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Traducción de la doctora
Delia García Daireaux
TRATADO
DE
DERECHO CIVIL
SEGUN EL TRATADO DE PLANIOL
por
TOMO IV
LAS OBLIGACIONES (V parte)
Volumen I
Contratos - Nociones generales - Elementos -
Formación y prueba - Fuerza obligatoria —
Efecto relativo - Nulidad - Incumpli
miento - Responsabilidad contractual
LA LEY
BUEKOS AIRES
IMPRESO EN LA ARGENTINA
Queda hecho el depósito que previene la ley 11*23
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Bwenós Aires - República Argentina
LAS OBLIGACIONES
INTRODUCCION
2 Recnard, Le joueur, acto III, ese. IV, v. 893: “He aquí el contenido
de mis deudas activas”.
Introducción 13
§ 2. — Fundamento de la obligación
hacen la ley de las partes (art. 1134); es decir que las partes
mismas crean su ley. Pueden en consecuencia dar al vínculo
obligatorio que las va a unir el carácter que deseen, deter
minar su objeto, su duración, sus modalidades; pueden, si
hay varios acreedores y varios deudores, imaginar combi
naciones de obligaciones; pueden así regular el modo de
cumplimiento y las consecuencias de la falta de cumpli
miento. Por el contrario, si la obligación nace de una fuente
extracontractual, se presenta en la forma más simple y puede
en la mayoría de los casos ser exigido inmediatamente su
cumplimiento.
Por eso es necesario comenzar el estudio de las obligaciones
por el del contrato. El plan del Código Civil puede ser defendido
desde el punto de vista práctico.
EL CONTRATO
Capítulo Primero
NOCIONES GENERALES
Sección 1
ce ou en convenance, car la loi escrito dit qu'il n'est nule riens (chose)
tant soit convenable a humaine foy dors de garder ce ou en convenance"
(Conseil a un ami, XV, 1). En ese texto las palabras “ou en conve
nance" significan sobre lo que están de acuerdo.
12 La expresión tiene otro sentido y significa que todo contrato
valedero debe ser ejecutado tal como fue concluido.
El principio del consensualismo 41
pero ofrece una utilidad tal que siempre es usado. Con frecuencia
incluso se recurre a un notario. Mientras el escrito no ha sido fir
mado, las partes no se consideran ligadas, porque cada una de
ellas sabe que no podría presentar la prueba del acuerdo. Por lo
tanto, si bien es cierto que teóricamente basta el concurso de dos
voluntades, en la práctica es la comprobación de ese concurso,
mediante un documento, lo que forma el contrato. Ver Lalou, La
solennisation des actes sous seigns prives, D. H. 1933, Chronique,
p. 33.
Sección 2
Sección 3
resulta de que una de las partes tal vez dé mucho, tal vez poco o
incluso nada, existe necesariamente para aquellos que han tratado con
ella lo mismo que para ella misma; si su prestación es escasa o nula
(es decir si el acreedor de la renta vitalicia muere pronto o si el
siniestro no se produce, la otra parte perderá: el vendedor habrá
enajenado su casa por unos trimestres de su renta; el asegurado
habrá pagado inútilmente las primas. En el caso contrario el ven
dedor que viva muchos años o el asegurado que sufra un siniestro
percibirán fuertes sumas en virtud del contrato. Lo que es ganan
cia para uno es pérdida para el otro; es por lo tanto imposible que
el contrato sea aleatorio para una de las partes sin serlo para la
otra. Por lo demás, el art. 11.04 no contiene la misma inadverten
cia que el art. 1964.
Sección 4
§ 3. — Prohibiciones de contratar
A. Prohibiciones legales
B. Prohibiciones convencionales
119. Finalidad de estas prohibiciones. — Las prohibiciones de
contratar o de no contratar "sino bajo condiciones determinadas
son siempre estipulaciones insertas en un contrato a fin de que
produzca el resultado deseado por los contratantes. La cláusula tie
ne por objeto limitar la extensión de los derechos adquiridos, de
manera que el contrato no pueda perjudicar al contratante que los
suscribe. Así ocurre con la cláusula de no volver a establecerse,
impuesta al vendedor de un comercio, o cláusula de no establecerse
impuesta a un empleado superior de crear un comercio competidor;
con el convenio de exclusividad, obligando a un comerciante a
hacer todos sus pedidos a un proveedor determinado (L. del 14 de
octubre de 1949); con la cláusula de reventa a precio fijado, que
obliga a un minorista a vender al precio determinado por el pro
ductor.
La cláusula de inalienabzlidad del bien vendido inserta en un
contrato está inspirada en varios motivos; la mayoría de las veces
tiende a la protección del adquirente, pero a veces es incluida por
el vendedor en su propio interés. Se puede comparar esta cláusula
con aquella que en las sociedades prohíbe a los accionistas ceder
sus acciones a otros que no sean sus asociados.
Tales interdicciones deben estar estipuladas expresamente. Pue
de admitirse sin embargo que ciertos contratos lleven una interdic
ción en su misma naturaleza; así por ejemplo la jurisprudencia ad
mite que el comisionista no puede actuar como contraparte del co
mitente, salvo convenio en contra (R. L. Montel, Le commissionaire
contrepartiste, tesis, Lille, 1904; Cr. Ripert, Droit commercial núm.
2663 y sig.).
al otro”. Era, en efecto, inútil prohibir los contratos que, por razón
misma de su naturaleza, no podían servir para hacer una donación.
En seguida fue necesario admitir excepciones. Hubo casos en que
el contrato fue necesario y en donde la causa de la adquisición era
conocida; al ser alejada toda sospecha de donación, el contrato era
permitido. A eso hacía alusión Dumoulin diciendo: “Nullum con-
tractum facere possunt, nisi ex necessitate” (loe. cit.).
Sección I
EL CONSENTIMIENTO
A. Error
148. Bibliografía: Celice, L’erreur dans les contrats, tesis, Pa
rís, 1922, Gaudefroy, L’erreur-obsta ele, tesis, París, 1925. Josserand,
110 LOS ELEMENTOS DEL CONTRATO
Les mobiles dans les actes juridiques du droit privé, 1928, núm. 30
y sig. Maury, De Verreur sur la substance dans les contrats a titre
onéreux, Études Capitant, 1939, p. 491. Riccardo Fubini, Contribu-
tions a Vétude de Verreur sur la substance et les qualités substantie-
lies (Rev. trimestrielle, 1902, p. 301). J. Boulanger, Dalloz, Rép. civil.
v9 erreur. Fahmy Nour, L’erreur vice des contrats en droit franjáis
et en droit anglais, tesis, Lyon, 1926. Gorphe, Le principe de la bone
foi, 1928, p. 115. Marthe Fournier, De la protection des parties dans
les ventes d’antiquités et d’objects, d’art, Dijon, 1936. de Laubadére,
Des contrats administratifs, t. I. 1956, núms. 186 y 189.
tencia del error. Cuando, por ejemplo, una persona compra un objeto
a un anticuario, mediante un precio elevado, hay lugar a suponer
que la consideración de la autenticidad del objeto ha sido determi
nante (Rouen, 15 de julio de 1911, D. 1912. 2. 367, S. 1912. 2. 252;
Burdeos, 13 de noviembre de 1905, O. 1908. 2. 287; Rapp. París, 22 de
febrero de 1950. D. 1950, 269). En una causa juzgada por la Corte
de casación (Camp. de Req.) el P de julio de 1924 (D. H. 1924, 509),
en la que una persona había suscrito el compromiso de reparar el
daño causado por un incendio porque se consideraba como respon
sable del mismo, caía, por decirlo así, bajo los sentidos, que ese com
promiso se fundaba en la creencia en una obligación de reparación.
Si existen esas presunciones e indicios, el co-con tratan te ha co
nocido o debido conocer el motivo determinante. Se ve ahí el motivo
por el cual los tribunales se preocupan del estado de espíritu del co-
contratánte. Verifican, de acuerdo con los elementos de la causa, si el
motivo alegado por el demandante ha podido aparecer o no como de
terminante. Es posible que de hecho el motivo alegado haya sido
determinante, pero no es tomado en cuenta si, en las circunstancias
en que ha tenido lugar, el acto de voluntad puede ser explicado
haciendo abstracción de ese motivo (Ver Rouen, 31 de julio de
1907, D. 1907, 5. 54).
Esas exigencias de la prueba permiten contener, a pesar de todo,
dentro de límites razonables a la noción jurídica del. error. El Códi
go civil alemán acentúa más aún ese carácter objetivo de la búsque
da de intención: prevé “el error que recae sobre las cualidades de la
persona o de la cosa que, en los relaciones de negocios, son conside
radas como esenciales’' (art. 119, al. 2).
B. Dolo
174. Bibliografía: Gorphe, Le principe de la bonne foi, tesis,
París, 1928, p. 48. Tag Eldine, Le dol, vice du consentemente en droit
franjáis et la misreprésentation anglaise, tesis, Lyon, 1926. Gay,
De l'indue influence dans les législations anglo-saxonnes, tesis, Dijon,
1927. Perrin, Le dol dans la formation des actes juridiques, tesis,
París, 1931. Berger-Vachon, Du dol des incapables dans a la conclu
sión et dans Vexécution des contrats, Rev. critique, 1931, p. 407.
Vouin, La bonne fot, tesis, Burdeos, 1939. Fransen, tesis de derecho
canónico, Lovaina, 1946. J. Boulanger, Rép. civ. Dalloz, v? Dol. de
LaiIdabere, Les contrats administratifs, t. I. 1955, núm. 194.
188. Prueba del dolo. — El art. 1116 expresa que “el dolo no se
presume y debe ser probado1’ (Cass. soc., 5 de diciembre de 1952,
Bull. Cass., 1952. 4, 639). Por otra parte, el art. 1353 autoriza todos
El consentimiento 133
C. Violencia
Sección 2
§ 1. — Capacidad de contratar
§ 2. — La representación
B. Condiciones de la representación
1Q— La voluntad del representante
C. Efectos de la representación
223. Principio. — Como resulta de su misma defini
ción, la representación tiene por efecto la creación de un
vínculo de derecho directamente entre las partes del contrato.
Un gran progreso técnico fue logrado el día en que el con
trato concluido por representación no hizo nacer más, en
la persona del representante, obligaciones que éste debía
transferir al representado. Cumplida su misión, el represen
tante desaparece, dejando presentes al co-contratante y al re
presentado, acreedor y deudor el uno del otro.
La realidad sin embargo no es tan sencilla. El representante
ha tomado parte activa en la conclusión del contrato y la situación
no puede ser exactamente la misma que si el contrato hubiera
sido concluido directamente entre las partes.
. A. Poder de representar
228. Fecha de los poderes. — El representante no tiene
la prerrogativa exorbitante de convertir al representado en
acreedor o deudor más que si está habilitado para ello; de esta
comprobación de poderes depende la eficacia de la interven
ción del representante.
La justificación del poder no es necesariamente anterior
a la representación. Es en efecto la voluntad del representan
te la que concurre a la conclusión del contrató y, aun si el re
presentante está desprovisto de poderes, el contrato puede
formarse. Queda solamente que ese contrato no produce efec
to en favor o en contra* del representado sino cuando éste
acepta ulteriormente la representación: es la hipótesis de la
ratificación (núm. 233, p. 157).
Cuando es anterior a la representación, el poder del represen
tante tiene su origen en un mandato, en una decisión judicial o en
Sección 3
EL OBJETO
§2, — De la lesión
A. El problema de la lesión
259. Caracteres del problema de la lesión. — La cuestión
de saber si un contrato debe ser anulado cuando entraña la
lesión de uno de los contratantes ha dado lugar a las más vi
vas controversias. Estas ponen en juego en efecto la noción
misma del contrato, la idea de su valor moral y de su utilidad.
Si el convenio saca su fuerza de la autonomía de la voluntad,
no podría hacerse cuestión de la desproporción de las obliga
ciones, al estar las partes en libertad de consentir una ventaja
o un sacrificio, salvo que el legislador aporte ciertas excep
ciones que justifiquen la utilidad económica. Si, por lo contra
rio, el convenio está dominado por la consideración superior
de la justicia, no se permitirá a las partes concluir un contra
172 LOS ELEMENTOS DEL CONTRATO
Sección 4
LA CAUSA
§ 1. — Teoría de la causa
A. Orígenes de la teoría 54
280. Derecho romano. — Se encuentra en el derecho romano
un número bastante considerable de textos en los que se habla de
una causa. Pero esa palabra tiene significados bastante diversos
y los juristas romanos nunca pensaron en elaborar una teoría ge
neral de la causa, en el sentido en que la entendemos nosotros. El
derecho romano era un derecho formalista y la obligación llevaba
en sí misma su propia justificación desde el momento en que la vo
luntad se había manifestado en las- formas prescriptas.. Esto es tan
cierto que los juristas romanos han designado con la palabra causa
el elemento formal o el hecho material gracias al cual había sido
creada la obligación Cverba, Utterae, variae causarum figurae).
- .Lo curioso, sin embargo, es que fue a propósito de la stipulatio,
contrato formal, que se vió aparecer la causa con un sentido cerca
no al que nosotros damos a la palabra “causa”. Cuando el promi
tente no había recibido del estipulante la prestación en considera
ción a la cual se había comprometido, hubiese sido inicuo no desli
garlo de su compromiso. Fue por motivo de hipótesis de ese género
que fueron creadas las condiciones sine causa. Fue especialmente
necesario prestar ayuda al prestatario que no había racibido el di
nero que estaba obligado a rembolsar: se puso a su disposición la
querela non numeratae pecunias. Pero no hay que engañarse sobre
el sentido de esa intervención; no es el análisis de la voluntad que
impone la regla, es una idea de equidad: se trata de privar de efectos
a un contrato injusto. Tampoco está en juego la validez del contra
to, sino su eficacia.
En otros casos, hubo que tener en cuenta que el estipulante se
había comprometido en consideración de una finalidad ilícita, o in
moral (ob turpem causara). La condena del contrato se funda enton
ces en una necesidad de policía jurídica. Fue justamente con res
pecto a la eficacia de la stipulatio que se planteó la cuestión.
Pero la investigación de los motivos determinantes de la volun
tad estaba tan poco de acuerdo con las ideas fundamentales del de
recho romano que la noción de causa ha permanecido ausente de
los contratos no formalistas, como la venta. No se ha dicho en
ningún texto que la obligación del vendedor tenga por causa la
prestación del precio por el comprador.
Es cierto que en el contrato de donación se tuvo en cuenta la in
tención del donante: el animus donandi apareció como caracterizando
29 — Prueba de la causa
39 — Actos abstractos
A. La oferta
323. Definición y formas. — Se llama oferta a la pro-
posición que. una persona hace a otra para contratar bajo
ciertas condiciones.
La oferta puede revestir cualquier forma. Basta remitir
sobre este punto .a las explicaciones que han. sido .dadas so
bre la expresión del consentimiento (núm. 137, p. 102). Puede
resultar de un simple hecho material, por ejemplo, la exposi
ción de una mercadería en el escaparate de un negocio. No es
necesario que sea hecha a una persona determinada: todos
los días se hacen ofertas al público por medio de carteles,
prospectos o avisos en los diarios.
B. La aceptación
331. Aceptación de la oferta y formación del contrato.
— La aceptación de la oferta debería aparentemente tener
por efecto la formación del contrato puesto que la voluntad
del policitante y la voluntad del destinatario están de acuer
do sobre el mismo objeto. Pero conviene tener en cuenta
que la voluntad interna no adquiere valor-jurídico más que
exteriorizándose. Es necesario por lo tanto que el destinata
rio de la oferta declare su voluntad de aceptarla. (Sobre es
ta variedad de formas que puede asumir esta declaración
ver núm. 131 y síg., p. 98). Es más, policitante no puede sen
tirse de acuerdo (consensus) con el destinatario sino cuando
conoce esa voluntad de aceptación. No es, pues, la aceptación
misma la que forma el contrato; es, por regla general al me
nos, él conocimiento que el policitante puede tener de la
voluntad de aceptación.™
• Se verá más adelante (núm. 353, p. 228) el interés de este
análisis cuando, en razón de la distancia en que se encuentran
las partes una de la otra, un intervalo más o menos largo se
para el momento en que es emitida la aceptación y el momen
to en que llega a conocimiento del policitante.
2. — Promesa de contrato
Sección 2
§ 1. — Exigencia de un escrito
dad civil y son alimentadas por las contribuciones hechas por los
notarios (D. 20 de febrero de 1956. Resol. 28 de mayo de 1956). Una
ley del 7 de noviembre de 1940 ha reorganizado el control de la
contabilidad de los notarios (D. 19 de diciembre de 1945, mod. D.
2 de 1955) .89
Esa cláusula no concierne más que a las relaciones entre las partes
y regula la cuestión de recursos que pueda plantearse.
sona de acuerdo con su estado civil;i°5 basta que sea la forma, habi
tual que emplea la persona para firmar. (Cass., 20 de octubre de 1908,
D. 1910. I. 291).105 106 Pero las personas que no saben o no pueden escri
bir no podrían remplazar la firma por una cruz o por otro signo,
ni por la aplicación de un sello ni tampoco las impresiones digitales
(Civ., 15 de mayo de 1934, D. P. 1934. I. 113, nota E. P. Ver para
una firma con la mano guiada, Cass. civ., 10 de junio de 1951,
J. notaires, 1952, núm. 43.868). La firma debe ser fijada al fin del
documento (Kiom, 19 de marzo de 1894, D. 95. 2. 340), pero no es
necesario firmar ni rubricar las adiciones o las notas marginales
(Lyon, 11 de julio de 1894, D. 96. 2. 32. Ver para una nota margi
nal no firmada, Lavrent, nota J. C. P. 1955, 8751.
depositario del ejemplar único, .es responsable del mismo ante todos
los interesados. La medida ordenada por el art. 1325 no tiene ra
zón de ser más que para los documentos privados y se ha visto
antes (núm. 400) que sigue, siendo inaplicable al instrumento pú
blico nulo que vale "como escritura privada7’. Tampoco se aplica a
los contratos judiciales, que son recibidos válidamente por el juez
bajo su sola firma.
110 Es poco probable que los autores del Código hayan previsto este
cambio. La opinión, antigua, que anulaba el contrato por la simple irre
gularidad de su prueba, se halla expuesta en el informe al Tribunado
y en la exposición de motivos (Fenet, t, XIII, ps. 293 y 382), y De-
molombe la ha defendido con convicción (t. XXIX, núms. 426-433),
pero su opinión no ha prevalecido.
Constitución' previa de la prueba 265
lis La regla viene del derecho antiguo, ñero después de haber su
frido una transformación curiosa. El control de donde proviene el re
gistro moderno había sido instituido para los documentos notariales y
la creacción del derecho de control, al que correspondía el registro del
documento, tuvo como pretexto evitar las antedatas en los documentos
notariales (Pilón, Principe et technique des droits d^nregisirement, I,
núm. 126).
Constitución previa de la prueba 277
para él; éste no puede nada contra ellos. De ahí que la cuestión de
la fecha adquiera una importancia capital con respecto. a ellos; de
ella depende la eficacia del documento contra ellos. En cuanto a
los acreedores quirografarios, como no tienen ningún derecho pro
pio que los convierta en terceros, sufren el efecto de todos los
actos realizados por el deudor sobre su patrimonio (salvo el caso
de fraude) y los escritos privados que constatan sus operaciones
hacen fe de su fecha contra ellos así como contra el propio deudor
(Cass., 29 de octubre de 1890, D. 91. I. 475; Civ., 11 de febrero
de 1946, Gaz, Palais, 1946, I. 137. Jurisprudencia constante) .US
En verdad, la regla del art. 1328 no tiene actualmente un papel
tan considerable como bajo el imperio del Código Napoleón; las
■medidas de seguridad se han multiplicado desde entonces y en
numerosos casos la publicidad es la condición de oponibilidad de
un convenio.
Para los causahabientes universales, la cuestión de la fecha-
es indiferente; son sucesores y recogen por lo tanto todas, las obli
gaciones contraídas por su autor, cualquiera que sea la fecha; están
ligados por los enunciados relativos a la fecha de la misma manera
que las partes.
A. Documentos de reconocimiento
441. Definición. — El documento de reconocimiento, llamado
también “título nuevo” es aquel que contiene el reconocimiento de
una obligación ya comprobada por un título más antiguo llamado
B. Cartas misivas
445. Utilización de las cartas como prueba. — Ninguna dis
posición legal prevé este modo de prueba de los contratos. Sin em
bargo es muy usado en la práctica y el uso hace que contratos
sumamente importantes sean conluidos por un-simple-intercambio
de cartas.
Las condiciones en las cuales una persona puede utilizar una
carta han sido indicadas (Ver t. I, núm. 774). Debe aquí conside
rarse solamente en qué medida una carta misiva puede constituir
la prueba escrita de un contrato.
No cabe duda que una carta constituye un comienzo de prueba
por escrito y puede ser considerada también como una confesión
extra-judicial de la deuda. Puede también constituir' una simple
presunción. Pero no es posible dejar a los jueces un poder soberano
de apreciación como lo han propuesto Aubry y Rau (t. XII, § 760
ter, texto y notas 19 y 20).
Sección 1
REGLAS GENERALES
120 El Código Civil alemán fija al juez reglas diferentes para inter
pretar las declaraciones unilaterales de voluntad (art. 133) y las con
venciones (art. 157).
Reglas generales 287
A. Suspensión y prórroga
477. Carácter de estas medidas. — En los contratos de
cumplimiento sucesivo, ciertos acontecimientos de naturale
za variable pueden afectar el cumplimiento de las obliga
ciones. El juez no tiene otro derecho más que el de reconocer
la imposibilidad temporal de cumplimiento, si un caso fortui
to y de fuerza mayor se opone a la ejecución de una obliga
ción; el cumplimiento podrá conservar su utilidad aunque
sea tardío (Rep., 15 de noviembre de 1921. D. 1922. 5. 14; 24
de octubre de 1922, D. 1924. 1. 8; 12 de diciembre de 1922,
D. 1924. 1. 186). Pero el legislador interviene con frecuencia
302 Fuerza obligatoria del contrato
19 — Rescisión voluntaria
Sección 2
§ £ — Excepción de incumplimiento
A. Regla general
502. Condiciones de aplicación. — La cuestión, de los
riesgos supone una reciprocidad de obligaciones que no existe
más que en los contratos sinalagmáticos. En los contratos
unilaterales la dificultad no se presenta puesto que, por hipó
tesis, solo existe una sola obligación y el acreedor debe evi
dentemente sufrir el daño resultante de la imposibilidad de
cumplimiento. Si, por lo contrario, el contrato ha dado naci
miento a dos obligaciones correlativas, se va a plantear una
cuestión de distribución del daño. ¿Al desaparecer una obli
gación, qué debe ocurrir con la otra? Si se decide que aquél
de los contratantes que era acreedor de la obligación extin
guida sigue sujeto a la deuda correlativa cuyo cumplimiento
continúa siendo posible, la pérdida será de él; soportará el
riesgo del contrato, ya que hará o dará alguna cosa sin re
cibir nada en cambio; si se decide que queda liberado, la
pérdida será del otro contratante.
314 Fuerza obligatoria del contrato
520. El Código Civil. — El art. 1184 admite, para todos los con
tratos, una resolución judicial en el. caso de incumplimiento de las
obligaciones. Ese texto se encuentra en la sección de las obligacio
324 Fuerza obligatoria del contrato
B. Condiciones de la resolución
524. Generalidad de la regla. -— El lugar mismo que ocupa en
el Código el art. 1184 señala el carácter general de la regla. Esta
se aplica a todos los contratos ’ que engendran obligaciones recí
procas, Todos los contratos sinalagmáticos se encuentran en este
caso.134 Es necesario también aplicarla a los contratos unilaterales
en los que hubiese excepcionalmente obligaciones a cargo de cada
una de las partes pero a condición que ellas nazcan por voluntad
de las partes 135 Algunos autores admiten incluso la resolución en
caso de obligaciones accidentales en el préstamo y la prenda. (En
este sentido: Capitant, Cause, núm. 156. Contra: Josseránd, Cours,
t. II, núm. 386). En la donación con cargo, la resolución es llama
da revocación y obedece a reglas particulares (ver t. X).
Es necesario examinar la resolución desde dos puntos de vista
diferentes; por una parte, en cuanto5 a su causa* ¿debe ser volunta
ria é imputable al deudor o puede aplicarse la regla también en
caso de incumplimiento forzoso?; por la otra parte, en cuanto a su
extensión: ¿el incumplimiento debe ser total o también puede ser
tomado en consideración un incumplimiento parcial?
1* — Causa de incumplimiento
525. Incumplimiento voluntario. — Si el deudor se niega a
cumplir su obligación, nos encontramos en el dominio clásico del
art. 1184. Esa voluntad puede ser afirmada expresamente por el deu
dor o puede ser establecida implícitamente por la conducta que
sigue.
La negativa puede resultar de una declaración expresa del
deudor o bien de su simple abstención.
134 El art. 1978 hace¿ sin embargo, una excepción para la renta vita
licia a causa del carácter aleatorio del contrato.
135 Puede nacer de una partición de las obligaciones recíprocas, pero
la partición, que es un acto declarativo, no puede ser resuelta por
falta de cumplimiento.
Reglas para los contratos sinalagmáticos 327
ñera absoluta, sin hacer ninguna distinción,126 cuando se tra
ta de reclamar daños y perjuicios (Cass., 11 de enero de
1892, ,D. 92. 1. 257, S. 92. 1. 117). Para la aplicación del
art. 1184 la constitución en mora es inútil cuando el cumpli
miento de la obligación se ha vuelto imposible por una
falta imputable al deudor. La necesidad de hacer soportar
al deudor en falta las consecuencias de sus actos torna evi
dentemente superflua la formalidad de una interpelación
que no tendría finalidad alguna. ¿De qué serviría exigir el
cumplimiento de una obligación que se ha vuelto imposible
de cumplir? Fuera de ese caso, la constitución en mora es
necesaria para hacer' pronunciar la resolución (Cass., 23. abril
1898, D. 98.1.507. Comp. Cass., 1* diciembre 1897, D. 98. 1. 289).
.Por.. o.tra parte, en la práctica es raro que el acreedor no em
piece por dirigir una intimación al deudor a fin de establecer que
éste no quiere cumplir (Civ., 5 de febrero de 1921, Gaz. Puláis,
1924, I. 620). La jurisprudencia decide que la citación vale consti
tución en mora (Civ., 28 de marzo de 1903, D. 1904. I. 315, S. 1908.
I. 221; Req., 10 de mayo de 1922, D. P. 1923. I. 22; Civ., 29 de octu
bre de 1931, D. H. 1931,. 537. Ver, sin embargo, Cass. civ.. 15 de
noviembre de 1948, D. 1949, 105. nota Lenoan).
C. Acción de resolución
del vendedor (art. 2108, inc. 2° nuevo). Ahora bien, bajo el impe
rio de los nuevos textos, el privilegio del vendedor desaparece en
•caso de quiebra o de liquidación judicial del comprador. Por otra
parte, el privilegio del vendedor debe ahora ser inscripto en el re
gistro de las hipotecas dentro de los dos meses de la venta. Pasado
ese término de dos meses, la acción en resolución no puede ser ejer
cida en perjuicio de los terceros que han adquirido derechos sobre
el inmueble pertenecientes al adquirente y que los han publicado.
29 Los redactores del decreto-ley del 4 de enero de 1955 han
llevado el cuidado de la información de los terceros hasta someter
a publicidad la demanda de resolución (art. 28-49 c) y han hecho
de..esta publicidad una condición de admisibilidad de la acción
(art. 30-59)/ •
Ver, Becque, La reforme de la publicité fonciere, J. C. P. 1955,
1226, núm. 37. Ver t. VII.
D. Efectos de la resolución
Sección 1
I9 — Acreedores quirografarios
142 La acción pauliana puede ser dirigida contra otros actos además
de las enajenaciones. Pero la enajenación es el tipo de las operaciones
mediante las cuales un deudor trata de perjudicar los derechos de sus
acreedores.
El principió de la relatividad del contrato 353
3? — Los terceros
B. Creación de obligaciones
577. Efectos de esta creación. — Como la obligación se de
fine como un poder de una persona contra otra persona, la crea
ción de una obligación por el contrato parece no deber interesar
más que a las relaciones de las partes entre ellas. La realidad es
muy distinta. El contrato ha modificado la situación respectiva de
las partes y los terceros deben tenerlo en cuenta tanto en sus rela
ciones con el acreedor como en sus relaciones con el deudor.
dos los asociados, incluso a los ausentes, los disidentes, los incapa
ces. Es una pura ficción decir que la decisión ha sido aceptada por
adelantado por los demás asociados. En realidad es impuesta a
todos. El legislador se limita a adoptar precauciones para que sea
tomada en las mejores condiciones. Esas reglas no pueden ser
explicadas aquí (G. Ripert, Droit commercial, núm. 1367 y síg.).
Observemos sin embargo que si la asamblea general puede mo
dificar los derechos de los asociados, no puede aumentar sus obli
gaciones. La ley del 24 de julio de 1867 sobre las sociedades por
acciones (art. 31, § 1, mod. L. P de mayo de 1930) prohíbe a la
asamblea “aumentar los compromisos de los accionistas”; la ley
del 7 de marzo de 1925 sobre las sociedades de responsabilidad limi
tada (art. 31), decide que los socios no pueden por simple mayoría
obligar a uno de ellos a “aumentar su parte social”. Es el último
signo de respeto dado al efecto relativo del contrato.
Sección 2
LA SIMULACION
dirigido contra una de las partes solamente, ya sea por la otra parte
o ya sea por un tercero; la simulación es un entendimiento entre las
partes contra terceros. El dolo tiene por finalidad obtener el con
sentimiento de una de las partes engañándola; en la simulación las
partes otorgan su consentimiento con pleno conocimiento de causa;
ninguna es engañada.
La distinción tiende, en cambio, a esfumarse cuando la simu
lación consiste en una interposición de persona: la calidad falsa del
testaferro puede, en efecto, sorprender el consentimiento de la
persona que trata con él.
§ 1. — Formas de la simulación
B. Presta-nombre
A. Principio
Sección 3
B. La ratificación
621. En qué consiste. — La ratificación no es otra cosa
que una atribución de poderes posterior a la representación
emprendidas es el acto por el cual el representado declara
querer apropiarse de los resultados del contrato que ha sido'
concluido por su cuenta.
Habitualmente se expresa. Pero puede ser tácita; resulta de to
do acto que implique la aprobación de la gestión del representante.
Tal sería la venta por el representado de un inmueble que le hu
biera sido atribuido en una partición con promesa de ratificación
(Req. 4 de mayo de 1858, D. 58. I. 254; 4 de abril de 1868, D. 69,
376 Efecto relativo del contrato
Sección 4
§ 1. — Desarrollo histórico
que estaba calificado para recibir el pago,, sin obtener por eso el
derecho a ejercer la acción nacida del contrato. Otras veces era una
excepción franca.: el tercero adquiría la acción por efecto de un
convenio en el cual no había sido parte ni había estado repre
sentado. Fueron admitidas dos excepciones de este género, una para
las donationes sub modo,™ y otra para la restitución de la dote;
el tercero designado beneficiario del “modus” o como debiendo
recibir la dote en ausencia del estipulante, tenía derecho de accio
nar en justicia. Los antiguos pretendían respetar el principio no
dando en un caso así más que una actio útiles (Constitución de
Diocleciano. Code, 8, 55, 3; Paúl, Digesto, 24, 3, fr. 45); pero la
diferencia que separaba la acción útil de la acción directa termi
nó por borrarse (Ver Monier, Manuel de droit romain, t. II, num.
80 y sig.). ' '■
§ 2. — Condiciones de validez
150 “In lilis lagum locis... non agitur de donatione facta directe
a donatore in nondum natum, sed de pacto in alterius donationis con-
ventione inito (Hotman, Disputationes, Donaciones, cap. víi, núm. 26).
La estipulación en favor de tercero 391
arts. 1372 y sig. Pero existe igualmente una gestión cuya eficacia
está subordinada a una ratificación ulterior: es la hipótesis prevista
en el art 1998 y se ha visto antes (núm. 620, p. 375) que el que
promete la ratificación de un tercero es un gestor de negocios.
Lo exacto es que la estipulación en favor de un tercero es un
procedimiento distinto de la gestión de negocios para representar
los intereses de un tercero. En la gestión de negocios, el gestor
desempeña solamente el papel de representante; no es parte en el
contrato. La estipulación en favor de un tercero, por el contrario,
supone que se contrata por uno mismo con el promitente; el estipu
lante .compromete sus propios intereses, al mismo tiempo que repre
senta los intereses de otro; las dos cosas están necesariamente re
lacionadas.
155 Planiol había propuesto una explicación que era una combi
nación de la teoría de la oferta, de la teoría de la gestión de negocios
y de la creación directa del derecho (Traite élémentaire, II, núm. 1226).
398 Efecto relativo del contrato
Sección 5
EL CONVENIO COLECTIVO
Sección 1
§ 1. — Análisis de la nulidad
§ 2. — Causas de nulidad
Sección 2
ACCION DE NULIDAD
A. Nulidades absolutas
719. Controversia sobre la prescriptibilidad de la acción.
— La doctrina clásica enseña que la acción es imprescrip
tible cuando la nulidad es absoluta (t. I, núm. 636). Da como
razón que el tiempo, con su transcurso, no debe poder hacer
eficaz el contrato concluido en violación de la regla legal:
Quod nullum est nullo lapsu temporis convalescere potest.
El argumento.no basta para infundir convicción. Al transcu
rrir, el tiempo permite que un usurpador transforme su pose
sión en propiedad. Se podría igualmente decir aquí: el con
trato ha creado una situación de hecho (núm. 566); una
preocupación de estabilidad social impone que esa situación
de hecho se convierta, al cabo de cierto tiempo, en una situa
ción de derecho. ¿Por qué no aplicar la regla del art, 2262, de
acuerdo con la cual las acciones en principio prescriben a los
treinta años?
La cuestión no presenta, en verdad, un gran interés práctico,
ya que la acción de repetición que permite recuperar a consecuen
cia de la anulación las prestaciones realizadas, prescribe a los trein
430 Nulidad del contrato
l9 — Condiciones de aplicación
172 No hay excepción sino para los actos contemplados por el art.
503, contra los cuales está abierta la acción después por el juicio de
interdicción (t. III, núm. 2822).
434 Nulidad del contrato
Sección 3
B. Formas de la confirmación
745. Carácter unilateral de la confirmación. — Que tenga
por resultado sustituir en el contrato por un elemento válido a uno
que no lo era o que sea simplemente una renuncia al derecho de
invocar la nulidad, la ratificación es siempre un acto unilateral y no
un convenio. De ahí- surgen dos consecuencias: l9 es definitiva sin
necesidad de ser aceptada por la parte que se beneficia con ella;
tan pronto como es hecha, aquel de quien emana está obligado y
no puede retractarla más;
29 — El instrumento que la comprueba, cuando es privado, no
tiene necesidad de ser redactado en varios originales, como lo esti
pula el art. 1325 para ios convenios sinalagmáticos: basta un solo
ejemplar, con tal que sea remitido a la otra parte.
C. Efectos de la confirmación
Sección 4
EFECTOS DE LA ANULACION
A. Reglas generales
754. Obligaciones recíprocas de restitución. — Si las
partes hubiesen cumplido ya, en todo o en parte, lo que se
habían prometido, están obligadas a restituirse mutuamente
lo que hubiesen recibido. El contrato no había logrado esta
blecer un vínculo jurídico, pero la anulación del contrato crea,
por sí misma, ciertas obligaciones.
Esas obligaciones deben cumplirse como si nacieran de un con
trato, es decir que ninguna de las partes puede exigir lo que la
otra le debe mientras ella no ofrezca devolver lo que ha recibido
Comp. el Código alemán que aplica el sistema del cumplimiento
“punto por punto” (art. 348).175 Cuando el contrato ha llevado
aparejado el cumplimiento de una obligación de hacer, no se puede
evidentemente volver sobre el pasado. Es necesario entonces arbi
trar el monto de la remuneración debida (Trib. civ. Laon, 10 de
Sección 1
CONDICIONES DE LA RESPONSABILIDAD
CONTRACTUAL
§ 2. — La culpa contractual
los delitos. *79 Esta distinción entre las culpas obligaba al acree
dor a producir la prueba de la culpa cometida por el deudor.
183 Ver, sin embargo, Planiol, Traite élémentaire, t. 11, núm. 239.
1S3 El texto supone que el prestatario podía haber garantizado la
cosa.
Condiciones de la responsabilidad contractual 473
184 Otros textos dicen igualmente “Lata culpa dolo compar abitar”
(Dig.f 11, 6, fr. 1, § 1); “Magnam negligentiam placuit in doli crimen
cadere" (Dig., lib. 44, 7, fr. 1. § 5).
474 Incumplimiento del contrato y resp. contractual
Sección 2
1S8 La terminología del Código es, por otra parte, a veces incierta;
la palabra hecho designa el acto positivo (culpa in committendo') y la
palabra culpa el acto de negligencia (culpa in omitiendo).
Casos fortuitos y de fuerza mayor 477
1S8 Exner exige “la importancia y la notoriedad del hecho” (p. 111-
112) pero explica que se trata de un hecho anormal que no puede
preverse. La crítica formulada por Josseran’d (op. cit., núm. 576) cáe
en falso (ver núm. 809, p. 481).
Casos fortuitos y De füer^a mayor 483
Sección 3
DE LOS DAÑOS V PERJUICIOS
191 “Quantum mihi abest, quantumque lucrari potui” (Dig., lib 44,
8, fr. 13)'.
192 Se verá que en materia de obligaciones delictuales, el art. 1382
no hace las mismas distinciones y que hay siempre una reparación inte
gral del daño causado, sea previsto o imprevisto; pero se admite en ge
neral que no hay reparación más que del daño directo.
De los daños y perjuicios 491
193 Sobre el estado del derecho antes del Código Civil, ver Pothier,
Obligations, núm. 160 a 168; sobre las verdaderas soluciones romanas,
ver Maynz, t. II, § 175.
194 La ley del 2 de abril (art. 5) permite modificar por simple de
creto el valor fijado. El decreto del 22 de noviembre de 1948 ha susti
tuido la suma primitiva de 8.000 francos fijada por la ley por la suma
de 50.000 francos; el decreto del 2 de setiembre de 1953 ha llevado el
límite legal a 100.000 francos.
4Ó4 Incumplimiento del contrato y résp. contractual
833. Reparación del daño moral. — El incumplimiento de una.
obligación puede causar un perjuicio no material, una lesión ex
trapatrimonial, que afecta a la persona misma del acreedor. ¿Debe
ser reparada? En materia de delitos, la jurisprudencia acuerda sin
ninguna dificultad una reparación pecuniaria del perjuicio moral
(núm. 1144, t. V). En materia de contratos, la doctrina ha afirmado
desde hace mucho tiempo que el incumplimiento de una obligación
contractual no da lugar a daños y perjuicios cuando del mismo no
resulta más que un perjuicio moral (Laurent, t. XVI. núm. 281;
Baudry-Lacantinerie y Barde, Obligations, t. I, p. 276) y ha habido
fallos en este sentido (Ver especialmente París, 27 de marzo de
1873, S. 74. 2. 477. Comp. Besan^on, .27 de diciembre de 1901, D.
1903. 2. 155). Pero la jurisprudencia se ha afirmado en sentido con
trario: todos los días los tribunales acuerdan la reparación pecu
niaria de perjuicios no materiales en las materias más diversas
(Ver especialmente París, 2 de diciembre de 1897, D. 98. 2. 465, nota
Planiol; Argel, 23 de mayo de 1892, S. 94. 2. 62; Argel, 22 de junio
de 1900, S. 1902. 2. 128; Cass., 22 de marzo de 1904, D. 1904. I. 449
y la nota; Meaux, 29 de enero de 1920 y París, 10 de marzo de 1920,
D. 1920. 2. 137; Cass., 10 de abril de 1922 y 13 de febrero de 1923,
D. 1923. I. 52, nota Lalou: París, 29 de mayo de 1950, D. 1950, 439),
Es necesario aprobar ese cuidado del interés moral del acreedor. Se
ha objetado que no se puede reparar un daño moral con dinero.
Pero se hace todos los días en materia de delito; ¿por qué no ha
cerlo en materia de contrato?
Ver Chausse, De l’intéret d’affection (Rev. critique, 1895, p.
446 y sig.); Dorville, De l’intéret moral dans les obligations, tesis,
París, 1901; Mantelet, La réparation du préjudice moral, tesis,
París, 1907; Ganot, mismo tema, tesis, París, 1924.
B. Cláusula penal
834; Definición. — A menudo las partes prevén el in
cumplimiento de la obligación y fijan ellas mismas por ade
lantado el monto de la indemnización que deberá ser pagada,
llegado el caso. Esa fijación se hace mediante una conven
ción llamada cláusula penal, que habitualmente se inserta
en el acto principal, pero que sería igualmente válida si fue
ra hecha posteriormente por acto separado. La cláusula pe
nal es, por lo tanto, una liquidación convencional de los da
ños y perjuicios que es hecha <:a forfait”, puesto que no se
sabe por adelantado cuál será el daño real.
De los daños y perjuicios 495
dactores del Código en el art. 1226, que la cláusula penal sirve para
asegurar el cumplimiento de un convenio. Tal idea ha dejado de
ser exacta en el derecho moderno, en el que todos los convenios son
obligatorios por sí mismos y en el que el cumplimiento de los conve
nios está asegurado siempre por la misma ley.
A. Reglas generales
Sección 4
199 Ver Trib. civ. Sena, 31 de marzo de 1941, D. A. 1941, ,253; que
anula una cláusula contraria contenida en los préstamos del Crédito Na
cional.
506 Incumplimiento del contrato y resp. contractual
§ 1. — Cláusula de no-responsabilidad
LAS OBLIGACIONES
Pág.
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................ 11
Primera Parte
EL CONTRATO
Pág-
E. Contratos de ejecución instantánea o sucesiva 65
§ 2. Clasificación de los contratos según su finalidad
económica...................................................................... 66
§ 3. Denominación y calificación de los contratos .. 68
Pág.
A. El problema de la lesión .......................................... 171
B. Disposiciones legales sobre la lesión ...................... 176
Pág.
A. Análisis del contrato ................................................ 287
B. Investigación de las obligaciones legales naci
das del contrato ....................................................... 290
§ 2. Revisión del contrato ...................................................... 294
§ 3. Suspensión, prórroga y rescisión del contrato .. 301
A. Suspensión y prórroga ..................................... .... 301
B. Rescisión del contrato ............................................. 303
Pág.
B. Caso en que la simulación acarrea la nulidad 364
§ 3. Efectos de la simulación ................................................. 367
A. Relaciones de las partes entre sí ............................. 367
B. Relaciones de las partes y de los terceros . . 368
Pág-
Sección 2. — Acción de nulidad ;................................................. 424
§ 1.. Personas que pueden invocar la nulidad ........................ 425
§ 2. Prescripción de la acción de nulidad...................... r... . 429
A. Nulidades absolutas ................................................ 429
B. Nulidades relativas: prescripción decenal del
art. 1304 .................................................................. 430
C. Imprescriptibílidad de la excepción de nulidad 437
Pág.
Sección 3. — De los daños y perjuicios ...................................... 487
§ 1. Daños y perjuicios compensatorios ......... ...................... 487
A, Estimación de los daños y perjuicios ...................... 488
B. Cláusula penal ......................................................... 494
§ 2. Daños y perjuicios moratorios ........................................ 498
A. Reglas generales ..................................................... 498
B. Reglas especiales para las obligaciones de su
mas de dinero .......................................................... 499