...] No
280 ii: acciones litúrgicas
más que puede un ejército mantener el buen orden en ausencia del general, o un coro la
consonancia sin la batuta del director. ¿Cómo los serafines podrían decir: “Santo, Santo,
Santo”, sin que el Espíritu Santo les hubiera enseñado cuántas veces es piadoso proclamar
esta doxología? Por consiguiente, si alaban a Dios todos sus ángeles y le alaban todas
sus potencias, es mediante la cooperación del Espíritu. Y si miles de millares de ángeles
y miríadas de miríadas de ministros están junto a él, cumplen irreprochablemente su
cometido propio por la fuerza del Espíritu Santo. Así toda esta inefable y supraceleste
armonía en el servicio de Dios sería imposible que se conservase, si no la presidiera el
Espíritu.
De esta manera, pues, en la creación, el Espíritu Santo está presente a los seres
que no se perfeccionan mediante un progreso, sino que son inmediatamente perfectos
desde la misma creación: les confiere su gracia para dar remate y perfección a sus
substancias» San Basilio, De Spiritu Sancto 16,38-39: Velasco Delgado, A [edr] (1996)
168-174; (cf PG 32,136-140).
186 Según Mathías Joseph Scheeben existe una relación entre la perfección de la
naturaleza del ángel y la medida de su gracia. Dios dio al ángel la gracia que corresponde
a su propia naturaleza. Cf Scheeben, M J (1933) Katholische Dogmatik, II, 484. Michael
Schmaus explica la elevación de los ángeles a un estado sobrenatural, y afirma que
los ángeles están introducidos al espacio interior de la vida intra-trinitaria, sobre el
fundamento de Is 6,2, Dn 7,10 y Mt 18,10. Cf Schmaus, M (1949) Katholische Dogmatik,
München, 240. Alois Winklhofer desarrolla su tesis sobre “los ángeles como imágenes
del Espíritu Santo”. Cf Winklhofer, A (1961) Traktat über den Teufel, Frankfurt, 24-26.
cap 4: ministerios litúrgicos 281
divino187, porque Dios ha hecho todas las cosas en el universo de modo que
haya una armonía perfecta entre todos los seres188.
Los ángeles trabajan en la purificación, pero también son agentes de los
dones del Espíritu Santo. Según san Ireneo, hay un exacto paralelismo entre
el culto que Dios reclama a los habitantes de los siete cielos y la oblación
eucarística del altar en la tierra. Nuestra eucaristía es para que aprendamos a
sacrificar a Dios, pero el altar está en el cielo, hacia donde se dirigen nuestras
oraciones y sacrificios189. Los ángeles quedan santificados al ofrecer su
sacrificio racional con el auxilio de los dones del Espíritu Santo y mediante
su obediencia a Dios.
Por lo tanto, los grupos de siete ángeles que encontramos en el Apocalipsis
y en otros textos los tendremos que considerar paralelamente al culto de los
ángeles en relación con los siete dones del Espíritu Santo.
La idea expresada por los Padres corresponde perfectamente a la liturgia
de los Cánticos del sábado de Qumrán, y debería hacerse un análisis más
profundo de ella. Siete cielos, siete coros de los ejércitos celestiales ofrecen
un sacrificio espiritual de alabanza en siete cánticos de amor.
El culto del AT ha sido un culto material, pero bien estructurado según
la forma y modelo de un culto celestial. Lo mismo podemos observar en
el NT, aunque el culto se ha espiritualizado más. Sin embargo, para los
hombres permanece también la parte material (cf Rm 12,1), aunque todo
culto desemboca en un sacrificio perfecto en el cual, se realiza un único culto
entre hombres y ángeles en el sacrificio eucarístico, con la finalidad de unir
todas las cosas en Cristo (cf Ef 1,10).
Antes de retomar este tema, debemos examinar más detalladamente el
contenido de los términos, para establecer mejor las acciones litúrgicas de
los ángeles y su armonía con las acciones de los hombres.
187 «Encontramos en los ángeles un reflejo divino, porque cada uno participa de
algún modo en el ser infinito. En los unos admiramos el poder de Dios, en los otros el
amor, en otros la constancia. Cada uno de ellos es reproducción de una belleza del divino
original; cada uno le adora y le alaba en la perfección de la que es imagen» Olier, J J
(1922) 158.
188 «San Agustín dice (De Trinitate III,4) que “todas las cosas corporales están
gobernadas por los ángeles” y san Gregorio dice (Diálogos IV,6), que “en este mundo
visible nada se hace sin la intervención de las creaturas invisibles”» STh I, 110,1 s.c. Y
santo Tomás concluye con la propia solución: «Sicut inferiores Angeli, qui habent formas
minus universales, reguntur per superiores; ita omnia corporalia reguntur per Angelos et
hoc non solum a sanctis doctoribus ponitur, sed etiam ab omnibus philosophis qui incor-
poreas substantias posuerunt» STh, I, 110,1c.
189 Cf San Ireneo, AdvHaer IV,18,6: PG 7,1029.
282 ii: acciones litúrgicas
190 «Dionysius dicit IV cap. Caelestis hierarchiae quod divinas visiones gloriosi
patres nostri adepti sunt per medias caelestes virtutes» Santo Tomás de Aquino, De ve-
ritate 12,8,2. «Augustinus dicit in Liber de Trinitate quod omnes apparitiones patribus
factae in veteri testamento, fuerunt per angelos administratae» Santo Tomás de Aquino,
De veritate 12,8, c 3. «Responsio. Dicendum, quod in revelatione prophetica duo con-
currunt; scilicet mentis illustratio, et formatio specierum in imaginativa virtute. Ipsum
ergo propheticum lumen, quo mens prophetae illustratur, a Deo originaliter procedit;
sed tamen ad eius congruam susceptionem mens humana angelico lumine confortatur,
et quodammodo praeparatur. Cum enim lumen divinum sit simplicissimum et universa-
lissimum in virtute, non est proportionatum ad hoc quod ab anima humana in statu viae
percipiatur, nisi quodammodo contrahatur et specificetur per coniunctionem ad lumen
angelicum, quod est magis contractum, et humanae menti magis proportionatum. Sed
ipsa formatio specierum in imaginativa virtute proprie angelis est attribuenda, eo quod
tota corporalis creatura administratur per creaturam spiritualem, ut Augustinus probat in
III De Trinitate. Vis autem imaginaria utitur organo corporali; unde specierum formatio
in ipsa ad ministerium proprie pertinet angelorum» Santo Tomás de Aquino, De veritate
12,8c.
191 �����������������������������������������������������������������������������
«Q���������������������������������������������������������������������������
uod prophetia inter dona Spiritus Sancti computatur ratione luminis prophe-
tici: quod quidem a Deo infunditur immediate, quamvis ad eius congruam receptionem
cooperetur ministerium angelorum» Santo Tomás de Aquino, De veritate 12,8, ad 2.
192 La liturgia aplica aclamaciones como el ‘miserere nobis’ solamente a Dios,
porque solo Dios puede perdonar. Así, por ejemplo, en el Gloria y en el Agnus Dei de
la misa. A los ángeles y a los santos se les atribuye la intercesión. Mas, en el himno
Alma Redemptoris Mater se suplica a la Virgen María “sumens illud Ave, peccatorum
miserere”. Una bendición de parte de los ángeles y de María se encuentra en la liturgia
copta en la oración después de la comunión: «Benedictio angeli diei istius, benedictio
Genitricis Dei sanctae Mariae [...] Benedictiones eorum sanctae, gratiae, virtutes, dona
auxilia, patientia et caritas eorum sint nobiscum usque in saeculum. Amen» Liturgia de
san Gregorio: PG 36,698.
En los escritos apócrifos encontramos fórmulas semejantes: en el Libro de
los Jubileos 16,16.28, dicen los ángeles (a Abraham): “Nosotros lo bendecimos”. En
Jubileos 14,20, Dios y los ángeles concluyen con Abraham una alianza. En el Evangelio
apócrifo de Tomás 17,2, se atribuye a los ángeles el poder de dar la vida. El niño Jesús
revive un niño muerto, y el pueblo aclama: “ciertamente, este niño debe ser un Dios o un
ángel de Dios, porque cada palabra de él es un hecho que se realiza”.
En el Apocalipsis de Abraham 10,7 el ángel Yaoel dice a Abraham: “Soy
cap 4: ministerios litúrgicos 283
5.1. Los ángeles están delante de Dios: pari,sthmi( pareste,kai – estar (de
pie – junto a / delante de) para servir, ofrecer o sacrificar (cf Tb 12,15,
Dn 7,10; 12,1; Lc 1,19; Ap 8,3)
La misión principal de los ángeles es la eterna alabanza a Dios. Están a
su alrededor como su ejército celestial, le rinden homenaje con su obediencia
y cumplen su voluntad (cf Sl 103,21). Dice la Escritura que «miles de miles
(de ángeles) le servían (qerapeu,w), y miríadas de miríadas estaban de pie
delante de él (pareisth,keisan)» (Dn 7,10). Los ángeles están de pie y rodean
a Dios que está sentado. En esto encontramos un significado litúrgico.
La palabra ‘estar’ indica el estado de los ángeles, constituidos para
cumplir la voluntad de Dios. La palabra griega pari,sthmi no significa
solamente ‘estar de pie’, sino que se refiere además a la función litúrgica.
Es la traducción de varias palabras hebraicas: en Nm 11,28, paresthkw,j es
la traducción de trv (‘sheret’ - liturgo), mientras que en Jb 2,1 se traduce el
verbo bcy (‘jazav’) que significa estar de pie o presentarse.
En la versión de los LXX, de 70 veces que aparece, en 31 veces el término
pari,sthmi es la traducción del hebraico dm[ (‘amad’), lo que quiere decir
«servir lleno de reverencia»193. Friedrich Nötscher194 explica la palabra dm[
en el sentido de contemplar, como un estar delante de Dios para contemplar
su rostro, lo que nos hace pensar en Mt 18,10, es decir, en la visión beatífica
de los ángeles.
198 «Memores igitur mortis et resurrectionis eius, tibi, Domine, panem vitae et
calicem salutis offerimus, gratias agentes quia nos dignos habuisti astare coram te et tibi
ministrare. Et supplices deprecamur ut corporis et sanguinis Christi participes a Spiritu
Sancto congregemur in unum» Oración eucarística II: MR (2002) 582. El texto es
copiado casi literalmente de la Traditio apostolica de Hipolito, donde se reza: «Memores
igitur mortis et resurrections eius, offerimus tibi panem et calicem, gratias tibi agentes
quia nos dignos habuisti adstare coram te et tibi ministrare».
199 Oración eucarística III: MR (2002) 588.
200 «Deus, qui Filio tuo in cruce exaltato compatientem Matrem astare voluisti, da
Ecclesiae tuae, ut, Christi passionis cum ipsa consors effecta, eiusdem resurrectionis par-
ticeps esse mereatur» (S1749co): MR (2002) 830. En la oración R2538bn se encuentra la
palabra para la bendición sobre la novia, para que pueda gozar de la asistencia de Dios:
MR (2002) 1036.
201 Por ejemplo en 1R 1,4: Abishag está junto al rey David y le sirve (qa,lpousa kai.
evleitou,rgei).
288 ii: acciones litúrgicas
206 «No one can hear and learn this canticle except the hundred and forty-four
thousand elect, but the angels do not have to learn it: they already know it. The angels are
accustomed to praising God, and the newly arrived elect must learn from the angels what
can be said of the majesty of God the Creator and Christ the Savior, must discover by
imitating the angels how that majesty can fittingly be praised, things they cannot really
know when they are still in the earthly life» Cody, A (1960) 63.
207 Cf Schlier, H (1933) aivne,w: TWNT I, 176-177.
208 «Le verbe hillel, le piel de hll, signifie ‘louer’. Nous le retenons dans le sens de
‘louer Dieu’. On le trouve surtout dans les psaumes, ou la LXX le traduit généralement
par ainein. Dans le grec classique, ainein appartient plutôt au vocabulaire des poètes, et
signifie ‘parier de’, ‘louer’, ‘approuver’. La prose attique lui préfère epainein, avec le
substantif correspondant epainos. Le substantif est tehillah, la prière de louange, d’ado-
ration ou d’action de grâces adressée a Dieu. La LXX le traduit généralement par ainesis
dans les psaumes, ou parfois elle lui substitue d’autres termes comme epainos, hymnos,
psalmos. Le nom ainesis n’apparait pas dans le grec avant la LXX. Notons que hillel et
tehillah sont des termes caractéristiques du psautier, qui est par excellence le livre de la
prière. Ils concourent dans le sens de la louange divine avec hodah, qui s’y rencontre plus
souvent encore» Laporte, J (1972) 35.
291
209 Cf Kittel, G - Rad, G von (1935) doke,w, do,xa, ktl: TWNT II, 235-258.
210 «Le problème soulevé par 1’interprétation de kabod (la gloire) est complique
en raison des multiples sens que ce mot présente dans la Bible. Il est traduit par dóxa dans
la LXX, mais ce mot n’y apparaît pas dans son sens grec habituel d’opinion. Le kabod
biblique et la dóxa de la LXX signifient ‘richesses’, ‘renom’, et très fréquemment ‘ma-
gnificence’ ou ‘splendeur’. Donner, rapporter, rendre gloire à Dieu, raconter sa gloire,
signifient reconnaître sa puissance, ou le louer, dans un sens très proche de celui de hillel
ou de hodah, mais avec la note de la gloire royale qui convient à la majesté de Dieu. On
lit ainsi des Ps 18,2: ‘Les cieux racontent la gloire de Dieu’.
Employé au piel, kbd signifie glorifier quelqu’un. Il est traduit généralement
dans la LXX par doxázein, et parfois par timân, voire par eulogeîn. Doxázein apparaît
par contre plusieurs fois dans Ex 15, le Cantique de Moise sur le bord de la Mer, pour
traduire des termes qui ne contiennent pas kbd.
Employé avec Dieu pour objet, kbd signifie glorifier Dieu. En retour, Dieu glo-
rifie 1’homme, selon 1S 2,30 ‘J’honore ceux qui m’honorent’. L’homme peut aussi glo-
rifier l’homme, en particulier le roi, puisque la gloire est 1’attribut de la royauté, (cf 1S
15,30). Peut-on dire que ‘rendre gloire à Dieu’ et ‘lui rendre grâces’ sont proches par le
sens? Oui, sans doute, dans la mesure ou honorer Dieu a le sens de louer Dieu. Philon,
qui n’utilise pas dóxa et doxázein pour exprimer la louange de Dieu, emploie par contre
abondamment timãn-timé dans ce sens» Laporte, J (1972) 37.
211 Cf Kittel, G - Rad, G von (1935) doke,w, do,xa, ktl: TWNT II, 243-244.
292 ii: acciones litúrgicas
otro «Santo, Santo, Santo» (6,3) de manera como: “una sima grita a la otra
sima” Sl 41(42),8) lo que expresa una inquietud, no en sentido negativo, ya
que los ángeles encuentran toda su felicidad en la contemplación de la gloria
de Dios y en la alabanza. Dios es el centro de todos sus pensamientos.
No se trata tampoco de un conocimiento sobrio y puramente racional,
pues al mismo tiempo los ángeles están encendidos (inflamados) por un
amor ardiente. No puede ser de otra manera, porque «Dios es amor» (1Jn
4,8), de ahí que también los ángeles, que están más cerca de él, los serafines,
están llenos del amor de Dios.
El amor no se ocupa de sí mismo, sino de aquél a quien se ama. Los
ángeles encuentran toda su felicidad en Dios, por eso su amor presenta
una expresión tan viva. No solamente desean alabarlo, también quieren
ardientemente cumplir su voluntad, pues ella es para los ángeles ‘alimento’,
es decir, ‘gozo’ (cf Jn 4,34).
217 Refiriéndose a los ángeles, afirma Regamey: «Servir a Dios significa anclarse
en Dios mismo, guardarlo (‘servare’) en uno mismo, transformar su fuerza desde lo
general hacia lo específico, según las capacidades y carismas dados por la providencia
divina, aceptar plenamente lo que él da, y devolverle todo lo que él exige» Regamey, P
(1961) 58.
295
218 San Gregorio de Nisa explica la alabanza común de hombres y ángeles a partir
del cantar de los Salmos. El ‘coro’ tiene un significado profundo, porque expresa la ale-
gría de la victoria: «Tempus enim fuit, quo unus erat chorus creatura rationalis, in unum
chori coryphaeum intentus, seseque explicans et revolvens ad illam, quae inde suminis-
trabatur, victoriae per praeceptum relatae, harmoniam et consonantiam. Postquam autem
ortus peccati divinum illum chori concentum dissolvit, pedibusque promorum parentum,
qui inter angélicas potestates degebant, lubrica deceptionis ratione substrata, ruinam
effecit, unde homo ab illa cum angelis societate avulsus est, casu connexionem disolven-
te, [...] recepturus muneris loco divinos choros ob victoriam ab adversario reportatam.
Quando igitur audieris inscriptionem [...] tunc noveris tibi velut per aenigma consilium
dari, ne succumbas in tentationem conflictibus, sed ut in finem victoriae respicias, qui
est angelicis choris annumerari» Gregorio de Nisa, In Psalmos 2,6 (5,86): PG 44,507.
Y refiriéndose al Salmo 150, donde se dice ‘alabad al Señor con címbalos’, Gregorio
lo explica así: cuando el hombre llega a su término, se realiza una unión entre ángel y
hombre.. la unión entre ángel y hombre se expresa con este nuevo cántico. Un címbalo es
el ángel, el otro el hombre, apenas la cooperación produce el sonido perfecto: «Quando
sonus cymbalorum, mentem excitat, ut divinos illos coetus obcat, et frequentet; quod
quidem mihi innuere videtur naturae nostrae cum angelis societatem, ait enim: ‘Laudate
Dominum in cymbalis bene sonantibus’ (Αἰνεῖτε τὸν κύριον ἐν κυμβάλοις). Conventus
enim ille angelicae naturae cum humana, quando humana ad finem suum pervenerit, gra-
tam illam gratiarum actionis modulationem, mutuo congresso efficiet; simulque iunctis
vocibus benignitatem Dei super omnes perpetuo effusam decantabit; hoc enim cymbali
cum cymbalo conjuntio significat. Cymbalum unum est coelestis illa angelorum natura;
alterum cymbalum est rationalis hominum creatura (ἓν κύμβαλον ἡ ὑπερκόσμιος τῶν
ἀγγέλων φύσις· ἕτερον κύμβαλον ἡ λογικὴ τῶν ἀνθρώπων κτίσις); sed peccatum hanc
ab illa separavit, quas cum denuo Dei benignitas copulaverit, tunc resonabit utraque in
unum iam conflata, hymnum illum, quia, ut magnis ait Apostolus: ‘Omnis lingua con-
fitebitur…’ …cumque cymbali instar, intellectualis natura, et quae nunc per peccatum
disjuncta est, iucundum illum sonum ex mutua symphonia resultantem efficiet; quando
nostra natura cum angelica conveniet, divinusque exercitus ex ista confusione revocatus,
palam et in conspectu hostium epinicium Domino victoria canet. Tunc omnis spiritus
Dominum laudabit: quae laus gratiam Dei perpetuo repraesentabit» Gregorio de Nisa, In
Psalmos 1,9 (5,79): PG 44,483 y 486.
De la misma manera san Basilio explica el salmodiar con los ángeles como una
‘obra de los ángeles’ y armadura contra los demonios: «Psalmus tranquillitas est anima-
rum, pacis arbiter [...] Amicitias conciliat psalmus: consociat disidentes, inter inimicos
gratiam componit [...] populumque ad chori unius symphoniam congregat. Daemones
psalmus fugat, accersit angelorum patrocinium; ministrat arma contra nocturnos timo-
res, diurnorum laborum est requies [...] Psalmus angelorum opus est, coelestis conver-
satio, spirituale thymiama (Yalmo.j to. tw/n avgge,lwn e;rgon( to. oura,nion politeuma( to.
pneumatiko.n qumi,ama)» Basilio de Cesarea, Homilia in Psalmos 1,2: PG 29,211 y 214.
296 ii: acciones litúrgicas
222 Posiblemente la cita puede referirse a la prueba de los ángeles, que tuvieron que
tomar la decisión de adorar o no al Hijo de Dios en forma humana.
298 ii: acciones litúrgicas
223 Santo Tomás de Aquino clasifica la adoración como acto externo del culto, y de
este modo con la acción litúrgica. Generalmente se piensa que la adoración no requiere
un acto exterior. Esto tiene que ver con la adoración de los ángeles en el cielo donde
“toda rodilla se doble” (v 11). Los ángeles como seres puramente espirituales, adoran
a Dios mediante su disposición interior: «Puremente par leurs dispositions intérieures»
Molien, A (1937) DSp I,215.
Es cierto que los ángeles no tienen cuerpo y tampoco alas físicas, lo cual no les
impide comunicarse hacia afuera, de manifestarse o moverse en dirección a Dios.
299
que se postran, sino también “todos los ángeles que estaban en pie alrededor
del trono, cayeron por tierra y adoraban” (kai. e;pesan [...] evpi. ta. pro,swpa
auvtw/n kai. proseku,nhsan - Ap 7,11), “y los cuatro seres vivientes se postraron
y adoraron a Dios” (Ap 19,4). También en Neh 8,6 leemos: “el ejército de los
cielos ante ti se prosterna”.
Según el sentido bíblico literal, la adoración de los ángeles incluye también
una manifestación exterior224. Si la Biblia aplica metáforas, es porque son
reales. Aunque no podamos imaginarnos esta adoración según las leyes de
nuestra corporalidad, también en el cielo debe haber una forma espiritual de
simbolismo litúrgico (se menciona el oro, las piedras preciosas, el incienso,
el carbón, las brasas, el agua y el fuego con relación a los ángeles).
El Apocalipsis no es simplemente una forma de nuestra manera humana
de pensar proyectada en relación con el cielo, sino que las visiones de
Juan son el acceso a una realidad espiritual, no son algo arbitrario según
costumbres o conceptos humanos, que se podrían substituir por otros.
Nuestros símbolos litúrgicos, concretamente el acto exterior de la
adoración (genuflexión, postración), tienen su origen en el cielo, en la
liturgia celeste, en el culto que Cristo ofrece a su Padre y representan la libre
entrega de sí mismo, la inmolación del propio corazón. Recordemos que en
el Antiguo Testamento el santuario fue construido según el modelo celestial
(cf Ex 25,40; 26,30). Por lo tanto, debemos aceptar también para los ángeles
una dimensión interior como también exterior en su acto de adoración.
233 ����������������������������������������������������������������������������
«���������������������������������������������������������������������������
La alabanza implica conocimiento. Los ángeles ven la faz del Padre por par-
ticipación en el Lógos (Cf san Atanasio, Or. III contra Arianos 51: PG 26,432), por la
gracia del Espíritu Santo (Cf san Basilio, De Spiritu Sancto XVI,38). A pesar de esta
contemplación, la íntima profundidad de la divinidad les está oculta. Incluso los ángeles
y arcángeles ven sólo la ‘gloria’ de Dios, no su propia naturaleza, que está oculta detrás
de los querubines» Tavard, G (1969) 34.
234 «Para que ahora sea dada a conocer, por medio de la iglesia, la multiforme
sabiduría de Dios a los principados y las autoridades en los lugares celestiales» Ef 3,10.
235 Cf Michaelis, W (1954) paraku,ptw, ktl: TWNT V, 812-814.
302 ii: acciones litúrgicas
236 En el AT la palabra se usa para uno que atisba (observa) a través de una ven-
tana, de una puerta, o a través del ojo de la cerradura (cf Gn 26,8; Jc 5,28; 1R 6,4; 1Cr
15,29; Prov 7,6 etc). La palabra se usa en el NT para describir a los discípulos que se
inclinan para mirar hacia dentro del sepulcro vacío en la mañana de la Pascua (Lc 24,12;
Jn 20,5.11). El inclinarse se puede entender como asumir una actitud humilde, para poder
ver, a través de la puerta estrecha del sepulcro, el hecho de la resurrección.
237 En 1Hen 9,1 se habla de los cuatro grandes ángeles que miran hacia la tierra:
pare,kuysan evpi. th.n gh/n.
303
Cristo.
que son mayores en fuerza y poder, no pronuncian juicio de maldición contra sus enemi-
gos delante del Señor.
243 Así, en Gn 4,3s; Mal 1,13 y Am 4,4 no se distingue entre el acercar la ofrenda
y sacrificarla. La cuestión es si el ángel solamente acerca la ofrenda como los diáconos,
o si la sacrifica también a la manera de un sacerdote. En la liturgia podemos observar
tal distinción en el ofertorio de la misa: los fieles, en la procesión de las ofrendas, las
aproximan al altar, pero solamente el sacerdote las coloca sobre el altar y las ofrece.
305
244 En este sentido debemos entender el servicio de los siete ángeles de Tb 12,15,
que ofrecen de manera como sacerdotes: prosanafe,rw)
306 ii: acciones litúrgicas
reflejo de una versión más antigua de la liturgia romana del siglo IV. En el
texto de la liturgia de Marcos251 se asigna a los ángeles la palabra prosfere,in,
lo que correspondería a la palabra ‘perferri’ del Supplices.
No obstante, si se interpretaría el ‘ángel del Supplices’ siendo Cristo o
siendo un ángel creado, debemos tratar de distinguir las acciones de ambos.
Vanhoye distingue entre el ‘Cristo mediador’ y el ‘ángel medianero’ (cf
capítulo 2.5.): el primero es interno y perfecto, el segundo es ‘externo’252.
Mas debemos admitir que también los ángeles son capaces de sacrificar y
transmitir a los hombres ciertas gracias divinas.
En cuanto consideramos el ‘ángel del Supplices’ una creatura espiritual,
por el uso del verbo ‘perferri’, en cuanto incluye el acto de ofrecimiento a
Dios, consideramos la acción del ‘ángel’ como una acción de mediación,
porque se trata de un ofrecimiento de forma representativa. El sentido de
la acción lo deberíamos ver análogamente como en Ap 8,2-5, donde las
oraciones de los fieles y el sacrificio de la Iglesia se unen al sacrificio de
Cristo.
La función de los ángeles no es desdeñable ni sin importancia, ya que es
una parte del sacrificio de la Iglesia. Lo que el ángel realiza es una solemne
acción de gracias (eucaristía), una solemne alabanza (‘beraká’), así como de
un modo singular un acto de expiación y de reconciliación de Dios con las
creaturas. También incluye la dimensión de la intercesión por la humanidad253.
En el Supplices, el ángel lleva con ‘sus manos’ el sacrificio. Las ‘manos’
del ángel son un símbolo e indican una acción santificadora: ‘per manus’
quiere indicar una acción propia del ángel (cf Ap 8,4), que sería una acción
espiritual. Según nuestra explicación etimológica, así se puede considerar el
incienso del ángel de Ap 8,4 sobre el altar. ‘De la mano del ángel sube (se usa
la palabra avnabai,nw) el incienso’.
251 En la liturgia de san Marcos se usa la misma palabra: «tw/n prosfero,ntwn ta.j
qusi,aj ta,j prosfora.j ta. euvcaristh,ria pro,sdexai o qeo.j eivj to. a;gion kai. evpoura,nion
kai. noego,n sou qusiasth,rion eivj ta. mege.th tw/n ouvranw/n dia. th/j a,rcaggelikh/j sou
leitourgi,a». “Los sacrificios, las ofertas y los homenajes de acción de gracias de los
oferentes, acógelos (recíbalos) oh Dios, sobre su altar sagrado, celestial y espiritual en la
altura (inmensidad) de los cielos por el ministerio (liturgia) de tus arcángeles”.
Posiblemente hubo una influencia en la redacción del texto de san Clemente de
Alejandría, quien llama a los arcángeles ‘sumos sacerdotes de los ángeles’.
252 Porque Cristo posee una naturaleza humana mientras el ángel no la posee.
253 Generalmente la Iglesia distingue cuatro aspectos del sacrificio de la misa: el
sacrificio de alabanza, de acción de gracias, de expiación y de impetración. Cf Pio XII
(1947) Encíclica Mediator Dei 64-67.
309
superiori modo, scilicet invisibiliter purgando, illuminando et perficiendo» STh III, 64,7,
ad 1.
258 Cf Beyer, H W (1935a) diakone,w( ktl: TWNT II, 81-93.
259 Cf Beyer, H W (1935a) 81.
311
propio del servicio de los ángeles, es decir, iluminar la mente de los hombres
para la comprensión de las verdades de la fe.
En imitación a Cristo, quien vino a servir y a dar su vida en rescate por
muchos (diakonh/sai kai. dou/nai th.n yuch.n auvtou/ lu,tron), los ángeles son
siervos que nos ayudan en el camino de la santidad. Siendo una oblación
a Dios, la ‘diaconía’ incluye el aspecto del sacrificio, y por eso, posee un
carácter sacerdotal260. Ledogar, al interpretar las palabras ‘adstare coram
te et tibi ministrare’ de la Traditio apostólica, la relaciona con un servicio
sacerdotal261. De hecho, la liturgia es un servicio, que hombres y ángeles
ofrecen igualmente a Dios.
Mientras el cumplimento de la ley, según la teología de san Pablo, es un
servicio a la muerte o a la justicia, el anuncio del Evangelio es un servicio
del espíritu en la gloria (diakoni,a tou/ pneu,matoj - 2Co 3,7-9). El diaconado
como oficio está colocado al lado del episcopado (cf 1Tm 3,1-7) y colabora
en el gobierno de la Iglesia. También de los diáconos se espera una vida
ejemplar262. Todo uso de la autoridad es un servicio a la comunidad de la
Iglesia263, y en este sentido, podemos considerar el servicio de los ángeles
como una participación en el ejercicio sacerdotal de Cristo. La motivación
de los ángeles para servir es la caridad, y la finalidad es la santificación de
los hombres (cf Hb 1,14).
5.10. Evaluación
Con estos verbos que acabamos de explicar hemos visto diversas
acciones o funciones litúrgicas desempeñadas por los ángeles en la Biblia.
Los verbos en la Sagrada Escritura son fundamento de otros verbos que la
liturgia atribuye a los ángeles, especialmente aquellos que encontramos en
los protocolos finales de los prefacios, que introducen al canto del Sanctus272.
Prácticamente todo lo que realiza el hombre, sea orar, cantar, lo realizan
84-85. El Testamento de Levi lo describe un poco diverso: «en el cuarto cielo están los
santos, en el quinto cielo los ángeles de la presencia (de la faz)» TestLevi 3,6: Diez Ma-
cho, A (1987) V, 47.
271 «Como a la hora novena del día, él vio claramente en visión a un ángel de Dios
que entró hacia él y le dijo: ‘Cornelio’. Con los ojos puestos en el ángel y espantado, él
dijo: ‘¿Qué hay, Señor?’ Y le dijo: ‘Tus oraciones y tus obras de misericordia han subido
como memorial ante la presencia de Dios. Ahora, pues, envía hombres a Jope y haz venir
a cierto Simón, que tiene por sobrenombre Pedro’» (Hch 10,3-5). Más tarde Cornelio
mismo describe el aspecto del ángel: «He aquí, un hombre en vestiduras resplandecientes
se puso de pie delante de mí y dijo: ‘Cornelio, tu oración ha sido atendida, y tus obras de
misericordia han sido recordadas ante la presencia de Dios’» (Hch 10,30-31).
272 Para introducir al Sanctus, el MR (2002) presenta más que 120 prefacios, de los
cuales casi todos presentan en el ‘protocolo final’ diversos verbos que indican la unión
y participación angélica. Aparecen términos como “Et ideo cum Angelorum [...] hym-
num laudis tibi canimus, [...] canticum novum concinunt adorando…, proclamamus…,
te collaudamus, benedicimus et magnificamus, [...] te iugiter praedicamus [...] te iugiter
celebramus [...] sine fine dicentes: Sanctus”. O de otra manera: “Per quem maiestatem
tuam laudant Angeli, adorant Dominationes, tremunt Potestates. Caeli caelorumque Vir-
tutes, ac beata Seraphim, socia exsultatione concelebrant. Cum quibus et nostras voces
ut admitti iubeas, deprecamur, supplici confessione dicentes”. Sería otro estudio aparte,
para examinar el significado de cada uno de estos verbos, ejecutados por los ángeles.
314 ii: acciones litúrgicas
273 Así lo define el Concilio IV de Letrán: «Qui sua omnipotenti virtute simul
ab initio temporis utramque de nihilo condidit creaturam, spiritualem et corporalem,
angelicam videlicet et mundanam» Denzinger, H (1976) 800.
cap 6: alcance de la liturgia angelical 315
274 «Ein Engel scheint sogar der Spender der Taufe zu sein: ‘Komm herbei, Engel,
und nimm durch das Wort jenen auf, der sich vom alten Irrtum, dem Dämonenglauben
abgewandt hat; nimm ihn auf und gib ihm die Taufe der Wiedergeburt‘. Orígenes, In
Ezechielem 1,7 [...] Die Taufe wird gleichsam von zweien gespendet, vom sichtbaren
Priester und vom unsichtbaren Engel: „im Bereich des Sichtbaren geht unser sichtbarer
Leib durch die Dienstleistung der Priester aus dem Taufbad hervor. Im Bereich des un-
sichtbaren taucht der jedem Erkennen verborgene Heilige Geist sowohl Leib als Seele
in sich hinein und bewirkt die Wiedergeburt beider unter Assistenz der Engel“ Didimo el
ciego, De Trinitate 2,12: PG 39,672» Daniélou, J (1951) 213.
316 ii: acciones litúrgicas
Todo ser inteligente y personal (ángel y hombre) debe tomar una decisión
y llegar a través de un acto de fe a la perfección del amor. El grado de su
beatitud corresponde a su rango natural, porque aquellos que no pecaron,
en nada vieron afectada la armonía de su naturaleza ni de sus dones
sobrenaturales. Los ángeles comprenden que Dios en su misericordia les
había concedido la gracia277, la cual perfecciona la libertad de estos seres
espirituales.
279 Peterson, E (1935) 58-59. Peterson presenta unos textos para caracterizar la
alabanza angélica: «Según la liturgia de Santiago, los ángeles cantan con voz clara; según
san Efrén con voz semejante a las arpas, según el Henoch eslavo, con voz dulce, según
san Ambrosio, con la suavidad de una melodiosa voz» Peterson, E (1958) 61. Hay que
considerar estas afirmaciones como metáforas de las acciones espirituales de los ángeles.
280 Cf Allison, D C (1980) 192-193, menciona también 2Hen 19,6; 21,1, donde se
ofrece el contenido del himno.
281 Cf 1Hen 39,12; 40,3; 49,26; 51,9; 71,11; Testamento de Levi 3,8; 2Hen 17,1;
AscIs.7,15; 8,3; 8,16s; 9,28s; 10,1s; Sabbath Shiroth 4Q400-407.
282 Según el TM lemos: tAabc hwhy vAdq vAdq vAdq rmaw hz-la hz arqw, lo que los LXX
traducen con: «kai. evke,kragon e[teroj pro.j to.n e[teron kai. e;legon a[gioj a[gioj a[gioj
ku,rioj sabawq». Ap 4,8 traduce el ‘shabaot’ por ‘pantokrátor’.
283 «a[gioj a[gioj a[gioj ku,rioj o` qeo.j o` pantokra,twr o` h=n kai. o` w;n kai. o`
evrco,menoj». Luego los 24 ancianos se unen a esta alabanza angélica y dicen:
«a;xioj ei=( o` ku,rioj kai. o` qeo.j h`mw/n( labei/n th.n do,xan kai. th.n timh.n kai.
th.n du,namin( o[ti su. e;ktisaj ta. pa,nta kai. dia. to. qe,lhma, sou h=san kai. evkti,sqhsan».
284 Hay tradiciones que presentan un número diferente en la repetición del ‘a;gioj’.
En algunos códices bíblicos o litúrgicos aparece 9, 8, 7 o 6 veces.
285 Estas designaciones del nombre divino se conocen también en las tradiciones
judaicas de los targumines. Según TargDeut 32,3, Moisés no proclamó el nombre de
Dios, sin antes declararlo tres veces santo, según la manera de los ‘ángeles del servicio’.
cap 6: alcance de la liturgia angelical 319
primitiva lo usó con la finalidad del culto, para ‘recuperar nuevamente las
puertas abiertas hacia el paraíso’, como lo afirma Pierre Prigent290.
Semejante concepción la debemos atribuir también a Ap 4,8, es decir,
que la liturgia sirve como locus para ser realizado en la experiencia actual de
la comunidad de culto.
Mientras esta idea ya se conoce en el Antiguo Testamento (cf Sl 148, 150,
Dn 3,35), la encontramos de modo más explícito en la liturgia de Qumrán.
En Qumrán no solamente los ángeles y los hombres cantan alabanzas juntos,
sino también comparten otras prerrogativas. La unión con los ángeles se
expresa de tres modos: se unen a la alabanza, poseen un destino común
con las cosas celestiales, y compartirán la vida eterna (cf Lc 20,36)291. En
este sentido, Carol Newsom habla de un acto sumamente solemne para la
comunidad de Qumrán292.
urgy [...] (25-29 sept. 1998), Orientale, Roma 2001, 495-562. Taft, R (1999) Il Sanctus
nell´Anafora. Un riesame della questione, Orientalia Cristiana, Roma. Winkler, G
(1993) Das ‚Gloria in excelsis‘ und Trishagion: Alit 17, 537-569, StAnselmo, Roma.
- (2002) Das Sanctus. Über den Ursprung und die Anfänge des Sanctus und sein
Fortwirken, Orientale, Roma. - (2003) Beobachtungen zu den im ‘ante Sanctus’ ange-
führten Engeln und ihre Bedeutung: ThQ 183, 213-238. - (2004) A propos des Anges et
des Hommes. Le ‘Sanctus’: MD 237, 129-142. Maurer, P (2011) Sanctus-Deutungen
in Werken der griechischen Patristik, Liturgica Oenipontana; Wien.
294 «C´est de cette formule brève, de ce chant qui se trouve dans toutes les liturgies
d´Orient et d´Occident [...] Aucun autre texte liturgique n´a été peut-être objet de tant
d´écrits et sujet d’une telle polémique» Janeras, S (1998) 495.
295 Eusebio habla de una ciudad sobre-mundial, que forma una asamblea en unión
con los coros de los ángeles, que cantan ese himno, que ningún oído humano jamás ha
escuchado. Cf Eusebio de Cesarea, Demonstratio evangelica 7,1: GCS 6,299.
322 ii: acciones litúrgicas
296 Crisóstomo afirma que, cuando el trisagio fue llevado a la tierra, esta quedó lle-
na de la gloria divina y se manifiestó el misterio de la Trinidad. Cf San Juan Crisóstomo,
De incomprehensibili Dei natura homiliae 1,6: Maurer, P (2011) 124.
297 Para san Juan Crisóstomo el Sanctus se dirige al Señor de todos, al Dios de la
gloria y majestad. Teodoro dirige el Sanctus hacia la Trinidad; Cirilo de Alejandría pre-
senta el dogma de la Trinidad mediante el Sanctus.
298 Cirilo de Jerusalén interpreta a Is 6,1 de un modo cristológico: «Vi al Señor,
sentado sobre un trono [...] nadie ha visto al Padre (Jn 1,18; 1Tm 6,16), entonces, debe
haber sido el Hijo que lo manifestó. Dios es santo, Cristo es santo y también el Espíritu
Santo».Cirilo de Jerusalén, Catequesis mistagogicae 5,6: Maurer, P (2011) 83.
299 Cf Eusebio de Cesarea le atribuye al Sanctus un significado cristológico «Tú
eres santo o Dios, en cuanto te volviste hombre y permaneciste Dios. Tú eres santo, cuan-
do te revestiste con el cuerpo de la debilidad. Tú eres santo e inmortal, que moriste en la
carne mas permaneciste inmortal como Dios. Tú fuiste crucificado por nosotros, [...] y en
esta santa doxología ensalzamos al Hijo» Eusebio de Cesarea, In Isaiam Commentarii
41 (6,3): GCS 9,39. Eusebio afirma que la aclamación de los serafines es expresión de su
admiración y de temor al mismo tiempo sobre el milagro más grande (qau/ma me,giston)
que jamás se ha visto.
300 Con relación a la eucaristía escribe Cirilonas: «Este es el Cuerpo que ni los
ángeles son capaces mirarlo por causa de su esplendor tan intenso. Este es el Pan de la
divinidad, que es dado a nosotros, habitantes de la tierra, por pura gracia y condescenden-
cia. Este es el Santísimo sacramento, por medio del cual, los serafines serán santificados
en las alturas, mientras ellos lo alaban y lo declaran santo» Cirilonas, De pascha Christi
homiliae 1,380: Maurer, P (2011) 26.
cap 6: alcance de la liturgia angelical 323
301 «Nos santificamos con estos himnos espirituales [...] para poder celebrar des-
pués los grandes misterios, pedimos al Espíritu Santo [...] porque todo lo que el Espíritu
Santo toca, quedará santificado» San Cirilo, Catequesis mistagógicas 5,6: Maurer, P
(2011) 86.
«Proclamando el Sanctus, los fieles toman parte de los cánticos de los ejércitos sobrena-
turales [...] El ungido refleja la gloria del Señor, y recibe la capacidad de asimilar interior-
mente el Evangelio, es transformado para ser como un fragante celestial de Cristo, tendrá
la fuerza de vencer en la lucha contra el demonio» San Cirilo, Catequesis mistagógicas
4,7: Maurer, P (2011) 88.
302 «El cantar del Sanctus, deja participar a los fieles en las realidades sobrenatu-
rales, en el cantar con los ángeles. Porque alabando la santidad de Dios, el cantor mismo
quedará santificado. Él mismo imita la alabanza de los ángeles y participa con ellos en
su comunión espiritual (koinonía)» San Cirilo, Catequesis mistagógicas 5,7: Maurer, P
(2011) 86.
303 Ya en el Antiguo Testamento los ángeles son llamados ‘santos’. Cf Sl 31,23:
‘amad al Señor todos sus santos’; o en Sl 89,5 se habla de la congregación de los santos.
Generalmente se refiere a los ángeles, porque en el AT los hombres son llamados ‘justos’
mas no ‘santos’, excepto el pueblo elegido como colectivo.
En libro de Ex 19,6 se dice: «vosotros sois un pueblo elegido, una nación san-
ta» porque participan en la santidad de Dios. Y generalmente, cuando se habla de santos
hombres en el AT, es una invitación, un llamado a vivir santamente, observando las reglas
de la ley o, porque es santificado por la institución al sacerdocio. Solo con el Hijo de
Dios vino la gracia santificante. En gran parte de las veces que aparece la palabra ‘santo’
en el AT se hace referencia a los ángeles. Ellos participan en la vida divina por la visión
beatífica y se alegran.
304 San Gregorio de Nisa describe el Sanctus como cántico de ‘palabras
inexpresables’ porque nadie las puede pronunciar cuando no ha sido instruido, las
palabras son arcanas (lo,goi avporrh,toi), que solamente los cristianos pueden conocer. El
Sanctus, solamente lo podemos balbucear como un niño, mas es el cántico que hace al
cristiano perfecto. Gregorio invita a los catecúmenos de unirse a la comunidad y cantar el
himno junto con los serafines y con los cristianos perfectos. Considera el Sanctus como
un elemento atractivo que mueve a los catecúmenos a dejarse bautizar. Cf Gregorio de
Nisa, De iis qui baptismum differunt: Maurer, P (2011) 112.
324 ii: acciones litúrgicas
307 En su homilía Vidi Domini, se trata ante todo sobre la actitud correcta durante la
liturgia, porque Dios invisible se deja ver. Habla de la digna celebración de la eucaristía y
que los fieles deberían imitar los coros de los ángeles, que sin cesar alaban a su Creador.
Arriba, los serafines aclaman el trisagio, abajo, la multitud de los hombres, por el cantar
los hace subir. Se junta una sináxis una reunión de fiesta, un coro alegre. Porque la bajada
inexpresable del Señor unió todas las voces, así que asume la armonía de las músicas de
arriba, desde la Trinidad, movido por la única batuta, y se canta el beato cántico de los
ángeles en la alegría de la almas y en perfecta armonía. Cf San Juan Crisóstomo, De
incomprehensibili Dei natura homiliae 4,5: Maurer, P (2011) 125-126.
308 En la Iglesia ortodoxa, el diácono proclama antes de la distribución de la
comunión: «Lo santo para los santos». Esto corresponde a la invitación del sacerdote
en la Iglesia romana: «Este es el cordero de Dios». En el oriente siríaco, antes de la
inmixtio, el sacerdote recita, según Teodoro de Mopsuestia: «Cuando con tal significado,
el pontífice dice: ‘lo santo a los santos’, todos responden: ‘un solo Padre santo, un solo
Hijo santo, un solo Espíritu santo. Ellos confiesan la santidad de su naturaleza divina’».
309 En este sentido debemos entender lo que escribe Cirilonas, un padre siríaco,
alrededor del año 400: “Los serafines declaran santa la eucaristía, y al mismo tiempo
quedan santificados” De pascha Christi homiliae 1,380: Maurer, P (2011) 26.
310 «Todas las Iglesias de Cristo, desde el oriente hasta el occidente, creen
uniformemente que los serafines adoran al Padre. Cuando la comunidad canta el trisagio,
los ángeles rodean el altar [...] La alabanza implica conocimiento. Los ángeles ven la
326 ii: acciones litúrgicas
faz del Padre por participación en el Lógos, por la gracia del Espíritu Santo» Pseudo-
Atanasio, De Trinitate et Spiritu Sancto X: Simonetti, M [edr] (1956) 118; cf Tavard, G
(1968) 33.
311 Según san Cirilo de Jerusalén, el Sanctus es una ‘teo-logia pura’, un ‘himno de
victoria, donde los Serafines aclaman las obras salvíficas de Deus’. “Si tú oras correcta-
mente serás teólogo”. La palabra ‘teo-logia’ se entiende aquí como “decir Dios”, aclamar
a Dios como alabanza y perfecta acción de gracias. El ‘teólogo’ en la mentalidad oriental
se entiende como el santo, aquél que conoce a Dios y lo alaba. El texto de las Catequesis
mistagógicas 5,6 contiene también los nombres de los coros angélicos (es decir, una lista
completa del siglo IV). Cf Maurer, P (2011) 86.
Eusebio lo llama “teología de la santificación”, “un himno de alabanza que santifica a la
creación”. Cf Maurer, P (2011) 74.
312 En lugar del tercer salmo, en las vísperas se canta un cántico del NT. Los do-
mingos: Ap 19,1-7; los martes: Ap 4,11; 5,9.10.12; los jueves: Ap 11,17-18; 12,10b-12a;
los viernes: Ap 15,3-4.
cap 6: alcance de la liturgia angelical 327
313 Los que gritan con ‘gran voz’ o ‘fuerte voz’ en el Apocalipsis, son generalmente
los ángeles. Así en Ap 1,10.12; 4,1; 5,2.11.12; 6,1.6.7; 7,2; 8,13; 10,3.4; 11,12; 12,10;
14,2; 14,7.9.13.15.18; 16,1.17; 18,2.4; 19,1.5.6.17; 21,3. Una excepción es Ap 6,10, los
mártires debajo del altar, y la multitud de Ap 7,10.
328 ii: acciones litúrgicas
314 Los LXX atestiguan otro texto hebreo, diferente al significado del TM, como lo
podemos ver, cuando se traduce aquí ‘hod’ (alabanza) con ‘fuerza’.
315 Así, por ejemplo 3Hen 8,2, donde Henoc recibe 16 cualidades distintas: ����«���
En-
tonces el Santo, bendito sea, me añadió sabiduría sobre sabiduría, inteligencia sobre in-
teligencia, prudencia sobre prudencia, conocimiento sobre conocimiento, misericordia
sobre misericordia, torá sobre torá, amor sobre amor, benevolencia sobre benevolencia,
bondad sobre bondad, humildad sobre humildad, poder sobre poder, fuerza sobre fuerza,
vigor sobre vigor, esplendor sobre esplendor, belleza sobre belleza, hermosura sobre her-
mosura. Fui honrado y adornado con todas estas cualidades buenas y dignas de loa más
que todos los hijos de los cielos»: Diez Macho, A (1984) IV, 231.
316 ���������������������������������������������������������������������������
«Auch die hier kumulieren die Prädikationen, die Metatron als besonders he-
rausgestellter Gestalt zugesprochen werden. Auf ihn fällt so etwas von dem göttlichen
Glanz und seiner Herrlichkeit. Als ‚kleiner Yhwh‘ ist er der Stellvertreter Gottes [...]
allwissend wie Gott» Schimanowsky, G (2002) 259.
Schimanowsky se apoya en estudios de G Delling y P Schäfer que analizaban
los atributos divinos: “hmkx corrresponde a la sofi,a; hrbg corresponde a la du,namij; xk
corresponde a ivscu,j; dwbk corresponde a la do,xa”. Schäfer aumenta la lista con ejemplos
de otros manuscritos: “Majestad (dwh); adorno (rdh); belleza (trapt)”.
317 «Siete salmos de sus bendiciones; siete salmos de la magnificación de su jus-
ticia; siete salmos de exaltación de su reino; siete salmos de alabanza de su gloria; siete
salmos de acción de gracias por sus maravillas; siete salmos de regocijo en su poder;
cap 6: alcance de la liturgia angelical 329
siete salmos de alabanza a su santidad, la natura de [...] siete veces con siete palabras ma-
ravillosas, palabras de [...] El primero de los jefes príncipes bendecirá en el nombre de
la gloria de Dios a todos los [...] con siete palabras maravillosas, él bendecirá a todos sus
consejeros en el santuario de su santidad con siete palabras maravillosas y con los que él
bendecirá a aquellos que poseen conocimiento de las cosas eternas» Masada ShirShabb
II: Newsom, C (1985) 174-175.
318 «The book of Revelation provides what is possibly the closest analogy to the
seven member formula of praise in the SS [...] Bousset had observed, in Ap 5,12 all seven
predicates are governed by a single article as if they comprise a single word or formula.
He also refer to 1Cr 29,11-12» Newsom, C A (1985) 177.
319 Nusca, A R (1997) 263.
320 Cf Nusca, A R (1997) 273.
330 ii: acciones litúrgicas
Cordero que finaliza con el himno de alabanza de toda la creación (vv 12-
14); los ángeles en el v 12, todas las creaturas en el v 13, los cuatro seres
vivientes y los presbíteros en el v 14.
Por esta alabanza unísona de toda la creación se unen los cielos con la
tierra en una unión indisoluble. Igualmente, el Cordero y Dios quedarán
eternamente unidos, el Cordero definitivamente está al lado de Dios,
destacado de todas las criaturas. El himno se termina con la indicación
temporal, típica para el Apocalipsis, y el ‘amén’ como una confirmación.
Junto al ‘amén’ se realiza la prosku,nesij.
Litúrgicamente, el ‘amén’, igual que el ‘aleluya’ son responsorios típicos
con los que la comunidad respondía al canto de los levitas en el templo321. Tal
uso litúrgico entró en la comunidad primitiva como elemento constitutivo
fijo para la liturgia, como san Pablo ya lo menciona en 1Co 14,16.
Todo presenta una experiencia del culto celestial al unísono con el culto
de los ángeles. Según Nusca, toda esta visión tiene como fondo el motivo de
Ezequiel 1 y 10.
con los siete ángeles principales. Por lo tanto, en estas alabanzas se piensa
en un desdoblamiento de las cualidades de Dios, que los ángeles reflejan de
alguna manera.
Hemos hablado sobre la opinión de san Ireneo, que relaciona los siete
dones del Espíritu Santo con los ángeles. Es como una distribución septiforme
de la gracia de Dios en dirección ‘catabática’. La gracia de las iluminaciones
divinas se desdobla y es distribuida mediante el ministerio de los ángeles,
pero en la respuesta de la creación en dirección ‘anabática’ observamos lo
contrario. Una multiplicidad de diversas formas de alabanza de todas las
creaturas es recogida y hecha uniforme, es decir que se les clasifica aquí en
siete diversas categorías.
El ministerio de los ángeles es como el eslabón entre Dios y las demás
creaturas, como un medio de comunicación en las dos direcciones. La acción
de los ángeles deja ver una estructura septiforme en la liturgia324.
De los himnos del Apocalipsis, que es celebración litúrgica, pasaremos a
los que son propiamente el centro de la liturgia de la Iglesia, las anáforas de
la misa. La oración es lo que constituye el contenido y da la forma espiritual
al sacrificio eucarístico. Y si examinamos las más antiguas anáforas,
encontraremos una semejanza sorprendente con los términos que se han
aplicado en la Escritura y ante todo en los himnos del Apocalipsis.
Aplicación en la liturgia
Los atributos de la alabanza angélica en la Biblia los encontramos en
los más antiguos textos de la liturgia de la Iglesia. No solamente en el
canto del Gloria, sino también en las partes ‘laudativas’ de las antiguas
328 «Il fumo che si alza dall‘incenso ha simboleggiato assai presto la preghiera
dell‘uomo che sale fino a Dio (cf Sl 141,2). L‘offerta dell‘angelo viene dunque vista come
facilitante l‘accesso a Dio delle preghiere umane, con una‘ funzione mediatrice (o quanto
meno coadiuvante), quale già abbiamo visto in molti testi dell‘AT o del giudaismo. Si
veda il commento ad Ap 5,8. ‘Di tutti i santi’, ossia di tutti i fedeli» Prigent, P (1965)
260.
329 ���������������������������������������������������������������������������
«��������������������������������������������������������������������������
Las oraciones de los santos, como primicias y como preciosa primera ofren-
da, le serán ofrecidas a Cristo por nuestros ángeles guardianes, ofrendas que son en sí
mismas de suave olor, y que se tornan de un olor aún más suave con la cooperación de
los santos ángeles. Por eso está dicho que ‘se le dieron muchos perfumes’…. Se dio a
los ángeles por parte de Dios la misión de proteger a los hombres y hacer aceptables sus
oraciones [...] Por el ángel, las oraciones de los santos se hacen de suave olor y dignas
de ser presentadas ‘delante de Dios’» Ecumenio, Comentario sobre el Apocalipsis 8,5:
Oden, T C - Weinrich, W C [edr] (2005) 182.
334 ii: acciones litúrgicas
explican de qué manera se realiza tal acción angélica. Ellos afirman que se
trata de un simbolismo que indica una realidad espiritual330.
El papel medianero de los ángeles es frecuente en la apocalíptica judía.
R Mounce admite que podría ser un ángel-sacerdotal según la concepción
judaica, pero no según la teología del NT331. Si el texto dice: ‘subió de la
mano del ángel’, esto indica ciertamente que la ‘mano’ es el símbolo para
una acción propia del ángel.
El ángel de Ap 8,3-5 presenta las oraciones de todos los santos (no
solamente las de los mártires como en 6,10) delante de Dios. Los apócrifos
confirman la participación activa de los ángeles, que ofrecen expiación al
Señor por los pecados de la ignorancia de los justos332.
Luego en Ap 8,5 encontramos una respuesta: cuando el incienso se junta
al carbón caliente, una nube de humo fragante sube desde el altar como
símbolo de la aceptación divina. La escena en el cielo sugiere que hay algo
sacrificial sobre la oración. La escena de intercesión se vuelve una escena de
juicio. El ángel toma el incensario, lo llena con las brasas del altar y lo echa
sobre la tierra.
Las oraciones de los santos juegan una parte esencial en la realización
del juicio de Dios sobre la tierra y sus habitantes. La súplica de los mártires
de Ap 6,10 aquí se ve respondida. La respuesta es indicada por truenos,
rayos y relámpagos. Como en la teofanía del Sinaí, el mundo tiembla ante
la presencia de Dios (cf Ex 19,16s). Recordemos también el paralelo de
Ezequiel (9,2 y 10,2-7) que es semejante, sólo que no figura el incienso. Pero
en lo que se refiere a la acción del ángel, podemos encontrar un paralelismo:
330 �����������������������������������������������������������������������������
«����������������������������������������������������������������������������
Aunque lo revelado a los santos es representado con forma material y con co-
lores, sea altar, incensario o cualquier otro objeto, sin embargo se trata de cosas invisibles
e intelectuales [...] Este altar es Cristo, en el cual queda reunido todo ministerio y santa
autoridad, y sobre el que además se ofrecen los sacrificios de los mártires [...] El altar,
Cristo, está ‘delante del trono’, esto es, delante de los más excelsos santos poderes, y ello
por la efusión de su ardiente amor divino, así como la pura sabiduría y el puro conoci-
miento que hay en ellos» Andrés de Cesarea, Comentario al Apocalipsis 8,3: Oden, T
C - Weinrich, W C [edr] (2005) 182.
331 «The role of the angel does not consist to make the prayers of the saints
acceptable to God. The mediator role of angels, that is so prevalent in Jewish apocalyptic
does not find a place in NT theology. At best the angel of Ap 8,3-5 is a heavenly priest
who presents the prayers of all the saints before God» Mounce, R H (1977) 174-175.
332 «En el siguiente cielo se hallan los ángeles de la presencia del Señor, sus servi-
dores, que interceden ante el Señor por todos los pecados de los justos cometidos inad-
vertidamente. Ofrecen al Señor un sacrificio de suave olor, una ofrenda razonable y sin
sangre» Testamento de Levi 3,5-6: Diez Macho, (1985) V,45.
cap 6: alcance de la liturgia angelical 335
333 «El incienso constituye como un abrigo de protección ante la majestad divina»
Prigent, P (1964) 261. Al rito del incienso se le atribuye un valor expiatorio, ciertamente
por el hecho histórico, después de la revuelta de Coré en el desierto: «Aarón tomó el
incensario, como le había dicho Moisés, y corrió al medio de la asamblea. Y he aquí que
la mortandad ya había comenzado entre el pueblo. Él puso incienso e hizo expiación por
el pueblo, y se puso de pie entre los muertos y los vivos. Así cesó la mortandad» (Nm
16,47-48).
334 Cf Cothenet, E (1988) 180. El autor de la Sabiduría comenta la escena: «Tomó
las armas de su ministerio, la oración y el sacrificio expiatorio del incienso; se opuso a
la cólera, colocó fin a la desgracia y mostró así que era tu siervo. Superó la ira divina,
no con la fuerza del cuerpo, ni con la eficacia de las armas, sino con la palabra (oración)
venció al que castigaba» (Sb 18,21s).
336 ii: acciones litúrgicas
335 Como en Egipto y Babilonia, a los sacerdotes se les prohibía llevar vestiduras
de lana (Ez 44,17). Además, el blanco era el color más apropiado para la vestidura de
los sacerdotes, especialmente en el caso del sumo sacerdote cuando entraba en santo de
los santos durante la fiesta del Yom Kippur. Sobre esta base, cuando en la apocalíptica
judía los ángeles y los justos toman parte de la liturgia celeste en torno al trono divino,
van vestidos de un blanco celestial. En el Apocalipsis sólo se mencionan dos prendas de
vestir: i`ma,tion, que aparece siete veces (3,4.5.18; 4,4; 16,15; 19,13.16), y stolh, cinco
veces (6,11; 7,9.13.14; 22,14). Con todo, lo que más nos interesa en este sentido son las
referencias a las “vestiduras blancas” (Ap 3,5.18; 4.4; 6,11; 7,9.13; 19,13) y al material
con el están tejidas: lino fino (bu,ssino). Como hemos visto, en el culto del AT el color
blanco y el lino eran los más apropiados para los sacerdotes. Siguiendo los presupuestos
de la apocalíptica judía, el Apocalipsis añade a las vestiduras un sentido escatológico. En
las cartas dirigidas a Sardes (3,1-6) y a Laodicea (3,14-22), el vestido blanco además, de
ser una exigencia de pureza moral, también lo es de pureza cultual porque nos hallamos
en un contexto litúrgico (cf 3,5.12.20.21). En un contexto de adoración celestial, los
ancianos llevan vestiduras blancas (4,4); también las llevan los mártires que están debajo
del altar celestial (6,9-11) y la muchedumbre innumerable que está delante del trono y del
Cordero (7,9-13). Pero todavía es más limpia y esplendorosa la vestidura hecha con lino
fino de la comunidad, como esposa que es de Cristo (19,8), y de los ejércitos celestiales
que siguen a Cristo (19,14).
336 En los banquetes de acción de gracias (cf Sl 116,13). Moisés las utilizó para
recoger la sangre del cordero pascual (12,22) y también la sangre con la que se selló
la alianza del Sinaí (22,24ss). Por el inventario de Esd 1,10 sabemos que en el Templo
de Jerusalén había copas destinadas al culto. En la frase “la copa de la ira” (de Yhwh),
“copa” se usa evidentemente en un sentido figurado, significando la expresión que los
impíos deben padecer extraordinarias desgracias (Jr 25,15; Is 51,17; Za 12,2; Sl 11,6;
75,9).
337 fia,lh es una copa ancha y poco profunda utilizada para el incienso y las
libaciones, incluso en el sentido de cesto; poth,rion (que traduce el hebreo sK) indica un
recipiente de cualquier naturaleza para beber, como el cáliz de la última cena (cf Mt 26,27;
Mc 14,23; Lc 22,17). En el Apocalipsis se usan ambos términos, aunque fia,lh aparece
más veces que poth,rion, en concreto doce veces (Ap 5,8; 15,7; 16,1.2.3.4.8.10.12.17;
cap 6: alcance de la liturgia angelical 337
5,8 se nos dice que los ancianos llevan copas de oro llenas de incienso. En
los otros casos, se trata siempre de las siete copas de oro que contienen la ira
de Dios; en Ap 16 forman un septenario, a lo largo del cual siete ángeles se
encargan de derramar el contenido de cada una de las copas sobre la tierra,
provocando plagas y cataclismos según el modelo como lo presentó el Éxodo.
En los apócrifos encontramos a los ángeles llevando copas con los
méritos o con las oraciones de los fieles338.
Hay otros símbolos, como el libro, coronas, o instrumentos musicales, sin
embargo, para nosotros es suficiente considerar que en todo el simbolismo
litúrgico que encontramos para los seres humanos, se podrá encontrar
también su correspondencia en el mundo angélico.
17:1; 21,9).
338 Así en 3Bar 11-16 se describe el quinto cielo, donde el ‘arquiestratego’ Miguel,
el ostiario del cielo, viene a una determinada hora. Viene con una canasta tan grande
como el universo a recoger los méritos de los justos, que como flores, son transportados
por los ángeles en cestos. Estos méritos le son llevadas por los ‘ángeles de los justos’
(12,1-5). También aparecen los ángeles de otros hombres, los que no traen oraciones ni
virtudes (12,6). Los ángeles que llevan los cestos vacíos se lamentan y piden a Miguel
que les permita abandonar a los hombres pecadores. Miguel entra a consultar a Dios y
vuelve trayendo aceite que derrama sobre los cestos que habían estado llenos o medio lle-
nos, y dice a los ángeles que los lleven, que recompensen a los hombres el ciento por uno
y que les digan de parte del Señor: «Sois fieles en lo poco, os será confiado lo mucho»
(15,4). A los ángeles que no habían llevado nada les ordena no abandonar a los hombres,
sino provocarlos (cf Dt 32,21), y enviándoles diversos males por no haber escuchado la
voz del Señor ni a sus sacerdotes (cf 3Bar 16).
339 Cf Bousset, W (1901) Die Himmlereise der Seele, Archiv für Religionswis-
senschaft 4, 136-169; 229-273. Recheis, A (1958) Engel, Tod und Seelenreise. Das
Wirken der Geister beim Heimgang des Menschen in der Lehre der alexandrinischen
und kappadokischen Väter. Edizione di storia e letteratura, Roma.
340 Especialmente en la liturgia de los difuntos encontramos el ministerio de los
ángeles, que acompañan al alma hacia la patria eterna. Athanas Recheis ha hecho un
338 ii: acciones litúrgicas
¿Será que los textos bíblicos escatológicos como Mt 13,39, donde los
ángeles son los segadores, se refieren a un ministerio litúrgico de ellos? Ellos
están involucrados en el juicio de Dios. Si Cristo ejerce el juicio, también
en esto está ejerciendo su sacerdocio. Si los ángeles colaboran en esto como
servidores sumisos a Cristo, entonces debemos considerar esto también como
parte de su ministerio litúrgico. Los ángeles desarrollan una parte decisiva en
la vida del hombre para que llegue a la felicidad eterna. No obstante, es una
parte secundaria que depende de la acción soberana del Hijo del hombre.
Los ángeles desarrollan su parte en la expansión del reino de Cristo. Ellos
no conocen el fin del mundo (cf Mt 24,36), pero están empeñados en la
obra de la evangelización, llevando el anuncio de la buena nueva a todos los
pueblos hasta el fin del mundo.
La colaboración con el Hijo del hombre se nota explícitamente en Ap 14.
Son dos actores distintos pero realizan casi la misma actividad. Ambos usan
la ‘hoz’ como instrumento de trabajo para la cosecha. Aquél que se parece al
Hijo de hombre (14,14) tiene en su mano una ‘hoz afilada’ (dre,panon ovxu,). El
ángel le ordena: ‘envía tu hoz’ (pe,myon to. dre,pano,n), y éste la echó (e;balen)
sobre la tierra. Luego a otro ángel se le da una hoz aguda, e igualmente la
echa sobre la tierra. Encontramos el mismo vocabulario que en los versículos
anteriores. La única diferencia es que el primero (Hijo del hombre) cosecha
el trigo y el segundo (el ángel) las uvas, pero ambos parecen trabajar con el
mismo instrumento y con las mismas facultades.
Se puede notar en este pasaje, con mayor claridad que en otros, la
conformidad de la acción de Cristo y de la acción de los ángeles. Igualmente,
como en otros pasajes, notamos que un ángel actúa como representante de
Cristo y como agente litúrgico. Supongamos que también aquí el ángel lleva
las insignias de Cristo, en concordancia con Ex 23,20: «mi nombre está en
él».
Otro signo de la participación de los ángeles en la obra de la santificación
de los hombres, consiste en la «alegría» que ellos experimentan por la
conversión de un pecador (cf Lc 15,10). Jesús hubiera podido limitarse a
hablar de la alegría del Padre, como efecto de cada conversión, suficiente
para mostrar la solicitud divina por el perdón. Pero es una alegría que se
comunica a los ángeles, la alegría del cielo (Lc 15,7) que indica hasta qué
punto los ángeles están asociados a la victoria secreta de la vida de la gracia
que se refiere a cada uno de los hombres. La alegría que experimentan los
estudio de los textos patrísticos de los siglos III y IV, donde se confirma claramente, que
la Iglesia invocaba a los santos ángeles en su liturgia de los difuntos.
cap 6: alcance de la liturgia angelical 339
341 Triacca entiende por ‘cosmos’, según 1Co 4,9, ‘los ángeles y los hombres’,
más deberíamos incluir también toda la materia. «La creazione cosmica, l´umanità con
la sua storia e attività, la cristianità e il mondo angelico sono considerati dalla liturgia
come una unità che trovano nel Cristo, re del creato, l´apice e il significato, il fine e lo
scopo della loro esistenza. Gli angeli spiccano come esseri interessati e coinvolti in tutto
quanto concerne la vita divina degli uomini e il loro destino proiettato in Dio. Agiscono
anch´essi per lo stesso Cristo, per mezzo del quale si dà gloria e onore al Padre in virtù
dello Spirito santo» Triacca, A M (2001) 50.
342 «Omnia corpora reguntur per spiritum vitae rationalis. Et Gregorius dicit, in
Dialalogus IV, quod in hoc mundo visibili nihil nisi per creaturam invisibilem disponi
potest» STh I,110, 1,sc.
340 ii: acciones litúrgicas
está hablando. El altar parece estar vivo, como en las fábulas. Si hay algo
que habla, no puede ser sólo un bloque de piedra. En Apocalipsis, como en
4Q403, una pieza arquitectónica que naturalmente consideramos sin vida y
muda, es capaz de hacer un discurso inteligible. También Jesús resucitado
confiesa a los cristianos de Filadelfia:
«Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca se saldrá
de ella, y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi
Dios, la nueva Jerusalén que baja desde mi cielo, de Dios, y mi nombre nuevo»
(Ap 3,12)348.
Se trata de un lenguaje metafórico de realidades humanas y angélicas,
como se describe la comunidad de la Iglesia. Esto no es propiamente lo
que entendemos con el término de ‘liturgia cósmica’. La liturgia se sirve de
elementos y características de las personas humanas. Los símbolos materiales
que se usan, de alguna forma representan también todo el cosmos material,
porque indican que todas las cosas están destinadas para glorificar a Dios.
En cuanto el Apocalipsis presenta la naturaleza animada del altar celestial
348 La cuestión es más difícil si tenemos en cuenta que la única historia de la Bi-
blia en la que alguien se convierte en un pilar es la de la infortunada esposa de Lot (Gn
19,26). 4Q403, sin embargo, arroja luz sobre Ap 3,12. En el texto de Qumrán, los pilares
del santuario celestial no son materia muerta. Son más bien vivos y capaces de levantar
su voz para dar gloria a Dios: «Con estos vengan todos los fundamentos del santo de los
santos a la alabanza, que elevan los pilares de la morada sublime suprema, y todos los
rincones de su estructura» 4Q403,1,I,38.
Es de suponer que los lectores cristianos de Juan pensaban de los pilares
en el templo celestial de Dios como seres vivos. Ap 3,12 presupone precisamente, y
deja claro que los pilares celestiales son parte del coro celestial.
El autor de 1Pd exhortó a sus lectores de esta manera: «Acercándoos a
Cristo, piedra viva, rechazada por los hombres, empero elegida de Dios, vosotros
también, como piedras vivas, edificad una casa espiritual y un sacerdocio santo»
(1Pd 2,4-5). Las referencias a una «piedra viva» y «piedras vivas» presupone la idea
de que el templo celestial de Dios se construye de los seres vivos. Tanto los Rollos
del Mar Muerto como el NT contiene pasajes en que se habla la comunidad de fieles,
como si se tratara de un templo. Hay pasajes judíos y cristianos en la que a los justos
se les promete que van a ser como los ángeles, véase Mt 22,30; Mc 12,25; Lc 20,36;
2Bar 51,5; Apocalipsis de Sofonias 8,1-5; Testamento de Isaac 4, 43-48.
En otras palabras, ser un pilar en el templo celestial equivale a ser como
los ángeles, así Ap 3,12 se explicaría. 4Q403 parece dar testimonio de la concepción
de que los pilares celestes pertenecen a las huestes angélicas, y otros textos judíos
dan testimonio de la esperanza que los justos serán (como) los ángeles. Ap 3,12 es
simplemente la combinación de estas dos ideas tradicionales.
342 ii: acciones litúrgicas
y de los pilares, Dale Allison lo relaciona con los ángeles349. Las voces que
vienen del cielo (cap 1, 4, 8, 10) deben pertenecer a alguien en el cielo, al
igual que la voz que viene del templo (16,7; 9,13) probablemente pertenece
a alguien en el templo, por lo que la voz que sale del trono (19,5; 21,3)
probablemente pertenece a los del trono de los querubines350.
Los elementos inanimados alaban a Dios simplemente por su existencia,
los animales alaban a Dios comportándose según su naturaleza, siguiendo
el curso natural, sólo los ángeles y los hombres como personas pueden
ofrecer una alabanza consciente a Dios. Por esta razón, la invitación a que
todo el cosmos alabe al Señor requiere ciertamente una intervención de seres
inteligentes.
349 «Certainly the function of the pillars is the function of the angels: both hymn
the godhead and extol him. If so, it would seem to follow that the pledge of Ap 3,12 is
in essence the same as the promise of an angelic destiny. In other words, to be a pillar
in the heavenly temple would be the equivalent of being an angel. And Ap 3,12 would
thereby be explained. 4Q403 seems to bear witness to the conception that the heavenly
pillars belong to the angelic host, and other Jewish texts testify to the expectation that
the righteous will become (like) angels. Ap 3,12 is simply the combination of these two
traditional ideas [...] Various parts of the heavenly temple are not inanimate objects but
rather living beings who are able to join with the heavenly hosts and sing praises to God.
The same idea seems to lie behind several texts in the Revelation to John, including 9,
13-14» Allison, D (1986) 413.
350 En Ap 19,5: «Y del trono salió una voz que gritó». Y en el Ap 21,3 Juan oye
«una gran voz del trono, diciendo: He aquí el tabernáculo de Dios». La voz que sale
del trono (cf también 4,5) no es la voz de Dios. Por otra parte, cuando Juan quiere
que sepamos que Dios mismo está hablando, él es explícito: «Y dijo el que estaba
sentado en el trono» (21,5). También a favor de la suposición de que el propio trono
habla en Ap 19,5 y 21,3 es el hecho de que hay fuentes judías donde el trono de Dios
es, sin duda, vivo, por ejemplo, en Génesis Rab 82,6 de la Merkaba.
Posiblemente se puede pensar en Col 1,16; lo afirma TestLevi 3,8 y 2Hen
20,1: en estos textos los Tronoi constituyen una clase de ángeles. Por otra parte, RH
Charles cree que la voz del trono era la de los querubines, y hay que reconocer que
esta es una posibilidad. En Ap 4,6, los cuatro seres vivientes (= los querubines) están
en medio del trono. Cf Allison, D (1986) 412.
351 Es a Dios a quien glorificamos, venerando a los ángeles. Cf Prefacio de la Misa
votiva de los ángeles, MR-esp (1980) 452.
cap 6: alcance de la liturgia angelical 343
intermediaria. La Iglesia en la tierra no adora a los ángeles, sino que los venera
por causa de su dignidad excelente y también por las acciones que realizan
en favor de los hombres. Tal veneración es una forma de glorificar a Dios
mismo, como se reza en el prefacio de los ángeles352. También es una forma
de reconocimiento y agradecimiento hacia ellos. Si los hombres veneran a
los ángeles, es porque les implica un compromiso en forma de servicio. La
Escritura como también la Tradición siempre han hecho distinción entre el
culto a Dios y la veneración de las creaturas.
La veneración y la adoración
En Ap 19,10 y 22,8-9, el ‘presbítero’ Juan cuenta haberse postrado ante
el ángel que le mostraba las visiones. El ángel, sin embargo, le prohibió este
gesto reverente, protestando que él también era un siervo como el vidente,
los profetas y los demás fieles. La postración (prosku,nhsij) como señal de
adoración debe reservarse para Dios de modo exclusivo353.
Esta escena devela dos aspectos complementarios de las relaciones
entre el ángel y el hombre. Por una parte, el ángel es superior al hombre
por su naturaleza, y por otra parte, como mensajero de Dios se preocupa por
el hombre e inspira al cristiano respeto y gratitud. El creyente expresa su
veneración afectuosa incluso con gestos externos, de acuerdo con las leyes
de su naturaleza corporal. Los ángeles son poderosos sobre todo porque en
ellos se manifiesta el poder salvífico de Dios.
La palabra qrhskei,a ha tenido un desarrollo y diversos usos en la
historia354. La palabra se ha usado para venerar a Dios, a las autoridades
como a los reyes o a los propios padres. La palabra significa también en su
forma de adjetivo ‘piadoso’ o ‘lleno de temor o de reverencia’. Fue usada
en la liturgia judaica como también en la cristiana. San Pablo usa la palabra
para indicar la veneración de los ángeles (cf Col 2,18), pero no porque la
«humildad y veneración» fueran algo malo, sino para corregir sus abusos.
Schmidt presenta el culto a los ángeles y el culto a Dios como dos cosas
opuestas355, lo que no es así. No se contradicen mientras la piedad angélica
tenga su fundamento en el culto a Dios. Algunos autores opinaban que
352 «El honor que les tributamos manifiesta tu gloria, y la veneración que merecen
es signo de tu inmensidad y excelencia sobre todas tus criaturas» MR-esp (1980) 452.
353 En ambas las citas, Ap 19 y 22, encontramos la pareja de palabras ‘caer y pos-
trarse’ (e;pesa e;mprosqen tw/n podw/n auvtou/ proskunh/sai auvtw/|). La postración aquí ya no
tiene el mismo sentido como en Gn 23,7, donde Abraham venera a sus semejantes.
354 Cf Schmidt, K L (1938) qrhskei,a ktl: TWNT III,155-159.
355 «Die Verwerflichkeit gerade dieser qrhskei,a ist mit dem beigefügten Genitivus
objectivus gegeben: Engeldienst gegen Gottesdienst» Schmidt, K L (1938) 157.
344 ii: acciones litúrgicas
con ángeles durante sus visiones359. Sea como fuere que se quiera interpretar
esta frase, de todos modos san Pablo, en Col 2,18, de ninguna manera
quería abolir el culto a los ángeles, sino corregir los abusos. La virtud de la
‘humildad’ y la ‘veneración de los ángeles’ (evn tapeinofrosu,nh| kai. qrhskei,a|
tw/n avgge,lwn) por sí no son de condenar, sino solamente para aquellos que las
vuelven idolátricas. San Pablo reprende la actitud de quienes se fabrican una
religión de ángeles, para conseguir su mediación en lugar de la del Hombre-
Dios. La epístola de Judas desaprueba a los falsos doctores que desprecian la
majestad divina e injurian a las dignidades angélicas (cf Jud 8).
En la predicación de la Iglesia, la polémica contra los gnósticos y los
judíos obligó a subrayar la prohibición de la idolatría, si bien se reconoce un
respeto religioso debido a los ángeles360. Desaparecida la ‘gnósis’, la piedad
cristiana desarrolló el culto a los ángeles y encontró poco a poco las formas
adecuadas para dicho culto, análogamente a como procedió con los mártires
y los santos, expresando a la vez el valor y los límites de la veneración a los
ángeles.
b) Los Padres prenicenos admiten un culto a los ángeles
En su artículo, G Bareille361 muestra que la gran dificultad estaba en
comprender correctamente el rol de Jesucristo dentro del misterio de la
redención y de la Iglesia. Los judaizantes entendieron el rol de los ángeles
como intermediarios entre Dios y los hombres sin una mediación central
de Cristo. Los gentiles seguían con sus antiguas costumbres de un culto a
359 Sería muy lógico, si los adversarios de Pablo hubieran ofrecido a los ángeles
una veneración cultual. Porque se trataba de conseguir su benevolencia y simpatía para
asegurarse su ayuda. Por lo tanto, resulta muy natural de parte de estos falsos cristianos,
contra los cuales Pablo está luchando, un culto a los ángeles, como en la fe cristiana
un culto a Cristo. Incluso si aquellos solamente tomasen la doctrina ordenada por los
ángeles, como orientación y directriz para su vida, ya con eso practicarían un culto a los
ángeles. Según St 1,26, una vida según los mandamientos de Dios también es considera-
da como un culto. A tal culto correspondería también la palabra evqeloqrhski,a| (St 1,23 =
un ejercicio piadoso según el propio criterio), en cuanto se piensa en una vida regulada
por los preceptos de la ley. Los adversarios de la fe querían superar el poder del mal con
la ayuda de las potestades espirituales, para triunfar sobre aquellos seres que Pablo en
Col 2,15 llama archai y exousiai. Los adversarios pecaron por sus opiniones y su actuar
contra la unidad de la Iglesia. Esto es el pensamiento principal de Col 2,19. La palabra
‘cuerpo’ se identifica con la ‘Iglesia’ y no con los ángeles, como podemos concluir de Col
1,18.
360 Cf Bauckham, R (1981) The Worship of Jesus in Apocalyptic Christianity,
NTS 27, 322-341.
361 Cf Bareille, G (1900) Le culte des anges. L’époque de l’église: RevThom 8,
41-49.
346 ii: acciones litúrgicas
362 Justino defiende a los cristianos contra la acusación del ateísmo: «el culto que
ellos rinden al Padre, al Hijo, al ejército de los ángeles y al Espíritu profético» San ����
Jus-
tino, 1Apol 6: PG 6,336.
363 «Le culte des anges existait donc dans les communautés chrétiennes, à l´époque
de saint Justine» Turmel, M J (1898) 331.
364 «Nec invocationibus angelicis aliquid facit Ecclesiae, nec incantationibus, nec
reliqua prava curiositate» San Ireneo, AdvHaer 2,32,5: PG 7,830.
365 Orígenes, Contra Celsum 5,5: PATR 20,386; (cf PG 11,1185).
366 «No es razonable invocar a los ángeles, sin haber recibido, respecto a ellos, una
ciencia que ultrapasa al hombre [...] no teniendo esta ciencia que lleva al conocimiento
de la naturaleza de los ángeles y de los oficios confiados a cada uno de ellos, no nos
permitiría que osamos orar a cualquier persona, a no ser al propio Dios supremo [...] y
al Lógos. Para hacer propicios a nosotros a los santos ángeles de Dios y llevarlos a hacer
todo por nosotros, es suficiente [...] en nuestra actitud con Dios, imitar la disposición
personal de ellos, pues imitan a Dios y a su Hijo» Orígenes (248) Contra Celsum 5,4-5:
PATR 20,385-386; (cf PG 11,1183-1185). Con la frase «no es razonable invocar a los
ángeles» (5,5), parece que Orígenes se unió a los adversarios de un culto a los ángeles.
Sin embargo, según Bareille, se debe entender esa frase en un sentido relativo. Orígenes
cap 6: alcance de la liturgia angelical 347
También otros Padres buscan una forma apta para expresar la estima, el
afecto y la gratitud a los ángeles, pero que se distinguiese de la adoración
debida a Dios de modo exclusivo.
Eusebio de Cesarea admite un reconocimiento y un respeto que se deben
a la dignidad angélica367. En el occidente, san Ambrosio habla de la oración
a los ángeles368. Un sínodo de Laodicea, durante la segunda mitad del siglo
IV, condena las prácticas de devoción en honor a los ángeles369. El sínodo se
dirigía contra los que, bajo el pretexto de honrar a los ángeles, abandonaban
a la Iglesia y a Jesucristo y se pasaban a la idolatría.
Teodoreto, discípulo de san Juan Crisóstomo y de Teodoro de Mopsuestia,
constata que en ciertos tiempos, ante todo en Frigia y Pisidia se encuentran
iglesias dedicadas a san Miguel370. Un poco más adelante se refiere a la crítica
de san Pablo de que los judíos practicaban la adoración a los ángeles, y ésta
debería ser para Cristo y no para los ángeles371.
sostiene que la Escritura no impone un culto a los ángeles y que la oración debe dirigirse
tan sólo a Dios, a través del Verbo, superior a todos los ángeles. Según él, la adoración,
la prosku,nhsij, se reserva exclusivamente a Dios, y que no se puede servir a dos señores.
Sin embargo, cree que es posible alabar y llamar bienaventurados a los ángeles y hay que
imitarlos a la manera como ellos imitan a Dios. Es más, él mismo invoca la ayuda de
los ángeles, y admite que en cierto sentido sería tolerable hablar de un culto (qreske,ia),
cuando invoca al ángel del bautismo. Cf Orígenes, In Ezechielem Homilia I,7: GCS
33,326; (cf PG 13,675). El culto a los ángeles, que Orígenes quiere prohibir, es aquél de
la postración y adoración. Cf Contra Celsum 8,13. A los ángeles «Dios les ha confiado
lo que es útil a nuestra especie, mas les refutamos el culto que se debe a Dios» Orígenes,
Contra Celsum 8,57: PATR 20,664; (cf PG 9,1603). Se dirige a los ángeles con un culto
de gratitud y de alabanza.
367 Para los ángeles admite la veneración: «los espíritus celestiales, gracias a una
dispensación saludable, han sido enviados a los hombres: nosotros aprendimos a cono-
cerlos y venerarlos, por causa de su dignidad y según su grado, reservando solamente a
Dios nuestra adoración» Eusebio, Demonstrationis Evangelicae 3,3: PG 22,193. Eusebio
constata en el oriente un culto de latrei,a, afirmando: «existe un culto al servicio de Dios
de unos servidores potentes, de Virtudes que son de los ministros, a los cuales nosotros
rendamos un culto conveniente, mas solo a Dios lo adoramos» Eusebio de Cesarea, De-
monstrationis Evangelicae 7,15: PG 22,333.
368 «Obsecrandi sunt angeli pro nobis, qui nobis ad praesidium dati sunt» San
Ambrosio, De Viduis 9,15: PL 16,251.
369 «Los cristianos no deben jamás abandonar la Iglesia de Dios y volverse a in-
vocar a los ángeles en las reuniones [...] tal idolatría, sea anátema». Cf Funk, F X (1899)
Kirchengeschichtliche Abhandlungen und Untersuchungen II, 369.
370 Teodoreto, In Colosenses 2,18: PG 82,613.
371 Teodoreto, In Colosenses 3,17: PG 82,620. Aquí Teodoreto repite el mismo
argumento del concilio de Laodicea de no adorar a los ángeles, porque sería rendir un
348 ii: acciones litúrgicas
San Agustín tiene sus reservas, pero está de acuerdo en levantar templos
a los ángeles, así como se les hacen a los mártires y a los santos372. Para
explicar cómo debemos relacionarnos con los ángeles, san Agustín concreta:
«Honoramus eos (los ángeles) caritate, non servitute»373. Excluyendo
la ‘servitute’, no obsta que prestemos a los ángeles nuestra veneración y
amor374.
En ninguna parte se encuentra una condenación de modo general al culto
a los ángeles en los primeros siglos de la era cristiana; lo que se encuentra
es la condenación de los abusos. Los Padres hablan de un rol de los ángeles
a favor nuestro, de la excelencia de su naturaleza, de su ministerio ante
Dios, de su beatitud, y consideran legítima una veneración que llamamos de
‘dulía’.
c) La finalidad del culto a los ángeles
La Iglesia venera a los ángeles por causa de su excelencia (alabanza), les
agradece por su protección y mediación (auxilio que prestan), los invoca para
pedir favores (intercesión). El culto a los ángeles reconoce implícitamente
en ellos una capacidad medianera sometida y auxiliar respecto a Cristo. El
concilio Vaticano II ha confirmado el culto a los ángeles (cf LG 49-50).
La finalidad de tal culto sólo puede ser que, por la veneración y el
culto a los demonios. Quiere decir que los cristianos no rindan un culto a los ángeles que
es debido a Dios, o con otros términos, que los cristianos no honren a los ángeles como
los paganos honran a los demonios de una manera idólatra. Cf Teodoreto, Graecarum
affectionum curatio III: PG 83,889.
372 «Quoniam creaturae exhiberemus eam servitutem quae unitantum debetur
Deo» San Agustín, Collatio cum Maximino 14: PL 42,722. Para san Agustín el término
‘servitus’ corresponde mejor al término griego latrei,a. Este sirve para expresar mejor
el culto únicamente debido a Dios, el culto que comprende ante todo la oblación del
sacrificio. Por lo tanto es claro, que el culto de ‘servitus’ para Agustín solo puede servir
para aplicar a Dios, excluyendo a los ángeles. Por la misma razón se aplica al construir
templos, precisamente para los sacrificios, que se ofrece a Dios y no a los ángeles.
373 San Agustín, De vera religione 110: PL 34,170.
374 Cf San Agustín, De Civitate Dei 19,23,4: PL 41,634. Este culto sería semejante
al de los mártires: «ita tamen ut nulli martyrum, sed ipsi Deo martyrum, quamvis in
memoriis martyrum, constituamus altaria», el sacrificio es ofrecido a Dios. «At illo culto,
quae graece latrei,a dicitur, latine uno verbo dici no potest, cum sit quaedam proprie
divinitati debita servitus, nec colimus, nec colendum docemus, nisi unum Deum. Cum
autem ad hunc cultum pertineat oblatio sacrificii, unde idololatria dicitur eorum qui
hoc etiam idolis exhibent, nullo modo tale quid offerimus aut offerendum praecipimus,
vel cuiquam martyri, vel cuiquam sanctae animae, vel cuiquam angelo» San Agustín,
Contra Faustum 20,21: PL 42,384-385. San Agustín distingue entre lo que es reservado
a Dios de lo que es permitido para venerar a los mártires, los santos y los ángeles.
cap 6: alcance de la liturgia angelical 349
375 Esta opinión se apoya en Sal 138,1, donde, al menos en los LXX y en la Vul-
gata, el salmista afirma que canta himnos a Dios en presencia de los ángeles, y en 1Co
11,10, san Pablo supone en la asamblea de los cristianos la presencia de los ángeles.
376 «Si los ángeles guardan a cada hombre en toda su vida, con mayor razón estarán
presentes cuando el pueblo cristiano, en el nombre del Señor, se reúne legítimamente»
Orígenes, De oratione 31: PG 11,553-556.
Cuando los ángeles participan en la liturgia es sobre todo en la celebración
de la eucaristía. Cf Orígenes, De principiis IV,32,5: GCS 22,356; (cf PG 11,407);
precisamente justifica el hecho de que las mujeres usaban el velo en la celebración
litúrgica por veneración a los ángeles que contemplan a Dios. Cf Orígenes, In Lucam
23,8: FC 4/1,260; (cf PG 13,1863).
377 Enrico Mazza presenta las catequesis mistagógicas de Teodoro de Mopsuestia:
«Teodoro [...] ricorre a un piccolo artificio: la liturgia celeste è detta anche, giustamente,
liturgia angelica; dunque è sufficiente che nel rito emerga un ruolo angelico, perché sia
salvo lo schema interpretativo. I diaconi attorno all’altare - tomba di Cristo - sono l’im-
magine degli angeli che, dice la Scrittura, vegliarono la tomba di Gesù. Dunque questo
rito può essere, contemporaneamente memoria della morte di Cristo e immagine della
liturgia angelica anche se, nel caso, la liturgia angelica è liturgia terrena e non celeste»
Mazza, E (1992) 235 nota 109.
378 «¿Qué fiel podría dudar que los ángeles están presentes, cuando Cristo está
presente en el altar» Gregorio Magno, Dialogi 4,58: PL 77,425-428.
379 Como confirma la liturgia de Crisóstomo, ellos celebran juntamente con noso-
tros. Cf Juan Crisóstomo, De sacerdotio 6,4: BKV 27,4,223.
350
380 Pio XII (1947) Encíclica Mediator Dei, 77, 86, 88.
381 A los santos humanos les falta todavía completarse mediante la resurrección
universal de los cuerpos, a los santos ángeles les falta unirse perfectamente en la comu-
nión con todos los redimidos.
382 Eric Peterson y Jean Daniélou recogieron las afirmaciones de los Padres acer-
ca de la presencia de los ángeles en la celebración de los sacramentos, en la cual ellos
prestan un servicio a los hombres. Cf Peterson, E (1934) El libro de los ángeles, Rialp,
Madrid 1957. Daniélou, J (1953) Die Sendung der Engel, Müller, Salzburg 1963.
383 “Venid todos los ángeles, bajemos del cielo” Orígenes, Homilias a Ezequiel
351
eucarística, se llega a una cumbre, que también para los ángeles abre nuevas
perspectivas para conocer el amor y la misericordia de Dios de un modo
totalmente nuevo.
San Ireneo lo entiende en este sentido, cuando explica la consumación
del misterio de Cristo en el reino de los cielos con relación a la Eucaristía.
Esto se puede deducir que no aplica la expresión de Mt 26,29 donde se habla
de la vid (‘ex hoc genimine vitis’), sino aplica una expresión tomada de la
liturgia ‘mixtio calicis’. Así afirma el santo: “Los ángeles ni siquiera pueden
comprender la sabiduría de Dios, mediante la cual la creatura humana
(‘plasma’) está hecha según el Hijo y está hecho semejante e incorporada
en él (‘conformatum et concorporatum’). Porque Dios quiso que su Hijo,
el Unigénito, el Verbo, bajara hacia su creatura, es decir hacia una creatura
formada de la tierra, y que esta creatura recibiera en sí mismo el Verbo, y el
Verbo la conteniese, quien, superando a los ángeles, podía subir nuevamente
hacia él. Solamente así el hombre se consumaría plenamente según la imagen
y semejanza de Dios1.
El hecho, como dice Hb 10,19-30, de que los cristianos tienen ahora libre
acceso al santuario de Dios, nos hace tomar conciencia de que la Nueva
alianza, a diferencia de la antigua, nos introduce íntimamente en la familia
de Dios y en la comunión con los ángeles.
El canon de la misa no es sólo oración, es ‘actio’, es la ‘gratiarum actio’
de Cristo y la forma de la oración manifiesta tal ‘acción de gracias’. Ante
todo es acción de Dios, quien la realiza mediante el hablar humano.
La celebración de la todá judaica, el sacrificio de acción de gracias, que
posee la categoría de una alegre fiesta (panhgu,rei - Hb 12,22) para agradecer
al Dios que ha salvado de la muerte, la encontramos encarnada en la parte
central de la misa, en la oración eucarística, que expresa, realiza y hace
1,7: PG 13,674.
1 «Haec enim et Dominus docuit, mistionem calicis novam in regno cum discipu-
lis habiturum se pollicitus (Mt 26,29). Et Apostolus autem liberam futuram creaturam a
servitute corruptelae, in libertatem gloriae filiorum Dei, confessus est. Et in ómnibus iis,
et per omnia ídem Deus Pater ostenditur, qui plasmavit hominem, et haereditatem terrae
promisit patribus, qui eduxit illam in resurrectione justorum [...] Etenim unus Filius, qui
voluntatem Patris perfecit; et unum genus humanum, in quo perficiuntur mysteria Dei,
quem concupiscunt angeli videre (1Pd 1,12), et non praevalent investigare sapientiam
Dei, per quam plasma eius conformatum et concorporatum Filio perficitur: ut progenies
eius, primogenitus Verbum, descendat in facturam, hoc est in plasma, et capiatur ab eo;
et factura iterum capiat Verbum, et ascendat ad eum, supergrediens angelos, et fiet secun-
dum imaginem et similitudinem Dei» San Ireneo, AdvHaer V,36,3: PATR 4,618; (cf PG
7,1224).
352
Conclusiones
Hemos procurado sacar a la luz los fundamentos de la liturgia cristiana en
lo que se refiere a la liturgia celestial. Nuestro objetivo ha sido presentar una
contribución a la teología litúrgica, porque es precisamente en el momento
de la celebración, al iniciar la Oración eucarística de la Misa, cuando la
Iglesia se une con los coros de los ángeles para cantar el Sanctus.
Pero respecto a nuestro tema, era necesario aclarar antes ciertas cuestiones
fundamentales bíblicas y patrísticas. Así, este trabajo podría aportar a una
comprensión más objetiva de los propios textos litúrgicos que son de épocas
posteriores y que hablan de los ángeles. En nuestra investigación quedan
aún muchas preguntas abiertas, y para resolverlas con objetividad, conviene
considerar las también en conformidad con textos de obras posteriores, es
decir, después del año 325 dC. Sólo entonces se podrá pensar en una síntesis
sistemática más completa de cuestiones específicas de nuestro tema.
Asimismo, no se debería hablar de los ministerios litúrgicos de los ángeles
sin mencionar el orden de las diversas categorías de los coros angélicos6.
La jerarquía celestial es precisamente una expresión de la diversidad de
ministerios angélicos, principio de su unidad y orden. Este tema, uno de los
puntos que aún quedan pendientes, lo excluimos porque excedería el tamaño
de la tesis7.
Lo mismo debemos decir acerca de otras cuestiones que no se pudieron
tratar exhaustivamente, como los temas de la ‘liturgia cósmica’ o de la
colaboración angélica en los sacramentos, especialmente en la celebración
1) Cooperación activa
El mostrar los diversos términos de los ángeles, que presentan cierta
ambigüedad, ayuda a determinar su sentido con mayor seguridad. El hecho
de que se pueda aplicar el mismo vocablo a Dios, al ángel y al ser humano
como pueblo de Dios, indica ya por sí mismo una cierta colaboración. Era
necesario examinar los nombres que se aplican en la Biblia, porque estos
nombres, antes de describir su esencia, indican algo de las acciones de los
ángeles.
En el AT los profetas experimentaron la presencia y acción de los ángeles
en relación al destino del pueblo de Israel. Siempre son mensajeros de la
acción salvífica de Dios.
Los ángeles, que están al servicio de Cristo y de la Iglesia, continúan
ejerciendo una liturgia en el cielo, con una diversidad de ministerios. Lo que
antes ha sido prefigura en vista a la encarnación del Lógos, ahora se ha vuelto
para los ángeles una cierta participación en la misión de Cristo de la manera
que les es propia.
Comparando las acciones de los ángeles con las acciones litúrgicas de los
seres humanos, descubrimos una correspondencia entre las mismas, aunque
realizadas de modo diferente. Se supone que las acciones de los ángeles se
realizan de modo complementario y espiritual, según la manera que a ellos
les es propia. Hemos visto que por las acciones bíblicas de los ángeles, como
el ‘estar delante de Dios para interceder y estar consagrado al servicio de
la Iglesia’, que ellos alaban, adoran, realizan la acción de gracias y ofrecen
sacrificios espirituales.
En la tradición se ha creído en la acción y en el ministerio de los ángeles.
Aunque Dios no tiene necesidad de ellos, los deja participar en la misión
de su Hijo, para que también ellos participen más plenamente en su gloria
celestial y se conformen ‘existencialmente’ a Cristo y a su cuerpo la Iglesia.
Los primeros Padres explican este unirse de los ángeles a Cristo. Un
ángel actúa, y esto es lo que hemos querido demostrar, lo que es también
360
2) Actividad cristocéntrica
En el AT, los ángeles apuntan a Cristo y preparan la manifestación del
Lógos en la plenitud de los tiempos, donde el Hijo del hombre asume la
función de Sumo sacerdote. Las actividades de los ángeles continúan en el
NT, pero desembocan en el misterio de Cristo, que ahora es el centro de su
atención. Ellos son transparentes al misterio de Cristo y reflejan su gloria.
Los ángeles son instituidos por Cristo en sus ministerios, que presentan
cierta semejanza con los ministerios de los hombres en la Iglesia, aunque
también son distintos. Ellos encuentran su cumplimiento en la misión
del Hijo de Dios, a quien la Carta a los hebreos y también san Clemente
Romano8, le atribuyen el título de Sumo sacerdote. En la Carta a los hebreos,
implícitamente se está comparando el sacerdocio de Jesús con un sacerdocio
existente, a partir de la figura de Melquisedec. La idea del sacerdocio de
Cristo ya fue un hecho comúnmente aceptado en Hebreos, como también
en el tiempo apostólico. El NT deja claro que ahora hay un solo sacerdote
que ofreció un único sacrificio, y que toda la liturgia y ministerios litúrgicos
dependen de este sacrificio de Cristo y significan una participación en su
sacerdocio.
Mientras Cristo sigue salvando en la Iglesia, los ángeles continúan con
su ministerio de iluminar y de explicar la ley a los hombres bajo el aspecto
del amor de Dios. Cristo no vino para abolir la ley, ni vino para abolir el
3) Mediación
Respecto a la mediación de los ángeles, podemos observar un desarrollo
de la liturgia celestial durante varios siglos de la historia del AT, donde los
encontramos como ministros de un santuario celestial. Aparecen ángeles
con funciones especiales destacadas y con características sacerdotales en
los libros proféticos, y un grupo de siete ángeles privilegiados que tienen
acceso al santuario (cf Tb 12,15). En los apócrifos del AT, en el judaísmo
y específicamente en la comunidad de Qumrán, ya durante el tiempo de
Jesús, queda bastante clara la consideración de una jerarquía de ministerios
de los ángeles. Sus especiales funciones litúrgicas se reflejan también en el
NT, ante todo en el Apocalipsis, donde ellos llevan insignias sacerdotales y
ejercen las funciones que corresponden a las características de un sacerdocio
veterotestamentario.
No les atribuimos a los ángeles el título ‘sacerdotes’, puesto que tal título
no aparece en el NT, sino recién en san Clemente de Alejandría y en autores
posteriores. A partir del NT hay solamente un Sumo sacerdote, y el nuevo
sacerdocio es siempre participación del sacerdocio de Cristo.
Si atribuimos a los ángeles una participación en el sacerdocio de Cristo,
lo entendemos en un sentido ‘impropio’9. No en sentido sacramental, sino
en sentido de un ministerio espiritual de mediación, por medio del cual ellos
están purificando, iluminando y santificando a los hombres.
Para no confundir el sacerdocio de Cristo con el sacerdocio de Aarón,
el NT no confiere este título, sino atribuye a los fieles la intervención en la
constitución de un ‘reino sacerdotal’ participando en el sacerdocio de Cristo,
que tiene su fundamento, no en una estirpe o descendencia sacerdotal, sino
en las exigencias de la santidad según Ex 19,6.
4) Modelos de virtudes
La diversidad de nombres y tareas que la Biblia atribuye a los ángeles,
indica una diversidad de oficios y actividades de ellos como liturgos. Si los
5) Unión perfecta
Los Padres están conscientes de la presencia de los ángeles en la liturgia,
afirmada por el NT. Esto lo recuerda san Clemente Romano. San Ignacio
de Antioquía tiene claro el servicio litúrgico de los ángeles y los llama
‘diáconos’. El número siete10 podría ser una alusión al número de siete
ángeles ministros y una alusión de la ‘única liturgia’, la celeste unida a la
terrestre; posiblemente tal idea entró en la liturgia posterior de la Iglesia.
La colaboración y unión entre liturgia celeste y terrestre tiene como
finalidad preparar el reino definitivo de Cristo, que está por venir.
Perspectivas
¿Qué sentido práctico tendrá nuestro estudio para la vida de la Iglesia?
Los hombres no pueden captar directamente los servicios litúrgicos de los
ángeles, puesto que son de una naturaleza espiritual. Pero, si los sacerdotes
y los fieles tuvieran más conciencia de la presencia de la Iglesia triunfante,
ciertamente esto les ayudaría a una mejor celebración “dia. tou.j avgge,louj”
(por causa de los ángeles), y por lo tanto a una celebración más eficaz.
Esperamos poder contribuir con nuestra labor a la unidad de la Iglesia y al
diálogo ecuménico. Mientras que la ciencia litúrgica en el occidente pone el
acento más en la cuestión de la asamblea litúrgica, en la tradición oriental, por
el contrario, el acento está más en la liturgia como acontecimiento cósmico en
su sentido universal. La liturgia celestial está presente en la liturgia terrena;
además, anticipa la alabanza escatológica de todo el universo. Por lo tanto,
la celebración de la eucaristía, no solamente ofrece a la asamblea litúrgica
reunida una cierta estación en su peregrinación terrena hacia el cielo, sino
que ambas celebraciones se compenetran.
Por esta razón, creemos que el tomar en consideración la liturgia celeste
contribuirá al diálogo ecuménico, sea con las iglesias orientales, sea también
con las iglesias anglicanas o comunidades protestantes e incluso con las
364
religiones no cristianas.
Esta dimensión cósmica de la liturgia, fundamental para el diálogo
ecuménico, la afirmó el papa Benedicto XVI11. El cardenal Kurt Koch,
responsable en el Vaticano para el diálogo ecuménico, apunta a la importancia
de la ‘liturgia cósmica’ cuando escribe:
«La eucaristía no es solamente representación de la última cena y actualización
del misterio pascual de Cristo, sino en la perspectiva escatológica es una
anticipación y representación de la “missa coelestis”, se comprende que también
es la “missa mundi”, una anticipación de la glorificación de Dios en el cielo y la
plenitud escatológica del mundo»12.
La dimensión cósmica de la liturgia, además de ser un elemento
importante para el ecumenismo, el papa Benedicto XVI lo considera también
un elemento central para un nuevo movimiento litúrgico13. Por lo tanto, si la
Iglesia busca celebrar una liturgia siempre más universal y más unida, es
indispensable tener presente la acción litúrgica de los ángeles.
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