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Helio 7 (2021) e07918

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Artículo de revisión

Impacto ambiental del uso de bioplásticos: una revisión

Ghada Atiwesh , Abanoub Mikhael b , Christopher C. Parrish b,c , Joseph Banoub b,d,
a,* Tuyet­Anh T. Y e,f,g
a
Programa de Ciencias Ambientales, Memorial University of Newfoundland, St. John's, NL A1B 3X7 Canadá b

Departamento de Química, Memorial University of Newfoundland, St. John's, Terranova A1C 5S7, Canadá Departamento de Ciencias Oceánicas, Memorial University of
C
Newfoundland, St. John's, Terranova A1C 5S7, Canadá d

Pesca y Océanos de Canadá, Subdivisión de Ciencias, Proyectos Especiales, St John's, NL, A1C 5X, Canadá
Es
Facultad de Ciencias y Medio Ambiente, Memorial University of Newfoundland, Grenfell Campus, Corner Brook, NL A2H 5G4, Canadá
F
Instituto de Política Ambiental, Universidad Memorial de Terranova, Campus Grenfell, Corner Brook, NL A2H 5G4, Canadá
gramo

Centro de Investigación de Economía Forestal, Academia Vietnamita de Ciencias Forestales, 46 Duc Thang ward, distrito norte de Tu Liem, Hanoi 11910, Vietnam

INFORMACIÓN DEL ARTÍCULO ABSTRACTO

Palabras clave: A lo largo de su ciclo de vida, los plásticos derivados del petróleo se asocian con muchos problemas ambientales, incluidas las
Bioplásticos emisiones de gases de efecto invernadero, la persistencia en ambientes marinos y terrestres, la contaminación, etc. Por otro lado, los
Ambiente
bioplásticos forman una clase de materiales poliméricos en rápido crecimiento que comúnmente se presentan como alternativas a los
Plásticos a base de petróleo
plásticos convencionales a base de petróleo. Sin embargo, los bioplásticos también se han relacionado con importantes problemas
Evaluación del ciclo de vida
ambientales, como las emisiones de gases de efecto invernadero y el cambio desfavorable en el uso de la tierra, por lo que es necesario
evaluar el verdadero impacto del uso de bioplásticos en el medio ambiente. Aún así, si bien muchas revisiones analizan los bioplásticos,
pocas abordan de manera integral y simultánea los aspectos positivos y negativos del uso de bioplásticos para el medio ambiente. El
objetivo principal del presente artículo de revisión es abordar esta brecha en la investigación actual. Con este fin, esta revisión aborda
las siguientes preguntas: (1) cuáles son los diferentes tipos de bioplásticos que actualmente se encuentran en uso comercial o en
desarrollo en la industria; (2) ¿son los bioplásticos realmente buenos para el medio ambiente? y (3) ¿cómo podemos resolver mejor el
controvertido impacto de los bioplásticos en el medio ambiente? En general, los estudios analizados en este artículo de revisión
muestran que los daños asociados con los bioplásticos son menos graves en comparación con los plásticos convencionales. Además,
a medida que se desarrollan nuevos tipos de bioplásticos, resulta importante que los estudios futuros realicen análisis exhaustivos del
ciclo de vida y del cambio de uso del suelo para confirmar la ecología de estos nuevos materiales. Estos estudios ayudarán a los
responsables de la formulación de políticas a determinar si el uso de bioplásticos de nueva generación es realmente beneficioso para el medio ambien

1. Introducción
Los plásticos se han convertido en materiales de fabricación comunes que encuentran
aplicaciones en una variedad de industrias, desde embalaje hasta la producción de
juguetes, desde bolsas de supermercado hasta cubiertos de plástico, desde pajitas hasta
boquillas de cohetes impresas en 3D [ 1, 2, 3 , 4, 5]. . Químicamente, los plásticos son
polímeros de alto peso molecular que normalmente comprenden entre 1.000 y 10.000
unidades monoméricas repetidas [1, 6, 7]. Los plásticos sintéticos convencionales a base
de petróleo se producen en una serie de pasos, el primero de los cuales es la destilación
del petróleo crudo en una refinería de petróleo. Este proceso separa y fracciona el petróleo
crudo pesado en grupos de componentes más ligeros, llamados segmentos. Cada
segmento es una mezcla de cadenas de hidrocarburos poliméricos, que difieren en
tamaño y estructura. Una de estas fracciones, la nafta, es el componente crucial necesario
para generar monómeros como
etileno, propileno y estireno para producir plásticos. Estos monómeros forman plásticos
mediante poliadición y/o policondensación con la ayuda de catalizadores específicos [8,
9]. Sin embargo, esta conversión produce contaminantes y gases de efecto invernadero
como el dióxido de carbono (CO2), contribuyendo así a la contaminación ambiental y al
calentamiento global [3]. Además, varios plásticos derivados del petróleo no son
biodegradables, lo que provoca su persistencia en el lugar de eliminación y daña el medio
ambiente [10]. Durante las últimas dos décadas, varios estudios han sugerido alternativas
a los plásticos convencionales a base de petróleo. Una de esas alternativas son los
bioplásticos, que son compuestos poliméricos que son funcionalmente similares a los
plásticos sintéticos y en gran medida ambientalmente sostenibles (Tabla 1).
Sin embargo, los bioplásticos están rodeados de mitos: por ejemplo, todos los bioplásticos
son biodegradables y buenos para el medio ambiente. La verdad es que algunos
bioplásticos pueden contribuir significativamente al calentamiento global,

* Autor correspondiente.
Dirección de correo electrónico: atiweshg@yahoo.com (G. Atiwesh).

https://doi.org/10.1016/j.heliyon.2021.e07918 Recibido
el 24 de marzo de 2021; Recibido en forma revisada el 6 de mayo de 2021; Aceptado el 31 de agosto
de 2021 2405­8440/Crown Copyright © 2021 Publicado por Elsevier Ltd. Este es un artículo de acceso abierto bajo licencia CC BY (http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/).
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G. Atiwesh y col.
contaminación y cambios drásticos en el uso del suelo. Aún así, si bien muchas revisiones
analizan los bioplásticos, pocas abordan de manera integral y simultánea las dimensiones
positivas y negativas del uso de bioplásticos para el medio ambiente.
De manera similar, algunas revisiones se han centrado por separado en un análisis comparativo
de los bioplásticos y los plásticos convencionales basados en combustibles fósiles, bioplásticos
específicos como el polihidroxibutirato (PHB), la degradación de los bioplásticos, la gestión y el
reciclaje de residuos de bioplásticos, etc., sin discutir estos conceptos. en conjunto. Por lo tanto,
revisar estos conceptos entre sí es importante para lograr una comprensión integral del estado
del arte en el campo de los bioplásticos.
Además, los bioplásticos desarrollados recientemente, como los bioplásticos a base de quitina y
micelio, no se han discutido significativamente en la literatura a pesar de su valor industrial
potencial. La clave principal del presente artículo de revisión contribuye a abordar estas lagunas
del estudio. Por lo tanto, esta revisión aborda las siguientes preguntas:
(1) ¿Cuáles son los diferentes tipos de bioplásticos que se encuentran actualmente en uso
comercial o en desarrollo en la industria?
(2) ¿Son estos bioplásticos realmente buenos para el medio ambiente?
(3) ¿Cómo podemos resolver mejor el controvertido impacto de los bioplásticos en el medio
ambiente?
Antes de profundizar en estas preguntas, es importante comprender algunos términos
comunes (como "bioplásticos", "plásticos de base biológica", "plásticos biodegradables", etc.)
que se utilizarán en este artículo. La necesidad de definir estos términos surge claramente de la
confusión que ha existido generalmente en la literatura sobre bioplásticos sobre lo que significan.
La Tabla 1 resume las definiciones de dichos términos en el contexto de la presente revisión.
2. Metodología
Esta revisión recopila y resume datos primarios producidos y presentados por otros
académicos e industriales a través de sus investigaciones sobre bioplásticos y su impacto en el
medio ambiente. Se utilizaron los siguientes términos de búsqueda en Google Scholar para
identificar estudios relevantes para discutir en este estudio: plásticos, plásticos a base de petróleo,
Tabla 1. Términos importantes y sus definiciones.
Término Definición
Bioplásticos Plásticos que (1) sean biodegradables; o (2) pueden o no ser degradables pero se
producen a partir de materiales biológicos o materias primas renovables.
Plásticos de base biológica Los plásticos derivan al menos en parte de fuentes renovables de carbono, como la
materia vegetal. Los plásticos parcialmente de origen biológico (o híbridos)
contienen carbono procedente de combustibles fósiles tanto renovables como convencionales.
Biocompatible Materiales que no son dañinos para los organismos vivos.
Biodegradable Los materiales biodegradables se pueden descomponer en componentes monoméricos
o poliméricos, incluida biomasa, agua y dióxido de carbono o metano, a través de
microorganismos. En un contexto industrial, los materiales biodegradables son
verdaderamente "compostables" y pueden convertirse casi por completo en basura benigna
en unos pocos meses en un compostador.
Compostable Los materiales compostables se pueden descomponer mediante procesos biológicos
controlados artificialmente utilizando mezclas estándar de microorganismos en
la industria.
Digestores/ Ambientes controlados para permitir la biodegradación de residuos según los plazos
Compostadores establecidos en la industria.
Degradable en el mar Plásticos, ya sean de origen fósil o biológico, que pueden degradarse en dióxido
de carbono y agua en un entorno marino mediante calor, luz o microorganismos.
No tóxico/tóxico Materiales con constituyentes residuales, componentes lixiviados o productos de
degradación que son perjudiciales para los organismos vivos.
Plástica Materiales poliméricos principalmente de origen sintético o semisintético; más comúnmente
derivados de combustibles fósiles.
Fuente renovable Recurso que se puede utilizar y reponer (a través de medios naturales) continuamente, como la
biomasa.
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bioplásticos, plásticos de origen biológico, plásticos biodegradables, eliminación de residuos
plásticos, eliminación de residuos de bioplásticos, reciclaje de plástico, reciclaje de bioplásticos,
análisis del ciclo de vida (Figura 1). Los datos de investigación industrial, como los datos primarios
disponibles en los sitios web de las empresas, no se excluyeron de esta revisión, ya que dichos
datos proporcionan información sobre la investigación y el desarrollo competitivos y de vanguardia
en el campo del desarrollo de bioplásticos. Para cumplir específicamente con los objetivos de la
presente revisión, solo se incluyeron aquellos estudios que discutieron clases nuevas o existentes
de bioplásticos y/o su impacto en el medio ambiente (positivo o negativo).
Los resultados de esta revisión de la literatura se presentan en cuatro secciones. La primera
de estas secciones, titulada 'Plásticos y medio ambiente', analiza los plásticos convencionales,
su degradabilidad y su impacto en el medio ambiente. La segunda sección presenta los
bioplásticos como una forma de reemplazar los plásticos convencionales y analiza algunos de los
bioplásticos más importantes y recientemente desarrollados que actualmente se encuentran en
uso comercial o en pruebas industriales. La tercera sección dilucida el debate sobre si los
bioplásticos son buenos o no para el medio ambiente, presentando los efectos tanto positivos
como negativos de estos materiales sobre el medio ambiente. La última de las cuatro secciones
introduce la evaluación del ciclo de vida considerada como un medio para abordar el debate
sobre la ecología de los bioplásticos, haciendo referencia a algunos análisis preliminares
publicados por otros investigadores.
3. Plásticos y medio ambiente
El consumo mundial de plásticos ha aumentado a lo largo de los años, particularmente
porque son livianos, resistentes, de precio relativamente bajo y duraderos. La industria del plástico
genera aproximadamente 300 millones de toneladas de plástico al año, que se utilizan una vez y
se desechan después de su uso [11]. Los residuos plásticos desechados, debido a la durabilidad
y baja degradabilidad de estos polímeros, pueden tardar entre cientos y miles de años en
descomponerse [11]. Además, de la cantidad total de plásticos producidos, sólo el 7% se recicla,
mientras que alrededor del 8% se incinera y el resto se deposita en vertederos [12]. En 1975, la
Academia Nacional de Ciencias evaluó que cada año se arrojaban 14 mil millones de libras de
basura, ya sea enterradas bajo tierra o enterradas en los océanos. En consecuencia, los océanos
y las masas terrestres están infestados de plásticos. De hecho, sólo en los océanos se vierten
más de 10 millones de toneladas de desechos plásticos, por lo que la mayoría de los desechos
antropogénicos que ensucian los océanos están compuestos de plásticos fabricados por el
hombre.
Los informes sugieren que los plásticos ahora se pueden utilizar como indicador estratigráfico
geológico de la era del Antropoceno [13, 14, 15, 16]. Estos desechos antropogénicos amenazan
la seguridad, la integridad y la sostenibilidad de los océanos [17]. En general, los residuos
plásticos contribuyen a un problema medioambiental acuciante que aún no se ha resuelto.
3.1. ¿Por qué los plásticos no son degradables?
La producción de plásticos sintéticos, especialmente los no degradables, es una carga
medioambiental. Esto se debe a que los plásticos "no degradables" tardan décadas o siglos en
descomponerse [18]. La no biodegradabilidad de ciertos plásticos sugiere que su estructura
química no puede ser modificada adecuadamente por microorganismos naturales, agua, dióxido
de carbono o metano para degradarlos [10, 19]. Mientras tanto, los plásticos "biodegradables"
son materiales verdaderamente compostables que pueden convertirse casi por completo en
basura benigna después de unos meses en un compostador [18].
Los estudios sobre la descomposición biológica de los plásticos por diversos microorganismos
en diferentes condiciones ambientales han revelado que estas condiciones de descomposición
se rigen por las características físicas y químicas del tipo de plástico desechado, como la
movilidad, la estructura cristalina, el peso molecular, los grupos funcionales, etc. [20]. El alto peso
molecular, el alto grado de cristalinidad, la alta hidrofobicidad como resultado de la linealidad de
la cadena polimérica de carbono y la insolubilidad general en agua son algunos de los factores
que normalmente reducen la degradabilidad de los plásticos [20, 21, 22]. De hecho, estas son las
propiedades que hacen que los plásticos derivados del petróleo, polietileno y polipropileno, no
sean biodegradables [10, 22].
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G. Atiwesh y col.
En particular, no todos los plásticos a base de petróleo no son biodegradables. Por
ejemplo, la policaprolactona (PCL) y el poli (succinato de butileno) (PBS) son plásticos
a base de petróleo que pueden sufrir degradación microbiana [10]. Sin embargo, la
biodegradabilidad de estos polímeros se ve afectada por sus propiedades fisicoquímicas,
como el grado de reticulación, el grado de cristalinidad, el peso molecular y las especies
de microorganismos utilizados [23]. De hecho, los estudios han revelado que los
polímeros reticulados tienen la tasa de degradación más baja, seguidos de los polímeros
cristalinos y luego los amorfos [23].
3.2. Cómo eliminar los plásticos
Actualmente existen muchas alternativas disponibles para reutilizar y reciclar los
plásticos existentes, y una cantidad significativa de investigación en curso busca
reemplazar completamente los plásticos con alternativas más sostenibles en el futuro.
Al mismo tiempo, una gran cantidad de residuos plásticos ya están presentes en el
medio ambiente y es necesario eliminarlos. Además, el reciclaje de plásticos no se ha
adoptado de manera efectiva. Además, los plásticos sólo pueden reciclarse un número
limitado de veces antes de que se contaminen hasta el punto de que ya no puedan
utilizarse [17].
El desafío de la eliminación del plástico se puede abordar de varias maneras.
Una forma es convertir los descartes de plástico en energía mediante incineración [24].
Sin embargo, esto generará grandes cantidades de dióxido de carbono y contribuirá al
calentamiento global. Una forma más sostenible de deshacerse de los plásticos viejos
es desarrollar la capacidad de reciclar materiales plásticos viejos para convertirlos en
otros nuevos. Un ejemplo es la producción de plásticos oxidegradables reciclados
(madera sintética) a partir de polietileno de alto peso molecular para sustituir la madera
de los muebles de jardín desechados [25]. Otros enfoques alternativos al reciclaje de
plástico incluyen el reciclaje mecánico y químico. El reciclaje mecánico permite utilizar
los descartes de plástico como materia prima para otros nuevos tipos de productos
plásticos [26]. Cuando el reciclaje mecánico no es posible, se pueden utilizar tecnologías
de reciclaje químico para convertir los residuos plásticos en diferentes productos
mediante procesos de descomposición química [26]. El reciclaje químico de residuos
plásticos implica la despolimerización de los monómeros constituyentes lograda
mediante hidrólisis, alcohólisis, glucólisis, amonólisis, pirólisis, hidrogenación y
gasificación [26]. Sin embargo, sólo se podrá determinar si los plásticos reciclados son
mejores para el medio ambiente después de saber si la producción de nuevos materiales
plásticos permitirá reducciones generales en el gasto de energía, el uso de agua y las
emisiones de gases de efecto invernadero [27, 28].
Por último, otro método para eliminar los residuos plásticos es utilizarlos para
generar materia gaseosa con alto contenido de hidrógeno o gas de síntesis [7].
Se trata de una alternativa prometedora al tratamiento de residuos porque no sólo se
eliminan sino que también se utilizan como combustible.
4. Bioplásticos
Los problemas medioambientales provocados por los plásticos sintéticos desechados
han allanado el camino para la búsqueda de sustitutos. Los bioplásticos, que son
funcionalmente similares a los plásticos sintéticos y ambientalmente sostenibles, se
promocionan como nuevos materiales prometedores para abordar estos problemas.
Bioplásticos es un término utilizado para referirse a plásticos que (1) son biodegradables,
como PCL o PBS; o (2) puede o no ser degradable
Figura 1. Metodología de revisión.
3
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pero se producen a partir de materiales biológicos o materias primas renovables, como
almidón, celulosa, aceites vegetales y grasas vegetales [10, 19]. Como cualquier otro
material polimérico, la degradabilidad de los bioplásticos también depende de su
composición, grado de cristalinidad y factores ambientales, lo que lleva a tiempos de
degradación que van desde varios días hasta varios años.
Por estas razones, el desarrollo de bioplásticos biodegradables ha ganado atención en
los últimos años [24, 26, 28, 29].
Según los mecanismos de degradación, existen dos categorías principales de
bioplásticos biodegradables, a saber, oxobiodegradables e hidrobiodegradables [30].
Los plásticos oxo­biodegradables están hechos de polímeros a base de petróleo
mezclados con un aditivo prodegradante que cataliza el proceso de degradación del
plástico [31]. El aditivo es una sal metálica (sales de manganeso o hierro), que mejora
el proceso de degradación abiótica del plástico oxo­biodegradable en presencia de
oxígeno [32, 33]. Actualmente, los plásticos oxo­biodegradables se producen
principalmente a partir de nafta, un subproducto del petróleo o del gas natural [34].
Curiosamente, el tiempo que tardan los productos oxo biodegradables en degradarse
se puede "programar" en el momento de la fabricación, como en los procesos industriales
de metano u óxido nitroso [31].
La degradación de los plásticos oxo­biodegradables suele tardar de meses a años [32].
Por otro lado, los plásticos hidrobiodegradables se descomponen hidrolíticamente a un
ritmo más rápido que los plásticos oxodegradables. Estos plásticos se pueden convertir
en fertilizantes sintéticos. Los ejemplos incluyen bioplásticos producidos a partir de
fuentes vegetales (como el almidón) y ácido poliláctico (PLA).
Los párrafos siguientes resumen la literatura más reciente sobre diferentes tipos de
bioplásticos que se han desarrollado o se están desarrollando actualmente.
4.1. Almidón termoplástico
El almidón es un biopolímero biodegradable, barato, renovable y fácilmente
modificable adquirido a partir de recursos vegetales renovables [34, 35]. Se compone
de dos polímeros constituyentes principales, amilosa y amilopectina. La amilosa es un
polisacárido lineal compuesto por monómeros de α­D­glucosa unidos por enlaces α­1,4­
glucosídicos, mientras que la amilopectina tiene la misma composición pero está
altamente ramificada a través de otro tipo de enlace, el α­1,6­glucosídico. vinculación
[36]. Cabe señalar que las cadenas de almidón se unen mediante fuertes enlaces de
hidrógeno, lo que da como resultado una estructura rígida compuesta de regiones
cristalinas altamente ordenadas [36, 37, 38, 39].
El almidón se puede formular en un material termoplástico adecuado que se puede
procesar fácilmente en formas utilizables [39, 40]. El procesamiento térmico del almidón
implica un cambio en su microestructura, transiciones de fase y reología. Además, el
almidón se puede modificar químicamente y mezclar con otros biopolímeros para reducir
su fragilidad. Los bioplásticos a base de almidón se utilizan para materiales de embalaje
y para producir utensilios alimentarios como tazas, tazones, botellas, cubiertos, cartones
de huevos y pajitas.
4.2. Polihidroxialcanoatos
Los polihidroxialcanoatos (PHA) son una clase de plásticos de base biológica que
pertenecen a la familia de los polihidroxiésteres de ácidos 3, 4, 5 y 6­hidroxialcanoicos
[41]. La estructura química general de los PHA se muestra en la Figura 2. Los PHA son
poliésteres biocompatibles, biodegradables y no tóxicos sintetizados por ciertas
bacterias y plantas a partir de fuentes renovables.
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G. Atiwesh y col.
Figura 2. Estructura química de PHA.
[41]. En particular, el PHA se puede producir a partir del metano liberado de la materia
prima en instalaciones de tratamiento de aguas residuales, vertederos, instalaciones de
compostaje, granjas y procesadores de alimentos, transportistas de desechos, operadores
de biorrefinerías y compuestos de plástico. Se puede utilizar como materia prima para
operaciones comerciales exitosas y de bajo costo. producción de PHA [42, 43]. El PHA
también se puede producir a partir de biomasa de madera, pasto, energía y residuos de
cultivos en lugar de biomasa más costosa obtenida de cultivos comestibles (Renmatix,
Pensilvania, EE. UU.) [44]. La tecnología de Renmatix separa la biomasa del agua y
utiliza calor en lugar de ácidos, disolventes o enzimas para producir bioplásticos PHA en
un proceso limpio, rápido y relativamente económico [42]. El PHA así producido se
puede utilizar con fines comerciales, como envoltorios de bioplástico, botellas de champú
o fibras de poliéster que se pueden combinar con materiales naturales para la ropa. Los
bioplásticos PHA pueden ser digeridos naturalmente por microorganismos marinos
cuando se descomponen en metano y llegan al océano [42]. Al final de su ciclo de vida,
el bioplástico desarrollado se puede descomponer en plástico virgen, ya que es
compostable y degradable en el mar [42, 45].
El PHB es un PHA ampliamente utilizado (Figura 3) producido por una variedad de
microorganismos (como el néctar de Cupriavidus, Methylobacterium rhodesianum o
Bacillus megaterium) a partir de metano [46, 47, 48]. El metano se oxida primero a
metanol a través de la vía catalítica de la enzima metano monooxigenasa [49]. A esto le
sigue la conversión de metanol a formaldehído dependiente de la metanol deshidrogenasa
[49]. Las bacterias metanotróficas, como las γ­proteobacterias y las α­proteobacterias,
pueden convertir aún más el formaldehído en acetil coenzima A (Acetil­CoA) [49, 50]. El
acetil CoA se condensa en el dímero acetoacetil­CoA, que luego se reduce mediante la
enzima acetoacetil­CoA reductasa para formar el monómero PHB β­hidroxibutirl­CoA [49].
Finalmente, la β­hidroxibutirl­CoA se polimeriza a PHB mediante la enzima PHB sintasa
[49].
Los bioplásticos PHB son biodegradables, lo que los convierte en una alternativa
atractiva y respetuosa con el medio ambiente a los termoplásticos de origen fósil [51, 52].
El PHB procesable por fusión se puede formar utilizando termoplásticos semicristalinos
producidos a partir de la fermentación de materias primas de carbohidratos renovables
[53]. Además, los grados comerciales de PHB poseen propiedades muy similares al
polipropileno (PP) producido con combustibles fósiles [54, 55].
Las aplicaciones comunes del PHB incluyen artículos de vajilla desechables,
revestimientos de retención de suciedad, envoltorios de desechos y material de embalaje.
El PHB también encuentra aplicaciones en el campo de la ingeniería biomédica, donde
puede formar suturas quirúrgicas y utilizarse como sistema de administración de fármacos [55]. (3­hidroxibutirato­co­3­hidroxivalerato) PHBV y poli (3­hidroxibutirato­co­4­hidroxibutirato)
PHB4B y PHBHx. copolímeros
4.3. Ácido polilactico
El ácido poliláctico (PLA) es un poliéster alifático termoplástico que se obtiene
polimerizando ácido láctico a partir de recursos renovables, como almidón de maíz, raíces
de tapioca, chips o almidón y caña de azúcar [56]. Se utiliza PLA
Figura 3. La estructura del plástico PHB.
4
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principalmente en la industria alimentaria para preparar artículos de vajilla desechables
como vasos, cubiertos, bandejas, platos de comida, recipientes para alimentos y envases
para productos alimenticios sensibles. Sin embargo, los bioplásticos PLA son demasiado
frágiles y no pueden utilizarse para otros procesos de fabricación de envases. Por este
motivo, el PLA necesita aditivos para hacerlo más duradero [57]. En particular, el PLA es
el termoplástico más biodegradable y normalmente se degrada mediante hidrólisis
(Figura 4) [58].
Varios grados comerciales de PLA están diseñados específicamente para procesos
como el termoformado y el moldeo por extrusión/inyección [59]. También se puede utilizar
para revestimientos de retención de suelo, películas agrícolas, bolsas de basura y el uso
de material de embalaje [58]. Además, el PLA se puede convertir en fibras mediante
hilado y utilizarse para fabricar artículos tejidos, desechables y biodegradables, como
prendas desechables, productos de higiene femenina y pañales [43, 58].
4.4. Bioplásticos producidos por cianobacterias mediante la fotosíntesis
Estudios recientes han descrito la producción de bioplásticos mediante el uso de
floraciones de cianobacterias que utilizan la luz solar para producir sustancias químicas
a través de la fotosíntesis [60]. En lugar de alimentar con azúcar de maíz o caña de
azúcar a las bacterias productoras de plástico, se han logrado avances para mejorar las
cianobacterias para que produzcan plásticos de forma natural utilizando su glucosa
autosintetizada. Las cianobacterias pueden convertir la glucosa en acetil­CoA, que, como
se explicó anteriormente, luego se convierte en acetoacetil­CoA, seguida de β­hidroxibutiril­
CoA y, finalmente, PHB [60]. Además, se ha demostrado que también es posible producir
polímeros a partir de cianobacterias genéticamente modificadas que se alimentan de
azúcares, un método que podría reemplazar los procesos basados en combustibles
fósiles [61, 62, 63].
En general, las especies de cianobacterias como Scytonema geitleri Bharadwaja, cuando
están estresadas, almacenan gránulos intracelulares de poli­β­hidroxibuirato para reservas
de energía y carbono dentro de sus células [64]. El PHB biodegradable y ecológico se
puede recolectar y utilizar para formar termoplásticos biocompatibles [63].
Sin embargo, los investigadores han señalado un posible problema con la producción
de bioplástico que depende de alimentar a las bacterias productoras de plástico con
grandes cantidades de azúcares obtenidos de cultivos naturales. Dado que los cultivos
naturales se utilizan como alimento para sustentar a personas y animales, corremos el
riesgo de comprometer el equilibrio competitivo por los limitados recursos agrícolas [65].
Como posible solución a este problema, un estudio reciente ha demostrado el desarrollo
de cianobacterias finamente sintonizadas de la cepa Spirulina, que pueden producir
azúcar constantemente y filtrarla al agua salada circundante, que contiene bacterias
naturales [66]. Estas bacterias generalmente se alimentan del azúcar filtrado y lo
convierten para producir bioplástico. Esto significa que las cianobacterias crean azúcar
durante la fotosíntesis, que es alimento para las bacterias naturales que lo convierten en
bioplásticos [66].
También se ha informado que nuevas estrategias prometedoras que involucran
ingeniería genética de cianobacterias producen pequeñas cadenas de sustrato como poli
Figura 4. Hidrólisis del ácido poliláctico (PLA).
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G. Atiwesh y col.
que contiene unidades de hexanoato de 3­hidroxilo [60]. Esto implica el uso de
una mezcla de sustratos, como glucosa y valerato, para provocar la formación de
copolímeros aleatorios [60]. Por lo tanto, cuando estos sustratos se unen
alternativamente durante la copolimerización, es posible obtener copolímeros en
bloque de PHA sintetizados por bacterias [67]. Las estructuras químicas de estos
copolímeros se muestran en la Figura 5.
4.5. Bioplásticos de 1,2­, 1,4­ y 2,3­butanodiol
El butanodiol (BDO) es una sustancia química industrial utilizada como
disolvente y componente básico en bioplásticos, fibras elásticas y poliuretanos
[68]. BDO contiene grupos hidroxilo primarios terminales que le permiten usarse
como agente reticulante para la síntesis de uretanos termoplásticos, plastificantes
de poliéster, pinturas y revestimientos, adhesivos termofusibles de copoliéster y
adhesivos a base de solventes [69]. En aplicaciones de poliuretano, el 1,4­BDO
se utiliza principalmente como componente de poliésteres o como extensor de cadena.
Los bioplásticos formados a partir de BDO son completamente biodegradables.
Un ejemplo es el poli(succinato de 1,4­butileno) (PBS). El PBS, que normalmente
se comporta como un termoplástico semicristalino, se sintetiza químicamente a
partir de ácido succínico y 1,4­BDO (Figura 6).
Las propiedades mecánicas del PBS son comparables a las del polietileno de
alta densidad y al polipropileno isotáctico ampliamente utilizados [70, 71, 72].
Además, es relativamente más rentable en comparación con otros biopolímeros
como PLA, PBAT y PHB [70, 71, 72]. Como tal, se utiliza para una variedad de
aplicaciones, como envases de alimentos desechables, películas de mantillo,
macetas, productos de higiene, redes de pesca y sedales [70, 71, 72].
También se puede utilizar como "polímero matriz" o en combinación con otros
biopolímeros como el PLA [70, 71, 72].
El monómero clave del PBS, concretamente el 1,4­BDO, se produce
actualmente a través de materias primas derivadas del petróleo y el gas natural
[73]. Además, también es posible sintetizar 1,4­BDO mediante rutas biocatalíticas
directas a partir de materias primas de carbohidratos renovables (glucosa y
sacarosa) [73]. También se ha descubierto que un huésped de Escherichia coli
diseñado mejora la operación anaeróbica del ciclo oxidativo del ácido tricarboxílico,
generando así poder reductor para impulsar la vía BDO [74]. E. coli produce BDO
a partir de corrientes mixtas de glucosa, xilosa, sacarosa y azúcares derivados de
biomasa. La creación de este tipo de bacterias diseñadas ha permitido un enfoque
de ingeniería metabólica basado en sistemas para el diseño y desarrollo de cepas
que puede permitir nuevos bioprocesos para productos químicos básicos que no
son producidos naturalmente por células vivas.
Además del 1,4­BDO, se ha establecido que el 2,3­butanodiol (2,3­BDO) es
un excelente producto químico de base biológica que posee importantes
aplicaciones industriales. El 2,3­BDO se ha utilizado ampliamente como precursor
de caucho sintético, aditivos alimentarios y cosméticos. Como en el caso del 1,4­
BDO, E. coli ha sido modificada metabólicamente para promover la producción
de 2,3­BDO mediante la expresión de los genes alsS, alsD e ydjL de Bacillus
subtilis que codifican la α­acetolactato sintasa, la α ­acetolactato sintasa.
acetolactato descarboxilasa y acetoína reductasa/2,3­butanodiol deshidrogenasa,
reducción de grasa y extensión de la vida útil [82]. También es posible producir
respectivamente, junto con el gen dr1558 de Deinococcus radiodurans que codifica una respuesta
botellas de agua biodegradables a partir de algas [76, 78]. Otras aplicaciones
Figura 5. (a) Copolímeros de polihidroxibutirato. (b) Poli(3­hidroxibutirato­
co­4hidroxibutirato) (PHB4B).
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Figura 6. Poli (succinato de 1,4­butileno) (PBS).
regulador [75, 76]. En otro estudio, Genomatica, Inc., con sede en EE. UU.,
desarrolló un proceso comercial de base biológica para manipular E. coli para
producir biobutanodiol (Bio­BDO) directamente [77]. Este químico biobutanodiol
(Bio­BDO) se puede utilizar para crear una amplia gama de productos: desde
spandex hasta parachoques de automóviles, de una manera más eficiente
energéticamente y sin petróleo ni gas natural [77].
4.6. Bioplásticos de polisacáridos de algas
Las algas son excelentes candidatas para la producción de bioplásticos [78].
Las algas marinas poseen la capacidad de crecer en una amplia gama de
entornos, lo que simplifica su cultivo en el entorno natural [79]. El uso de algas
marinas para la producción de bioplásticos puede minimizar el impacto en la
cadena alimentaria [78, 80]. Además, los bioplásticos a base de algas son
independientes de los productos químicos [78, 80].
Los tipos de algas más utilizados en la industria contienen polisacáridos como
agar, alginato, carragenano, galactanos y almidón [78]. Estos polisacáridos
consisten en residuos de ácido manurónico y gulurónico [43, 81]. Las cadenas
principales de polisacáridos de las algas marinas frecuentemente están
funcionalizadas con varios grupos sustituyentes sulfato y metoxilo, que les
imparten carga negativa [82]. Esto les permite interactuar en grado variable con
cationes, lo que da como resultado la formación de geles [82].
Estos geles tienen propiedades que cubren una amplia gama de aplicaciones
industriales requeridas por todos los bioplásticos termomecánicos [82].
Los polisacáridos de algas se extraen de algas secas y molidas siguiendo un
método de extracción en caliente [78]. A esto le sigue un proceso de purificación
de dos pasos, el primero de los cuales implica la eliminación de contaminantes
celulósicos densos mediante centrifugación y posterior filtración, y el segundo
implica la concentración de la mezcla purificada permitiendo que el agua se
evapore [78]. . A partir de la mezcla enriquecida, se puede agregar cloruro de
potasio para provocar la gelificación de los polisacáridos de las algas [78].
Alternativamente, se puede utilizar alcohol isopropílico para provocar la
precipitación de los polisacáridos [78]. La masa concentrada de polisacáridos se
puede congelar y liofilizar para utilizarla en la fabricación de bioplásticos [78]. Un
ejemplo es la producción de almidón termoplástico a partir de almidón de algas,
como se analizó anteriormente en la Sección 3.1.
Los polisacáridos de algas pueden ser útiles en diversas aplicaciones de la
industria alimentaria, como modificación de la textura, estabilización coloidal,
incluyen lentes, revestimientos para teléfonos y DVD y materiales de embalaje [83].
4.7. Bioplásticos a base de micelio fúngico
Evocative, una empresa con sede en Nueva York, ha utilizado micelio
(extensiones de hongos vegetativos que dan origen a los hongos) para fabricar
materiales similares al plástico para envases y mosaicos biodegradables [84, 85].
El micelio está compuesto de polisacáridos, quitina, proteínas y lípidos, que en
conjunto dan como resultado propiedades mecánicas adecuadas para que este
biomaterial se utilice en una variedad de aplicaciones industriales [86]. El micelio
productor de hongos proporciona un biomaterial fibroso que puede combinarse
con subproductos agrícolas (como la cáscara de las semillas y el tallo del maíz)
para fabricar materiales compuestos para uso industrial [84, 85, 86, 87]. Este
nuevo material está siendo utilizado por la empresa IKEA que, para cumplir con
su compromiso con la innovación sostenible, ha decidido
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Utilice embalajes a base de hongos que eliminen la necesidad de otros materiales de
desecho [88].
4.8. Bioplásticos a partir de caparazones de cangrejo y descartes de árboles
Jie Wu (2014) creó un novedoso bioplástico derivado de caparazones de cangrejo y
fibras de árboles que puede usarse como alternativa a los envases de plástico flexibles
utilizados para mantener los alimentos frescos [89]. Se rociaron múltiples capas de quitina
de caparazones de cangrejo y celulosa de árboles para formar una película flexible similar
a la película de embalaje de plástico. Este nuevo bioplástico se comparó con el tereftalato
de polietileno (PET), el plástico a base de petróleo más común utilizado como embalaje
transparente. El estudio reveló que este nuevo envase podría ser más eficaz y seguro para
contener líquidos y alimentos [90, 91]. En comparación con los plásticos PET basados en
combustibles fósiles, el novedoso material bioplástico mostró una reducción del 73 % en
la permeabilidad al oxígeno, lo que permitió que los alimentos se mantuvieran frescos
durante más tiempo [92].
5. ¿Son los bioplásticos buenos o malos para el medio ambiente?
Los bioplásticos están resultando muy controvertidos a la hora de determinar su
impacto en el medio ambiente. Si bien los bioplásticos suelen ser aclamados como
excelentes alternativas a los plásticos convencionales, también se les asocia con
deficiencias [93]. Consideremos el caso de los bioplásticos biodegradables. Los
bioplásticos biodegradables pueden descomponerse en materiales naturales a través de
mecanismos microbianos y mezclarse inofensivamente con el suelo [94, 95]. Este proceso
de descomposición es ayudado por agua y/u oxígeno. Por ejemplo, cuando se convierte
en abono un bioplástico derivado de maicena, las moléculas de maicena absorben agua
lentamente y se hinchan cuando se entierran.
Esto hace que el bioplástico de almidón se rompa en pequeños fragmentos que luego las
bacterias pueden digerir fácilmente [94, 96, 97, 98, 99]. Sin embargo, algunos bioplásticos
de baja degradación o no degradables solo se descomponen a altas temperaturas o
cuando se tratan en compostadores o digestores municipales [100, 101, 102]. Además,
algunos plásticos biodegradables sólo pueden degradarse en vertederos activos específicos
bajo ciertas condiciones definidas y probadas [103]. La descomposición durante el
compostaje produce gas metano, un gas de efecto invernadero muchas veces más potente
que el dióxido de carbono [104, 105]. Este gas de efecto invernadero contribuye al
problema del calentamiento global [106].
Además, producir bioplásticos a partir de plantas como el maíz y el maíz requiere
reutilizar la tierra para producir plástico en lugar de satisfacer las necesidades alimentarias
[107]. Un estudio estadístico reciente reveló que casi una cuarta parte de las tierras
agrícolas que producen cereales se utilizan para producir biocombustibles y bioplásticos.
A medida que se utilicen más tierras agrícolas para producir biocombustibles y bioplásticos,
puede haber un aumento significativo en los precios de los alimentos, lo que afectará a los
sectores económicamente más débiles de la sociedad [108].
Además, un estudio reciente, que comparó siete plásticos tradicionales, cuatro
bioplásticos y uno elaborado a partir de combustibles fósiles y fuentes renovables,
determinó que la producción de bioplásticos generaba mayores cantidades de
contaminantes, debido a los fertilizantes y pesticidas empleados en los cultivos, en además
del procesamiento químico necesario para convertir el material orgánico en plástico [109].
También se descubrió que los bioplásticos contribuyen más al agotamiento de la capa de
ozono que los plásticos tradicionales derivados de combustibles fósiles [110]. Además, se
ha descubierto que el PET de origen biológico, un bioplástico híbrido, es un carcinógeno
potencial y también tiene efectos tóxicos perniciosos en los ecosistemas terrestres [111,
112].
Al mismo tiempo, los bioplásticos también tienen características ecológicas.
Por ejemplo, la producción de PLA ahorra dos tercios de la energía necesaria para fabricar
plásticos tradicionales [51]. Además, se ha establecido científicamente que durante la
biodegradación de los bioplásticos PLA, no hay un aumento neto de dióxido de carbono
[58]. Esto se evidencia por el hecho de que las plantas a partir de las cuales se produjeron
absorbieron la misma cantidad de dióxido de carbono cuando fueron cultivadas que el
liberado durante su biodegradación [58, 113]. En particular, el PLA emite un 70% menos
de gases de efecto invernadero cuando se degrada en los vertederos [30]. Otros estudios
también han encontrado que sustituir el plástico tradicional por bioplásticos PLA a base de
maíz puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 25% [110, 112].
Semejante
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Los ejemplos brindan garantía de que la producción futura de nuevos bioplásticos se puede
lograr mediante el uso de energía renovable y al mismo tiempo reducir sustancialmente las
emisiones de gases de efecto invernadero.
6. Análisis del ciclo de vida: una forma de abordar la controversia en torno al respeto al
medio ambiente de los bioplásticos
Para comparar exhaustivamente los bioplásticos con los plásticos convencionales, es
crucial evaluar el impacto ambiental de los bioplásticos desde la producción inicial, la
utilización y finalmente hasta la eliminación [114, 115]. La herramienta más importante
para evaluar el impacto ambiental de los bioplásticos y/o plásticos convencionales es el
análisis del ciclo de vida (LCA) o análisis de la cuna a la tumba, un proceso que puede
ayudar a determinar el impacto general de un bioplástico en el medio ambiente en cada
etapa de su desarrollo. su ciclo de vida [115, 116]. Esto significa que se evalúa toda la vida
de este producto industrial, desde la extracción de la materia prima hasta las distintas
etapas de procesamiento, fabricación, distribución y uso de los materiales [116]. Un estudio
de impacto de ACV implica la evaluación del calentamiento global, la toxicidad humana, el
agotamiento abiótico, la eutrofización y la acidificación [117, 118].
Además, al realizar el ACV, es esencial considerar las emisiones relacionadas con el
cambio de uso de la tierra (LUC) y los costos y beneficios de la eliminación de bioplásticos
[119]. LUC es una guía a considerar cuando la tierra se convierte en espacios para
compostaje, producción de materia prima para biocombustibles u otros usos [120].
Es esencial comprender el ACV de diferentes escenarios de compostaje, reciclaje y
eliminación de bioplásticos. De hecho, un ACV realizado meticulosamente puede servir
como un importante material de referencia para los responsables de la formulación de
políticas [121]. Por ejemplo, se han establecido numerosos protocolos para realizar
estudios ACV/de la cuna a la tumba sobre los bioplásticos PLA actualmente en el mercado
[122]. Estos estudios implican comparaciones de su ACV con el de plásticos de
combustibles fósiles como el polietileno y el PET [123]. Por ejemplo, un estudio reciente
reveló que hubo una reducción significativa de los gases de efecto invernadero cuando
las botellas fabricadas se fabricaron substituyendo el 20% de las botellas de PET con
botellas de PLA [124]. Este estudio se llevó a cabo utilizando el método del Panel
Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) y un estudio ACV de la cuna a la
tumba [124, 125, 126]. Otro estudio, utilizando la guía del Potencial de Calentamiento
Global (GWP, por sus siglas en inglés) en la que las emisiones de gases de efecto
invernadero se midieron en kg de equivalentes de CO2, demostró que era posible reducir
las emisiones de gases de efecto invernadero sustituyendo los plásticos derivados del
petróleo por bioplásticos [127, 128]. Otros ACV separados para otros bioplásticos también
pueden proporcionar datos tan valiosos.
El ACV también proporciona un medio importante para identificar el mejor método de
gestión y eliminación de residuos bioplásticos. Por ejemplo, el ACV ha revelado que la
incineración o el vertido de productos bioplásticos no es una alternativa útil [94, 129]. Se
confirmó una solución plausible al problema de la gestión de residuos de bioplásticos al
adherirse al principio de emisiones LUC, que estableció la confiabilidad de los bioplásticos
como un excelente reemplazo de los plásticos a base de petróleo [130, 131]. En
comparación con los plásticos convencionales derivados del petróleo, el uso de PLA y
almidón termoplástico reduce significativamente las emisiones de dióxido de carbono, en
el caso del primero, entre un 50% y un 70% [132]. De manera similar, los biouretanos y el
poli(tereftalato de trimetileno) (PTT) tienen, respectivamente, un 36% y un 44% menos de
emisiones de gases de efecto invernadero que sus homólogos derivados del petróleo
[132].
Sin embargo, para continuar con la gestión inteligente de los residuos de bioplásticos, se
ha propuesto que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero debe
llegar a cero emisiones de LUC [119, 130]. Los estudios futuros deberían centrarse en
realizar ACV individuales para la gama cada vez mayor de bioplásticos, muchos de los
cuales se han analizado anteriormente en esta revisión.
7. Conclusión
Se ha desarrollado una variedad de bioplásticos para abordar los problemas
ambientales asociados con los plásticos convencionales derivados del petróleo, desde
plásticos biodegradables y/o de base biológica bien conocidos y estudiados como PHB,
PCL y PLA hasta adiciones recientes como el micelio. biopolímeros a base de quitina y a
base de quitina. Sin embargo, es importante destacar que los bioplásticos presentan
algunas deficiencias. Debe entenderse que
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G. Atiwesh y col.
Al igual que los plásticos a base de petróleo, algunos plásticos de origen biológico no se pueden
reciclar. En consecuencia, muchos bioplásticos biodegradables terminan en vertederos, donde se
descomponen gradualmente y producen gas metano. Por estas razones, la gente está empezando
a creer que los bioplásticos deben usarse sólo cuando sea necesario, con propiedades hechas a
medida. Sin embargo, es importante que sopesemos estas deficiencias de los bioplásticos
relacionadas con el medio ambiente con los daños causados por los plásticos convencionales. Los
estudios, incluidos varios discutidos en el presente artículo de revisión, muestran que los daños
asociados con los bioplásticos son aún menos graves en comparación con los plásticos
convencionales. Además, a medida que investigadores académicos y orientados a la industria
sigan desarrollando nuevos tipos de bioplásticos como los discutidos en este artículo, es posible
que los inconvenientes de los bioplásticos utilizados actualmente puedan abordarse adecuadamente.
Para confirmar el respeto al medio ambiente de estos nuevos bioplásticos, los estudios futuros
deberían realizar análisis exhaustivos de ACV y LUC. Estos estudios ayudarán a los responsables
de la formulación de políticas a determinar si el uso de bioplásticos de nueva generación es
realmente beneficioso para el medio ambiente.
Declaraciones
Declaración de contribución del autor
Todos los autores enumerados han contribuido significativamente al desarrollo.
y la redacción de este artículo.
Declaración de financiación
Esta investigación no recibió ninguna subvención específica de agencias de financiación del
sector público, comercial o sin fines de lucro.
Declaración de disponibilidad de datos
No se utilizaron datos para la investigación descrita en el artículo.
Declaración de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Información adicional
No hay información adicional disponible para este documento.
Agradecimientos
Agradecemos sinceramente al Dr. Bnoub, al Dr. Parish, Le, al Dr. Abanoub y a Tuyet Anh Thi
por su ayuda durante las diferentes etapas de preparación de este artículo.
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