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Esta obra es un bajorrelieve que representa a Ramses II en plena lucha en la famosa batalla

de Qadesh (año 1274 a.C.) llevada a cabo entre los reinos egipcios gobernados por
Ramses II y el reino Hatti. Muy poco después de la batalla de Qadesh celebrada quince o
dieciséis años antes que la firma del tratado, Ramsés II ordenó su conmemoración en las
paredes de varios de sus templos, dando testimonio de la importancia del evento para su
reinado. La batalla de Qadesh se describe en cinco templos diferentes: en un estado
fragmentario en dos paredes del templo de Ra en Abydos , posiblemente la versión más
antigua; en dos lugares del templo de Amón en Karnak ; en tres lugares del templo de
Amón en Luxor ; dos en cada uno de los grandes patios del Ramesseum , el templo
funerario de Ramsés II en Tebas ; y finalmente , el bajorrelieve que nos ocupa , es una
presentación más breve en la primera sala hipóstila del templo principal de Abu
Simbel en Nubia . Estas notables escenas narrativas apuntan sobre todo a magnificar las
hazañas del rey, proporcionan representaciones vívidas. Estos documentos en piedra
proporcionan una mejor comprensión de la organización, armamento y técnicas de
combate en este caso Ramses II en plena batalla con carro de combate.
Ramses II fue el tercer faraón de la Dinastía XIX de Egipto, que gobernó alrededor de 66
años, desde 1273 a.C. hasta 1213 a.C. Es a menudo recordado como el faraón más
grande, celebrado y poderoso del Imperio Nuevo. Cuando tenía trece años, Ramsés fue
nombrado príncipe regente por su padre Seti I y se cree que accedió al trono al final de su
adolescencia. Tras la estela expansionista de su padre, Ramsés II se internó en Oriente
Próximo para asegurar las posesiones del Imperio egipcio, desembocando en un
enfrentamiento con otro gran imperio, Hatti, que se encontraba en plena expansión hacia
el sur.
La primera campaña tuvo lugar en plena juventud en el año 1279 a.C. Además de asegu-
rarse los principales puertos, su gran objetivo era la conquista del estratégico país de Amu-
rru, entonces importante aliado de los hititas. El ataque tuvo éxito y su gobernante se pasó
al bando egipcio. Pero esta deserción comportaba serias consecuencias, puesto que, al rom-
per la alianza que había firmado con el rey hitita Muwattali, proporcionaba a este el pretexto
definitivo para una guerra abierta contra el faraón.

Hasta entonces el reino de Hatti se había mantenido en una relativa calma en el terreno
internacional, debido a graves problemas internos y a las consecuencias de una terrible peste
que diezmó seriamente sus fuerzas. El recuerdo de no tan lejanas guerras egipcio-hititas
reavivó un conflicto latente. Ahora Muwattali estaba en condiciones de acometer una ofen-
siva. Hizo valer las alianzas establecidas con sus vecinos vasallos, lo que le permitió reunir
un gran ejército.

Así, Ramsés tuvo que regresar a territorio asiático. Su ejército se organizó en cuatro divi-
siones que tomaron el nombre de los cuatro dioses principales: Amón, Ra, Ptah y Seth. A
mediados del año quinto de su reinado, las divisiones salieron de la capital Pi-Ramsés y
marcharon rumbo al norte de la actual Siria.

Un mes más tarde llegaron al sur de Qadesh, frontera del territorio egipcio. El encuentro
con el ejército enemigo tendría lugar a los pies de la ciudadela, lugar idóneo para el desa-
rrollo de una batalla de carros. Lo que ocurrió en los dos días que duró el enfrentamiento
es difícil de reconstruir. Se trata de una de las batallas mejor documentadas, pero la mayoría
de las fuentes proceden del bando egipcio. Si bien ofrecen una detallada reconstrucción,
están impregnadas de una fuerte carga propagandística. Las escasas informaciones hititas
no permiten contrastarlas. Cuando las fuerzas egipcias estaban aún organizándose, se pro-
dujo el ataque hitita. Al día siguiente, tras un combate matinal, se decidió un armisticio.
En el resultado de la batalla no parece que hubiera vencedores ni vencidos, pero, lógica-
mente, cada gobernante se atribuyó la victoria. La retirada de Ramsés significó, en cual-
quier caso, dejar a Muwatali el espacio libre para ocupar el territorio, y la región de Amurru
quedó nuevamente bajo su poder.

A su regreso a Egipto, Ramsés no podía ocultar lo sucedido. Sin embargo, transformará su


necesidad de justificarse en un éxito personal gracias a una manipulación de los hechos sin
precedentes, que quedará reflejada en distintos textos y relieves.

El tratado firmado por el sucesor de Muwattali, marcó el fin de las negociaciones que
siguieron a algunos importantes conflictos armados que culminaron con la famosa batalla
de Qadesh, librada entre quince y dieciséis años antes entre las dos potencias de la época.
El acuerdo tenía como objetivo el establecimiento de relaciones pacíficas entre ambas
partes. Es el acuerdo diplomático y el tratado de paz más antiguo que se conozca en el
Medio Oriente y, a menudo, es considerado el más antiguo del mundo, aunque esto no
esté totalmente comprobado. Sin embargo, es el tratado más antiguo sobreviviente en el
mundo hasta la actualidad. El nombre común del tratado de Qadesh está relacionado con
la batalla del mismo nombre, pero los historiadores modernos creen que esta batalla no
fue el catalizador para el intento de paz, puesto que egipcios e hititas continuaron siendo
enemigos muchos años luego de dicho conflicto. Hoy en día, este tratado, símbolo del
primer "movimiento para la paz perpetua", adorna las paredes de la Sede en Nueva York
de la Organización de las Naciones Unidas.

El tratado egipcio-hitita, también llamado tratado de Qadesh o tratado de Kadesh, fue un


tratado de paz suscrito entre el faraón egipcio Ramsés II y el rey hitita Hattusili III, el cual
—de acuerdo con la mayoría de los egiptólogos— fue celebrado c. 1259 a.C.
El pacto fue respetado, y a partir de entonces hubo una gran actividad comercial entre
ambos países: consta la visita de arquitectos egipcios a la corte hitita y la venta de hierro
a Egipto, que salió así de la Edad del Bronce. Más tarde, en el 1256 a.C., el faraón y el
rey hitita consolidaron el tratado mediante lazos de sangre: la hija de Hattusili fue enviada
a Egipto como esposa de Ramsés, que la hizo Gran Esposa Real con el nombre de Maat-
Hor-Nefru-Re. A partir de Qadesh, Egipto y Hatti permanecieron en paz durante aproxi-
madamente 110 años, hasta que en 1190 a.C. el segundo de ellos fue completamente des-
truido por los Pueblos del Mar. Los célebres relieves de la batalla desplegados en los
templos egipcios, que tanto han impresionado a modernos y contemporáneos, muestran en
realidad el choque de dos civilizaciones en busca de su supremacía.

Bibliografía y webgrafía.
BRYCE, TREVOR: “El reino de los hititas”. Ediciones Cátedra. 2001
JAVIER CABRERO PIQUERO, RAUL GONZALEZ SALINERO, MILAGROS MORO
IPOLA Y MIGUEL ANGEL NOVILLO: “Introducción a la Historia de la Antigüedad”
Ed. Uned. 2017
COMMONS: categoría multimedia sobre Tratado de Qadesh. Transcripción del tratado
de Qadesh.

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