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El don de Dios.

2 Timoteo 1:6-8

Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la

imposición de mis manos.7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino


de poder, de amor y de dominio propio.8 Por tanto, no te avergüences de dar
testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones
por el evangelio según el poder de Dios,

¿Quién era Timoteo? = “que adora a Dios” Cristiano de tercera generación. Su


nombre surge de la combinación de dos vocablos griegos: τιμή (timē) que significa
“honor, reverencia”, y θεός (theos), que significa “Dios”.

Era un Joven hijo de un padre Griego y su madre Judía (Eunice), abuela Loida
ambas mujeres de fe. Desde pequeño fue criado y ensañado en las sagradas
escrituras. Timoteo fue circuncidado para legitimar su fe y tradición judía (hechos
16:3). Fue discípulo de Pablo (hcho 16:1), fue un joven de buen testimonio quien
acompañaba a Pablo en las misiones. El apóstol Pablo llama a Timoteo «mi hijo
amado y fiel en el Señor» (1 Co. 4:17) y «verdadero hijo en la fe» (1 Ti. 1:2), lo que
indica que Pablo fue el instrumento en la conversión de Timoteo. Durante su
primer viaje misionero, Pablo pasó a Listra, en Licaonia, donde llevó a Cristo a
Eunice y a Loida, respectivamente la madre y la abuela de Timoteo. Éste fue
también ganado a la fe cristiana en esta época. Su madre era judía, y su padre
griego (Hch. 16:1). Timoteo, que había llegado a ser un cristiano activo, fue
recomendado a Pablo por los hermanos de Listra y de Iconio, cuando el apóstol
volvió a visitar Listra en el curso de su segundo viaje misionero (16:2)

¿Qué había pasado con Timoteo?

A ciencia cierta no podemos atribuir razones exactas del recordatorio a avivar el


fuego del don Dios en Timoteo, pero la referencia a la ordenación de Timoteo está
asociada con los problemas derivados de su juventud (cf. 1 Ti. 4:12 “12 No permitas que
nadie te desprecie por ser joven. Al contrario, trata de ser un ejemplo para los demás
cristianos. Que cuando todos oigan tu modo de hablar, y vean cómo vives, traten de ser
puros como tú. Que todos imiten tu carácter amoroso y tu confianza en Dios.”). Tal vez se
había sentido intimidado de alguna manera al ver la oposición contra Pablo y el evangelio.
Incluso se sentía amenazado, estaba a la defensiva y se sentía avergonzado (cf. 2 Ti. 1:8 “8
Por lo tanto, no te avergüences de hablar bien de nuestro Señor Jesús. Tampoco te
avergüences de mí, que estoy preso por servir a Jesucristo. Al contrario, tienes que estar
dispuesto a sufrir por anunciar la buena noticia. ¡Ya Dios te dará las fuerzas necesarias
para soportar el sufrimiento!”) al tener que defender a un prisionero (cf. 2:9) y la
“necedad” que ambos predicaban acerca de Jesús, quien fue despreciado y crucificado (cf.
1 Co. 1:18–2:5).1

¿Qué es avivar el fuego del don de Dios?

Cada uno de nosotros ha recibido algo de parte de DIOS, una asignación


ministerial, quizás pueda sonar a algo grande, pero es tu llamado, tu asignación
ministerial y ahí es donde todos tenemos uno; el llamado, una vocación para la cual
Dios nos llamó a esta tierra y no necesariamente es lo que hoy en día estamos
realizando como cargo eclesiástico sino es algo entregado por Dios para ti, lo que
pasa es que a veces nos es más fácil encuadrar los planes de Dios a las cosas que
los hombres imponen, a atrevernos a hacer lo que Dios quiere, aun en un ámbito
de iglesia, quizás hoy estas en la música solo porque es algo cómodo para ti, estas
sirviendo, nadie molesta, no me hacen predicar no tengo que enseñar, hago lo que
me gusta, comodidad. El otro día escuchaba unas palabras de un predicador que
decían “quédate en una iglesia don te incomoden y desafíen y no en una
donde te acomodes para dormir”. Quizás hay alguien aquí que Dios a puesto
cosas innovadoras que no están en molde prefabricado, pero quien se atreverá a
correr el riesgo de salir de los moldes. Avivar el fuego es mantener al máximo ese
llamado, y solo es por medio del poder del Espíritu Santo, no podremos buscar ese
avivamiento sino es de la mano del poder del E.S.

Y en este punto es un buen ejercicio poder recordar a que Dios nos llamó… quizás
en tu mente ya no lo puedes recordar, esas palabras que Dios hablo de ti se han
ido esfumando con el pasar del tiempo, tratas de ver, buscar y volver a esos
momentos donde Dios le dio una dirección a tu vida. Pero ¿Qué vamos a avivar?
¿Si no recordamos el don que Dios nos dio? Que vamos a recordar si hemos
llegado al punto de desinteresarnos de la voz de Dios, su palabra dice en
apocalipsis 2: 5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las
primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si
no te hubieres arrepentido.

Pues este recordar no es solo el acto de la mente volviendo al momento de tu


asignación, sino que es volver a enamorarte de sus palabras y promesas que Dios
ha dicho de ti. Encuentra el modo de avivar el fuego del don de Dios, re enamorate
una y otra vez y cuando sientas que las fuerzas se te van pide ayuda. Pablo a
Timoteo le dijo: “aviva el fuego del don de Dios que está en ti”

Pero este avivamiento no estará exento de:

1
“Oposiciones”

Timoteo tenía que luchar con dos enemigos antes de poder avivar el fuego!!!

- Cobardía.

- Vergüenza.

El Espíritu de Poder, Amor y Dominio propio.

¿Por qué debemos avivar el fuego?

Conclusión.

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